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POPUlISMOS, "DESARROLLlSMO", CASTRISMO 279

8. IDEOLOGíAS: POPULISMOS, vado a un fenómeno original que no puede ser aprehendido


"DESARROLLISMO", CASTRISMO con el vocabulario político europeo. ¿ Se trata de un esfuerzo
para emanciparse de la tutela semántica de los conceptos
"centrales"? Loable empresa en verdad, si esta noción histó-
ricamente confusa no fuera un instrumento de análisis bas-
tante defectuoso. Para el historiador del mundo occidental,
y para el "hombre decente" que posee algunos rudimentos
El capítulo precedente, consagrado a formas más o menos de cultura histórica, el populismo se aplica en efecto a la có-
rústicas o modernizadas de manipulación de la soberanía lera de los agricultores del middle west contra los políticos
popular y de los ciudadanos, difícilmente dejaba prever que y financieros de la costa este de Estados Unidos, o más aún,
florecieran en ese continente ideologías singulares. Por lo casi en la misma época, los arranques anarco-bucólicos de
menos si por ese término se entiende no ideas y visiones del los narodniki rusos, esos intelectuales impresionados por la
mundo sino un cuerpo de concepciones sociales, que infor- miseria de los mujiks y que se acercaban al pueblo. El térmi-
man la acción colectiva, ya sea que aparezcan bajo la forma no remite pues a realidades muy heterogéneas y sin puntos
de doctrina política o estén desprovistas de contenido pro- comunes. En su acepción estrictamente latinoamericana, la
piamente ideológico en el sentido estricto del término. En terminología no es más satisfactoria.
realidad, en América Latina ciertos tipos de estrategias, de En primera se trata de un término peyorativo. Nadie se
regímenes o de sistemas políticos y sus garantes ideológicos dice o pretende ser populista. La ausencia de rigor de este
presentan una innegable especificidad. Son esas manifesta- concepto es tan grande que resulta un tanto difícil situar el
\ ciones políticas propias de las realidades históricas del con- nivel de análisis al cual remite este epíteto casi infamante:
\, tinente las que vamos a examinar dejando de lado las ideo- ¿partido, régimen, líderes o políticas seguidas? Para delimi-
logías universales (democracia o comunismo por ejemplo), tar su sentido fuertemente connotado, es preciso dejarse lle-
? aun cuando ocupan allí un lugar decisivo. Con esos perfiles
i ideológicos fuertemente enraizados, salimos de la prehisto-
var por las palabras y su aura. ¿Qué evoca el término si no
r caudillos urbanos adulados por las masas y generalmente
r ria de lo político para abordar los debates y problemas más
l
é'
acusados de demagogos? Nombres: Perón, Vargas, pero tam-
:' actuales y más álgidos de la América de hoy. Presentaremos bién Velasco Ibarra en Ecuador. Así la mayoría de las defini-
los diferentes "temas" por orden estrictamente cronológico. ciones muy poco satisfactorias del populismo son resultado
El primero, el populismo, prolonga en otro plano los meca- de Una concepción moral y hasta moralista: liberales o mar-
nismos de c1ientelismo de Estado descritos en las páginas xistas, consideran este fenómeno como una aberración cen-
anteriores; veremos en seguida el desarrollismo, y luego las surable. Es así como se considera a los regímenes populistas
diferentes posturas de los socialismos criollos, del castris- dictaduras demagógicas que se apoyan en las clases popula-
mo al sandinismo y otros más. res urbanas. En esos análisis se insiste con facilidad en la di-
mensión carismática del jefe -lo cual fue generalmente
cierto pero quizá no lo era en el caso de Getúlio Vargas- y
Los populismos: ¿despotismo ilustrado sobre todo en la irracionalidad de las masas y su emotividad
o socialdemqcracia dura!
'1 que las llevó a seguir al mal pastor. Cierto, no hay duda de
que el prestigio de los líderes "populistas" absolütos ante
No es posible leer un diario o un libro de historia contempo-
! las masas urbanas ha alcanzado cumbres de popularidad y
ránea en casi cualquier país de América Latina sin tropezar
con el término populismo del cual se usa y abusa. Ese con-
¡ fidelidad extraordinarias. Perón, el líder, "el primer trabaja-
dor", no sólo no perdió a sus partidarios en dieciocho años
cepto, Ipor su misma frecuencia e imprecisión, parece reser-
t de exilio, sino. como lo atestigua su triunfal reelección en
[278]
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1.9.13,ganó más, a tal grado parecía en Argentina en la déca- nos, de dos presentaciones diferentes de una misma opinión.
da de los sesenta que la frase atribuida a Malraux sobre el Es la que el partido comunista argentino expresa en la jerga
gaullismo convenía aún más al jefe del justicialismo: ¡todo estereotipada leninista con una elegancia consumada cuan-
el mundo es, ha sido o será peronista! Vargas, "el padre de do afirma que debe "hacer volver al proletariado argentino
los pobres", fue reverenciado como mártir religioso en los a las organizaciones de la clase obrera".
medios populares brasileños tras su suicidio en 1954. Velasco Para algunos autores, el populismo se confunde con polí-
Ibarra, el "apóstol de los olvidadosr,~ ecuatorianos, elegido ticas de distribución de ingresos. Es en ese sentido en el que
cinco veces presidente, decía: "Denrne un balcón y recon- se consideró que el partido socialista chileno presentaba
quisto elPoder." Sin embargo también se bautizó de popu- rasgos de populismo, o en el que Alain Touraine señala que
lista cierto período del régimen posrevolucionrio mexicano el fracaso de la Unidad Popular en 1973 marca el final del po-
caracterizado generalmente como una "dictadura imperso- pulismo en la política chilena. Algo hay de cierto en esta
nal" del partido oficial. En cuanto a las interpretaciones que apreciación. El peronismo se ajusta bien en su primer perío-
hacen hincapié en la responsabilidad "culpable" de las ma- do y en su objetivo ideológico a esta definición parcialmente
sas en la aparición de esos regímenes "destructores", no pa- justa. Pero en cambio, los historiadores de Brasil no lo acep-
recen muy convincentes que digamos. tarían en lo concerniente a los comienzos del getulismo.
Veamos. Un teórico de la izquierda marxista chilena defi- Aunque el debate esté lejos de haberse cerrado en lo referen-
ne al populismo como "un virus patológico del movimiento te a este punto, parecería que, de 1930 a 1945, los salarios de
obrero [... ] la manifestación de un retraso ideológico y polí- los obreros no hubieran tenido, a pesar de la instauración
tico de las masas".' En Argentina, el peronismo, fuera de su del salario mínimo, un verdadero salto hacia adelante, muy
identificación coyuntural o fundamental con el "nazifascis- por el contrario." ¿ Cómo ver más claro si no queremos con-
mo",2 ha sido objeto, desde el punto de vista de sus relacio- formamos con asimilar simplemente el populismo a los
nes con la clase obrera, de dos interpretaciones: una polémica, "partidos de masa" (mass politics), o a los sistemas políticos
que manifiesta el despecho de los jefes del socialismo demo- movilizadores del Tercer Mundo en general? Si todos los
crático ante el "abandono" de las masas, la otra sociológica, partidos populares policlasistas de América Latina, de la de-
basada en una investigación histórica. Según la primera, la mocracia cristiana chilena a la Acción Democrática de Vene-
clase obrera argentina vendió su libertad por un plato de zuela, pertenecen a la categoría populista, simplemente hay
lentejas al aceptar apoyar la tiranía. Según los autores parti- que concluir que ésta no tiene ninguna pertinencia. Lo cual
darios de la segunda interpretación, el éxito del peronismo no creemos. Todavía falta, para delimitar un fenómeno en su
proviene de la existencia de una "nueva clase obrera", pro- consistencia, aprehender la especificidad de su contexto his-
cedente del éxodo rural, sin tradiciones sindicales o políti- tórico y de sus situaciones políticas privilegiadas.
cas y a la que la política paternalista del coronel Perón supo A pesar de la variedad de las experiencias nacionales, la
ganarse.! Vemos fácilmente que se trata, poco más o me- era de los pqpulismos se sitúa históricamente en límites fá-
cilmente ubicables: entre 1.2lQ y mediados de la década de
\ .....

