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INTRODUCCIÓN

Todos los seres humanos disfrutamos del don de la libertad, o


sentido psicológico en que se basa la facultad de tomar la decisión
de ejecutar los actos que resulten provechosos a nuestra vida,
pero asimismo de desistir de ellos, tras la sujeción a una voluntad
de obediencia a la razón y al buen juicio, como mecanismos
apropiados que conduzcan a dar solución a las controversias en
que las personas suelen encontrarse unas frente a otras, en forma
o medio de evitar que se interrumpa la paz y la armonía que son
indispensables para lograr el bienestar y el desarrollo a que
tenemos derecho de aspirar.

Y ésta a la vez es la esencia o finalidad natural de una búsqueda


de paz que se ejecuta, bien por personal iniciativa o intervención
de terceros que por su propia gestión a la vez traten de frenar o
hacer desaparecer dichas controversias.

Ahora entenderemos la importancia del Arbitraje, sus usos y


quienes lo ejecutan.

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I.- ARBITRAJE EN MATERIA COMERCIAL

I.I.- LA HISTORIA DEL ARBITRAJE


Casi la totalidad de los conceptos y términos que se encuentran en
las distintas ramas del procedimiento arbitral, tienen su origen en
el antiguo Derecho Romano, el cual hacía uso de su aplicación en
diferentes situaciones, las que en el fondo conservaban su esencia
jurídica en la expresada fuente.

La situación de aquellas personas que actuaban como árbitros, se


ajustaban a fines de la mayor brevedad y economía de tiempo, así
como a la limitación de los recursos económicos. De tal manera, en
términos generales la matriz de dichas modalidades es preciso
atribuirla a una situación producto de la voluntad (del latín
«voluntas»), derivada a la vez del término «voló» (yo quiero), o
deseo racional que lleva al hombre a realizar acciones que le
satisfagan, como fuerza libre o «arbitrio», que se encuentra más
tarde como base de la teoría de la autonomía de la voluntad;
calificación dada a este fenómeno por los filósofos del
individualismo racionalista del siglo XVIII, mientras dicho vocablo
en uso del legislador romano, aparece en distintos textos.

Según comentarios de Cicerón se recurría aI, arbitrium reí uxoriae,


una de las formas del arbitraje para asegurar el cumplimiento por
parte de la mujer a la entrega de la dote.
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Además se hacía uso de la denominada cláusula arbitraria,


aplicada de manera estricta, permitiendo al magistrado apoderado
de un caso cualquiera, a proceder según su propio criterio y con
arreglo a la equidad.

Existían además otras fórmulas que conducían a permitir a un juez


actuar arbitrariamente en situaciones diversas, y es esta
modalidad jurídica la que generalizaba la denominación de
árbitros, en los casos que en nuestro derecho conceden a las
partes en desacuerdo a escoger sus árbitros, sin que propiamente
se esté frente a juez alguno.

A este respecto Montesquieu nos dice: «Los romanos, siguiendo el


ejemplo de los griegos, introdujeron fórmulas de procedimiento e
instauraron la necesidad de actuar en cada caso según la fórmula
apropiada» (Del «Espíritu de las Leyes», pág. 56.

II. CONCEPTO DE ARBITRAJE

2.1.- ¿Qué es el Arbitraje?


Es un método alterno de solución de conflictos por el cual las
partes mediante una cláusula inserta en un contrato o por un pacto
especial, indican que desean que sus conflictos futuros o uno
existente sean discutidos por ante personas especializadas,
propuestas por las partes y bajo las reglas del Consejo de
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Conciliación y Arbitraje de la Cámara de Comercio y Producción de


Santo Domingo.
El arbitraje es considerado como una justicia que, por ser
considerada como privada, es mucho más discreta, y más
conveniente en el sentido de que, un árbitro escogido de común
acuerdo entre las partes puede evitar el deterioro y el
mantenimiento de las relaciones entre las partes en litis.

El arbitraje puede ser definido como la acción que implica el


esfuerzo que viene a ser desarrollado por personas envueltas en
una disputa o desavenencia, las cuales escogen a terceras
personas en calidad de árbitros, a quienes otorgan
contractualmente la facultad de producir un laudo o sentencia que
ponga cese de manera armoniosa a la expresada situación,
siguiendo para ello las reglas o normas legalmente establecidas
para ello.

III.- LAS VENTAJAS DE ELEGIR EL ARBITRAJE

3.1.- Porque el Arbitraje?

Porque brinda a las partes la confianza de que sus asuntos serán


manejados bajo estrictas reglas de confidencialidad, por terceros
conocedores de la materia en disputa, propuestos por los mismos
interesados y en base a costos predecible.
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Porque además los asuntos serán resueltos en forma rápida y bajo


métodos modernos.
3.2.- Cómo se Administra el Arbitraje

El arbitraje es administrado por la Secretaría del Consejo de


Conciliación y Arbitraje de la Cámara de Comercio correspondiente,
bajo la supervisión del Bufete Directivo del CCA.

Que es el CCA?
El Consejo de Conciliación y Arbitraje se encuentra adscrito a la
Cámara de Comercio y Producción de Santo Domingo, Inc., elegido
por la Junta Directiva de la Cámara y funciona en la sede de dicha
institución. Este Bufete Directivo está compuesto por personas de
reconocidas competencia profesional dentro de la comunidad
empresarial de Santo Domingo.

El Consejo nace por mandato de la Ley 50-87 del 4 de junio de


1987 sobre Cámaras de Comercio y Producción que las faculta a
crear este organismo.

La administración implica entre otras cosas, la supervisión del


proceso y de la conducta de los árbitros. Páá giná49
IV.- CUÁLES CONFLICTOS PUEDEN VENTILARSE MEDIANTE
EL ARBIRTRAJE, CONCILIACIÓN O MEDIACIÓN?

Todos los asuntos comerciales o no, derivados de un contrato en la


cual esto se haya pactado o acordado voluntariamente entre dos o
más partes, pueden ser sometidos a la conciliación o al arbitraje.

Es aconsejable que la decisión de someter asuntos de arbitraje o


conciliación sea pactada entre los contratantes, al momento de
suscribir un contrato o posterior este, surja el conflicto mediante
un documento de compromiso que las partes suscriben donde
deciden someter sus diferencias, por ante arbitraje, conciliación o
mediación.

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ESTADISTICAS CCA

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V.- MODELOS DE CLÁUSULA ARBITRAL

Todo litigio, controversia o reclamación resultante de contratos o


relativo al mismo, su incumplimiento, su interpretación, su
resolución o nulidad será sometido al Arbitraje. Estos diferendos
serán resueltos de conformidad con las disposiciones establecidas
en la Ley 50-87 de fecha 4 de junio de 1987 sobre Cámaras de
Comercio y Producción y en el Reglamento del Tribunal Arbitral de
la Cámara de Comercio y Producción de Santo Domingo.

VI.- QUIENES CALIFICAN PARA SOLICITAR EL ARBITRAJE

Los miembros de la Cámara, el Estado o cualquiera de sus


dependencias, sean éstos ayuntamientos, municipios, organismos,
empresas e instituciones autónomas y descentralizadas del Estado
y órganos de la Administración Pública en general.

VII. CUALIDADES QUE DEBEN POSEER LOS ÁRBITROS


El Consejo cuenta con una lista de árbitros integrada por
destacados y honorables profesionales del derecho, la economía, la
ingeniería y la administración de empresas. Estos profesionales
depositan sus currículos en la Secretaría del CCA, los cuales son
presentados ante el Bufete Directivo del CCA, quienes luego de
verificar si reúnen las condiciones acorde con el perfil de árbitros
establecido, proceden a intégralos al listado oficial. Los mismos
están disponibles en la Secretaría del Bufete Directivo para el
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examen de cualquier interesado.


