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GÉNERO
ESTUDIANTE :
CARRERA TECNICA :
SEMESTRE :
DOCENTE :
2019
CAPITULO I
CAPITULO III
3.1. ROLES DE GÉNERO
3.2. LOS ESTEREOTIPOS Y LOS ROLES DE GENERO EN LA VIDA ADULTA
3.3. USO DEL TIEMPO
3.4. OPINIONES Y CRITERIOS DE LAS MUJERES Y LOS HOMBRES
3.5. LAS PREFERENCIAS DEL SEXO MASCULINO Y FEMENINO
3.6. EDUACION Y DEPORTE
CAPITULO IV
4.1. ESTEREOTIPO DE GENERO Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN
4.2. ESTEREOTIPO DE LA MUJER EN LA PUBLICIDAD
4.3. EL SIGNIFICADO DE LA SEXUALIDAD
4.4. LA MUJE COMO OBJET6O SEXUAL
COMCLUCION
BIBLIOGRAFIA
RESUMEN: ESTEREOTIPOS DE GÉNERO
El presente trabajo se propone exponer la forma como se han ido iniciando los estudios
sobre los estereotipos de género a través de las últimas décadas, destacando el aporte
de sus principales autores, así como también las implicancias de este campo
de investigación, además de los conceptos fundamentales para su comprensión, así
como las características y efectos de este fenómeno social.
Por otro lado expone los principales lineamientos en la formación de los roles de género
y cómo estos determinan en gran medida la forma en que las personas perciben el
mundo desde la perspectiva preconcebida por la sociedad machista.
PRESENTACION
Los estereotipos de género son ideas simplificadas, pero fuertemente asumidas, sobre
las características de varones y mujeres, que se traducen en una serie de tareas y
actividades que les asigna cada cultura (roles de género). La construcción social y
subjetiva del género comienza desde el mismo momento del nacimiento, e incluso
antes, desde el vientre materno, con las ensoñaciones de los futuros padres acerca del
bebé que está por llegar. A lo largo de nuestra vida, en la familia, en la escuela, y en
nuestro ambiente relacional se nos dice qué está bien y qué no lo está siendo hombres
o mujeres, desde la forma de vestirnos a la manera de hablar, de expresarnos,
comportarnos, a qué podemos jugar o en qué deportes participar. Al margen de la
dotación biológica o genética que diferencia a los machos de las hembras, el hecho de
ser mujer u hombre implica un largo proceso de culturización, aprendizaje y
adaptación a los roles establecidos.
Aprendiendo como es que funcionan y el grado de certeza o falsedad, así como sus
efectos es que llegaremos a considerar el aspecto negativo o positivo de los
estereotipos, pudiendo llegar a plantear propuestas para generar un trato igualitario
entre el hombre y la mujer.
CAPÍTULO I
1.1 ESTUDIO DEL ESTEREOTIPO
El término "estereotipo" fue utilizado por primera vez en las ciencias sociales de
mano de Walter Lippman en su libro Public Opinion publicado en el año 1922.
Aunque no aportó una definición final de estereotipo, integró una visión global del
naciente concepto de estereotipo social, elaborando así la primera
conceptualización al respecto.
ellos se establecen뼯font>
LA POBREZA.
EL TRABAJO
ERRADICACION DE LA DISCRIMINACION
CONCLUSIONES
La Sexualidad
Introducción
El sexo se relaciona con la sexualidad ya que es una característica biológica que nos
identifica a las personas como hombres o mujeres. Esta diferencia nos permite
participar en la reproducción de los seres humanos.
Los cuerpos de los hombres y de las mujeres son diferentes, la muestra más notable
está en los órganos sexuales externos, porque las mujeres tienen vulva y los hombres,
pene y testículos. En el momento en que nace un ser humano, al observar sus órganos
sexuales externos, se dice que es un niño o una niña.
1.3. SEXUALIDAD
Es el conjunto de condiciones anatómicas, fisiológicas y psicológico-afectivas que
caracterizan cada sexo. También es el conjunto de fenómenos emocionales y de
conducta relacionados con el sexo, que marcan de manera decisiva al ser humano en
todas las fases de su desarrollo. La sexualidad es una manera de comportarnos, de
sentir, de hacer y tiene que ver con factores biológicos, psicológicos y sociales. En la
sexualidad tenemos que analizar la sociedad, la familia o el grupo humano que rodea
a la persona.