! Fernando Mires, "Le populisrne", Les Temps Modernes, junio de 1979. los cincuenta. Getúlio Vargas domina la vida política b rasi-
2 Para una discusión histórica y sociológica de esta calificación, véase
Peter Waldmann, El peronismo (1943-1955), Buenos Aires, Sudamericana, Smith y Tulio Halperín Donghi, respectivamente en la misma revista, julio-

,
1981, y la polémica además, Juan José Sebrelli, Los deseos imaginarios del septiembre y enero-marzo de 1975. Véase asimismo Miguel MurfI1is y Juan
peronismo, Buenos Aires, Legasa, 1983. Carlos Portantiero, Estudios sobre los origenes del peronismo, Buenos Ai-
3 Véanse principalmente las obras de Gino Germani, Política y sociedad res, Siglo XXI, 1971.
en una época de transición. Buenos Aires. Paidós, 1971, y "El surgimiento 4 Robert Rowland, "Classe operaria e Estado de compromisso (orígenes
del peronismo, ell rol de obreros y de los -migrantes internos", Desarrollo estnicturais da legislacáo trabalhista e sindical", Estudos Cebrap (Sáo Pau-
Económico, !3 (51), octubre-diciembre de 1973. y los comentarios de Peter lo), abril-junio de 1974. pp. 5-40.