Listado de Mediadores y Conciliadores
1. Alberto Ortega 2. Amado Sánchez de Camps
3. Ana Isabel Messina 4. Andrea Fernández de
Pujols
5. Ángel Moreta 6. Aura Celeste Fernández
7. Augusto Casanovas 8. Conrad Pittaluga Arzeno
9. Guillermo Moreno 10. Hilda Patricia Polanco
11. Héctor Manuel Rodríguez 12. Jorge A. Matos Feliz
(E.P.D.)
13. José Alfredo Rizek Vidal 14. José de Jesús
Bergés Martín
15. Juan Francisco Puello Herrera 16. Juan Manuel Ubiera
17. Karina Elmúdesi de Ferrúa 18. Leopoldo Artíles
19. Leonel Melo 20. Leyda Margarita
Piña
21. Lucy Arraya 22. Luis Bircann Rojas
23. Luis Piña Vialett 24. Luis R. Del Castillo
Morales
25. Luis A. Shecker Ortiz 26. Luis Yépez Suncar
27. Manuel Bergés Coradín 28. Manuel Bergés
Chupani
29. Manuel Valentín Ramos 30. Marcos Villamán
Pérez
31. María Esther Fernández de Pou 32. María del Carmen
Delgado
33. María Waleska Álvarez 34. Mariano Rodríguez
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35. Martín Bretón 36. Mauricio Ramos


37. Miguel A Ramos 38. Naim Arbaje Khoury
39. Pedro M. Durán Bello 40. Porfirio Hernández
Quezada
41. Rafael Alburquerque 42. Rosa Campillo
43. Servio Tulio Castaños

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VIII. RAZONES PARA ELEGIR EL ARBITRAJE
Confidencialidad
Rapidez
Economía
Imparcialidad
Tratamiento Personalizado
Métodos modernos
Especialización
Selección de árbitros

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ESTADISTICAS CCA
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IX. CONVENCIÓN DE ARBITRAJE
En materia comercial encontramos dos tipos de convenciones, el
compromiso y la cláusula compromisoria, aunque en materia civil
el arbitraje es solo de compromiso.

9.1.I.- El Compromiso (Art. 1370 Código Civil, artículo 1003


y siguientes del Código Procedimiento Civil).

Es un contrato por el cual las partes en litis convienen en


someterse a uno o varios árbitros para resolver sus diferencias.

Es éste su verdadero sentido desde el punto de vista jurídico. No


debe confundirse el arbitraje como una transacción, ni debe
entenderse aquí por compromiso la obligación de hacer o no hacer
que puedan asumir las partes recíprocamente.

9.1.2.- Condiciones de Validez

El compromiso debe reunir un cierto número de condiciones para


que pueda ser declarado efectivo, a saber:

- Debe responder a las condiciones de fondo exigidas para la


validez de los contratos, y más precisamente, su objeto no puede
recaer sobre una cuestión de orden público;
- Debe ser redactado por escrito, sea un acuerdo firmado por las
partes y el árbitro, sea mediante un contrato formal o contenido en
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un acto notarial; y
- En este escrito se señalará el objeto del litigio y los nombres de
los árbitros, a pena de nulidad; estipulándose la duración del
arbitraje, que no podrá exceder de tres meses conforme lo dispone
el artículo 1007 del Código de Procedimiento Civil.

9.1.3.- Efectos del Compromiso


El compromiso excluye, en principio, la jurisdicción estatal,
haciéndola de ese modo incompetente. Y así, ante una cláusula
compromisoria y a pedimento de parte, el juez deberá declarar su
incompetencia, salvo en el caso de que esta convención resulte
manifiestamente nula.
El compromiso se, extingue por el laudo arbitral, la muerte de una
de las partes, o por su mutuo acuerdo. Igualmente, el efecto de
este compromiso puede quedar aniquilado en el caso de
revocación, recusación o inhibición, de uno de los árbitros como
también en el caso de expiración del plazo acordado para él.

9.2 Cláusulas Compromisorias

Cuando el compromiso recae sobre un litigio ya nacido, la cláusula


compromisoria es: "la convención por la cual las partes en un
contrato se comprometen a someter al arbitraje los litigios que
pudieren surgir en la ejecución de ese contrato".
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9.2.1 La Validez de esta Cláusula


En Derecho Común esta cláusula es reputada nula, conforme un
criterio jurisprudencial adoptado por la Corte de Casación francesa
en 1843, por ser contraria a las disposiciones del artículo 1006 del
Código de Procedimiento Civil.

Sin embargo, en materia comercial no sucede lo mismo, pues el


artículo 631 del actual Código de Comercio, al estatuir sobre la
competencia de los Tribunales de Comercio y de los litigios de que
pueden ser apoderados dispone que: "...las partes podrán en el
momento en que aquellas contratan, convenir en someter a
árbitros las contestaciones arriba enumerada, o cuando éstas se
produzcan".

9.2.2. Condiciones y Efectos de la Cláusula Compromisoria.


Debe ser estipulada por escrito, a pena de nulidad, en la
convención o contrato principal, o en el documento en el cual se
acuerde.
Bajo las mismas penas se deberá designar el o los árbitros o prever
la modalidad de su designación.

Pero las partes pueden renunciar válidamente al arbitraje. Esa


renuncia resulta, sea por su comparecencia por ante el tribunal sin
promover la incompetencia, in limini litis, o sea mediante la
voluntad expresa de descartar la aplicación de esta cláusula.
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X. EL TRIBUNAL ARBITRAL
10.1 Los Árbitros. Selección.

Las partes son libres para escoger los árbitros si ellos les aseguran
y ofrecen las garantías de competencia y honorabilidad. Sin
embargo esta misión no puede ser ejercida por una persona que
no goce de plena capacidad civil, y esté en pleno ejercicio de esos
derechos. El Tribunal arbitral puede estar constituido por un sólo o
por varios árbitros, siempre en un número impar, tal suerte que
nunca se produzca un empate que haga nacer necesidad de
recurrir por ante un tercer arbitro.

Los árbitros pueden ser revocados o recusados por las mismas


causas que pueden serlo los jueces, pero un árbitro que aceptado y
dado inicio al proceso de arbitraje, no puede renunciar, ni podrá
ser recusado sino por causas sobrevenidas después de haberse
iniciado el proceso, a pena de comprometer responsabilidad civil y
de responder de los daños y perjuicios que este hecho pueda
irrogar a las partes.

El arbitraje no es gratuito, y los árbitros deberán recibir sus


honorarios, convenidos de antemano por las partes, al término de
su gestión.
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JURAMENTACION DE ARBITROS DE LA LISTA OFICIAL DEL


CONSEJO DE CONCILIACIÒN Y ARBITRAJE 2008

Desde el año 1987 El Consejo de Conciliación y Arbitraje a través


de su Secretaría ha sido apoderado de la administración de
aproximadamente 84 casos arbítrales, los cuales han sido
exitosamente resueltos bien sea concretizando un acuerdo
transaccional o por la emisión de un Laudo Arbitral.

