Los proyectos de infraestructura vial en Colombia han surgido desde la necesidad
de mejorar la calidad de transporte de diferentes masas. Desde 1997 se inició un diseño de construcción y mejoramiento de vías en el cual se ha regido el país desde ese entonces en cada propuesta del plan de desarrollo nacional con cierto presupuesto en cada periodo gubernamental. Este programa que inició como una alternativa de mejoramiento económico del país se ha dividido en diferentes etapas en las que cada una posterior a lo otra, ha ido mejorando su estructura y diseño. De acuerdo a INVIAS el ministerio de transporte tiene a cargo aproximadamente 27000 km de carreteras y vías férreas, de las cuales, actualmente, solo se conservan 16363 km. Este déficit de cobertura nacional, nace desde la primera etapa de concesiones viales o de primera generación en las cuales buscaba una ampliación de terreno transitable mediante redes viales troncales y transversales que atravesaran de norte a sur y de oriente a occidente el país. Esta mega obra a nivel nacional, era evidente que no se podía llevar a cabo solamente con el presupuesto nacional, y por tanto se implementó la búsqueda de capital mediante inyecciones de recursos provenientes del sector privado, en donde generarían aún más propuestas de implementar proyectos viales con ganancias tanto para el estado como para el sector privado. Cuando se llevaron a cabo estas obras, en un tiempo prudencial se identificó que ni siquiera habían podido recuperar lo invertido y las ganancias de transporte y economía eran casi nulas, y la cobertura no era la esperada acorde a los planes iniciales, por lo tanto, se diseñó una segunda generación que corregiría todo lo que no fue considerado en la primera generación, además de restaurar y rehabilitar las obras ya realizadas, en donde se adjudicaron 26 proyectos en diferentes zonas del país, teniendo en cuenta las zonas más transitadas para la instalación de puntos de recaudo para la inversión vial o peajes, ubicados estratégicamente a cierta distancia uno de otro además de la adecuación de carreteras que soportaran más peso de lo estipulado anteriormente. Luego, se diseñó otro proyecto de redes viales de tercera generación, las cuales solo se tomaron en cuenta la conexión de las ciudades más importantes del país en 13 proyectos en zona atlántica, pacífica y andina, como también el mantenimiento y mejoramiento de modos de transporte tales como el aéreo, portuario y fluvial. En los últimos años se ha implementado otro proyecto o cuarta generación en donde se busca corregir la congestión vial como el recaudo y recuperación de inversiones mediante otros canales de transporte. Las incorporaciones de estos proyectos, aunque comenzaron con la finalidad de conectar diferentes zonas del país, han decaído en su mayoría por la disminución de presupuesto nacional en cuanto al transporte y al mal diseño e implementación de cada proyecto, ya que, inició con la construcción de vías que principalmente, solo tenían en cuenta el tráfico de vehículos durante ese periodo de tiempo, sin tener una visión futurista, por lo tanto, la capacidad de resistencia de las carreteras no sería suficientemente acorde al peso a la cual era sometida y se deterioraba en un tiempo menor al estipulado en el diseño de la obra, a parte de que no se cumplía con el tiempo establecido de funcionamiento, estas no contaban con un estudio ambiental en las zonas de implementación, motivo por el cual, más adelante implicarían sobrecostos de estas obras que se radicó en menor presupuesto y por lo tanto, menor calidad en las obras. Los diseños realizados para las primeras obras contempladas en las concesiones viales nacionales hasta el día de hoy están en operación, desde el año 1998, debido a que como no se tuvieron en cuenta ciertos imprevistos tales como sobrecostos por el no cumplimiento de entrega de la obra en el tiempo establecido, por daños ambientales, o aspectos de índole social y jurídico. Tales obras cruciales para el país tales como el túnel de la línea o el sistema férreo en la red del pacífico las cuales ya deberían estar en operación, pero, por todos los imprevistos como la falta de presupuesto, no han podido ser culminadas. El déficit de presupuesto nacional fue remediado con la adjudicación de obras al sector privado, el cual sería capaz de intervenir en los riesgos de la obra y así reducir los gastos para el estado sustancialmente, con el compromiso de colocar puntos de recaudo para mantenimiento y construcción de otras obras en donde los usuarios transitaran y aumentar el impuesto a los predios aledaños a las redes viales por aumentar la rentabilidad por la facilidad de transporte. Como no hubo recuperación de inversión los peajes aumentaron aún más y se tuvo que diseñar otra obra capaz de suplir y distribuir necesidades de transporte nacional, esta obra buscaba que se construyeran, rehabilitaran y mejoraran obras con el menor presupuesto posible y dimensionarlas acorde a la transitabilidad y rentabilidad con niveles de servicio reales, por lo tanto, la ubicación estratégica de peajes se realizaría en estas zonas. Este proyecto se enfocó en unir los corredores viales, tales como sitios en donde la economía fuera más productiva, es decir, en centros de producción, consumo y puertos de importación y exportación, y en redes de cobertura que se dirigieran a los centros de consumo, por lo tanto, no se tuvo como tal un enfoque en zonas en donde no podía llegar un medio de transporte como zonas rurales ya que no eran lo suficientemente rentables para el país. Una de las problemáticas a mejorar de esta propuesta es el sobredimensionamiento de las obras y la congestión vial generada, en donde se demostró, que en zonas montañosas esta aumentaba en comparación con zonas planas, por lo tanto, este proyecto se enfocó en mejorar las condiciones en sitios montañosos que influyeran en la economía del país, minimizando costos de inversión con la implementación de obras en zonas fronterizas, marítimas y aeropuertos, los cuales disminuirían la congestión vial y mejorarían el transporte de carga en sitios estratégicos. Este proyecto aún se está llevando a cabo en el país hasta el día de hoy, sin haber siquiera culminado los proyectos adjudicados desde hace aproximadamente 21 años. La deficiencia de transporte general en el país generalmente es debido a la baja inversión del estado y la poca importancia a temas de gestión predial social y jurídica, como también a la poca experiencia en temas de construcción de obras cruciales tales como el túnel de la línea o la depresión Momposina, de las cuales aún no se tienen resultados actualmente. Estos retrasos en las obras, representan sustancialmente bajas en presupuestos generales, puesto que, además de pagar un sobrecosto por mora, también se han adicionado presupuestos en los contratos, los cuales habrían podido ser adjudicados a otras obras nacionales.