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Concepto de Derecho.
Podemos partir diciendo de manera muy general,
que la disciplina del Derecho, tiene por objeto de estudio las normas e
instituciones jurídicas.
LO DISTINTIVO DE LA NORMA
Diferente por entero a estas leyes, que incluyen gran parte de nuestra vida
y de nuestro comportamiento humano, es lo que denominamos LA NORMA,
la norma de conducta del ser humano.
Porque la norma se refiere no a un hecho necesario sino a un hecho posible,
como es el acto humano, a un hecho que puede o no ocurrir, o que puede
ocurrir de diversos modos.
La definición más común de una norma es la de una regla (deviene del latín
escuadra, una regula o regla que sirve para observar , si la medida es
normal… norma) ……..una regla de comportamiento, que impone una
determinada forma de obrar o de abstenerse de obrar.
RAE: “Regla de obligado cumplimiento”.
Generalmente, la norma contiene un antecedente y una consecuencia.
El antecedente es la situación en que se debe obrar o no obrar.
La consecuencia es un mandato cuyo cumplimiento o incumplimiento
dependen de la persona:
Si estás en tal situación debes obrar así o asá. Pero, la consecuencia del
cumplimiento o incumplimiento de la norma, no serán la misma en todos los
casos.
LA NORMA TECNICA.
Por ejemplo, si la norma de conducta es lo que se denomina una norma
técnica, la consecuencia de su cumplimiento o incumplimiento será de
carácter técnico: Si quieres hacer partir el auto, debes primero encender el
motor.
La consecuencia más posible (no segura, pues no es ley de la naturaleza) de
encender el motor no será otra que poder hacer partir el auto.
La consecuencia más posible de no encenderlo, será mantener el auto inerte.
Pero, en principio, no trae para la persona otra consecuencia que aquello.
En cambio, hay normas cuyo cumplimiento o incumplimiento acarrean otro
tipo de consecuencias, que recaen directamente en la persona, significándole
reconocimiento o reproche.
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NORMAS RELIGIOSAS.
La norma religiosa, igual que cualquier otra norma de conducta humana,
orienta esta conducta en una determinada dirección. PERO NO ES UNA
NORMA RACIONAL, fundada en un raciocinio,sino que es una NORMA DE
FE, es decir, fundada en un DOGMA, en una afirmación incuestionable.
Y, además, su origen no es humano sino Divino (según quien la sostiene).
Por ejemplo, la norma primera de Amar a Dios sobre Todas las Cosas, se
fundamenta en el dogma de la existencia de Dios, que no se encuentra
sometido, para un creyente, a discusión.
Por tanto, no todas las normas de una iglesia son normas religiosas: por
ejemplo, la norma de abstenerse de ingerir alimentos en un día determinado,
no tiene su fundamento en un dogma, sino en una decisión de la autoridad
religiosa en el ámbito de los rituales a que deben someterse los fieles.
En general el Código Canónico, por ejemplo, no contiene normas religiosas
sino normas de comportamiento fundadas no solo en la Fe sino también en la
razón, o únicamente en la razón.
LA NORMA MORAL.
Desde luego, la norma moral también es una norma humana, que regula la
conducta humana y que se fundamenta en la razón, no en dogmas, es decir,
que puede argumentarse racionalmente.
Toda norma moral hace referencia a un valor y tiene por objeto declarado
la realización o la salvaguardia de ese valor mediante la conducta humana.
Desde luego, como todas las normas humanas, las normas morales pueden o
no ser obedecidas por las personas, según su conciencia.
IDENTIDAD DERECHO/MORAL.
Si buscamos la principal semejanza entre el Derecho y la Moral aparece, de
inmediato, que ambos conceptos, por referirse a un conjunto de normas,
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DIFERENCIAS DERECHO/MORAL.
También las diferencias entre el Derecho y la Moral se desprenden, en gran
medida, de lo que vimos acerca de la norma moral en la clase anterior.
QUINTA CLASE
Normas de uso y trato social.
Antes de entrar de lleno en la teoría de la norma jurídica trataremos de un tipo
de normas o convencionalismos que también rigen la conducta humana en
sociedad, pero que no son normas jurídicas propiamente tales, tanto por su
finalidad cuanto porque carecen de coactividad.
Nos referimos a las denominadas normas de uso y trato social.
También se les denomina convencionalismos sociales. Observemos que la
palabra “convencional”, aquí,no se refiere propiamente al mecanismo formal
de una convención de tipo contractual, sino a hábitos sociales arraigados que
imponen una “buena conducta”, basada en lo que se denomina la “buena
educación”. Son reglas de cortesía, como el saludo, la vestimenta especial
para determinados eventos, los regalos obligados, el protocolo en el comedor,
etc.. En general, nos creemos “obligados” a cumplir estas reglas, pero ellas
no constituyen normas jurídicas, porque no establecen derechos y
obligaciones correlativos, ni son susceptibles de ser impuestas por la fuerza.
El jurista alemán Gustavo Radbruch (1878-1949) estima que este tipo de
normas son una etapa germinal de las normas jurídicas.
La gran diferencia entre aquella norma jurídica que constituye la
COSTUMBRE JURIDICA, y estas normas o usos de trato social, consiste en
que, en la primera existe una conciencia social de la obligatoriedad (jurídica)
y, en cambio, en la norma de trato social estamos ante una simple “buena
costumbre”, que no es obligatoria en sentido jurídico, sino meramente
facultativa
(P.ej.: nadie es sancionado por la ley por no saludar, o por concurrir a un
evento social con vestimenta inadecuadas, etc.)
Para sistematizar, enumeremos cuáles son las características de estas
normas de trato social:
1.- Desde luego, son normas de conducta humana y son normas sociales,
porque regulan relaciones entre dos o más personas.
2.- En segundo social, solo rigen la conducta exterior del ser humano y no se
refieren a su intimidad, a sus intenciones, de modo que quedan cumplidas por
el solo hecho de comportarse exteriormente de una manera y quedan
incumplidas por el solo hecho de comportarse de otra forma.
El mal educado es mal educado por su forma de comportarse, aunque sea el
ser más bueno de la creación.
Ahora bien, que estas normas o usos de trato social no sean normas jurídicas,
no quiere decir que el Derecho las ignore.