!
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I

leña de 1..2lQ, fecha de su llegada al poder como presidente ran y les temen. El subproletariado de Guayaquil, formado
provisional, a !..2.2j. Derrocado en 1945 tras quince años de en gran parte por grupos expulsados del sector rural tradi-
presidencia, ocho de los cuales fueron de dictadura, es presi- cional proporciona, tras la reacción conservadora de 1932,
dente democráticamente elegido de 1951 hasta su muerte. la mayor parte de las tropas y del público de Velasco Ibarra.
1Perón, que llegó al poder en Argentina en el marco del golpe En México, el populismo, sus reformas sociales y su discur-
de Estado militar de 12.i3, es elegido presidente en 1.946 y so obrerista, según algunos autores." estaban destinados a
echado por los militares en )J5"5. Su segundo y tumultuoso conjurar una verdadera revolución social. Fue lle alguna ma-
regreso al poder en 1973 no puede decirse que sea cosa de nera una política "contrarrevolucionaria" destinada a fre-
populismo. Velasco Ibarra, cinco veces presidente, dictador nar el movimiento campesino independiente desencadenado
por vez primera en 1915, a pesar de un breve come back en por la revolución y a incoporar con este fin a los sectores
1~ Y en t97.2 cuando ocupa por algunos meses la presiden- obreros.
cia, influyó en la vida política ecuatoriana de 1934 a 1956 Esos regímenes llamados populistas aparecen pues como
esencialmente. La fase presuntamente populista de-la revo- sistemas de transición que se esfuerzan por integrar las cla-
lución mexicana es situada por todos los autores entre 1930 ses populares al orden político y social existente a través de
y 1940, cuando no se la reduce a la presidencia de Lázaro una acción voluntaria del Estado. A este respecto podemos
Cárdenas. Esta concentración temporal merece que haga- insistir en el aspecto de colaboración de clases de esas fór-
mos un alto. mulas políticas, en la suJ?.9rdinación, o por lo menos la ausen-
El p2.E!:tli~o parece pues corresponder a una coyuntura, cia de autonomía, de las organizaciones obreras; podemos
la de las décadas de los treinta y cuarenta cuando se dieron igualmente subrayar el papel de "vacuna co;tra la revolu-
a la vez la desorganización de las corrien...!es comerciales tra- ción" que desempeñan en tales regímenes las políticas socia-
dicionales, y la crisis de los sistemas agroexportadores. Esos les, la retórica popular, y el reconocimiento bajo ~gidasleJ
dos fenómenos estrechamente ligados provocan en todas Estado de los sindicatos y las organizaciones campesinas.
partes dificultades para mantener el esquema de domina- No obstante lo que sorprende por encima de todo y aparece
ción oligárquico que prevalece hasta entonces. En los países pues en el centro mismo de la singularidad de esos regíme-
más d~sarroITados, el fortalecimiento del sector industrial, nes, son los papeles contradictorios que asumen: recurren a
las transformaciones ocurridas en los equilibrios sociales en la movilización de las clases peligrosas e intentan garanti-
función del cambio del polo dinámico de la economía, crean zar, al mismo tiempo -casi podríamos decir por ese mismo
una situación a la vez de vacío político y de disponibilidad medio-, la conservación del modelo de dominación. Al rern-
de las clases populares nuevas o viejas pero que ahora esca- plazar modalidades pasivas y tradicionales de obtención del
pan a los controles tradicionales. En Argentina, el creci- consentimiento de las clases subordinadas, esos regímenes
miento del proletariado urbano tropieza con la ceguera de no practican la exclusión por la fuerza, pero no por ello des-
las clases poseedoras y de las élites conservadoras. En Bra- cansan en los mecanismos interiorizados y voluntarios em-
sil, asimismo, la galopante urbanización durante este perío- pleados en las democracias liberales.
do y la "movilización social" -en el sentido de Karl Deutsch Sin duda de allí procede el aspecto de psicodrama ruidoso
y de los teóricos de la modernización- a la que conduce y a veces incomprensiblemente caótico que caracteriza a la
coinciden con las disputas interoligárquicas que desembo- ideología populista. La violencia verbal generalmente está
can en el desmantelamiento de la "vieja república" exigida " en un primerísimo lugar. El "desmantelamiento simbólico"
por las clases medias emergentes. En Ecuador, las migracio- de las oligarquías, y hasta de los capitalistas o de las socie-
nes internas debidas a la gran crisis multiplican a los margi-
nales que escapan al control clerical-conservador de la 5 Véase sobre lodo Arnaldo Córdova, La [ormacián del poder político en
Sierra y no caen bajo la férula de los liberales que los igno- México, México, Era, 1975, pp. 29-33.

1
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dades extranjeras, es frecuentemente invocado. Es "el caos uno de los mecanismos esenciales de una organización ficti-
en nombre del orden". De hecho, casi no se afectan los inte- I cia. Al mismo tiempo, el Estado puede afirmar estar de parte
reses de los grupos así atacados. Cuando se realizan, 10 cual ¡ de los obreros, a los que mantiene en libertad vigilada yen
es raro, las reformas de estructura no rebasan el estadio em- I quienes se apoya. La ideología popular esgrimida concibe al
brionario. Desde luego hay que introducir matices. El velas- "pueblo" como el conjunto de la comunidad nacional, dota-
quismo no es el cardenismo. La concepción étnica y cristiana da de intereses comunes de los que sólo están excluidas las
de la vida social cultivada por el individualista conservador minorías (el antipueblo) vinculadas al enemigo exterior. La
que es Velasco Ibarra no puede confundirse con el reformis- conciencia de clase es ocultada por la "conciencia de masa".
mo duro de la revolución mexicana bajo Cárdenas, caracteri- El nacionalismo solidarista contribuye a la integración polí-
ZadO por la nacionalización del petróleo en 1938 y el ritmo tica de los estratos subordinados y de las masas urbanas.
relativamente acelerado impuesto a la reforma agraria. Con Ese sistema tiene sus límites. Siendo transitorio, sucum-
\
todo, hay puntos comunes entre esos hombres yesos regíme- be a la modernización de las sociedades. La transformación
nes. Si bien la personalización de un poder providencial es de una sociedad de masas en sociedad de clases es general-
el elemento de semejanza más espectacular, ciertamente no mente fatal a sus mecanismos de control. El Estado populis-
es el más decisivo, ni el más central. Por 10 demás, es un ras- ta contribuye paradójicamente, por su predicación popular
go frecuente en América Latina, incluso en las democracias yo por la organización de los trabajadores, la cual dirige, a la
presidenciales, para no hablar del resto del mundo en desa- constitución de las clases y al surgimiento de una conciencia
rrollo. La integración/cooptación de los trabajadores de las de pertenencia entre los obreros urbanos. En su dinámica
ciudades o de los campesinos, que se efectúa no contra las ambidextra que oscila entre la movilización popular y la ma-
oligarquías locales sino contra la autoorganización de las nipulación de las masas, es entonces la movilización la que
clases populares, y las políticas sociales que la acompañan triunfa y sus agentes tratan de romper el collar estatal al
forman por el contrario la médula de la lógica populista. que están sometidos. La inversión del corporativismo popu-
Esta política de "arriesgar un poco para ganar lo principal", lista en Brasil bajo el presidente Goulart (1961-1964) es reve-
cínicamente formulada por Perón en sus discursos de 1945- ladora al respecto. ¿ Acaso el aparato sindical integrado al
1946, se inscribe en diferentes formulaciones que resumen Estado no parecía funcionar en un sentido diametralmente
sus objetivos y métodos. Consiste según sus exégetas brasi- inverso a aquel para el que había sido programado, al grado
leños en "hacer la revolución antes de que el pueblo la ha- de que el espectro de una república sindicalista obsesionaba
ga", o, para los mexicanos más prácticos y prosaicos, en las mentes de los opositores? En Argentina bajo el segundo
, "dar un centavo para ganar un peso". Se trata de "revolucio-
l' nes desde arriba" que lo cambian todo para que nada cambie,
peronismo (1973-1976), los sindicatos burocratizados,
pináculo de su poderío, eran por el contrario desbordados
en el