Son sinónimos las palabras sexualidad y sexo Qué diferencia existe entre
los dosNo. La palabra sexo tiene dos cognotaciones. Una es el sexo de genero,
la diferenciación biológica entre el hombre y la mujer, de cómo está compuesto
cada uno de sus cuerpos. Y la sexualidad es la actividad sexual explícita, el
contacto genital coital. Estos dos términos se relacionan mucho
Finalmente, en el anciano, si bien todas las funciones del cuerpo sufren cambios
y empiezan a declinar, eso no quiere decir que la actividad sexual desaparezca.
Lo que ocurre es que la respuesta corporal a estímulos sexuales es más
demorada y la capacidad de recuperación es muy lenta comparada con
la juventud. Hay estudios que señalan que en personas que han tenido una
actividad sexual frecuente y satisfactoria, la posibilidad de prolongar su actividad
sexual cuando sea anciano es mayor que en casos contrarios.
1.3.2. Sexo
Es una característica biológica que nos identifica a las personas como hombres
o mujeres. Esta diferencia nos permite participar en la reproducción de los seres
humanos.
Los cuerpos de los hombres y de las mujeres son diferentes, la muestra más
notable está en los órganos sexuales externos, porque las mujeres tienen vulva
y los hombres, pene y testículos. En el momento en que nace un ser humano, al
observar sus órganos sexuales externos, se dice que es un niño o una niña.
Todas las personas necesitamos saber sobre sexualidad, para conocernos mejor
y entender algunas cosas que ocurren con nuestro desarrollo físico y emocional,
también para contar con información que nos permita tomar decisiones
responsables y disfrutar de nuestra sexualidad. De esta manera tenemos la
posibilidad de orientar a nuestros familiares y a otras personas que nos rodean.
Los mitos sexuales se extienden como los rumores, y tienen tanto fundamento
como éstos. Una opinión no fundada sobre algo relacionada con el sexo, y
expresada con la convicción que suele acompañar a la ignorancia, se convierte
fácilmente en una creencia de toda una comunidad o generación. Esta falsa
creencia comienza a divulgarse como algo comprobado y real, y se convierte en
un mito. Los mitos se desarrollan a veces precisamente porque parece que tienen
sentido o porque deseamos que sean verdad.
La libre información sobre la realidad, y los cambios socioculturales hacen que los
mitos sexuales dejen de serlo. Los mitos sexuales muestran la escasa, y muchas
veces falsa, información de nuestra sociedad sobre el sexo.
Hacer el Amor
La relación sexual ocurre cuando dos personas, generalmente de distinto sexo, pero
también a veces del mismo, se encuentran muy atractivas se sienten atraídas la una
por la otra. Esta relación sexual se tiene porque es agradable, y con frecuencia se hace
referencia a ella con la expresión hacer el amor.
Es importante recordar algunas cosas básicas respecto a la relaciones sexuales, tan
básicas que pueden resultar simples, aunque no lo son la decisión de tener una relación
sexual debe tomarse con responsabilidad y sensatez, cualquier persona puede
negarse a tener una relación sexual que no desea las relaciones sexuales suelen
acompañarse de sentimientos complejos y difíciles de definir después de una relación
sexual, una mujer puede quedar embarazada, aunque existen formas de evitarlo
durante la relación sexual, además, se pueden transmitir infecciones.
La Virginidad
La Masturbación
Las primeras experiencias de placer están relacionadas con las satisfacciones sexuales
vitales. Cuando el recién nacido chupa la leche del pecho materno, recibe una
sensación agradable que su cuerpo transmite a través de la boca. A la comunidad se
añade la dicha de ser atendido, acariciando y mimando.
