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Lesiones óseas

Las lesiones óseas pueden ser simples


fracturas, como cualquier persona puede
tener en caso de un traumatismo, o ser más
graves como un cáncer, sobretodo. El tumor
puede ser benigno (osteocondroma,
osteoma o condroblastoma, por ejemplo) y
no ser particularmente peligroso. También pueden ser malignos (osteosarcoma,
condrosarcoma o sarcoma de Ewing) y poner en juego el pronóstico vital. Las
metástasis también son lesiones óseas debidas a la migración de las células
cancerosas a los huesos. Una lesión ósea es una anomalía en el crecimiento o la
estructura de un hueso. Estas lesiones pueden ocurrir en cualquier parte del
cuerpo, aunque son más comunes en los huesos largos, principalmente en los
brazos y las piernas. También pueden ocurrir a cualquier edad, pero son mucho
más comunes en los huesos de rápido crecimiento de los niños y los adultos
jóvene s. Las lesiones óseas pueden ser o no cancerosas y los métodos de
tratamiento varían en función de la agresividad y el tipo de lesión.

Según el sitio web bonetumor.org, "Lesión es un término genérico para una


anormalidad en el hueso". Las lesiones óseas pueden ser causadas por diferentes
factores que incluyen variaciones de crecimiento, infecciones, heridas óseas, el
uso excesivo de los huesos, quistes o tumores. A menudo los médicos usan el
término "lesión" al comienzo del proceso de diagnóstico, ya que es una palabra
general que puede referirse a muchos fenómenos relacionados con los huesos.
Las lesiones óseas pueden ser pequeñas o grandes y se pueden encontrar en la
superficie del hueso o depositadas en el interior.

La mayoría de las lesiones óseas son en realidad tumores. Cuando la gente


escucha la palabra "tumor", automáticamente lo asocian con el cáncer; pero
muchas de las lesiones de los huesos o tumores no son cancerígenos; además,
por lo general estos tumores óseos son benignos. Si bien dañan a los huesos, no
son una amenaza para la salud. El diagnóstico de una lesión ósea no
necesariamente significa que el paciente tiene cáncer. Por lo general, las lesiones
óseas se diagnostican por primera vez rayos X. Estos pueden mostrar el patrón de
destrucción ósea, el tamaño, la forma y la ubicación exacta de la lesión. Una serie
de rayos X también demuestra la tasa de crecimiento, que indica si la lesión ósea
es de crecimiento lento o agresivo (crecimiento rápido). Además de los rayos X
que son sólo el primer paso en el proceso de diagnóstico, los médicos también
realizan tomografías computadas, gamagrafías óseas isotópicas, resonancias
magnéticas y tomografías PET para evaluar las lesiones de los huesos.
Fisuras

La palabra fisura procede en su etimología


del latín “fissura”, un derivado del verbo
“findere” que significa “abrir” o “dividir”, más
el sufijo de acción y efecto “ura”. Una fisura
es la acción y el efecto de agrietar o hendir.
En las cosas materiales, una fisura
consiste en una grieta alargada y angosta. Las podemos encontrar en varios
casos: Las fisuras en las rocas, son hendiduras que pueden presentar desde su
formación, o aparecer luego, por la acción de fuerzas naturales como variaciones
de temperatura, torsión, tracción o compresión. Las rocas volcánicas al enfriarse,
o las arcillosas al desecarse, provocan fisuras de contracción.

Las fisuras óseas, son lesiones en los huesos que no alcanzan a ser fracturas,
porque no se pierde la continuidad del hueso, y eso hace que no haya riesgo de
desplazamiento de las piezas. Son dolorosas. El diagnóstico se hace
fundamentalmente a través radiografías. La inmovilización de la zona, cuando se
trata de un hueso de la locomoción, al menos por algún tiempo, es recomendable.
En el caso de los dientes, también las fisuras pueden provocar dolor y sensibilidad
al frío y al calor, pudiendo las fisuras externas ser causantes de infecciones en la
pulpa del diente. La fisura palatina o de paladar que es un problema que se
presenta al nacer, provoca una conexión entre la boca y la nariz. Se corrige
quirúrgicamente pues puede traer problemas en la alimentación y en el habla.

