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Presentación
• examinar las prácticas del diseño en el siglo XX, a partir de un mapa que
permita visualizar la simultaneidad de los procesos en distintos centros de
Europa y América.
• analizar la interacción entre escuelas y autores, sus debates y propuestas.
• indagar en las tensiones entre tradición y modernidad.
• analizar las producciones gráficas desde el punto de vista visual,
estableciendo relaciones entre propuestas emanadas de distintos centros.
1
Contenidos
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7. De la posguerra a los “años dorados”.
El estilo italiano. El Estudio Boggeri. El caso Olivetti.
La posguerra: Max Huber, Bruno Munari, G. Pittori.
Los orígenes del movimiento de la Nueva Gráfica Suiza.
Max Bill, el arte concreto y sus formulaciones teóricas. Relaciones Arte-Ciencia.
Continuidad y gravitación de la Escuela durante los años cincuenta y sesenta.
Müller-Brockmann: su pensamiento y producción en diseño gráfico y editorial.
Carlo Vivarelli, Armin Hoffman.
3
Bibliografía general
4
King, John. El Instituto Di Tella. Bs. As. 1987.
Lazo, Alfonso. Revoluciones en el Mundo Moderno. Barcelona, Salvat Ed.,1984.
Lodder, Christina. El costructivismo ruso. Alianza Editorial, Madrid, 1988.
Lucie-Smith, Edward. Movimientos en el arte desde 1945. Buenos Aires, Emecé, 1979.
Maldonado, Tomás. El diseño industrial reconsiderado. Barcelona, G. Gili, 1993.
Maldonado, Tomás. Vanguardia y racionalidad. Buenos Aires, Nueva Visión, 1969.
Maldonado, Tomás. El futuro de la modernidad. Júcar, Madrid, 1990.
Masotta, Oscar. El pop art. Bs. As, Nuevos esquemas, 1967.
Milton Glaser. Graphic Design. The Overlock Press. N.Y. 1983.
Muller-Brockmann, Joseph. Histoire de l´affiche. ABC Verlag-Zurich, 1971. Muller-
Brockmann, Joseph. Historia de la comunicación visual, Buenos Aires, Paidós, 2008
Pevsner, Nikolaus. Los orígenes de la arquitectura y el diseño modernos. Barcelona, Edic.
Destino, 1992. Pop art. Taschen, Colonia, 1992.
Richard, Lionel ( comp.). Memoria de las ciudades. Berlin, 1919-1933,
Aliaanza Editorial, Madrid, 1993.
Satué, Enric. El diseño gráfico, de los orígenes a nuestros días. Alianza Forma, Madrid,
1988. Los demiurgos del diseño gráfico. Mondadori Ed., 1992.
Schorske, Carl. Viena Fin-de-siglo. Política y cultura. Barcelona, G. Gili, 1981.
The modern poster. New York, MOMA, 1988.
Wingler, Hans. Bauhaus 1919-1933. Weimar-Dessau-Berlin. Berlín, Bramsche, 1975.
5
Modalidad de cursado
La materia comprende las clases teóricas, en las que se abordará el desarrollo sucinto del
marco histórico del período en consideración – político, social y económico- para luego
focalizar en la producción artística, desde una perspectiva teórica propia de la historia
social del arte y la cultura, y finalmente incorporar al análisis la producción gráfica con-
temporánea. Los lineamientos generales expuestos en las clases teóricas funcionan como
base para el desarrollo de los trabajos prácticos, siendo ambas instancias pedagógicas
totalmente complementarias.
En los trabajos prácticos se apunta específicamente al análisis de piezas gráficas,
para el cual se implementaron metodologías específicas de acuerdo a la particularidad
de cada tema, brindando la posibilidad de que el alumno indague en los aspectos vi-
suales, en relación con los tecnológicos.
Esta actividad se sustenta y complementa con la lectura y discusión de textos críti-
cos, especialmente seleccionados por los docentes de la cátedra. La lectura crítica de los
textos con guía de los docentes, estimula la participación y la discusión en la clase. A tra-
vés de esta actividad, es posible articular los contenidos tratados en la clase teórica con
los más específicos vertidos en el trabajo práctico. Se pone a disposición de los alumnos
carpetas con reproducciones color o blanco y negro sobre las que realizan las activida-
des propuestas por el docente, ya sea en forma individual o grupal, según el caso.
Evaluación
• Dos exámenes parciales a mediados y fin del cuatrimestre que deben ser aprobados
con 4 (cuatro).
• Evaluación permanente a través de los trabajos prácticos que deben ser cumplimen-
tados por los alumnos en cada clase y que se promedian con la nota de los parciales. Su
entrega es obligatoria para la aprobación de la materia ya que además de facilitar el se-
guimiento del alumno, funciona como control de asistencia.
• Examen final obligatorio
6
Cátedra Gené
Historia de la Comunicación Visual 2
Módulo 1
índice módulo 1
Isaiah Berlin (filósofo, Gran Bretaña): «He vivido durante la mayor parte del
siglo XX sin haber experimentado —debo decirlo— sufrimientos personales.
Lo recuerdo como el siglo más terrible de la historia occidental».
Primo Levi (escritor, Italia): «Los que sobrevivimos a los campos de concen-
tración no somos verdaderos testigos. Esta es una idea incómoda que gra-
dualmente me he visto obligado a aceptar al leer lo que han escrito otros
supervivientes, incluido yo mismo, cuando releo mis escritos al cabo de
algunos años. Nosotros, los supervivientes, no somos sólo una minoría
pequeña sino también anómala. Formamos parte de aquellos que, gracias a la
prevaricación, la habilidad o la suerte, no llegamos a tocar fondo. Quienes lo
hicieron y vieron el rostro de la Gorgona, no regresaron, o regresaron sin
palabras».
Rita Levi Montalcini (premio Nobel, científica, Italia): «Pese a todo, en este
siglo se han registrado revoluciones positivas ... la aparición del cuarto esta-
do y la promoción de la mujer tras varios siglos de represión».
William Golding (premio Nobel, escritor, Gran Bretaña): «No puedo dejar de
pensar que ha sido el siglo más violento en la historia humana».
12 HISTORIA DEL SIGLO XX
Ernst Gombrich (historiador del arte, Gran Bretaña): «La principal caracte-
rística del siglo XX es la terrible multiplicación de la población mundial. Es
una catástrofe, un desastre y no sabemos cómo atajarla».
Yehudi Menuhin (músico, Gran Bretaña): «Si tuviera que resumir el siglo xx,
diría que despertó las mayores esperanzas que haya concebido nunca la
humanidad y destruyó todas las ilusiones e ideales».
(Agosti y Borgese, 1992, pp. 42, 210, 154, 76, 4, 8, 204, 2, 62, 80, 140 y 160).
TI
¿Cómo hay que explicar el siglo xx corto, es decir, los años transcurridos
desde el estallido de la primera guerra mundial hasta el hundimiento de la
URSS, que, como podemos apreciar retrospectivamente, constituyen un perío-
do histórico coherente que acaba de concluir? Ignoramos qué ocurrirá a con-
tinuación y cómo será el tercer milenio, pero sabemos con certeza que será
el siglo XX el que le habrá dado forma. Sin embargo, es indudable que en
los años finales de la década de 1980 y en los primeros de la de 1990 termi-
nó una época de la historia del mundo para comenzar otra nueva. Esa es la
información esencial para los historiadores del siglo, pues aun cuando pue-
den especular sobre el futuro a tenor de su comprensión del pasado, su tarea
no es la misma que la del que pronostica el resultado de las carreras de caba-
llos. Las únicas carreras que debe describir y analizar son aquellas cuyo
resultado —de victoria o de derrota— es conocido. De cualquier manera, el
éxito de los pronosticadores de los últimos treinta o cuarenta años, con inde-
pendencia de sus aptitudes profesionales como profetas, ha sido tan especta-
cularmente bajo que sólo los gobiernos y los institutos de investigación eco-
nómica siguen confiando en ellos, o aparentan hacerlo. Es probable incluso
que su índice de fracasos haya aumentado desde la segunda guerra mundial.
En este libro, el siglo xx aparece estructurado como un tríptico. A una
época de catástrofes, que se extiende desde 1914 hasta el fin de la segunda
guerra mundial, siguió un período de 25 o 30 años de extraordinario creci-
miento económico y transformación social, que probablemente transformó
la sociedad humana más profuridamente que cualquier otro período de dura-
ción similar. Retrospectivamente puede ser considerado como una especie
de edad de oro, y de hecho así fue calificado apenas concluido, a comienzos
16 HISTORIA DEL SIGLO XX
de los años setenta. La última parte del siglo fue una nueva era de descom-
posición, incertidumbre y crisis y, para vastas zonas del mundo como Áfri-
ca, la ex Unión Soviética y los antiguos países socialistas de Europa, de
catástrofes. Cuando el decenio de 1980 dio paso al de 1990, quienes refle-
xionaban sobre el pasado y el futuro del siglo lo hacían desde una perspec-
tiva/?« de siécle cada vez más sombría. Desde la posición ventajosa de los
años noventa, puede concluirse que el siglo xx conoció una fugaz edad de
oro, en el camino de una a otra crisis, hacia un futuro desconocido y pro-
blemático, pero no inevitablemente apocalíptico. No obstante, como tal vez
deseen recordar los historiadores a quienes se embarcan en especulaciones
metafísicas sobre el «fin de la historia», existe el futuro. La única generali-
zación absolutamente segura sobre la historia es que perdurará en tanto en
cuanto exista la raza humana.
El contenido de este libro se ha estructurado de acuerdo con los conceptos
que se acaban de exponer. Comienza con la primera guerra mundial, que mar-
có el derrumbe de la civilización (occidental) del siglo xix. Esa civilización
era capitalista desde el punto de vista económico, liberal en su estructura jurí-
dica y constitucional, burguesa por la imagen de su clase hegemónica carac-
terística y brillante por los adelantos alcanzados en el ámbito de la ciencia, el
conocimiento y la educación, así como del progreso material y moral. Ade-
más, estaba profundamente convencida de la posición central de Europa, cuna
de las revoluciones científica, artística, política e industrial, cuya economía
había extendido su influencia sobre una gran parte del mundo, que sus ejérci-
tos habían conquistado y subyugado, cuya población había crecido hasta
constituir una tercera parte de la raza humana (incluida la poderosa y crecien-
te corriente de emigrantes europeos y sus descendientes), y cuyos principales
estados constituían el sistema de la política mundial.'
Los decenios transcurridos desde el comienzo de la primera guerra mun-
dial hasta la conclusión de la segunda fueron una época de catástrofes para
esta sociedad, que durante cuarenta años sufrió una serie de desastres sucesi-
vos. Hubo momentos en que incluso los conservadores inteligentes no
habrían apostado por su supervivencia. Sus cimientos fueron quebrantados
por dos guerras mundiales, a las que siguieron dos oleadas de rebelión y
revolución generalizadas, que situaron en el poder a un sistema que reclama-
ba ser la alternativa, predestinada históricamente, a la sociedad burguesa y
capitalista, primero en una sexta parte de la superficie del mundo y, tras la
segunda guerra mundial, abarcaba a más de una tercera parte de la población
del planeta. Los grandes imperios coloniales que se habían formado antes y
durante la era del imperio se derrumbaron y quedaron reducidos a cenizas.
La historia del imperialismo moderno, tan firme y tan seguro de sí mismo a la
muerte de la reina Victoria de Gran Bretaña, no había durado más que el lapso
de una vida humana (por ejemplo, la de Winston Churchill, 1874-1965).
Pero no fueron esos los únicos males. En efecto, se desencadenó una cri-
sis económica mundial de una profundidad sin precedentes que sacudió
incluso los cimientos de las más sólidas economías capitalistas y que pareció
que podría poner fin a la economía mundial global, cuya creación había sido
un logro del capitalismo liberal del siglo xix. Incluso los Estados Unidos,
que no habían sido afectados por la guerra y la revolución, parecían al borde
del colapso. Mientras la economía se tambaleaba, las instituciones de la
democracia liberal desaparecieron prácticamente entre 1917 y 1942, excepto
en una pequeña franja de Europa y en algunas partes de América del Norte y
de Australasia, como consecuencia del avance del fascismo y de sus movi-
mientos y regímenes autoritarios satélites.
Sólo la alianza —insólita y temporal— del capitalismo liberal y el comu-
nismo para hacer frente a ese desafío permitió salvar la democracia, pues la
victoria sobre la Alemania de Hitler fue esencialmente obra (no podría haber
sido de otro modo) del ejército rojo. Desde una multiplicidad de puntos de
vista, este período de alianza entre el capitalismo y el comunismo contra el
fascismo —fundamentalmente las décadas de 1930 y 1940— es el momento
decisivo en la historia del siglo xx. En muchos sentidos es un proceso para-
dójico, pues durante la mayor parte del siglo —excepto en el breve período
de antifascismo— las relaciones entre el capitalismo y el comunismo se
caracterizaron por un antagonismo irreconciliable. La victoria de la Unión
Soviética sobre Hitler fue el gran logro del régimen instalado en aquel país
por la revolución de octubre, como se desprende de la comparación entre los
resultados de la economía de la Rusia zarista en la primera guerra mundial y
de la economía soviética en la segunda (Gatrell y Harrison, 1993). Probable-
mente, de no haberse producido esa victoria, el mundo occidental (excluidos
los Estados Unidos) no consistiría en distintas modalidades de régimen par-
lamentario liberal sino en diversas variantes de régimen autoritario y fascis-
ta. Una de las ironías que nos depara este extraño siglo es que el resultado
más perdurable de la revolución de octubre, cuyo objetivo era acabar con el
capitalismo a escala planetaria, fuera el de haber salvado a su enemigo acé-
rrimo, tanto en la guerra como en la paz, al proporcionarle el incentivo —el
temor— para reformarse desde dentro al terminar la segunda guerra mundial
y al dar difusión al concepto de planificación económica, suministrando al
mismo tiempo algunos de los procedimientos necesarios para su reforma.
Ahora bien, una vez que el capitalismo liberal había conseguido sobrevi-
vir —a duras penas— al triple reto de la Depresión, el fascismo y la guerra,
parecía tener que hacer frente todavía al avance global de la revolución, cuyas _
fuerzas podían agruparse en torno a la URSS, que había emergido de la
segunda guerra mundial como una superpotencia.
18 HISTORIA DEL SIGLO XX
III
y por la infinita variedad de los mismos. De no haber sido así habría resulta-
do imposible mantener una población mundial varias veces más numerosa
que en cualquier otro período de la historia del mundo. Hasta el decenio de
1980, la mayor parte de la gente vivía mejor que sus padres y, en las econo-
mías avanzadas, mejor de lo que nunca podrían haber imaginado. Durante
algunas décadas, a mediados del siglo, pareció incluso que se había encon-
trado la manera de distribuir entre los trabajadores de los países más ricos al
menos una parte de tan enorme riqueza, con un cierto sentido de justicia,
pero al terminar el siglo predomina de nuevo la desigualdad. Ésta se ha en-
señoreado también de los antiguos países «socialistas», donde previamente
reinaba una cierta igualdad en la pobreza. La humanidad es mucho más ins-
truida que en 1914. De hecho, probablemente por primera vez en la historia
puede darse el calificativo de alfabetizados, al menos en las estadísticas ofi-
ciales, a la mayor parte de los seres humanos. Sin embargo, en los años fina-
les del siglo es mucho menos patente que en 1914 la trascendencia de ese
logro, pues es enorme, y cada vez mayor, el abismo existente entre el míni-
mo de competencia necesario para ser calificado oficialmente como alfabeti-
zado (frecuentemente se traduce en un «analfabetismo funcional») y el domi-
nio de la lectura y la escritura que aún se espera en niveles más elevados de
instrucción.
El mundo está dominado por una tecnología revolucionaria que avanza
sin cesar, basada en los progresos de la ciencia natural que, aunque ya se pre-
veían en 1914, empezaron a alcanzarse mucho más tarde. La consecuencia de
mayor alcance de esos progresos ha sido, tal vez, la revolución de los siste-
mas de transporte y comunicaciones, que prácticamente han eliminado el
tiempo y la distancia. El mundo se ha transformado de tal forma que cada
día, cada hora y en todos los hogares la población común dispone de más
información y oportunidades de esparcimiento de la que disponían los empe-
radores en 1914. Esa tecnología hace posible que personas separadas por
océanos y continentes puedan conversar con sólo pulsar unos botones y ha
eliminado las ventajas culturales de la ciudad sobre el campo.
¿Cómo explicar, pues, que el siglo no concluya en un clima de triunfo,
por ese progreso extraordinario e inigualable, sino de desasosiego? ¿Por qué,
como se constata en la introducción de este capítulo, las reflexiones de tan-
tas mentes brillantes acerca del siglo están teñidas de insatisfacción y de des-
confianza hacia el futuro? No es sólo porque ha sido el siglo más mortífero
de la historia a causa de la envergadura, la frecuencia y duración de los con-
flictos bélicos que lo han asolado sin interrupción (excepto durante un breve
período en los años veinte), sino también por las catástrofes humanas, sin
parangón posible, que ha causado, desde las mayores hambrunas de la histo-
ria hasta el genocidio sistemático. A diferencia del «siglo xix largo», que
pareció —y que fue— un período de progreso material, intelectual y moral
casi ininterrumpido, es decir, de mejora de las condiciones de la vida civili-
zada, desde 1914 se ha registrado un marcado retroceso desde los niveles que
se consideraban normales en los países desarrollados y en las capas medias
VISTA PANORÁMICA DEL SIGLO XX 23
No pasamos por alto el hecho de que la tortura o incluso el asesinato han lle-
gado a ser un elemento normal en el sistema de seguridad de los estados
modernos, pero probablemente no apreciamos hasta qué punto eso constituye
una flagrante interrupción del largo período de evolución jurídica positiva,
desde la primera abolición oficial de la tortura en un país occidental, en la
década de 1780, hasta 1914.
Y sin embargo, a la hora de hacer un balance histórico, no puede compa-
rarse el mundo de finales del siglo xx con el que existía a comienzos del
período. Es un mundo cualitativamente di.stinto, al menos en tres aspectos.
En primer lugar, no es ya eurocéntrico. A lo largo del siglo se ha produ-
cido la decadencia y la caída de Europa, que al comenzar el siglo era todavía
24 HISTORIA DEL SIGLO XX
La razón por la que los diseñadores de moda, unos profesionales poco ana-
líticos, consiguen a veces predecir el futuro mejor que los vaticinadores profe-
sionales es una de las cuestiones más incomprensibles de la historia, y para el
historiador de la cultura, una de las más importantes. Es, desde luego, crucial
para todo el que desee comprender las repercusiones de la era de ios cata-
clismos en el mundo de la alta cultura, de las artes elitistas y, sobre todo, de
la vanguardia. Porque se acepta con carácter general que estas artes anuncia-
ron con varios años de anticipación el hundimiento de la sociedad burguesa
liberal (véase La era del imperio, capítulo 9). Hacia 1914 ya existía prácti-
camente todo lo que se puede englobar bajo el término, amplio y poco defi-
LAS ARTES. 1914-1945 183
1. Matisse y Picasso; Schonberg y Stravinsky; Gropius y Mies van dar Rohe; Proust,
James Joyce. Thomas Mann y Franz Kafka; Yeats, Ezra Pound, Alexander Blok y Anna
Ajmatova.
2. Entre otros, Isaak Babel (1894), Le Corbusier (1897), Ernest Hemingway (1899), Ber-
tolt Brecht, Garcia Lorca y Hanns Eisler (todos ellos nacidos en 1898). Kurt Weill (1900), Jean-
Paul Sartre (1905) y W. H. Auden (1907).
184 LA ERA DE LAS CATÁSTROFES
3. Salvo raras excepciones —Alban Berg, Benjamin Britten—, las principales creaciones
para la escena musical realizadas después de 1918, por ejemplo IM ópera de cuatro cuartos,
Grandeza y decadencia de la ciudad de Mahagonny o Porgy y Bess, no fueron escritas para los
teatros de ópera oficiales.
186 LA ERA DE LAS CATÁSTROFES
fon. Hasta la segunda mitad del siglo fue difícil percibir entre los intelec-
tuales reconocidos, vanguardistas o no, una auténtica pasión por el tipo de
jazz que hoy en día es considerado como una de las principales aportaciones
de los Estados Unidos a la música del siglo xx. Los que lo cultivaron, como
me ocurrió a mí tras la visita de Duke Ellington a Londres en 1933, eran una
pequeña minori'a.
Fuera cual fuese la variante local de la modernidad, en el período de entre-
guerras se convirtió en el distintivo de cuantos pretendían demostrar que eran
personas cultas y que estaban al día. Con independencia de si gustaban o no,
o de si se habían leído, visto u oído, era inconcebible no hablar con conoci-
miento de las obras de los personajes famosos (entre los estudiantes ingleses
de literatura de la primera mitad de los años treinta, de T. S. Eliot, Ezra
Pound, James Joyce y D. H. Lawrence). Lo que resultó tal vez más interesan-
te fue que la vanguardia cultural de cada país reescribiera o reinterpretara el
pasado para adecuarlo a las exigencias contemporáneas. A los ingleses se
les pidió que olvidaran por completo a Milton y Tennyson y que admirasen
a John Donne. El crítico literario británico más influyente del momento,
F R. Leavis, que procedía de Cambridge, elaboró incluso un catálogo de la
novelística inglesa que era lo contrario de lo que debe ser un canon, pues
omitía en la sucesión histórica todo aquello que no le gustaba, por ejemplo,
todas las obras de Dickens a excepción de una novela. Tiempos difíciles, con-
siderada hasta entonces como una obra menor del maestro."
Para los amantes de la pintura española, Murillo había pasado de moda
y era obligado admirar al Greco. Pero, sobre todo, cuanto tenía que ver con
la era del capitalismo y con la era del imperio (salvo el arte vanguardista)
no sólo era rechazado, sino que acabó resultando prácticamente invisible.
Este hecho lo demuestra no sólo el descenso en picado de los precios de la
pintura académica del siglo xix (y el aumento, aún moderado, del precio de
los cuadros de los impresionistas y de los modernistas tardíos), sino la impo-
sibilidad virtual de vender esas obras hasta bien entrado el decenio de 1960.
El mero intento de conceder cierto mérito a la arquitectura victoriana se con-
sideraba como una ofensa deliberada al auténtico buen gusto y se asociaba
con una mentalidad reaccionaria. El autor de este libro, que creció entre los
grandes monumentos arquitectónicos de la burguesía liberal que rodean el
casco antiguo de Viena, aprendió, mediante una especie de osmosis cultural,
que había que considerarlos falsos, pomposos, o ambas cosas. De hecho, la
demolición masiva de esos edificios no se produjo hasta los años cincuenta y
sesenta, la década más desastrosa de la arquitectura moderna, lo que explica
que hasta 1958 no se estableciera en Gran Brptaña una Sociedad Victoriana
para proteger los edificios del período 1840-1914 (más de veinticinco años
después de que se creara un «Grupo Georgiano» para proteger el legado del
siglo xviu, mucho menos denostado).
