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Poder Judicial de la Nación

Sala I - Causa n°° 42.387 AVañek,


Antonio s/ modif. régimen procesal@@.
Juzg. Fed. n°° 7 - Secret. n°° 13.
Exp. n°° 8455/06.
Reg. n°° 131

//////////////nos Aires, 24 de febrero de 2009.


Y VISTOS Y CONSIDERANDO:
I- Llegan las actuaciones a conocimiento del Tribunal en
virtud del recurso de apelación interpuesto por el Dr. Fernando Goldaracena,
defensor de Jorge Luis Magnacco y Antonio Vañek, contra el auto a través
del cual el a quo dispuso imponer el trámite de la presente causa de las
previsiones del Código Procesal Penal de la Nación (Ley 23.984).
Los agravios de la parte se orientan a cuestionar el cambio
en atención a que estas actuaciones tramitaron desde su inicio a la luz del
régimen procesal de al ley 2372 y que no se dan los supuestos del artículo 12
de la ley 24.191 para poder modificar la ley procesal. Asimismo, la parte critica
el argumento del a quo en torno a que el nuevo régimen resulta ser ley penal
más benigna y señala, además, que la cuestión ya había sido resuelta en una
anterior intervención del Tribunal.
Por similares fundamentos, la defensa oficial de Jorge
Acosta solicitó en esta instancia que se revoque el decisorio.
II- Para la correcta solución del caso debe repararse en el
modo en el que tuvo origen la presente causa en la que se les atribuye a Jorge
Luis Magnacco, Antonio Vañek y Jorge Eduardo Acosta la intervención que
tuvieron en la sustracción, retención y ocultamiento del menor Javier Gonzalo
Penino Viñas, nacido cuando su madre, Cecilia Marina Viñas, se encontraba
detenida ilegalmente en la Escuela de Mecánica de la Armada, como
consecuencia de la represión ilegal ocurrida durante el último gobierno de
facto:
1. En marzo de 1982 se inició la presente causa en el
Juzgado Federal n° 1 del Fuero a raíz de una denuncia formulada por la
Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo para investigar la sustracción y
apropiación de menores durante la última dictadura militar. Sin embargo,
posteriormente, se circunscribió la causa Bpor distintas declaraciones de
incompetencia parcialesB exclusivamente a la sustracción del hijo de Cecilia
María Viñas y de Hugo Reynaldo Penino. Desde un primer momento la
hipótesis fue que el matrimonio compuesto por Jorge Raúl Vildoza (ex
capitán de navío) y Ana María Grimaldos de Vildoza se habrían apropiado
del menor y lo habrían anotado como hijo propio con el nombre de Javier
Gonzalo Vildoza (fs. 102 y causa n° 9000 del Juzgado Federal n° 5, agregada
a partir de fs. 413, iniciada por denuncia de Cecilia Pilar Fernández de Viñas).
La actividad de la instrucción estuvo encaminada sólo a la localización del
matrimonio imputado Brespecto de quienes se ordenó la capturaB y del menor.
Ante los resultados negativos, el 8 de octubre de 1992 se paralizaron las
actuaciones, las que fueron reactivadas el 1° de noviembre del año siguiente a
los mimos fines (fs. 1080, 1081/2 y 1090 del principal).
2. El 28 de mayo de 1998 se presentó espontáneamente ante
el juzgado Javier Gonzalo Vildoza y manifestó su voluntad de efectuarse
los estudios inmunogenético (fs. 1441 y 1442). Su resultado fue que la
probabilidad de pertenencia al grupo Penino-Viñas era del 99,9 por ciento (fs.
1494/1587).
3. El objeto de la causa se amplió a otros imputados a partir
del 24 de noviembre de 1998 cuando, en momento en que se le recibía
declaración a Emilio Eduardo Massera en los términos del artículo 236, 2°
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parte, del Código de Procedimientos en materia Penal, la jueza instructora


