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UNIVERSIDAD CRISTIANA EVANGELICA

NUEVO MILENIO

ASIGNATURA:
Derecho Romano

CATEDRATICA:
Abgda. Elva Maria Rosales

INTEGRANTES:
Santos Meza
Junio Vega
Karla Martinez
Gilda Hernandez
Millenny Escobar

TRABAJO ASIGNADO:
Elaborar informe sobre La Monarquia y la Republica Romana

LUGAR Y FECHA:
Olanchito, Yoro 21 de junio del 2019
INTRODUCCIÓN

En primer lugar, una noción de Monarquía, a la que continúa la


emancipación de los siete primeros reyes romanos, partiendo de
Rómulo, quién fuere el primer rey fundador; hasta llegar a Tarquino, el
" soberbio ", quién ha llevado adelante un gobierno tiránico y que
consecuentemente de los abusos que comete es destituido dando lugar
así a la República.
En segundo lugar, he realizado una visión general acerca de la
organización social primitiva: la familia, la gens, las civitas; junto con la
organización política.
OBJETIVO GENERAL

El derecho romano es una disciplina formativa para el futuro licenciado


en derecho, el objetivo de su estudio es formar mentes jurídicas con las
habilidades necesarias para elaborar análisis jurídicos y que pueda
obtener una construcción ideológica y jurídica de lo que es el estudio
del derecho general.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

 Identificar y valorar las principales aportaciones del pueblo


romano al sistema jurídico contemporáneo.
 Establecer diferencias del sistema de gobierno utilizados en la
antigua Roma.
 Conocer cómo era la organización social del pueblo romano en
los periodos históricos de la monarquía y república.
 Profundizar y analizar su forma de vida para poder comprender la
creación de cada una de las figuras jurídicas del derecho.
 Conocer la evolución histórica del derecho romano.
MONARQUIA ROMANA
Rómulo (753-717 a. C.)
Numa Pompilio (716-674 a. C.)
Tulio Hostilio (673-642 a. C.)
Anco Marcio (641-617 a. C.)
Tarquinio Prisco (616-578 a. C.)
Servio Tulio (578-534 a. C.)
Tarquinio el Soberbio (534-509 a. C.)

