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Héctor López Bandera es actualmente el Coordinador de la Unidad de Servicios Turísticos de Bogotá, además, catedrático y uno de
los colombianos que más conoce de Agroturismo en el país, por esta razón colombia.com habló con él sobre los aspectos
esenciales del desarrollo de esta importante actividad turística en Colombia.
Surgimiento
"Por el año 1992 se dio una coyuntura interesante dada un poco por la visita de varios diplomáticos y embajadores al eje cafetero.
De esta manera, descubren el su paisaje, su cultura, el beneficio del café y desde luego, el potencial de infraestructura de
alojamiento que era de exclusiva propiedad de los cafeteros de la región y que hasta ahí ellos la dedicaban básicamente para sus
familiares y amigos, pero que no la habían entregado al potencial turístico que tenía la región", dice López Bandera.
Agroturismo en Colombia
En cuanto a sus características en Colombia, explicó que actualmente, el turismo agrario es eminentemente doméstico y que
básicamente los grandes centros emisores de turismo hacia la región del eje cafetero son Bogotá y el Valle del Cauca. Y que en
este caso, no se sabe con certeza, cuál emite más porque en alguna temporada el Valle es el primer mercado, en otros caso,
Bogotá y algo Medellín. Incluso, la misma región en una especie de turismo interno, como los que concentran la principal
demanda.
Acerca de la relación entre agroturismo y turismo rural explica que en el país se puede hablar más de turismo rural que de
agroturismo, porque, "mientras el agroturismo propicia el contacto con la población rural, las actividades de ordeño, cultivo, las
posibilidad de trabajar en beneficio del café y de todo lo que implica el agro, en el eje cafetero no sucede esto. La gente de alguna
manera va a realizar más un turismo de observación. Un turismo, si se quiere recreativo, pero que no participa de las actividades
rurales".
De acuerdo a esto, concluye que "evidentemente, ese turismo nace con la posibilidad de visitar las fincas del eje cafetero, ya que
tiene una infraestructura importante. La gente comienza a encontrar la arquitectura de la colonización antioqueña, a ver que ahí
hay un legado cultural importante". Y asegura que: "Si algo tiene para destacar este tipo de alojamiento es que la gente del eje
cafetero dejó las fincas como realmente las tenía para que los turistas vivan de alguna forma, con su misma lencería, adornos,
fotografías antiguas, etc. Además, el hecho de que no convirtieron estas fincas en un hotel estándar prototipo".
Ante esto, explica: " Quizás, le hubiera dado otro enfoque pero se hubiera perdido el encanto de lo que significaba toda la cultura
del café habitando todavía las fincas. La primera motivación eran las fincas y complementariamente, el paisaje cafetero y la
posibilidad de visitar otras atracciones de alguna manera complementarias".
¿Y hoy en día?
"Actualmente el mercado ya no está tan atraído por las fincas, pasó a un
segundo lugar. Ahora la gente visita más los parques temáticos,
inicialmente, el Parque Nacional de la Cultura del Café y más
recientemente, un par de años para acá, el Parque Nacional de la Cultura
Agropecuaria, PANACA que recibe unos 400.000 visitantes al año, los
cuales están dando paso a nuevos parques temáticos y a nuevos
desarrollos liderados por la Fundación para el Desarrollo del Quindío",
dice el Coordinador de la Unidad de Servicios Turísticos de Bogotá.
Destinos Agroturistas
"Básicamente, el eje cafetero concentra yo diría, casi el 100% del turismo rural, el turismo del que estamos hablando (Agrario) y el
más recreativo. En principio estamos hablando de los departamentos del Quindío, Caldas y Risaralda, donde hay un número
importante de fincas; solo el departamento del Quindío tiene unas 220 fincas dedicadas a la actividad turística y algo menos
Risaralda y Caldas. Yo pienso que entre estas dos últimas no alcanzan las 100 fincas".
Pero también aseguró que existen otros destinos que aunque en menor proporción, son importantes. "Este fenómeno está siendo
repicado por Cundinamarca que ya tiene una oferta importante puesta en el mercado; el Huila que ha considerado promocionar a
Garzón y Gigante como los destinos para el turismo rural, así como de fincas cafeteras y algo está pasando en el departamento del
Meta, con sus fincas ganaderas".