Muchas veces las considera.
Por ejemplo:
Código Civil, art. 1.188, inciso 2º,
el cual establece que “No se tendrá por donación
(que es un contrato…) los regalos moderados, autorizados por la costumbre
en ciertos días y casos”.
SEXTA CLASE.
De todo lo que hemos dicho desde la primera clase, podemos señalar lo que la
norma jurídica es, repasando sus características:
1.- Exterioridad. Hemos dicho que la norma jurídica es una regla de conducta
exterior.
Ello es así, porque el derecho regula la conducta humana desde que ella se
exterioriza (mientras el delincuente piensa…. y solo piensa en el delito que va
a cometer, ello le es indiferente al Derecho…..aunque una vez perpetrado el
delito el aspecto subjetivo sea fundamental para la determinación de la
responsabilidad penal)
2.- Bilateralidad: hemos dicho que la norma jurídica es una regla de conducta
bilateral.
Pues bien, ello significa que el Derecho siempre considera la conducta
humana en relación con las demás personas naturales o jurídicas.
Si la norma impone una obligación, siempre es respecto a otro a quien
atribuye un derecho correlativo.
Si la norma concede a la persona una facultad, se genera inmediatamente, en
los demás y especialmente en los directamente concernidos con aquella
facultad,…….. la obligación de respetar dicha facultad.
El ejemplo más común de la bilateralidad es el contrato de compraventa.
3.- Imperatividad: que la norma jurídica sea imperativa, quiere decir que
impone un deber, una obligación, lo cual ya está presente cuando nos
referimos a su bilateralidad.
También hay autores que agregan la norma derogatoria, es decir aquella que
tiene por objeto abolir una norma ya existente, la cual, obviamente,
es una típica norma imperativa.
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Giorgio del Vecchio es uno de los autores que mayormente han profundizado
en este aspecto de la norma jurídica.
Alumno lee Pag. 54 de Pacheco, arriba.
Con todo, hay estructuras lógicas un poco más complejas, como puede ser la
de un juicio hipotético, en que se relaciona una hipótesis con una
consecuencia.
Por ejemplo: si Juan comete un delito será condenado.
SEPTIMA CLASE
ORDENAMIENTO JURIDICO.
Según Ludovico Barassi, civilista y laboralista italiano del siglo XX, el
ordenamiento jurídico es el conjunto –técnicamente coordinado-de las normas
jurídicas.
Para Barassi, existe un solo ordenamiento jurídico.
En cambio, para Alberto Trabucchi, también civilista italiano del Siglo XX,
si bien el ordenamiento jurídico es un todo unitario compuesto por el conjunto
de las normas jurídicas, destaca que en ese conjunto, existe por decirlo así,
un subconjunto que es el más importante: el ordenamiento estatal, pero sobre
el cual se encuentra el ordenamiento internacional.
También para Torrente (civilista italiano del Siglo XX,…..es que fue en Italia
que surge el concepto de ordenamiento jurídico)….este ordenamiento es uno
solo, aunque convivan en él sub ordenamientos (p.e. del grupo familiar, de las
empresas),debido a que estos grupos menores no tienen autonomía sino que
dependen del ordenamiento jurídico del Estado, que es el que establece si son
o no lícitos.
En cambio, el gran Francesco Carnelutti –un jurista universal, con obras en
D° Civil, Comercial, Laboral y Penal-sustenta la idea de que existe pluralidad
de ordenamientos jurídicos, aunque no todos se encuentran en el mismo
plano.
Todo ello nos lleva a afirmar, como primera idea de este capítulo:
que no existe ningún ordenamiento que sea completamente autónomo e
independiente del ordenamiento estatal.
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Pero de otro lado, la estadualidad quiere decir que es el mismo Estado el que
garantiza la observancia del ordenamiento jurídico, puesto que sin la
intervención del Estado sería imposible esa garantía.
TEORIA DE KELSEN.
Repasemos, a continuación, someramente desde luego, el tratamiento que da a
este concepto la Teoría Pura del Derecho.
Para Kelsen, el ordenamiento jurídico es tal, es decir, una unidad, debido a
que la pluralidad de normas existentes reposa sobre una norma única,
fundamental, que es la fuente común de validez de todas ellas. Para Kelsen,
el ordenamiento jurídico es un sistema formal de normas.
OCTAVA CLASE
Frecuentemente, en el curso de nuestra carrera y en el ejercicio de nuestra
profesión, escucharemos estos tres términos, que son diferentes:
Que tal ley está vigente, que tal ley es válida, que tal ley es eficaz.
Pues bien, estos conceptos se aprecian de diversa forma
según los autores, y es muy importante saber distinguirlos y saber manejarlos.
Sobre la vigencia del derecho podemos decir que ella se refiere a las normas
que se encuentran en vigor y que, por tanto, son de aplicación actual y
obligatoria.
es renunciando a derechos.
Distinto es el caso, cuando se dicta una ley ESPECIAL relacionada con una
ley GENERAL. La ley especial no deroga la ley general, sino que excluye de
su dominio el campo restringido a que se refiere la ley especial.
Pero existe una ley especial, relativa a un tipo especial de extranjeros, que son
los refugiados, respecto a los cuales rigen reglas distintas para la obtención de
la residencia.
Esta ley especial de refugio no está derogando la ley general, ambas son
vigentes y aplicables, pero siempre primará ella sobre la general.
Es la posibilidad de que la ley sea aplicada por la fuerza, la que hace eficaz la
norma jurídica.
Por tanto, la relación entre la validez y la eficacia del orden jurídico no es
otra cosa que la relación entre el Derecho y la fuerza.
Teóricamente, es posible que el Derecho subsista y sea eficaz sin la fuerza,
pero desde el momento en que existe la posibilidad de desobediencia a la ley,
el único mecanismo que permite aplicar y dar eficacia al Derecho es la fuerza.
NOVENA CLASE
Para la Escuela del Derecho Natural, que abarca más de dos mil años, existe,
independientemente del orden jurídico de los Estados,……..un Derecho
Natural, que es inmutable, cuyos principios son válidos para todo tiempo y
lugar, sin estar sometidos estos principios a los cambios históricos, y al cual
deben adecuarse las leyes que dictan los hombres, los legisladores.