La monarquía romana fue la primera forma de gobierno de la ciudad-


Estado de Roma, desde el momento legendario de su fundación el 21
de abril del 753 a. C. hasta el final de la monarquía en el 509 a. C.,
cuando fue expulsado el último rey, Tarquinio el Soberbio,
instaurándose la República romana.
Los orígenes de la monarquía son imprecisos, si bien parece claro que
fue la primera forma de gobierno de la ciudad, un dato que parece
confirmar la arqueología y la lingüística. La mitología romana vincula el
origen de Roma y de la institución monárquica al héroe troyano Eneas,
quien navegó hacia el Mediterráneo occidental huyendo de la
destrucción de su ciudad hasta llegar a Italia, donde fundó la ciudad de
Lavinio. Posteriormente, su hijo Ascanio fundó Alba Longa, de cuya
familia real descenderían los gemelos Rómulo y Remo, los fundadores
de Roma.
Nacimiento de Roma
El origen de la ciudad de Roma puede situarse especialmente cerca del
monte Palatino, junto al río Tíber, en un punto en el cual existía un vado
natural que permitía su cruce y, además, era navegable desde el mar
(ubicado a 25 km río abajo) únicamente hasta esa posición. En ese
punto el río discurría entre varias colinas excavadas por su cauce,
aisladas entre sí por valles que el Tíber inundaba en sus crecidas, lo
que convertía la zona en pantanosa, y por lo que la población de
agricultores y ganaderos fue en su origen muy reducida.
Este punto estratégico presentaba una ubicación fácil de defender
respecto a la amplia llanura fértil que rodeaba el lugar, protegido como
estaba por el Palatino y las otras colinas que lo rodeaban y, además,
era un cruce destacado en las rutas comerciales del Lacio central, y
entre Etruria y Campania. Todos estos factores fueron los que a la larga
contribuyeron al éxito y a la fortaleza de la ciudad.
El origen étnico de la ciudad hay que remontarlo a la fusión de las tribus
latinas de la aldea del Germal (Roma quadrata) con los sabinos del
Viminal y el Quirinal, creando así la Liga de Septimontium o
Septimoncial (Liga de los siete montes), una confederación religiosa
preurbana de clara influencia etrusca, el poder hegemónico de Italia en
esta época. El nombre de la ciudad podría remontarse hasta la gens
etrusca Ruma, si bien existen otras teorías al respecto.
Problemática histórica de la monarquía romana
Antes de su etapa republicana, Roma fue una monarquía gobernada
por reyes Todos los reyes, excepto Rómulo (por haber sido el fundador
de la ciudad), fueron elegidos por la gente de Roma para gobernar de
forma vitalicia, y ninguno de ellos usó la fuerza militar para acceder al
trono. Aunque no hay referencias sobre la línea hereditaria de los
primeros cuatro reyes, a partir del quinto rey, Tarquinio Prisco, la línea
de sucesión fluía a través de las mujeres de la realeza. En
consecuencia, los historiadores antiguos afirman que el rey era elegido
por sus virtudes y no por su ascendencia.
Los historiadores clásicos de Roma hacen difícil la determinación de los
poderes del rey, ya que refieren que el monarca posee los mismos
poderes de los cónsules. Algunos escritores modernos creen que el
poder supremo de Roma residía en las manos del pueblo, y el rey solo
era la cabeza ejecutiva del Senado romano, aunque otros creen que el
rey poseía los poderes de soberanía y el Senado tenía correcciones
menores sobre sus poderes.
Lo que se conoce con certeza es que sólo el rey poseía el derecho de
auspicium, la capacidad para interpretar los designios de los dioses en
nombre de Roma como el jefe de augures, de forma que ningún negocio
público podía realizarse sin la voluntad de los dioses, dada a conocer
mediante los auspicios. El rey era por tanto reconocido por el pueblo
como la cabeza de la religión nacional, el jefe ejecutivo religioso y el
mediador ante los dioses, por lo cual era reverenciado con temor
religioso. Tenía el poder de controlar el calendario romano, dirigir las
ceremonias y designar a los cargos religiosos menores. Fue Rómulo
quien instituyó el cuerpo de augures, siendo él mismo reconocido como
el más destacado de entre todos ellos, de la misma forma que Numa
Pompilio instituyó los pontífices, atribuyéndosele la creación del dogma
religioso de Roma.
Más allá de su autoridad religiosa, el rey era investido con la autoridad
militar y judicial suprema mediante el uso del imperium. El imperium del
rey era vitalicio y siempre lo protegía de ser llevado a juicio por sus
acciones. Al ser el único dueño del imperium de Roma en esta época,
el rey poseía autoridad militar indiscutible como comandante en jefe de
todas las legiones romanas. De la misma forma, las leyes que
salvaguardaban a los ciudadanos de los abusos cometidos por los
magistrados con imperium aún no existían durante la etapa monárquica.
El imperium del rey le otorgaba tanto poderes militares como la
capacidad de emitir juicios legales en todos los casos, al ser el jefe
judicial de Roma. Aunque podía designar pontífices para que actuasen
como jueces menores en algunos casos, sólo él tenía la autoridad
suprema en todos los casos expuestos ante él, tanto civiles como
criminales, tanto en tiempo de guerra como de paz. Un consejo asistía
al rey durante todos los juicios, aunque sin poder efectivo para controlar
las decisiones del monarca. Mientras algunos autores sostienen que no
había apelación posible a las decisiones del rey, otros opinan que
cualquier propuesta de apelación podía ser llevada ante el rey por un
patricio, mediante la reunión de la Asamblea de la Curia.
Otro de los poderes del rey era la capacidad para designar o nombrar
cargos u oficios, entre ellos el de tribunus celerum que ejercía tanto de
tribuno de los Ramnes (romanos), como de comandante de la guardia
personal del rey, un cargo equiparable al de prefecto del pretorio
existente durante el Imperio romano. Este cargo era el segundo al
mando tras el propio monarca, y poseía la potestad de convocar la
Asamblea de la Curia y dictar leyes sobre ella. El tribunus celerum debía
abandonar su mandato a la muerte del monarca.
Ordenamientos jurídicos de la monarquía romana
Rómulo creó un primer ordenamiento jurídico y distribuyó al pueblo en
tres tribus, cada tribu tenía asignadas 10 curias y cada curia debía poner
a disposición del ejército 100 infantes y 10 jinetes. Además creó una
asamblea de ancianos notables, el Senado.
Organización política de la monarquía romana

Se basaba en tres elementos:

El rey. Era la autoridad máxima. También era el sacerdote supremo,


juez y jefe militar. El rey era elegido por la Asamblea Popular, a
propuesta del Senado.

