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Significado de la letra del himno nacional de Guatemala:

I
Parece que le dijéramos ¡Patria hermosa!

No permitas –no permitiremos-nunca que en tus altares, tu suelo maravilloso y fecundo, hayan hijos
tuyos, indignos de Ti y que puedan tolerar las tiranías.

II
Si en el futuro nuestro suelo patrio sufriera una invasión, si fuera amenazado, la bella bandera
bicolor de Guatemala, en lo alto, habrá de llamarnos y congregarnos en defensa de la Patria Amada.

Coro
Refuerza la decisión del pueblo de Guatemala de preferir su muerte digna en defensa de la Patria,
que, vencido, vivir esclavo,

III
La dominación y esclavitud fueron vencidas; fueron rotas las cadenas y de ellas se fundió el arado
para trabajar la tierra y así mismo la espada con la cual se defiende el honor de la Patria.

IIII
Se refiere a los próceres de la Independencia, que con gran sentimiento patriótico, lograron realizar
la emancipación de Centro América en forma pacífica y darnos una Patria libre y digna.

Coro
Si Guatemala logro su independencia en forma pacífica, fue gracias al amor de sus hijos próceres
que hicieron realidad el deseo de libertad del pueblo guatemalteco y centroamericano.

V
Nuestra bandera es bella como un retazo azul del cielo, y hay en ella también el blanco inmaculado
de una nube. ¡Cuidado de aquel infame que es maravilla azul y blanco quiera manchar!

VI
Somos tus hijos, Patria, valientes para defender la paz de nuestro suelo; poco nos importa tener que
pelear –si fuera necesario- para defender esta tierra donde esta nuestro hogar y nuestro porvenir.

Coro
Enfatiza la idea de defender nuestra tierra aun a costa de lucha, ya que nuestro más caro ideal es el
honor y en la patria tenemos el más místico Altar.

VII
La posición geográfica de Guatemala con la maravillosa cordillera de los Andes. Patria ente los
océanos Atlántico y Pacifico, Patria adormecida por la fascinante belleza del verde y grana del
Quetzal.

VIII
¡El Quetzal! Bellísima ave indiana de esta tierra, símbolo de la libertad en el escudo; ¡Sube, vuela
alto, sube más que el águila y el cóndor!
Coro
Aquí parece que le hablamos al Quetzal: elévate, sube, en tus verdes alas esmeraldas lleva al cielo
el nombre inmortal de nuestra Patria Guatemala.

RAFAEL ALVAREZ OVALLE

(AUTOR DE LA MÚSICA DEL HIMNO NACIONAL)

(Comalapa, Chimaltenango, 1858 - Guatemala, 1946)


Compositor guatemalteco, autor de la música del Himno
Nacional de Guatemala.

Hijo de Ildefonsa Ovalle y Rosendo Álvarez, director de la


Escuela de Música de Comalapa, recibió de su progenitor
su primera formación musical. En 1871 su padre pasó a
hacerse cargo de la Escuela de Música de Santa Lucía
Cotzumalguapa, localidad en la que fallecería en 1874. Con
sólo dieciséis años, Rafael Álvarez le sucedió en su cargo en
la Escuela de Música.

Para profundizar en sus estudios musicales, se trasladó a la


capital en 1879, y al poco tiempo ingresó en la Banda
Marcial, que en aquel entonces se encontraba en un excelente nivel gracias a la dirección del famoso
maestro Emilio Dressner. Dressner apreció el talento Rafael y de otros jóvenes pertenecientes a la
Banda, y resolvió darles desinteresadamente clase de armonía y lecciones prácticas de
instrumentación, además de estimularlos para la composición. Dressner abandonó sin embargo la
Banda Marcial en 1885, a causa de las intrigas para hacerse con su dirección, y regresó a Alemania,
dejando a sus discípulos sin maestro.

Ya en 1879 la Sociedad Literaria El Porvenir había realizado vanos intentos para dotar al país de un
himno. En 1887, la jefatura del departamento de Guatemala convocó un concurso para elegir la
música de la letra del Himno Popular que había compuesto el poeta Ramón P. Molina. Tomaron
parte en el mismo diversos compositores y salió finalmente elegida la música del maestro Rafael
Álvarez Ovalle, la cual acompañaría durante bastante tiempo la letra del poeta Molina.