El fundamento de estos principios es, pues, una realidad superior al hombre
y anterior a toda ley positiva,
anterior al Estado, de modo que los hombres, aunque quisieran, no podrían
modificar esos principios.
¿Cuál es esta realidad en que descansan tales principios jurídicos inmutables?
Ello depende de qué iusnaturalista se trate.
Por cierto, la Iglesia Católica abrazó esta doctrina del Derecho Natural
que cobró enorme fuerza con la obra de Tomás de Aquino (1226-1274).
Luego, el liberalismo filosófico, como hemos visto, fundado en el
racionalismo, aporta un tercer discurso iusnaturalista, fundado en la razón
objetiva.
De todo esto surge una grave consecuencia para el Derecho Positivo, para las
leyes, que dice relación nada menos que con su validez, su legitimidad.
Porque como el Derecho Positivo está subordinado al Derecho Natural, si hay
conflicto entre ambos órdenes, debe sacrificarse el Derecho Positivo.
Es decir, cada vez que una ley contradice el Derecho Natural (o lo que se
entiende que es el Derecho Natural) deja de ser Derecho, deja de tener
validez, porque se trata de una ley injusta, que se puede desobedecer
legítimamente.
El problema es grave, porque los criterios para declarar algo como verdadero
o como justo o injusto son distintos, según sean las personas, las culturas, etc.
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DECIMA CLASE.
Casos en que se observan lagunas del Derecho, según los autores (Pacheco):
a)-Falta de ley: el legislador no previó una determinada situación o conducta,
por ejemplo, aquellas que produce el progreso científico o tecnológico.
Muchas veces, el Derecho marcha tras la realidad.
Por ejemplo, la regulación de las redes sociales.
Esta situación: falta de ley, carencia de norma,es la más típica e indiscutible
laguna del Derecho.
b)-La ley en blanco: una ley en blanco es aquella que encomienda a otra
autoridad regular jurídicamente determinada eventualidad.
Por ejemplo, la Constitución de 1925 encomendó al legislador
(es decir, el Constituyente encomendó al legislador) crear tribunales
administrativos ( “se crearán por ley), pero nunca se cumplió. Pero esto, a
nuestro juicio, no es propiamente una laguna, sino una norma declarativa o
programática.
Todas esas normas deben integrar una totalidad que actúa unitariamente,
requisito esencial para la eficacia u operatividad social de las propias normas
jurídicas. Por cierto, esta es, para muchos autores, una aspiración, pero no una
realidad.
Sin embargo hay autores que sostienen que esa unidad y capacidad del orden
jurídico para responder a todas las situaciones que se presenten en la vida
social sí es una realidad.
Se trata de esa gran mayoría de tratadistas que sostiene el dogma de la
denominada PLENITUD HERMETICA DEL ORDENAMIENTO JURIDICO
(también denominada por algunos autores la “cerrazón lógica” del sistema
jurídico).
Este dogma consiste en afirmar que todo asunto, conflicto o debate, tiene que
ser necesariamente resuelto por el sistema jurídico. El concepto de la plenitud
hermética del derecho se puede analogar al concepto de autopoiesis, que
consiste en la aptitud de los sistemas de generar y constituir los propios
elementos que lo integran, de modo que se auto-reproducen.
Este es un concepto creado en 1971 por nuestros biólogos chilenos Humberto
Maturana (1928- ) y Francisco Varela (1946- ), para definir la química de
auto-mantenimiento de las células vivas.
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Pues bien, hoy las modernas corrientes de la filosofía del Derecho, sostienen
que el ordenamiento jurídico constituye una plenitud hermética, ……… vale
decir que no hay ni puede haber controversia posible entre los hombres,
a la que no pueda dársele una solución —justa o injusta— en un determinado
ordenamiento jurídico positivo.
Este es, precisamente, el dogma recogido por el artículo 76 de nuestra
Constitución, con el que comenzamos esta clase, en virtud del cual, en el
Derecho chileno, se encontrará forzosamente una solución para cualquier
controversia jurídica porque en virtud del principio de la Plenitud Hermética
del Ordenamiento Jurídico, los jueces están obligados a resolver todos los
conflictos que se sometan a su conocimiento, aun a falta de fuente formal
escrita aplicable al caso.
En el fondo, filosófica y prácticamente, el principio de la plenitud hermética
del ordenamiento jurídico, implica la inexistencia de lagunas en el derecho.
Uno de los autores que sostienen este planteamiento, como aspecto central de
su doctrina, es Hans Kelsen, para el cual no existe conducta que no esté
sometida a regulación por el Derecho positivo.
Un ejemplo muy interesante que pone Kelsen es lo que ocurre con todas
aquella conductas que no están prescritas por la ley como permitidas.
A juicio de Kelsen, dicha omisión no es una laguna jurídica, porque existe
tácitamente una regla jurídica negativa que establece que nadie puede ser
obligado a observar una conducta no prescrita legalmente,de modo que en
caso de ausencia de ley hay que aplicar esa regla negativa que declara todo lo
no prescrito como jurídicamente lícito o permitido.
Tema interesante.
Ahora bien, es obvio que el deber de hacer efectiva la plenitud hermética del
orden jurídico, cuando aparecen lo que se denomina lagunas del Derecho,
recae principalmente sobre los jueces.
Son ellos que tienen la obligación inexcusable de resolver, en todo caso, los
asuntos que conozcan.
Para terminar esta clase, dejo planteado un problema que genera este principio
de Plenitud Hermética del Ordenamiento Jurídico.
Es evidente que este principio, que obliga a los jueces a resolver todos los
hechos que se sometan a su conocimiento y que si no hay ley escrita aplicable
al caso deben de todos modos resolver, según otras fuentes, no es aplicable, en
nuestro sistema, al Derecho Penal.
Aquí, sin ley expresa, el juez no podría condenar, con base, por ejemplo, en
los principios generales del Derecho, o en la analogía, que sí está permitida en
otras ramas del Derecho.
Ahora bien, ¿qué ocurre cuando la contradicción es entre dos normas del
mismo nivel jerárquico?. Por ejemplo dos normas de una ley ordinaria?
En este caso, la solución queda entregada a los jueces, para cada caso de que
conozcan.
Y los jueces resolverán aplicando diversos criterios, según sea la relación
entre las normas.
