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Lope de Aguirre

Lope de Aguirre' o bien Lope el Loco o Lope el Tirano, apodos


usados incluso por sus propios hombres, y también como se
denominaba a sí mismo Lope de Aguirre el Peregrino (nació
entre 1511 y 1515 - falleció. 27 de octubre de 1561),[1] fue un
explorador español y conquistador de Sudamérica que
protagonizó un episodio de cruentos asesinatos selectivos
para erigirse en líder de una expedición en la búsqueda de El
Dorado y, a su vez, acaudilló una rebelión contra la monarquía
española, circunstancia por la que fue asesinado en
Barquisimeto, en territorio de la actual Venezuela.

Biografía Lope de Aguirre


Información
Según algunas fuentes, Aguirre nació entre
1511 y 1515 en el Valle de Araoz del
Señorío de Oñate,[2] entonces perteneciente al Reino de
Castilla. Araoz pertenece actualmente al municipio de Oñate,
en la provincia de Guipúzcoa (País Vasco).
Aguirre se rebeló contra el rey Felipe II de España, al que
envió cartas con un lenguaje correcto pero rebelde. Como
consecuencia, él y sus hombres fueron perseguidos a lo largo
de miles de millas. Aguirre murió en 1561 en Barquisimeto,
Venezuela.

Según el cronista del siglo XVI Ibargüen-Cachopín,[3] Lope de


Aguirre había nacido en el valle de Aramayona, Álava:

"Uno deste apellido de Aguirre, llamado Pedro de


Aguirre, que fue vecino del valle de Aramayona, en
tienpo del emperador Carlo quinto nuestro señor de
gloriosa memoria, se levantó con una parte de la India,
porque deseando venir de allá a su tierra de acá porque
estava muy rico y valido, aunque pidió licencia para ello
dibersas veces, no se la quisieron dar, por lo cual se
amotinó y, juntándose con algunos de su cuadrilla y
allegados, se apoderó de una gran parte de la tierra, de
tal suerte que se llamava rey. Y a cavo de poco tienpo,
no le suçedieron las cosas conforme su voluntad
deseaba, fue preso juntamente con una hija suya, a la
cual él mató con una daga, diçiéndola que más valía
que muriese siendo hija de rey y que no que la llamasen
después hija de traidor. Este Pedro de Aguirre, como
digo, fue vecino e natural del valle de Aramayona, de la
antes iglesia de Sant Estevan de Urívarri, y como su
padre tuviese otros hijos en quien dejó su casería y
açienda, le puso a este moço a çer çapatero en la çiudad
de Vitoria, donde forçó una donçella, por lo cual fue
condenado a pena de horca y açer cuartos. [fol.16r.] Y
haciéndose diligençias defensibas sobre ello, y habiendo
contentado a la parte, se tuvo horden e modo como el
carçelero se descuidase, y con esto el moço huyó e pasó
en Indias, donde se casó y enriqueció. E por su sobervia
le suçedió lo que abéis oido, donde pagó con la vida lo
que escusó en Vitoria. Éste tomó el apellido de Aguirre
sólo porque él se crio en la casa de Aguirre de Urívarri
de Aramayona, e no por que fuese deçendiente de
ninguna casa de Aguirre, porque su madre, después de
muerto su padre, fue y se casó segunda vez a esta casa
de Aguirre con Estívaliz de Aguirre, dueño desta casa,
siendo ella primero casada en el barrio de Saola en la
anteiglesia de San Joan de Ascoaga. Y este Pedro de
Aguirre, porque la casa de su dependençia donde naçió
y la casa de Aguirre donde se crio, por ser anbas a dos
deudoras y tributarias al señor de Aramayona, por esto
allá en las Indias sienpre dixo e publicó que hera
natural vizcaíno e dependiente legítimo de la casa y
solar de Aguirre del lugar de Gabiria del prinçipado de
Areria, siendo al contrario la berdad, por pasar el
cuento deste caso como está referido"

Ibargüen-Cachopín, Crónica del siglo XVI

Guerras civiles del Perú


Cuando Francisco Pizarro volvió de Perú con las noticias de
los fabulosos tesoros, Aguirre, entonces de 21 años, se
encontraba en Sevilla. Las noticias de las grandes cantidades
de oro lo animaron a alistarse en una expedición de 250
hombres, bajo el mando de Rodrigo Buran. Llegó a Perú hacia
1536 o 1537, y pronto fue conocido por su violencia, crueldad
y tendencias sediciosas.