"En Cundinamarca y Boyacá el turismo está más concentrado en las poblaciones secundarias, pero donde poco visitan las
haciendas puesto que los hoteles se tomaron de alguna manera la infraestructura, lo que conlleva a que la región tenga más una
vocación hotelera. A este se accede principalmente a través de un mercado bogotano concentrado en la periferia".
El inconveniente
Héctor López Bandera aseguró que en este tema está todo por hacer. "El turismo agrario es un tema reciente y como tal todos
estamos aprendiendo. Uno diría que en teoría, el potencial es total porque el turismo salvo los destinos turísticos con vocación
que están en la Costa Caribe, y algo la periferia de las grandes ciudades en caso de Cali, Medellín con el Circuito de Oriente o
Juanchito en el Valle del Cauca o el Circuito del Occidente de Antioquia o Bogotá con la posibilidad de ir a Melgar y a Girardot, etc,
son perfectos, pero aquí el "handicap" es precisamente, el orden público. Entonces, este es un turismo como el ecoturismo que
también requiere seguridad, algún nivel de calidad, muy buena infraestructura, pero tenemos la limitante que la gente no sale a la
zona rural con tranquilidad, lo que ha retardado en el país el desarrollo de este tipo de turismo".
"Insisto, es un turismo familiar y si uno mira el número promedio de personas pueden ser unas 4 o 5 en promedio que viajan en su
mayoría por vía terrestre, muchos en su vehículo propio. De hecho, no es un turismo aéreo, tanto así que los paquetes que se han
ensayado vía aérea de AVIANCA o de ACES, no han dado los resultados esperados", acota López Bandera. Y concluye: "Es un
turismo que decide el viaje sin mucha anticipación, que poco reserva a través de las agencias de viajes y que se informan más a
través del voz a voz y de la difusión que han hecho los periódicos nacionales, más que la misma promoción que se haya hecho en
el eje cafetero".
En cuanto a los propietarios de las fincas, Héctor López explica que "el propietario o el administrador de la finca ya se convirtió en
excelente guía. No al punto de acompañar a los turistas, pero si les da las indicaciones. En su mayoría el turismo se mueve sólo, ya
que el turista llega en su vehículo propio, reserva la finca, a veces con la comida; o sea, plan europeo, americano, americano
modificado y se informa de cómo llegar a los parques, a donde llega por sus propios medios".
Lo anterior no quiere decir que no haya paquetes elaborados, los hay e incluyen todo: la finca, el alojamiento, la alimentación y la
entrada a los parques.
Tarifas, tipos y capacidad del alojamiento
Según López Bandera, es un destino con tarifas atractivas. "Yo diría que tenemos desde $30.000 a $35.000 persona / noche con
desayuno, pero no más que $80.000 en fincas de diferentes estándares. En el eje cafetero y en el turismo rural en efecto, existen
como tres grandes tipos de alojamiento y obviamente la tarifa fluctúa en la medida en que no es lo mismo hablar de un hotel o de
lo que llaman allá una finca - hotel que es una finca cuyas habitaciones pueden ser alquiladas a muchas persona; hay la finca
cafetera que es alquilada a una familia, se le entrega a toda una familia, 12 a 20 personas ó lo que se llama el chalet que es más que
todo una casa, que es igualmente alquilada, pero no tiene más de 1 o 2 cuadras y como tal no tiene tanta área como las anteriores".
Además, habló de países que quieren copiar el modelo, sobretodo los centroamericanos, el caso específico que colocó fue el de
Nicaragua, que ha solicitado una asistencia reciente para que este modelo sea replicado allí.
Reconoce también que el modelo está aún en construcción y que quizás hay todavía algunos problemas en cuanto a operación,
niveles de capacitación, la homologación de algunos estándares y de algún nivel de servicio que le permita al turista que sepa a
ciencia cierta a qué tipo de servicio se va a enfrentar, a qué tipo de finca, a saber de antemano qué es lo que le van a ofrecer. En
fin, un tipo de controles que nos permitan hablar que la etapa siguiente en el turismo rural en Colombia sea la etapa de un servicio
de calidad.