Así, por ejemplo, aplicarán el criterio cronológico (lex posterior derogat legi
priori) de modo que la norma creada con anterioridad deberá considerarse
derogada tácitamente; o los jueces aplicarán, en su caso,el criterio de
especialidad (lex specialis derogat legi generali), de modo que si una de las
normas es general y la otra especial (o excepcional),prevalece la segunda.
Si todavía ninguno de los criterios que acepte el ordenamiento jurídico
sirve para solucionar el conflicto normativo, el juez deberá siempre recurrir a
otros que se apeguen a la objetividad y a la razón, a saber, deberá inclinarse
por la norma más favorable a la libertad de las personas involucradas, por
ejemplo, si la contradicción es entre una norma imperativa o prohibitiva y
otra permisiva, siempre deberá prevalecer esta última, salvo que se trate de
una norma bilateral que impone obligaciones correlativas de derechos entre
dos personas, porque para una persona una de las normas le será más
favorable y para la otra más desfavorable.
En cambio las fuentes formales del ordenamiento jurídico son las “formas” o
modalidades de creación de las normas jurídicas y su manifestación.
Se trata de unas formas que obligadamente debe revestir la norma jurídica
para poder ser impuesta en la sociedad.
De modo que la norma jurídica se reconoce o se manifiesta en una
determinada fuente formal. Por ejemplo, la norma jurídica se reconoce en la
ley y se manifiesta mediante la ley; tú reconoces otras normas en la
costumbre, que, a la vez, manifiesta esas normas.
Hay autores que critican esta división entre fuentes materiales y formales,
por cuanto, señalan, el fenómeno jurídico es muy complejo y, para su
estudio, no se puede desconocer que ambos factores, los históricos y los
propiamente normativos se relacionan inextricablemente.
Pienso que, si bien esta advertencia tiene base en la realidad y a ella deben
atender los investigadores jurídicos, los cientistas políticos, los legisladores,
didácticamente, para la enseñanza del Derecho positivo y para la práctica de la
abogacía, la consideración especial a las fuentes formales del Derecho
es muy importante y útil.
LA LEY
Comencemos con la ley, primera fuente formal, y digamos, de inmediato, que
cuando hablamos de la ley, estamos hablando de la ley positiva, de la ley
escrita, pero no solo de la ley ordinaria, aprobada por el Congreso, sino
también de la Ley Fundamental, la Constitución, y de otras normas, positivas,
escritas, como son los decretos del Ejecutivo, los reglamentos, las ordenanzas
(por ejemplo las municipales) e incluso normas positivas incluidas en
instrucciones y resoluciones de la administración.
La palabra “ley” proviene del latín légere que significa “leer” y que los
romanos habrían adoptado debido a que sus leyes eran leyes escritas.
Esta es la explicación más aceptada del vocablo. Pero, más importante que la
voz es su significado.
Y a lo largo de la historia del Derecho, ha habido muchas definiciones del
concepto de ley.
ELEMENTOS DE LA LEY.
Los tratadistas consideran que en una ley positiva pueden distinguirse dos
elementos principales:
Elementos externos o de forma (elemento formal) y b) elementos internos o
de fondo (elemento material)
Art. 8º. Nadie podrá alegar ignorancia de la ley después que ésta haya entrado
en vigencia.
Pero hay una gran diferencia entre los decretos y las leyes ordinarias.
Una ley no tiene más límite que la Constitución.
En cambio, el decreto no solo debe respetar la Constitución sino que también
se encuentra obligado por la ley ordinaria.
Por ello mismo, todo decreto supremo puede ser derogado por una ley
ordinaria (pero jamás al revés).
Una vez más, es inconcuso que estas resoluciones deben ajustarse a la ley y a
los decretos supremos, según el principio de jerarquía del ordenamiento
jurídico.
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LA COSTUMBRE
Sin duda, en el tiempo, la costumbre es la primera fuente del Derecho.
Por ello Máximo Pacheco la trata en primer lugar. Nosotros la tratamos en
segundo lugar (o en tercer lugar, si separamos los tratados internacionales de
la ley ordinaria), porque hemos optado por el criterio de la importancia y, sin
duda, en nuestro ordenamiento jurídico,la costumbre es aquella fuente del
Derecho que sigue en importancia a la ley positiva.
¿Qué es la costumbre?
Podemos decir que es la repetición constante, en el tiempo, de una
determinada norma de conducta, en una determinada sociedad, sobre la cual
existe conciencia social de su exigibilidad, a cada uno de los miembros de esa
sociedad.
A diferencia de los usos sociales o convencionalismos, de los que ya hemos
hablado, la costumbre se reconoce como norma jurídica que puede ser
obligada a cumplir por medio de la fuerza, de la coacción.
ELEMENTOS DE LA COSTUMBRE.
De lo dicho se desprende que la costumbre contiene, básicamente, dos
elementos.
El elemento objetivo o material, que consiste en la norma propiamente tal, es
decir en aquella prescripción qué indica cuál es aquella conducta repetida en
el tiempo.
Desde luego, tiene que ser una norma de largo uso (esto es relativo, no hay
una medida exacta).
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Código Civil Artículo 1944: “ El pago del precio o renta se hará en los
períodos estipulados, o a falta de estipulación, conforme a la costumbre del
país, y no habiendo estipulación ni costumbre fija, según las reglas que
siguen….”
Entre las fuentes formales del Derecho, hemos repasado, hasta ahora, la ley en
general, los tratados internacionales y la costumbre.
Nos corresponde ahora tratar LA JURISPRUDENCIA.
Entre las varias acepciones que se otorga a este término, para los efectos de
considerarlo como fuente del Derecho, preferimos la que sigue:
La jurisprudencia es la serie uniforme de sentencias judiciales recaídas en la
interpretación o aplicación de determinadas normas jurídicas.
Pues bien, cuando esas diferencias son ZANJADAS por sucesivos fallos,
uniformes, es decir en el mismo sentido, por los tribunales ……….. (y
hablamos fundamentalmente de los tribunales superiores), surge un principio
de interpretación o aplicación jurisprudencial que constituye NORMA
JURIDICA.
