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INCLUSIÓN EDUCATIVA Y RENDIMIENTO ACADÉMICO
Presentada por
Dorys Soledad Sabando Rojas
Barcelona, 2016
Este trabajo va dedicado especialmente a todos los niños y niñas del mundo, sobre todo a
aquellos que, fuera de toda lógica, padecen día a día las adversidades de la humanidad.
También lo quisiera dedicar a las personas que con todo su amor me han apoyado para
concretar este nuevo desafío:
A mi familia, que desde pequeña inculcó en mí, la vocación por educar y que hoy, sin
egoísmos, me han dejado volar para buscar mi propio rumbo…
Vayan mis más sinceros agradecimientos a quienes han hecho posible el desarrollo de esta
investigación, depositando en mí su confianza y colaborando plenamente en la materialización de
cada una de las ideas que gestaron este trabajo que hoy presentamos.
En primer lugar quiero destacar el aporte de quienes han sido un pilar fundamental para este estudio
y lo han guiado desde su experticia profesional y vocación profunda por su quehacer:
A mi director y tutor el Dr. Ignasi Puigdellívol Aguadé, quien durante estos años de trabajo
conjunto, se ha transformado en un ejemplo profesional y personal para mi vida.
A mi directora Dra. Mercedes Torrado Fonseca, que ha significado un gran estímulo y apoyo para
seguir adelante, sobre todo, en los momentos más duros por los que pasé, lo que me permitió
culminar este proceso satisfactoriamente.
A la profesora Belinda Siles Sancho, cuya disponibilidad incondicional le permitió abrir las puertas del
centro que dirige, la Escola Mare de Déu del Rocío, para ayudarme a contextualizar, a una situación
concreta y real, los fundamentos teóricos de esta tesis y facilitó la realización de fotografías de los
estudiantes que aparecen en la portada de este trabajo.
A los conocimientos del profesor Williams Contreras Higuera, quien colaboró en la etapa de logística
técnica de la aplicación piloto del instrumento.
Y finalmente, a todos quienes sin otra ambición, más que la de mejorar la educación para vivir en un
mundo mejor, han prestado su ayuda desinteresada a este proyecto, que hoy, rinde sus frutos.
Notas:
Esta investigación fue desarrollada como parte del programa de Becas Doctorado en el Extranjero
financiada por la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica CONICYT, del Gobierno de
Chile.
Los niños y niñas que aparecen en la fotografía de la portada, son estudiantes de la Escola Mare de Déu
del Rocío, de Sant Vicenç del Horts, Barcelona.
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................. 1
5.1. Grado de inclusión (GI) de los centros públicos de Cataluña. ................................ 151
5.1.1. Grado de inclusión global de los centros. ............................................................. 152
5.1.2. Grado de inclusión por dimensiones. ................................................................... 155
5.1.3. Perfil de los centros en función del grado de inclusión. ......................................... 181
A modo de síntesis. ...................................................................................................... 183
En relación al análisis del grado de inclusión de los centros. ........................................... 183
En relación al análisis detallado de los ítems por dimensiones. ...................................... 184
CAPÍTULO 6 ANÁLISIS DE LA RELACIÓN ENTRE EL GRADO DE INCLUSIÓN DE LAS
ESCUELAS PÚBLICAS DE CATALUÑA Y EL RENDIMIENTO ACADÉMICO DEL ALUMNADO.
...................................................................................................................................................187
6.1. Descripción de los datos .................................................................................... 187
6.2. Relación entre el grado de inclusión de las escuelas públicas de Cataluña y el
rendimiento académico del alumnado. ......................................................................... 191
6.2.1. Correlación entre el grado de inclusión global y el rendimiento promedio de centro. 191
6.2.2. Correlación entre dimensiones del GI de centro y el nivel de logro por competencias,
según el nivel de complejidad. ..................................................................................... 196
A modo de síntesis. ...................................................................................................... 217
Respecto a la relación entre el grado de inclusión global y el rendimiento académico ....... 218
Respecto a la relación entre el GI por dimensiones y el rendimiento ................................ 219
Tabla 6 Resumen componentes del Index for Inclusion (Booth y Ainscow, 2002). .................................. 108
Tabla 12 Distribución de la muestra participante en función del nivel de complejidad ............................. 122
Tabla 14: Esquema resumen de principales elementos del cuestionario. ............................................... 132
Tabla 17 Validación de las puntuaciones de las preguntas clave para calcular el grado de inclusión del
centro. ....................................................................................................................................................... 136
Tabla 18 Tramos de porcentajes establecidos para las puntuaciones estandarizadas. ........................... 138
Tabla 28. Distribución de los centros de la aplicación piloto por sub-muestras considerando los niveles de
complejidad............................................................................................................................................... 142
Tabla 29 Resultado del Alfa de Cronbach para las preguntas clave estandarizadas. .............................. 143
Tabla 31 Resumen de los análisis estadísticos aplicados en función de los objetivos de la investigación
.................................................................................................................................................................. 147
Tabla 32 Tabla de equivalencias de puntuación e intervalo del grado de inclusión. ............................... 151
Tabla 33 Grado de inclusión de la totalidad de la muestra, por niveles de complejidad. .......................... 154
Tabla 36 Resultados por preguntas clave de la dimensión organización de centro ................................. 158
Tabla 38 Resultados por preguntas clave de la dimensión clima inclusivo ............................................. 162
Tabla 40 Resultados por preguntas clave de la dimensión organización del aula.................................... 166
Tabla 42 Resultados por preguntas clave de la dimensión apoyo pedagógico. ....................................... 170
Tabla 44 Resultados por preguntas clave de la dimensión participación con la comunidad. ................... 176
Tabla 47 Asociación entre variables GI y características generales de los centros. ................................ 182
Tabla 48 Media de los resultados por competencias, años 2011-2012-2013, según nivel de complejidad.
.................................................................................................................................................................. 188
Tabla 50 Intervalos de nivel de logro de la competencia de los centros participantes. ........................... 190
Tabla 51 Tabla de contingencia: GI global y niveles competenciales, según complejidad de centros. .... 194
Tabla 54 Tabla de contingencia: Dimensión organización del aula y niveles competenciales, según
complejidad de centros. ............................................................................................................................ 206
Tabla 58 Coeficientes de correlación significativos entre las variables GI y el promedio por competencias,
según los niveles de complejidad, obtenidos con la prueba de Spearman.............................................. 217
Figura 5: Gráfico con las respuestas de las muestras A y B para la pregunta 3 ...................................... 142
Figura 9: Correlación GI global y rendimiento académico de centro, según niveles de complejidad .... 192
Figura 10: Correlación D. organización de centro y rendimiento académico total de centro. ................. 197
Figura 11: Correlación D. clima inclusivo de centro y rendimiento académico total de centro ............... 201
Figura 12: Correlación D. dimensión organización del aula y rendimiento académico total de centro ... 204
Figura 13: Correlación D. apoyo pedagógico y rendimiento académico total de centro ........................ 208
Figura 14: Correlación D. participación de la comunidad y rendimiento académico total de centro ....... 210
Figura 15: Correlación D. formación permanente y rendimiento académico total de centro................... 214
Introducción
INTRODUCCIÓN
La escuela del siglo XXI, enfrenta un gran y complejo desafío compartido a nivel mundial, lograr
una educación inclusiva, una escuela para todos y todas sin excepciones ni discriminaciones de
ningún tipo, un escuela que garantice la equidad e igualdad de oportunidades para que todo su
alumnado pueda alcanzar el éxito académico, valorando la diversidad como una riqueza de la
cualidad humana.
Sumándonos a este desafío, hemos desarrollado esta investigación con la que pretendemos
lograr una primera aproximación al proceso de implementación de la educación inclusiva en los
centros públicos de primaria de Cataluña, identificando los aspectos mayormente consolidados y
aquellos que aún constituyen limitaciones que impiden continuar avanzando en el camino de la
transformación hacia una escuela garante de los accesos, la participación y el logro en los
aprendizajes de todo su alumnado.
El interés personal por abordar este tema surge desde mi experiencia de trabajo en Chile como
profesora de educación especial por más de doce años, durante los cuales ejercí docencia tanto
en escuelas como también en Universidades (Universidad Santo Tomás y Universidad del Mar
ambas en la ciudad de La Serena), en las que estuve a cargo de la formación de futuros
maestros durante seis años. El comienzo de mi temprana trayectoria laboral fue como maestra
de estudiantes con severas discapacidades (multidéficit, sordoceguera, deficiencia mental
profunda, etc.) en entornos segregados y luego con alumnos con discapacidad leve
escolarizados en centros ordinarios en los que, la situación de extrema pobreza del alumnado y
la rigidez del sistema educativo conformaban importantes barreras para la inclusión de estos
estudiantes.
1|Página
Introducción
de Terrassa, donde pude vivenciar como es la enseñanza en un aula cuando se abren las
puertas a la comunidad.
Otra valiosa experiencia ha sido participar desde el año 2010, en el Seminari de Formació i
intercanvi. El suport pedagògic a l’Escola Inclusiva, patrocinado por el l’Institut de Ciències de
l’Educació (ICE)1 de la Universitat de Barcelona y coordinado por Ignasi Puigdellívol. El
seminario surgió el 2010 con la idea de profundizar en el apoyo educativo que se brinda a los
alumnos con mayores dificultades de aprendizaje, desde centros que funcionaban como
Comunidades de Aprendizaje en Cataluña, ampliándose este año a escuelas inclusivas que no
son comunidades. Esta instancia cuenta, desde sus inicios, con la participación de docentes y
directivos de diversas escuelas con quienes nos reunimos con una periodicidad mensual en
colaboración con profesorado y estudiantes de postgrado de la Universitat de Barcelona.
Desde mi trabajo con colectivos excluidos en entornos de extrema pobreza en Chile, hasta las
experiencias más inclusivas que he podido conocer y vivenciar desde mi llegada a Barcelona, no
ha cesado mi búsqueda y curiosidad por los entornos de enseñanza inclusivos que se esmeran
por lograr que sus alumnos aprendan y participen junto al resto de sus compañeros. Ha sido una
enorme oportunidad el poder llegar hasta aquí y conocer un Sistema Educativo diferente, que ha
sido y es un modelo para Chile en muchas de las reformas impulsadas, pero que
lamentablemente posee enormes diferencias contextuales que no han sido tomadas en cuenta
en el momento de su aplicación al contexto chileno y por tanto, no se han obtenido los resultados
esperados.
Es por esto que las posibilidades que se me han brindado para llevar a cabo esta investigación,
junto con la responsabilidad que desde al año pasado me han otorgado de tutorizar un grupo de
prácticas del Máster de Educación Inclusiva de la Universitat de Barcelona, conforman
experiencias que han enriquecido y ampliado significativamente la visión que hasta ahora
mantenía de la educación inclusiva y me han llevado a conocer una realidad concreta de su
implementación en un sistema educativo que no está exento de problemáticas, pero que también
demuestra grandes avances en su apuesta por la atención de la diversidad en las escuelas.
1 ICE: Instituto de Ciencias de la Educación, de la Universitat de Barcelona, cuyo objetivo principal es establecer estrategias y
actividades formativas para el perfeccionamiento del profesorado de la Universidad con el fin de contribuir al aumento del nivel de
la calidad de la docencia universitaria, así como a la adaptación de las nuevas exigencias del contexto en que se enmarca el
Espacio Europeo de Educación Superior. (Fuente: http://www.ub.edu/ice/
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Introducción
La Tesis doctoral que se presenta aborda la relación entre la inclusión educativa y el rendimiento
académico, a través de un estudio de corte cuantitativo, en el que participaron 615 escuelas
públicas de primaria de Cataluña, y que contó con la colaboración del Departament
d’Ensenyament de la Generalitat de Catalunya y el Consell Superior d’Avaluació2. La
investigación se encuentra enmarcada en la línea teórica de la escuela inclusiva, desde el
enfoque de transformación que requieren los centros para asegurar la atención a la diversidad de
su alumnado, que garantice no solo los accesos, sino también la igualdad de oportunidades para
recibir una enseñanza de calidad y lograr aprendizajes de excelencia en los alumnos,
estimulándolos a finalizar los estudios obligatorios y a continuar con una formación posterior que
contribuya a su independencia y desarrollo personal, y los prepare para enfrentar los desafíos
de la sociedad actual.
Por lo demás, el estudio se ha enmarcado dentro del Convenio Marco firmado entre la
Universitat de Barcelona y la Generalitat de Catalunya:
A través del convenio, se establecieron las obligaciones y resguardos éticos por ambas
instancias, formalizando la cesión de los datos por parte del Consell Superior d’Avaluació,
relativos a los resultados de la evaluación externa de las pruebas de sexto de educación primaria
de los años 2011-2012 y 2013, de las escuelas públicas de primaria de titularidad del
Departament d’Ensenyament, y también datos referidos a las características de las escuelas
(matrícula, número de alumnos con necesidades educativas especiales (n.e.e)4, plantillas de
2 La traducción al castellano del nombre de estas instancias es: Departamento de Enseñanza, Generalidad de Cataluña y
Consejo Superior de Evaluación. Sin embargo mantendremos su nominación en la lengua catalana durante todo el trabajo.
3 Se adjunta Anexo del Convenio en el CD.
4 Utilizaremos la sigla n.e.e. (necesidades educativas especiales) durante todo el trabajo.
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Introducción
Más allá de los aspectos formales establecidos en dicho convenio, el trabajo conjunto a lo largo
de toda la investigación, con los miembros del Departament d’Ensenyament y del Consell
Superior d’Avaluació, fue esencial para ir situando los fundamentos teóricos de la inclusión
educativa y su traducción a la normativa vigente y al sistema educativo catalán, e ir
contextualizando las preguntas del instrumento utilizado para recoger la información de los
centros. Además de contar con la colaboración, en la revisión del instrumento y en su posterior
aplicación piloto y pasación definitiva del cuestionario, que fue convocada desde el Departament
d’Ensenyament.
La cooperación entre ambas instancias (Universitat y Generalitat) fue motivada por el interés
común de conocer el grado de inclusión de las escuelas y su correlación con los resultados
educativos, conforme a que la inclusión escolar es uno de los principios que rige al Sistema
Educativo en Cataluña (Llei d’Educació de Catalunya, LEC) y el conocer su implementación e
influencia en el rendimiento de las escuelas resulta de gran utilidad para establecer futuras líneas
de mejora. Para ello nos hemos planteado dos objetivos principales:
Identificar el grado de inclusión de los centros públicos de primaria de las zonas urbanas
de Cataluña.
Determinar la influencia del grado de inclusión de los centros educativos de Cataluña en
el rendimiento académico del alumnado.
A través de los resultados de este estudio, esperamos responder a los propósitos aquí
planteados y aportar con ello al proceso de consolidación de la educación inclusiva de calidad en
el sistema regular de enseñanza, ya que la inclusión es una poderosa herramienta para combatir
las dificultades que actualmente enfrenta el sistema educativo español, referidas a los altos
índices de fracaso escolar, que de acuerdo al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte
[MECD], (2015a) posicionan a España en el primer lugar del resto de países europeos con un
índice de abandono del 21,9% en el año 2014, (media UE de 11,1%), superado por Cataluña que
alcanzó un índice del 22,2% de abandono durante ese mismo año.
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Introducción
Ante estas cifras, es menester tener en cuenta que cuando hablamos de exclusión, no sólo nos
referimos a aquellos estudiantes que quedan fuera del sistema educativo regular, sino que
también contempla la exclusión a los aprendizajes, que padecen aquellos alumnos que
interrumpen su trayectoria educativa o que acaban su escolaridad sin haber adquirido las
competencias básicas porque han recibido una educación de baja calidad.
Por tal motivo, el movimiento por la inclusión educativa apunta a asegurar no sólo la cobertura
educativa sino también a conseguir altos estándares de calidad en los sistemas educativos.
Para la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura -Oficina
Regional de Educación para América Latina y el Caribe [UNESCO-OREALC] “Una educación es
de calidad si ofrece los recursos y ayudas necesarias para que todos los estudiantes alcancen
los máximos niveles de desarrollo y aprendizaje, de acuerdo con sus capacidades” (2007:34).
De tal manera que todos los individuos puedan acceder en igualdad de condiciones a la
educación y formación que se les ofrece.
Descripción de la Investigación
La Tesis se ha estructurado en 3 partes principales de la siguiente manera:
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Introducción
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PRIMERA PARTE:
MARCO TEÓRICO
Capítulo 1: La educación inclusiva.
CAPÍTULO 1:
LA EDUCACIÓN INCLUSIVA
La investigación realizada, tiene como finalidad relacionar el grado de inclusión de las escuelas
públicas con el rendimiento académico de todo su alumnado. Este estudio está enmarcado en la
línea teórica de la escuela inclusiva, abordándolo desde el punto de vista de aquellos centros
educativos que atienden a la diversidad y que se esfuerzan por lograr una mayor equidad e
igualdad de oportunidades para todos los niños y niñas en el marco de una cultura escolar de
aceptación y valoración de la diversidad.
Por lo tanto, es necesario comenzar con una delimitación conceptual de educación inclusiva,
para lo cual revisaremos el concepto desde sus orígenes hasta los avances actuales en torno al
tema. Dedicaremos esta primera parte del trabajo a abordar aquellos elementos que nos
permiten describir y comprender con mayor profundidad el término, basándonos principalmente
en los planteamientos de organismos internacionales y de autores que son referentes de la
educación inclusiva a nivel mundial.
El movimiento por la educación inclusiva surge a principios de los años noventa, en el Foro
Internacional de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura [UNESCO], celebrado en Jomtien (Tailandia), en el que se aprobó la “Declaración
Mundial sobre Educación para Todos. Satisfacción de las necesidades básicas de aprendizaje” 5,
que establece la universalización del acceso a la educación para todos los niños, jóvenes y los
adultos, promoviendo la equidad, lo cual da comienzo al movimiento inclusivo a nivel mundial.
5
Educación para Todos (EPT) es un acuerdo adquirido a nivel mundial en el Foro sobre Educación Dakar 2000, en el que los
gobiernos de 164 países se comprometieron a dar educación básica de calidad a todos los niños, jóvenes y adultos.
11 | P á g i n a
Capítulo 1: La educación inclusiva.
Más tarde, ocurre otro hecho que se convertiría en el principal impulso de la educación inclusiva,
la Declaración de Salamanca, (UNESCO, 1994) en la que se enfatiza la urgencia de impartir
enseñanza a todos los niños, jóvenes y adultos, con y sin necesidades educativas especiales
dentro un mismo sistema común de educación, que sea capaz de educarlos con éxito y de
brindarles una educación de calidad. Para lo cual se examinan los cambios en las políticas
necesarios para lograrlo.
Podemos mencionar también otras instancias celebradas a nivel internacional que promovieron
la educación inclusiva, como La Convención sobre los Derechos del Niño (1989); Las Normas
Uniformes para la Equiparación de Oportunidades de las Personas con Discapacidad (1993); La
Conferencia Internacional de Dakar (2000), en que se realizó un seguimiento de la propuesta
Educación para Todos de Jomtien, La Convención Internacional de la ONU de los Derechos de
las Personas con discapacidad (2006) y La Conferencia Gubernamental: La Educación Inclusiva,
el camino hacia el futuro de la UNESCO (2008), entre muchas más que no enunciamos.
Por otra parte, a pesar del interés demostrado a nivel mundial por la educación inclusiva
reflejado en las diversas iniciativas desarrolladas en algunos países y de la gran cantidad de
información disponible respecto a lo que es la inclusión, aún persiste una gran confusión
respecto a su significado y constantemente topamos con una serie de dificultades y resistencias
que impiden concretar acciones a nivel de políticas y prácticas orientadas al progreso escuelas
más inclusivas (Giné, Duran, Font, y Miquel, 2009; Echeita y Ainscow, 2011).
12 | P á g i n a
Capítulo 1: La educación inclusiva.
Una de las dificultades respecto al significado de la educación inclusiva tiene que ver con la
complejidad del concepto de inclusión, que requiere de una visión amplia para que su definición
no quede reducida sólo al contexto escolar y a la atención de estudiantes discapacitados en
escuelas ordinarias, sino que pueda ser comprendida como un fenómeno político y social,
(Parrilla, 2002), situado en un contexto y un tiempo específico, que tiene que ver con una
ideología y un modelo de sociedad y con la concepción compartida de diversidad.
Así lo plantea Slee, cuando señala que “La educación inclusiva es, ante todo y sobre todo, una
postura política; plantea un reto audaz a la adscripción de valores ascendentes y descendentes a
diferentes personas (…) nos invita a pensar sobre la naturaleza del mundo en el que vivimos, el
mundo que preferimos y nuestro papel en la configuración de ambos mundos” (2012:32). Esta
lucha por la educación inclusiva es un proceso gradual que implica un profundo cambio social y
cultural. Lo que representa un gran desafío político para los poderes e instituciones públicas y
que además requiere de la cooperación y el compromiso de diversos agentes para poder
concretar las iniciativas generadas y solucionar los problemas que dificultan la inclusión en
distintos ámbitos.
En esta definición destacan cuatro elementos clave que permiten una comprensión funcional
pues conforman las principales dimensiones que debieran orientar las políticas y los procesos
de transformación de los centros educativos, constituyendo el foco de atención para identificar
los obstáculos que se interponen al proceso de inclusión. Estos elementos son: [1] la inclusión
es un proceso, [2] relacionado con la identificación y eliminación de barreras, [3] que tiene que
ver con la presencia, participación y el logro de todos los estudiantes, [4] que implica un énfasis
particular en aquellos estudiantes en riesgo de marginalización, exclusión o bajo rendimiento
(Ainscow, 2003a, 2006; UNESCO, 2005). A continuación revisaremos cada uno de ellos por
separado y con mayor profundidad.
13 | P á g i n a
Capítulo 1: La educación inclusiva.
La educación inclusiva tiene un carácter de proceso que nunca acaba, de constante búsqueda y
transformación escolar respecto a la manera más adecuada de atender a la diversidad, para
aprender a vivir con la diferencia y a valorarla como un factor positivo para el aprendizaje
(Ainscow, 2001, 2003a; Echeita y Ainscow, 2010; Stainback y Stainback, 2004; UNESCO,
2005). Todo proceso implica un cambio y en este sentido el cambio es la mejora e innovación en
los sistemas escolares, para responder a las necesidades que se presentan al incluir a todo el
alumnado de su comunidad.
Respecto a este carácter procesual, Barton (1998:85) señala: “La educación inclusiva no es algo
que tenga que ver meramente con facilitar el acceso a las escuelas ordinarias a los alumnos que
han sido previamente excluidos. No es algo que tenga que ver con terminar con un inaceptable
sistema de segregación y con lanzar a todo ese alumnado hacia un sistema ordinario que no ha
cambiado. El sistema escolar que conocemos –en términos de factores físicos, aspectos
curriculares, expectativas y estilos del profesorado, roles directivos- tendrá que cambiar”.
Destacamos la cita de Barton, porque no debemos olvidar el factor tiempo que conlleva todo
proceso y que es necesario para poder implementar los cambios adecuadamente (Echeita y
Ainscow, 2010; Giné et al., 2009). Sobre todo cuando estamos ante una transformación social,
que requiere de un cambio en la actitud, valores y creencias de las personas, para lo cual no
solo se necesita tiempo sino también una reformulación de conceptos y conductas, y una
reflexión y evaluación permanentes que permitan identificar las barreras que puedan estar
interfiriendo en la promoción de la inclusión.
Al “etiquetar” a un alumno con n.e.e., se generan expectativas más bajas por parte de los
docentes, y porque además esta práctica se centra en las dificultades que experimentan los
alumnos que están “etiquetados”, lo que puede desviar la atención de las dificultades
experimentadas por otros alumnos. Por otro lado tiende a reforzar en los docentes la creencia de
que la educación del alumnado clasificado como “con Necesidades Educativas Especiales” en
14 | P á g i n a
Capítulo 1: La educación inclusiva.
Desde la educación inclusiva, se enfatiza la perspectiva social para explicar las dificultades de
aprendizaje y la discapacidad, ya no como consecuencia de las deficiencias personales del
alumnado sino que éstas surgen de la interacción que se da entre los estudiantes y el contexto.
Para los autores, las barreras de aprendizaje se pueden dar en tres dimensiones: la cultura
escolar (valores, creencias y actitudes); políticas institucionales y prácticas escolares.
De acuerdo a este enfoque social, se requiere una revisión constante de los sistemas
educativos, en todos sus niveles, para detectar y modificar aquellos aspectos que puedan estar
generando exclusión del alumnado. Lo cual conlleva a una transformación profunda de la
escuela, para que adapte su enseñanza a las diferencias de aprendizaje de los alumnos, en
lugar de que los alumnos se adapten a las exigencias de los centros educativos (UNESCO-
OREALC, 2007). Esta transformación requiere de un alto grado de innovación y trabajo
colaborativo de todos los agentes involucrados hacia una meta en común: lograr la mejora en los
accesos, participación y los aprendizajes no sólo de los alumnos con dificultades, sino que
implica una mejora sustancial de todo el centro y de todos los miembros que en él participan.
En primer lugar, la presencia tiene que ver con el lugar donde son educados los alumnos y con
su asistencia a clases, está relacionada con la universalización del acceso a la educación para
todos los niños, jóvenes y los adultos6, y con la permanencia del alumnado en la escuela hasta
la finalización del primer ciclo de enseñanza primaria completo. Está vinculado al derecho de
6 Establecida en la Declaración Mundial sobre Educación para Todos (1990), Jomtien Tailandia.
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Capítulo 1: La educación inclusiva.
todos los niños a no ser excluidos de la vida escolar (UNESCO, 2000), ni a ser apartados de sus
comunidades, permitiéndoles compartir espacios comunes en el ámbito educativo, físico y
social. Por tanto la ubicación del alumnado más vulnerable en un centro ordinario o en uno
especial, es un primer, pero no único, indicador de inclusión o exclusión (Giné et al., 2009). En
las escuelas inclusivas existe un claro compromiso por la escolarización de todo el alumnado,
permitiendo y facilitando los accesos sin evitar ni excluir la diversidad.
Revertir estas cifras para aumentar los accesos y la permanencia del alumnado más vulnerable
en las escuelas, requiere del fortalecimiento de la escuela pública, por medio de su distribución
equitativa, el acercamiento de los servicios a las comunidades marginadas, eliminando los
costos y diversificando la oferta educativa, (Marchesi, Blanco, y Hernández, 2014) Fortalecer
políticas públicas en educación para hacer que las escuelas estatales amplíen la cobertura y la
calidad de la educación a un alumnado diverso, contribuye a un crecimiento económico
sostenido, reduce las desigualdades sociales, favorece la superación de la pobreza y promueve
la inclusión y cohesión social (UNESCO-OREALC (2007). Por consiguiente, urge la necesidad
de una revaloración de la escuela pública, que incluya la revisión de las políticas educativas, y de
las regulaciones legales y de financiamiento, para su reivindicación como bien público al que
todos tenemos derecho a acceder.
Por último, la apertura de la escuela pública a la totalidad del alumnado sin excepciones, es el
principal punto de partida para la inclusión educativa, pero es sólo el comienzo de un proceso de
transformación largo y complejo, que además está vinculado a la calidad de los aprendizajes y a
la participación. Asegurar los accesos de un alumnado diverso en la escuela ordinaria no
garantiza de ninguna manera, que sus experiencias educativas serán exitosas. Para ello será
necesario que el centro desarrolle un perfil inclusivo, a través de la articulación de los diferentes
elementos que continuaremos revisando a lo largo de todo este apartado.
La participación no es sólo estar en un lugar, sino que tiene que ver con un proceso democrático
mucho más complejo que requiere que la transformación de los centros esté orientada a
fomentar y fortalecer altos niveles de inclusión y de participación de todos los agentes educativos
en las políticas, prácticas y cultura escolar.
17 | P á g i n a
Capítulo 1: La educación inclusiva.
Por lo tanto las escuelas inclusivas deben dirigir sus esfuerzos a identificar y eliminar las
barreras para la participación de todo el alumnado y no sólo de aquellos que representan
minorías. Teniendo en cuenta los factores que limitan o impiden la participación que van desde la
infraestructura, rigidez curricular, formación del profesorado, altas tasas de absentismo escolar,
pobreza, distanciamiento de la cultura de origen, “niños de la calle” 8, enfermedades, diferencias
con el idioma de enseñanza, entre muchos otros, (Ainscow, 2001).
En tercer lugar revisaremos lo referido a los logros definido como “la adquisición de los valores,
las actitudes, los conocimientos y las competencias que se requieren para responder a los
problemas de las sociedades contemporáneas” UNESCO (2009:6). Alcanzar una mayor equidad
y calidad en los resultados de aprendizaje de todo el alumnado constituye uno de los desafíos
más importantes para los sistemas educativos a nivel mundial.
8 Denominación dada a los 150 millones de niños en el mundo que han salido de sus casas por problemas de violencia, drogas y
alcohol, muerte de los padres, familias disfuncionales, guerras o por trabajo. (www.unesco.org)
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Capítulo 1: La educación inclusiva.
Esta Crisis Mundial del Aprendizaje refleja que aún son millones de personas las “excluidas” del
acceso al conocimiento y a los aprendizajes posicionándolos en situación de desventaja para
poder aprovechar al máximo sus posibilidades y participar en igualdad de condiciones en la
sociedad. Son personas que aun estando escolarizadas reciben una educación de baja calidad
que no les permite lograr las competencias mínimas requeridas y muchas de ellas no terminan la
enseñanza obligatoria, alcanzando niveles mínimos de desempeño. Esto demuestra la
necesidad de garantizar, además de la cobertura, la “inclusión en los aprendizajes” (Blanco,
2011; Echeita, 2008; Marchesi et al., 2014; UNESCO, 2014b), apuntando a conseguir altos
estándares de calidad en los sistemas educativos ya que, como mencionamos anteriormente, el
aumento en los accesos no asegura, por sí mismo, una mayor igualdad en los niveles de
aprendizaje.
Un cuarto elemento que define la educación inclusiva, está relacionado con la población en la
que se centra, ya que aun cuando sus objetivos se orientan a todo el alumnado, se enfatiza
particularmente en aquellos estudiantes en riesgo de marginalización, exclusión o bajo
rendimiento, considerados como aquellos grupos que estadísticamente conforman una
población de mayor riesgo o vulnerabilidad, por lo que requieren de una mayor supervisión y de
que se adopten las medidas necesarias para minimizar los riesgos de exclusión, que aseguren
su presencia, participación y éxito dentro del sistema educativo (Echeita y Ainscow, 2010;
UNESCO, 2005). Los grupos vulnerables suelen variar de acuerdo a la realidad de cada país,
pero en general, suelen estar dentro de seis grupos destacados por la UNESCO; niños gitanos,
niños de la calle, niños trabajadores, alumnos con discapacidad, pueblo indígena y alumnos de
poblaciones rurales.
En este sentido es prioritario asegurar los accesos de estos alumnos en los centros escolares y
luego estar atentos a las barreras que se interpongan en su participación y aprendizaje. Es
importante destacar que el énfasis en la atención hacia estos estudiantes debe realizarse bajo
una perspectiva social y no desde la perspectiva individual deficitaria. Es decir, más que focalizar
las dificultades de los alumnos, debemos centrarnos en aquellos factores del contexto que
puedan interferir en su proceso educativo para eliminarlos o minimizarlos y así transformar el
entorno escolar con tal de permitir el desarrollo máximo de sus capacidades.
Por último, es necesario que comprendamos estos cuatro elementos revisados desde su relación
de interdependencia, para entender el concepto de educación inclusiva, desde su enorme
complejidad, como un “Proceso sistémico de mejora e innovación educativa para promover la
19 | P á g i n a
Capítulo 1: La educación inclusiva.
presencia, el logro y la participación de todo el alumnado en la vida escolar de los centros donde
son escolarizados, con particular atención a aquellos alumnos o alumnas más vulnerables a la
exclusión, el fracaso escolar o la marginación, detectando y eliminando, para ello, las barreras
que limitan dicho proceso” (Ainscow, Booth y Dyson, 2006). Tener una definición clara del
concepto nos entrega una perspectiva desde la cual podemos analizar y transformar los
sistemas educativos hacia una meta compartida. Sin embargo, la búsqueda de una definición
precisa no debiera desviarnos de la tarea de identificación y eliminación de las barreras para la
inclusión, de los avances que en este ámbito están alcanzando algunos centros y de las
evidencias de las investigaciones en el tema de la inclusión (Ainscow et al., 2006; Giné et al.,
2009; Slee, 2012).
Para muchos autores, el concepto de inclusión tiene que ver principalmente con una cuestión
actitudinal y valórica (Arnaiz, 1996; Dyson, 2001; Echeita, 2006a, 2008; Booth, 2000) que
explican muchas de las contradicciones que se dan entre la teoría y la práctica, y que
constituyen una de las principales barreras para llevar a cabo procesos inclusivos realmente
efectivos y coherentes (Echeita y Ainscow, 2010). De acuerdo a la UNESCO “las actitudes
negativas de profesores y adultos (padres y otros miembros de la familia) son la mayor barrera
para la inclusión; los niños no tienen prejuicios a menos que los adultos se los muestren”9
(2005:22).
9 Traducción propia del original: Severall studies have revealed that negative attitudes of teachers and adults (parents and other
family members) are the major barrier to inclusión; children do not have perjudices unless adults show them.
20 | P á g i n a
Capítulo 1: La educación inclusiva.
Para asumir una postura orientada hacia la inclusión, se requiere una cultura de centro en la que
todos los miembros compartan una valoración positiva hacia la diversidad, actitudes de
aceptación y respeto genuino hacia el otro y sólidas creencias de que todos tienen el derecho
de lograr el éxito en sus aprendizajes sin excepciones, lo que se concreta en las políticas (a nivel
macro y micro) que regulan la organización y el funcionamiento de los centros y en las prácticas
que se desarrollan diariamente en las escuelas y en sus aulas.
Las escuelas con una orientación inclusiva constituyen una vía fundamental para hacer efectivo
el derecho a la educación en igualdad de condiciones, para contribuir al desarrollo de sociedades
más justas y para fomentar una cultura de respeto y valoración de las diferencias sociales,
culturales e individuales. Educar en y para la diversidad permite conocer y convivir con personas
que tienen capacidades, situaciones y modos de vida distintos, desarrollar valores de
cooperación y solidaridad y construir la propia identidad (Marchesi et al., 2014: 9).
Sin embargo, esta transformación es un proceso complejo que requiere de tiempo y de una
constante revisión y reflexión crítica respecto a la cultura inclusiva del centro, para lograr que
todos sus miembros configuren sus valores y creencias personales hacia una visión compartida
de reconocimiento y valoración de la diversidad.
Estamos hablando de un proceso de auto-revisión fundamental para asegurar que las prácticas
institucionales defiendan valores inclusivos y que los individuos que formen parte de él
compartan dichos valores. Dicho proceso incluye otro de autopurificación tanto para la escuela
como para su profesorado. (Dyson 2001:153)
Las potentes palabras de Dyson refuerzan la necesidad de desarrollar y fortalecer una cultura
institucional inclusiva que propicie la participación en la escuela, la sociedad y más adelante en
el empleo. Por lo cual, la inclusión ha de centrarse en el logro, para que todos los estudiantes
desarrollen las aptitudes necesarias que le permitan desenvolverse con éxito en su vida laboral y
en la sociedad.
Las actitudes y valores positivos hacia la diversidad son el principal impulsor de la inclusión
educativa y resulta esencial para que ésta se pueda dar espontánea y exitosamente y no quede
reducida al discurso políticamente correcto y a una infinidad de normativas que por sí solas no
garantizan interacciones basadas en la aceptación genuina del otro como tal. De lo contrario
estamos asegurando sólo los accesos del alumnado al sistema escolar pero no aseguramos su
participación ni la calidad y equidad en los servicios educativos que le brinda la escuela.
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Capítulo 1: La educación inclusiva.
Luego, en la Declaración Mundial sobre Educación para Todos (1990) se reafirma la educación
como un derecho humano fundamental, con lo que se busca la universalización de la enseñanza
primaria y con ello la erradicación del analfabetismo y fomentar la equidad enfatizando en la
igualdad de género y la atención a los grupos más vulnerables. Señalando al respecto: que todos
los niños, jóvenes y adultos, deben beneficiarse de una educación que satisfaga sus
necesidades de aprendizaje, referidas a la lectura, escritura y cálculo que son esenciales para el
aprendizaje y a aquellos aprendizajes relacionados con conocimientos teóricos y prácticos,
valores y actitudes necesarios para desarrollar las capacidades y talentos de cada persona,
mejorar su calidad de vida y lograr una plena vida en sociedad (UNESCO, 1990).
10 Véase Artículo 26, referido al Derecho a la Educación, establecido en La Asamblea General de las Naciones Unidas
celebrada en 1948.
11 Véase Artículos 28 y 29, del Tratado Internacional que entra en vigor como Ley en 1990. Establecido en la Convención sobre
Actualmente, cada vez son más quienes consideran que el derecho a la educación debe ir más
allá de garantizar los accesos a una escolarización obligatoria universal, asegurando además la
equidad en el derecho a lograr aprendizajes de calidad y el derecho a educarse en igualdad de
condiciones en escuelas de la comunidad (Marchesi et al., 2014). Lo cual sería clave para
eliminar la exclusión social producto de las actitudes discriminatorias hacia la diversidad, dando
paso al desarrollo de sociedades más igualitarias y democráticas.
Garantizar el derecho a la educación inclusiva, sólo se puede lograr desde una cultura educativa
basada en la igualdad de derechos, en principios de democracia y justicia con una sólida
creencia de que la diversidad es una oportunidad de aprendizaje y de mejora. En palabras de
Dyson, “La inclusión simplemente denota una serie de amplios principios de justicia social,
equidad educativa y respuesta escolar” (2001:145). El objetivo de la escuela inclusiva es acabar
con las diversas formas de discriminación existentes que limitan la participación y el derecho por
la educación, lo cual implica ajustar estos amplios principios a las realidades de cada país,
localidad y escuela, para responder a las necesidades que se deriven de la atención a la
diversidad y garantizar la igualdad de derechos en contextos que son muy desiguales.
12
Artículo 24: Los estados partes reconocen el derecho de las personas con discapacidad a la educación. Con miras a hacer
efectivo este derecho sin discriminación sobre la base de igualdad de oportunidades, los Estados Partes asegurarán un sistema
de educación inclusivo a todos los niveles, así como la enseñanza a lo largo de la vida.
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Capítulo 1: La educación inclusiva.
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Capítulo 1: La educación inclusiva.
Al hablar de exclusión educativa nos referimos también a otros 250 millones de niños que, aun
estando escolarizados, reciben una educación de baja calidad que no les permite adquirir las
competencias básicas (UNESCO, 2014b) y a una gran cantidad de jóvenes que abandonan la
escuela y de estudiantes que son segregados del sistema por diversas razones.
Esta diversidad de factores, obliga a posicionarnos desde una perspectiva holística al intentar
comprender el fenómeno de la exclusión (Escudero, 2005; Sellman, Bedward, Cole, y Daniels,
2002), es decir, debemos tener en cuenta la interrelación de todos los elementos que conforman
la vida de las personas para poder combatir la exclusión.
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Capítulo 1: La educación inclusiva.
De acuerdo con Martínez (2002) el término diversidad hace referencia a la variedad como una
característica natural que existe entre las personas, situaciones o cosas, que distingue a unas
de otras, sin implicación de grados de jerarquía entre ellas. Sin embargo, la tendencia a través
de los años, ha sido la de considerar estándares de normalidad entre la población, bajo los
cuales las diferencias humanas han sido consideradas como deficiencias, comportando el
desarrollo de múltiples procesos clasificatorios, selectivos y segregadores que se mantienen y
comparten en las diferentes culturas.
Si bien la diversidad es una característica fundamental del ser humano (Blanco, 2008; Martínez,
2002, Muntaner, 2010; UNESCO-OREALC, 2007) y, como tal ha existido siempre, ha sido sólo
en los últimos tiempos cuando ha cobrado especial relevancia, producto del fenómeno de la
globalización, de las migraciones provocadas por las guerras, la violencia y la pobreza
(UNESCO-OREALC, 2007) y de la conciencia social respecto a las desigualdades en el
ejercicio de los derechos humanos que se ha intentado promover a través de diferentes
instancias internacionales como la UNESCO, UNICEF, FNUAP, PNUD y el Banco Mundial13,
logrando importantes avances para el desarrollo de sistemas educativos más inclusivos.
Entre estas instancias destacamos una cita de la UNESCO que señala que “la educación debe
asumir la difícil tarea de transformar la diversidad en un factor positivo de entendimiento mutuo
entre los individuos y los grupos humanos (…) y, puede ser un factor de cohesión social si
procura tener en cuenta la diversidad (…) y al mismo tiempo evita ser a su vez un factor de
exclusión social” UNESCO, (1996:56).
Lamentablemente, la connotación negativa que la diversidad ha tenido, tanto para los sistemas
sociales como educativos, ha generado una fuerte tendencia a eliminarla (Parrilla, 2002),
segregando a través de rígidas estructuras organizativas a los colectivos más diversos.
Específicamente en el caso de los centros escolares, la dificultad para aceptar y responder de
manera equitativa a la diversidad se evidencia incluso hasta nuestros días permaneciendo
firmemente en algunas escuelas, como prácticas “anquilosadas” (muy difíciles de erradicar),
que se manifiestan explícitamente a través de actitudes discriminatorias, procesos de selección,
clasificación, etiquetaje, competición (Parrilla, 2002), pero también a través de procesos
invisibles (Echeita, 2006b), es decir por medio de actuaciones de exclusión que por su
cotidianeidad, pasan desapercibidas.
