Vous êtes sur la page 1sur 118

Lineamientos de Interpretación Constitucional y

del Bloque Constitucional de Derechos


Humberto Nogueira Alcalá

1
Introducción

En Chile, producto de la reforma constitucional de agosto de 2005, que da lugar


al texto sistematizado de la Carta Fundamental de fecha 17 de septiembre de
2005, entrega al Tribunal Constitucional en su artículo 93 N°6 la competencia
para pronunciarse sobre la inaplicabilidad de preceptos legales en un control
concreto reparador con efectos inter partes, entregando la legitimación activa a
las partes que intervienen en la respectiva gestión judicial o al juez cuando
consideren que se estaría aplicando un precepto legal que tenga incidencia
directa en la resolución del asunto y que se considere inconstitucional.

Esta perspectiva posibilita por primera vez en nuestro país, que un órgano
jurisdiccional especializado conozca y resuelva en control reparador o ex post
sobre el control de constitucionalidad de preceptos legales, lo que abre un
cauce necesario y adecuado en la materia, que seguramente será utilizado por
las partes responsablemente. Asimismo, se abre por primera vez en nuestra
historia institucional la posibilidad que los jueces de todos los tipos de
tribunales que integran el poder judicial y de todas las instancias puedan
requerir de propia iniciativa al Tribunal Constitucional para que se pronuncie
sobre la eventual inconstitucionalidad de un precepto legal que tenga efecto
directo en el fallo del asunto que se encuentra actualmente conociendo en su
respectiva sede jurisdiccional. Todo ello implica que todos los jueces de la
República y todos los operadores jurídicos deben conocer y aplicar la
interpretación constitucional en el ejercicio de sus funciones.

¿Como garantizar que este instrumento de control de constitucionalidad se ejerza


de manera adecuada, correcta y exenta de arbitrariedad por todos los
operadores jurídicos?

Esta y otras interrogantes buscamos responder en este texto que busca entregar
algunos lineamientos básicos respecto de una materia a la que se ha dedicado
poca atención en nuestro medio, como es la interpretación constitucional.

¿Cómo evitar que los contenidos de la ley, producto del debate y aprobación del
parlamento, sea reemplazado por los pareceres de los magistrados
constitucionales, con el pretexto de garantizar la supremacía constitucional?.

La respuesta a esta interrogante está dado por el ejercicio limitado y objetivo del
control constitucional desarrollado por Magistrados dotados de integridad moral,
de conocimientos jurídicos amplios, con una adecuada especialización en materia
constitucional y procesal, y con experiencia y sensibilidad hacia la praxis
constitucional, que actúan de acuerdo a pautas jurídicas y que empleen
adecuadamente métodos de interpretación constitucional, asegurando así de
forma pertinente la defensa del orden constitucional y los derechos
fundamentales, sin afectar el correcto desempeño de los demás órganos
estatales y el funcionamiento del Estado Constitucional Democrático.

El Estado Constitucional Democrático es un Estado regido por el derecho, que


constituye un ordenamiento marco, el cual es concretizado por los órganos

2
políticos, los cuales deben moverse dentro de los límites materiales y las
condiciones del proceso de decisión política fijados por el ordenamiento jurídico
que tiene como norma fundamental la Constitución Política, obra del poder
constituyente, el cual establece para la defensa de la Carta Fundamental, un
órgano jurisdiccional encargado de hacer efectiva la supremacía de la
Constitución y de los derechos fundamentales respecto de todos los poderes
instituidos, incluido el propio poder de reforma constitucional (1).

Los derechos fundamentales en el Estado Constitucional Democrático no pueden


ser considerados como el objeto sino como los límites del proceso democrático,
abstrayendo así del juego político ciertos principios básicos para la ordenación
estructura y funcionamiento de la sociedad democrática. Los derechos
fundamentales constituyen un coto vedado para la “cacería” democrática, el
legislador debe respetar su contenido esencial, pudiendo sólo desarrollarlos y
regularlos dentro del margen autorizado constitucionalmente, como asimismo
dentro del marco fijado por los tratados de derechos humanos y las sentencias de
sus órganos jurisdiccionales que el Estado debe cumplir de buena fe. ¿Cuales
son los derechos fundamentales?; ¿como se delimitan y se configuran en el
ordenamiento jurídico?; ¿Hasta que límite pueden ser regulados por el
legislador?; ¿Cuál es el contenido esencial de los derechos?; ¿Qué postulados
de interpretación de los derechos fundamentales se han desarrollado?; son otras
interrogantes que serán analizadas este libro.

Las decisiones legislativas dentro del Estado Constitucional se adoptan dentro de


un marco suficientemente amplio, dentro del cual caben opciones políticas de
diverso signo, las que pueden expresarse legítimamente de acuerdo a las reglas
democráticas. La labor de interpretación de la Constitución no puede ser utilizada
por la minoría política para obstruir las opciones mayoritarias mientras estas
actúen dentro del marco sustantivo y formal de la Carta Fundamental. La
jurisdicción constitucional actuará en este plano para cerrar el paso a los
productos normativos y decisiones de los órganos democráticos cuando el
carácter unívoco de la interpretación de dichos textos con métodos
hermenéuticos adecuados, en ninguna perspectiva es conforme a la
Constitución, desbordando el marco constitucional. Como bien señala Aragón, la
jurisdicción constitucional solo debe anular las producciones legislativas “cuando
resulten plenamente contradictorias con la norma constitucional, respetando en
los demás casos el amplio margen de libertad que la Constitución le otorga” (2)

Ello nos lleva a plantearnos el tema de los métodos y postulados de la


interpretación constitucional que trataremos en un primer capítulo, como
asimismo, a precisar el bloque constitucional de derechos y la interpretación del
mismo como marco sustantivo básico del orden constitucional, en un segundo
capítulo del presente texto.

1
A esta materia hemos dedicado nuestro libro La justicia y los tribunales
constitucionales en Indoiberoamerica del Sur. Santiago de Chile Ed Lexis
Nexis. 2005.
2
Aragón Reyes, Manuel. 1998. Escritos de Derecho Constitucional. Madrid, Ed.
Centro de Estudios Constitucionales, página 119.

3
En América del Sur existe una escasa bibliografía con un análisis sistemático
sobre los diversos aspectos de la interpretación constitucional y de los
derechos fundamentales y su aplicación a los respectivos ordenamientos
jurídicos.

El único país sudamericano en el que el tema ha sido abordado con


profundidad es el caso de Argentina, entre los autores destacados que han
escrito sobre la materia en las últimas décadas del siglo XX se encuentran
Segundo Linares Quintana (3), Germán Bidart Campos(4), Rodolfo Luis Vigo (5)
y Néstor Sagüés (6).

En algunos otros países hay algunos trabajos como los de Carlos Maximiliano
(7) o Celso Ribeiro Bastos (8) de Marco Monroy Cabra (9) y de Hernán García
Olano (10) en Colombia; de Jorge Carpizo (11), Jorge Ulises Carmona Tinoco (12),
Héctor Fix Zamudio y Salvador Valencia Carmona ( 13), en México; Domingo
3
Linares Quintana, Segundo. La Constitución interpretada. Buenos Aires, Ed.
Depalma. Del mismo autor, 1978. Tratado de la Ciencia del derecho Constitucional.
Tomo III y VIII, Segunda edición, Buenos Aires, Editorial Plus Ultra. Asimismo, 1998.
Tratado de interpretación constitucional. Métodos y enfoques para la aplicación de las
constituciones. Buenos Aires, Ed. Abeledo Perrot. Por último, 1987. Reglas para la
interpretación constitucional. Buenos Aires, Editorial Plus Ultra.
4
Bidart Campos, Germán. 1994. La interpretación de los derechos humanos, Buenos
Aires, Ed. Ediar. Bidart Campos, Germán. 1987. La interpretación y el control
constitucionales en la jurisdicción constitucional. Buenos Aires, Ediar.
5
Vigo, Rodolfo Luis. 1993. Interpretación Constitucional. Buenos Aires. Ed. Abeledo
Perrot.
6
Sagüés, Nestor. 1998. La interpretación judicial de la Constitución. Buenos Aires,
Ed. Depalma. Sagüés, Néstor Pedro. 2002. La interpretación de los derechos
humanos en las jurisdicciones nacional e internacional. En Derechos Humanos y
Constitución en Iberoamérica (Libro Homenaje a Germán Bidart Campos). Lima,
Ediciones Jurídicas Grijley.
7
Maximiliano, Carlos. 1988. hermeneutica e aplicacao do Direito. Rio de Janeiro. Ed.
Forense
8
Ribeiro Bastos, Celso. 1999. Hermeneutica e interpretacao constitucional. Brasil.
Edición ampliada. Instituto Brasileiro de Directo Constitucional.
9
Monroy Cabra, Marco Gerardo. 2002. La interpretación constitucional. Ediciones
Santafe de Bogotá, Ed. Librería del profesional.
10
Olano García, Hernán Alejandro. 2005. Interpretación y dogmática constitucional.
Bogotá, Ed. Doctrina y Ley limitada.
11
Carpizo, Jorge. 1996. Estudios Constitucionales. Sexta edición, México, Ed Porrua-
UNAM.1975. Del mismo autor, “Algunas reflexiones sobre la interpretación
constitucional en el ordenamiento mexicano”, en Volumen colectivo La interpretación
constitucional. Mexico D.F. Ed. UNAM.
12
Carmona Tinoco, Jorge Ulises. 1996. La interpretación judicial constitucional.
México. D.F., Ed UNAM-CNDH.
13
Fix-Zamudio, Héctor y Valencia Carmona, Salvador. 2003. Derecho constitucional
mexicano y comparado. Tercera edición. Capítulo cuarto: La Interpretación
constitucional. Ciudad de México D.F. Editorial Porrua.
Fix Zamudio, Héctor.1975. “Algunas reflexiones sobre la interpretación judicial en el
ordenamiento mexicano”, en volumen colectivo La interpretación constitucional.
Ciudad de México. D.F. Ed. UNAM.

4
García Belaunde (14), de Cesar Landa (15) y Carpio Marcos, Edgar (16), en Perú;
de Cesar Quintero (17) y Arturo Hoyos (18) de Panamá; de Iván escobar Fornos
(19) en Nicaragua; sin dejar de mencionar el trabajo pionero del cubano Eloy
Brito, Hermenéutica Constitucional editado en La Habana en 1949 (20).

El tema no ha sido asumido en muchos países latinoamericanos, pese a su


considerable importancia en el derecho constitucional y la teoría de la
Constitución.

El caso de Chile no es una excepción en la materia, salvo el libro pionero de


Jorge Tapia sobre Hermenéutica Constitucional, en el crepúsculo de la
democracia chilena del siglo XX ( 21), y la monografía de Patricio Zapata sobre
la Jurisprudencia del Tribunal Constitucional ( 22), no hay monografías
sistemáticas sobre la materia, sino sólo algunos artículos en revistas o libros
colectivos (23).
14
García Belaunde, Domingo. 1993. “La interpretación constitucional como problema.
En obra colectiva en Homenaje a carlos Restrepo piedrahita. Simposio Internacional
sobre Derecho del Estado. Tomo II, Bogotá. Ed. Universidad Externado de Colombia.
15
Landa, César. 2003. “Teorías de la interpretación constitucional” en su libro Teoría
del Derecho Procesal Constitucional. Lima, Ed. Palestra.
Landa, César. 2005. “Teorías de la interpretación constitucional”. En Ferrer Mac-
Gregor, Eduardo (Coord), 2005. Interpretación Constitucional. Tomo II, México, Ed.
Porrua.
16
Carpio Marcos, Edgar 2004. La interpretación de los derechos fundamentales. Lima,
Ed. Palestra
17
Quintero, César. 1993. “Método y técnica de la interpretación constitucional”, en
Obra Homenaje a Carlos Restrepo Piedrahita . Simposio internacional sobre derecho
del Estado. Bogotá, Ed. Universidad Externado de Colombia. Tomo I.
18
Hoyos, Arturo. 1993. La interpretación constitucional. Santafe de Bogota.. Ed. Temis.
19
Escobar Fornos, Iván. 2002. Interpretación e integración constitucional. Managua,
Nicaragua.
20
Merino Brito, Eloy. 1949. La interpretación constitucional. La Habana. Ed. Jesús
Montero
21
Tapia Valdés, Jorge. 1973. Hermenéutica Constitucional, Santiago, Editorial Jurídica
de Chile.
22
Zapata Larraín, Patricio. 2002. La jurisprudencia del Tribunal constitucional. Parte
General. Santiago, Ed. Biblioteca Americana, Universidad Andrés Bello.
23
Valenzuela Somarriva, Eugenio. 2005. Criterios de hermenéutica constitucional
aplicados al Tribunal Constitucional. Principios Generales. Santiago. Ed Tribunal
Constitucional. Avilés H. Víctor Manuel. 2005. Tópicos de la interpretación
constitucional, en Revista de Derecho Público, Volumen 67, Santiago, Facultad de
Derecho Universidad de Chile, págs.170-189. Cea Egaña, José Luis. 1992. “La
interpretación axiológica de la Constitución”, en obra colectiva Interpretación,
integración y razonamiento jurídicos. Santiago, Editorial Jurídica de Chile en págs.89-
97. Zapata Larraín, Patricio. La interpretación de la Constitución, en Revista Chilena
de Derecho, Vol. 17, Santiago, Facultad de Derecho, Pontificia Universidad Católica de
Chile. Zúñiga Urbina, Francisco. 1992. “Tendencias contemporáneas de la
interpretación constitucional”, en obra colectiva Interpretación, integración y
razonamiento jurídicos. Santiago, Editorial Jurídica de Chile, págs 285 – 303. Navarro
Beltrán, Enrique.1992. Mecanismos de interpretación establecidos en la Constitución
de 1980, en obra colectiva Interpretación, integración y razonamiento jurídicos.
Santiago, Editorial Jurídica de Chile, págs. 305 – 326. García B. Ana María. 1992.

5
Como señalara Manuel Aragón, la teoría de la interpretación de la Constitución
se presenta como la parte sustancial de la teoría de la Constitución y la práctica
interpretadora como el elemento básico de la aplicación de la norma
constitucional, sin perjuicio de ello, la interpretación constitucional no aparece
en los programas referentes a teoría constitucional ni de derecho constitucional
en las escuelas de derecho, constituyendo una de las competencias necesarias
para aplicar el derecho de la Constitución, mas aún cuando se ha establecido
un control reparador de constitucionalidad tanto concreto como abstracto en
manos del Tribunal Constitucional, con la reforma constitucional de 2005.

El manejo adecuado de la interpretación constitucional y de los derechos


fundamentales se constituye en un elemento básico de las competencias de los
operadores jurídicos de todos los ámbitos para poder cumplir correctamente
sus funciones (abogados, jueces, administración, legisladores, ciudadanos),
además de la necesidad de conocer los principios asumidos en la materia por
la jurisdicción constitucional que es desarrollada en forma privilegiada en
nuestro ordenamiento jurídico por el Tribunal Constitucional. No podemos dejar
de insistir en que la Constitución es norma jurídica de aplicación directa y
efectiva, como lo determina nuestro artículo 6 inciso 1° de la Constitución, por
lo que legisladores, jueces y administración, deben hacer efectiva esta fuerza
normativa constitucional en sus actos y en la adopción de sus resoluciones y
normas.

La interpretación constitucional tiene una finalidad práctica, orientada a


posibilitar la efectiva fuerza normativa de la constitución en el ordenamiento
jurídico, dotando de significado a un lenguaje jurídico especialísimo como es el
lenguaje constitucional con el objeto de extraer del enunciado normativo
constitucional la norma aplicable que resuelve el problema, además de otros
finalidades como integrar el ordenamiento jurídico, determinar la conformidad
de los preceptos normativos infla-constitucionales con la Carta Fundamental,
como asimismo, la defensa del orden constitucional democrático.

Puede sostenerse así, sin exagerar, que toda cuestión constitucional, depende,
en último término, de la interpretación constitucional y de los derechos
fundamentales asegurados y garantizados por ella.

“Los elementos de interpretación constitucional y su recepción en la jurisprudencia


chilena”, en obra colectiva Interpretación, integración y razonamiento jurídicos.
Santiago, Editorial Jurídica de Chile, págs 327 – 342. Bulnes Aldunate, Luz. 1988. “La
jurisprudencia del Tribunal Constitucional y la interpretación constitucional”, en XVIII
Jornadas de Derecho Público, Universidad de Concepción, págs. 159 – 170; de la
misma autora, 2002, Interpretación Constitucional, en Revista de Derecho Público, Vol.
64, Santiago, Facultad de Derecho, Universidad de Chile. Cerda Medina, Mario. 1983.
Sobre la interpretación constitucional, en ‘XIII Jornadas Chilenas de Derecho Público’,
Universidad de Concepción, págs. 87-96. Real, Alberto Ramón. “Los métodos de
interpretación constitucional”, en Revista de Derecho Público N° 25-26, enero-
diciembre de 1979. Santiago, Chile Facultad de Derecho, Universidad de Chile.

6
7
Capítulo I:
Lineamientos de interpretación constitucional.

1. Consideraciones generales.

La civilización humana en cuanto producto de la convivencia social de los seres


humanos se rige por normas jurídicas desde la antigüedad, lo que ha requerido
siempre su concretización por vía de interpretación. Las sociedades políticas
generan el derecho y los sistemas jurídicos que han regido a la humanidad en
sus diversas etapas y en sus diversas culturas y regiones.

El establecimiento del orden jurídico y de las constituciones como norma


fundamental busca regular la convivencia en la sociedad política y establecer
un marco o rieles por los cuales transcurra la vida social y política. Sin
embargo, con la estructuración del sistema normativo jurídico la labor no
termina, sino que recién comienza, ya que el ordenamiento jurídico se
estructura para normar y regular la vida social y solucionar los conflictos que en
ella se producen, lo que requiere de la interpretación jurídica, la que es
sistematizada por la hermenéutica, considerando diversos métodos, postulados
y principios de interpretación.

Interpretar es atribuir un sentido o un significado a símbolos dentro de


determinados parámetros. Así la interpretación en el ámbito del derecho es
fundamental, y lo es más aún en el ámbito del derecho constitucional. Ya Betti
señalaba que la interpretación es una actividad cognitiva dirigida a reconocer o
reconstruir el significado que debe atribuirse a formas representativas en el
ámbito del orden jurídico que son fuentes de valoración jurídica ( 24).

Concordamos asimismo con Gadamer en que no se puede diferenciar


comprensión e interpretación, “la interpretación no es un acto complementario
a la comprensión, sino que comprender es siempre interpretar y, en
consecuencia, la interpretación es la forma explícita de la comprensión” ( 25).

El lenguaje normativo no tiene significaciones unívocas. En los vocablos que se


utilizan pueden implicar más de un concepto. El intérprete es un mediador entre
lo que debe ser interpretado (objeto de interpretación) y los destinatarios del
objeto interpretado (el objetivo de la interpretación constituido por la aplicación
del enunciado normativo a un caso determinado)( 26).

El operador jurídico y en especial, el juez, nunca es un aplicador mecánico del


enunciado normativo, repitiendo sin aportar nada al ordenamiento jurídico, el
intérprete siempre a través de la interpretación y resolución del caso concreto

24
Betti, E. 1975. La interpretación de la ley y de los actos jurídicos, Madrid. Ed Revista
de derecho privado, página 95.
25
Gadamer, H.G. 1984. Verdad y método, Salamanca, Ed. Sígueme, página 382.
26
Ver: Vigo, Rodolfo Luis. 2004. Interpretación constitucional. Segunda edición,
Buenos Aires, Ed. Lexis nexos Abeledo-Perrot, página 16. Ribeiro Bastos, Celso. 1999.
Hermeneutica e interpretacao constitucional.“ Edición ampliada, Instituto Brasileiro de
Direito Constitucional, Brasil, página 18.

8
aporta al ordenamiento jurídico y debe buscar la racionalidad, razonabilidad y
justicia en el resultado de su trabajo interpretativo.

Kalinowski nos agrega que “En la medida que jurisdictio consiste en decir
realmente el derecho, ella es, además y sobre todo, una tarea de la prudencia
jurídica (o, desgraciadamente, de su ausencia, o hasta de su contrario …). Se
comprende que las sentencias de los jueces sean llamadas, y a justo título,
jurisprudencia y que el jurisconsulto romano mereció el noble nombre de
jurisprudens, en el sentido etimológico del término. Aplicando el derecho
debemos en primer lugar, decirlo, en otras palabras, debemos decir lo justo”
(27).

1.1. Hermenéutica e interpretación jurídica.

El vocablo hermenéutica tiene un origen griego: hermeneuein, hermeneia; por


su etimología, puede ser conceptualizada como actividad de Hermes, oráculo
de Delfos que traducía los homens o mensajes de los dioses. De allí que
hermenéutica implica traducir o explicar, como asimismo, próximamente, decir,
explicar o traducir (28). Durante la Edad Media y hasta el siglo XIX, la
hermenéutica se asociaba a la teoría sobre la interpretación bíblica, buscando
a través de métodos determinados descubrir la verdad oculta en las palabras
de las escrituras. Solamente con Husserl y Heidegger la hermenéutica pasa a
ser entendida como un comprender totalizante y universal, afincado en la
existencia (29).

Hans Georg Gadamer, lleva la hermenéutica a la filosofía práctica, el autor


reniega de la obsesión metafísica del historicismo en la búsqueda de métodos
de una interpretación objetivamente válida. La tarea de la hermenéutica no es
desarrollar un procedimiento de comprensión, sino esclarecer las condiciones
sobre las cuales surge la comprensión. Así para el autor comentado la
hermenéutica constituye el examen de las condiciones en que tiene lugar la
comprensión, por lo cual ella considera una relación y no un objeto. Para
Gadamer “comprender es siempre también aplicar” ( 30).

Para Coing, la hermenéutica jurídica funda un saber técnico y un saber ético en


la construcción de los significados de los textos jurídicos, siendo parte del
proceso hermenéutico general (31).

27
Kalinowski, Georges. 1982. Concepto, fundamento y concreción del derecho.
Buenos Aires, Ed. Abeledo Perrot , página 136.
28
Grodin, Jean. 1999. Introducao a hermeneutica Filosófica. Sao Leopoldo, Ed
Unisinos, página 53.
29
Leite Sampaio, José Adércio. 2005. “Adeus aos métodos? Hermeneutica,
pragmática e argumentacao constitucional”. En VV.AA. 2005. Directo
Constitucional Contemporaneo. Belo Horizonte, Livraria del Rey Editora Ltda.
Página 364.
30
Gadamer, Hans Georg. 1991. Verdad y método. Fundamentos de una
hermenéutica filosófica. Cuarta edición, Salamanca, Ed. Sígueme, pág. 380.
31
Coing, Helmut. 2002. Elementos fundamentais da filosofia do Directo. Porto
Alegre, Ed. Fabris, página 326.

9
Los diccionarios jurídicos consideran que la hermenéutica jurídica es una
ciencia auxiliar del derecho que tiene por finalidad establecer principios y reglas
tendientes a posibilitar la interpretación y aplicación de los preceptos jurídicos y
del derecho como sistema.

En Italia, Emilio Betti señalaba que la hermenéutica es una ciencia del espíritu
(ciencia moral) que engloba el estudio de la actividad humana de interpretar
(32).

En Brasil, Carlos Maximiliano precisa que la hermenéutica jurídica tiene por


objeto “el estudio y sistematización de los procesos aplicables para determinar
el sentido y alcance de las expresiones del derecho”( 33), mientras que la
interpretación sería una aplicación de la hermenéutica ( 34). La interpretación
aplicaría las reglas que la hermenéutica establece y ordena, para la
comprensión de los textos legales.

En Argentina, Linares Quintana expresa que la “Hermenéutica jurídica es la


disciplina científica cuyo objeto es el estudio y la sistematización de los
principios y los métodos interpretativos. De donde queda en evidencia el error
en que incurren quienes pretenden sustituir el término interpretación por el de
hermenéutica, o viceversa, en la equivocada creencia de que se trata de
vocablos sinónimos o equivalentes. La interpretación es aplicación de la
hermenéutica. La hermenéutica descubre y fija los principios que rigen la
interpretación. La hermenéutica es la teoría científica del arte de interpretar”(35).
La hermenéutica constituye así un proceso unitario que considera tanto la
comprensión y la interpretación del texto, como su aplicación.

La hermenéutica ofrece los enunciados que utilizará el intérprete. La


interpretación sigue los caminos pre-establecidos por la hermenéutica.

Saldaña sostendrá que la hermenéutica se aplicaría a los fundamentos o teoría


de la interpretación, mientras que la interpretación pondría mayor énfasis en la
tarea práctica del jurista (36).

Miguel Reale precisa que le parece sin significado la antigua distinción entre
hermenéutica como conjunto de procesos y reglas de interpretación y la
interpretación como aplicación de dichos procesos y reglas. Dicha distinción la
considera escolástica, abstracta, que no atiende a la naturaleza
necesariamente concreta del acto interpretativo, inseparable de los medios
32
Betti, Emilio. 1990. Teoria generale della interpretazione. Vol. II. Milan, Ed
Giuffre, pág 790 y siguientes.
33
Maximiliano, Carlos. Hermeneutica e Aplicacao do Direito. Rio de Janeiro. Ed.
Forense, página 1.
34
Maximiliano, Carlos. 1988. Hermeneutica e Aplicacao do Direito. Rio de
Janeiro. Ed. Forense, página 1.
35
Linares Quintana, Segundo. 1960. La Constitución interpretada. Buenos
Aires, Ed. Depalma, página 1.
36
Saldanha, Nelson. 2003. Orden e hermeneutica. Segunda edición, Rio de
Janeriro, Ed. Renovar, página 246.

10
dialécticamente ordenados a la consecución de los fines ( 37). Para Reale toda
norma jurídica tiene necesariamente una relación con los valores y los hechos
existentes en la sociedad.

Para Canosa Usera, la idea de Betti de encuadrar la interpretación jurídica


dentro de la hermenéutica nada aporta, en la práctica, para la teoría de la
interpretación constitucional (38).

El Diccionario de la Lengua Española editado por la Real Academia Española,


establece que hermenéutica es el arte de interpretar textos para fijar su
verdadero sentido, e interpretar es explicar o declarar el sentido de una cosa,
principalmente de textos.

Así muchos autores hoy día utilizan indiferentemente las expresiones


hermenéutica o interpretación, considerándolos como equivalentes ( 39). La
doctrina se manifiesta dividida sobre la materia.

La interpretación es siempre concreta, ella se ejercita cuando se esta ante un


caso que requiere una decisión, determinando el sentido y alcance de las
expresiones del derecho.

Canosa Usera señala que la interpretación tiene dos significaciones diversas,


según la primera, es la actividad desarrollada por el operador jurídico; según la
segunda, es el resultado de la acción desarrollada por el operador jurídico ( 40).

La interpretación jurídica parte de los enunciados jurídicos o textos jurídicos,


los cuales tienen reglas propias y características peculiares. La interpretación
jurídica tiene inmediatos efectos en la sociedad y en sus miembros, ya que
tiene por finalidad solucionar los conflictos de intereses o normativos existentes
en toda sociedad.

Como señala Hesse,”comprender y, con ello concretizar sólo es posible con


respecto a un problema concreto. El intérprete tiene que poner en relación con
dicho problema la norma que pretende entender, si quiere determinar su
contenido correcto aquí y ahora” (41).

37
Reale, Miguel. 1968. O direito como experiencia. Sao Paulo, Brasil, Ed. Saraiva,
página 238
38
Canosa Usera, Raúl. 1998. Interpretación constitucional y fórmula política, Madrid,
Centro de Estudios Constitucionales, página 3
39
García Belaunde, Domingo. La interpretación constitucional como problema. En
Obra colectiva Homenaje a Carlos Restrepo Piedrahita. Simposio Internacional sobre
Derecho del Estado. Bogotá, Universidad Externado de Colombia, tomo II, página 651.
Fix-Zamudio, Héctor. 2002. Lineamientos esenciales de la interpretación
constitucional. En Ferrer Mac-Gregor, Eduardo (Coord.), 2002, Derecho Procesal
Constitucional. Ob.Cit., página 2774. Quintero, Cesar.1993. Método y técnica de la
interpretación constitucional. Panamá, Mimeografiado, página10.
40
Canosa Usera, Raúl. 1988, ob. Cit, página 9.
41
Hesse. Konrad. 1992. Escritos de derecho constitucional. Centro de Estudios
Constitucionales, Madrid, página 42.

11
En el mismo sentido Zagrebelsky determina que “la interpretación jurídica es
una actividad eminentemente práctica, en el sentido de que procede de casos
prácticos y tiene como finalidad su resolución” ( 42). A su vez, el mismo autor
considera la interpretación como un proceso intelectual, a través del cual,
partiendo de fórmulas lingüísticas contenidas en el enunciado, se llega a un
contenido normativo, a una norma (43).

Vigo señala que “la interpretación jurídica se inscribe en esa doble dimensión
cognoscitiva de la prudencia cuyo objeto es deliberar acerca de las conductas
jurídicas posibles y juzgar fundadamente cual es la que se prefiere.
Deliberación y juicio de elección son los dos actos que constituyen el momento
cognoscitivo de la prudencia, y es a través de ellos también que se cumple la
interpretación. La deliberación jurídica es una investigación, búsqueda,
valoración, mensura, examen o encuesta sobre las alternativas de operaciones
jurídicas que se ofrecen en un tiempo y lugar preciso para determinados
sujetos. Dicho conocimiento desemboca en el juicio de elección que cierra la
deliberación al juzgar como la mejor a una de esas conductas. Cumplida la
etapa cognoscitiva o interpretativa de la prudencia, se posibilita el momento
culminante, o sea, el momento preceptivo o prescriptivo, con el que se agota la
‘creación’ jurídica, en él se actualiza poniéndose en existencia –al ejecutarla o
mandarla- a la conducta que la interpretación estimó apropiada” ( 44).

Ascarelli nos dirá que el objeto de la interpretación no es la norma sino solo un


texto (45) que podemos denominar enunciado normativo, la norma es el
producto interpretativo del intérprete al resolver el caso específico, la norma
nace en el momento en que se concreta el producto de la interpretación
jurídica, determinando el contenido de la norma aplicable ( 46).

La interpretación da lugar a un producto que es la decisión sobre como se


regulará un caso concreto, reconstruyendo o actualizando los enunciados
normativos, aplicándolos al caso y clausurando el conflicto.

La interpretación obliga a realizar una opción, dentro de las alternativas


posibles, asumiendo aquella que se considera la mejor.

Una vez determinadas las normas que forman el caso, debe aplicarse los
enunciados hermenéuticos, para identificar el sentido preciso de las
disposiciones legales en dicha hipótesis concreta, aplicándose el enunciado
normativo abstracto al caso concreto.

42
Zagrebelsky, Gustavo. 1987. La Corte Constitucional y la interpretación de la
Constitución. En División de poderes e interpretación. Hacia una teoría de la praxis
constitucional. Madrid, Ed. Tecnos, página 162
43
Zagrebelsky, Gustavo. 1987. La Corte Constitucional y la interpretación de la
Constitución. En López Pina, Antonio (Coord). División de poderes e interpretación.
Madrid, Ed. Tecnos, página 161.
44
Vigo, Rodolfo. 2004. Interpretación constitucional, página 32.
45
Ascarelli, T. 1959. Interpretazione y giurisprudenza Costituzionale, en Probleme
giuridici, Milán Ed. Giuffre, página140.
46
Larenz, Karl. 1980. Metodología de la ciencia del derecho., Barcelona, Ariel, 1980,
página 308.

12
El resultado interpretativo busca solucionar jurídicamente un caso que es
jurídico, de modo que la juridicidad de la interpretación se garantiza por el caso
jurídico y la perspectiva jurídica.

La perspectiva jurídica permite determinar permite definir si la conducta


analizada se encuentra permitida, prohibida u obligada, como asimismo el caso
es jurídico en la medida que se remite a conductas intersubjetivas que le
atribuyan a otro o le respeten lo que le corresponde o a reglas que pretenden
ordenar conductas de este tipo(47).

La tarea de interpretación jurídica se encuentra institucionalizada y se


desarrolla en el plano de la racionalidad práctica, sobre la cual existen
exigencias formales y sustanciales o materiales.

1.2. Los métodos clásicos de interpretación jurídica.

Los métodos clásicos de interpretación jurídica fueron formulados por Savigni,


el que defendía en 1802 que la interpretación debía considerar tres criterios: el
gramatical, el histórico, el lógico-sistemático ( 48), rechazando asimismo los
elementos finalista y consecuencialista (49).

a) La interpretación gramatical o literal.

El mas antiguo de los métodos es el método literal, que es el que debió asumir
el intérprete cuando el derecho dejo de ser consuetudinario, debiendo remitirse
a los vocablos escritos en la norma jurídica.

La letra de la norma jurídica, punto de partida y límite del intérprete. El texto


constituye el punto de referencia obligado, es lo primero a lo que se aproxima
el intérprete para encontrar una solución al problema planteado.

La letra del enunciado normativo es siempre el punto de referencia obligatorio


para el intérprete, cualquiera sea la norma objeto de interpretación,
constitucional, legal, administrativa o contractual.

El método literal se detiene en la investigación de los vocablos utilizados,


constituye un modo elemental de entender, absolutamente insuficiente para
comprender el complejo mundo normativo de la Constitución, aunque el
lenguaje posibilita la expresión de otros elementos a los que debemos prestar
atención.

47
Vigo, Rodolfo Luis. Directivas de la interpretación constitucional. En Ferrer Mac-
Gregor, Eduardo (Coord).2002. Derecho Procesal Constitucional. México, Ed Porrúa,
página 2882.
48
Von Savigny, M.F. 1958. Sistema de derecho romano actual. Madrid, Centro Editorial
Góngora. Texto original Von Savigny: Friedrich Carl. 1840. System des heutigen
Römischen Rechts, tomo I, Berlín. Su primera formulación es del curso de 1802.
49
López Medina, Diego. 2005. “Hermenéutica legal y hermenéutica constitucional”. En
Ferrer Mac-Gregor, Eduardo. 2005. Interpretación constitucional. Tomo II, Ciudad de
México, D.F. Editorial Porrua, página 784.

13
Las palabras o vocablos en cuanto objeto de interpretación pueden ser
consideradas en su eventual uso científico o en su uso habitual. Asimismo,
cualquiera que sea la opción anterior se abre una nueva, se utilizarán los
vocablos en el sentido que tenían en el tiempo que fue elaborada la norma o en
el tiempo en que debe aplicarse.

La regla general es que a los vocablos debe dárseles el significado propio del
lenguaje común, poniendo énfasis en el contenido semántico de las palabras
en si mismas, sin embargo, en los textos constitucionales se incorporan
vocablos y lenguaje jurídico técnico que por ser mas preciso puede favorecer la
interpretación jurídica y evitar equívocos de comprensión, en cuyo caso debe
dársele el sentido técnico que le es propio.

En el caso del empleo de vocablos o términos idénticos utilizados por diversas


normas, se debe atribuir el mismo significado. Las alteraciones de significado
de una misma palabra o vocablo, en el mismo texto, debe ser justificada.

La interpretación literal tiene el problema de que los vocablos o palabras


evolucionan en su significado, especialmente en el ámbito constitucional, como
ocurre por ejemplo con las expresiones Libertad, Igualdad, soberanía, justicia,
dignidad humana, ser humano.

En tal sentido se abren dos opciones respecto de textos antiguos, interpretarlos


con la acepción que tuvieron presentes los legisladores históricos o la acepción
actual que se da al término. Las posturas conservadoras tomarán la primera
opción, las posturas renovadoras la segunda.

Asimismo, la formulación lingüística de la norma constituye el límite externo


para cualquier variación de sentido jurídico constitucionalmente posible, como
señala Wroblewski (50).

El método literal se complementa con el método gramatical que es aquel en


que las normas jurídicas se interpretan de acuerdo a reglas que rigen los
elementos de un idioma y sus combinaciones. Así un texto puede ser
literalmente claro pero gramaticalmente defectuoso.

Un problema de la interpretación gramatical esta dada por la mala redacción, el


uso inadecuado de vocablos o signos de puntuación, los conceptos
indeterminados u otros defectos del lenguaje, que esta interpretación no puede
abordar y por tanto deberá dar paso a la interpretación del contexto.

b) La interpretación histórica o genética.

La interpretación mediante el método histórico surge como una crítica al


método gramatical o literal y la consideración de la intención del legislador que
conformaron el método exegético (51), realiza la interpretación a partir de los
50
Wróblewski, Jerzy. Constitución y teoría general de la interpretación jurídica, página
225
51
Tapia Valdés, Jorge. 1975. Hermenéutica constitucional. Santiago. Editorial jurídica
de Chile, página 21.

14
trabajos preliminares desarrollados por el legislador o el constituyente para
determinar la voluntad de ellos (proyecto presentado, trabajos preparatorios,
informes de comisiones, los votos de mayoría y el debate en la toma de la
decisión).

La corriente que ha dado mayor importancia a este elemento es el originalismo,


que le interese conocer la voluntad del constituyente originario para descubrir la
finalidad y alcance que el quiso darle a la norma. Para el originalismo todo
ejercicio de la interpretación que se aleje de la intención del legislador o del
constituyente en su caso, constituye una especie de usurpación de poder, ya
que la única finalidad de la interpretación es identificar y dar efecto a la
intención de los redactores y del pueblo que la adoptó, es averiguar la solución
que le darían a un problema actual el autor del enunciado normativo.
Derivaciones importante de este enfoque lo constituyen el intencionalismo y el
intencionalismo constructivo (52).

La debilidad de este enfoque metodológico es que en determinadas


oportunidades la voluntad del legislador histórico no consta o es ambigua, con
lo que deberá prescindirse de ella.

Ello ocurre precisamente con la Constitución Chilena en su texto original de


1980 que entró en vigencia el 11 de marzo de 1981, ya que los órganos que
elaboraron los textos eran sólo comisiones asesoras del gobierno militar, la
Comisión de Estudios de la Nueva Constitución y el Consejo de Estado,
ninguno de los dos eran parte del poder constituyente que formalmente estaba
radicado en la Junta de Gobierno de acuerdo con los Decretos Leyes 128, 527
y 788, la cual al adoptar la Constitución no dejó actas ni registros sobre el
sentido y alcance de las disposiciones aprobadas. Esta precisión es olvidada a
menudo por algunos exegetas de nuestra Carta Fundamental.

Puede sostenerse así, que la Constitución de 1980 no tiene historia fidedigna


que pueda ser invocada jurisdiccionalmente, aunque en varias oportunidades,
en forma errónea a nuestro juicio, el Tribunal Constitucional se ha referido a la
historia fidedigna de la Constitución, así por ejemplo, una sentencia del Tribunal
Constitucional señala: “De la historia fidedigna del establecimiento del artículo
32 de la Constitución Política de 1980 contenidas en las Actas de la Comisión
de Estudios de la Nueva Constitución se desprende con claridad que la
supresión de la facultad del Presidente de la República que le reconocía el N°
11 del artículo 72 de la Carta de 1925, se debió a que los comisionados
estimaron que el otorgamiento de una atribución de esta naturaleza debería
quedar entregada a la ley, pues no era materia propia de un texto
constitucional” (53). A su vez, en la sentencia Rol N° 24, sobre el proyecto de ley
que sanciona el tráfico ilícito de drogas y estupefacientes, determinó “Para el
efecto de establecer el verdadero sentido del actual precepto, es conveniente
referirse a la historia fidedigna de su establecimiento”(54) de 1984

52
Ver al respecto, Balaguer Callejón, M.L. 1997. Interpretación de la Constitución y
ordenamiento jurídico, Madrid, Ed. Tecnos, página 81
53
Sentencia del Tribunal Constitucional, Rol N° 124 del 18 de junio de 1991. Entre
otras, Sentencia de 27 de septiembre de 1990, Rol N° 116, considerando 8.

15
Asimismo, puede señalarse que desde 1989 a la fecha se han modificado
alrededor de cuatro quintas partes del articulado original de la Constitución de
1980, tanto que el constituyente derivado de 2005 ha debido autorizar al
Presidente de la República para establecer un texto sistematizado de la Carta
Fundamental, que fue promulgado el 17 de septiembre de 2005.

Por otra parte, el mismo Tribunal Constitucional chileno, en algunas sentencias


ha rechazado el enfoque originalista o textualista, precisando “No basta en la
interpretación de un precepto el estudio de lo que el autor de la iniciativa quiso
decir o plasmar en él. En definitiva bien puede que, una vez independizada la
norma de su autoría, el propio sistema jurídico rechace a esa voluntad inicial.
Ello por una incompatibilidad sistemática con otros Principios Jurídicos
Superiores” (55).