El Consejo de Conciliación y Arbitraje ha valorado y reconocido las


cualidades inherentes en el área de arbitraje de los prestigiosos
profesionales juramentados en dicha actividad, los cuales fueron
los siguientes: Yipsy Roa Díaz, Samuel Pereyra, Ramón E. Reyes De
La Cruz, Hilario Ocho Estrella, Laura Pujols Subero, Enmanuel
Montas Santana, María Mercedes Gonzalo, Nelson Espinal Báez,
José Manuel Romero, Claudia A. Troncoso, Alicia Escoto Abreu,
Miguel Esteban Pérez, Mario E. Pujols Ortiz, José Luís Taveras,
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Wanda Perdomo, Glenis Guzmán, Carlos Ramón Salcedo Camacho,


Andrés Bobadilla, Juan Manuel Ubiera, Edwin Espinal H., Ruth
Henríquez M., Joelle M. Exarhakos C., Wanda Perdomo y Elka
Scheker.

10.2 Observancia de Ciertas Reglas.

De conformidad con las disposiciones del artículo 1009 Código de


Procedimiento Civil: "Las partes y los árbitros observarán el
procedimiento, los plazos y las formalidades establecidas, y que
deben seguirse por ante los tribunales, a menos que las partes
hayan convenido lo contrario”.

Asimismo deberán fallar o estatuir en los límites fijados en el


contrato, conforme a los principios de derecho, pero también
pueden decidir en equidad, es decir, pronunciarse como
"amigables componedores" cuando las partes les hayan acordado
ese poder.

Dentro de esta observancia de las reglas procesales está la


obligación de éstos de fallar y juzgar sobre los incidentes
planteados por las partes.

10.3.- La Sentencia o Laudo Arbitral.

La misma, cuando se trate de un arbitraje múltiple, deberá ser


adoptada por el voto mayoritario de los árbitros. El laudo ha de ser
redactado por escrito, motivado, observando para ello las
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formalidades que el artículo 141 del Código de Procedimiento Civil


señala para la redacción de las sentencias.
El laudo arbitral, como se le llama a las sentencias dictadas por los
árbitros, se hará ejecutorio, de conformidad con el artículo 1020
del Código de Procedimiento Civil, por auto que al efecto ha de
dictar el presidente del Tribunal de Primera Instancia del Distrito
Judicial en el cual se haya dado. A estos fines la misma ha de ser
depositada en el plazo de los tres días posteriores a su
pronunciamiento en la secretaría del tribunal.

Cuando las partes hayan acordado que el laudo arbitral puede ser
objeto de apelación, este depósito se hará en la secretaría del
tribunal llamado a estatuir sobre la misma, y será el Presidente de
el quien ha de expedir el exequátur de ejecución.

Los laudos arbitrales pueden ser objeto de apelación, de revisión


civil, pero no de oposición, ni podrán los terceros ejercer contra
ellos, por no serles oponibles, el recurso de tercería.

Para el ejercicio de estos recursos se observarán los plazos y


formas establecidas por el Código de Procedimiento Civil.

Eventualmente, y en los casos señalados por el artículo 1028 del


Código de Procedimiento Civil, las partes podrán recurrir en
oposición el auto de exequátur o de ejecución, por ante el tribunal
que lo dictó, pidiendo la nulidad del acto calificado sentencia
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arbitral, sin necesidad de recurrir en apelación ni en revisión civil.


Estos casos limitativamente señalados por la ley son: a) cuando la
sentencia haya sido dada sin compromiso, o fuera de los términos
del compromiso; b) cuando lo haya sido sobre compromiso nulo, o
cuyos términos habían expirado; c) cuando haya sido dada por
árbitros que no estaban autorizados a hacerlo en ausencia de
otros; d) si la sentencia ha sido dada por un tercero sin haber
deliberado antes con árbitros divididos en pareceres; y e) y último,
cuando se haya fallado sobre cosa no pedida.

XI. DIFERENTES TIPOS DE ARBITRAJES

11.1.- El Arbitraje Comercial Internacional


Como una forma de solución de conflictos entre empresas y
ciudadanos de países diferentes, y principalmente en lo relativo al
comercio internacional, lo usual es que en los diversos Contratos
que puedan haber intervenido entre las partes contratantes, se
prevea el arbitraje internacional para ello.

A estos efectos, es usual encontrar cláusulas que en este sentido


otorgan competencia a una jurisdicción arbitral, bien le un país
determinado o bien a la Asociación Internacional de Árbitros. Los
laudos por ellos emitidos están sometidos para su ejecución a las
normas establecidas tanto por la Convención le Nueva York Sobre
el Reconocimiento y Ejecución de la Sentencias Arbítrales
Extranjeras, adoptada por la República dominicana en virtud de la
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Resolución del Congreso Nacional No. 178-01 del 10 de octubre del


2001, promulgada el 8 de noviembre del 2001, como por las
disposiciones del Código de Derecho Internacional Privado o
Código Bustamante, como también por la Convención
Interamericana sobre Eficacia Extra Territorial de las Sentencias y
Laudos Arbitrales Extranjeros.

De suerte y manera que en lo que respecta a la ejecución de los


laudos y sentencias arbitrales internacionales, los mismos están
sometidos a estos los instrumentos internacionales debidamente
firmados y ratificados por la República Dominicana.

Al efecto, el artículo III de la Convención de Nueva York dispone


que: "Cada uno de los Estados Contratantes reconocerá la
autoridad de la sentencia arbitral y concederá su ejecución de
conformidad con las normas de procedimiento vigentes en el
territorio donde la sentencia sea invocada, con arreglo a las
condiciones que se establecen en los artículos siguientes. Para el
reconocimiento o la ejecución de las sentencias arbítrales a que se
aplica la presente Convención, no se impondrán condiciones
apreciablemente más rigurosas, ni honorarios o costas más
elevados, que los aplicables al reconocimiento o a la ejecución de
las sentencias arbítrales nacionales", de donde se desprende que,
y en el caso de que se trate de la ejecución en nuestro país de una
sentencia o laudo arbitral dictado en el exterior, será preciso que,
y a los fines de ejecución de la misma se proceda a dar
cumplimiento a las disposiciones del artículo 1020 del Código de
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Procedimiento civil, el cual señala que: "La sentencia arbitral se


hará ejecutiva, por auto del presidente del tribunal de primera
instancia del distrito en el cual se haya dado; para este efecto la
minuta de la sentencia será depositada por uno de los árbitros
dentro de los tres días de la fecha de su pronunciamiento, en la
secretaria del tribunal. Si el compromiso hubiere sido sobre la
apelación de una sentencia, la decisión arbitral se depositará en la
secretaría del tribunal que conozca de la apelación; y el acto
ejecutivo será dado por el presidente de él. Las diligencias para los
gastos de depósito y los derechos del registro no podrán ser
practicadas sino contra las partes".

En el caso de los laudos arbítrales internacionales, la copia del


laudo, y conforme lo prevé el artículo IV de la referida Invención,
será necesario que se deposite, conjuntamente con la demanda o
solicitud de homologación hecha al tribunal:
a) El original debidamente autenticado de la sentencia o la copia
de ese original que reúna las condiciones requeridas ira su
autenticidad;
b) El original del acuerdo a que se refiere el artículo 2, una copia
que reúna las condiciones requeridas para su autenticidad".
Pero no bastará con se deposite dicho original debidamente
certificado por las autoridades estatales del país de origen del
mismo, si no también que será preciso que lo sea por las
autoridades consulares nacionales acreditadas ante esa nación,
que, en caso de que el mismo hubiese sido redactado en un forma
diferente al español, se haga traducir al español "La aducción
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deberá ser certificada por un traductor oficial o traductor jurado, o


por un agente diplomático o consular", así lo dispone
expresamente el artículo IV. 2 de la referida invención.

