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INFORMACIÓN FORMATIVA
CICLO: II
2019
1
DEDICATORIA
presente investigación.
2
INDICE
DEDICATORIA…………………………………………………………………....…..2
INTRODUCCION……………………………………………………………………...5
MARCO TEORICO……………………………….………..……………………..…..7
INNOVACIÓN Y COMPETITIVIDAD……………………………...…………….…13
RECOMNEDACIONES……………………………………………………...………
3
CONCLUSIONES…………………………………………………………………….24
BIBLIOGRAFIA………………………………………………………………….……25
ANEXOS………………………………………………………………………………26
4
INTRODUCCIÓN
5
otro. Constantemente hemos de adquirir nuevos conocimientos y habilidades
para seguir el ritmo impuesto por el desarrollo tecnológico.
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MARCO TEORICO
Las personas, tanto las que están estudiando como las que ya han finalizado su
etapa de aprendizaje, tenemos la obligación de conocer cada vez más sobre el
funcionamiento de las nuevas tecnologías. ¿Por qué?, realmente si queremos
competir en un futuro en un mercado laboral como en el que nos encontramos
hoy en día es fundamental estar actualizado. Tenemos, es más, necesitamos,
desarrollar nuevas capacidades para poder "competir" en el mercado laboral,
además de aprender a manejar diferentes equipos tecnológicos ya que estos
forman parte de nuestra vida cotidiana.
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TÉCNICAS PARA MEJORAR EL ESTILO DE VIDA CON UNA
TECNOLOGÍA MÁS NATURAL
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TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN Y
DESARROLLO HUMANO
9
¿NO ESTÁN MUY ALEJADAS LAS TIC DE LA VIDA COTIDIANA DE LAS
COMUNIDADES EN DESARROLLO?
En ocasiones se piensa que el teléfono, la computadora e Internet son medios
muy alejados de la realidad de los más pobres. Sin embargo, no es así. La
pobreza es una realidad compleja, diversa y no homogénea.
Seguramente, en una aldea aislada de la selva de Nueva Guinea, sin relación
con su entorno, con una cultura ancestral que no ha entrado en contacto con
otros mundos, basada en una economía de subsistencia sin intercambio con
otros grupos, no tenga mucho sentido un teléfono.
Pero este tipo de comunidades son muy pocas en el mundo y acogen a una
parte insignificante de la población mundial. Prácticamente, en todas las
ciudades pequeñas del mundo, donde haya comercio e intercambios con el
exterior uno puede encontrar teléfono y, cada vez más, Internet. No son
accesibles a los más pobres, pero están en su entorno, es su vida, en su
imaginario.
No son, por tanto, elementos extraños a su mundo. Podríamos pensar que las
TIC son un tipo de tecnologías que sólo cobran sentido a partir de ciertos
niveles de desarrollo. Sin embargo, este argumento asume la premisa falsa de
que las fases del desarrollo son lineales e iguales para todas las sociedades.
Los países periféricos siguen una senda de desarrollo que no es la misma que
han seguido los países más industrializados.
Como reconocen las Naciones Unidas, las TIC pueden ser una oportunidad
para los países en desarrollo para “saltar” esas supuestas fases del desarrollo
empleando tecnologías más prácticas, ecológicas y baratas que las empleadas
tradicionalmente.
LAS TIC COMO HERRAMIENTAS DE ACCESO AL CONOCIMIENTO, LA
INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN
El desarrollo humano se relaciona con crear un entorno donde las personas
puedan hacer realidad sus posibilidades y ampliar sus opciones de elección, en
definitiva, su libertad, para vivir una vida sana, productiva y creadora de
acuerdo a sus necesidades e intereses. Las TIC añaden nuevas posibilidades
para desarrollar esas opciones de vida. Por ejemplo, para ampliar la libertad de
escoger un trabajo, es preciso que existan oportunidades (empleos
disponibles), que se conozcan esas oportunidades, que se tenga capacidad
para aprovecharlas (conocimiento y experiencia necesarios) y poder tomar la
decisión de optar a un trabajo. Información y conocimiento son esenciales para
todos estos pasos, y las TIC son herramientas para la información y el
conocimiento. En definitiva, se trata realmente de servicios de comunicación e
información, y no de TIC como elemento para cubrir necesidades básicas. Al
igual que se trata de un servicio de agua potable como elemento para salud y
no de un grifo. Que las TIC puedan jugar un papel en el desarrollo de
comunidades desfavorecidas no quiere decir que se las deba emplear siempre,
en todo lugar y de cualquier manera.
