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UNCIÓN DE LOS ENFERMOS

Monición inicial
Vamos a celebrar ahora el sacramento de la Unción, en el que nuestro (a) hermano (a)
recibirá, por la imposición de las manos y la unción con el óleo santo, la fuerza de
Jesucristo, que cura y salva.

Ritos iniciales

- El Señor esté con ustedes


R. Y con tu espíritu.

Queridos hermanos: En el Evangelio leemos que nuestro Señor Jesucristo curaba a los
enfermos, que acudían a él en busca de salud. Él mismo, que durante su vida sufrió
tanto por los hombres, está ahora presente en medio de nosotros, reunidos en su nombre,
y nos dice por medio el apóstol Santiago: «¿Está enfermo alguno de ustedes? Llame a
los presbíteros de la Iglesia, y que oren sobre él, después de ungirlo con óleo, en nombre
del Señor. Y la oración de la fe salvará al enfermo, y el Señor lo curará, y si ha cometido
pecado, lo perdonará». Pongamos, pues, a nuestro hermano enfermo en manos de
Cristo, que lo ama y puede curarlo, para que le conceda alivio y salud.

Acto penitencial
Hermanos: para participar con fruto en esta celebración, comencemos por reconocer
nuestros pecados.

Yo confieso...

Liturgia de la Palabra

Mateo-Centurión
Mateo-Suegra
Mateo-Muchedumbre
Marcos-Ciego

Lectura del santo Evangelio según San Mateo (Mt 8,5-10.13)

En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó diciéndole:


-Señor, tango en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho.
Él le contestó: -Voy a curarlo.
Pero el centurión le replicó: -Señor, ¿quién soy yo para que entres bajo mi techo? Basta
que lo digas de palabra y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo
disciplina y tango soldados a mis órdenes: y le digo a uno «ve», y va; al otro, «ven», y
viene; a mi criado, «haz esto», y lo hace.
Cuando Jesús lo oyó quedó admirado y dijo a los que le seguían: -Os aseguro que en
Israel no he encontrado en nadie tanta fe.
Y al centurión le dijo: -Vuelve a casa, que se cumpla lo que has creído.
Palabra del Señor.
Letanía
O este otro texto:
Proclamación del Santo Evangelio Según San Mateo (8,14-17)
En una ocasión Jesús llegó a la casa de Pedro y la suegra de éste se encon traba en cama
con fiebre. Jesús, entonces, la tomó de la mano y la fiebre se le quitó y ella se levantó y
se puso a atenderlos.
Al atardecer le trajeron a Jesús muchos endemoniados. Él expulsó los espíritus con su
palabra y sanó a todos los enfermos. Así se cumplió lo que había anunciado el profeta
Isaías: “Él tomó nuestras flaquezas y cargó con nuestras enfermedades” (Is 53,4)
Palabra del Señor.
Letanía

O este otro texto:


Proclamación del santo Evangelio Según San Mateo (15,29-31)
En una ocasión Jesús llegó a la orilla del lago de Galilea; subió a la montaña y se sentó
allí. Se le acercó mucha gente trayendo cojos, ciegos, sordos, mancos, y otros muchos
enfermos. Los pusieron a sus pies y Jesús los sanó. La gente se maravillaba al ver que
los mudos hablaban, los mancos quedaban sanos, los cojos caminaban, y los ciegos
recobraban la vista. Y todos alababan al Dios de Israel.
Palabra del Señor
Letanía

O este otro texto.