Mas adelante la curiosidad lleva al niño o conocer otra parte su cuerpo. Descubre sus
pies y se lo lleva a la boca, encuentran las orejas, la nariz y las manos, y empieza a
jugar con sus genitales el deseo de conocer los órganos genitales tiene la primera
infancia un significado muy distinto que en la pubertad, momento en el que descubren
sensaciones de placer que se trasmite a través de la masturbación. La masturbación
en una forma conocer las propias sexualidad y la experiencia del placer. Consiste en
tocar o flotar cualquiera de los órganos sexuales ( generalmente clíctoris, en la mujer y
el pone en el hombre) para obtener una sensación agradable de placer.la masturbación
suele realizarse coincidencia con una excitación sexual que puede ser diversas
desde imágenes reales a la fantasía acerca de personas o situaciones sexuales.
Contracepción
Cuando se vive las primeras experiencias sexuales, puede ocurrir que no se asocie la
propia sexualidad con la capacidad de procrear: las informaciones equivocadas, las
dificultades para hablar con, los adultos de este tema, la vergüenza o la inseguridad son
algunos de los motivos que pueden inducir a subestimar el problema o a considerar que
se puede hacer el amor sin correr ningún riesgo.
Higiene Sexual
Algunas culturas dividen los orgasmos en niveles que llegan hasta un estado de éxtasis
que perdura por un largo lapso de tiempo y puede ser alcanzado por ciertas prácticas
sexuales y prácticas de meditación.
Eyaculación
Se suele intentar hacer que coincida con un orgasmo; mientras dura el acto sexual el
hombre puede alcanzar una eyaculación cada cierto tiempo, en tanto que la mujer
puede alcanzar varios orgasmos uno detrás de otro (multiorgasmicidad).
Fases de la eyaculación
CAPÍTULO III
3.1. ROLES DE GÉNERO
Los roles de género son conductas estereotipadas por la cultura, por tanto, pueden
modificarse dado que son tareas o actividades que se espera realice una persona por
el sexo al que pertenece. Por ejemplo, tradicionalmente se ha asignado a los hombres
roles de políticos, mecánicos, jefes, etc., es decir, el rol productivo; y a las mujeres, el
rol de amas de casa, maestras, enfermeras, etcétera (rol reproductivo) (INMUJERES,
2004).
Lamas (2002) señala que "el papel (rol) de género se configura con el conjunto
de normas y prescripciones que dictan la sociedad y la cultura sobre el comportamiento
femenino o masculino. Aunque hay variantes de acuerdo con la cultura, la clase social,
el grupo étnico y hasta el estrato generacional de las personas, se puede sostener una
división básica que corresponde a la división sexual del trabajo más primitiva: las
mujeres paren a los hijos y, por lo tanto, los cuidan: entonces, lo femenino es lo
maternal, lo doméstico, contrapuesto con lo masculino, que se identifica con lo público.
La dicotomía masculino-femenino, con sus variantes establece estereotipos, las más
de las veces rígidos, que condicionan los papeles y limitan las potencialidades humanas
de las personas al estimular o reprimir los comportamientos en función de su
adecuación al género". Según Lamas, el hecho de que mujeres y hombres sean
diferentes anatómicamente los induce a creer que sus valores,
cualidades intelectuales, aptitudes y actitudes también lo son. Las sociedades
determinan las actividades de las mujeres y los hombres basadas en los estereotipos,
estableciendo así una división sexual del trabajo.
Al conocer el sexo biológico de un recién nacido, los padres, los familiares y la sociedad
suelen asignarles atributos creados por expectativas prefiguradas. Si es niña, esperan
que sea bonita, tierna, delicada, entre otras características; y si es niño, que sea fuerte,
valiente, intrépido, seguro y hasta conquistador (Delgado et al., 1998). A las niñas se
les enseña a "jugar a la comidita" o a "las muñecas", así desde pequeñas, se les
involucra en actividades domésticas que más adelante reproducirán en el hogar. De
acuerdo con estas autoras, estos aprendizajes forman parte de la "educación" que
deben recibir las mujeres para cumplir con las tareas que la sociedad espera de ellas
en su vida adulta. En cambio, a los niños se les educa para que sean fuertes y no
expresen sus sentimientos, porque "llorar es cosa de niñas", además de prohibirles ser
débiles.
