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UNIVERSIDAD CATÓLICA LOS ÁNGELES DE CHIMBOTE.

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLÍTICA.

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO.

ASIGNATURA:

DERECHO ADMINISTRATIVO

TEMA:

TUTELA DEL CONSUMIDOR

DOCENTE:

Mgtr. JUAN MAURICIO, PILCO CHURATA

ESTUDIANTE:

ARENAS HANCCO, Fernando David.

JULIACA – PERU

AÑO 2018
DEDICATORIA

El presente trabajo está dedicado a mis


familiares y docentes los cuales han sido pilar
fundamental en mi vida ya que recibimos de ellos
apoyo incondicional.
Agradezco así mismo a mis padres
maravillosos por su amor, comprensión y por su
esfuerzo transmitido.
GRACIAS.
AGRADECIMIENTO.
Mi agradecimiento muy especial a los docentes por su
enseñanza el cual día a día nos fortalecen en
conocimiento.
A la coordinadora de la universidad ULADECH por
haber hecho posible que la filial este en Juliaca.
GRACIAS
INDICE.

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS......................................................... 1


INTRODUCCION .......................................................................................................................... 4
Por consiguiente, podemos indicar que la necesidad de proteger los derechos e intereses de los
consumidores nace, principalmente, por:........................................................................................ 5
1. Desarrollo de la protección del Consumidor. .................................................................. 5
2. Hechos jurídicos relevantes en la evolución de la tutela del Consumidor. ................... 6
a. Nivel Internacional. ........................................................................................................ 6
Resolución 39/246 de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas.
(16 de abril de 1985) .................................................................................................................. 7
3. ¿CÓMO AFRONTAR LA PROBLEMÁTICA DE LAS FALLAS EN EL
MERCADO? 8
4. ¿POR QUÉ EL SISTEMA TUTELA AL CONSUMIDOR? ......................................... 8
5. ASIMETRÍA INFORMATIVA ........................................................................................ 9
6. DEBER DE INFORMACIÓN........................................................................................... 9
7. IDONEIDAD..................................................................................................................... 10
8. PEQUEÑAS EMPRESAS Y LA LEY DE PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR ..... 10
9. UNA PRIMERA APROXIMACIÓN .................................................................................... 10
Conclusiones ................................................................................................................................ 11
ANEXOS ................................................................................................................................................. 12
BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................................................... 13
INTRODUCCION

El ser humano se interrelaciona en un mundo socio-económico, donde el mercado es


cada día más dinámico y, para la masa consumidora, en muchos de los casos resulta
difícil o casi imposible poder seguirle los pasos. Esto genera constantes frustraciones
e inseguridades, lo cual, de puede generar en violencia si los mismos encuentran los
canales para expresar esas pequeñas pero constantes frustraciones.

Por eso, la política de defensa a los consumidores, no debe únicamente servir para la
simple corrección de imperfecciones de mercado, sino toda una estrategia en busca de
la justicia socioeconómica del consumidor.

Por lo anterior, la adecuada articulación de la misma contribuye a la paz social del


país. Dentro de la realidad económica que vivimos, el consumidor tiene escasas
posibilidades de defender sus legítimos intereses, dado que él casi nunca esta en
condiciones de juzgar por sí mismo sobre la bondad de los bienes o servicios que se
le ofrecen.

Como sujeto individual no tiene la más mínima posibilidad de influir en el


mercado, ni en cuanto a precios ni en cuanto a calidades.

Esta realidad hace que los consumidores constantemente se conviertan en víctimas de


abusos, daños, engaños, contra los cuales las reglas de derecho tradicional constituyen
en vez de una solución otra frustración dado el reducido efecto positivo que tiene en la
corrección de los problemas de la vida diaria.

Visto lo anterior, en los últimos años muchos países han generado un moderno
desarrollo legislativo de disposiciones en protección de los consumidores que en la
mayoría de los casos constituye un conjunto heterogéneo de normas tanto de
Derecho Privado como de Derecho Público.

Esto ha afectado campos jurídicos como el Derecho Civil, Comercial,


Administrativo, Penal, de la Competencia, Financiero, y en muchos casos hasta la
propia Constitución Política del país.
LA TUTELA JURIDICA DEL COMSUMIDOR

Por consiguiente, podemos indicar que la necesidad de proteger los derechos e


intereses de los consumidores nace, principalmente, por:

Cambios en la estructura de mercado a lo largo de la segunda mitad del


siglo XX. P.E. Fusiones, consumo en masas, nuevos sistemas de mercadeo,
indeterminación del sujeto responsable del daño, técnicas empresariales que
dificultan la capacidad de elección del consumidor, diversificación
“artificiosa” de los productos, etc.
Protección al libre mercado. El complemento y condicionante para
mercados libres y competitivos es la vigencia de un sistema político-
jurídico de protección a los consumidores.
Disminución o negación del poder de negociación de los consumidores.
(P.E. Contratos por adhesión).
Se parte de un hecho que el consumidor es la parte más débil de la relación.
Función Social del Estado. Protección al segmento de la población más
vulnerable. (P.E. Trabajadores, menores de edad, mujeres, consumidores,
etc.)