Se enroló junto con Cristóbal Vaca de Castro y en 1538


participó entre otras en la Batalla de las Salinas. En 1544
estaba del lado del primer virrey del Perú, Blasco Núñez Vela,
que llegó de España con órdenes de implantar las Leyes
Nuevas, acabar con las encomiendas y liberar a los nativos. A
los conquistadores que ya estaban en Perú no les gustaron
estas leyes, que les prohibían explotar a los indios. Esto llevó
a que Gonzalo Pizarro y Francisco de Carvajal organizaran un
ejército con la intención de suprimir estas leyes y derrotaron a
Núñez en 1544. Lope de Aguirre, sin embargo, tomó parte en
el complot de Melchor Verdugo para liberar al virrey y así se
enfrentó a Gonzalo Pizarro. Después de que este intento
fracasara, escapó de Lima a Cajamarca y comenzó a reclutar
hombres para ayudar al virrey. Mientras tanto, el virrey había
huido por mar a Tumbes y había formado un pequeño
ejército, pensando en que todo el país se levantaría en favor
del poder real.
La resistencia del virrey a Gonzalo Pizarro y su ayudante
Francisco de Carvajal, conocido como El Demonio de los
Andes, duró dos años. Finalmente, fue derrotado en Añaquito
el 18 de enero de 1546. Melchor Verdugo y Lope de Aguirre
huyeron a Nicaragua embarcando en Trujillo con 33 hombres.
Melchor Verdugo le había otorgado el rango de capitán a
Rodrigo de Esquivel y Nuño de Guzmán; sargento mayor a
Lope de Aguirre, y contador al clérigo Alonso de Henao.
Henao participaría posteriormente en la expedición de Pedro
de Ursúa al territorio Omagua en búsqueda del fabuloso El
Dorado.

En 1551, Lope de Aguirre volvió a Potosí (entonces parte de


Perú). El juez Francisco de Esquivel lo arrestó, acusándolo de
haber infringido las leyes de protección de los indios. El juez
no tuvo en cuenta las razones de Aguirre y su defensa, que
argumentaba que era hidalgo de buena familia, y fue
sentenciado a ser azotado públicamente. Con su orgullo
herido, Aguirre esperó hasta el final del mandato del juez.
Temeroso de la venganza de Aguirre, el juez se escondía y
cambiaba de residencia constantemente. Aguirre lo persiguió
a Quito y después, de vuelta, a Cuzco. Cuenta la leyenda que
Aguirre persiguió a Esquivel a pie durante tres años y cuatro
meses, durante los que recorrió unos 6.000 km. Finalmente,
Aguirre consumó su venganza en la biblioteca de la mansión
del magistrado en Cuzco. Aguirre fue condenado a muerte
por este asesinato; sin embargo, huye y logra refugiarse en
Tucumán. Fue perdonado en 1554 por Alonso de Alvarado,
que reclutaba tropas para combatir al encomendero rebelde
Francisco Hernández Girón. Participó en la batalla de
Chuquinga resultando gravemente herido en el pie derecho, lo
que le provocó una cojera permanente, y sus manos
resultaron quemadas al disparar un arcabuz defectuoso.

El viaje de los marañones a la conquista de El


Dorado

En 1560, poco antes de ser relevado en el cargo, el virrey


Andrés Hurtado de Mendoza organizó una expedición para la
conquista del mítico El Dorado en el territorio de los omaguas.
Pensaba que era la forma de alejar del Perú a los numerosos
soldados y mercenarios, que pobres y/o resentidos tras las
recién acabadas guerras civiles, pudieran causar nuevamente
problemas o alterar el orden ahora vigente. Suponía el virrey
que las expectativas de pronta riqueza animarían a muchos
de ellos a alistarse en la empresa.
Pedro de Ursúa (en miniatura del s. XVI).

Al mando del veterano Pedro de Ursúa, el 26 de septiembre


de 1560 partieron los expedicionarios navegando por el río
Marañón (por ello adoptaron el sobrenombre de marañones).
Eran algo más de 300 españoles, algunas decenas de
esclavos negros y unos 500 sirvientes indios, embarcados en
dos bergantines, dos barcazas chatas y unas cuantas balsas
y canoas. Entre ellos figuraban Lope de Aguirre y su joven hija
mestiza, llamada Elvira. Ursúa dio pábulo a la desconfianza
porque solo pensaba en su amante mestiza Inés de Atienza.

