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P OR : S ER G IO OR T IZ
Este recurso brinda unas estrategias que ayudan a guiar la lectura de textos filosóficos.
Además, ofrece una serie de preguntas que pueden plantearse en diferentes momentos de
la lectura y que ayudan a detectar más claramente la información que el texto presenta.
Ejemplo:
• Si la palabra belleza se repite varias veces, podemos empezar a seguir el texto
entendiendo que está tratando acerca del arte, o del tipo de experiencias relacionadas con
el disfrute artístico. Si se usan palabras afines como estético, armónico, rítmico, podemos
empezar a confirmar esta sospecha.
• Libertad, libre albedrío, voluntad. Son términos que se refieren a una pregunta sobre si
existe o no libertad en el ser humano.
Ejemplo:
• La palabra conciencia es una palabra muy usada cotidianamente. Usualmente la
asociamos a la capacidad de hacer lo correcto, como conciencia moral o conciencia
ecológica, o como cuando se afirma que tenemos la conciencia tranquila. Sin embargo, un
texto especializado puede hablar de conciencia como lo que se produce en una experiencia
donde hay un observador y un objeto que se observa.
• Lo mismo pasa con palabras como voluntad, libertad, intencionalidad, absoluto, sujeto,
trascendental y muchas otras.
Estas declaraciones normalmente tienen una forma afirmativa. Es evidente que muchas
frases en el texto tendrán esta misma forma afirmativa. En este caso también debe
hacerse un trabajo de evaluar la jerarquía de las oraciones y entender cuál es
fundamental y cuáles son secundarias
Normalmente los trabajos académicos de tipo filosófico aclaran desde el principio cuál es
la tesis. Esto lo hacen en frases específicas o en forma de pregunta. En el caso de las
preguntas se debe entender que el propósito del texto es responder esa pregunta que se
está planteando.
Ejemplo:
En muchos casos también ocurre que estos textos filosóficos presentan la tesis al final,
cuando ya han hecho la argumentación correspondiente. Por eso es importante haber
identificado el tema del escrito y la dirección que tiene. Así se puede reconocer la tesis
más fácilmente.
Ejemplo:
2. Los argumentos se exponen primero y la conclusión va al final. En este caso las frases
clave son:
• Debido a esto…
• Esto implica que…
• Por lo tanto…
• Entonces…
• En conclusión…
Otras preguntas importantes para tener una posición frente al texto son:
¿Qué declaración o argumento me hizo sentir un rechazo como lector? Si fue así,
¿por qué ocurrió este rechazo? ¿Cuál es mi opinión propia frente a esto que el
autor defiende? ¿En qué argumentos puedo yo basar la opinión que yo tengo, y
que difiere de la del autor?
Estas preguntas de tipo más personal nos permiten un enriquecimiento de nuestro punto
de vista, que es uno de los resultados posibles de un texto filosófico: generar un
cuestionamiento que nos haga evidentes nuestras propias creencias y las bases de éstas.
Esto es importante para entender que un texto filosófico, aparte de darnos una
información determinada, puede ayudarnos a dirigir y operar nuestro propio pensamiento
de una manera sistemática.
• En primer lugar, debemos preguntarnos, ¿cómo puedo usar lo que me dice este
autor para producir un texto propio? ¿Voy a estar de acuerdo con él en mi texto o
voy a estar en desacuerdo? ¿Cómo puedo relacionar lo que dice el texto filosófico
con el tema sobre el que debo escribir?
• En segundo lugar, podemos hacer una reflexión más personal e íntima. Ahora que ya
comprendí este texto y lo que me dice sobre un asunto fundamental del ser humano, o del
arte, o del conocimiento, o del comportamiento moral, etc., puedo preguntarme ¿en qué
cambia mi visión del mundo y mi comprensión de mí mismo?
La respuesta bien puede ser que me sirvió para reafirmar una opinión que ya tenía, o bien
que ahora pienso igual al autor del texto, porque me convenció con sus argumentos.
También podemos terminar con la sensación de que tenemos muchas más preguntas
planteadas y un nuevo interés por profundizarlas con lecturas posteriores (del mismo
autor o de otros autores que hablan del mismo tema). En cualquier caso, resulta valioso
detenernos siempre a plantearnos cuál es el efecto que deja esta opinión filosófica en
nuestra propia vida.
Esto es importante para entender que, cualquiera que sea el tema filosófico o el autor que
lo trata, cuando leemos un texto filosófico estamos ante la discusión de problemas que
inevitablemente nos conciernen por el hecho de ser humanos.
Por eso no debemos asustarnos al encontrar términos extraños o argumentaciones
complejas: al final, detrás de todo esto, siempre se está hablando de un asunto inmediato
que tiene que ver con nuestra existencia y nuestra realidad como seres humanos.
Nagel, Th. (1995). ¿Qué significa todo esto? México: Fondo de Cultura
Económica.
“Alguna gente ha pensado que nunca es posible para nosotros nada diferente de lo
que actualmente hacemos, en este sentido absoluto. Ellos reconocen que lo que
hacemos depende de nuestras elecciones, decisiones y deseos, y que hacemos
diferentes elecciones en diferentes circunstancias: no somos como la tierra rotando
sobre su eje con monótona regularidad. Sino que la afirmación es que, en cada
caso, las circunstancias que existen antes de que actuemos determinan nuestras
acciones y las hacen inevitables. La suma total de la experiencia de una persona,
deseos y conocimiento, su constitución hereditaria, las circunstancias sociales y la
naturaleza de las elecciones a que se enfrenta, junto con otros factores de los que
podríamos no saber mucho, todos se combinan para hacer una acción particular en
circunstancias inevitables. Esta creencia es llamada determinismo. La idea no es
que podemos conocer todas las leyes del universo y usarlas para predecir lo que
sucederá. Primeramente, no podemos conocer todas las complejas circunstancias
que afectan la elección humana. En segundo lugar, aun cuando aprendamos algo
acerca de las circunstancias e intentemos hacer una predicción, eso es en sí mismo
un cambio en las circunstancias, lo cual podría cambiar el resultado predicho. Pero
la predictibilidad no es lo que está en juego. La hipótesis es que hay leyes de la
naturaleza, como las que gobiernan las leyes del movimiento de los planetas, las
cuales gobiernan todo lo que sucede en el mundo, y que, en concordancia con esas
leyes, las circunstancias anteriores a una acción determinan lo que sucederá y
excluyen cualquier otra posibilidad” (Nagel, Th., 1995)
5. La validez. Como en este caso los argumentos no son tan claros es difícil mostrar su
validez. Sin embargo, preguntas importantes serían: ¿es suficiente con que las variables
de una situación sean desconocidas para afirmar que nos determinan? ¿Por qué para
afirmar que nuestras acciones no están determinadas debemos afirmar que conocemos
las variables? ¿Qué relación hay aquí entre determinismo y conocimiento? ¿Es una
relación válida?
6. La utilidad. Aun sin tener el texto completo, podemos preguntarnos: ¿Para qué me
puede servir entender el funcionamiento de mis elecciones? ¿Qué tipo de textos puedo
producir a partir de esta información? Una respuesta inmediata es que de allí puedo
intentar responder preguntas del derecho o de la ética, sobre la culpabilidad o la
responsabilidad, lo cual a su vez puede extenderse a asuntos muy concretos, como la
culpabilidad en tiempos de guerra, o la manera de juzgar moralmente a una persona en
una situación determinada.
- Nagel, Th. (1995). ¿Qué significa todo esto? México: Fondo de Cultura Económica.