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Para introducirnos los trastornos de excitación primero debemos hablar de os tipos de

trastornos sexuales.

Entre los trastornos sexuales más comunes dentro de la vida sexual de la mujer
tenemos: la anorgasmia, la falta de deseo sexual y el vaginismo:

• Trastorno del deseo sexual hipoactivo (TDSH): 



es el trastorno por el que más mujeres acuden a consulta sexual. Se trata de una
disminución del deseo sexual. En este tipo de trastorno no existen fantasías
sexuales y hay un desinterés total por mantener relaciones íntimas. Suelen ser
mujeres que experimentan mucha ansiedad y suelen tener problemas en las
relaciones sociales. No está causado por condiciones físicas, biológicas o
consumo de sustancias o medicamentos.

• Trastorno orgásmico o anorgasmia femenino: 



se trata de uno de los trastornos más comunes en las mujeres. Aproximadamente
un 16-30% pueden padecerlo. La anorgasmia es la incapacidad o dificultad que
experimentan algunas mujeres para llegar al orgasmo. Todo ello, aunque exista
deseo sexual y estemos recibiendo una estimulación y excitación adecuada en
intensidad y duración. El 95% de las veces está relacionado con: ansiedad,
depresión, mitos o prejuicios sobre la sexualidad, actitudes aprendidas y
creencias religiosas.

• Vaginismo: 

Cuando padecemos este tipo de trastorno sexual el coito se vive extremadamente
doloroso y casi siempre imposible. En el momento de la penetración se produce
un espasmo de los músculos de la vagina de manera involuntaria y automática.
La mayoría de las causas suelen ser psíquicas y no afecta en la respuesta sexual.
Por ello, las mujeres que lo padecen pueden disfrutar de juegos sexuales, sexo
oral etc. Incluso pueden llegar al orgasmo a través de conductas sexuales que no
incluyan la penetración.

Por otro lado, los trastornos sexuales más frecuentes en los hombres serían: la
eyaculación precoz y la disfunción eréctil:

• Eyaculación precoz: 

se trata del trastorno sexual más frecuente en los hombres. De hecho un 75% lo
experimenta alguna vez en su vida. En torno a un 30% de los casos, se convierte
en un trastorno sexual. Cuando padecemos eyaculación precoz no conseguimos
controlar de manera voluntaria el momento de la eyaculación. En los casos más
graves, eyaculamos antes de la penetración o segundos después de ello. Es decir,
se produce antes de que ambos miembros lo deseen, causando posiblemente
problemas en su relación sexual.

• Disfunción eréctil: 

Es la incapacidad persistente y recurrente para alcanzar la erección tras una
estimulación sexual adecuada. Se trata también de uno de los trastornos más
comunes en los hombres. Las causas que provocan la disfunción eréctil son muy
diversas. Pueden ser de origen psicológico (por factores como ansiedad, estrés,
depresión, etc.). También pueden tener un origen orgánico (problemas
hormonales, vasculares, etc.)

LOS TRASTORNOS SEXUALES TIENEN SOLUCIÓN.

Existen muchos hombres y mujeres que tienen algún tipo de trastorno sexual pero
muchos de ellos, nunca solicitan ayuda.

Si te sientes identificado con algunos de los trastornos sexuales más comunes, puedes ponerle
fin. Muchas veces no acudimos a terapia sexual por vergüenza o por restarle importancia. Los
tratamientos son muy efectivos y sus resultados muy positivos. ¿Sientes que no disfrutas de tu
sexualidad?¿Tienes alguna duda acerca de como gestionas tu vida sexual? Puedes contar con
nuestro equipo de sexólogos siempre que lo necesites, estamos para ayudarte. trastorno de la
excitación sexual es una disfunción que se produce en algún momento del ciclo de respuesta
sexual (deseo, excitación, orgasmo o resolución), y que impide disfrutar de la experiencia de
satisfacción a través de la actividad sexual. Una persona con este trastorno puede desear
mantener relaciones sexuales, pero tiene dificultades para estimularse lo suficiente como para
llevarlas a cabo con éxito.
Los trastornos de la excitación sexual se conocían anteriormente como frigidez en las mujeres
e impotencia en los hombres, aunque estos términos han sido reemplazados por otros menos
peyorativos. La impotencia se conoce ahora como disfunción eréctil y la frigidez se describe
especificando si se trata de un problema de deseo sexual o de excitación inhibida.
Tanto para los hombres como para las mujeres, estas disfunciones pueden ser la respuesta a
una aversión o rechazo al contacto sexual con una pareja. En los hombres, puede aparecer como
una incapacidad total o parcial para lograr o mantener una erección, o como una falta de
excitación sexual y placer durante la actividad sexual. En las mujeres, a menudo se presenta
como una incapacidad para lubricar lo suficiente como para completar el acto sexual.
Los trastornos de la excitación sexual consisten en la falta de respuesta a la estimulación sexual,
mental o emocional (subjetiva), o física (ingurgitación, cosquilleo o palpitación en la zona
genital o humedad vaginal), o ambas.