A continuación destacamos una cita en que Slee (2012) sintetiza muy bien lo que hemos
analizado respecto al entendimiento social de la diversidad:
Las prácticas discriminatorias atentan contra los derechos y la igualdad de oportunidades de los
niños y niñas, limitando sus interacciones a contextos en que se anulan las diferencias. En este
escenario, la educación inclusiva se constituye como una respuesta eficiente para los sistemas
educativos en su desafío por erradicar los procesos excluyentes, ya que basa sus fundamentos
teóricos en la aceptación, el respeto y valoración de la diversidad como una oportunidad de
enriquecimiento personal y social, (Blanco, 2008; Stainback y Stainback, 2004) y tiene como
principal objetivo la transformación de los sistemas educativos, orientada a la atención de la
diversidad y a asegurar la participación y la calidad de los aprendizajes de todo el alumnado.
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Capítulo 1: La educación inclusiva.
Valorar la diversidad en los centros implica el reconocimiento de las diferencias del alumnado,
que orienten los objetivos educativos a sus necesidades particulares, permitiendo el máximo
despliegue en las potencialidades de los estudiantes. En este sentido Puigdellívol nos advierte
que: “integrar la diversidad en los planteamientos educativos de los centros es una tarea no
exenta de riesgos. Quizás el más importante de ellos provenga del peligro de confundir la
atención a la diversidad con la mera adaptación a ella” (2005:14), lo cual es un error habitual de
las escuelas que reducen el currículum y crean estrategias de enseñanza diferenciadas y
marginales, ofreciendo educación de “segunda clase” (Fisher, Roach y Frey, 2002; UNESCO,
1999a) que, lejos de favorecer al alumnado, lo excluye y discrimina ya que les impide la igualdad
de oportunidades para obtener aprendizajes que le permitan continuar los estudios o
desenvolverse de acuerdo a las exigencias de la sociedad.
La lucha mundial contra la exclusión a través del movimiento a favor de una Educación Para
Todos (Education For All) comienza oficialmente en la Conferencia de Jomtien, celebrada en
1990 promovida por la UNESCO, en la que se estableció la educación inclusiva como una de las
estrategias para superar la exclusión en educación y se sentaron las bases para generar
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Capítulo 1: La educación inclusiva.
estrategias de erradicación de la pobreza desde la educación. Diez años más tarde, en el Foro
Mundial de Educación para Todos de Dakar, se reforzó el compromiso de los países por reducir
las desigualdades, enfatizando el acceso, la calidad y la equidad de la educación, como
aspectos claves para lograr resultados efectivos de aprendizaje para todos los alumnos.
Sin embargo, pese a las políticas adoptadas tanto a nivel mundial como local, los sistemas
educativos continúan reproduciendo patrones de fragmentación social y generando explícita o
implícitamente una serie de procesos de exclusión (Blanco, 2008). Una de las dificultades en
esta lucha contra la exclusión es que las medidas que se han tomado para combatirla han sido
parceladas o aisladas en cada localidad o centro (Escudero, 2012; UNESCO, 2012).
Pero, por el contrario, para ganar esta batalla es necesario unificar fuerzas a nivel de políticas,
administración, gestión y otros servicios educativos para que todos ellos orienten sus
actuaciones bajo políticas inclusivas integrales que garanticen la justicia e igualdad en los
sistemas educativos. Así como también es importante considerar que las actuaciones en contra
de la exclusión debieran comenzar en la primera infancia, desde el nacimiento (Blanco, 2008;
Pedró, 2012; Soukakou, 2012; UNESCO, 2000, 2009) ya que estas etapas tempranas resultan
cruciales para el posterior crecimiento, desarrollo y aprendizaje de las niñas y niños.
A pesar de que hasta aquí, por practicidad, hemos acotado bastante el tema de la exclusión al
ámbito educativo, no debemos perder de vista que la exclusión es ante todo un problema de
índole social. Por tanto el análisis y cualquier interpretación de la exclusión educativa deben
efectuarse bajo una óptica social que permita, desde un marco más amplio, relacionar las
causas, los efectos, la intervención, etc. entre los diferentes entornos en que se dan los procesos
de exclusión.
A continuación revisaremos con mayor profundidad el tema del fracaso y abandono escolar
temprano que, como mencionamos al comenzar este capítulo, constituyen la manifestación más
evidente del fenómeno de la exclusión educativa. Se trata de un fenómeno que afecta a España
de manera sobresaliente respecto al resto de países de la Unión Europea.
Centrar nuestro siguiente análisis desde el marco de la exclusión educativa, nos permitirá una
interpretación más amplia, con una mirada social del fenómeno y en coherencia a los
planteamientos teóricos de la educación inclusiva.
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Capítulo 1: La educación inclusiva.
El apartado siguiente lo hemos titulado el fracaso y abandono escolar temprano, el lado oscuro
de la escuela, para referirnos a un complejo fenómeno que se contrapone a la ideología de la
educación inclusiva y que paradojalmente se construye y desarrolla en el mismo contexto desde
el cual se generan las acciones para eliminarlo: la escuela. Así se refieren a esta singularidad
Escudero, González y Martínez (2009:45), “Curiosamente a pesar de que el fracaso escolar no
beneficia a nadie (ni a los estudiantes, ni a los profesores, ni a los centros), es algo que ocurre
«en» las escuelas, es «de» las escuelas y es construido y sancionado, en última instancia, «por»
las escuelas”. Es decir, estamos ante una realidad social y escolar construida, basada en juicios
de excelencia (Marchesi y Hernández, 2003; Perrenoud, 1990) que surgen desde la relación de
las escuelas con los estudiantes y viceversa.
El fracaso escolar constituye uno de los grandes problemas para todos los sistemas educativos a
nivel mundial en la actualidad. En el contexto español, la magnitud del problema queda
evidenciada en las altas cifras que ubican a España como el primer país de la UE, con el índice
más alto de fracaso y abandono escolar temprano, señaladas en el apartado introductorio de
este trabajo. Dada su relevancia, en este capítulo profundizaremos mucho más en su
significado, orígenes, en la vinculación que tiene con el absentismo y el abandono escolar, sus
repercusiones educativas y sociales y revisaremos algunas propuestas para combatirlo desde la
perspectiva de la escuela inclusiva.
El fracaso y el abandono escolar temprano son formas de exclusión que revelan las enormes
desigualdades de los sistemas educativos y de la sociedad, coartando el derecho a la educación
y por ende con nefastas consecuencias sociales e individuales, que persisten a pesar de todos
los esfuerzos por superarlas.
Desde una perspectiva sistémica, el fracaso escolar ocurre cuando un sistema educativo falla al
proveer servicios de educación equitativos e inclusivos que conducen a enriquecer el aprendizaje
de los estudiantes. A nivel de la escuela, el fracaso escolar puede ser definido como la
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Capítulo 1: La educación inclusiva.
Sin embargo, la tendencia a mirar el fracaso escolar desde una perspectiva individual,
relacionándolo a la figura del estudiante “fracasado”, a pesar de ser bastante extendida, está
siendo reemplazada por la perspectiva sistémica (Faubert, 2012; Fullan, 2010; González, 2005;
Martínez, 2011, OECD, 2010a; Sellman et al., 2002), que entiende el fracaso escolar del
estudiante como una consecuencia de la prestación deficiente de servicios educativos por parte
de los sistemas escolares y de las escuelas, para proporcionar una educación apropiada a las
necesidades de los estudiantes. Además, desde esta perspectiva, se entiende que no sólo los
sistemas educativos son los responsables del problema en cuestión, sino que también implicaría
a los sistemas políticos y sociales.
Lo anterior explica la dificultad para abordar el problema, dado a que estamos ante un fenómeno
de enorme complejidad en el que se mezclan diversos factores y condiciones políticas, sociales,
culturales, familiares y personales (Escudero, 2005, 2009; González, 2005; Marchesi y
Hernández, 2003; Martínez, 2011; OECD, 2010a; Parrilla, Gallego y Moriña, 2009; UNICEF,
2004) cuyos orígenes se pueden situar tanto dentro como fuera de los centros escolares, y por
tanto, se requiere de una perspectiva sistémica para una adecuada comprensión. Esto hace que
ambas perspectivas (la individual y la sistémica) estén estrechamente vinculadas.
De todas maneras, cualquiera sea la perspectiva seleccionada para analizar el fenómeno del
fracaso y la definición que usemos, éste se puede evidenciar de tres maneras de acuerdo a la
OECD (2010a):
El problema del fracaso y abandono escolar tienen su más visible manifestación en estudiantes
que dejan el sistema escolar antes de finalizar la escuela secundaria o que finalizan con bajas
14 Traducción propia: From a systemic perspective, school failure occurs when an education system fails to provide fair and
inclusive education services that lead to enriching student learning. At the school level, school failure can be defined as the
incapacity of a school to provide fair and inclusive education and an adequate learning environment for students to achieve the
outcomes worthy of their effort and ability. From an individual perspective, school failure can be defined as the failure of a student
to obtain a mínimum level of knowledge and skills, which can at the extreme lead to dropping out of school.
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Capítulo 1: La educación inclusiva.
calificaciones, resultando en altos costos no solo para ellos, sino para la sociedad y el país en su
conjunto. (p. 3)15
A continuación analizaremos cada una de estas formas por las que el fracaso escolar se hace
visible en los sistemas educativos.
En el caso específico de España, las cifras por comunidades autónomas son bastante dispersas,
la tasa de abandono en Cataluña en el año 2014 fue de 22,2%, levemente superior al promedio
total de España del 21,9% (MECD, 2015a:24).
La segunda manifestación del fracaso escolar se refiere a aquellos estudiantes con bajo
rendimiento, que durante toda su escolarización no logran conseguir un nivel mínimo de
conocimiento. Estamos hablando de alrededor de 250 millones de niños en el mundo, (UNESCO,
2014b), que no adquieren las nociones básicas de lectura, escritura y aritmética. Son alumnos
que tienen una historia académica llena de fracasos (Marchesi y Hernández, 2003), con
trayectorias educativas marcadas por las bajas notas y las repeticiones de curso, y que
posteriormente suelen acabar abandonando la escuela tempranamente.
15Traducción propia del original: “The problem of school failure and dropout , it’s most visible manifestation: students who exit the
school system before finishing secondary school or with lower quality qualifications, resulting in high costs not only for them, but
for the society and the country as a whole”.
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Capítulo 1: La educación inclusiva.
Esta alta cifra de niños que no consiguen adquirir los conocimientos mínimos ha sido
denominada por la UNESCO (2014b) como “crisis mundial de los aprendizajes”, problemática
que está relacionada con la baja calidad de los aprendizajes, que afecta sobre todo a los
estudiantes de sectores más desfavorecidos, que muchas veces carecen de profesores bien
capacitados, recursos materiales e infraestructura, lo que pone en riesgo su permanencia en el
sistema educativo y aumenta las disparidades con las que los alumnos egresan de la escuela.
La tercera expresión del fracaso hace referencia a las consecuencias del fracaso y abandono
escolar, que repercuten de múltiples maneras y en todas las estructuras sociales, en una suerte
de “reacción en cadena” que afecta al alumnado, a su familia, a los profesores, la escuela y a la
sociedad en general.
En el caso de los estudiantes, los efectos no sólo son académicos, sino también psicológicos y
sociales, dañando la propia imagen, la valoración y confianza en sí mismos, sus expectativas y
atribuciones, la motivación para seguir formándose, los vínculos y las relaciones sociales (Blat,
1984; Escudero, 2005; Marchesi y Hernández 2003). El peor panorama se da cuando el
abandono de los estudios ocurre en los primeros años de la escuela primaria, lo cual tiene
grandes repercusiones en el analfabetismo (Blat, 1984), con las nefastas consecuencias que
esto conlleva.
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Capítulo 1: La educación inclusiva.
Los efectos del fracaso escolar también perjudican a la escuela como institución social y
educativa y a quienes trabajan en ella (Escudero, 2009). En ambos casos (profesores y escuela)
significa un menoscabo de su imagen y un cuestionamiento de su capacidad para resolver y
prevenir los casos de fracaso y abandono escolar, lo que puede provocar un desgaste en la
vivencia de la profesión en el profesorado, afectando a sus metas, compromisos con la
enseñanza y con ello las posibilidades de transformación.
Si bien los indicadores que hemos revisado son importantes porque nos permiten prevenir el
fracaso escolar y orientar los cambios y acciones para combatirlo, debemos cuidar de no limitar
su entendimiento ni su alcance sólo a estos tres puntos mencionados anteriormente, ni tampoco
entenderlo como un fenómeno aislado o reducido sólo al contexto escolar. Es necesario
comprenderlo como un fenómeno fuertemente influenciado por contextos económicos, sociales y
culturales que están en constante interacción y cambio.
En esta línea, la naturaleza del fracaso no estaría exclusivamente en el estudiante, sino que se
constituye y “construye” en el sistema educativo y en la sociedad, como veremos en los
apartados siguientes.
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Capítulo 1: La educación inclusiva.
De acuerdo a la OECD (2010a), las causas del fracaso escolar son diversas; pueden estar
basadas en el estudiante, como en el caso de algunas dificultades de aprendizaje o
discapacidad; o en factores socioculturales, relacionados con antecedentes socioeconómicos de
su familia y también en factores institucionales basados en la escuela, como los recursos
inadecuados, un currículum incoherente, métodos de enseñanza inapropiados, entre otros.
a) El alumno, si bien los factores inherentes al alumno están estrechamente vinculados con su
entorno social, familiar y su experiencia educativa, existen factores como la edad, el género, la
capacidad, los conocimientos previos, la motivación del alumnado, baja autoestima, las
dificultades de aprendizaje, problemas de salud, etc. que estarían asociados al fracaso y
abandono escolar (González, 2005; Marchesi y Hernández 2003; Roca, 2010). En este sentido,
Escudero, et al. (2009) hace hincapié en la importancia de considerar las vivencias personales,
representaciones sociales, factores relacionales y dinámicas escolares, como importantes
procesos que explican el desinterés, la falta de sentido, el sufrimiento y la inseguridad que
padecen muchos estudiantes en las etapas intermedias del fracaso y que muchas veces son
omitidos porque nos centramos en mirar los resultados finales, limitando la comprensión
procesual del fracaso.
b) El contexto familiar, constituye el medio natural primario en que los niños viven sus primeras
experiencias socializadoras, es el punto de partida del proceso educativo que condicionará
fuertemente el posterior proceso de escolarización. Una de las causas con que se vincula
fuertemente al fracaso escolar, es la procedencia sociocultural del alumnado y sus familias (Blat,
1984; Fernández, Mena y Riviere 2010; González, 2005; Marchesi y Martín 2002; Muijs et al.,
2004; OECD, 2010a, 2010b; Puigdellívol 2010). Factores como el bajo nivel de estudios de los
padres así como la procedencia étnica y social de aquellos colectivos más vulnerables, se
encuentran asociados a los altos índices de abandono escolar, en todos los países de la UE
(MECD, 2013a).
35 | P á g i n a
Capítulo 1: La educación inclusiva.
En el informe de la UNESCO (2014b), se señala la fuerte incidencia que puede llegar a tener el
nivel educativo de los padres, respecto a los años de escolarización de sus hijos, sobre todo en
los países más pobres. Indicando que un mayor nivel educativo de los padres aumenta el
número de años de escolarización de sus hijos.
El “capital cultural” de las familias, que tiene que ver con el lenguaje, la formación, las
posibilidades culturales y profesionales y los vínculos sociales (Blat 1984; Marchesi y Hernández
2003) influye significativamente con el progreso escolar. Sin embargo como lo advierte Lahire
(2003) es necesario analizar cómo se transmite este capital cultural ya que la influencia estaría
determinada por el tipo de relaciones que establecen con sus hijos y con la disposición de esta
transmisión, más que por el capital cultural en sí mismo.
Por otra parte, algunos autores (Blat, 1984; Consorci Institut d’Infància i Món Urbà [CIIMU],
2012), señalan que el clima afectivo dado por las relaciones internas familiares, la variedad y
riqueza de estímulos, la sensibilización hacia los intereses escolares y la riqueza del lenguaje
(sobre todo de la madre) determinan fuertemente la adaptación del alumnado en el proceso de
escolarización e influyen fuertemente en su aprendizaje. También encontramos estudios que
han demostrado una alta correlación entre las expectativas de los padres y el rendimiento
académico de sus hijos (CIIMU, 2012; Marchesi y Martín, 2002).
Afortunadamente esta gran influencia del entorno social, económico y cultural no es cien por
ciento determinante sobre las trayectorias de fracaso y abandono escolar, ya que hay un 31%
de alumnos de países de la OECD, que alcanzan un alto rendimiento a pesar de provenir de un
entorno sociocultural poco favorable (OECD, 2011b; Roca, 2010). Este importante porcentaje de
estudiantes posee un perfil caracterizado por tener un alto nivel de confianza, de motivación
intrínseca y por un mayor esfuerzo en el aprendizaje (OECD, 2011a), lo que se conoce como
factores de resiliencia.
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Capítulo 1: La educación inclusiva.
De acuerdo a Marchesi y Hernández, factores como “el liderazgo del equipo directivo, el
ambiente favorable de aprendizaje, la existencia de un proyecto compartido, la organización
eficiente de la enseñanza en el aula, la participación de los padres y de los alumnos, el
seguimiento del progreso de los alumnos y la evaluación de la escuelas” (2003:40), estarían
relacionados con las escuelas más eficaces y por tanto con mayor capacidad para responder a la
diversidad, para ello es necesario que las escuelas generen las condiciones para ello, a través
de aspectos como la flexibilidad horaria y curricular, recursos didácticos adecuados, programas
de atención a las dificultades de aprendizaje, etc.
Sin embargo, aun cuando el centro sea eficaz, nada se podrá hacer para contrarrestar el fracaso
escolar si descuidamos un factor crucial, como es la enseñanza en el aula, que depende
directamente del trabajo de cada profesor (Marchesi y Hernández, 2003), quién debe ser
sensible y responder adecuadamente a las necesidades de su alumnado y organizar el aula
manteniendo un clima y dinámica escolar basado en relaciones positivas y de respeto por la
diversidad de sus alumnos, para lo cual, serán determinantes las creencias, actitudes y
expectativas que el profesorado tenga de su alumnado, así como su formación e incentivos.
Respecto a las habilidades docentes, González (2005) menciona algunos interesantes ejemplos
tomados de estudios sobre la percepción del propio alumnado que ha abandonado la escuela
respecto de sus profesores, a quienes describieron como desconectados, sin interés por hacer
bien su trabajo y con poca disposición a ayudarles. Además destacaron la capacidad docente
como lo más importante para establecer relaciones positivas, basadas en el diálogo y la
comprensión, amistosas y con sentido del humor y con disposición a ayudar, versus aquellas
interacciones negativas, con humillación pública, gritos, sarcasmos, discriminatorias, sin
escuchar ni tener en cuenta las necesidades del alumnado.
No podemos perder de vista la valoración social negativa y la mirada peyorativa que conlleva el
fracaso para quienes lo padecen, lo que puede traer nefastas repercusiones, por lo que es
necesario evitar las etiquetas y clasificaciones que lejos de beneficiar, pueden incrementar las
dificultades y alejar a las personas que eventualmente podrían contribuir a la mejora ya sea del
estudiante o de la escuela.
37 | P á g i n a
Capítulo 1: La educación inclusiva.
Dado el carácter multidimensional del fracaso y abandono escolar y su gran complejidad como
fenómeno, las estrategias que se necesitan para superarlo debieran necesariamente basarse en
un enfoque sistémico (Escudero y Martínez, 2012; Fullan, 2010; Marchesi y Hernández, 2003), lo
que hace necesarias transformaciones no sólo a nivel escolar, sino también social y familiar.
Reducir los índices de fracaso y abandono escolar es una de las prioridades para los países de
la OECD y constituye uno de los objetivos de la Estrategia Europea 202016, que plantea lo
siguiente: “El porcentaje de abandono temprano de la educación y la formación debería ser
inferior al 10% y al menos el 40% de la generación más joven debería tener estudios superiores
completos” (MECD (2013a:34). Es decir, para el año 2020 se espera que un porcentaje superior
al 90% de los estudiantes españoles concluya exitosamente la Educación Secundaria Obligatoria
(habilitándose para continuar estudios de Bachillerato o de Ciclos Formativos de Grado Medio) y
que sobre un 40% de los jóvenes entre 30 y 34 años, logre una titulación en Educación Superior.
La necesidad de combatir el fracaso y el abandono escolar, radica no sólo en la conocida
capacidad transformadora que la educación tiene en la reducción de la pobreza y la mejora de la
empleabilidad del estudiante que se forma, sino que también se relaciona con la productividad y
el crecimiento económico de un país, además de sus enormes contribuciones sociales, como
son el fortalecimiento de la democracia, la protección medio ambiental, el crecimiento estable de
la población, la prevención de enfermedades, el empoderamiento y la instrucción de la mujer con
incidencias directas en la salud y nutrición de sus hijos (UNESCO, 2014b).
Todos estos argumentos son más que válidos para que los gobiernos generen políticas
intersectoriales orientadas no sólo a aumentar los accesos a la educación sino también aquellas
que permitan lograr la igualdad de oportunidades en la calidad de la enseñanza y en los
resultados de los aprendizajes. No basta con asegurar el acceso a la educación, sino que
necesitamos asegurar la calidad de la enseñanza para que todos tengan igualdad de
oportunidades de aprender las competencias básicas y desarrollar al máximo sus potenciales
educativos para desenvolverse con éxito de acuerdo a las exigencias sociales de nuestros
tiempos, asegurando que ello se cumpla también en aquellas personas pertenecientes a los
colectivos más vulnerables, que se encuentran en desventaja.
16 Estrategia Europea 2020, es la estrategia de crecimiento de la UE, que contempla objetivos en los ámbitos de empleo,
innovación, educación, integración social y clima/energía.
38 | P á g i n a
Capítulo 1: La educación inclusiva.
Como medidas eficaces para evitar el fracaso y el abandono escolar, nos centraremos en dos
principales propuestas de la OECD (2012): [a] Eliminar prácticas que atenten contra la equidad:
eliminar la repetición de curso propiciando la prevención y el apoyo oportuno y sistemático a las
dificultades de aprendizaje; posponer la selección temprana de itinerarios; controlar la elección
de las escuelas para evitar riesgos de equidad y asegurar la distribución diversa del alumnado;
regular el financiamiento diferenciado de acuerdo a necesidades de estudiantes y escuelas;
desarrollar estrategias que aseguren la finalización de la educación secundaria, por ejemplo a
través del diseño de programas laborales equivalentes a los académicos, ofreciendo incentivos,
etc. [b] Diseñar políticas de apoyo a aquellas escuelas más desventajadas y con menor
rendimiento, a través de: el apoyo y fortalecimiento de la dirección del centro; el desarrollo de un
clima escolar positivo para el aprendizaje: el fortalecimiento de la formación y la mejora de las
condiciones laborales para asegurar la calidad docente; promover estrategias de enseñanza
eficaces fomentando las altas expectativas y el éxito de todo el alumnado; fortalecer los
vínculos para lograr un trabajo colaborativo entre las escuelas, los padres y las comunidades.
Sin embargo, la diversidad de factores relacionados al fracaso y abandono escolar requiere que
estas mejoras a nivel educativo vayan acompañadas al mismo tiempo de cambios a nivel social
que favorezcan a aquellas familias con mayor riesgo social. En esta línea, Marchesi y
Hernández (2003) proponen también la generación de políticas de empleo, vivienda, salud,
protección social y educación, además del diseño de programas que permitan elevar el nivel
educativo de los padres para que puedan apoyar mejor a sus hijos en las actividades escolares.
39 | P á g i n a
Capítulo 1: La educación inclusiva.
Para ello, se requiere un cambio en la conciencia social respecto a nuestro entendimiento del
fracaso escolar, para que sea concebido como un fenómeno producto de la relación de una serie
de factores y que no es “una realidad natural o irremediable” (Escudero, 2012:187). Sólo de esta
manera se puede llegar a comprender que estamos hablando de un fenómeno gestado,
sostenido y sancionado por los sistemas educativos y sociales y la forma en como éstos están
organizados y que, en consecuencia, las responsabilidades en este ámbito son compartidas
entre todos los miembros de la sociedad y no solo entre quienes lo padecen.
Acabaremos con una cita de Slee (2012) que ilustra muy bien el enfoque bajo el cual hemos
orientado nuestro análisis del fracaso escolar:
Buscamos explicaciones del fracaso, el desinterés, las distracciones, la ira y los desafíos de los
niños en sus perfiles genéticos y médicos. Aunque sea abrumadora la evidencia de las
intersecciones de la pobreza y el fracaso escolar, el carácter aborigen y el fracaso escolar, la
pertenencia a las minorías étnicas y las diferencias de lenguaje y el fracaso escolar, otorgamos
títulos de defectos a estos niños. (p. 220)
El llamado es a no reducir nuestra mirada sólo a lo externamente visible del fenómeno del
fracaso y el abandono (a “la punta del iceberg”), sino a esforzarnos por obtener una mirada más
profunda del conjunto de factores que lo generan, en consonancia con los fundamentos de la
escuela inclusiva, en los que encontraremos las respuestas y soluciones más eficaces y
perdurables en el tiempo para esta compleja problemática.
40 | P á g i n a
Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
CAPÍTULO 2:
EDUCACIÓN INCLUSIVA Y LA TRANSFORMACIÓN DE LA ESCUELA, EL GRAN DESAFÍO.
Como hemos visto hasta aquí, un factor clave de la educación inclusiva es que es un proceso de
constante revisión y transformación de los centros escolares, (Booth y Ainscow, 2002; Echeita y
Ainscow, 2010; UNESCO, 2005, 2008, 2009) con la finalidad de modificar, reducir o eliminar
aquellas barreras que puedan estar ocasionando exclusión o que constituyen potenciales
riesgos en los accesos, la participación y el logro de aprendizajes de todo el alumnado y en
especial de aquel más vulnerable a ser segregado.
La transición hacia la escuela inclusiva es un cambio complejo y profundo, que va más allá del
establecimiento de normativas y decretos en favor de la inclusión. Su esencia se fundamenta en
una filosofía de la educación basada en los derechos humanos (Dyson, 2001; Echeita y Ainscow
2010; Marchesi et al., 2014; UNESCO, 2005; UNICEF y UNESCO, 2007) y en principios de
igualdad, justicia y democracia (Dyson, 2001; Parrilla, 2002). Plantea una nueva visión de la
educación, que posiciona a la escuela como principal responsable de promover el cambio y la
transformación de la sociedad, para que las personas comprendan, se apropien y vivencien los
principios en los que se fundamenta la inclusión.
Justamente uno de los problemas que ha impedido a las escuelas su transición hacia la
inclusión, es que muchos de los cambios que se han llevado a cabo han consistido sólo en un
agregado de elementos o modificaciones aisladas, sin que se llegue a realizar una
reestructuración realmente profunda y global de los centros escolares (Parrilla, 2002).
A continuación nos centraremos en cuáles son esos cambios que se precisan en los centros
educativos tradicionales para que el proceso de inclusión sea eficaz; transformaciones que a la
vez van conformando el perfil de la escuela inclusiva y reflejan su filosofía. Realizaremos nuestro
análisis en los tres niveles que, de acuerdo con Marchesi (2004b), constituyen los principales
escenarios donde se producen estas reestructuraciones: sistema educativo, escuela y aula.
41 | P á g i n a
Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
Uno de los objetivos centrales de la educación inclusiva es lograr una profunda transformación
de los sistemas educativos y de las escuelas, para atender a la diversidad de todo el alumnado
(Blanco, 2008). Implica una reestructuración de la cultura, las políticas y las prácticas de los
centros educativos (Booth y Ainscow, 2002) que garantice el acceso a la educación y a la
igualdad de oportunidades para recibir una enseñanza de calidad, posibilitando a todos los
estudiantes su participación efectiva en la sociedad.
Las escuelas deben acoger a todos los niños, independientemente de sus condiciones físicas,
intelectuales, sociales, emocionales, lingüísticas u otras. Deben acoger a niños discapacitados y
niños bien dotados, a niños que viven en la calle y que trabajan, niños de poblaciones remotas o
nómadas, niños de minorías lingüísticas, étnicas o culturales y niños de otros grupos o zonas
desfavorecidos o marginados. (…) Las escuelas tienen que encontrar la manera de educar con
éxito a todos los niños, incluidos aquellos con discapacidades graves. Cada vez existe un mayor
consenso en que los niños y jóvenes con necesidades educativas especiales sean incluidos en
los planes educativos elaborados para la mayoría de los niños y niñas. (…) El mérito de estas
escuelas no es sólo que sean capaces de dar una educación de calidad a todos los niños; con su
creación se da un paso muy importante para intentar cambiar las actitudes de discriminación,
crear comunidades que acojan a todos y sociedades integradoras. (p. 59-69)
17Este Marco fue aprobado en la Conferencia Mundial sobre Necesidades Educativas Especiales, organizada en Salamanca en
1994, por el Gobierno de España y la UNESCO.
42 | P á g i n a
Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
Otro factor clave para lograr la educación inclusiva es asegurar el derecho fundamental a recibir
una educación de calidad (Echeita, 2006a; Marchesi et al., 2014; UNESCO-OREALC, 2007).
Las escuelas inclusivas, no sólo pretenden garantizar los accesos de un alumnado diverso y sin
exclusiones en sus aulas, este sólo es un primer paso. Lo siguiente, es asegurar aprendizajes de
calidad, promoviendo la participación y el desarrollo de experiencias educativas socialmente
relevantes y acordes a las diversas características del alumnado, que les permita “alcanzar su
máximo potencial en términos de capacidades cognitivas, emocionales y creativas” (UNESCO,
2005:16)18, favoreciendo la conclusión de estudios y el derecho a aprender a lo largo de la vida.
18Traducción propia del original: “Education should allow children to reach their fullest potential in terms of cognitive, emotional
and creative capacities.”
43 | P á g i n a
Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
Una educación es de calidad si ofrece los recursos y ayudas necesarias para que todos los
estudiantes alcancen los máximos niveles de desarrollo y aprendizaje, de acuerdo con sus
capacidades. Es decir, cuando todos los estudiantes, y no sólo aquellos que pertenecen a las
clases y culturas dominantes, desarrollen las competencias necesarias para ejercer la
ciudadanía, insertarse en la actual sociedad del conocimiento, acceder a un empleo digno y
ejercer su libertad. Desde esta perspectiva, la equidad se convierte en una dimensión esencial
para evaluar la calidad de la educación. (p. 34)
44 | P á g i n a
Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
Un hecho fundamental en la transición hacia la escuela inclusiva es el modo en que ésta lleva a
cabo la atención de la diversidad, condicionado por un cambio radical de paradigma desde el
cual se comprenden y se afrontan las dificultades de aprendizaje, pasando de una perspectiva
individual hacia una perspectiva contextual e interactiva (Echeita, 2006a; Giné et al., 2009;
González, 2009; Sánchez y Torres, 2002; UNESCO, 2005, 2009) que considera las influencias
que tiene la escuela en los problemas de aprendizaje que tienen sus estudiantes.
Bajo un enfoque inclusivo, las dificultades no están centradas en el estudiante, sino en el sistema
educativo (UNESCO, 2005), que es el que falla en dar respuesta adecuada a las necesidades
individuales y en adaptarse a cada situación específica, impidiendo a los alumnos los accesos, la
participación y el logro de aprendizajes de calidad, lo que se conoce como barreras para el
aprendizaje y la participación, concepto desarrollado por Booth y Ainscow (2002) con el que
sustituyen el término necesidades educativas especiales, ya que lo consideran asociado al
modelo basado en el déficit, pues se centra en las dificultades y características negativas de los
alumnos, “etiquetándolos”, lo que puede generar bajas expectativas en los docentes y
desvinculación de responsabilidades, ya que éstas son atribuidas a los profesionales
especialistas.
Durante años, la escuela ha explicado los problemas de aprendizaje de los alumnos desde un
enfoque individual y deficitario (Ainscow, 1995, 2001; Carrington, 1999; Echeita, 2006a;
González, 2009; Sánchez y Torres, 2002), que considera que las deficiencias de los sujetos son
causadas por factores orgánicos, intrínsecos al individuo y por lo tanto difíciles de modificar,
perpetuándolas en el tiempo. Al respecto, Booth y Ainscow (2002:19) señalan: “Cuando las
dificultades educativas se atribuyen a los déficits del alumnado, lo que ocurre es que dejan de
considerarse las barreras para el aprendizaje y la participación que existen en todos los niveles
de nuestros sistemas educativos y se inhiben las innovaciones en la cultura, las políticas y las
prácticas escolares que minimizarían las dificultades educativas para todo el alumnado”. Esta
visión limita la capacidad de actuar y por tanto las expectativas de los docentes hacia el éxito de
estos alumnos se ven fuertemente disminuidas.
45 | P á g i n a
Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
Sin embargo, entre la década de 1960 y 1970 los avances en las ciencias de la salud, ciencias
sociales, y educación, junto con la reivindicación de la educación como derecho, la protección de
los derechos de las personas con discapacidad impulsado por las asociaciones de padres y
organizaciones internacionales y las experiencias educativas en sí mismas (González, 2009)
favorecieron los cambios hacia el surgimiento de la postura contextual e interactiva para
explicar las deficiencias del alumnado, fundamentándose en que el modelo basado en el déficit
no sólo no dio resultado, sino que es reduccionista y segregador (Barton, 2008; Echeita, 2006a;
Sánchez y Torres, 2002), ya que omite importantes factores sociales, políticos y económicos que
pueden causar o agravar los impedimentos de las personas. De acuerdo a Barton (2008):
Pasar del modelo del déficit al modelo interactivo o social, significó un gran avance en la lucha
contra la exclusión y la discriminación escolar y social. Fundamentado en los principios de
normalización19 e integración escolar y en la noción de necesidades educativas especiales20, el
enfoque interactivo promueve la valoración de la diversidad como un elemento enriquecedor y
centra su atención en las competencias de los estudiantes y no en sus deficiencias (Ainscow,
2001; Sánchez y Torres, 2002). Plantea un cambio radical para los sistemas educativos, ya que
comienza con la incorporación de alumnos con discapacidad en las escuelas y aulas ordinarias,
19 Concepto originado en los países escandinavos al final de los años cincuenta, al que se referían como “poner al alcance de los
retrasados mentales unos modos y unas condiciones de vida diarios lo más parecido posible a las formas y condiciones de vida
del resto de la sociedad” (Van Steenlandt, 1990:26).
20 Término que cobra fuerza con el Informe Warnock (1978), para sustituir las categorías de déficits. Centra su atención en el tipo
de apoyo educativo que se necesita más que en la deficiencia en sí. A través del Informe Warnock se plantea la integración
escolar fundada en el derecho que tienen todos los niños de asistir a la escuela ordinaria de su comunidad independiente de la
gravedad de su dificultad.
46 | P á g i n a
Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
los que deben realizar ajustes importantes para adaptarse a la diversidad de necesidades de sus
estudiantes (Marchesi, 2004a; Sánchez y Torres, 2002), impulsando la política de integración
escolar o escuela integradora, que reconoce que el sistema ordinario es el que debe otorgar
los recursos y servicios para que todos los alumnos logren los fines comunes de la educación.
Sin embargo la integración escolar no queda exenta de críticas referidas a que su enfoque se
limita sólo al alumnado con necesidades educativas especiales sobre todo en aquellas asociadas
con discapacidad (González, 2009; Marchesi, 2004a) dejando fuera a un amplio espectro de
alumnos que presentan dificultades de aprendizaje en algún momento de su escolaridad, sin que
necesariamente posean una discapacidad y que por lo tanto requieren de atención
individualizada muy puntual.
Con la educación inclusiva, la escuela y los sistemas educativos, desplazan su mirada desde las
necesidades educativas especiales de los alumnos, hacia los entornos de aprendizaje, a través
de la revisión constante y la mejora del contexto, y de las interacciones que se dan en ese
contexto (Giné et al., 2009), para resguardar que éstas sean óptimas y garanticen los accesos, la
participación y el logro en los aprendizajes de los alumnos enfatizando, sobre todo, en que se
cumplan las condiciones para brindar el apoyo educativo necesario que asegure el progreso de
aquellos alumnos más vulnerables de ser marginados.
21En ambos, la Declaración de Salamanca y el Marco de Acción, se reconoce el derecho de todas las personas con necesidades
educativas especiales a acceder a las escuelas ordinarias y a recibir una enseñanza de calidad adaptada a sus características.
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Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
Como su nombre lo indica, el enfoque interaccionista o contextual, entiende que las barreras
para el aprendizaje y la participación son resultado de la interacción entre las condiciones
personales de los alumnos y las características del contexto (Coll y Miras, 2001; Giné et al.,
2009). La calidad de estas interacciones y el grado de ajuste entre ellas determinarán la calidad
de los aprendizajes y también serán cruciales en la efectividad del apoyo educativo para quienes
presenten dificultades en la escuela.
Desde esta óptica, los profesores pueden influir en optimizar el desarrollo y el aprendizaje de los
alumnos, favoreciendo interacciones sociales estimulantes y diseñando acciones educativas
adecuadamente planificadas que las promuevan (Echeita, 2006a; Giné et al., 2009), además de
poder controlar aquellas circunstancias contextuales limitantes o que provocan desajustes
sociales. Así lo señala Graden y Bauer (2004):
Cuando los educadores se centran exclusivamente en las variables del niño y dan por supuesto
que sus problemas se deben a causas internas, como algún trastorno o discapacidad, se reduce
o ignora, incluso, la importante influencia de los factores ambientales (p. ej., las estrategias
docentes, las interacciones con los compañeros, las relaciones con los padres). Sin embargo,
estos factores son importantes porque los educadores pueden controlar su interacción y
proporcionar experiencias de aprendizaje a sus alumnos, pero no pueden alterar los factores
internos de los mismos. Por tanto, el hecho de enfatizar en lo que puede modificarse en los
ambientes naturales pertinentes (el aula, el hogar) transmite a los maestros y profesores, a los
alumnos y a los padres la sensación de su capacidad de actuar. (p. 105)
22 Esta perspectiva fundamentada en la Teoría Sociocutural de Vygotski, que plantea que el aprendizaje y el desarrollo están
interrelacionados desde el nacimiento del niño. Introduce el concepto de zona de desarrollo próximo, definido como: “la
distancia entre el nivel real de desarrollo, determinado por la capacidad de resolver independientemente un problema, y el nivel
de desarrollo potencial, determinado a través de la resolución de un problema bajo la guía de un adulto o en colaboración con
otro compañero más capaz” (Vygotski, 2006:133).
48 | P á g i n a
Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
Dado lo anterior, cobra una gran importancia la capacidad de los centros por identificar y eliminar
las barreras que impiden la inclusión de los alumnos, desviando la atención puesta en las
dificultades del estudiante, para centrar su atención en la intervención pedagógica y en los
apoyos humanos y materiales que optimizan y potencian los entornos de aprendizaje y el
contexto sociocultural del alumnado, haciendo imprescindible que la escuela abra sus puertas a
la valiosa colaboración de la comunidad, en la que encontraremos una diversidad de agentes
que son clave para este enriquecimiento del contexto, como lo veremos a continuación.
2.1.3. Avanzar hacia escuelas inclusivas, una propuesta de colaboración desde una
perspectiva comunitaria.
Otro cambio que se promueve desde las escuelas inclusivas es la perspectiva comunitaria
desde la que se responde a los desafíos que supone educar en la diversidad (Ainscow, 1995,
2001; Parrilla, 2002; Stainback y Stainback, 2004; UNESCO, 1994), reconociendo en la escuela
y en sus profesionales, la autonomía y capacidad para actuar de manera innovadora y adecuada
frente a ellos. Bajo esta perspectiva se potencia la participación y cooperación de todos sus
miembros en la resolución de problemas, la eliminación de barreras para la inclusión y el logro
de metas comunes, lo que supone una reforma general de la escuela.
Luego, tomando como referente la propuesta de los autores Booth y Ainscow (2002), quienes
consideran la cultura, política y prácticas de los centros, como las principales dimensiones en
que ocurren las transformaciones hacia la inclusión, organizaremos nuestra revisión
centrándonos en las principales reestructuraciones necesarias en cada una de esas
dimensiones, para que las escuelas logren la atención a la diversidad desde un enfoque de
colaboración y participación de la comunidad.
49 | P á g i n a
Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
En este desafío compartido por la atención de la diversidad, el liderazgo eficaz del equipo
directivo del centro, es fundamental en la transformación de la escuela y en la consecución de
metas y proyectos comunes a todos desde una perspectiva comunitaria (Ainscow, 2001; Echeita
y Ainscow, 2010; Fullan, 2011; Marchesi, 2004b; UNESCO, 1994, 2009). Su papel es clave en el
desarrollo de una cultura colaborativa de centro, basada en relaciones positivas y productivas,
que valoran y respetan las diferencias. Así lo señala claramente la Declaración de Salamanca:
Los directores de los centros escolares deberán encargarse en particular de fomentar actitudes
positivas en la comunidad escolar y de propiciar una cooperación eficaz entre profesores y
personal de apoyo. Las modalidades adecuadas de apoyo y la función exacta de los distintos
participantes en el proceso educativo deberán decidirse mediante consultas y negociaciones.
