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CIRA AllCil/MEDO

<los grrtn<les malrices liberales tienden a ignorar los coslos sociales y


•' ..
nacionales que conlleva la implantnción de estos proyectos frente a
una nuev;i r.pocn mundial. Nos prcgunlamos, por conlrasle, si desde
esas matrices es posible pcnsnr el fuluro de Améric;1 Latina, agobiada
por un colo.~al drenaje de capilalcs, con más de 300 millones de
habitantes en condiciones de pobreza crítir:a y donde los consensos
nrnyoritarios 111;Ís permanentes, han tendido ;¡ vertebrarse alrededor de
olrns ideas.

IV
LAS OTRAS IDEAS EN AMÉRICA LATINA

l. El. l'llNTO DE VISTA 1'01'\.IL/\R L/\llNOA~IERICANO

La evolución de la historia humana, signada por conflictos, gue-


rras y antagonismos, impide que los hechos puednn ser relatados con
objetividad. Más all;í de quiénes detenten el poder, del refinamiento
de las interpretaciones. de la <lescaliricaeión <le vastas cultur;is, <le los
triunfos y derrotas, de los predominios ideológicos o académicos, los
grandes hechos históricos han dado siempre lugnr ;¡ distintas versio-
nes 1• El ca níctcr polémico de la filosofía y las ciencias socia les es
resultante de esas diversas perspectivas, que otorgan sustento a los
marcos teóricos y a las propuestas políticlls; lo cual obliga a definir
el f11gnr epistemológico desde el cua 1 se funda mentan .
En América Latina, el punto de vista popular recupera los
rel<tlos de las alteridades excluidas por las corrientes eurocén-
lricas. Impone el reconocimiento del otro históricamente mc-
nosprecia<lo:, de los significados y tradiciones que alimentan la

¡ "visión de los vencidos"\ "la otra cnra de In conquista'"'.


Considera que las concepciones de esos "bárbuos más fanáticamente
hostiles a los extrnnjeros" 5 contienen potenciales teóricos. emergentes
1

t 'fcimann, .José Pablo: Filosofía y Noción, [Juene>s Aires, Lcgasa, t 984.


- Roig, Arturo Andrés: "La filosofía de la historia desde ei punto de vista tlel discum1
filosófico-político" (mimeo).
~Totlorov, Tzvetan: Lo co11quístn de América: el prohlemo del orro, México, Siglo XXI,
1987.
'Gari ba y, Ángel: \1isiñ11 de las vc11cídos: rclocio11es i11dígc11os de la co11q11isto, Buenos
Aires, Cimarrón, 1971.
• Pla, Alberto: Lo otra coro de lo co11q11isro, 13ucnos Aires, Centro Etlilnr de América
L1tina. Biblioteca fundamental del hombre moderno. 1972.
'Marx, Carlos; Engcls, Federico: Lo ideología a/emano, Mosctí. Progreso, 1976.
.,
.J