La fisura anal está constituida por una grieta en la mucosa que recubre el ano.
Puede estar provocada por estreñimiento crónico o diarreas recurrentes. En el
caso de cosas inmateriales, se habla de fisura, cuando una idea, un pensamiento
o una acción muestran ciertas inconsistencias, al modo de un “quiebre” con la
coherencia lógica. Ejemplos: “Hay una fisura en tu argumento, ya que nos e
entiende por qué tu teoría no puede comprobarse en la práctica” o “Tengo varias
ideas, pero como aún les veo fisuras, quiero corregir todos los detalles para que
no fracasen cuando las concrete”. Hendidura cuya existencia en unos casos
resulta normal y en otros su aparición es de origen patológico. Entre las
clasificadas como normales se encuentran las fisuras o cisuras cerebrales (cisura
interhemisférica, cisura transversa, etc.); las existentes en o entre huesos (fisura
orbitaria, fisura petrosfenoidal, etc.). Entre las patológicas se pueden citar: fisura
anal (grieta en la piel del ano), fisura de un hueso, etc. La fisura ósea no es más
que una que una fractura de hueso incompleta. Se caracteriza por no haber una
separación de los bordes y no haber ningún fragmento óseo, podríamos decir que
es como una herida o grieta que se produce en el hueso. Normalmente se genera
por un excesos de presión producido por un traumatismo.
Fracturas

Es la ruptura total o parcial de un hueso por


diversas causas; lo más común es que se deba
a un accidente, una caída fuerte o una lesión
deportiva. La fractura provoca un dolor intenso
y dependiendo de la gravedad puede necesitar
cirugía para recomponer el hueso. Las fracturas es una discontinuidad en los
huesos, a consecuencia de golpes, fuerzas o tracciones cuyas intensidades
superen la elasticidad del hueso. En una persona sana, siempre son provocadas
por algún tipo de traumatismo, pero existen otras fracturas, denominadas
patológicas, que se presentan en personas con alguna enfermedad de base sin
que se produzca un traumatismo fuerte. Es el caso de algunas enfermedades
orgánicas y del debilitamiento óseo propio de la vejez. Si se aplica más presión
sobre un hueso de la que puede soportar, éste se parte o se rompe. Una ruptura
de cualquier tamaño se denomina fractura y si el hueso fracturado rompe la piel,
se denomina fractura abierta (fractura compuesta). La fractura por estrés o
sobrecarga es una fisura delgada en el hueso que se desarrolla por la aplicación
prolongada o repetitiva de fuerza sobre el mismo.

Tratamiento: Es importante que la persona que ha sufrido una fractura realice la


menor cantidad de movimiento posible, ya que puede causar más dolor o
complicaciones. Se debe esperar a que lleguen profesionales médicos que sepan
cómo actuar. En caso de que se trate de una fractura abierta, es necesario
intervenir rápidamente para evitar que se infecte. El médico que intervenga al
paciente realizará una radiografía para identificar la posición del hueso fracturado.
Es importante conocer la causa de la fractura, pues ayuda al médico a identificar
los huesos dañados y cómo tratarlos. Una vez identificada, se recolocará el hueso
en su posición original. Si el hueso es muy largo o se ha fracturado en más de dos
partes, es posible que el médico realice una cirugía e introduzca un clavo de metal
para consolidarlo. Este clavo será quitado una vez el hueso haya sanado.

Diagnóstico

El médico hace el diagnóstico con un examen físico y exámenes de diagnóstico.


Durante el examen, el médico obtiene una historia médica completa del niño y
pregunta cómo se produjo la lesión. Los procedimientos de diagnóstico pueden
incluir los siguientes: Radiografías : examen de diagnóstico que utiliza rayos
invisibles de energía electromagnética para producir imágenes de los tejidos
internos, los huesos y los órganos en una placa. Este examen se utiliza para medir
y evaluar la curva.
Concepto de dislocación

En Traumatología se refiere a los huesos


que se han salido de lugar, separándose
entre sí en el lugar en que los une la
articulación, como consecuencia de un
traumatismo o un esfuerzo excesivo. Cuando un hueso se sale del lugar en que
debe estar, con frecuencia puede dañar nervios, ligamentos y vasos sanguíneos,
causando un intenso dolor e inflamación. Se conocen también como luxaciones, y
suelen darse en la cadera, en hombros, rodillas o codos. En general, si no hay
fracturas se resuelve colocando el hueso en su lugar e inmovilizarlo por unos días.