4. Para ser justos hay que decir que finalmente el doctor Leavis, si bien con cierta reti-
cencia, acabó dedicando algunos elogios al gran escritor.
LAS ARTES, 1914-1945 189
5. «Mir fállt zu Hitler nichts ein». Esto no impidió a Kraus, tras un largo silencio, escri-
bir varios centenares de páginas sobre el tema, que sobrepasaron sus posibilidades.
LAS ARTES, 1914-1945 193
6. De hecho, las principales obras literarias que se hacían eco de los sucesos de la prime-
ra guerra mundial no empezaron a darse a conocer hasta los últimos años de la década de 1920,
cuando, en un plazo de dieciocho meses, se vendieron dos millones y medio de ejemplares, en
veinticinco idiomas, de la obra de Erich Maria Remarque Sin novedad en el frente (1929, lleva-
da al cine en Hollywood en 1930).
194 LA ERA DE LAS CATÁSTROFES
7. El escritor argentino Jorge Luis Borges (1899-1986) era un ferviente anglofilo y cono-
cedor de lo inglés; el extraordinario poeta griego de Alejandría C. P. Cavafis (1863-193.3) había
adoptado el inglés como lengua principal, al igual que Fernando Pessoa (1888-193.S), el poeta
portugués más importante del siglo. Es conocida, también, la influencia de Kipling sobre Bertolt
Brecht.
LAS ARTES. 1914-1945 195
habían hecho los bengalíes de la India a partir de mediados del siglo xix?
¿Cómo conseguirían los hombres (y tal vez, en esos nuevos tiempos, las
mujeres) escribir poesía en urdu, en lugar de utilizar el persa clásico, que
había sido la lengua obligada hasta este momento; en turco, en lugar de en el
árabe clásico que la revolución de Atatürk había arrojado al cubo de la basu-
ra de la historia junto con el fez y el velo de las mujeres? ¿Qué habían de
hacer con las tradiciones en los países de culturas antiguas; con un arte que,
aunque atractivo, no pertenecía al siglo xx? Abandonar el pasado resultaba lo
suficientemente revolucionario como para hacer que la pugna occidental de
una fase de la modernidad contra otra pareciera fuera de lugar o incluso
incomprensible, sobre todo cuando el artista moderno solía ser, además, un
revolucionario político. Chéjov y Tolstoi podían parecer modelos más apro-
piados que James Joyce para quienes sentían que su misión —y su inspira-
ción— les conducía a «ir a las masas» para pintar una imagen realista de sus
sufrimientos y ayudarlas a levantarse. Incluso en el grupo de escritores japo-
neses que se internaron en la senda de la modernidad a partir de los años
veinte (gracias tal vez al contacto con el futurismo italiano) hubo un fuerte
—y a veces, dominante— componente «proletario», socialista o comunista
(Keene, 1984, capítulo 15). De hecho, el primer gran escritor moderno chino,
Lu Hsün (1881-1936), rechazó los modelos occidentales y dirigió su mirada
a la literatura rusa, en la que «podemos apreciar el alma generosa de los opri-
midos, sus sufrimientos y sus luchas» (Lu Hsün, 1975, p. 23).
Para la mayoría de los talentos creadores del mundo no europeo, que ni
se limitaban a sus tradiciones ni estaban simplemente occidentalizados, la
tarea principal parecía ser la de descubrir, desvelar y representar la realidad
contemporánea de sus pueblos. Su movimiento era el realismo.
II
sonoro francés en los años treinta y también del cine italiano en cuanto se
levantó el manto del fascismo que había sofocado a sus grandes talentos. Tal
vez fue el cine populista francés de los años treinta el que mejor supo conju-
gar las aspiraciones culturales de los intelectuales con el deseo de entreteni-
miento del público en general. Fue el único cine intelectual que nunca olvi-
dó la importancia del argumento, especialmente en las películas de amor o de
crímenes, y el único en el que tenía cabida el sentido del humor. Cuando la
vanguardia (política o artística) aplicó por entero sus principios, como ocu-
rrió con el movimiento documentalista o el arte agitprop, sus obras sólo lle-
garon a una pequeña minoría.
Sin embargo, lo que da importancia al arte de masas de este período no
es la aportación del vanguardismo, sino su hegemonía cultural creciente, aun-
que, como hemos visto, fuera de los Estados Unidos todavía no había esca-
pado a la tutela de las clases cultas. El arte (o más bien el entretenimiento)
que consiguió una situación de predominio fue el que se dirigía a la gran
masa de la población, y no sólo al público creciente de las capas medias y
medias bajas, de gustos más tradicionales. Estos gustos dominaban todavía
en el teatro del «bulevar» o del «West End» europeos y sus equivalentes, al
menos hasta que Hitler dispersó a sus realizadores, pero su interés era limi-
tado. La novedad más interesante en el panorama cultural de estas capas
medias fue el extraordinario desarrollo de un género que ya antes de 1914
había dado señales de vida, sin que pudiera preverse su auge posterior: las
novelas policiacas. Era un género principalmente británico —quizás como
homenaje al Sherlock Holmes de A. Conan Doyle, que adquirió renombré
internacional en el decenio de 1890— y, lo que es más sorprendente, en gran
medida femenino o académico. La precursora fue Agatha Christie (1891-
1976), cuyas obras siguen alcanzando grandes ventas. Las versiones interna-
cionales de este género se inspiraban en buena medida en el modelo británi-
co, esto es, se ocupaban casi exclusivamente de asesinatos tratados como un
juego de salón que requería simplemente cierto ingenio, más que como los
elaborados crucigramas con pistas enigmáticas que eran una especialidad aún
más exclusivamente británica. El género hay que considerarlo como una ori-
ginal invocación a un orden social amenazado, pero todavía entero. El asesi-
nato, principal y casi único delito capaz de hacer intervenir al detective, se
produce en un entorno ordenado —una casa en el campo, o un medio profe-
sional conocido— y conduce hasta una de esas manzanas podridas que con-
firman el buen estado en que se halla el resto del cesto. El orden se restable-
ce gracias a la inteligencia que para solucionar el problema pone a contribu-
ción el detective (por lo general un hombre) que representa por sí mismo el
niedio social. Por ello el investigador privado, a no ser que sea él mismo
policía, pertenece a la clase media o alta. Es un género profundamente con-
servador y expresa un mundo aún confiado, a diferencia de las novelas de
espionaje (género también predominantemente británico), caracterizadas por
Un cierto histerismo, y que tendrían mucho éxito en la segunda mitad del
198 LA ERA DE LAS CATÁSTROFES
8. Los antepa.sados literario.s de la moderna novela policiaca negra eran mucho más plC'
beyos. Dashiell Hammett (1894-1961) empezó trabajando como agente en la Pinkerton y publi-
cando .sus escritos en revistas de poca categoría y, por su parte, el belga Georges Simenon
(1903-1989), único escritor que dotó a la novela policiaca de una auténtica calidad literaria, fue
un escritor a sueldo autodidacto.
LAS ARTES, 1914-1945 199
como una máquina de producir sueños en serie, pero que se hundió poco des-
pués de la segunda guerra mundial.
El tercero de los medios de comunicación de masas, la radio, era com-
pletamente nuevo. A diferencia de los otros dos, requería la propiedad priva-
da por parte del oyente de lo que era todavía un artilugio complejo y relati-
vamente caro, y por tanto sólo tuvo éxito en los países «desarrollados» más
prósperos. En Italia, el número de receptores de radio no superó al de auto-
móviles hasta 1931 (Isola, 1990). En vísperas de la segunda guerra mundial,
eran Estados Unidos, Escandinavia, Nueva Zelanda y Gran Bretaña los paí-
ses con un mayor número de aparatos de radio. Sin embargo en estos países
se multiplicaban a una velocidad espectacular, e incluso los más pobres podían
adquirirlos. De los nueve millones de aparatos de radio existentes en Gran
Bretaña en 1939, la mitad los habían comprado personas que ganaban entre
2,5 y 4 libras esterlinas a la semana —un salario modesto—, y otros dos
millones, personas con salarios aún menores (Briggs, 1961, vol. 2, p. 254). No
debe sorprender que la audiencia radiofónica se duplicara en los años de la
Gran Depresión, durante los cuales aumentó proporcionalmente más que en
cualquier otro período. Puesto que la radio transformaba la vida de los pobres,
y sobre todo la de las amas de casa pobres, como no lo había hecho hasta
entonces ningún otro ingenio. Introducía el mundo en sus casas. A partir de
entonces, los solitarios nunca volvieron a estar completamente solos, pues
tenían a su alcance todo lo que se podía decir, cantar o expresar por medio
del sonido. ¿Cabe sorprenderse de que un medio de comunicación descono-
cido al concluir la primera guerra mundial hubiera conquistado ya diez
millones de hogares en los Estados Unidos el año de la quiebra de la bolsa,
más de veintisiete millones en 1939 y más de cuarenta millones en 1950?
A diferencia del cine, o incluso de la prensa popular, la radio no trans-
formó en profundidad la forma en que los seres humanos percibían la reali-
dad. No creó modos nuevos de ver o de establecer relaciones entre las impre-
siones sensoriales y las ideas (véase La era del imperio). Era simplemente un
medio, no un mensaje. Pero su capacidad de llegar simultáneamente a millo-
nes de personas, cada una de las cuales se sentía interpelada como un indivi-
duo, la convirtió en un instrumento de información de masas increíblemente
poderoso y, como advirtieron inmediatamente los gobernantes y los vende-
dores, en un valioso medio de propaganda y publicidad. A principios del
decenio de 1930, el presidente de los Estados Unidos había descubierto el
valor potencial de las «charlas junto al fuego» radiofónicas, y el rey de Gran
Bretaña, el del mensaje navideño (1932 y 1933, respectivamente). Durante
la segunda guerra mundial, con su incesante demanda de noticias, la radio
demostró su valor como instrumento político y como medio de información.
El número de receptores aumentó considerablemente en todos los países de
la Europa continental, excepto en los que sufrieron más gravemente los efec-
tos de la guerra (Briggs, 1961, vol. 3, Apéndice C). En algunos casos, la cifra
Se duplicó con creces. En la mayoría de los países no europeos el incremento
file incluso más pronunciado. Aunque en Estados Unidos predominó desde el
200 LA ERA DE LAS CATÁSTROFES
principio la radio comercial, la cosa fue distinta en otros países porque los
gobiernos se resistían a ceder el control de un medio que podía ejercer una
influencia tan profunda sobre los ciudadanos. La BBC conservó el monopo-
lio público en Gran Bretaña. Donde se toleraban emisoras comerciales, se
esperaba que éstas acatasen las directrices oficiales.
Es difícil apreciar las innovaciones de la cultura radiofónica, porque
mucho de lo que introdujo —los comentarios deportivos, el boletín informa-
tivo, los programas con personajes famosos, las novelas radiofónicas o las
series de cualquier tipo— se ha convertido en elemento habitual de nuestra
vida cotidiana. El cambio más profundo que conllevó fue el de privatizar y
estructurar la vida según un horario riguroso, que desde ese momento domi-
nó no sólo la esfera del trabajo sino también el tiempo libre. Pero, curiosa-
mente, este medio —y, hasta la llegada del vídeo, la televisión—, si bien
estaba orientado básicamente al individuo y a la familia, creó también una
dimensión pública. Por primera vez en la historia, dos desconocidos que se
encontraban sabían, casi con certeza, lo que la otra persona había escuchado
(y luego, lo que había visto) la noche anterior: el concurso, la comedia favo-
rita, el discurso de Winston Churchill o el boletín de noticias.
Fue la música la manifestación artística en la que la radio influyó de for-
ma más directa, pues eliminó las limitaciones acústicas o mecánicas para la
difusión del sonido. La música, la última de las artes en escapar de la prisión
corporal que confina la comunicación oral, había iniciado antes de 1914 la
era de la reproducción mecánica, con el gramófono, aunque éste no estaba
todavía al alcance de las masas. En el período de entreguerras, las clases
populares empezaron a comprar gramófonos y discos, pero el hundimiento
del mercado de los race records, esto es, de la música típica de la población
pobre, durante la Depresión económica norteamericana, demuestra la fragili-
dad de esa expansión. Pese a la mejora de su calidad técnica a partir de 1930,
el disco tenía sus limitaciones, aunque sólo fuera por su duración. Además,
la variedad de la oferta dependía de las ventas. Por vez primera, la radio per-
mitió que un número teóricamente ilimitado de oyentes escuchara música
a distancia con una duración ininterrumpida de más de cinco minutos. De
este modo, se convirtió en un instrumento único de divulgación de la música
minoritaria (incluida la clásica) y en el medio más eficaz de promocionar
la venta de discos, condición que todavía conserva. La radio no transformó la
música —no influyó tanto en ella como el teatro o el cine, que pronto apren-
dió también a reproducir el sonido— pero la función de la música en el mun-
do contemporáneo, incluyendo su función de decorado sonoro de la vida
cotidiana, es inconcebible sin ella.
Las fuerzas que dominaban las artes populares eran, pues, tecnológicas e
industriales: la prensa, la cámara, el cine, el disco y la radio. No obstante,
desde finales del siglo xix un auténtico torrente de innovación creativa autó-
noma había empezado a fluir en los barrios populares y del entretenimiento
de algunas grandes ciudades (véase La era del imperio). No estaba ni mucho
menos agotado y la revolución de los medios de comunicación difundió sus
LAS ARTES, 1914-1945 201
productos mucho más allá de su medio originario. En ese momento tomó for-
ma el tango argentino, que se extendió del baile a la canción, alcanzando su
máximo esplendor e influencia en los años veinte y treinta. Cuando en 1935
murió en un accidente aéreo su estrella más célebre, Carlos Gardel (1890-
1935), toda Hispanoamérica lo lloró, y los discos lo convirtieron en una pre-
sencia permanente. La samba, destinada a simbolizar el Brasil como el tango
la Argentina, es el fruto de la democratización del carnaval de Río en los
años veinte. Sin embargo, el descubrimiento más importante, y de mayor
influencia a largo plazo, en este ámbito fue el del jazz, que surgió en los
Estados Unidos como resultado de la emigración de la población negra de
los estados sureños a las grandes ciudades del medio oeste y del noroeste: un
arte musical autónomo de artistas profesionales (principalmente negros).
La influencia de algunas de estas innovaciones populares fuera de su
medio originario era aún escasa. No era tampoco tan revolucionaria como
llegaría a serlo en la segunda mitad del siglo, cuando —por poner un ejem-
plo— el lenguaje derivado directamente del blues negro norteamericano se
convirtió, con el rock-and-roll, en el idioma universal de la cultura juvenil.
Sin embargo, aunque —salvo en el caso del cine— el impacto de los medios
de comunicación de masas y de la creación popular no era tan intenso como
llegaría a serlo en la segunda mitad del siglo (este fenómeno se analizará
más adelante), ya era notable, en cantidad y en calidad, especialmente en
Estados Unidos, donde empezó a adquirir una indiscutible hegemonía en este
ámbito gracias a su extraordinario predominio económico, a su firme adhe-
sión a los principios del comercio y de la democracia y, después de la Gran
Depresión, a la influencia del populismo de Roosevelt. En la esfera de la cul-
tura popular, el mundo era o norteamericano o provinciano. Con una sola
excepción, ningún otro modelo nacional o regional alcanzó un predominio
mundial, aunque algunos tuvieron una notable influencia regional (por ejem-
plo, la música egipcia dentro del mundo islámico) y aunque ocasionalmente
una nota exótica pudiera integrarse en la cultura popular internacional, como
los elementos caribeños y latinoamericanos de la música de baile. Esa única
excepción fue el deporte. En esa rama de la cultura popular —¿quién podría
negarle la calidad de arte quien haya visto al equipo brasileño en sus días de
gloria?—, la influencia de los Estados Unidos se dejó sentir únicamente en la
zona de influencia política de Washington. Al igual que el cricket sólo es un
deporte popular en las zonas de influencia británica, el béisbol sólo se difun-
dió allí donde los marines norteamericanos habían desembarcado alguna vez.
El deporte que adquirió preeminencia mundial fue el fútbol, como conse-
cuencia de la presencia económica del Reino Unido, que había introducido
equipos con los nombres de empresas británicas, o formados por británicos
expatriados (como el Sao Paulo Athletic Club) desde el polo al ecuador. Este
juego sencillo y elegante, con unas normas y una indumentaria poco compli-
cadas, que se podía practicar en cualquier espacio más o menos llano de las
medidas adecuadas, se abrió camino en el mundo por méritos propios y, con
202 LA ERA DE LAS CATÁSTROFES
la creación del Campeonato del Mundo en 1930 (en la que venció Uruguay)
pasó a ser genuinamente internacional.
Aun así los deportes de masas, si bien universales, siguieron siendo muy
primitivos. Sus practicantes todavía no habían sido absorbidos por la econo-
mía capitalista. Las grandes figuras seguían siendo aficionados, al igual que
en el tenis (es decir, asimilados a la condición burguesa tradicional), o profe-
sionales con un sueldo equivalente al de un obrero industrial especializado
como ocurría en el fútbol británico. Para disfrutar del espectáculo todavía
había que ir al estadio, pues la radio sólo podía transmitir la emoción del jue-
go o la carrera mediante el aumento de decibelios en la voz del comentaris-
ta. Todavía faltaban algunos años para que llegara la era de la televisión y de
los deportistas con sueldos de estrellas de cine. Pero, como veremos (capí-
tulos IX al XI), tampoco tantos años.
Winfried Nerdinger
100 años de la
Werkbund alemana
Catálogo de la exposición:
Deustcher Werkbund. 100 años
de arquitectura y diseño en Alemania.
Museo Provincial de Bellas Artes
Rosa Galisteo de Rodríguez.
Santa Fe, Argentina, agosto 2005
100 AÑOS DE LA WERKBUND ALEMANA Pacto» los miembros fundadores propusieron «el refinamiento del
WINFRIED NERDINGER trabajo industrial en colaboración con el arte, la industria y los
oficios a través de la educación, la propaganda y las posturas uni-
La industrialización y la urbanización llevaron, a partir de me- formes frente a cuestiones específicas»3.
diados del siglo xix, a cambios significativos en todas las áreas de La meta de todo el entorno industrial, «desde los almohadones
la vida. Contra la pérdida de la artesanía y la calidad artística de del sofá hasta el urbanismo»4, de «refinar» los aspectos artísticos
los productos fabricados industrialmente por medio de patrones, y con objetos «bien»5 formados «educar» culturalmente a la pobla-
surgió primero el movimiento inglés Arts and Crafts, que deman- ción o, según Friedrich Naumann, de «construir la costumbre»6,
daba un retorno a los modos de producción pre-industriales de definió el trabajo de la Werkbund alemana hasta el último tercio
los talleres. del siglo xx.
A comienzos de 1890 los movimientos reformistas de Alemania Aún cuando entre los miembros hubo discusiones respecto de
tomaron ideas de Inglaterra, en particular aquellas de William la «forma», estaban en un todo de acuerdo en que los productos
Morris y John Ruskin que propagaban la creencia en una fuerza que satisfacían sus propósitos y usos, al igual que las condiciones
moral y educativa efectiva de las creaciones artísticas, que no se de los materiales y los métodos de producción, debían organizar-
orientaba a sí misma hacia atrás —retrospectivamente— sino que se. Del «buen valor de uso» debía autogenerarse la «belleza».
se preocupaba por la mejora de los productos industriales y las Si hoy existe a nivel mundial una comprensión generalizada
formas de producción. En lugar de los productos masivos baratos e interés por los productos industriales y, el diseño industrial se
y de moda se debían introducir productos durables de calidad, los enseña en las escuelas, se desarrolla a través de emprendimientos
principios uniformes de diseño debían conducir a la recuperación comerciales y se expone en los museos, es fundamentalmente por
de una «cultura armónica»1 y a través de la maquinaria del proce- mérito de la Werkbund alemana.
so de producción los trabajadores alienados debían recuperar la A través de la cooperación con empresas como aeg, Bahlsen,
«alegría en el trabajo»2, a través de la cual, por último, se esperaba los Talleres Alemanes (Deutsche Werkstätten) o la fábrica de linóleo
que se equilibraran las tensiones sociales. Delmenhorst, que habían dejado que artistas basados en los prin-
Peter Behrens. De estos esfuerzos, en octubre de 1907, surgió la Werkbund ale- cipios de la Werkbund definieran el éxito económico no sólo de
Werkbund-Paket, envase mana como producto de la unión de doce artistas, entre los que sus productos sino, por primera vez, de toda su apariencia, de su 3
para galletas Bahlsen.
1914© Bahlsen Archive, se encontraban Peter Behrens, Josef Hoffmann y Richard Riemers- identidad corporativa, el movimiento alcanzó antes de la Primera
Hannover chmid, y de unas doce empresas de Múnich. Como «Objetivo del Guerra Mundial gran importancia y suceso.
El «acabado» (Veredelung) o «espiritualidad» (Vergeistigung) de los
productos industriales se combinó con materiales robustos y, a
menudo también, con los intereses nacionales, por lo que los ar-
tículos alemanes se procuraron una ventaja frente a la compe-
tencia en el mercado mundial al comercializar mejor los produc-
tos a través del «arte» y el «trabajo de calidad»7. De este modo, la
Werkbund se puso desde el principio «al servicio del imperialismo
económico o, dicho de modo más agradable, al servicio del pensa-
miento alemán en el mundo»8.
Por consiguiente, los observadores críticos se enfocaron cada
vez más en la pregunta acerca de si la repetidamente proclamada
«interrelación entre el trabajo de calidad y la cuestión social»9 fue,
en general, tenida en cuenta y perseguida en la Werkbund.
El esfuerzo de la Werkbund para actuar como «educador del
pueblo» fue continuamente intensificado a través de la promoción
Fritz Hellmut Ehmcke.
del «modelo» ejemplar en publicaciones y catálogos de ventas ta- Cartel «Deutsche
les como el Deutschen Warenbuch o a través del Werkbund-Museum Werkbund Ausstellung
Cöln 1914 /
—aquel Museo Alemán para el Arte en el Comercio y la Industria,
German Werkbund exhibi-
decorado por Karl Ernst Osthaus en Hagen—. Con la ciudad jardín tion Cologne 1914\». 1914
Hellerau cerca de Dresden, en la que los talleres alemanes produ- © Die Neue Sammlung -
jeron y facilitaron la cultura de reforma del Teatro (Festspielhaus), Staatliche Museen für
angewandte Kunst I
nace un tipo de modelo de urbanización de la Werkbund, que tam- Design in der Pinakothek
bién residió allí desde 1909, con atractivo y efectos internacionales. der Moderne, München
El éxito de la Werkbund alemana pronto condujo a la fundación de
otras agrupaciones como la Werkbund austríaca (1912), la Werkbund
suiza (1913) y organizaciones similares en Suecia o Inglaterra.
