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Universidad Nacional de Colombia

Facultad de Ciencias Humanas


Profesora: Gloria Gómez
Asignatura: La esquizofrenia: del trastorno a la estructura
Doris Sirley Quiñones Sevillano
estudiante de Trabajo Social

Reseñas de los capítulos 39 y 43 del libro “Fundamentos de Psicopatología Psicoanalítica”


de Morán, J. Esteban, R. Sauvagnat, F.

NORMAL Y PATOLÓGICO, SALUD Y ENFERMEDAD MENTAL

lo normal y lo patológico entramados conceptuales.


El capítulo expone las diferentes concepciones que en el transcurso de la historia se han
tenido de lo que es considerado normal, patológico, salud y enfermedad mental. Para llevar
a cabo su escrito los autores citan a varios psiquiatras, psicoanalistas y médicos en general,
los cuales se han intentado darle un significado único a los términos ya mencionados y que
sin embargo no se ha podido llegar a establecer.
El capítulo empieza estableciendo que hay una diferencia entre lo patológico y lo normal,
(incluso en el campo propio de la infancia), entre salud y salud mental que en ocasiones
suelen confundirse con bienestar, adaptación, beneficio… Lo normal significa, según los
autores, “un tipo de herramienta cuyo cometido sería el de tallar las piezas de forma que
coincidan entre sí según un criterio previo”. Existen dos contradicciones entre lo normal-
anormal y normal-patológico. Lo anormal es considerado como algo que no encaja con otras
cosas, que es irregular y que está por fuera de la norma, y lo patológico son esos sentimientos,
pasiones, sufrimiento, que hacen que el ser humano encaje en esa normalidad. citando a
Aristóteles y Cicerón afirman que lo patológico es la vinculación de la pasión con la
perturbación y el sufrimiento y por ende, la pasión es la producción de sufrimiento.
Lo normal, concebido también como “algo previsible permite allanar el camino para situar
la producción de un saber sobre el cuerpo humano cuyo comportamiento está a merced de la
normalidad,” como órganos sometido a reglas precisas. Según los autores considerar lo
normal como connotación geométrica es ponerle una carga moral que complica la creación
de una nosografía psíquica desde la perspectiva médica de lo patológico o moral. Citan a
Immanuel Kant cuando dice que la ley moral puede ejercer sobre el sufrimiento.
Plantean tres formas de conocimiento que se han encargado de asentar la concepción de
normal en relación con la nosografía mental; la retórica, la estadística y la sociología. Para la
primera lo normal es todo aquello verosímil y aceptable, dentro de la cual toman como
ejemplo la estructura del lenguaje de la locura en la psiquiatría del siglo xvii, en el sentido
difuso de la locura, la multitud de palabras no son de sentido aprehensible y en el discurso
lacónico son pocas palabras en la que el sentido este concentrado, de forma similar se
diferencia entre locura y normalidad; la manera como los locos disimulan su locura permiten
mostrar la coexistencia de lo contrario en una misma expresión y la contradicción entre forma
y contenido. En cuanto a la estadística cita al astrónomo y matemático Quetelet, que funda
la idea de norma social, sobre la noción de media estadística, considerando la idea de un
individuo medio que garantice la normalidad de un grupo social.
En relación al concepto de salud, destacan la concepción de Canguillen que articula
normalidad con adaptación, indica que no hay un estado normal de la salud y que puede estar
definida positivamente en relación a una norma, consiste en la capacidad de gozar con las
normas existentes en una sociedad dada sin por ello ser excluidos de ella.
La norma social establece la noción de personalidad de base la cual se desarrolla en cada
sociedad mediante sus prácticas educativas y familiares, de este modo la normalidad es la
identificación a un ideal social según la clínica.
Para la sociología las enfermedades físicas y mentales se presentan en la vida del individuo
como hechos de la naturaleza. Sigmund Freud establece una transición entre neurosis y
normalidad, considera una separación entre normales-neurótico y resto de las formas
patológicas, argumenta que no es posible separar la normalidad física de la anormalidad,
logrando con esto demostrar que las mismas fuerzas que operan en a la vida psíquica normal
lo hacen también en lo patológico, lo normal no niega la realidad, pero se esfuerza en
transformarla. del mismo modo se le otorga irresponsabilidad al enfermo por sus actos.
Concede que la salud mental se empeña en armonizar al enfermo con su medio y trata de
paliar el sufrimiento incluso al punto de rebajarlo a la exclusiva condición de enfermo.

