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Este artículo tiene como objetivo analizar el aporte de las técnicas de litigación
en el área procesal y los desafíos de la reforma para llegar a niveles aceptables
sobre la solución de conflictos penales.
Por esto el avance ha sido solamente en cuanto a la forma del juicio, la que sin
ninguna duda se ha ordenado, pero aún quedan grandes retos en cuanto a las
posiciones de la teoría del proceso y de la doctrina jurídico-penal para
completar la obra iniciada con las técnicas de litigación.
La teoría del caso con sus tres proposiciones fácticas, jurídicas y probatorias
ordena desde el inicio el debate. Esto permite verificar un escenario común
entre las partes, en que ambas se tienen que fijar posiciones sobre cada
proposición, esto trae como consecuencia que el juzgador pueda determinar en
el juicio qué argumento tiene mayor peso jurídico y qué pruebas garantizan
esta situación, punto fundamental en un sistema procesal acusatorio.
Dicha teoría del caso no es solamente aplicable a la parte oral del juicio, sino
que las partes deben exponerlas en sus respectivos escritos. Así, la querella
consignada en los actos iniciales del proceso debe cumplir con los siguientes
requisitos establecidos en el artículo 268 numerales 3 y 4 del Código Procesal
Penal, cito: (3) “El relato circunstanciado del hecho, sus antecedentes o
consecuencias conocidos, si es posible, con la identificación de los autores,
cómplices, perjudicados y testigos”, y (4) “El detalle de los datos o elementos
de prueba y la prueba documental o la indicación del lugar donde se
encuentra”. Fin de la cita.
Principios Jurídicos
Principios Jurídicos
Todo esto demuestra que, en cuanto a la forma, la teoría del caso ordena el
litigio y no sólo sus proposiciones son utilizadas en la fase oral, sino también en
los actos iniciales e inclusive en los actos conclusivos de la investigación. A
esta parte se le denomina fase formal del proceso, el litigio en el plenario, pero
falta llenar de contenido de estas tres proposiciones y es ahí donde se observa
una mayor debilidad, principalmente en la proposición jurídica.
En fin, la teoría del caso y las técnicas de litigación son la forma del lenguaje,
no así el fondo, la discusión jurídica de las estrategias de la acusación y la
defensa.
En fin se ve si no se formula una teoría del caso con sus tres proposiciones, el
juicio penal, forma del lenguaje procesal, no podrá prosperar las pretensiones
penales de la acusación porque se dictara auto de no apertura a juicio o en su
caso sentencia absolutoria, pero aún así esto es sólo técnica.
En este orden de ideas, falta llenar de contenido, fondo del lenguaje procesal,
la estrategia con sólidos argumentos jurídicos basados en defensa de
excepciones y derecho penal material, con análisis de imputación objetiva y
subjetiva elaboradas en la teoría del delito.