En 1914 la Werkbund mostró sus logros en una gran muestra en
Colonia. Tres edificios de esta «exposición modelo», el teatro de
Henry van de Velde, el edificio de oficinas de Walter Gropius y la
casa de cristal de Bruno Taut, fueron pioneros en la historia de la
arquitectura. En el congreso que acompañaba a la muestra hubo,
sin embargo, una acalorada discusión entre los defensores del di-
seño artístico‑individual, agrupados en torno a Henry van de Vel-
de, y los representantes de la tipificación pregonada por Hermann
Muthesius, que sostenía que la fabricación económica debía ser
hecha con máquinas. Ya en Colonia surgió la, desde entonces, re-
currente opinión de que la Werkbund fue «una asociación de los
enemigos más íntimos»10.
La Primera Guerra Mundial puso fin a estos litigios sobre el vín-
5
culo entre «arte e industria» y forzó formas de producción más
racionales y económicas. Durante la guerra, además, se intensificó
el elemento nacional inherente desde el principio a la Werkbund.
Ya en 1908, Friedrich Naumann había trazado un paralelo entre la
mejora de los productos industriales y la importancia de la cons-
trucción de buques de guerra11: la «forma alemana» y el trabajo de
calidad debían ahora ayudar a obtener la victoria.
Luego de la guerra y la revolución, por las cuales no sólo el or-
den político, social y económico sino también los conceptos cul-
turales se vieron decididamente modificados, pasaron varios años Si bien se ha señalado en repetidas ocasiones que no se trata
para que la Werkbund alemana retomara el trabajo de preguerra de suprimir el «ornamento» sino que la forma debe desarrollarse
a partir de la exposición de Stuttgart «La Forma» (Die Form), donde constructivamente a partir de la función y de los materiales a fin
en una fase turbulenta y expresiva, antes y durante el período de de alcanzar un diseño «orgánico» o «espiritualizado», pertenece a
inflación, encuentra otra vez una declaración programática. la Werkbund la discusión sobre el formalismo, sobre el empleo en
Incluso la publicación que acompaña a la exposición, lanzada su gran mayoría de formas geométricas como meras «marcas de
bajo el título «La forma sin ornamento», tiene ahora un «adorno reconocimiento» o «símbolos»12 para la modernidad.
ligero» dirigido contra la decoración y el estilo de las formas histó- De 1925 a 1935 la Werkbund publicó con el título «La Forma»
ricas, que será el leitmotiv del trabajo de la Werkbund. (Die Form) su propia revista, en la que no sólo se discutían todas las
Por lo tanto, la Werkbund alemana tuvo para quienes la suce-
dieron un rol de liderazgo en los experimentos más importantes
en relación con el diseño, para que la técnica, la internacionaliza-
ción y la movilidad formaran parte del mundo.
Cuando la Werkbund fue invitada a diseñar la sección alemana
de la Exposición de Artes y Oficios de París en 1930, se presentó,
bajo la dirección de Walter Gropius, una visión sobre un espacio
de vivienda de una futura sociedad móvil, que entusiasmó al pú-
blico francés.
En una gran exposición, «El Nuevo Tiempo» (Die Neue Zeit), que
se realizaría con ocasión del vigésimo quinto aniversario de la
Werkbund en 1932, se ofrecería una muestra de los logros alcan-
zados hasta la fecha y un panorama de un mundo radicalmente
Peter Behrens. cuestiones y temas del trabajo con la forma, desde el mobiliario cambiante. Debido a la crisis económica mundial este proyecto no
Calentadores eléctricos pudo llevarse a cabo.
hasta la vestimenta y desde la tipografía hasta el diseño urbano,
de té y de agua. 1909
Foto: © A. Laurenzo sino que se presentaban soluciones ejemplares. Die Form no es solo En 1933 comenzó en Alemania un «nuevo tiempo», pero sólo tra-
© Die Neue Sammlung una de las revistas culturales alemanas más vivaces de la Repú- jo muerte y destrucción y, también, el final de la Werkbund como
- Staatliche Museen blica de Weimar, sino que ofrece el mejor espejo para los ideales la institución cultural alemana más importante. La Werkbund fue
für angewandte Kunst |
Design in der Pinakothek artísticos y educativos de la Werkbund. «asimilada», primero integrada a la «Liga para la Lucha por la cul-
der Moderne, Muchas de las grandes muestras organizadas por la Werkbund tura alemana» («Kampfbund für deutsche Kultur») y luego a la «Cáma-
Múnich. VG Bild-Kunst, alemana manifestaron y difundieron la voluntad de que el diseño ra de Cultura del Reich» («Reichskulturkammer»). Pero al contrario
Bonn, 2006
de todos los objetos fuera conforme con los fundamentos de los de mitos y leyendas posteriores, la institución permaneció hasta
nuevos desarrollos técnicos y tuviera en consideración un mundo 1938 con un presidente propio y pudo también llevar a cabo expo-
radicalmente cambiante. siciones y publicaciones, no obstante todas las actividades fueron
Así, la exposición de 1927 en el Weißenhof de Stuttgart, con ajustadas a la ideología nacionalsocialista.13 7
obras de la vanguardia de la arquitectura internacional presentó Como consecuencia de la puesta al servicio de los fines del nacio-
nuevas formas de vivienda y nuevos caminos para la tipificación y nalsocialismo de la técnica y la producción nacional, los produc-
racionalización de la construcción. La urbanización con edificios tos de la Werkbund encontraron gran aceptación en el ámbito del
de Le Corbusier, J.J.P Oud o Hans Scharoun, se cuenta hoy entre equipamiento escolar, las casas de los partidarios y las cantinas de
los ejemplos más importantes y famosos de la arquitectura mo- los talleres. La vajilla de Hermann Gretsch o las gafas de Wilhelm
derna del siglo xx. Wagenfeld fueron recién ahora productos de consumo masivo.
Siguiendo la línea de los experimentos de vivienda de Stutt- En la oficina de «Belleza del Trabajo» del Frente Alemán del Tra-
gart surgieron, con las urbanizaciones de la Werkbund en Brünn bajo (Deutsche Arbeitsfront) el diseño de los productos de la Werk-
(1928), Breslau (1929), Praga (1932), Neubüh (1932) y Viena (1932), bund sobrevivió en forma de artículos adaptados a la «buena for-
más viviendas y modelos urbanos para el «hombre moderno». ma alemana» al servicio del nacionalsocialismo.
La muestra organizada por la Werkbund en Stuttgart en 1929 Después del final de la Segunda Guerra Mundial, los miembros
«Film y Foto» (Film und Foto) unió a la vanguardia, desde Man Ray de la Werkbund pronto se reencontraron en diferentes ciudades,
hasta Sergei Eisenstein y desde El Lissitzky hasta László Moholy- se reorganizaron y comprometieron con la reconstrucción. Incluso
Nagy. Las películas experimentales y fotografías expuestas allí fue- durante la división de Alemania en cuatro zonas de ocupación los
ron el culmen de la cultura de los años veinte y tuvieron un gran grupos se reunieron en Rheydt en 1947, activaron las viejas relacio-
impacto en el desarrollo de una «nueva visión» que cambió los há- nes e ideales y llamaron a construir un «nuevo mundo». Ya en 1949
bitos del espectador en relación con los nuevos medios técnicos. pudo ser organizada una gran exposición de la Werkbund en Colo-
Herrmann Gretsch.
nia, que debía ofrecer pautas y estándares para la reconstrucción Servicio de café
y las viviendas futuras. Aquí, como parte de la contribución de la y servicio de té. 1931.
Werkbund suiza, fue presentada la muestra «La Buena Forma» (Die Porcelana
Foto: © A. Laurenzo
Gute Form) organizada en conjunto con Max Bill, que proporcionó © Die Neue Sammlung -
el lema para las próximas dos décadas y para algunos demostró Staatliche Museen
que, mientras tanto, el diseño de productos industriales era desa- ür angewandte Kunst |
Design in der
rrollado internacionalmente y no surgía de nuevos adelantos sino Pinakothek der Moderne,
de una adecuada selección de una amplia gama de productos.14 Múnich
A partir de 1950 la oficialmente refundada «Deutscher Werkbund
e.V», fue federalmente estructurada y no dispuso más de un conse-
jo federal dominante ni de protección financiera como la que tuvo
antes de la guerra, apuntó su primera actividad al establecimiento
de un Consejo de Diseño superior, política y financieramente ase-
gurado, que fue votado por el parlamento federal (Bundestag) en
1952 y desde entonces funciona como un reconocido órgano con-
sultivo para los productos industriales. No obstante, la Werkbund medio de la euforia del milagro económico algunos miembros de
perdió con esto mucha de su importancia pasada puesto que no la Werkbund, sobre todo Walter Rossow, reconocieron que la inte-
operaba tanto por sí misma como a través de otras instituciones racción entre el enorme crecimiento económico y la necesidad de
que debían representar las ideas de la Werkbund. consumo hacían que los paisajes se sobrepoblaran y el ambiente
La renuncia del entonces presidente Hans Schwippert y el lema se destruyera.
desde entonces frecuentemente citado «la Werkbund es lo que sus En el congreso de la Werkbund de 1959 en Marl sobre «La gran
miembros hacen»15 justificaron finalmente la pérdida de la impor- destrucción de la tierra» fueron abordados con toda claridad los
tancia de la organización, que no pudo llevar adelante una idea problemas de la sociedad industrial y las consecuencias ecológicas
de destino ni emprender grandes proyectos propios y sólo quiso del crecimiento orientado meramente por el fin de lucro. El pre-
adornarse con los logros de sus miembros. sidente de la Werkbund, Hans Schwippert, planteó que cincuenta 9
Con esta exigencia, todo lo que gusta, desde la Bauhaus hasta años los habían conducido a muy buenos vasos para beber pero de
la Interbau, es y será tomado mientras que por los fracasos los qué provecho eran si el agua de estos mientras tanto era un «caldo
miembros deben, naturalmente, responder de manera individual. desnaturalizado»17. Por lo tanto, ya no se trata de la fabricación de
En la década del cincuenta la Werkbund y sus asociaciones re- buenos productos sino de la cultura del consumo y uso.
gionales ciertamente desplegaron múltiples actividades, organi- En los años siguientes las cuestiones de la ecología y la pro-
zaron las contribuciones para la Trienal en Milán, montaron vi- tección del medio ambiente fueron acaloradamente debatidas en
viendas modelos en la Interbau de Berlín en 1957, desarrollaron la Werkbund y fueron presentadas al público general en exposi-
el concepto para el pabellón alemán en la exposición mundial ciones tales como «La patria de sus casas» (Heimat deiner Häuser) o
de Bruselas de 1958 y enviaron a las escuelas «Cajas Werkbund» «territorio+agua=tierra de oro» (Land+Wasser=goldener Boden).
(Werkbundkisten) con ejemplares modelo de «buenas formas» para Con una proclama pública en 1960, «El paisaje debe ser la ley»
la educación y la formación del gusto, pero la competencia en (Die Landschaft muß das Gesetz werden), la Werkbund buscó sensi-
cuestiones de diseño emigró hacia la Escuela de Diseño de Ulm bilizar a los ciudadanos y movilizarlos contra la destrucción del
abierta en 1955, cuya reputación se estableció rápidamente a tra- medio ambiente. Las discusiones sobre la protección del medio
vés de los diseños de productos reconocidos internacionalmente ambiente, los derechos sobre la tierra y responsabilidad social de
como, por ejemplo, los de la empresa Braun.16 la industria condujeron consecuentemente a una creciente politi-
Sin embargo, cincuenta años después de su creación la Werkbund zación de la Werkbund, que en 1968 a través de una carta abierta
articuló un tema de suma relevancia para sociedad en general. En en contra de la modificación de la ley federal de edificación (Bun-
André Lurcat.
Werkbund housing estate, Numerosos miembros prominentes se fueron de la asociación, las
Vienna, 1932 asociaciones regionales se dividieron. La tragedia de la Werkbund
Foto: © Margherita Spiluttini es que como la primera que —mucho antes de las advertencias
del Club de Roma y de la fundación de los partidos «verdes» y
los movimientos ecologistas— ha reconocido y hecho frente a los
principales problemas del futuro pero que en su gran mayoría no
han sido resueltos hasta hoy, no se rompió por esta tarea aparen-
temente imposible, sino que se hizo añicos a sí misma.
Como consecuencia de las intensas luchas internas y los cam-
bios de dirección la Werkbund se volvió hacia nuevos temas tales
como la cultura cotidiana (Alltagskultur), la publicidad, la sociedad
de consumo (Wegwerfgesellschaft)*, la planificación participativa, la
destrucción urbana o «Diseño Invisible» (Unsichtbares Design), que
por medio de exposiciones y congresos concitaron en parte la
atención; no obstante la decisiva profundización de los problemas
no repercutió en la Werkbund sino, por ejemplo, en exposicio-
nes como «Profitopolis» (1971) y «De Profitopolis a la ciudad de la
gente» (Von Profitopolis zur Stadt der Menschen) (1979) en las que la
Werkbund, sin embargo, ya no aparece.
En las décadas siguientes se trataron siempre nuevos temas y,
en función del compromiso de las asociaciones regionales, las ac-
tividades tuvieron la resonancia correspondiente, aunque como
institución superior la Werkbund alemana perdió para la opinión
pública cada vez más importancia. Las crecientes cuestiones y
cuestionamientos, se tornaron en un ritual autorreferencial que 11
muchos temas, permanentemente cambiantes, disolvieron en con-
desbaugesetz) y la ley de uso doméstico del agua (Wasserhaushaltsge- gresos, conferencias, comisiones y la producción de publicaciones,
setz) directamente apuntó hacia el parlamento. un proceso que ciertamente se refleja en las muestras y en las pu-
De la «postura comunitaria» (Gesinnungsgemeinschaft) de la vieja blicaciones existentes.
Werkbund se pasó a una «comunidad de acción» (Aktionsgemeins- En 1986 el expresidente de la Werkbund, Julius Posener, se pre-
chaft) que se mezcló con la política y la economía y las posiciones guntó algo resignadamente: «¿Necesitamos aún a la Werkbund?»21.
correspondientes, aunque ya en 1959 Schwippert preocupado ha- Mientras él mismo aún sostenía en alto la bandera de lealtad a la
bía preguntado si uno no se desplazaría al «campo de batalla eco- vieja Werkbund, otros respondían a esta pregunta con conceptos
nómico y político» que «no seríamos capaces de superar»18. propios del vocabulario de los obituarios.
No todos los miembros de la Werkbund querían seguir este ca- Ahora que la Werkbund alemana celebró el centenario de su
mino, muchos seguían soñando con «la flor azul de la buena for- existencia en 2007, puede alzar la vista atrás hacia una historia
ma» sin notar el condicionamiento social del diseño19. Las críticas gloriosa y exitosa, puede ser celebrada junto a la Bauhaus como
de Theodor W. Adorno y Ernst Bloch —hechas en una conferencia la institución cultural más importante de Alemania en el siglo xx
memorable de la Werkbund en 1965— sobre las «prácticas despia- y tiene el gran mérito de haber sido la primera en identificar la
dadas»20 de un idolatrado funcionalismo y sobre las cosas «útiles» problemática medioambiental de la sociedad industrial, aunque
que están allí no para las personas sino solamente en «aras del la incógnita acerca de si ha sobrevivido o no permanece, como
lucro», profundizaron las ya inmanentes dificultades. mínimo, abierta.
Notas
1
Conferencia de Fritz Schumacher en la Gründungsversammlung de la dwb, ci-
tado en: Fischer 1975, Pág. 33; para la Kulturbegriff des Deutschen Werkbunds:
Schwartz 1999, Pág. 31–38.
CRÉDITOS
2
Theodor Fischer 1907 y 1928, citado en: Fischer 1975, Pág. 16f.; cf. la exhaustiva
descripción de Campbell 1989, allí también el comentario sobre el concepto del lema ORGANIZA | ifa, Instituto para las Relaciones Culturales Internacionales
nacionalsocialista «La fuerza a través de la alegría» (Kraft durch Freude), Pág. 312–375. de Alemania, Stuttgart y Museo de Arquitectura de la Universidad Técnica
3
Citado en: Fischer 1975, Pág. 50. de Múnich
4
Hermann Muthesius, citado en: Campbell 1989, Pág. 7.
5 DIRECTOR DEL PROYECTO | Winfried Nerdinger
El concepto de «buena forma» (Gute Form) se encuentra desde 1907 en los textos
de la Werkund, aunque allí «bueno» no es un atributo estético o moral sino que
debe entenderse en el sentido que le da Gustav Theodor Fechner, Vorschule der ORGANIZACIÓN EN ARGENTINA | Ministerio de Innovación y Cultura de la
Ästhetik, Leipzig 1876: Un «buen» objeto satisface su propósito y es duradero; un
objeto «más bello» no debe ser «bueno», si un objeto «mejor» es un objeto en sí Provincia de Santa Fe y Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de
mismo «bello» es algo que queda librado a la ideología. la Universidad Nacional del Litoral
6
Friedrich Naumann, Deutsche Gewerbekunst (1908) en: Naumann 1964, Vol.6,
Pág. 254–289, cit. Pág. 280. COORDINACIÓN EN ARGENTINA | Luis Müller, FADU UNL
7
Hermann Muthesius, Die Werkbundarbeit der Zukunft.Vortrag auf der Werkbund-
Tagung Köln 1914, en: Fischer 1975, Pág.85–96; Friedrich Naumann,Werkbund und
REALIZACIÓN EN SANTA FE | Equipo técnico del Museo Provincial de
Weltwirtschaft (1914) en: Naumann 1964, Vol. 6, Pág. 331–350; Müller 1974, Pág. 85–96.
8 Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodríguez
Julius Posener, Wie politisch darf der Deutsche Werkbund sein? (1974) en: Posener
1981, Pág.263 y ss., Citado Pág.263: Cf. Hardtwig, Nationale und kulturelle Identität 1994.
9 TEXTOS | Winfried Nerdinger
Bruno Rauecker, Nochmals zur ›Kritik des Werkbundes‹ en: Die Tat, Vol.1, H.5,
August 1917, citado en: Frecot/Krebs 1972, Pág.134 –137, cit. Pág.136.
10 TRADUCCIÓN | Instituto Cultural Argentino Germano de Santa Fe
Hermann Muthesius, Die Werkbundarbeit der Zukunft. Conferencia en el Con-
greso de la Werkbund en Colonia 1914, en: Fischer 1975, Pág.85–96, cit. Pág.87.
11 DISEÑO Y MONTAJE | Beate Rosalia Schmidt
Friedrich Naumann, Deutsche Gewerbekunst. Eine Arbeit über die Organisation
des deutschen Werkbundes, Berlin 1908, en: Naumann 1964, Vol.6, Pág.254 –289, aquí
Pág. 285; cf. Hermann Muthesius, Die Zukunft der deutschen Form, en: Jäckh 1915, H.50.
RESPONSABLE DE LA PRESENTACIÓN EN EL EXTRANJERO | Inka Gressel, ifa
12
Frank 1930, Pág.400; Frank 1931.
13
13
Que la Werkbund en 1933 fue «uniformada» y en 1934 «disuelta» es algo que se DISEÑO DE PANELES | Irene Meissner y Mirjana Grdanjski
arrastra hasta hoy como una fórmula a través de numerosas publicaciones y memorias.
14
Max Bill definió a la belleza como una función que debía también ser diseñada MAQUETAS | Departamento Historia y Teoría de Arquitectura (GTA) de la
y no como hasta ahora se sostuvo, como una satisfacción del propósito surgida
de sí misma: esto condujo a fuertes controversias, cf. Bill 1949; con el rechazo Universidad Técnica de Darmstadt
de la taza de la Werkbund (Tassenwerkbunds) la «buena forma» fue desde los años
sesenta obsoleta y, por último, aprobada, cf. Breuer 2006. DISEÑO DE COMUNICACIÓN | Programa de Imagen y Comunicación Insti-
15
Fischer 1975, Pág.20. tucional, Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad
16
Fue un grave error que la Werkbund alemana no protestara ni una vez contra Nacional del Litoral
el cierre de la Ulmer Hochschule, Cf. el artículo de Max Bächer.
17
Hans Schwippert, Introducción al congreso «Die große Landzerstörun» Marl
1959, citado en: Fischer 1975, Pág. 446 y ss., cit. Pág. 447.
18
Según Rossow 1982, Pág. 22.
19
Julius Posener,W ie politisch darf der Deutsche Werkbund sein? (1974), en: Po-
sener 1981, Pág. 263 y ss., cit. Pág. 264.
20
Adorno 1977, Pág. 381 y 392.
* NdT: El término «Wegberfgesellschaft» refiere literalmente a una sociedad del con-
sumo inmediato o del «use y tire», el verbo wegberfen significa tirar o tirar a la basu-
ra, pero la palabra indicada no encuentra en español un paralelo directo adecuado
para su traducción. Por lo tanto, aquí se ha traducido como «sociedad de consumo».
21
Julius Posener, Brauchen wir den Werkbund noch?, en: Hoffmann 1987, Pág. 87.
Patricia Zaietz,
Adaptación sobre textos de
Nikolaus Pevsner, Aquiles Gay y Lidia Samar,
Gert Selle, Alastair Duncan, Leonardo Benevolo
(material de cátedra).
La Deutscher Werkbund.
Arte e industria en los
albores del siglo XX
Con la Revolución Industrial (1760-1830) que nace en Inglaterra y la introduc-
ción sistemática de la máquina en el proceso de producción, comienza la me-
canización del trabajo, es decir, el reemplazo del trabajo manual por el trabajo
de la máquina, y se instaura así un nuevo sistema de producción en el cual la
característica más importante es la división de las tareas de concepción de las de
fabricación del producto, rompiendo así con el esquem.a vigente durante siglos
en el cual estas actividades estaban a cargo de una sola persona que concebía y
construía el producto.
EAdaptación de Patricia Zaietz sobre textos de Nikolaus Pevsner, Aquiles
Gay y Lidia Samar, Gert Selle, Alastair Duncan, Leonardo Benevolo (Material
de cátedra) Con la Revolución Industrial (1760-1830) que nace en Inglaterra y la
introducción sistemática de la máquina en el proceso de producción, comienza la
mecanización del trabajo, es decir, el reemplazo del trabajo manual por el trabajo
de la máquina, y se instaura así un nuevo sistema de producción en el cual la
característica más importante es la división de las tareas de concepción de las de
fabricación del producto, rompiendo así con el esquema vigente durante siglos
en el cual estas actividades estaban a cargo de una sola persona que concebía y
construía el producto.
La producción industrial de bienes de uso no condujo inmediatamente a una
nueva estética de los productos, la cual deriva de nuevas posibilidades construc-
tivas y de acabado, y constituye un fenómeno paralelo a una nueva conciencia
cultural de la era técnica. Las nuevas máquinas de la Revolución Industrial per-
mitieron a los fabricantes lanzar al mercado miles de artículos baratos en el mis-
mo tiempo y al mismo costo que antes se requerían para la producción de un solo
objeto bien elaborado. Materiales de imitación y técnicas espurias prevalecían en
toda la industria.
