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Canto IX

En este canto se cuenta la grande hambre de la isla de Santa Catalina, con las
desventuras lastimosas que en ella se padecieron

Oíd, las damas bellas, este canto 1


a quien ha repartido la natura
de su grande valor y bienes tanto,
que se huelga de ver ya su hechura.
Causaros ha a vosotras más espanto,
por ser de delicada compostura
y lloraréis conmigo un mal tamaño,
de desastrado fin y crudo daño.

El Canto vuestro es, pues que contiene


de damas y galanes la caída.
Por tanto, el ofrecérosle conviene
porque de vuestro ser él tome vida.
Haced con vuestra fuerza que no pene
aquel que le leyere, pues rendida
de este siglo tenéis la mayor parte,
con vuestra gran belleza, industria y arte.

En el pasado Canto recontamos


del puerto que tomó el zaratino.
Escuchad, pues, agora que contamos
el fin tan desastrado que le vino1
en esta tierra y puerto que tratamos:
el triste adelantado fue mohíno2,
que bien cierto está el pobre procuraba
el bien, mas la codicia le cegaba.

Salió a tierra del isla, deseoso


de dar remate y fin a su fatiga.
Su hado le es contrario y envidioso
y Fortuna le fue muy enemiga.
Por el tiempo contrario, le es forzoso
tomar aquesta tierra, y aun se obliga
a echar toda la gente un día en tierra
al pie de una montaña y alta sierra.

Celebraba la Iglesia aqueste día 5


1 desastrado: lo que en su nacimiento no tuvo estrella bien dispuesta (Cov.)
2 Mohíno: ‘desventurado, desgraciado’. “Tenían a Villagra por hombre mohíno y que le hacían mal las
cosas de la guerra” (Alonso Góngora Marmolejo, Historia de todas las cosas que han acaecido en el
reino de Chile, p. 223)
del Corpus, fiesta santa señalada3;
celebróse con gozo y alegría
la fiesta del Señor tan celebrada.
Por esta causa al puerto se ponía,
por nombre Corpus Christi, y es nombrada
Santa Catalina esa isla sin ventura,
de tantos españoles sepultura.

De a poco se partió el adelantado


con más de ochenta hombres escogidos
al puerto de Ibiazá, que está poblado,
dejando a los demás muy desabridos.
Consejo fue, cierto, este mal guiado;
y así, los que quedaron son perdidos,
que ni armas ni comida les quedaba
y la fuerza ya a todos les faltaba.

Quedaron en la isla, a buena cuenta,


doscientos y cincuenta o más soldados.
Casadas y doncellas hay cincuenta,
sujetas a miseria y tristes hados.
En ver que Joan Ortiz de allí se absenta
algunos de temor están turbados,
y su temor se dicen y publican
que cruda muerte y hambre pronostican.

Quedó por capitán aquí nombrado


un Pablo Santiago; pues camina
al puerto de Ibiazá el adelantado,
que es tierra muy cercana y bien vecina,
y así el proprio día hubo llegado,
sin suceder desastre ni mohína4.
Los indios salen presto a recebillos,
y danles de comer a dos carrillos.

En el isla no comen tan aprisa,


que la ración se da por grande tasa:
seis onzas de harina solas guisa
el pobre del soldado y las amasa.
A nuestro adelantado se le avisa
que la ración es corta y muy escasa;

3 Corpus: Corpus Christi (Cuerpo de Cristo) es una solemnidad de la Iglesia Católica en la que se celebra
la Eucaristía.
4 Mohína: ‘pendencia, reyerta’. Comp. “…en un momento tenía rompidos más de quarenta jarros,
cántaros y botijas que estavan al sereno.Deste destroço y riza redundó la mohína” (Gonzalo de Céspedes,
Vida del soldado Píndaro, 1612, en CORDE).
mas el que está seguro en talanquera5
muy poco se le da que el otro muera.

En este tiempo cinco se han huido 10


gallegos de nación; y un castellano
de su negocio parte hubo sabido,
según juró y depuso ante escribano.
Aqueste, en esta culpa convencido,
alega su inocencia, mas en vano,
que en una horca luego le pusieron;
los cinco, la isla adentro se metieron.

Un portugués mulato, marinero,


con otros tres brumetes6y un soldado,
huyeron por la isla, mas empero,
el piloto mayor cuatro ha hallado.
Entre ellos, el mulato es el primero
que alega ser de grados ordenado7.
A muerte les condenan mas la muerte
previénele primero por su suerte.