Una condición adicional es requerida por el vigente artículo 1020


del Código de Procedimiento Civil, y es que la demanda solicitud
de homologación sea notificada a la contraparte a 18 fines de,
preservándole su derecho de defensa, para hacer introvertida esta
demanda entre las partes en litis.

Al respecto, la parte a la que se pretenda oponer el laudo podía


formular todos los reparos y oposiciones que entienda útil y
prudente a sus intereses para que no se autorice la ejecución del
mismo, señalando el artículo V de dicha Convención que "1. Solo
se podrá denegar el reconocimiento y la ejecución de la sentencia,
a instancia de la parte contra la cual es invocada, si esta parte
prueba ante la autoridad competente del país en que se pide el
reconocimiento y la ejecución:
a) Que las partes en el acuerdo a que se refiere el artículo II
estaban sujetas a alguna incapacidad en virtud de la ley que le es
aplicable o que dicho acuerdo no es válido en virtud de la ley a que
las partes lo han sometido, o si nada se hubiera indicado a este
respecto, en virtud de la ley del país en que se haya dictado la
sentencia; o
b) Que la parte contra la cual se invoca la sentencia arbitral no ha
sido debidamente notificada de la designación del árbitro o del
procedimiento de arbitraje o no ha podido, por cualquier otra
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razón, hacer valer sus medios de defensa; o


c) Que la sentencia se refiere a una diferencia no prevista en el
compromiso o no comprendida en las disposiciones de la cláusula
compromisoria, o contiene decisiones que exceden de los términos
del compromiso o de la cláusula compromisoria; no obstante, si las
disposiciones de la sentencia que se refieren a las cuestiones
sometidas al arbitraje pueden separarse de las que no han sido
sometidas al arbitraje, se podrá dar reconocimiento y ejecución a
las primeras; o
d) Que la constitución del tribunal arbitral o el procedimiento
arbitral no se han ajustado al acuerdo celebrado entre las partes o,
en defecto de tal acuerdo, que la constitución del tribunal arbitral o
el procedimiento arbitral no se han ajustado a la ley del país donde
se ha efectuado el arbitraje; o
e) Que la sentencia no es aún obligatoria para las partes o ha sido
anulada o suspendida por una autoridad competente al país en
que, o conforme a cuya ley, ha sido dictada esa sentencia.

2. También se podrá denegar el reconocimiento y la ejecución de


una sentencia arbitral si la autoridad competente del país en que
se pide el reconocimiento y la ejecución comprueba:
a) Que, según la ley de ese país, el objeto de la diferencia no
susceptible de solución por vía de arbitraje; o
b) Que el reconocimiento o la ejecución de la sentencia arrían
contrarios al orden público de ese país".
Como se desprende de la lectura del citado artículo, las causas que
puede esgrimir la parte a quien se le opone la decisión arbitral
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cuya ejecución se solicita, encuentran su razón de ser en


violaciones de fondo del mismo laudo arbitral.
De esta disposición se desprende que esa autoridad goza del poder
soberano de ordenar el sobreseimiento del procedimiento de
autorización de ejecución cuando por ante las autoridades
judiciales del país donde se ha agotado el procedimiento de
arbitraje éstas se encuentren apoderadas de una demanda de
nulidad o de suspensión de dicha sentencia, lo que configura una
litispendencia entre ambas instancias que no conlleva el
desapoderamiento de la segunda jurisdicción apoderada sino la
obligación de suspender el conocimiento de la acción hasta tanto
aquella apoderada en primer término decida definitivamente al
respecto, pero esta solución no se le impone al tribunal, el cual
conserva la facultad de ordenar la ejecución, no obstante ese
hecho, a pedimento de la parte beneficiaría del laudo, pero
sujetándola a que: "dé garantías apropiadas". En otras palabras,
puede ordenar la ejecución, previa presentación de una garantía
suficiente para responder de los daños y perjuicios y de las
condenaciones ejecutadas por dicha parte, en el caso de que la
acción principal en nulidad de dicho laudo prosperase en el país o
lugar donde el mismo se dictó, y fuese anulado o modificado
sustancialmente en beneficio de la parte impugnante.

Ha de entenderse que a la luz de la citada disposición se impone la


prudencia procesal del juez el cual estando advertido, y
establecido ese hecho, de que otro tribunal está apoderado de una
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demanda en suspensión de ejecución de dicho laudo, se ha de


abstener de otorgar la ejecución solicitada.
Por su parte la Convención Interamericana Sobre Eficacia
Extraterritorial de las Sentencias y Laudos Arbítrales Extranjeros,
suscrita, pero no ratificada por la República Dominicana, siguiendo
los lineamientos trazados por la Convención de Nueva York, señala
y en lo que respecta al ámbito de aplicación de la misma, y en su
artículo i, que: "La presente Convención se aplicará a las
sentencias judiciales y laudos arbítrales dictados en procesos
civiles, comerciales o laborales en uno de los Estados Partes, a
menos que al momento de la ratificación alguno de estos haga
expresa reserva de limitarla a las sentencia de condena en materia
patrimonial.

El Código Bustarnante, o Convención de Derecho Internacional


Privado de la Habana de 1928, no se aparta icho de los
lineamientos establecidos por las Convenciones Posteriores, al
exigir en su artículo 423, que si bien se refiere a sentencias civiles
les son aplicables también a los laudos arbítrales por disposición
expresa del artículo 432 del mismo texto, que: "Artículo 423. Toda
sentencia civil o contencioso-administrativa dictada en uno de los
Estados contratantes, tendrá fuerza y podrá ejecutarse en los
demás si reúne las siguientes condiciones: 1. Que tenga
competencia para conocer del asunto y juzgarlo, de acuerdo con
las reglas de este código, el juez o tribunal que la haya dictado; 2.
Que las partes hayan sido citadas personalmente o por su
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representante legal, para el juicio; 3. Que el fallo no contravenga el


orden público o el derecho público del país en que quiere
ejecutarse; 4. Que sea ejecutorio en el Estado en que se dicte; 5.
Que se traduzca autorizadamente por un funcionario o intérprete
oficial del Estado en que ha de ejecutarse, si allí fuere distinto el
idioma empleado; 6. Que el documento en que conste reúna los
requisitos necesarios para ser considerado como auténtico en el
Estado de que proceda, y los que requiera para que haga fe la
legislación del Estado en que se aspira a cumplir la sentencia",
sujetando o estableciendo como condición previa para ello que:
"Artículo 424. La ejecución de la sentencia deberá solicitarse del
juez o tribunal competente para llevarla a efecto, previas las
formalidades requeridas por la legislación interior".

Para ello los sucesivos artículos 426-442 desarrollan el


procedimiento a ser observado en esta demanda, disponiendo:
"que es obligación a cargo del juez a quien se le solicite la
autorización para su ejecución la obligación de oír a la parte:
"antes de decretarla o denegarla, y por término de 20 días, a la
parte contra quien se dirija y al Fiscal o Ministerio Público", esto es,
una vez formalizada la solicitud, y en un plazo no mayor de 20 días
a partir de esa fecha, la parte contra quien se pretende la
ejecución ha de ser citada a los fines de ser escuchada, y
entendemos que se hará en una audiencia pública y contradictoria,
la cual ha de celebrarse en el plazo antes dicho.

