HOMO POSTRAUMATICUS

DONALD TRUMP

Por Pablo ALLEGRITTI. (*)

Mendoza (Argentina), 7 de diciembre de 2016.

Del Tío Sam al Tío Trump:

El objetivo del presente artículo no es juzgar ni condenar al voto de los

ciudadanos estadounidenses sino reflexionar y hacer un mea culpa sincero de
por qué nosotros, como periferia, hemos vuelto a quedar ante las fauces del ya
en ciernes Nuevo Primer Mundo WASP (trad.: Blanco Anglosajón y
Protestante). Parece increíble pero el Nuevo Orden Internacional de la década
de los noventa ahora parece dar paso a un “cambio del cambio”, aunque se
trata de un re-cambio según el potencial modus operandi del inefable 45°
presidente de los Estados Unidos, Donald John Trump, también conocido en la
jungla de los acrónimos americana como DJT.

Se asevera hoy en los corrillos de la Casa Blanca que Estados Unidos no

va a ser lo mismo a partir de la Administración Trump. En el colmo del
pesimismo, algunas fuentes aseguran un futuro de extremada incertidumbre y
de grandes adversidades para los inmigrantes no documentados y para toda
aquella masa de ciudadanos residentes menos afortunados.

Todo esto ocurre antes de finalizar el año 2016, en medio de un clima

político plagado de mitos, suspicacias, impotencia, desazón, habladurías y
recriminaciones cruzadas que podrían quizás haberse evitado a su debido

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momento... Claro está, ya es muy tarde. No queda otra oportunidad ahora que
bailar al borde del precipicio y, por lo pronto, evitar perder el equilibrio para no
caer al vacío... De momento, sólo existe una fortuita e ínfima salvación entre los
afilados cuernos de un dilema.

No obstante, como suele suceder, la desesperación y la ingenuidad

ayudaron en gran medida a que la gran estrategia del referido espécimen, con
un insólito aspecto progresista de “Hitler teñido”, ya ungido como presidente
electo por obra y maniobra del Establishment Secreto del esquema UK/USA (es
decir: el gran dominio anglo-civilizacional correspondiente a: Reino Unido +
Estados Unidos), se hiciese no únicamente con la potestad absoluta de USA
sino, incluso, con el poder supremo de Occidente. Y esta atmósfera deletérea es
parte -entre otras muchas cuestiones- de una tremenda secuela que podríamos
denominar como Desorden por Stress Postraumático de la Humanidad que
hace mella en esta segunda década del Tercer Milenio. Si el Siglo XX fue
caracterizado discepolianamente como “cambalache”, el presente siglo podría
ser caracterizado sin ambages como “post-traumático”. Precisamente, Donald
Trump supo hacer su juego sobre la base del postraumatismo de la sociedad
patriotera ultra-yanqui, renovando y enfatizando los valores de la gran elite
racista, xenofóbica, misógina y plutocrática de la “Tierra de los Sueños”, la cual
ahora podría acaso trastocarse en el “Territorio de las Pesadillas” para el grueso
de ciudadanos estadounidenses no-nativos relegados, cuya situación no puede
ser más incierta. Las categorías de Trump giran en torno de una estrambótica
Inteligencia Irracional. Y debe entenderse muy cabalmente que, si bien Donald
Trump está conferido de una gran inteligencia irracional, se encuentra a una
remota y prácticamente infinita consciencia de lo razonable, puesto que lo que
suele proyectar mucha inteligencia no siempre entraña racionalidad. Cosa muy
común en los políticos y estadistas VIPs cuya mentalidad pseudo-creativa
siempre bulle a través de contradicciones y paradojas. El problema es que
Trump no piensa como un gran estadista sino como un omnipotente magnate
de New York. Las fortalezas de este soberbio magnate se nutren de la
extravagancia sensorial. Los prejuicios gravitan con mayor fuerza y contumacia

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que las reflexiones de índole altruista. Trump es adicto al ridículo, a la
“farándulocracia” y a la oratoria patético-histriónica, haciendo hincapié en el
núcleo emocional de sus ciudadanos como público del colosal anfiteatro del
Nuevo Mundo deseado por el Establishment Secreto del Paraíso WASP.