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IMPACTO DEL DESARROLLO CIENTÍFICO Y TECNOLÓGICO
EN EL DESARROLLO HUMANO
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en el mundo. Cairncross considera que “la laguna tecnológica entre los Estados
Unidos y el resto del mundo no se muestra, en ninguna parte, de forma tan
clara, como en la informática y las comunicaciones y, especialmente, en el uso
de Internet” (Cairncross 1998).9 Más aún, la investigación y creación
científicas, al devenir sirvientes del mercado, tienden a responder, casi
exclusivamente, a los intereses de los consumidores ricos. En 1998, más de
95% de la tierra plantada con cultivos transgénicos se encontraba en América
del Norte y Europa. De los gastos en investigación y desarrollo, relacionados
con la salud a escala mundial, sólo 0,2% se destinó a la neumonía, las
enfermedades diarreicas y la tuberculosis, pero a éstas correspondió el 18%
del total de las enfermedades (PNUD 2001). Las vacunas son las tecnologías
más eficientes en relación con los gastos que se aplican en la atención a la
salud, pues son capaces de prevenir las enfermedades con una dosis que se
administra por una sola vez, pero generan pocas ganancias y, por eso, son
relegadas respecto a medicamentos que requieren aplicaciones reiteradas. De
los 70 000 millones de dólares invertidos en investigaciones sobre salud en el
mundo en 1998, sólo 300 millones fueron destinados a vacunas contra el
VIH/SIDA, y unos 100 millones de dólares a la investigación sobre el paludismo
(PNUD 2001). En un mundo en que se han desplegado enormes posibilidades
productivas, materiales y científico-técnicas para elevar el nivel de vida de
todos los habitantes, resulta paradójica la acentuación de la desigualdad
económica y social, a tal punto que la exclusión o la marginación de muchos
países y habitantes del planeta se ha transformado en producto principal del
proceso de globalización, lo cual muestra los límites más importantes de los
esfuerzos para hacer de la tecnología un instrumento al servicio del desarrollo
humano.
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INNOVACIÓN Y COMPETITIVIDAD
13
EL NUEVO PARADIGMA TECNO-ECONÓMICO
Si se recuerdan algunas de las características del actual paradigma tecno-
económico, se estará en mejor posición para comprender los fuertes vínculos
entre innovación y competitividad. La Humanidad se encuentra, desde finales
de los años 60 y principios de los 70, sometida a transformaciones
trascendentales de los sistemas productivos nacionales, los cuales, impulsados
por un deterioro tendencial de la productividad y de la tasa de ganancia, se han
volcado tanto hacia la redefinición de las relaciones entre el capital y el trabajo,
como hacia el mejoramiento o estabilización de su posición competitiva en el
plano internacional.
La producción flexible sustituye progresivamente al sistema de producción en
masa o en serie. Este dinámico sistema “postfordista”,11 evoluciona
constantemente, pues el énfasis se coloca en la innovación continua en el
proceso de producción, así como en los productos y sus características.
El núcleo del actual paradigma tecno-económico reside en la revolución de la
tecnología de la información, que se constituye en el “cimiento material” del
nuevo escenario mundial, caracterizado por una “nueva estructura social
dominante, la sociedad red; una nueva economía, la economía informacional
global; y una nueva cultura, la cultura de la virtualidad real. La lógica inserta en
esta economía, esta sociedad y esta cultura subyace en la acción social y las
instituciones de un mundo interdependiente” (Castells 1996). En esa línea, se
argumenta que una de las características esenciales del mundo actual consiste
en el paso de un modo de producción, al que se denomina provisoriamente
como “maquinal”, a otro que se denomina, no menos provisoriamente, como
microelectrónico.
El modo de producción maquinal, caracterizado por la hegemonía de la gran
industria, no ha desaparecido; continuará existiendo durante mucho tiempo,
pero coexistiendo y penetrado por los mecanismos microelectrónicos en los
sistemas de producción y trabajo (Mires 1991). De particular importancia
resulta el papel desempeñado por las tecnologías de la información en la
configuración de esquemas de cooperación entre firmas y “redes” integradas
de producción, lo cual hace posible dislocar procesos completos o pequeñas
fases del proceso de trabajo, manteniendo el control centralizado de las
operaciones.
