Vous êtes sur la page 1sur 2

EUTANASIA

El término eutanasia deriva del griego: ευ eu (‘bueno’) y θάνατος thanatos (‘muerte’). Este significado
etimológico, sin embargo, ha dejado de tener uso social. Modernamente el término eutanasia se refiere a la
conducta (acción u omisión) intencionalmente dirigida a terminar con la vida de una persona que tiene una
enfermedad grave e irreversible, por razones compasivas y en un contexto médico.

Según el Diccionario de la Real Academia Española, eutanasia es la «acción u omisión que, para evitar
sufrimientos a los pacientes desahuciados, acelera su muerte con su consentimiento o sin él» y, en el ámbito de
la medicina, «muerte sin sufrimiento físico».

Según la Asociación Médica Mundial, es un «acto deliberado de poner fin a la vida de un paciente, aunque sea
por voluntad propia o a petición de sus familiares».

La Organización Médica Colegial española (OMC), por su parte, entiende que se trata de «la acción u
omisión, directa e intencionada, encaminada a provocar la muerte de una persona que padece una enfermedad
avanzada o terminal, a petición expresa o reiterada de esta .

Tipos de eutanasia:

 Eutanasia voluntaria: la que se lleva a cabo con consentimiento del paciente.


 Eutanasia involuntaria: la practicada contra la voluntad del paciente, que manifiesta su deseo de no
morir. Más que de eutanasia habría que hablar de homicidio [4].
 Eutanasia no voluntaria: la que se practica no constando el consentimiento del paciente, que no puede
manifestar ningún deseo, como sucede en casos de niños y pacientes que no han expresado directamente
su consentimiento informado.
 Eutanasia activa: la que mediante una acción positiva provoca la muerte del paciente.
 Eutanasia pasiva: el dejar morir intencionadamente al paciente por omisión de cuidados o tratamientos
que están indicados y son proporcionados. Suele hablarse de eutanasia sin más.
¿CÓMO QUEREMOS MORIR?  Todos queremos una buena muerte, sin que artificialmente nos alarguen la agonía,
ni nos apliquen una tecnología o unos medios desproporcionados a la enfermedad.  Todos queremos ser tratados
eficazmente del dolor, tener la ayuda necesaria y no ser abandonados por el médico y el equipo sanitario cuando la
enfermedad sea incurable.  Todos queremos ser informados adecuadamente sobre la enfermedad, el pronóstico y los
tratamientos que dispone la medicina, que nos expliquen los datos en un leguaje comprensible, y participar en las
decisiones sobre lo que se nos va a hacer.  Todo queremos recibir un trato respetuoso, que en el hospital podamos estar
acompañados de la familia y los amigos sin otras restricciones que las necesarias para la buena evolución de la
enfermedad y el buen funcionamiento del hospital.
EL PAPEL DEL MÉDICO El acto médico se basa en una relación de confianza donde el paciente confía al médico el
cuidado de su salud, aspecto primordial de su vida, de sí mismo. En la relación entre ambos no puede mediar el pacto de
una muerte intencionada. La eutanasia significará el final de la confianza depositada durante milenios en una profesión
que siempre se ha comprometido a no provocar la muerte intencionalmente bajo ningún supuesto. La eutanasia
deshumanizará la medicina. Solamente desde el respeto absoluto es posible concluir que todas las vidas humanas son
dignas, que ninguna es dispensable o indigna de ser vivida. La eutanasia frenará el progreso de la medicina. Los
médicos se irán volviendo indiferentes ante determinados tipos de enfermedad, no habrá razones para indagar en los
mecanismos patogénicos de la senilidad, de la degeneración cerebral, del cáncer en estadio terminal, de las
malformaciones bioquímicas o morfológicas, etc. La solución pasa por dar un cuidado integral a quien pronto va a
morir, tratándole tanto sufrimientos físicos como los sufrimientos psíquicos, sociales y espirituales. Este es el
fundamento de la Medicina Paliativa que desde la perspectiva del respeto absoluto debido a toda persona y ante los
límites terapéuticos de la propia medicina, pasa a controlar los síntomas de la enfermedad, especialmente la presencia de
dolor, acompañando al enfermo hasta la muerte.