(UNESCO, 1994:69)
Los líderes educativos, como principales impulsores del cambio hacia la inclusión, deben
propiciar las trasformaciones que sean necesarias para la eliminación de barreras que limitan o
impiden la participación y el aprendizaje del alumnado en sus escuelas y en la comunidad
(Marchesi, 2004b). El liderazgo para la inclusión escolar se caracteriza por ser democrático y
participativo, ya que se orienta a promover culturas escolares de colaboración (Ainscow, 2001),
en que el poder y la responsabilidad es compartido con otros, quienes se identifican como
agentes activos del cambio y se comprometen con la mejora de la institución.
50 | P á g i n a
Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
De acuerdo a Booth y Aisncow, (2002), en las escuelas que logran desarrollar una cultura
inclusiva, se comparte una filosofía de inclusión, bajo la cual todos los alumnos son igual de
importantes y se mantienen altas expectativas de éxito para todos ellos.
Los valores inclusivos constituyen un sólido cimiento para la formulación de políticas y prácticas
cotidianas de la escuela con las que se espera evitar al máximo las prácticas discriminatorias y
no reproducir los patrones de segmentación social que encontramos en la sociedad. Sin
embargo, en muchas escuelas existen prejuicios y creencias negativas hacia la diversidad, que
generan los principales obstáculos para adoptar un enfoque inclusivo:
Las actitudes negativas hacia las diferencias y la discriminación resultante y los prejuicios en la
sociedad se manifiestan como una seria barrera para el aprendizaje. Sin embargo, esta es una
barrera que puede ser superada a través de la práctica de la inclusión y no es necesariamente
un precursor para el proceso.23 (UNESCO, 2005:22)
Por lo tanto, trabajar para el fomento de culturas inclusivas, facilitará que los centros se
constituyan como auténticas comunidades en que todas las personas se ayudan y colaboran
entre sí, trabajando juntos hacia un objetivo en común, en que se incluye también a las
instituciones del entorno, para quienes la escuela abre sus puertas ya que los considera un
aporte fundamental en el progreso hacia la inclusión y para facilitar el éxito de todos sus
alumnos.
23 Traducción propia del original: Negative attitudes towards differences and resulting discrimination and prejudice in
society manifests itself as a serious barrier to learning. However, it is a barrier that can be overcome through the practice of
inclusion and is not a necessary pre-cursor to the process. (Unesco, 2005)
51 | P á g i n a
Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
Las políticas educativas del centro tienen que ver con las directrices y normativas que regulan la
organización y el funcionamiento de la escuela, para la atención a la diversidad, resguardando
que el proceso de inclusión educativa no deje fuera a ningún estudiante y se puedan cumplir sus
objetivos contando con la colaboración de todos los participantes. Esta dimensión se relaciona
con los accesos del alumnado diverso al centro (criterios de admisión, infraestructura, planes de
acogida), organización y coordinación del apoyo para la atención a la diversidad y las
estrategias que se implementan para reducir las prácticas de segregación y exclusión, quedando
expresamente estipuladas en el Proyecto Curricular de Centro.
Organización escolar
52 | P á g i n a
Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
Si bien todas estas características son importantes, la flexibilidad organizativa, será una
condición indispensable para la aplicación de prácticas pedagógicas inclusivas, el diseño de un
currículum abierto y flexible, la organización de los apoyos, y para todas las innovaciones que se
desarrollen para posibilitar una adecuada atención a la diversidad.
Para trabajar colaborativamente, la organización del centro debe resguardar que se otorguen los
tiempos y los espacios para llevar a cabo la coordinación, que son esenciales para promover la
innovación y el cambio de los centros. Esta cita refleja claramente el porqué:
Trabajar juntos implica que las personas se reúnan, discutan y busquen consensos, en un
tiempo común de trabajo, consensuado por todos los participantes para que se efectúe de
manera sistemática. Al respecto Faubert, (2012) y Siles, Segura, Petreñas y Puigdellívol,
(2015), sugieren organizar las sesiones con frecuencia y estructurar el contenido de éstas para
optimizar el tiempo en la discusión de las ideas y en la toma de decisiones de manera
adecuada.
53 | P á g i n a
Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
Para lograr los objetivos que la educación inclusiva se propone, el diseño curricular requiere de
una estructura que permita a todos los estudiantes acceder, participar y beneficiarse del
currículum general para lograr aprendizajes satisfactorios y de calidad, que le permitan una
satisfactoria inclusión en la sociedad.
Sin embargo, es importante cautelar que los ajustes curriculares que se realicen no vayan en
desmedro de la garantía de calidad de la enseñanza que se ofrece (Echeita, 2006a; Puigdellívol,
2005) generando lo que la UNESCO (1999a) denomina, una enseñanza de “segunda clase”,
para referirse a aquellas situaciones de enseñanza paralela en que los estudiantes son
separados de sus pares, conformando grupos segregados dentro (como los denominados
grupos flexibles24) o fuera del aula ordinaria.
24 Grupos Flexibles: agrupamiento del alumnado, fundamentado en un principio de homogeneización, en que se crean grupos de
trabajo por niveles de aprendizaje. (Carrión y Sánchez, 2002).
54 | P á g i n a
Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
Otro aspecto fundamental de la flexibilidad curricular son las estrategias de evaluación que se
utilizan para asegurar el progreso del estudiante en el currículum y la atención efectiva a sus
necesidades individuales (UNESCO, 2004b), a través de un apoyo efectivo que les permita
maximizar su éxito. La flexibilidad aplicada a la evaluación favorece el ritmo natural de cada
estudiante para avanzar en los aprendizajes, enfatizando en el proceso, más que en resultados
que determinen su promoción al siguiente nivel.
El contexto de aula constituye el principal escenario donde se llevan a cabo las diversas
actuaciones inclusivas. Es aquí donde se materializan, las políticas y fundamentos teóricos que
respaldan la educación inclusiva, que dependerán en una última instancia de la actitud, el
conocimiento y las competencias del profesorado para llevarlas o no a cabo.
Los docentes deben asegurar al máximo la participación de todos los alumnos en las actividades
de aula movilizando los diferentes recursos del centro y de la comunidad para superar las
barreras que se interpongan al aprendizaje y la participación (Booth y Ainscow, 2002),
manteniendo la firme convicción de que todos sus alumnos pueden tener éxito en sus
aprendizajes y asumiendo que su función no se limita a la mera transmisión de conocimientos,
sino que tiene un importante papel como agente socializador en la generación de dinámicas de
aula que faciliten a los alumnos la construcción de su propio conocimiento, a través del
descubrimiento y la comprensión de los fenómenos a partir de su propia experiencia.
“El hecho de ser aceptado, bienvenido y de estar seguro en un entorno escolar con los
compañeros se considera un requisito imprescindible para el éxito en las tareas típicas de
aprendizaje” (Stainback y Stainback 2004:85). En una clase inclusiva, uno de los objetivos
primordiales son las relaciones sociales y de apoyo entre los alumnos y maestros, lo que no
quiere decir que se dejan de lado los aprendizajes académicos, sino que se enfatiza en la
creación de entornos de aprendizaje en que los alumnos se sientan acogidos y seguros como
una forma de garantizar su participación.
56 | P á g i n a
Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
reconoce que en la heterogeneidad se pueden ofrecer las ayudas para aprender: “Se necesitan
niveles de competencia diferentes, puntos de vista divergentes, roles o informaciones distintas
para que los miembros de un equipo puedan cooperar” (Giné et al., 2009:96).
El gran desafío que supone satisfacer una diversidad de necesidades que se presentan en el
aula, supone una tarea compleja para los profesores, quienes deben concretar con sus prácticas
los planteamientos teóricos de la educación inclusiva. Esto hace que la asesoría de diversos
profesionales de apoyo, la colaboración entre docentes y la participación de agentes
comunitarios sea esencial para evitar el desgaste que puede provocar la labor docente cuando
se intenta asumir esta gran responsabilidad de manera aislada.
En la escuela inclusiva el apoyo pedagógico es entendido de una manera muy distinta a la que
se acostumbra en la escuela tradicional. Desde la perspectiva de la educación inclusiva, el apoyo
son “todas las actividades que aumentan la capacidad de un centro para atender a la diversidad
del alumnado” (Booth y Ainscow, 2002). Ampliando su radio de acción a la totalidad del
alumnado del centro, enfatizando en aquel más vulnerable de ser excluido y centrando su mirada
en las modificaciones contextuales que impiden o dificultan el aprendizaje y no en las dificultades
específicas de determinados alumnos.
57 | P á g i n a
Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
Cada escuela debe ser una comunidad colectivamente responsable del éxito o fracaso de cada
alumno. El equipo docente, y no cada profesor, deberá compartir la responsabilidad de la
enseñanza impartida a los niños con necesidades educativas especiales. Se deberá invitar a
padres y voluntarios a participar de forma activa en la labor de la escuela. Los maestros, sin
embargo, desempeñan un papel decisivo como encargados de la gestión del proceso educativo,
al prestar apoyo a los niños mediante la utilización de los recursos disponibles tanto en el aula
como fuera de ella.
En este escenario, el apoyo es asumido como una función consustancial al desarrollo cotidiano
del centro y va dirigido a todo el alumnado que lo necesite. A través del fomento de las redes
naturales de apoyo éste se otorga de una manera natural, más acogedora e inclusiva y no cómo
una actividad “añadida” (Parrilla, 2002; Stainback y Stainback, 2004), a cargo de determinados
profesionales y limitada a un determinado grupo de alumnos y a contextos específicos de
intervención, convirtiéndolo en una práctica excluyente.
Por el contrario, la atención a la diversidad se aborda como una tarea compartida, en que se
aprovechan al máximo los recursos humanos, materiales y los “espacios ordinarios” presentes
en la comunidad (Giné et al., 2009), limitando el uso extraordinario de recursos especiales y
espacios diferentes para el apoyo, sólo a situaciones muy excepcionales, lo que incluye también
al personal de apoyo complementario (fisioterapeutas, psicólogos, fonoaudiólogos, etc.)
(Stainback y Stainback, 2004), cuyas funciones van orientadas a la colaboración con el
profesorado, desarrollándose dentro del currículo ordinario, como parte de las actividades de
aula y de centro.
En esta línea, los grupos colaborativos entre los profesores del centro, son una estrategia de
gran utilidad (Duran y Miquel, 2006; Echeita, 2006a; Giné et al, 2009; Parrilla, 2002) para la
puesta en común de ideas, la toma de decisiones conjunta o en algunas experiencias se
incorpora la “docencia compartida en el aula o enseñanza cooperativa” (Duran y Miquel,
2006:201), es una modalidad de enseñanza con dos profesores (un profesor tutor y otro docente
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Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
Otro recurso considerado como elemental en esta red de apoyo a los aprendizajes, son los
propios alumnos (Ainscow, 2001; Echeita, 2006a; Giné et al., 2009; Parrilla, 2002), cuyas
interacciones de colaboración y ayuda facilitarían no sólo los aprendizajes, sino también el
desarrollo de habilidades sociales como el trabajo en equipo, la cooperación, la valoración de los
demás, por nombrar sólo algunas. En este ámbito, la tutoría entre iguales es el método de
aprendizaje cooperativo, mayormente utilizado, que consiste en que compañeros de la misma o
distinta edad pueden brindar apoyo dentro de la misma clase o en toda la escuela (Giné et al.,
2009; Villa y Thousand, 2004).
Estas estrategias de colaboración entre los diferentes miembros del centro, serán clave para
enfrentarse de manera más relajada y segura a las tareas cotidianas, los requerimientos y la
toma de decisiones que demanda la atención a la diversidad. En este sentido destacamos una
cita de Echeita (2006a):
Por lo tanto, todos los miembros de la escuela y de la comunidad, incluyendo las instituciones
externas y los centros de formación, constituirán recursos valiosos para apoyar los procesos de
inclusión de manera exitosa, si se muestran dispuestos a aceptar y acoger a la diversidad y
desempeñan su función de agentes de apoyo al alumnado tanto en la escuela como en la
comunidad (Porter, 2003a; UNESCO, 2005, 2009).
Bajo el enfoque de la escuela inclusiva, el rol del profesorado de apoyo se reorienta hacia
funciones de colaboración con esta red de apoyos que mencionamos anteriormente, constituida
por el profesorado, los alumnos y sus familias, otros profesionales y personal del centro,
instituciones externas y miembros de la comunidad, con el fin de asegurar el aprendizaje de
todos los estudiantes (Porter, 2003a; Stainback y Staniback, 2004; UNESCO, 2009). Su reto
pasa de ser las dificultades de un alumnado específico, para focalizarse en lograr la implicación
del profesorado para conseguir que todos los alumnos participen y aprendan y en potenciar la
capacidad del sistema para responder a las necesidades del alumnado.
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Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
Su trabajo se desarrolla principalmente dentro del aula común, de manera colaborativa con el
otro profesor y dirigido a la atención de la totalidad del alumnado (Giné et al., 2009; Torres,
2002). Sin embargo, su intervención comienza mucho antes de ingresar al aula, con el
desarrollo de la planificación conjunta de las actividades de aprendizaje y posteriormente con la
valoración de las sesiones y la generación de propuestas de mejora entre ambos docentes.
Entre las funciones del profesorado de apoyo también está su incorporación a la dinámica de la
escuela, participando en las instancias organizadas por los centros en las que se evalúa
sistemáticamente la respuesta que se está dando en las aulas y se analizan las barreras al
aprendizaje y la participación que se deben ir superando en el centro (Giné et al.,: 2009) para
acoger a la diversidad.
En el marco de la escuela inclusiva, la figura del docente se concibe como el recurso principal
para promover valores inclusivos e implementar la puesta en marcha de las políticas y prácticas
que sustentan la educación inclusiva. Es muy importante tener en cuenta que son los profesores
quienes, en última instancia, pondrán en marcha y llevarán a la práctica los planteamientos de la
educación inclusiva y de cualquier reforma educativa. Además, la influencia de su papel en el
logro y el rendimiento de los estudiantes es ampliamente reconocida (OECD, 2012; UNESCO-
OREALC, 2007), por lo que “contar con docentes competentes en escuelas en desventaja se
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Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
convierte en vital para asegurar el éxito”26 (OECD, 2012:128). Asegurar una adecuada atención
a la diversidad y una educación de calidad requerirá que los profesores desplieguen una serie de
complejas competencias en aspectos tanto académicos como actitudinales.
Traducción propia del original: Having competent teachers in disadvantaged schools is vital for their success.
26
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Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
las escuelas, equipamiento y material didáctico, clima organizacional, salarios, entorno escolar,
salud, satisfacción laboral, tiempo de dedicación a la escuela, otras ocupaciones laborales,
relaciones sociales con sus interlocutores directos (estudiantes, familias, colegas, directivos) y
reconocimiento social”.
Sin embargo, aunque el papel del docente es muy importante para llevar a cabo las
transformaciones que demanda la escuela inclusiva, no es el único responsable de este cambio,
también lo son los otros profesionales y personal del centro, la familia y la comunidad, a quienes
se considera como valiosos agentes del cambio y, por tanto, es primordial incorporarlos a todos
ellos en los programas de formación referidos a la educación inclusiva (Ainscow, 1995;
UNESCO, 2009) con el fin de optimizar los servicios de apoyo que prestan en la escuela.
Asimismo, se entiende que para lograr una mayor comprensión de la compleja organización
escolar desde la investigación y la reflexión, ésta se debe generar desde su interior, y para ello
debe contar con la participación de los miembros del centro y de la comunidad ya que ellos
tienen mucho que aportar desde sus propias perspectivas (Petreñas, Puigdellívol, y
Campdepadrós, 2013). La incorporación de estrategias de investigación participativa, permite
que los miembros del centro sean investigadores y objetos de investigación al mismo tiempo, lo
que tendría un impacto directo sobre las prácticas, contribuyendo a disminuir la brecha existente
entre la teoría y la práctica.
En esta línea se han desarrollado una serie de materiales para facilitar la reflexión de las
personas que participan del proceso educativo con el fin de orientarlos hacia los cambios que
son necesarios para el desarrollo de procesos inclusivos, uno de los más conocidos
internacionalmente es el Index for Inclusion (Booth y Ainscow, 2002), el cual abordamos con
mayor detalle en el siguiente capítulo.
63 | P á g i n a
Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
Dirigir las escuelas hacia la inclusión educativa, garantizando la calidad de la enseñanza, es una
tarea bastante compleja cuyo progreso dependerá de la mejora del sistema educativo y de
políticas multisectoriales en todos los niveles de la sociedad, que evidencien una valoración
social de la educación como un bien público y como un derecho fundamental de las personas
(UNESCO-OREALC, 2007) y no sólo como un bien económico.
Además es vital contar con la participación activa de toda la comunidad de manera que puedan
reducirse efectivamente las barreras hacia la inclusión. La tarea también se facilita cuando son
las propias escuelas las que se identifican como centros inclusivos y están comprometidas en
esta transformación (UNESCO, 2005). Y cuando existe una clara definición de lo que se entiende
por educación inclusiva (Giné et al., 2009).
De acuerdo a Marchesi, et al. (2014:19), las barreras hacia la inclusión pueden ser [a] externas a
los sistemas educativos, como el nivel socioeducativo de las familias (trabajo infantil, condiciones
inadecuadas de vida, salud y nutrición), los estereotipos y prejuicios sociales relativos a la
pobreza. O también [b] barreras internas de los sistemas educativos, como el debilitamiento de la
escuela pública, la segmentación social, cultural y espacial de los sistemas educativos, la
discriminación que produce el carácter homogeneizador de los sistemas, la inadecuada gestión
de la evaluación de calidad, la falta de formación del profesorado.
Para disminuir estas barreras y lograr la implantación de la educación inclusiva en los sistemas,
se necesita que los gobiernos valoren la inclusión como un asunto prioritario para el desarrollo
de un país y se comprometan en la promoción de sistemas educativos más inclusivos, a través
de la generación de políticas de inclusión, establecimiento de marcos jurídicos pertinentes,
asignación de recursos y mecanismos de seguimiento de las políticas que se implantan.
Sin embargo, pese a que muchos países se han esforzado por generar políticas educativas
inclusivas, no han conseguido su objetivo. De acuerdo a la UNESCO-OREALC (2007:83), la
explicación para este fallo estaría en que la efectividad de las políticas, depende de tres
características esenciales que no siempre se toman en cuenta: [1] deben ser políticas de Estado,
generadas de procesos sociales democráticos, [2] deben ser integrales y estar integradas en un
enfoque global del sistema educativo que contemple los factores internos y externos, [3] deben
estar basadas en un enfoque de derechos es decir que se relacione cada política con el derecho
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Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
de las personas a una educación de calidad. Si una política carece de alguno de estos tres
elementos, no se garantiza su sostenibilidad en el tiempo, ni tampoco el compromiso de las
personas, lo que reduce su capacidad de acción.
Revisar y reformar la legislación en cada país, de manera que reflejen los conceptos y
acuerdos asumidos en convenciones internacionales respecto a la educación inclusiva.
Promover el cumplimiento de las políticas y de la legislación. Controlar la transparencia y
equidad en las asignaciones presupuestarias para la educación inclusiva.
Sin embargo, insistimos que para lograr sistemas educativos más inclusivos, no basta sólo con
que los gobiernos realicen modificaciones en el ámbito escolar, sino que principalmente se
necesita su alineación con reformas en otros ámbitos como por ejemplo en la salud, empleo,
vivienda, protección social, etc., en cuyo diseño e implementación, se debe tener en cuenta la
participación de las personas involucradas de la comunidad, para que todos sin excepción
puedan participar de su pleno derecho a una educación de calidad.
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Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
El Sistema Educativo Catalán (con exclusión del Sistema Universitario), se rige por la Ley de
Educación de Cataluña (LEC) 12/2009 del 10 de julio, de rango autonómico, y se regula en sus
aspectos nucleares por la Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad
educativa LOMCE (10 de diciembre de 2013, BOE), formulada como una reforma del sistema
educativo del Estado español con el objetivo de reducir la tasa de abandono temprano de la
educación y mejorar los resultados educativos.
En términos generales, el sistema educativo español está organizado por etapas que van desde
la educación infantil (0 y 6 años), educación primaria (6 y 12 años), educación secundaria
obligatoria, ESO (entre los 12 y 16 años), a la educación secundaria postobligatoria (bachillerato
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Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
La LEC dota a los centros escolares de autonomía y establece en su Art. 91, que todos los
centros vinculados al Servicio de Educación de Cataluña, deben disponer de un Proyecto
Educativo de Centro (PEC), que explicite los objetivos y la identidad del centro, oriente su
actividad educativa y asegure la participación de todo el alumnado independientemente de sus
condiciones y capacidades.
Además determina que los PEC debieran contemplar elementos curriculares, metodológicos y
organizativos que garanticen la participación de todos los alumnos en las escuelas ordinarias,
independientemente de sus condiciones y capacidades (artículos 81, 82 y 83)27. La formulación
del PEC le corresponde al claustro de profesores, al director, y a los profesionales de atención
educativa, mientras que su aprobación le corresponde al consejo escolar.
Respecto al currículum educativo, éste se rige por el Decreto 119/2015 para primaria, y el de
secundaria por el Decreto 187/2015. Ambos están basados en un modelo de enseñanza y
aprendizaje de carácter competencial. En este sentido, la Generalitat de Catalunya (2015)
plantea el modelo basado en el diseño universal del aprendizaje (DUA), como un medio para
crear contextos de aprendizaje que proporcionen múltiples formas de representación, acción,
expresión y compromiso del alumnado con el conocimiento, ajustando los entornos educativos a
la diversidad y capacidades del alumnado.
27 Los artículos fijan los criterios de organización para la atención de alumnos con: necesidades educativas específicas (Art. 81),
trastornos de aprendizaje (Art. 82) alumnos con altas capacidades (Art. 83). Llei 12/2009, del 10 de juliol, d’educació LEC. DOGC
Núm. 5422 – 16.7.2009.
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Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
Aprendre junts per viure junts pla d’acció 2008-2015 (2010), plan desarrollado por el
Departament d’Ensenyament para potenciar el acceso del alumnado con discapacidad a una
educación inclusiva de calidad, proponiéndose como objetivo para el 2015, la escolarización del
70% de los alumnos con discpacidad en los centros ordinarios.
Ofensiva de país a favor de l’èxit escolar. Pla per a la reducció del fracàs escolar a
Catalunya 2012-2018, (2013), promueve una serie de actuaciones dirigidas al éxito escolar del
alumnado y con esto reducir las tasas de fracaso y abandono de los estudios hasta un 15% para
el año 2018.
De l’escola inclusiva al sistema inclusiu. Una escola per a tothom, un projecte per a
cadascú (2015), documento dirigido a toda la comunidad educativa, que explica las normativas y
marcos conceptuales que orientan la enseñanza dentro del sistema educativo inclusivo en
Cataluña. Explica detalladamente las acciones desplegadas por el Departament d’Ensenyament,
orientadas a alcanzar el éxito educativo para todos.
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Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
El Decreto que actualmente regula la atención educativa del alumnado con necesidades
educativas especiales es el Decreto 299/1997, de 25 de noviembre, el que próximamente será
derogado por un nuevo Decreto en que se concretan los criterios y recursos para la aplicación de
la Ley en el Marco de un Sistema educativo inclusivo.
Las opciones de escolarización del alumnado con necesidades educativas especiales, son
preferentemente la escuela ordinaria, pero también puede ser derivado a un centro de
educación especial dependiendo de su diagnóstico o de las posibilidades del centro para
brindarle atención. (Art. 4.2, Decreto 299/1997, de 25 de noviembre, DOGC).
Otras opciones de emplazamiento educativo para el alumnado con n.e.e. son: las unidades
de educación especial en centros ordinarios, la escolarización compartida, entre los
centros públicos ordinarios y los centros de educación especial, utilizada en aquellos casos de
alumnos que requieren servicios específicos que no están disponibles en los centros
ordinarios y la escolarización en centros de educación especial, (Art. 9, Decreto
299/1997, de 25 de noviembre, DOGC). Mientras que los alumnos con “sobredotación”
son escolarizados en la escuela ordinaria con adaptaciones curriculares que
potencien al máximo su aprendizaje, así como la anticipación del inicio o el salto de
un curso durante la escolaridad obligatoria. (Art. 4.2, Decreto 299/1997, de 25 de
noviembre, DOGC).
28 Traducción propia del original: “Els projectes educatius dels centres han de considerar els elements curriculars,metodològics i
organitzatius per a la participació de tots els alumnes en els entorns escolars ordinaris, independentment de llurs condicions i
capacitats”.
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Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
A continuación, presentamos una tabla que resume las necesidades específicas que requieren
apoyo educativo, de acuerdo a la Generalitat de Catalunya (2015):
Tabla 1
Resumen de las necesidades específicas de apoyo educativo
Las necesidades educativas especiales de los alumnos son diagnosticadas por los Equipos de
asesoramiento y orientación Psicopedagógica (EAP)29, en colaboración con los maestros,
especialistas y servicios específicos, quienes determinan finalmente un dictamen de
escolarización, el que incluye entre otros aspectos, la evaluación de competencias del
estudiante relativas a la autonomía y la comunicación y el nivel de aprendizaje de acuerdo al
curriculum de la etapa que corresponda. En este dictamen se determina la necesidad de
elaboración de un plan individualizado o modificación curricular y de los apoyos específicos,
técnicos y de infraestructura necesarios y se formula una propuesta de escolarización,
considerando la preferencia de los padres, la cual está condicionada a los recursos materiales y
humanos y a la infraestructura del centro (Departament d’Ensenyament, 2015b).
29 Los Equipos de Asesoramiento y Orientación Psicopedagógica (EAP), son equipos multidisciplinarios, dependientes de la
Generalidad de Cataluña, que otorgan apoyo y orientación psicopedagógica a los centros en un ámbito territorial definido. Su
intervención va dirigida a los órganos directivos, profesorado, alumnado y las familias, con el fin de colaborar en las respuestas
que ofrecen a los alumnos con disminuciones y que presentan más dificultades en el proceso de aprendizaje. (Decreto 155/1994,
de 28 de junio, DOGC).
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Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
Cualesquiera que sean las medidas de atención educativa y de apoyo que se dictaminan para un
determinado estudiante en la evaluación psicopedagógica, éstas deben quedar estipuladas por
escrito en lo que se conoce como Plan individualizado (PI), que es una herramienta para
planificar las medidas y los recursos requeridos para responder a las necesidades de apoyo
intensivo de determinados alumnos y excepcionalmente para el alumnado que requiere de
medidas adicionales (Generalitat de Catalunya, 2015). En él, se recogen las decisiones tomadas
por los equipos de docentes en colaboración con la familia, respecto a los apoyos más idóneos
para cada caso individual.
El PI está destinado al alumnado que presenta n.e.e., alumnado de ingreso tardío, al que
comparte escolarización con un centro de educación especial, estudiantes que por diferentes
motivos (enfermedad, trastorno o discapacidad) no pueden asistir regularmente a la escuela,
alumnado de ESO o bachillerato que compagina la escuela con estudios artísticos o deportivos,
o con estancias en el extranjero y para estudiantes con altas capacidades.
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Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
Tabla 2
Estadísticas alumnado con n.e.e derivadas de discapacidad
Total 7.196
Tabla 3
Estadísticas alumnado con n.e.e sin discapacidad
Total 20.392
Según datos del MECD (2015a:8), Cataluña cuenta con un 12,4% de alumnado extranjero, el
tercero más alto de España (cuyo promedio es 8,5%), después de La Rioja y Aragón. El
vertiginoso crecimiento migratorio que se ha producido en Cataluña en la última década
supone un gran desafío para el sistema educativo ya que la población extranjera representa un
colectivo de mayor vulnerabilidad debido a una serie de factores como una composición
socioeconómica promedio por debajo de los niveles de la población de origen, requieren de un
proceso de adaptación social e institucional, desconocimiento de la lengua, discontinuidad
72 | P á g i n a
Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
académica (Albaigés y Ferrer, 2013), que demanda un mayor despliegue de recursos y medidas
adicionales de apoyo para atender a sus necesidades.
Tabla 4
Distribución de alumnado extranjero según zona de origen
Origen Nº alumnos
Unión Europea 7.504
Resto de Europa 2.086
Magrebí 19.782
Resto de África 3.878
América del norte 141
América central y del sur 8.014
Asia y Oceanía 6.638
Total 48.043
De acuerdo al Art. 11 del Decreto 299/1997, los centros ordinarios contarán con plazas de
trabajo destinadas a maestros de pedagogía terapéutica y otro personal cualificado que se
requiera como monitores de ayuda para los alumnos (vetlladores)30, logopedas, fisioterapeutas,
etc., para la realización de tareas específicas de atención del alumnado con n.e.e. derivadas de
discapacidad.
30Vetllador: personal auxiliar de educación especial, destinado al apoyo del alumnado con alto grado de dependencia, con el fin
de facilitar su participación en todas las actividades del centro (Departament d’Ensenyament, 2009b).
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Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
Las medidas y recursos31 de apoyo específico que el sistema educativo catalán pone a
disposición del alumnado que lo requiera son clasificadas entre tres niveles: universales,
adicionales e intensivos, que describimos a continuación, de acuerdo a cómo lo plantea la
Generalitat de Catalunya (2015):
31
De acuerdo al Departament d’Ensenyament, la distinción entre medidas y recursos de apoyo sería: las medidas hacen
referencia a las acciones de los centros para reducir las barreras del entorno que intervienen en el progreso educativo de todos
los alumnos. Los apoyos son los recursos personales, materiales, tecnológicos y comunitarios para una aplicación eficaz de las
medidas.
32
La comisión de atención a la diversidad (CAD) es una instancia multidisciplinaria de reunión entre profesores y equipo
directivo del centro y profesionales del equipo de asesoramiento y orientación psicopedagógica EAP, en que se toman
decisiones respecto a las medidas de atención a la diversidad del centro.
74 | P á g i n a
Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
Medidas de apoyo intensivo, son medidas específicas para el alumnado con necesidades
educativas especiales, que permiten dar una respuesta educativa ajustada a la singularidad del
alumnado, sin límite temporal. Estas medidas están destinadas al alumnado con dictamen de
escolarización o informe de reconocimiento de necesidades educativas especiales elaborado por
el equipo de asesoramiento y orientación psicopedagógica (EAP) en colaboración con el
profesorado del centro, los padres, el alumno y otros especialistas si es necesario.
75 | P á g i n a
Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
Tabla 5
Resumen de la red de apoyos del sistema de educación inclusivo en Cataluña
33
Denominado en catalán “alumnat nouvingut” o “d’incorporació tardana” para referirse al alumno que se incorpora por primera
vez al sistema educativo de Cataluña en los últimos veinticuatro meses, con desconocimiento de las dos lenguas oficiales
(catalán y castellano). Direcció General d’Educació Infantil i Primària (2015).
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Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
Unidades docentes en Son unidades docentes disponibles en los centros residenciales, que imparten enseñanza
centros de la Dirección básica y formación académica y profesional a aquellos infantes y adolescentes que no
General de atención a la pueden asistir a un centro escolar, debido a su situación de alto riesgo social o de
infancia y la adolescencia desamparo.
(DGAIA)
Unidades de apoyo a Recurso intensivo para atender al alumnado con n.e.e. significativas que lo requiere a lo
alumnos con n.e.e. largo de toda su escolaridad. A cargo de profesionales que se incorporan de forma
(USEE) extraordinaria a la plantilla de las escuelas e institutos. Este recurso incluye la revisión de
estrategias de apoyo en el aula ordinaria y de organización del centro que no está
restringida a los profesionales de apoyo.
Unidades de audición y Servicios extraordinarios que se incorporan a la plantilla de escuelas e institutos, y brindan
lenguaje (UAL) apoyo intensivo a los alumnos con discapacidad auditiva severa y profunda.
Unidades de Programas de diversificación curricular para alumnos con inadaptación al medio escolar y
escolarización compartida riesgo de exclusión social de 3º y 4º de la ESO, en que se trabajan los contenidos con
(UEC) actividades de tipo práctico vinculadas a los diferentes oficios. Es otorgado por el
Departament d’Ensenyament junto con otras asociaciones comunitarias.
Aulas integrales de apoyo Son espacios independientes y autónomos de los centros en los que funcionan, que
(AIS), actuales unidades cuentan con profesionales del Departament d’Ensenyament y del Departamento de Salud.
médico educativas (UME) Proporcionan apoyo temporal e intensivo a alumnado con n.e.e. derivadas de trastornos
o unidades terapéutico- mentales o trastornos graves de conducta, de escuelas e institutos.
educativas (UTE)
Centros de educación Centros de educación especial, que en conjunto con los servicios educativos proveen
especial proveedores de servicios y programas de apoyo a los centros ordinarios, para la escolarización del
servicios y recursos alumnado con n.e.e. ya sea colaborando en la atención directa del alumnado con n.e.e.
(CEEPSIR) junto con el tutor y equipo docente, o aplicando programas de estimulación de habilidades
comunicativas, adaptativas, emocionales, etc.
Centros de educación Ofrecen enseñanza desde la educación infantil hasta los niveles post-obligatorios, de
especial (CEE) carácter profesionalizador y centrado en el desarrollo de habilidades personales y
sociales.
Trabajo en red dentro de los centros
Niveles Organizativos
Equipo docente Conjunto de profesionales encargados del proceso de formación del alumnado dentro de
los centros educativos, que gestiona, organiza y reflexiona la práctica pedagógica para
impulsar el proyecto de centro.
Comisión de atención a la Espacio de planificación, seguimiento y evaluación de las medidas de atención a la
diversidad (CAD) diversidad del centro. Conformado por el equipo directivo, profesorado, docentes
especializados (maestros de educación especial, orientadores del centro, profesores de
pedagogía terapéutica, profesores del aula de acogida, profesionales de la USEE) y
miembros del EAP. Algunas de sus tareas son: concretar prioridades del centro para la
atención de la diversidad del alumnado, organización y seguimiento de los recursos y
medidas de apoyo, compartir las dificultades del trabajo con la diversidad en el aula,
conocimiento del alumnado que facilite una respuesta educativa personalizada, generar
propuestas de PI y planificar acciones para concretarlo, crear un marco de referencia de
escuela inclusiva que oriente las respuestas de apoyo que se dan al alumnado del centro.
Comisión social Espacio interdisciplinario de apoyo a la intervención en casos de problemática social, a
través del análisis de situaciones de riesgo social, planificación y seguimiento de la
intervención, planificación de acciones preventivas y generación de propuestas de mejora
dirigidas a los planes de entorno, EAIA, comisión de absentismo, y agentes
socioeducativos del territorio.
Red de acompañamiento Apoya al alumnado y a su familia para el compromiso en el proyecto educativo,
fomentando relaciones de confianza y de colaboración.
Centros Educativos Función de apoyo de los centros especiales a la escolarización de los alumnos con
Centros Educativos y Servicios Educativos
especiales proveedores n.e.e en centros ordinarios, a través del desarrollo de programas específicos.
de servicios y recursos Permitiendo al alumnado con n.e.e acceder a recursos y servicios en diferentes
centros.
Centros de recursos Son equipos docentes que apoyan la actividad pedagógica de los maestros en
pedagógicos (CRP) temas de formación permanente, recursos pedagógicos y dinamización de proyectos
de centro y zona.
Equipos de Equipos de docentes con especialidades de psicología y pedagogía, trabajo social y
asesoramiento fisioterapia, que apoyan al profesorado y a los centros para la atención de la
pedagógico (EAP) diversidad, del alumnado que presentan n.e.e., y de sus familias.
Equipos de lengua, Equipos de docentes que apoyan al alumnado inmigrante o en riesgo de exclusión
interculturalidad y social y al profesorado que lo atiende, en el ámbito de centro educativo y en los
cohesión social (ELIC) planes de entorno.
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Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
trastornos generalizados trastornos mentales o de conducta con dificultades de adaptación al entorno escolar.
del desarrollo y
trastornos de conducta
SEETDIC
Centro de Recursos Servicio de apoyo y referencia del curriculum de educación infantil y primaria,
Pedagógicos secundaria obligatoria y bachillerato (matemático, lingüístico, tecnológico, científico
Específicos de Apoyo a y social y medio).
la Innovación e
Investigación Educativa
(CESIRE)
Campos de aprendizaje Red de apoyo a los docentes en las áreas de medio natural, social, histórico y
(CdeA) y los entornos artístico, en entornos de aprendizaje innovadores.
de aprendizaje.
Red territorial de servicios de Centros de desarrollo infantil y de atención precoz (CDIAP) del Departamento de
atención Bienestar Social y Familia.
a la infancia y la adolescencia Los centros de salud mental infanto-juvenil (CSMIJ) del Departamento de Salud.
Servicios sociales de base de cada municipio.
Equipos de atención a la infancia y adolescencia (EAIA).
* Fuente: Generalitat de Catalunya. (2015)
Este trabajo en red con la comunidad requiere de ciertos factores que son considerados como
indispensables para su funcionamiento eficaz: un clima de centro cooperativo, formación
continua de los docentes y espacios de participación de las familias dentro del proyecto
educativo y en la toma de decisiones del proceso educativo de sus hijos.
34
ONCE: Organización Nacional de Ciegos de España, que brinda prestación social a personas con ceguera o discapacidad
visual severa. (Fuente: http://www.once.es/new/)
78 | P á g i n a
Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
El trabajo en conjunto familia-escuela implica el reconocimiento mutuo de los aportes que ambas
instancias puede hacer desde su saber, para educar a los alumnos en una tarea compartida.
Aporte que resulta esencial en el caso del alumnado con n.e.e., para su detección y para
planificar la atención educativa que requiere. Con el fin de impulsar la participación de la familia
en el proceso educativo, el Departament d’Ensenyament ha implementado algunas acciones
como por ejemplo: la creación de una página web “Escola i família. Junts x l’Educació”, con
orientaciones para que los padres puedan acompañar a sus hijos y apoyarlos en los diferentes
ámbitos relacionados con su desarrollo y educación; ha impulsado una aplicación en la Xarxa
telemàtica educativa de Catalunya35 [XTEC] con orientaciones para que los centros mejoren la
implicación de las familias y ha desarrollado el “Pla d’Impuls a la Lectura”, plan para fomentar
la lectura conjunta entre padres e hijos (Bonal y Verger, 2013).
La formación de las familias, se encuentra estipulada en la LEC, en los Art. 27.1 y 27.2 que
señalan que el Gobierno debe impulsar programas de formación que favorezcan la implicación
de las familias en la educación de sus hijos, y promover espacios desde las escuelas,
asociaciones de padres y madres o instituciones sociales para el intercambio de experiencias
entre las familias, referentes a la educación de sus hijos.
Pero también se encuentra regulada por leyes que regulan a las Administraciones públicas, por
ejemplo: Llei 14/2010, del 27 de maig, dels drets i les oportunitats en la infància i l’adolescència.
(DOGC 5641-02.06.2010), que hace mención a la responsabilidad que tienen las
administraciones en otorgar información y formación adecuada a los padres para que puedan
cumplir con su rol ante sus hijos (Art. 37.3 y 104) y la Llei 18/2003, del 4 de juliol, de suport a
les famílies (DOG 3926- 16.7.2003), respecto al apoyo e información que las Administraciones
públicas deben otorgar a las familias respecto a los deberes y derechos de sus hijos (Art. 30.1) y
establece que tanto los centros públicos como concertados deben fomentar la dinamización y
consolidación de las escuelas de padres y madres (Art. 32.2).
El Departament d’Ensenyament sugiere a los centros algunas formas para llevar a cabo
instancias de formación a las familias como por ejemplo: las conferencias de sensibilización y
difusión de un tema específico, espacios de intercambios de experiencias entre padres y madres,
talleres prácticos, debates educativos que cuenten con la participación de padres, madres,
profesores y otros profesionales del área educativa, “cafés tertulia” para compartir ideas y
reflexiones entre familias y profesionales, cursos de formación dirigidos a toda la comunidad
educativa, participación en foros virtuales, “tertulias dialógicas” para la reflexión conjunta entre
profesores, alumnos, familiares y otros agentes comunitarios, a partir de un texto literario
(Departament d’Ensenyament, 2015a).
Todas las acciones que los centros desarrollan para fomentar el aprendizaje de la buena
convivencia entre todos los miembros de la comunidad educativa deben quedar recogidas en el
plan de convivencia, que además contiene los mecanismos del centro para resolver conflictos a
nivel de aula, centro y entorno. Así como también, están los planes de acogida de los centros,
que establecen los mecanismos de participación y colaboración entre las familias y los centros.
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Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
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Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
A lo largo de este apartado hemos intentado sintetizar la gran cantidad de acciones que se
encuentran implementadas en el sistema educativo catalán, dentro de sus respectivos marcos
legales y políticos, para dar respuestas educativas a la diversidad de su alumnado. Sin embargo,
esta vasta red de apoyos y medidas ejecutadas no está exenta de una serie de discordancias
que son limitantes para cualquier buen propósito. A continuación revisaremos algunas de estas
barreras a la inclusión, desde una visión sistémica.
Por otra parte, en cuanto a aspectos técnico-metodológicos, una de las dificultades es el uso
de las aulas USEE37, el cual se ha ido desvirtuando a través del tiempo (Carbonell, 2014), ya que
en la mayoría de los casos se realiza en ellas un trabajo segregado más que inclusivo. También
se reclaman la falta de homogeneidad en las estrategias con que los EAPS determinan los
diagnósticos (Bonal et al., 2013) lo que origina una gran disparidad en las cifras relativas al
número de alumnos con n.e.e., además de dificultades en las políticas de escolarización de este
alumnado, evidenciándose una gran desigualdad entre los centros de los diferentes municipios.
36
Plataforma ciutadana per una escola inclusiva a Catalunya, es un grupo de entidades y personas que cooperan para promover
la educación inclusiva y de calidad en Cataluña.