El soldado llegó casi ya muerto,


y ansí no se le hizo de esto cargo;
que el día que llegó en aqueste puerto
el último rescate de descargo8
le vino de su bueno o mal concierto.
El uno de los tres se hizo a largo9,
de suerte que jamás hueso ni pelo
se supo de él por mar ni por el suelo.

Los otros dos brumetes que quedaron,


por ser con el mulato en la huida,
y haber ya confesado, la intentaron,
estando ya su causa fenecida...
a muerte les condenan; y apelaron
llamándose menores; concedida
les fue la apelación, y que viviesen

5 Talanquera: sitio para la defensa (DRAE).


6 brumete: grumete.
7 ser de grados ordenado: grados” son las órdenes menores que se dan después de la primera tonsura, y
son como grados o escalones por donde ascienden a los órdenes sacros (Cov.).
8 Descargo: satisfacción de obligaciones.
9 hacerse a largo: en el contexto, significa “escaparse”, ya que se supone que se elide el término
“espacio”. “Y llegado, como digo, a la puente los que de la otra banda estaban, como vieron descolgar
tanta gente, hiciéronse a largo una legua a lo alto; visto esto por mí, hice pasar cinco arcabuceros a nado
de la otra parte” (Pedro de Valdivia, Carta a Carlos V, en CORDE). Se refiere a uno de los tres grumetes
mencionados antes.
para que más trabajos padeciesen.

De dos, que una canoa habían tomado


la cual en tierra firme fue hallada,
el uno a aqueste puerto se ha tornado,
el otro, va siguiendo su jornada.
Habíanse dos meses sustentado
entrambos con palmitos; la tornada10
del triste, que llegó muy flaco y malo,
se celebra colgándole de un palo.

¡Inhumano juez, justicia de ira, 15


que tal justicia quieres sin justicia
ejecutar agora en quien suspira
por sólo pan, sin otra más cobdicia!
¡Si aquesto no te mueve, solo mira
que no ha pecado aqueste de malicia,
que sólo por la isla ha caminado
en busca de comida, y se ha tornado!

Mas, ¡ay!, que Joan Ortiz dejó un flagelo


cortado muy al gusto y su medida,
que cierto no hallara en todo el suelo
alguna bestia tan descomedida
cual esta. ¡Oh, crudo mal, oh, triste duelo!
¡Tristeza a mil tristezas sometida,
pues vemos que de hambre están muriendo
aquellos que en la horca están poniendo!

De los cinco soldados que huyeron,


por cuya causa uno fue ahorcado,
a quien de su negocio parte dieron,
al cabo ya de días se han hallado
los dos y los demás, dicen, murieron.
Y el uno de estos dos poco ha durado,
que luego se murió; mas tal venía
que sólo figuraba11 anatomía12.

Pues los que están acá, en crudo llanto


están, y tan mudados y trocados
que sólo con mirarlos dan espanto

10 palmitos: redrojos de palma, cuya médula y hijuelos se comen (Cov).


11 Figuraba: aparentaba.
12 anatomía: metafóricamente llama así el vulgo a los esqueletos, o a los cuerpos que están muy flacos y
decaídos. (Aut.)
y están de verse tales admirados.
A muchos el pellejo como manto
les cubre aquellos huesos descarnados;
en otros, agua, humor corrupto13, viento,
entre pellejo y huesos han asiento.

Hoy mueren diez y mañana, veinte;


no basta gentileza y bizarría
a contrastar el hado, ni el sapiente
al rústico ventaja le hacía.
La gala y hermosura prestamente
fenece, y el aviso y cortesía
que la tirana, cruel, rabiosa, perra,
a barrisco14 lo lleva todo a tierra.

Así se van ya todos acabando, 20


que es lástima de ver ruina tamaña:
los galanes y damas suspirando
en ver la muerte andar con su guadaña;
los niños descaecidos sollozando15
tragedia representan muy extraña;
y las madres maldicen su ventura
por verles padecer tal desventura.

«No fuera muy mejor», dicen, «hijitos


que no os hubiera yo, triste, parido;
o ya que yo os parí, que de chiquitos
el cielo alto os hubiera recebido;
o dejaros allá dando mil gritos,
que yo vine a pagar mi merecido,
y a vosotros, mi bien, es cosa cierta,
que no os faltara pan de puerta en puerta».