El Pueblo de los Estados Unidos es todo un conglomerado humano que

atesora en lo más íntimo de su idiosincrasia un potencial altruista y muy
valioso. Pero, lamentablemente, la élite gubernamental ha convertido a tal
conglomerado humano en una gran comunidad psicológicamente shockeada,
afectivamente mutilada, desarticulada socialmente y aislada del resto de la
Humanidad. Y tal colectivo antropológico conforma todo un concepto universal
y englobador que bien podría denominarse Homo postraumaticus. El Tío Trump
necesita agudizar el stress postraumático para evitar que la ciudadanía
estadounidense se compadezca de las atrocidades por las cuales padece la gran
porción más vulnerada y amenazada del Planeta... El Tío Trump está sediento
por modelar una sociedad teledirigida donde la tolerancia, la inclusión y la
razón no tienen cabida en su Imperio Irracional de Transgresiones
Postraumáticas.

El «Efecto Melania»:

Melania Knavs/Knauss Trump es una inteligente, bellísima y sensual

mujer consumada en las artes eróticas. Cabe recalcar que Melania habla seis
idiomas y es una persona muy refinada. En pocas palabras, se trata de una
infartante dama originaria de Europa Oriental, una ex modelo hot de
procedencia eslovena, nacida en Novo Meslo (Eslovenia), en 1970,
nacionalizada estadounidense en 2006 y ahora próxima Primera Dama de USA.

No debe descartarse que la ligazón entre sexo, poder, dinero y estrategia

sea algo más frecuente e inevitable de lo que cabría imaginar cuando se trata de
alta política, a nivel de élites plutocráticas y adictas a la vida sensual donde el
morbo es el móvil de inconfesas propuestas y negociados. Esta clase de
experiencias y fantasías sibaríticas de alta intensidad hormonal suelen

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suscitarse en los entornos más cercanos de las élites más poderosas, cuyo
sentido del hedonismo y el utilitarismo es muy intenso y viable dentro de un
excluyente y complejo sistema de códigos de privacidad.

Quizás aquí, en este contexto, se encuadre el puente de devoción, o

punto de inflexión, acerca de la admiración recíproca entre Vladimir Putin y
“Gran Papi” (“Big Daddy”) Donald. Y aquí no estamos cayendo en el
simplismo de tratarla a Melanie como una mujer fácil, ¡no!... Para nada... Sino
de admirar sinceramente sus bien ganadas dotes intelectuales y los también
innegables talentos físico-estéticos de esta próxima Primera Dama; y de
comprender hasta qué grado el morbo hedonista, utilitarista y sexopático del
Tío/Daddy Trump juega un papel crítico y decisivo dentro del mercado de
ilusiones y de imágenes, a partir del submundo que tan nueva dinastía “post-
tiosamista” quiere y desea vender al mundo. Hay quienes ya bromean con una
quizás inoportuna expresión de Homo porn-traumático, en referencia a los
antecedentes hottest (“más ardientes”, trad. del inglés) de la infartante Melania.
Una cosa es el sexo normal y silvestre, pero otra muy distinta son las parafilias
de la alta plutocracia que rodea al entorno íntimo más desenfrenado de los
Trump.

El asunto no es demonizar a Melania ni tampoco santificarla,

obviamente... El asunto es desentrañar de manera seria y adulta su perfil
evergético e, inclusive, sadomasoquista en ese “Mar Eterno” comúnmente
denominado “política”, en conjunción con el lascivo “menage a trois”
sociopolítico que anhela establecer la dinastía Trump -o menage a Trump, tal
como ironizan ciertos papers, gacetillas o tabloides estadounidenses-. Todo lo
cual se traduciría en algo así como sexo, burgers, sushi y circo para la ciudadanía
WASP y muros + estiércol para la plebe no blanca, no anglosajona, ni
protestante, entre otras discriminaciones y/o segregaciones al estilo Trump...