AI.Cllv\ A!lGllMEDO
Los SILENCIOS y LAS VOCES f:N AMERICA LATINA

de las experiencias vilalcs y de las expresiones culluralcs de un los límiles y falencias del proyecto de la modernidad; a n;sallar los
sujeto social heterogéneo, que encuenlra sus puntos de unidad en una aspeclos silenciados de la historia y del presente, donde se enc·t;e;Í~·
historia comú11 de rcsistcncias y desgarramienlos, Je sueltos de dig- tran las claves y valores !'undantes de las propuestas alternativas
nidad y aulonomía. Hisloría inlegrada por innumerables idcnlidadcs y !'rente a la modernización salvaje que nuevamente pretende consoli-
saberes, que ha ido generando lineamícnlos comparlidos; una matriz darse en la región. La posición nacional latinoamericana, _significa
dt: pt:nsamicnlo n1yos rasgos esenciales asumen lo que Arturo enlonccs concebir la historia y el futuro desde un st1jeto colectivo, .
Ja u relc he ! lama ra u na posición nacional, que es ta mbié.n la linoa me- compueslo por múltiples fragmentos sociales, rico en expresiones
nea na: parlicularcs y en yuxtaposiciones. Es la mirada de los protagonistas
de la otra historia de estas tierras, presente en las luchas·-
La expresión "posición nacional" admite baslanle latilud, independentistas, en los movimientos de resistencia, en ios proyectos
pero enlendemos por tal una línea política que obliga a políticos Je reivindicación nacional y social.
¡wnsar y dirigir el destino del país en vinculación directa En esta perspectiva, el lema de la heterogeneidad socia 1 de Amé-
con los intereses de las masas populares, la afirmación de n ca Latina no surge como consecuencia de la crisis de los Pª!:acl)g:_~ _.
nueslrn independencia política en el orden internacional v mas occidenlaics. Si se logra romper con la visión que reconoce _una
la asp,iraciún de una realizació11 económica sin sujeción ;1 única transepisteme curopcizanle y se mira la historia de los otros
intereses imperiales dominantes. Esta posición no es una pcnsalllientos y experiencias políticas lalinoatllcricanas, se hará evi-
doctrina sino el abecé, d planleo elemenlal y mínimo que dcnlc que desde hace varios siglos, para ellos esa problemática apa-
-)~ requiere la realización de una nacio11alidad, es decir, la rece como un dalo constitutivo. Ya en las proclamas de Tupac Amaru
afinnación de su ser. No supone ni una doclrina económica se reconoce la compleja diferem:iación social, étnica y cultural de las
o social de carácter universa lista, por nHÍS que no pueda ni capas populares y Bolívar o Marlí remarcan la original composición
deba prescindir de una visión de conjunlo en el mundo, ni de nuestros pueblos; el respeto a las identidades y la búsqueda de
lampoco una doctrina inslilucional, pues todas son contin- lineamientos de unidad; la aspiración de alcanzar una fusión de san-
gentes al momenlo histórico y sus condiciones 6 • gres sin "elegidos" genéticos o cullurales que permitiera encontrar
sendas cotllunes de justicia y libertad.
Este mirar desde el espacio social e histórico de las masas popu-
La metáfora hegeliana del atllo y el esclavo es útil para pregun-
lares lat111oan1cricanas, fundamenta una rilosofía y un conocimicnlo
la rse acerca del lugar e pis lemológico de las mayo rías la tí noa merica-
que mTcsariamcnlc piensa la hisloria y el devenir humano "lambíén
nas en la escena mundial. Sin penetrar en el complejo despliegue de
desde la t·sdav1tud y la servidumhrc" 7 • Un lugar epistemológico que
esa dialél'lica'', inlercsa !elomar la potencialidad que Hegel olorga ni
lleva a cva lua r críl íca mente las corrientes ideológicas del Norte ex-
esclavo para percibir el desarrollo de la totalidad del proceso histó-
presadas en el escenario político e.Je nuestros países prcgunlando, en
rico, en lanlo la historia del esclavo sólo puede hacerse inteligible al
cada coyuntura h1slórica, por el papel que ellas fo olorgan a las
incorporar la presencia del amo, mientras quien ocupa este últilllo
mayorías sociales del continente. _!~l. pensar desde América Latina
lugar tiende a pensar su propia historia parcial como la historia. En
~~:._quiere un í nslru menta 1 teórico-conceptual que recupere las resistcn-
la filosofía de Marx se reemplaza la figura del esclavo por la 'deT
c.ias cu ltu rn les. las manil'eslacioncs políticas de masas, las geslas, la
proletariado industrial, otorgándole el privilegió epistel116ló'gieo--de
ltteralura. el ensayo, las formas de conocimiento y las menlalidadcs
contemplar el devenir histórico sin distorsiones; como el sujeto..social'
populares; los leslimonios, las microhislorias, las fiestas, los peque-
que contiene la virtualidad de formular el único conocimiento válido
iíos o grandes episodios de dignidad; los saberes que eslán en las
y verdadero. El sujeto cuya existencia genera las condiciones para
"orí IJ;1s de la ciencia " 8 • Un pensamiento crítico dirigido a cuestionar

1crn1onv, Uucnos Aires. Puntosur. 1987.