Sin embargo, en 1896, el gobierno del entonces presidente José María Reina Barrios convocó un
nuevo concurso para escoger la música y letra del Himno Nacional. Por acuerdo del 19 de febrero
de 1897, fue declarado de nuevo ganador Rafael Álvarez como autor de la mejor música, mientras
que unos versos de autor anónimo se llevaron el premio a la mejor letra. Hubo que esperar hasta
1911 para saber que el autor anónimo había sido el poeta cubano José Joaquín Palma, según declaró
él mismo poco antes de morir.

A principios de la década de 1930 se produjo una fuerte polémica en torno a eventuales cambios en
el texto del Himno Nacional. Fue entonces cuando el maestro guatemalteco José María Bonilla
Ruano, educador y filólogo, realizó una revisión de cada uno de los versos del poema original.
Además de encontrar alusiones agresivas contra España, también descubrió errores de forma y de
fondo que debían corregirse. Así, por ejemplo, los colores de la bandera estaban cambiados en
blanco, azul y blanco, y había un error en un verso que decía así: "Es tu enseña pedazo de cielo /
entre nubes de nítida albura". Bonilla Ruano hizo entonces las correcciones necesarias, las cuales
fue unánimemente elogiado por los Académicos de Lengua Guatemalteca. La nueva y actual versión
del Himno Nacional de Guatemala fue aprobada el 26 de julio de 1934 por el entonces presidente
Jorge Ubico.

JOSÉ JOAQUIN PALMA

(AUTOR DE LA LETRA DEL HIMNO NACIONAL)

(Bayamo, 1844 - Guatemala, 1911) Poeta cubano. Su


actividad política en favor de la independencia de su
país le obligó a exiliarse, lo cual condicionó una obra
poética, que, por otra parte, se inscribe en la segunda
generación romántica y destaca por su carácter
colorista y melódico.

La vida de José Joaquín Palma aparece íntimamente


ligada al movimiento revolucionario cubano que había
de culminar con la proclamación de la independencia.
En 1868 participó en la sublevación dirigida por Carlos
Manuel de Céspedes, del que fue ayudante durante
algún tiempo. Redactor de El Cubano Libre, desempeñó
posteriormente diversas misiones de la República en armas.

Obligado a emigrar, se trasladó en 1873 a Jamaica, y posteriormente a Nueva York y Honduras, para
finalmente establecerse en Guatemala. En Honduras había recibido una medalla de oro por su
poesía y en 1882 publicó en Tegucigalpa el volumen Poesías de J. Joaquín de la Palma. En Guatemala
transcurrió el resto de su vida, alcanzando el cargo de secretario del ex presidente Soto. Al ser
proclamada la República cubana, José Joaquín Palma la representó en su país de adopción como
cónsul general, y compuso también la letra del himno nacional de Guatemala.

Esta vida de expatriado, de revolucionario ambulante por tierras en las que a pesar de ello arraigó
su espíritu, condicionaría su obra, por lo demás encajada en la corriente melódica y colorida de la
poesía cubana característica de la segunda generación romántica hispanoamericana, pero anegada
en un sentimiento muy personal. En sus versos sonoros y fáciles se refleja la incurable nostalgia del
desterrado. Lo biográfico y lo literario de época se confunden en su poesía de tono elegíaco. Hay en
ella erotismo delicado y soñador, evocación dolorida de la patria, expresión de los afectos nacidos
al calor del hogar, en las tierras de Centroamérica en que transcurrió la segunda parte de su vida.

A José Joaquín Palma se le considera continuador de los procedimientos de José Zorrilla, con quien
se relaciona por la peculiar música del verso, por el colorido de sus descripciones, por la facilidad de
la ejecución; pero de quien, sin duda, se aleja por la nota penetrante de dolor personal. La nota
elegíaca persistente se aprecia en composiciones típicas (como "A Miguel Jerónimo Gutiérrez", "A
María García Granados", "Tinieblas del alma", "En el mes de noviembre"), combinada con la
nostalgia y el amor patrio en la evocación "A Bayamo". Los versos "A un arroyo", como los de
"Serenata", presentan las características de una poesía externa, sentimental, ligera y melodiosa

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