37 Definidas en la Tabla 5.
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Capítulo 2: Educación inclusiva y la transformación de la escuela, el gran desafío.
Sin duda, uno de los factores que más ha afectado la atención de la diversidad en los últimos
cinco años ha sido la significativa reducción de recursos en los servicios educativos que se
efectúa a partir del año 2011, con la suspensión de la “sexta hora”38 en 1.276 escuelas (Bonal et
al., 2013) y en el año 2012 (Bonal et al., 2013, Reial decret llei 14/2012) cuando se llevan a cabo
una serie de recortes en los equipos de asesoramiento psicopedagógicos EAP, en los centros de
recursos pedagógicos CRP y en el personal docente. También se registró el aumento de la ratio
de alumnos por aula (hasta un 20%), además de un listado de reducciones en personal de las
USEE (“vetlladores”, auxiliares y maestros de educación especial), retrasos en la sustitución de
profesores e incluso el cierre de algunas escuelas y aulas (Bonal et al., 2013).
Luego de este minucioso análisis podemos señalar que Cataluña, como Comunidad Autónoma
ha generado todo un despliegue legislativo respecto al tema de la atención a la diversidad en las
escuelas ordinarias, con una clara evidencia de intenciones por desarrollar acciones en
consonancia con los lineamientos europeos e internacionales respecto a la escuela inclusiva.
Sin embargo, a pesar de todos los progresos evidenciados en materia de educación inclusiva,
los factores limitantes del proceso de inclusión en el sistema educativo catalán se conforman en
importantes retos para avanzar hacia la consolidación de un modelo inclusivo de enseñanza en
el marco de los planteamientos internacionales de la escuela para todos.
38 Llamada “sisena hora” (en catalán), fue una medida adoptada en el año 2006 por la Generalitat de Cataluña, en que se
amplió el horario escolar de las escuelas públicas de primaria en una hora diaria con el objetivo de mejorar los aprendizajes y
reducir la desigualdad educativa entre centros públicos y concertados. (Fuente: Fundació Jaume Bofill).
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Capítulo 3: La calidad educativa en la escuela inclusiva, una cuestión de derechos.
CAPÍTULO 3:
LA CALIDAD EDUCATIVA EN LA ESCUELA INCLUSIVA, UNA CUESTIÓN DE DERECHOS
Desde que comenzaron los movimientos por la educación inclusiva hasta la actualidad se han
dado pasos importantes en cuanto a su implementación en las diferentes escuelas del mundo,
sobre todo en lo que respecta a los accesos de la diversidad del alumnado en las escuelas
regulares. Sin embargo, cada vez se insiste más en la necesidad de asegurar una mayor calidad
y equidad en los aprendizajes que adquieren todos los alumnos a lo largo de su vida, como una
tarea que está aún pendiente en la mayoría de los países.
El último Foro Mundial sobre Educación, celebrado en la República de Corea el 2015, que contó
con una participación de más de 130 Ministros de Educación, es una reivindicación por la
educación inclusiva de calidad a nivel mundial, claramente expresada en el epígrafe del
documento resultante de esta Asamblea titulado así: La Declaración de Incheon. Educación
2030. Hacia una educación inclusiva, equitativa y de calidad a lo largo de toda la vida para todos.
Al retomar los principales hitos que ha generado el movimiento por la educación inclusiva a nivel
mundial, vemos como en todas estas instancias se ha enfatizado la calidad de la educación
como un aspecto que asegura la eficacia del proceso de Inclusión. Primero en la Conferencia de
Jomtien (1990) y luego en la Declaración de Salamanca (1994), se establecieron compromisos
para impulsar el acceso universal a la educación de calidad para todos.
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Capítulo 3: La calidad educativa en la escuela inclusiva, una cuestión de derechos.
En esta asamblea, se reconoció el importante papel transformador que tiene la educación, como
un medio esencial para lograr la paz, la tolerancia, la realización humana y el desarrollo
sostenible (UNESCO, 2015) así como la erradicación de la pobreza y por tanto, se reafirma
como un bien público y como un derecho humano fundamental para la realización de otros
derechos.
Esta vez, el énfasis puesto a la calidad de la educación obedece a las evidencias que, de
acuerdo a la UNESCO (2014a, b), demuestran que el aumento en las tasas de matriculación no
conlleva, por sí solo, a una mejor calidad de la enseñanza, y tampoco han provocado un
aumento significativo en los porcentajes de finalización de la enseñanza primaria. De hecho la
UNESCO (2015) incluso advierte que la excesiva focalización en los accesos desatiende otros
39 Objetivos propuestos en Dakar, 2000: [1] Mejorar los accesos a la protección y educación en la primera infancia. [2] Asegurar
el acceso a una enseñanza primaria gratuita y obligatoria de buena calidad y su culminación. [3] Satisfacer las necesidades de
aprendizaje de todos mediante acceso equitativo a un aprendizaje adecuado y a programas de preparación para la vida activa.
[4] Aumentar la alfabetización en adultos en un 50%, facilitando un acceso equitativo a la educación básica y permanente. [5]
Lograr la igualdad de género en la educación. [6] Mejorar todos los aspectos cualitativos de la educación garantizando
resultados de aprendizaje reconocidos.
40 People, Planet, Prosperity, Peace and Partnership (http://www.unesco.org/new/en/education/themes/leading-the-international-
agenda/education-for-all/education-2030/)
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Capítulo 3: La calidad educativa en la escuela inclusiva, una cuestión de derechos.
referidos a la calidad de la educación que se brinda a los estudiantes una vez que ya están en la
escuela.
En este sentido, las cifras hablan por sí solas. En la actualidad, de acuerdo a la UNESCO
(2014b, 2015) más del 50% de los niños y adolescentes (de un total de 250 millones) que han
estado escolarizados por lo menos durante cuatro años, no logran estándares mínimos de
aprendizaje en lectura, escritura y cálculo, impidiéndoles la igualdad de oportunidades en la
obtención de un empleo futuro. Siendo las mujeres, quienes obtienen los índices más bajos de
alfabetización.
De acuerdo a la UNESCO (2015), las tasas de mujeres que no lograban leer ni escribir en el año
2013 correspondían a dos tercios de los 757 millones de adultos a nivel mundial. En este sentido
se señalan como causas de la inequidad de género la violencia de género, el matrimonio infantil,
el embarazo precoz y las labores domésticas excesivas (UNESCO, 2015). Y se reconoce que la
educación es el principal medio para que las mujeres logren posicionarse en igualdad de
condiciones para una íntegra participación social, política y económica. Por lo que la igualdad de
género es un aspecto clave de la Agenda 2030.
Para la UNESCO (2015) resulta crucial el papel del Estado en la protección del derecho a la
educación de las personas a través de la regulación de los sistemas educativos para que
garanticen un nivel adecuado y funcional de alfabetización, así como el aprendizaje de
habilidades relevantes a lo largo de la vida que permitan a las personas trabajar y desenvolverse
de acuerdo a las exigencias de la sociedad actual. Por ello, en la Declaración de Incheon, los
gobiernos se comprometieron a garantizar niveles de excelencia en la alfabetización funcional y
aritmética, incorporando el uso de las TIC para que sus aprendizajes sean efectivos, pertinentes
y reconocidos.
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Capítulo 3: La calidad educativa en la escuela inclusiva, una cuestión de derechos.
Finalmente se reconoce que para lograr los objetivos de la Agenda 2030, se debe satisfacer la
imperiosa necesidad de formación docente de forma continua, que cuente con estándares
nacionales de formación, además del mejoramiento de las condiciones laborales del
profesorado, ya que es quien finalmente concretizará, en su quehacer diario, las políticas que se
formulen.
Sin duda, la importancia que reviste la calidad educativa para el desarrollo de un país es crucial
en términos de productividad, mejora de la calidad de vida y fortalecimiento de la democracia
(UNESCO-OREALC, 2007). Sin embargo, a pesar de sus reconocidos beneficios, existen
dificultades a la hora de consensuar una definición, dado a que es un concepto multidimensional,
que implica un juicio de valor (Blanco, 2008) respecto a lo que una sociedad considera como
ideal de persona y sociedad en un tiempo y contexto determinado. Por lo tanto, su
entendimiento no es estable ni estándar, sino que es un concepto relativo (González-Ramírez,
2000) ya que su definición dependerá de factores sociales, culturales y políticos predominantes
en un momento y un lugar específicos.
En los intentos por definir la calidad de la educación encontramos aquellos relacionados con el
desarrollo cognitivo del alumno, que son los más evidentes y por lo tanto los que los sistemas
acostumbran a evaluar. Por otra parte, están los que relacionan la calidad con el desarrollo de
los afectos, la creatividad, las actitudes y valores cívicos, que al ser más implícitos son difíciles
de evaluar (UNESCO, 2004a).
Finalmente, de la gran cantidad de definiciones de calidad nos hemos decantado por una
reciente de Marchesi y Martín (2014) ya que la consideramos bastante completa pues considera
una serie de factores en consonancia con la propuesta de la escuela inclusiva, distinguiendo
además entre calidad de centro y calidad del sistema educativo, en conformidad con el discurso
que hasta aquí hemos mantenido. Los autores realizan la siguiente definición:
Una escuela de calidad es la que favorece el desarrollo de las competencias cognitivas, afectivas
y sociales, estéticas y éticas de todos los alumnos, vela por su bienestar emocional, busca
estrategias para responder a su diversidad personal y cultural, procura elaborar un proyecto
colectivo en el que la comunidad educativa participe y se sienta comprometida, y establece
relaciones con otras escuelas e instituciones para el logro de estos objetivos.
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Capítulo 3: La calidad educativa en la escuela inclusiva, una cuestión de derechos.
Un sistema educativo de calidad es el que apoya el funcionamiento de este tipo de escuelas, las
evalúa de acuerdo con estos principios, otorga una máxima prioridad a la formación y al
desarrollo profesional de los docentes, refuerza especialmente aquellas escuelas que se
enfrentan a mayores desafíos por la composición de su alumnado y considera que la equidad
educativa es parte inseparable de su calidad. (Marchesi y Martín, 2014:66)
En esta definición, los autores dejan de manifiesto la importancia de que tanto el sistema
educativo como la escuela funcionen bajo estándares de calidad que reflejen la interdependencia
y complementariedad de ambas instancias. En este sentido señalan que, para que un sistema
educativo sea de calidad, la mayoría de las escuelas que lo conforman debieran también tener
altos niveles de calidad, agregando que, puede que existan escuelas de calidad en sistemas que
no lo son tanto. Además Marchesi y Martín (2014:67) identifican algunos elementos como
fundamentales para lograr la calidad educativa en las escuelas y sistemas escolares, que
revisaremos de manera muy breve:
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Capítulo 3: La calidad educativa en la escuela inclusiva, una cuestión de derechos.
Compartimos plenamente con la propuesta de estos autores, quienes ponen de manifiesto que la
calidad educativa debiera ser entendida desde un enfoque sistémico, es decir, bajo un sentido
amplio, otorgando gran importancia a los aspectos contextuales, relacionales, participativos y de
trabajo en red. Esta mirada va en línea con el enfoque comunitario desde el que hemos
planteado la transformación de los centros hacia una escuela inclusiva, ya que compartimos la
visión de que a través de una amplia complicidad de la comunidad educativa por la igualdad de
oportunidades para todos, se facilita el hacer frente a los desafíos que conlleva brindar una
educación de calidad para la diversidad de todo el alumnado.
Otra definición que deseamos destacar es la de la UNESCO. Aun cuando es más general que la
que hemos revisado anteriormente, nos interesa porque entiende la calidad educativa
principalmente desde un enfoque de derechos y de manera indisociable con la equidad: “Una
educación es de calidad si ofrece los recursos y ayudas necesarias para que todos los
estudiantes alcancen los máximos niveles de desarrollo y aprendizaje, de acuerdo con sus
capacidades” (UNESCO/OREALC 2007:34). De manera que todos los individuos puedan
beneficiarse, en igualdad de condiciones, del derecho a la educación que les permita un
desarrollo pleno y un aprendizaje continuado durante toda su vida.
Siguiendo esta línea del derecho a una educación de calidad, la UNESCO/OREALC (2007a,
sacado de Blanco 2008) considera que se deben tener en cuenta las siguientes dimensiones
como esenciales en la definición del concepto de calidad:
Relevancia, relacionada con el sentido y la finalidad que tiene la educación y con el grado de
satisfacción que otorga a las necesidades de la sociedad, por lo que se requiere el desarrollo de
competencias necesarias para participar en distintos ámbitos de la vida.
Pertinencia, se refiere al grado de significancia y ajustes que la educación logra tener para un
universo de personas diversas en cuanto a contextos y culturas, capacidades e intereses,
Equidad, cuando se aseguran los aprendizajes en niveles de excelencia, sin que sus resultados
reproduzcan las desigualdades de origen de los estudiantes.
Eficacia y eficiencia, relacionado con el aseguramiento de los principios de equidad, relevancia
y pertinencia en la educación y en la asignación y uso de los recursos para lograr metas.
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Capítulo 3: La calidad educativa en la escuela inclusiva, una cuestión de derechos.
De acuerdo con Blanco (2008), cuando se habla de calidad se valoran aspectos como la
cobertura, conclusión de estudios, deserción escolar, índices de repetición y los resultados de
aprendizaje de los estudiantes. Ello requiere del desarrollo de metodologías y contenidos de
aprendizaje pertinentes y relevantes, así como de la creación de entornos de aprendizaje
seguros e inclusivos, y por supuesto de maestros formados y motivados que puedan llevar a
cabo esta serie de requerimientos.
El aumento en los niveles educativos de las personas, conlleva importantes repercusiones para
el crecimiento económico y el desarrollo social de un país dado a que es una poderosa
herramienta para combatir la pobreza, la exclusión social y la violencia, que mejora el bienestar
de las personas y aumenta sus posibilidades de movilidad social, con lo cual se reducen las
desigualdades.
La educación de calidad es un medio esencial que empodera a las personas para vivir de una
manera digna, en democracia, valorando la diversidad y respetando los derechos humanos. A
través de ella se pueden modificar las creencias, valores y costumbres fuertemente enraizados
en las personas, canalizándolos hacia la aceptación y el respeto de la diversidad.
Lograr una educación inclusiva de calidad, implica alcanzar el equilibrio entre excelencia y
equidad (UNESCO, 2008), ya que no se puede concebir que una educación sea de calidad sólo
para una minoría de estudiantes cuando hay otros que quedan marginados del derecho de
aprender en niveles de excelencia.
En este sentido, Cano (2009) sostiene que la equidad es un componente intrínseco de la calidad,
señalando que:
Una educación que no cumpla los principios marcados por la constitución de igualdad de
oportunidades, de no discriminación, (…) no podría ser nunca de calidad. Una formación sin
equidad no será nunca, por más elevados que sean los resultados académicos medibles de
ciertos alumnos, una educación de calidad. (p.199)
Por tanto, lograr la calidad educativa requiere asegurar que todos los alumnos aprendan en
niveles de excelencia que les permitan en el futuro tener una participación activa en la sociedad.
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Capítulo 3: La calidad educativa en la escuela inclusiva, una cuestión de derechos.
Ello sólo será posible en la medida en que los sistemas educativos se tornen más equitativos, es
decir, cuando sean capaces de generar políticas de equidad con las cuales logren compensar
las desigualdades económicas y sociales que aumentan drásticamente las diferencias en el
aprendizaje de los alumnos y con ello minimicen los efectos derivados de las circunstancias
personales, familiares y contextuales de los estudiantes, que tanto afectan a su aprendizaje.
En este ámbito, existe una tendencia por confundir los términos equidad con igualdad, ya que
ambos están estrechamente relacionados. Sin embargo el concepto de equidad es más amplio
pues incluye dos principios antagónicos: el de igualdad y el de diferenciación (Blanco, 2006;
UNESCO, 2007). Es decir, para que haya equidad se requiere de un criterio diferenciador que
permita ajustar los recursos educativos a las particularidades de cada estudiante permitiéndoles
estar en igualdad de condiciones para beneficiarse de sus derechos y de las oportunidades que
se les brindan, es decir: “La educación debe tratar de forma diferenciada lo que es desigual en el
origen para llegar a resultados de aprendizaje equiparables” UNESCO-OREALC (2007). No se
trata de dar lo mismo a todos, sino que dar en función de las necesidades de cada uno.
Lo que se intenta evitar es, que la educación se convierta en un factor más de reproducción de
las desigualdades sociales y económicas de origen de los estudiantes, ya que éstas condicionan
fuertemente el desarrollo y el logro de la excelencia en sus aprendizajes. Por ende, la educación
inclusiva de calidad aboga por el aseguramiento de la equidad de los sistemas educativos en
tres dimensiones: los accesos, los procesos y los resultados, de manera que estas
circunstancias personales o socioeconómicas de los individuos no impidan el desarrollo de su
potencial educativo.
En este sentido, alcanzar la excelencia en los aprendizajes implica que todos los estudiantes,
según sus posibilidades, puedan desarrollar al máximo sus potencialidades y las competencias
establecidas en el currículo escolar, necesarias para su integración próspera en la sociedad
(Marchesi y Martín, 2014, UNESCO, 2008). Para lograrlo, es imprescindible que el apoyo
educativo y los recursos se brinden de una manera personalizada a las necesidades de cada
estudiante, con el fin de igualar las oportunidades.
Sin embargo, lograr la excelencia de los aprendizajes para todos, supone una mayor exigencia
para el logro de la equidad, puesto que son numerosas las evidencias que constatan que los
resultados obtenidos por los estudiantes se encuentran fuertemente condicionados por el nivel
socioeconómico y cultural de sus familias (Bonal, 2012; Demeris, Childs, y Jordan, 2008; Consell
Superior d’Avaluació del Sistema Educatiu, 2015, MECD, 2013c; Pedró, 2012), es decir, que a
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Capítulo 3: La calidad educativa en la escuela inclusiva, una cuestión de derechos.
mayor nivel socioeconómico y cultural de las familias, mejores resultados y mayores expectativas
educativas para el alumno y viceversa. Revertir esta relación se ha convertido en el mayor
desafío para los sistemas educativos inclusivos a nivel mundial.
En el caso concreto de Cataluña, uno de los retos actuales del sistema educativo es combatir las
desigualdades entre los resultados de aprendizaje obtenidos por la población de alumnos
inmigrantes y los alumnos nativos (Albaigés et al., 2013; Bonal, 2012) como también, la desigual
distribución del alumnado inmigrante en las escuelas catalanas, lo que ha acentuado la
segregación de este colectivo en los centros educativos de nivel socioeconómico bajo,
ocasionado por diferentes motivos como por ejemplo la concentración residencial, la tendencia a
la agrupación con sus homólogos, el efecto de huida de las familias autóctonas que buscan
escuelas con menos alumnos extranjeros, entre otros (Bonal, 2012), con los consiguientes
riesgos educativos y sociales que este fenómeno conlleva.
El desafío que supone combatir las desigualdades educativas, no tiene que ver solo con aplicar
un conjunto de medidas técnico pedagógicas, sino que es doblemente complejo ya que, como
mencionamos en el primer capítulo, posee un profundo trasfondo social, que explica las
influencias de las relaciones de poder que se dan en los centros y en las aulas y que son la
base de la estructura que potencia la reproducción social (Murillo, 2008).
Por lo tanto las respuestas surgirán en la medida en que nos cuestionemos “la estructura de la
exclusión” (Slee, 2012:161), a través de un cambio en la mentalidad de la sociedad en general y
de los gobiernos en particular, que implique un convencimiento genuino del derecho a la
igualdad de oportunidades para todos. Este menester quizás explique el por qué medidas como
las reformas educativas y la provisión de recursos económicos no han sido suficientes para
lograr mejoras en los resultados de aprendizaje de todo el alumnado.
He aquí un nudo gordiano al que se enfrentan los sistemas educativos en todo el mundo: el
poder armonizar el desarrollo de escuelas democráticas y equitativas dentro de una sociedad
neoliberal cuyo modelo se basa en el individualismo, la competencia y la productividad (Santos
Guerra, 1999). Asimismo la existencia de leyes, políticas, estructuras de financiación y sistemas
políticos fuertemente arraigados que actúan perpetuando el status quo de reproducción de las
desigualdades (Fisher et al., 2002; Slee, 2012). Esta enorme contradicción es la principal barrera
con que se enfrenta la educación inclusiva, en sus intentos por asegurar la calidad y equidad
educativas.
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Capítulo 3: La calidad educativa en la escuela inclusiva, una cuestión de derechos.
Sin embargo, centrarse en los resultados de los estudiantes a menudo conlleva el riesgo de
confundir y utilizar el rendimiento académico como un indicador del funcionamiento y la calidad
del sistema educativo. Por ello debemos estar conscientes de que las pruebas externas sólo
miden un aspecto de la calidad, que son los resultados del sistema y del centro, y que para
evaluar la calidad de los centros se requiere considerar otros factores relacionados como son el
liderazgo, el clima, el trabajo de los docentes, los procesos que acontecen en el centro y en el
aula, y el desarrollo integral del alumnado (Murillo, 2008).
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Capítulo 3: La calidad educativa en la escuela inclusiva, una cuestión de derechos.
Por tanto, el propósito actual de los sistemas educativos inclusivos trasciende al mero
aseguramiento de los accesos a la educación y se enfoca en preparar a los estudiantes para la
vida después de la escuela (Loreman, 2013), de manera que los alumnos que egresan de la
educación obligatoria, sean capaces de continuar con una formación post obligatoria que los
faculte para tener una vida laboral próspera, que contribuya a su independencia y desarrollo
personal, preparándolos para enfrentar los desafíos de la sociedad actual.
41 El movimiento de las escuelas eficaces surge con el fin de buscar evidencias de los efectos escolares sobre el rendimiento de
los estudiantes, que contrarrestaran los hallazgos del controvertido Informe Coleman (1966) el cual señalaba la escasa influencia
de los recursos educativos sobre el rendimiento del alumno y explicaba los fracasos educativos como resultado del contexto
sociocultural y de circunstancias personales del estudiante, induciendo consecuentemente a la perpetuación de las clases
sociales. Un trabajo pionero del citado movimiento fue el desarrollado por Weber (1971) desde el que surge una primera relación
de los factores de eficacia de una escuela que inciden en el rendimiento de los estudiantes. La investigación sobre las escuelas
eficaces continúa vigente, pero en la actualidad está orientada en la línea de las conclusiones que afirman los efectos de los
procesos escolares y del trabajo de los profesores en el mejoramiento o empeoramiento del rendimiento de los alumnos. Fuente:
Cano, 2003 y Murillo, 2003.
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Capítulo 3: La calidad educativa en la escuela inclusiva, una cuestión de derechos.
Adicionalmente, hay evidencias de que los factores asociados a la resiliencia de los estudiantes
han logrado reducir el impacto que las desventajas socioeconómicas tienen sobre el aprendizaje
en algunos países (OCDE, 2011b; Roca, 2010). Los aspectos psicológicos que intervienen en la
resiliencia son un alto nivel de confianza, de motivación intrínseca y un mayor esfuerzo en el
aprendizaje.
Retomando el tema de la investigación de las escuelas eficaces, los estudios realizados en torno
a la forma en cómo están organizadas dichas escuelas señalan que presentan una mayor unidad
“estructural, simbólica y cultural” y poseen algunos elementos distintivos señalados por Murillo
(2008:2):
a) Metas compartidas, consenso, trabajo en equipo: sentido de comunidad
b) Liderazgo educativo
c) Clima escolar y de aula
d) Altas expectativas
e) Calidad del currículo / Estrategias de enseñanza
f) Organización del aula
g) Seguimiento de los alumnos y evaluación frecuente
h) Aprendizaje organizativo / Desarrollo profesional
i) Compromiso e implicación de la comunidad educativa
j) Recursos educativos
A pesar de que estos factores han sido obtenidos de investigaciones que se han llevado a cabo
en países con características propias, y que por lo tanto impiden una generalización universal,
han representado un valioso antecedente en la orientación de la mejora de los centros
educativos y de las políticas educativas. El aporte más importante, desde nuestro punto de vista,
es que han conformado los cimientos que demuestran que el contexto sociocultural, si bien es
una limitante, no es un factor determinante absoluto en el logro de los alumnos, sino que hay un
importante margen de acción tanto para la escuela como para el propio alumno.
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Capítulo 3: La calidad educativa en la escuela inclusiva, una cuestión de derechos.
son destacados. En este último punto, existen una serie de estudios que han demostrado una
alta correlación entre las expectativas de los padres y el rendimiento académico de sus hijos
(CIIMU, 2012; Marchesi y Martín, 2002; Rodríguez, et al., 2012).
No cabe duda de que actualmente disponemos de una gran cantidad de variables que influyen
en los resultados. Ahora bien, no estamos en condiciones de precisar la intensidad ni la forma
en como lo hacen. Lo que si nos interesa es destacar la alta interdependencia de estos
factores, lo cual debemos tener muy presente al generar propuestas de mejora.
Dejando de lado el análisis más general, nos centraremos en el sistema educativo catalán y
específicamente en el último informe sobre la evaluación externa de primaria del Consell
Superior d’Avaluació (2015), donde se indica que la repetición de curso y el nivel de complejidad
del centro educativo son las dos variables que más incidencia tienen en los resultados de los
alumnos. Mientras que otras variables como el sexo y la titularidad del centro tienen un efecto
mucho menor.
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Capítulo 3: La calidad educativa en la escuela inclusiva, una cuestión de derechos.
En este sentido, nos interesa detenernos en la alusión que estos investigadores hacen a la
rendición de cuentas a través de la aplicación de exámenes externos y al efecto positivo que le
atribuyen en el rendimiento del alumnado, lo que ha sido contrastado nacional e
internacionalmente. Nuestro interés se basa en dos motivos principales, el primero es que la
investigación que desarrollamos fundamenta una de sus principales variables en los resultados
del rendimiento de una prueba externa y la segunda razón es la necesidad de rescatar los
argumentos a favor de las examinaciones externas y mitigar las críticas de las que han sido
objeto, lo cual no quita nuestro reconocimiento de las limitaciones que estas evaluaciones
presentan, pero también representa una cortedad de miras el no reconocer sus potencialidades
y poder sacar provecho de ellas.
La forma que los sistemas educativos emplean para la rendición de cuentas son los exámenes
externos de las competencias del alumnado. En el ámbito específico de Cataluña, la evaluación
externa de competencias es de ámbito internacional (Pruebas PISA, PIRLS y TIMSS) 42 y
nacional (pruebas EGD o evaluación de educación primaria y secundaria)43. En este último caso,
la institución evaluadora en España es el Instituto Nacional de Evaluación Educativa,
dependiente del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, mientras que en Cataluña, esta
función le corresponde al Consell Superior d’Avaluació del Sistema Educatiu de la Generalitat de
Catalunya.
42 PISA, (Programme for International Student Assessment) aplicación de pruebas estandarizadas para analizar el rendimiento en
lectura, matemáticas y ciencias naturales, de estudiantes de 15 años de edad. Se realiza cada tres años por encargo de la
OCDE. Fuente: https://www.oecd.org/pisa/pisaenespaol.htm
PIRLS (Progress in International Reading Literacy Study) y TIMSS (Trends in International Mathematics and Science Study) son
evaluaciones de carácter internacional, llevada a cabo por la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento
Educativo (IEA). Miden el rendimiento en comprensión lectora (PIRLS) y en matemáticas y ciencias (TIMSS) del alumnado de 4º
de educación primaria, cada cuatro años. Fuente: http://www.mecd.gob.es/inee/estudios/pirls.html
43 EGD, Evaluación General Diagnóstica, de ámbito Estatal español, se realiza cada 3 años a estudiantes de 4º de primaria y 2º
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Capítulo 3: La calidad educativa en la escuela inclusiva, una cuestión de derechos.
A través de estas evaluaciones, los sistemas no sólo miden el nivel de aprendizaje alcanzado por
el alumnado, sino que obtienen valiosa información interna de los centros y del funcionamiento
del propio sistema educativo (Calero, 2013, Marchesi et al., 2014) convirtiéndose en un elemento
fundamental para el desarrollo de políticas educativas y también en un facilitador de la
investigación educativa.
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Capítulo 3: La calidad educativa en la escuela inclusiva, una cuestión de derechos.
En este sentido, una importante medida que se ha tomado en Cataluña, establecida en la Ley de
Educación de Cataluña (LEC), es la prohibición de la difusión de los resultados de las
evaluaciones con el fin de evitar los problemas de equidad que el mal uso de los resultados
pueda ocasionar a los centros con los resultados más bajos.
Otra de las críticas hacia las evaluaciones del rendimiento se refieren a la valoración exclusiva
de competencias instrumentales, dejando de lado otras dimensiones esenciales para la
formación de ciudadanos democráticos como son los aspectos actitudinales o habilidades
sociales, por ejemplo, además de competencias significativas como la comprensión, el análisis,
la comparación, la opinión y la creación (Santos Guerra, 1999). Complementariamente,
Marchesi et al. (2014) señalan que otro inconveniente es que no se analizan los factores
causales de los resultados lo que, junto a la falta de rigurosidad en la interpretación de los
análisis, pone en riesgo la imagen de los países, cuando estos se difunden en los medios de
comunicación.
Pero, desde el ámbito de la educación inclusiva, una de las mayores contradicciones de los
sistemas de evaluación por competencias, es la exclusión de los alumnos con algún tipo de
discapacidad o n.e.e. ya sea de la examinación propiamente tal o de que sus puntuaciones no
sean consideradas en los análisis de resultados, Así por ejemplo Schuelka, M. (2013), plantea la
exclusión del 5% de estudiantes con discapacidades (intelectuales, funcionales, y los no nativo
parlantes con menos de un año de instrucción en la lengua) de las pruebas TIMSS, PIRLS y
PISA, que los deja fuera de la “cultura del logro y evaluación educativa”, con las respectivas
implicaciones para la política educacional relativas a la equidad y el mantenimiento opresivo a
las bajas expectativas con este alumnado.
Tal como lo planteamos anteriormente, si uno de los propósitos de los sistemas educativos
inclusivos es brindar una preparación a los estudiantes que maximice sus oportunidades una vez
han egresado de la escuela, se justifica con mayor razón la aplicación de un examen de
resultados a los estudiantes con n.e.e. no sólo durante su estancia en la escuela (Giné et al.,
2009), sino también como lo sugiere Loreman (2013) se necesita examinar las circunstancias de
egreso de los estudiantes con n.e.e., lo que proporcionaría información importante para el
sistema respecto a los avances en la inclusión en los aprendizajes y en el derecho de aprender.
100 | P á g i n a
Capítulo 3: La calidad educativa en la escuela inclusiva, una cuestión de derechos.
En este aparado revisaremos algunos artículos indexados en la base de datos ISI Web of
Knowledge, correspondientes a investigaciones que se han llevado a cabo en el tema de la
educación inclusiva y su impacto en el rendimiento académico de todo el alumnado, tanto en el
ámbito internacional como nacional y que suponen un importante antecedente para este estudio.
Si bien hemos dado prioridad a las revistas incluidas en el Journal Citation Report, incluimos
también artículos que no se han publicado en revistas indexadas, así como materiales que nos
han servido como un valioso antecedente del tema en cuestión.
Entre estos materiales destacamos el Index for Inclusion (Booth y Ainscow, 2002), originario del
Reino Unido, pero reconocido a nivel internacional, como un material que fomenta la
investigación acción y los procesos de autoevaluación y reflexión de los centros educativos, para
que puedan identificar las barreras para la inclusión y proponer un plan de acción para
reducirlas.
De los estudios que relacionan la educación inclusiva con el rendimiento académico, hemos
encontrado que se han desarrollado principalmente dos líneas de investigación, una relacionada
al rendimiento de todo el alumnado y otra que se centra en el rendimiento del alumno con
discapacidad.
101 | P á g i n a
Capítulo 3: La calidad educativa en la escuela inclusiva, una cuestión de derechos.
En esta línea nos encontramos con el estudio desarrollado por Farrell, et al. (2007) cuyo objetivo
fue examinar la relación entre el logro académico y la inclusión de alumnos con necesidades
educativas especiales en las escuelas regulares de Inglaterra. La metodología utilizada fue los
estudios de caso y el análisis estadístico de las base de datos nacionales con los resultados
obtenidos por los alumnos en las pruebas estatales, controlando una serie de variables como:
tipo de centro, género, etnia, si tiene beca de comedor escolar gratuito, alumnos con n.e.e.
Los hallazgos indicaron que no existe una relación entre el rendimiento académico y la inclusión
a nivel de municipios pero si encontró una pequeña pero significativa relación negativa entre el
rendimiento y la inclusión a nivel de escuela, que es más acentuada en nivel de secundaria que
en primaria, en que los alumnos de escuelas más inclusivas presentaban rendimientos inferiores
que los de escuelas menos inclusivas.
Por tanto, los centros ordinarios no necesitan preocuparse por el potencial impacto negativo
sobre los logros académicos de sus alumnos incluyendo a los alumnos con necesidades
educativas especiales en las escuelas.
Otra investigación llevada a cabo por Ruijs, Van der Veen, y Peetsma, (2010) estudió las
diferencias en el logro académico (matemáticas y lengua) y el funcionamiento socio-emocional,
de estudiantes sin n.e.e. escolarizados en clases inclusivas y otros escolarizados en entornos
tradicionales, atendiendo además a las variaciones según la inteligencia del alumnado sin n.e.e.
o según el tipo de n.e.e de los alumnos incluidos, diferenciando entre estudiantes con problemas
de conducta, cognitivos y de otro tipo. Los resultados demostraron que no hubo diferencias
significativas en el logro académico ni en el funcionamiento socioemocional del alumnado sin
n.e.e. escolarizado en entornos inclusivos y no inclusivos, con lo que refuerzan la evidencia
científica que apoya la educación inclusiva ya que tampoco se evidencian efectos adversos para
los estudiantes sin n.e.e.
102 | P á g i n a
Capítulo 3: La calidad educativa en la escuela inclusiva, una cuestión de derechos.
Por su parte, Dessemontet y Blessa (2013) evaluaron el impacto de la inclusión de niños con
discapacidad intelectual (DI) en aulas de primaria en el rendimiento académico de sus pares sin
discapacidad, según los niveles de rendimiento (bajo, medio o alto). Los resultados señalan que
no hay una diferencia significativa en el progreso de los alumnos de clases inclusivas y
tradicionales, ya sea que estos tuvieran un nivel alto-medio o bajo de rendimiento. Con lo que se
concluye que la inclusión de alumnos con discapacidad intelectual en la educación general
primaria no tiene un impacto negativo en el progreso de los alumnos sin discapacidad.
103 | P á g i n a
Capítulo 3: La calidad educativa en la escuela inclusiva, una cuestión de derechos.
La investigación realizada por Huber et al. (2001), examinó las diferencias entre clases
inclusivas y no inclusivas, midiendo el efecto de las prácticas de inclusión sobre el logro
académico de los estudiantes de educación general con alto, medio y bajo rendimiento,
comparando entre quienes recibieron enseñanza con compañeros sin discapacidad y los que
compartieron clases con estudiantes con discapacidad. El currículum inclusivo y los apoyos
tuvieron un efecto diferencial, beneficiando a los estudiantes de educación general de bajo
rendimiento académico, que tuvieron mayor progreso en lectura y matemáticas que los
estudiantes de alto rendimiento. No hubo diferencias en las puntuaciones de lectura entre los
estudiantes de clases inclusivas y no inclusivas, pero sí las hubo en matemáticas. Sin embargo
el patrón no fue claro, algunas clases inclusivas mostraron menos progreso y otras más progreso
en el rendimiento al compararlas con las clases no inclusivas. Por tanto se concluye que la
inclusión no tuvo un gran impacto en el rendimiento de los estudiantes sin n.e.e.
Similares resultados encontraron Demeris, et al., (2008), al analizar la relación entre el número
de estudiantes con n.e.e y el rendimiento académico en lectura, escritura y matemáticas, de sus
compañeros sin dificultades. Los resultados evidenciaron que el rendimiento de los estudiantes
sin n.e.e. no se encuentra comprometido por el número de estudiantes con n.e.e. en el aula,
tomando en consideración el tamaño de la clase y el nivel socioeconómico de la escuela. Al
eliminar estas variables, las puntuaciones promedio de la clase fueron ligera pero
significativamente positivas.
Asimismo, los estudios de meta-análisis realizados por Kalambouka, Farrell, Dyson, y Kaplan,
(2007), en que se revisaron 27 estudios que relacionaban diferentes aspectos del logro
académico y social, en la enseñanza primaria y secundaria, señalaron que el 81% de las
evidencias reportaron efectos positivos o neutrales en los estudiantes sin n.e.e. La conclusión
final es que la escolarización de alumnos con n.e.e. en escuelas regulares no tiene
consecuencias adversas en el logro académico de todos los estudiantes.
Otros estudios basados en la revisión de literatura, como el llevado a cabo por Ruijs y Peetsma
(2009), indagaron sobre los efectos de la inclusión en el desarrollo cognitivo y socio-emocional
en los estudiantes con y sin necesidades educativas especiales, los resultados mostraron en su
mayoría, efectos neutros a positivos de la educación inclusiva en el desarrollo cognitivo, muy
pocos encontraron efectos negativos. Sin embargo, señalan que puede haber algunos efectos
diferenciales causados por niveles de rendimiento alto o bajo de los estudiantes sin necesidades
educativas especiales, pero que no se toman en cuenta en todas las investigaciones. En cuanto
104 | P á g i n a
Capítulo 3: La calidad educativa en la escuela inclusiva, una cuestión de derechos.
a los efectos socio-emocionales de la inclusión, se concluye que los niños sin n.e.e. tienen
menos prejuicios y una actitud más positiva hacia los niños con n.e.e., están más dispuestos a
jugar con ellos. Mientras que no se encontraron efectos sociales positivos de la educación
inclusiva en los niños con n.e.e., los que se encontraron en una posición social menos favorable
que los niños sin necesidades educativas especiales (menos populares, con menos reciprocidad
en sus amistades y fueron parte con menos frecuencia de un subgrupo de pares por ejemplo).
Estudios realizados por Loreman (2013), de revisión de literatura, concluyen que la educación
inclusiva no tiene ningún impacto negativo en el aprendizaje de los niños con diversas
habilidades o de sus pares, las investigaciones revisadas demuestran mejoras en los logros
académicos y sociales de todos los niños.
En este ámbito, los estudios de Dessemontet, Bless, y Morin (2012), investigaron los logros de la
inclusión en alumnos con discapacidad intelectual, encontrando diferencias en el progreso de
alfabetización entre los estudiantes incluidos en escuelas regulares, el cual fue significativamente
mayor que el de los alumnos escolarizados en escuelas especiales. No se encontraron
diferencias significativas entre el progreso de los dos grupos en matemáticas ni en
comportamiento adaptativo.
Por su parte, Fisher, et al. (2002), a través del análisis de la investigaciones internacionales,
examina los beneficios de la educación inclusiva y describe los elementos clave de las prácticas
inclusivas. Analizan estudios referidos a la programación de la escuela, la pertenencia y el
agrupamiento por capacidades y los resultados de los estudiantes, concluyendo que el enfoque
inclusivo tiene mucho que ofrecer para la mejora de los resultados de los estudiantes con
discapacidad y que la separación de los estudiantes en entornos especiales, disminuye las
probabilidades de volver a incorporarse al aula ordinaria. Señala como un importante aporte de
las investigaciones revisadas, el hecho de que los padres prefieren un sistema unificado de
105 | P á g i n a
Capítulo 3: La calidad educativa en la escuela inclusiva, una cuestión de derechos.
enseñanza en que sus hijos se sientan genuinamente parte de la clase, lo que podría llegar a
influenciar la institucionalización de la inclusión, mucho más que los resultados de cualquier otra
investigación.
A modo de síntesis, podemos indicar que la mayoría de las investigaciones revisadas nos
muestran que los entornos de aprendizaje inclusivos son beneficiosos para los alumnos con y sin
discapacidad. Prácticamente no hay estudios que señalen un efecto negativo de la inclusión en
el rendimiento académico de los estudiantes con n.e.e. ni en el de sus pares. Por lo demás,
parece clara la relación positiva entre la inclusión y el rendimiento académico del alumnado con
discapacidad. Aunque también encontramos algunas que evidencian efectos neutros y en una
menor cantidad, las que señalan un impacto negativo en el logro académico del alumnado sin
discapacidad.
Sin embargo, una importante limitación de los estudios revisados, y que en algunos casos los
propios investigadores han reconocido (Cole et al., 2004; Cosier et al., 2013; Farrell 2007; Ruijs
et al., 2010), es la limitada definición que realizan de la variable inclusión educativa, reducida al
emplazamiento del alumnado con discapacidad o n.e.e. en entornos ordinarios de enseñanza, ya
sea referente al número de alumnos con n.e.e. incluidos o al tiempo de permanencia de este
alumnado en el aula inclusiva. Dichas investigaciones no contemplan el análisis de los procesos
ni de las prácticas inclusivas de los centros.
Desde esta perspectiva, nuestra investigación trata de definir la variable inclusión educativa
desde un enfoque menos simplista, poniendo el énfasis en la organización y el funcionamiento
de la escuela y en las prácticas de aula. Ello nos permite tomar en consideración indicadores
contextualizados que abordan el proceso de inclusión de los centros desde distintas
dimensiones.
El Index for Inclusion (versión en inglés) o Guía para la evaluación y mejora de la educación
inclusiva (versión en castellano), elaborado por Booth y Ainscow (2002), fue publicada por
primera vez en el año 2000 en el Reino Unido y posteriormente ha sido adaptada a otros
contextos y traducido a diferentes idiomas.
