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I. Definición.
La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia entre las
personas mayores.
La demencia es un trastorno cerebral que afecta gravemente la capacidad de una
persona de llevar a cabo sus actividades diarias.
Primero afecta las partes del cerebro que controlan el pensamiento, la memoria y
el lenguaje.
Las personas con el mal pueden tener dificultades para recordar cosas que
ocurrieron en forma reciente o los nombres de personas que conocen.
Es probable el resultado de un proceso de envejecimiento multifactorial en el que
están implicados componentes genéticos y ambientales y donde, en un porcentaje
importante de los casos, se piensa que las características genéticas de los
individuos modulan distintas exposiciones ambientales.
Entre los factores de riesgo ambientales que se han relacionado con el desarrollo
de la enfermedad de Alzheimer se encuentra la exposición a aluminio
II. Etiología
Se trata de una neuro degeneración que se visualiza a nivel microscópico como
placas seniles, depósitos extracelulares de un péptido amiloidea rodeado de
terminaciones nerviosas degeneradas y alteraciones neuro fibrilares intracelulares
debidas a una forma fosforada de la proteína cito esquelético .
El diagnóstico de esta patología se considera probable cuando se han excluido
otras causas alternativas de demencia, pero sólo la autopsia permite establecer un
diagnóstico definitivo de enfermedad de Alzheimer.
Se estima que se produce por una combinación de susceptibilidad genética
sumada a la exposición a factores ambientales, donde interactúan factores de
riesgo y factores protectores, en una ventana temporal prolongada y con efecto
diferente de acuerdo a la carga genética.
III. Epidemiologia
Mundial.
El Mal de Alzheimer es la demencia más frecuente en la población
anciana, representando un 50 al 60 % de las demencias.
Se calcula que en el mundo hay 22 millones de personas que la sufren y
que en tres décadas habrá el doble.
Según la Asociación de Alzheimer Internacional, la enfermedad puede
comenzar a una edad tan temprana como los 50 años, no tiene cura
conocida aún.
En EE.UU., entre el 1 y el 6% de las personas mayores de 65 años padecen
la enfermedad.
El 10% de personas mayores de 70 años y 20 a 40% de quienes tienen más
de 85 años tienen amnesia clínicamente identificable.
La posibilidad de cada individuo de padecer de Alzheimer aumenta con la
edad
Perú
En la actualidad 200 mil peruanos sufren de enfermedad de Alzheimer,
que alcanzarán la cifra de 1 millón para el 2050.
El número de casos podría reducirse un 40%, si asumimos hábitos de vida
saludable desde la juventud.
Afecta más frecuentemente a mujeres que hombres después de los 65 años
de edad.
El 80 % de los casos de Alzheimer en estadio inicial permanecen sin
realizar diagnóstico.
El 80% de los casos, recién acuden a la consulta cuando un síntoma
conductual (paranoia, alucinaciones, agitación psíquica nocturna) se hace
evidente, y el estadio de la enfermedad se encuentra avanzado.
El tiempo promedio de la enfermedad, luego del diagnóstico en estadios
iniciales es de 10 a 1 4 años.
En Perú, el 95 % de los gastos de tratamiento y cuidado del paciente son
asumidos en solitario por las familias.
El cuidador generalmente es el cónyuge o una de las hijas, que asume la
responsabilidad sin tener preparación alguna.
El 75% de los cuidadores exclusivos y familiares directos presentan
síntomas clínicos y psicológicos como consecuencia del cuidado crónico
de los pacientes con Alzheimer.
IV. Fisiopatología
Actualmente existen dos teorías que tratan de explicar los déficit cognitivos de la
EA.
Teoría colinérgica
Todavía no han llegado a ninguna conclusión firme en cuanto a las causas exactas
de esta compleja enfermedad.
Hay probablemente muchos factores que contribuyen a ello, en lugar de una sola
causa.
Edad:
Genética:
Diabetes tipo 2:
Hay una creciente evidencia de un vínculo entre la AD y la diabetes tipo 2. En la
diabetes tipo 2 la insulina no funciona eficazmente para convertir la azúcar en la
sangre en energía. Esta ineficiencia se traduce en la producción de mayores
niveles de insulina y azúcar en la sangre que pueden dañar el cerebro y
contribuyen a la progresión de la AD.
Daño oxidativo:
Los radicales libres son moléculas inestables que a veces resultan de reacciones
químicas dentro de las células. Estas moléculas buscan la estabilidad atacando a
otras moléculas, lo cual puede dañar células y tejidos y pueden contribuir a dañar
las células neuronas del cerebro causados por AD.
Inflamación:
Algunos estudios han implicado previa lesión traumática en la cabeza, bajo nivel
educativo y el género femenino como posibles factores de riesgo. AD también
puede estar asociada con una reacción del sistema inmunológico o un virus.
