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Zacarías 5:1 - 4

Retomamos hoy, estimados amigos, nuestro viaje a través del libro del
profeta Zacarías, en su versículo 5.
En este capítulo analizaremos dos nuevas visiones del profeta en un
texto cargado de imágenes y de nuevos símbolos.

En primer lugar, analizaremos el significado de la visión del "rollo


volador";
Estimado amigo, el profeta proclamó claramente al pueblo de Israel el
mensaje que Dios mismo le había encomendado, y que consistía en
hacerles saber que Dios tenía un plan para vencer y dominar a su
enemigo, tal y como hemos podido comprobar en los primeros dos
capítulos de este libro. Dios iba a doblegar a todos los enemigos de
Israel, y el pueblo de esa nación llegaría a ser lo que Dios siempre tuvo
en Su corazón y mente: una nación de sacerdotes.
Usted seguramente recordará que, cuando Dios sacó a Su pueblo
esclavizado de Egipto, Su deseo era que ellos llegaran a ser esa nación
de sacerdotes. Pero, a causa de su reiterado pecado de desobediencia,
este propósito de Dios nunca llegó a cumplirse.
Posteriormente, en la visión que tuvo el profeta Zacarías del Sumo
Sacerdote Josué y de su acusador, Satanás, vimos que los israelitas
debían ser primero limpiados de sus pecados. A continuación,
reflexionábamos en otro estudio sobre la visión "del Renuevo" y "la roca
con los siete ojos", representando el sempiterno ojo vigilante de Dios
sobre su pueblo escogido. Todas estas visiones apuntaban hacia el
futuro, hacia el reino de Dios, cuando Él, el Eterno, nuevamente se
vuelva con favor a Su pueblo elegido, y lo utilice para cumplir Su
propósito hasta convertirlos, algún día, en "luz para el mundo". A
continuación, Zacarías tuvo la visión "del candelero de oro y los dos
olivos". El aceite del candelero representaba al Espíritu Santo, y los dos
olivos representaban a los dos líderes de Israel, el político, Zorobabel,
y el religioso, Josué, el Sumo Sacerdote. Ellos sólo podrían cumplir el
propósito del Señor gracias, no a su propia sabiduría y poder, sino por
la del Espíritu Santo.
Pero, ¿era realmente el pensamiento de Dios de que cada miembro de
esta nación, por ser israelita, sería escogido, incluso aquellos que
estaban viviendo en pecado y rebelión continua? No, no significa eso.
Dios es misericordioso. Pero también es Justo, y su justicia demanda
ser satisfecha, independientemente de la nacionalidad, o raza, de la
persona. Por ello, nos encontraremos ahora no con visiones de ánimo
para el profeta y su pueblo, sino con mensajes de advertencia para
aquellos que no sean obedientes a Dios. Dios juzgará a aquellos que
insisten en rebelarse contra Él.
De la misma manera, algún día Dios también juzgará al mundo, a todas
las naciones. Estas visiones que tuvo Zacarías no sólo tuvieron un
significado local, que se debía aplicar a esa nación, sino también
tuvieron una vista panorámica mundial. En estos mensajes está
presente un evangelio global, que mira hacia el futuro, hacia el
establecimiento del reino de Dios sobre la tierra. Dios había dicho, usted
lo recordará, acerca de la nación de Israel: "No todo Israel es Israel".
No se refería a las personas, al individuo, sino que habló de la unidad
nacional, de un cuerpo bien unido, que Dios aceptará. Pero, cada
persona individualmente, y como miembro de la nación, tendrá que
llegar a alcanzar una madurez espiritual que le llevará a ser obediente
a Dios; eso significa que deberá acudir a Dios, para ser limpiado de
todo pecado. También tendrá que aceptar y recibir en su corazón al
Mesías, a Jesucristo. También debemos aplicar este criterio de Dios a
la iglesia, a las congregaciones que se reúnen en el nombre de
Jesucristo. No todos los miembros de una iglesia son auténticos
creyentes. No todo aquel que asiste a una iglesia forma parte del cuerpo
de los creyentes, que es la llamada "Iglesia".
Llegará un día, cuando Dios separará los creyentes y de los que no lo
son. La gran separación entre los que realmente son seguidores de
Jesucristo y los que no lo son, se producirá en el llamado "el rapto" de
la Iglesia. La separación de Israel y las naciones en la tierra, tendrá
lugar durante la segunda venida de Cristo, cuando Él junte a Sus
elegidos en Su reino. Posteriormente, tendrá lugar el Juicio, en el que
el enemigo, Satanás, será encadenado en la oscuridad durante un
periodo de mil años. Por medio de las profecías Dios anunció Su plan
pata el futuro de la humanidad. Todo este desarrollo de la historia de
la humanidad se nos presenta en este cuadro que sucede ante nosotros.
