Vous êtes sur la page 1sur 11

Intervención en el

Trastorno Disgráfico
- Carla Salinas Martínez
Planeando la Intervención

En el momento de planificar la intervención, deberemos priorizar las áreas que queremos


trabajar. Además, debemos pensar que siempre habrá unas capacidades o habilidades que son
prioritarias tener adquiridas antes de seguir con el proceso de escritura, por lo tanto, debemos
tener clara la secuenciación de la escritura y saber en qué momento se encuentra el niño. Por
ello, realizaremos una buena evaluación (revisar la teoría facilitada) y priorizaremos
correctamente los objetivos.

Picq y Vayer (1997) propusieron una secuenciación en la intervención de la grafomotricidad:

• Educación psicomotriz general: relajación global y segmentaria, coordinación sensoriomotriz,


el esquema corporal, la lateralidad y la organización espaciotemporal.
• Educación psicomotriz diferenciada: control segmentario (independencia del brazo y de la de
mano), coordinación dinámica de las manos (precisión de movimientos de manos y dedos).
• Ejercicios grafomotores: nos permitirán que el niño adquiera unos hábitos perceptivomotores
correctos, rítmicos y de grafismos continuos.

Rivas y Fernández (2004), basándose en la secuenciación anterior, especificaron las siguientes


áreas de intervención:

1) Reeducación psicomotora de base:

a. Relajación global y segmentaria.


b. Coordinación dinámica general.
c. Esquema corporal.
d. Control postural y equilibrio.
e. Lateralidad.
f. Organización espaciotemporal.

2) Reeducación psicomotora diferenciada:


a. Control segmentario.
b. Coordinación dinámica en las manos.

3) Reeducación visomotora.
4) Reeducación del grafismo:

a. Reeducación grafomotora preparatoria.


b. Corrección específica de los errores: forma, tamaño, inclinación, espacio y enlace.

3. Intervención por áreas

Una vez sabemos las áreas de intervención en las cuales nos queremos centrar, debemos
pensar las actividades y dinámicas a hacer. Así pues, a continuación, expondremos, por cada
una de las áreas nombradas en el apartado anterior, actividades y observaciones a tener en
cuenta en la intervención psicopedagógica.

3.1 Relajación global y segmentaria

La intervención en esta área tiene por objetivo reducir la tensión muscular para que así el niño
tenga una tonicidad adecuada en el momento de escribir. Tal y como nos comenta Berruezo, P.
(2000), se entiende por tonicidad «un estado permanente de ligera contracción en el cual se
encuentran los músculos estriados, cuya finalidad es la de servir de telón de fondo a las
actividades motrices y posturales».

Soler (2013 en Barrachina, 2013) nos explica que la técnica más usada es la conocida como
técnica de Schultz. Ésta tiene como objetivo poder relajar todo el cuerpo. Es necesario que el
niño tenga un cojín bajo la cabeza, los brazos semiflexionados y los codos separados del
cuerpo. Las palmas de las manos deben estar en contacto con el suelo y lo dedos abiertos pero
sin tensarlos. Las rodillas deben estar separadas entre sí, los talones deben estar casi juntos y
las puntas de los pies caer de forma natural. Se trata que el profesional le pida al niño que note
el peso de cada una de las partes de su cuerpo por separado y luego que desplace esta
sensación por el resto de las partes. En ocasiones, el niño puede tener dificultades para notar el
peso de alguna de sus partes del cuerpo, con lo que podemos ayudarle con la técnica de
Jacobson, en la que pediremos al niño que contraiga y dístense el brazo y a continuación le
pediremos que recuerde las sensaciones que ha tenido al hacer estas acciones.

En la relajación segmentaria, se persigue mejorar la tonicidad de la mano dominante y se usarán


las mismas técnicas que en la relajación global.
3.2 Coordinación dinámica general

Consiste en poder mejorar la coordinación de movimientos de modo que usaremos dinámicas


que requieran moverse como son: saltar, correr, caminar, subir, bajar, etc.

3.3 Esquema corporal

Antes de iniciar la intervención en esta área debemos asegurar la tonicidad pues, según,
Berruezo «es una fuente constante de estimulaciones propioceptivas que continuamente nos
informan de cómo están nuestros músculos y cómo es nuestra postura. El tono nos permite
tener conciencia de nuestro cuerpo y el control tónico nos permite adaptar el esfuerzo al
objetivo. Gracias a la regulación del tono empleamos el grado de tensión muscular necesario
para cada movimiento, ni más, ni menos. Por ello hablar de tono es hablar de ajuste, de control,
de dialéctica entre la excitación y la inhibición, entre la tensión y la distensión».

En esta área es importante que el niño sepa reconocer las distintas partes del cuerpo desde las
partes más genéricas a las más específicas. Para ello, son frecuentes las actividades en las que
se usa un espejo. El niño, situándose delante, debe señalar cada parte del cuerpo y decirla en
voz alta. Es importante que se dé cuenta que no somos simétricos, sino que tenemos un lateral
más largo/corto que otro, mientras que otras partes del cuerpo sí son simétricas. Una vez sea
capaz de reconocer sus propias partes, deberá reconocer las de otra persona (compañero o
profesional).

