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UNIVERSIDAD NACIONAL DE CUYO

Facultad de Filosofía y Letras


Departamento de Filosofía

El centro fue creado mediante Ordenanza nº 12 del Consejo Directivo


de la Facultad de Filosofía y Letras de la Univ.. Nac. de Cuyo, el 20.9.2006

1. Objetivos:

 Promover la investigación en el ámbito de la “Filosofía Clásica


Alemana”, esto es, la que se despliega entre las posiciones de Leibniz
y de Hegel, y cuya manifestación más característica es el
pensamiento del así llamado “idealismo alemán”.
 Crear las condiciones adecuadas para poder promover, de manera
institucional, el intercambio académico con colegas e investigadores
procedentes de otras regiones del país y del extranjero, dedicados al
estudio de la Filosofía Clásica Alemana.
 Promover, mediante el vínculo con centros similares de la República
Federal de Alemania y de otras naciones, la formación de una
biblioteca específica, que permita hacer del Centro de Filosofía
Clásica Alemana (CEFiCLA), con sede en la Facultad de Filosofía y
Letras, un lugar adecuado, dentro del contexto regional, para llevar a
cabo trabajos de investigación, seminarios y reuniones científicas
vinculados con el área temática del Centro.
 Ofrecer a los egresados de nuestro medio la posibilidad de orientar
sus estudios en el campo de la Filosofía Clásica Alemana

2. Fundamentos para su creación:

Por un lapso aproximado de ciento cincuenta años, desde la


últimas décadas del siglo XVII y hasta las primeras del XIX, el
pensamiento filosófico occidental conoce un raro momento de
extraordinario esplendor con la aparición de una verdadera pléyade de
autores cuya obra forma parte del legado más valioso de nuestra
civilización. Esos autores, a partir de Wolff y de Leibniz, y entre los que
figuran Kant y Jacobi, Fichte y Schiller, Goethe, Schleiermacher y
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Herder, Guillermo de Humboldt y Federico Schlegel, Schelling y Hegel,


representan, en su conjunto, la llamada “Filosofía Clásica Alemana” y
sus obras constituyen – no sólo en términos académicos, sino en una
dimensión histórico-universal – un legado que cada generación, para
decirlo con la feliz expresión de Goethe, debería empeñarse en
conquistar. La creación de un “Centro de Estudios sobre la Filosofía
Clásica Alemana” se ha propuesto precisamente esa meta, al concentrar
el esfuerzo mancomunado de un grupo de docentes y de alumnos
decididos a trabajar en un vasto ámbito de doctrinas filosóficas, cuya
significación se extiende, con un vigor no menos asombroso que su
originalidad, a todas las áreas del saber: la Filosofía Primera o
Metafísica, la Lógica, la Antropología Filosófica, la Filosofía de la
Naturaleza, la Filosofía del Derecho, la Estética, la Filosofía de la
Historia – que en el ámbito de la Filosofía Clásica Alemana cobra por
primera vez una dimensión genuinamente universal al extender su
reflexión sobre las civilizaciones no europeas – la Filosofía del Lenguaje
y hasta la misma Pedagogía.
A propósito de esto último basta señalar el papel decisivo que la
Filosofía Clásica Alemana desempeña en la concepción de la Universidad
de la Época Moderna. Porque como en la Atenas de la Antigüedad
Clásica y en la Europa del Medioevo, así también en la Época Moderna
es la Filosofía el saber que preside la fundación, la organización y la vida
de la Universidad. En efecto, no es sino Leibniz, cuyas ideas pedagógicas
nutrirán luego las de Pestalozzi y Herbart, quien a instancias del zar
Pedro el Grande funda la Universidad de San Petersburgo y redacta su
ratio studiorum. No es sino Kant quien esclarece por primera vez en
términos científicos las condiciones de posibilidad del aprendizaje en
general. A partir de él y como animados por un mismo impulso, siempre
con la mirada puesta en la vida del espíritu y su naturaleza, incompatible
con la formación “no filosófica” del especialista, surgen los escritos de
Schelling sobre la enseñanza universitaria ("Lecciones sobre el método
del estudio académico", 1803), de Guillermo de Humboldt, el fundador
de la Universidad de Berlín, de Fichte, su primer rector, de
Schleiermacher y más tarde del propio Hegel.
El cultivo del saber filosófico como una totalidad es precisamente
una de las ideas rectoras que presiden el desarrollo de la Filosofía Clásica
Alemana y ella reclama un interés cada vez mayor en épocas que, como
la nuestra, promueven por doquier una fragmentación alarmante del
trabajo científico.
Por otra parte, el acceso a la comprensión histórico-sistemática de
la Filosofía Clásica Alemana y en particular a la del llamado “idealismo
alemán” se ve amenazado de manera creciente por la mentalidad
característica de la época, conocida bajo el nombre de “Posmodernidad”,
en la medida en que la orientación general de la misma lleva a considerar
la Filosofía Clásica Alemana como un caso ejemplar de “egocentrismo”
(Lévinas), o incluso de “logocentrismo” (Derrida), por parte de un
pensamiento gravemente comprometido, además, con una suerte de
“endiosamiento de la razón”, sin que ello impida reconocer que “los
movimientos contrarios a esa metafísica le pertenecen” y que “desde la
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muerte de Hegel todo no es más que reacción, no sólo en Alemania, sino