106 | P á g i n a
Capítulo 3: La calidad educativa en la escuela inclusiva, una cuestión de derechos.
107 | P á g i n a
Capítulo 3: La calidad educativa en la escuela inclusiva, una cuestión de derechos.
Tabla 6
Resumen Componentes del Index for Inclusion (Booth y Ainscow, 2002)
Entre los años 2003-2004, se puso a disposición de los centros de Cataluña la primera versión
del Index per a la inclusió (traducido al catalán), que un año más tarde se digitalizaría en una
versión definitiva (Booth y Ainscow, 2005). Desde entonces el Departament d’Ensenymanent,
contempla el asesoramiento externo a cualquier centro educativo sostenido con fondos públicos
para que pueda hacer uso del Index, a través del plan de formación permanente del profesorado.
Las experiencias pioneras del uso del Index per a la inclusió en Cataluña datan desde el año
2003, con cuatro centros de la provincia de Barcelona que se animaron a utilizarlo (Giné et al.,
2009). Su aplicación llevó a que más adelante, entre los años 2006 y 2009, se desarrollara una
investigación patrocinada por el ICE-UB44, con el fin de implantar el uso del Index en diferentes
centros y realizar un seguimiento para evidenciar la efectividad de su aplicación. Sin embargo,
no se encuentran resultados de este proyecto porque no llegó a finalizar.
44
ICE-UB, es el Instituto de Ciencias de la Educación de la Universitat de Barcelona, organismo que se dedica al
perfeccionamiento del profesorado de todos los niveles del sistema educativo, la investigación, la innovación y la renovación
pedagógica. (Fuente: http://www.ub.edu/ice/).
108 | P á g i n a
Capítulo 3: La calidad educativa en la escuela inclusiva, una cuestión de derechos.
En la línea de investigaciones que han formulado indicadores para valorar la escuela inclusiva,
encontramos el estudio de Loreman (2013), el que destacamos por la estructura bajo la que
organiza un conjunto muy nutrido de indicadores, que por motivos de espacio no mencionamos
aquí. Plantea un modelo de medición en tres niveles insumos (todo lo que el sistema provee para
lograr la inclusión), procesos (prácticas escolares) y resultados (de los in-puts y procesos), que
permita identificar qué áreas del sistema pueden contribuir o aminorar el logro de una
escolarización inclusiva y, a su vez, examinar cada área del modelo de tres diferentes niveles:
nivel micro: individuos y salas de clases; nivel meso: escuelas y contextos en los que se opera y
nivel macro: sistemas amplios como los organismos gubernamentales locales y nacionales. La
disposición de los principales temas se resume a continuación:
Tabla 7
Resumen de componentes considerados en investigación de Loreman (2013)
Componentes
In-puts Procesos Resultados
No cabe duda que las investigaciones y los materiales que hemos revisado en este apartado
constituyen un valioso antecedente para tener en cuenta en nuestra investigación, sin embargo,
es importante no perder de vista los factores contextuales, en los que tanto se insiste cuando se
realizan comparaciones entre sistemas educativos y centros educativos (Marchesi y Martin,
2014). Estos estudios se han desarrollado en escenarios muy diferentes al nuestro, que no sólo
difieren en aspectos socioeconómicos, políticos, organizacionales o estructurales (por nombrar
algunos), sino que también son sistemas educativos que han ido desarrollando distintas
modalidades de inclusión que es necesario no perder de vista.
109 | P á g i n a
SEGUNDA PARTE:
METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN
SEGUNDA PARTE:
METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN
Capítulo 4: Diseño metodológico.
CAPÍTULO 4:
DISEÑO METODOLÓGICO
En este capítulo se presenta el diseño metodológico de este estudio que da respuesta a los
objetivos formulados en esta tesis. A continuación explicaremos cómo hemos aplicado el diseño
metodológico, para ir desarrollando los dos principales objetivos que nos hemos planteado al
comenzar la investigación, los que hemos situado en el contexto educativo catalán focalizado
específicamente en dos aspectos centrales de éste.
Por un lado nos ha interesado conocer cómo se está implementando la educación inclusiva, en
términos organizacionales y prácticos, en las escuelas públicas de primaria, y poder identificar lo
que hemos denominado grado de inclusión de centro. Y por otro lado, determinar si existe una
relación entre este grado de inclusión de los centros y el rendimiento académico de todo su
alumnado.
Con estas evidencias esperamos conocer el estado de la educación inclusiva en las escuelas
catalanas, que den cuenta de las fortalezas y debilidades de sus prácticas, de manera que
permitan formular orientaciones contextualizadas que potencien y mejoren el proceso de
transformación de los centros hacia un modelo más inclusivo. Por otra parte, confirmar si en el
contexto catalán el grado de inclusión es o no, uno de los factores relacionados con el
rendimiento y nivel de logro competencial.
Desde esta perspectiva, la metodología de investigación considerada más adecuada para reflejar
la realidad de inclusión escolar en el contexto catalán, es de corte cuantitativa. Concretamente
se ha planteado una investigación de carácter descriptivo y correlacional. Para ello se trabajó
con una muestra representativa de centros educativos públicos del territorio de Cataluña
facilitados por el Departament d’Ensenyament y el Consell Superior d’Avaluació de la Generalitat
de Catalunya, quienes además aportaron información desde sus bases de datos y participaron
en todas las etapas de diseño, elaboración y aplicación del cuestionario que fue utilizado como
instrumento para la recogida de los datos.
113 | P á g i n a
Capítulo 4: Diseño metodológico.
Objetivo General 1: Identificar el grado de inclusión de los centros públicos de primaria de las
zonas urbanas de Cataluña.
Objetivos Específicos:
Objetivo General 2: Determinar la influencia del grado de inclusión de los centros educativos de
Cataluña en el Rendimiento Académico del alumnado.
Objetivos Específicos:
1. Comparar, analizar e interpretar los resultados académicos obtenidos por los centros
seleccionados.
2. Determinar la incidencia que tiene el grado de inclusión de centro, en los resultados
académicos obtenidos por los alumnos en la prueba externa de 6º nivel de primaria.
114 | P á g i n a
Capítulo 4: Diseño metodológico.
Por otra parte, dado a que el instrumento utilizado para la recogida de información fue la
aplicación de un cuestionario ad-hoc, de modalidad on-line, podemos clasificar nuestra
investigación como un estudio de tipo encuesta (Torrado, 2014).
115 | P á g i n a
Capítulo 4: Diseño metodológico.
Luego, a través de los datos recogidos con el cuestionario hemos obtenido el grado de inclusión
de los centros el que hemos correlacionado con el rendimiento académico, correspondiente al
segundo objetivo general que nos habíamos planteado. La investigación correlacional se vincula
a la descripción de relaciones entre dos o más variables (Hernández et al., 2010). Asimismo, lo
que finalmente pretendemos en el estudio es determinar si existe o no influencia entre el grado
de inclusión de los centros educativos de Cataluña y el rendimiento académico de todo el
alumnado controlando además la variable complejidad de centro. Para ello, nos hemos
planteado las siguientes hipótesis:
Tabla 8
Resumen Enfoque Metodológico
De acuerdo a Hernández, et al. (2010:93) “una variable es una propiedad que puede fluctuar y
cuya variación es susceptible de medirse u observarse”. En esta investigación relacionamos las
siguientes variables: las características de los centros, el grado de inclusión de centro, el
rendimiento académico y la complejidad de centro. A continuación explicamos cada una de
ellas:
116 | P á g i n a
Capítulo 4: Diseño metodológico.
Características de los centros: Esta variable está conformada por los datos generales
de los centros públicos otorgados por el Departament d’Ensenyament, respecto a la
matrícula de centro, alumnado con dictamen y el número de población de la zona donde
se ubica el centro.
Grado de inclusión de centro (GI): se define como una clasificación de los centros
educativos, de acuerdo a los niveles de consolidación alcanzado en los procesos de
implementación de prácticas inclusivas en el centro en las siguientes dimensiones:
organización de centro, clima inclusivo de centro, organización de aula, apoyo
pedagógico, participación con la comunidad y formación permanente.
45
Desde el año 2010, la prueba también evalúa la competencia lingüística en lengua extranjera (inglés o francés), que no han
sido consideradas en este estudio por su reciente incorporación.
117 | P á g i n a
Capítulo 4: Diseño metodológico.
De todas maneras, existe la posibilidad de que algún estudiante, que se encuentre en alguna de
las situaciones de excepción, no pueda hacer la prueba en condiciones ordinarias, pero si la
podría hacer con adaptaciones. En estos casos, podrá realizar algunas o todas las pruebas, con
una corrección interna o externa, de manera de contar con una valoración más cualitativa que se
adapte a sus circunstancias.
La adaptación de la aplicación de las pruebas para el alumnado con déficit visual o auditivo (que
dispongan de un Plan Individualizado) está a cargo del Consell Superior d’Avaluació del Sistema
Educatiu. Además, aquellos alumnos con diagnóstico de discapacidad auditiva o visual, TDAH o
dislexia, se les otorgará 15 minutos adicionales para la realización de cada una de las pruebas.
46
Nos hemos basado en la clasificación de los niveles de complejidad facilitados por el Departament utilizada en el año 2012.
Actualmente la clasificación ha cambiado y ha pasado de tres a cinco categorías.
118 | P á g i n a
Capítulo 4: Diseño metodológico.
- Ausencias del alumnado por trimestres y ausencias del profesorado que no genera
sustituciones.
De acuerdo a estas variables, los centros son clasificados según su tipología en tres niveles,
como se muestra en la Tabla 9.
Tabla 9
Tipología de centros por nivel de complejidad
Con el fin de tener una mayor aproximación a la realidad y al objeto de estudio, en el siguiente
apartado revisaremos algunos elementos más destacados del contexto, como también
analizaremos los datos descriptivos de la población y de la muestra de los cuales disponemos,
centrándonos en aquellos que nos faciliten una mayor comprensión de las variables del estudio y
de las asociaciones que podamos encontrar entre ellas.
119 | P á g i n a
Capítulo 4: Diseño metodológico.
La educación en Cataluña, es regulada por la Ley de Educación de Cataluña (LEC) 12/2009 del
10 de julio, de rango autonómico, que se basa en criterios de equidad, excelencia y
corresponsabilidad de todos los centros sostenidos con fondos públicos, y resguarda la atención
a la diversidad del alumnado en favor de la igualdad de oportunidades, la cohesión social y la
educación inclusiva.
Las opciones de escolarización de los alumnos con necesidades educativas especiales son
preferentemente la escuela ordinaria, las unidades de educación especial en centros ordinarios,
la escolarización compartida entre escuela ordinaria y especial y los centros de educación
especial (Decreto 299/1997), labor que se efectúa gracias a una vasta red de apoyos para la
atención de la diversidad y a un gran despliegue de actuaciones inclusivas que el sistema
educativo lleva desarrollando desde hace un tiempo en conjunto con diversos servicios y
administraciones públicas.
La educación se organiza por etapas que van desde la educación infantil (0 y 6 años), educación
primaria (6 y 12 años), educación secundaria obligatoria ESO (entre los 12 y 16 años),
educación secundaria postobligatoria (bachillerato y formación profesional de grado medio),
formación profesional de grado superior y educación universitaria. La escolarización se considera
un derecho constitucional y por tanto, el Gobierno garantiza la gratuidad y obligatoriedad
educativa para todo el alumnado hasta los 16 años.
120 | P á g i n a
Capítulo 4: Diseño metodológico.
La población desde la que se obtuvo la muestra para esta investigación, corresponde a un total
de 1.126 escuelas públicas de primaria, de las zonas urbanas de los siguientes Servicios
Territoriales del Departament d’Ensenyament de Cataluña: Baix de Llobregat, Catalunya Central,
Barcelona Comarques, Consorci d’Educació de Barcelona, Girona, Lleida, Maresme-Vallès
Oriental, Tarragona, Terres de l’Ebre y Vallès Occidental.
Tabla 10
Distribución de la población total de centros según el número de habitantes de la zona geográfica
donde están ubicados
Las escuelas invitadas a participar son aquellas que cuentan con un número igual o mayor a 10
alumnos que se han sometido a las pruebas de sexto de primaria durante los años 2011-2012 y
2013 y que, por lo tanto, poseen resultados en las competencias de lengua catalana, lengua
castellana y matemáticas, durante este periodo.
Como hemos explicado anteriormente, otra variable que controlamos es la complejidad de los
centros47. A continuación, en la
47Para la descripción de la población total sólo hemos tenido en cuenta información sobre hábitat y complejidad, ya que otros
datos como la matrícula total de centro o el número de alumnos con dictamen sólo se entregó para los centros participantes.
121 | P á g i n a
Capítulo 4: Diseño metodológico.
Tabla 11
Distribución de población total por niveles de complejidad
Tabla 12
Distribución de la muestra participante en función del Nivel de Complejidad
122 | P á g i n a
Capítulo 4: Diseño metodológico.
número de habitantes entre 10.001 y 100.000 habitantes, de acuerdo al censo del año 2013. En
la Tabla 13 se puede apreciar, nuevamente, la representatividad de la muestra.
Tabla 13
Distribución de la muestra participante en función del Hábitat
Para el posterior análisis de resultados, hemos seleccionado, además, algunos de los datos
referidos a características de los centros, que fueron entregados por la Generalitat (ver Tabla 30)
ya que consideramos que podrían tener una relación significativa con el grado de inclusión de un
centro, estos son: la matrícula total y el alumnado con dictamen.
La distribución de la muestra según la matrícula total de centro de acuerdo a las tres categorías
propuestas se presenta en la Figura 1. Además, entre el 69% y 70% de los centros
participantes, señala que tiene una media aproximada entre 10 y 26 alumnos en cada curso de
primaria.
123 | P á g i n a
Capítulo 4: Diseño metodológico.
Respecto al número de casos de alumnado con dictamen que atiende en las cuatro categorías
propuestas se presenta en la Figura 2. La mayoría de centros de la muestra (un 67,7%)
concentra entre 1 y 7 casos de alumnos con dictamen.
Finalmente señalamos que la totalidad de centros de la muestra, el 72,4% señaló haber tenido
algún cambio importante durante los últimos tres cursos escolares. De estos centros, el 52,8%
señaló haber tenido un cambio de dirección, las modificaciones en la línea metodológica fueron
señaladas en un 41,1%, de los centros y las modificaciones del proyecto educativo por el
27,1%.48
48 Dado que los centros podían señalar más de una alternativa a la vez, la suma de los porcentajes de respuestas no da un
total de 100%.
124 | P á g i n a
Capítulo 4: Diseño metodológico.
En los siguientes apartados se detalla el proceso llevado a cabo para la recogida de datos en
ambas instancias.
En este apartado explicaremos en detalle, el desarrollo de todo el proceso, desde la fase del
diseño hasta la validación del instrumento, que contó con la colaboración del Departament
d’Ensenyament de Catalunya, en todas sus fases.
El cuestionario diseñado se tituló: Qüestionari del perfil inclusiu de les escoles de primària de
Catalunya (Traducido al castellano: Cuestionario del perfil inclusivo de las escuelas de primaria
de Cataluña), elaborado con el objetivo de recoger datos para identificar el Grado de Inclusión y
describir las prácticas inclusivas de las escuelas públicas de primaria de Cataluña.
Por ello el instrumento recoge una serie de aspectos relacionados con la organización, el
funcionamiento y las prácticas educativas que se desarrollan en las escuelas, estructurados en
seis dimensiones con sus respectivos indicadores por cada una.
125 | P á g i n a
Capítulo 4: Diseño metodológico.
Ello significó una fase previa de revisión bibliográfica, análisis de estudios previos y un proceso
de diálogo y reflexión conjunta entre el equipo investigador y quienes colaboraron con esta etapa
de la investigación, como los miembros del equipo del Departament d’Ensenyament, algunos
directores y profesores de centros públicos de Cataluña, que trabajan en escuelas bajo una línea
inclusiva, quienes fueron de gran aportación.
126 | P á g i n a
Capítulo 4: Diseño metodológico.
El contraste de ambos panoramas (macro y micro) nos permitió ir configurando el perfil inclusivo
de centro a través de la determinación de las dimensiones que lo conformarían para
posteriormente realizar una cuidadosa selección de aquellos indicadores que nos permitirían
describir de una manera más completa y sintética y menos arbitraria, la variable referida a la
educación inclusiva en un centro. Tarea que no estuvo exenta de dificultades dado a que esta
variable representa una definición compleja y de carácter multidimensional, como lo hemos ido
explicitando a lo largo de todo este trabajo.
Por lo demás, este proceso previo implicó una profunda reflexión y revisión entre el equipo de
investigación, respecto al alcance e idoneidad de los indicadores y las respectivas preguntas a
utilizar, para cuya tarea resultó de gran practicidad la revisión de instrumentos y materiales
existentes creados para orientar procesos auto-evaluativos respecto a la inclusión en los centros
escolares o que intentan recoger aspectos específicos de la educación inclusiva y la atención a
las n.e.e. (Black‐Hawkins, 2010, Both y Ainscow, 2002, Denham, A., s.f., Cushing, Carter,
Clark, Wallis y Kennedy, 2009; Durán, Giné y Marchesi, 2010; Education Review Office, 2012;
Confederación Española de Organizaciones en favor de las Personas con Discapacidad
Intelectual [FEAPS], 2009; Loreman, T., 2013; “McGill Inclusive Education Questionnaire” s.f;
Pathways to inclusión s.f.; Valls, 2011), de los cuales seleccionamos aquellos indicadores que
se ajustaban en mayor medida a la realidad del contexto de estudio.
Algunos referentes teóricos y/o normativos que abordan específicamente las dimensiones son:
Clima inclusivo: Booth y Aisncow, 2002; Llei 10/2010, del 7 de maig, d’acollida de les
persones immigrades i de les retornades a Catalunya; Stainback y Stainback, 2004.
127 | P á g i n a
Capítulo 4: Diseño metodológico.
Organización del aula: Cifuentes, Torrego, y Siles, 2012; Fisher et al., 2002;
Ministerio de Educación de España, 2011; Puigdellívol et al., 2010; Pujolàs, 2004; Valls,
2012; Villa y Thousand, 2004.
Apoyo pedagógico: Fisher et al., 2002; Porter, 2003a; Rodríguez, et al., 2012.
Participación con la comunidad: Llei 18/2003, del 4 de juliol, de suport a les famílies
(Art. 30.1, 32.2 y 45); Llei 12/2009 d'educació LEC (Art. 27); Llei 14/2010, dels drets i
les oportunitats en la infància i l’adolescència (Art. 37, 40 y 104); Elboj et al., 2002;
Ministerio de Educación de España, 2011; Rodríguez et al., 2012.
Formación permanente: Llei 12/2009, del 10 de juliol, d’educació LEC. (Art. 110); Llei
14/2010, del 27 de maig, dels drets i les oportunitats en la infància i l’adolescència. (Art.
37.3 y 104); Unesco, 2009.
No cabe duda que en esta elección hemos dejado fuera una serie de aspectos relacionados con
la educación inclusiva, como por ejemplo los factores actitudinales y socio-afectivos, decisión
que no ha sido tomada por considerarlos de menor importancia, sino que, por el contrario,
creemos que dada su complejidad requiere de instrumentos adicionales, que además no pueden
ser respondidos sólo por una persona representativa del centro.
Por otra parte, los planteamientos técnicos y orientaciones teóricas de expertos fueron
fundamentales a la hora de construir el instrumento y planear la logística de su aplicación de
manera de asegurar el mayor número de respuesta de los centros y de disminuir al máximo los
factores de sesgo que pudieran atentar contra la calidad de la información recogida. En este
sentido tuvimos especial cautela sobre elementos como “la forma y el contenido de las
preguntas, su orden y la forma en que se presenta” los que, de acuerdo a Ruiz (2009:98)
condicionan el cuestionario.
Una vez redactadas las preguntas, se adaptó el vocabulario y se realizó la traducción idiomática
al catalán y fueron necesarias exhaustivas revisiones (Rincón, Arnal, Latorre y Sans, 1995), con
el fin de asegurar un redactado simple y conciso que disminuyera las ambigüedades de
comprensión para las personas a interrogar.
128 | P á g i n a
Capítulo 4: Diseño metodológico.
Se utilizaron preguntas cerradas, con alternativas de respuesta, lo que implicó un mayor tiempo
de elaboración para el equipo investigador, pero un menor esfuerzo para los encuestados,
además de permitir mayor facilidad en la codificación y en su análisis dado a que con esta
técnica se reduce la ambigüedad de respuestas (Hernández et al., 2010). Las posibilidades de
respuesta fueron puntuadas una a una diferencialmente y las puntuaciones totales fueron
categorizadas por cada ítem agrupándose en tres categorías de acuerdo al Grado de Inclusión
en Alto (3 puntos), Medio (2 puntos) y Bajo (1 punto), como se explica más adelante.
El cuestionario se elaboró para ser respondido principalmente por el Director del centro o, en su
defecto, por cualquier otro miembro del equipo directivo, pues son quienes poseen una visión
global del funcionamiento, organización y prácticas del centro escolar y se encuentran en
condiciones de responder a la totalidad de las preguntas, sin la necesidad de requerir de otra
persona, ni de buscar información en fuentes externas al conocimiento que el respondiente
maneja del centro. De esta manera, pretendíamos asegurar la practicidad del instrumento y por
ende la obtención de una mayor cantidad de respuestas por parte de las escuelas.
129 | P á g i n a
Capítulo 4: Diseño metodológico.
En el esquema presentado en la Figura 3, se presentan las fases del diseño del instrumento con
el que recogimos los datos.
130 | P á g i n a
Capítulo 4: Diseño metodológico.
131 | P á g i n a
Capítulo 4: Diseño metodológico.
Tabla 14
Esquema resumen de principales elementos del Cuestionario
132 | P á g i n a
Capítulo 4: Diseño metodológico.
El procedimiento de convocatoria de los centros para participar en el estudio, se llevó a cabo a través del
Departament d’Ensenyament 49 quienes previamente al envío del cuestionario informaron en una reunión
de directores de centros, del estudio que se estaba llevando a cabo entre la Universitat de Barcelona con
la colaboración del Departament d’Ensenyament, al que todos los centros públicos de la zona urbana
de Cataluña estarían invitados a participar de manera voluntaria y anónima.
Con la finalidad de asegurar la mayor participación de los centros, se programaron estratégicamente las
fechas de aplicación previendo que fueran periodos de menor carga laboral en las escuelas, así como
también se contó con la posibilidad de realizar un recordatorio a aquellos centros que no habían
contestado el cuestionario a partir de la segunda semana desde su envío, tal como es sugerido (Rincón
et al., 1995). El sistema de recordatorio, aumentó considerablemente la participación de las escuelas en
las dos ocasiones en que se utilizó llegando a una participación definitiva de 615 centros.
Tabla 15
Resumen de las aplicaciones del Cuestionario
El cuestionario ha sido sometido a los procedimientos que garantizan [1] la validez, capacidad del
instrumento para medir la variable que pretende medir [2] confiabilidad, relacionada a la consistencia y
coherencia de los resultados y [3] objetividad, grado de permeabilidad del instrumento a los sesgos del
investigador, considerados los requisitos esenciales de cualquier instrumento de medición (Hernández
et al., 2010), que revisaremos en los puntos siguientes.
49
El correo electrónico donde se explican los objetivos de la investigación y se anima a la participación voluntaria de los centros se puede
ver en el Anexo 5 del CD.
133 | P á g i n a
Capítulo 4: Diseño metodológico.
La validación por parte de expertos, se llevó a cabo en dos fases, una primera fase preparatoria, en que
dos jueces revisaron el contenido de las preguntas de acuerdo al objetivo de la investigación: “identificar
el carácter inclusivo de los centros escolares de primaria de Cataluña”. Y en la segunda fase, seis jueces
revisaron nuevamente el contenido de las preguntas y valoraron la pertinencia de la puntuación asignada
a cada una con la que posteriormente se realizará el cálculo del grado de inclusión de centro, el formato
utilizado en ambas fases de la validación se puede ver en los Anexos 1 y 2 del CD. A continuación
explicamos cómo se efectuó la validación por parte de los jueces expertos.
En una fase previa de validación, participaron dos jueces expertos, quienes revisaron cada una
de las preguntas y respuestas del cuestionario y entregaron una primera sugerencia de corrección del
instrumento en su globalidad. Una vez que el cuestionario fue modificado de acuerdo a las sugerencias
de estos dos jueces y según los criterios de los miembros del equipo de investigación, se solicitó una
segunda revisión incorporando a 4 revisores más, quienes realizaron un análisis de la relevancia de cada
una de las preguntas que consideramos claves para determinar el grado de inclusión del centro
educativo, diferenciándolas de aquellas preguntas que sólo describen el funcionamiento y las prácticas
de la escuela. El resultado de la validación de contenido se representa en la Tabla 16.
134 | P á g i n a
Capítulo 4: Diseño metodológico.
Tabla 16
Resumen de la validación de contenido: grado de acuerdo en la clasificación de preguntas clave y
descriptivas
Como podemos observar en esta tabla que resume la validación de contenido realizada por los
expertos, existe un alto grado de coincidencia entre los jueces respecto a la diferenciación que
proponemos entre preguntas clave y descriptivas. Sin embargo, en la pregunta número 14, encontramos
sólo un 50% de coincidencia en el acuerdo. Este ítem está referido a la forma en cómo el centro difunde
su carácter como escuela inclusiva. Por parte del equipo investigador, la hemos mantenido como
pregunta clave, ya que consideramos que hace referencia al sentido de identificación como escuela
inclusiva de un centro educativo.
Esta validación consistió en recoger el grado de acuerdo entre los revisores expertos respecto a las
puntuaciones asignadas a cada ítem, a partir de los valores propuestos. Y también validaron los
intervalos propuestos para la puntuación total asignada a los grados de inclusión alto, medio y bajo (ver
Anexo 3 del CD). Los resultados esta validación, se representan en la Tabla 17.
Tabla 17
Validación de las puntuaciones de las preguntas clave para calcular el Grado de Inclusión del centro
136 | P á g i n a
Capítulo 4: Diseño metodológico.
19. Distribución del alumnado con dificultades de aprendizaje. 97%
20. Frecuencia de intervención de 2 o más adultos en aula. 100%
21. Identificación de adultos que intervienen en aula. 83%
4. 23. Identificación de personas que otorgan Apoyo pedagógico al alumnado 76%
Apoyo con DA o discapacidad.
Pedagógico. 24. Momento y lugar en que se da apoyo pedagógico al alumnado con DA 100%
o discapacidad.
26. Utilización del apoyo pedagógico entre iguales. 100%
27. Uso de protocolos escritos para seguimiento de alumnado que recibe 100%
apoyos adicionales.
28. Identificación de personas que participan en el seguimiento de 72%
alumnado con DA o discapacidad.
31. Funciones de MEE en aula ordinaria. 100%
Como podemos apreciar en la Tabla 17, existe una alta coincidencia (sobre el 70%) por parte de los
revisores, en la mayoría de las preguntas exceptuando la pregunta número 36 de la quinta Dimensión:
Participación con la Comunidad Educativa, ya que los jueces sugieren otorgar un puntaje diferenciado
para cada respuesta (para las que se asignaba un 1 indistintamente), de acuerdo a la relevancia que
supone cada una como indicador del Grado de Inclusión de centro. La puntuación final asignada es la
siguiente:
Pregunta nº36: Indiqueu en quines activitats les families participen en el centro: (poden ser múltiples
respostes)
137 | P á g i n a
Capítulo 4: Diseño metodológico.
A.2.1. Estandarización de puntajes
En el apartado anterior explicamos que a cada ítem se le asignó una puntuación diferenciada de acuerdo
al nivel de inclusión que cada respuesta representa. Con el fin de facilitar un posterior tratamiento de los
datos se estandarizaron las puntuaciones finales de cada ítem en tres niveles según los grados de
inclusión previamente establecidos (Tabla 18). Es decir se convirtieron todas las puntuaciones absolutas
a los valores 1, 2 o 3 como se muestra en las tablas que van desde la Tabla 19 a la Tabla 24.
Dada la naturaleza de los datos, hemos empleado la curva de normalidad orientativamente para
establecer los límites máximos y mínimos entre intervalos, de la siguiente manera:
Tabla 18
Tramos de Porcentajes establecidos para las puntuaciones estandarizadas
A continuación presentamos las puntuaciones definitivas para cada una de las preguntas clave, de
acuerdo a los ajustes sugeridos por los jueces.
La lectura de las tablas de izquierda a derecha comienza con el número de cada pregunta, seguido de la
puntuación absoluta asignada a la pregunta y luego los tres niveles de puntuación de acuerdo al grado
de inclusión que le corresponde a cada intervalo de puntajes absolutos, los puntajes totales se calculan
sumando los valores absolutos transformados a los puntajes por grado de inclusión. Para una mejor
comprensión, hemos agrupado los intervalos de puntuación en función de las dimensiones.
Tabla 19
Puntuación Dimensión Organización de Centro
138 | P á g i n a
Capítulo 4: Diseño metodológico.
Tabla 20
Puntuación Dimensión Clima Inclusivo de Centro
Tabla 21
Puntuación Dimensión Organización del Aula
Tabla 22
Puntuación Dimensión Apoyo Pedagógico
Tabla 23
Puntuación Dimensión Participación con la Comunidad Educativa
139 | P á g i n a
Capítulo 4: Diseño metodológico.
Tabla 24
Puntuación Dimensión Formación Permanente
Tabla 25
Resumen puntuación por Dimensiones
Tabla 26
Cálculo del Grado de Inclusión Total de un Centro
Medio 55-25 27
PREGUNTAS
Bajo 24-0
140 | P á g i n a
Capítulo 4: Diseño metodológico.
B. Estudio de la Estabilidad del Cuestionario
Para el estudio de la estabilidad del cuestionario, se realizó una aplicación piloto del instrumento en el
período comprendido entre junio y julio del 2014. La selección de la muestra estuvo a cargo de los
miembros colaboradores del Departament d’Ensenyament y del Consell Superior d’Avaluació de la
Generalitat de Catalunya, quienes convocaron a 170 centros, escogidos aleatoriamente, a responder el
cuestionario.
Del total de centros convocados, 90 respondieron y 5 centros cometieron errores en las claves de
acceso, por lo que se consideró una muestra real de 85 centros, lo que equivale al 50% de la muestra
piloto inicial, distribuyéndose en los 3 niveles de complejidad51 como se muestra en la Tabla 27.
Tabla 27
Distribución de la muestra piloto por niveles de complejidad
51 Nivel de Complejidad: Agrupación de los centros según el Departament d’Educació de acuerdo a su nivel de complejidad, entendido como
un conjunto de variables combinadas (condiciones socioeconómicas de las familias del centro, diversidad del alumnado, movilidad y
ausencias del profesorado y del alumnado y la demanda de preinscripción), que proporcionan una mayor o menor dificultad para gestionar
el centro y para obtener buenos resultados.
141 | P á g i n a
Capítulo 4: Diseño metodológico.
Tabla 28
Distribución de los centros de la aplicación piloto por sub-muestras considerando los niveles de
complejidad
Nivel de Complejidad Muestra A Porcentaje Muestra B Porcentaje Total por niveles Complejidad
Alto 9 10,58% 9 10,58% 18
Medio 30 35,29% 30 35,29% 60
Bajo 3 3,52% 4 4,70% 7
Total Muestra Piloto 42 49,39% 43 50,57% 85
En esta pregunta, los valores obtenidos para Chi-cuadrado y significancia respectivamente fueron:
X2 = 2,753 Sig=0,250.
Estos resultados nos informan de una situación de estabilidad de la pregunta ya que sus valores se
encuentran sobre 0,05, considerado como el límite de aceptación.
142 | P á g i n a
Capítulo 4: Diseño metodológico.
B.2. Pruebas de estabilidad, Alfa de Cronbach.
Otra prueba estadística utilizada fue el Alfa de Cronbach. Para el cálculo se usaron los intervalos 1, 2 y
3 establecidos para los grados de inclusión bajo, medio y alto respectivamente, de todas las preguntas,
de esta manera se unificaron las respuestas de las preguntas clave, lo que nos permitió hacer este
cálculo estadístico.
El resultado arrojó un Alfa de Cronbach de 0,723; el cual es una fiabilidad aceptada de acuerdo a los
estándares establecidos (Ver Anexo 6 del CD).
En la Tabla 29 se presenta el análisis de las preguntas clave, que demuestra para cada una, que la
medición es estable y consistente.
Tabla 29
Resultado del Alfa de Cronbach para las preguntas clave estandarizadas
143 | P á g i n a
Capítulo 4: Diseño metodológico.
4.4.2. Datos secundarios: Base de Datos del Departament d’Ensenyament de Catalunya.
Otra fuente de información utilizada en este estudio fueron las bases de datos facilitadas por la
Generalitat de Catalunya, que a través del Departament d’Ensenyament y el Consell Superior
d’Avaluació, nos entregó información relativa a: [1] determinadas características de los centros y [2] los
resultados obtenidos por los centros participantes, en la prueba de sexto de primaria durante los años
2011-2012 y 2013.
El detalle de la información se puede ver en la Tabla 30. Sin embargo, para el análisis de los datos
hemos utilizado sólo aquella información que consideramos como un factor determinante para los
objetivos de nuestro estudio.
Tabla 30
Detalle de la información proporcionada por la Generalitat de Catalunya
Sin duda la accesibilidad que hemos tenido a la base de datos de la Generalitat nos ha permitido
beneficiarnos de las ventajas atribuidas al análisis de datos secundarios: ahorro de tiempo, costos y
esfuerzos en la obtención de una gran amplitud de información (Heinemann, 2003), cuya validez y
fiabilidad se encuentra mayormente garantizada por tratarse de información obtenida desde una
evaluación llevada a cabo por un organismo gubernamental. Sin embargo una de las desventajas de
trabajar con datos secundarios es que el investigador no tiene control sobre el proceso de recopilación
de los datos y por lo tanto existen limitaciones en el alcance de la información (Corbetta, 2003). Las
repercusiones de estas desventajas en el caso de nuestro estudio fueron principalmente dos:
144 | P á g i n a
Capítulo 4: Diseño metodológico.
- De acuerdo a protocolos de confidencialidad establecidos por la Generalitat en resguardo de la
identificación de los centros, se restringió información referida a la localización de los centros,
variable que posee un fuerte componente socio-cultural y que podría ser de gran utilidad en la
interpretación de los resultados.
- Debido a que determinados estudiantes con n.e.e. derivadas de discapacidad con grave
desfase del aprendizaje, de ingreso tardío o que padecen enfermedad grave, quedan excluidos
de la evaluación de sexto de primaria, no contamos con ningún tipo de información que
compruebe la adquisición de las competencias mínimas por parte de este colectivo más
vulnerable. Lo que se contradice con las directrices internacionales hacia el fortalecimiento de
una educación inclusiva de calidad para “todo” el alumnado.
El análisis de los datos se ha efectuado utilizando el programa estadístico informático IBM®SPSS 2.0
(Statistical Package for the Social Sciences), que se ha elegido porque permite efectuar análisis
estadísticos complejos con datos de gran magnitud, además de ser de mayor familiaridad para el
investigador.
Previo a la creación de un archivo en SPSS, hemos preparado una matriz de datos en Excel, en la que
hemos depurado la muestra y codificado las respuestas obtenidas en el cuestionario de acuerdo a las
puntuaciones previamente establecidas. Posteriormente importamos la planilla Excel desde el SPSS y
comenzamos a preparar la base de datos, partiendo por la definición de las variables (nombre,
etiquetas, valores, medidas, recodificación, etc), complementada con la información de la base de datos
del Departament d’Ensenyament, que fue codificada para facilitar su posterior tratamiento estadístico, de
la siguiente manera:
Tamaño de los centros, clasificación realizada en función del número de matrícula total, que oscila
entre 95 y 831 alumnos.
Matrícula Codificación
581-831 3
250-580 2
95-249 1
145 | P á g i n a
Capítulo 4: Diseño metodológico.
El hábitat de los centros, agrupación de acuerdo a intervalos por número de habitantes de las zonas
donde se encuentran ubicadas las escuelas.
El número de alumnos con dictamen, realizada de acuerdo a intervalos según el número de alumnos.
Nº Alumnos Codificación
Dictamen
27- 19 4
8-18 3
1-7 2
0 1
Nivel de Codificación
Complejidad
alta 3
media 2
baja 1
Una vez preparada la base de datos en el programa SPSS, procedimos a la aplicación de diferentes
pruebas estadísticas. La elección del procedimiento más adecuado ha dependido del propósito de su
aplicación y de las características de los datos, como se muestra en la Tabla 31, en la que explicamos
brevemente cada una de las pruebas estadísticas empleadas en relación con los objetivos de la
investigación.
146 | P á g i n a
Capítulo 4: Diseño metodológico.
Tabla 31
Resumen de los análisis estadísticos aplicados en función de los objetivos de la investigación
Objetivo General 1 y 2. Validar el instrumento de Juicio de expertos Se utiliza la valoración y opinión de un grupo de
recolección de datos. personas expertas en el tema, que emiten un juicio
respecto al contenido de los ítems del instrumento.
(Torrado, 2014)
Chi cuadrada X2 Se utiliza para evaluar la hipótesis de la relación y
diferencias de dos variables categóricas
(Hernández et al., 2010).En este caso se buscó
que no hubiese diferencias entre ambas muestras.
1. Identificar el Grado de - Conocer las características Tabla de Permiten describir dos o más variables
inclusión de los centros principales de los centros contingencia conjuntamente. Al convertir las frecuencias
públicos de primaria de las educativos, referidas a observadas en porcentajes (Hernández et al.,
zonas urbanas de organización, prácticas 2010) que pueden ser analizados respecto al total
Cataluña. desarrolladas, población que de la muestra, de las filas o de las columnas.
atiende.
Chi cuadrada X2 Se utiliza para evaluar la hipótesis de la relación y
- Describir perfiles diferencias de dos variables categóricas
diferenciales de los centros (Hernández et al., 2010).
educativos según el Grado de Análisis de las Es una medida de tendencia central, en que se
Inclusión (alto, medio o bajo). medias ( ) calcula el promedio aritmético de una distribución
que se aplica a mediciones por intervalos o de
razón (Hernández et al., 2010).
- Identificar las prácticas que
desarrollan los centros en las Desviación Dispersión de las puntuaciones respecto a la
dimensiones evaluadas según Estándar (DS) media, se utiliza con variables de intervalos o de
el Grado de Inclusión y el nivel razón.
de complejidad de las
escuelas.
2. Determinar la Realizar un estudio de la Kolmogórov- Prueba no paramétrica utilizada para determinar si
influencia del Grado de distribución muestral. Smirnov (K-S) los datos se ajustan o no a una distribución normal
Inclusión de los centros (Visauta, 2007).
educativos de Cataluña en
el Rendimiento Académico - Comparar, analizar e Correlaciones Determina las correlaciones entre variables que se
del alumnado. interpretar los resultados Prueba de utiliza en datos ordinales o de intervalo que no
académicos obtenidos por los Spearman o satisfacen la condición de normalidad. (Visauta,
centros seleccionados. coeficiente rs de 2007)
Spearman
- Determinar la incidencia que
tiene el Grado Inclusivo de
Centro, con los resultados
académicos obtenidos por los Chi cuadrada X2 Se utiliza para evaluar la hipótesis de la relación y
alumnos en la prueba de 6º diferencias de dos variables categóricas
nivel. (Hernández et al., 2010).
147 | P á g i n a
Capítulo 4: Diseño metodológico.
En las pruebas de correlaciones utilizadas, X2 y rs de Spearman, el resultado se interpreta de acuerdo al
nivel de significancia, que corresponde a la probabilidad de cometer un error al probar la hipótesis de
relación entre variables o estimar ciertos parámetros (Hernández et al., 2010), siendo los niveles más
comunes el 0,05 y el 0,01. En nuestro análisis, consideramos un nivel de significancia de 0,05, que
significa que la probabilidad de que la correlación sea verdadera es del 95% y la probabilidad de error es
menor que el 5%.
148 | P á g i n a
TERCERA
PARTE:
RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN
TERCERA PARTE:
RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN
TERCERA PARTE:
RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN
Capítulo 5: Resultados del grado de inclusión de los centros.
CAPÍTULO 5:
RESULTADOS DEL GRADO DE INCLUSIÓN DE LOS CENTROS
El análisis de los resultados se ha realizado en función de los objetivos que nos planteamos en esta
investigación y, por lo tanto, ha quedado estructurada en dos temas principales que corresponden a los
objetivos generales uno y dos respectivamente. El capítulo de resultados que presentamos a
continuación, se relaciona con el primer objetivo que nos planteamos:
Objetivo General 1:
Identificar el grado de inclusión de los centros públicos de primaria de las zonas urbanas de
Cataluña.
El análisis del grado de inclusión (GI) de los centros en Cataluña, lo obtuvimos de los datos recogidos en
la administración del Cuestionario aplicado a las escuelas participantes52. El GI comprende desde una
puntuación mínima a una máxima (de 0 a 81 puntos), en que a mayor puntuación, mayor es el GI y
viceversa. A partir de las puntuaciones resultantes y de su distribución, se han establecido tres intervalos
que agrupan a los centros en tres niveles de inclusión53 tal como se muestra en la Tabla 32.
Tabla 32
Equivalencias de puntuación e intervalo del grado de inclusión
Niveles de Puntuación
inclusión
GI Alto 56-81
GI Medio 55-25
GI Bajo 0-24
52
El formato del cuestionario se puede ver en la carpeta 2 de los Anexos del CD.