A su vez, es posible matizar señalando que las constancias expresas que


pueden considerarse en la historia legislativa de las leyes de reforma
constitucional a partir de 1990, pueden constituir un elemento auxiliar
secundario para precisar conceptos empleados en el texto constitucional, pero
siempre con las debidas precauciones del análisis de contexto, de la
sistematicidad del texto constitucional y su sentido finalista.

Otra posición plantea que debe recurrirse a la voluntad de la norma y no del


legislador o constituyente histórico, la voluntad de la norma se impone a la
voluntad del legislador ( 56). La norma constitucional es hija del poder
constituyente originario, pero a su vez está destinada a regular el presente y el
futuro.

En este contexto no nos parece adecuada la visión hermenéutica que intenta


anclar la interpretación en la voluntad original del constituyente, en el momento
de la elaboración de la Carta Fundamental. Nos parece más correcta la
posición objetiva, vale decir, la interpretación con la “ratio legem”, que potencia
la estabilidad normativa y el carácter abierto de muchas de sus normas, las que
deben aplicarse teniendo en consideración el contexto actual y los nuevos
problemas que la realidad de la sociedad política va presentando. En tal
sentido, los enunciados constitucionales pueden interpretarse y aplicarse a
situaciones que el constituyente jamás imaginó. El enunciado constitucional es,
en tal sentido, más “inteligente” que su autor, pudiendo normar nuevas
realidades y contextos históricos diferentes.

En este sentido, es adecuado rescatar en la jurisprudencia del Tribunal


Constitucional chileno, en el fallo “Clodomiro Almeida”, la ratio decidendi que
afirma que frente a lo expuesto por la Comisión de Estudios de la Nueva
Constitución, prima la voluntad de la Constitución, citando a Sebastian Soler se
señala que no basta que el autor de la iniciativa haya expresado un

54
Sentencia del Tribunal Constitucional, Rol N° 24 de cuatro de diciembre de mil
novecientos ochenta y cuatro, considerando 3°.
55
Sentencia del Tribunal Constitucional de fecha primero de septiembre de mil
novecientos ochenta y siete, Rol N° 46, considerando 27.
56
Aragón, Manuel. 1996. Constitución y control del poder. Buenos Aires. Ed. Ciudad
argentina, página 110.

16
determinado concepto (retroactividad del artículo 8º de la Constitución en su
texto original), precisando, “Con suma frecuencia ocurre que el sistema jurídico
absorve sólo aparentemente una pretendida novedad, pero luego la rechaza
por incompatibilidad sistemática con otros principios jurídicos superiores” ( 57

c) La interpretación sistemática.

Esta interpretación es aquella que analiza la relación de unas normas con otras
a partir de su ubicación y estructura dentro del texto normativo o complejo
normativo. Este método analiza la coherencia de contenidos entre los
diferentes enunciados normativos (formales o materiales), sin reducir la
sistematicidad a la pura posición que ocupa el enunciado normativo en el
ordenamiento jurídico.

La comprensión a través de la interpretación sistemática se encuentra en la


relación que guarda el enunciado normativo con los otros enunciados
normativos del ordenamiento jurídico en su conjunto.

Nuestro Tribunal Constitucional ha asumido dicho enfoque interpretativo en


forma reiterada, en su sentencia Rol N° 43, establece que “el sentido de una
norma de la Constitución no deriva de la simple consideración aislada de un
artículo o parte de él, sino del conjunto de prescripciones que se refieren a la
misma institución”(58). También en el fallo Rol N° 375, en cuyo considerando 23
precisa “Que, los preceptos mencionados (art 1 inciso 4°, art. 19 N°17, art. 38,
inciso primero) configuran el marco constitucional, de acuerdo con el cual debe
ser decidida la cuestión de constitucionalidad ya explicada, preceptos cuya
interpretación sistemática permite concluir, sin margen de duda, que la carrera
funcionaria y su garantía son conceptos mencionados en la Carta
Fundamental, pero no definidos en ella, hallándose su concreción confiada a lo
que disponga la ley orgánica respectiva, estro es, la Ley N° 18.575, de Bases
Generales de la Administración del Estado” ( 59), además de otras sentencias
que marcan una clara línea jurisprudencial ( 60).
Asimismo, la sentencia sobre el proyecto de ley de transparencia, límite y
control del gasto electoral, el cual desecha una interpretación literalista del
artículo 15, inciso cuarto del proyecto, el cual establecía “Sólo será procedente
imputar a las sumas de aporte público a que los partidos tengan derecho los
gastos en que éstos incurran, para sí o para sus candidatos, por los conceptos
57
Sentencia del Tribunal Constitucional, Rol N°46, de fecha veintiuno de diciembre de
mil novecientos ochenta y siete.
58
Sentencia del Tribunal Constitucional, Rol N°43, de fecha veinticuatro de febrero de
mil novecientos ochenta y siete: Ley Orgánica Constitucional de Partidos Políticos.
59
Sentencia del Tribunal Constitucional, Rol N° 375 de 3 de junio de 2003,
considerando 23.
60
Sentencia del Tribunal Constitucional, Rol N° 253, de quince de Abril de 1997
considerando 4; Sentencia del Tribunal Constitucional, Rol N° 309 de fecha 4 de
agosto de 2000, considerando 14; Sentencia del tribunal Constitucional, Rol N° 373,
de 22 de julio de 2003, considerando 26; Sentencia del Tribunal Constitucional Rol N°
376 de 17 de junio de 2003, considerandos 22 y siguientes; Sentencia del Tribunal
Constitucional Rol N° 379 de 1 de julio de 2003, considerando 39; Sentencia del
Tribunal Constitucional, Rol N° 383, de 5 de septiembre de 2003, considerandos 14 y
17.

17
a que se refieren las letras a) y b) del artículo 2°.”, lo que hacía aplicable dicha
norma a los partidos políticos y no a los candidatos independientes, lo que
llevaría a concluir que dicha norma es inconstitucional por vulneración del
principio de igualdad entre candidatos independientes y de partidos establecida
en el artículo 18 de la Constitución y del artículo 19 N°2 que prohíbe la
desigualdad de trato frente a una misma hipótesis normativa. Sin embargo, el
Tribunal Constitucional precisa: “Que, sin embargo, una interpretación orgánica
y sistemática de las normas que regulan el financiamiento público de los gastos
electorales que contempla el proyecto, de modo que guarden entre ellas la
debida correspondencia y armonía, lleva a una conclusión diferente;
“Que, en efecto, con el objeto de velar por la legitimidad y transparencia del
sistema de financiamiento público de los gastos de esta naturaleza, la
disposición quiso limitar aquellos que se puedan imputar a éste, a los que se
encuentran comprendidos en el artículo 2°, letras a) y b) del proyecto, respecto
de todos quienes participen en la respectiva elección sin exclusiones;
“Que, el análisis del conjunto de los preceptos comprendidos en el artículo 15
de la iniciativa en examen demuestra que el sentido de la norma es el que ha
sido determinado por esta magistratura en el considerando anterior…” ( 61

Sin embargo, nuestro Tribunal Constitucional no ha sido siempre coherente con


dicho enfoque (62), quebrándolo en algunas oportunidades, así por ejemplo en
la sentencia Rol N° 67 de 1989, referente a la Ley Orgánica Constitucional
sobre Sistema Electoral Público, en que se introducía por parte de la Junta de
Gobierno Militar, la conformación de los distritos electorales, un grupo de
profesores de derecho constitucional, en virtud del derecho de petición,
formulamos nuestras observaciones al proyecto de ley en el proceso de control
preventivo obligatorio de constitucionalidad, frente al cual el tribunal
Constitucional en su fallo, en su considerando 10, sostuvo: “El reparo de
constitucionalidad en referencia, carece de todo fundamento, ya que el
constituyente entregó al legislador de la ley orgánica constitucional respectiva
la determinación de los distritos electorales. En efecto, el artículo 43 de la
Carta Fundamental prescribe textualmente ‘La Cámara de Diputados está
integrada por ciento veinte miembros elegidos en votación directa por los
distritos electorales que establezca la ley orgánica constitucional respectiva’.
La Constitución dejó, así, amplia facultad al legislador para determinar los
distritos electorales. Ni siquiera consideró fijarle criterios o pautas de modo que
el legislador ha tenido libertad para considerar factores de carácter geográfico,
territorial, poblacional, socioeconómico, estratégicos, etc”(63). En tal sentencia,
se desechó la interpretación sistemática, no considerando para nada los
principios constitucionales de igual valor del sufragio de los ciudadanos, de
razonabilidad y el principio de no discriminación arbitraria, entre otros, pese a
existir jurisprudencia conocida norteamericana, alemana y francesa sobre la
materia (64).

61
Sentencia del Tribunal Constitucional, Rol N° 376, de diecisiete de junio de 2003,
considerandos vigesimosegundo a vigesimocuarto.
62
Zapata Larraín, Patricio. 2002. La Jurisprudencia del Tribunal Constitucional.
Santiago, Ed Universidad Nacional Andrés Bello, págs 33 y siguientes.
63
Sentencia del Tribunal Constitucional, Rol N° 67, de fecha doce de mayo de mil
novecientos ochenta y nueve, considerando décimo.

18
d) La interpretación lógica.

La interpretación lógica es aquella que busca determinar el sentido del texto, a


partir de la especificidad propia del lenguaje jurídico y del hecho de que los
vocablos pueden tener un significado usual y otro técnico jurídico.

1.2.1. Consideraciones finales sobre los métodos clásicos.

Estos métodos de interpretación nacieron con el objeto de interpretar normas


del derecho privado y fueron desarrolladas por juristas iusprivatistas, las que
extendieron luego al derecho constitucional considerando que los textos de las
leyes y la Constitución eran similares. Es un punto pacifico en los autores
clásicos que los diferentes métodos deben ser utilizados en forma combinada,
sin que ninguno de ellos pueda ser eliminado ni absolutizado.

En el método de interpretación jurídico tradicional el enunciado normativo a ser


aplicado al caso concreto ya está previamente interpretado, su contenido está
determinado. Por ello parte del análisis del texto para llegar al contenido del
enunciado normativo debe ser aplicado silogísticamente al supuesto fáctico. Así
se ejecuta una voluntad pre-existente que puede ser alcanzada con certeza a
través de los métodos antes señalados y con independencia del problema que
debe ser resuelto, con lo cual la decisión producida frente al caso es de simple
subsunción.

La crítica a los métodos tradicionales se iniciará con Rudolf Von Ihering, quién
critica a Von Savigny su excesiva concentración en el texto escrito de la ley,
como asimismo su olvido de los problemas prácticos que las normas buscan
solucionar en la vida social, propugnando una mayor atención al fin o propósito
perseguido por las normas jurídicas. A este se unirán las críticas de F. Gény, M.
Planiol, R. Pound, entre otros autores, a la interpretación clásica mecanicista,
silogística o conceptualista representada por Von Savigny.

2. La interpretación constitucional.

2.1. Las razones de la ausencia de interpretación constitucional durante el


siglo XIX y la primera mitad del siglo XX.

En el constitucionalismo clásico, la interpretación constitucional no se reconoce


como un problema, debido a que el texto de la Carta Fundamental tenía un
carácter puramente formal, los derechos y garantías se realizaban a través de
64
Sentencias de la Suprema Corte Norteamericana en casos desde 1962: “Baker vs.
Carr”; “Reynolds vs. Sims”; “Kirpatrick vs Preisler”. Sentencia del Tribunal
Constitucional alemán, BverfGE127 (1961). Sentencia del Concejo Constitucional
francés de 18 de noviembre de 1986.

19
los preceptos legales, por lo que las técnicas de interpretación jurídica estaban
entregadas a los códigos civiles y penales, que asumían una teoría general de
la interpretación (65), a través de la hermenéutica jurídica. Por otro lado, la parte
orgánica de la Constitución se consideraba un asunto político no justiciable, por
tanto no sujeto a interpretación jurídica, lo cual fue evolucionando
posteriormente a través de la justiciabilidad de los asuntos derivados del
estatuto del poder en el ordenamiento constitucional ( 66).

Puede sostenerse que durante el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX no
existió una interpretación del derecho constitucional en Europa y parte
importante de América en la medida que el Derecho de la Constitución era
considerado esencialmente un derecho político, la Carta Fundamental era
norma política y no norma jurídica. El ordenamiento jurídico como regla general
comenzaba en la ley, con el principio de legalidad, no habiendo lugar para la
interpretación jurídica de la Constitución. La Carta Fundamental no era
considerada parte del derecho con fuerza normativa. Asimismo, los tratados y
manuales de derecho constitucional hasta avanzada la segunda mitad del siglo
XX, tanto en Europa como en América Latina aún no contenían capítulos con
apartados dedicados a la interpretación constitucional.

2.2. El cambio de paradigma constitucional en la segunda mitad del


siglo XX y el desarrollo de la interpretación constitucional.

La interpretación constitucional se transforma en un tema central de la teoría


constitucional cuando la Carta Fundamental se transforma en norma exigible y
de cumplimiento directo e inmediato, producto de la transformación del Estado
de Derecho en Estado Constitucional de Derecho( 67),con posterioridad a la
Segunda Guerra Mundial.

Este nuevo enfoque y paradigma jurídico modifica la comprensión de la Carta


Fundamental: de una perspectiva de norma programática que adquiere fuerza
jurídica a través del desarrollo legislativo, pasa a ser una Constitución con
fuerza vinculante y de efecto directo, desarrollándose el principio de
supremacía constitucional y de fuerza normativa de la Constitución, donde la
ley vale sólo si es conforme a la Carta Fundamental, pudiendo anularse las
disposiciones legales contrarias a la Constitución. Asimismo, los derechos
asumidos en la Constitución no constituyen meras declaraciones, sino que en
las nuevas constituciones los derechos fundamentales tiene fuerza vinculante y
directa irradiando todo el ordenamiento jurídico. Los derechos fundamentales
asumen la doble calidad de derechos-facultades de las personas y de
fundamentos objetivos del orden constitucional, exigiendo el empleo de
técnicas y métodos interpretativos para implementar su aplicación directa, la
superación de lagunas y las eventuales tensiones entre derechos.

65
Betti, Emilio.1955. Teoria general de la interpretazione. Tomos I y II, Milán, Giuffrè.
Tomo I, páginas 292 y siguientes. Tomo II, páginas 788 y siguientes.
66
Alonso García, Enrique. 1984. La interpretación de la Constitución, Madrid, Centro
de Estudios Constitucionales, páginas 517 y siguientes.
67
García Pelayo, Manuel. 2000. Derecho Constitucional Comparado. Madrid, Alianza
Editorial, páginas 100 y siguientes.

20
Los estados constitucionales contemporáneos reconocen a la Constitución
como norma jurídica plena, que posee el más alto nivel dentro de la jerarquía
de las normas del ordenamiento jurídico interno y poseedora de plena fuerza
normativa. Ello exige a todo intérprete del ordenamiento jurídico operar a partir
de la Constitución y en consonancia con sus valores, principios y reglas. Por
ello puede sostenerse que toda teoría de la interpretación debe ser
necesariamente una teoría constitucional de la interpretación ya que solamente
en dicha perspectiva es jurídicamente viable (68).

Sólo en la segunda mitad del siglo XX, la interpretación constitucional comienza


a constituirse en un tema central de la Teoría de la Constitución y en su
aplicación práctica que es el derecho constitucional ( 69), su finalidad es la
concreción de la Constitución, como dice Rubio Llorente “el problema de la
interpretación constitucional como problema jurídico surge sólo, en
consecuencia, cuando la Constitución es entendida como un límite jurídico y no
político al poder legislativo” ( 70). Todo tema en materia constitucional depende,
en última instancia, de la interpretación constitucional ( 71).

Esta realidad es la que explica el surgimiento y desarrollo tardío de la


interpretación constitucional en relación a la interpretación general del
derecho.

2.3. Los fundamentos que especifican a la interpretación


constitucional como una forma diferente de interpretación
jurídica.

La interpretación constitucional es una forma de interpretación jurídica que


opera con una materia jurídica peculiar como es la Constitución o el bloque de
constitucionalidad que impone modos específicos de interpretación ( 72).

La interpretación constitucional necesariamente parte y concluye en lo jurídico


considerando los valores y principios que establece el ordenamiento,
constituyendo la reflexión jurídica mas profunda destinada a resolver los
conflictos jurídicos que se dan en la sociedad, pacificándola.

Canotilho señala que “interpretar una norma constitucional es atribuir un


significado a uno o varios símbolos lingüísticos escritos en la Constitución con
el fin de obtener una resolución de problemas prácticos, normativa-
constitucionalmente fundados” (73).

68
Balaguer Callejón, Maria Luisa. 1997. Interpretación de la Constitución y
ordenamiento jurídico. Madrid, Ed. Tecnos. S.A., página 80.
69
Rubio Llorente, Francisco, en Prólogo al libro de Alonso García, E. La interpretación
de la Constitución, Madrid, Centro de Estudios Constitucionales. página XVII.
70
Rubio Llorente, Francisco. La forma del poder. Madrid, Ed Centro de Estudios
Constitucionales.
71
Linares Quintana, Segundo. Reglas para la interpretación constitucional, página 16
72
Ver Guastini, Ricardo. 2000. Estudios sobre la interpretación jurídica. México,
Porrúa, páginas 120 y siguientes.
73
Canotilho, J.J. 2000. Directo Constitucional. Coimbra, Ed Almedina, página 143.

21
El intérprete constitucional debe ajustarse a principios y a ciertas reglas que en
su conjunto conforman el método para la hermenéutica constitucional, que es
de clara naturaleza jurídica (74).

La interpretación constitucional sin desvalorizar la interpretación general,


presenta diversas particularidades que fundamentan un trato diferenciado y un
análisis autónomo de los demás métodos de interpretación en el sistema
jurídico.

Lucas Verdú nos señala que en la interpretación constitucional no existe un


criterio de interpretación absoluto, ya que “aunque la interpretación
constitucional es una, no obstante existen diversos métodos para esclarecer el
significado de las normas constitucionales. No hay una interpretación histórica
de las normas constitucionales, otra gramatical, y otra lógico-sistemática y
teleológica, sino una sola interpretación constitucional que analiza los
precedentes históricos, examina los debates parlamentarios, fija el significado
exacto de las palabras y realiza las operaciones necesarias para establecer el
sentido de la norma constitucional como parte componente de un
ordenamiento que apunta a una finalidad concreta” (75).

La interpretación constitucional es una interpretación sistemática que interpreta


los enunciados normativos atendiendo a su posición dentro de la Constitución o
el ordenamiento jurídico, evitando perspectivas excluyentes y utilizando todos
los métodos de interpretación jurídica generales, además de las técnicas
interpretativas propias del derecho constitucional para obtener la solución
correcta.

Sachica establece que “La interpretación de las normas constitucionales – no


obstante su pertenencia al orden jurídico estatal con los demás que lo integran
– por razón de su jerarquía, su carácter originario ..... y su calidad de fuente de
otras normas, esto es, por ser norma de normas, o normas de ordenación del
orden jurídico, requieren una técnica interpretativa especial, un tratamiento
diferente al de la hermenéutica común”(76)

Jerzy Wróblewsky determina que “La interpretación constitucional aparece


como un caso especial de la interpretación legal. La teoría general de la
interpretación legal cubre también la interpretación constitucional, aunque hay
rasgos especiales de esta última conectados con las particularidades del papel
de la Constitución en el sistema jurídico, con el de su aplicación y con el de su
organización institucional” (77).

74
Alonso García, E. 1986. La interpretación de la Constitución. Madrid, Ed. Centro de
Estudios Constitucionales, página 519.
75
Lucas Verdú, Pablo. 1996. Interpretación constitucional, en Prontuario de Derecho
Constitucional, Granada, Ed. Comares, página 207.
76
Sachica, Luis Carlos. 1988. El control de constitucionalidad y sus mecanismos.
Tercera edición. Bogotá, Ed. Temis, página 1.
77
Wróblewsky, Jerzy. 1988. Constitución y teoría general de la interpretación jurídica.
Madrid. Ed. Civitas, página 18.

22
2.3.1. La especial característica de la Constitución como norma jurídico-
política.

El texto constitucional o el bloque constitucional de derechos, en su caso, es el


punto de partida y límite de toda interpretación. Es necesario precisar que al
interprete no le esta admitido esquivar el texto o promover alteraciones
interpretaciones sistémicas del texto constitucional. Los enunciados normativos
constitucionales son así la referencia y límite de la interpretación constitucional.
Los enunciados normativos constitucionales no son telas en blanco en espera
de una mano de un creador, sino que son obras inacabadas o como un
proyecto y estrategias semióticas por terminar. Al intérprete le corresponde
terminar la obra que ya tiene una conformación básica.

Sin embargo, reconocer la autoridad del texto constitucional no implica aceptar


un determinismo exegético, teniendo especialmente presente la textura abierta
de los enunciados constitucionales, las cuales posibilitan diferentes lecturas,
aún cuando no permiten cualquier lectura.

En efecto, cada tipo de norma tiene una estructura distinta que reclama un
proceso propio y adecuado a su comprensión. Como señala Canosa, “es la
materia objeto de cada interpretación, la que, en esencia, otorga uno u otro
carácter a la labor hermenéutica que sobre ella recae;….. A pesar de un
irreprochable carácter jurídico las disposiciones constitucionales regulan, no
cabe duda, situaciones profundamente políticas. Esta naturaleza política da
personalidad al texto fundamental y justifica, por ende su interpretación con
arreglo a una dogmática distinta, en parte para dar cumplida satisfacción a
problemas diversos de los surgidos en otras ramas del derecho” ( 78).

La norma constitucional es la norma fundamental y fundadora del ordenamiento


jurídico, es la norma superior que otorga el fundamento de validez a todas las
demás normas del derecho interno, de la Carta Fundamental todas las demás
normas obtienen su juridicidad formal y material, como asimismo, su sentido
último. El carácter político de la Constitución entraña atender a la realidad de la
sociedad política y su contexto histórico concreto, dentro de la cual opera la
Carta Fundamental. El análisis del enunciado normativo constitucional no
puede ser atemporal, debe encuadrarse en las circunstancias de tiempo y
lugar, no puede apartarse de la realidad histórica y social.

Como ha señalado Leibholz uno de los deberes de los jueces constitucionales


que tratan de aplicar rectamente los enunciados normativos que requieren de
interpretación es considerar en la decisión las consecuencias políticas de la
sentencia aún cuando deben ser decisiones jurisdiccionales asentados en
fundamentos jurídicos objetivos normativos.

2.3.2. La Constitución es un cuerpo normativo que contiene valores,


principios y reglas de textura abierta, que utiliza lenguaje sintético y
gozan de amplia elasticidad.

78
Canosa Usera, Raúl. 1988. Ob. Cit. Página 55.

23
García de Enterría precisa que la Constitución asegura una unidad del
ordenamiento jurídico, esencialmente sobre la base de un orden de valores
materiales expreso en ella y no sobre las simples reglas formales de
producción de normas (79).

La Constitución, a su vez, constituye un cuerpo sistemático de normas de


máximo rango que utilizan un lenguaje sintético o de textura abierta que
establecen valores, principios y reglas. Asimismo, el carácter sintético y
abstracto de las normas constitucionales les otorga generalmente bastante
elasticidad, posibilitando aplicaciones a diversas realidades históricas.

A su vez, la amplitud y textura abierta de las normas constitucionales posibilita


su actualización, lo que hace que la interpretación constitucional no sólo
cumpla una función de presupuesto de aplicación de un enunciado normativo,
sino también en elemento de renovación y actualización del orden jurídico ( 80),
adaptándose a las nuevas realidades y valores vigentes, haciéndose dúctil a
las nuevas contingencias, como asimismo posibilita la promoción de
consensos políticos dentro de ciertos límites.

Como señala Linares Quintana, “en ninguna otra rama de la ciencia jurídica
tiene mayor aplicación que en el derecho constitucional el concepto expuesto
por Wig-More de que las palabras están lejos de ser cosas fijas: son las cosas
mas fluidas e indefinidas; o el que sentara Holmes diciendo que una palabra no
es un cristal, transparente e inmutable; es la piel de un pensamiento vivo y
puede mudar grandemente de color y contenido según las circunstancias y el
momento en que es utilizada”(81).

Konrad Hesse precisa que, para el Derecho Constitucional, la importancia de la


interpretación es fundamental en razón del carácter abierto y amplio de la
Constitución, siendo por ello que los problemas de interpretación se presentan
con mayor frecuencia que en otros ámbitos del derecho ( 82).

La Constitución tiene una estructura normativa diferente a todo tipo de leyes, la


Carta Fundamental es una norma única, a diferencia de las leyes que son
miles, cuya estructura normativa no supone, como señala Pérez Royo, “la
tipificación de ninguna conducta a la que se anuden consecuencias jurídicas de
ningún tipo”(83), a diferencia de la ley.

79
() García de Enterría, Eduardo, La Constitución como norma y el Tribunal
Constitucional, Madrid, España, 1985, p. 97.
80
Alonso García, E. 1986. La interpretación de la Constitución, Madrid, Centro de
Estudios Constitucionales, página 1.
81
Linares Quintana, Segundo V. 2005. “La interpretación constitucional”, en Ferrer
Mac-Gregor, Eduardo. (Coord). Interpretación Constitucional, Ciudad de Mexico, Ed.
Porrua, páginas 762-763.
82
Hesse. Konrad. 1992. Escritos de derecho constitucional. Centro de Estudios
Constitucionales, Madrid, página 34.
83
Pérez Royo, Javier. 2005. “La interpretación de la Constitución”.En Ferrer Mac-
Gregor, Eduardo (Coord). Interpretación Constitucional. Tomo II. Ciudad de México.
D.F. Editorial Porrúa, página 888.

24
Como señala Alonso García, “la Constitución es una norma, pero una norma
cualitativamente distinta a las demás, por cuanto incorpora el sistema de
valores esenciales que ha de constituir el orden de convivencia política y de
informar todo el ordenamiento” (84).

El perfil de la norma constitucional por regla general se adecua mas a un


principio que a una regla (85).

2.3.3. La interpretación constitucional tiene por objeto que los operadores


políticos y jurídicos se mantengan dentro del cauce constitucional
definidos por valores y principios constitucionales: no busca determinar
la mejor o la única respuesta posible como el intérprete de las leyes, sino
determinar las respuestas intolerables.

El intérprete constitucional requiere tener una adecuada formación


constitucional que haga operativa la prevalencia o primacía de la Constitución o
del bloque de constitucionalidad, con capacidad para realizar una adaptación
inteligente de la norma constitucional a las circunstancias sociales de cada
época, con “voluntad de Constitución” como señalaba Hesse, para que la Carta
Fundamental adquiera y conserve su realización práctica, incentivando
asimismo la formación de lo que Lucas Verdú denominó “sentimiento
constitucional”, vele decir, un vínculo moral de los ciudadanos con su
ordenamiento constitucional.

Ello requiere también considerar el sistema de la Constitución y sus fuentes, el


determinar la materia constitucional, lo que no es fácil, ya que es en tal
determinación donde se producen intensos debates sobre el sentido y alcance
de los derechos implícitos, sobre la función de la jurisprudencia constitucional,
sobre los derechos contenidos en el derecho internacional de los derechos
humanos (convencional y consuetudinario), sobre la existencia o inexistencia
de jerarquía de derechos y de valores jurídicos dentro del texto constitucional,
sobre la existencia de fuentes supraconstitucionales, sobre la existencia de la
completitud constitucional y la eventual existencia de lagunas constitucionales
(falta de previsión del constituyente). La respuesta a esta y otros aspectos de la
Constitución requiere desarrollar una teoría de la interpretación susceptible de
ser aceptada en el ámbito constitucional.

El objetivo de la interpretación constitucional es diverso de la interpretación de


la ley, en la medida que la estructura de regla de la ley exige la aplicación de la
norma a un supuesto de hecho, donde la norma se aplica o no se aplica a ese
caso, donde se da “el todo o nada” ( “all or nothing”), debiendo el juez verificar
la mejor o la única aplicación posible. En el ámbito constitucional los valores y
principios posibilitan diversas alternativas de configuración e implementación
legislativa dentro de los marcos que ella define, los principios a diferencia de

84
Alonso García, E. 1984. La interpretación de la Constitución. Madrid, Ed. Centro de
Estudios Constitucionales, página 277.
85
Gianformaggio, L. “L´interpretazione della Costituzione tra applicazione di regole ed
argumentazione basata su principi”. EN Studi sulla giustifficazione giurídica, Torino, Ed.
Giappichelli, páginas 97 y siguientes.

25
las reglas sobreviven en el ordenamiento jurídico pese a su diferente grado de
aplicación, pudiendo tener un peso mayor o menor en cada caso concreto.

La interpretación de los principios constitucionales no puede realizarse según


criterios de jerarquía, de cronología o de normas anteriores o posteriores, ni
tampoco en base a reglas de especialidad o especificidad. Los principios se
interpretan en base a su peso relativo dentro del orden constitucional y su
razonabilidad en el caso concreto en análisis. Los principios son normas
jurídicas que dotan de sentido al ordenamiento constitucional y lo clausuran.

El juez de la Constitución debe velar porque las actuaciones y normas se


encuadren dentro de los mínimos exigidos constitucionalmente, el juez de la
Carta Fundamental no está destinado a pronunciarse sobre cual es la solución
única o correcta, lo que Prieto Sanchos denomina “unidad de solución justa” ( 86)
sino que solo debe determinar que la solución definida se mantenga dentro del
marco constitucional, siendo una interpretación conforme a la Constitución. La
lógica de la interpretación constitucional es así una lógica diferente a la del
intérprete de las leyes.

Como señala Pérez Royo, se trata “de dos interpretaciones constitucionales


distintas. Una interpretación política, esto es, orientada al problema que se ha
de resolver, que se traduce en una interpretación jurídica positiva, creando
derecho. Es la interpretación constitucional del legislador. A esta interpretación
se superpone eventualmente una interpretación constitucional exclusivamente
jurídica, no orientada a la solución de ningún problema, sino única y
exclusivamente a evitar que se le dé a un problema una solución que no se le
debe dar. Es la interpretación del Tribunal Constitucional, que es puramente
negativa o defensiva”(87). Ambos operadores político y jurídico deben actuar
prudentemente, el legislador al crear la ley, debe ser conciente que su facultad
de configurar el ordenamiento deber mantenerse en el marco jurídico
constitucional, mientras que el juez constitucional en su interpretación jurídica
no debe reducir el margen de configuración política legítima del legislador,
delimitando la senda dentro de la cual la configuración legal es legítima,
excluyendo solo las configuraciones legales intolerables dentro del marco
constitucional. El razonamiento del juez constitucional no se ajusta a los
canones de la subsunción sino a los de la razonabilidad en un juicio de carácter
valorativo, finalista y prudencial.

2.3.4. El diferente impacto sobre el ordenamiento jurídico o fuerza jurídica


de la interpretación legal y constitucional.

En ordenamientos constitucionales como el chileno, donde el Tribunal


constitucional desarrolla un control tanto abstracto (preventivo y represivo o ex
post) o por vía de acción, con efectos erga omnes y ex nunc, como asimismo,
como concreto de constitucionalidad, por vía de juicio incidental con efectos

86
Prieto Sanchís, Luis. 1987. Ideología e interpretación Jurídica. Madrid, Ed. Tecnos,
páginas 114 y siguientes.
87
Pérez Royo, Javier. 2005. “La interpretación de la Constitución”. En Ferrer Mac-
Gregor, Eduardo. 2005, Interpretación constitucional, Tomo II. Ob. Cit, páginas 898 y
899.

26
inter partes, lo que posibilita al Tribunal tanto declarar la inaplicabilidad de
preceptos legales como la posibilidad de expulsarlos del ordenamiento jurídico,
lo que indica que la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, debiera tener,
tanto en su decisum como la ratio decidendi, una fuerza vinculante para los
jueces y tribunales ordinarios, los cuales deben aplicar e interpretar las leyes y
normas reglamentarias conforme a la interpretación de los mismos que resulte
de las resoluciones del Tribunal Constitucional en los procesos que son de su
competencia, constituyendo su razonamiento jurídico un elemento adicional a
los ya existentes en el orden jurídico.

2.3.5. La interpretación de la Constitución tiene como premisa que la


Carta Fundamental constituye un complejo sistema que se transforma
con su contacto con el tiempo y las relaciones sociales.

La Constitución es el elemento del ordenamiento jurídico que mas fuerte recibe


el embate de las relaciones sociales y del tiempo, las cuales le imprimen un
sello indeleble. De manera tal que la interpretación constitucional debe
desarrollarse teniendo presente que la Constitución no es sólo un conjunto de
principios y reglas de aplicación directa, sino que estas se van transformado
en contacto con el tiempo y los acontecimientos sociales, los cuales van
haciendo variar el sentido y alcance de los vocablos empleados en el texto
constitucional, como asimismo las concepciones que se desprenden del
mismo, el cual debe irse actualizando para mantenerse como un instrumento
de gobierno efectivo.

2.4. La insuficiencia de los métodos de interpretación tradicionales


para la interpretación constitucional y diversidad de enfoques
de interpretación constitucional.

Desde la interpretación formalista, fundada en la gramática de las normas y la


intención del constituyente histórico se ha pasado hacia postulados y principios
que orientan la interpretación constitucional hacia enfoques más de acuerdo
con la naturaleza del texto constitucional y a las condiciones jurídicas,
sistemáticas, finalistas e histórico-sociales en que la Carta Fundamental debe
operar.

Tal como señala Hesse, “el cometido de la interpretación es el de hallar el


resultado constitucionalmente ‘correcto’ a través de un procedimiento racional y
controlable, el fundamentar ese resultado, de modo igualmente racional y
controlable, creando, de este modo, certeza y previsibilidad jurídicas, y no,
acaso, el de la simple decisión por la decisión”( 88).

A su vez, como señala Zagrebelsky, “no existe en la literatura jurídica ni en la


jurisprudencia, una teoría de los métodos de interpretación constitucional que
afirme la posibilidad y la necesidad de la adopción de un método
preestablecido o de un orden metodológico definido” ( 89).

88
Hesse, Konrad. 1992. Escritos de derecho constitucional. Madrid, Centro de
estudios Constitucionales, página 35.

27
Si el objeto de la interpretación es encontrar el resultado constitucionalmente
correcto a través de un procedimiento racional y controlable, el intérprete
utilizará todos los elementos que le permitan dar la solución mejor al problema
que debe resolver, tomando en cuenta la realidad sobre la cual debe aplicarse
en sus condicionamientos y contexto político, social y histórico, ya que la
determinación y alcance de una norma constitucional no es atemporal.

En el ámbito chileno es necesario precisar que los artículos 19 a 25 del Código


Civil que contienen las reglas tradicionales de interpretación de la ley están
sometidas a la supralegalidad constitucional, ellas no son adecuadas para
interpretar la Carta Fundamental, cuyos enunciados normativos por sus
características propias requieren de otros criterios de interpretación. Es el
propio Tribunal Constitucional chileno en sentencia Rol Nº 325 de 2001 el que
se pronuncia sobre la materia, señalando “”Que, una interpretación literal o
basada en el principio de la especialidad o en el aforismo jurídico de que donde
la ley no distingue no le es lícito al intérprete hacerlo, establecidas o
reconocidas por el Código Civil para la interpretación de las leyes no reciben
aplicación en el presente caso, atendida la naturaleza especial del problema
que se analiza y del texto que se interpreta, ‘pues a diferencia de las leyes
ordinarias, la Constitución es una superrey, es una ley fundamental, de aquí la
necesidad de establecer con exquisito rigor su preciso sentido, ya que las
exigencias de certeza y seguridad jurídica son mucho mas exigibles en la
interpretación del estatuto jurídico de la convivencia política, que establece no
sólo quienes son los órganos legisladores y los procedimientos seguidos para
producir las leyes, sino el conjunto de afirmaciones sociales que hacen posible
la incersión del individuo en el Estado. En este sentido, la Constitución es la
expresión jurídica fundamental del estado de Derecho’ (Lucas Verdú, Pablo. La
interpretación constitucional. Seminario de Derecho Político de la Universidad
de Salamanca, pág. 143)” (90).

El Tribunal Constitucional chileno ha asumido en forma sostenida y uniforme


desde 1985, que los principios hermenéuticos clásicos de interpretación de la
ley, contenidos en los artículos 19 a 24 del Código Civil, son insuficientes para
interpretar la Constitución, aún cuando pueda recurrir a ellos en forma
subsidiaria, prefiriendo criterios más extensos, distintos y profundos que
responden de mejor manera a lo que es y debe ser una Constitución ( 91).

2.5. Hacia un concepto de interpretación constitucional.

Carmona Tinoco considera que la interpretación constitucional como disciplina


“es una rama de la hermenéutica jurídica que tiene por objeto estudiar los

89
Zagrebelsky, Gustavo. 1988. La Giustizia Costituzionale. Seguna edición, Bolonia,
Ed Il Mulino, página 52.
90
Senetencia del Tribunal Constitucional chileno, de fecha 26 de junio de 2001, Rl Nº
325, considerando 13.
91
Valenzuela Somarriva, Eugenio. 2005. Criterios de hermenéutica
Constitucional aplicados por el Tribunal Constitucional. Santiago, Ed. Tribunal
Constitucional de Chile, pág. 11.

28
métodos, técnicas y principios aplicables y válidos para determinar de mejor
manera el sentido y alcance de los preceptos constitucionales” ( 92.)

A su vez, Leite Sampaio señala que la hermenéutica constitucional es una


especie de la hermenéutica jurídica que toma como texto y contexto cultural a
la Constitución, la que debe ser comprendida en su proceso normativo, político,
social y simbólico, siendo dicha hermenéutica parte central de la teoría de la
Constitución. Asimismo, en un sentido mas específico, se identificaría con un
conjunto de procesos lógicos, extralógicos y prácticos por medio de los cuales
se atribuye un significado a un enunciado de norma constitucional, como
asimismo, puede considerarse como el resultado obtenido por medio de dicha
actividad (93).

2.6. Algunas finalidades específicas de la interpretación constitucional.

La interpretación constitucional tiene algunas finalidades específicas, ellas son


las siguientes:
1. Dota de operatividad jurídica a la Constitución o al bloque de
constitucionalidad, dotando de significado a enunciados normativos
abstractos sobre los cuales la Carta Fundamental presenta sólo algunos
puntos de apoyo u orientaciones, sin haber expresado decisiones.
2. Posibilita la expansión máxima y la optimización de la fuerza normativa
de la Constitución al interpretarse todo el ordenamiento conforme a ella.
3. Posibilita el control formal y sustantivo del contenido de los actos y la
aplicación efectiva de la Carta Fundamental.
4. Posibilita precisar la o las soluciones que son conformes a la
Constitución de aquellas que son inconstitucionales, teniendo en
consideración los eventuales cambios culturales, sociales y políticos que
ocurran en la evolución de la sociedad política.
5. Posibilita la defensa de la fórmula política contenida en la Carta
Fundamental, evitando que los operadores políticos o jurídicos
desarrollen contrabandos ideológicos incompatibles con el sistema
constitucional.

3. Los conceptos de Constitución detrás de los métodos de


interpretación.

Es necesario señalar que hay opciones sobre la actividad interpretativa


constitucional que implican concepciones de la Constitución diferentes y
contrapuestas. En un extremo está la Constitución testamento y en el otro la

92
Carmona Tinoco, Jorge Ulises. 2005.”Algunos aspectos sobresalientes de la
interpretación judicial”, en Ferrer Mac-Gregor, Eduardo. 2005. Interpretación
Constitucional. Tomo I. Ciudad de México D.F., Ed. Porrua, pág. 287.
93
Leite Sampaio, José Adércio. 2005. Ob. Cit., página 378.

29
Constitución viviente, ambas concepciones emanan de la doctrina y
jurisprudencia norteamericana (94), el originalismo y el interpretativismo (95).

3.1. Constitución testamento.

Esta concepción es desarrollada por el originalismo ( 96), que es la corriente que


centra la relevancia de la interpretación en el momento constituyente. El
originalismo es la concepción que desarrolla una interpretación que busca
reproducir la voluntad del constituyente histórico. Berger precisa: “La
Constitución representa elecciones fundamentales ya hechas por el pueblo y la
tarea de los tribunales consiste en hacerlas efectivas, no en construir nuevos
derechos… Los valores de los jueces no pueden desplazar a los de los
constituyentes” (97).

