Abancay
13° 38° 20” acitud Sur
72" 53° 35.12 longitud Oeste
2.378 metros sobre el nivel del marPapa conduce el carro a cravés de una montafia. Ha bebido. Mamé
fo seprende. Yo tengo dos afios y, en la siguiente imagen, estoy sen-
rado en una roca al filo del barranco observando a mis dos padres.
il esté parado en medio del camino, su ropa cubierta en polvo, el
osteo regado en sangre, la mirada perdida, el gesto de quien quiere
gitar y no puede. Fl carro esté hecho aficos al fondo det precipicio,
yyentté los ferrosesté ella, su cuerpo inmévil, como si durmiera. Bse
es mi primer recuerdo.
‘Nos mudamos a Lima después del accidente, y dejamos sepul-
tada nuestra historia anterior, en esa pequefia ciudad de los Andes
llamada Abancay, donde hasta entonces viviamos. Mis hermanas,
que no estuvieron en el carro ese dia, me criaron. Mi padre dejé de
beber, Nunca se volvi6 a casa
Eran los afios ochenta, en el Pers, millones de personas aban-
donaban las provincias y se refugiaban en la capital. La guerta pro-
ducfa muertos, heridos y migrantes. Nosotros no nos marchamos
por ese motivo, peto nos instalamos en un barrio popular cuyos ve-
‘inos Hlegaban desde todos los rincones del pats. Ser de provincias,
en la Lima de esos afios, te atuaba con un estigma: los provinctanos
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