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BENITO JERÓNIMO FEIJOO Y MONTENEGRO

Hola. Soy Benito Jerónimo Feijoo y Montenegro.

Nací en 1676 en Orense y fallecí a los 88 años de edad en Oviedo.

He sido un religioso benedictino, ensayista y polígrafo español y fui una de


las figuras más destacadas de la primera Ilustración Española.

Fui catedrático de Teología, en la Universidad de Oviedo, hasta el fin de


mis días.

Dediqué mi vida al estudio, a la enseñanza, a la composición y a la defensa


de mis obras.

Yo no entendía por qué muchos hombres se sentían atacados cuando se


reclamaban los derechos de las mujeres, o porqué se ofendían los hombres
cuando se defendían a las mujeres.

Por eso, escribí un libro llamado “Teatro Crítico”, en el que hablaba del
papel que la mujer desempeñaba en la sociedad. En dicho libro incluía un discurso
sobre la “Defensa de las Mujeres”, que fue considerado el primer tratado
feminista español, un hito dentro de la Historia de España, en el cual defendía
que “ambos sexos disponen de una misma capacidad intelectual y que, por lo
tanto, era de justicia conceder a las mujeres el derecho a acceder al saber
científico”.
FRANÇOIS POULLAIN DE LA BARRE

Hola. Yo soy François Poullain de la Barre.

Nací en París en 1647 y fallecí en Ginebra a los 78 años de edad.

Fui escritor, filósofo y pensador feminista.

Yo afirmaba que el intelecto no tiene sexo, y propuse un modelo educativo


igualitario y universal, así como el acceso de hombres y mujeres por igual a la
vida pública.

Entre otras obras, dejé escritos tres textos que me situaron como el
primer filósofo que cuestionó el patriarcado.

En 1673, publiqué un libro polémico y radical para la sociedad de mi época:


“De la igualdad de los sexos, discurso físico y moral en el que se destaca la
importancia de deshacerse de los prejuicios”, donde demostraba que el trato
desigual que sufren las mujeres no tiene un fundamento natural, sino que procede
de un prejuicio cultural.

En 1674, la volví a liar con la publicación de “La educación de las damas


para la conducta del espíritu en las ciencias y en las costumbres”, una propuesta
del método educativo donde explicaba cómo una educación igualitaria y universal
puede combatir la desigualdad de género en beneficio de toda la humanidad.

En 1675 escribí “De la excelencia de los hombres contra la igualdad de los


sexos”, donde ridiculizaba los argumentos de quienes apoyaban la inferioridad de
las mujeres y defendía con ironía el punto de vista sexista que prevalecía en mi
época.

Defendía incluso lo que a día de hoy llamamos discriminación positiva.

Siempre mantuve que las diferencias biológicas no suponían racionalmente


ningún motivo que explicara las desigualdades sociales entre hombres y mujeres;
que creerlo provenía de prejuicios erróneos y que, aunque quienes lo sustentan
pasen por grandes sabios, en el fondo hablan como cualquier ignorante …

…..Afirmaciones sobre las que a día de hoy, en ocasiones, hay que insistir.
ZIAUDDIN YOUSAFZAI

Hola, soy Ziauddin Yousafzai.

Nací en Pakistán en 1969. Actualmente tengo 53 años.

En mi cultura, el nacimiento de una niña no se celebra. Pero, cuando nació


mi hija Malala, me sentí profundamente honrado.

Yo siempre soñé con dirigir un colegio.

A los 5 años, cuando las niñas deberían ir a la escuela, tienen que quedarse
en la casa. Hasta los 12 se pueden divertir, jugar con sus amigos y moverse en las
calles libremente. Pero cuando cumplen 13 años, se les prohíbe salir de la casa sin
un acompañante masculino. Dejan de ser libres. Se convierten en el llamado honor
del padre, de los hermanos y de su familia. Hay una norma más allá de ellas que se
llama obediencia: se supone que una buena chica tiene que ser muy tranquila, muy
humilde y muy sumisa.

Yo quise romper con ese círculo vicioso, que se transmite de generación en


generación y, a los 4 años y medio, admití a mi hija en mi escuela, al igual que a
otras niñas.

Me convertí en un miembro muy respetado de mi comunidad y la escuela


que fundé, a la que acudían niños y niñas, tenía bastante éxito y concurrencia. Sin
embargo, las miradas recelosas de algunos musulmanes ortodoxos sobre mi
academia, era una preocupación constante para mí y mi familia.

Cuando mi hija Malala tenía 10 años, era común escuchar sobre atentados a
escuelas de niñas en Pakistán, ya que un importante sector de la población
consideraba que era una falta a la ley islámica.

Muchas chicas dejaron de asistir al colegio debido al miedo, pero yo no


cerré las puertas de la escuela pese a que hubo gente dispuesta a hacer todo lo
posible para cerrarla y hacerla ver como algo ilegal y pecaminoso. En todos esos
momentos de dificultad y angustia, yo aconsejaba a mi hija Malala permanecer
fuerte, seguir estudiando y no dejarse intimidar por la violencia de las personas.
En 2012, mi hija Malala sufrió un atentado que puso en peligro su vida por
el simple hecho de ir a la escuela: le dispararon en la cabeza mientras volvía a
casa. A raíz de este ataque, del que ha logrado sobrevivir, la causa de mi hija y la
mía propia cobró dimensiones globales.

Nos fuimos de Pakistán para estar en un entorno más seguro, pero


seguimos trabajando en favor de la equidad de género y el derecho a la educación
de las niñas en el mundo entero.

También colaboro como Consejero de Naciones Unidas para la educación


global.

Antes me decían Ziauddin el activista. Ahora soy Ziauddin el padre de


Malala. Y si quiero hacerme el importante, digo que soy el padre más joven de una
ganadora de Premio Nobel.

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