La asamblea popular. Estaba integrada por los ciudadanos, era


convocada por el rey, para aprobar o rechazar las leyes, por aclamación
unánime. Esto tenía lugar al pie del Capitolio.

El senado. Estaba conformado por 300 ancianos patricios, padres de


familia. Su función era aconsejar al rey y presentar los candidatos para
la sucesión al trono. Este cargo sí era vitalicio.

Organización social de la monarquía romana

La sociedad de entonces abarcaba cuatro clases:

Los patricios. Conformaban la clase aristocrática y tenían plenos


derechos de ciudadanos. Se creían descendientes de los fundadores
de Roma.

Los plebeyos. Aglutinaba a extranjeros, libertos, vagabundos y


habitantes de las ciudades dominadas, convirtiéndose a la clase más
numerosa. Se dedicaban a la agricultura, el comercio, la industria y
pagaban impuestos al Estado.

Los clientes. Se encontraban bajo la tutela de un padre de familia, quien


le proporcionaba vivienda y tierras para cultivar, ya que eran personas
pobres.
Los esclavos. Los prisioneros de guerra y sujetos comprados en los
mercados constituían esta clase social, cuyo tratamiento era el de objeto
o bestia. Eran la fuerza de trabajo como animales o cosas. A estos se
les asignaba las tareas más pesadas.

Organización familiar de la monarquía romana

La familia era la base de la organización social y estaba conformada


como la conocemos hoy en la sociedad occidental: padre, madre e hijos.
El padre era la máxima autoridad del hogar y tenía derecho a disponer
de la vida de su esposa e hijos.

A las mujeres les estaba permitido acompañar a sus esposos a las


grandes ceremonias y actos públicos. Los hijos no tenían libertad, aun
estando ya casados. A esta dependencia se la conoció como patria
potestad, concepto que se integró al ordenamiento jurídico moderno.
REPUBLICA ROMANA

La República romana fue un periodo de la historia de Roma


caracterizado por el régimen republicano como forma de estado, que se
extiende desde el 509 a. C., cuando se puso fin a la Monarquía romana
con la expulsión del último rey, Lucio Tarquinio el Soberbio, hasta el 27
a. C., fecha en que tuvo su inicio el Imperio romano.

La República romana consolidó su poder en el centro de Italia durante


el siglo V a. C. y en los siglos IV y III a. C. se impuso como potencia
dominante de la península itálica sometiendo a los demás pueblos de la
región y enfrentándose a las polis griegas del sur. En la segunda mitad
del siglo III a. C. proyectó su poder fuera de Italia, lo que la llevó a una
serie de enfrentamientos con las otras grandes potencias del
Mediterráneo, en los que derrotó a Cartago y Macedonia,
anexionándose sus territorios.

En los años siguientes, siendo ya la mayor potencia del Mediterráneo


se expandió su poder sobre las polis griegas; el reino de Pérgamo fue
incorporado a la República y en el siglo I a. C. conquistó las costas de
Oriente Próximo, entonces en poder del Imperio seléucida y de los
piratas cilicios. Durante el periodo que abarca el final del siglo II a. C. y
el siglo I a. C., Roma experimentó grandes cambios políticos,
provocados por una crisis consecuencia de un sistema acostumbrado a
dirigir solo a los romanos y no adecuado para controlar un gran imperio.
En este tiempo se intensificó la competencia por las magistraturas entre
la aristocracia romana, creando irreconciliables fracturas políticas que
sacudirían a la República con tres grandes guerras civiles; estas guerras
terminarían destruyendo la República, y desembocando en una nueva
etapa de la historia de Roma: el Imperio romano.

