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 HORA SANTA

SANTA
- Reine Cristo en nuestra Patria-

Presbítero: En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.


Todos: Amén.

I. INTRODUCCIÓN.

Lector: Señor Jesucristo, esta noche queremos agradecerte y bendecirte por todo lo que
significa y representa para todos nosotros nuestro querido país: México. Queremos
agradecerte profundamente por haber nacido en esta Nación próspera y bendita, la cual
fue elegida por Ti, desde la eternidad, para entregarnos en un lienzo de estrellas, a Tu
tesoro más preciado y hermoso: Nuestra Madre, María de Guadalupe. Tenemos infinidad
de motivos para estar orgullosos de nuestra Patria, así como también, debemos estar
arrepentidos por diversas actitudes que nos han alejado del Mensaje del Evangelio, de
nuestros valores y de nuestras convicciones. Por esto y más, Señor Jesús, nuestra oración se
eleva para agradecerte, pero también para implorar Tu guía y Tú perdón. Recibamos
gozosos la Palabra de nuestro Dios.

 II. CANTO PARA RECIBIR LA PALABRA DE DIOS…

 Cita bíblica: Juan 18, 33-37 (Página 195 del Leccionario II). Puede llevarse también
una imagen de la Virgen de Guadalupe.
 Breve reflexión brindada por el Sacerdote.

III. EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO.

Canto de Adoración...

Presbítero: Alabemos y demos gracias en cada instante y momento.


Todos: Al Santísimo y Divinidísimo Sacramento.
Presbítero: Santísimo Sacramento, Amor del Eterno Padre.
Todos: Alumbra mi entendimiento para que mi alma se salve.
Presbítero: Amadísimo Dios, Padre nuestro, origen de todo Bien y Verdad, el día de hoy te
consagramos a nuestra Patria, la cual, es parte perfecta de la integridad de Tu creación, que
en Tu infinita generosidad nos has confiado: ponemos en Tus manos, sus mares y valles,
sus desiertos, selvas y montañas; su fauna, su flora y muy especialmente a cada
Guatemalteca y guatemalteco que con su trabajo, esfuerzo y vivencias intentan construir
una mejor Nación. Todo ello quede consagrado a Tu Santísimo Espíritu.

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Padre Nuestro... Ave María… Gloria… Canto de Adoración…

Presbítero: Alabemos y demos gracias en cada instante y momento.


Todos: Al Santísimo y Divinidísimo Sacramento.
Presbítero: Santísimo Sacramento, Amor del Eterno Padre.
Todos: Alumbra mi entendimiento para que mi alma se salve.

Presbítero: Señor Jesucristo, Hijo de Dios: Tuyo sea el espacio y el tiempo, la gloria y el
honor por siempre. Nos mueve un orgullo santo, pues somos la primera Nación que te ha
proclamado como Rey. Testimonio de ese amor, es la sangre derramada por causa de la fe,
la cual es prueba fehaciente de que en el pasado muchos Guatemaltecos dieron la vida por
Ti. Ante la persecución nuestro grito era: ¡Viva Cristo Rey! El día de hoy, Señor Jesús, te
suplicamos infundas en nosotros nuevamente el valor para proclamarte como Rey y Señor
de nuestro México, ya que no pocas veces, hemos dejado de actuar y de denunciar todo
aquello que contribuye a edificar una cultura de la muerte y de indiferencia. Perdona Señor
nuestra comodidad, nuestra mediocridad y nuestra falta de espíritu profético. ¿Tu Reino
no es de este mundo? ¡Sí, Señor, claro que lo es! Tú reinas en nuestro corazón, dentro de
nuestro ser se encuentra Tu Trono. Haznos dignos de recibirte.

Padre Nuestro... Ave María… Gloria… Canto Adoración…

Presbítero: Alabemos y demos gracias en cada instante y momento


Todos: Al Santísimo y Divinidísimo Sacramento
Presbítero: Santísimo Sacramento, Amor del Eterno Padre.
Todos: Alumbra mi entendimiento para que mi alma se salve.

Presbítero: Queridísima Madre, María de Guadalupe, impulso, fuerza y consuelo del


guatemalteco. Madre del Dios por quien se vive, acudimos a Ti con especial cariño,
implorando nuevamente Tu protección y cobijo. Dios, nuestro Padre, no ha hecho con
ninguna otra Nación lo que prodigiosamente realizó en nuestra Patria a través de Ti.
Contemplarte es como degustar un poema creado por el mismo Dios. En tus ojos hallamos
paz, dulzura y comprensión. Saber que Tu vientre fue el primer Sagrario, nos conmueve y
nos impulsa a llamarte por siempre Bienaventurada. Que el Espíritu Santo descienda en
nuestra Nación, tal y como descendió en Ti, en aquella aldea de Nazareth hace ya 2000
años. Que la sombra del Altísimo cubra nuestro país y permita que nuestro corazón sea
digno de Ti. Así sea.