Estas visiones, suponemos, fueron de gran ánimo para los israelitas de
la época.
Leamos ahora los primeros versículos de este capítulo 5 de Zacarías:
"De nuevo alcé mis ojos y miré, y he aquí un rollo que volaba. Y me
dijo: ¿Qué ves? Y respondí: Veo un rollo que vuela, de veinte codos de
largo, y diez codos de ancho. Entonces me dijo: Esta es la maldición
que sale sobre la faz de toda la tierra; porque todo aquel que hurta
(como está de un lado del rollo) será destruido; y todo aquel que jura
falsamente (como está del otro lado del rollo) será destruido. Yo la he
hecho salir, dice el Señor de los ejércitos, y vendrá a la casa del ladrón,
y a la casa del que jura falsamente en mi nombre; y permanecerá en
medio de su casa y la consumirá, con sus maderas y sus piedras."
En esta visión, el profeta vio un rollo que volaba. Este rollo representaba
la Palabra de Dios. Echemos un breve vistazo al libro del profeta
Ezequiel, en el capítulo 2, versículos 9 y 10, y también en el capítulo 3,
versículos 1 al 4, que dice: "Y miré, y he aquí una mano extendida hacia
mí, y en ella había un rollo de libro. Y lo extendió delante de mí, y
estaba escrito por delante y por detrás; y había escritas en él endechas
y lamentaciones y ayes. Me dijo: Hijo de hombre, come lo que hallas;
come este rollo, y ve y habla a la casa de Israel. Y abrí mi boca, y me
hizo comer aquel rollo. Y me dijo: Hijo de hombre, alimenta tu vientre,
y llena tus entrañas de este rollo que yo te doy. Y lo comí, y fue en mi
boca dulce como miel. Luego me dijo: Hijo de hombre, ve y entra a la
casa de Israel, y habla a ellos con mis palabras".
Ezequiel comió, literalmente, la Palabra de Dios. Posteriormente, él
tenía que compartir esa palabra. Amigo oyente, esta escena relatada
por el profeta resulta sumamente impactante para los cristianos, que
deberíamos, prácticamente, comer la Palabra de Dios. Deberíamos
digerir la Palabra de Dios. Y ésta debería ser, en nuestras bocas, dulce
como la miel.
Regresando a Zacarías, nos encontramos ahora con un rollo volador. El
joven profeta, afirma: "de nuevo alcé mis ojos y miré".
Lo que él ve es un rollo volador, que representa la Palabra de Dios.
Aunque a lo largo de los siglos ha habido interpretaciones en cuanto a
esto, la más sólida es la referida a los Diez Mandamientos. En el
versículo 2 de este capítulo 5 de Zacarías, leemos:
"Y me dijo: ¿Qué ves? Y respondí: Veo un rollo que vuela, de veinte
codos de largo, y diez codos de ancho."
Las medidas mencionadas por Zacarías indicaban un rollo de grandes
dimensiones, algo más grande de lo habitual en de aquella época. Su
material, posiblemente, papiro, cuero o pergamino. El rollo que tenía
unos tres metros de ancho, por unos diez metros de largo, y por sus
dimensiones podría muy bien abarcar todo el libro de Génesis, o
también, por ejemplo el libro de Isaías. La manera en que se leía este
documento era enrollándolo a medida que se iba leyendo, ya que se
leía de arriba hacia abajo, de manera que el lector sólo tenía en sus
manos un rollo. Se enrollaba a medida que se terminaba una página.
El rollo que aquí nos ocupa era de grandes dimensiones porque se nos
dice que su largo era de 20 codos. Ya hemos indicado anteriormente
que un codo es una medida que se toma desde el codo de una persona,
hasta el dedo central de la mano, una dimensión de alrededor de unos
45 centímetros. Esa era la extensión de una persona de talla normal.
Es muy posible que en aquellos días, nos imaginamos, un comerciante
avispado utilizaría a una persona alta, para comprar su género, y
después a una persona de baja estatura, para vender. Pero, por lo
general, la medida de un codo era de unos 45 centímetros. Así es que,
cuando se mencionó que tenía el largo de 20 codos, se indicó que el
rollo tenía unos 9 metros de largo, y que tenía un ancho de unos 4
metros y medio. Para darnos una idea, sería algo más grande que la
sábana de una cama doble. Así es que, el tamaño de ese rollo era
considerable. El profeta Zacarías lo identificó como "un rollo volador",
porque se movía por encima de la tierra. Nos imaginamos que se dirigía
de una parte a otra de la tierra, y creemos que ése es el pensamiento
que le surgió a Zacarías al observar este objeto. Seguimos ahora con
el versículo 3 de este capítulo 5 de Zacarías:
"Entonces me dijo: Esta es la maldición que sale sobre la faz de toda la
tierra; porque todo aquel que hurta (como está de un lado del rollo)
será destruido; y todo aquel que jura falsamente (como está del otro
lado del rollo) será destruido."