Enfermedades mentales como naturales y por ende orgánicas

en continuación, mencionan que a salud mental en la psiquiatría es reafirmada como una


creencia en una existencia natural de las entidades nosológicas. En la psicopatología general
la enfermedad es considera como una alteración estructural orgánica, la evolución y el
diagnóstico está determinada por la naturaleza misma de la enfermedad; argumentan lo dicho
citando a Sydenham, el cual a través de sus análisis de las manifestaciones, contribuyó a la
idea de identificar y clasificar las enfermedades desde una perspectiva estrictamente
naturalista, considera que en la naturaleza se pueden desarrollar distintos síntomas para una
misma enfermedad y pueden variar según el tipo de organismo o persona. definición que ha
estado en constante desacuerdo con la psicopatología patológica. Se empezó a reducir en el
siglo xix las manifestaciones anímicas en el campo de la enfermedad.
posteriormente, en la psicopatología psiquiátrica se han acogido dos orientaciones
nosológicas que intentaron darle sentido y significado a los términos de enfermedad; el
primero considera las enfermedades mentales como procesos naturaleza y los organismos y
segundo como una condición sindrómica que se limita a destacar la presencia de un único
síntoma para una única enfermedad, es decir, que un síntoma puede manifestarse en varias
enfermedades. Refieren que las enfermedades mentales son enfermedades autónomas e
independientes cuya sintomatología, curso y causa y sustrato corporal son propias y
características de cada una de estas.

Los autores consideran que han sido intentos fallido porque al encontrar alguna enfermedad
natural se le ha quitado la característica de mental y se ha errado en dejarlo en introducirlo
en el ámbito de la patología médica del stricto sensu, para apoyar lo anterior cita a tres autores
los cuales coinciden en que el error del descubrimiento de una enfermedad mental, está en
que al hacer una investigación particular se tiende a dar descripciones de unidades
nosológicas completas, como lo era en el caso de la demencia precoz y la locura maníaco
depresiva, es decir, que se debe investigar cada síntoma y causa de cada enfermedad por su
lado. La psiquiatría permanece estancada en los síndromes clínicos del grupo de la psicosis
maniaco depresiva, la hebefrénica y los delirios. Hasta finales del siglo xx su significación
sigue careciendo de fundamentos científicos para formular su evolución nosológica,
generando una crítica dentro de sí misma sobre las enfermedades mentales. Untando al
corazón de la nosología y nosografía kraepeliana.
Las visiones naturalistas de Kreplin consideran que las enfermedades son procesos de la
naturaleza que se desarrollan al margen de toda subjetividad, no tienen nada que ver con
construcciones discursivas si no con hechos objetivos. Únicamente es posible un concepto
cuando se conocen exactamente sus causas, síntomas, evolución y terminación de la
enfermedad. En cambio, Hoche dice los trastornos que llamamos endógenos son los que
tienen una tendencia especial a desencadenar complejos sintomáticos perforados. Además de
que dichas enfermedades tienen a que el cerebro reaccione en oscuridad a la conciencia.
Finalmente destacan que ambos modelos han contribuido a la construcción de sistemas
nosográficos, sin embargo, solo cuando se diagnostica al sujeto antes que la enfermedad es
lo que permitiría entender y precisar las modalidades de suplencia que se producen en la
psicosis estabilizada.