en Europa” (Heidegger, “Überwindung der Metaphysik”, VI).
Esta situación ha provocado, ya desde hace varias décadas, un
giro inequívoco en la orientación del interés filosófico, dirigido de
manera cada vez más notoria hacia temas y proyectos donde predomina
una actitud decididamente antiespeculativa. Y ello no sólo en el campo de
la llamada “Analítica del Lenguaje”, tal como se la practica en los países
de tradición anglosajona, sino también en la mayoría de los ámbitos
donde la Filosofía se vuelve hacia los llamados “problemas” del
pensamiento contemporáneo: la teoría de la comunicación y de las
relaciones intersubjetivas, la del poder y la cultura, y sobre todo la del
“fenómeno humano” comprendido desde la Etnología (Lévy-Strauss) y el
Psicoanálisis (Lacan) de cuño estructuralista.
El Centro de Filosofía Clásica Alemana surge como respuesta a la
necesidad de mancomunar esfuerzos dirigidos a cultivar y preservar,
desde una comprensión completamente diferente de la índole del
pensamiento filosófico y sin que ello signifique renegar de nuestro
propio tiempo, el legado de una obra de enorme magnitud y de
consecuencias incalculables para nuestra tradición filosófica; obra que
pertenece por derecho propio no al pasado, sino al presente total de la
Filosofía, según el modo en que el mismo ha sido determinado,
especulativamente, en los trabajos de Heriberto Boeder (véase, sobre
todo, su Topologie der Metaphysik, Friburgo/Munich 1980).
Es precisamente a la luz de tales trabajos como cobra verdadero
sentido la fundación del Centro de Estudios de Filosofía Clásica
Alemana, porque la actividad que el mismo se propone, en lugar de
limitarse a prolongar la investigación historiográfica, obedece al
reconocimiento debido, con las precisiones metódicas que el caso
reclama, a la obra de Kant, de Fichte y de Hegel, como al núcleo
propiamente dicho del pensamiento de la “modernidad clásica”.
Por último, esta solicitud de creación tiene en cuenta que no hay
otro centro similar en nuestro país – ni tampoco en los países de
Iberoamérica, a diferencia de lo que ocurre en países del Lejano Oriente,
como el Japón, por ejemplo – razón por la cual el Centro de Estudios
sobre la Filosofía Clásica Alemana tiene ante sí la posibilidad de realizar
una labor académica capaz de enriquecer de manera efectiva el escenario
actual de la actividad filosófica de nuestro país y también de la región.
Cada vez se hace oír con más claridad, en efecto, el anhelo de
colegas y estudiantes que reclaman la creación de este nuevo Centro de
Estudios, donde la vida universitaria les permita aunar esfuerzos al
servicio de una tarea concebida como una forma genuina del amor
sapientiae.

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