Vous êtes sur la page 1sur 4

El Paralitico de Betesda y Usted

El Paralitico de Betesda y Usted


Últimamente me doy cuenta de que los sermones se van por el llamado a la
fe, una y otra vez, vistos desde diferentes puntos a aplicar, pero la finalidad
sigue siendo la misma, CONFIAR UNICA Y ABSOLUTAMENTE EN DIOS.
Antes de dar comienzo al relato de este día, quisiera recalcar el significado
de lo que conocemos por “FE”

Hebreos11:1 Es pues la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo


que no se ve.
Cuentan que un alpinista, desesperado por conquistar el Aconcagua Montaña
en Argentina (de casi 7000 metros de altura, y cubierto en su mayoría de
nieve) inició su travesía después de muchos años de preparación. Pero quería
la gloria para él solo, así que emprendió la aventura sin compañeros.
Empezó a subir, y se le fue haciendo tarde, y más tarde; lejos de prepararse
para acampar, siguió subiendo, decidido a llegar a la cima.
No tardó mucho en oscurecer; la noche cayó con gran pesadez en la altura de
la montaña, ya no se podía ver absolutamente nada. Todo era negro, nada de
visibilidad, no había luna y las estrellas eran cubiertas por las nubes.
Fue entonces que, subiendo por un acantilado (a sólo cien metros de la
cima), se resbaló y se desplomó hacia el vacío por los aires.
Caía a una velocidad vertiginosa, lo único que podía ver eran veloces
manchas más oscuras que pasaban en la misma oscuridad, y todo lo que
podía sentir era la terrible sensación de ser succionado por la gravedad.
Seguía cayendo... y, en esos angustiantes +, le pasaron por su mente todos
los momentos de su vida, los gratos y los no tan gratos. Él pensaba que iba a
morir, sin embargo, de repente, sintió un tirón muy fuerte que casi lo parte
en dos.
Sí, como todo alpinista experimentado, había clavado estacas de seguridad
con candados a una larguísima soga que lo amarraba de la cintura. En esos
momentos de quietud, suspendido en el aire, no pudo más que gritar:
- ¡Ayúdame, Dios mío...!
Y de golpe, lo inesperado. Una voz grave y profunda surgió de los cielos para
responderle:
- ¿Qué quieres que haga, hijo mío?
- ¡Sálvame, Dios mío!
- ¿Realmente crees que te pueda salvar?
- Por supuesto, Señor...
- Entonces, corta la cuerda que te sostiene.
Hubo un momento de silencio y quietud. El hombre se aferró más a la cuerda
y lo pensó.
Cuentan que el equipo de rescate que fue a buscarlo se sorprendió al
encontrarlo colgado, congelado, muerto, agarradas con fuerza las manos a
una cuerda... a tan sólo un metro del suelo. NO QUISO CORTAR LA CUERDA

Para nosotros ya Es hora de cortar la cuerda.

Tenga fe y Corte la cuerda!

Juan 5:1-15
1Después de estas cosas había una fiesta de los judíos, y subió Jesús a
Jerusalén.
2Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado
en hebreo Betesda (significa «casa de misericordia, o de gracia»),el cual
tiene cinco pórticos. 3En estos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos
y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua. 4Porque un ángel
descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que
primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba
sano de cualquier enfermedad que tuviese. 5Y había allí un hombre que hacía
treinta y ocho años que estaba enfermo. 6Cuando Jesús lo vio acostado, y
supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? 7Señor, le
respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se
agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. 8Jesús
le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda. 9Y al instante aquel hombre fue
sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo* aquel día.
10Entonces los judíos dijeron a aquel que había sido sanado: Es día de
reposo;* no te es lícito llevar tu lecho. 11El les respondió: El que me sanó, él
mismo me dijo: Toma tu lecho y anda. 12Entonces le preguntaron: ¿Quién es
el que te dijo: Toma tu lecho y anda?
13Y el que había sido sanado no sabía quién fuese, porque Jesús se había
apartado de la gente que estaba en aquel lugar. 14Después le halló Jesús en
el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te
venga alguna cosa peor. 15El hombre se fue, y dio aviso a los judíos, que
Jesús era el que le había sanado.
El relato comienza en que Jesus va de camino a Jerusalén, a la Fiesta de la
Pascua, o de los panes sin levadura, fiesta en la que todo Judíos debía de
participar. Éxodo 23:14-19
Nos dice este pasaje que había una multitudde enfermos.
Y nosotros cada día al salir a la calle nos sumergimos igualmente entre una
multitud, una gran multitud que luchar para sobrevivir, donde domina el
egoísmo, en donde nadie se interesa por lo de los demás, donde sobreabunda
la enfermedad del egoísmo, los celos, envidias maldad en todas las formas
posibles.
Una multitud que lucha por llegar primero, por no perder el turno o quizá
arrebatárselo a otro.
Pero aunque físicamente la multitud está viva, en realidad espiritualmente
NO, y que al igual que la multitud de nuestro relato bíblico, está postrada,
enferma y paralizada.
**Y resalta un hombre específicamente al que Jesus le toma atención, leamos
nuevamente los versículos 5 Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho
años que estaba enfermo.
Quiero especular un poco, tal vez estamos hablando de la mitad de la vida de
este hombre.
Quizá es un caso parecido al suyo o al mío, porque hace mucho que sufrimosy
que no la estamos pasando nada bien, que busca y espera y no pasa nada.
Porque cree que esta solo, porque cree que no tiene quien le ayude. Porque
tal vez ya no tiene fuerzas para andar, para seguir……………. pero Jesús está
ahí para cada uno de nosotros en el momento que lo necesitemos. .
Nos dice el vers6Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho
tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano?
Si hay algo maravilloso que tenemos de nuestro Padre es que siempre nos ve
y está tomando cuidado de nosotros.
Él vio a Zaqueo entre las ramas del árbol (Lucas 19:1-5), Él vio la avaricia en
el corazón del joven rico (Mateo 10:17-23), también vio la moneda en el
vientre del pez (Mateo 17:27), y vio los cinco maridos de la mujer samaritana
(Juan 4:16-18)
De igual manera El Señor vio la angustia de este paralítico; vio que hacía 38
años que estaba enfermo.
Después de treinta y ocho años, ya este hombre se había resignado. Nadie
podía ayudarle.
***Y podemos darnos cuenta de la lucha interna que había en este hombre,
hay un sentimiento de derrota, pero al mismo tiempo el hecho de que
estuviera ahí nos habla de perseverancia y esperanza de sanarse, pero no
podía hacer nada solo.
No importa cuán atrapado se sienta en sus sufrimientos y problemas Dios
puede ayudarle en sus necesidades más profundas.
** No permita que un problema o una causa le provoquen la pérdida de su
esperanza.
Y tome muy en cuenta que Dios puede hacer una obra especial en usted a
pesar de como veamos nuestros problemas.
PROBABLEMENTE ES TIEMPO DE CORTAR LA CUERDA, de confiar en EL.
Después que Jesús vio y supo lo que había en aquel hombre, le hizo esa
pregunta tremenda: ¿Quieres Ser sano?
Empezó a argumentar las razones por las que no podría ser sano.No tengo
quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; ¿Quieres ser sano?
ESA FUE LA SENCILLA Y A LA VEZ PODEROSA PREGUNTA ¿QUIERES SER SANO?,
eso fue todo ¿quieres ser sano?
Todo el poder que fue capaz de crear el universo estaba allí en frente de el
para hacer aquel milagro tan sencillo para Jesus y MARAVILLOSOS para el
hombre.
Quizá esté usted tratando de salvarse a sí mismo por algún método humano,
o por algún invento de la religión.
De llegar al cielo por su propio esfuerzo, por sus propias "buenas o bras" y ha
dejado de ver a Jesucristo, que frente a usted le dice: ¿Quieres ser sano?....,
¿Quieres ser limpiado de tus pecados…., de tu orgullo, de tu envidia…., de tu
incredulidad?
Y si usted quiere, no hay nada que lo pueda impedir, ya que Dios tiene to do
el poder para hacerlo.