Estas son las bases sobre las que se construyen los estereotipos de género, reflejos
simples de las creencias sociales y culturales sobre las actividades, los roles, rasgos,
características o atributos que distinguen a las mujeres y a los hombres. Los
estereotipos son concepciones preconcebidas acerca de cómo son y cómo deben
comportarse las mujeres y los hombres (Delgado et al., 1998).
Estas creencias, sin embargo, no son elecciones conscientes que se puedan aceptar o
rechazar de manera individual, sino que surgen del espacio colectivo, de
la herencia familiar y de todos los ámbitos en que cada persona participe.
Se trata de una construcción social que comienza a partir del nacimiento de los
individuos, quienes potencian ciertas características y habilidades según su sexo e
inhiben otras, de manera que quienes los rodean, les dan un trato diferenciado que se
refleja en cómo se relacionan con ellos, dando lugar a la discriminación de género.
Precisamente uno de los ámbitos donde más influyen los roles de género es en el
familiar, y específicamente en las relaciones de pareja. La Encuestasobre
la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH, 2003 y 2006) presenta en
sus dos versiones información valiosa acerca de las percepciones que tienen las
mujeres de sus deberes, responsabilidades y obligaciones en el hogar, y del trato que
deben recibir por parte de sus parejas (ambas encuestas indagan si la entrevistada
padece o no situaciones de violencia de género).
Respecto a la opinión de las mujeres sobre los roles de género, datos de la ENDIREH
2003 señalan que 43 por ciento de las mujeres que no sufren violencia contestó que
"una buena esposa debe obedecer a su pareja en todo lo que él ordene"; sin embargo,
entre las que sufren violencia por parte de su pareja, la proporción es menor (36 por
ciento). Esto podría evidenciar que la obediencia hacia el esposo genera menos
violencia en la pareja; además de constatar que la asignación de los estereotipos
continúa vigente en nuestra sociedad y, desafortunadamente, marcando pautas
de conducta en detrimento de las mujeres.
Una reflexión basada en los resultados proporcionados por ENRIDEH es que las
mujeres, independientemente de que trabajen o no en actividades remuneradas,
participan en mayor medida que los hombres en el trabajo doméstico. Aunque
pequeñas, existen algunas diferencias cuando la mujer trabaja dentro y fuera del hogar.
Por ejemplo, las mujeres que no participan en actividades remuneradas dedican un
promedio de cinco horas más a la semana al trabajo doméstico que las que sí trabajan
fuera del hogar, y cuando se trata del "pago de trámites y servicios", las horas
semanales que corresponden a las labores domésticas se incrementan si trabajan fuera
de casa.
"Cocinar o preparar los alimentos" para la familia es una labor que requiere de tiempo:
las mujeres que no trabajan extra domésticamente le asignan en promedio 15 horas, y
las que sí trabajan fuera del hogar, 12 horas.
Con respecto a la opinión acerca del rol del "hombre como único proveedor del hogar",
existe una mayor aceptación entre los hombres que trabajan (42 por ciento) que entre
los que no lo hacen (39 por ciento). Es probable que ante la necesidad de contar con
otro ingreso en el hogar, más hombres que trabajan consideren la pertinencia de que
otros miembros contribuyan al gasto familiar
De la misma forma llama la atención que del total de las mujeres entrevistadas, un alto
porcentaje rechaza la idea de que "el hombre sea el único responsable de mantener el
hogar", postura que quizás revela su interés por romper con el rol de amas de casa y
compartir la responsabilidad de los gastos de la familia con su pareja. Del total de
mujeres entrevistadas, 72 por ciento no está de acuerdo en que el hombre sea el único
responsable de mantener el hogar; entre las que trabajan la proporción es de 80 por
ciento, y entre las que no trabajan, 68 por ciento.
Como en casi todos los ámbitos, los roles de género están presentes también en
el mercado laboral en donde, como se sabe, participan más varones que mujeres
(aunque la participación económica femenina ha ido en aumento). En 2006, la
distribución en la estructura ocupacional por sexo era de 63 por ciento varones y 37 por
ciento mujeres. Las principales ocupaciones en las que se desempeñan las mujeres
son como comerciantes (vendedores y dependientes), artesanas y obreras,
trabajadoras domésticas, oficinistas y empleadas en servicio, las cuales concentran a
69 por ciento de las mujeres que trabajan.