Las normas tienen así un contenido fijo determinado por el constituyente


histórico que debe ser cumplido como señala Bork ( 98), lo que supone una
concepción estática de la interpretación constitucional, buscando salvaguardar
la institucionalidad establecida.

La Constitución es concebida como un cuerpo normativo ya hecho e inmutable


que solo debe ser cumplido lealmente, lo que implica respetar la letra y el
espíritu del constituyente histórico, la voluntad del constituyente de acuerdo con
sus intenciones. El apartarse de la voluntad del constituyente histórico
constituye un acto de traición a la Carta Fundamental usurpándole el poder
constituyente al pueblo e imponiéndole sus propias ideas a la Nación. Richard
A. Posner citando a Robert Bork determina que “los jueces que miran mas allá
de la Constitución histórica siempre miran a su interior y a ninguna otra parte”
(99).

94
Ver Bayón. J.C. 1985. “El debate sobre la interpretación constitucional en la
reciente doctrina norteamericana (Dworkin, Ely, Tribe, Barber)”, en Revista de las
Cortes Generales N°4.
95
Ver Beltrán, M. 1989 Originalismo e interpretación, Madrid, Ed. Cívitas.
96
Ver: Brest, Paul. 1980. “The Misconceived Quest for the Original Understanding”, en
Boston University Law Review, 60. páginas 204 – 238. Scalia, Antonin. 1989.
“Originalism: The Lesser Evil”, en University of Cincinnati Law Review, 57.
97
Berger, R. 1977. Government by judiciary. Harvard University Press, página 293
98
Bork, Robert. Original intent is the only legitimate basis for constitutional decision.
Times, 13 de Julio de 1987, página 25. Citado por Beltrán, Miguel. 1989. Originalismo
e interpretación. Madrid, Ed. Cívitas, página 53.
Bork, R. H. 1971. “Neutral principles and some first amendment problems”. En Illinois
Law Journal, Vol. 47, Nº1, 1971.
--------------. 1993. « The original understanding », en VV.AA. Contemporany Perspectives
on Constitutional Interpretation, S.J. Brison y W. Sinnot-Armstrong (Eds) Boulder, San
francisco y Oxford, Westview Press.
Sobre las tésis de Bork en español, ver Beltrán, M. 1998. Originalismo e interpretación:
Dworkin v. Bork: una polémica constitucional, Madrid, Ed. Civitas y Universidad
Complutense
99
Ver www.law.umkc.edu/faculty/projects/ftrials/conlaw/interp.html

30
Constituye un caso ejemplar en este enfoque, lo sostenido por el Chief Justice
Taney, en 1856, el cual sentenciando en el caso Dredd Scott Case ( 100) preciso
que mientras la Constitución no fuera modificada o reformada, debe ser
interpretada como lo fue en el momento de su sanción; y “mientras siga
existiendo en su forma actual, habla no solo con las mismas palabras, sino con
el mismo sentido y la misma intención con que habló cuando salió de las
manos de sus creadores y fue votada y adoptada por el pueblo de los Estados
Unidos. Cualquier otra regla de interpretación suprimiría la naturaleza jurídica
de este tribunal, y lo convertiría en el simple reflejo de la opinión o la pasión
popular del momento” (101).

Un ejemplo clásico de decisión originalista esta dada por el caso Olmstead vs.
United States, en el que se considera que la intercepción telefónica no viola la
prohibición de obtener pruebas ilegales regulada por la IV Enmienda,
simplemente porque no había teléfono en el tiempo en que el texto
constitucional había sido redactado.

La concepción de la Constitución testamento le impone al intérprete un trabajo


de arqueología jurídica, buscando desentrañar el sentido y voluntad del
constituyente histórico, sumergiéndose en los informes de comisiones, los
informes de mayoría de la asamblea constituyente y el debate desarrollado.

Dicho enfoque presenta diversos problemas, entre ellos, la nebulosa de los


conceptos constitucionales indeterminados, el ámbito de los derechos
fundamentales en cuanto cláusulas amplias y abstractas no pueden ser
interpretadas literalmente, el cambio de significado de los términos a través del
tiempo; el cambio eventual de régimen político, como asimismo, la difícil tarea
de encontrar la intención unitaria de un cuerpo colegiado con diversas
perspectivas y orientaciones, además de la petrificación del derecho,
impidiendo una evolución normal de las instituciones jurídicas.

3.2. Constitución dinámica o viviente.

La constitución dinámica o viviente es un texto constitucional que se actualiza


por la lectura de los ojos del presente, por la moral y las creencias que los
guian, sufriendo una ratificación diaria, una reactualización vigorosa
continuada.
La ratio constitutinis se vivifica con la realidad, con ella realiza el viaje de la
historia de una sociedad y un estado con una fuerza viviente, es la “living
Constitution” considerada por parte importante de la doctrina norteamericana
(102), por ello la constitución esta sujeta a una interpretación siempre.

100
Dredd Scott v. Sandford, 60 U.S. 393, 426 (1856).
101
19, How, 393, 426.
102
Miller, Arthur S. 1963. “Notes on the concept of Living Constitution”. The
Georg Washington Law review, Vol 31, páginas 881-918. Akavanagh, Aileen.
2003. “The idea of a living Constitution”. Canadian journal of Law and
jurisprudence, Vol. XVI, pág 55-89.

31
Esta es la posición asumida por los no interpretativistas, entre ellos Perry,
sostienen el derecho de cada generación a vivir su Constitución ( 103). El juez
constitucional no tiene un rol o función pasiva, ya que debe hacer de la
Constitución una Living Constitution, defendiendo y actualizando los valores
que ella encarna.

Esta posición defiende una interpretación no apegada al texto original y a la


voluntad de los constituyentes históricos, sino que ella es lo que el Gobierno y
el pueblo, que gravitan en los asuntos públicos, reconocen y respetan como tal,
lo que piensan que es; más aún, no es lo que ha sido, ni lo que es hoy, siempre
se está convirtiendo en algo diferente, y tanto las críticas, así como aquellos
que las elogian, al igual que los actos realizados bajo su imperio, ayudan a
convertirla en lo que será mañana”(104).

En el mismo sentido Linares Quintana señalará que “las cláusulas de la


Constitución no son formulas matemáticas que tienen su esencia en la forma,
sino que son instituciones orgánicas vivientes. Su significado es vital, no formal,
y debe ser determinado teniendo en cuenta su origen y su desenvolvimiento, y
no solamente tomando sus palabras en un diccionario” ( 105).

La Constitución, en esta perspectiva, se rescribe cada día, al menos en


algunos de sus enunciados, según como actúan los operadores jurídicos y
como es la reacción de apoyo y rechazo de la sociedad civil y sus diversos
cuerpos intermedios, lo que la nutre de nuevos enfoques y alcances sobre el
contenido de sus enunciados normativos. En este enfoque de la Carta
Fundamental ser leal con ella implica cumplir con la versión actualizadora de la
Constitución, lo que puede significar desde una perspectiva axiológica
apartarse de la voluntad del constituyente histórico.

Considera que el intérprete debe adaptarse a las nuevas realidades en que


debe operar, dentro del contexto social que le toca vivir. El intérprete
comprende la interpretación como un acto que imprime al enunciado normativo
una cierta construcción de significado que debe corresponder a los principios
emergentes de la evolución social, correspondiendo un rol relevante a la
construcción jurisprudencial interpretativa.

En esta perspectiva el intérprete debe desarrollar un trabajo complejo de


construcción jurídica, debiendo considerar el texto constitucional y variados
otros elementos para elaborar la respuesta interpretativa, para ello “deberá
poner al día el significado de las palabras de la Constitución, averiguar los
103
Perry, M. Interpretivism, freedom of expression and equal protection. Ohio St.
LJ.261,298 (1981). Citado por Vigo, Rodolfo. 2004, páginas 150-151. Sobre la
teoría de Perry, ver Alonso García, Interpretación de la Constitución, páginas
321 a 328.
104
Beard, William y Beard, Charles. The American Leviatan, citado por Sagüés,
Nestor Pedro. 1998. La interpretación judicial de la Constitución. Buenos Aires,
Ed. Depalma, página 32.
105
Linares Quintana, Segundo V. 2005. “La interpretación constitucional”, en
Ferrer Mac-Gregor, Eduardo (Coord.), Interpretación Constitucional, Tomo II,
Ciudad de México, D.F. Ed. Porrua, página 763.

32
requerimientos sociales existentes, ensamblar y compensar los valores en
juego, inquirir sobre las consecuencias de la decisión a adoptar, y finalmente,
diseñar su producto interpretativo, en función del problema a decidir” ( 106).

Lawrence Tribe, destacado constitucionalista de la Universidad de Harvard,


considerando la experiencia norteamericana señala que ella “enseña que la
mejor manera de alcanzar la sabiduría en materia de interpretación
constitucional es sujetar todos los argumentos y sentencias constitucionales a
un análisis y a una crítica continua, tanto en términos del texto como en
términos de las tradiciones para interpretarlo y desarrollarlo”( 107). Este análisis
crítico permanente posibilita mantener una dinámica creativa en la
interpretación constitucional.

3.3. Consideraciones finales sobre los conceptos de Constitución.

Ambas perspectivas tomadas en su enfoque extremo son inadecuadas, el


derecho exige certeza, predectibilidad, pero también adecuación funcional o
adaptación de los significados normativos a los problemas de la vida social
actual, lo que requiere una adecuada prudencia jurídica y exigirá un análisis
sistemático del texto desde la perspectiva de los valores y principios directivos
que lo orientan, teniendo márgenes interpretativos amplios pero no ilimitados.

4. La clasificación de la interpretación constitucional según los


sujetos que la realizan.

La doctrina clásica distinguía o destacaba tres categorías de interpretación


atendiendo a los sujetos que la realizaban, ella era la interpretación legislativa,
judicial y doctrinaria. A ellas se han agregado posteriormente la interpretación
administrativa, la interpretación de particulares o popular ( 108).

4.1. Las interpretaciones legislativa, judicial, doctrinal, la interpretación


administrativa y la interpretación popular o de particulares.

Häberle agrega que, en el proceso de interpretación constitucional, están


potencialmente vinculados todos los órganos estatales, todas las potestades
públicas, todos los ciudadanos y grupos, no siendo posible establecerse un
elenco cerrado o fijado con números clausus de intérpretes de la Constitución
(109).

a) La interpretación legislativa.

106
Sagüés, Néstor Pedro. 1998, página 34.
107
Tribe, Lawrence y Dorf, Michael. 1991. On reading the Constitutión. Harvard
University Press, pág 32.
108
Carpizo, Jorge y Fix Zamudio, Héctor.1975. Algunas reflexiones sobre la
interpretación constitucional en el ordenamiento mexicano., en La interpretación
Constitucional. México, Ed. UNAM, paginas 22 – 35. Arteaga Nava, Elisur.1998.
Derecho Constitucional, México, Oxford University Press-Harla, páginas 39-81.
109
Häberle, Peter. 1997. La libertad fundamental en el Estado Constitucional. Lima, Ed
Pontificia Universidad Católica del Perú, páginas 270 y siguientes.

33
La interpretación legislativa es la que realiza el Congreso Nacional o
Parlamento en el desarrollo de sus funciones, específicamente en el caso de
dictar leyes interpretativas de la Constitución como ocurre entre diversos
ordenamientos jurídicos, en algunos de los cuales, como es el caso de Chile, la
Constitución prevé directamente este tipo de interpretación en su artículo 63,
actividad que sólo puede aclarar el sentido y alcance de los preceptos
constitucionales, sin poder alterarlos.

En el caso chileno, las leyes interpretativas constitucionales son preceptos


legales que tienen por objeto determinar el sentido y alcance de un enunciado
normativo constitucional, cuya aprobación, modificación o derogación,
requieren la concurrencia de los tres quintos de los diputados y senadores en
ejercicio, pasando por un control preventivo obligatorio de constitucionalidad
antes de su promulgación realizado por el Tribunal Constitucional, el vela por el
respeto de los principios señalados. Todo ello de acuerdo con los artículos 66 y
93 de la Constitución.

Además, es posible señalar que las Cámaras que integran el Congreso


Nacional en la medida que a través de la ley desarrollan y regulan las normas
constitucionales, como asimismo configuran y restringen el ejercicio de
derechos fundamentales, requieren para ello interpretar las normas
constitucionales, pero no pueden apartarse del marco dispuesto por la Carta
Fundamental, constituyendo una interpretación directa ya que supone el
examen directo de los valores, principios y reglas constitucionales que
establecen los procedimientos y límites materiales del legislador en su tarea de
crear los preceptos legales.

Esta interpretación legislativa no es por regla general una interpretación


definitiva, en la medida que el Estado Constitucional, en virtud de la
diferenciación poder constituyente – poderes instituidos, desarrolla el principio
de supremacía constitucional y estatuye órganos de jurisdicción constitucional
que tiene por tarea la defensa de la Constitución frente a los actos y normas
emanados de los órganos estatales. En el caso chileno, este control lo
desarrolla el Tribunal Constitucional de acuerdo con el artículo 93 de la Carta
Fundamental a través de un control preventivo obligatorio antes de su
promulgación, estatuido por el numeral 1, respecto de las leyes interpretativas
de la Constitución y las leyes orgánicas constitucionales; un control preventivo
facultativo para resolver las cuestiones de constitucionalidad que se susciten
durante la tramitación de los proyectos de ley o de reforma constitucional, todo
ello de acuerdo al numeral 3 del artículo 93; como asimismo un control
reparador o ex post, de carácter concreto e incidental y con efectos inter partes,
respecto de preceptos legales cuya aplicación en cualquier gestión judicial que
se siga ante un tribunal ordinario o especial, resulte contraria a la Constitución,
todo ello de acuerdo al numeral 6 del artículo 93, como asimismo, un control
reparador, abstracto, por vía de acción publica, con efectos erga omnes y ex
nunc, para eliminar del ordenamiento jurídico a los preceptos legales que
previamente hayan sido declarados inaplicables en una gestión judicial, sin
perjuicio de la eliminación del ordenamiento jurídico de oficio que posibilita
también el artículo 93 numeral 7.

34
También realiza interpretación constitucional por su parte el Presidente de la
República en los tipos de gobiernos presidencialistas latinoamericanos, y en
aquellos tipos de gobierno semipresidenciales o parlamentarios, el Jefe de
Gobierno, a través de una delegación o habilitación legislativa, teniendo la
posibilidad de dictar decretos con fuerza de ley, dentro de los parámetros que
el ordenamiento constitucional acepta.

En el caso chileno la regulación constitucional de las leyes de habilitación o


delegación legislativa esta prevista en el artículo 64 de la Constitución, las
cuales pueden ser solicitadas por el Presidente de la República y aprobadas
por el Congreso Nacional por un lapso que no puede exceder de un año en
materias limitadas y precisas que correspondan al dominio de la ley. En todo
caso esta habilitación legislativa no puede extenderse a materias de
nacionalidad, ciudadanía, elecciones y plebiscito, como tampoco a materias
comprendidas dentro de las garantías constitucionales o que deban ser objeto
de leyes orgánicas constitucionales o leyes de quórum calificado, como
determina el artículo 64 inciso 2. Asimismo, el inciso 3 del mismo articulo en
comento determina que la autorización del Congreso tampoco podrá
comprender facultades que afecten la organización, atribuciones y régimen de
funcionarios del Poder Judicial, del Congreso Nacional, del Tribunal
Constitucional ni de la Contraloría General de la República. Los Decretos con
Fuerza de Ley que emanan de esta habilitación legislativa pasan por control de
constitucionalidad y legalidad de la Contraloría General de la República, la que
deberá representarlos si encuentra algún vicio de constitucionalidad o
legalidad, de acuerdo a lo dispuesto por los artículos 64 y 99 de la Constitución.
Asimismo, el Tribunal Constitucional puede pronunciarse sobre las cuestiones
de constitucionalidad que se susciten respecto de los Decretos con Fuerza de
Ley, de acuerdo con el artículo 93 numeral 4 de la Constitución.

b) Interpretación administrativa.

La interpretación administrativa de la Constitución es aquella que concretan, de


acuerdo con el principio de legalidad, las autoridades de gobierno y
administración, cuyas normas administrativas no deben conformarse sólo a la
ley, sino también indirectamente con los valores, principios y reglas
constitucionales, en la medida que el ordenamiento constitucional explicita que
la Carta Fundamental es de aplicación directa e inmediata y que todo el
ordenamiento jurídico debe interpretarse conforme a ella. Esta interpretación
administrativa tiene un alcance limitado ya que no puede desaplicar los
preceptos legales, ni menos pueden anularlos por considerarlos en
contradicción con la Constitución. Los órganos administrativos están obligados
a realizar una interpretación positiva o adecuadora de las normas legales que
basan su actuación interpretándolas conforme a la Carta Fundamental. Como
señalan Fix Zamudio y Valencia Carmona, “Esta interpretación constitucional
indirecta de carácter administrativo debe estimarse menos amplia que la que
corresponde a los tribunales, que en la mayoría de los ordenamientos
contemporáneos pueden decidir con efectos particulares o generales sobre la
constitucionalidad de las leyes, puesto que las autoridades administrativas no
están facultadas para desaplicar disposiciones legislativas por estimarlas

35
contrarias a las normas fundamentales” ( 110). A su vez, les está prohibido a los
órganos de la administración efectuar una interpretación constitucional de
carácter negativo, vale decir, negarse a aplicar un precepto legal por estimarlo
contrario a la Constitución.

c) Interpretación judicial.

La interpretación judicial de la Constitución es la que desarrollan los tribunales


ordinarios de justicia o los tribunales especiales (Tribunales Constitucionales)
con el objeto de defender el derecho de la Constitución frente a los actos y
normas provenientes de los poderes instituidos o constituidos, ya sea a través
de los modelos más clásicos: el americano y el germano austriaco de control
de constitucionalidad o a través de modelos mixtos, híbridos, duales o de doble
control concentrado existentes en América del Sur ( 111). Por ello se señala que
esta interpretación que puede ser obligatoria para los tribunales ordinarios,
para el legislador y para la administración es una interpretación privilegiada.

Todo tribunal tiene el deber de partir de la Constitución para fallar un litigio o


gestión judicial, aún cuando sea un mero asunto civil, de acuerdo con la regla
iuris novit curia y por el simple hecho de la vigencia de la Carta Fundamental.
Todos los jueces realizan interpretación judicial de la Constitución en cuanto se
encuentran obligados a utilizar la Constitución como fundamento directo o
indirecto de sus decisiones jurisdiccionales ( 112), ya que deben aplicar los
preceptos legales y reglamentarios de acuerdo con los valores, principios y
reglas constitucionales, en una interpretación conforme a la Constitución..

Así los tribunales deben realizar una doble interpretación, de la ley y de la


Constitución, sin perjuicio que, además, los jueces ordinarios pueden estar
vinculados a la jurisprudencia privilegiada y obligatoria que puede emanar de
los tribunales constitucionales o de los órganos superiores de la judicatura
ordinaria que ejerce jurisdicción constitucional en su caso.

En los países como Chile, Italia, Alemania, España, Bolivia, entre otros, en que
existe una jurisdicción constitucional que se ejerce a posteriori o en forma
reparadora a través del juicio incidental de inconstitucionalidad o cuestión de
inconstitucionalidad, los tribunales ordinarios interpretan y usan directamente la
Constitución, ya sea considerando la existencia de una cuestión de legitimidad
constitucional planteando de oficio el problema de constitucionalidad de los
preceptos legales en el caso concreto ante el Tribunal Constitucional (Chile) o
considerando la cuestión de legitimidad constitucional planteada por la parte
fundada y elevándola a la consideración del Tribunal Constitucional, caso en el
que el juez ordinario actúa como filtro (Italia, España).

110
Fix-Zamudio, Héctor y Valencia Carmona, Salvador. 2003. Derecho constitucional
mexicano y comparado. México D.F. Ed. Porrua, pág. 166.
111
Ver Nogueira Alcalá, Humberto. 2005, La justicia y los tribunales constitucionales de
indoiberoamerica del sur en la alborada del siglo XXI. Santiago, Ed. Lexis Nexis, págs
73 – 167.
112
Ver al respecto, Balaguer Callejón, Maria Luisa.1990. La interpretación de la
Constitución por la jurisdicción ordinaria. Madrid, Ed. Civitas, páginas 35-44.

36
En el caso chileno, los tribunales ordinarios o especiales, en cualquier gestión
judicial de la que conozcan, en la que se invoque un precepto legal que se
considere inconstitucional por el juez o tribunal, éste debe requerir el
pronunciamiento del Tribunal Constitucional de oficio o cuando lo requiera una
parte, de acuerdo a lo establecido en el artículo 93 numeral 6 de la Carta
Fundamental.

Asimismo las Cortes de Apelaciones y Corte Suprema son jueces


constitucionales al conocer y resolver las acciones de amparo (Habeas Corpus)
establecida en el artículo 21 de la Constitución o la acción de Protección
(Amparo o Tutela en el derecho comparado), contenido en el artículo 20 de la
Constitución. Por último, es juez constitucional la Corte Suprema al resolver la
acción de reclamación de nacionalidad contenida en el artículo 12 de la
Constitución, la acción de indemnización por error judicial prevista en el artículo
19 numeral 7, literal i), como finalmente, cuando conoce del recurso de nulidad
en materia procesal penal, una de cuyas causales es la vulneración de
derechos fundamentales.

Carnelutti señalaba en términos generales y especialmente aplicable a la


interpretación jurídica desarrollada por los jueces: “La sentencia que dice bien y
razona mal no satisface la justicia”(113).

La decisión judicial no es sólo un acto de poder, sino que debe estar fundada a
través de juicios y argumentos probatorios demostrativos que respaldan la
decisión, la que debe ser razonable y justa, por tanto persuasiva y pacificadora.

A través de la justificación de la decisión adoptada luego del proceso


interpretativo, desarrollada a través del discurso racional se posibilita la
aceptabilidad de los destinatarios del acto jurisdiccional, vale decir, que la
decisión jurisdiccional se encuentra plenamente justificada.

A través de la argumentación racional y razonable de las sentencias basadas


en las fuentes del derecho vigentes y aplicadas correctamente, como asimismo
resolviendo congruentemente lo debatido, se puede controlar la decisión
jurisdiccional, como asimismo se podrá criticar y aplicar los recursos que
franquea el ordenamiento jurídico nacional, e incluso, internacional o
supranacional para impugnar las sentencias que no satisfacen adecuadamente
los requisitos de fundamentación, razonabilidad, congruencia y consideración
correcta de las fuentes del derecho nacionales e internacionales vigentes.

El juez ordinario en todos los ámbitos, pero especialmente en materia penal, al


resolver aparentes conflictos de derechos o de estos con valores o bienes
constitucionalmente asegurados, se encuentra ante la exigencia de delimitar
correctamente cada derecho a partir del conjunto del texto constitucional,
pudiendo aplicar los límites inmanentes de los derechos que preexisten al
momento legislativo muchas veces, todo ello de acuerdo con el principio de
unidad de la Carta fundamental. En tal sentido, el juez ordinario interpreta la
Constitución para encontrar los límites o fronteras de cada derecho

Citado por Betti, Emilio.1975. Interpretación de la ley y de los actos jurídicos.


113

Madrid, Revista de derecho privado, página 328.

37
fundamental sometido a un riguroso método jurídico, que evite la posible
libertad de configuración política de los derechos que está vedada a los jueces
y corresponde al órgano legislativo.

Vigo en una pedagógica formulación nos señala que la sentencia judicial debe
ser:
“1) correcta axiológicamente; o sea consistente con los valores asumidos por
el sistema jurídico y con aquellos intrínsicamente valiosos.; 2) universalizable:
los argumentos valen para el caso y para todos los casos iguales; 3) sincera:
no se apoya en mentiras ni en falsedades a sabiendas; 4) eficiente: se orienta a
respaldar concretamente la decisión u opinión expuesta; 5) suficiente: expresa
todos los argumentos principales que puedan aducirse a favor del resultado
interpretativo establecido; 6) controversial: atiende a los argumentos del
interlocutor e intenta rebatirlos racionalmente; 7) contextualizada: se argumenta
desde un cierto sistema jurídico, una comunidad lingüística, etc., y 8)
persuasiva: se exponen los argumentos dotándolos de fuerza retórica o
persuasiva” (114).

La exigencia de fundamentación jurídica racional permite contrarrestar las


críticas que en términos de legitimidad democrática se plantean sobre los
órganos jurisdiccionales encargados de la defensa de la Constitución, permite
hacer pedagogía constitucional (función didáctica respecto de los poderes
constituidos y los particulares) y posibilita el control de los jueces por la
comunidad científico-académica.

Finalmente debemos explicitar que el intérprete judicial de la Constitución está


para controlar en nombre del poder constituyente que los poderes constituidos
no se aparten del marco constitucional, pero no están dotados de la potestad ni
de la libertad de sustituir al poder constituyente, debiendo ser leal a sus
propósitos básicos, es aquí que ante la tentación de traspasar la frontera hay
una exigencia de responsabilidad, de ejercicio de autocontrol y de
autolimitación (selfrestraint).

Si el legislador está vinculado por la Carta Fundamental y esta sujeción se


encuentra judicializada, es necesario indicar que la libertad de configuración del
orden jurídico cuyo sujeto es el legislador tiene como límite los que concrete la
jurisdicción constitucional a partir de una interpretación jurídica de la
Constitución, prevaleciendo la que desarrolla el juez constitucional sobre la que
desarrolla el legislador. Sin embargo, dicho control de constitucionalidad será
efectivamente jurisdiccional, si la Carta Fundamental constituye un parámetro
objetivado, el que requiere de la existencia de criterios objetivos de
interpretación constitucional (115).

A su vez, es necesario señalar que en este plano es necesario desarrollar un


control poco frecuente en nuestro medio y que absolutamente necesario e

114
Vigo, Rodolfo Luis. 2002. Directivas de la interpretación constitucional. En Ferrer Mac-
Gregor, Eduardo (Coord). Derecho Procesal Constitucional, México, Ed. Porrúa, página 2909.
115
Aragón, Manuel. La interpretación de la Constitución y el carácter objetivado del
control jurisdiccional. En Revista Española de Derecho Constitucional Nº17, páginas
106 y siguientes.

38
imprescindible, me refiero al control científico-académico, el cual esta dotado
de autoridad y de libertad para ir señalando los excesos, los abusos y las faltas
de autocontrol y autolimitación de la jurisdicción constitucional.

d) La interpretación doctrinal.

La interpretación doctrinal es aquella emanada de los juristas cultores de la


respectiva disciplina jurídica, en este caso, el derecho constitucional, los cuales
la desarrollan en una perspectiva sistemática y científica, doctrina que es
utilizada por los demás operadores jurídicos y jurisdiccionales, como asimismo,
por el legislador y el constituyente, quienes normalmente los invitan a dar sus
opiniones en el desarrollo del proceso legislativo o constituyente. La
jurisprudencia ordinaria y constitucional cita a menudo las opiniones de los
juristas más destacados y reconocidos por su autoridad doctrinal y científica en
el ámbito del derecho constitucional.

Así los juristas especializados en las distintas disciplinas jurídicas pueden


adquirir una fuerte influencia y autoridad, por lo que sus opiniones o informes
jurídicos en materia constitucional, pueden servir de orientación a los tribunales
que ejercen justicia constitucional.

Asimismo, la doctrina tiene una función relevante en la crítica de los fallos y


jurisprudencia o precedentes generados por los fallos de la jurisdicción
constitucional, ya que ellos posibilitan el control de calidad de dichas
sentencias, como asimismo, los comentarios favorables o desfavorables
pueden tender a confirmar o modificar los criterios de los magistrados y las
líneas jurisprudenciales.

También la doctrina influye directamente a través de los académicos que son


nombrados para integrar los órganos jurisdiccionales que ejercen justicia
constitucional, como son en el caso chileno, el Tribunal Constitucional, como
asimismo, al ser eventualmente nombrados Ministros de la Corte Suprema, la
que conoce de las apelaciones de amparos y de acciones constitucionales
(recursos) de protección en Apelación, o de los recursos de nulidad en materia
penal por violación de derechos fundamentales. Finalmente, también pueden
influir directamente en la jurisprudencia de las Cortes de Apelaciones, ya que
pueden ser nombrados abogados

e) La interpretación popular o de particulares.

La interpretación popular o de particulares constitucional es aquella que emana


de sujetos legos, sean estos personas naturales o jurídicas, o del pueblo, en
los cuales predomina mas los sentimientos y valoraciones que la técnica
jurídica de interpretación constitucional, el que asume importancia sociológica,
en la medida que ellos influyen con dichos sentimientos y valoraciones en las
fuerzas políticas y en su enfoque sobre la normativa constitucional.

En la actualidad es muy importante el desarrollo una cultura constitucional del


pueblo que evite ser manipulado por las diversas fuerzas políticas, teniendo un
depósito básico de valores, principios y cultura constitucional. Asimismo, es

39
necesario señalar la importancia del esfuerzo que deben hacer las
magistraturas ordinarias y constitucionales para convencer de la corrección de
sus fallos y contribuir con ellos a la formación de una cultura constitucional.

En efecto, los operadores jurídicos y políticos, legislador, gobierno,


administración y tribunales interpretan la Constitución a través de la concreción
de sus actos, normas y decisiones. Lo propio hacen las personas y grupos
sociales, los partidos políticos, los medios de comunicación, las iglesias, que
viven la norma constitucional y que a través de sus actos y decisiones la co-
interpretan. De esta forma, el proceso de interpretación formal no es la única
vía de acceso al proceso de interpretación constitucional.

Häberle señala que “quién ‘vive’ la norma también la interpreta”.. En efecto, nos
dice el autor citado “Todo aquel que vive en y con la situación regulada por la
norma es de manera indirecta e incluso directa intérprete de la misma. El
destinatario de las normas participa en el proceso interpretativo de una manera
mas intensa de lo que comúnmente se acepta” ( 116

4.2. La interpretación orgánica u oficial y la interpretación particular.

Otra clasificación utilizada de acuerdo al sujeto que realiza la interpretación, es


entre interpretación orgánica u oficial y la interpretación no orgánica o
particular(117).

La interpretación orgánica u oficial es aquella que desarrolla la autoridad


competente, constituyendo un acto jurídico, el cual vincula a las personas,
donde la autoridad tiene que interpretar la norma aplicable al caso concreto si
debe resolver un conflicto jurídico o aplicar la norma jurídica a un caso
particular y concreto, o al establecer el contenido jurídico de una norma que
desarrolle otra norma jurídica superior, en tal caso, debe interpretar la norma
superior como la de carácter inferior. Así la interpretación orgánica u oficial
puede efectuarse para reformar la Constitución, para legislar, para administrar
o para ejercer jurisdicción.

La interpretación no orgánica o particular es aquella que realizan las personas


que no están dotadas del carácter de autoridades públicas que aplican el
derecho, esta es realizada por los abogados litigantes, por los juristas
académicos, la realizada por los ciudadanos, las cuales carecen de fuerza
normativa, aunque pueden influir en la interpretación orgánica u oficial.

4.3. La interpretación auténtica de la Constitución.

Se llama interpretación auténtica a aquella interpretación de la ley realizada por


el órgano legislativo mediante una ley posterior.

116
Häberle, Peter. 2005. ‘Métodos y principios de la interpretación constitucional’. En
Ferrer Mac-Gregor, Eduardo (Coord). 2005. Interpretación constitucional. Tomo I.
Ciudad de México, D.F. Ed. Porrua, pág. 693.
117
Tamayo Salmoran, Rolando.1975 Algunas consideraciones sobre la interpretación
jurídica. En La interpretación constitucional, México UNAM, Instituto de Investigaciones
Jurídicas, página 130

40
En el ámbito constitucional la interpretación es auténtica, en una primera
aproximación, si la realiza el órgano que ha aprobado la Carta Fundamental.
Ello lleva a distinguir si la Constitución es otorgada o si es expresión de la
voluntad popular. En el primer caso, la interpretación auténtica es posible, si la
determina el órgano que ejerce el poder constituyente. En el segundo caso, la
hipótesis no tiene mucho sentido, ya que las asambleas constituyentes se
disuelven luego de operar, habiendo agotado el mandato para el cual fueron
establecidas.

En una segunda aproximación la interpretación auténtica de la Constitución


podría ser aquella realizada por un precepto jurídico concretado mediante una
norma dotada de la misma fuerza jurídica que el documento interpretado. En
las constituciones rígidas esta interpretación auténtica podrá realizarse a través
de leyes interpretativas de la Constitución, en el caso que la propia Carta
Fundamental las prevea, como es el caso de Chile, de acuerdo al artículo 66 de
la Constitución, sin perjuicio del control preventivo obligatorio de
constitucionalidad a que ellas son sometidas.

En una tercera aproximación, se puede considerar auténtica la interpretación


constitucional realizada por un órgano cuya interpretación no pueda ser
contradicha o modificada por otro órgano y tal decisión sea vinculante para
todos los órganos. Tal es el caso del Tribunal Constitucional cuya competencia
es decir la última palabra en materia de interpretación de la Constitución,
incluso, realizando un control preventivo obligatorio de constitucionalidad de las
leyes interpretativas de la Constitución en forma obligatoria antes de su entrada
en vigencia como ocurre en el caso chileno, de acuerdo al artículo 93 N° 1 de la
Constitución.

5. El objeto de la interpretación constitucional.

La interpretación constitucional tiene por objeto el sentido y alcance de la


Constitución formal y material, o el bloque de constitucionalidad, con sus
valores, principios y reglas, como asimismo, el determinar la conformidad de
las normas infra-constitucionales con la Carta Fundamental.

Así puede señalarse con Vigo que hay una interpretación de la Constitución y
una interpretación desde la Constitución (118). En la interpretación desde la
Constitución se encuentra implícita la interpretación de la Constitución.

La Constitución vive en cuanto norma jurídica interpretada, lo que implica


atribuir un sentido y alcance determinado al enunciado normativo que lo
convierte en norma para el caso concreto que se resuelve.

En toda interpretación hay una actividad creadora de derecho, ya que el


operador jurídico imputa un significado a la norma entre diversos significados
posibles. El operador jurídico escoge una opción entre diversas otras.

118
Vigo, Rodolfo Luis. 2004. Interpretación constitucional, página 83.

41
La complejidad de los enunciados normativos constitucionales se convierte, al
momento de ser interpretados, en un abanico de opciones, debiendo escogerse
entre aquellos que son conforme a la Constitución.

La actividad interpretativa busca reconstruir el contenido normativo del


enunciado normativo, explicitando la norma aplicable al caso que debe
resolverse. El juez a través de la interpretación extrae el alcance normativo del
enunciado normativo para aplicarlo al caso concreto.

Dworkin aporta a este análisis al precisar que en toda Constitución pueden


encontrarse concepciones y conceptos. Los conceptos constituyen las
decisiones abstractas de los constituyentes, que son conceptos abiertos,
muchas veces indeterminados y vagos, susceptibles de diversas
interpretaciones. En la Constitución hay abundantes normas de principios que
responden a este carácter de conceptos abiertos. Las concepciones son los
preceptos mas concretizados, mas precisos, cuya literalidad basta para su
comprensión (119).

La Carta Fundamental esta compuesta de principios y reglas constitucionales


las cuales poseen un carácter deontológico en la medida que determinan un
deber ser. La distinción entre ambos se encuentra en la base de la solución de
los principales problemas del derecho.

Dworkin señala que la forma de aplicar las reglas o norma (rules) es todo o
nada. “Si los hechos que estipula una norma (rule) están dados, entonces, o
bien la norma es válida, en cuyo caso la respuesta que da debe ser aceptada,
o bien no lo es, y entonces no aporta nada a la decisión”, cuando las reglas o
normas (rules) entran en contradicción “una de ellas no puede ser válida ( si la
otra con la que se contradice lo es): la decisión de cual es la válida y cual debe
ser abandonada o reformada, debe tomarse apelando a consideraciones que
trascienden las normas mismas” ( 120), en cambio los principios (principles)
enuncian una razón que considera una dirección determinada pero no exige
una decisión particular.

Los principios son conceptualizados como mandatos de optimización, debiendo


concretares de la mejor manera posible. La optimización implica diversos
grados de cumplimiento del enunciado normativo, dependiendo de las
posibilidades fácticas y jurídicas del problema. Como señala Alexy la expansión
o limitación de las posibilidades jurídicas está determinada por otros principios
y reglas opuestas (121). La estructura de los principios en cuanto estados
ideales que se busca alcanzar no determinan una conducta específica, es el
intérprete el que determinara la forma de concretarlo para que el fin sea
alcanzado, la acción para alcanzar el fin no está objetivamente determinada, lo
que posibilita opciones y en algunos casos estas estarán determinadas por la
concepción ideológica del intérprete.

119
Dworkin, Ronald. 1984. Los derechos en serio. Barcelona, Ed. Ariel, capítulo 5°.
120
Dworkin, Ronald. 1984. Los derechos en serio. Barcelona, Ed. Ariel,. Páginas 72 y
siguientes.
121
Alexy, Robert. 1993. Teoría de los derechos fundamentales, Madrid. Ed. Centro de
Estudios Constitucionales, página 86.

42
Los principios constituyen las directrices y determinan la dirección en la cual
debe actuar el intérprete. Los principios concretan los valores que otorgan la
energía vital, el alma de l cuerpo constitucional constituido por las reglas. Los
principios pueden ser explícitos o implícitos. Los principios pueden emerger de
un conjunto de reglas jurídicas que, por consagrar un determinado valor que les
es subyacente, posibilita el surgimiento de una generalidad y abstracción
propia de los principios.

Los principios constituyen una función de fundamentación, además de


constituir prescripciones interpretativas, lo que implica que todos los
operadores jurídicos tienen el deber de interpretar los actos jurídicos y los
presupuestos normativos de conformidad con los principios emanados de la
Carta Fundamental.

Los principios constitucionales forman un sistema y un conjunto homogéneo


por su valor superior dentro del ordenamiento jurídico, sean estos explícitos o
implícitos o inducidos de las normas constitucionales. Concordamos con
Salvador Nava quién nos dirá que los principios constitucionales son
“afirmaciones incondicionales, evidentes y duraderas, sin perjuicio de su
adaptación, formuladas o no, aunque suficientemente claras, por tanto reales,
que cimientan y legitiman el ordenamiento fundamental de un pueblo conforme
a exigencias axiológicas” (122).

Los principios son los guías que establecen los limites de la interpretación
posible, ellos irradian el conjunto del texto constitucional, el que debe ser
interpretado conforme a ellos, se constituyen en instrumentos de interpretación
constitucional, son los guías de la interpretación que realizarán los operadores
jurídicos.

Como señala Barroso, “La generalidad, abstracción y capacidad de expansión


de los principios permite al interprete, muchas veces, superar el legalismo
estricto y buscar en el propio sistema la solución mas justa superadora del
summun jus, summa injuria. Sin embargo, son esos mismos principios que
funcionan como límites interpretativos máximos, neutralizando el subjetivismo
voluntarista de los sentimientos personales y de las conveniencias políticas,
reduciendo la discrecionalidad del aplicador de la norma e imponiéndole el
deber de motivar su convencimiento” (123).

Los valores constituyen “el núcleo ético-social, informador, orientador y


legitimador último del ordenamiento jurídico” ( 124), señalando los fines
fundamentales determinando el contenido de las normas jurídicas. Como
señala Pérez Luño, “los valores funcionan, en suma, como metanormas

122
Nava Gomar, Salvador. 2003. Dinámica Constitucional: entre la interpretación y la
reforma, México, Ed Universidad de Anáhuac del Sur, página 68.
123
Barroso, Luís Roberto. 1996 Interpretacao e aplicacao da Constituicao:
fundamentos de una dogmática constitucional transformadora. Sao Paulo. Ed Saraiva,
página 150.
124
Vigo, Rodolfo Luis. 2004, Interpretación constitucional, página75.

43
respecto a los principios y como normas de tercer grado respecto a las reglas o
disposiciones específicas”(125).

Para Häberle, lo sustancial de los valores y principios constitucionales es


establecer un espacio siempre abierto que haga posible el juego de diversas
alternativas, asegurando el pluralismo y la construcción de una vida política y
social como un proceso permanentemente abierto

Los principios de interpretación constitucional se consideran principios


constitucionales ya que en su esencia los contienen, por lo tanto, son en sí
mismos principios constitucionales (126).