1. DESARROLLO DE LA PROTECCIÓN DEL CONSUMIDOR.


Se indica que las primeras medidas que se conocen en protección al consumidor fue la
tutela de la salud mediante leyes y reglamentos que imponían ciertas condiciones de
calidad para productos de primera necesidad. (Francia 1905 adulteración de la leche e
Inglaterra 1893). Para mediados del siglo XX se perfila un movimiento en defensa de
los derechos del consumidor donde se pone énfasis en los aspectos contractuales y los
efectos de la publicidad todo con el fin de promover las relaciones mercantiles, lo
cual, genera importantes reformas al ordenamiento jurídico interno.
Es decir, el movimiento de consumidores nace no como un movimiento subversivo
contra los empresarios, todo lo contrario, nace como un elemento vital del mercado
mismo con el fin de otorgar mayor seguridad a los consumidores y facilitar el
intercambio de bienes y servicios.
El impulso definitivo al movimiento de los consumidores se da con el discurso del
Presidente
J.F. Kennedy a los ciudadanos norteamericanos el 15 de marzo de 1962, en el cual,
indicó:
“Consumidores, por definición, nos incluye a todos, es el grupo más grande de la
economía, que afecta y que está afectando por casi todas las decisiones públicas y
privadas, es el único grupo importante en la economía que no está organizado de
manera efectiva, y cuyos intereses muy a menudo no son escuchados.”

En esa ocasión el presidente norteamericano mencionó y estableció cuatro derechos


básicos del consumidor:

El derecho a la seguridad,

El derecho a la información,

El derecho a la elección,

El derecho a ser oídos y representados.

2. HECHOS JURÍDICOS RELEVANTES EN LA EVOLUCIÓN DE LA TUTELA


DEL CONSUMIDOR.

a. Nivel Internacional.

Declaración Universal de Derechos Humanos. (1948).

Se proclamó el derecho de toda persona a un nivel de vida que le asegurara


a ella y a su familia la salud y el bienestar, y en especial, la alimentación, la
vivienda, la asistencia técnica y los seguros sociales necesarios, así como
los seguros necesarios en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, vejez,
viudez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia, por
circunstancias independientes de su voluntad.
Resolución 39/246 de la Asamblea General de la Organización de
Naciones Unidas. (16 de abril de 1985).

Se reconoce que el consumidor generalmente está en una posición de


inferioridad con respecto a aquellos entes o personas que le ofrecen lo que
necesita. Esto conlleva numerosos desequilibrios en el mercado y promueven
un inestable desarrollo económico y social, de manera que las normas buscan
los siguientes objetivos:
1. Facilitar las modalidades de producción y distribución que
respondan a las necesidades y los deseos de los consumidores
2. Instar a quienes se ocupen de la producción de bienes y servicios y de
su distribución a los consumidores a que adopten estrictas normas
éticas de conducta.
3. Colaborar con los países para poner freno a las prácticas comerciales
desleales y abusivas de todas las empresas, tanto a nivel nacional
como internacional, que perjudiquen a los consumidores.
4. Fomentar la cooperación internacional en la esfera de la protección del
consumidor y en todas las relaciones en que éste intervenga en calidad de
tal.
Se establecieron los siguientes principios generales:
a) El acceso de los consumidores a una información adecuada que les
permita hacer elecciones bien fundadas conforme a los deseos y
necesidades de cada cual.
b) La protección de los consumidores frente a los riesgos para su salud, su
seguridad e integridad físicas, y sus intereses económicos.
c) El deber de cada país y sus gobiernos de establecer o mantener una
infraestructura adecuada que permita formular, aplicar y controlar el
funcionamiento de las políticas de defensa del consumidor.
d) Tener en consideración el papel positivo de las universidades y las
empresas públicas y privadas a la hora de elaborar políticas de
protección al consumidor. Las anteriores, directrices de la ONU fueron
las bases, por las cuales, se construyó la reforma integral a la Ley de
Protección del Consumidor de 1975 y la del artículo 46 Constitucional.
3. ¿CÓMO AFRONTAR LA PROBLEMÁTICA DE LAS FALLAS EN EL
MERCADO?