La tendencia de las empresas a deshacerse de las actividades que no están
directamente relacionadas con su núcleo fundamental de competencia y a
concentrarse en aquellas partes de la cadena productiva de mayor valor
agregado, está aumentando su dependencia de la subcontratación externa.
Así, pues, la unidad operativa del orden económico mundial emergente no son
las empresas concretas o grupos de empresas, sino el proyecto empresarial
representado por una red, que abarca el mundo, y que cambia continuamente
su geometría, en conjunto y para cada unidad individual.
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Esta nueva lógica de organización global de la producción y la distribución, tan
variable, precisa de una forma de gestión muy dinámica, que depende de la
flexibilidad de la empresa y de la disponibilidad de las tecnologías de
comunicación y producción apropiadas para ella. A instancias del progreso
científico-técnico, en las naciones industrializadas se ha observado un
impetuoso desarrollo de las actividades de servicios --catalogadas por algunos
especialistas como una de las manifestaciones cruciales de nuestra época--, el
cual ha implicado un cambio estructural de la economía mundial, visible incluso
en los países subdesarrollados. Los servicios, también denominados sector
terciario, han aumentado su contribución a la generación de empleo y al PIB en
la mayoría de las naciones, y presentan el crecimiento más elevado del empleo
y las mayores tasas de inversión en las principales áreas metropolitanas del
mundo. Se ha verificado una intensificación del proceso de desagregación de
actividades de servicios que hasta hace muy poco eran realizadas por las
empresas productivas y que, por circunstancias económicas y técnicas, resulta
hoy más conveniente realizar externamente por medio de empresas
especializadas. Simultáneamente, han aparecido nuevos tipos de servicios,
asociados a los múltiples adelantos científico-técnicos alcanzados al calor de la
denominada Tercera Revolución Industrial: las actividades de procesamiento
de datos, transporte, comunicaciones, servicios financieros y de consultoría
(servicios legales, publicidad, diseño, mercadotecnia, relaciones públicas,
seguridad), entre otros, se encuentran en el centro de todos los procesos
económicos, ya sea en la fabricación, la agricultura, la energía o los servicios
de diferentes clases. Por un lado, la expansión inusitada del sector terciario ha
afectado las estrategias de los Estados, los cuales han debido ir adecuando
sus estructuras económicas para mantener o mejorar el nivel de competitividad
de sus productos de exportación y, por consiguiente, garantizar una posición
favorable dentro de la división internacional del trabajo. Por otro, en función de
aprovechar este nuevo, lucrativo e importante campo de actuación, las
corporaciones transnacionales debieron modificar oportunamente sus
estrategias de expansión y desplazarse hacia el sector de los servicios.
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LAS POLÍTICAS PARA LA PROMOCIÓN Y ORIENTACIÓN DEL
AVANCE CIENTÍFICO Y TECNOLÓGICO
En un libro publicado a mediados de la década de los 80, dos politólogos
ingleses de la Universidad de Strathclyde llegaron a distinguir y analizar hasta
diez usos diferentes del término “política” (Hogwood y Gunn 1984). Sin acudir a
tantas --por otra parte, deseables-- precisiones, parece conveniente, sin
embargo, comenzar, en nuestro contexto, con aquella definición de la política
científica que pudiéramos denominar clásica. Esta definición la considera “el
conjunto de medidas legislativas y ejecutivas que un Estado nacional adopta a
fin de organizar, utilizar e incrementar los recursos que tiene a su soberana
disposición para llevar a cabo las actividades de descubrimiento, invención e
innovación que coadyuven al alcance de las metas específicas de desarrollo
del país, incluyendo la organización de la transferencia y asimilación del
conocimiento científico y tecnológico existente más allá de sus fronteras”
(Sáenz y Capote 1981).14 Estas medidas son diseñadas e implementadas, por
supuesto, a partir de un conjunto de principios que definen la doctrina
estratégica del Estado en esta esfera. En la realidad de los años 50 y 60, la
anterior definición estuvo circunscrita al fomento y regulación de acciones
relacionadas con la investigación científica. A principios de los 60, incluso se
dudaba, en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE), de la ubicación de esta política en el conjunto de las de un
Estado y se discutía sobre su autonomía o personalidad propia en ese conjunto
(OCDE 1971). Sólo paulatinamente, a partir de la década de los 70, comenzó la
política científica a denominarse “política científica y tecnológica”, y a tratar de
incidir o de abarcar los desarrollos tecnológicos propiamente, la generación de
tecnología, sin que pusiera todavía su centro de gravedad aún más allá, en los
procesos de innovación, o sea, en los procesos de utilización efectiva, en la
práctica social, de los conocimientos científicos y tecnológicos. Todo ello era,
en última instancia, consecuencia de una concepción lineal de la interrelación
del progreso económico y social con el progreso científico y tecnológico.