Hacia fines del siglo XIX, siguiendo el modelo inglés e inspirados en las ense-
ñanzas de Morris, se fundaron en Alemania pequeños talleres privados que
producían enseres de casa, muebles, textiles y utensilios de metal, pero con una
importante diferencia: mientras que en Inglaterra los talleres de Arts and Crafts
habían rechazado la producción con máquinas, ésta fue apoyada sin restricciones
en Alemania.
Ya no se trataba, como en la propuesta de Ruskin, de salvaguardar a la socie-
dad de las consecuencias que el industrialismo traía consigo, ni de suprimir la
alienación del trabajo volviendo a la producción artesanal y a la forma de circula-
ción del simple canje. Estas concepciones parecían por completo superadas.
Es así como, en la búsqueda de solución de los problemas estéticos que plan-
teaba el nuevo sistema de producción, Alemania fue el país que encaró más orga-
nizadamente el desarrollo industrial.
En 1896, con el fin de mejorar el diseño y la calidad de sus productos, la Cá-
mara Prusiana envió a Londres a Hermann Muthesius (1861-1927) en calidad
de agregado de la embajada alemana, con la misión de estudiar la arquitectura
y el diseño en Inglaterra. Muthesius regresó a su país en 1904, y en 1906, en oca-
sión de la III Exposición de Artes y Oficios de Dresde, planteó la producción en
serie, y junto con Friedrich Naumann y Karl Schmidt, dos defensores de una
formación artística orientada a la producción de máquinas, decidieron fundar en
1907 la Deutscher Werkbund (Liga Alemana de Talleres) como lugar de encuentro
de artistas, artesanos, diseñadores, arquitectos, críticos de arte, industriales, etc.,
dispuestos a buscar la forma de lograr productos industriales de calidad.
Adolf Loos escribió sus primeros ensayos para diarios y publicaciones perió-
dicas en 1897 y 1898. Atacando el estilo vienés del Art Nouveau, conocido como
el estilo de la Sezession, que estaba justamente entonces en su punto culminante,
señalaba:
Cuando más bajo es el standard de un pueblo, más profusos son sus or-
namentos. Encontrar belleza en la forma en lugar de hacerla depender del
ornamento es la meta a que aspira la humanidad.
Pues la belleza pura en una obra de arte individual es para Loos “el grado en
que alcanza utilidad y la armonía de todas las partes en relación con las otras”.
Notas:
1 Citado en Nikolaus Pevsner, Pioneros del diseño modemo, Buenos Aires, Infinito, 1972
2 Citado en Aquiles Gay y Lidia Samar, El diseño industrial en la historia, Córdoba, Tec, 2004
3 Citado en Gert Selle, Ideología y utopía del diseño. Contribución a la teoría del diseño industrial, Barcelona,
Gustavo Gili, 1975
4 Citado en Aquiles Cay y Lidia Samar, op. cit.
5 Citado en Gert Selle, op. cit.
1
1. La arquitectura y con ella todo el campo de acción del Werkbund busca una
estandardización y sólo a través de ésta puede recuperar el antiguo significado
general que le correspondió en épocas de cultura armónica.
10. Ahora que el movimiento ha mostrado sus frutos, deben unirse a él, a nivel
nacional, y representar conscientemente al arte alemán en el mundo, las grandes
sociedades de distribución y comercio que trabajan con el exterior.
Hermann Muthesius
2
1. Mientras siga habiendo artistas en el Werkbund y mientras éstos sigan ejer-
ciendo una influencia sobre su destino, protestarán contra cualquier sugerencia
dirigida al establecimiento de un canon y a la estandardización. El artista es por
su misma esencia un ferviente individualista, un creador libre y espontáneo;
nunca se someterá a una disciplina que le imponga un tipo, un canon. Instin-
tivamente desconfía de todo lo que pueda esterilizar su inspiración y de todos
los que predican una norma, que le podría impedir seguir el curso de sus ideas
hasta su propia y libre meta, o que le quieran encuadrar en una forma univer-
salmente válida en la que sólo ve una máscara que trata de convertir una inca-
pacidad en una virtud.
4. Pero también sabemos que, mientras no se alcance este objetivo, sólo nuestros
esfuerzos continuarán brillando con el impulso creador. Lentamente comienzan
a interpenetrarse las fuerzas, las aportaciones de todos, las antítesis se van neu-
tralizando y, precisamente en el momento en que los esfuerzos individuales co-
mienzan a fundirse, queda fijada la fisonomía. Se inicia la era de la imitación y
se establece el uso de formas y ornamentos para cuya producción nadie emplea
el impulso creador: entonces se inicia la época de la esterilidad.
6. Alemania, en cambio, tiene la gran ventaja de gozar aún de dones que otros
pueblos más antiguos, más cansados, están perdiendo: los dones de la inventiva
y de los descubrimientos intelectuales personales. Y representaría una castra-
ción cohartar tan pronto ese impulso creador rico y variado.
3
7. Los esfuerzos del Werkbund deberían dirigirse precisamente a cultivar estos
dones así como los dones de la perfección individual, el gusto por lo bello y la
fe en la belleza de una ejecución altamente diferenciada y no a inhibirlos a tra-
vés de una estandarizción, en el preciso momento que en el extranjero comienza
a nacer cierto interés por las realizaciones alemanas. En este campo aún está casi
todo por hacer.
10. Toda exposición debe tener por objeto mostrar al mundo esta calidad na-
cional y es muy cierto que las exposiciones del Werkbund sólo tienen sentido,
como dice tan acertadamente Herr Muthesius, si se limitan sistemáticamente a
lo mejor y más representativo.
4
El arte como
expresión
El Expresionismo
Por lo general, se califica como expresionista el arte alemán de principios del
siglo XX; pero, en realidad ,el Expresionismo es un fenómeno europeo que tiene
dos focos distintos: el movimiento francés de los Fauves (fieras) y el
movimiento alemán Die Brücke (el puente). Ambos movimientos se forman casi
al mismo tiempo, en 1905, y respectivamente desembocan en el Cubismo en
Francia (1908).y en la corriente Der blaue Reiter (el caballero azul) en Alemania
(1911). Su origen común es la tendencia anti-impresionista que se genera. en el
interior del Impresionismo mismo como conciencia y superaci6n de su carácter
esencialmente sensorial y que a Finales del siglo XIX se manifiesta a través de
Toulouse Lautrec, Gauguin, Van Gogh, Munch y Ensor.
No se puede negar que los movimientos de los fauves y de Die Brücke siguen
relacionados con sus respectivas tradiciones figurativas nacionales; uno aparece
como un fenómeno típicamente francés, mientras que el otro es típica mente
alemán, pero en ambos ha de excluirse una intencionalidad nacionalista: toman
conciencia de las distintas tradiciones con la voluntad concreta de superarlas, a
fin de dar vida a un arte históricamente europeo. La corriente de los fauves no
habría nacido si a fines de siglo, en la situación francesa, caracterizada por el
interés por conocer y por la orientación fundamentalmente clásica del
Impresionismo, no hubieran aparecido iniciativas de procedencia nórdica y con
un marcado acento romántico: el ansia religiosa (no católica, sino protestante)
de Van Gogh y el fatalismo, la idea de la predestinación, la angustia
kierkegaardiana de Munch. La corriente de Die Brücke no habría nacido si en el
curso del siglo XIX la cultura alemana no hubiese elaborado una teoría del arte
en la que el Impresionismo asumía e! Papel que le correspondía: no el de un
verismo banal, sino el de una rigurosa investigación sobre el valor de la
experiencia visual como primer y esencial momento de la relación entre sujeto y
objeto y como fundamento fenoménico y no metafísico de la conciencia.
Aunque concibiesen el arte como un impulso vital, los fauves empiezan por
abordar críticamente una serie de problemas específicamente pictóricos Más
allá de la síntesis lograda por Cézanne, sólo había una posibilidad: resolver el
dualismo entre la sensación (el color) y la construcción (la forma plástica, el
volumen, el espacio) potenciando la constructividad intrínseca del color. Por
tanto, el principal objetivo de la búsqueda era la función plástico-constructiva
del color, entendido como elemento estructural de la visión. Junto a la
concepción extensiva de Cézanne estaba la concepción restrictiva de los neo
impresionistas, que reducían la visión a ciencia, abriendo así un -amplio margen
a la visión no óptica (onírica, simbólica, etc.), y a ésta se oponía la concepción ya
no cognoscitiva, sino ética: de Van Gogh. El elemento común entre Cézanne,
Signac y Van Gogh era la descomposición de la semblanza natural, o del
«motivo», a fin de evidenciar el proceso de agregación, la estructura de la
imagen pintada: y, en efecto, pintan con pinceladas separadas, netas, dispuestas
según cierto orden o ritmo, que dan el sentido de la materia concreta, del color y
de la construcción material de la imagen. y precisamente la búsqueda de los
fáuves se centra en la naturaleza de ese orden o ritmo, que para Cézanne era el
orden intelectual de la conciencia; para Signac, la ley óptica de los efectos de la
luz, y para Van Gogh, el ritmo profundo de la existencia traducida a gesto.
La situación alemana era confusa: mas allá del plano naturalismo académico
que defendía el ambiente conservador de la Alemania guillermina, los pálidos
reflejos del Impresionismo francés se mezclaban con las veleidades simbolistas
y pre-expresionistas de la Secesión monegasca. Die Brücke propone la unión de
los «elementos revolucionarios y en fermento» para hacer un frente común
contra el «Impresionismo». Ello se refiere, sobre todo, a las débiles
repercusiones alemanas más que a los grandes impresionistas franceses, y entre
ellos se exceptúa a Cézanne, de quien se reconoce su compromiso constructivo,
su rigor casi filosófico.
Austria esta dentro de la orbita cultural alemana, pero su tiempo histórico tiene
un ritmo mas lento: la sociedad jerárquica se deshace en el largo ocaso del
imperio habsburgico, pero no nace el principio de una nueva sociedad. Es
Schiele (1890-1918) quien desarrolla en sentido expresionista, con una tétrica y
desesperada violencia, la melancolía de Klimt: desciende a lo mas profundo de
la psiquis, hace una investigación sobre la muerte en la raíz misma del ser
sexual; por vez primera, la crudeza carnal del sexo entra en la pintura. No es
casual que un gran dibujante e ilustrador como A. KUBIN (1877-1959) explorase
el amplio e indeterminado terreno de sus sueños cuando, en esa misma Viena,
Sigmund Freud planteaba su investigaci6n psicoanalítica sobre la base de la
actividad onírica.
Die Brücke se disolvió en 1913, cuando el nuevo grupo Der blaue Reiter había
iniciado su investigación en un sentido no figurativo, Casi para contraponerse a
esta dirección menos comprometida en la problemática social que la derrota de
la guerra había consolidado, se forma la corriente, todavía típicamente
expresionista, de la Neue Sachlichkeit (Nueva objetividad), que pretende dar
una imagen atrozmente verdadera sin el velo idealizante 0 mixtificante de la
“buena” pintura y literatura, de la sociedad alemana de la posguerra. Forma
parte de ella N. Beckmann(1884-1950), O. Dix (1891-1968), G. Grosz (1893-
1959). Beckmann es un pintor de formación clásica que gusta de las grandes y
oratorias composiciones alegóricas: un Hodler de treinta años después que ya
no canta el ascenso, sino la caída apocalíptica de, la humanidad. Da la vuelta a
esa visión: los dioses caídos (que son el tema de la Gotterdammerung de
Nietzsche) se convierten en monstruos, pero su fealdad conserva la grandeza y
la fascinación de la belleza perdida. Para la pintura,_Dix fue lo que para la
narrativa fue Remarque, el autor de Sin novedad en el frente, el narrador
lucido, despiadado, casi fotográfico, de las miserias, de las infamias; de
macroscópica estupidez de la guerra. El proceso de desmitificación de la clase
dirigente alemana es llevado hasta su profundidad por un artista explícitamente
político, el dibujante y caricaturista George Grosz. De 1916 a 1932, fecha en la
que la persecución nazi le obligo a refugiarse en Estados Unidos, llevo a cabo
una lucha sin cuartel, atacando y denunciando con áspero sarcasmo a las clases
dirigentes, militares y capitalistas, responsables y beneficiarios de la guerra y de
la derrota. No necesita recurrir a la invectiva: el frio análisis de la situación es
suficiente para revelar que bajo la máscara de la respetabilidad burguesa existe
una perversión de los instintos, una oscura libido de violencia y de poder. Utiliza
los mas modernos procesos de comunicación visual (incluido el Cubismo y el
Futurismo) para sintetizar en una misma figura los aspectos contradictorios de
una socialidad exterior y de una asocialidad de fondo. El es el primero que
descubre en el autoritarismo político, en la avidez de poder, en la carrera por la
riqueza, los síntomas de la neurosis, de una peligrosa y tal vez moral locura, de
un embrutecimiento consciente del mundo. Su obra necesitaba la indignación y
la furia contra la burguesía ávida y cruel que luego degeneraría en el nazismo
Pero, sin el estimulo de esa revuelta política, su inspiración se acaba en
Norteamérica.
Helio Piñón / Prólogo
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5
Ahí se plantea una cuestión esencial: la tendencia a que se m~~fi~ta. Tal puntualización, que a primera vista
incluirla como manifestación complementaria de pro.. parecé redondear la descripción, ya que ninguna de sus
yectos históricos de"más alto rango, invita a obviar,. por manifestaciones cae fuera de su alcance se convierte en
lo común, su propia identidad, la naturaleza de sus ins.. · agente perturbador que cuestiona la id~a unitaria de la
trurp.entos y objetivos. Así, no acostumbra a discutirse vanguardia, por cuanto desvela la heterogeneidad .de pre..
si la vanguardia es un hecho endógeno en el proceso del supuestos y objetivos de los distintos movimientos. Por~
arte, que comenta la realidad a través de esa mirada obli.. que esa divergencia de propósitos -incidir en la socle~
cua con que sus obras registran los aspectos menos evi~ d&d e incidir sobre el arte- no es el resultado ·de cla~~ii·
dep.tes de la historia OJ por el contrario, se trata de un ficar para ser más claro: supone asunciones "epi~teirió..
sentimiento generalizado que se manifiesta en el ámbito lógicas e ideológicas distintas, · difíciles de incluir como
artístico por la especial capacidad que al arte se atribuye manifestaciones accidentales de un fenómeno comfu:t Ar~
para traducir en metáforas las vicisitudes civilizatorias. reconocer la bifurcación de propósitos se está. obviando.
Pocas . v_eces se interroga si la vanguardia puede identifi.- o cuanto menos relativizando, la capacidad crítica del
qªr§~.. ~~n una actitud crítica ante la convención o se trata
arte como práctica que se apoya en una axiologia dis ..
1
tinta pero no ajena a la que controla la convivencia. En
d.~_.una manifestaCión concreta, cqn ·1.;I.n s~ntido histórico
y esféfíC6 ·· precis·ci~" iiieductible al talante inconformista " el primer caso, la tipología del juicio crítico quedaría
.coh qtie"sercaracteriza, a menudo, · al artista moderno. En configurada como sigue: o se trata de una mirada ajena a
el espacio que delimitan estas dos oposiciones conceptua.. lo artístico que se actualiza a través suyo, por su especial
les, puede incluirse la rosa de los sentidos que subyace en predisposición para subrayar el comentario; o bien "se
los textos q~e glosan, desde regiones distantes, los porme- trata del punto de vista específico del arte que asume
nores de la vanguardia. De todos lnodos, quienes la entien- la competencia en la denuncia de patologías sociales,
~~~_. ~~.m:o ~n "~~nómeno in~e~'ior al proceso···del arte","ácos: otorgándose una prerrogativa que no avala ni la historia ni
t~~bra~ . ~. id~~tificar1a · con un episodio ·concreto y loca- el sentido común. El segundo caso se limitaría a la obs..
I~zable· en el tiempo., y los que la describen como el reflejo tinación autonomista, encarnada en un reverbero póstumo
en la práctica artística ' de la conciencia crítica ante una de l'art pour l'art, que agotaría sus recursos en un esfuer-
situación límite, tienden a identificarla con una actitud zo inútil por renovarse desde dentro para continuar en .
c.~paz de generar distintos episodios con desigual virulen- los márgenes. ",
CIa. Los otros dos cuadrantes son transitados por inter- La dualidad de críticas que se atribuye al arte moder..
pretaciones que no por más discutibles gozan de menor no refleja -y a la vez contribuye a consolidar- una con..
parroquia: la idea de vanguardia perpetua, como modo cepción del artista que identifica su conducta con la de
I?-.~tural de desarrollo del arte moderno, abunda en perló;," un reformador, en unos casos, y la de un caprichoso, en
_. dicos y en conciencias de ensayistas de postín..; tampoco otros. En ambos, la dimensión artística de su cometido
.es raro dar con esa suerte de jolgorio$ místicos en l(is"que . se· reduce a mera peculiaridad sin sentido: en el primer
~e celeb~~ el golpe definitivo al arte, o a lo que sea. caso, se le encomienda peraltar la eficacia de.1a condena
utilizando con ingenio los principios de la estética; en el
segundo, lo artístico delimita el ámbito en que un subje~
* * tivismo impersonal, caracterizado por la indiferencia de .
Según las versiones más inclusivas, la actitud crí- sus acciones, evoluciona sin otra condición que un finalis-
tica del arte se dirige a la sociedad y al lenguaje con mo arbitrario asumido como confusa esperanza. La asun-
6 7
Clon de lo, artístico como marco de una Visión de las verdad como obra de arte. ~9_,~,º-~iªL y.-1'.9J!t.~~Q-1J9._~~~
cosas que la oblicuidad de la mirada califica, desemboca tórico , en definitiva, son parte· constitutiva de la obra, e
necesariamente en la disidencia. inCiden· sil"" histón¿fdad ·éii"lá:·medida en" que' se incorpo-
en
Así el artista será crífiéo en la medida en que basa sus ran··'coDio conCienCia ·crítica en el acto 'd e "su producci6n~'
accion~s en un sistema~de principios irreductibles a los que El··arte, de ese modo,· si~rido' ..~onstrU~t~y'~' .en .lo estéti~
rigen la conducta social, pero que sólo en ese marco pue- CQ ' ·-es··-críticoen lo soCiaL· Se evapora la divergEmcia de'
den darse; de todos modos, su relativa alienación debe se~Üdo~·· ~ñ la activ"féIád' c~ítica de . la . vanguardia: aCClon
entenderse como upa posición atípica desde la que se pue- centrífuga que lejos de negar la reflexión disciplinar, sólo
de ,incidir en la historia, no como limbo espiritual alter- puede entenderse como su consecuencia lógica. Así pues,
nativo a ella. se perfila una idea de vanguardia cuya consistencia teó-
Si se atiende a la dimensión crítica qe!. arte moderno rica no necesita desmentir constantemente la evidencia
por el1i.ecno· de' qüe su propia constituci~n es una toma" de los hechos; en la que los aspectos críticos y construc-
"dtrconciencia histórica, o mejor, si se attibuye al arte una tivos no son opciones alternativas que se asumen desde
'ValenCia ~:tica . ,esencial, pQr _~l.1anto sus obras suponen compromisos ideológicos diversos, sino facetas de un mis-
'uil]üicio sobre las, condiciones históricas ~n, que emer- mo fenómeno de naturaleza inequívocamente artística} cu-
geñ~ la división de objetos de la crítica que caracteriza al yos resultados afectan decisivamente al dominio de los
' att~,_'4.~Ly~~dia aparece superflu.a: en realidad, más valores estéticos.
'que una bifurcación ,de cometidos, se trata de una desvia-
ción por la que determinado sector del arte toma para * *
sí la crítica moral á la sociedad como estímulo de su de.. La vanguardia subraya la' mediación del sistema artfs·
sarrollo estético y garantía de su compromiso con la his- tico en el conocimiento de la realidad. Con ello critica el
toria. El criterió de eficacia que en ello hay impHcito pro~ principio romántico de la inmediatez, la transparencia al
picia el eclecticismo, cuando no el espontaneísmo instru- sentimiento que caracteriza a los expresionismos. El arte
mental; de esta manera se sigue la tradición relativista es intransitivo, no es un Inedia para difundir o expres,a r
de apertura a lo nuevo que durante el siglo XIX presidió emociones o juicios lljenos al proceso de su realización:
el desarrollo del arte. En ese sentido, Octavio paz acierta se trata de una lente activa que deforma la visión de las
al considerar la vanguardia como una ruptura, sólo por , cosas de acuerdo con las peculiaridades de su propia con-
'su magnitud, mayor. que las del siglo XIX. Tal desviación, sistencia. '
acompañada del mayor énfasis ~n la mordacidad del co- En el límite, el arte no sería un instrumento con el que
mentario, define una vanguardia como crítica social a descubrir factores ocultos de la realidad: él mismo sería
través del arte, a la que, por lo común, dedican el grueso parte de la realidad caracterizada por su inexistencia, o
de sus páginas los manuales de historia del arte contem- mejor, por una existencia siempre virtual. La idea de
poráneo. sistema, eséncial en el arte clásico, se invierte en la van-
Pero si se entiende que la autenticid,ad de la., ,obra, guardia en la medida que no se trata de organizar canóni-
criterio deteiminante de su calidad, es esencialmente his- camente realidades existentes, sino de provocar la emer~
tÓrica en cuanto supone una relación, ciitlca_'entre~·su~m~ gencia de realidades implícitas.