".laurelchc. Arlurn: FO/U,\ y la J)Jcat/11 Infame, Buenos Aires. Peña Lillo, ! 973. - Albo, Xavícr: .. Nuestra identidad a parlir del pluralismo de base" en fm<Ígenes
'Zca. l .c'<>pnldo: l.1111111111111ér1ca, Tercer 1H1111tlo, Méxicn, Extcmpor;íncos, ! 977. desco11ocidas: la motla111<!11tl c11 la c11crucij11da pos/modcrmt, Buenos Aíres, CLACSO,
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~ Ford. Aníbal: Desde la orí/lu de la c1e11cia: ensayos sobre itlenlidad, cultura y de Cultura Económica. Colccciú11 Tierra Firme. 1981.
J\i.CIRA ARG\IMEDO Los SILENCIOS y LAS V<XT~ EN J\M('.RICA LATINA

develar las formas no distorsionadas del des;irrollo de lo social y, que el período de la modernidad no ha significado lo mismo p;ira J;is
desde las contradicciones del presente, dar cuenta al mismo tiempo m;is;is desheredadas ele Amé.rica L;1tina que para el mundo centr;il de
de una interprctación distinta de la historia y de una propuesta reso- Occidente. Una visión crítica de la modernidad desde el nosotros
lutiva hacia el futuro. Marx ennrnrca esta metMora en una concep- popular la tinoa me rica no obliga ;i incorporar tnmlJién J;is experiencias
ción histórica y de la 1rnturaleza del hombre que se desplegarían - presentes en la cultura, los sentimientos y la vida cotidi;ina de las
a través del desarrollo universal de las fuerzas productivas y de la mayorfas sociales, con un criterio distinto para establecer los hechos
constitución del mercado mundial- eliminando las diferencias nacio- que lrnn ele ser consideraclos en la interpretación de los procesos
nales y las identidades culturales, como aspectos regresivos, secunda- históricos .
rios, no constitutivos de lo humano. De esta manera , );¡ evaluación de la moderniclad requiere algo
Por el contrnrio, al situ;ir en la figurn del esclavo a las cJ;ises 111;ís que una autocríticn ele las concepciones curope;is. El b;ilance
populares de Amé.rica L1tina se hace evidente la presencia ele una debería escuchar las versiones larga mente negad;is, reconocer a esos
doble ch111lictualic.lad, de un doble acoso: la expoliación social y la otros c¡ue portan un pensamiento distinto; una matriz autónoma con
suborclinacion cultural. La pérclicla ele autonomía en el "tener" - disímiles significantes y entra nrndos conceptu;i les; con va lores, aspi-
como participa\·ícín justa en las riquezas y los beneficios socialcs- raciones y creencias que se cliferencian de las corrienlcs hegemónicas
y en el "ser" entendido como la pertenencia a una co1111111idad cul- del saber y el conocimiento occidental. Se !rala, en síntesis, de in-
tural10. Las resistencias a este doble sometimiento implantado en el rnrporar la tolalidad de los relatos, el conjunto de las ideas y dis-
continente, que adquiriera innumerables rormas en los dircrcntcs pulas que emergieron como rcsistenci;is y como una crítica profunda
períoclos y coyunturas, clan cuenta del conflicto en las versiones de a ese otro rostro de );¡ modernidad.
