Vous êtes sur la page 1sur 1

La historia del sacapuntas

Una mujer tenía la intención de escribir un gran libro. Se compró un montón de papel, cincuenta
lápices nuevos y un buen sacapuntas. A partir de hoy su marido y sus hijos sólo hablarían bajo y
andarían de puntillas, pues la mujer quería empezar enseguida a escribir el libro.
Preparó el papel y afiló el lápiz. Mientras tanto pensaba en la primera frase.
Afiló otro lápiz y siguió pensando la primera frase.
Afiló el tercer lápiz y todavía pensaba en la primera frase.
La mujer afiló hasta el final los cincuenta lápices y otros siete mil quinientos doce.
No tardó ni tres semanas. Todavía no había escrito la primera frase, pero ya era campeona del
mundo en afilar lápices.
Salió en el periódico.

La historia de la tos perdida


Una niña tenía tos. De repente se le quitó y la niña no sabía dónde se había metido. Buscó en todas
partes: entre los juguetes, debajo de la cama y en el armario.
- ¿Tienes mi tos? -le preguntó a su amiga.
La amiga se molestó un poco -¡Yo no robo una tos! -dijo-. Ya tengo la mía desde hace dos semanas.
La tuya era de cuatro días. Además yo tengo una tos fuerte, de perro, y tú sólo tenías una tos ligera
como un silbido.
- No te enfades conmigo -dijo la niña-. A lo mejor la he perdido por la mañana en el puente. Hacía
tanto viento. ¿Vienes conmigo? La buscaremos.
En medio de la niebla encuentran la tos. Solamente silbaba, muy bajo, debajo del puente.
Al final, la niña volvió a tener la tos. Se había vuelto más fuerte. También su amiga tenía su tos.
Ahora se podían toser mutuamente.

UN CUENTO DEL FUTURO

Era el año 5800 d.C. iba caminando por la calle. Una calle sin personas. Todos estaban en casa,
disfrutando un paseo por las Pirámides de Egipto gracias a la realidad virtual. Entré a la tienda. Una
tienda sin personas. Todos habían pedido delivery a sus hogares por medio del sistema A-38 X de
envío automático. ¿Los cocineros? Reemplazados por computadores.

A la noche fui al cine. Un cine sin personas. Todos prefirieron quedarse en casa, el nuevo
televisor modelo NexF8 era mucho más potente que una pantalla gigantesca.

Al terminar la película regresé a casa. Fue entonces que noté que nunca había salido de ella.
Seguía con mis lentes de realidad virtual en la cabeza. ¿Por qué no había nadie en mi mundo virtual?
No lo sé. Quizá es cuestión de adquirir un sistema operativo más actualizado…

Vous aimerez peut-être aussi