Otra actividad muy común para reconocer las partes del cuerpo, se realiza con una pequeña
pelota de tenis. La pelota, la iremos pasando por las partes del cuerpo del niño mientras el
profesional le va indicando de que parte se trata, de esta manera le ayudaremos a ser
consciente de sus pares del cuerpo. Después, se pueden invertir los papeles de modo que sea
el niño el que haga pasar la pelota y tenga que nombrar las partes. Este ejercicio puede
realizarse en distintas posturas: de pie, sentado, tumbado, etc. Además, puede realizarse por
parejas de niños/niñas (siempre garantizando la intimidad de los niños).
3.4 Control postural y equilibrio

Soler (2013, citando a Rivas y Fernández, 20014) expone los siguientes ejercicios para mejorar
el control postural y el equilibrio:

• Para tomar consciencia del propio equilibrio, el niño debe descansar el peso de su propio
cuerpo primero en un pie y luego en el otro para que note que va variando, luego puede hacerse
un balanceo de un lado a otro.

• Para mejorar el equilibrio estático, se le pide que se desplace libremente y que se pare cuando
le hagamos una determinada señal.

• Para mejorar el equilibrio dinámico se le pide que siga una línea que hayamos marcado en el
suelo, alternando punta-talón, o bien mediante el juego de la cuerda en la que el niño tira de un
extremo y el profesional del otro sin que pierda el equilibrio.

3.5 Lateralidad

Es importante que el niño pueda reconocer correctamente la izquierda de la derecha (no sólo es
importante en el día a día: gira a la derecha para encontrar la tienda de ropa; sino que es
importante a la hora de escribir (fijaros que la “p” y la “q” la “barriguita” una mira a la derecha y
la otra a la izquierda). Para ello podemos hacer las siguientes actividades:

• Pasar una pelota de una mano a la otra.


• Golpear con la izquierda o la derecha un globo que sujete el profesional, o bien golpear el globo
que tenga el profesional a derecha e izquierda.
• Encestar una pelota de papel en la papelera con la mano dominante.
• Tirar anillas a un palo con la mano dominante.

En caso que el alumno no distinga del todo derecha e izquierda, podemos atribuir un color a
cada mano (por ejemplo: el azul a la derecha y el rojo a la izquierda) con una pegatina de modo
que le ayudemos, visualmente, a recordar cual es cada mano.

Finalmente recordar que es importante asegurarse que el niño tiene bien definida la lateralidad,
es decir, si realmente hay una buena coordinación entre el ojo y la mano, dado que de lo
contrarios deberíamos evaluar una posible lateralidad cruzada.
3.6 Organización espacio-temporal

Siguiendo con Rivas y Fernández (2004), los ejercicios para los conceptos espaciales básicos
(arriba, abajo, derecha, izquierda, delante y detrás) deben seguir un orden de progresión:

- Reconocimiento de los conceptos en el propio cuerpo.

- Reconocimiento de los conceptos en cuerpos ajenos.

- Reconocimiento de los conceptos en posiciones cambiantes del cuerpo.

- Reconocimiento de los conceptos en referencia a un objeto.

- Reconocimiento de los conceptos sobre un espacio grafico (en el aula sería la pizarra).

Para ello, podemos hacer un ejercicio que se trataría que el niño coloreará, dibujará, señalará o
colocará objetos dentro de uno de los cuadros como el que sigue:

En cuanto al ritmo, se trataría de hacer ejercicios que requieran una secuencia rítmica.

3.7 Control segmentario

Se trata de poder diferenciar los movimientos de la mano, la muñeca y el brazo. Para ellos hay
ejercicios como rotar las manos sobre las muñecas, abrir y cerrar las manos alternativamente
con fuerza, rotar los brazos sobre los codos, etc.
3.8 Coordinación dinámica de las manos

Se trata de poder dominar la coordinación de las manos y de los dedos. Algunos ejercicios son:

• Actividades que requieran del uso de las dos manos de modo alternativo: encestar un aro,
golpear un globo…

• Actividades que requieran usar los dedos de forma separada para poder adquirir una
independencia entre ellos: que deban unir los mismos dedos de cada mano primero con los ojos
abiertos y luego con los ojos cerrados (por ejemplo, que se toquen los dos índices, los dos
pulgares…), cerrar el puño y que tenga que sacar cada uno de los dedos.

• Actividades que requieran de motricidad fina: enfilar un hilo, subir o bajar cremalleras, abotonar
una camisa o abrocharse los zapatos, atornillar y destornillar…

3.9 Reeducación visomotora

Portellano Pérez (2001, citado en Soler, 2013) nos indica 4 ejercicios para poder trabajar la
coordinación oculomanual que está dirigida a la mejora de la coordinación entre los movimientos
de la mano y la percepción visual:

Ejercicios de picar o perforar: el niño, con un punzón, debe perforar un dibujo, una figura, unas
líneas… en la siguiente progresión:

o Perforar dentro de un papel o de un dibujo.

o Perforar entre dos líneas que progresivamente se hagan más estrechas.

o Perforar dentro de franjas estrechas o corvas.

o Perforar sobre líneas rectas y dibujos a base de líneas rectas.

o Perforar dibujos con líneas corvas.

o Perforar dibujos más complejos.