La relación erótico-diplomática aquí parece ser más reveladora que

insignificante. A Melanie parece excitarle el rol machista y misógino de su
esposo, habida cuenta de que, mientras el poder les sonría a esta dupla político-

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conyugal, todo es admisible y todo vale en la arena cruel del gran circo
trumpiano. El espectáculo de la promiscuidad política, bélica y económica
estadounidense puede que experimente una simbiosis, o fusión dinámica, a
través de la tal relación erótico-conyugal, y hasta diplomática, proyectándose en
un sinfín de entornos políticos VIPs.

A pesar de sus limitaciones sapienciales, tanto Donald como Melania y

su entorno son conscientes de que el poder es un afrodisíaco. Pues, de hecho,
poder, dinero y sexo son las tentaciones más viejas que conoce la Humanidad.
He aquí que un fuerte instinto primitivo es lo que inspira y excita la genética de
los Trump, y el ADN de la administración Trump precisamente influirá en la
índole y el Destino de Occidente, afectando también a las élites del bloque
oriental, por no decir que podrá afectarlo multipolarmente.

El «Efecto Melania» demuestra, en esencia, que el sistema moralista

estadounidense es más hipócrita de lo que ingenuamente se ha creído. La
mentalidad yanqui promedio se rasgaba las vestiduras antes de la influencia
insolente y desmesurada de Donald Trump en la política a gran escala. Con
DJT, el “todo vale” fue como un latigazo en pleno rostro de la mojigatería
norteamericana. Los puritanos republicanos se transformaron en títeres auto-
consentidos manipulados por un libertino presbiteriano capaz de ultrajar los
principios cristianos más dogmáticos de su propio culto con tal de saciar sus
antojos y pretensiones más descomunales.

El «Fenómeno SúperTrump»:

Si bien la inteligencia de Donald Trump tiende a lo irracional, no debe

ser subestimada si se tiene en cuenta que este sujeto se graduó como Bachelor of
Science (equivalente a Licenciado en Ciencias), puesto que a la hora de lanzarse
al ruedo Trump ha logrado imponerse de manera invariable y sorpresiva. Para
Trump el arte de persuadir, la doctrina del enemigo externo y el factor sorpresa
son determinantes. Esta clase de políticos no es de los que ceden sino de los que
se imponen a toda costa y acudiendo a infinidad de artimañas aprovechando su

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instinto visceral y apelando incesantemente a su tino, como lo sabía hacer el
general Patton. Es más, puede decirse que Donald Trump es una casi perfecta
combinación temperamental de George S. Patton, Margaret Thatcher y Silvio
Berlusconi. Su ego lo proyecta y lo explota de una manera brutal a los efectos de
profundizar al máximo su propia identidad como una especie de marca
registrada (trademark).

Sin embargo, esta manera de manejar las cosas no es muy recomendable

cuando se trata de resolver aquellos negocios más sinuosos y complejos que una
potencia mundial suele presentar casi incesantemente.

El problema de Donald Trump no es su inteligencia sino su real

capacidad para resolver problemas como estadista y no como magnate
marketinero o como showman multipropósito. DJT tendrá que comprender que
la política es el arte de persuadir y de hacer lo posible, demostrando una gran
capacidad de liderazgo para resolver los problemas y conflictos más
emergentes. Su casi exigua preparación sobre asuntos en cuanto a alta política,
planificación social, comandos y misiones militares (orientados, en particular, a
los sistemas bélicos en tiempos de crisis), diplomacia trasnacional, economía
global, estrategia de mercados, etc. le obligarán a delegar y ceder su supuesta
capacidad de mando profesional.