Para la ejecución de estos laudos "se otorgarán todos los recursos


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que las leyes de ese Estado concedan respecto de las sentencias


definitivas dictadas en juicio declarativo de mayor Cuantía".
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República Dominicana acepta ir al arbitraje solicitado por
Costa Rica

El interés de República Dominicana es 'alcanzar un entendimiento


que contribuya a una correcta y efectiva administración' del
Tratado de Libre Comercio (TLC) firmado entre República
Dominicana, EE.UU. y Centroamérica. EFE/Archivo.
Santo Domingo, 4 may (EFE).- La República Dominicana aceptó la
solicitud de arbitraje hecha por Costa Rica por supuestos
obstáculos a sus exportaciones, informó hoy el Ministerio de
Industria y Comercio.
El país caribeño aceptó ir al arbitraje para “solucionar el conflicto
generado por el cobro de aranceles a las importaciones
costarricenses de conductores eléctricos”, según un comunicado
de dicha fuente.
Agregó que el interés del país es “alcanzar un entendimiento que
contribuya a una correcta y efectiva administración” del Tratado de
Libre Comercio (TLC) firmado entre República Dominicana, EE.UU.
y Centroamérica, “respetando y cumpliendo los compromisos
establecidos” en el pacto comercial y acordado por estas naciones.
Costa Rica informó el pasado mes que solicitó el establecimiento
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de un panel arbitral contra la República Dominicana por supuestos


obstáculos a sus exportaciones de conductores eléctricos y sacos
de polipropileno.
11.2 El Arbitraje en el Tratado DR-CAFTA.
Si bien el arbitraje debe ser el producto de un acuerdo entre las
partes, las cuales deciden someter sus diferencias a jueces
privados para que les den solución a las mismas, y que en materia
civil, como hemos visto, la jurisprudencia reputa nula las cláusula
compromisoria, sin embargo, esto no sucede en materia comercial,
en los últimos años los Estados Unidos de América, a través de sus
Agencias Internacionales ha venido propugnando por la
implementación de los métodos alternativos de conflictos, o RAC,
como una forma de evadir las jurisdicciones estatales en la
solución de controversias que surjan entre los particulares,
nacionales o no, para con ello acelerar la solución de dichos
conflictos, en el menor tiempo y costo posible, aún cuando la
jurisdicción arbitral no sea, precisamente, una jurisdicción muy
económica en lo que a costos del arbitraje y pago de los árbitros se
refiere. Por eso no es de extrañarse que en el Convenio de Libre
Comercio suscrito entre República Dominicana y los países Centro
Americanos con los Estados Unidos de América, se propugne por
este método alternativo de conflictos para la solución de los
problemas que puedan suscitarse en las relaciones comerciales
entre los particulares nacionales de los países signatarios del
mismo.

Al efecto, en el artículo 20.22 las partes contratantes, y bajo el


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título Medios Alternativos para la Solución de Controversias


Comerciales, fue acordado que: "1. En la mayor medida posible,
cada parte promoverá y facilitará el recurso al arbitraje y a otros
medios alternativos para la solución de controversias comerciales
internacionales entre particulares en la zona de libre comercio.
2. A tal fin, cada parte dispondrá procedimientos adecuados que
aseguren la observancia de los convenios de arbitraje y el
reconocimiento y ejecución de los laudos arbítrales que se
pronuncien en esas controversias.
3. Se considerará que las partes cumplen con lo dispuesto en el
párrafo 2, si son parte y se ajustan a las disposiciones de la
Convención de las Naciones Unidas sobre el Reconocimiento y
Ejecución de Sentencias Arbítrales Extranjeras, de 1958, o de la
Convención Interamericana sobre Arbitraje Comercial
Internacional, de 1975".

De donde se desprende, en principio, una obligación a cargo de la


República Dominicana de hacer ratificar mediante 'Resolución del
Congreso de la República la Convención Interamericana sobre
Arbitraje Comercial Internacional, de 1975, la cual, y como hemos
visto si bien fue suscrita por el país, no ha sido, sin embargo,
ratificada, no obstante ser más Completa en ciertos aspectos que
la Convención de Nueva York.

Asimismo, se acuerda en el numeral 4 de dicho artículo la facultad


para las partes contratantes al atribuirle a "La Comisión", instituida
en el mismo, la potestad de ''establecer un Comité Consultivo de
Controversias Comerciales Privadas integrado por personas que
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tengan conocimientos especializados o experiencia en la solución


de controversias comerciales e internacionales privadas.
Pero no solo el arbitraje como medio de solución eficaz a las
controversias surgidas entre los nacionales de los Estados
Signatarios de dicho Convenio pueden ser dirimidas por este
método, sino que es la vía de solución que a las diferencias
surgidas entre la interpretación y aplicación del Tratado ha de ser
empleada por los países signatarios del mismo, como se desprende
de la lectura tanto del artículo 20. 1 como del ANEXO 20.2 del
mismo.

11.3 El Arbitraje Comercial Nacional


Dos importantes leyes confieren a los organismos creados por ellas
la facultad de promover y ofertar entre sus asociados o sujetos de
regulación de las mismas, el arbitraje como medio alternativo de
solución de conflictos. La primera, la Ley No. 50-87 mediante la
cual se crea la Cámara de Comercio y Producción, como hemos
señalado, a la que le corresponderá entre sus atribuciones, según
dispone su artículo 15: "Las Cámaras de Comercio y Producción
podrán establecer en sus respectivas jurisdicciones, un Consejo de
Conciliación y Arbitraje que actuará como amigable componedor o
arbitro para conocer los diferendos que puedan surgir entre dos o
más miembros de las cámaras o entre un miembro y una persona
física o moral que no pertenezca a la Cámara.

Entre los diferendos que podrá conocer-dicho Consejo se


encuentran aquellos que surjan entre uno o más miembros de la
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Cámara y el Estado o cualquiera de sus dependencias, sean éstos


ayuntamientos, municipios, organismos, empresas e instituciones
autónomas y descentralizadas del Estado y órganos de la
Administración Pública en general sin importar la naturaleza del
diferendo.

Para cada caso, el Consejo escogerá entre sus miembros el número


de personas que actuarán como Amigables Componedores o
Árbitros, que no deberá ser menos de dos ni mayor de cinco,
eligiéndose al azar el árbitro que presida el grupo.

Queda entendido que las decisiones arbitrales emanadas del


Consejo, de ninguna manera Comprometerá la responsabilidad civil
de la Cámara ni de sus miembros frente a los litigantes, en caso de
que surja un Prestigio relacionado o no con su dictamen".

Tomando como fundamento los principios consagrados Por la Ley


No. 50-87, sobre Cámaras de Comercio, Agricultura g Industria, la
Cámara de Comercio y Producción de Santo domingo, como
actualmente se llama a dicha Cámara, procedió a crear el Consejo
de Conciliación y Arbitraje, el cual se Conoce con las siglas CCA, y
a dictar un Reglamento para su funcionamiento denominado "De
Conciliación y Arbitraje", por el cual se regula todo el
procedimiento de arbitraje ofertado Por la misma.