efectuando sobre todo "reformas autoritarias y con derecho por la combatividad obrera que se ejercía a costa suya. El
\ de preferencia". En ese proyecto, elEstado es la insti!~ción encanto populista había dejado de operar. Esas institucio-
<;btve, más que el presidente o el partido cuando los hay. El nes de encuadramiento social que funcionan en otros con-
'nacionalismo "popular" es la ideología común a esas dife- textos históricos y políticos ¿ sólo son simples superviven-
rentes experiencias. cias? La historia de las próximas décadas en Argentina y
La estatización de las organizaciones socioprofesionales, Brasil nos lo dirá.
la transferencia de las lealtades hacia el Estado, identificado
o no con un hombre, gracias a la satisfacción de demandas
limitadas y sobre todo a un reconocimiento social inédito,
sirven. de marco a un estilo de gobierno paternalista y auto-
ritario en el cual el clientelismo de masa burocratizado es

f.
286 PODERES Y SOCIEDADES POPULlSMOS, "DESARROLLlSMO", CASTRISMO 287

E/ "desarrollismo" y /a modernización Esta "desviación mercantilista del mito del desarrollo"


capitalista sacra/izada tiene por objetivo último la grandeza nacional a través de la
industria y la técnica. Pero ese nacionalism~ de los fines no-
"Desarrollismo", el término es poco elegante, pero al menos, selecciona 10s·~eJÍ<~. Para ello no distingue, como otros ti-
a diferencia del populismo, fue forjado por sus propios crea- pos de nacionalismo más frecuentes, los orígenes de los ea- ,
dores y partidarios. Las más bellas muestras de esa corrien- pitales invertidos: poco le importa que sean nacionales o ex-
te política aparecieron en Brasil donde una institución, el tranjeros. Todo capital es bueno si contribuye al "progreso".
ISEB (Instituto Superior de Estudos Brasileiros), contribu- Esta ideología de la sucursalización voTu;}taria es t'amSíén
yó a popularizar y defender esas tesis mientras que en Ar- antiideológica en el sentido de que los desarrollistas recha-
gentina, a principios de la década de los sesenta, como se ha zan cualquier distinción derecha/izquierda no sólo en nom-
dicho, el desarrollo de la ideología parecía triunfar sobre la bre de la unidad nacional indispensable, sino sobre todo en
ideología del desarrollo, tan densa era la producción. Las función de otra discrepancia, la de la modernidad y el ar-
ideas defendidas por los desarrollistas fueron puestas en caísmo. La tecnolatría de ese voluntarismo industrialista
práctica principalmente por el presidente Juscelino Ku- está generalmente llena de un optimismo sin límites ni már-
.bistschek en Brasil (1956-1960) y por Arturo Frondizi (presi- genes ilustrado por el lema de la presidencia Kubitschek:
\ dente de 1958 a 1962) en Argentina. "Cincuenta años en cinco años", y más simbólicamente toda-
Esas tesis son simples, si no es que simplistas. Consisten vía, en el espacio, el plano en forma de arco de esa utopía
en sacralizar de alguna manera el cEC,.Ünientp industrial sansimoniana diseñada por Lucio Costa y construida bajo
identificado con el progreso o la "civilización". El frenesí Kubitschek que es Brasilia, la nueva capital de Brasil.
del de~a;-;ollo, muy difundido entre los °ejecu"tivos y la bur- Juscelino Kubitsch~k no sólo es er hombre de la nova cap
guesía comercial o industrial en las décadas de los cincuenta (la nueva capital) erigida en el vacío del Planalto en el centro
y sesenta, se incorpora al nacionalismo populista en los paí- de un país regionalmente desequilibrado. Puso en ejecución
ses más avanzados de América Latina. El México del desa- una política de industrialización activa que hizo entrar a
rrollo estabilizador no escapa de esta corriente de pensa- Brasil en la era de los bienes de consumo duraderos y de la
miento de agresivo optimismo. La alianza de los productores, producción de bienes de equipo. Para la industria brasileña
en el sentido sansimoniano, con el pueblo de los populistas, hay un antes y un después de la presidencia JK, como se la
debe establecer las bases para una industrialización a mar- llamaba familiarmente. Recurriendo
"...... ..•.
al capital .- extranjero
~ en
chas forzadas que resuelva los problemas del país. Esta el marco de un ambicioso "plan de objetivos" (plano de me-
arriesgada aceleración del industrialismo permite rechazar tas), Kubitschek rompe paradójicamente con la orientación
cualquier reforma y criticar las políticas redistributivas en nacionalista de la última presidencia Vargas, caracterizada
nombre de los imperativos de la producción. La reforma por la instauración del monopolio de Estado del petróleo,
agraria en los países donde el bloqueo agrícola se debe de cuando es apoyado por los partidos laborista (PTB) y social-
manera patente a la concentración territorial es considera- demócrata (PSD), ambos creados por Vargas. Período de eu-
da arcaica y superada: hay que introducir la técnica en el foria y de ciega confianza en el radiante futuro del país, la
campo. De esta manera un neocapitalismo dinámico, y acce- presidencia desenvolvimentista de Kubitschek, durante la
soriamente social, no se opone en nada a los intereses tradi- cual el crecimiento industrial alcanza una tasa cercana al
