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XVII JORNADAS NACIONALES DE DERECHO CIVIL

COMISION N° 6: Colación y reducción

COLACION DE DEUDA
Ponentes: RICARDO SALVADOR CATAPANO
Profesor titula Derecho Sucesorio
Facultad de Ciencias Económicas, U.N.C.
MARÍA MARGARITA HELUANI
Prof. Asociada Derecho Sucesorio
Facultad de Ciencias Económicas U.N.C.

De lege ferenda
Proponemos que las XVIII Jornadas Nacionales de Derecho Civil recomienden
concretamente la inclusión en el código civil de la colación de deuda, sancionando el
siguiente texto proyectado por la comisión designada por el decreto 685/95: "Se
colacionan a la masa las deudas de uno de los coherederos a favor del causante que no
hayan sido pagadas voluntariamente durante la indivisión, aunque sean de plazo no
vencido al tiempo de la partición”.

RESUMEN:
1- La preferencia de los coherederos sobre los acreedores del deudor de la colación es una
consecuencia del principio de la colación que no resulta injusta.
2- También creemos que si bien es cierto que el art. 829 del Código Civil Francés no está
reproducido en el nuestro, bien puede fundarse la solución de esta cuestión en los artículos
3469 y 3494, como lo ha hecho la jurisprudencia, y principalmente en el primero de ellos,
que se refiere a la manera de formar la masa hereditaria, lo que vincula el punto
íntimamente con la colación ya que ésta no es sino un incidente de la partición.
3- Una razón de equidad impone mantener la obligación de colacionar las deudas, puesto
que de lo contrario los coherederos vendrían a sufrir una quebranto en sus partes en el
caso de insolvencia del heredero deudor, que beneficiaría a los acreedores de éste, y en el
conflicto entre los derechos de aquéllos y éstos, parece más justo inclinarse a favor de los
coherederos, a fin de mantener una solución armónica con la establecida por el código para
el caso de las donaciones. Baste pensar que en el caso de que el heredero deba
colacionar el valor de donaciones, sus acreedores, que hubieran llegado a concursarlos no
podrían pretender beneficiarse con la colación, obligando a los coherederos del deudor a
concurrir a prorrata a cobrar el valor colacionable.
4- No debe haber diferencias en el caso de deudas, pues es bien similar la situación de un
padre que para beneficiar a un hijo le done una propiedad en adelanto de herencia, o le
presta dinero aun sin animus donandi.

1
COLACION DE DEUDAS
FUNDAMENTOS
Abundante doctrina y nutrida jurisprudencia se han ocupado del tema, cuyo estudio nos ha dado
el fundamento para la postura que sustentamos respecto a la colación de deudas.
Antes de introducirnos al tratamiento del tema, valga repasar ciertas nociones fundamentales
sobre colación para ubicarnos después en el núcleo de la discusión que sobre la posibilidad de
colacionar deudas existe.
Para Guastavino la colación consiste en computar en la masa a dividir, según modos y efectos
variables, los bienes que habiendo sido parte de esa comunidad patrimonial ingresaron, por
causas diversas, a los patrimonios particulares de los sujetos entre los que debe realizarse la
división.1 "Esencialmente con la colación las liberalidades quedan transformadas en una ventaja
de tiempo (anticipo de la cuota), más que en una ventaja de contenido (no hay mayor caudal
para un heredero que para otro)"2
Coincidimos con Salerno3, cuando sostiene que la finalidad tenida en vista por el legislador es
resguardar la legítima, evitando que sea disminuida mediante actos otorgados en vida por el
causante. "Viene a la memoria la figura del tribuno francés Mirabeau, en los albores de la
Revolución de 1789, cuyo criterio igualitario inspiró la legítima de los herederos forzosos. Ese
criterio, receptado en el art. 913 del Código de Napoleón, sirvió como modelo a los Códigos de
las nuevas repúblicas hispanoamericanas.
Existe un evidente interés superior en proteger a la familia del de cuyus, para resguardar una
masa de bienes que será transmitida a sus herederos, sin mengua de la porción disponible por
la vía testamentaria. Además, se busca que el reparto de esa masa se haga respetando el
principio de igualdad entre los causahabientes. De manera que el ordenamiento tiene
mecanismos apropiados para que ese principio no sea transgredido, confiriendo a ese efecto la
acción de colación.
Cuando hablamos específicamente de la colación de deudas, entramos en una cuestión de
extraordinario interés e importancia práctica.
Según Pérez Lasala la colación de deuda, consiste en imputar en la cuota del heredero deudor
el monto de la deuda que tenía frente al causante, disminuyendo su adjudicación en igual valor.
La finalidad de la imputación estriba en impedir que el coheredero deudor tome íntegramente la
cuota hereditaria y no pague a los otros coherederos aquello de los cuales es deudor frente a la
masa.4
Si es solvente, y la deuda es exigible civilmente, no interesa determinar si debe abonar su
deuda en cualquiera de las formas de extinguir las obligaciones o si debe colacionarlas, porque
el fin es el mismo. Pero si el coheredero es insolvente, muy distintas son las consecuencias si
llegamos a la conclusión de que las deudas deben colacionarse o no, pues en el primer caso al
producirse por compensación con la hijuela la colación de la deuda, los demás herederos no se
perjudican con la insolvencia del coheredero deudor y no concurren con sus acreedores a la
división a prorrata de su patrimonio. No así si las deudas no son colacionables, la suerte de los
coherederos es peor, pues deben concurrir con los acreedores del heredero deudor a cobrar su
crédito5.
La doctrina nacional no es unánime sobre el punto, en cambio la jurisprudencia es firme en el