l;i historia: L1 supuesta clispersión de los conocimienlos; los planteos que
reivindican las frngmentaciones de la totalidad, eluden las preguntas
Por eso mismo vendrá ;¡ poner en entredicho aquella sobre las grn ndes confrontaciones de la historia y pla nlea n nuevos
"historia mundial" que se organizó sobre una divisicín de silencios acerca de quienes legítimamente se integran o no en las
hombres que habían "entraclo" en ella y de hombres, en socieclades humanas. Hacen referencia a un todo c¡ue nunca incorporó
algunos casos simplemente subhombres , que no lo lwbían a todos los hombres en su carfrter de tales. La realidacl de la ex-
hecho ni t;il vez lo podrían Jrncer. Y de la mísnrn manern plotación no se dispersa, las relaciones de dominio se concentran
ha !mí de quedu en cuestión la tesis segÍI n J;i eua 1 había un cada vez m;ís rígiclamente sobre sujetos que buscan revertir un pre-
cierto grupo privilegiado perteneciente a una cleterminad;i sente insoportable. La "crisis de los paradigm;is" cslablccc así una
cultura, y dentro ele ell;i a ciertas naciones, que h;ibían antinomia: como evitar "los deseos de totaliz;ición que sie:mpre han
recibido la misión de hacer entrar a los dc1rnís hombres en contribuido a aumentar la inlolcranci;1 bajo el pretexto de la superación
;iquella histori;i . 11 enriquecedora de lo <lil"crente" 12 y al mismo liempo cvit;1r los silen-
cios como otra forma de totalización ahsolutizante y represiva.
E5ta posición no pretende invertir el espqo excluyente del
Los fenómenos de la historia desbordan las opciones entre Kant
etnocentrismo europeo. No se plantean sistemas cerrados, de una
y Hegel o entre Weber y Marx si se incorporan otras voces . Si se
lógica implacable c¡ue, a partir de la clefinición del sujeto ele la
asume una perspectiva y un concepto diferente de totalidad que in-
historia y del privilegio epistemológico, afirman un concepto de ver-
cluye en el concepto de lo hunwno a vastas capas sociales de las
dad cuyo portador exclusivo es ese sujeto y justil'ican J;i opresión de
regiones perirérirns.
quienes no ingresan en el círculo de los selectos. Pero es evidente
Li crítica a la Razón marxista tolalizante , desplegada en el debate
europeo , lrnbililó cl resurgimiento de las vertientes liberales y sus
'" Cullcn, C;i rlos: Ser y c.1·rnr: el proh/r:mn de In culflrrn. Ros ario. f-1111<.l;iciún Ross , t 986.
-Slavcnhagcn, Adoll"o: "'L;i cullura populu y l;i cre;icicín i111elccl11al"" en Colombres,
Adolro (comp.): l,n culrurn populnr, PremiMLa red de Jon~s. l'uchla. !987. 'º l'isci lclli. J\lcjnndrQ: '·Poslmoucrnid;id e ídcnlíund In tí1ni;1111erica na ·· en Cuadernos de
-Kusch, Rnunlfo: l,n scducci611 de In barbarie: análisis herético de 1111 co11ti11c11tc In Co111r111n NºIO, Snnln Fe, Municip;iliuau Je l'uerln (ir;il. San Mar1í11. !988.
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11
Roig. Arturo Anurés : Teorírr y crítrcn, op. cit. dc:sconocidns .. . op. cit.