«Maldito seas, honor y honra mundana,


pues bastaste a sacarme de mi asiento.
¿No me fuera mejor pasada llana
que no buscar mejora con descuento?
Viniérame la muerte muy temprana,
y nunca yo me viera en tal tormento;
mas quiso mi desdicha conservarme,
13 Humor corrupto: el humor era el líquido interior de un organismo vivo. El uso del sintagma se
menciona en el Libro del arte de las comadres…de Diego de Santiago, de 1541: “Y si todo esto no valía y
dicha indisposición venía por parte de algún humor corrupto y malo en el estómago” (CORDE).
14 A barrisco: todo junto, sin distinción. “Los indios fueron más de seiscientos muertos. Quedaron
muchas casas sin heredar, porque murieron padres e hijos, sin quedar persona conoscida, sino a barrisco
con toda la familia” (G. Fernández de Oviedo, Historia general y natural de las Indias, en CORDE).
15 descaecidos: decaídos.
para con crudo golpe lastimarme».

El triste lamentar y las endechas16


que cada cual cantaba de su modo,
a la falta de pan iban derechas,
que en tratar de comer estaba todo,
las carnes consumidas y deshechas,
los rostros de color de puro lodo.
Perdió el amor su fuerza aquí de hecho,
que cada cual miraba su provecho.

De dos quiero decir un caso extraño,


(que sólo el referirlo me da pena),
a quien el amor hizo tanto daño,
cuanto suele a quien prende en su cadena.
En fama de casados había un año
que estaban y, se dice, a boca llena:
el galán su mujer deja, y hijuelos;
la dama, su marido en Hornachuelos17.

Aquestos a palmitos han salido 25


como otros lo hacían cada día,
y la montaña adentro se han metido
a do la obscura noche les cogía.
En esto, a nuestro amante dolorido
una espantosa fiebre sucedía.
La dama le consuela, aunque afligida,
por verse en la montaña tan metida.

No quiero referir lo que trataron,


los tristes dos amantes, y su llanto,
las voces y suspiros que formaron,
porque era necesario entero canto.
Al fin su triste noche la pasaron,
envueltos en dolor y crudo planto.
Quién duda que la dama no diría:
«¡En mal punto topé tal compañía!»

Habiendo, pues, ya Febo caminado,


su curso en redondez de la Cerea18,

16 Endecha: ‘canción triste’.


17 Covarrubias dice que se usa la expresión “los desposados de Hornachuelos” cuando los novios no se
conciertan, y el uno aborrece al otro igualmente. El sentido encaja en el texto, aunque también puede
hacerse referencia a la población de origen de la dama.
18 Cerea: planeta tierra, por alusión a Ceres, diosa de la agricultura.
mostraba el rostro rojo y colorado,
cubriendo la montaña de librea19.
El sin ventura amante fatigado

en vano, que no acierta con camino,


que el miedo y el temor le quitan el tino.

Salieron los dos juntos a la playa,


pensando que salieran al poblado.
La dama sin ventura se desmaya
en ver cómo se habían alejado;
al galán le amonesta ella que vaya
en busca de camino y que, hallado,
se vuelva a aquel lugar. Él ha partido,
mas presto el sin ventura anda perdido.

Quedó por esta causa allí la dama,


de dolor y congoja y pena llena,
do la siguiente noche tuvo cama,
triste, sola, llorosa en el arena.
El pobre por el bosque grita y clama
al aire publicando su gran pena,
que por buscar camino, senda y vía,
sin su dama se ve, y sin alegría.

A sí proprio se odia y aborrece 30


que en verse sin su luz y clara strella,
a la muerte de veras él se ofrece,
que más quiere morir que estar sin ella.
La noche no durmió y no amanece,
en su busca camina por habella;
la dama un poco duerme porque suele
en ellas aflojar cuando más duele.

Un pece de espantable compostura,


del mar salió reptando por el suelo.
Subióse ella huyendo en una altura,
con gritos que ponía allá en el cielo.
El pece la siguió. La sin ventura
temblando está de miedo con gran duelo;
el pece con sus ojos la miraba,
y, al parecer, gemidos arrojaba.20
19 Librea: traje propio de príncipes y señores (DRAE).
20 *Recuesta de amores un pece a una mujer que, huyendo de él, se subió a una peña alta*. En este
episodio maravilloso se superponen, por un lado, el hipotético acontecimiento con cierta fauna hoy
extinguida de la zona (lobos marinos o focas) con toda una tradición europea de cuentos y leyendas de
monstruos marinos secuestradores de muchachas (Ver Navascués 2015).
.

Salió en esto el galán de la montaña,


y el pece se metió en la mar huyendo;
sus ojos el galán arrasa y baña,
con lágrimas, y a ella se viniendo
le dice: «Si la vista no me engaña,
camino tengo ya, venid corriendo».
La dama le responde: « Apriesa vamos,
al pueblo, porque más no nos perdamos».