Además de estas actividades económicas existen otras en las que las mujeres
destacan, tales como maestras y afines, empleos que se relacionan con su rol
e identidad de género. Del total de varones ocupados, 50 por ciento se emplea
principalmente como artesanos y obreros, agricultores y comerciantes (vendedores y
dependientes).
Las ocupaciones que están sobre representadas por el sexo masculino son las de
operadores de transporte, obreros y artesanos, supervisores y capataces industriales,
agricultores y mayorales agropecuarios.
CAPÍTULO IV
En nuestros días, la imagen de lo que son o deben ser las mujeres y los hombres,
o de lo que hacen según su condición de género, está determinada en buena parte
por los medios de comunicación. Las construcciones sociales realizadas por los
medios de comunicación son ideológicas –como todas–, de manera que el
resultado son representaciones de mujeres y hombres que no corresponden del
todo con la realidad.
"Un buen cartel debe ser accesible y perceptible en décimas de segundo no solo
porque su receptor es un viandante que atraviesa el espacio-tiempo sin detenerse,
pero con facultad de retención, sino por el carácter efímero de su presencia.[…]
Se busca el impacto visual".
Una de las prácticas más habituales de la publicidad desde sus comienzos ha sido
reducir a la mujer a un simple objeto, dentro de todo el contenido publicitario.
Presentan a la mujer de diversas formas, dependiendo del contenido de los
anuncios y del objetivo de estos. Las mujeres adultas las presentan generalmente
como amas de casa, débiles, indefensas, dependientes (de un hombre), delicada
y sensible. Donde más aparece esta imagen de la mujer es en los anuncios de
detergentes, comidas y utensilios de uso doméstico.
La mujer como objeto decorativo muestra a la mujer como un elemento más que
forma parte del producto anunciado. Como si el hombre al comprar el producto se
lleva en todo el "pack" al producto anunciado y a la mujer que lo anuncia.
Ofreciéndoles el sexo como premio por la compra de dicho producto.
LA MUJER ESCAPARATE
CAPÍTULO V
Antiguamente la mujer obesa era símbolo de riqueza y de salud, esto se puede apreciar
en monolitos precolombinos o incluso en obras de arte dejadas por famosos autores de
la época como "Goya".
"Lo primero que decide una mujer cuando quiere cambiar de vida o mejorarla es
adelgazar. Se adelgaza cuando se sube de clase social, mientras la gordura es
sinónimo de abandono, de fracaso y de falta de control. Entre los escolares, la gordura
se equipara con suciedad, estupidez, fealdad y pereza".
Dicha obsesión por ser como las mujeres presentadas por la publicidad afecta de una
manera preocupante en el sector de la delgadez, el deseo de ser igual de delgadas que
estas mujeres pensando de este modo que podrían llegar a ser igual de bellas que ellas,
sin tener en cuenta en ningún momento que dichas mujeres son excesivamente
delgadas. Estas obsesiones derivan en la necesidad urgente por adelgazar acudiendo
a las dietas en centenares de ocasiones sin necesidad alguna de ello, lo que
desgraciadamente en el mayor número de los casos conlleva a problemas alimenticios
como la anorexia y la bulimia.
Con el objetivo de tener un cuerpo escultural y poseer los cánones de la belleza que
imperan en nuestra sociedad, cada vez más personas se ven afectadas
por enfermedades de este tipo y cada vez hay más personas que rechazan a su propio
cuerpo, avergonzándose de él.
Aunque las normas internacionales garantizan derechos iguales a los hombres y a las
mujeres, ésta no es la realidad porque, por motivos de género, se les está negando el
derecho a la tierra y a la propiedad, a los recursos financieros, al empleo y a la
educación, entre otros, a los individuos.
Por otro lado, en todo el mundo, tanto las mujeres como los hombres trabajan. Sin
embargo, las funciones que desempeñan las mujeres son socialmente invisibles (se
toman menos en cuenta, se habla mucho menos de ellas, se dan por hecho), ya que
tienden a ser de una naturaleza más informal. Adicionalmente, los hombres ocupan la
mayoría de las posiciones de poder y de toma de decisiones en la esfera pública, dando
lugar a que las decisiones y políticas tiendan a reflejar las necesidades y preferencias
de los hombres, no de las mujeres.