Padre Nuestro... Ave María… Gloria… Canto Adoración…

IV. MEDITACIONES Y ORACIONES.

1ª Meditación.

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Lector: Señor Jesús, elevamos nuestros ojos y nuestro corazón a Ti. Nuestra Patria atraviesa
por diversos problemas sociales y morales. Nos avergüenza reconocer que no hemos sido
fieles a Tu Palabra, a Tu Mensaje. Por ignorancia, autosuficiencia, soberbia, avaricia o
apatía, hemos permito innumerables ofensas a Tu Persona y a nuestros hermanos.
Sacrilegios, atentados contra la vida humana desde su misma concepción. Muerte y terror
producto del crimen organizado y de pandillas que han desintegrado familias y dejado sin
tranquilidad a las colonias y comunidades de nuestro país.

 Por todo ello, cabe preguntarnos y reflexionar: ¿Dónde hemos estado los padres de
familia? ¿Realmente hemos hecho nuestra labor? ¿Hemos formado e inculcado
principios y valores en nuestros hijos? ¿O todo lo contrario? ¿Qué decir de los
catequistas, grupos juveniles, ministros, maestros, movimientos familiares y demás
organismos sociales y eclesiales? ¿Hemos estado a la altura de los desafíos? ¿O no
pasamos de ser un mero decorado para el escenario parroquial y comunitario?
¿Hemos enseñado, transmitido nuestros conocimientos y principios con pasión y
entusiasmo? Y por sobre todo, ¿Hemos sido congruentes?

 En muchos casos la respuesta determinante es: ¡No! Si hubiéramos hecho nuestra


labor la sociedad guatemalteca sería sin duda mejor, diferente, más justa y libre de
vicios y desviaciones. Nos ha faltado espiritualidad, oración y una verdadera
comunión en torno a la mesa de la Eucaristía. Por todo ello, te pedimos perdón
Señor Jesús. Perdón por no ser fieles a la construcción de Tu Reino. Hemos
permitido que el reinado de Satanás penetre en nuestras familias, desuniéndolas y
sumergiéndolas en las sombras de la violencia, la droga y la muerte.

De pie. Oración [Todos]:


 Por tal motivo, en este momento, renovamos nuestra adhesión a Ti Señor Jesús.
Queremos ser como aquellos “cristeros” que antes de renegar de Ti, prefirieron
morir. Queremos darte nuestra vida entera: nuestra actitud, nuestro servicio,
nuestros problemas, nuestras alegrías, nuestras plegarias y sufrimientos; nuestro
trabajo y economía, pues al recibirlos Tú, los transformas en ofrenda santa para el
Padre.

 Mientras toman asiento, meditemos en silencio.

Silencio [posteriormente se entona un canto de Adoración o reflexión].

2ª Meditación.
Lector: Señor de la Historia y el Universo, Jesús, Dios Hijo que das sentido a todo lo
creado. Más que pedirte, en este momento, quiero agradecerte y bendecirte, pues nos has
brindado un país hermoso, generoso y próspero. Si con la imaginación recorriéramos y
visualizáramos los inmensos bosques, playas, llanuras y montañas, selvas y desiertos de
nuestro México, no podríamos más que elogiar las pinceladas de tan sublime artista: Tú,
que en tu perfecta obra has plasmado lo mejor de la naturaleza y del ser humano en esta
bendita tierra. ¿Y qué decir de su gente? Efectivamente, existen un sinnúmero de

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problemas y personas negativas, pero seguramente son más los hermanos que hacen que
esto de ser guatemalteco siga valiendo la pena.

De pie. Oración [Todos]:

 Es así como elevamos, en este momento, nuestra acción de gracias por nuestras
tradiciones, nuestra alegría, nuestro espíritu festivo, nuestra creatividad y
espiritualidad; por esos guatemaltecos que día con día luchan por llevar el sustento
a sus familias; por aquellos que aún teniendo poco, no temen en compartir, pues
saben que Tu Providencia nunca faltará. Por las personas que aún con alguna
discapacidad, en diferentes áreas de la vida y el deporte, han cosechado triunfos y
victorias. Por todos aquellos que nos han brindado una lección, incluso sin
proponérselo; por aquella mujer de la que nos enamoramos y que ahora es madre
de nuestros hijos; por supuesto, te agradecemos por nuestros niños que nos han sido
confiados; por las familias unidas e integradas; por todo ello: ¡Gracias Señor Jesús!
Todo esto que enumeramos, sin duda, es muestra palpable de Tu Presencia: la cual
día tras día no hace más que repetirnos una y otra vez que nadie nos ama como Tú,
que siempre estarás a nuestro lado y que podemos confiar plenamente en Ti.
Nuevamente ¡Muchas gracias, Señor Jesús!