Ahora bien, esta aserción, esto es, que de una serie de sentencias uniformes
surge una norma obligatoria, pareciera ser contradicha por lo dispuesto
en el Artículo 3° inciso 2° del Código Civil, el cual establece que “las
sentencias judiciales no tienen fuerza obligatoria sino respecto de las causas
en que actualmente se pronunciaren”.
esto no se discute.
Allí la jurisprudencia es, después de la costumbre, la principal fuente del
Derecho.
Es más, en el sistema del Comon Law el juez es considerado principal
creador del Derecho.
Ahora bien, ¿qué ocurre con aquellas sentencias que en un caso concreto
dictan los jueces, particularmente los jueces de menor jerarquía?
El principio, aquí, es que la sentencia dictada por el juez solo resuelve el caso
sometido a su conocimiento y que su obligatoriedad está limitada a las partes
litigantes.
Claro que, generalmente, cuando ese caso ha sido resuelto sobre la base de
una norma de dudosa interpretación o aplicación, la parte que perdió el juicio
apelará de la sentencia ante un tribunal de segunda instancia, que ya es un
nivel jerárquico donde se genera jurisprudencia.
Las opiniones están divididas: hay quienes estiman que para ello es necesaria
una serie de sentencias similares (ello corresponde, como ustedes pueden ver,
al concepto que inicialmente dimos de jurisprudencia), pero también hay
quienes estiman que, tratándose de la Corte Suprema, basta una sentencia
para zanjar la discusión y crear jurisprudencia sobre el caso.
Y entonces se dice: “la Suprema sentó jurisprudencia”.
Ahora bien, ¿qué ocurre si varían las sentencias de los tribunales superiores,
que ya habían sentado un determinado principio sobre la aplicación o
interpretación de una norma jurídica?
En este caso, si se trata de una resolución de la Corte Suprema o de sucesivos
fallos de los tribunales superiores, se estima que la jurisprudencia ha variado.
Igual que varía la ley o la costumbre, puede variar la jurisprudencia.
Sin embargo, hay autores que niegan que la doctrina de los autores constituya
una fuente formal del derecho, porque -dicen-en ella no impera en virtud de
una norma obligatoria o de una autoridad pública, sino solo en virtud del
asentimiento intelectual del intérprete.
Hay autores que jamás son citados en sentencias, pero los hay que
frecuentemente aparecen citados en la parte considerativa de los fallos:
pensemos solo, en materia de Derecho Civil, en Chile, a don Arturo
Alessandri Rodríguez y a los franceses Marcel Planiol y George Ripert; en
materia penal a Cessare Beccaria, Hans Welzel y Luis Jiménez de Azúa,
secundados en Chile por Eduardo Novoa, Alfredo Etcheberry, Juan Bustos y
Sergio Politoff; en el Derecho Procesal al uruguayo Eduardo Couture y, por
cierto, al alemán James Goldschmidt, fallecido en Montevideo, en 1940.
nacional? Es por ello que, podemos decir, el surgimiento de esta fuente del
Derecho, como fuente formal, tiene su origen más propio en el Derecho
Internacional.
Así, por ejemplo, el artículo 38, letra c) de la Corte Internacional de Justicia,
establece que la Corte “deberá aplicar….los principios generales del Derecho
reconocidos por las naciones civilizadas”.
(LEER PAGS. 32 Y 33 DE CURSO DE DDHH Y LUEGO VOLVER A
METER EN CARPETA)
Pero, obviamente, los principios generales del Derecho trascienden el
Derecho Internacional de los Derechos Humanos y hoy se comprende en este
concepto a todo principio no escrito en la ley positiva, pero que es siempre
considerado en la elaboración de las normas positivas, por ejemplo: el
principio de autoridad de la cosa juzgada, el principio de la reparación del
daño causado, el principio de la reserva penal, es decir la no aplicación de una
pena sin ley, el cumplimiento de buena fe de las obligaciones, el principio de
la imparcialidad de los jueces.
LA RELACION JURIDICA.
Según Giorgio del Vecchio, la relación jurídica es “un vínculo entre personas,
en virtud del cual una de ellas puede pretender algo a lo que la otra está
obligada”. Es una definición básica, un piso conceptual, podríamos decir.
Una definición más acabada nos la da Luis Legaz y Lacambra, para quien
la relación jurídica es…….. “el vínculo entre dos sujetos surgido de la
realización de un supuesto normativo y que coloca a uno de estos sujetos en
calidad de sujeto activo frente al otro en calidad de sujeto pasivo en la
realización de una prestación determinada”.
c )En tercer lugar, para que opere la relación jurídica y se aplique aquella
norma que la regula, debe concurrir un supuesto de hecho o condición, que
puede ser un hecho de la naturaleza o un acto de voluntad personal.
Un hecho de la naturaleza, por ejemplo, la muerte de una persona (si es por
causas naturales, origina derechos y obligaciones hereditarios; si es por obra
de otra persona, ………origina la relación jurídica propia del Derecho Penal
y también derechos para los familiares de la víctima).
e )El objeto de la relación jurídica no es más que una cosa (que puedo estar
obligado a entregar) o una acción o prestación (que puedo estar obligado
a realizar).
Es decir, el objeto es aquello sobre lo que versa la relación. Pero, aunque la
relación verse sobre una cosa, siempre la obligación que emana de ella será
hacer algo con esa cosa (entregarla, cuidarla), de modo que, a fin de cuentas,
el objeto de la relación jurídica siempre se resuelve en un acto, en una
prestación.
Desde luego, un tipo especial de sanción es la sanción penal, que surge del
incumplimiento de obligaciones del individuo con la sociedad, respecto de
bienes socialmente relevantes, especialmente protegidos, de modo que su
vulneración se encuentra garantizada por una sanción pública severa, que
implica privación de derechos fundamentales (por ejemplo, la libertad
personal, los derechos políticos).
Para las teorías denominadas realistas, entre las que destacan las de Von
Ihering, Savigny, Planiol y don Joaquín Ruiz Jiménez, la calidad de sujeto de
derechos es inherente al ser humano y el Derecho positivo no hace más que
reconocerla.
En cambio, para las teorías formalistas, entre las que destacan autores como
Francisco Ferrara y Hans Kelsen, la persona, en sentido jurídico, es solo una
categoría formal del Derecho positivo, un concepto abstracto sobre la
capacidad jurídica, en el lenguaje de Kelsen “un haz de obligaciones, de
responsabilidades y de derechos subjetivos”.
