Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
FACULTAD DE INGENIERIA
INGENIERIA PETROLERA
ESTUDIANTES:
LA PAZ - BOLIVIA
INTRODUCCIÓN
EXCAVACIÓN Y RETIRADA
DESCRIPCIÓN Y APLICABILIDAD
No hay limitaciones absolutas sobre los tipos de residuos o suelos que pueden ser
excavados y retirados. Sin embargo, la salud y seguridad de los trabajadores pesan mucho
en la decisión de excavar materiales explosivos, reactivos o muy tóxicos. Otros factores que
se consideran son las posibilidades de migración de los contaminantes (cuando estas son
escasas, puede ser más adecuado el confinamiento), la viabilidad de un tratamiento o
eliminación "on-site" (los costes de transporte hasta una instalación "off-site" pueden ser
prohibitivos) o de un tratamiento in situ, y el coste del tratamiento o eliminación ex situ de
los residuos o el suelo contaminado.
La excavación y la retirada son aplicables a casi todas las condiciones del emplazamiento,
aunque sus costes pueden hacerse prohibitivos para grandes profundidades o en
ambientes hidrogeológicos complejos.
EQUIPOS UTILIZADOS
Los equipos utilizados, para la excavación, el movimiento y la carga de los mate- riales, son
convencionales y muy variados, pudiendo mencionarse las siguientes:
Retro-excavadoras
Grúas y sus aparejos (dragas y cucharas)
Tractores con pala de arrastre
Auto-cargadoras de arrastre
Moto-niveladoras
Así mismo, hay disponibles unidades a vacío portátiles montadas sobre patines, que
pueden transportarse hasta lugares de difícil acceso y son más adecuadas para volúmenes
pequeños de materiales a manejar.
Un factor importante a la hora de elegir los equipos para la excavación y la retira- da de los
materiales contaminados es la compatibilidad con los materiales de construcción, cuando
se trata de substancias corrosivas o reactivas.
IMPLANTACIÓN OPERACIONAL
Una adecuada implantación del área de trabajo (incluyendo las instalaciones de soporte)
es crítica para la seguridad y eficacia de las operaciones de excavación y retira da. Se
deben establecer tres zonas: "contaminada", "de transición" y "limpia", usando datos de
control de la contaminación del aire y la información disponible sobre la localización de los
residuos o suelos contaminados. La localización de estas zonas gobernará las donde se
desarrollan las actividades. Por ejemplo, cualquier operación de manejo o tratamiento "on-
site" de los residuos o suelos contaminados sería llevada a cabo en la zona contaminada;
la descontaminación del personal se efectuaría en la zona de transición, y las labores
administrativas y de atención médica de emergencia se llevaría a cabo en la zona limpia.
Por otra parte, es fundamental seguir unos procedimientos de seguridad e higiene que
garanticen la adecuada protección del personal durante las operaciones a realizar en los
espacios contaminados. La EPA y la Occupational Safety and Health Administration
(OSHA) han publicado varias guías aplicables.
TRATAMIENTO/ELIMINACIÓN EX SITU
TRATAMIENTO TÉRMICO
Las tecnologías térmicas son sumamente eficaces para el tratamiento ex situ de suelos
contaminados con compuestos orgánicos: disolventes, aceites minerales, bifenilos
policlorados, hidrocarburos aromáticos policíclicos, plaguicidas y dioxinas.
No se pueden aplicar a la mayoría de los metales, aunque con estas técnicas se puede
extraer mercurio. Los demás metales permanecen en la tierra tratada, en cuyo caso hay
que volver a tratarla, o se vaporizan y entonces pueden complicar el tratamiento de los
efluentes gaseosos. Es necesario determinar la presencia de metales y su destino antes de
tratar la tierra.
Las tecnologías térmicas tampoco serían una buena opción para tratar suelos con ácidos
fuertes, que pueden corroer el equipo utilizado para el tratamiento.
La desorción térmica es una técnica innovadora para tratar la tierra contaminada con
sustancias peligrosas, calentándola a una temperatura de 90°C a 540°C, a fin de que los
contaminantes con un punto de ebullición bajo se vaporicen y, por consiguiente, se separen
de la tierra. (Si quedan otros contaminantes, se tratan con otros métodos.) Los
contaminantes vaporizados se recogen y se tratan, generalmente con un sistema de trata-
miento de emisiones.
Los sistemas de desorción térmica típicos (figura 1) pueden tratar hasta 10 toneladas de
tierra contaminada por hora y tienen tres componentes:
Equipo de desorción
La extracción con disolventes es una técnica de tratamiento ex situ que consiste en usar un
disolvente para separar o retirar contaminantes orgánicos peligrosos de fangos residuales,
sedimentos o tierra. La extracción con disolventes no destruye los contaminantes, sino que
los concentra, para que sea más fácil reciclarlos o destruirlos con otra técnica.