DESARROLLO DE LAS NOSOGRAFÍAS FREUDIANAS: NEUROSIS VS PSICOSIS

En las construcciones psicopatológicas las funciones psíquicas están susceptibles a un


rechazo o aceptación de la realidad.
El autor empieza su escrito con la explicación del modelo diseñado por Freud para para
comprender la articulación del yo en la construcción y organización del marco clínico de la
neurosis y la psicosis especialmente. El modelo diseñado por Freud es el de defensa
considerada por este como la forma en que el yo rechaza aquellas representaciones o serie de
representaciones que le parece o juzga inconcebible e inconciliable la cual supone la
instauración de tipo concreto de patología mental. Cita la primera síntesis nosografía de
Freud donde dice que la neuropsicosis de defensa integran la histeria la neurosis obsesiva la
fobia la psicosis alucinatoria y la paranoia. En su modelo de defensa articula la causalidad
psíquica y la sexualidad infantil, incluyó el síntoma en a en la dimensión biográfica del sujeto,
estableció que la categoría de nosografía son el resultado de cómo el sujeto emplea la defensa
ante un fracaso inherente, todo esto ayudó a la conformación clínica.
Posteriormente l autor pasa a exponer la construcción de la defensa en el YO. En lo retorno
de lo reprimido la estrategia defensiva consiste en la separación del afecto y las
representaciones. En la histeria y en las representaciones obsesivas, ocurre un
desplazamiento de un conflicto psíquico al funcionamiento corporal lo cual es definido por
Freud como conversión. El autor apoya lo dicho por Freud, sin embargo, resalta que la
representación inconciliable con el YO domina el pensamiento y que esas representaciones
obsesivas se desplazan al afecto angustiante. Además, tanto la neurosis obsesiva (a la que
añadió el acto y al afecto) como la histeria compone las dos grandes subestructuras de los
tipos clínicos neuróticos.
la segunda modalidad de defensa, se da cuando el yo rechaza tanto las representaciones como
el afecto y hace de cuenta como si nunca existieron es donde se empieza a desencadenar la
psicosis. La defensa de la psicosis se da cuando el sujeto trata de desaparecer esa
representación fragmentada objetiva de la realidad y es así como el fenómeno psicótico se le
presenta al sujeto como un carácter de vivacidad alucinatoria o de certeza inquebrantable. La
representación y afecto no se desplazan y retornan como certeza.
Afirma que en las construcciones psicopatológica las funciones psíquicas están susceptibles
de un aumento o disminución de afecto y de desplazamiento que se pueden difundir por la
huella mnémica de las representaciones.
Trae a colación las dos formas como Freud considera que se genera el trastorno psicótico; la
primera constituida por la ejecución de lo represión y la segunda cuando esa represión se
revela disfrazada, es decir, el retorno de lo reprimido. Los síntomas son unas formaciones de
compromiso entre las representaciones reprimidas y las represoras. Desglosa los cuatro
momentos de articulación entre la represión y retorno de lo reprimido que son; una vivencia
sexual traumática y prematura que fue necesario reprimir, una nueva represión que suscita el
recuerdo, un estadio de defensa lograda y un estadio caracterizado por el retorno masivo de
las representaciones reprimidas contra las que el yo nuevamente procura defenderse. De este
modo concluye que mientras el neurótico reprime la representación endopsíquica del
reproche contra el mismo que tanto le hace sufrir, el paranoico la rechaza.