53
En el capítulo de metodología se explica cómo se han establecido los tres intervalos.
151 | P á g i n a
Capítulo 5: Resultados del grado de inclusión de los centros.
La variable GI ha sido categorizada en tres niveles, cuyas definiciones son las siguientes:
GI medio: el centro evidencia una serie de prácticas inclusivas pero que no representan a una
mayoría, ya que también se evidencian prácticas menos inclusivas o segregadoras en gran
cantidad.
GI bajo: el proceso de transformación del centro está en sus niveles iniciales, ya que predominan
las prácticas no inclusivas con tendencia a la segregación.
Como resultado general, presentamos el grado de Inclusión global de la totalidad de los centros
participantes en la investigación (n=615), los que presentan puntuaciones que oscilan entre los 35 y 74
puntos, con una media de = 53,75 y SD = 5,69. Se observa que los centros se agrupan en dos de las
tres categorías: el 63,74% de la muestra presenta un grado medio de inclusión, y el 36,26% un alto
grado de inclusión, como se muestra en el gráfico de la Figura 6.
54Recordemos que los ítems puntuados corresponden a las preguntas clave, y los no puntuados, corresponden a preguntas que nos
permiten describir más detalladamente los centros.
152 | P á g i n a
Capítulo 5: Resultados del grado de inclusión de los centros.
Con estas evidencias podemos señalar que las escuelas participantes se encuentran en un proceso de
transformación hacia la educación inclusiva ya que no hubo centros que alcanzaran un GI bajo en la
puntuación total, lo que significa que en ningún centro predominan los procesos excluyentes por sobre
los inclusivos.
Sin embargo, la cantidad de centros que funcionan bajo un modelo más consolidado de educación
inclusiva no supera la mayoría, dado que el mayor porcentaje de escuelas alcanzó sólo un GI en nivel
medio, es decir que la mayor parte de los centros desarrolla una serie de prácticas inclusivas
consolidadas pero también evidencian algunas prácticas excluyentes que favorecen la segregación.
En el análisis de los resultados también hemos tenido en cuenta el nivel de complejidad de los centros 55,
que hemos explicado anteriormente en el capítulo de metodología. De acuerdo a esta clasificación, el
Departament d’Ensenyament distribuye a los centros en tres niveles de complejidad (alto, medio y bajo).
En cuanto a los centros participantes y siguiendo la tendencia general de los centros a nivel de toda
Cataluña, éstos se agrupan, principalmente, en el nivel de complejidad medio (70,1%), seguido de un
24,4% de centros con un nivel de complejidad alto y el resto de centros de baja complejidad. El estudio
55
Corresponde a un índice elaborado por la Subdirección General de Inspección de Educación, que clasifica a los centros educativos
según un conjunto de variables (condiciones socioeconómicas de las familias, diversidad del alumnado, movilidad y ausencias del alumnado
y del profesorado, demanda de escolarización.
153 | P á g i n a
Capítulo 5: Resultados del grado de inclusión de los centros.
de la interrelación del grado de complejidad y el grado de inclusión global obtenido permite identificar una
asociación significativa entre ambas variables mediante de la Prueba de Chi-cuadrado (X2=15,13 gl 2
sig=0,001), destacando que el 75,3% de los centros con un GI medio son centros de complejidad media.
En la Tabla 33 se presenta el detalle de los resultados obtenidos en función del grado de inclusión
global obtenido y de su distribución de acuerdo a los niveles de complejidad de las escuelas, en función
de la puntuación total obtenida y de tres los niveles de GI definidos.
Tabla 33
Grado de inclusión de la totalidad de la muestra, por niveles de complejidad
GI Bajo 0 0 0 0 0 0 0 0-24
Total 615 150 431 34 54,69 53,20 56,55 Total
100% 24,4% 70,1% 5,5% SD =5,80 SD =5,53 SD =5,97 y SD
154 | P á g i n a
Capítulo 5: Resultados del grado de inclusión de los centros.
El análisis de los resultados por dimensiones, ha sido realizado primero, desde un nivel general, en el
que determinamos el grado de inclusión de los centros por cada dimensión a un nivel global, y luego, en
un segundo nivel de análisis mucho más detallado, incorporamos la variable complejidad de centro y
realizamos un tratamiento de los datos con las puntuaciones obtenidas por intervalos del grado de
inclusión y con las medias de los puntajes obtenidos en la dimensión de manera global y en cada uno de
los ítems asociados a la misma. El resumen de los resultados por dimensiones a nivel global, lo
presentamos en la siguiente tabla.
Tabla 34
Resultados globales por dimensiones
En la Tabla 34 podemos ver, que las dimensiones en las que un mayor porcentaje de centros alcanzó
un GI alto fueron: organización de centro, clima inclusivo y organización del aula. También destacamos
que en estas dimensiones ningún centro puntuó en un GI bajo. Lo que quiere decir que la mayoría de
centros presenta más consolidados sus procesos inclusivos pues tienen un amplio y estable repertorio
de prácticas inclusivas en estas dimensiones, y no hay centros con predominio de prácticas excluyentes.
155 | P á g i n a
Capítulo 5: Resultados del grado de inclusión de los centros.
Contrariamente a las otras dimensiones, la participación con la comunidad fue la menos consolidada de
todas, ya que la mayoría de centros obtuvo un GI medio (88,5%), mientras que el porcentaje de centros
que obtuvo un GI alto no superó el 5%. También hubo centros que alcanzaron el GI bajo, a pesar de que
el porcentaje no supera el 7%. Esto representa que aún hay centros que mantienen prácticas
excluyentes en lo referido a la participación con la comunidad, lo que sin duda afecta la consolidación de
procesos más inclusivos en este ámbito.
156 | P á g i n a
Capítulo 5: Resultados del grado de inclusión de los centros.
Esta dimensión comprende preguntas referidas características del centro como número de alumnos,
número de líneas, criterios de distribución del alumnado, evaluación de la inclusión en el centro y barreras
para la inclusión en aspectos como la infraestructura, recursos humanos y materiales, formación,
compromiso y trabajo docente, liderazgo, clima y convivencia, currículum y evaluación, redes
comunitarias, características y compromiso familias, actitud alumnado.
En la Tabla 35, se encuentra el detalle de la puntuación obtenida en esta dimensión por la totalidad de la
muestra y su distribución de acuerdo a los niveles de complejidad de las escuelas.
Tabla 35
Resultados totales dimensión organización de centro
El análisis de los datos nos permite concluir que no existe una asociación significativa entre las variables
grado de inclusión de la dimensión organización de centro y el nivel de complejidad, lo que se obtuvo a
través de la Prueba de Chi-cuadrado, (X2= 4,549 gl 2 sig= 0,103).
Los datos nos señalan que, en la dimensión organización de centro, de las 615 escuelas, ninguna obtuvo
un grado de inclusión bajo. El 59,84% de los centros alcanzó un alto grado de Inclusión y el resto, un
grado de inclusión medio. En ambos casos, tanto para el GI medio como para el alto, las distribuciones se
concentraron en su mayoría en las escuelas de nivel de complejidad media, manteniendo la distribución de
los centros por niveles de complejidad.
157 | P á g i n a
Capítulo 5: Resultados del grado de inclusión de los centros.
Respecto a las puntuaciones medias del GI los resultados no presentan variaciones significativas entre los
distintos niveles de complejidad.
La dimensión organización de centro, está conformada por 5 ítems, de los cuales, 3 corresponden a
preguntas clave56 y las otras dos preguntas son descriptivas57. Los resultados obtenidos distribuidos por
niveles de complejidad, se pueden apreciar en la Tabla 36.
Tabla 36
Resultados por preguntas clave de la dimensión organización de centro
El 55,6% de los centros con un GI alto destacan de manera especial en el criterio de distribución del
alumnado en los niveles. Mientras que el resto de aspectos relacionados con la evaluación interna de la
Inclusión y las dificultades del centro para la inclusión se sitúan, mayormente, en los centros con un GI
medio. De manera contrapuesta, la evaluación interna de la inclusión del centro constituye una
característica de los centros con un GI bajo. Ahora bien los resultados no difieren en función del nivel de
complejidad.
56 Preguntas clave, que permiten determinar el grado de inclusión de centro.
57 Preguntas descriptivas, que permiten describir las prácticas inclusivas del centro.
158 | P á g i n a
Capítulo 5: Resultados del grado de inclusión de los centros.
Concretamente, en el análisis detallado, una de las prácticas más afianzadas por la mayoría de centros
es el criterio con que se distribuye al alumnado en los distintos niveles. De los 455 centros que señalaron
tener más de un grupo por nivel, el 70% de los centros señala distribuir al alumnado por grupos
heterogéneos de acuerdo a criterios que se han definido previamente y heterogéneo aleatorio (7,4%).
Una minoría de centros (17,3%) utiliza criterios homogeneizadores para realizar la distribución. Los
criterios mayormente señalados por los centros para agrupar al alumnado en los niveles de manera
heterogénea fueron principalmente: el género, la fecha de nacimiento y las necesidades educativas
especiales, seguidos por criterios como la procedencia, educación preescolar o no, el comportamiento y
el nivel de conocimientos.
En cuanto a la evaluación de la inclusión escolar en el centro, los datos demuestran que a pesar de ser
una práctica realizada por la mayoría de centros, no está establecida como un proceso formal de centro
ya que sólo un 33,3% de escuelas incorporan la inclusión como un aspecto a evaluar y utilizan
instrumentos específicos para ello. Mientras que un porcentaje mayor (42,3%) lo hace pero sin utilizar
instrumentos. También encontramos que un 24,4% de los centros no considera la inclusión como un
aspecto a evaluar por el centro.
De los 465 centros que señalan evaluar la inclusión, el 91,8% indica que las personas que participan
en este proceso son en su mayoría profesionales de la educación, mientras que sólo un 17,2% de los
centros incorpora a familiares, un 6,02% a los alumnos, un 8,3% a otros miembros de la comunidad y un
3% a los voluntarios58.
Finalmente, otro aspecto analizado en esta dimensión tiene que ver con las dificultades para desarrollar
el proceso de inclusión en el centro. En este aspecto, la mayoría de las escuelas alcanzaron un GI
medio, sin concentraciones importantes en los niveles más bajos, lo que quiere decir que las
problemáticas identificadas no constituyen barreras importantes para la inclusión. Un 22% de los centros
alcanzó un GI alto, lo que significa que las dificultades para la inclusión en su centro, en términos
generales, están en niveles mínimos.
Los diferentes aspectos medidos como dificultades fueron valorados por los centros en una escala de
valoración de 1 a 6, donde 6 indicaba máxima dificultad y 1 la mínima. Los resultados obtenidos se
pueden agrupar en aspectos señalados como de mayor dificultad (con una concentración más alta entre
58 Dado que los centros podían señalar más de una alternativa a la vez, la suma de los porcentajes de respuestas no da un total de 100%.
159 | P á g i n a
Capítulo 5: Resultados del grado de inclusión de los centros.
los 4 y 6 puntos) por los centros: contar con recursos humanos especializados y recursos humanos en
general. Mientras que los aspectos como la formación docente, las características socioculturales de la
población atendida y el compromiso de la familia fueron puntuados de manera bastante homogénea, con
puntuaciones distribuidas sobre todo en los niveles intermedios, señalando que representan un nivel de
dificultad media.
Y por último, los aspectos indicados como de menor dificultad (con una concentración más alta entre el
puntaje 1 y 3), como: los recursos didácticos, la movilidad del personal, compromiso del profesorado, el
trabajo colaborativo entre el profesorado, el liderazgo, la organización del centro, el clima y la
convivencia escolar, el currículum y la evaluación escolar, las redes comunitarias y la actitud del
alumnado.
160 | P á g i n a
Capítulo 5: Resultados del grado de inclusión de los centros.
Esta dimensión contempla preguntas sobre las políticas organizacionales relacionadas con el clima
inclusivo del centro, como los planes de acogida, derechos y deberes de los estudiantes, normas de
convivencia, medidas para resolver conflictos, difusión y valoración del clima inclusivo del centro.
En la Tabla 37, se encuentra el detalle de la puntuación obtenida en esta dimensión por la totalidad de la
muestra y su distribución de acuerdo a los niveles de complejidad de las escuelas.
Tabla 37
Grado de inclusión dimensión clima inclusivo
No existe una asociación significativa entre las variables grado de inclusión de la dimensión clima
inclusivo y el nivel de complejidad, lo que se obtuvo a través de la Prueba de Chi-cuadrado, (X2= 5,416
gl 2 sig= 0,067). Los datos nos señalan que, en la dimensión clima inclusivo, de las 615 escuelas, más
de la mitad de los centros, obtuvo un alto grado de Inclusión, y un 47% un grado de inclusión medio.
Ninguna escuela obtuvo un grado bajo de inclusión. Tanto para el GI medio como para el alto, se
mantuvo la proporción de la distribución de los centros según los niveles de complejidad. En general, las
puntuaciones medias no presentan variaciones significativas entre los distintos niveles de complejidad.
161 | P á g i n a
Capítulo 5: Resultados del grado de inclusión de los centros.
La dimensión clima inclusivo, está conformada por 10 preguntas, de las cuales 4, corresponden a
preguntas clave59 y las otras dos preguntas son descriptivas60. Los resultados obtenidos se pueden
apreciar en la Tabla 38.
Tabla 38
Resultados por preguntas clave de la dimensión clima inclusivo
DIMENSIÓN CLIMA INCLUSIVO
Preguntas Grado de Total Distribución de los centros por
inclusión Intervalos del GI en función del nivel de
complejidad
Nivel de complejidad
Alto Medio Bajo
7. Acciones de acogida del GI 288 96 177 15
alumnado recién llegado. Alto 46,8% 15,6% 28,8% 2,4%
GI 321 53 251 17
Medio 52,2% 8,6% 40,8% 2,8%
GI 6 1 3 2
Bajo 1,0% 0,2% 0,5% 0,3%
Total de 615 150 431 34
centros 100% 24,4% 70,1% 5,5%
11. Efectividad de GI 560 127 400 33
medidas del centro para Alto 91,1% 20,7% 65,0% 5,4%
reducir el absentismo.* GI 55 23 31 1
Bajo 8,9% 3,7% 5,0% 0,2%
Total de 615 150 431 34
centros 100% 24,4% 70,1% 5,5%
13. Disposición de un GI 39 13 23 3
programa específico para Alto 6,3% 2,1% 3,7% 0,5%
casos de bullying. GI 396 90 281 25
Medio 64,4% 14,6% 45,7% 4,1%
GI 180 47 127 6
Bajo 29,3% 7,6% 20,7% 1,0%
En la dimensión clima inclusivo de los centros el GI alto está mayormente relacionado con la efectividad
de medidas de los centros para reducir el absentismo, concretamente en un 91,1% de los centros y con
las acciones de acogida del alumnado recién llegado en un 47% de las escuelas. Sin embargo en las
preguntas relacionadas con la disposición de un programa específico para casos de bullying y las de
difusión del carácter como escuela inclusiva, el porcentaje de centros que alcanzó un GI alto no superó
el 7%. Otro aspecto analizado como es la difusión del carácter como escuela inclusiva, concentra
mayormente a los centros con GI bajo (52,7%), lo que quiere decir que es un aspecto poco consolidado
en un poco más de la mitad de las escuelas. Finalmente señalar que los resultados en función de los
niveles de complejidad se mantienen en proporciones similares.
En el análisis detallado de la dimensión clima inclusivo, evidenciamos que las acciones de acogida
que los centros ofrecen al alumnado recién llegado son mayoritariamente el acompañamiento
personalizado al alumno por parte de un miembro del centro, reuniones periódicas (dirigidas a la familia
y/o alumno), atención a las necesidades afectivas y adaptaciones o flexibilidad en la evaluación
(realizada por más del 80% de los centros) y las actividades o espacios de aprendizaje del catalán (en
más del 60% de los centros). Mientras que las actividades que favorecen el mantenimiento de la lengua
de origen y las de valoración de la diversidad cultural son desarrolladas por menos del 20% de los
centros. La mitad de los centros (50,4%) valora el plan de acogida para el alumnado recién llegado como
muy efectivo otorgándole una puntuación de 5 puntos sobre 6.
Respecto a la efectividad de las medidas del centro para reducir el absentismo la mayoría señala que si
han sido efectivas y que no tienen casos de absentismo importantes. Sin embargo hay un 26,8% de
centros (de los 205 que señalaron tener problemas de absentismo) que no ha logrado reducir la cifra a
pesar de las medidas que han tomado.
En relación con la disposición de un programa específico para resolver los casos de bullying, la
mayoría de los centros (el 64,4%), resuelve estas situaciones por medio de acciones concretas según
sea el caso, el 29,4% señala no disponer de un programa específico para casos de bullying y, sólo una
minoría de centros (el 6,3%) dispone de un programa específico.
163 | P á g i n a
Capítulo 5: Resultados del grado de inclusión de los centros.
En cuanto a la difusión del carácter como escuela inclusiva, la mitad de los centros promueve la inclusión
de manera muy limitada, la tendencia de los centros es a hacerlo de forma interna escrita (a través de
normativas, anuncios, carteles, láminas, imágenes) señalada por el 59,3% de las escuelas, y de forma
verbal en un 50,6%. La difusión externa (por medios de comunicación y hacia otros centros) se da con
una frecuencia menor al 20%, mientras que en el 27,2% de los casos, no se destaca el carácter
inclusivo de la escuela.
Respecto a las acciones que fomentan la representatividad, autodirección y expresión del alumnado
incorporadas en los documentos de organización y funcionamiento de centro, un poco más de la mitad
de los centros (51,7%) señala que incluye la asamblea de alumnos, le sigue el buzón de reclamos y
sugerencias con un 32,8%, y finalmente el consejo escolar (9,8%), mientras que un 31,4% señala que
no está considerado este aspecto en los documentos del centro.
En referencia a las instancias desde dónde surgen los derechos y deberes de los estudiantes, las más
comunes fueron los lineamientos y normativas del Departament d’Ensenyament (82,4%) y del claustro
de maestros (78%) mientras que las asambleas de estudiantes se da en el 40,3% y sólo un 7% señala a
los familiares61.
Por otra parte, en relación a las instancias desde donde se generan las normas de buena convivencia,
las opciones mayoritariamente señaladas fueron: que éstas surgen desde el claustro (señalada en un
95,1%), un 73,5% indica que surgen de los lineamientos y normativas del Departament d’Ensenyament,
un 50,7% de la asamblea de estudiantes y sólo un 12% de la asamblea de familiares.62
En relación a la efectividad del plan de convivencia en la resolución de conflictos, el 46,2% de los centros
señala su utilidad en la disminución de los conflictos, y un 44,7% reconoce no tener situaciones
conflictivas específicas, mientras la minoría restante admite que a pesar de las medidas no han podido
disminuir los conflictos.
Finalmente la valoración que realiza más de la mitad de los centros (52,8%), en relación al clima
inclusivo de centro, corresponde un clima favorable para la inclusión, puntuándolo en 5 puntos sobre 6.
61 Dado que los centros podían señalar más de una alternativa a la vez, la suma de los porcentajes de respuestas no da un total de 100%.
62 Ídem que en nota anterior.
164 | P á g i n a
Capítulo 5: Resultados del grado de inclusión de los centros.
Esta dimensión contempla preguntas sobre las características de agrupación y ubicación del alumnado
en la sala de clases y la participación de adultos dentro del aula.
En la Tabla 39, se encuentra el detalle de la puntuación obtenida en esta dimensión por la totalidad de
la muestra y su distribución de acuerdo a los niveles de complejidad de las escuelas.
Tabla 39
Grado de inclusión dimensión organización del aula
GI Bajo 0 0 0 0 - - - 1-6
615 150 431 34 12,96 12,54 13,26 1-18
100% 24,4% 70,1% 5,5% SD =2,04 SD =1,97 SD =1,71
Los resultados confirman que si existe una asociación significativa entre las variables grado de inclusión
de la dimensión organización del aula y el nivel de complejidad, lo que se obtuvo a través de la Prueba
de Chi-cuadrado, (X2= 7,316 gl 2 sig= 0,026), encontrándose que los centros con nivel de complejidad
media se concentran en el grado de inclusión alto en un 65,9% y un GI medio en un 75,5%.
En esta dimensión, la mayoría de los centros alcanzó un alto grado de Inclusión y ninguno obtuvo un
grado de inclusión bajo. El análisis en función del nivel de complejidad arroja proporciones similares en
el total de los centros participantes. Asimismo, no existen variaciones entre las puntuaciones medias de
cada pregunta.
165 | P á g i n a
Capítulo 5: Resultados del grado de inclusión de los centros.
La Dimensión organización del aula, está conformada por 6 preguntas, todas identificadas como
preguntas clave63. Los resultados obtenidos distribuidos por niveles de complejidad, se pueden apreciar
en la Tabla 40.
Tabla 40
Resultados por preguntas clave de la Dimensión organización del aula
20. Frecuencia de GI 8 3 5 0
intervención de 2 o más Alto 1,3% 0,5% 0,8% 0,0%
adultos en aula. GI Medio 581 141 409 31
94,5% 22,9% 66,5% 5,0%
GI Bajo 26 6 17 3
4,2% 1,0% 2,8% 0,5%
Total de 615 150 431 34
centros 100% 24,4% 70,1% 5,5%
63
Ídem que en nota 56.
166 | P á g i n a
Capítulo 5: Resultados del grado de inclusión de los centros.
Los aspectos que demuestran una mayor consolidación son los relacionados con la organización del
alumnado en el aula, criterio de agrupación alumnado en el aula y la distribución del alumnado con
dificultades de aprendizaje. En todos ellos, cerca de la mitad de los centros obtuvo un GI alto. La
distribución del alumnado con problemas de comportamiento se encuentra en niveles intermedios de
consolidación. Mientras que en las preguntas referidas a la frecuencia de intervención de 2 o más
adultos en aula y a quiénes son estos adultos que intervienen en el aula, los porcentajes de centros que
alcanzaron un GI alto no superan el 2% y 5% respectivamente.
Los centros que obtuvieron un GI bajo en los aspectos relacionados con la organización del alumnado en
aula, distribución del alumnado con problemas de comportamiento, distribución del alumnado con
dificultades de aprendizaje y adultos que intervienen en aula, superan el 20%. La proporción de la
distribución de los centros según los niveles de complejidad se mantuvo similar a la representación de la
muestra.
En un análisis más detallado de los ítems que conforman la dimensión organización del aula, la forma
predominante de trabajo es en pequeños grupos (de tres o más alumnos), esta modalidad se utiliza en
cerca de la mitad de los centros, sobre todo en los niveles más bajos (2º y 4º) y disminuye en 6º (donde
sólo un tercio la utiliza). Otras modalidades como el trabajo en parejas, organización circular o en forma
de U, y los rincones o talleres son menos frecuentes. También se evidencia el trabajo individual como
una modalidad recurrente en la organización del aula en las escuelas, sobre todo en sexto de primaria
donde el 27,2 % de los centros la señala como una forma predominante de trabajo.
En cuanto a la organización del alumnado en el aula, el 53% de los centros señala utilizar la distribución
por grupos heterogéneos de acuerdo a criterios que se han definido previamente y un menor porcentaje
de centros (40%) indicó que se organizan heterogéneamente de forma aleatoria. Los criterios para
agrupar heterogéneamente al alumnado fueron fundamentalmente: los niveles de aprendizaje y
conductuales.
167 | P á g i n a
Capítulo 5: Resultados del grado de inclusión de los centros.
Respecto a la distribución del alumnado con problemas de comportamiento las prácticas más habituales
de los centros son: no asignar una ubicación especial (33,8%), ubicarlo al costado del alumnado que
tiene mejor comportamiento (34%) o en mesas individuales en la parte delantera de la clase (28,9%).
Para la distribución del alumnado con dificultades de aprendizaje, la tendencia de la mitad de los centros
es la de ubicar al estudiante al costado del que tiene un mejor rendimiento. Sin embargo un 25,9% de los
centros señala que sitúa a este alumnado en mesas individuales delante de la clase o en un grupo
aparte (7,5% de los centros). El resto, señala que no asigna una ubicación especial.
168 | P á g i n a
Capítulo 5: Resultados del grado de inclusión de los centros.
Esta dimensión contempla preguntas sobre las características del apoyo pedagógico, referidas a los
agentes de apoyo, tiempos y espacios para el apoyo y aspectos formales relativos a éste.
En la Tabla 41 se encuentra el detalle de la puntuación obtenida en esta dimensión por la totalidad de la
muestra y su distribución de acuerdo a los niveles de complejidad de las escuelas.
Tabla 41
Grado de inclusión dimensión apoyo pedagógico
Los resultados nos permiten concluir que sí existe una asociación significativa entre las variables grado
de inclusión de la dimensión apoyo pedagógico y el nivel de complejidad, lo que se obtuvo a través de la
Prueba de Chi-cuadrado, (X2= 15,084 gl 4 sig= 0,005), es decir los centros con un grado de
complejidad media se asocian en un 63% al GI alto y en un 75,3% al GI medio.
La mayoría de centros, el 57,2%, obtuvo un GI medio y el resto un GI alto, sólo 1 escuela obtuvo un GI
bajo. Se mantuvo la proporción en la distribución de los centros en cada nivel de complejidad. En cuanto
a la puntuación total del grado de inclusión los valores medios no presentan variaciones entre niveles de
complejidad.
169 | P á g i n a
Capítulo 5: Resultados del grado de inclusión de los centros.
La dimensión apoyo pedagógico, está conformada por 11 ítems, de los cuales 7, corresponden a
preguntas clave64 y las otras preguntas son descriptivas65. Los resultados obtenidos distribuidos por
niveles de complejidad, se pueden apreciar en la Tabla 42.
Tabla 42
Resultados por preguntas clave de la dimensión apoyo pedagógico
64
Ídem que en nota 56.
65
Ídem que en nota 57.
170 | P á g i n a
Capítulo 5: Resultados del grado de inclusión de los centros.
En las preguntas referidas al momento y lugar en que se da apoyo pedagógico al alumnado con DA o
discapacidad y al uso de protocolos escritos para seguimiento de alumnado que recibe apoyos
adicionales, la mayoría de centros alcanzó un GI alto. Mientras que en el resto los centros obtuvieron
un GI medio en un mayor porcentaje. Los aspectos relacionados con las personas que dan apoyo
pedagógico al alumnado con DA o discapacidad, momento y lugar en que se da apoyo pedagógico al
alumnado con DA o discapacidad y utilización del apoyo pedagógico entre iguales, son los que
concentran una mayor cantidad de centros que alcanzaron un GI bajo, aunque sin representar una
mayoría. Destacar que los centros con un GI alto no superaron el 10% en referencia a las personas que
dan apoyo pedagógico al alumnado con DA o discapacidad. Los resultados en función del nivel de
complejidad mantiene la proporción de la distribución de los centros.
Un análisis detallado de la dimensión apoyo pedagógico, nos permite señalar que la mayoría de los
centros desarrolla una serie de prácticas inclusivas pero aún se requiere la transformación de algunas
actuaciones menos inclusivas en este ámbito.
En cuanto a las personas que, además del profesor de educación especial, dan apoyo pedagógico al
alumnado con alguna dificultad de aprendizaje o discapacidad, la mayoría de centros señala que son
otros maestros de la escuela (95,8%), asistentes de la educación (77,4%) o profesionales de la
educación (59,8%) quienes lo brindan. Mientras que sólo una minoría de centros cuenta con
estudiantes en práctica (28,5%), familiares (2,8%), voluntarios (10,1%) u otro alumnado del centro
(14,5%) como agentes de apoyo educativo para el alumnado que tiene dificultades 66.
66 Dado que los centros podían señalar más de una alternativa a la vez, la suma de los porcentajes de respuestas no da un total de 100%.
171 | P á g i n a
Capítulo 5: Resultados del grado de inclusión de los centros.
Respecto al momento y lugar en que se brinda el apoyo pedagógico al alumnado con dificultad de
aprendizaje o discapacidad, un poco más de la mitad de los centros (54,3%) señala que
mayoritariamente éste se otorga dentro del aula ordinaria y en el horario lectivo. Sin embargo un alto
porcentaje (45,5%) de centros señala que se saca al alumnado de su clase ordinaria para otorgar el
apoyo en otro lugar, sólo un centro indica otorgar apoyo fuera del horario lectivo.
Las situaciones que éstos centros señalan para brindar el apoyo pedagógico fuera del aula y dentro del
horario lectivo son: en el 74,6% de los casos en que hay mucha diferencia en el nivel de aprendizaje en
relación al grupo, en el 73,3% en casos que requieren la adquisición de habilidades instrumentales, en el
71,7% de casos de alumnado recién llegado que desconoce el catalán, y con un 58,2% están los casos
de alumnos con discapacidad grave o trastornos de la personalidad o conducta, con un menor porcentaje
pero que no deja de ser significativo, tenemos un 37,7% cuando tiene que realizar un trabajo oral, y un
12% saca al alumnado con altas capacidades, sólo un 2% de centros señala que no realiza el apoyo
fuera del aula regular bajo ninguna condición67.
En relación al uso del acompañamiento entre iguales como una estrategia de apoyo pedagógico, esta es
una práctica que se utiliza en más del 70% de los centros. Sin embargo, en más de la mitad de ellos no
se encuentra sistematizada a la generalidad de asignaturas llegando incluso, a ser considerada, como
una práctica no relevante en el 23,9% de las escuelas.
En cuanto al seguimiento del alumnado que recibe apoyos adicionales, el uso de protocolos escritos es
una práctica bastante consolidada que se desarrolla en la mayoría de las escuelas (sobre el 60%) para
las diferentes casuísticas, hay sólo una minoría de centros, que en algunos casos llega al 19%, que no
dispone de ellos.
Respecto a las personas que participan en el seguimiento del alumnado con dificultad de aprendizaje o
discapacidad, en una amplia mayoría de centros (sobre el 80%), éstas corresponden al profesorado de
educación especial, miembros del equipo directivo y del EAP, mientras que una menor cantidad de
centros (54,6%) incorpora a otros profesores (psicólogos, fisioterapeutas, etc.) y en menor porcentaje
incluyen a otros profesores (39,3%) y familiares (28,5%).
67 Dado que los centros podían señalar más de una alternativa a la vez, la suma de los porcentajes de respuestas no da un total de 100%.
172 | P á g i n a
Capítulo 5: Resultados del grado de inclusión de los centros.
Sobre las funciones del maestro de educación especial en el aula ordinaria, el 58,4% de los centros
señala que la colaboración en atención de pequeños grupos se realiza de manera regular, seguida por
un 43,3% de centros que indica el apoyo individual a todo el alumnado y en especial al que tiene
dificultades, como una función realizada regularmente. Siendo el apoyo en actividades de evaluación, la
función más consolidada en el 41,8% de los centros, que indican que se realiza siempre. Mientras que
otras funciones como compartir la dirección de la clase, trabajar con la mitad del grupo desdoblado y
colaborar en el control de la disciplina se realizan con una frecuencia mayoritariamente ocasional o no se
realizan en más del 60% de los centros.
Por su parte, el porcentaje de tiempo de intervención del maestro(a) de educación especial dentro del
aula ordinaria, un 42,6% de los centros señaló que es menor al 25% del tiempo, y un 21,3% señala que
es superior a la mitad del tiempo, el resto de centros señaló que su intervención se da entre el 25 y 50%
del tiempo.
Los resultados del grado de participación de los diferentes miembros de la comunidad escolar en el PI,
apuntan a que en el 87,8% de los centros el maestro de educación especial tiene un alto nivel de
participación (decisión, diseño, aplicación y evaluación del PI), el 81,1% de escuelas señala que el
profesorado tutor participa en un nivel medio (decide y colabora en algunas etapas posteriores), los
miembros del EAP tienen principalmente un bajo nivel de participación (sólo en la decisión) en el 38%
de centros, un nivel medio en el 29,6% y alto en el 25,5% de las escuelas. Mientras que otros maestros,
miembros del equipo directivo, otros profesionales, asistentes de la educación tienen un nivel bajo o no
participan en un porcentaje superior al 60% de los centros y finalmente, la participación de las familias y
de los estudiantes en práctica se indicaron en un nivel bajo o nulo en más del 90% de las escuelas. 69
68 Dado que los centros podían señalar más de una alternativa a la vez, la suma de los porcentajes de respuestas no da un total de 100%.
69 Ídem que nota anterior.
173 | P á g i n a
Capítulo 5: Resultados del grado de inclusión de los centros.
Similares resultados se obtuvieron en los niveles de participación sobre la decisión del alumnado que
debe recibir apoyo pedagógico, siendo el maestro(a) tutor(a) y maestro(a) de educación especial,
señalados por más del 55% de los centros como las figuras que son consultadas y que a la vez toman la
decisión en relación a los apoyos, le sigue el equipo directivo, señalado por un 49,1% de los centros, la
comisión de atención a la diversidad en un 47,5%, el EAP por un 44,2%, mientras que la familia sólo
queda en un nivel consultivo en un 65,4% de los centros y un 20,2% de los centros señala que no la
considera ni en la decisión ni en la consulta. Finalmente, un 80,7% de centros señala que otros
miembros de la comunidad tampoco participan ni en la decisión ni en la consulta70.
70 Dado que los centros podían señalar más de una alternativa a la vez, la suma de los porcentajes no da un total de 100%.
174 | P á g i n a
Capítulo 5: Resultados del grado de inclusión de los centros.
Esta dimensión contempla preguntas sobre la participación de voluntariado, familia y comunidad con el
centro.
En la Tabla 43 se encuentra el detalle de la puntuación obtenida en esta dimensión por la totalidad de la
muestra y su distribución de acuerdo a los niveles de complejidad de las escuelas.
Tabla 43
Grado de inclusión dimensión participación con la comunidad
Los resultados nos permiten concluir que no existe una asociación significativa entre las variables grado
de inclusión de la dimensión participación con la comunidad y el nivel de complejidad, lo que se obtuvo a
través de la Prueba de Chi-cuadrado, (X2= 7,506 gl 4 sig = 0,111). En esta Dimensión la gran mayoría
de los centros (el 88,5%) obtuvo un GI medio. En el GI alto, la concentración de centros no superó el 5%.
Asimismo, en todos los casos se mantuvo la distribución de los centros por niveles de complejidad y las
puntuaciones medias fueron similares.
La dimensión participación con la comunidad, está conformada por 6 preguntas, de las cuales 4,
corresponden a preguntas clave71 y las otras preguntas son descriptivas72. Los resultados obtenidos,
distribuidos por niveles de complejidad, se pueden apreciar en la Tabla 44.
71
Ídem que en nota 56.
175 | P á g i n a
Capítulo 5: Resultados del grado de inclusión de los centros.
Tabla 44
Resultados por preguntas clave de la dimensión participación con la comunidad
Tal como se aprecia en la tabla, ninguna de las preguntas de esta dimensión obtuvo una mayoría de
centros con un GI alto, los centros que han obtenido un GI alto no superaron el 15%. Por otra parte, en 3
de los 4 ítems que conforman esta dimensión, se concentraron la mayoría de centros que obtuvieron un
GI bajo, entre ellos tenemos los referidos a las actividades de participación de familias en el centro,
conformación del voluntariado y conformación de la comisión de atención a la diversidad. La
participación del centro con la comunidad es característica mayoritariamente de los centros con un GI
medio. En todos los ítems, se mantuvo la proporción de la distribución de los centros según los niveles
de complejidad.
72
Ídem que en nota 57.
176 | P á g i n a
Capítulo 5: Resultados del grado de inclusión de los centros.
Al analizar el detalle de la dimensión participación con la comunidad, los resultados demuestran que
los aspectos que la conforman, no se encuentran aún consolidados por la mayoría de centros. La figura
del voluntariado en la escuela es un recurso poco utilizado en la mayoría de centros, del total de la
muestra, un 30,1% de los centros confirmó contar con la participación de voluntarios, señalando que
estos agentes correspondían a distintos miembros de la comunidad como por ejemplo: estudiantes en
práctica en un 60,5% de los centros, ex profesores en el 57,2% , familiares en el 52,4%, otros
miembros de la comunidad en un 44,8% y en un menor porcentaje (36,2% de casos) se contaba con
ex alumno. La explicitación de la colaboración de estos voluntarios se realiza en la programación
general anual (PGA) en un 60% de los centros, contrariamente a un 26,4% de los centros que señala
no explicitar la participación del voluntariado en el centro en ningún documento, y una minoría (menos
del 20%), lo hace en otros documentos.
Las actividades en que participan los voluntarios que fueron consideradas como más relevantes (con una
puntuación entre 5 y 6 de un total de 6 puntos) son: el apoyo en actividades extraescolares (por el
52,97% de los centros) y apoyo a la enseñanza (44,86 %). Sin embargo menos del 10% de los centros
(de un total de 185) señala que la participación en actividades de reflexión y mejora del centro y de
formación no son relevantes en la aportación que los voluntarios realizan a los centros.
En lo que respecta a las actividades de participación de las familias en el centro, éstas se mantienen en
un nivel informativo y de colaboración en actividades extraescolares casi en la totalidad de los centros,
mientras que una minoría de centros señala que las familias participan en actividades de formación
(23,4%), reflexión (38,9%) y apoyo a la enseñanza (12,2%).
La conformación de la comisión de atención a la diversidad se concentra mayoritariamente en un GI
bajo, dado a que casi la totalidad (93,7%) de centros que cuenta con esta instancia no incluyen la
participación de familiares ni voluntariado en esta comisión.
En relación a la participación del centro con la comunidad educativa, sobre el 70% de los centros señala
que participa en actividades lúdicas o culturales organizadas por la comunidad y que facilita los
espacios de la escuela para el desarrollo de actividades propias de la comunidad. Un poco más de la
mitad de centros (52,7%) indican ofrecer actividades lúdicas y culturales abiertas a la comunidad. Y con
una recurrencia aproximada al 40% de los centros están la participación en el plan de entorno y en redes
de trabajo a nivel local, mientras que la participación en redes a nivel nacional o internacional sólo se da
en un 10,7% de los casos. Por otra parte, los centros que establecen un intercambio mínimo con la
comunidad más cercana, son minoritarios.
177 | P á g i n a
Capítulo 5: Resultados del grado de inclusión de los centros.
Tabla 45
Grado de inclusión dimensión formación permanente
Los resultados nos permiten concluir que sí existe una asociación significativa entre las variables grado
de inclusión de la dimensión formación permanente y el nivel de complejidad, lo que se obtuvo a través
de la Prueba de Chi-cuadrado, (X2= 10,778 gl 4 sig= 0,029), constatándose una concentración del 95%
de centros de nivel de complejidad media en el GI bajo.
En esta Dimensión, más del 70% de los centros obtuvo un GI medio. Manteniendo la distribución de los
centros por niveles de complejidad en todos los casos. Asimismo, las puntuaciones medias no presentan
variaciones significativas entre los distintos niveles de complejidad.
La dimensión formación permanente, está conformada por 5 preguntas, de los cuales 3, corresponden a
preguntas clave73 y las otras preguntas son descriptivas74.
Los resultados obtenidos, distribuidos por niveles de complejidad, se pueden apreciar en la Tabla 46.
Tabla 46
Resultados por preguntas clave de la dimensión formación permanente
Ninguno de los ítems de esta Dimensión obtiene una mayoría de centros con GI alto. En la pregunta
nº43 relacionada con los espacios de reflexión sobre la práctica de maestros, hay una mayor
concentración de centros en GI alto, pero éstos no representan una mayoría. En la pregunta 42
relacionada con la formación interna a la comunidad educativa en temas de inclusión el porcentaje de
centros que alcanzó un GI alto no supera el 10%, alcanzando la mayoría de centros un GI bajo. En
todos los ítems, se mantuvo la proporción de la distribución de los centros según los niveles de
complejidad.
En el análisis de la dimensión formación permanente, encontramos que las actividades que componen
esta dimensión son prácticas que aún no están consolidadas en la mayoría de centros. En cuanto a las
acciones de acogida para los maestros de incorporación reciente, la mayoría de centros (84%), señala
que posee un plan de acogida, una minoría de escuelas indica que no posee un plan o que éste se está
elaborando. Las acciones de acogida al profesorado que se incorpora incluyen actividades informativas
en casi la totalidad de escuelas y de colaboración docente en el 65,4% de centros; mientras que otras
como la formación y la asignación de un maestro tutor son consideradas en menos del 40% de los
colegios.
179 | P á g i n a
Capítulo 5: Resultados del grado de inclusión de los centros.
En el tema de la formación docente, la mitad de centros señala que el porcentaje del profesorado que ha
recibido formación en temas de inclusión es inferior al 30%. Sólo un 9,3% de los centros indica que el
porcentaje de profesores formados en este tema es superior al 70% de los docentes.
180 | P á g i n a
Capítulo 5: Resultados del grado de inclusión de los centros.
A través del siguiente análisis intentamos determinar si el grado de inclusión está asociado a diversas
características de los centros o no. De esta manera podemos responder a interrogantes como por
ejemplo: ¿Son más inclusivos los centros que tienen un mayor número de alumnos con dictamen?, ¿Son
más inclusivos los centros que tienen un nivel más alto de complejidad?, ¿Está relacionado el grado de
inclusión de un centro con el número de habitantes de la zona geográfica donde está la escuela?, etc.
La prueba de Chi cuadrado, nos permite constatar si existe o no una asociación significativa 75 entre
determinadas variables: nivel de complejidad, zona geográfica, matrícula total, alumnos con dictamen, el
cual realizaremos tanto a nivel de G.I. global como también a nivel de cada dimensión (Ver Anexo 9 del
CD).