La figura 2 presenta un esquema del proceso de extracción con disolventes, que se suele
realizar on-site y abarca cinco pasos:
Preparación
Extracción
Se separan los contaminantes del disolvente usando otro disolvente para ex- traerlos o
mediante destilación u otro procedimiento de separación física. Cuando concluye este paso,
se obtienen los contaminantes concentrados, que se retiran, y el disolvente, que pasa a un
tanque para su reutilización.
Para la extracción con disolventes se usan equipos portátiles que se pueden llevar al sitio
de la operación de saneamiento. Los extractores son de distinto tamaño. Algunos tratan 25
toneladas por día, mientras que otros tienen capacidad para más de 125 toneladas diarias
y ocupan de 140 a 1.000 metros cuadrados o más.
Se ha comprobado que la extracción con disolventes es eficaz y tiene buena relación coste-
eficacia para tratar sedimentos, fangos residuales y tierra que contienen principalmente
contaminantes orgánicos, como bifenilos policlorados, compuestos orgánicos volátiles,
disolventes halogenados y residuos del petróleo. Esta técnica por lo general no se usa para
extraer contaminantes inorgánicos (es decir, ácidos, bases, sales y metales pesados), ya
que estos no se disuelven fácilmente en la mayoría de los disolventes.
LAVADO
El lavado del suelo es una técnica que consiste en el uso de agua, combinada a veces
con aditivos químicos y un procedimiento mecánico para depurar el suelo. Con este
procedimiento se retiran los contaminantes peligrosos y se los concentra, reduciendo su
volumen.
Los contaminantes peligrosos tienden a unirse en forma química o física al limo y la arcilla.
En el procedimiento de lavado del suelo se separa la tierra fina contaminada (limo y arcilla)
de la tierra gruesa (arena y grava). Una vez concluido el procedimiento, la tierra fina puede
ser sometida a un tratamiento ulterior con otros métodos (como incineración o
biodegradación) o se puede eliminar en vertederos. La tierra más limpia se puede usar
como relleno.
Cuanto mayor sea el porcentaje de arena gruesa y grava en el material que deba tratarse
(que se puede limpiar y quizá llevar de vuelta al sitio), más eficaz será el lavado del suelo
en relación con el coste.
Cuando el suelo contiene mucho limo o arcilla, lo mejor es combinar el lavado con otras
técnicas de tratamiento, en vez de usarlo por sí solo. En este caso, el fin del lavado sería
reducir la cantidad de material que ha de someterse a un tratamiento posterior más costoso.
A menudo se pueden retirar mejor los contaminantes durante el proceso de lavado del suelo
añadiendo aditivos químicos al agua del lavado. Sin embargo, la presencia de estos aditivos
podría dificultar el tratamiento del agua del lavado usada y la eliminación de residuos del
lavado. Hay que tener en cuenta el costo de la manipulación y el uso de aditivos, comparado
con la mejora que se logrará en la eficacia del proceso de lavado del suelo.
El lavado del suelo se usa para tratar una amplia gama de contaminantes, como metales,
gasolina, fuel-oil y plaguicidas. El uso de esta técnica presenta varias ventajas:
Crea un sistema cerrado que no es afectado por condiciones externas. Este sistema
permite controlar las condiciones (como el pH y la temperatura) en las cuales se
tratan las partículas del suelo.
Permite excavar los suelos contaminados y tratarlos on site, usando equipos
portátiles, que se pueden llevar hasta el lugar de las operaciones.
Ofrece la posibilidad de retirar una gran variedad de contaminantes del suelo.
Es eficaz en relación al coste, porque puede usarse como tratamiento preliminar,
reduciendo considerablemente la cantidad de material que necesitaría tratamiento
ulterior con otro método. Además, produce un material más uniforme al cual se
aplicarán otras técnicas de tratamiento.
SOLIDIFICACIÓN/ESTABILIZACIÓN
cemento
puzolanas o silicatos
termoplásticos
polímeros orgánicos
Los medios con más éxito en el mercado son los que tienen propiedades organofílicas,
asfalto, cemento y puzolanas, porque tienen una aplicabilidad más amplia y son menos
costosos.
Al final, los suelos o residuos tratados se convierten en una masa estabilizada con baja o
nula lixiviación de contaminantes.
VITRIFICACIÓN
Las temperaturas de fundición están en el rango de 1600 oC a 2000 oC, tempera- turas en
que los contaminantes orgánicos son destruidos mediante pirolisis. Aunque este proceso
se desarrolló para reforzar el aislamiento de residuos radiactivos, anteriormente
depositados, también es apto para tratar suelos contaminados y muchos residuos, tanto
orgánicos como inorgánicos, lo cual es una ventaja, en comparación con otros procesos
térmicos.