Las reglas contienen determinaciones definitivas en prima facie, sin


posibilidades de dudas respecto de cuando y como deben ser aplicadas. Al ser
las reglas específicas en sus pautas, salvo el caso de excepciones
consideradas, pueden producirse contradicciones de reglas. En tal caso, la
solución es la declaración de invalides de una en relación a la otra, lo que
puede ser apoyado en reglas como lex posterior derogat legi priori o lex
specilais derogat legi generali, entre otras.

A su vez, los textos constitucionales constituyen armisticios que ponen fin al


conflicto político entre sectores sociales que componen la sociedad política con
distintas orientaciones y valores, lo que hace que se incorporen al texto
constitucional principios que entran en tensión entre ellos, la Constitución
puede estar dotada de un techo ideológico múltiple. En otras oportunidades el
texto constitucional fue forjado en un régimen político determinado con una
visión específica y debe aplicarse en una realidad política y social diferente, en
virtud de lo cual sufre importantes reformas, pero se mantienen normas o
principios que responden a la perspectiva originaria.

La interpretación, dependiendo de las técnicas utilizadas puede ejercer una


función estabilizadora, renovadora y actualizadora del orden jurídico, ya que el
derecho constituye una combinación de estabilidad y movimiento, de orden y
de cambio. El ordenamiento jurídico siempre busca certeza o seguridad y por
otra parte, busca legitimarse dinámicamente, acompañando la evolución
histórica, social e ideológica que acontece en el seno de la sociedad.

6. Los métodos de interpretación constitucional.

La dogmática jurídica general ha comprendido que la subsunción es una


técnica limitada. Ella no es aplicable a las hipótesis en que dos o mas
enunciados normativos se aplican a un mismo conjunto de hechos, por
ejemplo, cuando se encuentran en tensión diversos derechos fundamentales:
libertad de opinión e información y derecho a la honra o la privacidad; libertad
de conciencia y expresión versus derecho a la salud o la vida, etc.

125
Pérez Luño, Antonio. 1986. Derechos Humanos, Estado de Derecho y Constitución,
España, Ed Tecnos, página 292.
126
Crisafulli, V. 1939. I principi costituzionali dell’interpretazione delle leggi, Papua, Ed
Cedam, 1939.

44
En tales casos es fácil de comprender que no es aplicable la subsunción, ya
que existen varias premisas mayores aplicables a los hechos específicos,
donde debe aplicarse el postulado de la unidad de la Constitución y la
optimización del ejercicio de los derechos fundamentales de igual jerarquía
normativa. Esta realidad exige utilizar técnicas diferentes de la subsunción, las
cuales posibiliten trabajar con la realidad de que la Carta Fundamental es una
normativa unitaria y finalista, donde todas sus normas deben tener un efecto
útil y optimizarse.

La interpretación constitucional requiere un raciocinio de un carácter diverso a


los otros ámbitos del derecho, que es más complejo, el que pueda considerar
desarrollos multidireccionales, produciendo la norma concreta que va a resolver
el caso específico, a partir de una concretización armonizadora y una síntesis
de los diferentes enunciados constitucionales que inciden ene. Conjunto de
hechos que constituyen la realidad.

6.1. La interpretación teleológica de la Constitución.

Este método hermenéutico busca descubrir los principios y finalidades o telos


del enunciado normativo, se encuentra estrechamente relacionado con el
método sistémico, ya que la finalidad y el espíritu del texto sólo puede
descubrirse después de haber analizado el texto constitucional en su conjunto.
Así el juez constitucional está autorizado para velar por la realización de los
propósitos o fines encarnados en la Carta Fundamental, aún cuando deba
sacrificar eventualmente la historia, la gramática o la lógica, ya que tales
elementos formalistas deben ceder ante la realización del fin perseguido por la
norma jurídica y a la consideración de si la norma interpretada conduce a las
consecuencias deseadas, lo cual constituye una aplicación antiformalista en
derecho, mas vinculada con la resolución de los problemas sociales y su
solución práctica.

Como señala Barroso, la interpretación será siempre el producto de una


interacción entre el intérprete y el texto a interpretar, contando el producto final
con elementos objetivos y subjetivos en distintas proporciones. La objetividad
trazará los parámetros de actuación del intérprete y le permitirá determinar el
acierto de su decisión a la luz de las posibilidades exegéticas del texto, de las
reglas de interpretación y del contenido de los principios y conceptos de los
cuales no se puede apartar. La subjetividad se traduce en la sensibilidad del
intérprete, que humanizará la norma para aplicarla a la realidad, le permitirá
buscar la solución justa, dentro de las alternativas que el ordenamiento le abre
(127 ).

El Tribunal Constitucional chileno ha establecido en diversos fallos la necesidad


de determinar los objetivos o fines de los enunciados constitucionales. En uno
de ellos sostiene “Para precisar el verdadero sentido y alcance de las normas
constitucionales, es necesario considerar los principios básicos en que
descansa la Carta Fundamental. Estos principios pueden ser tanto explícitos
127
Barroso, Luís Roberto. 1998. Interpretacao e aplicacao da Costituicao. Segunda
edición, Sao Paulo, Ed Saraiva, página 256.

45
como implícitos..(…). Estos principios encuentran consagración en distintas
disposiciones constitucionales, v.gr.: artículos 1, 4, 5 inciso 2, 19 N° 3 inciso 7,
etc..”
“Estos principios son rectores y vitales y coadyuvan a desentrañar el sentido y
espíritu del resto de disposiciones de la Constitución”( 128).

En la sentencia sobre restricción vehicular, El Tribunal Constitucional, fortalece


la línea jurisprudencial, citando a Linares Quintana, precisa: “En la
interpretación constitucional debe siempre prevalecer el contenido teleológico
de la Constitución, que si es un instrumento de gobierno, también y
principalmente es restricción de poderes en amparo de la libertad individual. La
finalidad suprema y última de la norma constitucional es la protección y la
garantía de la libertad y la dignidad del hombre. Por consecuencia, la
interpretación de la Ley Fundamental debe orientarse siempre sobre este
último, porque no se concibe que la acción estatal manifestada a través de los
cauces constitucionales pueda resultar incompatible con la libertad, que es el
fin último del Estado” (129).

6.2. La interpretación comparativa.

En los inicios del tercer milenio es una realidad la globalización en el campo


jurídico, lo que constituye una oportunidad para una civilización mas madura y
culturalmente enriquecida, lo que requiere flexibilidad y apertura a los derechos
regionales y al derecho internacional y supranacional, en lo que se ha
avanzado con rapidez durante el último medio siglo.

Las Constituciones y sus intérpretes tienen la responsabilidad de asumir esta


nueva realidad, encausando, ordenando y controlando los cambios que se
están produciendo, en este plano tenemos la constitucionalización del derecho
comunitario, el eventual nacimiento de una Constitución Europea, el desarrollo
del derecho y las instituciones supranacionales, el desarrollo de los bloques
constitucionales de derechos fundamentales compuestos por derechos
asegurados por fuentes internas e internacionales, la continentalización de las
culturas jurídicas nacionales, entre otros aspectos. El método comparado
presta útiles servicios a la interpretación jurídica y a la interpretación
constitucional (130).

Como señala Häberle, la comparación jurídica es un nuevo método de


interpretación en un enfoque culturalista, donde el manejo de los textos
jurídicos es un caso, entre otros, de manejo de los productos del espíritu y del
ser humano, vale decir, la comprensión de la cultura ( 131).
128
Sentencia del Tribunal Constitucional de fecha primero de septiembre de mil
novecientos ochenta y siete, Rol N° 46, considerando 13 y 21.
129
Sentencia del Tribunal Constitucional de fecha veintiséis de junio del año dos mil
uno , Rol N° 325.
130
Zweigert, Honrad. 1958. “El derecho comparado como método universal de
interpretación”. Boletín del Instituto de Derecho comparado de México, año XI, N° 31,
enero-abril de 1958, págs. 51-69.
131
Häberle, Peter. 2002. Métodos y principios de la interpretación constitucional. Un
catálogo de problemas. En Ferrer Mac-Gregor, Eduardo (Coord). Dreceho procesal

46
Como el Estado constitucional es pensado en todo el mundo como tipo y en
sus elementos, especialmente en el ámbito de los derechos fundamentales,
donde los estados pueden asumir un mínimo común proveniente del derecho
de los derechos humanos y de interpretación de sus órganos jurisdiccionales,
como ya ocurre con los órganos de jurisdicción constitucional europeos en
relación a la jurisprudencia de la Corte Europea de Derechos Humanos o con
los tribunales latinoamericanos en relación a la jurisprudencia de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos

Esta interpretación comparativa toma en consideración preceptos de


ordenamientos jurídicos extranjeros o del derecho convencional internacional
(132). En el ámbito del derecho público esta interpretación tiene importancia en
el análisis de los ordenamientos jurídicos en los estados que integran un orden
supranacional como es la Unión Europea, como asimismo en los estados
federales y los respectivos ordenamientos estadales.

Asimismo, la interpretación comparativa tiene una vigencia muy importante en


el ámbito de la interpretación y aplicación de los derechos fundamentales o
humanos en el ámbito de las jurisdicciones nacionales y en el ámbito de las
jurisdicciones internacionales o supranacionales regionales. En tal sentido, se
ha desarrollado la doctrina del seguimiento por las jurisdicciones nacionales de
la jurisprudencia emanada de la Corte Interamericana de Derechos Humanos,
sin perjuicio de reconocer un ámbito limitado de margen de discrecionalidad
que regula la propia Corte Interamericana en el ámbito americano, como lo
realiza la Corte Europea de Derechos Humanos de Estrasburgo respecto del
ámbito regional europeo.

En algunos casos esta dimensión de interpretación comparativa está


expresamente contenida en los ordenamientos constitucionales, como pueden
citarse a modo ejemplar, la cuarta disposición final y transitoria de la
Constitución Peruana de 1993, que como ha señalado el tribunal constitucional
peruano constituye “una adhesión a la interpretación que, de los mismos (de
los tratados sobre derechos humanos), hayan realizado los órganos
supranacionales de protección de los atributos inherentes al ser humano y, en
particular, el realizado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos,
guardián último de los derechos en la Región”( 133).

Asimismo, la Constitución Colombiana, en su artículo 93, determina “Los


tratados y convenios internacionales ratificados por el Congreso, que
reconocen los derechos humanos y que prohíben su limitación en los estados
de excepción, prevalecen en el orden interno. Los derechos y deberes
Constitucional. México D.F., Ed. Porrúa, página 2740. El autor propuso por primera vez
la integración de este nuevo método de interpretación en 1989, véase Pawlowski,
H.M., Methodenlehre für Juristen, 3a edición, 1999.
132
Ver Ancel, Marc. 1980. Utilidade e Métodos do Directo Comparado – Elementos de
introducao peral do estudo comparado dos directos. Porto Alegre, Segio A. Fabris
Editor.
133
Carpio Marcos, Edgar. 2005. “La interpretación de los derechos fundamentales”. En
Ferrer Mac-Gregor, Eduardo (Coord). Interpretación Constitucional. Ciudad de México
D.F. Ed Porrua, págs. 345-346. (Exp. Núm. 217-02-HC/TC).

47
consagrados en esta Carta, se interpretarán de conformidad con los tratados
internacionales sobre derechos humanos ratificados por Colombia”. De acuerdo
a dicha norma, la Corte constitucional colombiana ha desarrollado una rica
doctrina sobre el bloque constitucional de derechos, asumiendo además la
doctrina del seguimiento del Standard mínimo de derechos determinada por la
jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, como
muchas otras jurisdicciones sudamericanas.

Las Cortes de Derechos Humanos regionales establecen un standard mínimo


bajo el cual los estados nacionales incurren en responsabilidad, sin perjuicio
que lo normal es que los ordenamientos nacionales establezcan un mayor nivel
de protección de los derechos fundamentales que los exigidos por las
Convenciones regionales y gocen de incierto margen limitado de apreciación.

En tal sentido, es necesario tener en consideración la precisión que formula


Häberle, “en el marco de una teoría constitucional practicada como ciencia
jurídica de los textos y la cultura, siempre hay que tomar en cuenta también los
contextos culturales. La individualidad culturalmente captada de un Estado
constitucional no debe ser anulada interpretativamente por el “medio” o el
“vehículo” de la comparación constitucional o de los derechos fundamentales,
pues entonces la pluralidad corre el riesgo de verse reducida a
uniformidad”(134).

Este método de interpretación comparativa debe conjugarse con los otros


métodos sin que exista una jerarquía entre ellos, pero si una interacción y
complementación.

6.3. El método científico espiritual o de la teoría de los valores.

Como las normas constitucionales tienen una textura abierta, su interpretación


no puede realizarse generalmente a través del método de subsunción o lógico-
deductivo, en la medida que no contienen una regulación concreta definitiva e
inequívoca.

La superación del método clásico de interpretación jurídica en el ámbito del


derecho constitucional tiene su fuente en los derechos fundamentales. La
teoría de los valores busca encontrar en ellos las soluciones a las materias de
interpretación constitucional, en la medida que los derechos contienen implícita
o explícitamente el sistema de valores de la sociedad política que establecen la
unidad del sistema jurídico, resultando de ello un método de interpretación
particular que se llamará “científico-espiritual” ( 135).

134
Häberle, Peter. 2002. “Métodos y principios de la interpretación constitucional. Un
catálogo de problemas”. En Ferrer Mac-Gregor, Eduardo (Coord). Derecho Procesal
Constitucional. México D.F., Ed. Porrúa, páginas 2744-2745.
135
Smend, Rudolf. 1985. Constitución y Derecho Constitucional. Madrid, Ed. Centro de
Estudios Constitucionales.

48
Así, el contenido de valores y principios contenidos en las normas
constitucionales de derechos fundamentales establecen el límite para el
intérprete en la recepción de la legislación ordinaria y en los valores sociales.

Para quienes participan de esta posición, Coing entre otros, determinan que es
absurdo negar la valoración en el ámbito de la ciencia del derecho, pero para
conquistar la necesaria objetividad, debe reconducir la valoración,
operativamente, a los valores que la misma norma proporciona a tgravés de
métodos racionales haciendo el mayor esfuerzo en que la interpretación y
aplicación del derecho no sean meras decisiones políticas, con el objeto de
desterrar las razones de oportunidad y hacer operables las razones jurídicas
(136).

Como señala Rudolf Smend los valores expresados y desarrollados por la


Constitución se constituyen en los valores de integración colectiva de la
sociedad, debiendo ser implementados y aplicados por todos.

La interpretación valorativa traslada los grandes problemas relativos a la


interpretación jurídica al ámbito de la interpretación constitucional.

Desde otra perspectiva, Häberle señala que los valores constitucionales


definen un espacio abierto que hace posible el juego de diversas alternativas.
Los valores constituyen la expresión de un “pensamiento de posibilidades” o de
alternativas. Los derechos constituyen expresan los valores mas importantes,
siendo ellos los que posibilitan las innovaciones y las nuevas alternativas.
Para Häberle lo esencial de la Constitución no es una concepción determinada
de la persona, del ser humano, sino la construcción de la vida social y política
como un proceso que se mantiene permanente e indefinidamente abierto.
Esta perspectiva resalta la importancia del pluralismo democrático como un
proceso de construcción continua de compromisos pero respetando siempre
los derechos fundamentales que sirven de base material axiológica.

Como sostiene la Corte Suprema de Colombia, "las constituciones no tienen su


fin en si mismas; son instrumentos para la realización de los valores que una
comunidad considera estimables.... de modo qué, cuando se plantea una
cuestión de constitucionalidad, el problema no es sólo de formalidad legal, de
validez lógica, sino esencialmente de justicia, de equidad pues las normas
jurídicas sólo existen y sirven en tanto permitan hacer vivos esos valores.
“Si se quiere, por otra parte vivificar la Constitución, ello exige entender que ella
no solo está conformada por las normas positivas en que se expresa, sino por los
principios implícitos en las mismas y por los valores enunciados como objetivo de
su preceptiva; estas son instancias supra, aunque no extra constitucionales, a las
cuales es necesario referir toda interpretación y explicación de las normas
positivas, y su desconocimiento debe acarrear invalidez, inconstitucionalidad,

Aragón, Manuel.1986. “La interpretación de la Constitución y el carácter objetivado


136

del control jurisdiccional”. En Revista Española de Derecho Constitucional 17., Madrid ,


Centro de Estudios Políticos y Constitucionales. Nueva publicación, 2005, en Ferrer
Mac-Gregor, Eduardo. (Coord). 2005. Interpretación Constitucional. Ciudad de México.
D.F. ED. Porriua, página 40-41

49
pues todo lo que sea contrario al Derecho, y a un control de constitucionalidad
que no tenga este enfoque es incompleto y carece de eficacia"( 137).

El Tribunal Constitucional chileno ha asumido que el capítulo I de la Constitución,


denominado “Bases de la institucionalidad” de la institucionalidad donde están
contenidos los valores y principios jurídicos y políticos constituyen el sustrato
básico con el cual se puede desentrañar el sentido y alcance del resto de la
normativa constitucional. El Tribunal ha asumido así en diversas sentencias la
interpretación axiológica.

En efecto, el Tribunal Constitucional ha explicitado que el artículo 1° de la


Constitución, por su “profundo y rico contenido doctrinario refleja la filosofía que
inspira nuestra Constitución y orienta al intérprete en su misión de declarar y
explicar el verdadero sentido y alcance del resto de la preceptiva constitucional”
(138).

En otra de las sentencias ha determinado “La Constitución descansa sobre


ciertos principios y valores básicos, entre los cuales cabe señalar la libertad y la
dignidad del hombre, que los derechos fundamentales de la persona humana son
anteriores al estado y a la carta fundamental, razón por la cual ésta no los crea
sino que los “reconoce” y “asegura”, que el Estado en cumplimiento de su
finalidad propia, cual es promover el bien común debe darle segura y eficaz
protección, debiendo destacarse la seguridad y certeza jurídica, y que el ejercicio
de la soberanía que se realiza por el pueblo y por las autoridades que la
Constitución establece reconoce como limitación el respeto a los derechos
esenciales que emanan de la naturaleza humana. Estos principios y valores se
encarnan en disposiciones concretas como son los artículos 1°, 4° y 5° de la Ley
Suprema. Estos preceptos no son meramente declarativos sino que constituyen
disposiciones expresas que obligan a gobernantes y gobernados tanto en sí
mismas como también en cuanto normas rectoras y vitales que coadyuvan a
desentrañar el verdadero sentido y espíritu de la Constitución” (139).
Cerraremos este grupo de sentencias con la dictada por el Tribunal
Constitucional respecto del proyecto de ley que modifica el régimen de jornada
escolar completa diurna y otros cuerpos legales, donde se señala que los
principios y normas constitucionales que “el poder constituyente articuló en el
Capítulo 1° de la ley suprema, porque son bases del sistema institucional de
chile, de modo que cuanto fluye de ellas se irradia sobre los capítulos
siguientes y, con mayor razón aún, al ordenamiento jurídico completo que ha
de respetarlas en todo momento, circunstancia, materia y lugar” ( 140.

137
Corte Suprema de Justicia de Colombia, Sentencia Nº 51 del 19 de mayo de 1988.
138
Sentencia del Tribunal Constitucional de fecha 27 de octubre de 1983, Rol N° 19,
considerando 9. Sentencia del tribunal Constitucional de fecha 5 de abril de 1988, Rol
N° 53, considerando 12.
139
Sentencia del Tribunal Constitucional de fecha 21 de diciembre de 1987, Rol N° 46,
ver considerandos 19 a 21.
140
Sentencia del Tribunal Constitucional Rol N° 410, de fecha catorce de junio de 2004,
considerando segundo.

50
En una posición similar, en el contexto sudamericano, la Corte Constitucional
Colombiana asume también dicha perspectiva, señalando “el preámbulo goza de
poder vinculante en cuando sustento del orden que la Carta instaura y, por tanto,
toda norma - sea de índole legislativa o de otro nivel- que desconozca o
quebrante cualquiera de los fines en el señalados, lesiona la Constitución porque
traiciona sus principios” ( 141 ).

6.4. El método del uso alternativo del derecho

Este enfoque teórico y práctico de interpretación denominado “uso alternativo


del derecho” fue desarrollado inicialmente en Italia ( 142), y luego se extendió a
España y otros países europeos y latinoamericanos como un método
alternativo de interpretación jurídica, el cual busca una modalidad de
interpretación y aplicación del derecho realizada sistemáticamente a favor de
los sectores mas desfavorecidos de la población ( 143).

El uso alternativo del derecho es definido por Saavedra señalando que “se
entiende por uso alternativo del derecho la propuesta, tanto de carácter
práctico como teórico, de utilizar y consolidar el derecho y los instrumentos
jurídicos en una dirección emancipadora; o lo que es lo mismo, de ampliar los
espacios democráticos en el nivel jurídico de una sociedad determinada”,
agregando dicho autor que “Esta propuesta supone la toma de conciencia de la
función política del derecho, de su interdependencia con las relaciones
sociales, económicas y políticas, y de su idoneidad como factor de cambio
social” (144).

En este enfoque metodológico se establece una profunda e intensa


interrelación entre derecho, política y economía, a diferencia de los enfoques
que separan claramente el ser del deber ser, el derecho de la política, como
sucede con otros enfoques metodológicos. En tal sentido Perfecto Andrés
Ibáñez precisa “Partiendo pues del reconocimiento de la insuprimible división
política del derecho y de la clara no univocidad de las instancias axiológicas
que en él se expresan, estos juristas tratan de promover una práctica que, sin
perjuicio del rigor técnico, haga suyos –concientes de la propia necesaria
politicidad – los valores mas progresivos de entre los que informan el
ordenamiento” (145).

Luigi Ferrajoli frente a los críticos que sostienen la apoliticidad de la función


judicial, sostiene, “Ser apolíticos o declararse tales en facto estar fuera o por
141
  Sentencia de la Corte Constitucional de Colombia, Nº C-479/95 y Sentencia Nº
477/95
142
Barcellona, P (coord). 1973. L’uso alternativo del diritto, I y II, Roma – Bari, Latersa.
143
Ver “Interpretación jurídica y uso alternativo del derecho”, en López Calera y otros.
1978. Sobre el uso alternativo del derecho. Valencia, Fernando Torres Editor, págs 35
y siguientes.
144
Saavedra, Modesto; Ibañez, Perfecto Andrés; López Calera, Nicolás. 1978. Sobre
el uso alternativo del derecho. Valencia, España, Fernando Torres Editor, pág. 40.
145
Ibáñez, Perfecto Andrés. 1976. “Por una práctica judicial alternativa”, en Revista
Anales de la Cátedra Francisco Suárez N° 16, España, pág. 173.

51
encima de la política, sino aceptar pasivamente los valores políticos e
ideológicos dominantes, por cuya virtud el poder es siempre ‘apolítico’,
mientras que ‘políticas’ son sólo las oposiciones. También aquellos jueces que
sostienen que la función judicial ‘debe’ ser apolítica, hacen política, consciente
o inconscientemente, en el ejercicio de sus funciones … Por tanto el postulado
deontológico de la apoliticidad del juez es en realidad ‘ideológico’ y encubre
una determinada política de la justicia” (146).

Saavedra sostiene que “una teoría de la actuación judicial tiene que aclarar lo
que el juez hace cuando realiza su función profesional, es decir, el proceso de
toma de decisiones bajo la determinación de un orden jurídico vinculante. En
este ámbito de problemas, tiene que preguntarse por los elementos que
intervienen en este procedo y que los explican como una acción humana
intencional, tiene que preguntarse por los elementos que intervienen en ese
proceso y que lo explican como una acción humana intencional, tiene que
preguntarse por la participación en él del elemento, razón y del elemento
voluntad, cómo hay que concebir esa razón y cuales son los factores
condicionantes de la inclinación que experimenta la voluntad. Tiene que
preguntarse, además por la capacidad de orientación que puede recibir la
función judicial de ciertas prescripciones de carácter técnico y metodológico, y
por los recursos no técnicos –de carácter mas bien moral y político— que
puede o que debe utilizar el juez. Tiene que preguntarse, finalmente, por el
margen de discrecionalidad que posee, y por las implicancias éticas y políticas
de su actuación” (147).

Tobón Sanin sostendrá que “esta práctica judicial alternativa comporta la


potenciación cultural e ideológica en la conciencia de los jueces y de los
abogados, respecto de una mayor sensibilidad e identificación con los intereses
histórico-progresivos de las masas trabajadoras”(148).

Saavedra agregará que en el proceso de obtención del derecho del caso


ejercen influencia elementos ajenos al ámbito de la legalidad, los cuales “se
incrustan en dicho proceso desde su raíz. Condicionando el recurso a unos
otros métodos, orientando la búsqueda del significado de las normas y del
sentido de los hechos, incluso dirigiendo las construcciones doctrinales y
dogmáticas, entonces al juez le corresponde, como artífice de la decisión, una
responsabilidad que no le cabe trasladar exclusivamente a la ley. Y ello ocurre
cuando actúe como el Estado de derecho y el sistema jurídico exigen de
él”(149).

El uso alternativo del derecho es una propuesta legitimadora, que tiene como
punto de partida el supuesto de que el derecho contiene posibilidades que

146
Ferrajoli, Luigi; Senese, Salvatore y otros. 1978. Política y justicia en el Estado
capitalista, Barcelona, Ed. Fontanella, págs 214 y siguientes.
147
Saavedra, Modesto. 1994. Interpretación del derecho y crítica jurídica. México,
Distribuciones Fontamara, S.A., pág. 80.
148
Tobón Sanin, Gilberto. 1993. Carácter ideológico de la flosofía del derecho.El uso
alternativo del derecho. Medellín, Colombia, Señal Editora, pág. 90.
149
Saavedra, Modesto. 1994. Interpretación del derecho y crítica jurídica. México,
Distribuciones Fontamara, S.A., pág. 85

52
permiten proteger a los más débiles, debiendo hacer uso de dichas
posibilidades, lo que posibilita realizar valores legítimos. Hasta aquí no hay
diferencias significativas del método de la teoría de los valores. La diferencia la
hace la metodología auxiliar sociológica de carácter crítico. Como señala
Saavedra, “Ni el derecho ni los principios pueden ser entendidos sin vincularlos
a un análisis de la sociedad real…. En la que se da un determinado tipo de
conflictos y unos determinados obstáculos a la igualdad y a la libertad”( 150).

6.5. El método tópico.

El método tópico es el resultado de las especiales circunstancias que son


propias del proceso de interpretar la Carta Fundamental: a) la estructura
normativa específica de las normas constitucionales que contrasta con las
demás normas jurídicas, b) la autorización para que el legislador cree derecho
dentro del marco constitucional, vale decir de conformidad con la Constitución,
y c) la Constitución como límite que debe ser respetado por el legislador y los
demás operadores jurídicos.

El método tópico busca establecer un punto de equilibrio entre la libertad de


configuración del ordenamiento jurídico que tiene el legislador, por una parte, y
el deber de controlar que dicha configuración y creación de derecho se
mantenga dentro de los límites constitucionalmente permitidos que le
corresponde controlar al juez de la Constitución.

La tópica jurídica busca fundar las decisiones jurisdiccionales en proposiciones


plausibles las que conduzcan a una verdad dialógicamente racional. Quienes
participan de esta teoría y método consideran que las cuestiones prácticas
deben resolverse racionalmente, debiendo aportarse el mejor argumento dentro
de un consenso justificado, que considere reglas procedimentales del discurso,
partiendo de la reconstrucción de los presupuestos racionales implícitos en el
lenguaje. A partir de ciertas reglas discursivas claras se puede obtener un
consenso racional, en que operan razones tanto teóricas (distinguen lo
verdadero de lo erróneo) como prácticas (distinguen lo correcto de lo
incorrecto).

Dada la complejidad jurídica y política del texto constitucional y las


insuficiencias de la lógica formal y sus métodos, tanto tradicionales como
aggiornados de interpretación de los preceptos legales, se ha desarrollado un
método abierto de razonamiento concreto, el cual se encuentra orientado a
interpretar un problema específico a resolver y a los topoi o lugares comunes
que convergen en el proceso de interpretación jurídica ( 151).

150
Saavedra, Modesto. 1994. Interpretación del derecho y crítica jurídica. México,
Distribuciones Fontamara, S.A., pág. 102.
151
Landa, César. 2005. “Teorías de la interpretación constitucional”. En Ferrer Mac-
Gregor, Eduardo (Coord), 2005. Interpretación Constitucional. Tomo II, México, Ed.
Porrua, página 739. Pérez Luño, Antonio.1991. Derechos Humanos, Estado de
derecho y Constitución. Madrid, Ed. Tecnos. Páginas 260 y siguientes.

53
La tópica jurídica está representada, entre otros autores, por T. Viehweg ( 152),
que forma una “jurisprudencia de casos”, además de una teoría de la
interpretación basada en pautas de valoración (topoi) de difícil objetivación.

El método tópico está orientado por el pensamiento problemático como método


a emplear en la interpretación constitucional, partiendo de la apertura
estructural de la Constitución y la amplitud de sus elementos fundamentales
busca realizar su contenido. La tópica es una técnica del pensamiento
problemático (153), rechazando la aplicación del método deductivo. Constituye
un esquema de pensamiento, que sólo se sujeta a los márgenes que los
propios interlocutores se imponen, en función de sus respectivas convicciones
y criterios.

Para la tópica no es posible una sistematización de la interpretación, ya que no


existe ningún principio objetivo y seguro, la interpretación siempre debe
definirse de acuerdo al problema especifico que se debe abordar. La tópica se
estructura como una técnica de argumentación a partir de un determinado
punto de vista, se trata de un método abierto de carácter argumentativo que
considera el derecho como un proceso social inacabado, donde no hay
verdades absolutas.

Dentro de método tópico es posible distinguir el método tópico puro, el método


tópico vinculado y el método tópico problemático.

El método tópico puro basa sus premisas hermenéuticas en el sentido común y


considera todas las cuestiones como problemas singulares aislados. Este
método niega el carácter absoluto de los datos proporcionados por los
enunciados normativos y se propone descubrir, en las circunstancias
específicas del caso, la solución jurídica considerada más razonable de entre
las diversas alternativas posibles. La razonabilidad de la decisión está
determinada por los procesos lógicos de argumentación en los que deben
tenerse presente todos los puntos de vista relevantes. Las enunciados
normativos insuficientes por si mismos para ofrecer una solución, serían
tópicos, al lado de otras consideraciones obtenidas de normas, decisiones
jurisprudenciales, principios jurídicos, opiniones dominantes, el sentido común,
permitirían situar el problema a resolver y fundamentar una decisión correcta,
racional y controlable de interpretación de la Constitución ( 154).

El método tópico vinculado, se utiliza como auxiliar en la interpretación de los


conceptos indeterminados. Parte de la primacía del problema, analizando el
texto del enunciado normativo en el marco de topoi, separándose
eventualmente del texto en la solución del problema, con lo que se deja de
respetar los límites de la interpretación como sostiene Hesse ( 155).

152
Viehweg, Theodor. 1964. Tópica y jurisprudencia, Madrid, Ed. Taurus. El texto
original es Topik und Jurisprudenz del año 1953.
153
Viehweg, Theodor. 1964. Tópica y jurisprudencia, página 38.
154
Ver en Vieira de Andrade, José Carlos. 1987. Los derechos fundamentales en la
Constitución portuguesa de 1976, Coimbra, Ed. Almedina.
155
Hesse, Honrad. 1983. Escritos de Derecho Constitucional. Madrid, Ed. Centro de
Estudios Constitucionales, página 53

54
El método tópico problemático es aquel que parte de la primacía del texto
constitucional que vincula la interpretación, utilizando como variables tópicas
las diversas variables de comprensión de la Carta fundamental, comprendiendo
la interpretación constitucional como un proceso abierto de argumentación
jurídica.

El método tópico problemático considera los principios de la Constitución como


los bienes jurídicos protegidos, constituyendo puntos de vista de interpretación,
los que deben ser orientados por el caso concreto en la fundamentación del
proceso argumentativo tópico.

Como señala Stumm, la tópica y el pensamiento problemático, como método


de interpretación constitucional presupone un consenso sobre la existencia de
la Constitución y de su contenido. El consenso se constituye en pre-
comprensión del problema y del contenido de la Carta Fundamental, en el
sentido de garantizar la coherencia y consistencia de la interpretación. La
unidad de la Constitución y su función fundamentadora constituyen ejemplos de
pre-comprensiones que provienen de la dogmática constitucional ( 156).

Sin embargo, es necesario tener presente que debido el carácter abierto de la


Constitución y sus enunciados normativos, como asimismo, a su eventual techo
ideológico diverso, el consenso constitucional no siempre existe y se posibilitan
diversas interpretaciones heterogéneas respecto de un determinado problema
o caso concreto.

Ello nos permite tomar conciencia que los métodos de interpretación en forma
aislada no posibilitan garantizar la fuerza normativa y la seguridad de la
Constitución. Ello hace necesario ante la textura abierta de la norma
constitucional adaptar su contenido a la evolución social, política y económica
de la sociedad política a la que está destinada a encausar y servir.

6.6. La interpretación constitucional concretizadora.

La interpretación constitucional concretizadora, como señala Böckenförde, sin


cuestionar el principio de apertura de la interpretación proclamado por la tópica
y el pensamiento problemático y las vías de interpretación, pretende, no
obstante, recuperar de nuevo la vinculación a la norma y a la racionalidad
controlable de la interpretación (157).

Konrad Hesse sostendrá que el acto de interpretar la Constitución consiste en


solucionar una controversia “a través de un procedimiento racional y
controlable” (158) lo que exige fundamentar de manera racional con la finalidad
de evitar decisiones arbitrarias.

156
Stumm, Raquel Denise. 1995. Princípio da proporcionalidade no directo
constitucional brasileiro. Porto Alegre. Ed Livraria do abogado, páginas 28-29.
157
Böckenförde, Ernst-Wilgang. 1993. “Los métodos de interpretación – Inventario y
Crítica”, en Escritos de Derechos Fundamentales, Baden-Baden, Ed. Nomos. Página
31.

55
En esta perspectiva la condición para la interpretación constitucional es la
comprensión del contenido del enunciado normativo a concretar que no puede
ser separado de la pre-comprensión del intérprete, el cual se encuentra en una
determinada sociedad de la cual no puede abstraerse, sin que tampoco pueda
reducir su actuación interpretativa a los valores y prejuicios ideológicos o
culturales que comparte o no, eliminando los elementos de arbitrariedad del
intérprete en el problema que debe ser resuelto. La comprensión exigida al
intérprete se refiere a los conocimientos necesarios de teoría de la
Constitución, comprender y con ello concretizar sólo es posible a partir de un
problema concreto. No existe interpretación constitucional desligada de
problemas concretos. El enunciado normativo se transforma en norma de
derecho con su aplicación al caso, como norma de decisión.

En el mismo sentido, Canotilho nos señalará que la interpretación de la


Constitución tiene como finalidad la solución de un caso concreto a través de la
obtención de una “norma de decisión”.

El texto constitucional no es equivalente a la norma constitucional, sino que es


considerado como un modelo de organización jurídicamente vinculante,
orientado por una concretización material y constituido por un programa
normativo (integrado por enunciados lingüísticos) y por un dominio normativo
(conformado por el conjunto de datos de la realidad) ( 159).

Para obtener la norma constitucional a partir del texto constitucional, se parte


de un significado semántico obtenido a través de la aplicación de los enfoques
genético o histórico, sistemático y teleológico y de una determinada teoría de la
Constitución.

Sobre la base de esta primera etapa de la interpretación orientada a un


problema y limitada por la norma constitucional, se elabora el programa
normativo, el cual se encuentra contenido en el texto de la norma objeto de
interpretación. El programa normativo debe ser “aprehendido mediante la
interpretación de dicho texto en lo que se refiere a su significación vinculante
para la solución del problema” como señala Hesse.

En el procedimiento de descubrir la norma de decisión para la solución de los


casos jurídico-constitucionales, se utilizan los métodos de interpretación
tradicionales como son las interpretaciones literal, histórica, lógica y sistemática
siempre entrelazadas desde el principio.

En todo caso, es necesario considerar que los acontecimientos históricos que


viven los estados solo pueden ser previstos de modo imperfecto, es imposible
que el derecho que tiene por objeto operar para el fututo pueda regular todas
las situaciones, existiendo muchas situaciones imprevistas e imprevisibles, lo
que posibilita la existencia de lagunas constitucionales que no pueden ser

158
Hesse, Konrad. 1983. Escritos de Derecho Constitucional. Madrid, Ed. Centro de
Estudios Constitucionales, página 37.
159
Muller, Friedrich. 1996. Discours de la méthode juridique.

56
aprehendidos con los métodos convencionales de interpretación y de la
analogía (160).

La atribución de significado al programa normativo que son los enunciados


lingüísticos contenidos en el texto de la Carta Fundamental, y el sector
normativo que implica considerar los elementos empíricos de la realidad
considerados por el texto constitucional, constituyen la etapa siguiente del
proceso interpretativo, que posibilitará la obtención de la norma constitucional.

A su vez, la concretización o realización del contenido del enunciado normativo


constitucional tiene como presupuesto necesario la incorporación de las
circunstancias de la realidad ya previstas en su comando. La singularidad de
tales circunstancias, señala Hesse, “integran el ámbito normativo, el cual, a
partir del conjunto de los datos del mundo social afectados por un precepto, a
través del mandato contenido sobretodo en el texto de la norma, el programa
normativo es elevado a parte integrante del contenido normativo” ( 161).

El problema y los elementos de la norma constitucional vinculan al intérprete. El


programa normativo y el ámbito normativo actúan como límites específicos y
directrices que la Constitución contiene en orden a la aplicación, coordinación y
valoración de dichos elementos en el curso de la solución del problema ( 162).

El razonamiento parte del texto constitucional a ser interpretado, pasando por


diversas fases interpretativas antes de obtener la norma de decisión.

Esta norma constitucional cuando se aplica a los problemas que deben ser
resueltos se concretiza, produciendo un efecto normativo (normatividad
constitucional). La normatividad es así no una cualidad sino un efecto del
procedimiento de concretización.

La norma constitucional conforma una regla general y abstracta que constituye


un resultado intermedio en el proceso concretizador, para pasar de la
normatividad mediata a la normatividad concreta, la norma jurídica precisa
adoptar el carácter de norma de decisión.

La norma de decisión es la aplicación de la norma constitucional aplicada a un


caso concreto resolviéndolo, mediante. “1. La creación de una disciplina
reguladora (concretización legislativa, etc.); 2. a través de una sentencia o
decisión judicial (concretización judicial); 3. a través de la práctica de actos
individuales por las autoridades (concretización administrativa)” ( 163).

Para quienes sostienen este método de interpretación, la teoría de la


interpretación es un conjunto de métodos, catálogos y principios tópicos de

160
Jellinek, George. 1991. Reforma y mutación de la Constitución. Madrid, Ed. Centro
de Estudios Constitucionales.
161
Hesse, Konrad. 1983, página 29.
162
Hesse, Konrad. 1983, página 46
163
Canotilho, J.J. Gomes. 1992. Direito Constitucional, Quinta edición, Coimbra,
Almedina, página 299. Ver asimismo, 2001. Direito Constitucional e Teoria da
Constituicao., pág. 1179.

57
interpretación constitucional que tienen por base el método de interpretación
constitucional concretizadota.

6.7. El método de interpretación normativo estructurante

Para Canotilho el método normativo-estructurante, establece un conjunto de


postulados básicos:
“(1) La metódica jurídica tiene como tarea investigar las variadas funciones de
realización del derecho constitucional (legislación, administración, jurisdicción);
(2) para captar la transformación de las normas a concretizar en una decisión
práctica (la metódica se pretende vinculada a la resolución de problemas
prácticos); (3) la metódica debe preocuparse de la estructura de la norma y del
texto normativo, con un sentido de normatividad y de proceso de
concretización, con una conexión de concretización normativa y con funciones
jurídico prácticas; (4) elemento decisivo para la comprensión de la estructura
normativa es una teoría hermenéutica de la norma jurídica que arranca de la no
identidad entre norma y texto normativo; (5) el texto de un precepto jurídico
positivo es apenas la parte visible del iceberg normativo (F. Müller),
correspondiendo en general al programa normativo (orden o comando jurídico
en la doctrina tradicional); (6) la norma no comprende el texto, sino que abre un
dominio normativo, esto es, un pedazo de la realidad social que el programa
normativo contempla solo parcialmente; (7) consecuentemente, la
concretización normativa debe considerar el trabajar con dos elementos
resultantes de la interpretación del texto de la norma (= elemento literal de la
doctrina clásica), el otro, es el elemento de concretización resultante de la
investigación del referente normativo (dominio normativo)”( 164).