República temprana

Antes de la llegada de la República, Roma era una monarquía de


carácter electivo. El séptimo y último rey de Roma, Tarquinio el
Soberbio, utilizó la violencia, el asesinato y el terror para mantener el
control sobre Roma como ningún rey anterior los había utilizado,
derogando incluso muchas reformas constitucionales que habían
establecido sus predecesores.
Tarquinio abolió y destruyó todos los santuarios y altares sabinos de la
Roca Tarpeya, enfureciendo de esta forma al pueblo romano. El punto
crucial de su tiránico reinado sucedió cuando permitió que su hijo,
Sexto, violara a Lucrecia, una patricia romana. Un pariente de Lucrecia,
Lucio Junio Bruto, convocó al Senado, que decidió la expulsión de
Tarquinio en el año 510 a. C.

Inmediatamente después de la expulsión del monarca se creó un


Senado permanente que decidió abolir la monarquía convirtiendo a
Roma en una república en el año 509 a. C. Roma se dotó con un nuevo
sistema de gobierno designado para sustituir el liderazgo de los reyes.
Se creó el nuevo cargo de Cónsul, asignado expresamente a dos
senadores. Inicialmente, los cónsules poseían todos los poderes que
antaño tenía el rey, pero compartidos con otro colega consular. Sus
mandatos eran anuales, y cada cónsul podía vetar las actuaciones o
decisiones de su colega.

ORGANIZACIÓN POLÍTICA

Durante este periodo se adoptaron algunas instituciones de la


monarquía y se crearon otras.

INSTITUCIONES Y MAGISTRATURAS

LOS CÓNSULES

Los cónsules eran autoridades que ejercían funciones de gobierno,


funciones militares y la administración de justicia. En este periodo el rey
fue sustituido por dos cónsules, que se controlaban mutuamente. Al
termino de su gobierno tenían que dar cuenta al Senado sobre sus
funciones.

En caso de peligro nacional, los cónsules nombraban un dictador, con


poderes absolutos, cuya función no podía durar más de seis meses.

EL SENADO

Durante la Republica, el Senado era la misma institución que en la


Monarquía (etapa anterior). Sus funciones eran de consulta y
asesoramiento a los cónsules. En ese sentido, dirigía la administración
interna y la política externa del gobierno romano.
LAS ASAMBLEAS

Las Asambleas llamadas también comicios, fueron de tres clases:

La Asamblea Curial, era la institución más antigua conformada por al


reunión de los patricios, convocada por el rey se reunían al pié del
Capitolio. El voto de la mayoría de las curias constituía el voto del
pueblo.

La Asamblea Centurial, era una asamblea militar, que se reunía por


grupos de 100 hombres. Al jefe de cada grupo se le llamaba centurión.
Las asambleas eran convocadas y dirigidas por los cónsules, en el
Campo Marte. Con el voto mayoritario aprobaban las leyes y elegían a
los cónsules.

La Asamblea Tribal, era la asamblea de la plebe, agrupados por tribus,


presidida por el Tribuno. Sus acuerdos o plebiscitos tenían carácter de
ley.

Los tribunos de la plebe eran elegidos en las Asambleas Tribales, en


número de dos. Representaban a los plebeyos y defendían los derechos
del pueblo ante el Senado y los cónsules (Aristócratas).

OTRAS MAGISTRATURAS

Los Censores, se encargaban de hacer el censo o empadronamiento


de las personas y de sus bienes. Además, cuidaban de la educación y
buenas costumbres del pueblo.

Los Cuestores eran los contadores que recaudaban los impuestos y


administraban el tesoro público.

Los Pretores, estos funcionarios administraban justicia. Fueron los


forzadores del Derecho Romano.

Los Ediles conformaban la organización municipal. Sus funciones eran


el de velar por el aprovisionamiento y vigilancia de los mercados, la
limpieza de las calles, mantenimiento de los caminos y carreteras y la
organización de los juegos olímpicos.
POLÍTICA DE EXPANSIÓN Y SUS CONSECUENCIAS

El ejercito romano era la institución principal para la guerra y las


conquistas. Lo integraban los ciudadanos comprendidos entre los 17 y
46 años, ellos conformaban la guardia nacional.

En un principio solamente ingresaba a sus filas los patricios.


Posteriormente se admitieron a los plebeyos y a los aliados.

El ejercito estaba organizado en legiones de 6200 hombres cada una y


luchaba en forma cerrada con mucha mayor eficacia que la falange
griega. Con esta poderosa maquinaria no sólo conquistó territorios sino
también supo imponer la autoridad romana.