Este Consejo estará compuesto por siete (7) miembros, un


Presidente, un Vicepresidente, un Secretario, un Tesorero, Tres (3)
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Vocales, designados por la Junta Directiva de la cámara por un


período de dos (2) años, reeligibles, y cuyas junciones, están
expresamente señaladas en el artículo 3 del Reglamento en
cuestión, correspondiéndole así:
"a) Promover arreglos extrajudiciales en las controversias que le
son sometidas.
b) La administración de los arbitrajes de carácter nacional e
internacional que se sometan, prestando su asesoramiento y
asistencia en el desarrollo del procedimiento arbitral y
manteniendo una adecuada organización.
c) Impulsar la constitución y el adecuado funcionamiento de los
tribunales de conciliación y arbitraje que se establezcan conforme
a este Reglamento.
d) Propiciar la generalización, agilización, y divulgación de la
conciliación y del arbitraje como medios de solución de conflictos.
e) Organizar un archivo de laudos.
f) Formalizar y mantener actualizada una Lista de Miembros
conciliadores y árbitros.
g) Llevar un Libro de Registro de conciliadores y árbitros, en el cual
se asienten el curriculum vitae y las intervenciones de cada uno de
ellos.
h) Estudiar el derecho arbitral interno e internacional y elevar a los
poderes públicos, a través de la Cámara, aquellas propuestas que
considere convenientes sobre la materia.
i) Sostener relaciones con otros organismos internos e
internacionales, especializados en la conciliación y el arbitraje, así
como promover la celebración de convenios y seminarios.
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j) Revisar periódicamente las tarifas de arbitraje que comprendan


tanto los honorarios de los árbitros y conciliadores, así como los
gastos de administración.
k) Designar comisiones especiales, permanentes o transitorias
para el estudio o ejecución de acuerdos sobre determinadas
materias.
I) Designar las personas que integrarán el tribunal arbitral y
aquellas que actuarán como conciliadores."

11.3.1 Competencia
Al igual que se verifica en la jurisdicción de Derecho Común, lo
primero que debe abocarse a determinar el tribunal arbitral, es su
propia competencia para conocer del asunto de que ha sido
apoderado, de ahí que, y en caso de que se le plantease su
incompetencia, lo que debe verificarse " in limine litis", ya sea por
la inexistencia, la nulidad o caducidad de la cláusula arbitral o del
documento compromiso, a pena de in-admisión, éste deberá
decidir sobre tal excepción de incompetencia previo a cualquier
otro asunto.

Lo segundo es verificar, en caso de que se le plantease así, si


quienes lo han apoderado tienen calidad para ello, toda vez que, y
conforme el Reglamento que lo rige, sólo es competente "para
conocer los diferendos que puedan surgir entre dos o más
miembros de la Cámara o entre un miembro y una persona física o
moral que no pertenezca a la Cámara".'
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Cuando se plantee la excepción de incompetencia o la oposición al


arbitraje, por la inexistencia, nulidad o caducidad de la cláusula
arbitral o documento de compromiso, o cualquier otro motivo, el
tribunal podrá optar por una de las cuatro soluciones que señala el
artículo 29 del referido Reglamento, a saber:
"1.- Cuando no exista ninguna cláusula de arbitraje o documento
de compromiso firmado por las partes, si la partes demandada no
respondiese en un plazo de quince (15) días a contar desde la
fecha de la notificación de la demanda de arbitraje o responda
oponiéndose al mismo bajo el alegato de incompetencia del
Tribunal Arbitral, la Secretaría del Bufete Directivo del "CCA"
comunicará a la parte demandante que el arbitraje no se podrá
efectuar.

2- Cuando las partes han convenido someterse al arbitraje, éste


tiene lugar, no obstante el rechazo o abstención de una de las
partes para participar en éste bajo el alegato de Competencia.

3.- Cuando una de las partes presente uno o varios alegatos


relativos a la existencia o validez de la cláusula arbitral o
documento de compromiso, el Tribunal Arbitral, si verifica la
existencia, podrá decidir, sin prejuzgar, la admisibilidad del
arbitraje. En todo caso, la decisión sobre su propia sentencia
pertenece sólo al Tribunal Arbitral.

4.- Salvo estipulaciones contrarias, la pretendida nulidad o


inexistencia alegada de un contrato objeto del diferendo arbitral no
entraña la incompetencia del tribunal. Si éste considera válida la
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cláusula arbitral, sigue siendo competente aun en casos de


inexistencia o nulidad del contrato a los fines (aún) de determinar
los derechos respectivos de las partes conforme ,su voluntad
claramente expresada y estatuir sobre los mismos".

11.3.2 Procedimiento.
El procedimiento a ser observado ante esta jurisdicción el
siguiente:

a) Demanda y Apoderamiento del Tribunal.


La parte demandante en arbitraje notificará su demanda
haciéndola acompañar de los documentos en que la apoya, tanto a
la parte demandada como al Bufete Directivo del CCA. En esta
deberá señalar, los nombres y generales del demandante, de su
representante, si lo hubiere; elección de domicilio; posición
sumaria de los medios en que la fundamenta, sus intensiones, y
conclusiones, como también la Convención en que se incluya o
plasme la cláusula arbitral o el documento compromiso en que
fundamenta la competencia del tribunal arbitral.

Toda demanda reconvencional deberá ser interpuesta mediante


escrito notificado al demandante principal y al Secretario del CCA.

Todos los documentos que se hagan valer han de haber sido


redactados en idioma español, y si alguno no lo fuera, deberán ser
traducidos por un oficial competente y autorizado para ello.
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Una vez conformado el expediente, con los documentos aportados


por las partes y sus respectivos escritos, el mismo será remitido
por el secretario del Bufete Directivo del CCA, y en el plazo de los
tres (3) días posteriores, al Tribunal Arbitral llamado a conocerlo,
indicándole a las partes el lugar donde los árbitros han de sesionar.

Es obligación del tribunal, el cual tendrá su asiento en las Oficinas


de la Cámara de Comercio y Producción, levantar un acta donde se
hagan constar las menciones que el artículo 36 del referido
Reglamento señala como esenciales:
"a) Generales completas de las partes y de sus representantes, si
lo hubiere.
b) Elección de domicilio a los fines de efectuar válidamente todas
las notificaciones o enviarse todas las comunicaciones durante el
transcurso del arbitraje.
c) Exposición sumaria de las pretensiones de las partes.
d) Determinación de los asuntos litigiosos a resolver.
e) Generales completas de los árbitros.
f) Lugar del arbitraje.
g) Reglas de procedimiento aplicables.
h) Regla de derecho a ser aplicada o mención expresa de que los
árbitros podrán actuar como amigables componedores juzgando
conforme a la equidad.

El acta de misión será firmada por las Partes y por los Árbitros en
un plazo no mayor de treinta (30) días contados a partir de la
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fecha en que los árbitros hubiesen recibido el expediente, no


constituyendo un obstáculo para iniciar el proceso de arbitraje que
una de las partes se negare en participar en la elaboración de
dicha acta o a firmarla, pues en ese caso el Bufete Directivo del
“CCA” comprobará la regularidad de la misma y acordará a esa
parte un plazo para su firma. Al vencimiento de este plazo, el
procedimiento de arbitraje proseguirá y el laudo podrá ser dictado.

11.3.3 Pruebas

En este material son aplicables las disposiciones del artículo 1315


del código civil, relativas al fardo de la prueba, sin perjuicio de las
disposiciones del artículo 109 del código de comercio, pues
debemos recordar que se trata de una litis entre comerciantes.

Es facultativo para el tribunal arbitral, ordenar cualesquiera


medidas de instrucción que se estime oportunas y necesarias para
la conformación del criterio de los juzgadores, así como también,
puede ser ordenada de oficio, la comparecencia personal de las
partes en litis, y a estos fines, la citación, a la audiencia en que se
ha de agotar las mismas, están a cargo del secretario del bufete
directivo del CCA, al cual, deberá notificarla por escrito con un
plazo mínimo de ocho (8) días antes de la fecha en que la misma
se ha de agotar, indicando de dicha citación, lugar, hora y día en
que se verificara dicha audiencia.