1
Guastavino, Elias P., Colación de deudas, edit. Ediar, Bs.As. 1964, pág. 9
2
Guastavino, Elias P. Ob. Cit. Pág. 14
3
Salerno, Marcelo Urbano, Rev. Del Notariado nº 855, pág. 210
4
Perez Lasala, José Luis, Curso de Derecho Sucesorio, Depalma Pág. 382
5
Catapano, Ricardo Salvador, "La colación" Litográfica Mendoza, Mendoza, pág.97

2
sentido de que son colacionables las deudas.
Sostienen la improcedencia de la colación de deudas Lafaille6, Fornielles7 y Borda8 quien hace
referencia a que en nuestra legislación no hay ningún texto que cree la preferencia de los
herederos.
El Profesor Azpiri9, sostiene que los arts. 3469 y 3494 del C.C. no se refieren a la colación de
deudas sino a la masa que debe formar el partidor y a la compensación o extinción por
confusión de las deudas que el heredero tenía con la sucesión, pero hasta la concurrencia de
su parte hereditaria. Por lo tanto opina que la colación de deudas no puede tener lugar y
ninguna de las reformas que tuvo el C.C. ha solucionado ese vacío, por lo que no cabe hacer
una creación doctrinaria al respecto para justificar su admisión. Y el Profesor Pérez Lasala
sostiene que esta imputación de la deuda en la cuota del heredero deudor es posible, en
nuestro derecho, en la medida en que el heredero deudor no sea insolvente. Pero cuando éste
es insolvente, los coherederos no deudores no pueden imponer la imputación en contra de los
intereses de los acreedores del deudor, y en crédito debe ser prorrateado entre todos ellos.10
Por otra parte encontramos gran número de autores que se inclinan por la afirmativa y opinan
que las deudas deben colacionarse. Así el profesor Goyena Copello11 estima que la colación de
deudas se refiere al trato a dar a 1as deudas que con el causante tuviera uno de los herederos
forzosos, lo cual no es una donación pero se le asemeja bastante. Sería el caso de un padre
que le presta dinero a su hijo sin que este se lo haya devuelto a su muerte.
La colación de deudas tiene relevancia en dos situaciones:
1. Cuando el heredero es insolvente, porque si se reconoce la colación de deudas, al debilitarle
de su hijuela el importe de ella, se perjudican los acreedores personales del heredero. En caso
contrario, se perjudican los coherederos, quienes deben concurrir con los acreedores
personales del deudor para colmar a prorrata su porción con el crédito.
2. Cuando la deuda se encuentra prescripta, ya que si se admite la colación, el deudor debe
pagar algo a lo que ningún juez podría obligarlo. Si lo exime de colacionar se perjudican los
coherederos, porque la deuda se dejó prescribir probablemente por el carácter del deudor.
La colación de deudas, según Goyena Copello tiene el mismo fundamento y naturaleza jurídica
que la colación en general, ya que tratándose de una variante de ésta, sólo se diferencia en la
forma de presentarse. Sostiene la procedencia de la colación de deudas, y opina que dicha
colación se debe, pues tiene el mismo fundamento y naturaleza jurídica que la colación en
general, y es injusto que quien recibe un préstamo que se presume debe devolver, se hallen en
mejor situación que quien recibe una donación real.
Dicho autor opina que quienes apoyan la improcedencia de la colación de deudas olvidan que la
misma participa de la naturaleza y fundamento de la colación (mantener a los herederos en pie
de igualdad y defenderles su legítima). Por ello, si la colación de deudas no se admitiera, la
burla a la legítima sería fácil de lograr y no cabría ningún remedio contra ello. Así, esta colación
no sólo se debe sino que se impone.
Además el acreedor del heredero que debe la colación no se perjudica, pues él ya sabe que su
deudor es insolvente, mientras que si no se colaciona, se beneficia en detrimento de los
coherederos a quienes legítimamente corresponde más de lo que reciben.