Por último, como siempre ocurre en la Ciencia Jurídica, existen las teorías
eclécticas, que tratan de armonizar las dos anteriores (p.e. –Arturo Orgáz)
Para concluir este capítulo sobre la relación jurídica, conviene decir algo sobre
los dos tipos de personas que pueden concurrir a una relación jurídica:
las personas naturales (también denominadas por algunos autores, entre ellos
Pacheco, “personas jurídicas individuales”) y las denominadas comúnmente
personas jurídicas (llamadas también por muchos, incluido Pacheco,
“personas jurídicas colectivas”.
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El siguiente inciso de este artículo 75 del Código de Bello agrega que “todo
castigo de la madre, por el cual pudiera peligrar la vida o la salud de la
criatura que tiene en su seno, deberá diferirse hasta después del nacimiento”.
(Por ejemplo, la pena de muerte, cuando existía; por ello, el Código Penal
prohíbe y castiga el aborto provocado maliciosamente).
Por cierto, Hans Kelsen no podía quedar atrás en esta temática y aplicó a las
personas jurídicas su Teoría Pura del Derecho, según la cual, a semejanza de la
persona natural, la persona jurídica solo consiste en un conjunto de normas
que regulan la conducta de un grupo de individuos que se han organizado”.
Por su parte, las personas jurídicas de Derecho Privado que no persiguen fines
de lucro son las corporaciones y las fundaciones.
La Corporación es un grupo permanente de personas que persigue fines no
lucrativos.
La base de la Corporación es el grupo de personas.
En cambio, la fundación consiste en un patrimonio, aportado por una o más
personas -los socios fundadores-destinados a un fin no lucrativo.
Como hemos dicho, la persona jurídica debe cumplir con todas las
obligaciones que emanen de los contratos que suscriba (por ejemplo, un
contrato de compraventa, un contrato de trabajo) y responderá ante los
tribunales si no lo hace y es demandada (en el fondo, si no lo hacen aquellos
representantes suyos que suscribieron el contrato). Por su parte, la
responsabilidad extracontractual puede ser delictual o cuasidelictual, en
infracción al deber de cuidado de no dañar a otro. Ojo, que estamos hablando
de un delito CIVIL, no penal, no sancionado con una pena, sino sujeto a una
sanción civil indemnizatoria.
La responsabilidad delictual se diferencia de la responsabilidad cuasi
delictual, en que, en la primera, la falta del debido cuidado es consciente y
voluntaria - es decir, existe dolo- mientras que en la responsabilidad cuasi
delictual solo existe negligencia o culpa.
Es importante enfatizar que la persona jurídica debe responder por los daños
que sus dependientes causen a terceros. así, por ejemplo, ocurre con la
responsabilidad civil que debe asumir una clínica por negligencias cometidas
por médicos o personal auxiliar de su dependencia, lo cual se traduce en la
correspondiente indemnización de los daños y perjuicios ocasionados. En
esto, se aplica el artículo 1679 del Código Civil, según el cual “en el hecho o
culpa del deudor (la persona jurídica) se comprende el hecho o culpa de las
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Todo esto quiere decir que las personas jurídicas, con o sin fines de lucro,
repetimos, pueden ser sujetos pasivos de una acción judicial de reparación,
igual que una persona natural.
Es lo que, en derecho procesal se denomina legitimación pasiva.
Pero también existe una teoría que acepta la responsabilidad penal de las
personas jurídicas, fundada en que la persona jurídica posee una voluntad
independiente de la voluntad de sus integrantes, y que cuando esa voluntad
obra de tal modo que incurre en un delito, puede ser sancionada no solo con
penas pecuniarias, sino con penas como la suspensión de actividades, la
prohibición de celebrar determinados negocios y hasta la disolución.
Pero este principio ha conocido, en nuestro país, una excepción, a partir del
año 2009, con la dictación de la Ley N° 20.393, la cual introduce por primera
vez, en el Derecho chileno, la responsabilidad penal de las personas jurídicas.
Digamos que esta ley no se dictó porqueha ya existido un debate doctrinario
en el país, sino simplemente porque fue una exigencia que hizo a Chile la
OCDE, para su ingreso como miembro pleno a ella.
Esta ley, trata, principalmente, de lo que se denomina responsabilidad penal
“por defecto de organización".
Es cierto que, antes de la dictación de esta ley, hubo la existencia de algunas
sanciones propiamente penales que afectaron directamente a personas
jurídicas,………como fue, por ejemplo, la contemplada en la Ley Nº 13.305,
la antigua ley antimonopolio, de 1959, que establecía la "pena accesoria"
de disolución de la persona jurídica, impuesta por los tribunales penales,
en caso de reincidencia en conductas monopólicas. Esta sanción subsistió en
el DL 211, de 1973, Ley de Defensa de la Libre Competencia, hasta el año
2003.
Ahora bien, con la Ley N° 20.393, por primera vez, se establece en Chile de
manera explícita una verdadera normativa de responsabilidad penal de las
personas jurídicas, con penas y reglas de determinación y de aplicación de las
mismas.
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Esta ley se aplica a todas las personas jurídicas de derecho privado y a las
empresas del Estado, y los delitos que pueden originar su responsabilidad
penal son los siguientes:
Lavado de dinero, Financiamiento del terrorismo, Soborno o cohecho activo
tanto de empleados públicos nacionales como de funcionario público
extranjero.
Todas estas son conductas típicas incorporadas al Código Penal y que son de
conocimiento de los jueces penales.
El tipo de responsabilidad penal adoptado por esta ley es, como
anticipábamos, el denominado responsabilidad por "defecto de
organización”, que exige que la institución haya contribuido al acto cometido
por la persona responsable (que la hay también, desde luego) porque se
organizó de un modo que favorecía o no impedía ni dificultaba la realización
del acto.
De todos modos, para que la persona jurídica incurra en responsabilidad
penal, es requisito que el autor de la conducta sea dueño, controlador,
ejecutivo importante, etc. de la empresa y que el acto se haya cometido en
interés o provecho de la persona jurídica.
