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UNIVERSIDAD AUTONOMA CHAPINGO

INGENIERÍA MECÁNICA AGRÍCOLA


DIMA 5º 1

Ciencia de los materiales

Investigación de los tratamientos térmicos y


termoquímicos.

NOMBRE: VAZQUEZ PEREZ LIDIA

PROFESOR: Humberto Sebastián García.

CICLO ESCOLAR 2019

Km 38.5 carretera México - Texcoco, 56230 Texcoco de Mora,


24/05/2019Méx.

Tratamientos térmicos del acero.


Se trata de variar la temperatura del material, pero sin variar la composición
química.
OBJETIVO: Mejorar las propiedades de los metales y aleaciones, por lo general,
de tipo mecánico. En ocasiones se utiliza este tipo de tratamientos para,
posteriormente, conformar el material.
A. Temple
El temple se utiliza para obtener un tipo de aceros de alta dureza
llamado martensita. Se trata de elevar la temperatura del acero hasta una
temperatura cercana a 1000 ºC y posteriormente someterlo a enfriamientos
rápidos o bruscos y continuos en agua, aceite o aire.
La capacidad de un acero para transformarse en martensita durante el
temple depende de la composición química del acero y se denomina
templabilidad.
Al obtener aceros martensíticos, en realidad, se pretende aumentar la dureza.
El problema es que el acero resultante será muy frágil y poco dúctil, porque
existen altas tensiones internas.
Ensayo de templabilidad o ensayo de Jominy
El ensayo de Jominy consiste en templar una muestra estándar de acero llamada
probeta con un chorro de agua de caudal y temperatura constante.
La temperatura de la probeta se eleva y se proyecta el chorro de agua por uno de
los extremos de la probeta. Ese extremo de la probeta se enfriará rápidamente,
sufriendo el temple y será más duro que el otro extremo. Luego se mide la dureza
de la probeta cada 1,5 mm a lo largo y se traza la curva de templabilidad. La curva
de templabilidad asegura que si la dureza disminuye rápidamente conforme nos
alejamos del extremo templado, el acero tendrá una templabilidad baja, mientras
que los aceros cuyas curvas son casi horizontales serán de alta templabilidad, es
decir, susceptibles de endurecerse rápido cuando sufren temple.
Corresponde a dos ensayos de Jominy con dos materiales diferentes.
En vertical se presenta la dureza y en horizontal se presenta la distancia desde
el extremo templado.
Se observa que, a medida que nos alejamos del extremo templado, la dureza
(HRC) disminuye.
Se puede observar que el descenso de la dureza en la curva inferior es más
rápido, con lo cual podemos afirmar que, en ese caso, la probeta tendrá baja
templabilidad, es decir, que ese acero tiene menos capacidad para transformarse
en un acero de alta dureza (martensita) cuando se enfría rápidamente con un
líquido (normalmente agua).
B, Revenido
El revenido es el tratamiento térmico que sigue al temple. Recuerda que un acero
templado es aquel que tiene una dureza muy alta (llamado martensita), pero tiene
el inconveniente de ser frágil y poco manejable porque tiene tensiones internas.
El revenido consiste en calentar la pieza templada hasta cierta temperatura, para
reducir las tensiones internas que tiene el acero martensítico (de alta dureza).
De esto modo, evitamos que el acero sea frágil, sacrificando un poco la dureza.
La velocidad de enfriamiento es, por lo general, rápida.
C. Recocido
El recocido consiste en calentar un material hasta una temperatura dada
y, posteriormente, enfriarlo lentamente. Se utiliza, al igual que el caso anterior,
para suprimir los defectos del temple.
Se persigue:
– Eliminar tensiones del temple.
– Aumentar la plasticidad, ductilidad y tenacidad del acero.
¿Cómo se practica el recocido?
– Se calienta el acero hasta una temperatura dada
– Se mantiene la temperatura durante un tiempo
– Se enfría lentamente hasta temperatura ambiente, controlando la velocidad
de enfriamiento.
Si la variación de temperatura es muy alta, pueden aparecer tensiones internas
que inducen grietas o deformaciones.
El grado de plasticidad de que se quiere dotar al metal depende de la velocidad
de enfriamiento y la temperatura a la que se elevó inicialmente.
Tipos de recocido
Recocido de homogeneización
En el recocido de homogeneización, propio de los aceros hipereutectoides, la
temperatura de calentamiento es la correspondiente a A 3+200 °C sin llegar en
ningún caso a la curva de sólidos, realizándose en el propio horno el posterior
enfriamiento lento, siendo su objetivo principal eliminar las heterogeneidades
producidas durante la solidificación.
Recocido de regeneración
También llamado normalizado, tiene como función regenerar la estructura del
material producido por temple o forja. Se aplica generalmente a los aceros con
más del 0.6% de C, mientras que a los aceros con menor porcentaje de C sólo se
les aplica para finar y ordenar su estructura.
Ejemplo:
Después de un laminado en frío, donde el grano queda alargado y sometido a
tensiones, dicho tratamiento devuelve la microestructura a su estado inicial.
Recocido de globulización
Los valores más altos de embutición por lo general están asociados con la
microestructura globulizada que solo se obtiene en un rango entre los 650 y 700
grados centígrados. Temperaturas por encima de la crítica producen formación de
austenita que durante el enfriamiento genera perlita, ocasionando un aumento en
la dureza no deseado. Por lo general piezas como las placas para botas de
protección deben estar globulizadas para así obtener los dobleces necesarios para
su uso y evitar rompimiento o agrietamiento. Finalmente son templadas para
garantizar la dureza. Es usado para los aceros hipereutectoides, es decir con un
porcentaje mayor al 0,89 % de C, para conseguir la menor dureza posible que en
cualquier otro tratamiento, mejorando la maquinabilidad de la pieza. La
temperatura de recocido está entre AC3 y AC1.
Recocido de subcrítico
Para un acero al carbono hipoeutectoide: La microestructura obtenida en este
tratamiento varía según la temperatura de recocido. Por lo general las que no
excedan los 600 grados liberarán tensiones en el material y ocasionaran algún
crecimiento de grano (si el material previamente no fue templado). Generalmente
mostrando Ferrita-Perlita. Por encima de los 600 y bajo los 723 se habla de
recocido de globulización puesto que no sobrepasa la temperatura crítica. En este
caso no hay grano de perlita, los carburos se esferoidizan y la matriz es totalmente
ferrítica. Se usa para aceros de forja o de laminación, para lo cual se usa una
temperatura de recocido inferior a AC1, pero muy cercana. Mediante este
procedimiento se destruyen las tensiones internas producidas por su moldeo y
mecanización. Comúnmente es usado para aceros aleados de gran resistencia, al
Cr-Ni, Cr-Mo, etcétera. Este procedimiento es mucho más rápido y sencillo que los
antes mencionados, su enfriamiento es lento.