Continúa explicando las tesis de la teoría sexual desarrollada por Freud cuando explicaba lo
d represión y la amnesia que ocurre cuando esta empieza a desaparecer. la sexualidad adulta
se desarrolla tras la represión de subordinación de la primacía genital obedecen a
perversiones de pulsiones parciales en este sentido Freud considera que la neurosis es ese
lado negativo de la perversión. Las neurosis de transferencia se caracterizan por el hecho de
que la libido se desplaza siempre hacia los objetos en vez de estar retirada sobre el yo, como
ocurre en las neurosis narcisistas. Esta primera acepción está íntimamente articulada a la
segunda: sólo las neurosis de transferencia (en el primer sentido) pueden convertirse en
neurosis de transferencia (segundo sentido), y por lo tanto serían las únicas analizables
dejando fuera las psicosis y las perversiones.
En sentido nosográfico, tipo de neurosis (histeria de angustia, histeria de conversión,
neurosis obsesiva) que Freud diferencia de las neurosis narcisistas dentro del grupo de las
psiconeurosis. Se diferencian de las neurosis narcisistas por el hecho de que la libido está
siempre desplazada sobre objetos reales o imaginarios, en lugar de estar retirada de éstos
sobre el yo. De ello resulta que son más accesibles al tratamiento psicoanalítico, ya que se
prestan a la constitución, durante la cura, de una neurosis de transferencia en el sentido.
Dentro de la teoría de la cura psicoanalítica, neurosis artificial en la cual tienden a organizarse
las manifestaciones de transferencia. Se constituye en torno a la relación con el analista;
representa una nueva edición de la neurosis clínica; su esclarecimiento conduce al
descubrimiento de la neurosis infantil. el término «neurosis de transferencia». En esta última,
la libido se encuentra «introvertida» o patentizada sobre el yo lo que reduce la capacidad de
los pacientes para transferir su libido sobre objetos y, en consecuencia, los hace poco
accesibles a una cura cuyo resorte fundamental es la transferencia. Es por ello que las neurosis
que constituyeron el primer objeto de la - cura psicoanalítica se definen como trastornos en
los que existe esta capacidad de transferencia, y se designan con el término neurosis de
transferencia». Freud establece (por ejemplo, en las Lecciones de introducción al
psicoanálisis una clasificación que puede resumirse así: las neurosis de transferencia y las
neurosis narcisistas forman dos categorías opuestas entre sí, dentro del grupo de las
psiconeurosis. Por otra parte, estas, en la medida en que sus síntomas son la expresión
simbólica de un conflicto psíquico, se contraponen -al grupo de las neurosis actuales, cuyo
mecanismo sería fundamentalmente somático. Señalemos que, si bien sigue siendo válida la
distinción de las dos clases de psiconeurosis, ya no se admite que puedan distinguirse entre
sí por la simple presencia o ausencia de transferencia. En efecto, actualmente se admite que,
en las psiconeurosis, la ausencia aparente de transferencia, la mayoría de las veces, no es otra
cosa que uno de los aspectos del modo de transferencia (que puede ser muy intensa) propio
de los psicóticos.

finalmente se afirma que la renegación es el punto de partida de la psicosis Advirtiendo que


la renegación afecta la realidad exterior. El neurótico reprime la existencia del ello, mientras
que el psicótico reniega esa realidad.

Idea personal:
Lo normal y lo patológico en el marco de los trastornos de la personalidad.
Los trastornos psicóticos son trastornos mentales graves que causan ideas y percepciones
anormales. Las personas con psicosis pierden el contacto con la realidad. Dos de los síntomas
principales son delirios y alucinaciones. Los delirios son falsas creencias, tales como la idea de
que alguien está en su contra o que la televisión les envía mensajes secretos. Las alucinaciones
son percepciones falsas, como escuchar, ver o sentir algo que no existe. como una situación de
enfermedad mental que presenta un desvío en el juicio de realidad. concebir que las
enfermedades mentales son por causas naturales y por ende orgánicas son cuestiones cortas a
mi parecer, una enfermedad un trastorno también puede ser ocasionados o desencadenados por
situaciones complicadas de la vida social, como lo es en situaciones de guerra, donde al escuchar
tantos sonidos pueden perturbar tu conciencia de la realidad y lo normal, entonces teniendo en
cuenta esto no se puede afirmar que sólo por cuestiones de la naturaleza se pueden
desencadenar. además como lo explica Freud en su escrito sobre la neurosis y al psicosis, estas
se desarrollan durante el tiempo en que el yo rechaza situaciones objetivas o externas al individuo
que no se quiere aceptar ya sea por obsesiones o perturbaciones sociales que te impiden aceptar
y llevar a cabo la experiencia negativa vivida. En la neurosis, aunque puede impedir realizar
actividades determinadas, no afecta en gran medida con las actividades de la persona,
mientras que en el caso de las psicosis al sujeto le resulta imposible llevar una vida normal.

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