Valoración médica
Como puede apreciar, no existe una prueba de laboratorio que sirva para
diagnosticar la EA. Si usted tiene familiares directos diagnosticados de EA, es
probable que tenga un riesgo mayor de desarrollar la enfermedad, pero no es
posible determinar ni el grado de probabilidad ni el momento de su aparición. Las
quejas que usted nos relata afectan fundamentalmente a la memoria cotidiana
(conversaciones, nombre de cosas o de personajes.
En ausencia de otros problemas cognitivos, la causa más frecuente de problemas
de memoria en personas de cualquier edad es el estrés, la ansiedad.
Si cuando estamos viendo un programa de televisión tenemos nuestra atención en
otra cosa (tareas de la casa, un trabajo que tenemos que terminar, atender a un
familiar, etc.), no vamos a guardar correctamente en nuestra memoria los
contenidos de ese programa o los nombres de los personajes, y por tanto, cuando
queramos recordarlos, no podremos.
IX. Tratamiento
En la actualidad, no existe una cura para la enfermedad de Alzheimer.
No obstante, existen medicamentos que pueden ayudar a controlar o retrasar sus
síntomas durante algún tiempo, especialmente en las primeras etapas de la
enfermedad. Algunos tratamientos ayudan a controlar la agitación, la depresión o
los síntomas psicóticos (alucinaciones o delirios) que pueden ocurrir cuando la
enfermedad progresa. Consulte a un médico antes de tomar cualquier
medicamento. Los tratamientos comúnmente prescritos incluyen inhibidores de la
colinesterasa, inhibidores de glutamato, la combinación de medicamentos y la
intervención no médica.
X. Cuidados de enfermería
Evite los cambios en el entorno del enfermo
Para realizar cualquier actividad, ofrezca al enfermo instrucciones cortas
y fáciles de seguir, dejándole tiempo para que procese la información.
Al enfermo se le debe ayudar, pero no sustituirle en las tareas que todavía
es capaz de realizar.
El cuidador debe siempre animar, potenciar y estimular. Hay que evitar
hacerle más dependiente.
No deje que coja objetos pequeños que pueda tragarse.
Proteja los radiadores de una rejilla de protección para evitar quemaduras
Regule la temperatura del agua caliente de manera que no se queme
No debe dejarle solo en balcones, terrazas, etc.
Coloque barandillas en las escaleras de casa
Coloque pegatinas antideslizantes y agarraderas en el cuarto de baño.
No deje a mano cerillas ni mecheros.
Guarde en lugar seguro los productos de limpieza y fármacos.
Coloque en lugar seguro los objetos cortantes y punzantes.
Si el enfermo tiene dificultades para andar es necesario usar un andador o
un bastón.
Procure que el suelo esté siempre seco, las alfombras bien sujetas al suelo,
quite los obstáculos que dificulten la circulación.
Prepare la bañera antes de que el enfermo esté en el cuarto de baño
Sustituir la bañera por una ducha a ras de suelo
Controle la temperatura del agua
No le deje nunca solo
Es necesario seguir siempre la misma rutina, seguir siempre los mismos
pasos a la hora del baño.
Vigile posibles roces en la piel. No utilice esponjas ni toallas asperas para
no dañar la piel.
Planifique semanalmente que comerá cada día. Es necesario conseguir una
dieta equilibrada: proteínas, carbohidratos, lácteos, frutas y verduras.
Mantenga siempre un horario fijo para comer.
Reduzca el número de cubiertos al mínimo.
Si tiene problemas para tragar o masticar, tritúrele los alimentos
Animarles a que lea, ayudarle cuando no lo entienda y enseñarle fotos.
Escuchar música relajante.
Estimulación social: que participe en actos familiares, en las
conversaciones, que le visiten amigos.
Pedirle la opinión sobre algo que ha oído o ha visto en la tele.
Entrenamiento de la memoria: describir objetos, completar frases,
reconocer personas, decir refranes, jugar a las adivinanzas, etc.
Realizar actividades manuales creativas y bajo la supervisión del cuidador,
de la vida cotidiana, como ayudar en la cocina.
Evitar las opiniones cuando haga algo mal. Refuerzo positivo ante las
cosas bien hechas.
Mantener la actividad física, dar paseos. Evitar posiciones estáticas
durante largos periodos de tiempo.
XI. Complicaciones
Físicos: infecciones urinarias, neumonías, fracturas, atragantamientos con
comida, líquidos o secreciones, aspiraciones respiratorias, falta de apetito,
pérdida de peso.
Psicológicos: depresión, apatía, insomnio
Conductuales: Agitación, agresividad, gritos, alucinaciones
XII. Bibliografía