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LAS RAÍCES DE LA EMPATÍA

La palabra empatía deriva del término griego empátheia (sentir dentro), ASP. recibe
también el nombre de inteligencia interpersonal (término acuñado por Howard Gardner)
y se refiere a la habilidad y cognoscitiva y emocional de una persona para comprender el
universo emocional de otra. Este término fue acuñado por primera vez por el sicólogo
BF. Tichener, para describir la capacidad de percibir la experiencia subjetiva de otra
persona, Tichener pensaba que la empatía surge a partir de una especie de imitación
física de aflicción del otro que evoca entonces los mismos sentimientos en uno mismo.

Aquí nos hablan de los alexitmicos que los denominan como los emocionalmente sordos,
que la raíz de la empatía radica en la conciencia de uno mismo que cuanto más abiertos
seamos con nuestras emociones, más hábiles seremos para interpretar los sentimientos,
la habilidad consiste saber lo que el otro siente , en la empatía hay un gran habilidad
para interpretar los canales no verbales como> el tono de voz, los ademanes, la
expresión facial y cosas por el estilo había una frase muy bonita que sintetiza en que la
mente racional se expresa a través de palabras, y la expresión de las emociones es no
verbal las raíces de la empatía se pueden ver desde la niñez desde que un niño se
identifica con el sentimiento del otro.

También nos habla Daniel Stern de la sintonía que es la empatía reciproca la cual se
recibe de forma tacita donde se hace saber lo que se siente un ejemplo que nos daban
era que la sintonía de las madres con sus hijos se dan cuando mutuamente los dos saben
que siente la madre hacia el hijo y el hijo identifica que la madre sabe lo que el necesita,
a su vez el costo de no tener una buena sintonía es tener relaciones perturbadoras y sin
sentido. Por otra parte nos habla sobre El coste de la falta de sintonía emocional entre
padres e hijos es extraordinario. Cuando los padres fracasan reiteradamente en
mostrar empatia hacia una determinada gama de emociones de su hijo ya sea la risa, el
llanto o la necesidad de ser abrazado, por ejemplo el niño dejará de expresar e incluso
dejará de sentir ese tipo de emociones. Es muy posible que, de estemodo, muchas
emociones comiencen a desvanecerse del repertorio de sus relaciones intimas,
especialmente en el caso de que estos sentimientos fueran desalentados de forma más o
menos explícita durante la infancia.

Leslie brothers psiquiatra nos dice que la amígdala con la zona de la corteza visual es un
circuito cerebral clave en la empatía y nos hablan que en la parte neurológica las
personas que tienen lesiones en el hemisferio derecho del cerebro son incapaces de
expresar sus propias emociones en su tono de voz o sus gestos.

Respecto a la empatía y la ética: las raíces del altruismo. La frase «nunca preguntes por
quién doblan las campanas porque están doblando por ti» es una de las más célebres de
la literatura inglesa. Las palabras de John Donne se dirigen al núcleo del vínculo existente
entre la empatía y el afecto, ya que el dolor ajeno es nuestro propio dolor. Sentir con
otro es cuidar de él y. en este sentido, lo contrario de la empaña seria la antipatía. La
actitud empática está inextricablemente ligada a los juicios morales porque éstos tienen
que ver con víctimas potenciales. ¿Mentiremos para no herir los sentimientos de un
amigo? Es un ejemplo de los dilemas éticos que propone Martin Hoffman, quien es un
investigador de la empatía y sostiene que en ella se asientan las raíces de la moral. En
opinión de Hoffman;

«es la empatía hacia las posibles víctimas, el hecho de compartir la angustia de quienes
sufren, de quienes están en peligro o de quienes se hallan desvalidos, lo que nos impulsa
a ayudarlas».

ASP. Lucas SEPÚLVEDA CORTEZ


ASP. Renato VERGARA BARAHONA
ASP. Nelson FERNÁNDES ENRIQUEZ

Referencia: Goleman, D. (1995) La Inteligencia Emocional. Kairós: Madrid.


LAS RAÍCES DE LA EMPATÍA

Y, más allá de esta relación evidente entre empatía y altruismo en ASP. los encuentros
interpersonales, Hoffman propone que la empatía —la capacidad de ponernos en el
lugar del otro— es, en última instancia, el fundamento de la comunicación. Según
Hoffman, el desarrollo de la empatía comienza ya en la temprana infancia. Como hemos
visto, una niña de un año de edad se alteró cuando vio a otro niño caerse y comenzar a
llorar; su compenetración con él era tan íntima que inmediatamente se puso el pulgar en
la boca y sumergió la cabeza en el regazo de su madre como si fuera ella misma quien se
hubiera hecho daño.

Después del primer año, cuando los niños comienzan a tomar conciencia de que son una
entidad separada de los demás, tratan de calmar de un modo más activo el desconsuelo
de otro niño ofreciéndole, por ejemplo, su osito de peluche. A la edad de dos años, los
niños comienzan a comprender que los sentimientos ajenos son diferentes a los propios
y así se vuelven más sensibles a las pistas que les permiten conocer cuáles son realmente
los sentimientos de los demás.

Cabe decir que la empatía es una habilidad que subyace a muchas facetas del juicio y de
la acción ética. Una de estas facetas es la «indignación empática» que John Stuart Mill
describiera como «el sentimiento natural de venganza alimentado por la razón, la
simpatía y el daño que nos causan los agravios de que otras personas son objeto» y que
calificara como «el custodio de la justicia». Otro ejemplo en el que resulta evidente que
la empatía puede sustentar la acción ética es el caso del testigo que se ve obligado a
intervenir para defender a una posible víctima. Según ha demostrado la investigación,
cuanta más empatía sienta el testigo por la víctima, más posibilidades habrá de que se
comprometa en su favor. Existe cierta evidencia de que el grado de empatía
experimentado por la gente condiciona sus juicios morales.

En una parte se habla de la mente del abusador sexual y la moral del psicópata dicen
que su actitud psicológicamente es errónea y tienen la tendencia a autojustificarse
cuando realizan la agresión estas personas suprimen la empatía hasta el punto de no
identificar los sentimientos del otro, nos dice que hay dos tipos psicopatía que son el
sociópata que se destacan por ser encantadores, el psicópata por el contrario muestra
su aversión, un ejemplo claro que nos dan con respecto a este tipo de personas es que
su reacción con respecto a la palabra emocional matar es igual que una palabra neutral
como silla dicen que su cerebro no responde a palabras emocionales lo que sugiere un
interrupción de los circuitos de la corteza verbal que reconoce la palabra y el cerebro
límbico que le añade el sentimiento por eso es normal que ante una descarga eléctrica
estas personas no demuestren temor alguno si no un está de normalidad ante este
suceso.

ASP. Lucas SEPÚLVEDA CORTEZ


ASP. Renato VERGARA BARAHONA
ASP. Nelson FERNÁNDES ENRIQUEZ

Referencia: Goleman, D. (1995) La Inteligencia Emocional. Kairós: Madrid.

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