Sexo Género
Se refiere al conjunto de
características, comportamientos y
Características físicas y roles atribuidos a una persona por
biológicas que definen el razón de su sexo biológico que se
Definición sexo de un ser vivo. consideran socialmente apropiados.
Se trata de atributos
Es un constructo social.
genéticos y
fenotípicos. Involucra una determinación social y
la relación de una persona con su
Estos atributos están
cuerpo.
determinados por los
cromosomas X y Y. Se puede asumir identidad de
género distinta de aquella asignada
Es común que no
socialmente.
haya cambios en
cuanto al sexo en un La identidad de género puede pasar
Características ser vivo. por cambios.
¿Qué es sexo?
Los atributos sexuales de un ser vivo están determinados por los cromosomas
sexuales X y Y.
Los cromosomas sexuales son los encargados de determinar el sexo de un ser vivo.
En los seres humanos, estos cromosomas son el X y el Y, encontrándose en pares (XX
o XY). La mitad de los cromosomas que un ser humano posee provienen de cada uno
de los progenitores.
La hembra posee cromosomas XX, mientras que el macho posee cromosomas XY. El
sexo biológico se determina en el momento en que ocurre la fertilización. El padre dona
en el esperma ya sea un cromosoma X o uno Y, mientras que en el óvulo de la madre
solo hay cromosomas X.
En el caso de los intersexuales, por alguna situación particular a nivel genético, los
cromosomas no siguen el patrón XX o XY, presentándose de otra forma (XYY, XXY,
etc.). Esto tiene como consecuencia que las características sexuales sean atípicas.
Además, la intersexualidad también puede darse por variaciones en patrones
fenotípicos (formación de glándulas, órganos genitales, etc.).
¿Qué es género?
El género es la percepción social que se tiene de una persona sobre aquello que es
apropiado, en relación con su sexo biológico, su orientación sexual, y otros aspectos
de su identidad. Esta percepción está determinada por el contexto social y cultural,
así como por las características biológicas y psicológicas de un individuo.
Una persona puede tener una identidad de género diferente de aquella que en su
sociedad se le asigna. El mismo puede asignarse desde antes del nacimiento,
generalmente asociándose al sexo de la persona.
Las características que determinan qué es ser hombre y mujer varían a nivel temporal
(la época) y a nivel espacial (de cultura a cultura o sociedad). Por lo que el género es
fundamentalmente una construcción social (un producto social basado en prácticas y
reglas sociales que varía de sociedad a sociedad).
Es común que se asocie el género solo atendiendo a la diferencia biológica entre los
sexos, desde una perspectiva binaria. Es decir, a partir de la dicotomía macho/hembra
existe la tendencia de presuponer que solo hay dos géneros: el hombre y la mujer.
Es un constructo social.
La identidad es un elemento que cubre tanto un ámbito social como uno individual. Por
un lado, una persona es identificada socialmente como parte de un grupo, debido a su
proximidad con prácticas y hábitos compartidos socialmente, así como por atributos
físicos.
Por otro lado, la identidad también se relaciona con el cómo una persona se ve a sí
misma como parte de un grupo. Es la forma en la que una persona se define respecto
de otras personas, de acuerdo a sus tributos físicos y psicológicos.
Hoy es más común que se hable de la existencia de diversas formas de vivir el género,
diferentes a la división binaria hombre/mujer. A continuación, se señalan algunas
formas generales en las que una persona puede expresar su identidad de género:
Roles de género
Los roles de género expresan los comportamientos esperados que una persona
supuestamente debe tener basados en su sexo. Estos se asocian a la identidad de
género de alguien, bajo el supuesto de que ambas deben ser iguales.
Esto no significa que una mujer no pueda tener un rol de proveedora en una familia, o
que un hombre no pueda realizar labores de cuido. De hecho, en la realidad, tanto
mujeres como hombres realizan tareas y se comportan de forma tal que no existe un
límite claro que establezca qué es lo que un género u otro debe hacer. Es decir, los
roles de género son construcciones sociales que no necesariamente se apegan a la
realidad.