- 'té'iialidad 'Y' la realidad social en que se da, cualquier..jqi~ El momento pleno de la vanguardia sería el constructi-
cio explíCIto en torno a su exterior es superfluo y falsame~ vo, no el crítico} al que a menudo se reduce. La propuesta
te' artístico: implica a su contenido argumental y no a su estructurada de un sistema estético, y no la mera crítica
S' 9
moral a la.. convención, sería la vía por la que la vangu3:~':'_ puesta de la serie dodecafónica, irreductibles a una mera
dia cuestiona los valores de la tradición artística y los del actualización de costumbres, no se plantean como pro~
marco social que testifica. Sólo en la propuesta de forma puestas ontológicas, ajenas a los valores de la historia:
como cons't rucción sistemática, la vanguardia convierte la en la elección de un modo de proceder se sitúa la asunción
mediación artística en agente crítico de la -r~alidad: no ideo19gica de la práctica del arte; su sentido tiene que ver
discutiendo sus fundamentos con argumentos que el arte con el uso de tales condiciones. Al cambiar el material de
se limita a expresar o a transmitir~ sino construyendo la música y adoptar un modo de proceder distinto, Schoen~
otra realidad, irreductible a la existencia y ~ a la vez, im- berg está modificando su uso social: rechaza su cometido
pensable al margen d~ ella. ornamen tal para proponerla como forma d~ conocimien~
En el extremo opuesto de las anteriores -consideracio- too Este cambio contiene hnplícita una crítica a las con-
nes se sitúa el Surrealismo, considerado, Gon Dada, la van- venciones sociales que reducen el cometido de la música
guardia fuerte que hereda y lleva al límite la crítica sodal a conciliar arte y vida, desnaturalizando el primero al con~
que el Expresionismo ejerció s610 moderadamente. En vertirIo en marco decorativo de la existencia.
efecto, si desde el Surrealismo se afirma que el arte La vangua.rdia artística es internacional, el sentido .de
es expresión clitecta, inmediata, de la vida, y la vida está su reflexión excede las atenciones peculiares. La gran ciu*
- controlada por la lógica de una razón represiva, bastará dad proporciona el ámbito idóneo. para la práctiCa van-
liberarla de tal lógica -ampliando la experiencia a los guardista por cuanto acentúa .la condición de extraña-
hechos del subconsciente- para obtener un arte necesa- miento, tanto del artista como de su práctiGa,. respecto a
riamente distinto, expresión de vivencias incontaminadas. los valores que controlan la convivencia. Al actuar con
.~n todo el razonamiento no hay ninguna consideración a un marco de referencia tal que la conciencia de 10 histó-
':lb"artístico que no sea para reducirlo a mero reflejo de eXM rico hace abstracción de las vicisitudes de lo cotidiano,
.:periencias que lo trascienden. la vanguardia desatiende circunstancias coyunturales que,
La vanguardia actúa desde la conciencia histórica- de en cambio, se aducen a menudo como motivo de protesta
su influjo en el desarrollo del arte. Conciencia que al- por parte de movimientos radicales. El hecho de que J oy-
M
canza tanto a la magnitud del cambio como a su sen ce no se enterase de la fundación del Cabaret Voltaire,
tído específico. La búsqueda de lo esencial .lleva apare- viviendo en Zurich en 1916, y sólo tuviera una vaga impre-
jada la crítica a las convenciones, tanto de la naturaleza sión del comienzo de la guerra, revela hasta qué punto su
como del uso del.~terial artístico: el arte figurativo, modo de atender la historia difiere del de Tristan Tzara.
en pintura, o tonal, en música, ha producido la atr9fia El sentido estético -común a manifestaciones van-
de ciertos aspectos esenciales del arte que la vanguar- guardistas ocurridas en ámbitos geográficos distintos-
dia "trata de recalcar. Pero tal reivindicación no se lleva es compartido también por movimientos contemporáneos
a cabo neutralizando la historia -con la identificación en- que afectan a disciplinas diversas: no sólo el modo de
M
tre lo ensencial y lo primitivo, como ocurre en Strawins oponerse a las convenciones, sino la naturaleza del pro~
ky- ~ino que la asunción del material como esencia del - yecto artístico vincula a Schoenberg y Ozenfant, a Male~
-arte constituye en sí mismo un hecho histórico-. Cuando vich y Joyce. Las coincidencias temporales de aconteci-
Schoenberg asume la atonalidad, está conyirtiendo en ma- mientos análogos en prácticas artísticas claramente dife-
terial la disonancia, que en la música posromántica se renciadas constituyen sólo un dato espectacular del espí~
consideraba como mera infracción expresiva. De todos ritu que comparten. Acotar la .subjetividad, estableciendo
modos la extensión de la disonancia o la posterior pro-
l
una pauta· sobre la que la libre elección adquiere un sen·
10 11
tido concreto, podrcía considerarse el objetivo común a La conciencia histórica del sentido de la vanguardia
todas las f;:tcetas de la vanguardia; establecer las condi~ puede explicar, acaso, los componentes lníticos de su
ciones para que lo libre no se confunda con indiferente y proyecto. En primer' lugar, la vanguardia tiene un fun~
10 indeterminado no se identifique con lo indistinto, sería damento historicista que puede resumirse en el postu-
el fundamento estético común a todas ellas; entender el lado: en cada momento de la hist0ria no puede,,'hacerse
'objeto como marco de su - propia interpretación podría cualquier cosa. Por otra parte, la componente positivista
considerarse su principal contribución - en el campo del de la modernidad tiende a considerar la objetividad como
conocimien to. garantía del progreso. Finalmente, la -conciend-a lingüís-
La. náturaleza artística y, a la vez, estética del proyec- tica de la realidad compromete al vanguardista en la re-
to, el rechazo de la figuratividad y la representación, el flexión sobre el lenguaje como vía de acceso a realidades
fundamento constructivo de la nueva forma,' su condición nuevas; el lenguaje, pues, construye la realidad, no re-
, abstracta y la' relevancia espacial de su concepción y per- fiere un mundo preexistente.
cepción, son asp~ctos concretos de una propuesta que La identificación entre marco estético 'y práctica ar-
iba a modificar definitivamente la evolución del arte, por tística adquiere cuerpo en la figura -atípica del van--
la magnitud de! cambio y por eL modo atípico de llevarlo guardista como artista empeñado en elaborar una refle-
a cabo. ~I sentido de la práctica del arte coincidía con xión estética que peralta el sentido' de sus obras. Re-
el de la reflexión en torno a él; pero no mediante la jerar~ flexión que no precede a la obra sino que, comentándola,
quía con. que en el Clasicismo el canon determinaba la la anticipa y la trasciende a la vez. Marco legal, no sistema·
obra, sino en un proceso de mutua incidencia en el que la normativo;_ condición epistémica de la ·acción, no guía
reflexión se hace interesada, y la práctica, reflexiva. El ta~ operativa que la reduce a mera aplicación de prescrip-
lante ecléctico y liberal del artista posron1ántico se torna ciones exteriores. La vanguardia es irreductible a cual-
disciplinado e intenso, sus intuiciones devienen evidencias quier sistema doctrinal: su empeño activo en el campo
a través de la aS1..mción de la intencionalidad en la mira- de la estética modifica las condiciones de la forma alte-
da como condición necesaria para percibir. rando la idea de belleza y proponiendo una nueva ~edia
ción entre la obra y la realidad; en tanto que fenómeno
artístico, proporciona el referente concreto que aclara el
sentido de esa nueva mediación. Su trascendencia estética
La vanguardia es un fenómeno artístico y estético a la no puede entenderse al margen de; sus concretas aporta-
yez: irreductible tanto a un modo de entender la práctica ciones artísticas: sin el «cuadrado blanco sobre fondo
como al dictado de una orientación estética precisa. Se- ha blanco», los escritos de MaI~vich no habrían pasado, de
visto cómo la artisticidad era el atributo con que Ortega ser los de un visionario con formación filosófica insuficien-
definía lo específico del arte de vanguardia: en efecto, te, incluso para describir su propia utopía.
- artísticos son los medios, 'artístico su marco de referencia Por otra parte, la vanguardia no se 'colma de sentido
-el arte- y artístico su objetivo -incidir en el sentido sin la- componente teórica: ,si se ignora cuanto tiene de
de su evolución. Pero tal asunción de laartisticidad se proyecto estético, pierde su condición de ruptura episte-
hace desde la autoconsciencia histórica, esto es, desde la mológica para convertirse en muestra de un extraño esti-
consideración de 'que únicamente asumiendo la histori- lo, sólo distinto por lo novedoso, que no cabe sino re-
cidad del arte se puede incidir en las vicisitudes de su producir por mimesis. Los. atributos físicos de la obra
proceso: de arte vanguardista son, a ]a vez, categorías de su cono-
12 13
cimiento: el principio constructivo, la abstracción, la in- convencionales. La faceta conceptual de la visión y la
tensidad o la ambigüedad, no son cualidades o rémoras transcendencia plástica de las ideas, que la vanguardia
anecdóticas de un arte descentrado, sino que testifican la debe a la tradición formalista del siglo XIX, acentúan la
asunción de unos principios estéticos irreductibles al singularidad del acontecimiento que aquí se glosa. Pen..
-mero control de una práctica artística, pero que sólo en sar y mirar no serán, en adelante, vías alternativas de ac~
ella encuentran su auténtico sentido. ceso a lo real, sino las facetas convencionales de un modo
Esta condición dual de la vquguardia está en el ori- distinto de conocer a través del arte; los atributos simul-
gen de las patologías más frecuentes en su desarrollo, ten- táneos de una práctica que' abandona el comentario para
dentes en general a reducir el fenómeno a uno de los dos asumir plenamente la acción creadora, entendida aho-
aspectos cuya sola conjunción lo explica. ASÍ, la conti- ra como producción de una realidad liberada de la exis-
nuidad de unos principios estéticos, con independencia tencia.
de las formas que la vanguardia relata, conduce a suce-
sivas neovanguardias en las que la rigidez teórica oprime, * *
más que estimula, la producción de fonna; practicada
a menudo por intelectuales, la neovanguardia acaba ne-. - La vanguardia recha~a la idea de arte como represen- _
gando la mediación artística, al reducir la práctica, a un tación. En tanto que productor de -una realidad específica,
trámite conceptual unívoco y sin dobleces. La complici- el arte renuncia a cualquier cometido de traducir en fi-
dad con una imaginería reducida a acervo estilístico guras realidades ajenas a su propio universo: la obra de
convierte la presunta fidelidad vanguardista en un home~ arte vanguardista contiene lo real en calidad --de juÍcÍo
naje anacrónico a sus formas originales; hi perversión del respecto.al uso de los materiales -instrumentos técnicos I
sentido que tal conducta comporta da lugar a esos co~ valores, mitos- que la historia ofrece; como condición
mentaríos que confunden la historización de un fenóme~ implícita de posibilidad de la forma, no comQ referente
no con la reducción temporal de su vigencia:· la adecua- de alusiones simbólicas; expresa su modo particular de
ción de la vanguardia a cierta mitología de su tiempo -en referirse a lo existente, de modo que el sentido estético
tanto que expresión consciente de -sús valores- constituye de la aproximación constituye el referente de naturaleza
el principal argumento para su clausura, en cuanto la re~ intelectual -con el que dará quien se empeñe en for~ar su
duce a un episodio más de un proceso sólo controlado iconografía.
por hi lógica del azar que el relativismo atribuye a la his· Es equívoco, por tanto, incluir el cubismo entre los
toria. movimientos de vanguardia, aunque el sentido de su críti~
En relación con la singular,dad a que me acabo de re- ca--a.'la figuratividad impresionista está en el-origen de" la.
ferir, conviene advertir el carácter intensivo de la van- vanguardia pictórica. El propósito de representar lo qu~
guardia. Como proyecto para cambiar el arte a través . las cosas son, y no 10 que aparentan, supone asumir ,el
de la autorreflexión, de la auto crítica de sus principios y - análisis intelectual como marco epistémico del acto de
técnicas, la vanguardia une el tono' axiomátiCo de sus tex- pintar; abandonar la reducción sensitiva de la realidad
tos con::~l carácter ejemplar de sus obras. Poco margen como única legalidad de la representación plástica. Pero
para la reflexión desinteresada en aquéllos y máxima ten- tal objetivo, que el cubismo convierte en modo sistemá·
sión conceptual en éstos: el en1peño doctrinal establece tico de proceder: estaba asumido explícitamente en la pin-
un ámbito del que text9 y obra participan, dando la im- tura de Cezan.ne; incluso de manera más radical) por cuan-
presión de que, en ocasiones, intercambian sus cometidos to el propósito de construir la, realidad se entendía como
-14 15
actividad cognoscitiva, no meramente metódica; a lo que ciplina la subjetividad y exorciza la in deferencia, su mú-
el cubislTIO a menudo la reduce. En realidad., el cubismo sica alcanza la condición de vanguardia auté:Qtica.
divulga y extiende homogénealnente al ámbito de la to- Pero el rechazo de la represe~taciól1 no es un criterio
N
talidad representada lo que en Cézanne constituía un n10 suficiente para definir ló específico de la vanguardia: la
N
mento de tensión entre conocimiento intelectual y apre idea constructiva de la forma vanguardista, f.rente a la
hensión sensitiva de lo físico. nlatriz compositiva de la obra de arte clásica, hace his-
El cubismo es sobre todo un neo11gurativismo, apoyado tórica y estéticamente singular su renuncia a la figurativi-
en un sistema de convencion.es distinto del impresionista dad; construcción entendida como producción artificial de
por el fundanlento intelectual de su mirada; pero no me- una forma que objetiva un sistema de relaciones implíci-
llaS dependiente de la realidad representada y del pro- tas. La vanguardia construye su forma a partir de unida-
pio cometido subalterno de la pintura respecto a lo que des que no son entidades físicas sino relaciones concep~
existe en su exterior: .renueva su utillaje lo necesario para tu;¡tles. No se trata, pues, de desfigurar la mimesis a través
hacer verosímil el nuevo punto de vista acerca de las co- del análisis intelectual de lo representado, como ocurre
sas, pero su misión sigue siendo funda.m entalmente na- en _el cubismo, o subvertir la estructul~a asociativa de 10
rrativa. real, como haría el Surrealismo¡ sino de negar la objetivi-
-En ese compromiso, el cubismo libera, no obstante, la dad en favor de la estructura entendida como sistema de
representación de los rigores de la mimesis, en un intento relaciones interiores a la obra.
des-esperado de constrüir artificialmente la apariencia: En el contexto de las anteriores consideraciones, basar-
la paradoja que encierra el proyecto constituye, a la vez, la novedad de la vanguardia en la asunción de la morga-
estímulo i limitación de algo que hubiese podido ser sólo nicidad de la forma frente a la organicidad de la forma
un ejercicio privado de un par de pintores} pero que el tradicional es poco más que señalar un matiz costumbris-
celo de los galeristas convirtió en _un movimiento tan ta: la subversión del orden natural no comporta una pro-
grandioso como efímero, que en 1918 ya parecía «de antes puesta constructiva nueva; modificar, la jerarquía esta-
de la guerra>,. blecida entre los elementos de -la obra clás1ca no supone
De modo análogo a como. en su fase atonal, Schoenberg un cambio fundamental en la idea de forma, únicamente -
extiende sistemáticamente las irregularidades -armónicas pone en cuestión la legalidad en que se enlnarca.
frecuentadas por los compositores posrománticos, ade- Defornlar la mimesis, ampliando sus recursos, como
cuando su marco normativo a una distinta concepción de ocurre tanto en el cubismo cómo en el atonalismo ·schoen-
la expresividad, el cubismo debe considerarse prevangúar~ bergiano, no pertenece al proyecto vanguardista propia-
día desde un punto de vista que se resista a limitar el luente dicho, sino al momento críticc! que le precede: la
concepto a mero relevo terminológico para describir fe~ crisis de las convendones representativas o normativas se
nómenos de novedad; más ligados a la sorpresa por lo convierte en material de la obra; la vanguardia ve en esa
distinto que a la conciencia de lo nuevo. crisis la condición para construir l..ille, idea de forma que
El cubismo es, pues, la referencia constante de los mo~ suponga, a la vez, superación estética y consecuencia ar·
vimientos pictóricos que constituyen la vanguardia plena: tística. Así, de la negatividad prevanguardista se pasa a
suprematismo, neoplasticismo y purismo; del mismo la positividad vanguardista, apoyando la forma en un sis-
modo que el atonalismode Schoenberg recalca la arbi~ telJla de afirmaciones en el que la práctica contiene, en
trariedad estética de su expresionislno, y sólo con la do~ ~~z6n de su naturaleza, la dimensión crítica que el pri.
decafonía¡ en tanto que propuesta nonnativa que dis- mer momento acentuaba: la crítica esenciál de la van..
16 17
guardia respecto al arte tradicional 'es la propuesta de cri· yecto irreductible a la reflexión intelectual pura; 10 que,
terios de belleza totalmente distintos. ' paradójicamente, plantea la relevancia del objeto _como
La naturaleza constructiva de la forma vanguardista huella física del acto. La tensión entre la naturaleza con-
determina su tendencia a la abstracción. La composición ceptual del gesto estético y la objetualidad material de
clásica se fundamenta, en las ideas de jerarquía y totali- la obra impide reducirla a simple expresión artística de
dad; el elemento es la parte constitutiva, y sólo tiene sen- . una reflexión con intereses - y producida con instrumen-
tido en el marco 'de la unidad a la que pertenece. Las re- tos- ajenos al arte. En tal caso, el arte volverla a de-
laciones que establece el canon compositivo clasicista son sempeñar Una misión descriptiva, por mucho que fuera
explícitas; su faceta metodológica alude a un principio de naturaleza intelectual el objeto de su representación.
esencial: la unidad como totalidad. Su marco de referen- El antiobjetismo de Malevich le impulsa a desvanecer el
cia es la mimesis, directa o analógica, que da un sentido objeto' sin destruir físicamente el cuadro. Porque, no se
t~ascendente a la obra de arte. La forma vanguardista, en trata de reducir el acto artístico a expresar la relación en·
cambio, parte de una idea fragmentaria de la unidad; po- tre un cuadrado blanco y un fondo también blanco, 'pon·
sible por la autonomía de las relaciones que la co:p.struyen. gamos por caso. Ello podría comunicar~e con una frase
La estructura es inmanente, no excede el ámbito de la elemental. Se trata, precisamente, de asumir a través de
obra y, a la vez, cuestiona su materialidad como objetó. l~tpintura un nuevo cometido en el que la reflexión inte- -,
"Si el período atonal de Schoenberg supone una primera ' l~ctual tiene una notable incidencia, pero que de ningún
crítica a la idea de melodía como sucesión de tonos,' capaz modo puede suplantar. Negar la dimensión objetual im-
de abstraerse del sentido del intervalo canónico -no Im- "plica señalar que el sentido, último de la obra no puede
porta si en términos de consonancia o disonancia-, en el identificarse con su mera apariencia, sin que, por otra
dodecafonism9 la idea de sucesión es reemplaz~da por parte, pueda producirse al margen de ella. Así, el objeto
la de simultaneidad de silencios en el espacio: la unidad pasa de ser el único referente del acto artístico a ocupar
elemental es ahora el espacio sonoro definido por un inter- uno de los polos entre los que se produce el sentido. Pero
valo no determinado, en el que todos sus aspectos adquie- la reflexión intelectual que, en el otro extremo, tensa la
ren la máxima relevancia; todos ellos son objeto de un pura materialidad de la obra,generando el acto estético,
armazón musical de modo que la subjetividad del autor no se da en el marco de un sistema nocional previo, sino
adquiere sentido en la confrontación con la normativa do- que ocurre por el estímulo concreto de la obra concreta;
decafónÍCa. El sujeto de la mtlsica ha pasado, pues, de no es sino un modo de asumir un sistema estético, siem-
ser la línea melódica estabilizada por un canon de con- pre en estado virtual, al que la obra tiende, de modo aná-
sonancias a la estructura de espacios mudos que los logo a cuanto ocurre en la convergencia asintótica.
materiales de la música -tono, timbre, tiempo- deli- La condición abstracta de la forma vanguardista, el
mitan. hecho de fundarse en relaciones implícitas de conceptos,
El carácter abstracto de las relaciones que constituyen no en jerarquías manifiestas de elementos, el modo de
la forma tensa, y acaba por cuestionar, la propia obje- renunciar a la totalidad -como referencia de su estructura
tuaIrg~d de la obra. Si se definé la forma como un sis- ya · la unidad como garantía de su identificación, están
tema de relaciones conceptuftles implícitas, el objeto cons- estrechamente vinculados al fundamento espacial de §U
tituye un mero soporte, y su estatuto es transitivo res-o propia naturale7.a. Espacial;\en el S~ntido de que el espa-
pecto a la esencia de la obJ.-a. Pero la vanguardia asume la cio como entidad física propicia la emergencia de una
práctica artística como ámbito fundamental de un pro- forma entendida en términos relacionales, pero también
18 19
espacial en cuanto categoría relevante de una obra que y practicaron los años que siguieron al final de la guerra.
renuncia al tiempo como dimensión de su existencia; o Sólo si se atribuye sentido epistemológico a una vaga
bien, lo sustituye metonímicamente por un espacio que denominación -de una pintura que celebra en reflexión el
es, a la vez, testimonio y denuncia de lo arbitrario del nuevo siglo, sorprenderá que se niegue la condición de
,transcurrir. La escritura sincrónica de Joyce .lleva hasta vanguardia a parte de la pintura considerada cubista, y
el extremo la anulación del tiempo que preside la obra en cambio .se predique de la obra de Juan Gris, tradi-
de Proust; fundamento estético de un relato que exclu- cionalmente incluido en ella. La clasificación de sus pro·
ye la duración en favor de la acción estructurante d~ la duetos en dos tendencias calificadas de analítica y sinté-
memoria. La propia noción de dodecafonía prescinde de tica no ha trascendido el propósito' meramente descrip-
la idea de tiempo como aspecto esencial de la estructura: tivo que la denominación de cubismo encierra. El aná-
la aspiración a la simultaneidad conduce a que, con fre- lisis y la síntesis serían dos modos indistintos de referirse
cuencia, piezas ejemplares de la música de Schoenberg se al sujeto de la pintura: descomponiendo la figura en fa-
reduzcan a aforismos musicales de pocos segundos de cetas abstraídas de una apariencia, o componiendo el
duración, en los que la idea de transcurso desaparece en . sujeto con fragmentos que evocan sus rasgos esencia-
favor de la noción. sincrónica de presencia. les. Pero, si se obvia cuanto hay de costumbrista en tal
L.a relevancia de la dimensión espacial en la forma, clasificación, adquiere verosimilitud la hipótesis de un
ev.idente en 's us manifestaciones musical y literaria, vi9- cubismo vanguardista, .encarnado por Gris, que sistematiza
lenta la capacidad plástica del 's oporte plano, alienando o la teoría y supera el empirismo neofigurativo que presidió
reduciendo a veces las propuestas genuinas del artista, las obras de Picasso y Braque. El auténtico sujeto de sus
eVitando la ambigüedad entre sensación e intelección en · obras no es el conjunto de rasgos o perfiles de la realidad,
. en las que se basa la cualidad artística . de la vanguar- engarzados con una lógica que subvierte su estructura,
dia; así ocurre en algunas pinturas de Malevich o Mon- sino el espacio conseguido por la estratificación diorámica
drían, en las que la abstracción no es tanto una cualidad de ilusiones ópticas, neutras cuanto . convencionales. La
de la forma en cuanto ésta es una metáfora figurativa de insistencia en los temas acentúa la irrelevancia del obje-
aquélla. Al sustantivar lo abstracto, se incurre en el gé- to respecto al procedimiento de construcción espacial.
nero, y se abona la idea de abstracción como criterio de Análogo sentido tiene la crítica al cubismo que funda-
demarcación entre modos alternativos de arte. Con la pa- menta la propuesta purista de Ozenfant y Jeanneret: acen-
radoja de que, convertida en objeto, la abstracción genera tuar la naturaleza relacional de una forma construida con
una figuratividad distinta que se expresa a través del uso residuos figurativos de lo cotidiano. La reducción de los
de la mimesis. elementos a un corto repertorio de objetos, elegidos por
Pero, aunque el cubismo estimuló a un sector de la van- la facilidad de conceptualizar su visión, neutraliza 'sus aso-
guardia, en la medida que hizo concebir la posibilidad de ciaciones iconográficas y los reduce a material neutro; en
un arte fundado en la construcción de un universo arti· un proceso de construcción de un espacio abstracto al que
ficial gobernado por leyes internas, su crítica intele~tual a sólo la actitud consciente del sujeto da consistencia real.