Un año más tarde Aguirre participó en el derrocamiento y


asesinato de Ursúa, y poco después de su sucesor, Fernando
de Guzmán, al que posteriormente sucedería Aguirre. Aguirre
y sus hombres alcanzaron el océano Atlántico
(probablemente por el río Orinoco) causando estragos entre
las poblaciones nativas a su paso. El 23 de marzo de 1561,
Aguirre instó a 186 capitanes y soldados a firmar una
declaración de guerra al Imperio español que le proclamaba
príncipe del Perú, Tierra Firme y Chile. Le mandó una carta a
Felipe II explicándole sus planes de libertad y autogobierno
firmada con el sobrenombre de el traidor. Se deshizo de Inés
matándola, al haber disputas entre sus hombres por estar con
ella.

En julio de 1561 tomó la isla de Margarita, donde hizo saber a


sus habitantes que portaba un cuantioso tesoro de los incas
y aquellos, incluyendo el gobernador don Juan Villadrando,
codiciosos, cayeron en el engaño. Aguirre hizo presos al
gobernador y a miembros del Cabildo. Después se apoderó a
sangre y fuego de La Asunción y pueblos vecinos. Enteradas
las autoridades de tierra firme, enviaron a Francisco Fajardo a
combatirlo. Antes de abandonar Margarita mató a garrote al
gobernador y a 50 vecinos. Escribió una nueva carta al rey
español insultándolo; esta vez firmó como El Peregrino y el
Príncipe de la Libertad.

El 29 de agosto de 1561, abandonó la isla de Margarita con


rumbo a Borburata en tierra firme, donde su abierta rebelión
contra la monarquía española cambió de curso. Borburata fue
víctima también del saqueo de Aguirre y sus “marañones”. En
su intento de tomar Panamá ocupó Nueva Valencia del Rey
provocando la huida de los vecinos llenos de pánico a los
montes mientras que otros se refugiaron en las islas del lago
Tacaraigua. El conquistador Juan Rodríguez Suárez le sale al
encuentro con cuatro soldados más para emboscarlos y
terminar con los insurrectos, pero los indios que le seguían
los pasos los cercan y después de tres días de lucha, daban
muerte a Rodríguez Suárez y a sus acompañantes.
Atravesando la serranía de Nirgua, Aguirre cayó sobre
Barquisimeto. Alertadas por Pedro Alonso Galeas, un desertor
de la expedición, tropas españolas acantonadas en Mérida,
Trujillo y El Tocuyo bajo el mando del maestre de campo
Diego García de Paredes y Hernando Cerrada Marín se dirigen
a Barquisimeto para detenerlo y ajusticiarlo. Aguirre
desesperadamente llegó a matar a puñaladas a su propia hija,
Elvira, hecho que justificó diciendo: "Porque alguien a quien
quiero tanto no debería llegar a acostarse con personas ruines".
También asesinó a varios de sus seguidores que intentaron
capturarlo.

Finalmente, el 26 de octubre de 1561 dos de los marañones le


apuntaron con sus arcabuces; uno de ellos disparó, pero solo
consiguió rozarlo, causando la mofa de Aguirre. El otro
marañón sí acertó, matándolo en el acto. Saltó luego sobre él
un soldado, llamado Custodio Hernández, y por orden de
García de Paredes, le cortó la cabeza, y sacándola de los
cabellos, que los tenía largos, se fue con ella a ofrecerla al
maestre de campo, pretendiendo ganar indulgencias con él.
Su cuerpo fue descuartizado y sus restos fueron comidos por
los perros con la excepción de su cabeza, que fue enjaulada y
expuesta como escarmiento en El Tocuyo, sus manos
mutiladas fueron llevadas a Trujillo y Valencia. En un juicio de
residencia post mortem realizado en El Tocuyo fue declarado
culpable del delito de lesa majestad . En Mérida y El Tocuyo
varios de sus marañones fueron llevados a juicio, declarados
culpables de los crímenes cometidos y sentenciados a
muerte por descuartizamiento.