Proclamación del Santo Evangelio según San Marcos (10,46-52)
En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó acompañado de sus discípulos y de una gran
muchedumbre, el hijo de Timeo (Bartimeo), un mendigo ciego, estaba sentado junto al
camino. Al enterarse de que era Jesús de Nazaret, se puso a gritar: "¡Hijo de David,
Jesús, ten compasión de mí!". Muchos lo reprendían para que se callara. Pero él gritaba
mucho más: "¡Hijo de David, ten compasión de mí!" Jesús se detuvo y dijo:
"Llámenlo". Llamaron al ciego, diciéndole: "¡Animo, levántate! Te llama". Y él,
arrojando su manto, dio un brinco y vino donde Jesús. Jesús; dirigiéndose a él, le dijo:
"¿Qué quieres que haga por ti?". El ciego le respondió: "¡Rabbuní, que vea!" Jesús le
dijo: "Vete, tu fe te ha salvado". Y al instante recobró la vista y lo seguía por el camino.
Palabra del Señor.

Letanía

Con humildad y confianza invoquemos al Señor, a favor de nuestro hermano N.

- Dígnate visitarlo con tu misericordia y confortarlo con la Santa Unción.

R. Cristo, óyenos.

- Líbralo, Señor, de toda duda y de todo temor.

R. Cristo, óyenos.

- Alivia su dolor, cura su enfermedad, fortalece su corazón


R. Cristo óyenos.

- Da vida y salud a quien en tu nombre vamos a imponer las manos.

R. Cristo, óyenos.

Imposición de las manos en silencio

Liturgia del Sacramento


Acción de gracias sobre el óleo (o bendición)
Se coloca en lugar visible un recipiente digno, con el óleo.
Demos ahora gracias a Dios por el óleo con el que ungiremos a nuestro (a) hermano (a).
Responden a cada invocación diciendo: BENDITO SEAS POR SIEMPRE, SEÑOR.

* Bendito seas, Dios, Padre todopoderoso, que por nosotros y por nuestra salvación
enviaste tu Hijo al mundo.

R. Bendito seas por siempre, Señor.

* Bendito seas, Dios, Hijo unigénito, que te has rebajado haciéndote hombre como
nosotros, para curar nuestras enfermedades.

R. Bendito seas por siempre, Señor.

* Bendito seas, Dios, Espíritu Santo Consolador, que con tu poder fortaleces la
debilidad de nuestro cuerpo.

R. Bendito seas por siempre, Señor.

Alivia, Señor, los dolores de este hijo tuyo, a quien ahora, llenos de fe, vamos a ungir
con el óleo santo; haz que se sienta confortado en su enfermedad y aliviado en sus
sufrimientos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Santa Unción

Por esta santa Unción


y por su bondadosa misericordia
te ayude el Señor
con la gracia del Espíritu Santo.
Amén.

Para que libre de tus pecados,


te conceda la salvación
y te conforte en tu enfermedad.
Amén
Oración (1)
Oración (2)

Oración (1)
Te rogamos, Redentor nuestro, que por la gracia del Espíritu Santo, cures el dolor de
este enfermo, sanes sus heridas, perdones sus pecados, ahuyentes todo sufrimiento de su
cuerpo y de su alma y le devuelvas la salud espiritual y corporal, para que, restablecido
por tu misericordia, se incorpore de nuevo a los quehaceres de su vida. Tú que vives y
reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Conclusión

O bien

Oración (2)
Señor Jesucristo que para redimir a la humanidad y sanar a los enfermos, quisiste
asumir nuestra condición humana: mira con piedad a N. que está enfermo (a) y necesita
ser curado en el cuerpo y en el alma. Reconforta y consuela con tu poder a quien hemos
ungido en tu nombre con el óleo santo, para que recobre su ánimo y pueda superar todos
sus males. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén

Conclusión del rito

Y ahora, todos juntos, invoquemos a Dios con la oración que el mismo Cristo nos
enseñó:

Padrenuestro...

* Que Dios Padre te bendiga. Amén.

* Que el Hijo de Dios te devuelva la salud. Amén.

* Que el Espíritu Santo te ilumine. Amén

* Que el Señor proteja tu cuerpo y salve tu alma. Amén.

* Que haga brillar su rostro sobre ti y te lleva a la vida eterna. Amén.

* Y a todos ustedes, que están aquí presentes, los bendiga Dios todopoderoso, Padre,
Hijo y Espíritu Santo. Amén.

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