cionales si es que éstos se modernizan. Sobre todo porque i 10% anual gracias a un elevado nivel de gasto del &obierno
los partidarios de ese nuevo culto al progreso consideran in- central, para gran perjuicio de los monetaristas que claman
dispensable la alianza de clases para su proyecto así como contra la catástrofe y también de las clases desfavorecidas,
la subordinación del enfrentamiento entre patrones y traba- pues el nuevo modelo de desarrollo implica una redistribu-
jadores a los objetivos comunes del desarrollo. ción regresiva de los ingresos con miras a crear un mercado
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propicio para los bienes de consumo duraderos. La entrada práctica económica del México de la década de los sesenta.
de Bra~il en la era del automóvil es también la época en que La volvemos a hallar en Argentina bajo una forma autorita-
una fuerte concentración de los ingresos se vuelve funcional ria, de donde está excluida cualquier retórica populista, de
para el desarrollo. 1966 a 1970, bajo el gobierno del general Onganía. Aunque
En Argentilla, el émulo de JK, A!:!.!:r~F:rondi.?i, tuvo me- aún no sea discernible, está presente también en Brasil entre
nos éxito que su modelo. Llegado al poder en 195~8gracias al 1969 y 1984; sirve de base al "milagro brasileño" y al ambi-
apoyo electoral del peronismo proscrito, no logra conservar cioso plan de desarrollo del general Geisel (1974-1978). Esta
ni el apoyo ni siquiera la benévola neutralidad de los sindi-. estrategia conservadora de desarrolio, mediante el empleo
catos y de las clases populares duramente golpeadas por un de capitales extranjeros particularmente, parece formar
plan de estabilización establecido sobre la base de las reco- parte del esquema defensivo de las élites tradicionales más
mendaciones del Fondo Monetario Internacional, cuya ayu- ilustradas para mantener el sistema de dominación. Sin
da financiera fue solicitada para corregir equilibrios econó- duda su éxito se debe a ello.
micos que estaban en situación crítica. Si bien ~l clima de la
presidencia "frondizista" está lejos de ser tan embriagador
como el del mandato de Juscelino en Brasil, hallamos allí la Las estrategias de los socialismos criollos:
apertura a los capitales extranjeros y el establecimiento de castrismo, sandinismo ...
industrias de bienes de consumo duraderos. La industria au-
tomovilística se desarrolla en Córdoba, se permite a las El socialismo no es una idea nueva en América Latina, pero
compañías petroleras extranjeras explotar el petróleo ar- antes de 1961 ningún Estado había afirmado ser marxista-
gentino, lo cual provoca la indignación de los medios nacio- leninista en este continente. Todo comienza con Cuba. Todo
nalistas. Varios organismos de desarrollo tecnológico, tanto en ese terreno, desde entonces, gira en torno a la gran isla
en el terreno agrario como en el de la industria, reciben un del Caribe, y del hombre que la gobierna y encarna su régi-
impulso sin precedente. No obstante el primer gobierno civil men socialista. El castrismo del primer momento, antes de
posperonista, amenazado desde su llegada al poder, atrapa- ser más o menos normalizado después de 1968, es a la vez
do entre los militares y los sindicatos, es asfixiado por sus una estrategia y un fenómeno continental. Las otr.as varieda-
propias maniobras de supervivencia. Su gran proyecto se re- des del socialismo criollo o de los movimientos revoluciona-
duce. a una ~ndustrialización desordenada, a. la vez anárqui- rios se sitúan en relación con él.
1
eay espontanea, donde las empresas extranjeras se estable-
cen con fines más especulativos que productivos para gozar
Analizar la ideología castrista en su originalidad y su
práctica, no es ni describir los cambios de la sociedad cuba-
de las elevadas barreras arancelarias al abrigo de las cuales na desde 1960, ni seguir la evolución del gobierno revolucio-
operan. En marzo de lli.2, Fr..Q!l..di~a pesar de su habilidad nario cubano, y mucho menos hacer un catálogo de las varie-
maniobrista, es der.r0cado por un golpe de Estado mg!,tilr. El dades de experiencias marxistas-leninistas del continente.
ejército le reprocha a la vez favorecer el comunismo y mani- '1
'1 Se trata de ver cómo durante sus diez primeros años -antes
festar una indulgencia demasiado grande para con los pero- de la adopción J;l n~Qdelo soviético-, y quizá taIT;bién des-
nistas. . pués, la revolución cubana propuso al conjunto de movi-
El "nacional desarrollismo" de Kubitschek y de Frondizi
aparece como una manera original de hacer compatibles un
nacionalismo capaz de canalizar las tensiones sociales y la
mientos revolucionarios de la región una clave y tácticas de
transformación sociopolítica, y la repercusión que,éstas pu-
dieron tener.
I
J
dependencia con respecto a los capitales extranjeros consi- Conviene recordar ante todo algunas fechas y algunos da- 1
derados indispensables para pasar a un estadio superior de tos. En enerode 1959, el régimen del dictador Batista se vie-
desarrollo industrial. Esta ideología está en el centro de la ne abajo~ El ,iejÚcit-;; rebelde" comandado por FTde(Ca~~o