la representación dio lugar a otro sector para el que la En Malevich y Mondrian, la idea de espacio tiene que
abstracción no es tanto la cualidad de una realidad alterna- ver con la suspensión del tiempo como categoría del .
tiva como la condición esencial de un modo diverso de conocimiento; se trata de un concepto ligado a la simul~
referirse a lo real. Me refiero al cubismo .sintético de Juan taneidad como condición de la disposición, y a ésta como
Gris, y al ~urismo que Ozenfant y Jeanneret descubri~ron atributo esencial de··la forma. En Gris, como en Ozenfant
20
Y J eanneret, se propone una noción más sensitiva del es- go~~as_ ,de,. la obra de, ,~J:te., (!n .general; por Jo.." q~e" .c;l~sde
pacio: sin renunciar a un concepto estructural de forma, _ella~pued~p . ,enteriderse los esúidios"'prece4entes, del arte
se ofrece la visualización de las relaciones como vía de en, la ~ociedacl, burguesa, no al contrar,¡o. lv.l..ªnifest@dol5'e
acceso al objeto. Si se comparan las arquitecturas de Ma- con~:I'ª ' el .estatuto de autonomía del arte, -la vanguardia '
levich con las obras contemporáneas de Le Corbusier, _A~~~elaría su condición esencial desde principios ' -éfér 'si-
aparece claro el distinto sentido de sus respectivos mo- glo ,.:x.:I~,~ .::s.l;lbvirtiendo los cometidos tradicionales del 'arte,
dos de asumir la espacialidad. Aunque sería engañoso la vanguardia reivindicaría la especificidad de la obra fren-
concluir que lo ingenuo de las arquitecturas de Malevich te a la homogeneización de valores y la neutralización de
y la intensidad que en las de Le Corbusier adquieren su~ estímulos con las que la institución garantiza la estabili-
experiencias pictóricas previas, derivan de la naturaleza de dad cultural. Renunciando a la organicidad y jerarquía de
sus correspondientes contribuciones: es, sobre todo, la in- la forma, la vanguardia criticaría las categorías esenciales
capacidad de Malevich para trascender su actitud van- del arte pos romántico.
guardista 10 que le impide explotar las sugerencias conte- La vanguardia aparece, pues, como l.IDa instancia auto-
nidas en sus primeras obras, y liberarse así de una lógica crítica, no tanto del arte como de la estructura social en '
a.~alítica que, como en Mondrian, Webem o J oyce, acaba la que se da; no una crítica inmanente al sistema, que
n.e¡gando los principios sobre los que se asienta. Le Corbu- actuaría en el seno de la institución, sino auto crítica de
sier, en cambio, asume, como artista, su pasado vanguar· la institución del arte en su totalidad. En este punt~, se
dista como J eanneret; de modo que la fidelidad a unos plantea la segunda tesis del ensayo! con los movimien-
cr~terios no se reduce a la reproducción de unas formas; tos de vanguardia el subsistema estético alcanza el esta-
consciente de que lo efímero de la vanguardia es una con- do de autocrítica. El dadaísmo no criticaría una u otra
dición de su trascendencia. Sólo con su extinción la van- ten4.~,:Q.cia,artística pr~~~de~te, sinO la instituciÓn ar'Ú~ qúe
guardia cumple su cometido: interferir el desar;oIlo del dicta y controla tanto su producción y distribuCión como
arte desde la asunción crítica de su propia historicidad. las -·~aeas'~qiie'·r~gl;ilan , la:·récepción de la~, :.09~~sc~:nwt.éta$.
.I?~.~ó~_y~~, ~La.J;ice. al ,á mbito .de la praxis vital es el objetivo
concreto de tal autocrítica, ' el correlato del rechazo de la
* * ,. ' autonomía; sobre iodo, de ' su ontologización ideológica,
La Teoría de la Vanguardia, de Peter Bürger, ensayo que la presenta como una condición consustancial del
al que estas notas quieren introducir, es teoría en sentido mismo, al margen de cualquier historicidad.
~erte: obvia el momento de la contemplación, en el que el Como se ve, es pJ;eci,~¡;tmenté._ el concepto .de, autonomía
fenómeno puede aportar nuevas evidencias, para centrarse ,ge1 arte el componente esencial de la t~oría 4~ .. :e.ij~g~}:',
en la_ rel~~ión entre la vanguardia como categoría y el una de las piedras de toque para comprender su idea de
cle.sarrollo d~affeouigués "como obj'etodeconocimient6:" vanguardia. Conviene por tanto aclarar algunos aspeCtos
Con una idea beHgerante de ciencia, en la que ni los temas ·de su uso en el ensayo que comento. ¿Autonomía como
de estudio ni los puntos de vista deben considerarse neu" categoría de la idea de arte en la sociedad burguesa, o au·
trales, t~curre a la crítica de la ideología como alternati- tonomía como condición de su práctica en tal circuns-
va materialista a la hermenéutica, capaz de mostrar la tancia? En el primer caso, la categoría, como condición
I
del pensamiento configura el marco de referencia de la'
oposición entre las objetivaciones intelectuales y la rea-
lidad social. En ese marco se da l~... p-ri~~r.a tesis de la conducta del artista. En el segundo, la condición objetiva
obra: 5.ól0 ,la ,van!5.uardia permite re~onocer ~iel~ta.s cat~~ de su práctica afecta al universo de sus experiencia?, y
22 23
sólo indirectamente incide en su sistema de representa- ce que extender tal situación a la totalidad del arte bur-
ciones virtuales respecto a la sociedad y su cometido en gués sea más bien una asunción previa del escritor: la
ella. Esta distinción no parece contemplarse en el argu- definición a:domática de vanguardia como crítica a la auto-
mento de Bürger: de la autonomía como condición so- nomía y, por tanto, al fundamento' ideológico del arte
cial se desprende que el arte está desvinculado de la burgués.
vida práctica, de modo que de una asunción ideológica En las anteriores consideraciones he obviado los as-
se deriva inmediatamente una situación fáctica; parece pectos del arte no reductibles a su faceta comtJ.nicadora
apostar por un determinismo ideológico que, en general, -esto es, a aquellos que fundamentan su peculiaridad y
y sobre todo en el arte, no se corresponde con la realidad establecen sus límites respecto al resto de prácticas de la
empírica. La renuncia por part~ del Estado. burgué.s. ~tª.~~e convivencia- por no introducir variables que el texto de',
como instruméñio . ftufdamental para expresar sus .valores- Bürger evita. Pero, sólo si se conviene que la vanguardia
y"c6rifigurar las conciencias de los ciudadanos es un hechó ' es un fenómeno cuyo roce con el arte es puramente cir-
objetivo, que modifica las condiciones de producción del cunstancial, o se postula que el arte es sólo una entele-
:.~rt~ .reSpecto a una sociedad cortesana o medieval. Pero quia, más allá de su misión estrictamente narrativa,
. de tal situación no se desprende necesariamente que el puede continuarse con la omisión. En ese caso, la estética
. arte se desinterese por los principios políticos y morales, sería un subsistema filosófico que se apoya en el estatuto
instalándose en una especie de limbo estético únicamente de la inefabilidad de una práctica que se vuelve confusa y
'adornado por las facultades más perversas del espíritu. ~a ~ evanescente para encubrir su atonía epistérnica.
"<!isfUncionalidad del arte en la sociedad burguesa y la El estatuto de lo artístico en la consideración de 10 es-
emergencia de la subjetividad como paradigma de la crea- tético es cuestión de importancia capital para abordar
~ción artística, provocan un desfase entre la necesidad so- otro.~ aspecto basilar del trabajo que comento. ¿De qué
-.f.~l de forma y la capacidad individual para producirla; _modci\~e corresponde la vanguárdia como categoría del co-
ello "'ha-- conducido, en ocasiones, a qué "la ensoñación y nocimiento con las obras de arte concretas de las que se
el solipsismo hayan establecido el marco crítico del artis- predica la condición de vanguardia?, o mejor, ¿hasta qué
ta. No obstante, el uso de la condición de autonomía del punto las condiciones del pensamiento sobre la vanguar-
arte en el estado moderno -que acaso convendría pensar dia escogidas como categorías de su conocimiento violen-
como emancipación del determinismo de unas convenci().o tan la realidad empírica de lo que se trata de describir?
nes de las que, el artista sólo sería el brazo ejecutor- no Como se ha visto, Peter Bürger identifica la autonomía
ha sido siempre, ni fundamentalmente, así. La beligeran- con el atributo del arte burgués sobre el que la institución
cia simbólica, y por tanto ideológica, en que se funda el establece su estructura ideológica. La vanguardia, como
eclecticismo del siglo XIX muestra hasta qué punto la con- auto crítica del arte moderno, orienta su acción hacia el
dición que el Romanticismo inaugura, estimula el com- rechazo de la institución, para lo que trata de reintro-
promiso crítico del arte, entendido como adhesión o re- ducirlo en la praxis vital. Tal noción de vanguardia co~
chazo de realidades sociales con sentidos políticos y mora- maría su condición de categoría crítica. Pero tal estruc-
les diversos. tura teórica sólo adquiere verosimilitud en presencia de
Si se conviene, pues, que la ideologización de la auto- un referente que verifique la hipótesis ·en el ámbito de la
nomía, asumida como atributo ontológico del arte, ocurre práctica artística. .
sólo en algunos episodios del arte posromántico, del que J3,n l<;>s ready made de DuchaIIlP. culmina, a su j~i~~!=',
el esteticismo sería culminación y expresión ilustre, pare- una-'corriente crítica del arte que arrancaría en 1850 y
24 25~
encuentra en el Dadaísmo y el primer Surrealismo sus vanguardia sería la radicalización lógica,y apor.ética .de la
m~riientos álgidos. En efecto, la firma de objetos de uso 'ñiod~rnidad ;' el 'i mpacto de la obra moderna es sólo una
' corriente estaría negando la prodt:¡.cción-individual como "primera reacción a la que debe seguir la inmersión en
atribUto"cfel arte y, a la -Vez, cuestionando el mercado ella; el impacto dadaísta no permite ninguna incursión
como criterio de valoración. De modo análogo, la poesía posterior, provoca un cambio de actitud en el público.
automática de Breton desvanecería el límite entre pro- Al limitar la obra a su fuerza de choque, se renuncia
ductor y receptor, convirtiendo al público en agente de a cuanto de crítico tiene el arte, más allá de su aparien-
una praxis emancipadora. El peligro de solipsismo que cia; concebida, a su vez, como expresión directa de los
el propio Bürger advierte no es la principal paradoja juicios morales o políticos de su autor. Trasvasar el me~
, que proporciona la ejemplificación de su teoría: los ready canismo, haciendo abstracción del sentido, es él funda-
made adquieren en ella un estatuto ambiguo que oscila mento del arte más trivial que ha asumido la condición
entre ,la travesura y el bricolage, y tiene poco que ver de vanguardia después de la guerra. Pero, ¿cómo acep-
con otras interpretaciones de la obra de Duchamp, rela- tar un arte que contenga más de 10 que muestra, sin
cionadas con la dimensión creadora de la 'mirada; lo que caer en el ámbito de la estética idealista? Esa es la aporía
acaso le harían más justicia como vanguardista, incluso de Bürger, y ése es también el núcleo de su obsesivo desa-
en el sentido que Bürger da al término. cuerdo con Adorno. Su definición de vanguardia conduce
Refiriéndose a la técnica de montaje como procedí" a reducir el arte a su mensaje más trivial, a través de un
miento por el que se asume la inorganicidad de la obra, proceso de conceptualización de 10 obvio. Confiando en
y, a la vez, se provoca al público, el autor se 'e nfrenta que el sentido del comentario compensará la frontalidad
a la paradoja de elogiar la eficacia de los collages , de de la mirada, canoniza atributos del arte nuevo, cuya
Heartfield, por lo explícito de su denuncia, frente a los identificación en la más reciente mitología da lugar a
papiers callees de Braque, siempre expuestos a qu~ . la. una paradoja suprema: la continuidad entre actividad ar-
contemplación estética neutralice lo revulsivo de su ccm-- tística y praxis vital, la desacralización del arte que Bür-
dición formal. También aquí los carteles de Heartfield ger reclama para el arte vanguardista, son, asimismo, pro-
parecen reducidos a pasquines ' políticos, sin otra condi- clamadas por los teóricos del posmodernismo como cri-
ción que la inmediatez de sus mensajes, en detrimento terio de superación histórica de una modernidad engreída
de otros aspectos menos concluyentes. y distante, demasiado confiada en las ideas y poco procli-
El destino de la vanguardia radical, como reconoce ve a las sensaciones; la reducción de la obra al contenido
Bürger, está en gran parte ligado al suministro de coarta· argumental de su apariencia, a que Bürger se ve abocado
das estéticas e ideológicas de las neovanguardias más co· para eludir cualquier complicidad afectiva o intelectiva
merciales de los años cincuenta y sesenta. Tal paradoja con el artefacto, es, asimismo, la operación implícita en el
no se extiende a cuanto ha ocurrido con las «vanguardias festín de imágenes con que los posmoden10s incitan a
autónomas», empeñadas en la profundización en la forma superar la sequía simbólica de lo moderno. La coinci-
por la vía de la abstracción; y ello tendría que ver con dencia podría extenderse al uso sistemático de criterios
una c.aracterización de la vanguardia que el autor hace en y principios formales que Bürger señala como caracte-
un artículo reciente, acerca de la estética de Adorno. 1 La~ rísticas de la vanguardia: inorgacidad de la forma, táctica
del impacto y formalización por montaje, entre otros.
J
1. Peter BURGER L'anti-avant-gardisme dans l'esthétique d'A- Pero sería injusto, y sobre todo miope, sacar partido
dorno, en «Revue d'Esthetique», núm. 8, 1985. epistemológico del azar, o plusvalía teórica del ingenio.
26 27
Lo que realmente relaciona la teoría de la vanguardia de atracción utópica. Las categorías pasan de ser condicio-
Bürger con la mitología posmoderna es su común parti- nes subjetivas del pensar a juicios a priori -fuera de
cipación, aunque por razones diversas, de un fenómeno los cuales no hay conocimiento posible-, pero sin la ca-
que Adorno definió como «desartización» (Entkustung), pacidad de referencia a lo real con -la que Kant pensó
esto es, la pérdida por el arte de su carácter propiamente resolver el problema del conocimiento.
estético para asegurar su adaptación a los usos simbóli- El materialismo utÓpico que impregna su teoría impide
cos de la sociedad mercantil; el sentido de adhesión o re- a Bürger concluir con la radicalidad que anima ..$us plan-
c~~o no sería relevante en el marco de la operación. En
teamientos: «querer cancelar el carácter contradictorio en
Burger, tal pérdida garantiza la acción crítica respecto a el desarrollo del arte, optando por un arte moralizante
la condición del arte en la sociedad burguesa, origen de frente a otro "autónomo"; es tan erróneo como prescindir
una práctica separada de la vida, y de una estética como del momento liberador en el arte autónomo y del momen-
re~exi~~ autónoma, En el posmodernismo, contribuye a
to represivo en el arte moralizante», afirma a propósito
la IluslOn de un arte popular, escenario de lo cotidiano del estatuto de autonomía del arte burgués; y concluye,
correlativo del paso de una sociedad empeñada en la pro~ respecto a la negación de la autonomía en su idea de
ducción a una convivencia estimulada por el consumo. vaIiguardia: «debemos preguntarnos, d~sde la experiencia
Nada autoriza a pensar. que cuanto hoy acontece en de la falsa superación (de la institución arte por parte de
el ámbito del arte realiza la utopía que preside la idea las neovanguardias) , si es deseable en realidad una supera-
de vanguardia de Bürger. En todo caso, suponen dos mo- ción del status ·de autonomía del arte, si la distancia del
dos distintos de oponerse al arte que culmina las con'di- arte respecto a la praxis vital no es garantía de una liber-
cion~s históricas de la modernidad, cuya divergencia de
tad de movimientos en el seno de la cual se pueden pensar
sentIdos no acaba de disipar la analogía de sus aspec- alternativas a la situación actual». Si en el primer frag-
tos estratégicos, si no se advierte que actúan con instru- mento se puede apreciar un ápice de pensamiento dialéc-
mentos y referencias opuestos. El posmodernismo se acer- tico, en el segundo se pone de manifiesto el uso táctico de
ca a la vida trivializando sus productos, insertándolos en la utopía. Porque, en Bürguer, la utopía afecta a la refle-
el ámbito nocional que rige el sentido común: renuncian- xión sobre el arte, no al arte mismo: es una categoría de
do a la abstracción como fonna de conocimiento y abu- la estética, no de la práctica artística; incide una vez más
sando de la imagen como vía de conciliación. Colma las en conceptos incapaces de generar ideas.
nece:idades residuales de una sociedad que no encuen- Es acaso en ese punto donde se sitúa el fundamento de
tra ~lempc: para leer y sólo piensa en defensa propia. El sus diferencias con Adorno: Bürger habla de conceptos
destmatano del arte posmoderno es un sector social ma- abstractos, Adorno de ideas referidas a lo existente; como
yoritario y hegemónico, identificable por simple obser~ se sabe, no siempre reductible a lo real. Bürger acusa a
vación. La teoría de Bürger, en cambio, se nutre de con- Adorno de fundar su estética sobre el principio de autOl1O~
ceptos cuya verificación sólo es posible en el ámbito del mía del arte con lo que todo arte que la rechace queda-
J
lenguaje; su verdad se reduce a la lógica gramatical: como rí~ fuera de su ám?ito de reflexión. Pero, así como para
en la expresión «triángulo de cuatro lados» la inexisten- Burger la autonomIa es una categoría abstracta del pen-
cia de referente material condena sus conceptos a la esfe- samiento sobre el arte moderno, para Adorno es una con~
r~ de l~ in.tele~ción pura. Así, autonomía del arte, praxis
dición de ese arte, incapaz por sí misma de explicarlo,
pe~o de inevitable i?cidencia en ese trance. En Bürger,
vItal e InstItucIón arte son conceptos abstractos, ídolos de
la conciencia que actúan en el discurso como polos de la Idea de vanguarruaes una categoría de la crítica; en
28 29
Adorno~ un atributo de la práctica artística. Pero las di-
ferencias entre sus modos respectivos de entender las
categorías de la estética, y la propia noción de vanguar-
dia como categoría suprema del arte burgués, culminan
en la divergencia esencial que hace irreductibles sus pro-
pias ideas de arte: para Bürger, una' manifestación inse-
parable de la vida, testimonio consciente del proceso de
emancipación social; para Adorno, escritura inconsci~nte
7
de la historia, contrapunto de 10 social y a la vez, antíte-
sis de la utopía.
HELIO PIÑÓN
marzo, 1986
30
Eugenio Carmona
Fondo y figura
del Cubismo
y sus entornos
Hoy parece claro que el origen de la modernidad en las artes plásticas ha de ser descrito desde una 15
generosa diversidad de aportaciones personales, poéticas compartidas y privilegiados escenarios. Y,
|
EUGENIO CARMONA
sin embargo, cuando en el relato sobre lo moderno los narradores llegan al cubismo parecen ento-
nar un ahora sí. Un punto de partida, otro punto de partida, esta vez muy concreto, parece surgir
casi de improviso y viene a situarse de manera excluyente. Al abordar el cubismo, la mayoría de
los relatos sobre lo moderno parece olvidar el lugar pionero y transformador poco antes otorgado
a tardosimbolistas, postimpresionistas, fauvistas y expresionistas, y la historia trazada, de la que ya
se habían sucedido varios capítulos, parece tener que comenzar de nuevo.
En la actualidad, este recurrente dribbling en los discursos sobre lo moderno parece cierto y
falso al mismo tiempo. Falso porque, como ya ha quedado anticipado, los caminos, recorridos, po-
siciones, creencias y soluciones de lo moderno en su punto de partida fueron múltiples y diversos.
Se necesitaría tener mirada caleidoscópica para poder advertirlos todos (o buena parte de ellos)
en su conjunto. Ya hablaba Larrea de la esponja agujereada de los puntos de vista. Pero el quiebro
narrativo en cuestión también es cierto porque de una manera u otra la aparición del cubismo situó
en los orígenes de lo moderno una incontestable sensación de diferencia.
En buena medida, la diferencia del cubismo tenía que ver con la instauración de un tópico
hasta ahora incontestado: la práctica artística cubista albergaba una verdadera alternativa al orden
compás de la práctica cubista. Pero a ellos habría que añadir un tercero que no comenzó a ser esti-
mado en su más completa dimensión hasta que el Movimiento Moderno cumplió su primer ciclo
históricamente situado. Fue entonces cuando el cubismo comenzó a ser visto como fermento no
sólo de su propia experiencia sino de otras tendencias y actitudes. En diversas recapitulaciones, Té-
riade, Waldemar George y otros críticos del momento, hasta llegar a Alfred H. Barr Jr., constataron
cómo el cubismo se encontraba en el punto de partida de numerosas propuestas que, adquiriendo
personalidad propia, se habían convertido en referencia indispensable de la historia de las primeras
vanguardias. Ello diferenciaba el cubismo del fauvismo, del expresionismo e incluso del futurismo,
cuya innegable capacidad expansiva estuvo siempre en función de la deuda que contrajeron con el
lenguaje cubista a partir, aproximadamente, de 1912 2. Lo diferenciaba y lo situaba en un lugar de
cierta preeminencia. Varias décadas más tarde, Robert Rosenblum, en
2. Incluso empezaba a constatarse cómo la presencia
Cubism and Twentieth Century Art, cuya primera edición es de 1960, del cubismo en Alemania, obra de audaces galeristas
como Walden o Flechtheim, había modificado el
sistematizó en moldes académicos el papel rector que el cubismo había desarrollo de la corriente expresionista.
|EUGENIO CARMONA
Por otro lado, la capacidad de refracción (o de anáclasis) del cubismo se dio dentro de la
propia obra de Picasso y Braque impidiendo, dicho sea de paso, la definición precisa o cerrada del
propio arte cubista, aunque propiciando su extraordinaria riqueza de planteamientos y, por tanto,
su diferencia. Una vez que un primer tipo de cubismo quedó definido entre los veranos de 1908
y 1909, el carácter puramente pragmático de la experiencia de Picasso y Braque dio paso, en el
verano de 1910, al encuentro (quizás no del todo querido) con la abstracción; pero, a su vez, la
salida de este cubismo abstracto o hermético se produjo mediante la confluencia sobre el lienzo,
con carácter metonímico, de signos gráficos y visuales, variante que dio paso casi de inmediato a
la invención de los papiers collées y del collage. En rigor, y aunque se han dado interpretaciones
meramente formalistas de ambos fenómenos, tanto la introducción de signos gráficos como el
collage convirtieron la pintura cubista en otra cosa, en algo distinto no ya sólo del concepto de
pintura pura sino incluso de la noción misma de pintura. En el entorno de la escuela cubista, la
capacidad de transformación del cubismo se operó de igual manera aunque desde otros presupues-
tos. El interés por el color, por el dinamismo y por la forma geométrica en sí misma (factores que
no existían ni en Picasso ni en Braque) fueron probablemente los principales agentes transforma-
dores. A través de ellos, las obras de Delaunay y Léger (o la de Duchamp, Picabia o La Fresnaye)
se decantaran hacia posiciones que adquirieron su propia desinencia en ismo; pero en su momento
estas posiciones no fueron entendidas como algo ajeno al cubismo propiamente dicho, sino como
extensiones de la sensibilidad cubista, tal como planteara Apollinaire en sus escritos. Por su parte
Gleizes, conocedor del cubismo hacia 1910, a través de Le Fauconnier y Metzinger, asumió el
nuevo lenguaje asociándolo a las nociones simultaneidad, representación diacrónica y duración
–en el sentido bergsoniano del término– que provenían de su relación tanto con Barzun como con
el unanimismo. Y la verdad es que las nociones de simultaneidad y de ruptura de las secuencias
espaciales y temporales no se aplicaron a las obras de los dos pioneros, Picasso y Braque, hasta que
Gleizes las hizo entrar en escena.
