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Estos objetos existen realmente y se sabe que tienen tamaños que van desde unas pocas
veces la masa de nuestro Sol (como Cygnus X-1, en la ilustración anterior) hasta los
agujeros negros supermasivos que hay en el centro de las galaxias. Nuestra galaxia tiene
uno que es 4 millones de veces la masa de nuestro Sol (lo puedes ver abajo), pero los
mayores pueden ser miles de millones (o varios de miles de millones) de veces más
masivos que nuestro Sol.
Los más pequeños se forman cuando estrellas muy masivas – de 12 a
15 veces la masa de nuestro Sol (o más) – agotan el combustible
nuclear que hay en su núcleo. Al acabar su combustible, el núcleo
colapsa debido a la gravedad. En estrellas más pequeñas, las
propiedades cuánticas de los átomos pueden soportar la gravedad, de
forma que en estrellas mayores que nuestro Sol (de 7 a 12 masas
solares), el núcleo se fusionará en un montón de neutrones, que pueden
aguantar la gravedad, dando lugar a una estrella de neutrones. Pero por
encima de cierto límite, ni siquiera los neutrones pueden resistir la
fuerza de la gravedad, y el resultado es un agujero negro.
Y por supuesto, puedes hacer agujeros negros más
grandes fusiónandolos entre sí y mediante otros procesos; no cabe
ninguna duda de que abundan en el Universo. Pero si ni siquiera la luz
puede escapar de un agujero negro, ¿cómo puede ser que se evaporen?
¡Pero esa energía no sale gratis! ¿De dónde viene? Debe de haberse
sustraído a la masa del agujero negro, algo que puede suceder gracias a
las partículas virtuales de cada par que caen dentro del agujero negro.
¡Al final tenemos una radiación que se escapa y que el agujero negro
tiene menos masa!
Aunque la única forma de conseguir la respuesta exacta es realizar los
cálculos de la teoría cuántica de campos en un espacio fuertemente
curvado, lo que os he contado anteriormente se parece mucho a lo que
ocurre en realidad. La diferencia más sutil es que la radiación que se
emite corresponde a un cuerpo negro y es continua, algo que en principio
no puede saberse partiendo de lo que os he contado antes. Lo que
también es impresionante es que la velocidad con la que perdemos
energía (que sabemos gracias a la temperatura del agujero) es mayor
para los agujeros de menor masa, debido a que la curvatura del espacio
es mayor para los horizontes de eventos de los agujeros negros
pequeños.