6.8. Algunas consideraciones finales.

A principios del siglo XXI en que las Cartas Fundamentales aseguran y


garantizan derechos fundamentales y aseguran valores y principios que son, la
específica condición normativa de los textos constitucionales auténticos y
democráticos, lo que exige una interpretación constitucional valorativa, posición
en que converge la doctrina , tanto los defensores de la concretización como
Muller, Hesse, los métodos comprensivos como son los que asumen Smend y
Zippelius, los partidarios de la tópica como Scheuner , los que comparten la
posición de los valores adjetivos como Häberle, además de otros destacados
autores como Dworkin, Perry y Tribe entre otros. En los casos denominados
difíciles necesariamente hay que recurrir a los principios jurídicos que se
extraen del derecho, para construir a partir de ellos la respuesta racional y
correcta, lo que exige una teoría constitucional adecuada.

La interpretación es concretizar comprensivamente el enunciado normativo


dentro de un sistema normativo y de categorías conceptuales que aporta la
teoría de la Constitución y que le otorgan coherencia. Como señala Manuel
Aragón, el intérprete debe contar necesariamente, “con un bagaje teórico que
le facilite la tarea de extraer del precepto jurídico su significado
constitucionalmente adecuado o de convertir en principios jurídicos los valores
164
Canotilho. J.J. Gomez.1992. Ob Cit., página 229.

58
enunciados por la norma o de establecer las conexiones pertinentes entre unos
y otros principios que concurran el caso concreto de aplicación” ( 165), teniendo
presente el contexto social vigente, obteniendo la norma correcta y justa para
dicho caso o problema.

7. Los postulados o principios hermenéuticos del Derecho


Constitucional.

La interpretación constitucional puede sistematizarse a través los postulados


hermenéuticos. Los postulados hermenéuticos constituyen imperativos u
ordenes dirigidas a todos los operadores jurídicos que pretenden ejercer la
actividad interpretativa constitucional. No se puede interpretar adecuadamente
y debidamente la Constitución sin atenerse a los postulados, el intérprete debe
estar empapado o imbuido en ellos. Estos sintetizan el esfuerzo por alcanzar
una racionalidad y razonabilidad (sensatez y flexibilidad) en la interpretación,
como asimismo proporcionan un parámetro de control de la actuación del
operador jurídico o jurisdiccional. Ellos constituyen premisas conceptuales
metodológicas y finalistas que deben ser necesariamente considerados por el
intérprete para determinar la solución concreta al problema planteado. Los
principios o postulados hermenéuticos por regla general no se encuentran
explicitados en las Cartas Fundamentales, sin embargo son reconocidos como
materia pacífica en la doctrina y la jurisprudencia constitucional, en la medida
que ellos constituyen parte del método de interpretación constitucional,
estructurado sobre el estudio de ciertas constantes de la praxis jurídica ( 166

Los postulados se extraen de la experiencia, de la lógica, de la evolución


histórica y desarrollo del constitucionalismo. Como señala Canosa, ellos “se
deducen por exigencias hermenéuticas. Sus relaciones con los principios
materiales no son de subordinación, sino de complementariedad, toda vez que
aquellos necesitan del armazón sustentador que proporcionan los segundos”
(167).

7.1. La supremacía de la Constitución.

Este postulado repele todo tipo de intento de interpretar la Constitución a partir


de normas sub constitucionales, generalmente de orden legal. En efecto, todo
el ordenamiento jurídico debe interpretarse a partir de la Constitución que es la
norma fundadora y determinante de validez de las demás normas que integran
el ordenamiento jurídico, la que esta dotada de plena fuerza normativa y
eficacia.

Aragón, Manuel. 2005. La interpretación de la constitución y el carácter objetivado


165

del control jurisdiccional, página 51.


Sobre la materia ver: VV.AA. 1997. Il metodo nelle science del dititto
166

costituzionale. Padua, Cedam. Especialmente el trabajo de Spadaro, páginas


157 y siguientes.
167
Canosa Usera. Ob. Cit. Página 175

59
Como señala García de Enterría (168), la supremacía de la Constitución sobre el
resto de las normas del ordenamiento jurídico del Estado y el carácter central
de la Carta Fundamental obligan al interprete jurídico en todo momento de
actuar en el sentido que se desprende de los principios y reglas
constitucionales.

En la misma perspectiva, señala Balaguer Callejón, “la Constitución se


constituye en el prius lógico por el que ha de pasar todo contenido normativo,
una especie de prerrequisito interpretativo para toda norma
infracoinstitucional”(169).

El Tribunal Constitucional chileno ha precisado que la Constitución “es una


super-ley, es una ley fundamental; de aquí la necesidad de establecer con
exquisito rigor, su preciso sentido, ya que las exigencias de certeza y seguridad
jurídicas son mucho mas exigibles en la interpretación del estatuto jurídico de la
convivencia política, que establece no sólo quienes on los órganos legisladores
y los procedimientos seguidos para producir las leyes, sino el conjunto de
afirmaciones sociales que hacen posible la inserción del individuo en el Estado.
En este sentido, la Constitución es la expresión jurídica fundamental del estado
de derecho” (170).

Así para el operador jurídico y jurisdiccional de la ley, esta no se agota en su


texto, sino que debe indagarse su sentido y alcance de manera que armonicen
con el sistema jurídico y, en especial, con los principios y reglas
constitucionales.

7.2. El principio o postulado de Unidad de la Constitución.

La Constitución constituye una unidad dotada de sentido. Ningún enunciado


normativo de la Carta Fundamental puede analizarse e interpretarse
exclusivamente a partir de si mismo. La determinación de sentido de cada
enunciado normativo constitucional específico está en conexión de sentido con
el resto de los enunciados contenidos en la Constitución, existe así una
relación de interdependencia de los distintos elementos normativos con el
conjunto de las decisiones fundamentales de la Constitución.

Todas las normas constitucionales deben ser interpretadas en su conjunto,


ellas no constituyen un conjunto de normas yuxtapuestas, el intérprete debe
equilibrar las eventuales tensiones entre ellas, debiendo armonizar las diversas
disposiciones o enunciados normativos y superar los eventuales espacios de
tensión entre normas constitucionales de acuerdo con los valores y principios

168
García de Enterría, Eduardo. 1988. La Constitución como norma y el Tribunal
Constitucional. Tercera edición, Madrid, ED. Civitas, página 95.
169
Balaguer Callejón, Maria Luisa. 1990. La interpretación de la Constitución por la
jurisdicción ordinaria. Madrid, Civitas, página 59. Canosa Usera, Raúl. 1988.
Interpretación constitucional y fórmula política. Madrid, Ed. Centro de Estudios
Constitucionales, página 99.
170
Sentencia del Tribunal Constitucional de 23 de junio de 2001, Rol N° 325,
considerando 13.

60
establecidos en ella. La Constitución constituye en cuanto unidad un conjunto
con sentido lógico y teleológico, siendo un orden unitario que rige la vida de la
sociedad política, la que debe ser interpretada con el fin de evitar
contradicciones entre las normas que contiene.

Las constituciones construyen un sistema ordenado y unitario estructurado por


el constituyente en forma racional en el que se encuentra distribuidas todas las
materias que contiene, lo que, a su vez, implica aceptar o desechar significados
a los enunciados normativos dependiendo de su ubicación topográfica en el
texto.

Aquí surge una de las particularidades de la interpretación constitucional que


es la imperatividad de considerar a la Constitución como un todo, como un
sistema coherente e interrelacionado de principios y reglas estructuradas con
visión unitaria, la interpretación sistemática es un mandato del ámbito
constitucional a partir de la unidad de la Constitución. Jamás pueden tomarse e
interpretarse normas o enunciados normativos aislados o considerados como
suficientes en sí mismos. Todos los enunciados normativos constitucionales
están imbricados entre sí y traspasados por una unidad de sentido.

La unidad constitucional implica una unidad que sobrepasa con mucho la pura
coherencia formal, ella implica un todo compuesto de enunciados normativos
integrados, interrelacionados y complementarios con unidad sustantivo de
sentido. Cada regla constitucional se complementa e interrelaciona con los
principios constitucionales, los cuales le otorgan su sentido dentro del conjunto
constitucional. En tal perspectiva, García de Enterría precisa que “La
Constitución asegura una unidad del ordenamiento esencialmente sobre la
base de un ‘orden de valores’ materiales expreso en ella y no sobre las simples
reglas formales de producción de normas” (171).

Para Konrad Hesse, la unidad de la Constitución implica que “todas las normas
constitucionales han de ser interpretadas de tal manera que se eviten
contradicciones con otras normas constitucionales. La única solución del
problema coherente con este principio es la que se encuentra en consonancia
con las decisiones básicas de la Constitución y evite su limitación unilateral a
aspectos parciales” (172)

La interpretación de la Constitución por el operador jurídico debe concebirse


como un medio para promover el valor de la Constitución considerada en su
conjunto.

El Tribunal Constitucional chileno ha asumido plenamente el principio de unidad


de la Carta Fundamental, sosteniendo en forma reiterada que “La Constitución es
un todo orgánico y el sentido de sus normas debe ser determinado de manera tal
que exista entre ellas la debida correspondencia y armonía, excluyéndose
cualquiera interpretación que conduzca a anular o a privar de eficacia algún

García de Enterría, Eduardo. 1985 La constitución como norma y el tribunal


171

Constitucional. Madrid, Ed. Civitas, página 97.


172
Hesse, Honrad. Ob. Cit. Página 48.

61
precepto de ella” (173). El leading case en esta materia lo constituye la sentencia
sobre el proyecto de Ley Orgánica Constitucional sobre el Tribunal Calificador de
Elecciones (174), aún cuando dicho postulado ha sido reiteradamente utilizado por
el Tribunal Constitucional en fallos posteriores (175).

La Corte Constitucional Colombiana ha sostenido en la misma perspectiva: “Si la


razón primera y trascendente del control constitucional no es otra que la de
garantizar la verdadera vigencia y supremacía de la Constitución, ese control
deviene en utópico a la tarea de comparar entre si normas aisladas, sin hilo
conductor que las armonice y confiera sentido integral, razonable y sólido al
conjunto" (176).

7.3. El postulado de máxima efectividad de las normas


constitucionales o fuerza normativa de la Constitución.

Este principio o postulado lleva a dar primacía a las soluciones hermenéuticas


que comprendiendo la historicidad de las estructuras constitucionales
posibilitan la actualización normativa, garantizando, simultáneamente, su
permanencia y eficacia.

Konrad Hesse en su obra sobre esta materia señala que la norma no tiene
existencia autónoma frente a la realidad. Su esencia reside en su vigencia, o
sea, la situación regulada por ella pretende ser concretizada en la realidad.
Esta pretensión de eficacia no puede ser separada de las condiciones
históricas de su realización, que están, de diferentes formas, en una relación de
interdependencia, creando reglas propias que no pueden ser ignoradas ( 177).

Para Hesse, la Constitución está determinada por la realidad social y, al mismo


tiempo, la Constitución es determinante en relación a ella, no pudiendo como
fundamental en base a su pura normatividad ni en la simple eficacia de las
condiciones socio-políticas y económicas. La fuerza condicionante de la
realidad y la normatividad de la Constitución pueden ser diferenciadas, ellas no
pueden ser definitivamente separadas ni confundidas.

El interprete constitucional debe estar dotado de “voluntad de Constitución”


como precisa Hesse, ella se sostiene en tres vertientes: a) la comprensión de
la necesidad y del valor del orden normativo constitucional que protege contra
la arbitrariedad; b) la comprensión de que el orden constitucional requiere un
constante proceso de legitimación; c) la conciencia de que ese orden

173
Sentencia del Tribunal Constitucional de Chile, de fecha 24 de septiembre de 1985,
Rol N° 33.
174
Ver Valenzuela Somarriva, Eugenio. 2003. Contribución del Tribunal Constitucional
a la institucionalización democrática, páginas 7 – 27.
175
Sentencias del Tribunal Constitucional de fecha 21 de diciembre de 1987,Rol N° 46,
considerando 40; 2 de diciembre de 1996, Rol N° 246, considerando 31; 26 de abril de
1997, Rol N° 254, considerando 11; 26 de junio de 2001, Rol N° 325, considerando 10.
176
Sentencia de la Corte Constitucional de Colombia, Nº C-479/95 y Sentencia Nº
477/95
177
Hesse, Konrad. La fuerza normativa de la Constitución, Ob. Cit. Página 14-15.

62
constitucional no lograra ser eficaz sin el concurso de las voluntades humanas,
adquiriendo y manteniendo su vigencia a través de tales actos de voluntad.

Puede decirse que hay “voluntad de constitución”, cuando la Carta


Fundamental se transforma en fuerza efectiva cuando las tareas que ella
establece son efectivamente realizadas por los destinatarios de las respectivas
normas, los cuales adecuan sus conductas al orden constitucional establecido

Este postulado plantea hacer efectiva la fuerza normativa de la Constitución,


haciendo primar en el mundo de los hechos los valores, principios y reglas
constitucionales. A su vez, este postulado exige una interpretación
constitucional que se aleje de aquellos planteamientos de no aplicabilidad
inmediata del texto constitucional, desconociendo su fuerza la fuerza vinculante
directa e inmediata de todas los enunciados normativos de la Carta
Fundamental, tanto las normas principios como las normas reglas.

Este postulado de otorgar la máxima eficacia a los enunciados normativos


constitucionales, debe dirigir al intérprete hacia aquellas alternativas que
“optimicen o maximicen la eficacia de las normas constitucionales, sin
distorsionar su contenido”(178).

7.4. Postulado del efecto útil.

A su vez, ello implica que todo concepto, vocablo o enunciado normativo tiene
que ser interpretado de acuerdo a un efecto útil. Luchaire señala que “cuando
una disposición es susceptible de dos sentidos, es preferible entenderla en
aquel que le permite tener algún efecto antes que en el sentido con el cual no
podría producir ninguno” ( 179). Ninguna disposición constitucional puede
considerarse inútil. A todas las normas y vocablos debe otorgárseles un efecto
útil y eficaz y debe ser armonizado con los demás preceptos normativos. Toda
interpretación que ignore preceptos o vocablos constitucionales representa una
forma de violación de la Constitución y atenta contra el postulado de unidad de
la Constitución.

Este postulado ha sido aplicado reiteradamente por la Corte Suprema


norteamericana, como ocurre, por ejemplo en los dos siguientes casos. En el
caso Holmes vs Jennison” afirmo que “ninguna palabra fue usada
innecesariamente o includa sin necesidad´. Cada palabra aparece habiendo
sido apreciada con la mayor deliberación, y su fuerza y efecto plenamente
entendidos” (180) “Knowlton vs Moore” sostuvo que “ninguna palabra o cláusula
puede ser rechazada como superflua o carente de sentido, sino que a cada una
debe dársele su debida fuerza y sentido adecuado.

178
Pérez Luño, Antonio. 1986. Derechos humanos, Estado de Derecho y Constitución,
página 278.
179
Luchaire, F. 1981. De la méthode en droit constitutionnel, en Revue du Droit Public,
Paris, Francia, página 294.
180
AA.VV. La Constitución de los Estados Unidos de América. Tomo I, pág. 69.;
Linares Quintana, Segundo. 1988. Reglas para la interpretación constitucional.Buenos
Aires. Ed. Plus Ultra, pág. 86.

63
El Tribunal Constitucional chileno reiteradamente ha manifestado que “no es
dable aceptar en la interpretación de la Constitución ni de la ley que sus
autores incorporen en sus textos normas superfluas, reiterativas o innecesarias
que lejos de contribuir a la clarificación de sus prescripciones, confundan o
tornen oscuro o difícil de comprender lo que para el legislador es claro y
preciso” (181). El mismo Tribunal Constitucional ya había señalado
anteriormente que “cualquier interpretación que conduzca a anular o privar de
eficacia algún precepto de ella”(182) no era aceptable.

Este postulado puede tener excepciones, ya sea por inadvertencia del órgano
constituyente o por la voluntad de este de enfatizar una determinada solución
normativa. Como señala Sagüés, “afirmar que las redundancias normativas no
existen es sólo una presunción iuris tatum, la que puede caer apenas se
demuestre lo contrario. Corresponde al intérprete detectar estas redundancias
y averiguar si porqué, esto es, si son resultado de un mero error del
constituyente, o si éste quiso intencionalmente redundar, a fin de subrayar y
enfatizar algún precepto. También puede concluir que las dos reglas
(aparentemente) redundantes han querido decir algo diferente”( 183

7.5. El postulado de concordancia práctica.

En un sentido general, ante un conflicto o colisión de normas incompatibles se


produce una antinomia, siendo tres los criterios considerados universalmente
para solucionarlas. El primero es el criterio cronológico (la norma posterior
deroga a la anterior del mismo rango). El criterio jerárquico, la norma superior
deroga a la norma inferior. El criterio de especialidad, la norma especial deroga
la norma general. Este es el criterio del todo o nada. Una norma que entra en
conflicto con otra sobrevive o muere de acuerdo a los criterios reseñados.

En el caso de tensiones entre principios constitucionales se desarrolla el


postulado de concordancia práctica o de armonización desarrollado por Hesse
(184).

El postulado de concordancia práctica o armonización impide siempre el


sacrificio total de cualquier principio, derecho o bien constitucional. El principio
de armonización exige al intérprete el deber de superar las eventuales
tensiones entre normas dándole la eficacia y optimización que cada una de
ellas tiene en el caso concreto, para lo cual debe atribuir un significado a las
normas que no sea contradictorio con otros principios y reglas constitucionales.

181
Sentencia del Tribunal Constitucional chileno, Rol N° 325 de 26 de junio de 2001,
considerando 47.
182
Sentencia del Tribunal Constitucional chileno, Rol N° 33, de veinte de agosto de mil
novecientos ochenta y cinco, considerando 19: LOC Tribunal Calificador de
Elecciones.
183
Sagüés, Néstor Pedro. 1998. La interpretación judicial de la Constitución. Buenos
Aires. ED. Desalma, pág.141.
184
Hesse, Konrad. 1984. Escritos de Derecho Constitucional. Ob. Cit. Página 45.

64
Asimismo, exige que el intérprete otorgue a cada precepto una interpretación
coherente con las demás principios y reglas constitucionales, dándole a cada
uno el máximo de aplicación y fuerza normativa, buscando el mejor equilibrio
posible, la mayor optimización posible. Cada una de los enunciados normativos
y partes de la Constitución deben entenderse a la luz de todas las demás
normas que la integran. La fijación de límites entre los derechos obedece al
principio de proporcionalidad que, en este contexto, significa “una relación entre
dos magnitudes variables, concretamente aquella que mejor a dicha tarea de
optimización”.

El principio de armonización o concordancia práctica en cuanto tal no dice nada


sustantivo, sino que sólo indica una dirección y determina el procedimiento a
través del cual debe buscarse la solución constitucional.

En el caso de que determinados principios no puedan armonizarse u obtener


una concordancia práctica, no puede el intérprete darle valor absoluto a uno y
negar el otro, en una perspectiva del todo o nada, debiendo ponderarlos y
darle a cada uno el peso relativo que tienen en el orden constitucional, dándole
una prevalencia relativa al caso concreto a un bien o principio constitucional
sobre el otro u otros bienes o principios constitucionales, sin desconocer
ninguno y buscando su optimización. Sólo el interprete ante el caso concreto, a
través de un análisis tópico, tendrá que verificar, siguiendo criterios objetivos y
subjetivos, ponderando valores y principios, resolviendo el conflicto

Asimismo, a una regla constitucional no se le puede atribuir un significado que


la torne inconsistente con un principio constitucional o con el sistema
constitucional.

Los tribunales constitucionales tanto de Europa como de América Latina


afirman pacíficamente que todas las disposiciones constitucionales tienen que
ser interpretadas de manera que sean compatibles con las normas
fundamentales elementales de la Carta Fundamental y con su orden de
valores.

A modo ejemplar, por su claridad pedagógica, citamos la siguiente sentencia


del Tribunal Constitucional español: “La interpretación y aplicación de la
Constitución, concebida como una totalidad normativa garantizadora de un
orden de convivencia integrado por un conjunto de derechos y valores, que el
legislador tiene el deber de armonizar mediante fórmulas que permitan la
adecuada protección de cada uno de ellos a través de limitaciones coordinadas
y razonables, evitando el desequilibrio del orden constitucional que ocasiona la
prevalencia absoluta e ilimitada de uno sobre los demás, los cuales resultarían
así desconocidos y sacrificados con grave quebrantamiento de los mandatos
constitucionales que imponen a todos los poderes públicos el deber de
protegerlos y hacerlos efectivos en coexistencia con todos aquellos otros con
los que concurran” (185).

El Tribunal Constitucional chileno en abundante jurisprudencia ha aplicado este


principio, así a manera ejemplar señalaremos la sentencia sobre el Tribunal
185
Sentencia del Tribunal Constitucional español 196/1987, fundamento jurídico 7°.

65
Calificador de Elecciones de 1985, donde se precisa: “La Constitución es un
todo orgánico y el sentido de sus normas debe ser determinado de manera tal
que exista entre ellas la debida correspondencia y armonía, excluyéndose
aquella interpretación que conduzca a anular o privar de eficacia algún
precepto de ella” (186); a su vez, la sentencia sobre el Acuerdo que aprueba la
Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas de 2003,
en la que se sostiene que ante una eventual contradicción entre los artículos 50
N° 18 (actual artículo 54 N°1) y el artículo 63 (actual artículo 66 de la
Constitución), el primero referente a la aprobación de los tratados
internacionales, el segundo, a los quórums de aprobación de los preceptos
legales de acuerdo a la materia que tratan, el fallo precisa: “Que, sin embargo,
tal contradicción es mas aparente que real, ya que interpretando ambas
normas en forma armónica y teniendo a la vista la finalidad perseguida por
ambos preceptos, es perfectamente conciliable el propósito pretendido por el
artículo 50 N°1, con la obligación que deriva del artículo 63.” ( 187. El Tribunal
Constitucional determina que las disposiciones de los tratados internacionales
se votarán conforme al quórum exigido por el artículo 63, actual artículo 66 de
la Constitución, de acuerdo a la naturaleza de la materia, por tanto, el tratado
se entenderá aprobado, cuando todas sus disposiciones hayan sido aprobadas
con el quórum exigido constitucionalmente.

7.6. El postulado de la eficacia integradora de la Constitución.

En virtud de este postulado uno de los objetivos fundamentales de la


interpretación constitucional es lograr la unidad política del Estado y la
sociedad. En tal sentido, en la solución de los problemas jurídicos
constitucionales debe darse primacía a los criterios que favorezcan la
integración política y social existente en una sociedad pluralista con techo
ideológico múltiple integrador de la mayoría y de las minorías, reforzando la
unidad política, ya que ello constituye uno de los objetivos centrales de la Carta
Fundamental.

7.7. El postulado de la corrección funcional.

La Constitución consagra las decisiones políticas fundamentales del Estado,


configurando una fórmula y orden político consensuado social y políticamente,
como asimismo determinado constitucionalmente ( 188). Ello implica darle a cada
órgano la función y atribuciones que le corresponde y el ámbito de relaciones
institucionales diseñado por la Constitución.

El intérprete de la Constitución debe seguir la distribución de competencias que


la Constitución determina, facilitando y no obstaculizando o bloqueando el

186
Sentencia del Tribunal Constitucional, Rol N°33, de fecha veinticuatro de septiembre
de mil novecientos ochenta y cinco, considerando 19.
187
Sentencia del Tribunal Constitucional chileno Rol N° 383, de fecha cinco de
septiembre de dos mil tres, considerando 25.
188
Ver el estudio detenido de este enfoque en, Canosa Usera, Raúl. Interpretación
constitucional y fórmula política .Ob. Cit.

66
desarrollo de las actividades regulares de cada órgano mientras estas se
mantengan dentro de la fórmula política diseñada por la Carta Fundamental,
impidiendo las invasiones ilegítimas de unos órganos o autoridades en el
ámbito propio de otros de ellos, tratando de alterar el sistema de frenos y
contrapesos establecidos.

El intérprete debe favorecer las alternativas que preserven, afiancen y


otorguen eficacia y eficiencia al régimen político constitucional y el desarrollo
armonioso de sus órganos, como asimismo, debe evitar cualquier
interpretación que constituya una perturbación o bloqueo de la estructura
orgánica y funcional establecida por la Constitución, posibilitando que los
distintos órganos constitucionales puedan ejercer sus competencias
constitucionales de manera responsable, aplicando el principio de la adecuada
cortesía constitucional.

Este postulado se aplica cuando se trata de armonizar mediante la


interpretación un conflicto o tensión entre normas orgánicas de la Constitución,
vale decir, normas referentes a la organización del Estado y de atribución de
competencias a los diversos órganos y organismos del mismo. La Carta
Fundamental debe asegurar el funcionamiento regular de las instituciones, lo
que exige que cada órgano desarrolle sus funciones y atribuciones dentro del
marco constitucional y de acuerdo a la forma política y jurídica de Estado y
gobierno determinada constitucionalmente.

A su vez, ello exige de los jueces constitucionales un judicial self-restreint o


autocontención, que exige a ellos evitar invadir el campo del legislador o de la
política para mantenerse en sus funciones dentro de criterios estrictamente
jurídicos. Ello implica reconocer al legislador dentro del marco constitucional, el
amplio margen para adoptar en cada caso las políticas que considere más
adecuadas y oportunas.

Posner aconseja diferenciar cinco modelos de self-restreint: El primero se


refiere a la “autocontención prudente”, en la que distingue la autocontención
política, que evita involucrarse en cuestiones políticas y la autocontención
funcional, que surge del cuidado de no extralimitarse en las resoluciones a la
respuesta a las demandas planteadas. Otro modelo es el de la imparcialidad
que implica la deliberada posición jurisdiccional de que las preferencias
políticas interfieran con la función que se desempeña. El modelo de “juez
deferente”, caracterizado por el cuidado y circunspección sobre las
preferencias. Finalmente, el juez que respeta la separación de poderes y que
no invade competencias correspondientes a otros órganos estatales.

Sin embargo, consideramos que este principio de autocontención del interprete


jurisdiccional o judicial, no se aplica en materia de derechos fundamentales,
donde prevalece el principio o postulado in dubio pro jurisdictionem

Dentro de esta perspectiva debe mencionarse el principio de presunción de


constitucionalidad de las normas, especialmente de las normas legislativas, en
la medida que el legislador no se limita a la aplicación de las normas

67
constitucionales, sino que dentro del marco que la determina adopta decisiones
que van configurando la vida de la sociedad en los diversos ámbitos.

A su vez, el legislador debe tener conciencia de que la distinción entre potestad


constituyente y poderes constituidos opera en forma permanente y que la
jurisdicción constitucional tiene la misión de resguardar la supremacía de la
Constitución y determinar el marco y límite dentro del cual debe desempeñarse
cada órgano constituido, constituyendo un límite a la potestad legislativa.

Como señala Fernández Segado, “al Tribunal Constitucional corresponde


custodiar la permanente distinción entre la objetivación del poder constituyente
y la actuación de los poderes constituidos, los cuales nunca podrán rebasar los
límites y las competencias establecidas por aquel” ( 189)

7.8. El postulado de interpretación conforme a la Constitución.

La interpretación conforme a la Constitución deriva directamente de la


naturaleza de la Constitución como norma superior que confiere unidad al
ordenamiento jurídico.

El intérprete y aplicador de las normas infraconstitucionales, de acuerdo a este


postulado debe optar entre las diversas alternativas de interpretación posible
de la norma subconstitucional que la haga mas compatible y armonizable con
la Carta Fundamental, excluyendo toda interpretación incompatible con la
Constitución.

La interpretación conforme a la Constitución es un método y técnica de


interpretación jurídica que busca aquella interpretación más armoniosa y
coherente con la Carta Fundamental, entre las diversas interpretaciones
posibles que el precepto normativo admita. Esta línea interpretativa elimina
toda interpretación del precepto que conduzca a un resultado contrastante o
contrario con la Carta Fundamental. Este postulado es una consecuencia
directa del carácter de norma suprema, de norma unitaria y de la fuerza
normativa de la Constitución. De aquí se deriva la interpretación sistemática de
la Constitución (190).

Este postulado no solo constituye un enfoque interpretativo, sino que en la


práctica constituye una forma implícita de control de constitucionalidad en la
medida que desecha por ilegítima una lectura de la norma jurídica que se
considere contraria a la Constitución.

Ella se aplica tanto a normas jurídicas infra constitucionales pre y post


constitucionales, lo que implica que el derecho pre constitucional debe
adaptarse a la nueva situación constitucional

189
Fernández Segado, Francisco. 2002. Reflexiones en torno a la interpretación de la
Constitución. En Ferrer Mac-Gregor, Eduardo (Coord.) Derecho Procesal
Constitucional. Mexico D.F. Ed. Porrua, página 2729.
190
Ver Meorla Chierchia, P. 1978. L’interpretazione sistematica della Costituzione,
Padua, Ed Cedam, página 201.

68
La interpretación conforme a la Constitución posibilita una renuncia al
formalismo jurídico y a las interpretaciones convencionales en nombre de la
justicia sustantiva y de la seguridad jurídica.

La interpretación conforme a la Constitución lleva a una interpretación favor


legis en el ámbito del derecho interno, y de favor convenciones, en el plano del
derecho internacional, vale decir, opera una presunción de constitucionalidad
de la obra del legislador y del gobierno al aprobar una ley o un tratado
internacional (191).

Los preceptos legales sólo serán declarados inconstitucionales cuando exista


una contradicción manifiesta entra la Carta Fundamental y la ley, ya que en
caso de duda la presunción favorece la constitucionalidad del precepto legal. El
Tribunal Constitucional chileno en forma tardía recoge este postulado de
interpretación en el año 2000 en su sentencia “Convenio sobre pueblos
indígenas”, asumiéndolo como “un principio de hermenéutica jurídica….
constantemente recogido por esta magistratura y avalado por la unanimidad de
la doctrina” (192), precisando que “se presumen válidas y legítimas las normas
aprobadas por los Poderes del Estado y sólo resulta prudente y aconsejable
declarar su inconstitucionalidad cuando los sentenciadores lleguen a la íntima
convicción que la pugna entre la disposición de un proyecto de ley y la
Constitución es clara, resultando imposible armonizarla con ella” ( 193).

Asimismo, si un enunciado legal conduce a diferentes alternativas de


aplicación, debe preferirse siempre aquella que salvaguarde la integridad
constitucional del precepto legal, así las sentencias atípicas de los tribunales
constitucionales conocidas como sentencias condicionadas, sentencias
interpretativas o sentencias de conformidad con la Constitución, excluyendo
algunas interpretaciones inconstitucionales de una ley, se basan precisamente
en el respeto máximo posible de presunción de constitucionalidad de la obra
del legislador, evitando dentro de lo posible el generar un vacío legal. Estas
sentencias son aquellas en que el juez constitucional restringe el alcance
normativo de la norma infraconstitucional, limitando su aplicación o limitando
sus efectos, lo que implica expulsar del ordenamiento jurídico una o mas
interpretaciones de la ley, manteniendo la eficacia normativa de esta en aquella
interpretación que es conforme a la Carta Fundamental, en otras palabras, que
no es contraria a la Constitución, evitando así el traumatismo de la eliminación
de la ley del ordenamiento jurídico con el consiguiente vacío normativo y todas
sus consecuencias.

Nuestro Tribunal Constitucional ha asumido plenamente este postulado, así a


manera ejemplar, en su sentencia de 2002 sobre el proyecto de ley de normas
adecuatorias del sistema legal chileno a la reforma procesal penal, sostuvo:
“Que, siguiendo el principio tantas veces aplicado por este tribunal, de

191
Sentencia del Tribunal Constitucional de fecha 4 de agosto de 2000, Rol N° 309,
sobre Convenio N°169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales en países independientes”,
donde el Tribunal Constitucional hace un esfuerzo de interpretación conforme a la
Constitución, declarando constitucional el acuerdo aprobatorio del Convenio.
192
Sentencia del Tribunal Constitucional, de fecha 4 de agosto de 2000, Rol Nº 309.
193
Sentencia del Tribunal Constitucional, de fecha 4 de agosto de 2000, Rol Nº 309.

69
‘interpretación de conformidad a la constitución’ y a fin de precaver una
eventual contradicción entre el nuevo numeral 10 del transcrito artículo 161 y el
artículo 80A de la Carta Fundamental, esta magistratura aprueba la
modificación a aquel precepto, en el entendido de que la ‘recopilación de
antecedentes’ a la que se refiere no importa ni puede constituir una
investigación de aquellas que se mencionan en el citado artículo 80 A y, por
ende, que si el transcurso de esa recopilación el Servicio verifica que existen
motivos suficientes para iniciar una investigación por la posible comisión de un
hecho que reviste caracteres de delito que corresponda sancionar con multa y
pena corporal, deberá abstenerse de continuar en dicha actuación” ( 194).

En todo caso, la interpretación conforme a la Constitución no autoriza un


perfeccionamiento o alteración del contenido de la norma, mediante la
pretensión de interpretación, ya que ello excede el ámbito jurisdiccional e
invade el campo legislativo.

La interpretación conforme a la Constitución tiene su límite en la propia norma,


ya que no le está permitido al operador judicial adulterar las palabras ni realizar
una interpretación contra norma expresa.

Las finalidad básica de la interpretación conforme a la Constitución es la de


conservar la norma jurídica, eliminando las interpretaciones en conflicto con la
Constitución, como asimismo, evitando la existencia de lagunas normativas.

En todo caso, la interpretación conforme a la Constitución que hace un


esfuerzo para dotar de eficacia a la norma jurídica infra constitucional o
proveniente del derecho internacional al intentar armonizarla con el texto
constitucional, solo es posible cuando el texto normativo no es flagrante e
incontestablemente inconstitucional, en cuyo caso, debe necesariamente
determinarse la inaplicabilidad o la expulsión del precepto jurídico del
ordenamiento.

7.9. Postulado de interpretación conforme al derecho internacional.

Los operadores jurídicos tienen la obligación de interpretar y aplicar el derecho


internacional válidamente incorporado al derecho interno, de acuerdo a los
principios de buena fe y cumplimiento de las obligaciones válidamente
contraídas por el Estado. Así la jurisdicción ordinaria y constitucional debe
hacer el esfuerzo máximo de armonizar las normas de fuente interna con las
normas incorporadas al derecho interno y de fuente internacional, evitando al
Estado incurrir en responsabilidad internacional, especialmente si tenemos
presente que las normas internacionales son de aplicación preferente y ellas no
pueden dejarse sin efecto sino sólo a través de los procedimientos
contemplados en el derecho internacional, como determina el artículo 54 inciso
5° de nuestra Carta Fundamental.

Así lo ha asumido expresamente la jurisprudencia del Tribunal Constitucional


chileno, donde examinando la constitucionalidad del Convenio 169 de 1989 de

Sentencia del Tribunal Constitucional Rol N° 349, de fecha treinta de abril de


194

2002, considerando 34.

70
la OIT, precisó: “entraña particular gravedad para un Estado, en el ámbito
internacional, , la declaración de inconstitucionalidad de las normas de un
tratado por un órgano jurisdiccional interno, lo que obliga al interprete ha hacer
todos los esfuerzos dentro de lo permitido por la Ley Suprema, para encontrar
una interpretación conciliatoria entre las normas de un tratado y los preceptos
de la Constitución”(195).

7.10. Postulado de primacía o prevalencia de los derechos humanos.

Este postulado plantea que el constitucionalismo contemporáneo tiene como


fundamento la dignidad de la persona humana y el respeto y promoción de los
derechos fundamentales o derechos humanos, constituyendo el Estado en
cuanto potestad publica un instrumento al servicio de las personas y del bien
común. Por tanto, el ejercicio de dicha potestad pública debe estar orientada a
servir a la comunidad, respetando siempre la dignidad de las personas
asegurando, respetando, garantizando y promoviendo los derechos. Los
derechos fundamentales o humanos se constituyen el faro orientador de la
acción del Estado y un limite infranqueable a su actuar. En el caso chileno, ello
es aún mas evidente, ya que dentro del Capítulo I de Bases esenciales de la
institucionalidad, el artículo 5° inciso 2° determina que la soberanía, es decir la
potestad estatal en sus diversas manifestaciones, tiene como límite los
derechos esenciales de la persona humana.

En definitiva, el postulado determina que todo el sistema jurídico estatal debe


ser interpretado de conformidad con los derechos esenciales o humanos, los
cuales deben ser asegurados, garantizados y promovidos por los diversos
órganos y autoridades estatales.

Esta perspectiva ha sido asumida por la Corte Suprema en forma reiterada, así
a manera de ejemplo pueden citarse:
La Sentencia de Corte Suprema de Justicia en que precisa: “…El Estado de
Chile se impuso en los citados convenios internacionales la obligación de
garantizar la seguridad de las personas (…), quedando vedado por este
Convenio disponer medidas que tendieren a amparar los agravios cometidos
contra personas determinadas o lograr la impunidad de sus autores, teniendo
especialmente presente que los acuerdos internacionales deben cumplirse de
buena fe. Y, en cuanto el Pacto persigue garantizar los derechos esenciales
que emanan de la naturaleza humana, tiene aplicación preeminente, puesto
que esta Corte Suprema, en reiteradas sentencias lo ha reconocido.
“Que en la historia fidedigna del establecimiento de la norma constitucional del
artículo 5º inciso segundo, queda claramente establecido que la soberanía
interna del Estado de Chile reconoce como límite los derechos que emanan de
la naturaleza humana; valores que son superiores a toda norma que puedan
imponer las autoridades del Estado, incluido el propio Poder Constituyente, lo
que impiden sean desconocidos (RevistaFallos del Mes Nº 446, sección
criminal, página 2066, considerando 4º)” (El subrayado es nuestro)( 196).

Sentencia del Tribunal Constitucional chileno, rol N° 309, de 4 de agosto de 2000,


195

considerando 3°.

71
A su vez, la misma Corte Suprema de justicia en fallo de fecha 17 de
noviembre de 2004, en tal sentencia la Corte determinó que el Estado de Chile
al suscribir y ratificar los Convenios de Ginebra de 1949 se impuso “la
obligación de garantizar la seguridad de las personas que pudieren participar
en conflictos armados dentro de su territorio, especialmente si fueren
detenidas, quedando vedadas las medidas tendientes a amparar los agravios
cometidos contra personas determinadas o lograr la impunidad de sus autores,
teniendo especialmente presente que los acuerdos internacionales deben
cumplirse de buena fe. Y en cuanto el pacto persigue garantizar derechos
esenciales que nacen de la naturaleza humana, tiene aplicación preeminente,
puesto que esta Corte Suprema en reiteradas sentencias ha reconocido que la
soberanía interna del Estado de Chile reconoce su límite en los derechos que
emanan de la naturaleza humana; valores que son superiores a toda norma
que puedan disponer las autoridades del Estado, incluido el propio Poder
Constituyente, lo que impide sean desconocidos”(197).

7.11. El postulado de racionalidad y razonabilidad.

De la vitrina de las teorías planteadas para comprender e interpretar lo jurídico,


con sus diferencias evidentes, puede extraerse al menos una coincidencia
metodológica, es que en cada una de ellas el presupuesto para acercarse al
fenómeno jurídico, es un presupuesto de inteligibilidad de las proposiciones
jurídicas. Como sostienen Ost y Van de Kerchove, el principio de racionalidad
“ejerce una función reguladora esencial de las diferentes operaciones
intelectuales destinadas a determinar el sentido de las proposiciones jurídicas.
Él confiere a estas proposiciones un foco de inteligibilidad único, lo que, desde
el punto de vista de la dogmática jurídica, conduce a una forma de optimización
de la interpretación que tiene la doble ventaja de asignar un sentido útil a cada
disposición vigente y evitar que esta producción de sentido responda a lógicas
y a interesas divergentes” (198).

La corrección de las decisiones interpretativas no dependen sólo de las reglas


de la lógica, también dependen de la adecuada valoración de los argumentos
interpretativos relevantes en el caso analizado.

Sobre esta base la racionalidad y la razonabilidad constituyen criterios


adecuados para la valoración de los argumentos interpretativos de las
disposiciones legislativas y constitucionales, posibilitando fundamentar
correctamente las decisiones que se adoptan por la jurisdicción constitucional.