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PODERES Y SOCIEDADES POPULlSMOS, "DESARROLLlSMO", CASTRISMO 291
290

hace su entrada en la Habana. Una revolución comienza: re- no elige su bando sino que a pesar de la ayuda soviética no
volución popular dirigida por un movimiento de liberación da la razón a ninguno de los dos rivales. En enero de 1966,
nacional que nu afirma ser oficialmente marxista sir~ parti- en la reunión Tricontinental que se lleva a cabo en La Haba-
dario de Martí, "el apóstol de la independencia cubaná". na, un nuevo eje revolucionario tercermundista y no alinea-
Esta revolución que dice ser .1!luII!~nis!a" es ante todo agra- do que une a Vietnam del Norte, Corea comunista y Cuba pa-
ria y antirnperialista, es decir antiestadunidense. No olvide- rece ver la luz. Ni la Unión Soviética ni China están
mos que Cuba es una especie de protectorado de Estados representadas en los órganos directores de la conferencia.
Unidos y una prolongación tropical y dominada de su econo- Estados Unidos, además del embargo económico y la ma-
mía. Podemos interrogarnos sobre la fecha de la conversión lograda tentativa de invasión mercenaria de Bahía de Cochi-
al marxismo-leninismo de Fidel Castro. ¿Evolución o dupli- nos, aprovecha el' gran temor desencadenado por el castris-
cidad, toma de conciencia o táctica? Los partidarios de las mo en América Latina para hacer que se excluya a Cuba de
dos escuelas no han terminado de discutir. Sin duda conoce- la Organización de Estados Americanos en Punta del Este,
mos mejor la fecha de adhesión tardía (¿ 1958?) del Partido en enero de 1962. Puesta al margen de las naciones latino-
Socialista Popular, nombre del partido comunista ortodoxo americanas. Cuba responde con la "segunda declaración de
cubano, a la lucha de los guerrilleros de la Sierra Maestra, La Habana", que define la vía cubana al socialismo, y lleva
Ese re estuvo cerca de Batista, quien contó en 1942 con dos la iniciativa revolucionaria a todo el continente. Al ya no te-
comunistas en su gobierno. A partir del asalto al cuartel ner relaciones diplomáticas con los estados latinoamerica-
Moncada en 1.253, estigmatizó a Castro y sus' compañeros nos, excepto México, Castro exportará la revolución tal
como alcistas y "pequeñoburgueses". Más tarde, uno de los como la concibe ayudando y entrenando a los grupos arma-
líderes del pSP reconocería que "la revolución cubana es la dos revolucionarios que se dicen partidarios de su experien-
primera revolución socialista que no fue hecha por un parti- Cia. En 1967 aparece La revolución en la revolución, teoriza-
do comunista". No será la última, ni en el mundo ni en el ción de Régis Debray sobre la vía cubana. En agosto del
continente. Sea lo que fuere, a causa de cierta cantidad de mismo año comienza la Conferencia de la OLAS (Organiza-
circunstancias apremiantes, y sobre todo de la asperísima ción Latinoamericana de Solidaridad), una internacional,
reacción de Estados Unidos ante la política de nacionaliza- dominada por Cuba, creada contra los partidos .comunistas
ción de las nuevas autoridades, Cuba, tras haber roto con ortodoxos que han elegido la vía "reformista", pacífica o
Washington, se proclama socialista en abril de 122). Un Esta- parlamentaria y no "quieren hacer la revolución" según las
do socialista acaba de nacer a menos de 150 km de las costas recetas castristas. Es la proclamación solemne del compro-
norteamericanas. La Unión Soviética se mostró primero re- miso revolucionario internacional de Cuba. Pero es también
ticente a reconocer ese socialismo no total pero, desde julio el canto del cisne de ese activismo armado y heterodoxo. La
de 1960, una ayuda económica soviética muy activa permitía muerte del Che Guevara, en octubre de 1967 en Ñancahuazú
al régimen sobrevivir a pesar de las sanciones de Estados en B¿ljvia, m~rca símbólicamente el fr;c'iso de una lücha
Unidos. Sin embargo, de 1962, año de la "crisis de los misi- armada continental que la Unión Soviética no aprobaba. Cu-
les", en el cual no sólo ocurrió el enfrentamiento de las dos ba, enfrentada a graves problemas económicos, entra en un
"K" (Jrushov" y Kennedy) sino sobre todo, desde el punto de período de repliegue y alineamiento con Moscú tanto al exte-
vista cubano, el retiro de los misiles soviéticos sin consulta rior como al interior donde el modelo soviético de colectivis-
previa con el gobierno de La Habana, hasta 1968, las relacio- mo centralizado remplaza la desordenada espontaneidad de
nes cubano-soviéticas son conflictivas y tensas. En el conflic- la primera etapa. Para algunos, Castro dejó de ser castrista.
to sino-soviético que entra entonces en su fase aguda, Cuba A fines de 1968, La Habana aprueba la invasión de Checoslo-
vaquia por los ejércitos del Pacto de Varsovia.
" La transcripción francesa es Khrouchtchev, de allí las dos "K". El castrismo, más allá del aura romántica que rodea a la
292 PODERES Y SOCIEDADES

isla caribeña que desafía al gigante norteamericano, o al I POPULISMOS. "DESARROLLISMO" CASTRISMO