Caso:
Audrey Parker, una maquilladora profesional de 57 años de edad, falleció el pasado 1 de noviembre en su casa de
Halifax (Nueva Escocia) por medio de una inyección administrada por un médico. El cáncer de mama, que le fue
diagnosticado en 2016, se había propagado ya a otras partes de su cuerpo, provocándole dolores insoportables. Unas
horas antes de su deceso, Parker dijo que debió recurrir a la muerte asistida antes de la fecha que habría deseado, en
razón de lo estipulado en la ley canadiense.
“No puedo predecir en qué momento el cáncer afectará a mi cerebro o qué otra cosa me pondrá más enferma. Yo quería
llegar a Navidad y Año Nuevo, mi época preferida del año, pero perdí esta posibilidad por culpa de una ley federal mal
concebida”, escribió Parker en su portal de Facebook. La ley canadiense de ayuda a morir, que entró en vigor en junio
de 2016, establece que las peticiones deben ser aprobadas primero por dos médicos. Posteriormente, la persona que
recibirá esta asistencia tiene que estar consciente y con lucidez en el momento de dar su consentimiento final. “Quienes
ya hayan pasado la evaluación y recibido la aprobación deberían tener la posibilidad de escoger el momento propicio
para morir por medio de una petición anticipada”, manifestó Parker en la red social.
MÁS INFORMACIÓN
 Canadá abre el debate sobre si permitir la eutanasia en niños
 Ve preparando tu muerte
El caso de Audrey Parker incrementa el debate en Canadá sobre la necesidad de reformar la ley. Unos 3.800 canadienses
han puesto fin a sus días desde su entrada en vigor. En su forma actual, la reglamentación obliga a varios individuos —
como sucedió con Parker— a elegir entre un fallecimiento prematuro y periodos de intenso dolor físico y emocional.
Cabe señalar que Bélgica y Holanda permiten las peticiones de muerte asistida con antelación.
Shanaaz Gokool dirige la organización canadiense de Dying With Dignity. Cuenta a EL PAÍS que habló con Audrey
Parker dos semanas antes de su muerte. “Nos ayudó a comprender la situación de estas personas que no fueron tomadas
en cuenta en la ley. Es una violación contra sus derechos y que se está tolerando”, afirma vía telefónica desde Toronto.
El mismo día de la muerte de Parker, Ginette Petitpas Taylor, ministra federal de Salud, dijo en Ottawa: “Es una
situación muy triste. Estoy de todo corazón con la señora Parker y su familia. Si yo hubiera tenido la autoridad y el
poder de acordar una excepción para este caso particular, habría estado encantada de hacerlo. Pero tenemos una ley para
todos los canadienses”. Petitpas Taylor precisó que los elementos relacionados con el caso de Parker y otros temas más
aparecerán en un informe que prepara un grupo de expertos —a solicitud del Gobierno— y que se hará público a finales
de este año. Además de las peticiones de muerte asistida con antelación, diversos organismos han pedido a este grupo
que tome en cuenta las limitaciones en la ley impuestas a menores de edad y enfermos mentales.
Sin embargo, los liberales de Justin Trudeau no han precisado qué impacto tendrá el informe sobre posibles
modificaciones al marco actual. El 2 de noviembre, las palabras de Jody Wilson-Rayboud, ministra federal de Justicia,
mostraron que los cambios difícilmente llegarán. “No estamos considerando hacer modificaciones a la ley. El Gobierno
piensa que es adecuada en su forma actual”, indicó.
En declaraciones a la agencia The Canadian Press, el presidente de la asociación quebequesa por el derecho a una
muerte digna, Georges L’Espérance, calificó la respuesta de Wilson-Raybourd como “ridícula” y subrayó que es el
reflejo de una ley que contiene errores de envergadura. La opinión de Shanaaz Gokool apunta en la misma dirección:
“La declaración de la ministra de Justicia no es alentadora. Estamos recibiendo testimonios de otras personas muy
preocupadas porque no pueden hacer sus peticiones con antelación. Pensemos también en un joven de 15 años que esté
sufriendo terriblemente por el cáncer. ¿Qué puede hacer? ¿Esperar a que cumpla 18 años? Las cosas tienen que cambiar.
Es un asunto de compasión y de respeto a los derechos”.

Vous aimerez peut-être aussi