196
() Sentencia de la Excma. Corte Suprema, Rol Nº 469-98, de fecha 9 de septiembre
de 1998, citado por Cea Egaña, José Luis. Derecho constitucional chileno. Tomo I,
página 236.
197
() Sentencia de la Excma. Corte Suprema de Justicia, Rol N° 517-2004, caso
secuestro permanente Miguel Angel Sandoval Rodríguez, considerando trigésimo
quinto. Las cursivas son nuestras.
198
Ost, Francois y Van de Kerchove, Michel. 2001. Elementos para una teoría crítica
del derecho. Bogotá, Ed. Universidad Nacional. Citado por Sanín Restrepo, Ricardo.
2004. Libertad y Justicia Constitucional. Santafé de Bogotá. Ed. Academia Colombiana
de Jurisprudencia, pág. 151.

72
Las exigencias de racionalidad han sido sistematizados por las diversas teorías
de la argumentación jurídica (199, entre ellos se encuentran los criterios que
tienen mayor respaldo doctrinal, ellos son los siguientes

a) Claridad y consistencia conceptual. La claridad conceptual significa que


los argumentos utilizados puedan ser comprendidos por la comunidad
jurídica y política, siguiendo las reglas lingüísticas y gramaticales de la
comunidad. La consistencia conceptual se refiere a la coherencia de los
conceptuales, atribuyéndole siempre a los mismos conceptos iguales
significados.
b) Consistencia normativa. Debe ante hechos análogos utilizarse los
mismos argumentos que puedan justificar los mismos resultados
interpretativos. La aplicación de los mismos argumentos con resultados
interpretativos diferentes debe ser justificada.
c) Respeto de la lógica deductiva. Las decisiones constitucionales serán
más racionales mientras mas respete las reglas de la lógica deductiva.
d) Consistencia argumentativa y coherencia. La decisión será más racional
cuando sea coherente desde el punto de vista argumentativo en cuanto
mas respaldo cuente en reglas, principios y valores, o en premisas
analíticas que sustenten otras proposiciones del mismo sistema.
e) Consistente con las fuentes del derecho vigente. La decisión debe
fundarse en las fuentes del derecho vigente, respetando los principios de
jerarquía, competencia o aplicación preferente según sea el caso.

Dichas reglas orientan el trabajo interpretativo y las decisiones jurisdiccionales,


como asimismo como criterios que permiten analizar los fallos de los tribunales,
considerando tanto mas racionales dichas sentencias cuanto mas se satisfagan
los criterios de racionalidad (200.

El principio de razonabilidad constituye una orientación ineludible pero plástica


como presupuesto epistemológico, ello le da sentido al ordenamiento, sin
anular el sentido crítico que se impone como principio de toda interpretación.

El vocablo razonable deriva del latín rationabilis, que implica justo, conforme a
la razón. Lalande en su diccionario técnico y crítico de la filosofía señala que
raissonable significa que posee razón, que obra de manera que evidencia un
juicio sano y normal.

Geny se refiere a la razonabilidad como una fórmula elástica, un criterio no fijo


ni rígido o estructurado, sino adaptable a varias situaciones y extensible en
diversas direcciones.

Freund señala que en la esfera de lo judicial razonabilidad (reassonableness)


es moderación y proporcionalidad de medios a fines.

199
Atienza, M. 1991. Las razones del derecho. Teorías de la argumentación jurídica.
Madrid, Centro de Estudios Constitucionales. Alexy, R. 1981.Teoría de la
argumentación jurídica. Madrid, Centro de Estudios Constitucionales.
Bernal Pulido, Carlos. 2005. El derecho de los derechos. Bogota, Ed.
200

Universidad Externado de Colombia, pág. 65.

73
Atienza afirma que la razonabilidad sería un concepto subsidiario de la “estricta
racionalidad” de los procedimientos y razonamientos que conducen a las
decisiones jurisdiccionales. Para el autor, sólo cuando mediante los criterios de
estricta racionalidad no pueda adoptarse una decisión, entonces debe
adoptarse una decisión razonable (201).

Una decisión es razonable cuando cumple con dos condiciones: 1.Cuando


presenta un equilibrio entre las exigencias contrapuestas que deben
considerarse en el caso en análisis, y 2. Si ella es admisible para la
comunidad, entendida como auditorio ideal.

Esta perspectiva en rechazada por otros autores, ya que la razonabilidad


implica necesariamente criterios de racionalidad, lo que permite considerar los
argumentos generalmente aceptables y apoyados en el consenso de la
sociedad, que se basen en la claridad, la consistencia y coherencia. Toda
decisión razonable presupone criterios de racionalidad.

En una segunda aproximación, se entiende por decisión razonable aquella que


se funda en una razón jurídica legítima, en una decisión que no sea arbitraria o
que carezca de motivación, como lo exige el artículo 19 Nº 2 de nuestra Carta
Fundamental. Ello implica al ámbito de la idoneidad de un acto que contribuya
a alcanzar un objetivo jurídico relevante en forma proporcionada.

Ricardo Haro tratando de precisar el concepto nos señala que lo razonable es


“lo justo y equitativo, lo conforme con los principios y creencias de la
Constitución, según las condiciones de persona, tiempo, modo y lugar y en
función de todos los valores que, integran el plexo axiológico del ordenamiento
constitucional (vida, libertad, igualdad, solidaridad, paz, seguridad, orden,
bienestar, etc)” (202).

La razonabilidad se funda en la ponderación y sopesamiento de valores. La


lógica de lo razonable exige considerar la prudencia, la experiencia, la
dialéctica, el razonamiento problemático y la equidad ( 203.

Valenzuela Somarriva, quién fuere Ministro del Tribunal Constitucional chileno,


ha señalado que el principio de razonabilidad “se estructura sobre una base
objetiva constituida por pautas fundadas en conceptos y valores básicos,
expresados en forma explícita o subyacentes en el ordenamiento
constitucional, teniendo primordial relevancia entre ellos el de Justicia y el Bien
Común”, agregando que “su aplicación nunca debe traducirse en una simple
201
Atienza, M. 1989. “Sobre lo razonable en el derecho” en Revista española de
Derecho Constitucional Nº 7, páginas 93 y siguientes. Asimismo, 1987. “Para
una razonable definición de ‘razonable’ “, en Doxa Nº 4, páginas 193 y
siguientes.
202
Haro, Ricardo. 2005. “El control de razonabilidad en la Corte Suprema de la
Nación Argentina”. En VV.AA. 2005. Direito constitucional contemporáneo. Belo
Horizonte, Livraria del Rey Editora Ltda., página 710.
203
Ver sobre el principio de razonabilidad el nteresante texto de Scaccia, Gino.
2000. Gli instrumenti della regionevolezza nel giudizio costitucionale. Milán, Ed.
Giuffre.

74
apreciación subjetiva del intérprete, pues, por esencia, es contrario al mero
arbitrio o discernimiento de quién lo invoca. Lo anterior se traduce en la
necesidad de una debida argumentación como base explicativa de la
razonabilidad” (204).

Linares Quintana se refiere al principio de razonabilidad como equivalente al


principio de proporcionalidad, constituyéndose “en una exigencia
constitucional de que las leyes deben ser razonables, es decir, que deben
contener una equivalencia entre el hecho antecedente de la norma jurídica
creada y el hecho consecuente de la prestación o sanción teniendo en cuenta
las circunstancias sociales que motivaron el acto, los fines perseguidos con él y
el medio que como prestación o sanción establece dicho acto” ( 205)

Diferimos de Linares Quintana, ya que consideramos que el principio de


razonabilidad se diferencia del principio de proporcionalidad, en la medida que
el primero tiene como finalidad la justificación de un criterio diferenciador, lo
que se diferencia del principio de proporcionalidad que considera y analiza las
consecuencias jurídicas de la diferenciación.

El Tribunal Constitucional chileno ha utilizado el postulado de la razonabilidad


en su labor jurisdiccional, en diversas oportunidades. Así como ejemplo puede
citarse su fallo sobre la Ley Orgánica de Partidos Políticos ( 206), determinó que
la Carta Fundamental ha entregado al legislador regular y completar el derecho
de asociación política, razón por la cual el legislador debe reglar, “en forma
prudente y dentro de latitudes razonables, la materia de que se trata, ya que de
lo contrario podría invadirse un campo que es propio de la ley”.

A su vez, en la sentencia del Tribunal Constitucional de 2002 sobre el traspaso


del Liceo Experimental Manuel de Salas desde la Universidad Metropolitana de
Ciencias de la Educación a la Universidad de Chile, se precisa: “Que, por otra
parte, no puede dejar de manifestarse que no resulta razonable ni prudente,
que una ley que se limita tan solo a traspasar la dependencia de un
establecimiento de enseñanza de una universidad estatal a otra, tenga el
carácter de orgánica constitucional. Como ha tenido ocasión de señalarlo este
tribunal, resulta evidente que, de acuerdo con el sentido con que dichas leyes
fueron incorporadas a la Constitución política y con las características que le
son propias, ellas deben contemplar la organización básica, el contenido
sustancial de las instituciones que están llamadas a regir, tratándose como
ocurre en la especie, de la conformación de la Administración Pública,
atendiendo el claro tenor del artículo 38, inciso primero de la Carta
Fundamental.

204
Valenzuela Somarriva, Eugenio. 2005. Criterios de Hermenéutica
Constitucional aplicados por el Tribunal Constitucional. Primera parte,
Principios generales. Santiago de Chile, Ed. Tribunal Constitucional de Chile.
Linares Quintana, Segundo. 1980. Tratado de la Ciencia del Derecho Constitucional.
205

2 edición, Buenos Aires, Ed. Pluis Ultra, página 31.


Sentencia del Tribunal Constitucional chileno de 24 de febrero de 1987, Rol
206

N° 43.

75
“Ha de concluirse, por lo tanto, que sólo le corresponde al lñegislador orgánico
determinar la estructura esencial de las instituciones que constituyen la
administración del estado para que estas alcancen un armónico y adecuado
funcionamiento, lo que no se aviene con el contenido del proyecto objeto del
presente requerimiento” (207).

Asimismo, la sentencia del Tribunal Constitucional de 2003, sobre el Acuerdo


que aprueba la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de
personas, que se pronuncia sobre la aparente contradicción entre los artículos
50 N° 1 (actual artículo 54 N° 1) y 63 (actual artículo 66) de la Constitución,
precisa que “De esta manera, interpretando ambas normas constitucionales de
forma razonable, fuerza es concluir que las disposiciones del tratado –en el
caso que este contemple normas de distinta naturaleza- se aprobarán o
rechazaran aplicando el quórum que corresponde a los distintos grupos de
ellas; pero el proyecto de acuerdo de aprobación del tratado sólo se entenderá
sancionado por la respectiva Cámara legislativa cuando todas las disposiciones
del tratado hubiesen sido aprobadas en ella. En caso que una o más
disposiciones de la respectiva Convención fuere desestimada, el proyecto de
acuerdo debe entenderse rechazado como un todo” ( 208).

Por último, el Tribunal Constitucional chileno aplica también como elemento de


interpretación lo que denomina “razonabilidad técnica”, la que se conceptualiza
como “aquel método que requiere de una justa adecuación entre los fines
perseguidos por la norma superior y los medios empleados por la de inferior
jerarquía para lograrlos”(209).

7.12. El postulado o principio de proporcionalidad o de prohibición de


exceso.

Este postulado tiene su origen en el derecho administrativo donde se utiliza


para controlar los poderes discrecionales de la administración, al cual la Corte
Constitucional de Karlsruhe lo convirtió en un elemento inherente al Estado de
Derecho y la justicia, elevándolo al rango de principio constitucional,
constituyéndolo en un parámetro de constitucionalidad de la actuación de los
poderes estatales, de donde se ha difundido a las jurisdicciones internacionales
de derechos humanos y a las jurisdicciones constitucionales europeas y
latinoamericanas, constituyendo hoy un postulado de interpretación
constitucional.

Así, solo a manera ejemplar, respecto al control de constitucionalidad de un


reglamento de Asistencia Jurídica profesional, la Corte de Karlsruhe aplicó de
manera estricta el principio de proporcionalidad, estableciendo que de acuerdo,
207
Sentencia del Tribunal Constitucional Rol N° 352, de fecha quince de julio de
dos mil dos, considerando 35.
208
Sentencia del Tribunal Constitucional Rol N° 383, de fecha cinco de
septiembre de dos mil tres, considerando 25.
209
Valenzuela Somarriva, Eugenio. 2005. Criterios de hermenéutica constitucional
aplicados por el Tribunal Constitucional. Santiago, Ed. Tribunal Constitucional de Chile,
pág. 56.

76
con dicho principio, la intervención se debe fundamentar en el libre ejercicio de
la profesión con consideraciones de orden lógico y adecuado; “el medio
empleado debe ser idóneo y necesario, para alcanzar los fines que se
persiguen; para el caso de una ponderación entre la magnitud de la
intervención y el peso y urgencia de los motivos que lo justifican, se tienen que
tener en cuenta también los límites de la razonabilidad; entre mas sensible sea
el perjuicio que se cause al libre ejercicio de la profesión, mas fuertes deberán
ser los intereses de la comunidad, a cuyo servicio se haya destinado la
reglamentación” (210). A su vez en otra sentencia del año 1975, refiriéndose a
que el medio restrictivo debía ser adecuado y requisito indispensable para
alcanzar los fines legislativos, preciso: “Un medio es adecuado cuando con su
ayuda se puede tener éxito. Es indispensable, cuando el legislador no hubere
podido elegir otra medida igualmente efectiva, que hubiere restringido menos el
derecho fundamental del afectado (BVerfGE30, 292 [316]). Para la valoración
constitucional de la idoneidad de una medida es decisivo determinar si el
legislador, desde su perspectiva, con las medidas adoptadas, pudo desarrollar
sus ideas. Si sus pronósticos para la evaluación de las relaciones político
económicas fueron adecuados y sustentables, sólo lo podrá negar el tribunal
Constitucional Federal cuando el legislador, luego de haber agotado todas las
posibilidades al momento de la expedición de la ley, hubiere podido establecer
de manera evidente que las medidas no eran idóneas para la obtención de los
fines” (211).

A su vez, es bastante conocida la jurisprudencia del Tribunal Europeo de


Derechos Humanos a partir del caso Handyside(212), como asimismo del
Tribunal de Justicia de la Unión Europea, a partir del caso Internationale
Handelgesellschaft(213) donde el principio de proporcionalidad es un parámetro
de control para analizar la legitimidad de cualquier restricción normativa de los
derechos fundamentales (214.

El principio de proporcionalidad se desprende también del artículo 4.1 del Pacto


Internacional de Derechos Civiles y Políticos y del mismo artículo del Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Naciones
Unidas.

En el ordenamiento jurídico chileno el principio de proporcionalidad de extrae


de los artículo 6 y 7 en armonía con el artículo 19 numeral 2°, referente a la
prohibición de arbitrariedad o discriminación y el artículo 19 numeral 26° de la

210
Sentencia de la Sala Primera de 25 de febrero de 1976. 1BvR 8, 275/74.
Citada en Schwabe, Jürgen. (comp.) 2003. Cincuenta años de jurisprudencia
del Tribunal Constitucional Federal Alemán. Montevideo, Ed. Jurídicas Gustavo
Ibáñez – KAS, página 237.
211
Sentencia de la Sala Primera de 19 de marzo de 1975. 1BvL, 22, 23, 24173. Citada
en Schwabe, Jürgen. (comp.) 2003. Cincuenta años de jurisprudencia del Tribunal
Constitucional Federal Alemán. Montevideo, Ed. Jurídicas Gustavo Ibáñez – KAS,
página 238.
212
Sentencia de fecha 16 de diciembre de 1976.
213
Sentencia de 17 de diciembre de 1970, asunto 11/70, Rep. 70, 1125.
214
Fassbender, B. 1998. “El principio de proporcionalidad en la jurisprudencia del
Tribunal Europeo de Derechos Humanos”. Cuadernos de derecho público Nº 5

77
Carta Fundamental, referente al contenido esencial o núcleo duro de los
derechos fundamentales.

El principio de proporcionalidad enseña Paulo Benavides “se caracteriza por el


hecho de presumir la existencia de una relación adecuada entre uno o varios
fines determinados y los medios con que son llevados a cabo” ( 215). Este
principio es inherente al Estado de Derecho, pudiendo ser considerada un
principio constitucional implícito que se desprende del derecho al debido
proceso sustantivo y del derecho a la igualdad ante la ley en el Estado
Constitucional Democrático.

El Tribunal Constitucional español, a su vez, determina el uso del principio de


proporcionalidad como parámetro de control de constitucionalidad aplicándolo
especialmente “cuando se trata de proteger derechos fundamentales frente a
limitaciones o constricciones, procedan estas de normas o resoluciones
singulares”(216).

El principio de proporcionalidad, instituye una relación de fin a medio, como


asimismo de utilidad de un acto, confrontando el fin de una intervención con los
efectos de esta posibilitando un control de exceso, protegiendo a las personas
respecto de los abusos o arbitrariedad del poder estatal, sin perjuicio de
constituir un principio de interpretación en que se apoya el operador jurídico, en
especial el juez, cuando necesita resolver problemas de compatibilidad o de
conformidad en la tarea de concretización de las normas constitucionales en
relación con las normas legales y administrativas.

El principio de proporcionalidad en su sentido amplio es llamado también


principio de prohibición de exceso. Este principio es aplicable en el ámbito del
control de constitucionalidad de los preceptos legales, estableciendo un control
de adecuación de los actos legislativos a los fines explícitos o implícitos de la
Carta Fundamental, estableciendo un principio jurídico material de justa
medida.

El principio de proporcionalidad se descompone en tres sub principios: el de


adecuación o idoneidad de los medios; el de necesidad y el de
proporcionalidad en sentido estricto. Los tres operan copulativamente, no basta
cumplir con algunos de ellos, todos deben ser asumidos para que el precepto
normativo se considere constitucional.

El sub principio de adecuación de los medios respecto del o de los fines a


conseguir, lo que excluye cualquier medio que no sea conducente al fin legítimo
perseguido. De esta manera cualquier norma jurídica restrictiva debe ser
idónea a la finalidad constitucional que se busca concretar, si la norma
contraviene fines o valores expresos o implícitos en el texto constitucional, será

215
Benavides, Pablo. 1994. Curso de Direito Constitucional, Quinta edición Sao Paulo,
Malheiros, página 357
216
Sentencia del Tribunal Constitucional Español 85/92, FJ 4; Sentencia 13/1985, FJ 2;
Sentencia 62/1982, FJ 5. Sobre el principio de proporcionalidad en España, er
González Beilfuss, M. 2003. El principio de proporcionalidad en la jusrisprudencia del
Tribunal Constitucional. Pamplona, Aranzadi.

78
inconstitucional e ilegitima. Linares Quintana ejemplifica con la ley procesal,
señalando que si ella priva de “la posibilidad de accionar, de defenderse, de
producir prueba, de alegar, de impugnar la sentencia, de ser juzgado por jueces
idóneos, en términos no razonables, es inconstitucional” ( 217)

El sub principio de necesidad exige que la medida restrictiva sea


indispensable para la conservación de un derecho y no sea posible de ser
substituida por otra medida igualmente eficaz pero menos gravosa. En el fondo
se exige que la norma jurídica emanada del legislador sea imprescindible para
asegurar la vigencia o ejercicio de un derecho o bien jurídico constitucional
debiendo restringir otro en el menor grado posible cuando no existe otra
alternativa posible, escogiendo siempre el mal menor, e medio menos
restrictivo, todo ello sin afectar el contenido esencial de los derechos
constitucionalmente protegido.

El sub principio de proporcionalidad en sentido estricto implica ponderar, en


una relación costo beneficio, las ventajas o desventajas resultantes para las
personas de los medios utilizados por el legislador para obtener los fines
perseguidos por la norma constitucional. Se ponderan los daños que se causan
con la adopción de la medida versus los resultados que serán alcanzados, en
otras palabras, ponderar las desventajas de los medios en relación a las
ventajas del fin a obtener. De esta manera el legislador debe siempre utilizar
medios adecuados y que no sean desproporcionados.

En América Latina, la Corte Constitucional Colombiana ha asumido con cita


explícita de la jurisprudencia alemana el principio de proporcionalidad,
señalando que “El concepto de proporcionalidad comprende tres conceptos
parciales: la adecuación de los medios escogidos para la consecución del fin
perseguido, la necesidad de la utilización de esos medios para el logro del fin
(esto es, que no exista otro medio que pueda conducir al fin y que sacrifique en
menor medida los principios constitucionales afectados por el uso de esos
medios), y la proporcionalidad en sentido estricto entre medios y fin, es decir,
que el principio satisfecho por el logro de este fin no sacrifique principios
constitucionalmente más importantes” ( 218). La misma sentencia señala el
significado de los subprincipios en su aplicación en relación con el principio de
igualdad: “En el caso concreto del principio de igualdad, el principio de
proporcionalidad significa, por tanto, que un trato desigual no vulnera ese
principio sólo si se demuestra que es: 1. Adecuado para el logro de un fin
constitucionalmente válido; 2. Necesario, es decir, que no existe un medio
menos oneroso, en términos del sacrificio de otros principios constitucionales,
para alcanzar el fin, y 3. Proporcionado, esto es, que el trato desigual no
sacrifica valores y principios (dentro de los cuales se encuentra el principio de
igualdad) que tengan un mayor peso que el principio que se quiere satisfacer
mediante dicho trato” (219

217
Linares Quintana, Segundo. 1980. Ob. Cit, página 99.
218
Sentencia Corte Constitucional de Colombia C-022 de 1996.
219
Sentencia Corte Constitucional de Colombia C-022 de 1996.

79
El Tribunal Constitucional chileno ha aplicado este principio en materia de
igualdad ante la ley (220).

7.13. El postulado de prudencia o de interpretación previsora.

La filosofía clásica ya enseñaba que la prudencia es una de las virtudes por


excelencia de los iuris-prudentes (intérpretes jurídicos), teniendo como una de
sus partes la previsión, es decir, la virtud que posibilita anticipar las relaciones
entre medios y fines, considerando las consecuencias que conllevan las
diferentes alternativas.

El juez no debe perder nunca de vista las consecuencias de sus


interpretaciones y decisiones. La Constitución como lo ha señalado la
Jurisprudencia de la Corte Suprema norteamericana no es un “pacto
suicida”(221), sino un pacto que hace posible y perfectible la convivencia dentro
de la sociedad política, debiendo la interpretación favorecer la supervivencia y
prosperidad de la sociedad política que ella regula. Es aplicable en este ámbito
la consideración de que el derecho constitucional no es un fin en si mismo, es
un instrumento de gobierno para el bien común de la sociedad y el intérprete
constitucional debe tener presente el adagio proveniente del derecho romano
de que a veces el summun ius puede constituirse en una summa injuria.

El juez debe interpretar previsoramente teniendo presente las consecuencias


de su decisión jurisdiccional para el caso concreto y para el conjunto de la
sociedad (bien común), lo que, a su vez, otorga razonabilidad al fallo o
sentencia, al ponderar los intereses sociales además de los intereses
particulares. Esta perspectiva equilibrada no puede marginar de la decisión las
consecuencias económicas, políticas o sociales, como dice Bachof “esas
consecuencias sólo puede tomarlas en cuenta en el marco de las posibilidades
abiertas por el ordenamiento, pudiendo contribuir la consideración de las
potenciales consecuencias de su sentencia a descubrir el derecho justo y
construir interpretaciones jurídicas con una u otra corrección a las que no
hubiese llegado si no hubiese tenido a la vista ese resultado” ( 222), el juez que
interpreta la Constitución está sometido a una”estricta ética de la
responsabilidad” (223).

Es un imperativo para los jueces sopesar las consecuencias sociales de sus


resoluciones (224), como señala Vigo, “En definitiva, se requiere del intérprete
esa inteligencia previsora y omnicomprensiva dispuesta a medir

220
Sentencias del Tribunal Constitucional de fecha 5 de abril de 1988, Rol N° 53,
considerando 18; 31 de julio de 1995, Rol N° 219, considerando 17; 3 de abril de 1996,
Rol N°232, considerando 12.
221
Sentencia Corte Suprema de los Estados Unidos de América, “Kennedy v/s
Mendoza-Martínez, 1963. Ver Murphy, Walter y otros, 1986. American Constitucional
Interpretation. Nueva York, Fundation Press, pág. 295.
222
Citado por Vigo, Rodolfo. 2004. Interpretación constitucional, página 157-158.
223
Zagrebelsky, Gustavo. La Corte Constitucional y la interpretación de la Constitución.
En División de Poderes e interpretación. Ob. Cit. Página 176.
224
Sobre la materia, ver Luhmann, Niklas. 1983. Sistema jurídico y dogmática jurídica.
Madrid, Ed. Centro de Estudios Constitucionales.

80
simultáneamente las proyecciones sociales globales y las proyecciones para
los casos judiciales futuros de las soluciones que propugna” ( 225).

Consideraciones finales.

En todo caso, siempre es conveniente tener presente las reservas que realizó
Hesse sobre la utilización de los principios, por la existencia de excepciones. Al
efecto señalaba que la decisión jurídica en el Derecho constitucional, “nunca
puede ser racionalizada totalmente, pero ello solo puede significar que de lo que
se trata es de la racionalidad posible, no que sencillamente se pueda prescindir
de una metodología consciente. La ‘corrección’ de los resultados obtenidos a
través del proceso expuesto de concretización de las normas constitucionales no
tiene por ello, el carácter de lo exactamente demostrable que puede darse en las
Ciencias de la naturaleza, en el ámbito de la interpretación jurídica ello nunca
pasará de ser la ficción y la perpetua mentira de los juristas tras de la cual, y de
una forma implícita e incontrolada, se ocultarán los verdaderos motivos de la
decisión o esta última sería sencillamente ocultada” (226).

8. La teoría de la argumentación aplicada a la interpretación


constitucional.

Como señala Luis Alberto Barroso, la teoría de la argumentación busca


determinar dentro de las diversas opciones interpretativas de un mismo
conjunto de hechos o hipótesis jurídica, cuando la decisión que resuelve la
materia es correcta o mejor que otras (227).

En esta perspectiva se distinguen tres parámetros básicos de control de la


argumentación del intérprete, verificando la validez y corrección de la
argumentación al momento de la adopción de la decisión. En el caso de la
interpretación constitucional la argumentación cumple un rol clave y muchas
veces determinante, por ello la demostración lógica del raciocinio desarrollado
y la fundamentación de las diversas opciones adoptadas en el proceso de
adoptar la decisión jurisdiccional son de especial importancia para determinar
la legitimidad de la decisión y el control de ella.

El primero especifica que la argumentación debe basarse en enunciados


normativos constitucionales que le otorguen sustento, ya que el órgano
jurisdiccional sólo está autorizado para imponer una conducta que se encuentre
fundada en el ordenamiento jurídico a través de una argumentación explícita,
debiendo la decisión jurisdiccional estar fundada en los hechos y el derecho.

225
Vigo, Rodolfo. 2002. Directivas de la interpretación constitucional. Ob. Cit., página
2906.
226
Hesse, Konrad. Escritos de derecho Constitucional. Madrid, Ed. Centro de
estudios Constitucionales, pág. 51.
227
Barroso, Luis Roberto. 2004. La nueva interpretación constitucional y el papel de
los principios en el derecho brasileño. En Teoría y realidad constitucional Nº14, Brasil.
Pág 178 y siguientes. Ver en
www.jurídicas.unam.mx/publica/librev/rev/trcons/cont/14/est/est7.pdf

81
El órgano jurisdiccional debe permitir, a través de su línea argumental, que las
partes puedan conocer las razones en virtud de las cuales optó en determinada
dirección y no en otras.

La motivación de las sentencias es especialmente importante en materia de


jurisdicción constitucional, donde debe explicitarse la argumentación que
conduce cada paso o etapa y, finalmente, la decisión, posibilitando su
adecuado control racional y jurídico.

El segundo parámetro está dado por la posibilidad de universalizar los criterios


adoptados en la decisión jurisdiccional, pudiendo los mismos criterios ser
aplicados a casos análogos, lo que posibilita el control de inconsistencias y
desvíos por parte del órgano jurisdiccional.

El tercer parámetro que posibilita el control de la argumentación jurídica está


dado por el uso de los principios y valores que contempla el orden
constitucional y de los postulados específicos de interpretación constitucional.
Estos postulados y principios señalan el camino por donde debe transitar el
intérprete, ya que ante diversas opciones posibles, deberá seguir aquella que
se encuentre mas conforme con los postulados específicos de interpretación
constitucional y realizar en la forma de mayor optimización los principios y
valores constitucionales.

Con ello no se agota el problema, ya que la selección de los hechos relevantes


del caso y la determinación de los enunciados constitucionales que se utilizarán
para hacer surgir la norma para el caso concreto no son evidentes.

Por otra parte, en algunas oportunidades, se puede acudir a premisas que no


pueden ser extraídas del derecho positivo, sino de elementos
extrasistemáticos, lo que hace aún mas necesaria y de mayor importancia la
fundamentación externa, que debe justificar las premisas que el juez adoptó
como base de su razonamiento; como señala Alexy el aspecto mas
trascendente de la justificación interna del razonamiento jurídico es que permite
que las premisas no extraídas del derecho positivo aparezcan con toda claridad
(228).

Lo que nos interesa precisar, al margen de los diversos problemas que


presenta la justificación de las decisiones jurídicas, es que la justificación
representa un elemento vertebral para definir la posición institucional del
intérprete del derecho, donde la actuación racional es la fuente de su
legitimidad. Los jueces deben responder por la forma en que desarrollan su
actividad y su control se ejerce mediante la crítica de la fundamentación
racional de sus resoluciones, para lo cual sus decisiones deben encontrarse
suficientemente motivadas en forma sincera y transparente en términos
racionales y comunicables a la comunidad.

Alexy, R. 1989. Teoría de la argumentación jurídica, Madrid. Ed. Centro de Estudios


228

Constitucionales, página 220.

82
En un Estado Constitucional Democrático, el derecho como señalara Perelman,
es “fruto de la persuasión y de la razón, ha de obtener mediante la motivación
una adhesión razonada” (229 ).

La motivación de las sentencia no es, como sostiene Prieto Sanchís, un acto de


cortesía ni un ejercicio académico, sino que es una obligación de todo tribunal,
en especial de los tribunales constitucionales, ya que no solo constituye una
exposición razonada de los fundamentos que llevaron a adoptar la resolución,
sino que también constituye adicionalmente “una reconstrucción de algún
aspecto o sector del sistema jurídico” (230).

La idoneidad de los argumentos que sustentan la resolución jurisdiccional se


encuentra directamente vinculada a la aceptabilidad de la decisión, lo que exige
una cuidadosa y adecuada expresión de las razones idóneas que la justifiquen
con el objeto de contribuir a la pacificación y al convencimiento de la sociedad
que recibe tales resoluciones judiciales.

Es necesario precisar que como señala Orrú, “La legitimidad democrática de


las valoraciones realizadas por el juez dependen de la transparencia de sus
opciones axiológicas, porque cuando las mismas no son explícitas, no pueden
ser criticadas ni sometidas a verificación pública” ( 231

La comunidad jurídica evaluará críticamente la corrección de la interpretación


constitucional hecha en las sentencias constitucionales, la que se encontrará
en las razones y el mérito de los argumentos empleados. A la jurisdicción
constitucional debemos exigirle, como intérprete supremo de la Carta
Fundamental, que ofrezca sus mejores argumentos al fundar las sentencias.

Como señalara Dworkin, “… la comunidad jurídica debe evaluar a los jueces


con criterios intelectuales. Insistiremos que elaboren los mejores argumentos
que les sea posible, y luego nos preguntaremos si sus argumentos son lo
suficientemente buenos. Por supuesto, no hay fórmula que garantice que los
jueces no serán influidos por los malos argumentos ….. Todo lo que podemos
hacer ante esas malas decisiones es señalar cómo y donde los argumentos
eran malos o las convicciones inaceptables” (232).

Los tribunales constitucionales o los órganos judiciales superiores de los estados


donde existen sistemas de descentralización de la jurisdicción constitucional o
controles difusos, constituyen los máximos interpretes de la Constitución, ellos
tienen la última palabra acerca de lo que la Constitución dice y dicha decisión
esta dotada de autoridad. Sin embargo, que el Tribunal tenga la última palabra no
significa necesariamente que ella exprese una respuesta correcta a cada
problema de constitucionalidad. Por ello, la doctrina, el Gobierno, el Parlamento y
229
Perelman, CH. 1990. Ethique et droit. Bruxelles, Ed. De L´Université de Bruxelles,
página 679.
230
Prieto Sanchís, Luis. 2005. “Notas sobre la interpretación constitucional”. En Ferrer
Mac-Gregor, Eduardo. 2005. Interpretación Constitucional, página 939.
231
Orrú, Giovanni. 1998. Rechterecht. Il problema della liberta e autoritá
giudiziale nella dotrina tudesca contemporanea. Milán. Ed Giuffre, pág. 17.
232
Dworkin, R. 1994. El dominio de la vida. Barcelona, Ed. Ariel, pág 191-192.

83
la opinión pública pueden debatir acerca de la corrección o plausibilidad de las
decisiones de la jurisdicción constitucional. En casos extremos, dicha discusión
puede llegar al poder constituyente instituido el cual puede generar una reforma
constitucional o una ley interpretativa constitucional con el objeto de cambiar
enfoques interpretativos del Tribunal Constitucional. Como señala Perelman el
Tribunal tiene varios “auditorios” (233) que reciben sus decisiones jurisdiccionales y
a los que debe persuadir de la corrección de sus fallos.

Como señala Bernal Pulido, “La decisión del Tribunal representa sólo una lectura
del texto de la Constitución, efectuada a la luz de las circunstancias del caso
concreto, con limitaciones de tiempo y de conocimientos, por unos jueces
inmersos en la sociedad y poseedores por ende de una visión política de la
misma” (234).

En todo caso, debe diferenciarse las decisiones políticas y en enjuiciamiento que


ellas merezcan y las decisiones jurisdiccionales de inconstitucionalidad que
deben hacerse con criterios y razonamiento jurídico. El canon jurídico de control y
la argumentación en derecho, en base a métodos de interpretación constitucional
determinan el carácter jurídico de las sentencias de la jurisdicción constitucional.

De Otto señalaba que “La frontera entre política y derecho no es la que separa la
decisión de la deducción metódica, sino la que distingue los modos de
fundamentación y argumentación de las decisiones y diferencia entre las
políticamente fundamentables y aquéllas que lo son jurídicamente” (235).

Ello no significa que la decisión jurisdiccional de inconstitucionalidad no tenga


alcances políticos en la medida que se refieren a normas constitucionales que
son en sí un carácter político, como asimismo, las decisiones interpretativas
tienen una función política en cuanto determinan asuntos de relevancia política,
vale decir, de importancia para el conjunto de la sociedad política, debiendo
también prever sus consecuencias.

La objetividad de las sentencias de control de constitucionalidad se reconoce por


la corrección de la argumentación jurídica explícita contenida en la motivación de
la sentencia, en la “ratio decidendi”, lo que determina la parte decisoria del fallo.

Una decisión jurisdiccional de inconstitucionalidad estará justificada si procede de


un razonamiento que respete las reglas de la lógica y de la argumentación
jurídica. Al respecto, Atienza, precisa que una decisión es racional si respeta las
reglas de la lógica deductiva, así como los principios de la racionalidad práctica,
entre los cuales se cuentan la consistencia, la coherencia, la generalización y la

233
Perelman, Ch. 1979. La lógica jurídica y la nueva retórica. Madrid, Ed.
Civitas, páginas 141 y sgts.
234
Bernal Pulido, Carlos. 2005. El derecho de los derechos. Bogotá, Ed.
Universidad Externado de Colombia, página 45.
235
De Otto, Ignacio. 1981. “La posición del Tribunal Constitucional a partir de la
doctrina de la interpretación constitucional”, en El Tribunal Constitucional, vol.
III. Madrid. Dirección General de lo Contencioso del Estado e Instituto de
Estudios Fiscales, página 1944.

84
sinceridad (236). En todo caso, la racionalidad de las sentencias sólo será relativa
(237).

Así, la teoría constitucional, la teoría de la argumentación jurídica y la


interpretación constitucional son ámbitos fundamentales que deben internalizarse
adecuadamente para realizar una correcta y plausible tarea de interpretación
constitucional y de emisión de fallos en el ámbito de la jurisdicción constitucional.

Sólo de esta forma se concretará una adecuada interpretación y aplicación de la


Constitución, sin que la jurisdicción constitucional del Estado Constitucional
pueda ser considerada como un menoscabo del Estado Democrático (238), sino
como un salto cualitativo hacia un Estado Constitucional Democrático, superando
el argumento contramayoritario planteado en contra de la judicial review en su
momento por parte de Bickel (239).

Finalmente, no podemos dejar de mencionar que el juez constitucional se


encuentra restringido en sus decisiones por su vinculación a los precedentes y al
desarrollo dogmático de la disciplina constitucional.

El juez constitucional junto con seguir los principios de la dogmática


constitucional, si quiere apartarse de los precedentes está obligado a a
desarrollar la fundamentación o argumentación de la posición incorrecta del
precedente en la situación actual o ante un nuevo contexto, ya que la evolución
jurisprudencial debe ser explícita y razonada, prudente y equilibrada, con el
objeto de no generar un grado inadecuado de inseguridad jurídica o
incertidumbre.

El producto de las decisiones de la jurisdicción constitucional serán examinados


con lupa y sometidos a una rigurosa crítica por la doctrina y los operadores
jurídicos, debiendo contar con una adecuada fundamentación, ser congruente y
basarse en las fuentes del derecho vigentes.
236
Atienza, M. “1984. “Para una razonable definición de razonable”, en Doxa Nº4, página
193. Sobre la materia puede consultarse también: Mazzarese, T. 1996. Forme di
racionalita delle decisión giudiziali. Torino. Ed. Giappichelli. Atienza, M. 1991. Las
razones del derecho. Teorías de la argumentación jurídica. Madrid. Ed. Centro de
Estudios Constitucionales. Alexy, R. 1989. Teoría de la argumentación jurídica. Madrid,
Ed. Centro de Estudios Constitucionales.
237
Atienza, M. Tras la justicia. Una introducción al derecho y al razonamiento jurídico.
Barcelona. Ed. Ariel, página 138. En el mismo sentido, Segura Ortega, M La
racionalidad jurídica. Madrid, Ed Tecnos, páginas 120 y siguientes.
238
Sobre la materia, consultar: Habermas, J. 1998. Facticidad y validez. Sobre el
derecho y el Estado democrático de derecho en términos de teoría del discurso. Madrid,
Ed. Trotta. Ferreres Comella, V. 1997. Jurisdicción constitucional y democracia. Madrid,
Ed, Centro de Estudios Constitucionales, páginas 17 - 52.
239
Bickel, A. 1962. The least Dangerous Branch: The Supreme Court at the Bar of
Politics. Yale University Press, páginas 16 -17. Ver asimismo, Elster J. y Slangstad, R.
(Coords.) 1988. Constitutionalism and Democracy. Studies in rationality and Social
Change. Cambridge, New York, Melbourne, Sydney, Cambridge University Press.
Gargarella, R. 1996. La justicia frente al gobierno. Sobre el carácter contramayoritario
del poder judicial. Barcelona, Ed. Ariel.

85
Como señala Tribe, la jurisdicción constitucional debe desarrollar un discurso
constitucional que fundamente y aporte razones que sustenten sus puntos de
vista sobre el comportamiento de las otras potestades estatales, mediante un
diálogo con quienes leen la misma Constitución, aún cuando sostengan
diferencias de criterio (240).

Finalmente podemos sostener con Cappelletti, que el buen juez constitucional es


aquel que, consciente de las grandezas y de las debilidades de la función que
desempeña, es capaz de discernir si las circunstancias del caso aconsejan ser
cauteloso o audaz, desplegando, en consecuencia, de manera convincente, los
argumentos jurídicos que procedan (241

El carácter vinculante de las sentencias del tribunal constitucional.

El nuevo artículo 31 de la Ley Orgánica Constitucional del Tribunal


Constitucional, reformada en 2006, precisa en uno de sus incisos que “Los
órganos del Estado están obligados al cumplimiento de lo que el Tribunal
resuelva”. En otras palabras, la jurisprudencia del Tribunal Constitucional es
vinculante. Este deber de obediencia se atribuye al destinatario que, en este
caso, se precisa que son todos los órganos del Estado, incluidos los tribunales
de justicia.

La fuerza vinculante de las sentencias del Tribunal Constitucional en nada


afecta el principio de independencia judicial constitucionalmente asegurado en
el artículo 76 de la Carta Fundamental, ya que la jurisprudencia como fuente
del derecho no se confunde con los intereses u opiniones de los magistrados
del Tribunal Constitucional.