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ORIGEN DEL TÉRMINO TECNOLOGÍA PARA EL DESARROLLO HUMANO
Debido al desgaste sufrido por el término TA así como el nuevo contexto socio
tecnológico, el concepto ha evolucionado hacia formulaciones nuevas que
explicitan el modelo de desarrollo que marca el factor tecnológico. En este
sentido, la difusión del concepto de DH ha provocado un cuestionamiento
profundo del papel del factor tecnológico con relación al desarrollo y, más allá,
con las estrategias de la cooperación al desarrollo: "No hay una correlación
directa entre crecimiento económico y desarrollo humano" (PNUD, 1996), y por
tanto no se cumple la relación lineal entre progreso cien- 6 tífico, tecnológico,
económico y social; y "existe una particular necesidad de tecnologías que
satisfagan las necesidades de los pobres" (PNUD, 1998).
El punto álgido de este proceso fue la publicación del informe del PNUD del
año 2001, dedicado explícitamente a “poner el adelanto tecnológico al servicio
del desarrollo humano”, y que ha sido expresado por Kofi Annan como un reto
al foro económico de Davos (2002): “Ayudar a movilizar la ciencia y tecnología
globales para poder abordar las crisis entrelazadas de hambruna, enfermedad,
degradación ambiental y conflictos que están reteniendo el progreso del mundo
en desarrollo”.
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RECOMENDACIONES
Por finalizado este trabajo se puede concluir que se abarcó el tema, hasta
donde se pudo; no obstante, del tiempo creo que se ha logrado abarcar todos
los aspectos planteados, de manera exhaustiva.
En esta investigación se ha podido desarrollar un análisis general sobre la
protección internacional en materia de Derechos Humanos, desde el concepto
de Derechos Humanos que para empezar produce controversias, pasando por
los diversos sistemas de protección; punto en el cual el trabajo se divide en
dos; la ONU como sistema de protección mundial y la OEA como sistema de
protección regional.
Con la realización de este trabajo se confirma la hipótesis planteada de si es
efectiva la protección de Derechos Humanos que surge a partir de la creación
de la ONU alrededor del año 1945; de igual manera se verifica la segunda
hipótesis de si es efectiva la protección de los derechos humanos en América a
través de la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Sin embargo con respecto a la primera hipótesis, si bien es cierto que la ONU
aparece como el órgano necesario para asegurar una convivencia pacífica en
el mundo y tratar de proteger hasta donde se puede los derechos humanos; en
el mundo en que vivimos no existe todavía un órgano o una Corte internacional
tan fuerte como para que realmente se garantice que nunca más se van dar
violaciones de derechos humanos, porque el mundo no ha entendido que se
requiere ceder poder y someterse de lleno a la jurisdicción de la ONU y los
demás órganos internacionales; hasta el tanto los países no quieran ceder
poder, su soberanía; el mundo será igual y de nada servirá que exista una
protección mundial en materia de derechos humanos si los países no la
aceptan o si la aceptan lo hacen para quedar bien frente al mundo pero que en
su interior se desarrollan quizá las más desenfrenadas olas de violaciones de
derechos humanos, porque realmente no hemos entendido el enorme
compromiso que tenemos para con la humanidad de reformar nuestros
sistemas de gobiernos, adaptar nuestra legislación e impulsar de manera
efectiva la protección y promoción de derechos humanos, si queremos
asegurar la paz en el futuro.
La creación de la ONU ha sido solo el primer paso dentro del enorme proceso
que resta por comenzar.
En relación con la segunda parte de la hipótesis, en América la situación, no es
tan fácil; es claro que el mundo ha decidido cambiar de rumbo luego de las
atrocidades cometidas contra la humanidad durante la
Segunda Guerra Mundial; sin embargo en el campo referente a América no es
sino hasta el año 1969 que se comienza a dar una consolidación de los ideales
de libertad, igualdad, dignidad, con la creación de la Comisión; que es el
órgano que da paso a un sistema de protección y promoción de los derechos
humanos, ante el cual los sujetos pueden denunciar sin temor de represalias
violaciones masivas de derechos humanos, como las que se han vivido en
América.
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CONCLUSIONES
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BIBLIOGRAFIA
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ANEXOS
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