Las dislocaciones (o luxaciones ) son lesiones en las articulaciones que arrancan


los extremos de los huesos y los sacan de su posición. La causa suele ser una
caída o un golpe y, algunas veces, una consecuencia de practicar un deporte de
contacto. Pueden producirse dislocaciones en los tobillos, las rodillas, los
hombros, la cadera, los codos y la mandíbula. También pueden dislocarse las
articulaciones de los dedos de las manos y los pies. Las articulaciones dislocadas
suelen hincharse, doler y encontrarse, a simple vista, fuera de lugar. Puede
suceder que no pueda moverla. Una dislocación es una emergencia médica. Si
esto sucede, busque atención médica en seguida. El tratamiento dependerá de la
articulación afectada y de la gravedad de la lesión. Puede incluir maniobras para
volver a poner los huesos en su lugar, medicamentos, férulas (yeso) o cabestrillo y
rehabilitación. Cuando se vuelve a poner en su lugar, es posible que la articulación
se mueva y funcione normalmente en unas semanas. Una dislocación de hombro
o rótula puede que vuelva a dislocarse más adelante. Utilizar equipo protector
durante la práctica de deportes puede ayudar a prevenir las dislocaciones.

Síntomas

 Una articulación dislocada puede estar:


 Visiblemente deforme o fuera de lugar
 Inflamada o decolorada
 Intensamente dolorida
 Inflexible

Cuándo consultar al médico

Puede resultar difícil diferenciar un hueso roto de un hueso dislocado. Para


cualquiera de estos tipos de lesiones, busca asistencia médica de inmediato. En lo
posible, coloca hielo en la articulación y mantenla inmóvil mientras esperas que te
atiendan.
Lesión muscular

Lesiones musculares: Una anomalía dolorosa


que se produce a nivel muscular es llamada
“lesión muscular”, siendo sus causas debidas
por lo general a un exceso de esfuerzo o
golpe externo. La fisiopatología de la
degeneración e inflamación tras una lesión
muscular se inicia con la lesión de la
membrana del miocito. Esto induce la necrosis de las miofibras. A continuación las
interleucinas atraen a los monocitos y regulan el proceso inflamatorio. Los
macrófagos se replican para desbridar el área vía fagocitosis. Seguidamente
acontece la regeneración mediante factores de crecimiento y mioblastos. La
regeneración muscular acontece en cuatro estadios: proliferación de mioblastos,
formación de miotubos o sarcoblastos, formación de fibras musculares y re
inervación de las fibras musculares regeneradas. En ocasiones aparecen
cicatrices fibrosas como consecuencia de la sobre activación de la matriz extra
celular que contiene células fibroblásticas que producen diversos tipos de
colágeno.

Directa

Laceración: Las laceraciones son resultado de lesiones penetrantes y son


frecuentes en los pacientes politraumatizados. Curan rápidamente pero forman
una gruesa cicatriz con poca elasticidad. En la ecografía en fase aguda puede
observarse un hematoma con imagen hiperecogénica y en las fases más tardías
una zona anecogénica por falta de continuidad del vientre muscular. En pacientes
jóvenes deportistas o trabajadores de fuerza con afectación de músculos
importantes pueden requerir sutura.

Indirectas

Ocurren más frecuentemente en músculos biarticulares, sometidos a altas


solicitaciones excéntricas durante el ejercicio, generalmente en la unión
miotendinosa. Los músculos más frecuentemente afectados son: recto femoral,
gemelo medial, isquiotibiales, y aductores. Menos frecuentemente se afectan los
músculos de la pared abdominal, glúteos, pectoral, músculos del brazo y
antebrazo.

La mayoría de las lesiones suelen evolucionar de forma natural hacia la curación.