Trump si bien no acepta ineptitudes ni debilidades tampoco demuestra

poseer capacidades excepcionales en casos de tener que afrontar una
significativa complejidad de situaciones que deben ser resueltas de inmediato o
a corto plazo. Este presidente electo de USA aborrece todo lo que pudiere
arruinar sus más íntimas ambiciones y propensiones súper VIPs, sin tener en
cuenta que un líder sabio es una especie de “todoterreno”. Incluso, como una
extraña ironía, ha llegado a sugerir que los veteranos de la guerra en el Viejo
Mundo son débiles por padecer trastornos de stress postraumático. DJT no
tolera vulnerabilidades ni amenazas y esto es algo muy preocupante. Da la
impresión de que Donald Trump sólo puede improvisar dentro del caprichoso
mundo de los negocios corporativos y que la diplomacia de la alta política no es

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su fuerte. Administrar una potencia mundial no es lo mismo que manejar una
cadena de bienes inmuebles en los lugares residenciales más distinguidos… Tal
vez Daddy Trump esté demasiado acostumbrado a delegar el trabajo sucio en
sus subalternos en orden descendente de jerarquía... O tal vez no tanto… El
Destino sabrá qué hacer con este ridículo y fanfarrón soberano del rubro de la
construcción.

Téngase en cuenta que por algo DJT encarna la “transgresión de la

transgresión”. Precisamente, el viejo Donald lo que desea es transgredir el
cambio del poder de los noventa para trocarlo al presente en algo mucho más
eficaz. Este personaje “súper VIP” busca vencer y superar todo negocio o meta
que se proponga.

Las actividades más crípticas del magnate neoyorquino de la

construcción, devenido en el 45° presidente de los Estados Unidos, se
encuadran en la muy compleja, ultradinámica y no-lineal dimensión de las
redes secretas del poder tal como existen y operan en este Tercer Milenio. DJT
es un experto del mundo corporativo y mediático, por lo que está conferido de
una personalidad tan histriónica como avasalladora.

MiniDossier DJT:

Donald J. Trump parece ser una mezcla híbrida y biomolecularizada de

simio humanoide inteligente con una rara especie de troglodita avanzado del
paleolítico superior. Empero, este engendro homínido busca enfatizar el stress
postraumático del gran sector WASP de la macro-sociedad beligerante y anti-
pacifista que anida en los Estados Unidos advenida como Homo postraumaticus,
para así, lisa y llanamente, salirse con la suya al momento de inocular su más
sutil versión de anarco-progresismo. Esto es algo que a Vladimir Putin le
fascina si se tiene en cuenta aquí la metástasis de mafias plutocráticas
ultramodernas que, de manera casi encubierta, dominan feroz y
multipolarmente tanto a América, como a Rusia y a otras diversas latitudes del
planeta.

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 Por cierto, tanto Trump como Putin constituyen una paradoja en sí
mismos en lo referente a la islamofobia, a la violencia de género y a la
Seguridad Global. Para ambos, todo trauma previo se remedia con otro trauma
posterior y aun más pavoroso.

DJT es como que quisiese acariciar la idea de emular y reciclar con

trastornos y -si fuese necesario- con atropellos y toda una serie de híper-
transformaciones, aquella realidad global de la década de los noventa a partir
de un Nuevo Statu Quo. Y para ello se valdría de un modelo corporativo
anarco-progresista para empoderar a la plutocracia WASP, sin vacilar en
contactar a determinadas altas influencias del KKK (Ku-Klux-Klan). No
conforme con esto, Donald Trump intensificaría aún más el cripto-totalitarismo
panamericanista contra la periferia no-alineada a sus más privativos intereses.

Exclusión, segregación, tecno-bloqueo y sectarismo ultra-económico y

geopolítico, acaso escondan mucho más de lo que pública y oficialmente se cree.

Las economías sumergidas y los cripto-negociados cobrarán con la

Administración Trump una nueva dimensión merced a las insólitas estrategias
de su admirado par ruso Vladimir Putin.

El actual presidente electo de USA persigue la erección de un “Imperio

Ultra-Transgresor”, conforme se barrunta que, a su vez, apuntaría a la
consolidación de una Guerra Tibia Multipolar, acentuando la tesis de una
“Transformación del Cambio del Poder”. Su estrategia favorita es la de
profundizar aún más la hostilidad centrífuga contra el enemigo externo
valiéndose del Homo yanqui postraumaticus. La idea trumpiana de instaurar un
Sistema Multipolar de Dominación estaría dirigida a intensificar la re-
transformación infinita de las crisis y de aquellas tensiones capaces de suscitar
cualquier clase de cambio o innovación categórica.