decidió transformarle la declaración en indagatoria en los términos de la
primera parte del artículo de mención y ordenó su detención (fs. 1746/50 del
principal). El 26 de diciembre de 2000 se le decretó la prisión preventiva por
estos hechos (fs. 2940/57) y el 3 de octubre del año siguiente se decretó la
clausura del sumario (fs. 3032).
4. Al contestar el traslado, la fiscalía requirió el 19 de
octubre de 2001 la suspensión de la vista y que se convoque a declaración
indagatoria en los términos del art. 236, primera parte, del C.P.M.P. a Héctor
Antonio Febres, Jorge Eduardo Acosta y Antonio Vañek (fs. 3033). El 13 de
noviembre la jueza dispuso las declaraciones de los nombrados en esos
términos (fs. 3051). Jorge Eduardo Acosta fue indagado el 19 de noviembre de
2002 (fs. 3240) y Antonio Vañk el 28 de ese mes (fs. 3253). El 18 de mayo de
2005 se decretó la prisión preventiva de los nombrados (fs. 3811/31). En el
mismo decisorio se decidió declarar la incompetencia parcial respecto de los
hechos imputados a los nombrados y los remitió por conexidad con la causa n°
10326/96 del Juzgado Federal n° 7, en la que se investigaba a Vañek y Acosta,
entre otros, por varios casos particulares más que eran la consecuencia del plan
sistemático de sustracción de menores. Todo ello fue confirmado por esta
Alzada (fs. 3981/ss.).
5. En el Juzgado Federal n° 7 las presentes actuaciones
corrieron por cuerda y el 29 de junio de 2006 se corrió en vista en los términos
del art. 429 del C.P.M.P. (fs. 4241). Inmediatamente se hicieron planteos en
torno al régimen procesal aplicable, los que fueron rechazados por el instructor
(fs. 4259) y confirmado por está Cámara (fs. 4341). El 10 de diciembre de
2007 el fiscal presentó acusación contra Jorge Eduardo Acosta y Antonio
Vañek (fs.4384); la parte querellante hizo lo propio el 19 del mismo mes (fs.
4402) y la asistencia técnica de Vañek presentó defensa el 22 de mayo de 2008.
6. El 16 de julio de 2008 se acumuló materialmente a las
presentes actuaciones la causa n° 17.897 seguida contra Jorge Luis Magnacco
por los mismos hechos (fs. 4443 a 4976); también se trataba de un
desprendimiento de la causa original del Juzgado Federal n° 1. Al nombrado se
lo había indagado, se le dictó la prisión preventiva (fs. 4820, 4829/ss., 4837/ss.,
4863/ss., 4896/ss., ) y con fecha 4 de diciembre de 2007 el fiscal lo había
acusado por la sustracción del menor (fs. 4917) y la querella el 18 de ese mes
(fs. 4928).
7. Finalmente, el 17 de julio de 2008 el juez de la causa
resolvió modificar el régimen procesal por el de la ley 23.984 en virtud de que
resultaban conexos con las actuaciones n° 10.326/96 que se rigen por el
régimen actual y a efectos de que todos los acusados fueran juzgados por los
mismos jueces, pues estas últimas ya tenían radicación en un tribunal oral.
Asimismo, destacó que el código actual ofrecía mayores garantías e invocó lo
resuelto por este Tribunal en una causa conexa (n° 9841/98 seguida contra
Jorge Rafael Videla) también a la causa 10.326/96.
III- De la síntesis de hechos efectuada se advierte que se
dan los mismos presupuestos fácticos que tuviera en cuenta el Tribunal a la
hora de resolver modificar el régimen procesal de la causa n° 9841/98, también
conexa con la causa principal n° 10.326/96 (ver nuestra causa n° 41.877
AVidela@ del 07/07/2008, reg. n° 779). En efecto, aquí también en el marco de
una causa en la que sólo se investigaba a los padres apropiadores de un menor
nacido en un campo clandestino de detención By en la que la instrucción estaba
circunscripta exclusivamente a la captura de ellos a lo largo de
aproximadamente quince añosB se amplió el objeto procesal a los responsables
Bdirectos y mediatosB de un plan de sustracción de menores que ya estaba
siendo investigado en la causa 10.326/96 que tramitaba desde antes en el
Juzgado Federal n° 7 bajo el nuevo ordenamiento procesal. Tal es así que los
aquí acusados fueron indagados y procesados en esta última causa por doce
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casos de sustracción de menores ocurrido en las mimas condiciones que la del