DESHALOGENACIÓN QUÍMICA
Para la deshalogenación con glicolatos se usa un reactivo químico llamado APEG. El APEG
tiene dos componentes: un hidróxido de metales alcalinos (la "A" de las siglas APEG) y
polietilén-glicol (que se abrevia "PEG" en inglés), sustancia similar al anticongelante. El
polietilén-glicolato de potasio es el re- activo APEG más común. El proceso consiste en
mezclar y calentar la tierra contaminada con el reactivo APEG. Durante el calentamiento, el
hidróxido de metal alcalino reacciona con el halógeno del contaminante, formando una sal
que no es tóxica, y el polietilén-glicol ocupa el lugar que antes ocupaba el halógeno en la
molécula de bifenilo policlorado, volviéndolo menos peligroso. El proceso de
deshalogenación con glicolatos abarca cinco pasos: preparación, reacción, separación,
lavado y deshidratación (Figura 4). Durante la preparación, se excavan los residuos
contaminados (tierra, por ejemplo) y se pasan por una criba para separar residuos y objetos
grandes tales como piedras y troncos. Después, en el paso de reacción, se vierte la tierra
contaminada y el reactivo APEG en un contenedor de gran tamaño, llamado reactor, donde
se mezclan y se calientan durante cuatro horas.
FIGURA 4. EL PROCESO DE DESHALOGENACIÓN CON GLICOLATOS
Después del tratamiento en el reactor, la mezcla de tierra y APEG pasa al separador, donde
se separa el reactivo APEG de la tierra y se recicla para volver a usarlo en el sistema. La
tierra tratada contiene productos del tratamiento que son sustancias menos tóxicas
resultantes de la reacción que se produce durante la deshalogenación. Estas sustancias
químicas nuevas son una sal, que no es tóxica, y un compuesto orgánico parcialmente
deshalogenado, que es menos tóxico.
La tierra pasa de la etapa de separación a una lavadora, donde se añade el agua recogida
en la etapa de reacción anterior. Se extraen de la tierra los últimos vestigios del reactivo
APEG y se reciclan.
El calor separa los compuestos halogenados de la tierra por evaporación. La tierra que
queda se saca del reactor y se puede llevar de vuelta a su lugar de origen.
Los gases contaminados, condensados en forma líquida, pasan a un reactor de fase líquida.
La reacción de deshalogenación se produce cuando varias sustancias químicas, entre ellas
hidróxido sódico, se mezclan con los contaminantes condensados y se calientan en el
reactor. La mezcla líquida resultante se puede incinerar o tratar con otra técnica y reciclar.
Con la descomposición catalizada por bases no es necesario extraer los reactivos de la
tierra tratada, como en el caso de la deshalogenación con glicolatos.
Los equipos que se usan para la descomposición catalizada por bases se pue- den
transportar fácilmente y no presentan riesgos. Además, requieren menos tiempo y espacio
para movilizar, instalar y desmontar que una incineradora.
TRATAMIENTO BIOLÓGICO
Las tecnologías biológicas se pueden aplicar in situ y ex situ. En este tema nos centraremos
en las técnicas ex situ, que requieren menos tiempo, son más fáciles de controlar y se usan
para tratar una gama más amplia de contaminantes y tipos de suelo que las técnicas in situ.
Entre las técnicas ex situ cabe distinguir:
de fase de lechada
de fase sólida.
La tierra contaminada se combina con agua, hasta crear un fango con un alrededor de un
50% en peso, y se introduce en un tanque grande denominado "biorreactor", donde se
mezcla para mantener los microorganismos presentes en la tierra en contacto con los
contaminantes y se añaden nutrientes y oxígeno. Se pueden añadir también
microorganismos al principio o durante el proceso, para mantener una concentración
correcta de biomasa.
Las condiciones en el biorreactor se controlan a fin de crear el medio óptimo para que los
microorganismos degraden los contaminantes. El tiempo de retención en el reactor
depende del tipo de suelo y de los contaminantes. Una vez concluido el tratamiento, se
separa el agua de los sólidos (suelo), que se eliminan, o son sometidos a un tratamiento
ulterior, si todavía tienen contaminantes. Las aguas residuales resultantes pueden requerir
un tratamiento adicional antes de su vertido.
Una ventaja de la biodegradación en reactor es que se puede combinar con otros métodos,
como por ejemplo el lavado, que podría funcionar como un pretratamiento para eliminar
metales pesados. El sistema consistiría entonces en dos reactores en serie.
LANDFARMING
Este tipo de proceso requiere áreas muy extensas, preferentemente en zonas aisladas y
sin recursos importantes de agua subterránea.
BIOPILAS DE TIERRA