LA CONQUISTA DE LA PENÍNSULA ITÁLICA

La expansión romana se inicio con al conquista de los pueblos que


vivían en la península Itálica. Entre estos pueblos figuraban:

Los Latinos, que habitaban las llanuras del Lacio, fueron convertidos en
colonos y como tales suministraban hombres para el ejercito romano.

Los samnitas que habitaban las comarcas montañosas del centro de


Italia, habían formado un estado poderoso, conquistado la Campania y
otros territorios situados al sur de la península. Esta invasión originó la
guerra con los romanos, quienes se impusieron al final ocupando la
Campania, las montañas centrales y Apulia, la única llanura fértil del
lado oriental que les servía de aprovisionamiento.

Los Etruscos que vivían al norte de Roma. Estos acosados por los Galos
del norte y los romanos del sur, fueron anexados a la República.

La Magna Grecia era la parte sur de la península Itálica. Ante el avance


arrollador de los romanos. Tarento contrató un ejercito mercenario al
mando de Pirro, rey de Epiro. Este legendario personaje ademas de los
25000 soldados, traía una novedad; los elefantes, los cuales aplastaban
legiones romanas. Pirro después de sus victorias iniciales fue vencido
en Benevento y se retiró a su país.

Después de esta visoria, Roma dominaba toda la península Itálica. Los


pueblos vencidos se convirtieron en colonias aliadas con derechos
cívicos, de participación en el ejército y de usufructo de las utilidades
que les brindaban las conquistas.

CONSECUENCIAS DE LA EXPANSIÓN ROMANA

Como consecuencia de las grandes conquistas, la vida en Roma y sus


provincias cambiaron totalmente, esto debido a la intercalación cultural
de los pueblos que habían sometido; por la riqueza acumulada en la
élite de la sociedad romana y por el poder y prestigio que había ganado
el ejército romano.

CONSECUENCIAS POLÍTICAS

Roma se convirtió en la primera potencia del Mundo Antiguo, dueña de


extensos territorios con grandes riquezas.

Los territorios conquistados se transformaron en provincias romanas,


con un gran gobernador o procónsul en el gobierno de cada uno de ellas
y un séquito de funcionarios a su orden.

Las autoridades y funcionarios públicos llegaron a corromperse por falta


de control en un territorio tan basto.

Aparecieron caudillos con ansias de poder, lo que ocasionó en guerras


civiles.

CONSECUENCIAS SOCIALES

Surgió una sociedad con grandes desigualdades donde la clase rica


estaba representada por los nobles patricios y la otra pobre,
representada por los plebeyos.

La mayoría de la clase media murió en las batallas y los pocos que


regresaron, vendieron sus pequeñas propiedades a los ricos.

Lo pobres se levantaron contra los ricos y el senado, originando las


luchas sociales.
CONCLUSIONES

El hombre está hecho para vivir en sociedad, pero esa convivencia no


sería posible si cada uno de los componentes de esa sociedad hiciese
lo que le viniera en gana; por tanto se requiere el conocimiento de un
conjunto de reglas, de normas de conducta que hagan posible la vida
pacífica.

En este sentido los romanos a lo largo de su historia, lograron el orden


de muchos elementos importantes que giraban en torno a su
organización social, entre los cuales, está en hecho de tener un
ordenamiento jurídico que permitiera controlar su vida en sociedad.

Hemos entonces comprendido la importancia del derecho romano


dentro de los grandes sistemas jurídicos contemporáneos, y la gran
aportación que la sociedad romana ha dado al mundo.
LOGROS CONSEGUIDOS

 El periodo monárquico estuvo marcado por grandes logros


arquitectónicos y de ingeniería tales como el Circo Maximo, La
Cloaca Maxima, y varios templos, como el de jupites.

 La riqueza acumulada por la ciudad.

 La existencia de un numeroso y bien organizado ejercito.

 La solidez de sus instituciones republicanas.

 Conquista de la península itálica entre los años 500 a.C. y 250


a.C.

 Conquista del Mediterráneo occidental entre los años 264 y 146


a.C.

 Conquista del Mediterráneo oriental entre los siglos II a.C. y II


d.C, ocupando también la Galia, Britania junto con Hispania en
occidente.
BIBLIOGRAFÍA

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5732-8 e ISBN 978-84-206-5732-5.
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