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trastornos sexuales.
Entre los trastornos sexuales más comunes dentro de la vida sexual de la mujer
tenemos: la anorgasmia, la falta de deseo sexual y el vaginismo:
• Vaginismo:
Cuando padecemos este tipo de trastorno sexual el coito se vive extremadamente
doloroso y casi siempre imposible. En el momento de la penetración se produce
un espasmo de los músculos de la vagina de manera involuntaria y automática.
La mayoría de las causas suelen ser psíquicas y no afecta en la respuesta sexual.
Por ello, las mujeres que lo padecen pueden disfrutar de juegos sexuales, sexo
oral etc. Incluso pueden llegar al orgasmo a través de conductas sexuales que no
incluyan la penetración.
Por otro lado, los trastornos sexuales más frecuentes en los hombres serían: la
eyaculación precoz y la disfunción eréctil:
• Eyaculación precoz:
se trata del trastorno sexual más frecuente en los hombres. De hecho un 75% lo
experimenta alguna vez en su vida. En torno a un 30% de los casos, se convierte
en un trastorno sexual. Cuando padecemos eyaculación precoz no conseguimos
controlar de manera voluntaria el momento de la eyaculación. En los casos más
graves, eyaculamos antes de la penetración o segundos después de ello. Es decir,
se produce antes de que ambos miembros lo deseen, causando posiblemente
problemas en su relación sexual.
• Disfunción eréctil:
Es la incapacidad persistente y recurrente para alcanzar la erección tras una
estimulación sexual adecuada. Se trata también de uno de los trastornos más
comunes en los hombres. Las causas que provocan la disfunción eréctil son muy
diversas. Pueden ser de origen psicológico (por factores como ansiedad, estrés,
depresión, etc.). También pueden tener un origen orgánico (problemas
hormonales, vasculares, etc.)
Existen muchos hombres y mujeres que tienen algún tipo de trastorno sexual pero
muchos de ellos, nunca solicitan ayuda.
Si te sientes identificado con algunos de los trastornos sexuales más comunes, puedes ponerle
fin. Muchas veces no acudimos a terapia sexual por vergüenza o por restarle importancia. Los
tratamientos son muy efectivos y sus resultados muy positivos. ¿Sientes que no disfrutas de tu
sexualidad?¿Tienes alguna duda acerca de como gestionas tu vida sexual? Puedes contar con
nuestro equipo de sexólogos siempre que lo necesites, estamos para ayudarte. trastorno de la
excitación sexual es una disfunción que se produce en algún momento del ciclo de respuesta
sexual (deseo, excitación, orgasmo o resolución), y que impide disfrutar de la experiencia de
satisfacción a través de la actividad sexual. Una persona con este trastorno puede desear
mantener relaciones sexuales, pero tiene dificultades para estimularse lo suficiente como para
llevarlas a cabo con éxito.
Los trastornos de la excitación sexual se conocían anteriormente como frigidez en las mujeres
e impotencia en los hombres, aunque estos términos han sido reemplazados por otros menos
peyorativos. La impotencia se conoce ahora como disfunción eréctil y la frigidez se describe
especificando si se trata de un problema de deseo sexual o de excitación inhibida.
Tanto para los hombres como para las mujeres, estas disfunciones pueden ser la respuesta a
una aversión o rechazo al contacto sexual con una pareja. En los hombres, puede aparecer como
una incapacidad total o parcial para lograr o mantener una erección, o como una falta de
excitación sexual y placer durante la actividad sexual. En las mujeres, a menudo se presenta
como una incapacidad para lubricar lo suficiente como para completar el acto sexual.
Los trastornos de la excitación sexual consisten en la falta de respuesta a la estimulación sexual,
mental o emocional (subjetiva), o física (ingurgitación, cosquilleo o palpitación en la zona
genital o humedad vaginal), o ambas.
•
La depresión, la baja autoestima, la ansiedad, el estrés y los problemas en la relación
pueden interferir con la excitación sexual.
•
Mejorar la relación y el ambiente para la actividad sexual, e identificar lo que estimula
sexualmente, son medidas beneficiosas.
Los trastornos de la excitación sexual suelen tener las mismas causas que el trastorno de deseo
sexual bajo (ver Trastorno del deseo sexual : Causas). Por ejemplo, la depresión, la baja
autoestima, la ansiedad, el estrés, otros factores psicológicos (ver Factores psicológicos), los
fármacos (como los inhibidores selectivos de la recatapción de serotonina, un tipo de
antidepresivos) y los problemas de relación suelen interferir con la excitación sexual. Una
estimulación sexual inadecuada o un ambiente inadecuado para la actividad sexual también
pueden contribuir a la aparición de estos trastornos.