6
Lafaille, T.I, pág. 354, Nº518
7
Fornielles. T.I, pág. 328, nº 341
8
Borda, Guillermo, Derecho Civil T.VI, pág. 479.
9
Jorge O. Azpiri, Manual de derecho Sucesorio, Ed. Hammurabi, pág. 248
10
Perez Lasala, José Luis, ob. Cit. Pág. 752 y stes.
11
Goyena Copello, Héctor Roberto. Tratado de Derecho de Sucesión, Buenos Aires, p´g. 358

3
Guastavino, en la obra que estudia específicamente este tema de la colación de deudas utiliza
dos tipos de argumentaciones para fundamentar la colación de deudas. Asì sus argumentos
supralegales 12se basan en que no se concibe que el causante entregara bienes a un heredero
a título gratuito, sin antes exigirle el pago de sus deudas, ni puede la ley imponerle la
transmisión gratuita sin la previa extinción de las obligaciones contraídas por un heredero
forzoso a favor del causante. Además, si el heredero debe colacionar lo que le ha sido donado
por sus padres, con mayor razón debe traer a la masa lo que no le ha sido donado y que
13
adeuda a la sucesión. Por otro lado en sus argumentos legales estudia las normas que
significan una consagración directa, general o particular de la colación de deudas. Así
considera reconocida la colación de deudas por los arts. 3477, 3469 y 3494 del CC,
sosteniendo que: “En definitiva puede afirmarse que hay una consagración directa y general de
la colación de deuda en el art. 3477, y que existe así mismo una consagración directa y
particularizada de sus dos componentes de índole legal, en el art.3469 se establece la
reconstitución de 1a masa partible mediante la inclusión de los créditos contra los herederos, y
en el art.3494 se dispone la posibilidad de la imputación de la deuda del heredero en la parte
hereditaria del mismo.”
La jurisprudencia de las cámaras civiles de la Capital ha aceptado el principio de colación de
deudas . Ya en el caso Zibecchi14 la Cámara Civil 2°, estableció que las ayudas hechas por el
causante a un heredero forzoso cuando son de importancia, se consideran anticipos a cuenta,
15
imputables a la legítima y, como tales, colacionables. En el caso de Mirás la Cámara Civil 1°
se pronunció por la obligación de colacionar las deudas, siguiendo igual doctrina la otra cámara
en varios casos que resolvió con posterioridad, fundándola en la necesidad de mantener la
igualdad entre los herederos.16
Después de este análisis meditado acerca de si las deudas de los herederos legítimos
legiimarios deben colacionarse, hemos llegado a abrigar firmemente la convicción afirmativa,
por ser la que armoniza con el criterio de equidad que preside el régimen jurídico de la colación.
Los argumentos expuestos respecto a que en nuestro derecho no son colacionables las
deudas, no conmueven nuestra forma de ver la cuestión17, y son los siguientes: 1ºNo haber
razón para que el crédito del causante goce en cabeza de sus herederos de una preferencia
que antes no tenía; 2ª No establecerlo el Código expresamente como lo hace el Código
Francés en el artículo 829, y no poder deducirse su institución por las disposiciones de los
artículos 3469 y 3494 que son en los que la jurisprudencia ha fundamentado la obligación de
colacionar.
Contestamos ambos argumentos: en cuanto al primero, creemos que si bien esa preferencia de
los coherederos sobre los acreedores del deudor de la colación es una consecuencia del
principio de la colación, no resulta injusta y, por otra parte, es cierto que si el causante como
acreedor del heredero no podía, por ejemplo, cobrar una deuda parcialmente remitida por un
concordato, es muy discutible afirmar que no sea colacionable la parte remitida.
En cuanto al segundo, creemos que si bien es cierto que el art. 829 del Código Civil Francés no
está reproducido en el nuestro, bien puede fundarse la solución de esta cuestión en los artículos
3469 y 3494, como lo ha hecho la jurisprudencia, y principalmente en el primero de ellos, que se

