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Aprender en el contexto del aula.

Siendo sinceros, muchas de las veces lo que nos enseñaron no lo aprendimos,


podían pasar semanas enseñándonos sin que nadie aprendiera nada. Pues bien,
existe una diferencia entre enseñar y aprender, y lo aprendido es lo que realmente
debiera preocuparnos.
En su trayectoria, la primera intención de un profesor es “enseñar”, enseñar lo que
sabe, lo que ha aprendido, pero, al llevar ya unos años debe darse cuenta de que
lo verdaderamente importante es que sus alumnos aprendan.
La actitud y comportamiento de un docente es un factor individual de suma
importancia, ya que, es el que determina el comportamiento y desarrollo del
alumno. La forma de estar en clase, la forma en la que se desenvuelve, la forma
en la que desglosa los contenidos enseña mucho más de lo que pueda enseñar lo
que habla, ya que de esta forma los alumnos se interesan y motivan.
¿Cómo se puede motivar a un alumno?
En las clases, hay alumnos que reciben información, que es la que como pieza
responsable de la educación nosotros vamos explicando, hay otros más que la
procesan y unos cuantos que se entretienen y divierten dispersando la atención
por falta de interés.
Una vez leí que debíamos recurrir al cerebro emocional para que se abra el
cerebro intelectual, ya que, el aprendizaje es un proceso que comprende cuatro
fases: La primera, en que se sabe que no se sabe, la segunda, en la que se es
consciente de lo que no se sabe (es aquí donde se encuentran los alumnos); la
tercera, que es donde se aprenden hábitos nuevos e incluso se plantea que no se
sabe hacer algo y finalmente la última fase la cual trata de la competencia
inconsciente en la que se piensa que las nuevas habilidades pueden ser fáciles,
mencionando también que la necesidad de motivación no es necesaria en la
primera y segunda fase, pero que en las demás es de gran necesidad.
Así que bien, la motivación resulta esencial para aprender nuevos conocimientos y
el papel como profesor nos indica que debemos ayudarles a que deseen
adquirirlos, a diferenciar conocimientos buenos de malos y a saber que hacer con
ellos.
Actualmente las redes sociales se involucran de manera significativa en la vida de
los jóvenes, y como futuros docentes debemos aprender a usarlas en pro al
conocimiento. Una de nuestra función como educadores es compartir apuntes,
trabajos y exposiciones mediante plataformas o redes sociales abarcando más
tiempo en la vida de los estudiantes y no dando lugar pretextos para no cumplir
con las tareas, queda claro que muchos alumnos no desean “aprender”.
Las TIC se incorporan al ámbito académico para la práctica diaria, por eso el
esfuerzo de introducirlas en la práctica pedagógica usando los recursos
tecnológicos que se tienen al alcance, los laboratorios, las redes wi-fi, las pizarras
digitales, portátiles, redes sociales, comunicaciones on line, etc.
En esta sociedad en la que estamos inmersos, la excelencia educativa se
consigue no solo enseñando y formando al alumnado, sino que también
dotándolos de recursos y habilidades necesarias para enfrentarse con criterios de
madurez al entorno tecnológico en el que nos desenvolvemos.
Tensión profesor- alumno.
El escenario educativo se enfrenta a un conflicto en el que la situación se
encuentra poco comprensible para quienes no se encuentran a ella ya que, en
nuestra formación como docentes, tenemos la fortuna de conocer un poco sobre el
medio educativo, tenemos cierta claridad en cuanto a fortalezas y debilidades
existentes en el ejercicio de esta labor.
Como docente, es casi imposible ignorar o desconocer los grandes problemas en
los que se enfrenta la educación en México. Existen bien, problemas económicos,
desempleo (que puede afectar a los padres de los alumnos afectando el
aprendizaje de estos), inseguridad, problemas familiares en los niños o jóvenes
que acuden a las instituciones a formarse, etc. Y si no es suficiente, existen
docentes afectados por las decisiones de sus directores, supervisores, jefes de
zona o sector que se suman a una gran tensión en su labor.
Hasta hace pocos años, el profesor tenía la tarea que por más compleja que esta
pudiera parecer le generaba satisfacción y gratitud: La enseñanza. Pero, sin
embargo, las exigencias de una institución creada para cumplir con ciertos
propósitos y demandas sociales crecientes para la formación de estudiantes ha
provocado una tensión que hoy prevalece en el magisterio. El docente debe
conocer las materias que enseña, dominando las disciplinas, para que un alumno
sea crítico, reflexivo y analítico, el maestro debe serlo.
El docente, se enfrenta a la indisciplina del alumnado, otorgar responsabilidades
educativas propias de la familia al docente, el cambio de valores y las relaciones
sociales.
Las sobrecargas de tareas, intelectuales para los alumnos y de programación de
clases para los maestros, con ajustes y tiempo disponible, los diferentes intereses
y capacidades de los alumnos, genera gran tensión y planificación exhaustiva
desde una visión bilateral. Una solución a esto, sería establecer periodos de
receso entre tareas y temas, que daría como resultado un mejor aprendizaje y
ofreciendo un descanso al profesor.
Los alumnos con bajo nivel motivacional producen en el docente una frustración al
intentar persuadir al alumnado para que trabaje sin obtener resultados positivos,
provocando al docente un gran cansancio físico y emocional. En estos casos seria
de ayuda proporcionar al profesor una formación psicológica para su
autoconocimiento personal y así que le permita motivar al grupo.
En la relación profesor- profesor, profesor- alumno y profesor- padres ha existido
un deterioro:
Profesor- alumno: La actitud del alumno y la forma de comportarse del profesor es
una causa de estrés docente, pues, en algunos casos se llega incluso a la
agresión.
Profesor- profesor: Cada profesor puede aportar un punto de vista distinto sobre la
manera de hacer las coas lo que muchas veces lleva a desacuerdos que
deterioran la relación entre profesionales.
Profesor- padres: Algunos padres culpan al profesorado de los fracasos de sus
hijos y cuando estos adquieren buenos resultados no valoran que son fruto de su
labor.
El profesorado a través de programas debe adquirir conocimientos que faciliten su
convivencia con los agentes que intervienen en el proceso educativo. La creación
de una escuela de padres en la que se transmitan valores que resalten la labor
docente sería la mejor opción.
Los conflictos escolares son producto de indisciplina por la falta de valores y
fortalecimiento de ellos. La adquisición de técnicas por parte de los maestros para
la solución de conflictos es de suma importancia, ya que, se debe tener en cuenta
la comunicación y la recuperación de la autoridad por parte del personal.
Profesor novel- Profesor veterano.
Es mucha la crítica a la que se enfrentan los profesores noveles o veteranos en el
contexto laboral, ya que, suele creerse que un profesor veterano es “mejor” que un
novato debido a la experiencia y a los triunfos durante su trayectoria.
La característica principal de un novato es su deseo por aprender de todo, no tiene
mucha experiencia, pero cuenta con el entusiasmo que en ocasiones ya ha
perdido el veterano.
En mi opinión, todos somos noveles y veteranos, pero el punto que marca la
diferencia es saber cómo siendo veteranos, ya con las estrategias marcadas, y
después de enfrentaros a varias situaciones de prueba y error, mantendremos el
entusiasmo y la motivación que impulse a nuestros alumnos a aprender de
manera ideal.
PROCESOS Y
ESPACIOS DE
APRENDIZAJE
LICENCIADO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

ESCOLAR

EVIDENCIAS

Mtra. Brianda Saraí Rodríguez Zamarripa


Mónica Abigail Grimaldo Balderas

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