•
Nivel bajo de estrógenos, como el que se produce después de un parto
•
Adelgazamiento y sequedad de los tejidos de la vagina (vaginitis atrófica) después de la
menopausia.
•
Infección de la vagina (vaginitis) o la vejiga (cistitis).
•
Trastornos que causan cambios en la piel alrededor de la abertura de la vagina (vulva),
como liquen escleroso.
•
Posiblemente una disminución de la testosterona relacionada con la edad.
El trastorno de la excitación genital también puede aparecer cuando ciertos trastornos crónicos,
como la diabetes o la esclerosis múltiple, lesionan los nervios. La lesión de los nervios supone
una disminución de la sensibilidad en la zona genital.
Diagnóstico
Algunas medidas generales (ver Tratamiento) pueden ser particularmente útiles, como:
•
Mejorar la confianza y la intimidad en la relación de pareja.
•
Acondicionar el ambiente para la actividad sexual tan propiciamente como sea posible.
•
Ayudar a la mujer a aprender a concentrarse durante la actividad sexual.
•
Identificar y comunicar qué estimula, como en el trastorno del deseo sexual bajo (ver
Trastorno del deseo sexual : Tratamiento).
Las parejas pueden experimentar con diferentes estímulos, como un vibrador, fantasías o vídeos
eróticos. Las parejas también pueden intentar actividades diferentes al coito vaginal. Por
ejemplo, pueden hacerse ejercicios de focalización sensorial. En estos ejercicios, los miembros
de la pareja se turnan para tocarse mutuamente de maneras agradables. Al principio, ciertas
áreas, incluso los genitales, están prohibidas, y el enfoque es una estimulación sensual más que
sexual. El receptor guía a su pareja en el tipo de estimulación deseada. Ambos se centran en las
sensaciones del momento. Avanzan tocando otras partes del cuerpo sensualmente, y luego
sexualmente hasta llegar a la estimulación genital. Estos ejercicios pueden mejorar la relación y
disminuir la ansiedad antes de la actividad sexual.
Si la causa es una vaginitis atrófica o un nivel bajo de estrógenos (por ejemplo, después de la
menopausia), suele recomendarse el uso de estrógenos insertados en la vagina en forma de
crema (con un aplicador de plástico), de comprimidos o en un anillo (similar a un diafragma).
Sin embargo, si es necesario para aliviar los síntomas de la menopausia (como los sofocos),
pueden administrarse estrógenos en forma de parche cutáneo o de gel, o pueden tomarse
estrógenos por vía oral. Si las mujeres que tienen útero (que no se han sometido a una
histerectomía) toman estrógenos por vía oral o en un parche o gel, también reciben un
progestágeno (una forma sintética de la hormona progesterona) porque tomar estrógenos solos
aumenta el riesgo de cáncer de endometrio.
Como hemos visto, aproximadamente el 50% de todos los hombres en algún momento
pueden ser incapaces de lograr o mantener una erección, pero esto no significa que sean
incapaces de participar plenamente en relaciones sexuales.
En cambio, un varón infértil puede ser capaz de tener relaciones sexuales con
normalidad, pero no ser capaz de engendrar un niño.
Por otro lado, la impotencia eyaculatoria es algo distinto, se trata de la incapacidad para
eyacular dentro de la vagina de la mujer. Aquí la erección puede mantenerse durante
largos periodos de tiempo, incluso después de que la pareja hay alcanzado el orgasmo,
pero no se logra la eyaculación. La impotencia de la eyaculación por lo general tiene
una base emocional que refleja los problemas de relación.
Cuando una mujer no alcanza la excitación sexual antes o durante las relaciones
sexuales, puede presentar diferentes modalidades:
• No lograr alcanzar el orgasmo (anorgasmia)
• Alcanzar la excitación sexual con mucha dificultad (hiposexualidad)
• No disfrutar de la actividad sexual (ya sea con una pareja específica o en
general)
Por otro lado, las dos hormonas que tienen más relación con la libido son la hormona
del crecimiento humano (HGH) y la testosterona. La terapia hormonal con testosterona
en el ámbito sexual se utiliza para mejorar la función eréctil y la HGH se administra
para incrementar el deseo sexual.
En las personas mayores el deterioro del sistema vascular a menudo juega un papel
importante en la disfunción sexual. El suministro de sangre al pene y la vagina debe ser
saludable para el óptimo funcionamiento de estas zonas. Por este motivo un médico
especializado deberá valorar si hay algún problema vascular y ofrecer el tratamiento
médico adecuado en cada caso.
Las causas de la disfunción sexual son tan variadas y la interacción tan compleja, que lo
mejor es buscar a un especialista con experiencia en el tema.
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