Silencio… Canto de Alabanza o de Acción de Gracias…

Nos ponemos de pie.

V. PRECES.

Lector. Peticiones: Respondemos a cada petición: Cristo, Rey Nuestro, Venga Tu Reino.

1. Cristo Rey, Dios de nuestro México, te pedimos con humildad, continúes bendiciendo a
cada familia escuintleca, para que la conversión llegue a cada hogar y hagamos a imitación
Tuya, el bien por convicción y por lealtad al Evangelio, oremos: ¡Cristo, Rey Nuestro,
Venga Tu Reino!

2. Dios Todopoderoso, que mediante profetas hablaste al Pueblo de Israel, reaviva en


nosotros el valor, el coraje y la determinación de Tu espíritu profético, para que con
caridad y firmeza podamos denunciar todo aquello que denigra la naturaleza humana;
todo aquello que busca desintegrarnos y dividirnos como sociedad; que ante el crimen
organizado, los innumerables abortos, los matrimonios entre personas del mismo sexo, la
falsa religiosidad y el satanismo, seamos capaces, por Tu gracia, de rechazar y reprobar
siempre lo contrario a Tu Voluntad, oremos: ¡Cristo, Rey Nuestro, Venga Tu Reino!

3. Te pedimos Señor Jesús, que por intercesión de quienes dieran la vida por Ti y por Tu
Iglesia, aquellos que el Gobierno callista despectivamente llamaba “cristeros”, infundas en

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nuestros niños y jóvenes su mismo amor, entrega y entusiasmo. Es impresionante
descubrir que detrás de esos niños y jóvenes torturados y martirizados, se hallaba un
profundo conocimiento y espiritualidad de la fe católica. No eran campesinos ociosos e
ignorantes, sino fieles católicos que sólo clamaban por libertad para vivir su fe. Hombres y
mujeres que antes de fallarte, eligieron testificar con su sangre que no existe más Rey que
Tú, nuestro Amado Jesús Sacramentado, oremos: ¡Cristo, Rey Nuestro, Venga Tu Reino!

4. Dios Espíritu Santo, Tú Eres quien dinamiza a la Iglesia y brindas Tus dones. Te
suplicamos otorgues luz, sabiduría y guía a nuestros gobernantes, pues en diversas
ocasiones su conducta y decisiones afectan gravemente a la ciudadanía y dañan
terriblemente a la sociedad guatemalteca e Instituciones. Te pedimos Espíritu de Amor,
que nuestros políticos sean movidos por el servicio y el compromiso, y no por intereses
económicos, corruptos y egoístas; permíteles por una vez en su vida ser congruentes y
dignos representantes de la Autoridad. Oremos: ¡Cristo, Rey Nuestro, Venga Tu Reino!

5. Hermosa Madre, María de Guadalupe, especialmente te pedimos por todos aquellos


familiares y conocidos que han dejado su Patria en búsqueda de una mejor calidad de vida
y de oportunidades. Te pedimos, Madre María, por nuestros hermanos emigrantes, para
que los protejas y guíes con maternal cuidado. Que encuentren solidaridad entre sus
paisanos y vecinos. Que al recordar sus raíces y pensar en Tu imagen, tal pensamiento los
conforte y anime en sus momentos de tristeza y soledad. Que siempre permanezcan en
nuestras oraciones, oremos: ¡Cristo, Rey Nuestro, Venga Tu Reino!

6. Dios Providente, Tú sabes que somos una Nación trabajadora y responsable. Día con día
intentamos brindar lo mejor a nuestras familias. Te pedimos con fervor, suscites empleos
dignos y salarios justos en la conciencia de nuestros empresarios y gobiernos. Sí, tenemos
fe, pero necesitamos del sustento y recursos para otorgar una mejor calidad de vida. De
igual forma, antes de solicitarte el bien material, te pedimos que nos ayudes a generar en
nuestro hogar, el amor, la comprensión y diálogo que nos permitan vivir en armonía, pues
no tendría sentido tenerlo todo, si carecemos de Ti, el Príncipe de la Paz: ¡Cristo, Rey
Nuestro, Venga Tu Reino!