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ALCIRA AIUil!Mt:DO
!.os S11.1.':\<'I'.'' y 1.,\S Yrr1 ·~ l :S A~ll ' lllCA LATINA

rundamenlos epislenwlógicos. Pero el conl1iclo enlre saber parcializado 2. ÜRÍGENES DE LAS IDEAS NACIONAL-l'Ol'lJLARES EN AMÉRICA LATINA
o lolalización sólo se reformula a partir del reconocimiento e.le Ja
legilimidac.l de olros saberes, que significa una ruptura con la tulela En líneas generales, i~na mirada histórica de las fuenles y _Jo?_
cienlificisla 13 y lambién con la tra11sepis1e111e eurocénlrica. principales procesos c¡ue influye.ron en la conformación de las ideas
Sólo a parlir de la! ruptura es posible eslableccr Jos límiles de nai.:ionalcs y populares en nueslro conlinenle, pem1iiiría seüalar cua-
una visión abslraclamenle homogeneizante de Ja "naturaleza humana tro grandes períodos.
universal", de la "cullura universal", del clnocentrismo occidenlal
que, en nombre del progreso y la civilización, reclamara para sí el a. Las culturas precolombinas
c.lcrecho ck imponer sus inlereses a los pueblos de ullramar:
En primer lugar, la existencia de m1merosos pueblos que habían
E~la idea del universalismo es cara ai nacionalismo de los alcanzado diverso grado ele desarrollo y refinamiento según las zonas
países imperialislas cuya c.lominación es seguida en loe.los en el momento de la llegadú de espaüolcs y portugueses. Las grandes
los casos por el desarme cullural de los pueblos somclidos culluras azleca, 111aya o incaica mostraban por enlonces un disímil
y la lransferencia de las valoraciones del país colonizador esplendor, asentadas en estrucluras productivas, 111odos de organiza-
a las arislocracias posternadas de las colonias. Es imposible ción social, conslruccioncs de riego y 11uviales, desarrollo urbano y
que un pueblo se conciba a sí mismo a través e.le olras arquileclónico , expresiones a rtísl icas y artesa na les, que podían ser
rn lt u ras-ni las capas coloniza e.las lo logran ple na mcntc- comparadas. y en 111uchos casos superaban, ios alcances contemporá-
y cuando n¡¡Ís, los valores universales se ven siempre desde neos de la cullurn europea. En olras iÍreas, las etnias lupí-guaraní.
una pe rspccliva rn llura 1propia. Tal vez sea posible vivirlos, chibchas , mapuches. caribes, charrúas, lobas. huarpcs -por mencio-
pero siempre c.lt'.Sde el "nosolros" cullural al que se perte- nar sólo algunas- con menor evolución en delerminados aspeclos,
nect·.... por eso los pueblos jamás son extranjerizantes ... 14 habían alcanzado importantes niveles de adaplación tecnológica al
medio en el cual se desarrollaban. Pero !al vez en ellos lo m;ís
El proceso tic la conquisla y la colonización planteó a Jos pueblos significalivo fueran sus paulas socio-culturales marcadamente
precolo111bi nos y a los conlingenles esclavos una solución de conli- igualilarias, las lradiciones religiosas de gran belleza y poesía y un
nuidad_ de lal 1uagnítud con su existencia anterior que, para las sentic.lo de la solidaridati y las actividades colectivas, que daba a
111ayor1as sociales que ltcnen sus raíces en ellos, se hace imposible cslos grupos humanos una fuerle cohesión social 1" . Y s1 los mayas
pensar el desarrollo hislórico en lérmínos lineales, como una evolu- conocían la bóveda celeste y crearon un calcntia rio llliÍS exacto que
ción conlinu;1 y asccndcnle . Esa experiencia fundacional y lra11nHític;1 el gregoriano . poseían un sistema numérico c¡ue incluía el cero y una
--c¡ue sení al mismo líempo un impulso para la paulatina arliculación escrilura parcíalmenlc t'onética 17 • Si la ciudad de Tcnochtilliín podía
de las historias parc iales dcsarroll;1das en las dislinlas regiones- se considerarse de una eslt;lica lan deslumbranlc como Vcneeia o la
••• J reproduce en los interrogantes y contradicciones más sustantivos del imponencia del Cuzco se: equiparaba a las c iudades ele la anligua
prcscnle . En un punlo e.le vista que recoge la experiencia de cinco Grecia; no menos sulilcs eran las creencia s, la música y las coslum-
siglos y cuestiona scveramenle la lógica de las relaciones impueslas brcs guaraníes, aco111paiiadas de un desarrollo de la rarn111copea ve-
.:/ a .las clases populares lalinoamericanas por e! Occidenlc cenlral y sus gelal cuy'o valor es reconocido por la ciencia moderna. La búsqueda
aliados locales. Que se pregunta si es ésle el resullado necesario del de la Tierra Sin Mal de los mbyit en el Brasil; los rilos del nguillalún
progreso, si es ésle el único papel que le cabe a América Latina en -rogaliva anual en la que toda la comun idad hace el balance, co-
el despliegue de la hisloria universal 15 • leclivo e¡ individual del aüo lranscurrido- o el milo de la creacmn
en ese diálogo enlre Chachao y Gualicho que lleva a las genles a

'' Pisci1clli. i\lt:jan<lrn: op. cit.


· t'
"lkrn<in<lcz 1\rrcgui . .luan Josc : ¿Q11é es el ser 1111cio1111l?. Buenos i\ ircs, Plus Ultra .
.·, (1)73. 1
• llihciro. Darcy : /."·'· 1\m.Jnc11s y /" cfrili:11c1ó11 . !luc11os t\ircs. Ccn1ro E<lilor Jc
"Wilncr. Norhcno : l.11 rcc11pcracitÍ11 de /11 historia, Buenos Aires, Cimarrón, [1)73. t\mcr1ca La1ina. 1964.
1
- l'o<lclli, i\111clia : " llac:iun;iliUa<l , irrac:iunali<la<l y Tercer Munuo ... Prólogo a Wilner. ' J\11s:il<li . Wal<lo : ··1;1 nos1algia <lt: la héala por 1:1 virgini<la<l no pcr<li<la: ;i propósito Jci
Norhcrlo: Ser socrnl y Tercer M1111do. Buenos Aires. Galerna, J 969. quinlo cc111cnano <l e 1111 (des) t:11cuc111ro··. en J)111·ul y Goliath t\iio XVIII N'54,
llucnns 1\ircs. CL/\CSO, febrero de 1989.

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