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DETENCIÓN DOMICILIARIA
1. CONCEPTO DE LA DETENCION DOMICILIARIA
Cubas Villanueva V. señala “que no es una medida sustitutiva de la prisión preventiva, esto
quiere decir que se impondrá cuando pese a corresponder prisión preventiva, el imputado se
encuentre en alguna de las circunstancias previstas en el artículo 290”. Sin embargo la medida
está condicionada a que el peligro de fuga de obstaculización pueda evitarse razonablemente
con su imposición”.
Víctor Jimmy Arbulú Martínez (respecto al arresto domiciliario) señala “que esta medida
cautelar es también considerada la comparecencia más restrictiva, porque hay limitación al
derecho de locomoción de una persona, ya que si bien no se encuentra dentro de un centro de
reclusión, lo está en el propio domicilio del que no puede salir”.
Gonzalo del Río Lambarthe (libro la prisión preventiva y medidas alternativas) señala que: “La
detención domiciliaria es una forma de privación de libertad y su ubicación corresponde en el
marco referido a aquella, como alternativa para casos predeterminados. En el mismo sentido se
pronunciaba Caro Coria, al señalar que pese a las ventajas objetivas del arresto domiciliario,
este no deja de ser arresto o detención, constituyendo así una forma cautelar de privación de
la libertad menos grave después de la prisión preventiva”.
2. EN EL DERECHO COMPARADO
En el Código Procesal Penal Argentino (Ley N°23.984) del 4 de setiembre de 1991 se prevé la
prisión domiciliaria artículo 314 cuando estás de acuerdo a los delitos del Código Penal
corresponda la prisión en domicilio. Aquí es una suerte de pena adelantada. (Víctor Jimmy
Arbulú Martínez. Derecho Procesal Penal. Gaceta Jurídica. TOMO II. ed. 2015).
Debe tenerse en cuenta que la detención domiciliaria está condicionada a que el peligro
de fuga o de obstaculización pueda evitarse razonablemente con su imposición, puesto
que si ha existido ex ante fuga u obstaculización no se podría disponer dicha medida.
En la práctica la detención domiciliaria acarrea gastos, porque hay que ponerle
obligatoriamente custodia policial y en el inmueble muchas veces no es seguro para
evitar fuga, o de pronto no tienen residencia en el país por lo que esto conllevó a que
se ubicarán lugares como ficción de domicilio, creándose una suerte de análogos de
cárceles pero con menos rigor. Solo recordemos el caso Santa Bárbara en el Callao,
donde se hacinan, los internos con arresto domiciliario y la seguridad era muy difícil de
controlar, creándose condiciones para las fugas.
El arresto puede conllevar, que cuando el juez a pedido del fiscal lo considere necesario,
impondrá límites o prohibiciones a la facultad del imputado de comunicarse con
personas diversas de aquellas que habitan con él o que lo asisten (Víctor Jimmy Arbulú
Martínez. Derecho Procesal Penal. Gaceta Jurídica. TOMO II. ed. 2015).
Respecto al tema, la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, considera que, “La obligación de
permanecer, en forma vigilada, dentro del domicilio, es sin duda, también una limitación seria
a libertad locomotora debe sujetarse a su conformidad con los principios de subsidiariedad,
provisionalidad, razonabilidad y proporcionalidad” [Exp. N°1565-2002-HC/TC, en caso de
Héctor Chumpitaz Gonzales, Fundamento 3].
El artículo 490, apartado 2, del CPP adoptó el criterio que ambas formas de privación de la
libertad son equivalentes, por lo que debe descontarse cada día de detención domiciliaria por
un día de pena. La regla del uno por uno parece justificada en el marco del CPP que restringe
ampliamente el ámbito subjetivo del arresto domiciliario para aquellas personas que por su
edad , salud o estado de gestación , la prisión preventiva puede ser desproporcionada frente al
objetivo de controlar cautelarmente el peligro procesal (Víctor Cubas Villanueva, el nuevo
proceso penal peruano,2da edición) .
8. LEGISLACION
Los presupuestos que deben cumplirse para la aplicar la detención domiciliaria regulada por el NCPP
del 2004 son los siguientes:
Ahora, debemos entender que dicha medida es pasible de ser revocada si desaparecen los motivos
de detención domiciliaria establecidos en los literales b) al d) del numeral 1) los cuales son: b)
Adolece de una enfermedad grave o incurable; c) Sufre grave incapacidad física permanente que
afecte sensiblemente su capacidad de desplazamiento; d) Es una madre gestante. (Todo ellos
conforme al artículo 290 inciso 8).
Como podemos apreciar tenemos que verificar a que se refiere con adolecer una enfermedad grave
o incurable
Primero: respecto de la causal humanitaria (mayor de 65 años)
El NCPP permite aplicar la detención domiciliaria a cualquier persona mayor de 65 años, a diferencia
del CPP de 1991, no es necesario demostrar que además se trata de un enfermo o un incapaz físico.