A Trump le encanta promover la creatividad a través del ridículo y de la

irracionalidad a los fines de modelar, reconfigurar y plasmar una rarísima y
contradictoria versión de “Estupidez Razonable”. En pocas palabras, este sujeto

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persigue el sueño fundacional de una paradójica “Genial Filosofía de la
Insensatez”… Su deseo supremo es potenciar la estupidez y el ridículo a tal
punto crítico de saturación que sus realizaciones y logros aparezcan como
geniales. En aras de la “Divina Decepción”, DJT es asaz consciente que el
hartazgo puede producir falsos milagros. Por consiguiente, la historia ha
demostrado que una descomunal ola de tensiones y conflictos geopolíticos
suelen ocasionar falsos cambios muy convenientes… Y esto ya lo planteaba el
cínico Milton Friedman, Premio Nobel de Economía de 1976, cada vez que
aconsejaba aplicar su contumaz “Doctrina del Shock”. Para lograr esto son
necesarios cuatro ingredientes fundamentales en dosis extremas: engaño,
confusión, impunidad y deshumanización anti-asistencialista.

Por lo que se vislumbra, los más prioritarios macro-objetivos de cripto-

opresión, psico-disuasión y tecno-destrucción operacional por parte de DJT
parecen tener su centro de gravedad geopolítica a lo largo y a lo ancho de toda
la periferia de su jurisdicción, potestad y competencia: Centroamérica,
Sudamérica, Oriente Medio, África, Sudeste Asiático y Oceanía.

Estupideces geniales, fracasos exitosos y democracias totalitarias parecen

ser la inefable Santa Trinidad neopagana del 45° presidente de USA. Asimismo,
la Inteligencia Irracional trumpiana del “Eje del Bien” aconseja que la Paz
definitiva sólo puede ser lograda con altas dosis de brutalidad a partir de una
guerra asimétrica no-convencional en tanto se levanta el estandarte WASP del
“Dogma de la Justificación Perpetua”.

Democracia Ficticia, Criptopoder y Pornocracia:

La futura lucha dispar, por ofrecer uno de muchos ejemplos, entre los
activistas defensores de la subcultura LGTB y los partidarios de la subcultura
anti-LGTB, va a ser harto desconcertante en el nuevo escenario social, artístico y
cultural. Esto, irremediablemente, impactará en diferentes aspectos, afanes y
entresijos de la realidad no sólo estadounidense sino también mundial. Y en el
arduo y complejo marco de este conflicto será crucial también la arquitectura de

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un nuevo formato de democracia ficticia para que el poderoso emporio Trump
se consolide y acreciente en aras de una realidad que se ajuste a los intereses y
objetivos del nuevo Establishment Secreto de América Septentrional. Toda
estrategia de aquellos países periféricos en la que no se tenga en cuenta los
nuevos desafíos, tendencias e intimidaciones de Trump y sus aliados, va a
terminar siendo tan inútil como obsoleta. Y aquellos que obvien esta realidad
van a ser presas fáciles de secuelas tan execrables como extrañas.

La democracia ficticia suele ser aquella muy horrible panacea para lograr
someter y controlar a la gente por medio de meta-mensajes, de
argumentaciones tramposas y de falsas ilusiones.

La Democracia ficticia apunta a dejar hacer y dejar pasar arteramente

cualquier atrocidad o negligencia en nombre de la “Libertad”, de las “Garantías
Constitucionales” y de la “Seguridad Global” (léase: Seguridad para las Élites).
El cripto-poder (el poder secreto o aquella potestad oculta o encubierta tan afín
a la índole anglosajona) es una manera fácil y eficaz de implantar un régimen
tan invisible como arbitrario del “Todo Vale” al margen de toda auténtica
conciencia social y totalmente divorciada de los Derechos Humanos.