Por último, las penas por estos delitos consisten en la disolución de la persona
jurídica, la prohibición temporal o perpetua de celebrar actos y contratos con
los organismos del Estado, la pérdida de beneficios fiscales y multas a
beneficio fiscal.
Esta lectura introductoria, nos conecta con solo una de las perspectivas de los
derechos, aquella referida al Derecho privado, específicamente el Derecho
Civil y el Derecho Comercial.
Hago esta advertencia, porque, lo que veremos no se refiere a aquellos
derechos universales de la persona frente al Estado y la sociedad que arrancan
de su dignidad intrínseca, y que es lo que hoy se denomina Derechos
Humanos.
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Derecho real es aquel que una persona tiene sobre una cosa sin respecto a
determinada persona. Art. 577 del CC.
Son derechos reales el de dominio (o propiedad), el de herencia, los derechos
de usufructo, uso o habitación, los de servidumbres activas, el derecho de
prenda y el de hipoteca.
En cambio, los demás derechos reales solo otorgan al titular poderes limitados
o parciales sobre la cosa, sólo autorizan aprovechamientos parciales.
Por último, diremos dos palabras sobre el derecho real de herencia, cuyo
estudio toma una etapa importante del Derecho Civil (a mí me significó todo
el 5° año de Derecho). El derecho real de herencia se relaciona directamente
con la extinción jurídica de la persona natural.
Actualmente, es la muerte que pone término a la vida de la persona (muerte
real o presunta) y este hecho altera la totalidad de las relaciones jurídicas
del difunto: algunas de esas relaciones se extinguen (por ejemplo los
derechos y obligaciones personalísimos, a saber los directamente emanados
del matrimonio, o el derecho de uso o habitación).
Otras relaciones jurídicas del difunto, en cambio, se transmiten a otras
personas, denominadas herederos, que son continuadores de la persona
fallecida, que por ello se denomina “causante”.
Por su parte, el Artículo 954 del mismo cuerpo legal, agrega que “Las
asignaciones a título universal se llaman herencias,
y las asignaciones a título singular, legados. El asignatario
de herencia se llama heredero, y el asignatario de legado,
legatario”.
Hemos dicho que la sucesión por causa de muerte origina, para los herederos,
el derecho real de herencia. La sucesión por causa de muerte es el modo de
adquirir este derecho
En consecuencia, podemos definir este derecho como “aquel derecho real
que consiste en la facultad o aptitud de una persona para suceder al
causante en la totalidad de los derechos y obligaciones transmisibles o en una
cuota delos mismos”.
El objeto del derecho de herencia no es una, dos o más cosas, sino una
universalidad jurídica, denominada la herencia, que es una realidad distinta a
las partes que lo componen. O bien, una cuota de esa universalidad jurídica.
Este derecho real de herencia está protegido por una acción judicial especial,
denominada la acción de petición de herencia, de modo que si una persona
estima que es heredera de una persona fallecida, puede ocurrir ante un juez
civil, para que se declare que es titular de tal derecho y, si así de declara, debe
entrar en su goce.
Derechos Personales.
El derecho personal (o de crédito), en cambio, no es derecho sobre una cosa
sino en relación con cierta persona.
En el derecho personal tenemos un acreedor, que posee la facultad para exigir
a una determinada persona (el deudor)………..el cumplimiento de una
determinada prestación a la cual se ha obligado ya por un hecho suyo (por
ejemplo un contrato), ya por la sola disposición de la ley (por ejemplo, la
obligación que tiene el Estado de indemnizar luego de una expropiación).
Los derechos subjetivos presentes en una relación jurídica pueden ser uno solo
(por ejemplo, el más clásico, en el contrato de donación, en que una persona
se obliga a entregar a otra la propiedad de un bien sin recibir nada en cambio)
o pueden ser varios y recíprocos derechos, como en la compraventa.
Este último Código, luego de que su artículo 1134, establece que los contratos
“deben realizarse de buena fe”, agrega en su artículo 1135:
"Les conventions obligent non seulement à ce qui y est exprimé, mais encore à
toutes les suites que l'équité, l'usage ou la loi donnent á l'obligation d'après sa
nature".
"Los contratos obligan no solo a lo que en ellos se expresa, sino a todas las
cosas que la equidad, la costumbre o la ley otorgan a la obligación, según la
naturaleza de esta”.
A saber, el artículo 1468, que dice: “No podrá repetirse lo que se haya dado o
pagado por un objeto o causa ilícita a sabiendas”.
Es decir, si tú pagas algo a sabiendas de que el contrato es ilícito pongamos
un extremo, compras droga prohibida y lo haces ilusamente por escrito)
y luego un juez declara la nulidad del contrato, no podrás reclamar que te
restituyan el dinero que adelantaste).
De otro lado, otra disposición del CC, el Art.1683, impide alegar la nulidad
absoluta de un contrato nulo a quien lo celebró, sabiendo o debiendo saber
el vicio que lo invalidaba.
Para merecer, digamos, este castigo,el contratante debe tener un conocimiento
efectivo del vicio que produce la nulidad absoluta.
No se trata de la presunción de conocimiento de la ley que establece el
artículo 8° del Código Civil.
Son aquellas que dicen relación con la función social o los fines sociales del
derecho subjetivo, de modo que si el titular del derecho se aparta de estos
fines incurre en un fraude. En nuestro Código Civil, podemos encontrar
algunas disposiciones que limitan el ejercicio de un derecho subjetivo por
consideraciones relacionadas con su función social.
Por ejemplo, los artículos 600 y 601, que establecen limitaciones a la
construcción de edificios, afectando, desde luego, el ejercicio del derecho de
propiedad.
Art. 601. En los edificios que se construyan a los costados de calles o plazas,
no podrá haber, hasta la altura de tres metros, ventanas, balcones, miradores u
otras obras que salgan más de medio decímetro fuera del plano vertical del
lindero, ni podrá haberlos más arriba, que salgan de dicho plano vertical, sino
hasta la distancia horizontal de tres decímetros.
Bien, hasta aquí con las limitaciones intrínsecas al ejercicio del derecho
subjetivo.
Ahora vamos a las limitaciones extrínsecas del derecho subjetivo, que
aparecen desde que este comienza a ser ejercido en la sociedad y que
provienen, como dijimos antes, de un elemento externo a la voluntad del
titular del derecho.