hijo de Viñas (fs. 3612 del principal). Ello derivo en la necesidad de unificar
las investigaciones Bsalvo en lo que hacía a la intervención de los padres
apropiadoresB con la causa principal n° 10.326/96.
A partir de ello, se advierte que la decisión de cuál régimen
procesal debe adoptarse depende de la causa principal y, en razón de que ella
fue iniciada en el año 1996, como se dijo en el precedente AVidela@
mencionado, resulta plenamente aplicable el principio señalado por la Corte
Suprema de Justicia de la Nación en cuanto a que en materia procesal debe
estarse a la ley existente al momento de llevarse a cabo el proceso, y no a
aquella con vigor al momento que los hechos ocurrieron (Fallos 213:290;
215:467; 274:64 y 321:532, entre otros; y de la sala IV de la C.N.C.P., causa n°
1996 ACorres@ del 13/09/2000, reg. n° 2787).
Ahora bien, la pretensión de las defensas de continuar con
el trámite de la ley 2.372, cuando toda la causa principal se sigue por la ley
23.984, no se asienta en ninguna norma legal y se opone a las reglas que
reglamentan el principio del juez natural. En cuando a lo primero, aquí también
la investigación del plan sistemático de sustracción de menores y sus
consecuencias por la que fueron legitimados pasivamente los encartados, tanto
en una causa como en la otra, comenzó con posterioridad a la entrada en
vigencia del Código Procesal Penal de la Nación, por lo que no puede operar a
su favor la regla del artículo 12 de la ley 24.121 de implementación y
organización del proceso oral por cuanto estaba destinada a regular la situación
de las Acausas actualmente en trámite@, extremo que no se daba en autos.
Ello no debe verse alterado por el mero hecho de que el
juez, por entonces a cargo de la instrucción de esta causa, haya optado por
ampliar el objeto procesal superponiéndolo con el de la causa principal,
máxime si era de público conocimiento que ese hecho ya estaba siendo
investigado en otro juzgado. Y aún considerándolo así, la situación no sería
distinta. Ello se debe a que el matrimonio Vildoza-Grimaldos, a la fecha de
sanción de la ley 24.121 (26/08/1992; B.O. 08/09/1992), se encontraba
prófugo, por lo que carecían de derecho alguno para modificar la situación
respecto del resto de los imputados (artículo 12 de dicha ley).
Y en cuanto a lo segundo, repárese en que la causa
10.326/96 Ba la que se acumuló la presenteB ya ingresó en la etapa de juicio
oral para lo cual resultó sorteado el Tribunal Oral en lo Criminal Federal n°6.
Tal circunstancia, de mantenerse el régimen de la ley 2.372 en estas
actuaciones, implicaría que se afectasen las reglas de conexidad que tienden a
resguardar el principio, en materia penal, del juez natural, previsto en el
artículo 18 de nuestra Constitución Nacional.
Ello es así por cuanto, según tales reglas, todos los procesos
conexos deben ser instruidos por el mismo juez de instrucción y juzgados por
el mismo juez de sentencia o tribunal de juicio (confr. Claria Olmedo, Jorge,
Derecho procesal penal, Tomo I, Ed. Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 1998, pág.
357). Así lo ha entendido reiteradamente la Cámara Nacional de Casación
Penal: A...una vez declarada la conexidad [objetiva o subjetiva] entre varias
causas, la radicación de cualquiera de ellas en un tribunal de juicio determina
el órgano jurisdiccional interviniente para las restantes, por lo tanto, al
elevarse la primera de las causas acumuladas, debe ser el primer tribunal
sorteado el que deba intervenir en todas ellas, ya que la preclusión obsta a
esta instancia la destrucción de la conexidad establecida por el órgano
superior de la fase instructoria del proceso (cfr. >Llanos Maita...=, causa n°
4305, reg. n° 5448, rta. el 13/2/03, entre otros)...@, por cuanto A...la conexidad
declarada durante la instrucción opera no sólo para dicha etapa sino también
para el trámite del juicio, lo que lleva implícito la identidad del tribunal que
deberá entender en este último tramo del proceso (cfr. esta Sala in re:
>Hernández...=, causa n° 2788, reg. n° 3348, rta. el 28/6/00; >Barreiro
Poder Judicial de la Nación