Las cualidades significativas del color y las nociones de dinamismo y simultaneidad se en-
contraban ya situadas en el espacio cubista cuando los futuristas irrumpieron en París, en 1912.
Que los futuristas (aunque las tuvieran in nuce entre sus postulados) supieran apoderarse de ellas
y publicitarlas mejor que los cubistas es otro asunto. Pero bastó que los cubistas se interesaran por
la representación de la vida moderna para que existiese un momento en que cubismo y futurismo
acabaran siendo casi indistinguibles; indistinción que se acentuó aún más cuando Gino Severini
hizo suyas determinadas soluciones plásticas de Juan Gris. Curiosamente, durante mucho tiempo,
en algunos tratados y manuales, el futurismo fue presentado como una consecuencia estilística del
cubismo. A partir de la conocida gran exposición veneciana 3. Futurismo & Futurismi, comisariada por Pontus
Hulten, Palazzo Grassi, Venecia, 1986. Edición del
dedicada al futurismo en 1986 3, los términos se invirtieron. catálogo en Milán, Bompiani, 1986.
No fue, exactamente, ni lo uno ni lo otro. La capacidad de anáclasis o refracción del cubismo
planteó una singular similitud plástica que en determinados autores sólo se resuelve a favor de un
ismo u otro mediante datos biográficos precisos. Fue la colisión entre
4. BOUILLON, JEAN-PAUL, “Le Cubisme et
cubismo y futurismo la que se extendió por la geografía europea y la que l’avant-garde russe”, Le Cubisme, SaintÉtienne, Uni-
versité de Saint-Étienne, Centre Interdisciplinaire
asumieron numerosos creadores de diversas geografías en su paso por la d’Etudes et de Recherche sur L’Expression Contempo-
raine, Actes du premier Colloque d’Histoire de l’Art,
18 capital francesa, entre ellos Exter y Gontcharova. Jean-Paul Bouillon4 se 1971, pp. 153-223.
ha preocupado en precisar cómo fue en rigor el cubismo, y no tanto o
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FONDO Y FIGURA DEL CUBISMO Y SUS ENTORNOS
no tan sólo el futurismo, la instancia germinal de buena parte de la vanguardia rusa, y sus plantea-
mientos podrían extenderse a otros casos; casos en los que intentar diferenciar con bisturí de ciru-
jano qué es cubismo y qué es futurismo puede ser tan sólo una tarea académica destinada al fracaso,
pues, además, la síntesis entre cubismo y futurismo (más el uso exaltado del color) se convirtió
en una especie de estilo internacional en los años de la Primera Guerra Mundial, e incluso en los
primeros años de la inmediata posguerra. Fue con el crescendo de este estilo internacional —que
incluso en su momento quiso ser teorizado por Pierre-Albert Birot—con el que se encontraron
numerosos creadores, especialmente españoles y latinoamericanos, cuando llegaron a los medios
artísticos parisinos, milaneses o florentinos. El caso de Barradas es especialmente significativo al
respecto, y a él podría asimilarse el de Celso Lagar. Y curiosamente ambos se decidirían a lanzar
ismos estrictamente personales con los que denominar el esfuerzo de síntesis de sus respectivas
obras. En la transformación hacia el evolucionismo (otro ismo individual) de Joaquín Torres-
García, el conocimiento del cubismo, e incluso la reflexión sobre su trascendencia, fue previo a la
asunción de ciertos elementos retóricos que a algunos les hace recordar planteamientos futuristas5.
Por su parte, el caso de Pettoruti habría de ser en cierto sentido inverso: vivió en contextos cuyas
principales referencias eran las del futurismo tardío y, sin embargo, la 5. No deja de ser curioso o, si se quiere, revelador, que
sintaxis de sus obras está tan próxima a la de los cubistas que como tal en la correspondencia entre Barradas y Torres-García
las referencias al futurismo sean francamente escasas,
ha sido reconocido en numerosas ocasiones. Y, en fin, si la aproximación siendo mayores en ambos creadores las apelaciones al
cubismo. Véase: GARCIA-SEDAS, PILAR, Joaquim
cubista de Xul Solar fue ciertamente breve y leve, la captación del estilo Torres-García i Rafael Barradas. Un diàleg escrit:
1918-1928, Barcelona, Publicacions de l’Abadia de
internacional al que me estoy refiriendo fue un verdadero íncipit en su
Montserrat, 1994.
producción de la segunda mitad de los años diez.
Siendo esto así, a todas estas capacidades de la experiencia cubista para proyectarse desde
sí misma, que en alguna medida eran conocidas, se ha sumado otras más recientemente. Quizás
la más potente de todas ellas haya sido la que ha planteado la relación entre el cubismo y las po-
sibilidades de un nuevo clasicismo o de un clasicismo moderno. En principio, a comienzos de la
década de 1980, las relaciones entre cubismo y nuevo clasicismo se establecieron atendiendo al
amplio fenómeno del retorno al orden y a sus consecuencias. Más tarde y sin negar las situaciones
de correlación entre cubismo y nuevo clasicismo desde esta premisa, el asunto ha sido contemplado
desde otra complejidad. Desde la formulación misma de las poéticas cubistas existió tácitamente
la tentación de relacionar determinados elementos formales del cubismo con las determinantes de
un clasicismo conceptual, wölffliniano si se quiere, que llevó incluso a la inesperada valoración por
parte de los cubistas de algunos pintores de la tradición clásica francesa. El asunto provenía de la
paternidad cezanniana del cubismo y de una determinada interpretación tanto de sus obras como
de lo expresado en sus cartas a Maurice Denis. Incluso, en su manifiesto parisino de 1912, los
futuristas reprocharon a los cubistas lo que ellos consideraban un gusto anacrónico por el arte de
Poussin, Corot o Ingres. Se trataba de un asunto que André Lhote y Roger de la Fresnaye plantea-
ron muy pronto desde posiciones que, simplificando, podríamos denominar, conservadoras, pero
que sin duda Juan Gris, mejor que ningún otro, resolvió, propiciando un punto de encuentro entre
la caligrafía cubista y la evocación de la tradición clásica de la pintura.
Por ello que numerosas realizaciones identificables con las premisas del nuevo clasicismo
poseen una condensación formal que puede ser entendida desde la proyección y la diversidad del 19
cubismo. Dejando a un lado el conocido caso de Picasso a partir de 1914, las anticipaciones plan-
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EUGENIO CARMONA
teadas por Herbin o la evolución seguida por Metzinger y Severini, las relaciones, desde el marco
específico de la modernidad, entre cubismo y nuevo clasicismo afectaron especialmente a algunos
creadores llegados a la modernidad cuando ésta ya había cumplido su primer ciclo histórico. Así,
María Blanchard, tras asumir tardía, aunque brillantemente, el cubismo, viró rápido a posiciones
figurativas que, aunque sin duda fueron muy personales, no habrían podido surgir fuera de este
contexto. Manuel Ángeles Ortiz, muy cercano entonces a Picasso, pudo ser, en la segunda mitad
de los años veinte, tanto cubista como novoclasicista. Mientras que Vázquez Díaz, conocedor del
cubismo de primera hora, pero lejano de él, no aceptó incorporar estilemas o rasgos de filiación
cubista en sus pinturas hasta que el cubismo se encontró con el nuevo clasicismo. En este mismo
ámbito de traslaciones trabajaron Diego Rivera, Rego Monteiro y Tarsila do Amaral. Pero los casos
de Rivera, Rego y Tarsila fueron sin duda más complejos. Rivera fue, como es sabido, un pintor
cubista sintético de primer nivel. Rego y Tarsila asimilaron el cubismo y el purismo con otra densi-
dad, menos sustancialmente. Pero los tres asumieron el paso del cubismo al nuevo clasicismo para
desde él incorporar rasgos vernaculares trascendentes. El proceso que describieron fue uno de los
deslizamientos de la sensibilidad creativa más audaces de todo el siglo XX; proceso al que años más
tarde, y desde un terreno propio, se sumaría Torres-García. Un Torres-García que en plena elabo-
ración, a partir de 1929, de lo que en él conocemos como arte constructivo, no dejó de evocar, de
manera peculiar, el cubismo y sus consecuencias.
Y, en fin, si todo este proceso de refracciones y desarrollos de la experiencia cubista nos ha
llevado hasta el nuevo clasicismo, no puede ser olvidada una última línea de desarrollo. Las estre-
chas cronologías de manual parecen, en ocasiones, dar por acabado el cubismo en las trincheras de
la Primera Guerra Mundial. Hoy sabemos que no fue así. La última refracción del cubismo fue la
de su capacidad de continuarse a sí mismo. El après le cubisme que entonaron Ozenfant y Jean-
neret no fue tanto o sólo el purismo sino el propio cubismo. El escenario era otro, bien es cierto.
Braque dejó de ocupar el lugar referencial que tuviera antes de 1914. Pi-
6. Esta separación de su obra en dos fases, una de
síntesis y otra de análisis, que fue expuesta por Gris casso se encerró en su propia dualidad. Pero, colindando con el empuje
primero a Kahnweiler y más tarde a Raynal, ha sido
utilizada en la historiografía, especialmente a partir del nuevo clasicismo, los cubistas continuaron el cubismo. Para buena
de los escritos de Alfred J. Barr, para plantear la exis-
tencia de dos etapas de distinto cariz en la producción
parte de sus conocedores, el mejor momento de Gris comenzó a produ-
cubista de Picasso y Braque anterior a 1914. A partir cirse a partir de 1916. La opinión es discutible si se quiere, pero deja
de aquí, la existencia de un cubismo analítico y de un
cubismo sintético se ha consagrado en los estudios expuesta en su debate la existencia innegable de un segundo momento
sobre el movimiento cubista, aunque es difícilmente
sostenible desde nuestros conocimientos actuales en cubista inseparable del acaecido con anterioridad a la Primera Guerra
los casos de Picasso y Braque, y prácticamente inapli-
Mundial. Fue este segundo momento el que Gris llamó, para su propia
cable a la producción de los demás pintores cubistas.
A este respecto, véase: GREEN, CHRISTOPHER, pintura, de síntesis, estableciendo una dualidad, análisis / síntesis, que
Arte en Francia 1900-1940, Madrid, Cátedra, Tra-
ducción de María Condor, 2001 (Yale, 2000), pp. explica y contiene el desarrollo del propio movimiento cubista en dos
49-59 y 169 y ss.
fases indisociables6. Y fue un momento de síntesis, de elaboración de
estilo, podríamos decir, que estuvo acompañado de potentes evoluciones personales. En Gleizes y
Metzinger el sentido de la forma condensada y no analógica se impuso al de la captación fragmen-
tada de las relaciones espacio-temporales. André Lhote compartió con ellos, en alguna medida, este
principio rector, resultando sorprendente que en algunos bodegones de estos años se mostrara más
audaz que en sus composiciones anteriores a 1914. Ahora bien, desde el primado del sentido de
al motivo. Y el encuentro con la abstracción, con la abstracción construida, habría de ser también
el camino para Herbin y Valmier, mientras que Marcoussis, autor de varias piezas maestras del
cubismo de anteguerra, reformuló la poética cubista desde el primado de la caligrafía en arabesco
y la evocación sensual.
De todo lo dicho se deducen varias cosas. La primera es que no es posible realizar una defi-
nición unívoca del cubismo. Esta imposibilidad no es un rasgo defectivo, antes al contrario es un
signo pleno de modernidad que incluso resitúa el cubismo en el momento presente. Christopher
Green lo ha visto del siguiente modo: “no es únicamente en su resistencia a la definición sino
incluso en su apertura a la diferencia que el cubismo está ligado, en tanto que movimiento y en
tanto que práctica plural a la que cultura que gira entre los siglos XX y XXI”7. Efectivamente, sólo
la comprensión del cubismo como práctica plural devuelve la verdadera imagen de su experiencia.
Sólo la comprensión del cubismo como práctica capaz de refractarse,
7. GREEN, CHRISTOPHER, “Les définitions du
allegarse o disolverse en otras prácticas nos devuelve su sentido. Aunque cubisme”, Les années cubistes. Collections du Centre
Georges Pompidou, Musée National d’Art Moderne et
articulado de una manera peculiar, y proyectado desde un primado de du Musée d’Art Moderne de Lille Métropole, Villeneuve
la praxis que desafiaba tanto las explicaciones teóricas completamente d’Ascq, Villeneuve d’Ascq, Musée d’Art Moderne Lille
Métropole, 1999, p. 20.
satisfactorias como las retóricas de implantación basadas en las nociones
de grupo y tendencia, el cubismo fue un movimiento, en el más amplio sentido del término. E
incluso se podría llegar a decir –Gleizes o Gris lo vieron con claridad– que el cubismo fue un estado
de la sensibilidad plástica en el que concurrieron, de manera puramente empática y definiendo casi
un estado de voluntad artística, un buen número de creadores provinientes de posiciones y lugares
diversos. Cabría hablar, por tanto, de la corriente cubista tal como se suele hablar de la corriente
expresionista.
Ahora bien, esta manera de entender el cubismo, que parece imprescindible hoy día, choca,
casi frontalmente, con los desarrollos críticos prioritarios de las últimas décadas. Desde finales
de los años cincuenta, o desde principios de los años sesenta del pasado siglo, manejando tanto
criterios de análisis formalistas como pautas de valoración rígidamente
8. Asimismo, valga también recordar cómo fue
evolucionistas, se ha planteado una dicotomía (dicotomía que yo llama- Kahnweiler uno de los introductores de la compren-
sión formalista del cubismo, a partir de los escritos
ría autoritaria) entre la existencia de un cubismo auténtico, verdadero o
que comenzara a redactar durante los años de la Pri-
esencial y otro cubismo subsidiario, de escuela o meramente derivado de mera Guerra Mundial, tras su relectura de algunos
textos kantianos; posiciones teóricas a las que luego
la primera posición. Esta dicotomía quizás se endeude con el punto de añadiría su peculiar acercamiento a algunos postula-
dos de la Teoría de la Gestalt.
vista trazado por Kahnweiler en los años posteriores a la Primera Guerra
Mundial; punto de vista que tenía que ver más con las posiciones (y los intereses) personales ante el
cubismo del, por otro lado, admirable galerista que con la necesidad de plantear la complejidad de
la experiencia cubista como tal8. En la extensión de este tipo de planteamientos el cubismo verda-
dero acaba siendo sólo el de Picasso y Braque, mientras que el cubismo derivado o subsidiario es el
de todos los demás. Apelativos derogatorios como cubisteurs o salonniers, surgidos en los rifirrafes
de los propios implicados y, por lo tanto, meramente coyunturales o situacionales, han sido toma-
dos como elementos de verdad crítica: en definitiva, de la anécdota se hizo categoría. No cabe duda
de que la experiencia cubista de Picasso y Braque contuvo capacidades transformadoras y plantea-
mientos de redefinición del sentido de la artisiticidad que sobrepasaron con mucho la vinculación
con las concepciones heredadas de pintura y escultura en la que se situaron la mayor parte de los 21
mejores representantes del movimiento cubista. Pero ello no invalida o sitúa en un mero segundo
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EUGENIO CARMONA
plano estas aportaciones, del mismo modo que el encuentro de Kandinsky con la abstracción no
supone un menoscabo del resto de los creadores que vivieron con él, en muy diversos registros, el
desarrollo de la corriente expresionista en los países germánicos.
De la anterior cita de Christopher Green se deduce la apertura a una nueva comprensión
de la experiencia cubista. Pero las consideraciones de Green a favor de volver a estimar el cubismo
como un conjunto diverso y complejo no eran nuevas. Ya en 1971, hace más de treinta años, los
reunidos en el Primer Coloquio de Arte Contemporáneo, organizado por
9. Le Cubisme, op. cit., véase referencia en nota 4.
10. DUBOIS, ANDRE, “Cubisme et cubismes”, Le el CIEREC en el Museo de Arte e Industria de de Saint-Étienne9, aboga-
Cibisme, ibídem, pp. 77-92.
ron por una revisión de la historia del cubismo (o como subrayara André
10
Dubois , de los cubismos) que recogiera la complejidad del movimiento, sus variables y secuen-
cias, y que contemplara incluso las derivaciones y refracciones de la plástica cubista de un modo
totalizador y ampliamente comprensivo. Como puede apreciarse, la diatriba en torno a la identi-
dad del cubismo tiene una larga trayectoria. Hasta ahora se ha resuelto a favor de los partidarios de
establecer jerarquías y diferenciaciones ajenas al propio desarrollo histórico del movimiento, pero
no cabe duda de que esta situación está comenzado a cambiar y que acabará resolviéndose a favor
de la consideración del cubismo como práctica plural, diversa, extensa en el tiempo, generadora de
múltiples poéticas desde su propio núcleo estético y conciliadora de nacionalidades y geografías.
Roxane Jubert,
Typography and Graphic Design,
Flammarion, Paris, 2006.
(Traducción Marcela Gené)
La marea de la vanguardia
Una sociedad en constante flujo
Experimentos en composición
tipográfica y escritura en Francia.
La posición de Francia en el contexto de las experiencias de vanguardia se distin-
guía por la ausencia de la virulencia y fervor revolucionario que caracterizaban a
muchas de las aproximaciones a la gráfica y la tipografía en otros países. Aún así,
la vanguardia parisina, aunque estaba privada del influjo que los futuristas ha-
bían ejercido en Rusia y Gran Bretaña era, de todas maneras, el teatro para dife-
rentes experimentos en composición tipográfica y tipografía. Tan pronto como en
1913, Guillaume Apollinaire y Sonia Delaunay le otorgaron nuevas dimensiones
visuales y expresivas a la palabra y el texto. En 1916, en un momento en el cual el
Dadá de Zurich se hallaba a pleno, Pierre Albert-Birot también se embarcaba en
una reconsideración de la composición tipográfica.
Entre aquellos que integraban componentes gráficos en su producción litera-
ria muchos eran pintores, o tenían algún interés en la práctica artística. Respecto
a esto, la introducción del objeto impreso y la composición tipográfica al cubismo
constituyó, probablemente, una importante fuente de atracción y una influencia
determinante. Pierre Albert-Birot difundió estas investigaciones cubistas, repro-
duciéndolas en su revista Sic (“Sonidos, ideas, colores, formas”). Apollinaire ce-
lebró entusiasmado este hecho (había conocido a Picasso mucho antes, en 1904),
haciendo notar que “Picasso y Braque incluyen en sus trabajos composiciones
tipográficas de carteles de tiendas y otro tipo de piezas escritas porque, en una
ciudad moderna, las inscripciones, los carteles de las tiendas y la publicidad jue-
gan un rol artístico de muchas importancia.”
Otros pintores demostraron también un gran interés en la composición tipo-
gráfica. Sonia Delaunay y Fernand Léger, por ejemplo, incorporarían rápidamen-
te palabras o fragmentos de texto en sus composiciones visuales.
Como era común en ese entonces, los escritores dejaron en claro su preocupa-
ción acerca de la tipografía interviniendo la composición tipográfica de sus pro-
pios textos. Apollinaire comenzó su investigación sobre los “poèmes figurés” en
1913, o poco antes. Este grupo de poemas se publicó en 1918, en una colección
Revolución liberal
en Rusia. El mundo
tiembla. Octubre.
Exportar la
Revolución.
de las materias primas que su suelo La sangre ~scena del El zar Nicolás Il, atemorizado por
no tenía, había iniciado una política del pueblo ruso ' filme El Acorazado los acontecimientos, hizo publicar un
se mezcló con la nieve Potemkin (1925)
de expansión imperialista- entró en ante el Palacio de S. M . Eisenstein. manifiesto donde se prometía la con-
guerra con Rusia y en 1905 destruyó de invierno; en dramática y vocatoria de una asamblea represen-
totalmente la armada zarista, 0bligan- la plaza quedaron magistral crónica tativa (Duma), que en efecto se
do a Moscú a la firma de un tratado alrededor de mil de los incidentes constituyó en mayo de 1906 con una
cadáveres. ocurridos en
de paz humillante. Esta fue la chispa (Ministerio de Asuntos el puerto ruso mayoría de diputados de ideología li-
que desencadenó el movimiento re- Éxteriores, Praga). de Odessa en 7905. beral. Como era de esperar, la vida de
volucionario ruso, ya . que puso de la Duma fue corta: ni el soberano ni
manifiesto la debilidad y el arcaísmo los no,bles terratenientes estaban dis-
- de su régimen. puestos a democratizar el país. Bastó
El 22 de enero de 1905 una gigan- que la asamblea presentase una serie
tesca manifestación cruzó las calles de proyectos de carácter progresista
de San Petersburgo dirigiéndose, de . para que el Zar decidiese su disolu-
forma pacífica y entonando cantos re- ción inmediata.
ligiosos, al palacio del zar Nicolás 11 En Rusia, pues, había fracasado la
para solicitar el fin de sus miserias. La revolución liberal. La burguesía, de-
reacción de la policía fue brutal : la bido al escaso desarrollo capitalista ·
multitud, ametrallada desde la resi- de la economía , continuaba siendo
dencia real, dejó en la calzada cerca exigua y carecía, en consecuencia. de
ele mil muertos. A partir de aquí la in- la fuerza necesaria para ocupar el po-
surrección se eXtendió por las princi- der. Pocos años después las. masas po-
pales ciudades y, en Odessa, los .ma- pulares · iban a tomar el relevo. esta
rineros del . acorazado PUlemkin se vez con éxito, en parte par la conmo-
sublevaron"pasando a cuchillo a toda ción que supuso su partiCi pación en
la oficialidad. la I Guerra Mundial. 49
24/EI rrlunao
tiembla
Cuando los revolucionarios franceses
hicieron rodar la cabeza de Luis XVI
~, la nobleza de toda Europa tembló
horrorizada por el acontecimiento. A
principios del siglo xx una nueva re-
volución haría estremecer al mundo,
pero esta vez quienes temblaron fue-
ron los burgueses, pues en Rusia, por
primera vez en la Historia, surgió un
Estado proletario. El sueño de los pri-
meros teóricos socialistas parecía ha- En 1917 existían ya en Rusia, aun- Leriin: «Yo afirmo y transformaremos
I que no pod;á existir Rusia!» (Lenin
cerse realidad: a la revolución bur- que de forma más o menos clandesti-
un movimiento en un mit in. Bibl.
guesa sucedía la revolución obrera. na, cuatro importantes partidos polí- revolucionario Nacional, París) .