sieron, casi todos, a ese aventurero cortocircuito estratégico


293

1
"primer territorio libre de América". es ante todo una estra- que, según palabras de Lenin, "erigía la impaciencia en ar-
tegia revolucionaria en firme y espectacular oposición con gumento teórico". Con un par de excepciones, todos los par-
la táctica de espera de los partidos comunistas del continen- tidos comunistas ortodoxos condenaron la lucha armada
te. Esta estrategia descansa en la lucha armada de una van- pero manifestaban su solidaridad con Cuba. Sólo el re vene-
guardia revolucionaria. El socialismo está al final del fusil. I
zolano, aunque el país sea desde 1958 una democracia, se
Pero a partir de la constitución de un foco de guerrilla rural lanzó a la insurrección armada, no sin manifestar graves di-
1 vergencias tácticas con Castro. Militarmente diezmado, y al
y no por la lucha de masas campesinas organizadas o como
consecuencia de una larga marcha bajo las órdenes del par- margen de la ley, el PC venezolano estuvo a punto de desapa-
tido. Por lo demás el ejército de guerrilla precede al partido. recer como partido político. El PC uruguayo manifestó su
El poder revolucionario es irradiado a partir del foco guerri- simpatía por la estrategia castrista pero no la adoptó; se con-
llero. La Acción precede al Verbo. No es necesario esperar formó con capitalizar la popularidad de Castro presentando
que las condiciones objetivas de la Revolución estén reuni- en las elecciones de 1966 un frente de izquierda bautizado
das, el levantamiento armado puede crearlas. "El deber de Fidel (Frente de Izquierda de Liberación). En Chile, si bien
todo revolucionario es hacer la revolución." Por ello las es- el partido comunista sigue vinculado a la organización de
trategias de alianza de las fuerzas de izquierda tradicionales masas urbanas y a las amplias alianzas parlamentarias, el
son rechazadas. Por lo demás, para el análisis castrista las partido socialista, fiel a su ideología de liberación continental
burguesías latinoamericanas no son sino precursoras del y revolucionaria, apoya la línea cubana, sin aplicarla. Estará
imperialismo, la etapa democrática burguesa es rebasada en presente en la OLAS en La Habana. Se creó una sección local
América Latina. Si bien el castrismo en su primer período de la OLAS en Santiago cuya presidencia es confiada al secre-
humanista afirma ser seguidor de Martí, el¡ héroe de la tario general del PS. Las más de las veces, los grupos guerri-
emancipación cubana, su proselitismo regional niega las lleros que se lanzan a la lucha armada nacen de escisiones
fronteras y la soberanía de los estados en nombre de la de los partidos de izquierda o de partidos populares, o bien
"gran patria" bolivariana y de un ideal de unidad continen- espontáneamente de grupos de estudiantes radicalizados
tal que ninguna corriente política, ni siquiera el APRA en la como el MIR chileno, y hasta de jóvenes oficiales alcistas
década de los veinte, había hecho vibrar con tanta seguridad como, en Guatemala, el MR 13 (Movimiento Revolucionario
y éxito. Por lo demás la estrategia castrista es continental. del 13 de noviembre). Los MIR (Movimiento de Izquierda Re-
Echan a la cara del imperialismo y sus aliados las provoca- volucionaria) provienen en Perú o Venezuela de la ruptura
doras consignas: "crear el mayor número posible de focos de del ala izquierda de partidos socialdemócratas o de centro
guerrilla", "uno, dos, tres Vietnams", "la cordillera de los izquierda: el APRA rebelde en el primer caso, la izquierda de
Andes será la Sierra Maestra de América Latina". En reali- la Acción Democrática, el partido del presidente Betancourt,
dad fue la tumba del Che y de las esperanzas revolucionarias en el segundo. Se prenden focos de guerrillas rurales de tipo
de Cuba. Esta teoría del atajo revolucionario, latinoamerica- castrista en Argentina, Brasil, Colombia, Guatemala, Perú,
ni sta, espontaneísta, y lista para aplicarse, tuvo cierto eco en Venezuela sobre todo, destinados al fracaso constante. Una
- el continente. Ese "voluntarisrno revolucionario" que no serie de sangrientos reveses que inscriben en el panteón re-
parecía tomar en cuenta ni condiciones nacionales, ni coyun- volucionario a las figuras del Che Guevara o del cura guerri-
turas, estimulaba la impaciencia de la juventud y el hastío llero Camilo Torres, tendió a probar el carácter excepcional
de algunos viejos militantes. La mística militarista y el ro- del modelo cubano, la imposibilidad de verlo repetirse en las
manticismo de la metralleta iban, durante una decena de condiciones de activa vigilancia contrarrevolucionaria de la
años, a engendrar un optimismo revolucionario inédito en la década de los sesen ta.
izquierda latinoamericana. Los partidos leninistas se opu- Si bien la guerrilla rural, castrista o no, que a menudo ha
294 PODERES Y SOCIEDADES
POPULlSMOS. "DESARROLLlSMO", CASTRISMO 295

