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LA VIDA DEL ESPÍRITU

El filósofo Pablo Etchebehere nos presenta a través de video conferencia, su óptica


en la interpretación del pensamiento de Viktor Frankl, relacionado con el tema La Vida
del espíritu.

Comienza diciendo que el aporte más original de Viktor Frankl y la base de su


antropología es la inconciencia espiritual, donde se libera al inconciente de lo funcional,
es la raíz de la persona y de toda espiritualidad conciente, de manera tal que lo
inconciente está presente tanto en el fondo de lo humano como en el fondo de lo real
con lo racional. Al incorporar al espíritu en su planteamiento, obtiene una visión
tridimensional del hombre, conformado por psiquis, cuerpo y espíritu, pero también lo
percibe desde una perspectiva dimensional en el campo de la facticidad y de la
existencialidad, es la razón por la cual define al hombre en una sola unidad dentro de la
diversidad.

En relación al espíritu en el marco de la hermenéutica Frankliana, expresa que es


concebido como lo que está allí, lo que se sugiere , lo que no es demostrable, viene de
afuera, como lo manifestó también Sócrates. El espíritu se manifiesta a través de la
acción. El espíritu puede ser subjetivo y objetivo, donde lo subjetivo es el hombre y lo
objetivo son los valores, el sentido y Dios.

La vida del espíritu es la propia vida del ser, es la historia que el mismo la escribe,
es su biografía y esta biografía se plasma enfrentando los hechos para hacer posible
nuestros objetivos y aquí juega un papel decisorio la actitud ; y es ella la que hace
sobreponer cuando hay ausencia de los valores de creación y vivencia. Con la actitud se
escribe la biografía, que es particular e íntima para cada ser. Cuando el hombre no
escribe su biografía cae en el vacío.

La vida del espíritu se da en la autotrascendencia , alcanzamos la trascendencia


respondiendo a los valores, respondiendo a los sentidos, respondiendo a Dios, es decir ,
aplicando las responsabilidades. Viktor Frankl insistía en que “ el hombre no tiene que
interrogar a la vida, sino responder a la vida”, esta respuesta debe ser activa,
entendiendo que debe ir más allá de la intención, que no debe ser indiferente ante los
hechos porque la indiferencia al igual que el vacío existencial son una muestra palpable
de una vida irresponsable, donde el ser se convierte en ágrafo de su vida porque no la
escribe y en un simple espectador de su propia historia. De manera concluyente afirma
nuestro conferencista que la vida del espíritu es de exterioridad y está centrada en la
responsabilidad,

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