Dentro de las actividades crípticas de DJT se sospecha la viabilidad y

facilitación ultra-disimulada de una gran variedad de mercados encubiertos del
terror que pasan por la pornografía dura (hardcore), los narcóticos sintéticos y
estupefacientes de última generación, el tráfico (¿legalizado?) de armas para las
élites de ciudadanos ultra-violentos, los recursos de materiales geoestratégicos,
entre otros servicios destinados a satisfacer y colmar el capricho del híper-
estratégico neo-segregacionismo americano. No se desconoce, entre otras
cuestiones, el hecho de que Donald Trump, durante su reciente campaña
proselitista, apoyó la Segunda Enmienda de la Constitución, que instituye el
derecho a portar armas, entre otras aberraciones en pro de la anti-Paz.

El muro en la frontera mejicano-estadounidense acaso evoque la

iniquidad y el horror con la cual el emperador obligó a construir la imponente

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Gran Muralla China, el más imponente cementerio de la Tierra, dada la
cantidad de seres humanos masacrados y sepultados a lo largo de su
construcción/reconstrucción en el prolongado lapso del siglo V a. C. al siglo
XVI, abarcando desde una parte del período conocido como «Primaveras y
Otoños» hasta la dinastía Ming.

La pornocracia plutocrática parece erigirse con DJT en una forma -o

sistema- de gobierno fundamentada en la prostitución metódica de juicios,
aficiones y valores. El Imperio mórbido y postraumático de Donald Trump
parece no tener precedentes. La guerra, las pestes, la inmigración forzada y la
ilegal, la desolación y la apostasía vuelven a ser con incierto vigor y
desconocido ímpetu las más acuciantes que el Mundo tendrá, a su vez, que
afrontar ante la próxima realidad, mientras se debate en una infinidad de
dilemas al tiempo de quedar, día a día, inmerso en un monstruoso y perverso
desafío.

Así las cosas, el Homo sapiens sapiens parece estar involucionando en una
especie de Homo postraumáticus, dada la gran mutación de valores éticos y
existenciales que tanto epistemólogos, filósofos, sociólogos, científicos,
pensadores alternativos, etc. no han sabido desentrañar con auténtico
pragmatismo y eficacia. La enigmática «Mecánica del Éxito» de Donald Trump
ha venido dando resultados al mismo tiempo incomprensibles y
estremecedores.

Este surtido de monstruosidades + manipulaciones + premeditadas

negligencias, puede que se constituya en un muy grande error… Y todo error se
paga tarde o temprano. Por tanto, los grandes errores se suelen pagar con creces
cuando los excepcionales o misteriosos caprichos del Destino deciden,
inesperada e inexplicablemente, mudar el curso de la Humanidad… Aun así y
al margen de cualquier pronóstico científico o especializado, contra toda
descomunal forma de especulación o ardid.

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 La realidad cruda y dura, de momento y por lo que parece, está siendo
diseñada unilateralmente y poniéndose a prueba. Al final de cuentas, veremos
qué sucede...

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(*) Pablo ALLEGRITTI nació y vive en la ciudad de Mendoza (Argentina).

Es Licenciado en Historia por la Universidad Nacional de Cuyo.

Se desempeñó como docente titular de las cátedras de “Historia de las Ideas

Políticas” e “Historia Mundial Contemporánea” en la Universidad de Congreso
(Mendoza). Ha profundizado en temas de “Análisis Político Internacional”,
“Polemología Prospectiva” y “Prognosis Estratégica”.

En el año 2005 realizó investigaciones y tareas de tanatopraxis aplicadas a la

restauración de la Momia del Cerro Aconcagua (Mendoza).

Entre otras obras, ha publicado “Prácticas funerarias precolombinas: La

conservación de los cuerpos en las antiguas culturas sudamericanas” (1993), “El
Klan de Hitler” (2006) y “Las Redes Secretas del Poder. Logias y cofradías en un
plan maestro para el siglo XXII” (2009).

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