Luego hay varios artículos del Código Civil, que limitan los derechos de una
persona que pagó lo que no debía (es decir, equivocadamente) a terceros de
buena fe, específicamente el derecho a recuperar el dinero cuando los bienes
pagados están en manos de poseedores de buena fe, para no perjudicar a estos
(artículos 2301, 2302 y 2303).
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La teoría del abuso del derecho tiene una connotación moral, porque supone
que la persona, en el ejercicio de un derecho del cual es titular, lo hace de un
modo contrario a la moralidad:“summum ius=summa iniuria” (los derechos,
tal como las leyes, llevados al extremo, causan injusticia).
En el pensamiento jurídico, existen diversas teorías acerca de cuándo el
ejercicio de un derecho es abusivo, es decir, cuándo hay abuso del derecho.
Existen teorías finalistas, como la de Raymond Saleilles (1855-1912) y
François Geny (1861-1959), para quienes se incurre en abuso del derecho
cuando el titular, en su ejercicio,se desvía de su función social.
En cambio otras teorías, mayormente aceptadas como la de George Ripert
(1880-1958), relacionan el abuso del derecho con los principios que rigen la
responsabilidad civil, de modo que el abuso del derecho es una especie
de acto ilícito, en que el titular del derecho ejerce éste con dolo o culpa,
es decir, con la intención positiva de dañar o con negligencia.
En general, esta es la teoría que ha aceptado la jurisprudencia de nuestra
Corte Suprema.
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Nuestro Código Civil no incorporó una norma general, como esta, de modo
que ha quedado a la jurisprudencia de los tribunales la aplicación del principio
a cada caso en particular. Tenemos aquí otro tema jurídico, análogo al de la
buena fe, que confiere a los tribunales, basados en la ley (que interpretan)
pero también en la doctrina, la decisión de si, en un caso particular,el ejercicio
del derecho es abusivo.
El problema principal consiste en determinar en qué momento el ejercicio de
un derecho traspasa el límite del abuso.
Como ya hemos adelantado, hay criterios subjetivos que exigen la existencia
de culpa o dolo en el ejercicio del derecho, es decir, que aplican las normas de
la responsabilidad extracontractual.
Y hay criterios objetivos, según los cuales se estima que hay abuso si el
derecho no se ejerce de acuerdo a su función social.
Pero las personas privadas también pueden estar facultadas para modificar o
extinguir unilateralmente relaciones ya existentes o crear unilateralmente
nuevas relaciones.
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LOS BIENES.
Para una mayoritaria proporción de nuestros autores, por ejemplo Juan Andrés
Orrego, son bienes las cosas que tienen un ser físico y pueden ser percibidas
por los sentidos, como una casa, y también las cosas incorporales que
consisten en meros derechos, como los créditos (derechos personales).
Pero, hay otros autores, también chilenos ( p.e. Daniel Peñailillo), para
quienes un bien no es solamente la cosa que forma parte del mundo exterior y
sensible y los derechos personales, sino también todo lo que tiene vida en el
mundo del espíritu y que se percibe mediante la inteligencia.
Entre esos derechos que pueden ser considerados bienes, el Código incluye el
dominio (artículos 576 y 583).
Bien, estamos en los bienes corporales. Digamos que los bienes corporales
se clasifican en muebles e inmuebles, muebles si pueden ser transportadas de
un lugar a otro sin cambiar su naturaleza.
E inmuebles si no pueden ser transportados de un lugar a otro sin cambiar su
naturaleza.
Esta es la clasificación más importante.
Solo pensemos que con la industrialización aumentó considerablemente el
tráfico comercial de bienes muebles.
¡Y que decir hoy, con la globalización!.
Entonces, el concepto de mueble alude a una cosa cuyo traslado es posible sin
ningún riesgo para su naturaleza, para su integridad sustancial.
En todo caso, la ley permite excepcionalmente que una cosa mueble sea
considerada jurídicamente inmueble.
Así, hay bienes muebles por naturaleza, que son las cosas muebles corporales
propiamente tales y los denominados bienes muebles por anticipación, que
son aquellos que la ley, anticipadamente, califica de muebles.
Por ejemplo, Art. 581 del CC “Los hechos que se deben se reputan muebles.
La acción para que un artífice ejecute la obra convenida, o resarza los
perjuicios causados por la inejecución del convenio, entra por consiguiente en
la clase de los bienes muebles”.
Los bienes inmuebles por naturaleza son las cosas que, esencialmente, no
pueden trasladarse
de un lugar a otro sin que se altere su sustancia (artículo 568), por ejemplo,
las tierras que comprenden el suelo y el subsuelo,
sin construcciones, árboles ni plantaciones,
las minas naturales existentes en el interior
de las tierras (porque las sustancias minerales extraídas de las minas son
muebles),
los predios urbanos y los predios rústicos;
también el Código emplea la expresión finca,
referida tanto a predios urbanos como rústicos).
Inmuebles por destinación, son aquellas cosas muebles que la ley reputa
inmuebles por una ficción, como consecuencia de que están destinadas
permanentemente al uso, cultivo o beneficio
de un inmueble, aunque puedan separarse de él
sin detrimento (artículo 570).
Por ello, en principio, se entienden comprendidos
los inmuebles por destinación
en la venta de una finca (Art.,1830).
Cabe señalar, en todo caso, que hay derechos reales que siempre son
inmuebles,
como las servidumbres activas, la hipoteca,
el derecho de habitación.
Así, también el derecho real de prenda siempre será mueble.
Por su parte, el derecho real de dominio,
el derecho real de usufructo y el derecho real de uso, pueden ser muebles o
inmuebles, según la naturaleza de la cosa corporal sobre la que recaen.
en específicas y genéricas.
Cosa específica, individualmente determinada
o cuerpo cierto (esto es lo más común),
es la cosa determinada, dentro de un género determinado,
es decir, la cosa exacta, precisa,
distinguible por las características propias
que la diferencian de todas las demás cosas
de su mismo género o especie (por ejemplo, este árbol).
En cambio, bien genérico o cosa genérica es la cosa indeterminada,
aunque de un género determinado,
que se puede definir solamente por las características comunes a todas las
cosas de su género o especie
(por ejemplo, un árbol, o un eucaliptus).
de Vargas Llosa)