La figura de Lope de Aguirre en la cultura


popular

Simón Bolívar dejó escrito que la rebelión de Lope de


Aguirre fue la primera declaración de independencia de una
región de América.
En el año 1964 el escritor español Ramón J. Sender
escribió una novela sobre el conquistador, La aventura
equinoccial de Lope de Aguirre. Impresionado por la novela,
el cineasta alemán Werner Herzog la tomó como
referencia, con algunas variaciones, para su película
Aguirre, la cólera de Dios (1972).
El escritor venezolano Miguel Otero Silva escribió la novela
Lope de Aguirre, príncipe de la libertad (1979) en donde lo
retrata como precursor de la independencia americana.
Su figura también inspiró la novela Daimón (1978), del
escritor argentino Abel Posse.
Existen al menos dos adaptaciones al cómic de la historia
de Lope de Aguirre: una del uruguayo Alberto Breccia,
realizada originalmente para el mercado argentino, y otra
de su hijo Enrique, para el mercado europeo. Curiosamente,
ambas fueron realizadas y publicadas casi al mismo
tiempo.
La playa de El Tirano (también conocida como Puerto
Fermín), al noreste de la isla de Margarita, recuerda el sitio
donde desembarcó Lope de Aguirre en tierras venezolanas.
El Salto de Aguirre en la selva peruana donde, estando en
peligro, grabó sobre una piedra unos misteriosos símbolos
que hoy son objeto de culto.
La banda venezolana de Heavy Metal Gillman posee un
tema referente a la historia de Aguirre en el álbum
Escalofrío (1994), titulado «El tirano Aguirre».
La banda argentina Aguirre se formó en el año 1990,
cuando se juntaron Mario Serra, Pablo Tapia, Marcelo
Moura y Alejandro Fernández Lecce. El nombre de la banda
estaba inspirado en la película Aguirre, la ira de Dios, de
Werner Herzog.
En España varias localidades tienen alguna calle dedicada
al Conquistador; es el caso de Roquetas de Mar (Almería),
Torre-Pacheco (Murcia), Pozo Estrecho (Murcia), Vitoria
(Álava) y, por supuesto, su localidad natal, Oñate
(Guipúzcoa).
Aún hoy en día perdura el recuerdo de Aguirre en el
imaginario popular: los fuegos fatuos que se aparecen en
Venezuela son su fantasma y el de sus hombres; los
campesinos de las áreas rurales de Barquisimeto cuentan
que su espíritu aún se aparece a medianoche cerca de
donde murió y en El Tocuyo se celebra su muerte con una
procesión el 27 de octubre. En plena selva peruana los
viajeros que se detienen a contemplar el Salto de Aguirre
rezan y se persignan ante unos misteriosos símbolos que
dejó grabados en piedra.
Las cartas de Aguirre constituyen piezas de colección y
gran valor histórico que muestran a un hombre bien
educado y de buena caligrafía. Pero también fue intrigante,
grosero, torpe, desagradable, ambicioso, temperamental,
exaltado, astuto, hábil, rebelde, temerario y, a la vez,
temible, peligroso, fanático, vengativo y libertario. Para
muchos, Lope de Aguirre es la sublimación extrema del
carácter español, capaz de lo mejor y de lo peor, de las más
gloriosas gestas y las más abyectas infamias, concediendo
un valor absoluto al Honor: no perdona ni olvida ninguna
ofensa y el no vengarse es para él una ofensa en sí; mata a
su hija para salvaguardar su honor. Es fuertemente
paranoico, lindando con la psicopatía; mata con facilidad a
sus enemigos e incluso a sus seguidores poco entusiastas.
Se le atribuyen, directamente o por orden suya, 72
asesinatos: 64 españoles, tres sacerdotes, cuatro mujeres y
un indio, lo que indica su falta de miramientos por sexo o
condición. Duerme vestido y armado, rodeado de sus fieles,
desconfía de todos. Pero también fue un hombre que
combatió a todo un Imperio cara a cara. Que realizó una
prodigiosa singladura a través de Sudamérica. A su
manera, pedía justicia. Su carta de rebeldía dirigida al rey
Felipe II es más una carta de un súbdito desencantado que
la arrogante misiva de un tirano. Y que además concedió la
igualdad de derechos a negros e indios (recordemos, era el
s. XVI). Dijo una vez Aguirre "Aquí el que dice la verdad es
tratado de loco". Aguirre dijo lo que creía y actuó en
consecuencia. Ese fue Lope de Aguirre, el loco Aguirre, el
tirano Aguirre, la ira de Dios, el Príncipe de la Libertad.

Referencias culturales
Literatura
El capitán Francisco Vázquez, uno de los marañones de Ursúa
que sobrevivió a los crímenes de Lope de Aguirre, de quien
escapó en la Isla Margarita, hacia 1562 terminó su Relación
de todo lo que sucedió en la jornada de Amagua y Dorado, una
de las crónicas más detalladas y valiosas de aquel viaje. Juan
de Castellanos incluyó a Lope de Aguirre en su poema épico
Elegías de varones ilustres de Indias.

Muchas novelas, sobre todo del siglo XX, tienen a Lope de


Aguirre como protagonista. Entre ellas:

Ciro Bayo: Los Marañones (1913).