Allegan al lugar muy destrozados,


hambrientos, amarillos, sin sentido;
mas uno de otro fueron apartados,
que su vivir y trato fue sabido.
Entrambos de mí fueron castigados,
que por suerte el oficio me ha cabido.
Mas, ¡qué castigo haber allí podía,
igual a aquel que ya se padecía!

En este tiempo andaba con presteza,


juntando Joan Ortiz mucha comida.
El sargento mayor va sin pereza
de los indios buscando su manida,
Y tanto calor pone, y tal destreza,
que la miseria en breve fenecida
que el indio tiene, y deja los buhíos21
barridos de alto a abajo y muy vacíos.

A cual indio le toma la hamaca, 35


a cual el pellejuelo que tenía,
a cual, si le replica, allí le saca
la manta con que el triste se cubría.
Al fin, en la pared no deja estaca,
que todo cuanto halla destruía;
y no contento de esta tal destroza,
enojo da al que tiene mujer moza.

El Joan Ortiz aquí se regalaba22,


y no tengáis temor, pues, que le duela
saber cómo su gente mal pasaba.
21 buhíos o bohíos eran construcciones americanas hechas de madera y paja, sin ventanas y con una sola
puerta. Aparece el registro, por ejemplo, en Fernández de Oviedo, en su Historia general y natural de las
Indias: “Así que, tornando a la historia, digo que, después que ahí llegó Colom venido de Jamaica, hobo
una tormenta (que los indios llaman huracán), a los doce días del mes de septiembre, que derribó todas las
casas e buhíos desta cibdad, o la mayor parte dellas” (CORDE).
22 se regalaba: se recreaba o deleitaba (Aut.)
Y aunque de sólo el indio se recela,
alguna de su gente se alteraba;
el ardidoso Rocha, el bravo Vela,
con otros quince mozos concertaron,
su remedio buscar, mas no acertaron.

De do estaba el real23 ir pretendieron


por tierra al Paraguay; determinado
el caso con secreto, pues, salieron
siguiendo su camino despoblado.
Al pie de treinta días anduvieron,
al cabo del cual tiempo han acordado,
volverse do primero ya salido
habían, por pagar su merecido.

Los necios, pues, traían confianza


de conseguir perdón de su delito,
en vano les saliera su esperanza
que voz horrenda suena y crudo grito
de Joan Ortiz la gente con pujanza
les prende, y el negocio por escrito
se pone; y a los dos luego cortaron24
las cabezas, y en alto las fijaron.

También allá en la isla pretendieron


llevar de la almiranta unos soldados
la barca con la cual irse quisieron,
al puerto San Vicente encaminados.
En este caso, pues, entrevinieron
mujeres por huir los tristes hados;
mas no pudo cuajarse este concierto,
que fue por las mujeres descubierto.

Huirse todos se lo deseaban, 40


que el temor de morir les incitaba,
y algunos vi que allí lo procuraban,
aunque el posible a todos les faltaba.
Sobre esto muchas juntas se juntaban;
a algunos el juntar vida costaba.
Dolor era, tristezas y tormentos,
el ver poblar las horcas de hambrientos.

23 Real: Campamento.
24 Prínceps, tres. Pero, por el sentido de las estrofas anteriores y la presente, debieron de ser dos los
condenados, Rocha y Vela.
Aquellos que el huirse no acertado
juzgaban por no ver camino cierto,
al perro que hallaban desmandado25
mataban; y aun apenas era muerto
cuando, estando cocido o mal asado,
en el hambriento vientre era encubierto;
temiendo que si el dueño lo supiera,
la presa de las manos les cogera.

Culebras quien hallaba era dichoso,


y de padres y hermanos invidiado.
Lagartijas pequeñas yo bien oso
decir que las comí, mal de mi grado.
Y sé que me hallaba deseoso
de tener abundancia, que probado,
su sabor ricamente me sabía,
y más que de cabritos parecía.

Algunos en cazar de los ratones


tan diestros y tan hábiles estaban,
que en trueco de una, o dos, o más raciones,
un número tasado concertaban.
También había una especie de lirones,
que al modo de conejos se guisaban,
y aunque faltaba aceite y vino anejo26,
la gran hambre prestaba salmorejo27.

Los sapos ponzoñosos y hinchados


con escuerzos nocivos por muy sanas
comidas se juzgaban; que forzados
los hombres de su rabia y fuertes ganas,
estando los escuerzos desollados,
juzgaban ser en todo puras ranas;
y aun el sabor decían que excedía
a las ranas en grande demasía.

La cosa a tal extremo hubo llegado, 45


que carne humana vi que se comía.
Hambre canina fuerza allí a un soldado,
pensando que su hecho nadie vía28.