12
Guastavino, Elias, ob. Cit. Pág. 129 y stes.
13
Guastavino, Elias, Ob. Citl Pág. 137 y stes.
14 C.C. 2° abril 21 1922 . J.A. , Tomo 8 pág. 341
15
C.C.1° Cp-. Noviembre 8 de 1925, en J.A., T.23, pág. 105
16
Cám. Civ. 2°, Cp. J.A., T. 43, pág. 661
17
Catapano, Ricardo Salvador, ver ob. Citada, capítulo de colaci{on de deudas., pág. 95 y siguientes.

4
refiere a la manera de formar la masa hereditaria, lo que vincula el punto íntimamente con la
colación ya que ésta no es sino un incidente de la partición. Pero, sobre todo, una razón de
equidad impone mantener la obligación de colacionar las deudas, puesto que de lo contrario los
coherederos vendrían a sufrir una quebranto en sus partes en el caso de insolvencia del
heredero deudor, que beneficiaría a los acreedores de éste, y en el conflicto entre los derechos
de aquéllos y éstos, parece más justo inclinarse a favor de los coherederos, a fin de mantener
una solución armónica con la establecida por el código para el caso de las donaciones. Baste
pensar que en el caso de que el heredero deba colacionar el valor de donaciones, sus
acreedores, que hubieran llegado a concursarlos no podrían pretender beneficiarse con la
colación, obligando a los coherederos del deudor a concurrir a prorrata a cobrar el valor
colacionable. No debe haber diferencias en el caso de deudas, pues es bien similar la situación
de un padre que para beneficiar a un hijo le done una propiedad en adelanto de herencia, o le
presta dinero aun sin animus donandi. Por ello, nos pronunciamos adhiriendo a la posición
adoptada por la jurisprudencia.
La consecuencia del principio es como ya hemos dicho, fundamental en el caso de insolvencia
del heredero: viene a dar un derecho de preferencia a los coherederos sobre los acreedores y
así expresamente se ha reconocido en algún fallo18.
La muerte del deudor no torna exigible la deuda que no lo era, por estar sometida a un plazo o
condición, pero la situación es distinta tratándose de deudas prescriptas.
La Comisión designada por decreto 685/95 para la elaboración del proyecto de Código Civil
unificado con el código de Comercio, se inclinó por esta postura que acepta la colación de
deuda, y en sus fundamentos expresa que “se tipifican expresamente las deudas colacionables
comprendiendo las deudas de uno de los coherederos a favor del causante y las de un
coheredero a favor de sus coherederos ocasionadas durante la indivisión y se dispone sobre la
suspensión de los derechos de los coherederos, los intereses y la situación del coheredero
acreedor y deudor al mismo tiempo. Finalmente se precisa el modo de hacer la colación. Y
agrega, la normativa sugerida se apoya en el Código de Quebec y en la doctrina nacional sobre
un tema que ha requerido un singular esfuerzo de parte de ésta”.19
Por todo lo expuesto con anterioridad proponemos de lege ferenda, que las XVIII Jornadas
Nacionales de Derecho Civil recomienden la inclusión de la colación de deudas en el Código
Civil, mediante la sanción del siguiente texto proyectado por la comisión designada por el
decreto 685/95:
"Se colacionan a la masa las deudas de uno de los coherederos a favor del causante que no
hayan sido pagadas voluntariamente durante la indivisión, aunque sean de plazo no vencido al
tiempo de la partición.”

RICARDO SALVADOR CATAPANO MARÍA MARGARITA HELUANI


Profesor Titular Der. Sucesorio Prof. Asociada Derecho Sucesorio
Facultad de Ciencias Económicas Facultad de Ciencias Económicas
Universidad Nacional de Cuyo Universidad Nacional de Cuyo

18
C:C:2º, Cp.mayo 26 de 1937, en J.A. , T. 58, pág. 534
19
Proyecto de Código Civil de la República Argentina unificado con el Código de Comercio. Abeledo Perrot,
pág.141

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