En los calambres y DOMS después del tratamiento inicial con reposo relativo, la
aplicación de calor y masaje suave; se puede reiniciar la actividad sin mayores
complicaciones.
Desgarro

n desgarro es una rotura o


rompimiento. El término suele
utilizarse para nombrar al desgarro
muscular, que es una lesión del tejido
muscular con daños en las fibras
interiores y la rotura de los vasos
sanguíneos. Por ejemplo: “El delantero chileno sufrió un desgarro y estará dos
semanas sin jugar”, “López ha dejado de correr repentinamente: pareciera que
acaba de sufrir un desgarro”, “Esta temporada me he perdido cuatro torneos ya
que tuve dos desgarros y una pubalgia”. El desgarro puede producirse por
contracción (con un esfuerzo que supera la capacidad biológica del músculo para
resistir la tensión) o elongación (por un estiramiento exagerado). Un calentamiento
adecuado antes de la actividad física reduce la posibilidad de sufrir un desgarro,
aunque no la anula por completo. El desagarro también puede producirse por
exceso de actividad, cuando la persona siente cansancio en los músculos pero
sigue realizando esfuerzos.

La palabra desgarro se refiere a la rotura de una estructura o tejido del organismo.


Los desgarros pueden ser superficiales o profundos y deben ser evaluados para
evitar posibles complicaciones. Si bien pueden ocurrir en cualquier parte, los
desgarros son más frecuentes en algunas localizaciones, especialmente en las
estructuras vulnerables a los traumatismos. La piel es uno de los principales
asentamientos de este tipo de afecciones, en donde se conocen más comúnmente
como heridas, que pueden ocurrir como consecuencia de una caída o ser
infringidos por un objeto intencional o accidentalmente.

Otra localización común la constituyen los músculos durante el ejercicio sin


calentamiento previo, o la ejecución de un movimiento brusco, un músculo no
preparado puede desgarrarse total o parcialmente. Además de los músculos los
desgarros también pueden localizarse en tejidos más resistentes como los
tendones y ligamentos, esto es precisamente lo que ocurre en los esguinces, en
donde tras un movimiento brusco de inversión o eversión del pie se estira el
ligamento del tobillo pudiendo desgarrarse, otra articulación donde esto suele ser
frecuente es en el hombro, allí los desgarros constituyen una de las principales
causas de las lesiones del manguito rotador. Dado que un desagarro implica
necesariamente una rotura, se acompañan siempre por una hemorragia, cuya
gravedad variara según el tamaño del vaso sanguíneo roto o si este es una vena o
una arteria.
Rotura

Una rotura muscular es la rotura de las fibras


de un músculo que provoca un dolor repentino,
normalmente a causa de una contracción o
elongación (estiramiento) violenta del músculo.
Ocurre con más frecuencia a aquellas personas
que practican deporte de manera habitual
siendo las zonas más recurrentes para que
aparezcan la espalda y los músculos que hay
detrás del muslo y de la pierna (gemelos).
Dependiendo de la gravedad, el tiempo de recuperación del paciente será mayor
o menor, aunque en la mayoría de los casos esta recuperación consistirá en un
reposo inicial acompañado de la realización de una serie de ejercicios con el
objetivo de rehabilitar el músculo para evitar futuras lesiones.

Causas

Existen varias causas que pueden provocar una rotura:

 Una contracción o estiramiento violento del músculo.


 Una carga excesiva en el músculo cuando está fatigado o no ha sido
calentado. Es frecuente que una rotura se produzca cuando la persona
también tiene agujetas.
 Que el músculo haya sufrido una lesión hace poco tiempo y no se haya
recuperado del todo.
 Un golpe o una caída.
 Sedentarismo: si la persona no realiza ejercicio habitualmente puede tener
una rotura al empezar a realizarlo debido al sobreesfuerzo para el músculo.
 Desnutrición: sin una buena alimentación las fibras se debilitan y se vuelven
más finas y frágiles.
 Mala circulación sanguínea: al no recibir sangre suficiente, el músculo se
debilita.
 Algunas enfermedades como la diabetes.

Síntomas

Una rotura de músculo provoca dolor repentino y agudo, así como la imposibilidad
de mover el músculo debido al dolor. Puede ir acompañado de una sensación de
debilidad y de hinchazón. Hay diferentes tipos de rotura:
Calambre

Un calambre es una contracción


espasmódica, involuntaria y muy dolorosa
que puede afectar a ciertos músculos. Los
calambres musculares suelen manifestarse
cuando el músculo se tensiona o se contrae
con una causa y no consigue relajación.
Pueden atacar una parte de un músculo, un
músculo completo, o varios al mismo
tiempo. Los calambres suelen darse con
mayor frecuencia en algunas partes del cuerpo, tal es el caso de la parte posterior
de la pierna o pantorrilla, de la parte posterior del muslo, en el cuádriceps, en los
pies, los dedos de los pies, las manos, los brazos, el abdomen y en la caja
torácica. Al músculo acalambrado se lo sentirá duro y abultado y se lo puede
relajar estirándolo, haciendo algún masaje sobre esa zona. Si bien un calambre
casi nunca puede desembocar en alguna consecuencia grave para la salud de
quien lo padece, sí puede complicar el descanso nocturno, la calidad de vida y
también ser un obstáculo a la hora de la realización de determinadas actividades.