25 desmandado: el que excede de los justo y procede con soltura y libertad (Cov.)
26 Anejo: añejo. Comp. “no se pueda bender bino nuebo ninguno asta que sea acabado de bender e benda
todo el bino anejo” (Anónimo, Ordenanzas de la alberca, 1615 En CORDE).
27 salmorejo: un cierto género de salsa o escabeche con que suelen aderezarse los conejos, echándoles
pimienta, sal y vinagre y otras especias (Cov.).
28 vía: veía.
Las tripas le sacara a un ahorcado,
y al medio del cocer se las comía.
Los huesos se roían de finados...
¿Quién no llora estos casos desastrados?

Un mozo, que atambor29 fue del armada,


en esta cruda, horrenda y grande ruina,
sabiendo se guardaba en la posada
de Florentina y doña Catalina,
el resto de raciones, ya pasada
la media noche, apriesa va y camina;
y entrando en la chozuela le sentían
las damas, y al encuentro le salían.

La una dama y otra le cogeron,


sin que pudiese el pobre escabullirse.
A piedad ninguna se movieron,
que, de ellas, con verdad, no ha de escribirse.
La oreja de su rostro desprendieron,
y al pobre sin curarle dejan irse;
y por más presumir de su mal hecho,
la oreja abscisa30 clavan de su techo.

La prenda de este triste, ya perdida


y abscisa, de su rostro ha recobrado,
y en prenda, muchas veces, de comida
a gentes en la isla la ha empeñado;
y apartáse del pleito, que pedida
tenía su justicia el desdichado,
en trueco de que el reo allí le diese
algún maíz o raíces que comiese.

Las damas que hicieron este aleve


haciéndose justicia sin justicia,
eran de bajo ser, que bien se debe
aquesto presumir de su malicia.
Ninguna de valor a tal se atreve,
aunque es de las mujeres sin justicia
ingratitud, maldad, lágrimas, lloro,
mentiras y venganzas su tesoro.

Pregunten a Aristóteles qué sentía 50


de la mujer. Pues dice en su scriptura:

29 atambor: tambor
30 abscisa: cortada, lat.
a lágrimas y llanto en demasía,
inclinada bien es de su natura;
invidia y querimonia31 la seguía,
flojedad y pereza y detractura32.
Mas, dice de ella un bien: que se contenta
con muy poco manjar y se sustenta.33

Al fin, a aquestas damas el teniente


las prende y les tomó sus confesiones;
después todo se hizo buenamente,
aunque hubo de este caso informaciones;
al triste sin oreja, mal paciente,
le dieron por concierto diez raciones34.
Decía un mentecapto que mujeres
podían mucho más que los haberes.

Es tanto su poder y maña fuerte,


que todo el mundo tienen ya rendido;
procuran de tomar primera suerte
a su gusto del bien más conocido.
Hambre, ni desventura, ni la muerte
contrastar su poder nunca han podido.
Mirad lo que en la isla padecieron,
y al fin todas con vida escabulleron.

Es cierto de notar su gran ventura,


con ser un animal tan imperfeto,
cuanto hoy tiene criado la natura
las mujeres lo tienen muy sujeto.
Decid, ¿no es de llorar tal desventura,
que rindan las mujeres al perfeto,
al sabio, al necio, al pobre y al que es rico,
al Rey y caballero y pastorcico?

Dejémoslas, pues, ya que es excusado


querer con flacas fuerzas conquistallas.
31 querimonia: en latín ‘queja’.
32 detractura: infamia.
33 *Iraque mulier misericors magis et ad lacrimas propensiorque vir est invida, ítem magis et querula ad
haec mordatior, segnior, immobilior denique est et minus cibi desiderans. Arist. 3. Ret.* Otra cita inexacta
y plagada de errores en latín, además de omisiones que la hacen incomprensible. La cita no es de la
Retórica de Aristóteles, sino muy probablemente de su Investigación sobre los animales. El pasaje
completo diría así: “La mujer es más compasiva que el hombre, más llorona y también más celosa y
quejumbrosa, más criticona e hiriente. También es más apocada y desesperanzada que el hombre, más
tramposa y memoriosa, y también más vigilante y más tímida, y en general más indecisa y de menos
comida” (Aristóteles, Investigación, 608 b 6-15, trad. de Julio Pallí Bonet).
34 * Era una ración seis onzas de harina de trigo.*
La fuerza el homenaje ya han tomado;
será al mundo imposible debelallas35.
Y pues en su servicio hemos cantado
aqueste canto, yo quiero rogallas
para el siguiente den favor y ayuda,
a nuestra lengua tosca, torpe y muda.

35 debelallas: derrotarlas.

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