(Articulo a publicarse en el "Diario Sin Fronteras", columna Dia de Mièrcoles)
“Recibimos alrededor de 20 millones de turistas al año, y tenemos alrededor de 56,000 habitaciones” me informaba el guia de turismo, mientras esperábamos uno de los tantos catamaranes, que que de uno de los puertos de Cancún, nos llevaría a otra Meca turística:.Isla Mujeres. Los Puertos y las embarcaciones cumplen al milímetro las normas de navegación. Acá se explota al turismo en toda forma. Hay para todos y todo tipo de actividades, sobre todo la nocturna; hasta surcan embarcaciones temáticas -piratas incluidos- el turista no tiene tiempo para aburrirse. Cancún como destino turístico fue creado hace 50 años, y dejó en el olvido a Acapulco. Y es que una decisión de Estado – no de gobierno como en el Perú- logro que una inversión privada masiva, convirtiera toda una zona pantanosa en una metrópoli para el exigente turismo. Pero la conservación del medio ambiente es también política de estado. Todos los involucrados en la actividad turística repiten machaconamente, el respeto al hábitat. Es tan grande la actividad turística, que una cadena de parques temáticos (XCaret), ha creado un complejo de atracciones más grande que Disneylandia. Los mozos de los restaurantes están sumamente calificados. Hablan un fluido inglés, son muy atentos y serviciales. Cuando comparó todo esto con la ridícula enseñanza que proporcionan nuestras facultades de turismo, de dónde salen solo profesionales para ser otros profesores, o “consultores”, la verdad que recién entiendo porque no avanzamos. Y claro que México tiene conflictos sociales, he visto hasta huelguistas de hambre en la misma puerta de Palacio de Gobierno, pero no interrumpe el flujo turístico. Seguimos con los burócratas del Ministerio de Turismo, que con sus favoritos, organizan año a año, el aburrido Perú Travel Mart, con las mismas caras. Y no hay impulso a la inversión privada porque en el Perú, eso es sinónimo de derechismo, o de “discriminación a los pobres hermanos originarios”, cuando justamente es al revés. Claro que se nota la influencia gringa, pero también en su intercambio tecnológico. El tema de seguridad al menos lo veo con más decisión que en el Perú. Ahora y justamente por estos días, el Presidente López Obrador, esta luchando para sacar una ley que va a crear la Policía Militarizada. La gente está harta de que el delincuente tenga los mismos derechos que el pacífico ciudadano. La teoría que tantas veces he enarbolado, sobre el derecho penal del enemigo, se abre paso en México, no importa lo que digan las Ong's de “derechos humanos”. NO he visto – contrarioa lo que pasa en Machu Picchu- la cantidad de controles y limitaciones, y hay bastante turismo nacional. La política de revalorización cultural creo está rindiendo sus frutos. Los mexicanos con los que hable son devotos de la virgen de Guadalupe, al catolicismo lo miran de reojo, no nos olvidemos que la revolución mexicana se alzó contra el gran Gamonal, que era la iglesia católica, que tuvo casi el 60 por ciento de las tierras mexicanas bajo su férula. Pero tanto los olmecas, mexicas, mayas, con todos sus dioses, la serpiente emplumada Quetzalcóatl, o la diosa Chinchen Itza, y hasta el dios sol no pudieron combatir a los “cristianos”. Y como en el Perú, si descuartizaron a Tupac amaru; acá los apóstolicos y romanos, torturaron a Moctezuma, el último emperador Azteca, a quien a sus 19 años le quemaron las plantas de los pies, todo para que revelará donde estaba se tesoro. Como ven para Aztecas e Incas, la religión no sirvió de protección, sino para justificar muerte. Y justamente lo que me impresionó es el gran culto a la muerte que tienen por acá. Una pena no poderme traer una caja de Tequila, ni me Mezcal o Pulque, pese a que los compré en plena Plaza Garibaldi donde recordando a mi padre cante “el rey”. La dictadura de la línea aérea no me permitió subir algunas botellas, así que a un simpático “cuate” que pasaba le regale, y emocionado me despidió diciéndome”pos que le vaya bien mano, acá está su carnal pa' servirle a'ste”.