• 

La depresión, la baja autoestima, la ansiedad, el estrés y los problemas en la relación
pueden interferir con la excitación sexual.


• 

Mejorar la relación y el ambiente para la actividad sexual, e identificar lo que estimula
sexualmente, son medidas beneficiosas.


En general, cuando se estimula a la mujer, esta se siente excitada sexualmente, mentalmente y


emocionalmente. Se pueden experimentar también ciertos cambios físicos. Por ejemplo, la
vagina presenta secreciones que proporcionan lubricación (que causan humedad), los tejidos
alrededor de la abertura vaginal (labios) y el clítoris (equivalente al pene en los hombres) se
inflaman, los pechos se hinchan ligeramente, y en todas estas áreas puede sentirse un cosquilleo.
En los trastornos de la excitación sexual, las formas usuales de estimulación sexual (tales como
besar, bailar, ver un vídeo erótico o tocar los genitales) no producen la excitación mental o
emocional (subjetiva), física o de ambos tipos.

A veces se producen respuestas físicas, pero la mujer no las nota.

En el trastorno de excitación genital (un tipo de trastorno de la excitación sexual), la


estimulación que no implique los genitales (como contemplar un vídeo erótico) hace que la
mujer sienta que se excita, pero cuando se estimulan los genitales (incluso durante el coito) no
es consciente de ninguna respuesta física o placer físico. Como resultado, la estimulación
genital y las relaciones sexuales son insatisfactorias y posiblemente difíciles y dolorosas.
Causas

Los trastornos de la excitación sexual suelen tener las mismas causas que el trastorno de deseo
sexual bajo (ver Trastorno del deseo sexual : Causas). Por ejemplo, la depresión, la baja
autoestima, la ansiedad, el estrés, otros factores psicológicos (ver Factores psicológicos), los
fármacos (como los inhibidores selectivos de la recatapción de serotonina, un tipo de
antidepresivos) y los problemas de relación suelen interferir con la excitación sexual. Una
estimulación sexual inadecuada o un ambiente inadecuado para la actividad sexual también
pueden contribuir a la aparición de estos trastornos.

El trastorno de la excitación genital tiene muchas causas, como

• 

Nivel bajo de estrógenos, como el que se produce después de un parto


• 

Adelgazamiento y sequedad de los tejidos de la vagina (vaginitis atrófica) después de la
menopausia.


• 

Infección de la vagina (vaginitis) o la vejiga (cistitis).


• 

Trastornos que causan cambios en la piel alrededor de la abertura de la vagina (vulva),
como liquen escleroso.


• 

Posiblemente una disminución de la testosterona relacionada con la edad.


El trastorno de la excitación genital también puede aparecer cuando ciertos trastornos crónicos,
como la diabetes o la esclerosis múltiple, lesionan los nervios. La lesión de los nervios supone
una disminución de la sensibilidad en la zona genital.
Diagnóstico

El diagnóstico se establece según los antecedentes y la descripción que hace la mujer de la


alteración. Si la estimulación genital no causa excitación, también se realiza una exploración
ginecológica.
Tratamiento

Algunas medidas generales (ver Tratamiento) pueden ser particularmente útiles, como:

• 

Mejorar la confianza y la intimidad en la relación de pareja.


• 

Acondicionar el ambiente para la actividad sexual tan propiciamente como sea posible.


• 

Ayudar a la mujer a aprender a concentrarse durante la actividad sexual.


• 

Identificar y comunicar qué estimula, como en el trastorno del deseo sexual bajo (ver
Trastorno del deseo sexual : Tratamiento).