Desde la perspectiva de la tutela al consumidor se puede afrontar dicha


problemática de modo concreto y directo: incentivando la competencia y la
información en el mercado. Es decir, reduciendo costos de acceso y salida
del mercado, costos de transacción y dando una solución a las
externalidades.

Si bien la Ley de Protección al Consumidor confiere el derecho del


consumidor a tener opciones en el mercado, cabe resaltar que éstas sólo serán
posibles en la medida que se eliminen las barreras de acceso burocráticas, así
como las barreras de acceso provenientes de prácticas exclusorias o de
prácticas restrictivas de la competencia.

Asimismo, se deben sancionar todas aquellas prácticas que se constituyan


en desleales, así como las que atenten contra las prácticas de buena
conducta en el mercado, o todas aquellas que causen desinformación al
consumidor. Cabe destacar que es con dicho fin que se reconoce la
titularidad del consumidor para denunciar infracciones respecto de las leyes
reguladoras de la Competencia (Libre Competencia, Competencia Desleal,
Publicidad y Protección al Consumidor). .

4. ¿POR QUÉ EL SISTEMA TUTELA AL CONSUMIDOR?

La defensa y protección de los consumidores es una pieza clave del sistema de


libre mercado consagrado en nuestra Constitución Política.
“El rol de los consumidores en el mercado es esencial. No es posible
imaginar un sistema económico de este tipo sin entender que su figura
central es el consumidor. El mercado existe por y para los consumidores.
Nada se justifica en términos de su 4 funcionamiento sin comprender su rol.
El consumidor es soberano del mercado porque en el fondo el desarrollo no
es otra cosa que aumentar el nivel de bienestar que atraviesan la sumatoria
5. ASIMETRÍA INFORMATIVA

La Asimetría Informativa es una característica intrínseca a cualquier


transacción económica (e incluso a otros aspectos sociales), en tanto que
siempre en un intercambio de bienes y servicios habrá un actor mejor
informado que otro. En efecto, dicho actor suele tener mayor y mejor
información sobre los productos y servicios que ofrece en el mercado, lo que
genera que ciertas prácticas puedan distorsionar excepcionalmente el buen
funcionamiento del mismo.
En términos económicos, la asimetría informativa genera costos de
transacción en el mercado, los cuales deben entenderse como aquéllos en los
que las partes deben incurrir para llegar a celebrar un contrato que satisfaga de
la mejor manera posible sus intereses, tendiendo así a maximizar la utilidad
social.
Este sentido, del concepto de Asimetría Informativa se desprenden dos
aspectos que se encuentran estrechamente vinculados como dos caras de la
misma moneda: el deber de Información y el deber de garantizar la
idoneidad.

6. DEBER DE INFORMACIÓN

El deber de información de los proveedores debe ser entendido como el


derecho de los consumidores a recibir de los proveedores toda la información
necesaria y oportuna para tomar una decisión adecuada en la adquisición de
un producto.
Stiglitz señala que el objeto del derecho a la información “versa, en esencia,
sobre el adecuado conocimiento de las condiciones de la negociación y, en su
caso, las características de los productos comercializados.
Visto del lado del proveedor, consiste en la obligación de poner en
conocimiento de los consumidores toda la información relevante, con la
finalidad de que éstos puedan realizar una adecuada decisión de consumo o,
más bien, un uso correcto de los bienes y servicios ya adquiridos. Esta
información debe cumplir tres requisitos: ser veraz, suficiente (o adecuada)
7. IDONEIDAD

De otro lado tenemos a la Idoneidad, que constituye otra de las


manifestaciones de la Asimetría Informativa. Así se presenta un supuesto de
falta de idoneidad cuando no existe coincidencia entre lo que el consumidor
espera y lo que el consumidor recibe; naturalmente lo que el consumidor
espera depende de la calidad y cantidad de información que le ha brindado el
proveedor.
Si la prestación no corresponde a lo esperado por un consumidor razonable,
quien justamente ha fundado sus expectativas en la información brindada por
el proveedor, éste tendrá que asumir la responsabilidad por la falta de
correspondencia entre la prestación ejecutada y la prestación ofrecida (y
esperada por el consumidor).
Ello en buena cuenta significa que si quien brinda información abre o crea
una serie de expectativas que cualquier consumidor razonable podría
esperar, entonces tiene que asumir el costo de las mismas, dado que es su
información la que ha movilizado dicha demanda, información que no debe
adolecer de defectos.