En la Tabla 47 presentamos un cuadro síntesis del grado de significatividad que hemos obtenido a
través de la prueba de Chi-cuadrado aplicada a las variables que componen las características generales
de los centros con la variable G.I. global y también para cada una de las dimensiones consideradas en el
cuestionario.
Tal y como se observa en los resultados el número de alumnos con dictamen es una de las
características de los centros más asociada al grado de inclusión medio. Por otro lado, se identifican dos
asociaciones lógicas, una entre el grado de inclusión de la dimensión organización de centro y la
matrícula total del centro y la otra entre el grado de inclusión global y la complejidad del centro,
puntualmente en la dimensión apoyo pedagógico.
75 La significación se asume con un nivel de confianza del 95% (margen de error del 0,05).
181 | P á g i n a
Capítulo 5: Resultados del grado de inclusión de los centros.
Tabla 47
Asociación entre variables GI y características generales de los centros
182 | P á g i n a
Capítulo 5: Resultados del grado de inclusión de los centros.
A modo de síntesis.
Podemos señalar que las escuelas participantes se encuentran en un proceso de transformación hacia
la educación inclusiva ya que no hubo centros que alcanzaran un GI bajo en la puntuación total, lo que
significa que en general en ningún centro predominan los procesos excluyentes por sobre los inclusivos.
Sin embargo la cantidad de centros que funcionan bajo un modelo más consolidado de educación
inclusiva no supera la mayoría, dado que el mayor porcentaje de escuelas alcanzó sólo un GI en nivel
medio, es decir que desarrollan una serie de prácticas inclusivas consolidadas pero también evidencian
algunas prácticas excluyentes que favorecen la segregación.
El análisis por dimensiones nos permite distinguir que la organización de centro, el clima inclusivo de
centro y la organización del aula, son las dimensiones más consolidadas en sus procesos inclusivos al
examinar la totalidad de la muestra ya que concentran a más de la mitad de los centros que alcanzaron
un GI alto, los que señalaron tener un amplio y estable repertorio de prácticas inclusivas en estas
dimensiones, y en las que ningún centro tiene un predominio de prácticas excluyentes, ya que ninguno
obtuvo el GI bajo.
Mientras que, en la dimensión de apoyo pedagógico, los centros que alcanzaron un GI alto no superaron
la mayoría, lo que indica que hay prácticas inclusivas que aún no se han logrado afianzar y evidencia la
existencia de una mayor cantidad de prácticas excluyentes que en las dimensiones anteriores.
Por último los resultados señalan como la dimensión menos consolidada la participación con la
comunidad, seguida por la dimensión formación permanente, ya que una gran mayoría de centros
obtuvo un GI medio, y un porcentaje muy bajo obtuvo GI alto en ambas dimensiones, lo que implica la
presencia de una gran cantidad de prácticas menos inclusivas en estas dimensiones, que requieren del
fortalecimiento de las actuaciones inclusivas que no se encuentran aún afianzadas. También en estas
dimensiones hubo una minoría de centros que obtuvo un GI bajo, evidenciando un predominio de
prácticas excluyentes.
183 | P á g i n a
Capítulo 5: Resultados del grado de inclusión de los centros.
Dimensión organización de centro, la distribución del alumnado en los niveles por grupos
heterogéneos de acuerdo a criterios que se han definido es una de las prácticas inclusivas más
consolidadas y generalizada entre los centros. Mientras que la evaluación interna de la inclusión de
centro si bien se realiza en la mayoría de centros, no es un proceso formal y excluye a las familias,
alumnos y otros miembros de la comunidad. También hay una cantidad importante de centros que no la
realiza. Las dificultades para desarrollar el proceso de inclusión en el centro, se encuentran en niveles
intermedios y se refieren principalmente a recursos humanos en general y especializados, y en menor
medida a las características socioculturales de la población atendida, el compromiso de la familia y la
formación docente.
Dimensión clima inclusivo, esta dimensión es valorada como favorable para la inclusión en un poco
más de la mitad de los centros. El aspecto más afianzado corresponde a las medidas de los centros
para reducir el absentismo. En niveles intermedios de consolidación están las acciones de acogida del
alumnado recién llegado, (acompañamiento personalizado al alumno, reuniones periódicas, enseñanza
del catalán, atención a las necesidades afectivas y ajustes en la evaluación) las menos empleadas son el
mantenimiento de la lengua de origen y valoración de la diversidad cultural. La mitad de los centros
señala que la efectividad del plan de acogida está en un nivel óptimo. Otros aspectos medianamente
inclusivos son los programas específicos para casos de bullying, ya que no siguen un protocolo y la
difusión del carácter como escuela inclusiva que en la mitad de centros es limitada o nula. Constatamos
que en la formulación de los derechos y deberes de los estudiantes y de las normas de buena
convivencia, quedan excluidos los propios estudiantes, en aproximadamente la mitad de los centros, y
las familias, de casi la totalidad de las escuelas. La acción mayoritariamente estipulada en los
documentos del centro, para representar al alumnado es la asamblea de alumnos. Cerca de la mitad de
los centros reconoce la efectividad del plan de convivencia en la resolución de conflictos.
Dimensión organización del aula, el aspecto más consolidado señalado por un poco más de la mitad
de los centros es el uso de criterios basados en la heterogeneidad para agrupar al alumnado en el aula
(aprendizaje y conducta). Siendo la forma más habitual de organizar el trabajo por pequeños grupos, sin
que sea aplicada por la mayoría de los centros. El trabajo individual, se señala como recurrente sobre
todo en los niveles más altos llegando a darse en un cuarto de los centros en el nivel de sexto de
primaria. Respecto a la distribución del alumnado con problemas de comportamiento más de la mitad de
184 | P á g i n a
Capítulo 5: Resultados del grado de inclusión de los centros.
los centros no utiliza ninguna estrategia o lo hace de manera segregadora, y en cuanto a la distribución
del alumnado con dificultades de aprendizaje, la mitad de los centros lo hace de manera inclusiva, pero
la otra mitad aún segrega a este alumnado en espacios aparte en la clase o no utiliza ninguna estrategia
específica. En relación a la frecuencia de intervención de 2 o más adultos en el aula, a pesar de estar
instaurada en la mayoría de los centros, se realiza sólo de manera ocasional. Intervienen
mayoritariamente otro profesorado del centro, asistentes y estudiantes en práctica. Solo una minoría de
centros incorpora a otros profesionales, familiares y voluntarios al trabajo del aula.
Dimensión apoyo pedagógico, los aspectos más consolidados como prácticas inclusivas en la mayoría
de centros fueron los referidos al uso de protocolos escritos para seguimiento de alumnado que recibe
apoyos adicionales y el momento y lugar en que se da apoyo pedagógico (aunque cerca de la mitad de
los centros saca al alumnado de su clase para otorgar el apoyo en otro lugar). Los agentes que brindan
el apoyo pedagógico al alumnado que lo necesita, en la mayoría de los centros queda limitado a
personal de la escuela (maestros, asistentes, profesionales de la educación) con una minoritaria
incorporación de otros agentes de la comunidad.
Los motivos de apoyo por los que se saca al alumnado fuera del aula son mayoritariamente diferencia en
el nivel de aprendizaje en relación al grupo, para adquisición de habilidades instrumentales, enseñanza
del catalán, en casos de discapacidad grave o trastornos de la personalidad o conducta. Y con menor
recurrencia para trabajos orales y la atención de alumnos con altas capacidades. El acompañamiento
entre iguales como estrategia de apoyo pedagógico, es una práctica que se utiliza en la mayoría de los
centros, pero sólo en algunas asignaturas y una cuarta parte de los centros no la encuentra relevante.
Las funciones que el maestro de educación especial realiza regularmente en el aula ordinaria en la
mayoría de centros son, atención de pequeños grupos, apoyo individual a todo el alumnado y el apoyo
en actividades de evaluación. Mientras que otras funciones como compartir la dirección de la clase,
trabajar con la mitad del grupo desdoblado y colaborar en el control de la disciplina se realizan con una
frecuencia mayoritariamente ocasional o no se realizan en la mayoría de los centros. La constante de
tiempo de intervención del maestro(a) de educación especial dentro del aula ordinaria que mayormente
se da es inferior a la cuarta parte del tiempo total.
185 | P á g i n a
Capítulo 5: Resultados del grado de inclusión de los centros.
En el seguimiento del alumnado con dificultades de aprendizaje o discapacidad, así como la participación
en las distintas fases del PI y de la determinación del alumnado que debe recibir apoyo, se considera
principalmente al profesorado tutor y de educación especial, en algunos casos a los miembros del EAP y
equipo directivo. El resto de miembros de la comunidad educativa incluidas las familias de estos
alumnos, participan en un nivel muy bajo o quedan excluidos.
Dimensión participación con la comunidad, la figura del voluntariado es un recurso utilizado solo en
un tercio de las escuelas, conformado principalmente por estudiantes en práctica, ex profesores y
familiares, cuya participación se explicita en los documentos de la mayoría de las escuelas. Las
actividades de participación de las familias en el centro, se mantienen en un nivel informativo y de
colaboración en actividades extraescolares, quedando excluidas de las actividades de apoyo a la
enseñanza, reflexión y mejora, formación y conformación de la comisión de atención a la diversidad, en
la mayoría de centros. En relación a la participación del centro con la comunidad educativa, la mayoría
señala que existe un intercambio constante de actividades lúdicas y culturales, y el uso de espacios
entre la escuela y la comunidad más próxima, sin embargo, menos de la mitad de las escuelas genera
redes de trabajo a nivel local y una minoría lo hace a nivel nacional e internacional.
Dimensión formación permanente, ninguno de los aspectos que conforman esta dimensión se
encuentran consolidados como altamente inclusivos en la mayoría de centros. El único aspecto
afianzado más ampliamente por los centros es el contar con un plan de acogida para los maestros de
incorporación reciente, a través de actividades informativas y de colaboración docente, con un menor
empleo de la formación o un maestro mentor. Menos consolidado se encuentra el tema de la formación
del profesorado en temas de inclusión, ya que la mitad de los centros señala que éste corresponde a
menos de un tercio del cuerpo docente. Además, la mayoría de centros señala no realizar ningún tipo de
formación interna a la comunidad en temas de inclusión, y los pocos que lo hacen lo limitan sólo al
profesorado, excluyendo al resto de miembros de la comunidad. Los centros que promueven espacios de
reflexión sobre la práctica de maestros sistemáticamente no alcanzan a ser la mitad, y una cantidad
similar de escuelas lo hace de manera muy esporádica. También hay una minoría que no genera estos
espacios.
186 | P á g i n a
Capítulo 6: Análisis de la relación entre el grado de inclusión de las escuelas públicas de Cataluña y el
rendimiento académico del alumnado.
CAPÍTULO 6:
ANÁLISIS DE LA RELACIÓN ENTRE EL GRADO DE INCLUSIÓN DE LAS ESCUELAS
PÚBLICAS DE CATALUÑA Y EL RENDIMIENTO ACADÉMICO DEL ALUMNADO.
El análisis que realizaremos a continuación tiene que ver con el segundo objetivo general
planteado en la investigación:
Objetivo General 2:
Responder a este objetivo implicó relacionar dos variables: el grado de inclusión de los centros
(GI) y el rendimiento académico, para determinar si existe o no una influencia entre ambas. En
el capítulo anterior explicamos cómo obtuvimos los datos: para la variable grado de inclusión
(GI) empleamos la información recogida en el cuestionario que contestaron las escuelas,
mientras que para la variable rendimiento académico se utilizó los resultados de la evaluación
externa de sexto de primaria de los cursos 2011, 2012 y 2013 de las materias de catalán,
castellano y matemáticas76.
La presentación de los resultados de este capítulo mantiene la lógica de análisis que el capítulo
anterior: partiremos analizando los datos de manera global y luego lo haremos por dimensiones.
Antes de someter los datos a los distintos análisis estadísticos, hemos realizado algunos
procedimientos previos requeridos para seleccionar las pruebas estadísticas más adecuadas a
utilizar. Lo primero fue describir los resultados generales de las pruebas de competencias, luego
se realizó la comprobación de los supuestos paramétricos de los datos del rendimiento de las
mencionadas pruebas y por último, se agruparon los resultados en función de los cuatro niveles
competenciales que definimos.
76
Los datos fueron facilitados por el Departament d’Ensenyament de la Generalitat de Catalunya en el marco del convenio
firmado entre el Departament d’Ensenyament y la Universitat de Barcelona. En el capítulo de Metodología se explica con mayor
detalle los términos de colaboración con la Generalitat en el marco del convenio.
187 | P á g i n a
Capítulo 6: Análisis de la relación entre el grado de inclusión de las escuelas públicas de Cataluña y el
rendimiento académico del alumnado.
Previo a la aplicación de las pruebas para determinar la correlación entre las variables, hemos
calculado el promedio de los resultados obtenidos por los centros en la prueba de sexto de
primaria durante los años 2011, 2012 y 2013, organizándolos de acuerdo a las competencias
evaluadas (lengua catalana, lengua castellana y matemáticas). La puntuación que se le asigna a
cada competencia en esta prueba corresponde a una escala de 0 a 100 puntos, en que 100
corresponde al nivel más alto (Consell Superior d’Avaluació, 2015). Tal y como se puede
observar en la Tabla 48, los resultados globales son similares entre las tres materias, en cada
nivel de complejidad, sin embargo si hacemos la lectura horizontal, vemos como las medias por
competencias difieren en función del nivel de complejidad presentando una diferencia de
alrededor de 10 puntos entre los niveles extremos de complejidad (alta-baja).
Tabla 48
Media de los resultados por competencias, años 2011-2012-2013, según nivel de complejidad
Promedio Complejidad
s (2011- Alta Medio Baja Total
2012- Medi N Desv Medi N Desv Medi N Desv Medi N Desv
2013) a . típ. a . típ. a . típ. a . típ.
Para poder seleccionar la prueba estadística adecuada y dar respuesta al objetivo de análisis
planteado se procedió al estudio del ajuste de la distribución de las variables rendimiento
académico de las tres asignaturas y el grado de inclusión (GI) a la distribución de probabilidades
de la Ley Normal mediante la prueba Kolmogorov-Smirnov. Los resultados confirman que
únicamente la variable GI sigue la Ley Normal, tal y como se observa en la Tabla 49 y en los
gráficos correspondientes a la Figura 7. Este resultado justifica que se utilice en el análisis la
correlación de Spearman (rs) como prueba no paramétrica.
188 | P á g i n a
Capítulo 6: Análisis de la relación entre el grado de inclusión de las escuelas públicas de Cataluña y el
rendimiento académico del alumnado.
Tabla 49
Prueba de Kolmogorov-Smirnov para una muestra
189 | P á g i n a
Capítulo 6: Análisis de la relación entre el grado de inclusión de las escuelas públicas de Cataluña y el
rendimiento académico del alumnado.
Tabla 50
Intervalos de nivel de logro de la competencia de los centros participantes
190 | P á g i n a
Capítulo 6: Análisis de la relación entre el grado de inclusión de las escuelas públicas de Cataluña y el
rendimiento académico del alumnado.
6.2. Relación entre el grado de inclusión de las escuelas públicas de Cataluña y el
rendimiento académico del alumnado.
Los resultados se presentarán tanto a nivel de la muestra total como de las sub-muestras
clasificadas por niveles de complejidad. Posteriormente incorporaremos las seis dimensiones
que conforman el grado de inclusión.
El análisis de los coeficientes de correlación de Spearman (rs) indica que hay una relación de
independencia entre las variables grado de inclusión global77 y el rendimiento promedio de
centro para la totalidad de las escuelas participantes (rs=0,018 sig= 0,662). Asimismo, el análisis
segmentado en función de los niveles de complejidad, constata que tampoco hay una correlación
significativa.
Concretamente los centros con nivel de complejidad alta presentan una correlación de r s=0,077
(sig=0,348), los centros con nivel de complejidad media presentan coeficientes de correlación no
significativos (rs=0,048 sig=0,325) y el resto de centros, de baja complejidad, presenta resultados
similares (rs=0,320 sig=0,65).
Por lo tanto, estos resultados generales ponen de manifiesto que el rendimiento académico
promedio no se ve afectado por el grado de inclusión global tanto en la totalidad de centros
públicos participantes (n=615) como en el análisis por nivel de complejidad de los centros
(véase en Figura 8 y Figura 9).
77
Recordemos que la variable GI ha sido medida de dos formas: a modo de puntuación total (puntaje absoluto) y por niveles de
grado de inclusión (con intervalos 1, 2 y 3), tal y como se puede ver en el apartado de Metodología. En este caso, hemos
considerado las puntuaciones absolutas para efectuar el análisis.
191 | P á g i n a
Capítulo 6: Análisis de la relación entre el grado de inclusión de las escuelas públicas de Cataluña y el
rendimiento académico del alumnado.
Otro análisis realizado fue a través de la Prueba de Chi-cuadrado, cuyos resultados confirman la
no asociación entre las variables grado de inclusión global y el nivel de logro total de todos los
centros. Los resultados se reafirman en el análisis por niveles de complejidad: centros de
complejidad baja (X2= 2,474 gl 3 sig= 0,480), centros de nivel de complejidad media (X 2= 0,576
gl 3 sig= 0,902) y centros de nivel de complejidad alta (X2= 1,571 gl 3 sig =0,666).
192 | P á g i n a
Capítulo 6: Análisis de la relación entre el grado de inclusión de las escuelas públicas de Cataluña y el
rendimiento académico del alumnado.
Por otra parte, otra lectura que podemos hacer de la Tabla 51 es que, independientemente del
grado de inclusión de las escuelas, la distribución que mantienen los centros en cuanto al nivel
de logro alcanzado tanto a nivel global como por competencias, presenta una notoria
diferenciación dependiendo del nivel de complejidad de éstos, dado que a menor complejidad de
centro más alto es su nivel de logro y viceversa:
Baja complejidad, el 58,8% de los centro, obtuvo un nivel de logro alto en el rendimiento
académico global y, por el contrario, sólo 1 centro alcanzó un nivel de logro bajo. En este
punto también hay que considerar que el número de centros de baja complejidad que
participó en la investigación es bastante más inferior en relación al número de escuelas de
los otros niveles.
Complejidad media, se obtuvieron niveles de logro más homogéneos entre los niveles
medio bajo, medio alto y alto (que fluctuaron entre el 26% y 28,8%), con una menor
proporción de escuelas que presentan niveles de logro bajos (un 16,7%).
De manera similar podemos observar esta distribución de los centros según los distintos niveles
de complejidad y el nivel de logro obtenido en el análisis por competencias (Mirar Anexo 12 del
CD).
193 | P á g i n a
Capítulo 6: Análisis de la relación entre el grado de inclusión de las escuelas públicas de Cataluña y el
rendimiento académico del alumnado.
Tabla 51
Tabla de contingencia: GI global y niveles competenciales, según complejidad de centros
Al analizar el nivel de logro por competencias se constata que únicamente hay dependencia
entre las variables grado de inclusión global y el nivel de logro de la competencia matemática,
para los centros de complejidad media (X2= 8,250 gl 3 sig= 0,041) en que el GI alto se asocia
en un 35,3% con el nivel medio alto de logro en matemáticas y también para los centros de
complejidad baja (X2= 10,024 gl 3 sig =0,018), en que el GI alto se asocia en un 73,7% con un
alto nivel de logro en matemáticas (Ver Anexo 12 del CD). Lo que indica que el grado de
inclusión influencia en el rendimiento académico de matemáticas, en los centros de complejidad
media y baja. Es decir que aquellos centros con un mayor predominio de prácticas inclusivas a
nivel global y, que a su vez presentan determinados indicadores de vulnerabilidad en niveles
194 | P á g i n a
Capítulo 6: Análisis de la relación entre el grado de inclusión de las escuelas públicas de Cataluña y el
rendimiento académico del alumnado.
medio y bajo, o sea con menor dificultad para la gestión de estas escuelas, son centros que
mayormente obtienen un nivel alto de logro en la competencia de matemáticas.
A modo de síntesis, podemos señalar que en general, el grado de inclusión global de los centros
no influye en el rendimiento académico que éstos obtienen. Esto quiere decir que las prácticas
inclusivas desarrolladas por los centros de los distintos niveles de complejidad, no influyen ni en
el rendimiento académico promedio, ni en el rendimiento por competencias que alcanza un
centro cuando se analiza a la totalidad de la muestra. No obstante, en el análisis por
complejidad de los centros, sí se constata una única relación entre el grado de inclusión global
y el nivel de logro específico de la competencia matemática, en centros de nivel medio y bajo de
complejidad.
195 | P á g i n a
Capítulo 6: Análisis de la relación entre el grado de inclusión de las escuelas públicas de Cataluña y el
rendimiento académico del alumnado.
Los coeficientes de correlación obtenidos a través de la prueba de Spearman indican que hay
una relación significativa entre la dimensión organización de centro y el rendimiento académico
promedio de centro (rs=0,139 sig= 0,001) y entre esta dimensión y los resultados alcanzados
en el promedio de las competencias de catalán (rs= 0,139 sig= 0,001), castellano (rs=0,129
sig= 0,001) y matemática (rs=0,134 sig= 0,001) por la totalidad de la muestra. Esto quiere decir
que el rendimiento académico tanto a nivel del promedio del centro como en cada una de las
competencias evaluadas se ve influenciado por factores como los criterios de distribución del
alumnado en los niveles, la evaluación interna de la inclusión de centro y las barreras que tiene
el centro para desarrollar una educación inclusiva, que son los que comprende esta dimensión.
Nivel alto de complejidad: No hay resultados que podamos destacar en centros de este
nivel.
Nivel bajo de complejidad: Hay una relación significativa entre la dimensión organización de
centro y el rendimiento promedio de centro (rs =0,404 sig= 0,018) y también entre esta
dimensión y las competencias de catalán (rs =0,442 sig= 0,009) y castellano (rs=0,399 sig=
0,019).
196 | P á g i n a
Capítulo 6: Análisis de la relación entre el grado de inclusión de las escuelas públicas de Cataluña y el
rendimiento académico del alumnado.
A modo de resumen podemos decir, que la correlación entre las variables dimensión
organización de centro y el rendimiento promedio de centro sólo se da en los centros cuyos
indicadores de vulnerabilidad se encuentran en niveles medio o bajo y que por lo tanto
representan una menor dificultad para gestionar esas escuelas, mientras que en los centros de
alto nivel de complejidad, en que la gestión se dificulta por la vulnerabilidad del centro, las
variables dimensión organización de centro y el rendimiento promedio de centro son
independientes entre sí.
Por otra parte, el estudio de la interrelación entre las variables dimensión organización de centro
y nivel de logro total a través de la prueba de Chi-cuadrado, arrojó resultados que señalan que
ambas variables son dependientes cuando se analiza a la totalidad de la muestra (X2= 9,216 gl
3 sig =0,027), en el que los centros del GI Alto se asocian en un 28,8% con el nivel de logro
alto. Pero en el análisis por niveles de complejidad de la muestra se constata lo contrario, que no
hay dependencia entre las variables, lo que se puede observar en los centros de nivel de
complejidad baja (X2= 4,544 gl 3 sig= 0,208), en los centros de nivel de complejidad media
(X2= 6,175 gl 3 sig= 0,103) y en los centros de complejidad alta (X2= 1,626 gl 3 sig= 0,654).
197 | P á g i n a
Capítulo 6: Análisis de la relación entre el grado de inclusión de las escuelas públicas de Cataluña y el
rendimiento académico del alumnado.
de los centros de la muestra se encuentren consolidadas, éstas no influencian en el nivel de
logro global que alcanzan los centros cuando incorporamos la variable de complejidad.
No obstante, en el análisis del nivel de logro por competencias, sí se constata una relación de
dependencia entre las variables organización de centro y la competencia de lengua catalana al
analizar a la totalidad de la muestra (X2= 11,455 gl 3 sig= 0,010), asociadas en un 30% de
centros con GI medio que obtuvieron un nivel de logro bajo. Así pues, en el análisis por
complejidad de centros observamos que:
Centros de complejidad media: hay asociación entre ambas variables (X2= 9,580 gl 3
sig= 0,022) en que el 31,9% de los centros con GI alto en la dimensión organización de
centro, obtuvo un nivel de logro alto en catalán.
En el análisis también se constata una desigual distribución de los resultados por niveles de
logro competencial según los niveles de complejidad de los centros. Si miramos la Tabla 52,
vemos por ejemplo esta diferencia entre los centros con un GI alto en la dimensión, ya que los
que son de baja complejidad presentan en un 50% niveles de logro alto, versus sólo un 4,7% de
los centros de alta complejidad. Igualmente, la diferencia se da en los niveles de logro bajo,
obtenido por un 30% de centros de alta complejidad, mientras que ninguno de los centros de
baja complejidad obtiene niveles de logro bajos. Esta distribución desigual se puede observar
también en los análisis por niveles competenciales (ver Anexo 12.2 del CD).
198 | P á g i n a
Capítulo 6: Análisis de la relación entre el grado de inclusión de las escuelas públicas de Cataluña y el
rendimiento académico del alumnado.
Tabla 52
Tabla de contingencia: Dimensión organización de centro y niveles competenciales, según
complejidad de centros
En síntesis, podemos señalar que los estudios de la interrelación entre la dimensión organización
de centro y el rendimiento académico realizados a través de la prueba de Spearman y de Chi-
cuadrado, demuestran que la dimensión organización de centro influye tanto en el rendimiento
académico promedio de centro, como en el rendimiento por competencias cuando se analiza la
totalidad de la muestra.
El análisis por niveles de logro competencial global arrojó una relación de independencia entre la
dimensión organización de centro y el nivel de logro global para los centros de los distintos
niveles de complejidad. Sin embargo, sí se constata que el grado de inclusión en la dimensión
199 | P á g i n a
Capítulo 6: Análisis de la relación entre el grado de inclusión de las escuelas públicas de Cataluña y el
rendimiento académico del alumnado.
organización de centro influye en el nivel de logro específico de la competencia de lengua
catalana en centros de nivel medio y bajo de complejidad, lo que significa que aquellos centros
con una mayor consolidación de prácticas inclusivas en esta dimensión y, que a su vez tienen
mayor facilidad de gestión, dado a que sus condiciones de vulnerabilidad no son tan altas, son
los que obtienen niveles de logro más altos en la competencia de catalán. En tanto que, en los
centros con condiciones de mayor vulnerabilidad (alta complejidad), la consolidación de aspectos
inclusivos de la dimensión organización de centro, no logra influenciar el nivel de logro en el
rendimiento.
200 | P á g i n a
Capítulo 6: Análisis de la relación entre el grado de inclusión de las escuelas públicas de Cataluña y el
rendimiento académico del alumnado.
Los coeficientes de correlación obtenidos a través de la prueba de Spearman indican que hay
una relación no significativa entre la dimensión clima inclusivo de centro y el rendimiento
académico promedio de centro (rs= 0,050 sig= 0,212) y también entre esta dimensión y las
competencias de catalán (rs=0,042 sig= 0,302), castellano (rs=0,053 sig= 0,190) y matemática
(rs= 0,060 sig= 0,135). Estos resultados nos permiten señalar que el rendimiento académico no
es influenciado por los indicadores que componen esta dimensión que corresponden a las
acciones de acogida del alumnado, la efectividad del centro para reducir el absentismo,
disposición de programas para casos de bullying y la difusión del carácter como escuela
inclusiva. La independencia entre ambas variables se da tanto en la muestra total, como en la
agrupación de los centros por niveles de complejidad.
D. Clima Inclusivo de Centro
Figura 11: Correlación D. clima inclusivo de centro y rendimiento académico total de centro
201 | P á g i n a
Capítulo 6: Análisis de la relación entre el grado de inclusión de las escuelas públicas de Cataluña y el
rendimiento académico del alumnado.
Lo que significa que el rendimiento académico tanto a nivel global como por competencias no se
encuentra influenciado por los aspectos relacionados con la dimensión clima inclusivo de centro,
para la totalidad de escuelas de la muestra.
Además, la Tabla 53 nos permite confirmar las marcadas diferencias de la distribución de los
centros de acuerdo a su nivel de complejidad en los niveles de logro que obtienen, que venimos
observando en los análisis anteriores. Así podemos ver por ejemplo, cómo un 31% de los
centros de baja complejidad y GI alto en esta dimensión, obtienen un nivel de logro total bajo y
solo un 4,7% de estos centros obtienen un nivel de logro alto, en contraposición a 0 centros de
baja complejidad y alto GI que obtuvieron bajo nivel de logro y un 35,3% de estos centros que
alcanzaron un nivel de logro alto. Esta distribución del nivel de logro diferenciada por los niveles
de complejidad, se mantiene en cada una de las competencias evaluadas (Ver Anexo 12.3 del
CD) y de forma independiente al grado de inclusión, lo que significa que, aun cuando los centros
consoliden prácticas referidas al clima inclusivo de centro, éstas no influyen en los niveles de
logro, sino que más determinante es el nivel de complejidad de los centros.
202 | P á g i n a
Capítulo 6: Análisis de la relación entre el grado de inclusión de las escuelas públicas de Cataluña y el
rendimiento académico del alumnado.
Tabla 53
Tabla de contingencia: Dimensión clima inclusivo de centro y niveles competenciales, según
complejidad de centros
Del análisis extraemos que, la consolidación de los aspectos que tienen que ver con las políticas
organizacionales de acogida, medidas de reducción de bullying y de resolución de conflictos y el
carácter inclusivo del centro no se encuentran asociados al rendimiento académico de los
centros de la muestra. Se reitera la desigual distribución de los centros en los niveles de logro
global y por competencias, según sea su nivel de complejidad, en la que una mayor complejidad
de los centros, conlleva a niveles de logro más bajo.
203 | P á g i n a
Capítulo 6: Análisis de la relación entre el grado de inclusión de las escuelas públicas de Cataluña y el
rendimiento académico del alumnado.
Figura 12: Correlación D. dimensión organización del aula y rendimiento académico total de centro
Sin embargo los resultados difieren en función del nivel de complejidad de los centros:
Nivel alto de complejidad, hay una relación significativa entre la dimensión organización
del aula y la competencia matemática (rs=0,170 sig= 0,038), lo que significa que el
grado de inclusión que obtengan en esta dimensión influye en el rendimiento de
matemáticas en los centros más vulnerables.
Nivel medio de complejidad, en este nivel no existe ninguna relación significativa entre las
siguientes variables: dimensión organización del aula con el rendimiento promedio de
centro (rs= -0,029 sig =0,550) así como con las competencias de catalán (r s= -0,077 sig=
0,111) , castellano (rs= -0,011 sig= 0,819) y matemáticas (rs= -0,003 sig= 0,947).
204 | P á g i n a
Capítulo 6: Análisis de la relación entre el grado de inclusión de las escuelas públicas de Cataluña y el
rendimiento académico del alumnado.
Nivel bajo de complejidad, en los centros de este nivel, los resultados también arrojaron
correlaciones no significativas: entre la dimensión organización del aula y el rendimiento
promedio de centro (rs= -0,044 sig =0,805) y entre esta dimensión y las competencias de
catalán (rs= -0,088 sig = 0,621 ), castellano (rs= -0,023 sig =0,898) y matemáticas (rs= -
0,036 sig =0,840).
Por otra parte, el análisis de los niveles de logro del rendimiento académico, nos permite
concluir que no existe una asociación significativa entre éstos y la dimensión organización del
aula, para los centros de los diferentes niveles de complejidad, lo que se obtuvo a través de la
Prueba de Chi-cuadrado, que arrojó los siguientes resultados: complejidad baja (X2= 1,461 gl 3
sig =0,691), complejidad media (X2= 2,399 gl 3 sig =0,494), complejidad alta (X2= 2,465 gl
3 sig = 0,482).
La Tabla 54, evidencia la desigual distribución de los centros en los niveles de logro total que
éstos obtienen, según sus niveles de complejidad. Así por ejemplo al comparar entre centros que
han obtenido un GI alto en la dimensión organización del aula, el porcentaje de escuelas que
obtuvo niveles de logro bajo fue de un 31,3% de centros de alta complejidad, y de un 2,9% para
centros de baja complejidad y, una similar diferencia observamos para los niveles de logro alto,
que alcanzó el 4% de centros de alta complejidad y el 41,2% de centros de baja complejidad. Lo
que significa que, aun cuando los centros consoliden aspectos inclusivos referidos a la
organización del aula, el nivel de complejidad determinará en mayor medida el nivel de logro que
alcanzan. Esto se puede observar también en el análisis realizado por cada competencia (ver
Anexo 12.4 del CD).
205 | P á g i n a
Capítulo 6: Análisis de la relación entre el grado de inclusión de las escuelas públicas de Cataluña y el
rendimiento académico del alumnado.
Tabla 54
Tabla de contingencia: Dimensión organización del aula y niveles competenciales, según
complejidad de centros
Complejidad N. logro total Total
nivel nivel nivel nivel
bajo medio bajo medio alto alto
Alta Organización de GI alto Recuento 47 27 14 6 94
aula % del 31,3% 18,0% 9,3% 4,0% 62,7%
total
GI Recuento 34 10 8 4 56
medio % del 22,7% 6,7% 5,3% 2,7% 37,3%
total
Total Recuento 81 37 22 10 150
% del 54,0% 24,7% 14,7% 6,7% 100,0%
total
Medio Organización de GI alto Recuento 41 61 58 68 228
aula % del 9,5% 14,2% 13,5% 15,8% 52,9%
total
GI Recuento 31 51 65 56 203
medio % del 7,2% 11,8% 15,1% 13,0% 47,1%
total
Total Recuento 72 112 123 124 431
% del 16,7% 26,0% 28,5% 28,8% 100,0%
total
Baja Organización de GI alto Recuento 1 2 7 14 24
aula % del 2,9% 5,9% 20,6% 41,2% 70,6%
total
GI Recuento 0 2 2 6 10
medio % del 0,0% 5,9% 5,9% 17,6% 29,4%
total
Total Recuento 1 4 9 20 34
% del 2,9% 11,8% 26,5% 58,8% 100,0%
total
Total Organización de GI alto Recuento 89 90 79 88 346
aula % del 14,5% 14,6% 12,8% 14,3% 56,3%
total
GI Recuento 65 63 75 66 269
medio % del 10,6% 10,2% 12,2% 10,7% 43,7%
total
Total Recuento 154 153 154 154 615
% del 25,0% 24,9% 25,0% 25,0% 100,0%
total
Podemos señalar que las prácticas inclusivas relacionadas con la distribución del alumnado en el
aula y la participación de adultos dentro del aula no influencian el rendimiento académico
promedio de centro. No obstante, en el análisis por niveles de complejidad podemos corroborar
que sí hay una influencia con los centros con mayores índices de vulnerabilidad (alta
complejidad).
206 | P á g i n a
Capítulo 6: Análisis de la relación entre el grado de inclusión de las escuelas públicas de Cataluña y el
rendimiento académico del alumnado.
Los coeficientes de correlación de Spearman indican que hay una relación no significativa entre
la dimensión apoyo pedagógico y el rendimiento académico tanto a nivel de promedio de centro
(rs=0,003 sig= 0,932) como a nivel de promedio en las competencias de catalán (r s= - 0,004
sig= 0,917), castellano (rs= - 0,009 sig= 0,816) y matemática (rs= 0,027 sig= 0,499) obtenido por
la totalidad de los centros de la muestra.
Con estos resultados podemos concluir que el rendimiento académico de los centros de la
muestra no está influenciado por aspectos relativos a los agentes que otorgan apoyo educativo,
el momento y el lugar dónde se brinda el apoyo y aspectos formales relativos a éste, que
conforman la dimensión de apoyo pedagógico.
Sin embargo, al analizar los resultados de la muestra por niveles de complejidad vemos que:
En los centros de alta complejidad, no hay correlación entre las variables apoyo
pedagógico y el rendimiento académico.
En los centros de complejidad media, hay una correlación negativa pero no significativa
entre la dimensión de apoyo pedagógico y la competencia de castellano (rs= -0,001 sig=
0,987)
207 | P á g i n a
Capítulo 6: Análisis de la relación entre el grado de inclusión de las escuelas públicas de Cataluña y el
rendimiento académico del alumnado.
D. Apoyo Pedagógico
Adicionalmente, la prueba de Chi-cuadrado nos permite concluir que no existe una asociación
significativa entre la dimensión de apoyo pedagógico y el rendimiento académico global cuando
es organizado por niveles de logro tanto para los centros de nivel de complejidad media (X2=
5,839 gl 6 sig=0,441) como para los centros de nivel de complejidad alta (X 2= 2,085 gl 3 sig=
0,555). Mientras que sí se constata una relación significativa entre la dimensión de apoyo
pedagógico y el nivel de logro global en los centros de nivel de complejidad baja (X2= 10,240 gl
3 sig=0,017), en que el GI alto se asocia en un 69,6% a los centros con un nivel de logro total
alto, con lo que podemos constatar que aquellos centros que han implementado actuaciones de
apoyo pedagógico más inclusivas y cuyos índices de vulnerabilidad son más bajos (y que por
tanto son más fáciles de gestionar), logran influir en el nivel de logro global que alcanzan los
centros.
Al igual que en los análisis de las dimensiones anteriores, se observa una desigual distribución
de los centros en los diferentes niveles de logro, según sea su nivel de complejidad. Podemos
observar en la Tabla 55 que, por ejemplo, de los centros de baja complejidad y alto grado de
inclusión en la dimensión de apoyo pedagógico, ninguno obtuvo niveles de logro bajo, pero sí, un
47,1% de estos centros obtuvo un nivel de logro alto. Mientras que si analizamos a los centros
de alta complejidad que obtuvieron GI alto en la misma dimensión, vemos como los centros que
obtuvieron un nivel bajo de logro corresponden al 24,7%. y solo un 3,3% de estos centros
alcanzó un nivel de logro alto. Estos resultados confirman desigualdad del nivel de logro
alcanzado por los centros, de acuerdo al nivel de complejidad (ver Anexo 12.5 del CD). Con lo
que podemos concluir que el nivel de complejidad de un centro determina en mayor manera el
nivel de logro de los centros en contraposición al desarrollo de prácticas inclusivas relacionadas
al apoyo pedagógico que se da en estas escuelas.
208 | P á g i n a
Capítulo 6: Análisis de la relación entre el grado de inclusión de las escuelas públicas de Cataluña y el
rendimiento académico del alumnado.
Tabla 55
Tabla de contingencia: Dimensión apoyo pedagógico y niveles competenciales, según
complejidad de centros
209 | P á g i n a
Capítulo 6: Análisis de la relación entre el grado de inclusión de las escuelas públicas de Cataluña y el
rendimiento académico del alumnado.
Estos resultados evidencian que el rendimiento obtenido por los centros de la muestra en la
competencia de lengua catalana, se encuentra influenciado de manera negativa por prácticas
inclusivas relacionadas con la relación del centro con la comunidad educativa, esto se podría
explicar por ejemplo por los factores sociolingüísticos o actitudinales del alumnado de origen
inmigrante (Lapresta, 2009), la satisfacción y percepción de valoración e integración escolar y
social (Lapresta, 2010), el nivel de integración y adaptación escolar (Serra, 2006), o la
continuidad lingüística (Serra, 2010), que inciden en el aprendizaje de la lengua catalana, pero
que no hemos abordado en nuestro estudio.
210 | P á g i n a
Capítulo 6: Análisis de la relación entre el grado de inclusión de las escuelas públicas de Cataluña y el
rendimiento académico del alumnado.
Según el análisis por niveles de complejidad de centro los resultados demuestran que no existe
ningún tipo de relación significativa entre esta dimensión y el promedio total de centro ni tampoco
con el promedio por competencias.
Por otra parte, el análisis con la prueba de Chi-cuadrado, arrojó de manera coincidente que no
existe una asociación significativa entre la dimensión participación con la comunidad y los
resultados académicos organizados por niveles de logro para los centros de los distintos niveles
de complejidad de la muestra, como se presenta a continuación: centros de nivel de complejidad
baja (X2= 2,132 gl 6 sig= 0,907), centros de nivel de complejidad media (X2= 5,614 gl 6 sig=
0,468) y centros de nivel de complejidad alta (X2= 4,972 gl 6 sig =0,547).
No obstante, cabe señalar que, la distribución desigual de los centros según los niveles de
complejidad y los niveles de logro que alcanzan en las distintas competencias, evidencia que
aquellos centros con menores índices de vulnerabilidad son los que obtienen niveles de logro
alto, en cambio los centros de mayor complejidad se concentran en su mayoría en los niveles de
logro bajo. Esto se puede constatar en la Tabla 56, donde podemos apreciar la mayores
diferencias entre los centros con un nivel alto de complejidad y un grado medio de consolidación
de aspectos referidos a la participación con la comunidad, que concentran el 47,3% de centros
con un nivel de logro bajo, mientras que los centros de baja complejidad y grado medio de
inclusión en la misma dimensión, concentran el mismo 47% de centros pero en el nivel de logro
alto. Dejando de manifiesto las desigualdades en los niveles de logro que alcanzan los centros,
dependiendo de su nivel de complejidad, en todas las competencias evaluadas (ver Anexo 12.6
del CD).
211 | P á g i n a
Capítulo 6: Análisis de la relación entre el grado de inclusión de las escuelas públicas de Cataluña y el
rendimiento académico del alumnado.
Tabla 56
Tabla de contingencia: Dimensión participación comunidad y niveles competenciales, según
complejidad de centros
Podemos señalar como resultados relevantes la relación significativa e inversa que se obtuvo
entre la dimensión participación con la comunidad y el rendimiento promedio en la competencia
de catalán, al analizar la muestra total.