Laborda...=, causa n° 5085, reg. n° 6500, rta. el 16/4/04, y en igual sentido


Sala I: >Medina...=, rta. el 4/8/94, causa n° 206, reg. n° 26; >García...=, rta. el
31/3/00, causa n° 2780, reg. n° 3416; Sala III: >Quiroga...=, reg. n° 127, causa
n° 3227, rta. el 21/3/01; >Salvatierra...=, rta, el 10/09/03, causa n° 4721, reg.
n° 502, y Sala IV: >Ricetti...=, reg. n° 3099, causa n° 2432, rta. el 08/02/01). Es
que la prórroga de competencia por conexidad objetiva o subjetiva atiende a
una razón práctica, cual es la necesidad de hacer posible la acumulación de
causas cuando su vinculación deba producir unificación procesal (principio de
economía procesal) procurando la reunión de todas las actuaciones en un
mismo proceso y debate, con miras a favorecer la armónica aplicación de la
ley evitando pronunciamientos contradictorios y una justa individualización de
las penas a imponer.@ (de la sala II de la CNCP, APérez@ del 11/11/2005, reg.
n° 8094; en similar sentido, de su sala IV, AGanduglia@ del 06/05/2002, reg. n°
4020.4; y de su sala III, AChirino@ del 11/12/2006, reg. n° 1501/06).
Precisamente, las reglas de conexidad, como
reglamentación del principio del juez natural, se encargan de determinar cuál
será aquel juez o tribunal con jurisdicción para resolver un determinado caso, y
toda vez que está fuera de discusión la conexidad objetiva entre las presentes
actuaciones y aquellas tramitadas bajo el número 10.326/96, ninguna duda cabe
de que deberá ser el mismo tribunal el que se encargue de su juzgamiento en la
etapa siguiente. Y en este sentido, la diferencia de regímenes procesales se
torna actualmente en una valla insalvable a la hora de determinar cuál será ese
tribunal.
En este punto cabe aclarar que más allá de lo decidido en la
anterior intervención de esta Cámara (fs. 4341), la efectiva radicación de la
causa n° 10.326/96 en el tribunal oral y el paso del tiempo desde aquella
decisión (casi dos años) sin que se haya logrado siquiera dar comienzo en estas
actuaciones a la etapa del plenario cuando ya estaban efectuadas las
acusaciones, justifican apartarse de ese temperamento. En efecto, no podemos
pasar por alto que estamos ante hechos que han sido catalogados como posibles
delitos de lesa humanidad y conforme lo expresara la Corte Suprema de
Justicia de la Nación, A...son los órganos estatales quienes tienen a su cargo el
deber de asegurar que el proceso se desarrolle normalmente, y sin dilaciones
indebidas...@ (Fallos 327:5668 AEspósito@), para lo cual deberá removerse todos
los obstáculos que impidan su pronta concreción, entre los que se advierten, en
este caso concreto, la continuación del proceso por el viejo régimen que no
correspondía aplicar.
En suma, a partir de ahora deberá, indefectiblemente,
adoptarse el régimen procesal vigente en el presente proceso por haberse
iniciado bajo su ámbito temporal de aplicación y a fin de no prescindir de las
reglas de conexidad antes señaladas, las cuales son de orden público, sumado,
claro está, a las razones de celeridad procesal que deben imperar en todo juicio.
Por lo dicho hasta aquí, sumado a que los restantes agravios
ya se encuentran contestados en los párrafos anteriores, es que habremos de
confirmar el decisorio recurrido.
Es en virtud de lo dicho precedentemente que este Tribunal
RESUELVE:
CONFIRMAR la resolución recurrida en todo en cuanto
decide y fuera materia de apelación.
Regístrese, hágase saber y devuélvase a la instancia
anterior.
Sirva lo proveído de muy atenta nota de envío.

FDO: Dres. Ballestero y Farah; secret. Casanello.

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