8. PEQUEÑAS EMPRESAS Y LA LEY DE PROTECCIÓN AL


CONSUMIDOR
Las interrogantes que inmediatamente este título produce son las siguientes:
¿Cómo ingresan los pequeños empresarios a la legislación de
protección al consumidor?, ¿qué interés se está tutelando?, ¿qué tiene
en común este consumidor intermedio con un destinatario final?.
Algunos sostendrán que los pequeños empresarios también son destinatarios
finales de algunos bienes y que por ello se debe generalizar su defensa, o que
también se hallan en asimetría informativa y que incluso ésta –en ciertos
casos- puede ser equivalente a la de los destinatarios finales.
Si se quiere ser justo debe tenerse en cuenta que el pequeño comerciante
carece de capacidad negociadora frente a la empresa vendedora, por lo
que concurren circunstancias que justificarían en supuestos de esta
naturaleza equiparar al pequeño empresario con el consumidor.”
Los proveedores tienen la ventaja de un acceso menos costoso a la
información, la cual facilita las condiciones de prestación y estructuración de
su oferta en cuanto a la cantidad y calidad de información que van a brindar
al consumidor, sea sobre la situación del mercado, los productos a ser
ofrecidos o las percepciones de los propios consumidores. En este orden de
ideas, es lógico que la tutela al consumidor se encuentre dirigida a proteger a
aquellos individuos afectados por la desigualdad informativa que puede
afectar negativamente la asignación de recursos a través de las relaciones de
consumo, es decir, a los consumidores, entendidos como destinatarios finales
de bienes o servicios.
En tal sentido, el término “destinatarios finales” limita la noción de
consumidor únicamente a aquellas personas naturales o jurídicas que puedan
ser consideradas como “últimos compradores” o “consumidores finales”.
La razón es obvia: difícilmente una persona jurídica o incluso un pequeño
empresario se constituyen en el “último eslabón de la cadena de circulación
de un bien”, pues evidentemente ellos no se hayan en general en situación de
destinatarios finales de los bienes, lo cual los aparta de la categoría de
“consumidor final”.

9. UNA PRIMERA APROXIMACIÓN:


El criterio del uso mixto Como ya adelantamos, cuando las personas naturales
operan directamente (sin crear persona jurídica alguna) como empresarios
individuales (es decir “empresas unipersonales”), la habitualidad en la
intermediación es el elemento fáctico que distingue su actividad
“profesional” o “empresarial” de su acción personal o familiar destinada al
consumo e inclusive permite diferenciarla de un acto de intermediación
ocasional o aislado.
Bajo esta perspectiva debería ser muy fácil distinguir la porción o segmento
de actos en los que la persona natural opera como destinatario final de otros en
el que ello no es así; sin embargo, como en la práctica esta tarea puede resultar
compleja, la Comisión de Protección al Consumidor ha adoptado como
criterio el determinar si el bien o servicio adquirido ha sido destinado a un uso
mixto.
CONCLUSIONES

En conclusión, la tutela del consumidor se ha apoyado eficientemente en


la noción de “asimetría informativa”, concepto que sintetiza lo costoso
que puede resultar para el consumidor informarse adecuadamente para
efectuar una adquisición satisfactoria.
De ahí la importancia de establecer el deber del proveedor de brindar
información relevante y de garantizar la idoneidad del bien o servicio
respectivo.
Un tema que se encuentra aún en desarrollo es cómo extender lo más
objetivamente las nociones tutelares del “consumidor final” al pequeño
empresario, tratando de circunscribirlas a los casos estrictamente necesarios
con el fin de no distorsionar los
incentivos y castigos que el propio mercado impone a un “proveedor” que,
justamente, cuando actúa como un consumidor intermedio debe buscar
informarse adecuadamente para adquirir algo bueno, si es posible bonito y
mejor si es barato.
Los derechos inherentes a los consumidores y usuarios son parte
indispensable de la concepción del Estado Social de Derecho y es parte
integral del nuevo régimen económico de la globalización económica. Es
decir, no podemos concebir un mundo cada vez más globalizado sin
visualizar una adecuada protección al consumidor. Esta visión creemos que
claramente la sustenta la Sala, salvo el voto salvado que se mencionó, donde
el voto de minoría se confunde en el planteamiento filosófico económico,
dado la apertura comercial y la tutela del consumidor no son dos cosas
diametralmente opuesta, todo lo contrario, son complementarias.
ANEXOS
BIBLIOGRAFÍA

http://www.protectora.org.ar/procedimiento-de-defensa/tutela-
procesal-del-consumidor-beneficio-de-justicia-gratuita/21112/

Adhieren también a esta postura VAZQUEZ FERREYRA y AVALLE


– La Ley 2009-C-401

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