212 | P á g i n a
Capítulo 6: Análisis de la relación entre el grado de inclusión de las escuelas públicas de Cataluña y el
rendimiento académico del alumnado.
Por otra parte, el análisis por niveles de logro, evidenció la independencia de ambas variables,
es decir que los centros que fomentan una mayor participación con la comunidad no influyen en
los niveles de logro que alcanzan los centros. Sin embargo, sí se ha observado la influencia que
tiene el nivel de complejidad del centro, en los niveles de logro que alcanza, quedando en
desventaja respecto al logro que obtienen, aquellos centros con mayor índice de vulnerabilidad,
contra los centros con menor complejidad, que obtienen niveles de logro más altos.
213 | P á g i n a
Capítulo 6: Análisis de la relación entre el grado de inclusión de las escuelas públicas de Cataluña y el
rendimiento académico del alumnado.
Los coeficientes de correlación de Spearman obtenidos permiten concluir que hay una relación
no significativa entre la dimensión formación permanente y el rendimiento académico tanto a
nivel de promedio de centro (rs=0,019 sig= 0,631) como en la relación con el promedio de las
competencias de catalán (rs= 0,006 sig= 0,883), castellano (rs= 0,030 sig= 0,462) y matemática
(rs=0,022 sig= 0,594). Estos resultados demuestran que la formación y reflexión de la
comunidad educativa no influencian el promedio de centro de la totalidad de las escuelas de la
muestra.
En el análisis de resultados por niveles de complejidad de centro, no se dieron relaciones
significativas entre la dimensión formación permanente y el rendimiento académico. Sin
embargo, en los centros de alto nivel de complejidad el coeficiente de correlación entre la
dimensión formación permanente y el rendimiento promedio de centro, aun cuando no es
significativo, es negativo, (rs=-0,031 sig=0,710 ) y, lo mismo sucede entre esta dimensión y las
competencias de catalán (rs= -0,064 sig=0,436), castellano (rs= -0,022 sig=0,791) y matemáticas
(rs= -0,016 sig=0,842), cuyos coeficientes de correlación son negativos, pero no son
significativos.
En síntesis, podemos indicar que aspectos como las acciones de acogida para los maestros de
incorporación reciente, la formación interna de la comunidad escolar en temas de inclusión y los
espacios de reflexión sobre la práctica de los maestros, que son los que componen la dimensión
de formación permanente, no tienen influencia en el rendimiento académico promedio de centro,
tanto si se analiza a la totalidad de la muestra, como si se analiza por niveles de complejidad.
D. Formación permanente
214 | P á g i n a
Capítulo 6: Análisis de la relación entre el grado de inclusión de las escuelas públicas de Cataluña y el
rendimiento académico del alumnado.
También se confirma una única asociación significativa entre la dimensión formación permanente
y el nivel de logro en la competencia de catalán para los centros de alta complejidad, (X 2= 13,193
gl 6 sig=0,040), los centros con un GI alto tienen en un 60% un nivel de logro bajo. No se
observan asociaciones significativas en el resto de competencias.
215 | P á g i n a
Capítulo 6: Análisis de la relación entre el grado de inclusión de las escuelas públicas de Cataluña y el
rendimiento académico del alumnado.
Tabla 57
Tabla de contingencia: Dimensión formación permanente y niveles competenciales, según
complejidad de centros
Así pues señalamos que, el rendimiento promedio global y por competencias de los centros de
la muestra no se ve influenciado por las prácticas inclusivas relacionadas con la formación
permanente de la comunidad educativa y la reflexión docente. Sin embargo, sí se evidencia una
216 | P á g i n a
Capítulo 6: Análisis de la relación entre el grado de inclusión de las escuelas públicas de Cataluña y el
rendimiento académico del alumnado.
relación de dependencia entre aquellos centros de alta complejidad que presentan más
consolidados los aspectos relacionados a la formación permanente y el nivel de logro global, así
como también en el nivel de logro de la competencia de catalán.
Finalmente indicamos que en esta dimensión, al igual que en todas las anteriores, se observa
una diferenciación en el nivel de logro que alcanzan los centros según su nivel de complejidad,
ya que los centros con niveles de complejidad más bajos, obtienen niveles de logro más alto y
viceversa.
A modo de síntesis.
A continuación se presentan dos tablas resumen de los resultados obtenidos en este capítulo. En
la Tabla 58 presentamos el resumen de los resultados obtenidos a través de la prueba de
correlación de Spearman, analizando las puntuaciones absolutas del rendimiento, es decir, el
promedio obtenido en cada una de las competencias y las diferentes dimensiones del GI.
Mientras que en la Tabla 59 se resumen las significancias obtenidas con la prueba de Chi-
cuadrado, con la que analizamos las puntuaciones agrupadas por intervalos de niveles de logro
competencial.
Tabla 58
Coeficientes de correlación significativos entre las variables GI y el promedio por competencias,
según los niveles de complejidad, obtenidos con la prueba de Spearman
Alta Media Baja Alta Media Baja Alta Media Baja Alta Media Baja
GI total de centro
Organización de centro + + + + + +
Clima Inclusivo
Apoyo pedagógico +
Participación con
Comunidad
Formación Permanente
217 | P á g i n a
Capítulo 6: Análisis de la relación entre el grado de inclusión de las escuelas públicas de Cataluña y el
rendimiento académico del alumnado.
Tabla 59
Correlaciones significativas entre GI y el nivel de logro competencial según la complejidad de los
centros, obtenidas con la prueba de Chi-cuadrado
Alta Media Baja Alta Media Baja Alta Media Baja Alta Media Baja
GI total de centro + +
Organización de centro + +
Clima Inclusivo
Apoyo pedagógico +
Participación con la
Comunidad
Formación Permanente + +
Los resultados demuestran que no hay correlación significativa entre el grado de inclusión global
de los centros y el rendimiento promedio que éstos obtienen, tanto para la totalidad de la
muestra, como también al considerar los niveles de complejidad (Tabla 58). Sin embargo, al
tratar los resultados por intervalos según los niveles de logro alcanzados por los centros, sí se
confirma dependencia entre el grado de inclusión global de centro y el nivel de logro en la
competencia de matemáticas en centros de complejidad media y baja (Tabla 59), lo que significa
que las escuelas de menor vulnerabilidad con una mayor consolidación de prácticas inclusivas
en general, logran influir en el nivel de logro alcanzado en la competencia de matemáticas.
218 | P á g i n a
Capítulo 6: Análisis de la relación entre el grado de inclusión de las escuelas públicas de Cataluña y el
rendimiento académico del alumnado.
Respecto a la relación entre el GI por dimensiones y el rendimiento
La dimensión que demostró tener mayor correlación con el rendimiento académico, fue la
dimensión organización de centro, constatándose relaciones significativas en aquellas
escuelas con características organizacionales y de funcionamiento más inclusivas y el
rendimiento académico promedio, cuando se analiza la totalidad de centros de la muestra.
Así como también, al considerar los niveles de complejidad de los centros, se evidenciaron
relaciones significativas entre el GI de esta dimensión en los centros de complejidad media y el
rendimiento en las competencias de catalán, matemáticas y en el promedio total. También se
observaron correlaciones entre el GI de esta dimensión en los centros de baja complejidad y el
rendimiento las competencias de catalán, castellano y en el promedio total. Contrariamente, al
analizar el rendimiento por intervalos de logro, sólo se constata dependencia entre las variables
GI de la dimensión organización de centro y el nivel de logro de lengua catalana en centros de
nivel medio y bajo de complejidad. Para el resto de centros de la muestra, no se evidencia
ninguna otra relación entre las variables.
En el resto de las dimensiones, ambos análisis del rendimiento académico (por promedios y
niveles de logro), arrojaron correlaciones escasas y dispersas según los distintos niveles de
complejidad de los centros. Y, en el caso de la dimensión clima inclusivo de centro, no se
evidenció relación entre las variables, en ninguno de los análisis realizados.
En la dimensión organización del aula, sólo se corroboró una asociación de dependencia entre
el GI de esta dimensión y el rendimiento promedio obtenido en la competencia de matemáticas,
de aquellos centros de alta complejidad.
219 | P á g i n a
Capítulo 6: Análisis de la relación entre el grado de inclusión de las escuelas públicas de Cataluña y el
rendimiento académico del alumnado.
En lo referido a los resultados de la dimensión formación permanente, éstos demostraron una
relación de dependencia entre el GI de esta dimensión alcanzado por los centros de alta
complejidad y el nivel de logro global y en la competencia de catalán que estos obtienen.
Finalmente hemos evidenciado a nivel general, una diferenciación en el nivel de logro que
alcanzan los centros según su nivel de complejidad, ya que las escuelas con niveles de
complejidad más altos, obtienen niveles de logro más bajo y viceversa, lo que demuestra la
incidencia que los factores relacionados a la vulnerabilidad de los centros de la muestra tiene
sobre los niveles de logro que éstos alcanzan.
220 | P á g i n a
Capítulo 7: Conclusiones y discusiones.
CAPÍTULO 7:
CONCLUSIONES Y DISCUSIONES
Este capítulo presenta las principales conclusiones que podemos extraer a partir de los
resultados más relevantes obtenidos en esta investigación, los cuales serán sometidos a
discusión e interpretación de acuerdo al marco teórico que sustenta este estudio, con el
propósito de dar respuesta a los dos objetivos generales que nos planteamos: [1] Identificar el
grado de inclusión de los centros públicos de primaria de las zonas urbanas de Cataluña y [2]
Determinar la influencia del Grado de Inclusión de los centros educativos de Cataluña en el
rendimiento académico del alumnado.
Posteriormente reflexionamos respecto a las limitaciones que han afectado esta investigación y
finalmente aportamos algunas sugerencias para las futuras investigaciones que se desarrollen
en la línea de la escuela inclusiva.
Los hallazgos de este estudio permiten visualizar el nivel de prácticas inclusivas de los centros
públicos en el territorio catalán y aportan un conocimiento real sobre el impacto de la educación
inclusiva en el rendimiento académico de todo el alumnado. No obstante, sus resultados no nos
han permitido confirmar la hipótesis inicial: “A mayor GI demostrado por un centro educativo,
mayor será el rendimiento académico de todo su alumnado”. Hipótesis de investigación
planteada en base a las garantías de acceso, participación y logro en aprendizajes de calidad
para todos, que se le atribuye a la función de la educación inclusiva (Ainscow, 2003a, 2006;
UNESCO, 2005). Desde esta perspectiva somos conscientes que los resultados obtenidos están
mediatizados por la naturaleza de la variable “rendimiento académico” facilitada por el
Departament d’Ensenyament. Aun así, los resultados obtenidos son generalizables al resto de
escuelas públicas de primaria de Cataluña, dada la representatividad de la muestra.
221 | P á g i n a
Capítulo 7: Conclusiones y discusiones.
En general, los resultados de esta investigación concuerdan con los obtenidos por los estudios
previos que han evidenciado efectos neutros de la inclusión sobre el rendimiento académico de
todo el alumnado, (Demeris et al., 2008; Dessemontet y Blessa, 2013; Farrell et al., 2007; Ruijs,
y Peetsma, 2009; Ruijs, Van der Veen, y Peetsma, 2010) ya que mayoritariamente se
constató que no hay relación entre el grado de inclusión y el rendimiento académico de los
alumnos cuando se analiza la variable grado de inclusión (a nivel global y por dimensiones) y el
rendimiento académico. Únicamente, pudimos constatar mayor correlación entre la dimensión
organización de centro y el rendimiento académico, mientras que en el resto de dimensiones
sólo se comprobaron algunas correlaciones significativas aisladas, que no permiten generalizar
una constante de relación entre ambas variables, ya que éstas se dan de manera diferenciada al
organizar el rendimiento en promedios o por niveles de logro, así como también al distinguir
entre los niveles de complejidad de centro.
De todas formas, aun cuando los resultados que correlacionan la inclusión con el rendimiento
continúan siendo en su mayoría neutrales, éstos no afectan de manera negativa al rendimiento,
con lo que aportamos a la desmitificación a la que aluden otros investigadores respecto a la
creencia de que la inclusión de alumnos con n.e.e. en las aulas ordinarias, repercute
negativamente en los resultados del resto de compañeros de la clase (Cole et al., 2004;
Kalambouka, 2007).
Sin embargo, a diferencia de los estudios previos que hemos revisado, nuestra investigación
supone un valor añadido al intentar definir la variable educación inclusiva desde la complejidad
del término, abordándola desde un conjunto de dimensiones interrelacionadas. Mientras que casi
la totalidad de investigaciones revisadas, han definido la variable inclusión reduciéndola al
emplazamiento del alumnado con n.e.e. a entornos regulares de enseñanza, ya sea en relación
al número de alumnos con n.e.e. que asisten a la escuela o aula ordinaria, o al tiempo de
permanencia en el aula común (Cole et al., 2004; Cosier et al., 2013; Farrell 2007; Ruijs et al.,
2010), únicamente el estudio de Huber et al. (2001), ha considerado las prácticas inclusivas
como el currículum inclusivo y los apoyos para definir las clases inclusivas.
Adicionalmente, los hallazgos en relación a la identificación del grado de inclusión de los centros
de Cataluña, podemos señalar que todas las escuelas participantes se encuentran en un
proceso de transformación hacia la educación inclusiva ya que ninguna de ellas alcanzó un GI
bajo en la puntuación total, lo que significa que en ningún centro predominan los procesos
excluyentes por sobre los inclusivos.
222 | P á g i n a
Capítulo 7: Conclusiones y discusiones.
Esta primera evidencia demuestra que la aplicación de las disposiciones de la Ley de Educación
de Cataluña, LEC (2009), junto al despliegue de diversas iniciativas llevadas a cabo por el
Departament d’Ensenyament tendientes a impulsar la escuela inclusiva, se están aplicando en la
totalidad de las escuelas públicas participantes de este estudio. Sin embargo son minoría los
centros que funcionan bajo un modelo más consolidado de educación inclusiva. El mayor
porcentaje de escuelas alcanzó sólo un GI de nivel medio, dejando entrever que aún hay
prácticas excluyentes tendientes a la segregación que afectan a la inclusión del alumnado en los
centros estudiados.
No nos sentimos autorizados a ofrecer una explicación causal de estos hechos, en cambio, sí
que estamos en condiciones de dar a conocer algunas de las debilidades detectadas a nivel
sistémico, que sin duda afectan a la atención de la diversidad en la escuela ordinaria. Por
ejemplo, una de las contradicciones constatadas a nivel de políticas educativas es que
normativamente la escolarización del alumnado con n.e.e. en los centros ordinarios de Cataluña,
se encuentra condicionada por la disponibilidad de los recursos de las escuelas que aseguren
una atención adecuada a sus necesidades (Art 81. 4 de la LEC). De hecho, la determinación del
emplazamiento del alumnado queda en manos del EAP, relegando el derecho de las familias a
decidir y escoger donde quieren educar a sus hijos.
Por otra parte, no podemos dejar de mencionar los efectos que la crisis económica ha tenido en
el país en los últimos años, reflejado en los recortes presupuestarios realizados a las escuelas
a partir de los años 2011-2012 (Bonal et al., 2013, Reial decret llei 14/2012), obligándolas a
prescindir de recursos profesionales (sobre todo al personal de apoyo al alumnado con n.e.e.) e
incluso llegando al cierre de aulas y escuelas, con las consecuentes repercusiones para la
equidad y la calidad educativa.
223 | P á g i n a
Capítulo 7: Conclusiones y discusiones.
A modo general, los resultados demuestran que las dimensiones más consolidadas en cuanto al
predominio de prácticas inclusivas que evidencian la mayoría de los centros participantes
fueron la organización de centro, el clima inclusivo de centro y la organización del aula. En un
nivel menor de consolidación se encuentra la dimensión de apoyo pedagógico, en la que se
constatan prácticas menos inclusivas o segregadoras en la mayoría de centros. Y como las
dimensiones menos consolidadas están la participación con la comunidad y la formación
permanente donde una importante cantidad de centros muestra el desarrollo de prácticas
excluyentes y donde solo una minoría señala desarrollar actuaciones inclusivas. Además, en
estas dimensiones, al contrario de todas las demás, hay centros (aunque son minoría) que
demuestran un predominio de prácticas excluyentes.
Si bien es cierto que hemos constatado una gran cantidad de prácticas inclusivas consolidadas
en la mayoría de los centros participantes, que evidencian la inminente transformación de estas
escuelas hacia la educación inclusiva, focalizaremos nuestra reflexión en aquellos aspectos que
se encuentran menos afianzados y que conforman importantes barreras para el desarrollo de
los elementos clave para la inclusión educativa referidos a la presencia, participación y el logro
de todos los estudiantes (Ainscow, 2003a, 2006; UNESCO, 2005). Nos interesa profundizar
respecto a cómo estos aspectos comportan impedimentos para la implementación de la
educación inclusiva en los centros participantes, puesto que su detección a tiempo constituye un
importante comienzo para el planeamiento de estrategias de fortalecimiento del proceso de
inclusión en las escuelas.
224 | P á g i n a
Capítulo 7: Conclusiones y discusiones.
Mientras que los aspectos menos consolidados fueron los relacionados a la evaluación interna
de la inclusión de centro, ya que si bien es realizado en la mayoría de las escuelas, no se realiza
como un proceso formal y se excluye a las familias, alumnos y otros miembros de la comunidad
de participar. También hay una cantidad importante de centros que no la realiza. Este hecho
limita uno de los procesos fundamentales para avanzar en la transformación hacia una escuela
inclusiva, la autoevaluación de los centros con el fin de identificar tempranamente las barreras
para la inclusión y poder combatirlas con mayores probabilidades de éxito (Booth, y Ainscow,
2002; Echeita, y Ainscow, 2010), para ello se considera primordial la implicación de todos los
miembros de la comunidad educativa, cuya función es vital para la detección de estas barreras,
para implementar las propuestas de mejora y posteriormente para evaluar su eficacia.
Por otro lado, las principales dificultades para desarrollar el proceso de inclusión referidas por los
centros fueron los recursos humanos en general y los recursos especializados. Estos recursos
dependen directamente del financiamiento educativo del sector público por parte del Estado,
(UNESCO-OREALC, 2007) que tiene la responsabilidad de satisfacer la demanda de las
necesidades educativas y de hacer accesibles los servicios educativos para garantizar el
ejercicio del pleno derecho a la educación, lo que se ha visto soslayado últimamente por los
efectos de la crisis económica en España (Bonal et al., 2013) y las repercusiones que ha traído
para la atención de la diversidad en las escuelas, además de la restricción de los accesos del
alumnado con discapacidad a la escuela ordinaria, que en el caso de Cataluña, queda
condicionada a la disponibilidad de recursos del centro (Art 81. 4 de la LEC), afectando con ello
negativamente la equidad y calidad educativa.
225 | P á g i n a
Capítulo 7: Conclusiones y discusiones.
En cuanto a las acciones de acogida del alumnado recién llegado, éstas se encuentran en vías
de consolidación, siendo las más comunes el acompañamiento al alumno y su familia, la
enseñanza del catalán, la atención a las necesidades afectivas y los ajustes en la evaluación,
mientras que las menos empleadas son las actividades favorecedoras del mantenimiento de la
lengua de origen y de valoración de la diversidad cultural. Ello se contrapone a los
planteamientos que, desde la escuela inclusiva promueven el aprovechamiento de la variedad
de lenguas habladas por los alumnos como un valioso recurso lingüístico para el trabajo del
lenguaje, y la inclusión de la variedad de culturas y lenguas como una contribución valiosa para
la enseñanza escolar (Booth y Ainscow, 2002), concretándose por ejemplo a través de
exposiciones, del uso de material en distintas lenguas, intérpretes que brinden apoyo al
alumnado que lo requiera, creando estrategias que faciliten la accesibilidad de la información
independientemente de la lengua, por nombrar algunos ejemplos.
226 | P á g i n a
Capítulo 7: Conclusiones y discusiones.
las normativas que se formulan en estas instancias (Stainback y Staniback, 2004). Aun así,
cerca de la mitad de las escuelas reconoce como efectivo el plan de convivencia en la resolución
de conflictos de su centro.
En cuanto a los resultados obtenidos del estudio de correlación entre el GI de la dimensión clima
inclusivo de centro y el rendimiento académico, no se constataron relaciones de dependencia
entre ambas variables, tanto en el análisis del rendimiento académico promedio como cuando
examinamos los niveles de logro por competencias, en la muestra total y organizada por niveles
de complejidad. Esto significa que los aspectos relacionados con políticas organizacionales de
acogida, medidas de reducción de bullying y de resolución de conflictos y el carácter inclusivo del
centro, que componen esta dimensión, no influencian en el rendimiento de los centros.
En relación a la dimensión organización del aula, el aspecto más consolidado señalado por
un poco más de la mitad de los centros fue el uso de criterios basados en la heterogeneidad para
agrupar al alumnado en el aula (por aprendizaje y conducta), con lo que se potencian las
interacciones entre estudiantes y maestros, maximizando los potenciales individuales de
aprendizaje y de éxito escolar a través del trabajo con los demás (Cifuentes et al., 2012; Fisher
et al., 2002, Stainback y Stainback, 2004; Valls, 2012). El trabajo del alumnado dentro del aula
se organiza principalmente por grupos pequeños y en una menor cantidad de centros, el trabajo
es organizado por parejas o individualmente, sobre todo en los niveles más altos (cuarto y
sexto). Como contraposición a estas evidencias hemos constatado que la forma de organizar en
el aula al alumnado que presenta problemas de comportamiento (en más de la mitad de los
centros) y dificultades de aprendizaje (en la mitad de escuelas participantes), se realiza
segregándolo en un espacio aparte dentro de la sala de clases o sin asignarle una ubicación
estratégica para atender a su necesidad, restringiendo con ello el valioso recurso de apoyo
pedagógico que constituyen sus compañeros de clase (Giné et al., 2009; Villa y Thousand, 2004)
y reforzando el etiquetaje de este alumnado (Booth y Ainscow, 2002), con las consecuentes
implicaciones que esto conlleva para la participación y el logro en los aprendizajes de todos los
estudiantes.
227 | P á g i n a
Capítulo 7: Conclusiones y discusiones.
y voluntarios al trabajo del aula, con lo que podemos señalar en palabras de Giné et al. (2009)
que existe un desaprovechamiento de los recursos humanos que están presentes en la
comunidad, para responder a las demandas de la diversidad. En este ámbito, una metodología
que cada vez cobra más fuerza por los beneficios que comporta, es la “docencia compartida en
el aula” (Duran y Miquel, 2006), sin embargo los costos de su aplicación, pueden ser una
limitante para su real puesta en práctica.
228 | P á g i n a
Capítulo 7: Conclusiones y discusiones.
En este sentido, los hallazgos de esta investigación nos advierten sobre la presencia de algunos
vestigios del enfoque deficitario de apoyo pedagógico que aún se mantienen en una gran
cantidad de centros que limitan la atención de la diversidad y los procesos vinculados a ésta,
como una función exclusiva del personal de la escuela y de expertos (profesorado, asistentes y
profesionales de la educación, miembros del EAP y equipo directivo), con una minoritaria
incorporación del resto de agentes de la comunidad (familiares, voluntariado, estudiantes en
práctica y el propio alumnado) y por ende con un acotado aprovechamiento de los recursos
humanos y materiales disponibles en el entorno natural del alumno, incluyendo los espacios
ordinarios presentes en la comunidad, tal como se entiende el apoyo desde la escuela inclusiva
(Giné et al., 2009; Parrilla, 2002; Stainback y Stainback, 2004).
Un ejemplo de que aún persiste una perspectiva “especializada” del apoyo lo podemos observar
en dos preguntas del cuestionario relativas a la utilización del apoyo entre pares, formulada de
distinta manera, de las que obtuvimos respuestas diferentes al hacer mención explícita a la
condición de discapacidad del alumnado que recibiría el apoyo, como se muestra a continuación:
Esta sutil diferencia, confirma nuestra visión de que muchos centros distan de la comprensión del
apoyo pedagógico desde la perspectiva comunitaria que se promueve desde la escuela
inclusiva. Adicionalmente, otro resultado que demuestra la permanencia del modelo tradicional
de apoyo es, que cerca de la mitad de los centros señala como una práctica recurrente, sacar al
alumnado con dificultades fuera del aula ordinaria, para brindar atención a sus necesidades
específicas en otro lugar o en un aula especial, aparte del resto de sus compañeros. Ello
constituye un impedimento para la evolución hacia un modelo de apoyo pedagógico más
78
Traducción propia del original: 23.- A més dels mestres d'educació especial, quins altres proporcionen habitualment suport
pedagògic a l'alumnat amb dificultats d'aprenentatge i/o discapacitat en el centre?
79 Traducción propia del original: 26.- S'utilitza el suport o acompanyament entre iguals, alumnes de la mateixa classe o de
229 | P á g i n a
Capítulo 7: Conclusiones y discusiones.
natural e inclusivo, que en el marco de la escuela inclusiva pasa, de ser visto como una actividad
ajena al entorno ordinario de aula, a ser asumido como una función consustancial al quehacer
diario del centro y del aula, en el contexto del currículum ordinario, incorporando además la
participación de toda la comunidad (Fisher et al., 2002; Parrilla, 2002; Stainback y Stainback,
2004).
El modelo de apoyo desde la óptica comunitaria, si bien se aparta de los enfoques tradicionales
de organización escolar en que el apoyo era brindado por un especialista o asesor experto, no
prescinde de la competencia de estos profesionales, sino que reorienta sus funciones para que
se desarrollen dentro del currículum ordinario, como parte de las actividades de aula y escuela y
por supuesto, como un importante eslabón dentro de la red de soporte comunitaria del centro
(Giné et al., 2009; Porter, 2003; Siles et al., 2015) generando dinámicas de participación y
coordinando el trabajo conjunto entre los diferentes agentes de apoyo. En este sentido, una
primera limitante constatada en la mayoría de los centros participantes, la constituye el tiempo
que dedica el profesorado de educación especial a la intervención dentro del aula ordinaria, que
es inferior a la cuarta parte del tiempo total. En este reducido tiempo, las funciones que realiza
son principalmente la atención en pequeños grupos o individualmente dirigidas a todo el
alumnado y el apoyo en actividades de evaluación, con una menor frecuencia en el compartir la
dirección de la clase, trabajar con la mitad del grupo desdoblado y colaborar en el control de la
disciplina.
Por otra parte, los hallazgos obtenidos desde el estudio correlacional bajo ambos enfoques de
análisis80 evidenciaron que el rendimiento promedio de los centros no se ve influenciado por el
desarrollo de actuaciones de apoyo pedagógico más inclusivas cuando se analiza a la totalidad
de centros de la muestra, mientras que en análisis por niveles de complejidad de los centros,
únicamente se constataron relaciones significativas entre los centros de baja complejidad y el
promedio en la competencia de matemáticas, así como también en el nivel de logro global que
estos centros obtienen. Con lo que podemos concluir que el rendimiento académico de la
generalidad de centros de la muestra no se encuentra influenciado por aspectos relativos al
apoyo pedagógico como son: los agentes que lo otorgan, el momento y el lugar dónde éste se
brinda y los aspectos formales relacionados, que conforman esta dimensión.
80El estudio de la relación entre el GI y el rendimiento académico se ha realizado desde dos enfoques: a partir del coeficiente de
Spearman (rs) analizamos la correlación entre el rendimiento promedio y el GI, y con la aplicación de la prueba de Chi-cuadrado,
se relacionó el GI con los niveles de logro competencial.
230 | P á g i n a
Capítulo 7: Conclusiones y discusiones.
La exclusión de las familias en la mayoría de procesos de las escuelas de la muestra, como son
las actividades de formación en temas de inclusión, reflexión y mejora del centro, evaluación de
la inclusión, apoyo a la enseñanza y al alumnado con dificultades de aprendizaje o discapacidad,
reuniones de seguimiento, establecimiento de los derechos y deberes de los estudiantes y de
las normas de buena convivencia y de la toma de decisiones relativas al apoyo pedagógico,
conforma uno de los hechos más evidentes: el relegar las funciones de la familia a un nivel
informativo y de colaboración en actividades extraescolares.
Asimismo hemos constatado como el alumnado también queda excluido por ejemplo de
instancias como la evaluación de la inclusión de centro, el apoyo pedagógico a sus compañeros
con dificultades o discapacidad, el establecimiento de las normas de buena convivencia y de los
derechos y deberes de los propios estudiantes, en la mayoría de los centros participantes.
Además, un tercio de las escuelas señala no considerar acciones que fomenten la
representatividad, autodirección y expresión del alumnado en los documentos organizativos
internos de centro.
231 | P á g i n a
Capítulo 7: Conclusiones y discusiones.
Por otra parte, la figura del voluntariado, si bien es considerada sólo en un tercio de los centros
participantes, también queda restringida a funciones de apoyo en actividades extraescolares y de
enseñanza, con una mínima o nula participación en actividades de formación, reflexión y mejora
del centro y evaluación de la inclusión.
232 | P á g i n a
Capítulo 7: Conclusiones y discusiones.
por parte de los docentes para asumir el desafío de la atención a la diversidad otorgando una
enseñanza equitativa y de calidad.
Para que la formación docente garantice mejoras en los aprendizajes de los estudiantes, se
requiere que ésta se desarrolle de una manera planeada, formal, sistemática, intencionada y con
una focalización específica en las habilidades de enseñanza (Faubert, 2012), que incluya
dinámicas eficaces como por ejemplo observación de métodos utilizados en situaciones reales
de clase, el feedback de video/audios de clases y en el mejor de los casos, contar con la
formación por parte de expertos. En este ámbito, también se promueve la necesidad de que los
maestros se autoevalúen y desarrollen investigación sobre su propia práctica educativa con el
fin de mejorarla (Ainscow, 1995, 2001; Echeita, 2006a).
Otro aspecto deficitario que hemos constatado es la reducida formación interna dirigida a la
comunidad en temas de inclusión, ya que la minoría de escuelas que genera estas instancias lo
hace exclusivamente para el profesorado, reduciendo con ello la implicancia del resto de la
comunidad, como responsables activos en las propuestas de cambio que se generen (Echeita
2006a). Instaurar el sistema educativo inclusivo en una escuela, implica su transformación
radical y para ello se requiere formación de todo el personal, de la familia y de la comunidad
educativa (Ainscow, 1995; UNESCO, 2003, 2009), con el fin de asegurar una mayor implicancia
y participación en el nuevo proyecto educativo de centro.
No obstante, una generalidad que lamentablemente si hemos podido comprobar en todos los
análisis realizados, es la diferenciación en la distribución del rendimiento académico según los
niveles de complejidad de los centros. Evidenciando que, a mayor complejidad de centro, el
rendimiento es más bajo y viceversa. Lo que significa que los factores que conforman esta
variable: aspectos socioeconómicos, diversidad del alumnado, movilidad y ausencias del
profesorado y del alumnado, se relacionan en mayor medida con el rendimiento académico como
233 | P á g i n a
Capítulo 7: Conclusiones y discusiones.
Sin embargo, debemos tener cautela ante esta generalización, puesto que no debemos perder
de vista las debilidades comentadas anteriormente relacionadas a la variable rendimiento
académico -en los términos en que fue definida en el estudio- producto del resultado de la
evaluación externa de sexto de primaria, de la que se excluye el alumnado con discapacidad y al
alumnado extranjero sin dominio suficiente de la lengua, (Departament d’Ensenyament, 2016b),
además de no reflejar el proceso del progreso en el rendimiento del alumnado y de focalizarse
exclusivamente en las competencias instrumentales dejando de lado otras dimensiones
esenciales en la formación (Santos Guerra, 1999).
Por otra parte, la exclusión del alumnado con n.e.e. de la prueba, ya sea del examen
propiamente tal o al no considerar sus puntuaciones en los análisis de resultados, es una de las
mayores contradicciones de los sistemas de evaluación por competencias, que los excluye de la
“cultura del logro y evaluación educativa” (Schuelka, 2013), y tiene importantes implicaciones
para el desarrollo de las políticas relativas a la atención de la diversidad y al fomento de la
equidad y la calidad de los sistemas educativos inclusivos.
Esperamos que nuestro estudio signifique una contribución para el sistema educativo catalán, al
facilitar evidencias respecto a cómo se está llevando a cabo el proceso de implementación de la
educación inclusiva, y también al aportar con datos de la prácticamente nula influencia que las
prácticas inclusivas están teniendo sobre el rendimiento académico del alumnado de las
escuelas que han participado. Sin embargo, consideramos que los resultados no son
extrapolables a otras realidades educativas, dadas las características particulares del Sistema
Educativo Catalán, que se rige por su propia Ley de Educación y fomenta el desarrollo del
bilingüismo en sus alumnos, además de las singularidades de la población que atiende, entre las
cuales se destaca la alta tasa de alumnado extranjero, que últimamente ha planteado nuevos
desafíos para el sistema educativo, referidos a las desigualdades en los resultados de
aprendizaje de este colectivo de estudiantes y a su segregación en las escuelas catalanas de
más bajo nivel socioeconómico, (Albaigés et al., 2013; Bonal, 2012), fenómeno que se ve
reforzado por el nivel socioeconómico promedio de la población extranjera que se encuentra por
234 | P á g i n a
Capítulo 7: Conclusiones y discusiones.
debajo de los niveles de la población de origen, con lo que se ven aumentados los riesgos de
exclusión educativa y social de este colectivo.
No nos cabe la menor duda de que la atención a la diversidad es una tarea compleja, y más aún
cuando se exige que ésta se realice bajo estándares de calidad y equidad. Por tanto, avanzar en
la consolidación de prácticas más inclusivas en las escuelas, será una tarea más fácil en
aquellos centros que hayan adoptado una cultura de colaboración, en la que la resolución de los
problemas relativos a la inclusión del alumnado se considere una responsabilidad compartida
entre todos, y por tanto, se otorgue una mayor importancia a la detección oportuna de las
barreras que impiden la inclusión para poder superarlas.
Como hemos visto a lo largo de este trabajo, la escuela pública catalana es definida como
inclusiva de acuerdo a la LEC (Art 93), en la cual también se determina la responsabilidad de
las administraciones de garantizar la calidad y equidad educativa y el logro de objetivos de
excelencia de los centros públicos, a la vez que se otorga autonomía a las escuelas, para el
cumplimiento de los principios estipulados en la Ley. El cómo lograrlo, parece ser el vacío hasta
ahora existente en las normativas y decretos por el que se rigen las escuelas públicas, que
demuestran, tal como lo analizamos en el capítulo 2, una falta de concreción y generan
contradicciones respecto a una serie de procedimientos relacionados con la puesta en práctica
de la atención a la diversidad.
235 | P á g i n a
Capítulo 7: Conclusiones y discusiones.
En este sentido, en la línea de la mejora escolar y consciente de las actuales limitantes del
sistema educativo catalán para hacer frente a las demandas de la atención a la diversidad desde
un enfoque de escuela inclusiva, el Departament d’Ensenyament, ha elaborado un nuevo decreto
denominado: Decret de l’atenció educativa a l’alumnat en el marc d’un sistema inclusiu (Saura,
2017), que se espera entre en vigencia a principios del curso 2016-2017, con importantes
modificaciones de aspectos aquí abordados, con las que se espera combatir una serie de
impedimentos que afectan el aseguramiento del derecho a una educación de calidad sin
exclusiones.
236 | P á g i n a
Capítulo 7: Conclusiones y discusiones.
Reconocemos una serie de limitaciones que han podido afectar los resultados de nuestro
estudio, a fin de tenerlas en cuenta en las conclusiones extraídas y en futuras investigaciones
que se realicen en el área de la educación inclusiva. La reflexión sobre las limitaciones
metodológicas se han agrupado en:
Datos secundarios:
El trabajar con datos secundarios supone contar con información restringida. En nuestro
caso el anonimato de los centros y de su ubicación geográfica implicó perder un dato
importante respecto al tipo de población que se atiende y los factores del contexto
asociados. Además de poder disponer de información más cualitativa del propio centro.
Datos primarios:
237 | P á g i n a
Capítulo 7: Conclusiones y discusiones.
Por otra parte, el cuestionario fue diseñado para ser contestado por un miembro del
equipo directivo, sin considerar la voz del resto de los miembros de la comunidad
educativa como los profesores, las familias, el alumnado, cuya valoración es un
indicador relevante del funcionamiento del centro. Además, el hecho de contar con las
respuestas de una sola persona, impide el contraste de la información entre los demás
miembros del centro y por tanto la objetividad de las respuestas se puede ver afectada.
238 | P á g i n a
Capítulo 7: Conclusiones y discusiones.
Por otra parte, la variable rendimiento académico es definida como el resultado que
obtienen los alumnos en la prueba externa de sexto de primaria, que aun cuando es el
indicador que se utiliza en el sistema educativo catalán, no está exenta de las
limitaciones asociadas a las evaluaciones externas (por ejemplo, dejan fuera aspectos
como el funcionamiento del centro o no refleja la trayectoria del rendimiento de los
estudiantes, así como también deja fuera a determinados estudiantes con n.e.e.) en este
sentido hubiese sido interesante haber podido trabajar con los resultados de las
evaluaciones internas de los centros.
Finalmente, a pesar de todas las limitaciones expuestas, sobre las que es importante reflexionar
en una investigación, creemos que este estudio también cuenta con una serie de aspectos
positivos que conllevan importantes implicaciones para la administración educativa, los centros
educativos, centros de educación superior y las futuras investigaciones que se desarrollen en la
temática de la educación inclusiva, como veremos en el apartado siguiente.
239 | P á g i n a
Capítulo 7: Conclusiones y discusiones.
La investigación que hemos llevado a cabo, constituye un primer acercamiento empírico a una
realidad poco explorada hasta ahora en el Sistema Educativo Catalán: la implementación de la
educación inclusiva en las escuelas públicas de primaria de Cataluña. La riqueza de los
resultados obtenidos desde el estudio descriptivo y la amplia participación de los centros, nos
han permitido conformar una panorámica de la situación de la educación inclusiva actual, que
refleja cómo las escuelas están poniendo en práctica los lineamientos teóricos y las normativas
que regulan la atención de la diversidad, además de evidenciar los aspectos que se encuentran
mayormente consolidados y aquellos que conforman importantes barreras para desarrollar
procesos inclusivos en las escuelas del contexto educativo catalán. A modo de orientación, en la
Tabla 60, se presenta el resumen con los indicadores considerados en el estudio y los niveles de
consolidación constatados en cada uno de ellos.
Tabla 60
Resumen nivel de consolidación de indicadores
240 | P á g i n a
Capítulo 7: Conclusiones y discusiones.
Desde un punto de vista práctico, la interpretación de los resultados obtenidos a través de este
estudio, podría tener importantes implicaciones para la administración educativa, los centros
escolares y las futuras investigaciones que se desarrollen en área de la educación inclusiva, las
que explicamos a continuación a través de algunas sugerencias que hemos formulado:
Desarrollar una política de escuela inclusiva en que se aúnen criterios respecto a una
clara definición del concepto de educación inclusiva, se expliciten las medidas de
atención a la diversidad sistematizando procesos de prevención, intervención y
seguimiento de casos de alumnado en riesgo y, que asegure los recursos humanos y
materiales comprometidos para llevar a cabo un proceso inclusivo satisfactorio.
242 | P á g i n a
Capítulo 7: Conclusiones y discusiones.
Promover la labor del apoyo educativo a las dificultades de aprendizaje del alumnado,
como una tarea compartida por todos los miembros del centro, reduciendo la
exclusividad de esta función sólo a personal especializado, como se suele hacer bajo el
enfoque deficitario. En el marco de la escuela inclusiva, se promueve el
aprovechamiento en mayor medida de los espacios y recursos naturales de los que se
dispone en el aula, centro y comunidad, para otorgar el apoyo educativo al alumnado
que lo requiera, potenciando el apoyo entre pares y el rol de las familias como
importantes agentes educativos tanto dentro como fuera del aula. En este ámbito, cobra
243 | P á g i n a
Capítulo 7: Conclusiones y discusiones.
244 | P á g i n a
Capítulo 7: Conclusiones y discusiones.
Generar y/o potenciar los espacios para la formación interna del centro, en temas de
educación inclusiva, que vayan dirigidos toda la comunidad educativa, realizando un
aprovechamiento de las distintas instancias que conforman la red comunitaria con el
centro.
245 | P á g i n a
Capítulo 7: Conclusiones y discusiones.
Línea 1: Profundizar en estudios cualitativos para comprender mejor los procesos de inclusión de
los centros educativos.
246 | P á g i n a
Capítulo 7: Conclusiones y discusiones.
En este punto, es importante tener algunas consideraciones en cuenta, que Loreman (2013)
advierte referidas al reconocimiento de la complejidad de la educación inclusiva y a la fuerte
influencia que el contexto tiene en su evolución, y a los riesgos que puede significar el desarrollo
de listas de cotejo de indicadores relativos a la inclusión, ya que podrían ofrecer una vista
superficial de la práctica inclusiva, que más que potenciarla, provoque una pérdida real del
significado del fenómeno que queremos conocer. Por lo que se recomienda cada vez más el uso
del método mixto, en que luego de contar con datos a gran escala, se complemente con datos
cualitativos de algunos centros seleccionados.
Sería de mucha utilidad que a partir de los resultados obtenidos de esta investigación
(complementados con los de estudios cualitativos), se pudiera diseñar, implementar y evaluar un
programa que refuerce las áreas deficitarias referidas a la implementación de la educación
inclusiva en una selección de centros más pequeña.
247 | P á g i n a
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