Si se tratase de audición de testigo, y observándose lo anterior, la


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parte que pretenda agotar esta medida, esta obligada a notificar a


su contra parte, y en el plazo de tres (3) días por lo menos a la
fecha de la audiencia, los hombres generales y hechos que se
propone probar, con y de los testigos. Las declaraciones de éstos
pueden ser grabadas magnetofónicamente, y sus declaraciones
transcrita posteriormente. Los testigos serán oídos de manera
individual, y pueden ser aislados del salón donde funciones el
tribunal.

Dentro del papel activo de que gozan los árbitros, éstos podrán
ordenar, asimismo, la realización de peritajes, inspección de
lugares, etc. Cuando designe peritos, éstos están sometidos a las
condiciones establecidas por el código de procedimiento civil para
la ejecución del mandato recibido. Sus informes han de serles
remitidos a las partes en litis, a los fines de que puedan hacer sus
observaciones y reparos, y deducir consecuencias de derechos, y
el tribunal podrá ordenar su audición en una audiencia fijada al
efecto, ya sea a pedimento de las partes o por decisión del mismo
tribunal.

11.3.4 El Laudo
La sentencia emanada de los árbitros, denominada Laudo Arbitral,
ha de ser pronunciada en el plazo de un(1) mes contado a partir
del cierre definitivo de los debates. Sin embargo, no se trata de un
plazo fatal, pues el mismo puede ser ampliado a petición de los
árbitros por el Consejo o Bufete Directivo del CCA.
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Las deliberaciones serán secretas, y el Laudo ha de ser adoptado


por la mayoría de votos, los cuales se emitirán por escrito. Si uno
de los árbitros se negase a firmarlo, este hecho se hará constar en
él. Si ocurriese un empate, el voto de quien presida decidirá.

En su redacción se han de observar las formalidades establecidas


por el artículo 141 del Código de Procedimiento Civil.

El laudo ha de ser depositado en la Secretaría del Bufete Directivo


del CCA en el plazo de los tres (3) días posteriores a haber sido
dictado, y su notificación a las partes, estará a cargo de dicho
Secretario.

Las partes conservan el derecho de solicitar la corrección de


cualquier error material que en el mismo se haya podido incurrir,
incluyéndose o reputándose como error materia!, el hecho de que
los árbitros hayan omitido estatuir sobre un pedimento cualquiera
que haya sido planteado en las conclusiones formales, siendo esto
una variante diferencial con el Derecho Común. Esta solicitud de
corrección, como la de interpretación del Laudo, ha de ser
efectuada y planteada en el plazo de los quince (15) días
posteriores a su notificación a las partes, la cual está a cargo del
Secretario del Bufete Directivo del CCA.

De ser acogida esta solicitud se procederá a dictar un Latid'


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Adicional, el cual ha de ser dictado en el plazo de los quince (15)


días posteriores a haber sido acogido.
Ya sea que se dicte un laudo adicional, o se rechace el pedimento
de corrección, el laudo se hará definitivo en el plazo de los quince
(15) días posteriores a haberse producido su notificación.

Esta sentencia es de ejecución inmediata, pues se reputa


definitiva, y obligatoria para las partes en el aspecto juzgado, no
estando compedidas, conforme el artículo 52 del citado
reglamento, a "los requisitos de los artículos 1020 y 1021 del
Código de Procedimiento Civil", conforme lo dispone el artículo 16
de la Ley No. 50-87,19 el cual excluye los laudos dictados por este
organismo de dicho requisito.

Si antes de que fuese dictado el laudo, las partes llegasen a un


acuerdo sobre sus diferencias, los árbitros dictarán una orden de
conclusión del procedimiento, pudiendo también y a solicitud de
las partes, dictar un laudo arbitral donde se recoja el acuerdo
transaccional intervenido entre ellas.

Las costas del procedimiento, regidas por el Derecho Común, serán


soportadas por la parte perdidosa, no obstante ello, cuando ambas
partes sucumban en sus pretensiones, las mismas podrán ser
compensadas.

Los árbitros son acreedores de los honorarios que tarifariamente


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haya fijado el CCA, por la prestación de sus servicios.


Y, esta forma alternativa de solución de conflictos, es y sigue
teniendo una herramienta útil, práctica, rápida y efectiva para
dirimir estas diferencias.

El laudo, y conforme a una de las más recientes decisiones


de la Corte Casación dominicana, que emana de esta Cámara, no
es susceptible de ser recurrido en Casación. Al respecto, en su
sentencia del 11 de enero del 2006, No. 9, B. J. No. 1142, estatuyó
en el sentido de que: "Que, en el laudo impugnado y en los
documentos a que él se refiere consta lo siguiente:
a) que con motivo de una demanda civil en reparación de daños y
perjuicios, incoada por Proactiva Media Ambiente, SA., contra A. A.
P., el Consejo de Conciliación y Arbitraje de la Cámara de Comercio
y Producción de Santo Domingo, el 15 de julio de 2004 dictó un
laudo cuyo dispositivo es el siguiente: "Primero: Rechaza por
improcedente e infundado el pedimento incidental in-limini
litis de incompetencia planteado por la parte demandada, y en
consecuencia se declara la competencia de este Tribunal Arbitral
para conocer de la presente demanda; Segundo: Rechaza por
improcedente e infundados los pedimento de inadmisibilidad por
falta de calidad e interés, y prestación de la fianza judicatum solvi
propuestos por parte demandada; Tercero: Acoge en cuanto al
fondo la demanda en reparación de daños y perjuicios interpuesta
por la parte demandante, la sociedad Proactiva Medio Ambiente S.
A, en contra del señor A. A. P.; Cuarto: Ordena a la parte
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demandante, la sociedad Proactiva Medio Ambiente S. A., depositar


en la Secretaria, en un plazo de cinco (5) días francos, contados a
partir de la notificación del presente Laudo por la Secretaría, un
estado justificativo de los daños y perjuicios sufridos; Quinto: Le
concede a la parte demandada, el señor A. A. P., un plazo de cinco
(5) días francos, contados a partir de la notificación por la
Secretaría del estado justificativo que deposite la sociedad
Proactiva Medio Ambiente S. A., para emitir las observaciones e
impugnaciones que entienda pertinentes al estado que deposite la
parte demandante; Sexto: Condena a la parle demandada, el señor
A. A. P. a pagar a la sociedad Proactiva Medio Ambiente, S. A., la
totalidad de las costas, honorarios y gastos administrativos del
presente arbitraje, según sean estos liquidados por la Secretaría
del Consejo de Conciliación y Arbitraje; Séptimo: Declara definitivo
y obligatorio para las partes el presente laudo, el cual no estará
sujeto para su ejecutoriedad a los requisitos previstos en los
artículos I02l y 1021 del Código de Procedimiento Civil; Octavo: Fija
para el día martes diez (10) de agosto del año 2004, a las cinco
(5:00 p.m.) de la tarde, la audiencia en que este Tribunal dará
lectura a la. decisión relativa al monto de los danos y perjuicios a
que la parte demandada, el señor A.A. P., ha sido condenado por
medio del presente laudo...";

Que, la parte recurrente en su memorial propone los siguientes


medios de casación: "Primer Medio: Violación al derecho de
defensa, y consecuencialmente, violación al artículo 8 de la
Constitución de la República; Segundo Medio: Violación al artículo
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1134 del Código Civil Dominicano, sobre la voluntad de las partes;


Tercer Medio: Contradicción de motivos, y consecuencialmente,
violación al artículo 141 del Código de Procedimiento Civil
Dominicano; Cuarto Medio: Falta de base legal e insuficiencia de
motivos y consecuencialmente, violación al artículo 141 del Código
de Procedimiento Civil Dominicano; Quinto Medio:
Desnaturalización de los hechos de la causa y consecuencialmente
violación al artículo 1315 del Código Civil Dominicano, y al artículo
141 del Código de Procedimiento Civil Dominicano";