Factores desencadenantes y cómo aminorar sus molestos efectos

Las razones que provocan los calambres son muchísimas, aunque existen
algunas que por su recurrencia son consideradas las más comunes: insuficiente
oxigenación de los músculos, perdida de líquidos o sales minerales, esfuerzos
prolongados en alguna rutina física, movimientos bruscos, o por el frío. En tanto, el
envenenamiento o ciertas enfermedades, también pueden ocasionar calambres,
especialmente en la zona del estómago. Y ciertas afecciones como el
hipotiroidismo, la menstruación, el alcoholismo, la insuficiencia renal, el embarazo
y la ingesta de algunos medicamentos pueden contribuir al desarrollo de
calambres.

Una rutina física exigente, en la cual se realizan complejas ejercitaciones de


músculos puede acarrear la aparición de calambres. Se considera que esta
asociación es el resultado de la producción y acumulación de ácido láctico en el
músculo, siendo justamente durante el ejercicio que constantemente se produce
este ácido. Una buena forma para combatir el calambre es la realización de
ejercicios de estiramiento antes y después de la rutina física. Ni bien se siente el
calambre lo aconsejable es suspender la actividad física que se viene ejecutando
e inmediatamente proceder a hacer estiramiento y masajear la zona afectada. El
calor es bueno para ayudara a relajar el músculo y el hielo también es bueno a
veces porque ayuda a disminuir el dolor provocado por los calambres.
Esguince

Un esguince es una lesión que se produce


cuando una articulación o ligamento se
tuerce o se estira de manera brusca y
excesiva, provocando dolor. Los esguinces
generan una inflamación en la zona
afectada, donde también aparece un
hematoma debido a la acumulación de
sangre. Estas lesiones, que impiden la
movilidad normal de la articulación, pueden generarse por un golpe o un
movimiento que no resulta natural. Es importante no confundir el esguince con un
desgarro (que afecta al músculo) ni con una luxación (en este caso, la articulación
cambia de posición y se separa del hueso). De acuerdo a la gravedad de la lesión,
en el habla cotidiana podemos simplemente reconocer los esguinces leves
(aquellos que no provocan más q ue la distensión de los ligamentos) y los graves
(si se rasgan o se cortan los ligamentos). Por otro lado, es posible hablar de tres
tipos de esguince, según distinguen los profesionales:

esguince grado I: también se conoce con el nombre de entorsis. Se da cuando el


ligamento se distiende parcialmente, es decir que no hay arrancamiento (el
ligamento no se ve separado violentamente del hueso) ni rotura. Durante el
examen clínico, un esguince de este tipo le permite al paciente realizar los
movimientos de manera aparentemente normal, pero se aprecia un cierto grado de
hinchazón. Por medio del tratamiento adecuado, es posible que el paciente se
recupere totalmente y que no le queden secuelas;

* esguince grado II: su característica principal es que los ligamentos se rompen


total o parcialmente. El dolor es muy fuerte y los movimientos de la articulación
son demasiado amplios. Por lo general, es posible recuperarse completamente,
aunque la duración del tratamiento es mayor que en los casos de grado I, y
pueden dejar secuelas de variada gravedad;

* esguince grado III: el ligamento se rompe enteramente y también se produce el


arrancamiento óseo. Todo esto puede acarrear una luxación si la congruencia
articular se pierde por completo. Se suele realizar una radiografía para observar la
lesión en los huesos. Por lo general, quedan secuelas de una gravedad moderada
o grave, con dolores, inestabilidad y rigidez que persisten. A nivel general, más
allá de las distintas intensidades, puede decirse que todos los esguinces provocan
una hinchazón y causan dolor, generando ciertos problemas funcionales. Los
esguinces más habituales se producen en el pulgar, en la muñeca y en el tobillo.

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