DE LA SOCIEDAD LÍQUIDA A UNA JUSTICIA PENAL

LIQUÍDA

El Derecho Penal, tiene objetivos principales, actuar como post mecanismo o ultima
ratio y la resocialización de las personas. Sin embargo, está solidez de objetivos se
ha visto afectada por la globalización que conlleva a un neo modernismo de la
sociedad. Transformándose el Derecho Penal y su complemento la Justicia Penal,
este último, es cada vez más cuestionado, debido a que la globalización ha quitado
los límites entre territorios, ocasionando nuevos problemas y mayor relación entre
las distintas sociedades en temas de Justicia. Asimismo, la cultura del miedo se
viene apoderando de muchas sociedades y mentes, que van desnaturalizando al
Derecho Penal.

Si bien es cierto, yo creo que el Derecho Penal se ha modernizado de manera

notoria, debido a los avances de la sociedad. Por otra parte, el Derecho Procesal
Penal, está mostrando un modelo líquido de Justicia gracias a estos avances
sociales o sociedad líquida que no es tan malo como parece. Es decir, un modelo
con fluidez de Justicia, pero esta fluidez muestra dos caras; en la primera, fluidez
procesal, rompiendo muros, actuando de la mano con la globalización en los
procesos y procedimientos Penales; pero en la segunda, ciertas desigualdades
entre ciudadanos, una Justicia en muchos casos comprada, poco solidaria.

Asimismo, aquellos que son parte de la cara del Derecho Penal, actúan mediante
cierta autoridad. ¿Por qué cierta y no completa? Porque, se ve resaltado el término
“seguridad”, esto debido a que los policías, están enfocados en “eficacia”,
“eficiencia” en el sistema y no en la “seguridad” de la sociedad. Pero la seguridad
que está modernidad líquida pide es una alterada, transformada, dando como
resultado que se exija a estas autoridades, brinden mecanismos de control que
impartan miedo para generar seguridad. Estos mecanismos que impartan miedo en
las personas, se basan en discursos de odio, de uno contra otro, también de verse
todos como enemigos.
Así también, parte de esta modernidad liquida, se abre a una nueva modalidad, para
dar mayor participación de manera binomial entre víctima y presunto autor, con
participación horizontal de un mediador. Esta modalidad, no es un alternativo, ni
contrapuesto al proceso, sino actúa como complemento o apoyo a este. Pero a su
vez, el uso de este apoyo, sería una clara muestra que evolucionando, en
mecanismos de resolución de conflictos y mayor aún si se trata de bienes jurídicos
individuales o colectivos.

A modo de conclusión, se podría hablar que el pensamiento Bauman está

posicionándose de manera fuerte y clara. Ya que, una de las fuentes importantes
de la sociedad la Justicia Penal conjuntamente con el Derecho Penal, ese estado
sólido donde prevalecía, el orden, ideas plantadas, control, con mecanismos
“únicos”, “limitados”, etc. Está pasando a ser una Modernidad líquida, con fluidez,
procesal, con mayores mecanismos, con ideas de orden y bienestar social, con
mayor participación social, cambiando conceptos y agregando ciertos puntos y
visiones economistas.

Asimismo, dando a entender que el Derecho y la Justicia Penal, están, pueden,

actúan de manera conjunta con la realidad social, dando tolerancia, que la
“seguridad”, ya no será una utopía, porque si hay inseguridad, hay criminalidad y
consecuentemente miedo. Entonces, ya hay un punto de partida y la sentido
Baumaniano es una gran fuente de apoyo para la comprensión de nuestra realidad
social actual.

Carmen Julia Tasayco Olivera

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2019-1