Como ya mencionamos, esta maldición contiene un juicio.
Aparentemente, en este rollo se habían escrito los Diez Mandamientos,
pero divididos en dos partes. En una parte se encontraba los primeros
cuatro mandamientos, que tienen que ver la relación del hombre con el
hombre. En la segunda parte estaban los últimos seis mandamientos,
que tienen que ver con la relación del hombre para con Dios.
Zacarías comentó el cuadro de su visión explicando la maldición que
caerá sobre aquel que hurta, es decir, que es un ladrón. Ahora, este
mandamiento tiene que ver con la relaciones entre los hombres.
También comprenderemos este aspecto al leer el Salmo 50, versículo
18. Vamos a leer varios versículos de este Salmo. Creemos que usted,
estimado oyente, podrá entender este tema más claramente. Dice ese
versículo: "Si veías al ladrón, tu corrías con él" (esto está relacionado
con el mandamiento "no hurtarás). "Sí veías al ladrón, tu corrías con
él, y con los adúlteros era tu parte". Aquí se menciona una relación con
el séptimo mandamiento. El versículo 19 de ese mismo Salmo 50 dice:
"Tu boca metías en mal, y tu lengua componía engaño". Es decir, "has
mentido, has engañado". El mandamiento de Dios era: "no darás falso
testimonio". Los versículos 20 y 21 del Salmo 50 dicen: "Tomabas
asiento, y hablabas contra tu hermano; contra el hijo de tu madre
ponías infamia. Estas cosas hiciste, y yo he callado; pensabas que de
cierto sería yo como tú; pero te reprenderé y las pondré delante de tus
ojos". El texto era un relato de cómo los hombres pensaban en aquel
tiempo, creían que podían quebrantar la ley de Dios, que bien conocían,
pero creían que realmente podían salirse con la suya. El pueblo estaba
convencido, que podían quebrantar los Diez Mandamientos
impunemente, porque les parecía que Dios no castigaba. Ellos llegaron
a la conclusión de que era tan "humano", comprensivo, compasivo,
tolerante, como ellos; estaban convencidos de que Dios era indiferente
y que no iba a tomar represalias, pero llegó la hora en que Dios les
envió un mensaje severo de advertencia y juicio.
Y, amigo oyente, quisiéramos destacar lo siguiente, aquí se nos
presenta un gran principio que está relacionado con la Ley de Dios, y
en manera especial, con los Diez Mandamientos. Estos mandamientos
fueron dados a la nación de Israel cuando el pueblo estaba en una gran
encrucijada. El pueblo hebreo tuvo una gran influencia y hasta poder
en la tierra de Egipto, porque aunque eran esclavos del faraón, sin
embrago, por su gran número, eran considerados como una amenaza
en Egipto, en tiempos en que ese país se estaba estableciendo como
un gran imperio mundial. Más tarde llegaron a ser llevados a la
cautividad en Babilonia, donde también fueron un pueblo numeroso y
llegaron a ejercer cierta influencia sobre ese primer gran reino mundial.
El pueblo hebreo, el pueblo de Dios también tuvo influencia sobre Asiria,
como también en el período del imperio greco-macedonio; y su
presencia también fue obvia durante el imperio romano. Así es que, los
Diez Mandamientos nunca fueron dados a los creyentes como una
simple norma de vida. A nosotros se nos ha llamado a un nivel muy
superior a estos mandamientos que son básicos, importantes pero no
suficientes. ¿Cómo llegar a un nivel espiritual en el cual se observen
sinceramente todos los mandamientos de Dios? Sólo será por medio del
crecimiento espiritual; porque, amigo oyente, sinceramente, la verdad
es que el ser humano nunca podrá llegar a cumplir toda la ley sin la
ayuda de Dios quien dio estas leyes en primer lugar; pero, en aquellos
tiempos Dios no les brindó esa ayuda. No encontramos ninguna
mención de que podían ser llenos del Espíritu Santo, o andar en el
Espíritu para fortalecerse, para resistir, para discernir y evitar todo
pecado que pudiera ofender al Señor. Así es que, ningún ser humano
realmente puede en su propia fuerza y habilidad siquiera cumplir las
ordenanzas de los Diez Mandamientos.