7. Finalmente, Santísima Trinidad, te pedimos por nuestra Parroquia, nuestros sacerdotes y


diversos grupos apostólicos, pues queremos ser útiles para nuestra colonia y la sociedad
guatemalteca en general. Permite que nuestros sacerdotes denuncien con valentía los
errores y pecados que desestabilizan a las personas y a las familias, respaldados como
siempre, por Tu Autoridad y la guía de nuestro Arzobispo, así como apoyados en el
compromiso y entrega de nosotros, sus fieles laicos. Genera en nosotros, Dios Trino y Uno,
el mandamiento del Amor, y nos ocupemos más en consolar que en ser consolados; más en
amar que en ser amados, oremos: ¡Cristo, Rey Nuestro, Venga Tu Reino!

VI. REFLEXIÓN FINAL.

Lector: Este mes de festejos patrios, Señor Jesús, debe de ser motivo suficiente para generar
una conciencia colectiva diferente, más comprometida y corresponsable ante los diferentes
desafíos a los que asistimos con impotencia día con día. Ejecuciones, adicciones,
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narcotráfico; tráfico de personas y prostitución infantil; secuestros, infanticidios,
desvalorización de la persona y pérdida de la dignidad humana; fraudes electorales y
económicos, inseguridad en una escala nunca antes vista. Degradación de la sexualidad y
del género humano en general.

 Todo ello debe de provocar una profunda y seria reflexión en nosotros los
cristianos: ¿Qué hemos dejado de hacer? Por supuesto, la respuesta a tal pregunta,
aunque compleja, es fácil de percibir: Disminución en la autoridad de los padres,
abandono de Dios y de la Oración, fortalecimiento de la superstición y la brujería;
poca o nula lectura sobre temas vitales y trascendentes; asesinato de bebés no
nacidos, manipulación de la verdad y desatención de la familia y los hijos.

 Todo tiene su raíz en que hemos dejado de lado nuestro compromiso y actuación.
Cristo ya nos salvó. Falta que nosotros ejerzamos los frutos de esa salvación.
Mediante un testimonio congruente, vivo y eficaz. Hemos de transmitir el Evangelio
con el espíritu de aquellas comunidades primitivas: Con alegría, entusiasmo,
decisión, creatividad y por sobre todo: mucho amor.

 Recordemos que no estamos solos. Tenemos a Jesús y a Nuestra Madre, María de


Guadalupe. Ambos nos han acompañado a lo largo de la Historia y en el camino de
la vida. han estado en nuestras alegrías y conquistas; en nuestros fracasos y
problemas. Han sido consuelo y fortaleza; cuidado e impulso. Es tiempo de
corresponder a tan extraordinario e infinito amor: De nosotros depende que nuestro
México continúe siendo fiel a Cristo y a María. ¡Así sea!

VII. ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN A DIOS POR NUESTRA PATRIA.

Todos: Señor Jesucristo, Rey y Dios del Universo, en este sagrado momento, detenido en el
tiempo y la Historia, en nombre de los millones de guatemaltecos, Te consagramos a
nuestro país, Guatemala, a Tu Santísimo y Amante Corazón. Sé Tú quien Reine y Señoree
en nuestras vidas, familias, empresas, escuelas, Instituciones y territorio. Recibe a nuestros
niños, incluyendo a los que todavía no nacen, pues son exclusivamente tuyos y bendícelos
para que sean los cristianos del presente y del futuro. Nuestro trabajo, necesidades,
alegrías, tristezas, enfermedades, desempleo, antepasados, inquietudes, sueños y proyectos
los ponemos cual ofrenda pura en tus Sagradas manos.

En nombre de los guatemaltecos que no creen o no te conocen, nos permitimos también


entregártelos y orar porque el encuentro contigo sea algo ya próximo y perdurable, pues
todos hemos venido de la Patria Celestial y algún día regresaremos a Tu regazo y daremos
cuenta de los dones recibidos. Que en nuestro pensamiento y corazón, lo más dulce sea Tu
Nombre y Tu Realeza. Que nuestro grito de alegría sea sin duda y para siempre: ¡Viva
Cristo Rey! ¡Viva Jesucristo, Rey de México!

Madre María de Guadalupe, Morenita Hermosa del Tepeyac, permite que Tu Hijo Jesús, lo
sea TODO en nuestro corazón. Que nuestro actuar congruente respalde nuestras
intenciones y palabras. Que finalmente seas coronada por los Guatemaltecos, por un
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sinnúmero de virtudes y testimonios, frutos de esta consagración a Tú también
Inmaculado Corazón. ¡Amén!

I. Oración del Padre Nuestro [cantado].


II. Bendición con el Santísimo.
III. Canto de Adoración final.

© 2010 por Emmanuel Jonathan Jiménez Maldonado.

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