Que, la parte recurrida ha concluido en su memorial de defensa,


proponiendo la inadmisibilidad del presente recurso de casación
por no tratarse en la especie la decisión impugnada de un tribunal
del orden judicial, sino de un laudo arbitral rendido por una entidad
privada como es el Consejo de Conciliación y Arbitraje de la
Cámara de Comercio y Producción del Distrito Nacional;

Que, en efecto, el fallo impugnado constituye un laudo arbitral


emitido por el Consejo de Conciliación y Arbitraje de la Cámara de
Comercio y Producción de Santo Domingo, organismo creado de
acuerdo con la Ley núm. 50, del 4 detuvo de 1987, sobre Cámaras
de Comercio y Producción, institucionales de carácter privado sin
fines de lucro;

Que, de acuerdo con el artículo 1 de la Ley sobre Procedimiento de


Casación, la Suprema Corte de Justicia decide como Corte DE
Casación, si la ley ha sido bien o mal aplicada en los fallos en
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última o única instancia de los tribunales del orden judicial, admite


o desestima los medios en que se basa el recurso, pero sin conocer
en ningún caso del fondo del asunto; que, en consecuencia, para
que las decisiones de un órgano como el que ha emitido el laudo
de que se trata, puedan ser susceptibles del recurso de casación
es preciso que una ley especial así lo establezca; que en la
especie, la Ley núm. 50 del 4 de junio de 1987 sobre Cámaras de
Comercio y Producción que crea el Consejo de Conciliación y
Arbitraje ni tampoco su Reglamento, disponen que las decisiones
arbitrales sean susceptibles del recurso de casación, y más aún, el
artículo 36.3 de éste último, establece el carácter definitivo e
inapelable del laudo arbitral;

Que, por ser el fallo impugnado un laudo arbitral emitido, como se


ha visto, por el Consejo de Conciliación y Arbitraje de la Cámara de
Comercio y Producción de Santo Domingo, y no emanar de un
tribunal del orden judicial, no puede ser impugnado por medio del
recurso extraordinario de la casación, en razón de que este tipo de
decisiones, como se ha dicho, provienen de un órgano no judicial,
ni existe disposición legal alguna que así lo determine; que, en
consecuencia, el presente recurso resulta inadmisible, lo que hace
innecesario ponderar los medios de casación propuestos".

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11.4 Arbitraje Laboral
Puesto que no se hace menester reiterar los conceptos en que nos
detuvimos a propósito de la CONCILIACIÓN en materia laboral,
dada la extraordinaria importancia social, económica y política que
tiene su base en el ARBITRAJE de la misma materia, consideramos
de rigor limitarnos a destacar las disposiciones específicamente
legales a este respecto, tal como han sido intituladas en el CÓDIGO
DE TRABAJO, cuya versión se detiene jurídicamente en los
principales aspectos de la Ley No.16-92, promulgada por el Poder
Ejecutivo el día 29 de mayo de 1992, bajo la muy laboriosa
orientación de la Secretaría de Estado de Trabajo, lo que se inicia
en el Capítulo II, Sección Primera, con la designación de los árbitros
en quienes recae la responsabilidad del procedimiento, y cuyo
artículo 680 establece lo siguiente: «Las partes designarán tres
árbitros para la solución de todo conflicto que no resultó
conciliatoriamente resuelto».

De esta manera se encabeza el procedimiento de lugar que abarca


además los artículos que den fundamento al Procedimiento
Preliminar, la discusión del conflicto, la investigación del caso, la
audiencia final, el laudo y la prescripción de las acciones, lo que
incluye los artículos que se extienden del citado artículo 680 al
711, cuya repetición resultaría del todo prolija, por lo que
invitamos a una atenta lectura e interpretación de los mismos.
Páá giná49
CONCLUSION

Las partes pueden acceder al arbitraje, conciliación o mediación en


virtud de una cláusula incluida en su contrato o por solicitud
directa de uno de ellos, pero la otra parte deberá expresar su
aceptación, esta solicitud deberá estar dirigida a la Secretaría del
Consejo de Conciliación de Arbitraje, la cual constará de todas las
generales de la parte o de las partes, también deberá tener la
relación de los hechos que dieron lugar a la controversia, así como
el monto estimado.

Este proceso concluirá cuando el acta de acuerdo entre las partes


y la reclamación de la elaboración del informe hecho por el
conciliador o mediador, en el cual debe hacerse constar que se han
hecho todos los esfuerzos necesarios, aunque no sea ha podido
lograr el objetivo.

Páá giná49
BIBLIOGRAFIA

¿Qué es el arbitraje? De acuerdo a la Cámara de Comercio y


Producción de Santo Domingo (CCP).

Juan Alfredo Biaggi. Manual de Derecho Comercial. Tomo I.

Fernando Arturo Silié. Conciliación y Arbitraje.

Páá giná49
ÍNDICE GENERAL

INTRODUCCIÓN
I.- ARBITRAJE EN MATERIA COMERCIAL............................................1
1.1 La Historia del Arbitraje.............................................................1
II.- CONCEPTO DE ARBITRAJE...........................................................2
2.1 ¿Qué es el Arbitraje?..................................................................2
III.- LAS VENTAJAS DE ELEGIR EL ARBITRAJE....................................3
3.1 Porque el Arbitraje.....................................................................3
3.2 Cómo se Administra el Arbitraje................................................4
IV.- CUÁLES CONFLICTOS PUEDEN VENTILARSE MEDIANTE EL
ARBITRAJE,
CONCILIACIÓN O MEDIACIÓN?..................................................5
Estadísticas CCA......................................................................6
V.- MODELOS DE CLÁUSULA ARBITRAL............................................7
VI.- QUIENES CALIFICAN PARA SOLICITAR EL ARBITRAJE..................7
VII.- CUALIDADES QUE DEBEN POSEER LOS ÁRBITROS...................7
Listado de Mediadores y Conciliadores...................................8
VIII.- RAZONES PARA ELEGIR EL ARBITAJE........................................9
IV.- CONVENCIÓN DE ARBITRAJE....................................................11
9.1 El Compromiso ........................................................................11
9.1.1 Condiciones de Validez................................................11
9.1.2 Efectos del Compromiso..............................................12
9.2 Cláusulas Compromisos...........................................................12
9.2.1 La Validez de esta Cláusula..........................................13
9.2.2 Condiciones y Efectos de la Cláusula Compromisoria..13
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X.- EL TRIBUNAL ARBITRAL............................................................14


10.1 Los Árbitros............................................................................14
Juramentación de Árbitros de la Lista Oficial del Consejo de
Conciliación y Arbitraje 2008................................................15
10.2 Observancia de Ciertas Reglas..............................................16
10.3 La Sentencia o Laudo Arbitral................................................16
XI.- DIFERENTES TIPOS DE ARBITRAJES.........................................18
11.1 El Arbitraje Comercial Internacional......................................18
República Dominicana acepta ir al Arbitraje solicitado
por Costa Rica.......................................................................27
11.2 El Arbitraje en el Tratado DR-CAFTA.......................................28
11.3 El Arbitraje Comercial Nacional.............................................30
11.3.1 Competencia..............................................................33
11.3.2 Procedimiento............................................................35
Demanda y Apoderamiento del Tribunal...............................35
11.3.3 Pruebas......................................................................37
11.3.4 El Laudo.....................................................................38
11.4 Arbitraje Laboral....................................................................45

CONCLUSION
BIBLIOGRAFIA.-

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