Las parejas pueden experimentar con diferentes estímulos, como un vibrador, fantasías o vídeos
eróticos. Las parejas también pueden intentar actividades diferentes al coito vaginal. Por
ejemplo, pueden hacerse ejercicios de focalización sensorial. En estos ejercicios, los miembros
de la pareja se turnan para tocarse mutuamente de maneras agradables. Al principio, ciertas
áreas, incluso los genitales, están prohibidas, y el enfoque es una estimulación sensual más que
sexual. El receptor guía a su pareja en el tipo de estimulación deseada. Ambos se centran en las
sensaciones del momento. Avanzan tocando otras partes del cuerpo sensualmente, y luego
sexualmente hasta llegar a la estimulación genital. Estos ejercicios pueden mejorar la relación y
disminuir la ansiedad antes de la actividad sexual.

Si es posible se interrumpen los medicamentos que probablemente intervengan en la causa.


Cuando la causa son los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, puede ser
beneficioso añadir bupropión (un tipo diferente de antidepresivo). También puede prescribirse
otro antidepresivo.

Si la causa es una vaginitis atrófica o un nivel bajo de estrógenos (por ejemplo, después de la
menopausia), suele recomendarse el uso de estrógenos insertados en la vagina en forma de
crema (con un aplicador de plástico), de comprimidos o en un anillo (similar a un diafragma).
Sin embargo, si es necesario para aliviar los síntomas de la menopausia (como los sofocos),
pueden administrarse estrógenos en forma de parche cutáneo o de gel, o pueden tomarse
estrógenos por vía oral. Si las mujeres que tienen útero (que no se han sometido a una
histerectomía) toman estrógenos por vía oral o en un parche o gel, también reciben un
progestágeno (una forma sintética de la hormona progesterona) porque tomar estrógenos solos
aumenta el riesgo de cáncer de endometrio.

Otro fármaco útil es la deshidroepiandrosterona (DHEA) administrada en forma de comprimido


vaginal cada noche, que aumenta la lubricación, disminuye la vaginitis atrófica y mejora la
sensibilidad genital y el orgasmo. Sin embargo, este fármaco todavía está en estudio.

DIFERENCIA DEL TRASTORNO DE EXCITACIÓN SEXUAL ENTRE EL


HOMBRE Y LA MUJER.

Disfunción eréctil (impotencia masculina)

La disfunción eréctil ocasional se produce aproximadamente en el 50% de los hombres


adultos, mientras que la disfunción crónica afecta aproximadamente a 1 de cada 8
hombres, incrementándose la cifra conforme se envejece. Alrededor del 52% de los
hombres entre 40 y 70 años de edad tienen algún grado de disfunción eréctil.

La impotencia puede clasificarse como primaria o secundaria. La impotencia


primaria es aquella en la que nunca se ha logrado una erección suficiente como para
realizar el coito. La impotencia secundaria implica la pérdida de la función eréctil
después de un período de la función normal. Esto tiende a ocurrir gradualmente, excepto
en los casos causados por una lesión o enfermedad repentina.

El tratamiento de la impotencia secundaria tiene una tasa mayor de éxito que la de la


impotencia primaria, porque el paciente tiene una historia previa de la función normal
en el pasado.

Como hemos visto, aproximadamente el 50% de todos los hombres en algún momento
pueden ser incapaces de lograr o mantener una erección, pero esto no significa que sean
incapaces de participar plenamente en relaciones sexuales.

Hay varios componentes necesarios para lograr una erección:


• Un estado emocional óptimo
• Un correcto funcionamiento de la glándula pituitaria
• Un nivel de testosterona adecuado
• Un suministro de sangre hacia el pene adecuado
La eyaculación precoz (cuando el orgasmo llega demasiado rápido) es distinto de la
disfunción eréctil, y tampoco es lo mismo que la infertilidad masculina. Un hombre que
es incapaz de mantener una erección, puede ser perfectamente capaz de engendrar un
niño.

En cambio, un varón infértil puede ser capaz de tener relaciones sexuales con
normalidad, pero no ser capaz de engendrar un niño.

Causas de la disfunción eréctil masculina


• Los factores de riesgo más comunes para la impotencia masculina son la
edad, la ansiedad, el estrés y las relaciones conflictivas.
• Algunos medicamentos tienen efectos secundarios que pueden contribuir a la
impotencia. Estos son los diuréticos, antidepresivos tricíclicos, beta-
bloqueantes y hormonas.
• Las causas físicas de la impotencia son los traumatismos y enfermedades tales
como: diabetes, cirugía pélvica, lesión de la médula y los problemas glandulares.

La disfunción eréctil puede aparecer ya en la adolescencia temprana como una


incapacidad para lograr la erección, pero es más común que ocurra después de años de
funcionamiento normal.