D. Normalizado
Este tratamiento se emplea para eliminar tensiones internas sufridas por
el material tras una conformación mecánica, tales como una forja o laminación
para conferir al acero unas propiedades que se consideran normales de su
composición.
El normalizado se practica calentando rápidamente el material hasta
una temperatura crítica y se mantiene en ella durante un tiempo. A partir de
ese momento, su estructura interna se vuelve más uniforme y aumenta la
tenacidad del acero.
Tratamientos termoquímicos del acero
Mediante este tipo de tratamientos, el metal sufre procesos de calentamiento
y enfriamiento y se varía la composición química superficial de los aceros,
adicionando otros elementos para mejorar las propiedades en la superficie,
principalmente la dureza o resistencia a la corrosión, sin modificar otras
propiedades esenciales tales como ductilidad.
Los tratamientos termoquímicos son tratamientos térmicos en los que, además de
los cambios en la estructura del acero, también se producen cambios en
la composición química de la capa superficial, añadiendo diferentes productos
químicos hasta una profundidad determinada. Estos tratamientos requieren el uso
de calentamiento y enfriamiento controlados en atmósferas especiales.
Entre los objetivos más comunes de estos tratamientos están aumentar
la dureza superficial de las piezas dejando el núcleo más blando y tenaz, disminuir
el rozamiento aumentando el poder lubrificante, aumentar la resistencia
al desgaste, aumentar la resistencia a fatiga o aumentar la resistencia a
la corrosión.
Cementación (C):
aumenta la dureza superficial de una pieza de acero dulce, aumentando la
concentración de carbono en la superficie. Se consigue teniendo en cuenta el
medio o atmósfera que envuelve el metal durante el calentamiento y enfriamiento.
El tratamiento logra aumentar el contenido de carbono de la zona periférica,
obteniéndose después, por medio de temples y revenidos, una gran dureza
superficial, resistencia al desgaste y buena tenacidad en el núcleo.
Nitruración (N):
al igual que la cementación, aumenta la dureza superficial, aunque lo hace en
mayor medida, incorporando nitrógeno en la composición de la superficie de la
pieza. Se logra calentando el acero a temperaturas comprendidas entre 400 y
525 °C, dentro de una corriente de gas amoníaco, más nitrógeno.
Cianuración (C+N):
endurecimiento superficial de pequeñas piezas de acero. Se utilizan baños
con cianuro, carbonato y cianato sódico. Se aplican temperaturas entre 760 y
950 °C.
Carbonitruración (C+N):
al igual que la cianuración, introduce carbono y nitrógeno en una capa superficial,
pero con hidrocarburos como metano, etano o propano; amoníaco(NH3)
y monóxido de carbono (CO). En el proceso se requieren temperaturas de 650 a
850 °C y es necesario realizar un temple y un revenido posterior.
Sulfinización (S+N+C):
aumenta la resistencia al desgaste por acción del azufre. El azufre se incorporó al
metal por calentamiento a baja temperatura (565 °C) en un baño de sales.

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