Sin embargo, a inicios del siglo XX, en los Estados Unidos, era común que fuese al
contrario. Es decir, el color de las niñas era el azul y el de los niños era el rosa. Con el
tiempo, se dio una inversión sobre esta construcción social. Así, la elección de un color
y su asignación a un género responde más a prácticas y hábitos sociales que a una
cuestión biológica.
Prejuicios de género
Considerar que las mujeres no son capaces de ocupar puestos de jerarquía en una
compañía, porque se supone que son más temperamentales que los hombres (por ser
un trabajo que requiere una mentalidad fría o pocas emociones). O que un hombre no
debería peinar el cabello de su hija, porque es una tarea que la madre debería realizar.
De hecho, este tipo de prejuicios ha ubicado a las mujeres en una posición social de
desventaja a nivel histórico, respecto de los hombres y aquello que se asocia a lo
masculino.
Puede ser bastante fácil el confundir el sexo biológico (a veces llamado “sexo asignado
al momento de nacer”) con el género y la identidad de género. Se relacionan entre sí
pero son diferentes.
Sexo es una etiqueta usualmente dada primero por un médico basado en los genes,
hormonas y partes del cuerpo (como los genitales) con las que naces. Se incluye en tu
certificado de nacimiento y describe tu cuerpo como femenino o masculino. El sexo de
algunas personas no encaja en femenino o masculino. Esto se llama intersexo.
Género refiere a cómo la sociedad razona que tenemos que vernos, pensar y actuar
como niñas y mujeres y niños y hombres. Cada cultura tiene sus creencias y reglas
informales sobre cómo las personas deben actuar basado en su género. Por ejemplo,
muchas culturas esperan y alientan a los hombres a ser más agresivos que las mujeres.
Las personas poseen amplias maneras de expresar su género. Aprende más sobre
sexo y género.
Algunas personas tienen una identidad de género que no se condice con el sexo
asignado al nacer -por ejemplo, nacieron con vulva, vagina o un útero, pero se sienten
e identifican como masculinos. Estas personas son transgénico (o trans). Transgénico
es la “T” en LGBTQ.
Trans también puede incluir a personas que no se identifican con roles de género
masculinos y femeninos estrictos. Otras personas que no se sienten ni femenino y
masculino se auto-denominan “genderqueer” (género queer). Existen otros términos de
identidad de género y etiquetas, pero no utilices términos como transgénerado, travesti,
“tranny” o él-ella -son anticuados y pueden lastimar. Siempre es mejor respetar las
palabras utilizadas por las personas para describirse.
Aprende más sobre salir del closet como transgénero, encontrar un médico amistoso a
los transgénero o brindar apoyo a una persona trans.
7. Tanto el Parlamento Europeo como el Consejo han pedido a la Comisión que adopte
una estrategia, que tenga el mismo carácter formal que estrategias anteriores, en
materia de igualdad de género para el periodo posterior a 2015.
12. La Cumbre de las Naciones Unidas celebrada entre los días 25 y 27 de septiembre
de 2015 aprobó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que incluye un objetivo
independiente para «lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y
las niñas», así como el compromiso de integrar la igualdad de género en otros objetivos.
Esta Agenda universal establece nuevas obligaciones y oportunidades para integrar
plenamente la dimensión de género en todas las estrategias, políticas y programas de
financiación pertinentes tanto de la UE como nacionales y promueva y ponga en
práctica de forma sistemática evaluaciones del impacto del género y la inclusión de la
perspectiva de género en los presupuestos, y supervise y evalúe las políticas, en
particular recogiendo datos fiables y comparables desglosados por sexo y edad,
utilizando datos disponibles cuando sea posible, con vistas a lograr la igualdad de
género, no solo en el contexto de la acción exterior, sino también dentro de la Unión.