Por otro lado, la impotencia eyaculatoria es algo distinto, se trata de la incapacidad para
eyacular dentro de la vagina de la mujer. Aquí la erección puede mantenerse durante
largos periodos de tiempo, incluso después de que la pareja hay alcanzado el orgasmo,
pero no se logra la eyaculación. La impotencia de la eyaculación por lo general tiene
una base emocional que refleja los problemas de relación.

Disfunción sexual en la mujer (frigidez femenina)

El deseo sexual hipoactivo es una disfunción en la que disminuye el deseo sexual de la


mujer de forma persistente, con ausencia de fantasías sexuales y escaso o nulo interés
por la actividad sexual. Este proceso suele asociarse a cuadros de ansiedad, angustia y
dificultad con las relaciones interpersonales.

El deseo sexual inhibido es un trastorno sexual en el que no se experimenta ningún tipo


de deseo ni interés por tener un encuentro sexual. En la forma más extrema de
inhibición sexual, se puede llegar a sentir asco frente los estímulos o relaciones
sexuales.

La excitación sexual inhibida es la dificultad para producir lubricación vaginal de forma


recurrente y persistente; también es la dificultad para experimentar sensaciones
subjetivas de la excitación. Es decir, aunque mente está preparada, el cuerpo no
responde como esperamos para facilitar las cosas.

Cuando una mujer no alcanza la excitación sexual antes o durante las relaciones
sexuales, puede presentar diferentes modalidades:
• No lograr alcanzar el orgasmo (anorgasmia)
• Alcanzar la excitación sexual con mucha dificultad (hiposexualidad)
• No disfrutar de la actividad sexual (ya sea con una pareja específica o en
general)

Causas de los trastornos de excitación en la mujer

Muchos factores pueden contribuir a la disfunción sexual, como por ejemplo:


• Antecedentes de abuso sexual o violación
• Trastornos hormonales, cambios hormonales debido a la menopausia y
enfermedades crónicas que afectan la salud general
• Trastornos médicos que afectan la inervación a la pelvis (como la esclerosis
múltiple, neuropatía diabética y lesión de la médula espinal)
• Algunos fármacos como los antidepresivos
• Actitudes negativas frente al sexo (normalmente aprendidas en la niñez o la
adolescencia)
• Timidez o dificultades para solicitar cualquier tipo de estimulación que funcione
mejor
• Aburrimiento y monotonía en la actividad sexual
• Conflictos o falta de cercanía emocional dentro de la pareja
• Causas emocionales como los conflictos, ansiedad, depresión, estrés u otras
tensiones.

Tratamiento de las disfunciones sexuales

Es importante recordar que desde el punto de vista de la naturaleza, el propósito del


sexo es la reproducción. No estamos diseñados para estar excitados cada día, o incluso
cada semana de cada mes. Aun así, muchas personas experimentan disfunción sexual a
pesar de tener una actitud madura sobre el tema.

Los factores psicológicos pueden desempeñar un papel muy importante en este


trastorno, por eso la psicoterapia ofrece buenos resultados a la hora de desbloquear
emociones y pensamientos invalidantes.

Por otro lado, las dos hormonas que tienen más relación con la libido son la hormona
del crecimiento humano (HGH) y la testosterona. La terapia hormonal con testosterona
en el ámbito sexual se utiliza para mejorar la función eréctil y la HGH se administra
para incrementar el deseo sexual.

En las personas mayores el deterioro del sistema vascular a menudo juega un papel
importante en la disfunción sexual. El suministro de sangre al pene y la vagina debe ser
saludable para el óptimo funcionamiento de estas zonas. Por este motivo un médico
especializado deberá valorar si hay algún problema vascular y ofrecer el tratamiento
médico adecuado en cada caso.

Las causas de la disfunción sexual son tan variadas y la interacción tan compleja, que lo
mejor es buscar a un especialista con experiencia en el tema.

Millones de hombres utilizan la Viagra para tratar la disfunción eréctil… pero la Viagra
no va a resolver los problemas en una relación. La Viagra no va a mejorar nuestras
habilidades sociales y personales, y los efectos secundarios de Viagra incluyen sofocos
faciales, dolores de cabeza, trastornos digestivos y un tinte azul a la visión.

Si invertimos el tiempo y el esfuerzo necesarios para encontrar la verdadera causa de la


disfunción sexual, hallaremos una solución ideal para cada caso, logrando al fin tener
una vida sexual plena y satisfactoria.

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