Dios nos ha colocado a los creyentes bajo Su gracia. Y Él nos ha dado,
por gracia Su ayuda, nos ha entregado el Espíritu Santo, por medio del
cual nosotros podemos obtener el fruto del Espíritu en nuestras vidas,
que es amor, gozo, paz, paciencia, y mucho más, fruto que ninguna ley
podría producir. ¿Qué significa entonces la ley para el creyente, el
cristiano que desea seguir y ser como Cristo? Bueno, desde luego no
debemos quebrantar las leyes de los Diez Mandamientos. Estos
mandamientos que fueron dados al pueblo hebreo, llegó a ser la ley de
estado, del pueblo de Dios. Al no obedecer las leyes, si no que con
rebeldía las desobedecieron, Dios tuvo que aplicarles un severo castigo
que llegó a la expulsión de su tierra, la tierra prometida. Ahora, el
pueblo de Israel fue esparcido por toda la tierra, pero los mandamientos
de Dios fueron incorporados en todas las civilizaciones como leyes que
había que obedecer.
Quizá usted recuerda que estos mandamientos los utilizó Jesucristo
cuando un joven llegó a su presencia manifestando su deseo de seguirle
y servirle. Y el Señor se refirió a ellos para iluminar a ese joven para
mostrarle otra gran verdad. El joven había cumplido todas las leyes a
conciencia, con autenticidad, con sacrificio y de corazón, pero, eso no
era lo que le hacía apto para seguir al Señor Jesucristo, para servirle y
ser su discípulo. Había otro nivel espiritual superior que sólo obedecer
los Diez Mandamientos, y eso era el reconocer al Señor Jesús como su
Mesías, su Salvador, y su Señor, el Hijo de Dios manifestado en la
carne.
Los "Diez Mandamientos" produjeron un gran impacto sobre la
civilización. Las grandes civilizaciones de este mundo han tenido estas
leyes como base, incorporando a su sistema legal: No matarás. No
hurtarás. No darás falso testimonio. No codiciarás aquello que no es
tuyo, por ejemplo. No cometerás adulterio, fue básico para que una
nación pudiera fomentar la construcción de familias, hogares y formar
un modo de vivir en sociedad. Mientras una nación mantenga esos
principios como base moral y ética, será bendecida por Dios. Así ha
sucedido en el pasado, y los problemas de aquella época eran mínimos
comparados con los que nuestra sociedad afronta en el presente. Pero,
muchas naciones del mundo han abandonado, o relajado su
observancia de estas leyes. Nos parece que muchas han llegado al
mismo punto moral, ético y espiritual en que se encontraba la nación
de Israel de aquella época del profeta Zacarías. Dios les había dado a
gran ejemplo. Dios dijo: "juzgaré a aquellos que he elegido como
nación, y juzgaré a cada persona que quebrante estos mandamientos".
Así es que este rollo de la visión de Zacarías, ese rollo que se
desplazaba, que volaba sobre toda la tierra, representó en la visión la
base sobre la cual Dios tratará a todas las naciones.
Luego, Dios siguió hablando y dijo en la primera parte del versículo 4,
de este capítulo 5 de Zacarías:
"Yo la he hecho salir, dice el Señor de los ejércitos, y vendrá a la casa
del ladrón"
Y continúa diciendo en este mismo versículo 4:
"Y a la casa del que jura falsamente en mi nombre; y permanecerá en
medio de su casa y la consumirá, con sus maderas y sus piedras."
Dios derribará cualquier civilización, amigo oyente, que no siga estos
grandes principios. Es necesario que comprendamos claramente que no
se puede escapar de la ira y del juicio de Dios. Cualquier persona, no
importa de qué raza, nacionalidad, sexo, condición social, cultura, si es
supuestamente buena, no importa qué tipo de vida ha llevado, puede
ser perdonado, aceptado, integrado pero sólo por medio de la fe en el
Señor Jesucristo. Sólo Jesucristo puede llevarnos a un nivel mucho más
alto que la sola observancia de los Diez Mandamientos. Dios quiere que
usted tenga gozo, alegría, paz, perdón, estabilidad y también esperanza
en su vida aquí en la tierra, pero también con la seguridad de que habrá
una vida futura, eterna, en los Cielos, en la presencia de Dios. Él quiere
que usted tenga paz en su vida. Él quiere que usted tenga amor en su
vida. Éstos son los tesoros que sólo el Espíritu de Dios puede producir
en los corazones, y en las vidas de los hombres, en usted y en mí.
Y aquí nos detenemos por hoy. Continuaremos este estudio en nuestro
próximo programa. Mientras tanto, le sugerimos leer los siguientes
versículos del capítulo 5 de Zacarías para estar mejor informado y con
mayor comprensión del texto que trataremos. Es nuestra oración de
que el Señor le demuestre Su amor y Su luz y que Su presencia sea
muy real en su vida.

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