13. Aunque las brechas de género se han reducido en las últimas décadas, sigue
habiendo desigualdades y dificultades en varios ámbitos cruciales. Todavía existen
importantes brechas de género en el empleo, el trabajo por cuenta propia, el trabajo a
tiempo parcial, el espíritu emprendedor y la toma de decisiones, así como en las
retribuciones y las pensiones y, por tanto, las mujeres también se enfrentan a un mayor
riesgo de pobreza en comparación con los hombres. Es más frecuente que las mujeres
hayan finalizado estudios superiores; sin embargo, están notablemente
infrarrepresentadas, por ejemplo, en los estudios y las profesiones de CTIM [4], en la
investigación y en los puestos de responsabilidad en todos los niveles educativos.
Asimismo, los hombres siguen estando infrarrepresentados en ámbitos como el cuidado
de los niños y de las personas de edad avanzada, la educación temprana, el sector
sanitario y el trabajo no remunerado. Al mismo tiempo, la violencia de género y los
estereotipos de género siguen estando extendidos.
14. Los hombres han de desempeñar un papel fundamental para garantizar que se
avance hacia la igualdad de género, en particular a través de un reparto equitativo de
las responsabilidades del cuidado de las personas dependientes, uno de los requisitos
previos para la participación igualitaria de las mujeres en el mercado laboral. La
creación de marcos institucionales y, cuando proceda, legislativos que permitan que
tanto las mujeres como los hombres dispongan de una verdadera libertad de elección
personal en la conciliación de la vida profesional, familiar y privada ofrece ventajas para
ambos sexos y constituye una forma de hacer avanzar la consecución práctica de la
igualdad de facto entre hombres y mujeres.
Conclusiones
1. Los estudios feministas identificaron el género como un constructo social creado por
las sociedades patriarcales con la finalidad de crear un sistema de relaciones binario y
segregado, donde el hombre ejerce un papel dominante y la mujer está sometida a él.
En este contexto, los estereotipos son el instrumento utilizado por el sistema para
mantener dichas desigualdades. Este sesgo de género es interiorizado en las propias
identidades a través del proceso de socialización creando unos patrones de conducta
diferenciados. Los estereotipos de género limitan el desarrollo de la personalidad, tanto
femenina como masculina, ya que pretenden guiar el comportamiento de las personas
reforzando o reprimiendo determinados comportamientos o actitudes dependiendo del
sexo al que se pertenece.
2. Los estereotipos de género no sólo afectan a mujeres, sino que también son los
hombres los que son afectados por estas construcciones sociales que en muchos casos
son negativos. Si bien es cierto por lo general la víctima de los contenidos suelen ser
las mujeres, los medios de comunicación, no tienen reparo alguno en presentar
fórmulas y estereotipos con el fin de lograr el objetivo de generar consumo.
3. Los estereotipos de género generan roles de género, los cuales son frecuentemente
aceptados en una sociedad denominada falocéntrica, donde la mujer es menospreciada
por su condición y es concebida en torno a la idea del hombre, es decir, la mujer existe
como ser contrario al hombre.
5. Para educar a las personas libres del mandato de género, es fundamental formar y
concienciar desde temprana edad, ya que es difícil transmitir determinados valores si
no provienen de un convencimiento profundo el cual puede generarse desde un inicio
utilizando los contenidos adecuados y por medio de canales adecuados, tales como la
familia, la escuela e incluso los medios de comunicación.
Bibliografía
1. Allport, Gordon W. "La naturaleza del prejuicio", Buenos Aires, Eudeba, 1971.
3. Beauvoir, Simone de, "El segundo sexo", prólogo a la edición española de Teresa
López Pardina, traducción de Alicia Martorell, 1ª. Ed. Madrid, Cátedra, 2005.
4. Cano Gestoso, José Ignacio: "Los estereotipos sociales. El proceso de perpetuación
a través de la memoria selectiva." Madrid, Universidad Complutense de Madrid, tesis
doctoral, Facultad de Sociología, 1993.
9. Lippman, Walter: Public Opinion, New York, Free Press Paperbacks, 1997.
10. Lomas García, Carlos. "El espectáculo del deseo. Usos y formas de la persuasión
publicitaria". Barcelona, Octaedro, 1996.
11. Lomas García, Carlos. "El Iguales o diferentes". Paidós, Barcelona, 1999.