I
tornado el relevo de las guerrillas liberales de la época de la
Las razones de la victoria del Frente Sandinista de Libera-
. violencia, se prolonga en Colombia con diversas fortunas
ción Nacional en Nicaragua, que derrocó la dictadura de los
hasta 1985, desaparece en casi todos los demás países, des-
Somoza en julio de 1979, residen en parte en la crítica de las
truida o replegada y en espera de mejores días. Tendrá algu-
experiencias anteriores. Los sandinistas tardaron dieciocho
nos resurgimientos tan miméticos como desastrosos cuando
son aislados. En 1974, el ERP (Ejército Revolucionario del
1 años para tomar el poder. Repudiaron
y el "inrnediatismo" de las guerrillas
pues la impaciencia
foquistas. Abandona-
Pueblo), formado por trotskistas disidentes, establece en Ar-
ron igualmente el militarismo y el radicalismo sectario que
gentina un importante foco de guerrilla en la selva subtropi- aislaban a los guerrilleros, no sólo separándolos de las ma-
1 cal de la provincia de Tucumán, en el norte del país; tardará sas donde no se sentían como peces en el agua, ya fuera por-
el ejército más de año y medio para liquidarlo. La guerrilla
que no había agua -lo cual a menudo ocurrió en los focos
maoísta de Araguaia en los agitados confines del Pará, del f
I andinos fundados en las regiones despobladas-, o porque
Goiás y del Mato Grosso en Brasil, en la década de los seten- I no se había hecho ningún "trabajo" político para obtener el
ta, no fUVO mejor suerte. En la misma época, es en la guerri- apoyo y la complicidad de los estratos populares. Recurrien-
lla urbana donde encarna el sueño "guevarista". En Brasil, do esencialmente al sentimiento nacional ya referencias ni-
un disidente del comité central del re, Carlos Marighela, caragüenses, exaltando la figura heroica de Sandino, se es-
pasa a la acción directa con un esquelético Ejército de Libe-
forzaron por crear coaliciones muy amplias con todas las
ración Nacional. Sucumbe en noviembre de 1969 bajo las ba-
tendencias, grupos sociales u organismos que compartieran
las de la policía. En Uruguay, el Movimiento de Liberación sus objetivos principales, sin espantarlos inútilmente con
Nacional de los Tupamaros, organización clandestina, co-
proclamaciones bolcheviques o marxistas-Ieninistas. Final-
mienza por denunciar mediante actos de violencia simbólica
mente, en el plano internacional, la búsqueda de apoyos am-
los escándalos, la corrupción y la penetración económica ex-
plios en países no revolucionarios fue decisiva. Costa Rica
tranjera. Pero cuando esos "Robin Hood" nacionalistas y
contribuyó más a la victoria sandinista que Cuba.
respetuosos se deslizan hacia la guerrilla revolucionaria y
Un camino similar tomaron las oposiciones armadas de
acometen contra las fuerzas del orden, la escalada de la lu-
El Salvador y Guatemala, aparecidas mucho antes de 1979.
cha armada les es fatal. La ofensiva del ejército encargado
Así como Cuba podía volverse a producir justamente porque
de terminar con el contrapoder de los Tupamarbs pone igual-
los "barbudos" habían triunfado, es dudoso que la victoria
mente fin a la frágil democracia uruguaya en 19]3. En Ar-
sandinista pueda repetirse en las mismas condiciones. No
gentina, al lado del ERP, los Montoneros, que afirman ser
obstante en ambos países se halla la misma voluntad de evi-
peronistas revolucionarios, tras haber contribuido, por sus
tar los escollos simétricos de la vía revolucionaria, "el
atentados bajo el régimen militar, al regreso de Perón al po ..
pueblo sin armas o las armas sin el pueblo", la de crear fren-
der, vuelven a pasar a la clandestinidad en septiembre de
tes amplios y obtener un apoyo internacional muy diversifi-
1974 tratando de arrastrar con ellos a la Juventud Peronista cado. El caso de El Salvador es ejemplar a este respecto
y a toda el ala izquierda del movimiento. Una despiadada
puesto que el FOR (Frente Democrático Revolucionario)
guerra secreta opone entonces la derecha peronista y sus agrupa partidos poI í t icos pero también "organizaciones de
"escuadrones de la muerte" a la izquierda y sus Montoneros.
masas" civiles -sindicatos, asociaciones de campesinos- y
Conocemos el desenlace. El 24 de marzo de 1976, los milita-
que cada uno de los cinco movimientos de guerrilla unifica-
res vuelven a tomar el poder:' Instaurari' un Estado terrorista
dos en el FMLN (Frente Farabundo Martí de Liberación Na-
que pr;t;;de atacar 1; subversión en la raíz, deteniendo, ase-
cional)" está vinculado con una de esas organizaciones que
sinando o haciendo desaparecer no sólo a los guerrilleros
sino a sus simpatizantes, a los opositores y en general a todo
6 Farabundo Maní (11l93·1932) es como Sandino o José Martí un héroe
el que piense mal, sindicalistas o intelectuales.
nacional, pero es t arnbicu UIlO de I()~ fundadores del pa rt ido cornuni.u a sal-
,1

¡
'..

296 PODERES Y SOCIEDADES POPULISMOS, "DESARROLLISMO", CASTRISMO 297

desempeñaron un gran papel político antes de que estallara Brésil", Sociologie du Travail, núms. 3 y 4 (64), julio-septiem-
una verdadera guerra civil en 1979. Así, a las Fuerzas Popu- bre/octubre-noviem bre de 1964.
lares de Liberación (FPL) creadas en 1970, corresponde el Detrez, Conrad, Pour la libération du Brésil (en colaboración con
Carlos Marighela). París, Éd. du Seuil, 1970.
Bloque Popular Revolucionario (BPR) nacido en 1975; al ERP
Evans, Ernest, "Revolutionary movements in Central America. The
corresponde la Liga Popular del 28 de Febrero. ¿ Quiere es to
development of a new strategy", en Howard J. Wiarda, Ri]t and
decir que los partidos mandan a punta de fusil y que los polí-
revolution. The Central America imbroglio, Washington, Ameri-
ticos t~ndrán la última palabra? Es dudoso cuando se sabe can Entreprise Institute for Policy Research, 1983, pp. 167-193.
que ni Cuba ni Nicaragua se han liberado de una desviación Gillespie, Richard, So/diers of Peron. Argentina 's Montoneros, Ox-
militarista nacida en las montañas y ampliada tanto por la ford, Oxford Clarendon Press, 1982.
legitimación heroica de la revolución como por la agresión Ionescu, Chita, Ernest Cellner, Populism, its meaning and national
externa. Cualquiera que sea el papel real de Cuba en el surgi- characteristics, Londres, Weidenfeld and Nicholson, 1969.
miento, fortalecimiento y mantenimiento de esos movimien- Jaguaribe, Helio, O nacionalismo na atualidade brasi/eira, Río de
tos armados, es innegable que la referencia castrista jamás Janeiro, ¡SEB, 1958.
está ausente. Cuando no imitamos al hermano mayor que ha Sérnidei, Manuela, Les États-Unis el la révolution cubaine (/959-
/964), París, Jull iard ("Archives"), 1968.
triunfado, es con él con quien nos medimos. Si bien el cas-
Van Niekerk, Populisni ami political de veloprnen t in Latin Ame rica,
trismo está muerto en América Latina, tiene numerosos y vi-
Rotterdam, Rotterdarn University Press, 1974.
gorosos nietos. Por lo demás, desde 1956, la lucha armada
revolucionaria nunca ha cesado en ese continente. Obras literarias:

Vargas Llosa, Mario, Historia de Mayta, Barcelona, Seix Barral, I


1984.
ORIENTACION BIBLIOGRÁFICA

Avec Douglas Bravo dans les maquis vené zuéliens, París, Maspero
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Brandi, Paulo, Vargas, da vida a historia, Río de Janeiro, Zahara,
1983.
Caroit, Jean-Michel, Véronique Soulé, Nicaragua. Le modele sandi-
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Cueva, Agustín, "Interpretación sociológica del velasquismo", Re-
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Debray, Régis, Revolución en la revolución, La Habana, Casa de las
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Debrun, Michel, "Nationalisme et politique du développement au

vadoreño y uno de los dirigentes de la insurrección campesina de 1932 que


le costó la vida.

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