El ejemplo extranjero
Según Héctor López, "el turismo rural, el turismo al campo o si se quiere el agroturismo, se origina en los países europeos, un
poco con la idea de diversificar el alto número de demanda que tenían las zonas litorales y como un reconocimiento a que hay una
vocación muy fuerte hacia la agricultura y la ganadería".
Algunas estadísticas
"En Colombia, yo diría que el fenómeno se centra en el eje cafetero, en especial en Quindío, Caldas y Risaralda, donde se puede
hablar en total de unas 400 fincas cafeteras que están prestando el servicio de algún nivel y que en términos de ocupación, sigue
centrada en las altas temporadas. Como tal los porcentajes de las zonas del turismo rural no superan el 50% de ocupación, aunque
en las altas temporadas la demanda en ocasiones llega al 100% de ocupación, dado que la estacionalidad en Colombia y casi en
todos los países del mundo están concentradas en las vacaciones escolares en dos épocas del año: mitad y final de año, además
de los 11 puentes que poseemos, los cuales resultan muy afortunados para efectos del tiempo libre, pero eso da al traste con la
ocupación, entonces uno dice - son unas 400 fincas con el 50% de ocupación, tenemos ahí una oferta subutilizada -.
Sobre el tema de los aeropuertos colombianos expresó: "Hay que decir que los aeropuertos propios de la zona de turismo rural
son domésticos en todos los casos, lo que hace que el turismo internacional tenga que llegar a través de Bogotá o Cali, pero no en
vía directa. Entonces no se puede hablar de una operación internacional".
Y con respecto a la oferta de sillas dice: "Es una oferta limitada en algunas épocas, lo cual es un limitante. Así mismo, no se llega a
pesar de que el aeropuerto de Armenia es nuevo, la pista está siendo ensanchada y va a permitir operaciones de aviones de cabina
ancha, operaciones de equipos mucho más modernos. Otro de los limitantes es que el aeropuerto de Pereira está totalmente
subutilizado".
Estrategias a implementar
"En efecto -agrega-, el turismo interno se está desarrollando y en la misma manera el turismo internacional está desapareciendo
por la coyuntura. Por eso pienso que esa es una estrategia bien importante y muy agresiva, ya que es una inversión de 2.000
millones de pesos que si a eso le agregamos lo que hace el eje cafetero a través de sus fondos de promoción y sus secretarías de
turismo en cuanto a promoción".
En cuanto a producto, dijo: "Creemos que hay una labor por hacer en el mejoramiento de la calidad y en la definición de
estándares para decir que hay una estrategia deliberada de trabajo conjunto. Ha habido algunos intentos de los departamentos con
vocación hacia el turismo rural de trabajar juntos, pero ha sido más un intento que una realidad". Con respecto a la distribución
anotó que es muy poca la oferta que se encuentra a través de las agencias de viajes que son los distribuidores por naturaleza. Y
agrega: "Casi el turismo se sirve a sí mismo, el mercado llama, el mercado busca, pero no es mucho el producto que encuentra en
los mercados como decir que hay una oferta en paquetes importantes".
Como otra de las estrategias está el recurso humano, del cual dijo que hay un camino que falta por andar en cuanto a la
profesionalización del recurso, la operación de mejoramiento de los niveles de preparación para elevar el nivel. Pero reconoció que
se ha hecho una labor, la cual no ha surtido un efecto total en el recurso humano que se dedica a la actividad del turismo rural.
Y para finalizar, López habló sobre lo importante del fenómeno de la seguridad en el país y cómo está influyendo de manera
negativa en la imagen del mismo, específicamente en la actividad turística, ante lo cual precisó: "A pesar que hay una estrategia de
seguridad que lideran los ministerios de Defensa y Desarrollo, seguimos siendo un país altamente inseguro. Nosotros como
gremio, hemos decidido que a pesar de eso, tenemos que seguir viajando. Somos la industria de los viajes y hay que seguir
creyendo en Colombia, seguir auspiciando los viajes de manera segura y responsable; recomendando más unas zonas que otras,
sin negar que el problema es casi de cobertura nacional, pero con todo y eso hay zonas que perfectamente se pueden promocionar
o recomendar.