La verdadera batalla, está ahí: en el querer. Porque queremos de Dios, pero


también queremos lo de afuera.
***Y las preguntas obligadas serán:
¿Quiere de verdad?
¿Quiere la vida eterna?
¿Quiere que Cristo le quite todo pecado?
¿Quiere entrar al cielo?
Dice en el vers. 24 de este mismo capítulo 5 de Juan :"de cierto, de cierto os
digo: el que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no
vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida".
Todas las religiones son las escaleras que los hombres construyen para tratar
de llegar al cielo (o "un mundo mejor") y alcanzar a Dios. Pero nunca lo
logran.
El cristianismo verdadero, es la escalera de Dios que bajó del cielo para que
los hombres puedan volver a Él.
Jesus es el camino para volver a Dios y no hay otro Juan 14.6 6Jesús le dijo:
Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí
Y leímos en Juan 5:8 Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda.
Que le dijo el Señor a aquel hombre: ¡Levántate! Tal vez le parecería al
paralítico algo imposible, extraño, ilógico. ¡!!Él era un paralítico!!!.
Pero era la voz de Cristo. La misma voz que dijo en medio de las tinieblas:
"¡Hágase la luz!"¡Y la luz se hizo! ; la misma voz que dijo a Lázaro desp ués de
cuatro días de muerto: ¡Lázaro, ven fuera! ,¡Y el que había estado muerto
resucitó!
El nos llama hoy, y nos dice levántate y anda! Vive!
Podemos comparar el relato del alpinista con el del paralitico de Betesda; el
primero clamo, pidió y obtuvo respuesta, PERO FINALMENTE NO CREYO,
DUDO y no obedeció, y el paralitico a pesar de su objeción al no entender
realmente la pregunta al principio SIMPLEMENTE OBEDECIO.

Quiero terminar con esto:


¿Quiere seguir aferrado a su cuerda a pesar de lo que Dios le dice?; o
sencillamente sin cuestionar creemos y cortamos la cuerda o bien tomamos
el lecho en el que muchas veces nos hemos postrado nosotros mismos y nos
levantamos.
Hoy no tenemos un estanque al que hay que correr para ser el primero y
obtener la gracia.
Hoy tenemos la fuente de agua viva que está dispuesta para todo aquel que
quiera beber de ella.
Dios nos da una exhortación en Isaías 45:22 "¡Mirad a mí y sed salvos, todos
los confines de la tierra! Porque yo soy Dios, y no hay otro."
Confiese sus pecados a Dios, abra su corazón y pídale que le ayude a
caminar.
Lo invito a que haga una pequeña oración pero poderosa como ninguna:
Señor confieso delante de ti mis pecados, mis faltas y te pido perdón, lávame
con la sangre de nuestro Señor Jesucristo y recíbeme como tu hijo, yo te
acepto como mi Señor y único Salvador.

Amén.
Rosamaría Segura
Pastor
Iglesia Latinoamericana
Bellevue, Wa.

Jose Luis Segura


Pastor
Cuautla, Morelos.
Mexico

Fecha del servicio:


02/21/2016

Vous aimerez peut-être aussi