Ejercicios de recortar o rasgar, con tijeras y los dedos para cortar papel, dibujos, figuras y líneas:

o Recortar tiras de papel.

o Recortar cenefas.

o Recortar dentro de segmentos rectos.

o Recortar dibujos con líneas rectas y líneas corvas.

o Recortar dibujos más complejos.

Ejercicios de modelaje, mediante uso de plastilina, se harán actividades sólo con la mano
dominante:

o Hacer bolas del mismo tamaño que el modelo.

o Hacer bolas de tamaño creciente o decreciente.

o Hacer bolas alternando colores y tamaños.

o Hacer cilindros según el modelo.

o Hacer cilindros en series alternantes.

o Hacer bolas o cilindros iguales a un modelo pero con los ojos cerrados.

Ejercicios de enfilar:

o Enfilar bolas de distintos colores, tamaños y formas.

o Atornillar tuercas (empezando por tamaños grandes e ir disminuyéndolo).

o Enfilar hilos en superficies ya perforadas (botones).


3.10 Reeducación grafomotora preparatoria

Se trata de trabajar el trazado, la presión y la direccionalidad. Como todos los ejercicios tienen
un progreso en la dificultad de realización, de modo que se iniciaran al aire, luego en una pizarra
y finalmente en el papel que podrá tener distintos tamaños (recordar que no se puede empezar
un ejercicio directamente con tamaños pequeños dado que cuanto más pequeño sea, más
motricidad y coordinación requiere). Además, dado que según el instrumento de escritura o
pintura que use el niño, el trazado será más sencillo o complicado a nivel motriz así como la
necesidad de presión, entre otros rasgos, sería conveniente realizar los ejercicios con distintos
materiales (colores, rotuladores, pinceles, tizas…).

Portellano Pérez (2001) propone las siguientes actividades:

- Hacer trazados verticales y horizontales de izquierda a derecha.


- Reseguir series o cenefas simples que se irán haciendo más complejas.
- Repasar y copiar trazos rectos y dibujos.
- Completar dibujos según el modelo.
- Repasar y copiar líneas rectas, diagonales, figuras simples y de mayor complejidad.
3.11 Corrección errores de grafismo

Se realizaran actividades que estén relacionadas a corregir los errores que el niño cometa::

- Forma de las letras: El niño debe conocer cada una de las formas de las grafías (letras).

Algunas actividades podrían ser:

o Realizar la forma de la letra al aire.

o Realizar la figura dentro de cajas con distinto material (arena o serrín).

o Hacer las letras con plastilina.

o Reseguir letras.

- Tamaño de las letras: cuando trabajemos las letras mayúsculas sería conveniente usar
una pauta de doble raya, y cuando se trabaje la letra ligada, usar la pauta Montessori. Es
importante tener en cuenta esto ya que le facilitaremos la escritura y la buena realización de las
letras. Recordemos, que las libretas con rayas son usadas para que les sirva de guía a la hora
de realizar las letras.
- Inclinación: trazar líneas rectas, paralelas, bucles…

- Espacio: usaríamos hojas cuadriculadas puesto que así le permite al niño controlar el
espacio entre las palabras (dejar dos o tres cuadrado en medio de cada palabra).

- Enlaces: suelen ser consecuencia de la falta de conocimiento de la forma de la letra. Aun


así, se podrían hacer ejercicios como copiar palabras sin levantar el lápiz. Estos ejercicios son
muy comunes en educación primaria, y suelen vender cuadernillos en papelerías: cuadernillos
de caligrafía.

Bibliografía

Berruezo, P. (2000): El contenido de la psicomotricidad. En Bottini, P. (ed.)


Psicomotricidad: prácticas y conceptos. pp. 43-99. Madrid: Miño y Dávila. (lo podéis
encontrar en https://www.um.es/cursos/promoedu/psicomotricidad/2005/material/
contenidos-psicomotricidad-texto.pdf)
Picq, L. y Vayer, R. (1977). Educación psicomotriz y retraso mental. Barcelona:
Científico Médica.
Pinilla, C. (sin fecha). Acciones dirigidas a la puesta en práctica de mecanismos de
refuerzo tan pronto como se detecten las dificultades de aprendizaje en la educación
primaria. Recuperado 26 de Enero 2016, desde
http://www.ceice.gva.es/ocd/areaord/docs/compensatoria/LOE_6.pdf
Portellano Pérez, J. A. (2001). La disgrafía. Madrid: CEPE.
Rivas, R. M., y Fernández, P. (2004). Dislexia, disortografía y disgrafía. Madrid:
Pirámide
Soler, O. (2013). Dificultats en l’aprenentatge psicomotor. En Barrachina, A. (Coord.)
(2013). Trastorn d’aprenentatge de l’escriptura i les matemátiques. Editorial: UOC.

Vous aimerez peut-être aussi