CASO.
Textiles Martin
El 12 de agosto de 1992 fue un día
realmente malo para John Martin. Fue el día en
que Canadá, México y Estados Unidos
anunciaron un acuerdo para formar el Tratado
de Libre Comercio de América del Norte. De
acuerdo con el plan, todos los aranceles entre
los países se eliminarían dentro de los siguientes
10 a 15 años, con la mayoría reducida en 5
años. Lo que más molestaba a John era la
disposición de quitar todos los aranceles sobre
el comercio textil entre los países dentro de los
siguientes 10 años. De acuerdo con la
propuesta, México y Canadá también podrían
transportar una cantidad específica de ropa y
textiles –hechos de material extranjero- a
Estados Unidos cada año, y esta cuota se
elevaría ligeramente a lo largo de los primeros
cinco años del acuerdo. “¡Dios mío!”, pensó
John. “Ahora tendré que decidir si desplazo mis
fábricas a México”.
John es el director general de una
compañía con base en Nueva York, Textiles
Martin. La compañía, fundada por el bisabuelo
de John en 1910, ha pertenecido a la familia
Martin durante cuatro generaciones.
Actualmente, la compañía da emplea a 1500
personas en tres fábricas en Nueva York y
produce ropa de algodón, principalmente ropa
interior. Todos los empleados de producción
son miembros de un sindicato, y la compañía
tiene una larga historia de buenas relaciones
laborales. La compañía nunca ha tenido una
disputa laboral, y John, como su padre, abuelo
y bisabuelo antes que él, considera a la fuerza
trabajadora como parte de la “familia Martin”.
John se enorgullece no solamente de conocer a
muchos de los empleados por su nombre, sino
también de conocer las circunstancias
familiares de muchos de los empleados más
antiguos.
Durante los últimos 20 años, la
compañía ha experimentado una competencia
cada vez más dura, tanto extranjera como
nacional. Hacia mediados de los ochenta, la
situación fue particularmente difícil. La
fortaleza del dólar en el mercado cambiario
durante ese período permitió a los productores
asiáticos entrar en el mercado estadounidense
con precios muy bajos. Desde entonces, aunque
el dólar se ha debilitado en relación con las
principales divisas, los productores asiáticos no
han elevado sus precios en respuesta a la caída
del dólar. En un negocio maquilador, como la
fabricación de ropa, los costos se determinan
por los salarios y la productividad de la mano
de obra. De manera nada sorprendente, la
mayoría de los competidores de John en la
parte noreste de Estados Unidos respondieron
a la intensa competencia de costos desplazando
su producción al sur, primero a estados como
Carolina del Sur y Mississippi, en donde la
mano de obra no sindicalizada podía ser
contratada por salarios significativamente
menores que los del noreste sindicalizado, y
después a México, en donde los costos relativos
a la mano de obra del sector textil eran
inferiores a 2 dólares por hora. En contraste, las
tasas salariales son de 12.50 dólares por hora
en la fábrica de John en Nueva York y de 8 a
10 dólares por hora en las plantas textiles no
sindicalizadas en el sureste de Estados Unidos.
Los últimos tres años han sido muy
difíciles para Textiles Martin. La compañía ha
registrado una pequeña pérdida cada año, y
John sabe que la compañía no puede seguir así.
Sus principales clientes, si bien alaban la calidad
de sus productos, le han advertido a John que
sus precios se están elevando mucho y que
quizá no puedan seguir negociando más con él.
Por otra parte, su banquero le ha dicho que
debe reducir sus costos. Y aunque John está de
acuerdo, sabe que la única manera segura de
hacerlo es mediante el desplazamiento de su
producción al sur extremo, es decir, a México.
Si bien siempre se ha sentido renuente a
hacerlo, parece que ahora no tiene otra elección.
John teme que en cinco años el mercado
estadounidense esté inundado con
importaciones baratas de compañías asiáticas,
estadounidenses y mexicanas, todas con centros
de producción en México. Parece ser que la
única forma de supervivencia para Textiles
Martin consiste en cerrar las fábricas de Nueva
York y desplazar su producción a México. Lo
único que quedaría en Estados Unidos sería la
fuerza de ventas.
La mente de John da un vuelco. ¿Cómo
algo que hacía perder su trabajo a personas
honestas podía ser bueno para el país? Los
políticos decían que esto sería benéfico para el
comercio, para el crecimiento económico, para
los tres países. John simplemente no podía
verlo de esa manera. ¿Qué pasaría con Mary
Morgan, que había trabajado para Martin’s
durante 30 años? Ahora ella tiene 54 años de
edad. ¿Cómo encontrarían ella y otros como
ella otro trabajo? ¿Qué pasaba con las
obligaciones morales hacia los trabajadores?
¿Qué hacer con la lealtad que sus trabajadores
habían demostrado a la familia durante años
consecutivos? ¿Era ésta una forma de
retribución? ¿Cómo comunicaría la noticia a sus
trabajadores, muchos de los cuales habían
trabajado para la compañía entre 10 y 20 años?
¿Y qué pasaría con los trabajadores mexicanos;
serían tan leales y productivos como sus
empleados actuales? De otras compañías
textiles estadounidenses que habían establecido
plantas de producción en México, John había
escuchado historias de baja productividad, poca
habilidad, un índice elevado de rotación de
personal y gran inasistencia. Si esto era cierto,
¿cómo podría lidiar con ello? John siempre ha
creído que el éxito de Textiles Martin se debe
en parte a la atmósfera familiar, lo que estimula
la lealtad, la productividad y la atención a la
calidad por parte de los trabajadores, una
atmósfera que se ha ido construyendo a lo largo
de cuatro generaciones. ¿Cómo podría
reproducir ésta situación en México con una
serie de trabajadores extranjeros que hablan un
idioma que él ni siquiera entiende?

Preguntas de discusión fundamentales del caso

1. ¿Cuáles son los costos y beneficios económicos del desplazamiento de la producción de

Textiles Martin a México?
2. ¿Cuáles son las desventajas y los beneficios sociales a partir del desplazamiento de la
producción de Textiles Martin a México?
3. ¿Los costos y los beneficios económicos y sociales del desplazamiento de la producción a
México son interdependientes?
4. ¿Cuál parece ser la acción más ética? Y ¿Qué haría usted si fuese John Martin?