Esta norma dispone que cuando desaparecen los motivos de detención domiciliaria establecidos en
los literales b al d) del numeral 1, el Juez deberá disponer la prisión preventiva. Si bien es cierto que
esta norma excluye la condición de un imputado mayor de 65 años [literal a] porque es una
condición que no puede desaparecer, lo cierto es que siguiendo su propia lógica –vinculada a la
variabilidad de las medidas cautelares del proceso penal-, también se debió establecer lo contrario
Se puede revocar, por supuesto que sí, cuando incumpla las medidas que el juez ha dictado
(infringe reglas de conducta), o cuando no haya recurrido a las citaciones del Ministerio Público
(el procesado no comparece a las diligencias del proceso sin excusa suficiente), o cuando ante las
visitas de la autoridad policial no se haya encontrado el procesado en su domicilio o realice
preparativos de fuga.
El NCPP se limita a señalar como “causal humanitaria” la existencia de una enfermedad grave o
incurable. En el caso de la LECrim española, el artículo 508 indica que se aplicará la prisión
provisional atenuada cuando, por razón de enfermedad, el internamiento entrañe grave peligro
para la salud. Son supuestos distintos, en el caso español se debe justificar la atenuación de la
privación cautelar de libertad, se debe determinar que el ingreso de determinado imputado en un
centro penitenciario, puede agravar la condición del imputado-enfermo. Y es necesario identificar
un “grave peligro”, que evidentemente se vincula a una concepción que involucra riesgo para la vida
o que pueda agravar considerablemente la salud ya resquebrajada.
El juez debe limitarse a justificar por qué considera que la enfermedad es grave o incurable, por lo
que evidentemente podrá acudir a peritos en la materia.
Sin duda la prisión atenuada protegerá su salud (los efectos de la cárcel en un enfermo pueden ser
devastadores), pero también protege su desenvolvimiento como persona, dignidad etc. En lo que
sucede con enfermedades incurables que, por su propia condición, no representan una situación
muy distinta en libertad que en reclusión. Un claro ejemplo de ella es la situación del imputado
enfermo de SIDA que no se encuentre en una fase avanzada, incluso piénsese en el caso de
portadores de virus. De hecho, no existe ninguna razón para descartar la utilización del arresto
domiciliario por una prevención vinculada a los demás internos, el caso de las enfermedades graves
que involucran además, un grave riesgo de contagio.
El artículo 290.8, como ya se dijo, permite aplicar la prisión preventiva si durante el cumplimiento
de la detención domiciliaria desaparecen los motivos previstos en el artículo 290.1 [literales b al
d]. Quiere decir que incluye la posibilidad -remota- de que desaparezca la condición de enfermo
grave.
Tercero: Respecto a incapacidad física permanente
El NCPP insiste en la posibilidad de atenuar los efectos de la privación cautelar de libertad cuando
el imputado sufre una incapacidad física. Solo que a diferencia del CPP del 1991, exige que esta una
de carácter permanente y que afecte su capacidad de desplazamiento.
Podría alegarse que la mención a la capacidad de desplazamiento involucra una disminución del
riesgo de fuga, pero como se ha dicho, no considero que el artículo 290.1 regule aspectos vinculados
al peligro procesal, son causales esencialmente humanitarias. Actualmente, los medios de
transporte son capaces de facilitar la huida de cualquier persona, incluso de una que sufra
incapacidad física permanente y tenga problemas para desplazarse por su propia cuenta.
Finalmente, el artículo 290.8 también incluye este supuesto dentro de la posibilidad de aplicar
prisión preventiva cuando desaparece el motivo que la justificó la detención domiciliaria. Sin
embargo, ello parece imposible en la medida que se está frente a una incapacidad física
permanente, que por su propia naturaleza, irreversible.
El NCPP se limita a regular el supuesto de madre gestante, incluye a todas las mujeres embarazadas,
desde el primer día de gestación hasta el momento del parto. Es una causal humanitaria clara. Lo
que se pretende, sencillamente, es que una mujer en ese estado no sufra los rigores de la prisión, al
menos, no antes de la condena.
Los centros penitenciarios en el Perú carecen de medios para asistir un embarazo y las condiciones
carcelarias, sin duda ponen en riesgo la vida del feto, que también debe ser protegido de acuerdo a
nuestro ordenamiento constitucional. Naturalmente, la detención domiciliaria permite evitar ese
riesgo y evitar que la madre gestante sufra prisión en esas condiciones, con todo lo que ello acarrea,
no solo para la salud.
Sin embargo, el NCPP no atiende a las diferencias entre una mujer que se encuentra en los primeros
meses de embarazo y otra que está en un proceso avanzado del mismo. El nuevo Código de
Procedimiento Penal Colombiano es mucho más específico cuando establece que la detención
preventiva en establecimiento carcelario podrá sustituirse por la del lugar de residencia cuando
a la imputada o acusada le falten 2 meses o menos para el parto. Igual derecho tendrá durante
los 6 meses siguientes a la fecha de nacimiento.