Arturo Uslar Pietri: El camino de El Dorado (1947).
Ramón J. Sender: La aventura equinoccial de Lope de
Aguirre (1968).
Abel Posse: Daimón (1978).
Miguel Otero Silva: Lope de Aguirre, príncipe de la libertad
(1979).
Ángela Reyes: Adiós a las amazonas (2004).
William Ospina: La serpiente sin ojos (2012).

En teatro se destacan:

Gonzalo Torrente Ballester: Lope de Aguirre: crónica


dramática de la historia americana en tres jornadas (Madrid:
Escorial, 1941).
Luis Britto García: El tirano Aguirre o La conquista de El
Dorado (1976)
Sara Joffré: "La Hija de Lope" (1992)
José Sanchís Sinisterra: Lope de Aguirre, traidor (1992).

En música la obra más importante es el El Tirano Aguirre


(Oratorio profano para 4 voces solistas, coro y orquesta) del
compositor venezolano Evencio Castellanos y libreto del
escritor venezolano Isaac J. Pardo. Ganador del "Premio
Nacional de Música” 1962.

Cine

Año Película Director Intérprete


Aguirre, der Zorn Gottes (Aguirre, Werner Klaus
1972
la ira de Dios) Herzog Kinski
Carlos Omero
1988 El Dorado
Saura Antonutti
Lope en YouTube (subtítulos en
2018 Anjel Lera Ibai Elorza
español)

Historieta
Año Título Guionista Dibujantes Editoriales
Enrique
Felipe Ikusager,
Lope de Breccia, Del
1989-1998 Hernández De
Aguirre Barrio, Ricard
Cava Ponent[4]
Castells
El Dorado, el
Planeta
delirio de Carlos Alberto
1992 DeAgostini
Lope de Albiac Breccia
Comics
Aguirre

Documental

Año Título Guionista Director


Lope de Aguirre Agustín
1996 A.Goenaga
descuartizado Goenaga

Notas
1. «Lope de Aguirre» (fr). Americas Un Noveau Monde (en
francés). Archivado desde el original el 12 de octubre de
2004. Consultado el 1 de enero de 2019. «Conquistador
espagnol né à Oñate, Espagne, en 1508 – Mort à
Barquisimeto, Venezuela, en 1561. (...) Quand il s’apprête à
se rendre à son tour aux autorités espagnoles, il meurt
assassiné par un de ses anciens fidèles qui l'abat avec
son arquebuse le 27 octobre 1561.»
2. Biografía de Lope de Aguirre , Enciclopedia Auñamendi.
3. Julio Caro Baroja: Los vascos, Ediciones AKAL, 1972, pág.
67.
4. Palmer y Frattini (1998), p. 97.

Bibliografía adicional
Calbarro, Juan Luis: El retrato retórico en la Relación de
Francisco Vázquez, Cádiz e Iberoamérica, núm. 10, Cádiz:
Diputación Provincial de Cádiz, 1992; reproducido como
"Lope de Aguirre, el maldito. Retrato retórico", Historia 16,
núm. 342, Madrid: Historia Viva, octubre 2004.
Páramo Bonilla, Carlos Guillermo: Lope de Aguirre o la
vorágine de Occidente. Selva, mito y racionalidad Bogotá,
2009 Universidad Externado de Colombia. ISBN 978-958-
710-418-9
Galster, Ingrid: Aguirre o La posteridad arbitraria. La rebelión
del conquistador vasco Lope de Aguirre en historiografía y
ficción histórica (1561-1992), Bogotá, 2011, ISBN 978-958-
738-204-4
González de Vega, Gerardo: Mar Brava. Historias de
corsarios, piratas y negreros españoles (Capítulo V: Los
invencibles marañones), Barcelona, 1999, ISBN 84-406-
9374-5
PALMER, Óscar y FRATTINI, Eric (1998). Guía básica del
cómic. Nuer Ediciones. ISBN 84-8068-054-7.
Matamoro, Blas: Lope de Aguirre, Madrid, 1987, ISBN 84-
7679-032-5
Torrente Ballester, Gonzalo: Lope de Aguirre, el peregrino
(Suplemento literario de Vértice, 1940).
Vázquez, Francisco: El Dorado. Crónica de la expedición de
Pedro de Ursúa y Lope de Aguirre, Madrid, 2007, Alianza
Editorial. ISBN 978-84-206-6694-5.
G , Ingrid (2015). Aguirre o la posteridad arbitraria.
EUNSA. ISBN 9788431330743.

Enlaces externos
Carta de Lope de Aguirre a Felipe II

Datos: Q529197

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