La fuerza vinculante de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional posibilita la


coherencia de los fallos y el respeto al principio y derecho a la igualdad ante
casos idénticos o análogos presentes o futuros, además de favorecer la
estabilidad en cuanto presupuesto de “la seguridad jurídica y del respeto del
principio de la confianza recíproca” (242).

En todo caso, la vinculación de las sentencias posibilita inaplicar un


precedente en un caso nuevo, cuando las propiedades del mismo son
diferentes (distinguish), vale decir, cuando el juez o tribunal ordinario en un
caso posterior, consideren que existen diferencias relevantes que median entre
ambos casos, por lo que la ratio decidendi del primer caso no puede aplicarse
al segundo, el cual exige una solución diferente, como asimismo, cuando el
precedente no responda adecuadamente a un cambio social posterior por
variuación de las circunstancias; o cuando se permiten modificar el
precedente (overruling) al considerarlo erróneo desde una perspectiva
240
Tribe, Lorence. 1988. American Constitutional Law. Mineola, Ed The
Fundation Press, pág. 15.
241
Cappelletti, Mauro. 1984. Giudici Legislatori?. Milán, Giuffre, pág. 82.
242
Bernal Pulido, Carlos. 2005. El derecho de los derechos, pág. 200.

86
axiológica, al ser contrario a los valores, principios y derechos en que se
fundamenta el ordenamiento jurídico, al considerar el precedente incorrecto o
injusto, ya que responde a un momento histórico anterior; como asimismo,
cuando se producen cambios en el ordenamiento jurídico, debido a un cambio
constitucional o legal relevante.

Sin embargo, parece necesario precisar que el Tribunal Constitucional chileno


no tiene competencia para controlar que los tribunales judiciales respeten su
jurisprudencia. El problema se encuentra en la articulación procesal entre la
jurisdicción constitucional y la jurisdicción ordinaria, ya que en Chile no existe el
amparo extraordinario de derechos ni el amparo respecto de resoluciones
judiciales. El único medio de articulación entre ambas jurisdicciones se
encuentra en el control incidental de inconstitucionalidad del artículo 93 Nº 6 de
la Constitución.

La superioridad de la Constitución, lleva a la superioridad del intérprete de la


Constitución que es el Tribunal Constitucional, el que se constituye en el
órgano de cierre del ordenamiento jurídico por sobre la ley y el intérprete de la
misma que son los tribunales ordinarios. La Corte Suprema de Justicia sigue
siendo el vértice del Poder Judicial en los aspectos de mera legalidad que es
aquel correspondiente a sus competencias de acuerdo con la Carta
Fundamental. La función del Tribunal Constitucional en relación a las
resoluciones judiciales debiera sólo consistir en verificar si la ley interpretada
por los tribunales ordinarios es compatible con la Carta Fundamental y si la
valoración de las pruebas respeta las reglas básicas del derecho al debido
proceso, sin este control el sistema de control de constitucionalidad queda
incompleto. A su vez, el conocimiento sistemático de la jurisprudencia del
Tribunal Constitucional es una exigencia de los jueces ordinarios para poder
aplicarla, ya que no puede aplicarse lo que no se conoce. El mismo
razonamiento debe aplicarse a los abogados litigantes que también requieren
tener un conocimiento adecuado de las líneas jurisprudenciales del Tribunal
Constitucional.

El artículo 31 de la L.O.C. del Tribunal Constitucional modificada en 2006 se


introduce por primera vez en otro de sus incisos que “El Tribunal quedará
vinculado por sus precedentes. Sin embargo, por razones fundadas, podrá
cambiar lo resuelto con anterioridad”. Parece adecuado asegurar el respeto de
los jueces por sus precedentes. Su justificación se encuentra en un principio de
universalización que ordena tratar de igual modo las situaciones iguales, la
resolución judicial debiera ser suscrita en otro caso que presente caracteres
análogos, y ello efectivamente suceda así.

El Tribunal Constitucional Chileno se manifiestó explícitamente por primera vez


sobre el punto en el fallo “Juzgados de Policía Local” en 1993, donde
determina: “debe también tenerse en consideración para resolver acerca de la
conveniencia de mantener la razón decisoria contemplada en fallos anteriores
del Tribunal Constitucional en relación a una materia determinada, que ello crea
certeza y seguridad jurídica necesarias para todos aquellos a quienes pueda
interesar y/o afectar lo que éste resuelva sobre el punto. Los cambios de

87
doctrina jurídica por lo general deben producirse siempre que existan motivos
o razones fundamentales que los justifiquen” ( 243).

Como lo expresa el mismo fallo señalado, el respeto al precedente no significa


desconocer la posibilidad de cambio de circunstancias o de valoraciones que
justifiquen un apartarse de la doctrina asentada por el precedente, lo que es
legítimo mediante un razonamiento que explique los motivos del cambio de
criterio (244) como solución genérica en la adopción de la resolución para ese
caso y otros futuros, de lo contrario nos encontraríamos con una evidente
violación de la igualdad en la aplicación del ordenamiento jurídico, de la
prohibición de actos arbitrarios e inconsistentes y también una vulneración de
la seguridad jurídica propia de todo Estado Constitucional de Derecho.

9. La imprevisión constitucional

Las constituciones por su naturaleza de texto hecho para permanecer durante


un largo lapso tiene un alto grado de abstracción, los constituyentes no pueden
imaginar el conjunto de situaciones futuras que pueden acontecer, los textos
constitucionales se enfrentan a situaciones que no pudieron preverse. Además
una constitución excesivamente casuista y detallista resulta un texto demasiado
rígido, el cual quita elasticidad a la Carta Fundamental y le impide adaptarse a
las situaciones cambiantes de la sociedad contemporánea.

Néstor Sagüés señala que “la inescindible conexión entre futuridad


constitucional e imprevisión constitucional es quizá un lugar común en la praxis
y en la literatura constitucionalista”( 245). Una generación no puede obligar a las
generaciones futuras a sus pautas para enfrentar los desafíos y problemas de
su tiempo. La imprevisión constitucional en algunos aspectos otorga a los
poderes constituidos e interpretes jurídicos un margen de actuación necesario.

Sin embargo, la imprevisión puede tener también una faceta negativa, en


cuanto el constituyente conscientemente carezca de decisión política o no
exista el consenso para regular una situación que necesariamente debía
considerarse en el texto. Asimismo, el constituyente por falta de técnica jurídica
o por descuido puede dejar un vacío que en determinadas hipótesis puede
generar graves consecuencias jurídicas y políticas.

9.1. La imprevisión constitucional y sus interpretaciones.

243
Sentencia del Tribunal Constitucional chileno de fecha 22 de julio de 1993, Rol N°
171
244
Würtenberger, Thomas. 2005. “Interpretación del derecho constitucional (desde una
perspectiva realista)”, En 2005 Ferrer Mac-Gregor, Eduardo (Coord). Interpretación
Constitucional. Tomo II, Ciudad de México. Ed. Porrua, pág. 1385.

Sagüés, Nestor Pedro. 2005. Reflexiones sobre la imprevisión constitucional. En


245

Imprevisión y reforma: dos problemas contemporáneos del derecho constitucional.


Lima, Ed. Cuadernos de la asociación peruana de derecho constitucional, página 14.

88
En algunos casos la inexistencia de regulación específica sobre una materia
determinada, puede ser entendida por el intérprete constitucional, como
ausencia de competencia para realizar un acto jurídico o como prohibición de
actuar en un determinado sentido.

Así ha ocurrido en Chile con el Tratado de Roma que crea el Tribunal Penal
Internacional, la mayoría del Tribunal Constitucional en sentencia de
consideró que la Constitución no contenía disposiciones que posibilitara
entregar a un tribunal supranacional competencias judiciales que el texto
constitucional consideraba como potestad estatal que ejercen los tribunales
que integran el Poder Judicial. Así el Tribunal Constitucional consideró la
omisión de regulación constitucional expresa del procedimiento de
transferencia de competencias en el texto como una prohibición para los
órganos constitucionales de concretarla, ya que ello implicaba ceder soberanía,
por lo que se requería una reforma constitucional previa que autorizara
expresamente dicha transferencia.

En otro enfoque constitucional, la no consideración del sistema de transferencia


de competencias en el texto formal de la Carta Fundamental podría
considerarse como una laguna constitucional que podría ser colmada por los
operadores e intérpretes de la Constitución mediante integración constitucional,
de dicha forma la imprevisión puede ser considerada no como una prohibición
sino como una respuesta permisiva de adopción de decisiones no imaginadas
o consideradas por la Carta Fundamental, posibilitando soluciones adecuadas
en virtud de bien común universal, de una garantía actualizadora de los
derechos humanos dentro de la concepción vigente y actualizada del derecho
internacional, impidiendo posiciones rígidas y bloqueadoras del desarrollo y
perfeccionamiento del Estado de Derecho Internacional y de los intereses del
Estado Nacional explicitados por sus legítimos representantes (Gobierno y
Congreso Nacional).

9.2. Los órganos encargados de superar la imprevisión.

En el caso de una imprevisión el órgano natural que debe superar la laguna


constitucional debiera ser el poder constituyente derivado. Lo que no genera
problema alguno en constituciones flexibles, donde los órganos legislativos
operan asimismo como poder constituyente instituido. Ello es más complejo en
cartas fundamentales rígidas, donde el procedimiento de revisión es complejo,
demoroso y requiere de alto quórum.

Ello obliga en situación de estado de necesidad o urgencia a respuestas


efectivas inmediatas que superen la situación imprevista. En tales casos los
órganos de jurisdicción constitucional no pueden omitir su pronunciamiento y
este debe hacerse cargo de las consecuencias jurídicas y políticas que el
mismo producirá en la sociedad y el Estado.
La imprevisión constitucional obliga a los órganos encargados de interpretar y
aplicar la Constitución y, especialmente, a la judicatura constitucional a superar
los vacíos y lagunas, integrando el ordenamiento jurídico en base a los valores

89
y principios jurídicos que se encuentran implícita o explícitamente considerados
en el texto constitucional.

9.3. Las técnicas de cobertura de la imprevisión constitucional.

Las técnicas que posibilitan superar las lagunas e imprevisiones de la Carta


Fundamental son variadas. Entre ellas pueden considerarse la integración
constitucional; el recurrir al derecho internacional vigente; el uso de la
interpretación dinámica de la Carta Fundamental o la interpretación evolutiva
como el no interpretativismo o la interpretación mutativa ( 246).

9.4. La senda de la integración constitucional.

Werner Goldschmidt (247) entiende que para resolver un caso carente de norma,
el operativo se llama integración del orden normativo lagunoso: hay que colmar
o cubrir la carencia de norma, elaborando para el caso una norma individual que
le preste solución.

Germán Bidart Campos decía que, en materia de derechos humanos, habrá sólo
interpretación cuando se señale que fuera de las normas no hay otros derechos,
mientras que además de interpretación habrá integración, cuando consideremos
que fuera de las normas sobre derechos hay derechos que carecen de normas.

Es posible "proponer que cuando faltan normas sobre derechos y quien detecta
esa ausencia o laguna normativa cree o valora que, pese al vacío normativo, hay
derechos no formulados, la carencia se debe colmar a través de la integración,
para cuya efectividad también es menester "interpretar" (encontrar el sentido) del
sistema completo de derechos, en el que algunos constan en normas y otros
carecen de ellas"(248)

El sistema de derechos dentro de un Estado Constitucional democrático goza de


una "completitud abarcadora", ya que el "espacio en el que existen normas
dispone, como sustrato o estructura subyacente de principios, valores, fines y
razones históricas que son inherentes al orden normológico y que, por ende, son
capaces de colmar e inundar sus lagunas en aquella zona donde hay derechos
que carecen de normas"(249), como asimismo, guía la interpretación de las
normas que contienen derechos.

246
Asumimos el esquema de Sagués Néstor. 2005. Reflexiones sobre la imprevisión
constitucional. Op. Cit. páginas 11-27.
247
Ver Introducción filosófica al derecho. Ed. Depalma, Buenos Aires, 1973, Capítulo IV.

Bidart Campos, Germán. 1994. La interpretación del sistema de derechos humanos.


Buenos Aires, Argentina. Ed. Ediar. pag.58.
248
Bidart Campos, Germán. 1994. La interpretación del sistema de derechos humanos.
Buenos Aires, Argentina. Ed. Ediar. pag.58.
249
Bidart Campos, Germán. Op. cit. pag. 58-59.

90
Para quienes asumen esta posición, un vacío o imprevisión constitucional
constituye una laguna constitucional, la cual debe resolverse mediante la
integración mediante construcción de la norma faltante( 250), como establece
Bidart Campos, es en el operativo de la integración donde la interpretación
“de” y “desde” la Constitución se hace mas fecunda, ya que “cuando falta una
norma para decidir un caso o cuestión, la elaboración integradora de la norma
sustitutiva que le dé solución ha de moverse dentro de una interpretación “de”
la Constitución para no resquebrajar su contexto unitario y coherente; es decir,
para que la norma que se elabore mediante la integración no desentone con la
Constitución, sino que concuerde y concilie con ella. No se puede,
evidentemente, integrar una laguna de la Constitución insertando, para
colmarla, una norma que resuelva el caso carente de previsión normativa de la
Constitución lagunosa”(251).

Para ello el método de integración de lagunas recurre en el plano del derecho


interno a los principios generales del derecho nacional, a los valores explícitos
o implícitos de la Carta Fundamental y a la analogía. El método de integración
también puede recurrir al derecho internacional, utilizando los principios de ius
cogens, los principios generales del derecho internacional, entre otros
aspectos.

El operador jurídico de integra el derecho tiene un ámbito mas amplio que el


intérprete, ya que este último parte de una norma existente, mientras que el
primero no tiene una norma que lo limite. Sin embargo, ello no significa que el
operador que integra el derecho disponga de plena autonomía y
discrecionalidad, sino que el proceso de integración debe hacerlo desde la
perspectiva del sistema de valores y principios de la Constitución, además de
que no puede vulnerar ningún precepto constitucional ni del derecho
internacional que son vinculantes para el Estado con la excusa de integrar el
ordenamiento jurídico.

a) La senda de asumir el derecho Internacional.

Frente a una imprevisión se puede acudir al derecho internacional vigente en el


Estado. Esta situación es muy sencilla si la Constitución asume por ejemplo
que los tratados en materia de derechos fundamentales prevalecen sobre el
derecho interno, como lo determinan las Constituciones de Colombia,
Guatemala, Ecuador, Venezuela; o que los derechos esenciales reconocidos
como tales por el Estado contenidos en el derecho internacional limitan la
soberanía, como ocurre con el artículo 5º inciso 2º de la Constitución.

Aún cuando no exista una norma similar, puede encontrarse en el


constitucionalismo latinoamericano la regla de los derechos implícitos, la que
tiene abundante reconocimiento jurisprudencial constitucional.

250
Bidart Campos, Germán . 1989. Teoría general de los derechos humanos. Buenos
Aires, Ed. Astrea, páginas 390-392. Sagüés, Néstor Pedro. 2005. La interpretación
judicial de la Constitución. Op. Cit, páginas 161 y siguientes.
251
Bidart Campos, Germán. 1989. Teoría general de los derechos humanos. Buenos
Aires, Ed. Astrea, página 391.

91
Aún en el caso de que no existan tales reglas, si el estado es parte de la
Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados, las reglas imperativas de
cumplimiento de los tratados de buena fe (Pacta Sunt Servanda y Bonna Fide),
Vinculan al Estado, al igual que la disposición que impide al Estado poner
obstáculos de derecho interno al cumplimiento de las obligaciones
internacionales, lo que presiona a los Estados a un reconocimiento de que el
derecho internacional prima sobre el derecho interno mientras este no deje de
tener vigencia de acuerdo con las reglas del derecho internacional.

Así por ejemplo, varios jurisdicciones constitucionales de América Latina, entre


ellas, la Corte Suprema Argentina y la Corte Suprema Dominicana, cubrieron la
imprevisión de la falta de un recurso de amparo de derechos fundamentales en
la Carta Fundamental, recurriendo a reglas del derecho internacional de los
derechos humanos, tal como es el artículo 25 de la Convención Americana de
Derechos Humanos, generando jurisprudencialmente el derecho de las
personas a una acción que amparara sus derechos fundamentales en forma
sencilla y eficaz.

b) La senda de la interpretación dinámica de la Constitución.

Para este enfoque las imprevisiones constitucionales se pueden resolver


mediante una interpretación evolutiva, dándole a los vocablos, el sentido que
ellos tienen hoy y no el que tenían al momento de aprobarse la Constitución,
atorgándole a los términos una cobertura mucho mas amplia que la que
tuvieron en la mente del constituyente, posibilitando el encausamiento jurídico
de fenómenos jurídicos nuevos que el constituyente no tuvo la imaginación de
prever.

Así puede sostenerse que algunos enunciados normativos constitucionales son


principios que no están cerrados, sino que son relativamente indeterminados,
en lenguaje de Dworkin son conceptos y no concepciones, por lo que el
intérprete u operador constitucional en su momento contribuye a configurar,
ejemplos de ello son por ejemplo los conceptos de “dignidad humana”, “familia”,
“vida privada”, “racional y justo procedimiento”, “igualdad”, “apremios
ilegítimos”, “contenido esencial de los derechos”, “prohibición de censura
previa”, para solo señalar algunos de nuestra Constitución.

Sólo tomemos el concepto de “prohibición de censura previa” establecido en el


artículo 19 N° 12 de la Constitución, parte de la doctrina y la jurisprudencia de
la Corte Suprema de Justicia, excluía del concepto de censura previa en
materia de libertad de información, las resoluciones judiciales como medidas
cautelares de prohibición de difundir textos o requisición en imprenta de obras
destinadas al público o el establecimiento de censura cinematográfica para
adultos, como ocurrió en chile en las últimas tres décadas del siglo XX. Será la
Corte Interamericana a través de la sentencia recaída sobre el caso de la
película “La última tentación de Cristo”, la que obligará al Estado de Chile y a
sus operadores jurídicos a cambiar su concepción y ordenamiento jurídico, en
el primer caso para entender que la prohibición de censura previa también

92
incluye las resoluciones judiciales, en el segundo, para eliminar del
ordenamiento jurídico la censura cinematográfica para adultos ( 252).

En la misma senda de la interpretación dinámica se puede incluir la dimensión


de los derechos esenciales de la persona humana, el texto constitucional no es
un texto cerrado a los derechos enunciados en el artículo 19 de la Carta
Fundamental chilena, se pueden extraer derechos implícitos como el derecho a
la nacionalidad, el derecho a formar una familia, el derecho a la propia imagen,
entre otros, u otros que deriven de la dignidad humana o sean inherentes al ser
humano, o deriven de la forma republicana y democrática de gobierno. Nuestro
Tribunal Constitucional ha reconocido a través de sus fallos la existencia de
esta categoría de derechos. Así, los operadores constitucionales otorgan
categoría y rango de derechos constitucionales a algunos no considerados ni
imaginados por el constituyente histórico.

La situación de la Constitución de situarse en un espacio temporal, también nos


muestra una visión evolutiva de la Carta Fundamental. La Constitución está
hecha para perdurar en el tiempo y dotar de estabilidad a la convivencia en
sociedad política, por lo cual debe estar dotada de cierta elasticidad o
adaptabilidad a nuevas realidades. El cambio de las situaciones históricas
afecta a la Constitución, si cambia la realidad, si se modifica la cultura, cambia
con ello el sentido de la norma constitucional. En tal sentido, puede señalarse
que un mismo texto no se interpreta de la misma manera en clave autoritaria
que en clave democrática, el traspaso de un contexto de un régimen autoritario
a un régimen democrático modifica el contexto en que deben ser interpretadas
y aplicadas las mismas normas constitucionales, nuestra propia experiencia
histórica como la de otros países latinoamericanos lo acredita. Asimismo, el
cambio de contexto económico implica también adaptaciones en la
interpretación de la Constitución económica.

c) La senda del no interpretativismo y la interpretación mutativa.

La interpretación mutativa se puede clasificar en interpretación mutativa por


adición o por sustracción.

La interpretación mutativa por adición implica adicionarle algo al texto de la


Carta Fundamental sobre lo que nada decía. La interpretación putativa por
sustracción es aquella que elimina algo de la Constitución para mantenerla
efectiva y útil. Ambas autorizan para separarse del constituyente histórico
elaborando nuevos criterios jurídicos.

El no interpretativismo o doctrina de la living constitution, autoriza al intérprete


de la Constitución para colmar la laguna con una interpretación que considere
las creencias y valoraciones dominantes en la sociedad al momento de realizar
dicha operación, como ya lo hemos analizado anteriormente.

9.5. La decisión que resuelve la imprevisión.


252
Ver Nogueira Alcalá, Humberto. 2002. El derecho a la libertad de opinión e
informacion y sus límites (honra y vida privada). Ed Lexis Nexis, Santiago, Chile

93
La solución de la imprevisión esta dada por la norma emanada de la sentencia
del órgano de jurisdicción constitucional competente, el Tribunal Constitucional
Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Perú, Alemania, España, Italia, Portugal) o la
Corte Suprema (Uruguay) o una de sus salas especializadas en jurisdicción
constitucional (Costa Rica, Paraguay, entre otros) en sistemas de control
concentrado de constitucionalidad, o por los tribunales ordinarios en los casos
de control difuso (Estados Unidos, Argentina, entre otros).

El contenido determinado por el órgano de jurisdicción constitucional


competente en la práctica tiene la naturaleza de constitución en sentido
material, aún cuando el sujeto que la estructuró sea un órgano constituido o
instituido y no un órgano constituyente. Esta decisión constituye la construcción
de una norma (respuesta) constitucional no incluida en la Constitución formal
que puede tener efecto erga omnes que puede valer tanto como el texto
constitucional mismo, o efecto inter partes según sean los efectos de las
sentencias constitucionales que contemple el ordenamiento jurídico, pudiendo
llegar a constituir parte del derecho constitucional consuetudinario.

La supervivencia de la norma construida por el órgano de jurisdicción


constitucional dependerá más que de la potestad del órgano que la estableció,
de la calidad, justicia y prudencia de la construcción jurisprudencial misma,
como asimismo de la decisión de los operadores constitucionales ulteriores al
órgano que adoptó la decisión.

10. Las mutaciones constitucionales.

La mutación constitucional es una modificación de las normas constitucionales


que altera su sentido o lo contradice sin que exista una modificación del texto
formal de la Carta Fundamental, la que puede producirse por hechos que no
tienen que ir necesariamente acompañados de la intención de provocar la
mutación, la que produce como consecuencia desvalorización de la fuerza
normativa de la Constitución (253).

En doctrina se distinguen cuatro clases de mutación constitucional( 254): a)


mutación mediante interpretación; b) mutación que constituye una práctica
estatal que no entra formalmente en contradicción con la Carta Fundamental; c)
Mutación de la Constitución mediante conductas de los operadores
constitucionales en contradicción con el texto de la Carta Fundamental; d)
Mutación de la Constitución que impide el ejercicio de derechos o facultades
expresamente señaladas en la normativa.

La mutación por interpretación de la Constitución, constituye una interpretación


de los enunciados constitucionales en un sentido diferente de aquel
253
Jellinek, Georg. 1991. Reforma y mutación de la Constitución, Madrid, Centro de
Estudios Constitucionales, página 7.
254
Dau-Lin, Hsü. 1998. Mutación de la Constitución. Traducción de Pablo Lucas Verdú
y Christian Förster Oñati, Ed. Instituto Vasco de Administración Pública, página 31 y
siguientes. Publicación original en alemán de 1932.

94
considerado por el constituyente. Un ejemplo concreto es el de la exigencia de
residencia en la región de los postulantes al Congreso Nacional, por a lo menos
un plazo no inferior a dos años (artículos 44 y 46 de la Constitución de 1980),
mientras que la jurisprudencia emanada del Tribunal Calificador de Elecciones
posibilitó asimilar el concepto al de domicilio, con lo cual una persona puede
tener diversos domicilios en el territorio nacional, con lo cual se muto la
intención del constituyente originario, lo que llevó a la eliminación de tal
requisito en la reforma constitucional de 2005.

La mutación como práctica que no vulnera formalmente el texto constitucional


pero que introduce bajo el imperio del texto constitucional normas infra
constitucionales que impiden la operatividad de enunciados constitucionales
vigentes. En efecto, un ejemplo de ello es el Código Procesal Constitucional
que remplazó al viejo Código de Procedimiento Penal, se introducen etapas
procesales nuevas e instituciones sin que se haya modificado primero el texto
constitucional, dejando fuera de aplicación instituciones del proceso penal
como es el procesamiento, lo que incide en materia de suspensión del derecho
del sufragio (artículo 16 de la Constitución), en materia de garantías de la
libertad personal (artículo 19 N°7) y en materia de indemnización por error
judicial (art. 19 N°7, literal i). Esta situación ha sido parcialmente corregida por
la reforma constitucional del 26 de agosto de 2005 y la promulgación del texto
sistematizado el 16 de septiembre de 2005.

La mutación de la Constitución por conducta de sus operadores estatales que


contradicen el texto constitucional, a través de conductas contrarias a los
preceptos constitucionales o a través del desarrollo de normas que contradicen
la Carta Fundamental (preceptos legales, normas administrativas, auto
acordados de los tribunales superiores de justicia u tras normas).

Ejemplos de esta práctica se encuentran en la Constitución de 1925 y de 1980.


En la Constitución de 1925 se desarrollo la práctica de la delegación de
facultades legislativas por el Congreso al Presidente de la República, lo que no
estaba previsto en la Carta Fundamental, ni entre las atribuciones del
Presidente en el artículo 72 de la Constitución, ni entre las atribuciones de las
ramas del Congreso Nacional (artículos 39 y 42 de la Constitución) ni entre las
atribuciones del Congreso Pleno (artículo 43 de la Constitución), práctica que
contradecía expresamente la norma del artículo 4° de la Constitución que
establecía “Ninguna magistratura, ninguna persona o reunión de personas
pueden atribuirse, ni aún a pretexto de circunstancias extraordinarias, otra
autoridad o derechos que los que expresamente se les hayan conferido por las
leyes. Todo acto en contravención a este artículo es nulo”.

Bajo el imperio de la Constitución de 1980, en su corta existencia desde su


funcionamiento en clave constitucional democrática a partir del 11 de marzo de
1990, es posible encontrar diversos cuerpos normativos que entran en
contradicción directa y explícita cono normas y principios constitucionales. Una
primer ejemplo lo constituye la Ley Orgánica Constitucional del Tribunal
Constitucional que establece en su normativa la existencia de abogados
integrantes de dicho Tribunal sin que exista habilitación constitucional para ello
en el artículo 81 y 83 de la Constitución vigente al 15 de septiembre de 2005 y

95
al margen de las normas que determinan los únicos órganos constitucionales
investidos para nombrar ministros que integren dicho tribunal (artículo 81 de la
Constitución); otro ejemplo es el auto acordado de la Corte Suprema de
Justicia que regula el recurso o acción constitucional de protección, el cual
vulnera el principio de reserva legal (artículo 19 N° 26, artículo 60 y artículo 61
de la Constitución, entrando a regular materias de reserva legal como son la
caducidad de la acción de protección, la limitación de recursos procesales, el
establecimiento de sanciones.

La mutación de la Constitución que impide el ejercicio de derechos o facultades


expresamente señaladas en la normativa. En esta perspectiva puede situarse
el ejemplo de la pérdida del derecho de las personas imputadas y acusadas
sometidas a medidas cautelares de prisión preventiva en procesos penales
(equivalente a procesado en el texto constitucional) en caso de error
manifiesto a solicitar la indemnización por error judicial, por el solo hecho de la
entrada en vigencia del Código Procesal Penal.

11. Algunas consideraciones sobre la interpretación de la


Constitución por parte de los tribunales.

La interpretación de la Constitución por los órganos jurisdiccionales tiene la


característica de ser una interpretación calificada, es una interpretación para
decidir casos específicos y es una interpretación imparcial ( 255).

Es una interpretación calificada en la medida que proviene de juristas, por lo


tanto, goza de una presunción de idoneidad, sin perjuicio de las posibles
deformaciones profesionales (formalismo, burocratización, deficiente
interpretación, entre otras).

Es una interpretación para decidir casos específicos, la interpretación de los


órganos jurisdiccionales no tiene una función especulativa sino de resolución
de problemas y conflictos reales a través de un debido proceso, que producirá
efectos de cosa juzgada.

11.1. La interpretación es imparcial pero no es neutral.

El juez constitucional es un tercero no involucrado en el conflicto y sin interés


en él, lo que lo diferencia claramente de la interpretación interesada del
abogado que defiende a su parte. La interpretación judicial debe ser
desinteresada.

Es necesario señalar en todo caso que la interpretación judicial no es aséptica


o neutra, sino que ella esta al servicio de los valores y principios determinados
por la Carta Fundamental, las cuales constituyen opciones determinadas, las
cuales pueden beneficiar a unos y perjudicar a otros, lo cual debe ser
efectivizado por el juez, con la única excepción de que ello lesione derechos
fundamentales, en la medida que ellos constituyen límites al poder estatal, tal

255
Sagüés, Néstor Pedro. 1998, páginas 3-5.

96
como lo define nuestra Carta fundamental en su artículo 5°, inciso 2°. La
disposición constitucional señalada exige al juez, constituyéndole un deber
ineludible, la defensa y promoción de los derechos esenciales de la persona,
asegurados por la propia Constitución y por loa tratados ratificados por chile y
vigentes. En este caso, exige la Constitución al juez y a los demás operadores
jurídicos realizar siempre una interpretación favorable al ejercicio y garantía
efectiva del goce y ejercicio de los derechos.

Así la interpretación judicial no es neutral, si se dictara una sentencia


prescindiendo de las valoraciones y principios constitucionales estaríamos
frente a una sentencia inconstitucional, en la práctica ante una vía de hecho y
no una verdadera sentencia.

En todo caso, debe señalarse que la interpretación judicial tiene un carácter


objetivado, se basa en un discurso jurídico y esta sometido a reglas de
verificación que le establecen límites claros. La sentencia debe ser siempre
motivada, congruente y de acuerdo a las fuentes del derecho vigentes.

La exigencia de motivación de las resoluciones judiciales constituye un límite


efectivo a la actividad jurisdiccional en relación con el texto, ya que la
necesidad de motivar es la de fundar racionalmente la decisión, lo que limita y
una lectura arbitraria de los enunciados normativos constitucionales, evitando
la tentación de realizar una modificación implícita o una mutación
constitucional.

La exigencia de interpretación conforme al sistema de fuentes establecidas y


vigentes, constituye un imperativo por el sometimiento de la actividad
interpretativa al derecho objetivo y su sistema de fuentes, la interpretación no
puede alterar el sistema de fuentes. Un actuar del operador judicial fuera del
sistema de fuentes invalida la respectiva interpretación. Esta perspectiva no
impide considerar que la interpretación influye en el sistema de fuentes dentro
del proceso dinámico de aplicación del derecho, ya que la interpretación
conforma las normas que finalmente serán aplicadas ( 256).

Asimismo, el sistema de fuentes se hace más complejo en la realidad del siglo


XXI por la integración del derecho internacional de los derechos humanos y el
derecho humanitario internacional en sus vertientes de derecho consetudinario,
derecho convencional debidamente ratificado y normas de ius cogens; como
asimismo, por el derecho comunitario y el derecho supranacional; todo lo cual
hace confluir en un mismo territorio normas provenientes de distintos sistemas
que recaen sobre las mismas materias y donde deben aplicarse en algunos
casos reglas de jerarquía, en otros reglas de aplicación preferente o de
prevalencia de un derecho sobre otro, como asimismo mediante aplicación de
pautas interpretativas específicas en materias de derechos humanos, todo ello
teniendo en consideración además, el reconocimiento explícito de los Estados
de jurisdicciones supranacionales e internacionales como órganos que tienen a
su cargo la interpretación autorizada del derecho supranacional o internacional,
cuyas decisiones jurisdiccionales son obligatorias y vinculantes para el Estado

Balaguer Callejón, Maria Luisa. 1997. Interpretación de la constitución y


256

ordenamiento jurídico. Madrid, Ed. Tecnos, página 115.

97
y sus respectivos órganos y operadores jurídicos, las que deben ser cumplidas
de buena fe. En el contexto latinoamericano esto tiene repercusiones mayores
al considerarse los derechos humanos como límites a la soberanía, o en otros
casos, al incorporarse expresamente al texto constitucional en virtud de una
habilitación directa de la Constitución o por ser considerados derechos
implícitos.

11.2. La interpretación como instrumento de gobierno debe ser funcional.

La interpretación constitucional que tiene por objeto el desarrollo y


funcionamiento efectivo de la Constitución, como es la que deben desarrollar
los jueces concibe a ésta como un instrumento de gobierno ( 257).

La interpretación funcional de la Constitución debe ser práctica, creativa,


previsora y política (258).

Ello requiere que la interpretación cumpla una función práctica. La


interpretación de los magistrados constitucionales esta destinada a su
aplicación práctica, cuya tarea central es resolver el caso concreto, sin perjuicio
de la tarea de pedagogía constitucional que puede realizar, sin divagar sobre
asuntos ajenos a la función de juez de la causa. Dicha interpretación debe ser
útil, dando respuestas adecuadas y provechosas para la sociedad política,
solucionando los problemas y haciendo cada vez más operativa la Carta
Fundamental.

11.2.1. La interpretación debe ser creativa.

La interpretación en la medida que debe esclarecer, integrar, compatibilizar y


hasta adaptar la Constitución frente a situaciones imprevistas o ante aparentes
conflictos de principios y valores (determinando los perfiles y profundidad de los
derechos fundamentales, ponderándolos y protegiéndolos; precisando los
ámbitos del poder y de la libertad; integrando el texto ante un vacío o laguna
constitucional, efectivizando la Constitución y el régimen republicano
democrático y los derechos fundamentales y sus garantías, entre otros).

Si un enunciado normativo presenta diversas alternativas interpretativas,


estamos en cada caso ante una norma diferente, al escoger entre las diversas
opciones el juez realiza un acto creativo, ya que decide cual de las diversas
interpretaciones es la válida.

Si el enunciado normativo es claro se encontrará que debe desplegar dicho


precepto en situaciones fácticas no imaginadas ni previstas por el constituyente
histórico, en cuyo caso el juez debe determinar la extensión, limites de
aplicación y profundidad de los conceptos contenidos en la Constitución.

257
Mata-Machado, Edgar de Godoy da. 1986. Elementos de teoría peral do direito.
Belo Horizonte. UFMG/PROED. Citado por Almeida Melo, José Tarcízio de. 1996.
Derrito Constitucional Brasiilero. Belo Horizonte. Ed. Del Rey, pág 45 – 46.
258
Sagüés, Néstor Pedro. 1998, páginas 34 y siguientes.

98
A su vez, el juez deberá superar las redundancias y contradicciones de
principios o ideologías que se encuentran en la Carta Fundamental, las cuales
pueden ser simultáneas cuando nacen en un mismo momento, o pueden ser
escalonadas si son producto de las modificaciones constitucionales. El juez
debe buscar armonizar los principios en tensión, de no poder hacerlo deberá
ponderarlos, estableciendo el mayor peso relativo de uno respecto de otro en
ese caso concreto.

A su vez, el juez llamado a conocer de un caso no puede excepcionarse de


resolverlo a causa de ausencia de norma positiva, deberá integrar la laguna
constitucional, caso en el que opera como un constituyente subsidiario.

Por último, la Constitución está destinada a perdurar, por ello, los jueces
deberán adaptar el texto constitucional a los cambios sociales, económicos,
políticos y culturales en los nuevos contextos que vive la sociedad política,
como asimismo en la eventual variación de regimenes políticos, del paso de
regimenes autocráticos a regimenes democráticos que requieren una lectura
diferente del texto de la Carta Fundamental. La norma exige que el juez valore
el cambio sustancial de circunstancias en forma clara, lo que implica no aplicar
normas de manera automática, buscando una interpretación adecuada a los
momentos actuales.

En este ámbito, los tribunales constitucionales han desarrollado dentro de las


sentencias atípicas, las llamadas sentencias aditivas, consistentes en que el
Tribunal Constitucional al observar y constatar omisiones legislativas que
convierten al enunciado legal en inconstitucional y teniendo presente que tal
omisión es relativa, adiciona normas para compatibilizar el texto legal con la
Carta Fundamental. Muchos tribunales constitucionales latinoamericanos han
utilizado la cláusula constitucional de los derechos implícitos, frente a la
omisión constitucional de asegurar ciertos derechos civiles o económicos,
sociales y culturales, efectuando una interpretación integradora, a través de la
cual se entiende que forman parte del bloque constitucional los derechos
contenidos en los tratados internacionales ratificados por el respectivo país y
vigentes (Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Chile, Perú, entre otros).

11.2.2. La interpretación debe ser previsora.

El juez u operador jurídico debe actuar con responsabilidad y considerar las


consecuencias de sus decisiones.

El intérprete desarrolla dos etapas en el proceso interpretativo. En la primera


etapa descubre, detecta o adapta la norma constitucional con la que debe
resolver el caso. En la segunda etapa considera las consecuencias o mide los
resultados de su producto interpretativo, si tal resultado es exitoso aplica al
caso el producto interpretativo elaborado o descubierto. Si el resultado de su
test es de carácter negativo por su resultado disvalioso, deberá reiniciar su
tarea de búsqueda del producto interpretativo adecuado y justo.

Al juez de la Constitución no le es ajeno ni indiferente las consecuencias de sus


decisiones jurisdiccionales. El juez no aplica automáticamente y como

99
silogismo puramente lógico los enunciados normativos de la Constitución, el
debe tener presente que el es un operador de la Constitución como instrumento
de gobierno que le obliga a ponderar adecuadamente los resultados o
productos interpretativos y las consecuencias de ellos para el caso y para la
sociedad.

En este ámbito las jurisdicciones constitucionales han desarrollado las


sentencias atípicas denominadas sentencias exhortativas, a través de las
cuales el Tribunal constata que una disposición legal es inconstitucional paro
no puede expulsarla del ordenamiento jurídico de inmediato porque sus
consecuencias produciría un impacto grave disvalioso en la sociedad, peor
que la expulsión del precepto legal del ordenamiento jurídico, por lo cual
declara la inconstitucionalidad del precepto legal, sin expulsarlo del
ordenamiento jurídico, exhortando al legislador a solucionar el problema dentro
de un plazo razonable, determinando una inconstitucionalidad con plazo
diferido,. Este tipo de sentencias son usuales también en la jurisdicción
constitucional sudamericana (Bolivia, Chile, Colombia, Perú).

11.2.3. La interpretación es política.

Tomamos aquí el concepto “política” en su acepción de actividad que


contribuye a efectivizar la Constitución como instrumento de gobierno al dirimir
eventuales conflictos entre productos normativos o actos de los órganos
políticos del Estado. Asimismo, los jueces en cuanto operadores de la
Constitución en sus decisiones resuelven cotidianamente los conflictos de
valores, principios y derechos fundamentales, cuando ellos no son susceptibles
de concordancia o armonización, realizando la tarea de ponderación frente al
caso concreto ( libertad de información versus derecho a la protección de la
vida privada o el honor, derecho a la vida versus derecho a la libertad de
conciencia, derecho de propiedad versus derecho a la protección ambiental o la
protección de la salud, conflictos entre el poder y la libertad, entre otros).

También es una interpretación política en la medida que constituye una defensa


de los valores y principios contenidos en los enunciados normativos
constitucionales, haciendo efectiva la supremacía “ideológica” de la
Constitución, estando vigilante ante los contrabandos o evasiones ideológicas
que pretendan introducir los poderes constituidos a través de sus actos y
normas. A su vez, en el caso de una constitución con techo ideológico múltiple,
el juez deberá ponderar los valores en tensión, dándole el alcance preciso a
cada dimensión frente al caso concreto.

El juez constitucional debe dar respuestas jurídicas sistémicas que viabilicen y


den eficacia a la Constitución como instrumento de gobierno de la sociedad
política, sin desbordar su función jurídica y jurisdiccional, sucumbiendo a la
tentación de desbordar esta y de entrar a decisiones políticas que no le
corresponden, ya que son función del Congreso y el gobierno. Ello implica que
su producto interpretativo debe tener en consideración su deber de asegurar,
garantizar y promover los derechos fundamentales y posibilitar el desarrollo y

100
perfeccionamiento del sistema constitucional en el contexto de un Estado de
derecho republicano y democrático (259).

En todo caso, no debe nunca el juez constitucional olvidar que está sometido a
la Constitución, como todos los demás poderes constituidos, aún cuando tiene
la función de su defensa jurisdiccional, lo que debe autocontenerse (self
restreint) ante la tentación de transformarse en poder constituyente,
excediendo el marco autorizado de su actuación y, por tanto, actuando al
margen de la Constitución.

Por último, el juez constitucional no debe olvidar que la fuerza normativa de la


Constitución y los derechos fundamentales de las personas dependen de su
interpretación, por lo que su exégesis debe contribuir al desarrollo y no a la
evasión de concretizar la Carta Fundamental, sus valores, sus principios y los
derechos humanos, debe tener “conciencia” o “sentimiento constitucional”( 260).
Un desempeño deficiente o incompleto del juez constitucional priva a la
constitución de realidad existencial, le resta fuerza normativa y la transforma en
una Carta Fundamental nominal en términos de Loewenstein ( 261). De la
decisión del juez constitucional depende que la Constitución viva y se
desarrolle, se traicione o se anule.

259
Ver, VV.AA. 1993. El juez y la defensa de la democracia. San José, Ed. Instituto
Interamericano de Derechos Humanos
260
Ver Lucas Verdú, Pablo. 1985. El sentimiento constitucional, Madrid, Ed Reus.
261
Loewenstein, Karl. 1976. Teoría de la Constitución, Barcelona. Ed. Ariel, página 218

101
Bibliografía

Aarnio, Aaulius. 1991. Lo racional como razonable. Un tratado sobre la


justificación jurídica. Madrid, Ed. Centro de Estudios Constitucionales.

Abramovich, Víctor y Courtis, Christian. 2002. Los derechos sociales como


derechos exigibles. Madrid, Ed. Trotta.

Aja, Eliseo (coord..) Las tensiones entre el Tribunal Constitucional y el legislador


en la Europa actual. Barcelona, Ed. Ariel.

Akavanagh, Aileen. 2003. “The idea of a living Constitution”. Canadian Journal


of Law and Jurisprudence, Vol. XVI, pág 55-89.

Alexy, Robert. 1993. Teoría de los derechos fundamentales. Madrid, Ed. Centro
de Estudios Constitucionales.
-------------------. 1989. Teoría de la argumentación jurídica. Madrid. Ed. Centro
de Estudios Constitucionales.
Alexy, Robert. 1988. “Sistema jurídico, principios jurídicos y razón práctica”, En
Doxa Nº 5.

Almeida Melo, José Tarcízio de. 1996. Direito Constitucional Brasilero. Belo Horizonte.
Ed. Del Rey.

Alonso García, E. 1984. La interpretación de la Constitución, Madrid, Centro de


Estudios Constitucionales.

Ancel, Marc. 1980. Utilidade e Métodos do Directo Comparado – Elementos de


introducao geral do estudo comparado dos direitos. Porto Alegre, Segio A.
Fabris Editor.

Aragón Reyes, Manuel. 1998. “La aplicación judicial de la Constitución: algunas


consideraciones sobre la Justicia constitucional”. En Escritos de Derecho
Constitucional. Madrid, Centro de Estudios Constitucionales.
-------------------------------. 1996. Constitución y control del poder, Buenos Aires.
Ed. Ciudad argentina.
Aragón Reyes, Manuel.. 1990. Constitución y democracia. Madrid. Ed. Tecnos.

Aragón Reyes, Manuel. 1986. La interpretación de la Constitución y el carácter


objetivado del control de constitucionalidad. Madrid, Centro de Estudios
Constitucionales.

Ascarelli, T. 1959. Interpretazione y giurisprudenza Costituzionale, en Probleme


giuridici, Milán Ed. Giuffre.

Austin, J. 2003. El objeto de la jurisprudencia. Madrid. Ed. Centro de Estudios


Constitucionales.

Atienza, Manuel. 1993. Las razones del derecho, teorías de la argumentación


jurídica. Madrid, Ed. Centro de Estudios Constitucionales.

102
Atienza, M. 1993. Tras la justicia. Una introducción al derecho y al razonamiento
jurídico. Barcelona, Ed. Ariel.
Atienza, M. 1984. “Para una razonable definición de razonable”, en Doxa Nº4.

Avilés Hernández, Víctor Manuel. 2005. “Tópicos de la interpretación


constitucional”. En Revista de Derecho Público, Vol. 67. Santiago, Chile.
Facultad de Derecho, Universidad de Chile, págs. 191 – 209.

Bachof, O. Jueces y Constitución. Traducción de obra Grundgesetz und


Richtermacht, Madrid, Ed. Civitas.

Balaguer Callejón, M.L. 1997. Interpretación de la Constitución y ordenamiento


jurídico, Madrid, Ed. Tecnos

Baldassare, Antonio. 1996. L’interpretazione della costituzione. En Memorias


del Congreso Internacional de Derecho Público, Filosofía y Sociología
Jurídicas: perspectivas para el próximo milenio. Bogotá, Ed. Universidad
Externado de Colombia

Bastos, Celso Ribeiro; Brito, Carlos Ayres. 1982. Inaterpretacao e


aplicabilidaded das normas constitucionais, Brasil, Ed. Saraiva.

Beltrán, Miguel. 1989. Originalismo e interpretación. Dworkin vs. Bork: una


polémica constitucional, Madrid, Ed. Civitas.

Barcellona, P. (Ed.). 1973. L’uso alternative del diritto. Dos volumenes, Roma –
Vari, Ed. Laterza. Barcellona.

Barroso, Luís Roberto. 1996 Interpretacao e aplicacao da Constituicao:


fundamentos de una dogmática constitucional transformadora. Sao Paulo. Ed
Saraiva. Segunda edición 1999.
--------------------------------. 2004. “La nueva interpretación constitucional y el papel de
los principios en el derecho brasileño”. En Teoría y realidad constitucional Nº14, Brasil.
Pág 178 y siguientes. Ver en
www.jurídicas.unam.mx/publica/librev/rev/trcons/cont/14/est/est7.pdf

Bayón, J.C. 1985. “La interpretación constitucional en la reciente doctrina


norteamericana”. Revista de las Cortes Generales Nº 4, España.

Beltrán, Miguel. 1989. Originalismo e interpretación. Dworkin v. Bork: una


polémica constitucional. Madrid, Ed Civitas – Universidad Complutense.

Berger, R. 1977. Government by judiciary. Harvard University Press.

Bernal Pulido, C. El principio de proporcionalidad y los derechos fundamentales.


Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales.

103
Bernales, Enrique y Rubio, Marcial. 1987. Constitución: Fuentes e
interpretación. Lima.

Berti, G.1990. Interpretazione costituzionale. Segunda edición. Padua. ED


Cedam.

Betti, Emilio. 1990. Teoria generale della Interpretazione. Dos Tomos, Milán,
Giuffre. Hay edición de un solo tomo, Milán, 1990, 1113 páginas.
----------------. 1949. Interpretazione della lege e degli atti giuridici (teoria
generale e Dogmatica). Milano, Ed. Giuffre.

Bidart Campos, Germán. 1994. La interpretación de los derechos humanos,


Buenos Aires, Ed. Ediar
---------------------------------. 1988. La interpretación y el control constitucionales
en la jurisdicción constitucional. Buenos Aires, Ed. Ediar.
---------------------------------. 1987. La interpretación y el control constitucionales
en la jurisdicción constitucional. Buenos Aires, Ediar, 1987.

Bobbio, Norberto. 1990. Introducción al derecho, Bogotá. Ed. Temis.

Böckenförde, E._W. 1993. “los métodos de la interpretación constitucional.


Inventario y crítica” en Escritos sobre derechos fundamentales. Baden-Baden,
Ed. Nomos.
--------------------------. 2000. “Les Méthodes d’Interpretation de la Constitution:
Un bilan critique”, en Böckenförde, Ernst-Wolfgang. Le Droit, L’Etat et la
Constitution Démocratique. Bruxelles, Ed. Bruylant; París, Ed. LGDJ, páginas
246 y siguientes.

Bonavides. Paulo. 1983. “O Método tópico na interpretacao constitucional”, en


Revista de Direito Constitucional e Ciencia Politica n°1, Brasil Ed. Forense.
------------------------. 1985. “O Método concretista da ‘Constituicao Aberta’, en
Revista de Direito Constitucional e Ciencia Politica n°4, Brasil, Ed. Forense.

Bork, R. H. 1990. The Tempting of America. The Political Seduction of the law.
Nueva York. The Free Press. Hay también edición en Londres, Siclair-
Stevenson Limited.
Bork, R. H. 1971. “Neutral principles and some first amendment problems”. En
Illinois Law Journal, Vol. 47, Nº1, 1971.
Bork, R. H. 1993. « The original understanding », en VV.AA. Contemporany
Perspectives on Constitutional Interpretation, S.J. Brison y W. Sinnot-Armstrong
(Eds) Boulder, San francisco y Oxford, Westview Press.

Brest, Paul. 1980. The Misconceived Quest for the Original Understanding, en
Boston University Law Review, 60.

104
Bulnes Aldunate, Luz. 1988. La jurisprudencia del Tribunal Constitucional y la
interpretación constitucional, en XVIII Jornadas de Derecho Público,
Universidad de Concepción, págs. 159 – 170.
---------------------------------. 2002. Interpretación Constitucional, en Revista de
Derecho Público, Vol. 64. Santiago de Chile, Facultad de Derecho, Universidad
de Chile.

Canotilho, J.J. 2000. Directo Constitucional. Coimbra, Ed Almedina.

Cappelletti, Mauro. 1984. Giudici Legislatori?. Milán, Ed. Giuffre.

Carbone, Carmelo. 1951. L´interpretazione delle norme costituzionali, Padova,


Italia.

Carmona Tinoco, Jorge Ulises. 1996. La interpretación judicial constitucional.


México, UNAM-CNDH.

Carmona Tinoco, Jorge Ulises. 2005.”Algunos aspectos sobresalientes de la


interpretación judicial”, en Ferrer Mac-Gregor, Eduardo. 2005. Interpretación
Constitucional. Tomo I. Ciudad de México D.F., Ed. Porrua.

Carpio Marcos, Edgar. 2004. La interpretación de los derechos fundamentales.


Lima. Ed Palestra.

Carpizo, Jorge. 1971. “La interpretación constitucional en México”. En Boletín


Mexicano de Derecho Comparado N°12, septiembre-diciembre de 1971.
--------------------. 1996. Estudios Constitucionales. Sexta edición, México, Ed
Porrua-UNAM.

Carrasco Perera, A. “El juicio de razonabilidad en la justicia constitucional”.


Revista Española de Derecho Constitucional Nº 11, 1984.

Carrillo, Marc. 2003. El derecho a no ser molestado. Información y vida


privada. Navarra, Ed. Thomson Aranzadi.

Cea Egaña, José Luis. 1992. “La interpretación axiológica de la Constitución”,


en obra colectiva Interpretación, integración y razonamiento jurídicos. Santiago,
Editorial Jurídica de Chile en págs.89-97.
--------------------------------. “Hermenéutica constitucional, soberanía legal y
discrecionalidad administrativa” en Revista de Derecho, Volumen 15 Número 2-
3, mayo/diciembre de 1988, Pontificia Universidad Católica de Chile.

Cerda Medina, Mario. 1983. Sobre la interpretación constitucional, en XIII


Jornadas Chilenas de derecho Público, Universidad de Concepción, págs. 87-
96.

Chierccia, P. M. 1978. L’interpretazione sistematica della Costituzione. Padova,


Italia.

Cianciardo, Juan. 2000. El conflictivismno en los derechos fundamentales,


Pamplona, Ed Eunsa.

105
Comanducci, Paolo. 2000. Modelos e interpretación de la Constitución; en
Carbonell, Miguel (compilador) Teoría de la Constitución. Ensayos escogidos.,
México, Ed Porrúa.

Crisafulli, V. 1939. I principi costituzionali dell’interpretazione delle leggi, Padua,


Ed Cedam.

Dantas, Ivo. 1995. Principios constitucionales e interpretacao constitucional.


Brasil, Ed. Lumen Juris.

De Domingo, Tomás. 2001. ¿ Conflicto entre derechos fundamentales?. Madrid.


Centro de Estudios Políticos y Constitucionales.

De La Cuadra, T. 1987. Interpretación de la Constitución y órganos del Estado.


En A. López Pina (Ed.). División de poderes e interpretación. Madrid, Ed.
Tecnos.

De Otto, Ignacio. 1981. “La posición del Tribunal Constitucional a partir de la


doctrina de la interpretación constitucional”, en VV.AA. El Tribunal Constitucional,
Vol. III, Madrid, Dirección General de lo Contencioso del Estado e Instituto de
Estudios Fiscales.

Díaz Revorio, F. J. 1997. La Constitución como orden abierto. Madrid. Mc. Graw-
Hill, 1997.
Díaz Revorio, F. J. 1997. Valores superiores e interpretación constitucional.,
Madrid. Ed. Centro de Estudios Constitucionales.

Diniz, Márcio Augusto. 1998. Constituicao e hermeneutica Constitucional. Belo


Horizonte, Ed. Mandamentos.

Dogliani, M. 1992. Interpretazione della costituzione. Milán, Ed. F. Angeli

Dworkin, Ronald. 1977. Taking Rights Seriously. Cambridge, , Harvard


University Press. Traducción al español, 1984. Los derechos en serio.
Barcelona, Ed. Ariel.
Dworkin, Ronald. 1992. El imperio de la justicia. Barcelona, Ed. Gedisa.
----------------------. 1994. El dominio de la vida. Barcelona, Ed. Ariel.
-----------------------. 1996. Freedom’s Law. The Moral Reading of the American
Constitutión. Oxford y New York, Oxford University Press.

Ely, John H. 1980. Democracy and distrust, a theory of judicial review.


Massachusetts, Harvard University Press. Traducción: 1997, “democracia y
desconfianza: una teoría del control constitucional”. Bogotá, Ed. Siglo del
Hombre, Universidad de los Andes.

Escobar Fornos, Iván. 2002. Interpretación e integración constitucional.


Managua, Nicaragua.

106
Esquiaga Ganuzas, F.J. 1987. La argumentación en la justicia constitucional
española. Oñate, Ed. HAAE/IVAP.

Fassbender, B. 1998. “El principio de proporcionalidad en la jurisprudencia del


Tribunal Europeo de Derechos Humanos”. Cuadernos de derecho Público Nº5.

Fernández Segado, Francisco. 2002. “Reflexiones en torno a la interpretación


de la Constitución”. En Ferrer Mac-Gregor, Eduardo (Coord.) Derecho Procesal
Constitucional. Mexico D.F. Ed. Porrua.

Ferrajoli, Luigi; Senese, Salvatore y otros. 1978. Política y justicia en el Estado


capitalista, Barcelona, Ed. Fontanella.

Ferrer Mac-Gregor, Eduardo (coord). 2002. Derecho Procesal Constitucional.


México Ed. Porrúa. Hay Cuarta edición, 2004, en cuatro tomos, México, Ed.
Porrúa.

Ferrer Mac-Gregor, Eduardo (Coord). 2005. Interpretación Constitucional.


Ciudad de México, D.F., Ed. Porrua.

Ferreres, V. 1997. Justicia constitucional y democracia. Madrid. Ed. Centro de


Estudios Políticos y Constitucionales.

Fix-Zamudio, Héctor y Valencia Carmona, Salvador. 2001. Derecho


Constitucional Mexicano y comparado. Capítulo IV: La interpretación
constitucional. Segunda edición. México, Ed Porrúa-UNAM. Hay tercera
edición: Fix-Zamudio, Héctor y Valencia Carmona, Salvador. 2003. Derecho
constitucional mexicano y comparado. México D.F. Ed. Porrua

Fix Zamudio, Héctor. 1993. Breves reflexiones sobre la interpretación


constitucional, en Obra Colectiva La Jurisdicción Constitucional, San José, Ed.
Juricentro.

Fix Zamudio, Héctor.1975. “Algunas reflexiones sobre la interpretación judicial


en el ordenamiento mexicano”, en volumen colectivo La interpretación
constitucional. Ciudad de México. D.F. Ed. UNAM.

Freixes Sanjuán, Teresa. 1993. Una aproximación al método de interpretación


constitucional. Cuadernos de la Cátedra Fadrique Furio Ceriol. España,
Universidad de Valencia.

Freixes Sanjuán, Teresa y Remotti Carbonell, José Carlos. 1992. “Los valores
y principios de la interpretación constitucional”, en Revista Española de
Derecho Constitucional, año 12, agosto de 1992.

Frosini, Vittorio. 1991. Teoría de la interpretación jurídica. Bogotá, ED Temis.

Gadamer; Hans Georg. 1991. Verdad y método. Fundamentos de una


hermenéutica filosófica. Salamanca, Ed. Sígueme.

107
Galetta, D.-U. 1998. “El principio de proporcionalidad en el derecho público
italiano”, Cuadernos de derecho público Nº 5.

García Belaunde, Domingo. 1993. “La interpretación constitucional como


problema. En obra colectiva en Homenaje a Carlos Restrepo Piedrahita.
Simposio Internacional sobre Derecho del Estado. Tomo II, Bogotá. Ed.
Universidad Externado de Colombia. Mismo artículo en Anuario de Derecho
Constitucional Latinoamericano 1996. Bogotá, Fundación Honrad Adenauer –
Ed. Diké, pags. 47 - 83.

García B. Ana María. 1992. Los elementos de interpretación constitucional y su


recepción en la jurisprudencia chilena., en obra colectiva Interpretación,
integración y razonamiento jurídicos. Santiago, Editorial Jurídica de Chile, págs
327 – 342.

García Belaúnde, Domingo. 1994. La interpretación constitucional como


problema. En Revista de Estudios Políticos N°86. Madrid. Centro de Estudios
Constitucionales.

García de Enterría, Eduardo. 1985 La Constitución como norma y el Tribunal


Constitucional. Madrid, Ed. Civitas.

García Pelayo, Manuel. 2000. Derecho Constitucional Comparado. Madrid,


Alianza Editorial.

Gascón Abellán, M. 1993. La técnica del precedente y la argumentación racional.


Madrid, Ed. Tecnos.

Gargarella, R. 1996. La justicia frente al gobierno. Sobre el carácter


contramayoritario del poder judicial. Barcelona, Ed. Ariel.

Gavara de Cara, J.C. 1994. Derechos fundamentales y desarrollo legislativo.


La garantía del contenido esencial de los derechos fundamentales en la Ley
Fundamental de Bonn. Madrid. Centro de Estudios Constitucionales.

Gianformaggio, L. 1985. “L’interpretazione della costituzione tra applicazione di


regole ed argomentazione basata sui principi”. En Rivista internazionale di
filosofia del diritto Nº 62, I.
Gianformaggio, Leticia. “L´interpretazione della Costituzione tra applicazione di
regole ed argumentazione basata su principi”. En Studi sulla giustifficazione
giurídica, Torino, Ed. Giappichelli.

Gény, Francois. 1954. Méthode d´interpretation et sources en droit privé positif.


Librairie Générale de Droit et de Jurisprudence. Segunda edición, dos
volúmenes, Paris, Francia.

Gomes Canotilho. J.J., 1993. Direito Constitucional, Sexta edición. Coimbra,


Portugal, Ed. Almedina.

108
Gonzalez Beilfuss, M. 2003. El principio de proporcionalidad en la jurisprudencia
del Tribunal Constitucional. Pamplona, Ed Aranzadi.

Guastini, Ricardo.1999. Estudios sobre la interpretación jurídica. Ciudad de


México, Ed. UNAM. Hay edición 2000. México, Ed. Porrúa.

Häberle, Peter. 2003. Cultura dei diritti e diritti della cultura nello spazio
costituzionale europeo, Milán, Ed Giuffre.

Häberle, Peter. 1993. Le liberta fundamentali nello sttato costituzionale, Roma,


Ed La Nueva Italia Scientífica. Hay traducción española La libertad en el
Estado Constitucional. 1997. Lima, Pontificia Universidad Católica del Perú.

Habermas, J. 1998. Facticidad y validez. Sobre el derecho y el estado


democrático de derecho en términos de teoría del discurso. Madrid, Ed. Trotta.

Habermas, J. y Ralws, J. 1998. Debate sobre el liberalismo político. Barcelona,


Buenos Aires y México. Ed. Paidos.

Hesse, K. 1992. Escritos de Derecho Constitucional. Madrid, Ed. Centro de


Estudios Constitucionales
------------. 1966. La interpretación constitucional (verfassungsinterpretation, en
Grundzüge des Verfassungsrechts der Bundesrepublik Deutschland, Décimo
octava edición 1991.

Hoyos, Arturo. 1993. La interpretación constitucional. Santafe de Bogota. Ed.


Temis.

Ibáñez, Perfecto Andrés. 1976. “Por una práctica judicial alternativa”, en


Revista Anales de la Cátedra Francisco Suárez N° 16, España.

Iglesias Vila, Marisa. 2002. “La interpretación de la Constitución y los conceptos


esencialmente controvertidos”. En Carbonell, Miguel (comp.). Teoría
constitucional y derechos fundamentales. México. Comisión Nacional de
Derechos Humanos.

Isensee Rimaza, Carlos. 2005. Interpretación constitucional: distingo entre


situación de comprensión y situación de interpretación, como base para una
noción crítica de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, en Revista de
derecho público, volumen 67, Santiago facultad de derecho, Universidad de
Chile, págs 210 – 230.

Kalinowski, Georges. 1982. Concepto, fundamento y concreción del derecho.


Buenos Aires, Ed. Abeledo Perrot.

Kauffmann, A. 2003. Filosofia del Diritto ed Ermeneutica. A cura di giovanni


Marino. Miláqn, ED. Giuffre.

Kennedy, Duncan. 1999. Libertad y restricción en la decisión judicial. D. López


medina y J.M. Pombo (trds.) Bogotá. Ed Uniandes.

109
Landa, César. 2003. “Teorías de la interpretación constitucional” en su libro
Teoría del Derecho Procesal Constitucional. Lima, Ed. Palestra.

Larenz, Karl. 1980. Metodología de la Ciencia del Derecho., Barcelona, Ed.


Ariel.

Leite Sampaio, José Adércio. 2005. “Adeus aos métodos? Hermeneutica,


pragmática e argumentacao constitucional”. En AA.VV. 2005. Directo
Constitucional contemporaneo. Estudos em Homenagem ao profesor Paulo
Benavides. Belo Horizonte, Livraria del Rey editora Ltda. Págs. 361-437.

Linares Quintana, Segundo. 1998. Tratado de interpretación constitucional.


Métodos y enfoques para la aplicación de las constituciones. Buenos Aires, Ed.
Abeledo Perrot.
-------------------------------------. 1987. Reglas para la interpretación constitucional.
Buenos Aires, Ed. Plus Ultra.
------------------------------------. 1978. Tratado de derecho constitucional argentino
y comparado. Tercera edición. Buenos Aires, Ed. Plus Ultra. Tomo III y VIII.

Loewenstein, Karl. 1976. Teoría de la Constitución, Barcelona. Ed. Ariel.

López Medina, Diego. 2000. El derecho de los jueces. Bogotá, Ed Legis-


Uniandes.

López Medina, Diego. 2005. “Hermenéutica legal y hermenéutica


constitucional”. En Ferrer Mac-Gregor, Eduardo. 2005. Interpretación
constitucional. Tomo II, Ciudad de México, D.F. Editorial Porrua.

López Pina, Antonio (ed.) 1987. División de poderes e interpretación. Madrid,


Ed. Tecnos.

Lora, P. de, 1998. La interpretación originalista de la Constitución. Una


aproximación desde la filosofía del derecho. Madrid. Ed. Centro de Estudios
Políticos y Constitucionales.

Lucas Verdú, Pablo. 1985. El sentimiento constitucional, Madrid, Ed. Reus.

Lucas Verdú, Pablo (Comp) Canosa, Raúl y Méndez-Rocasolano, M. (Coords).


1996. Prontuario de derecho constitucional, Granada. Ed Comares

Luhmann, Niklas. 1983. Sistema jurídico y dogmática jurídica. Madrid, Ed.


Centro de Estudios Constitucionales.

MacCormick, N. 1996. “los limites de la racionalidad en el razonamiento jurídico”,


en AA.VV. Derecho y moral. Ensayos analíticos. J. Betegón y J.R Páramo (Eds),
Barcelona, Ed. Ariel.

Martínez Pujalte, Antonio Luis 1997. La garantía del contenido esencial de los
derechos fundamentales. Madrid, Centro de Estudios Constitucionales.

110
Mata-Machado, Edgar de Godoy da. 1986. Elementos de teoría geral do
direito. Belo Horizonte. UFMG/PROED.

Maximiliano, Carlos. 1988. Hermeneutica y aplicacao do direito, décima


edición. Sao Paulo. Ed. Forense. Hay 19 edición, año 2002.

Mazzarese, T. 1996. Forme di razionalita delle decisioni giudiziali. Torino, Ed.


Giappichelli.

Merino Brito, Eloy. 1949. La interpretación constitucional. La Habana, Ed. Jesús


Montero.

Merola Chierchia, P. 1978. L’interpretazione sistematica della Costituzione,


Padua, Ed Cedam.

Monroy Cabra, Marco Gerardo. 2002. La interpretación constitucional. Santafe


de Bogotá, Ed. Librería del Profesional.

Moreso, José Juan. 1997. La indeterminación del derecho y la interpretación


de la Constitución. Madrid, Ed. Centro de Estudios Políticos y Constitucionales.

Muller, Arthur S. 1963. “Notes on the concept of Living Constitution”. The Georg
Washington Law Review, Vol 31, páginas 881-918.

Murphy, Walter y otros, 1986. American Constitucional Interpretation. Nueva


York, Fundation Press.

Nava Gomar, Salvador. 2003. Dinámica Constitucional: entre la interpretación y


la reforma. México. Ed Universidad Anáhuac del Sur.

Navarro Beltrán, Enrique.1992. Mecanismos de interpretación establecidos en


la Constitución de 1980, en obra colectiva Interpretación, integración y
razonamiento jurídicos. Santiago, Editorial Jurídica de Chile, págs. 305 – 326.

Nikken, P. 1987. La protección internacional de los derechos humanos: su


desarrollo progresivo. Madrid. Ed. Civitas.

Nino, Carlos Santiago. 1992. Fundamentos de Derecho Constitucional. Buenos


Aires. Ed. Astrea.

Nogueira Alcalá, Humberto. 2005, La justicia y los tribunales constitucionales


de indoiberoamerica del sur en la alborada del siglo XXI. Santiago, Ed. Lexis
Nexis. Hay edición mexicana, 2004. La justicia y los tribunales
constitucionales en la alborada del siglo XXI. México. Ed. Porrua.
---------------------------------. 2003. Teoría y dogmática de los derechos
fundamentales. México D.F. Ed. Universidad Nacional Autónoma de México.

Novoa Monreal, Eduado. 1975. El derecho como obstáculo al cambio social.


México, Ed. Siglo XXI.

111
Olano García, Hernán Alejandro. 2005. Interpretación y dogmática
constitucional. Bogotá, Ed. Doctrina y Ley limitada.

Orrú, Giovanni. 1998. Rechterecht. Il problema della liberta e autoritá


giudiziale nella dotrina tudesca contemporanea. Milán. Ed Giuffre.

Ortega Gutiérrez, David. 1999. Derecho a la información versus Derecho al


honor. Madrid, Ed. Centro de Estudios Políticos y Constitucionales.

Ost, Francois y Van de Kerchove, Michel. 2001. Elementos para una teoría crítica del
derecho. Bogotá, Ed. Universidad Nacional.

Perelman, Chaim. 1990. Ethique et droit. Bruxelles, Ed. De L´Université de


Bruxelles.
-------------------------. 1989. Tratado de la argumentación, la nueva retórica.
Madrid, Ed. Gredos.

Pérez Luño, Antonio. 1984. Derechos humanos, Estado de derecho y


Constitución. Madrid, Editorial Tecnos.

Pérez Royo, Javier. 2005. “La interpretación de la Constitución”.En Ferrer Mac-


Gregor, Eduardo (Coord). Interpretación Constitucional. Tomo II. Ciudad de
México. D.F. Editorial Porrúa.

Pérez Trems, Pablo. 1985. Tribunal Constitucional y Poder Judicial. Madrid.


Centro de Estudios Constitucionales.

Perry, Michael. 1982. The constitution, the courts and human rights: an inquiry
into the legitimacy of constitutional policy making by de judiciary. Yale,
University Press.
Perry, Michael. 1992. “Why Constitucional Theory Matters to constitucional
Practice (and Vice-versa)”. In Leygh, G. (Ed.) Legal Hermeneutics: History,
theory, and Practice. Berkeley: University of California Press.
Perry, M.J. 1994. “Interpreting Law: The problem of Constitutional Adjudication”,
en Morality, Politics, Law. A Bicentennial Essay, Oxford y New York, Oxford
University Press.
Perry, M.J. 1994. The Constitution in the Courts. Law or Politics?, Oxford
University Press.

Pierandrei, Franco. 1952. L’interpretazione della Costituzione. Milán, Ed. Dtt. A.


Giuffré.

Prieto Sanchís, Luis. 1990. Estudios sobre derechos fundamentales, Madrid,


Ed, Debate.
----------------------------. 1987. Ideología e interpretación jurídica. Madrid. Ed
Tecnos.
----------------------------. 1991. “Notas sobre la interpretación constitucional”.
Revista del Centro de Estudios Constitucionales N°22, Madrid, España.
----------------------------. 1992. Sobre principios y normas. Problemas del
razonamiento jurídico. Madrid. Ed. Centro de Estudios Constitucionales.

112
Quintero, César. 1993. “Método y técnica de la interpretación constitucional”, en
Obra Homenaje a Carlos Restrepo Piedrahita. Simposio internacional sobre
derecho del Estado. Bogotá, Ed. Universidad Externado de Colombia. Tomo I.

Rawls, J. 1979. Teoría de la Justicia. México, Ed. Fondo de Cultura


Económica.

Real, Alberto Ramón. 1979. “los métodos de la interpretación constitucional”.


Revista de Derecho Público. Facultad de Derecho, Universidad de Chile,
Santiago, enero-diciembre de 1979.

Reale, Miguel. 1968. O direito como experiencia. Sao Paulo, Brasil, Ed.
Saraiva.

Ribeiro Bastos, Celso. 1999. Hermenéutica e interpretación constitucional.


Segunda edición ampliada. Brasil, Instituto Brasilero de Dereito Constitucional.

Richards Davis, A.J. 1988. La intención de los constituyentes y la interpretación


constitucional. En Revista del Centro de Estudios Constitucionales, año 1988,
Madrid, páginas141-173.

Rollnert Liern, Göran. 2002. La libertad ideológica en la jurisprudencia del


Tribunal Constitucional (1980-2001). Madrid, Centro de Estudios Políticos y
Constitucionales.

Rubio Llorente, Francisco. 1997. La forma del poder (Estudio sobre la


Constitución). Madrid, Ed. Centro de Estudios Constitucionales.

Saavedra López, Modesto. 1977. Hermenéutica y crítica ideológica.


Interpretación del derecho e ideología. Granada, Ed. Universidad.
------------------------------------------. 1994. Interpretación del derecho y crítica
jurídica. México. Distribuciones Fontamara S.A.

Saavedra, Modesto; Ibañez, Perfecto Andrés; López Calera, Nicolás. 1978.


Sobre el uso alternativo del Derecho. Valencia, España, Fernando Torres Editor

Sachica, Luis Carlos. 1988. El control de constitucionalidad y sus mecanismos.


Tercera edición. Bogotá, Ed. Temis.

Sagüés, Nestor. 1998. La interpretación judicial de la Constitución. Buenos


Aires, Ed. Depalma.
Sagües, Néstor. 2003. Sobre el concepto de “constitución viviente”(Living
Constitution). En Revista Latino-Americana de Estudos Constitutionais. Enero-
junio de 2003, páginas 269-284.

Saldanha, Nelson. 2003. Orden e hermeneutica. Segunda edición, Río de


Janeiro, Ed. Renovar.

Sanín Restrepo, Ricardo. 2004. Libertad y Justicia Constitucional. Santafé de


Bogotá. Ed. Academia Colombiana de Jurisprudencia.

113
Santamaría Pastor, Juan Alfonso. 1991. Fundamentos de derecho
Administrativo I. Madrid, ED. Centro de Estudios Ramón Areces.

Savigny, M.F. 1958. Sistema de derecho romano actual. Madrid, Centro


Editorial Góngora.

Scaccia, Gino. 2000. Gli instrumenti della regionevolezza nel giudizio


costitucionale. Milán, Ed. Giuffre.

Scalia, Antonin. 1997. A Matter of Interpretatión. Princeton University Press

Schneider, Juan P. 1987. “Continencia judicial y estructura normativa abierta


del Derecho Constitucional”, en López Pina, Antonio. (Ed.) 1987. División de
Poderes e Interpretación, Madrid. Ed. Tecnos.

Schwabe, Jürgen (comp.) 2003. Cincuenta años de jurisprudencia del Tribunal


Constitucional Federal Alemán. Montevideo, Ed. Jurídicas Gustavo Ibáñez –
KAS.

Secondat, Carlos Luis (Barón de Montesquieu). El espíritu de las leyes. Buenos


Aires, Ed Ateneo. Libro XI, Capítulo VI.

Segura Ortega, M. 1998. La racionalidad jurídica, Madrid, Ed. Tecnos.

Smend, R. 1985. Constitución y derecho constitucional. Madrid, Ed. Centro de


Estudios Constitucionales.

Scalia, Antonin. 1989. “Originalism: The Lesser Evil”, en University of Cincinnati


Law Review, 57.
---------------------. 1997. A matter of Interpretation. Princeton University Press.

Serna, Pedro y Toller, Fernando. 2000. La interpretación constitucional de los


derechos fundamentales. Una alternativa a los conflictos de derechos. Buenos
Aires, Ed. La Ley S.A.

Serrano Castro, Carlos. Libertad de prensa, extensión y límites. San José, Ed.
Diseño. 2002.

Starck, Ch. 1994. La Constitution: cadre et messure du droit. Marseille, Ed.


Economica y Presses Universitaires d ‘Aix.
---------------. 1998. “Jurisdicción constitucional y tribunales ordinarios”, en
Revista Española de Derecho Constitucional Nº 53.

Stumm, Raquel Denise. 1995. Princípio da proporcionalidade no directo


constitucional brasileiro. Porto Alegre. Ed Livraria do abogado.

Tamayo Salmoran, Rolando. 1975 Algunas consideraciones sobre la


interpretación jurídica. En La interpretación constitucional, México UNAM,
Instituto de Investigaciones Jurídicas.

114
Tapia Valdés, Jorge. 1973. Hermenéutica Constitucional. La interpretación de la
Constitución en Sudamérica. Santiago, Editorial Jurídica de Chile.

Tarello, G. 1995. Cultura jurídica y política del derecho, México, Ed. Fondo de
Cultura Económica.
---------------.1980. L’interpretazione della legge. Milán.

Tobo Gutierrez, J. 1999. La Corte Constitucional y el control de constitucionalidad


en Colombia. Segunda edición, Bogotá, Ed. Jurídicas Gustavo Ibáñez.

Tobón Sanin, Gilberto. 1993. Carácter ideológico de la flosofía del derecho.El


uso alternativo del derecho. Medellín, Colombia, Señal Editora.

Tomás y Valiente, F. 1994. “Los jueces y la Constitución”, en VV.AA. Estudios


sobre la Constitución Española. Madrid, Universidad Carlos III.

Travieso, Juan Antonio. 1995. Derechos Humanos y Derecho Internacional.


Argentina, Ed. Heliasta.

Tribe, L.H. 1988. American Constitucional Law. Mineola, New York, The
Fondation Press.

Tribe, Lawrence y Dorf, Michael. 1991. On reading the Constitutión. Harvard


University Press.

Universidad de Los Andes, Facultad de Derecho. 1997. La decisión judicial. El


debate Hart – Dworkin. Estudio preliminar de César Rodríguez. Santafé de
Bogotá, Ed Siglo del Hombre Editores-Universidad de los Andes.

Valauri, John T. 2000. “Interpretation, critique and Adjudication: The Search for
constitucional hermeneutics”. Chicago-Kent law Review, vol. 76, páginas 1083-
1099.

Valenzuela Somarriva, Eugenio. 2005. Criterios de Hermenéutica


Constitucional aplicados por el Tribunal Constitucional. Santiago, Ed. Tribunal
Constitucional de Chile

Van de Kerchove, M. (Ed) 1978. L’interpretation en Droit. Approche


pluridisciplinaire. Bruselas, Béligica.

Vieira de Andrade, José Carlos. 1987. Los derechos fundamentales en la


Constitución portuguesa de 1976, Coimbra, Ed. Almedina.

Viehweg, Theodor. 1991. Tópica y filosofía del derecho. Barcelona, Gedisa


Editorial.
-------------------------. 1973. Tópica y jurisprudencia. Madrid. Ed Taurus.

Vigo, Rodolfo Luis. 1993. Interpretación constitucional. Primera edición, Buenos


Aires, Ed. Abeledo-Perrot. Segunda edición, 2004, Buenos Aires, Ed. Lexis
Nexis Abeledo-Perrot.

115
Von Savigny, M.F. 1958. Sistema de derecho romano actual. Madrid, Centro
Editorial Góngora. Texto original Von Savigny: Friedrich Carl. 1840. System des
heutigen Römischen Rechts, tomo I, Berlín.

VV.AA. 1975. La interpretación constitucional. México, Ed. UNAM.

VV.AA. 1993. El juez y la defensa de la democracia. San José, Ed. Instituto


Interamericano de Derechos Humanos.

VV.AA. 1997. Il metodo nelle science del diritto costituzionale. Papua, Cedam

VV.AA. 2000. Teoría de la Constitución. Ensayos escogidos., México, Ed Porrúa,

Wellington, H.H. 1990. Interpreting the Constitution. The Supreme Court and
the process of adjudication. New Haven y Londres, Yale University Press.
Wolfe, Christofer. 1986. La transformación de la interpretación constitucional.
Madrid, Ed. Civitas.

Wroblerski, J. 1988. Constitución y teoría general de la interpretación jurídica,


Madrid, Ed. Cuadernos Civitas.
Wróblewski, J. 1992. The Judicial Application of Law. New York, Ed. Kluwer.

Würtenberger, Thomas. 2005. “Interpretación del derecho constitucional (desde


una perspectiva realista)”, En 2005 Ferrer Mac-Gregor, Eduardo (Coord).
Interpretación Constitucional. Tomo II, Ciudad de México. Ed. Porrua

Zaccaria, Giuseppe. 1990. L´arte dell´interpretazione. Saggi sull´ermeneitica


giuridica contemporanea. Padua, Ed CEDAM.
--------------------------. 1999. Diritto e Interpretazione. Lineamenti di Teoria
Ermeneutica del Diritto. Roma, Bari, Ed. Laterza.

Zagrebelsky, Gustavo. 1988. La Giustizia Costituzionale. Seguna edición,


Bolonia, Ed. Il Mulino.
------------------------------. 1995. El derecho dúctil. Ley, derechos, justicia. Madrid,
Ed Trotta.

Zagrebelsky, Gustavo. 1987. “La Corte Constitucional y la interpretación de la


Constitución”. En López Pina, Antonio (Coord). División de poderes e
interpretación. Madrid, Ed. Tecnos.

Zapata, Larraín, Patricio. 2002. La jurisprudencia del Tribunal C. Parte General


Constitucional. Santiago, Ed. Biblioteca Americana. Universidad Andrés Bello.
--------------------------------. “La interpretación de la Constitución”, en Revista
Chilena de Derecho, Volumen 17. Santiago, Facultad de Derecho, Pontificia
Universidad Católica de Chile, págs 161 y sgts.

Zweigert, Konrad. 1958. “El derecho comparado como método universal de


interpretación”. Boletín del Instituto de Derecho Comparado de México, año XI,
N° 31, enero-abril de 1958, págs. 51-69.

116
Zuloaga Gil, Ricardo. (editor y compilador). 2004. Interpretar y argumentar.
Nuevas perspectivas en el Derecho. Medellín, Librería Jurídica Sánchez y
Pontificia Universidad Javeriana de Cali.

Zúñiga Urbina, Francisco. 1992. Tendencias contemporáneas de la


interpretación constitucional”, en obra colectiva Interpretación, integración y
razonamiento jurídicos. Santiago, Editorial Jurídica de Chile págs 285 – 303.

117
118

Vous aimerez peut-être aussi