Después de la guerra entre Rusia y ticos enemigos del régimen: el Partido sólido sin
Japón, el Imperio de los zares comen- Constitucional Demócrata (conoCido una organización de
zó un rápido proceso de industrializa- por las siglas K.DT), que atraía a los dirigentes ... ¡Dadnos
una organización .
ción,. ya que la entrada de Rusia en el burgueses liberales y aspiraba a con- de revolucionarios
primeL conflicto mundial en contra seguir un sistema similar al de los Es-
de Alemania (1914-1918) hizo nece- tados europeos; el Social Revolucio- recorrieron las principales ciudades
sario "montar una importante indus- nario, que constituía la organización de Rusia; al mismo tiempo, los solda-
tria de armamento. La consecuencia política más numerosa de todas; el dos, hartos ya de la guerra, se alz~ron
inmediata no pudo ser otra que la Partido Menchevique, de ideología en armas contra sus oficiales. Aban-
aparición de un proletariado fabril, . socialista, extendido entre los obreros donado por todos, el zar Nicolás II
cada día más numeroso, que se vino a ¡ndustriales deseosos de profundas re- tuvo que abdicar y fue detenido con
añadir a las masas de campesinos po- formas sociales, pero sólo después dé todos sus ministros.
bres. haber instaurado en Rusia un régi- El éxito de la insurrección dio ori-
Pero esto no fue todo. Como conse- men democrático; y, por último, los gen a un doble poder: por un lado,
cuencia de la guerra aumentó la mi- Bolcheviques, dirigidos por Lenin se formó un Gobierno Provisional
seria; y el sufrimiento del pueblo, ya (1870-1924), menos numerosos pero compuesto en su mayor p:¡rte por
crónico, llegó a límites insostenibles. muy disciplinados, que querían una miembros del KDT; por otro, a ni-
Desprestigiado el régimen zarista, an- revolución social inmediata. vel popular, aparecieron los llamados
siosos los intelectuales de libertad y Del 23 al 27 de febrero de 1917 se soviets, asambleas integradas por
queriendo el pueblo .entero terminar puso en marcha un proceso revolu- obreros, soldados y campesinos, que
cuanto antes una guerra que no com- cionario que, en un principio', se ca- estaban controlados por los partidos
prendía, todo estaba preparado para racterizó por el origen espontáneo de de izquierda: Social Revolucionario,
50 la explosión revolucionaria. las gigantescas manifestaciones que Menchevique y Bolchevique. Las dis-
Izquierda: Kerenski,
primer ministro de
Rusia en 1917.
. Derecha: Guardias
del Palacio
Tavrichesky,
atendiendo a
la lectura de .
un periódico
revolucionario.
Cartel original de
V. S. Moor, con
la representación
del juramento
de ingreso en
el Ejército Rojo
de obreros V
campesinos.
En sólo dos días, las milicias anna- las leyes fundamentales que la nueva
Asalto al Palacio de Invierno
das bolcheviques ocuparon por sor- realidad requería; pero, en contra de
«La tropa, que se componía de va-
presa los puntos estratégicos de las lo que se esperaba, las eleccjones las
rios centenares de hombres, descan- más importantes ciudades rusas. In- ganaron no los bolcheviques, sino los
só algunos minutos, apretujada de- capaz de reaccionar, el Gobierno socialrevolucionarios y los menchevi-
trás de la columna, recuperó la calma huyó" y Lenin y sus partidarios se en- ques, y además. por una abrumadora
y después, al no recibir nuevas ' órde-
nes, volvió a avanzar espontáneamente.
contraron dueños del Estado, firman- mayoría. En estas, condiciones, Lenin
La oleada impaciente de la tropa nos do la paz con Alemania. disolvió la Asamblea y consolidó el
empujó por la entrada de la derecha, A pesar de todo, los bolcheviques poder de los soviets con el apoyo de
que conducia a una vasta sala above- continuaban siendo una minoría den- otras fuerzas políticas.
dada de muros desnudos: la bodega del tro del conjunto de los partidos de iz- En esta situación de guerra civil to-
ala e.s te ... Guardias rojos y soldados se
lanzaron inmediatamente sobre gran- quierda, con lo que la situación no se dos los partidos políticos, excepto el
des cajas de embalaje que se encon- presentaba fácil para el nuevo gobier- comunista~, fueron disueltos y se
traban allí, haciendo saltar las tapas a no de Lenin, ya que los otros partidos suprimieron las libertades de reunión y
culatazos y sacando tapices, cortinas, no aceptaban su derrota y varios ge- expresión. Junto con ello comenzó a
.. ropa, vajilla de porcelana, cristalería. El
pillaje no había hecho más que empe- nerales partidarios del Zar se habían aplicarse el programa bolchevique: la
zar cuando se escuchó una voz: "iCa- sublevado ocupando importan~es te- · tierra, las fábricas, la banca y él co'-
. ----' maradas, no toquéis nada; todo esto es giones de Rusia. De esta fonna, la re- mercio pasaron íntegros a manos del
propiedad del pueblo!" ... Los o~jetos, volución condujo a una guerra civil, Estado. Por otro lado, el Ejército
bien que mal, fueron colocados otra vez
en sus cajas. Esta reacción fue espon- en la que el bando opuesto a Lenin Rojo, órganizado principalmente por
tánea. En los corredores y las escale- contó con ayuda extranjera, aunque Trotski, fue capaz, a lo lar,go de tres
ras, debilitados por la distancia, se es- no fue sufi~iente para conseguir sus años, de derrotar a los generales zaris-
cuchaban los ecos de las palabras:
"iDisciplina revolucionaria! iPropiedad objetivos. tas, dando fin así a la guerra civil. Ni
del pueblol"» (JOHN REEO: Diez días que Las 'cosas se complicaron todavía . que decir tiene que los sucesos de Ru-
?stremecieron al mundo). más. Era necesario elegir una Asam- ' sia provocaron una enonne conmo-
blea Coru;tituyente que diese a Rusia ción en todo el mundo. 53
La creación de la
26/Export ar 111 Internacional,
e';' 1919, marca
la ruptura entre
la revolución los partidOS
comunistas y
socialistas. Lenin
pronuncia un discurso
ante el 111 Congreso
de la Komintern, 1920.
Uno de . los princiQios ' ideológicos
fundamentales que caracterizó el
pensamiento de los líderes bolchevi-
ques había sido el de la revolución ·
mundial: Rusia era sólo la chispa ini-
cial que ·propagaría el incendio por
toda Europa. Pero no fueron las cosas
por ese camino: En primer lugar, en
la mayor parte de los países occiden-
tales, después de largos años de lucha,
la clase trabajadora había conseguido noritarios se separaron de los partidos
mejorar su situación socioeconómica La expansión socialistas para ingresar en la Tercera
y' estaba muy lejos de la absoluta mi- de la revolución Internacional. Así nacíeron los parti-
seria. En segundo término, los parti- soviética dos com ~tnistas, que han llegado has-
dos socialistas europeos mantenían «Una vez mas, de la misma forma que ta nuestros días.
los distintos partidos socialistas se ha-
ante el triunfo bolchevique una aeti- bían compuesto en 1914, atildandose En conjunto, pues, la Revolución
tud expectante, no exenta de cierta de nuevo y prosiguiendo como si nada Rusa · no pudo captar a las más im-
desconfianza: ciertamente en Rusia se hubiera pasado, también los partidos portantes organizaciones obreras de
había acabado con el capitalismo; comunistas, después de 1939, trataron Europa para su proyecto de insurrec-
de convencerse a si mismos y a los de-
pero, por otra parte, se había implan- mas de Que no habi« cambiado nada ción mundial. Sin erribargo,)eHriunfo
tado un régimen que rompía con la esencial. Sin embargo, ya por estas fe- bolchevique fascinó a muchos ,traba-
trayectoria política seguida por el so- chas sabia n muy bien Que, su existencia jadores y a los recién creados pártid05
cialismo europeo, por lo que poco a dependia de la Unión Soviética y Que la comunistas, que estaban absoluta-
propagación del estalinismo estaba en
poco los partidos socialistas irían función de la expansión armada ' de la '. mente convencidos de la posibilidad
dando la espalda al modelo soviético. Unión Soviética en la Europa del Este. de repetir en sus respectivos países lo
En marzo de 1919 se deGidió en Este planteamiento era muy ' distinto de que había acontecido en el Imperio
Moscú la creación de la Tercera In- la creencia leninista en 1919 de Que la de los zares. Así, entre 1918 y 1924,
clase obrera europea -sobre todo la
ternacional (la llamada- Internacional clase obrera alemana- seguiría el ejem- la mayor parte de los países de Euro-
Comunista o Komintern), a la que plo rUso, tomaría el poder y establece- pa conocieron intentonas . revol ucío-
fueron invitadas a unirse las organiza- ría un gobierno socialista; hacia 1939, narias, en muchos casos de tremenda
ciones obreras del mundo. Su objeti- era evidente Que la Revolución Rusa dureza.
SÓ,lo se podria exportar por medio de la
vo no era otro que la revolución mun- conquista militar, de forma muy pareci- Un ejemplo significativo es el de
dial según el modelo bolchevique. La da a como el ejército de Napoleón ex- Alemania,' donde diversos grupos co-
casi totalidad del socialismo europeo portó el legado de la Revolución Fran- munistas se levantaron ,en armas,
se negó a formar parte de la Komin- cesa.» (G. LICHTHEIM : Breve historia del pero no consiguieron sus objetivoS'
socialismo.)
,54 tern o No obstante, ciertos grupos mi- porque los sindicatos y gran parte de
la clase trabajadora no partIcIparon en Marx y otros pensadores del SIglO
La revolución rusa de 1917 encuentra XIX, al iniciarse la segunda década del
-en el cine su medio de expresión por ex-
en la insurrecciÓn. Ello no fue óbice
celencia. S. M. Eisenstein, el gran pro- para que entre diciembre de 1918 y siglo xx había tomado dos rutas dife-
pulsor del montaje. cif-iematográfico, mayo de 1919 se luchase con una te- rentes que se mantienen hasta nues-
realiza su tri logia revoludonaria, com- rrible ferocidad en las más importan- tros días: por un lado, el camino de
puesta por La huelga (1924) -donde los partidos socialistas; por otro, la
por primera vez en Ia.historia del cine el
tes ciudades germanas. De todas for-
pueblo se convierte en protagonista-, mas, los comunistas, aislados, no te- vía de los comunistas. Esta escisión
El acorazado Potem!fin (1925), conside- nían demasiadas posibilidades de éxi- se hizo prácticamente definitiva en
rado por muchos criticas .e l filme más to y, uno,tras otro, los núdeos que ha- 1924, cuando frente . a la Komintern
importante de todos los tiempos, y Octu- se creó una Internacional SoCialista.
bre (1927). A. P. Dovjenko es el autor de
bían promovido la insurrección fue-
La tierra (1930), emotiva epopeya de los ron dominados. Derrotada la revolu- El punto de fricción máximo entre
hombres del campo. El despertar cam- ción en Alemania, fracasada también una y otra tendencia se centraba en
pesino es también el tema de la La línea en otros países donde se habían inten- tomo a la valoración de la democra-
general (1929), de Eisenstein. Sobre cia burguesa y las libertades que ésta
Lenin cabe destacar Tres cantos sobre
tado acciones similares, Rusia quedó
Lenín (1934), de D. Vertov, y Vladimir aislada. defendía, consideradas corno no prio-
J1ich Lenín (1949), de M. 1. Romm. Por consiguiente, el movimiento y ritarias por el comunismo y como bá-
toda la ideología que tuvo su origen sica.s por el soc~alismo.
Iconografía
posrevolucionaría:
cartel del 1. 0 de Mayo
(Bibl. Nacional,
París) y monumento
al obrero en Moscú.
55
Roxane Jubert,
Typography and Graphic Design,
Flammarion, Paris, 2006.
(Traducción Mariela Monsalve)
Continuación y reconstrucción
en la vanguardia
Hacia el fin de la Primera Guerra Mundial, varios países europeos se encontra-
ban en una situación crítica. La moral de la población estaba baja, la economía de
rodillas, y crecía la protesta social. Pronto se acomodaron los nuevos regímenes
políticos. A nivel artístico y cultural, las vanguardias de las dos primeras déca-
das del siglo XX continuaron desafiando las primeras tendencias en un abierto y
desafiante frenesí de innovaciones osadas, sorprendentes y/o subversivas. Este
período de actividad vanguardista fue continuado por corrientes que aspiraban
a participar en la reconstrucción (en los frentes social, político, económico y cul-
tual) o a someter a la sociedad a un escrutinio crítico.
Los acontecimientos turbulentos de fines de 1910 llevaron a artistas y diseña-
dores a orientar sus esfuerzos hacia el desarrollo de una nueva y mejor sociedad.
En el período de posguerra, todo un sector de la vanguardia estaba abocado a la
reconstrucción, alejándose lo más posible tanto del extremismo futurista como
de la burla Dadá. El tema candente era cómo revivir el ambiente malogrado y
mejorar la vida cotidiana.
Finalmente, esta nueva orientación, motivada por los efectos de la guerra y las
crisis resultantes, adoptó la maquinaria y las técnicas industriales, y los artistas
plásticos y visualizadores comenzaron a ocuparse de temas como utilidad, fun-
ción, claridad, efectividad, y comunicación. Preocupados por la situación socio-
política, algunos descartaron completamente los ideales del “arte por el arte” y
se dedicaron a hacer un arte útil. Cada vez más, los artistas e intelectuales, en
general muy politizados, tiraban los ideales llamados “burgueses” a la basura.
Esta reconfiguración de la práctica artística valorizó el componente social
del arte, tal como la forme utile (forma útil) y el funcionalismo. En arquitectura,
así como en otras ramas de las artes decorativas y aplicadas, el funcionalismo
salió a la luz alrededor de 1920. La famosa frase de Louis Sullivan formulada
en 1896 –“la forma (…) sigue a la función”- fue seguida a rajatabla en el perío-
do entreguerras. En la búsqueda de soluciones contemporáneas comprometidas
Aún antes del fin de la Primera Guerra Mundial la contribución rusa al revival de
la vanguardia había sido excepcional. Bajo el ala de la Revolución Rusa, los pre-
cursores del Constructivismo abrevaron en el Suprematismo. Desde 1917 hasta
fines de 1920, la tendencia incursionó en diversas artes visuales, especialmente
en las artes aplicadas. Vladimir Tatlin y Alexander Rodchenko estuvieron entre
Gráfica y tipografía
Muy escasos de materiales, los artistas rusos no siempre podían alcanzar sus
objetivos. Sus creaciones tridimensionales no eran seguidas en forma inexorable
por la producción industrial, todo lo contrario. Muchos de los proyectos para
diarios y kioscos de venta de libros, por ejemplo, quedaban solo en modelos.
Por otro lado, las artes gráficas y la expresión visual pasó por fenomenales de-
sarrollos. Al servicio del nuevo Estado Comunista Bolchevique, proliferaron los
medios, constituyendo un arma ideal de propaganda para la ideología reinante
en la lucha por conquistar los corazones y las mentes. Dentro de este marco, hacia
1920, la gráfica, la tipografía, y la fotografía provocaron algunos cambios espec-
taculares a nivel formal. Si el Cubismo, el Futurismo, y el Dadaísmo ya habían
sacudido el mundo del arte, el Constructivismo a su vez marcó el comienzo de un
vocabulario y una gramática capaces de combinarse en composiciones altamente
innovadoras, fuertemente inspiradas en el rigor y contundencia del Suprema-
tismo. La paleta de Alexander Rodchenko y El Lissitsky, por ejemplo, combina
frecuentemente el rojo y el negro (en el pasado característicos tanto de los manus-
critos antiguos como de los incunables), garantizando impacto y contraste.
Entre los diversos soportes involucrados, el cartel fue uno de los predomi-
nantes, y había dado grandes pasos hacia mediados de la década de 1920 y en
los años siguientes. En 1924 se organizó una exposición en Moscú llamada “Seis
años de Carteles”. Además del uso del color, una serie de iniciativas llevaron a
una revolución en la práctica visual que, en el cartel, combinaba la introducción
de la fotografía, un gran uso de la geometría y de las yuxtaposiciones diagona-
les y dinámicas, y la exploración de diversos procesos de montaje. Muchos car-
teles eran producidos para promocionar las publicaciones estatales, incluyendo
películas y libros (con slogans tales como “los libros apuntalan la construcción
del socialismo”). Rodchenko, los hermanos Georgii y Vladimir Stenberg, Varvara
Stepanova, y Vladimir Mayakovsky eran especialmente activos en estos campos.
Los hermanos Stenberg crearon un proceso propio, frecuentemente basando sus
diseños en fotografías o fotogramas proyectados sobre una pared utilizando un
aparato desarrollado específicamente para tal fin. La propaganda para las indus-
trias del estado también estaban en pleno desarrollo. Los tirajes de un cartel po-
dían llegar a veinte mil.
Numerosos materiales visuales exploraron el poder del fotomontaje, mientras
que otros se inclinaban por el dibujo -como las “Ventanas Rosta”, una serie de
ilustraciones creadas específicamente para atraer a los analfabetos. La agencia
Rosta, un cuerpo estatal con la responsabilidad de comunicar los eventos en cur-
Vkhutemas: los
Talleres Superiores
Artísticos y Técnicos
del Estado
Capítulo IV (extracto)
75
«El artista comenzó a relacionarse coo el cuadro no como con un campo para la descrip-
ción ilusionista de los objetos, sino como con un objeto real. Comenzó a trabajar en el cuadro
como un artesano de la madera en una pieza d· ~adera ... Se convirtió a su manera en un
especialista, y la única diferencia era que, para él, la construcción era un fin en sí mismo»3. '
76
nantes en una sociedad dada se juzgaban las ideas de la clase dirigente 6 • Puesto
que el arte está in~uivocamente condicionado, y la historia se ve Como lucha de
clases, se podja ver el .arte como un arma a utili,zar en la lucha por la construcción
·,del socialismo. Esta idea se basaba en los principios generales del marxismo, pero·
ignoraba el hecho de queMan{ y Engels veían que el arte está sujeto a sus propias
leyes a la vez que condicionado socialmente. El principaJ grupo que apoyó y desa-
rrolló esta idea fue el Movimiento Cultural Proletario, conocido como Prolet'kult
(de Proletarskaya kul'tura), fundado poco después de octubre para poner en prácti-
· ca las ' ideas formuladas antes de 'la Revolución por Bogdanov, Lunacharski y
Gorki, que jUl)tos habían fundado la Escuela de Trabajadores de Capri: El Prólet'-
kult de Petrogrado fue fundado entre el 16 y el 19 de octubre de 1917, y el de Moscú
· en febrero de 1918, ambos como organizaciones de la clase trabajadora, con carác-
.ter independiente y plena autonomía en la esfera cultural'. Alfnque el Prolet'!<ult no '
· expuso una teoría consist~nte (había diferencias acerca de cuestiones espécíficas
· como la herencia cultural y la cooperación con especialistas l?urgueses)8, la idea
fundamental de Bogdanov"era que la clase trabajadora debía avanzar hacia el socia-
li~mo por tres caminos autónomos y diferentes: el político, el económico y el cultu:"
ral Bogdanov mantenía .que aunque el proletariado había realizado pr.Qgresos en .el
campo de la política y de la economía, no había avanzado en absoluto en el de la
cultura. No hacía diferencia entre cultura socialista y cultura proletaria; veía la
primera como una simple extensión de la segunda. La creación de esta cultura no
debía ser confiada al gObiern0 9 , el cual contenía elementos ideológicamente extra- '.
ños; sino que debía ser emprendida sólo por aquéllos que pertenecían a la élite de la ·
clase trabajadora; ideológicamente inmaculada y cuya composición no estaba deter-
minada por orígenes de clase sino por opiniones políticas. 'Para Bt>gdimov; el arte
creativo era simplemente otra forma de trabajo y como tal debía utilizar técnicas
teóricas y prácticas de la vida cotidiana. Aunque consideraba que el papel dél arte
era la organización de la experiencia social en percepción, así como en emociones y
aspiraeiones, cOmprendía la unidad esencial de las funciones perceptiva~ y estéticas
del arte, y defendía la asimilación- y el 'estuc;iio crÍticos d~ la cultura de.! pasado.
Algunos extremistas dentro de Prolet'kult,como Gastev, rechazaban compktamen- .'
te el pasado y trataban de tecnificar la psicología y el arte del proletariado 10. Esta
ecuación entre tecnología e ideología comunista fue un rasgo dominante de una
sección del Prolet'kult, y puede haber influido en losconstructivistas. Ciertamente
ofrecía un marco ideológico que, como ~arte del debate general sobre la naturaleza
.-:l del arte proletario, era parte de los hábitos generales del ambiente intelectual inme-
77
vodstvennik). En ocasiones se utilizan estas etiquetas de forma completamente inter-
cambiable.Si se definen estrictamente, sin embargo, «constructivista» parece indi-
car al artista que trata de · aproximarse prácticamente a esta fusión intentando
resolver la cuestión de la creación de formas reales mezclada con los materiales,
mientras que el productivista se pla~teaba el problema de la fusión desde el punto
de vista de la industria. Podría s~r un teórico o un artista que buscase conseguir esta
unidad trabajando en la fábrica, en la producción. de objetos reales industriales
seriados. Los productivistas y constructivistas de distinguían esencialmente por l~
diferencia en sus relativos compromisos con las dos partes de la polaridad arte- '
industria. El resultado inevitable de esta .diferencia en sus aproximaciones a su ,
común ideal de un «arte de producción» era una diferencia en la concepción. del .,
prQPio ideal. Ambos corrían el peligro de volver él posiciones relativamente tradicia:::
nales. Se previno al constructivismo .del.peligro de «convertirse en una escuela .:
artística convencional», y al productivismo, en la fábrica, del de' «convertirse en utf~
~rtista de artes industriales/artesano»12. :ri
Los principales exponentes de las nuevas ideas fueron Osip Brik, Boris Kushner
y Nikolai Punin. ya través de sus artículos es posible rastrear la génesis de las ideas
que en su última ramificación llegaron a coo.stituir el cop.structivisino, el arte de
producción y el productivismo.
El artículo de Brik «Una purga para el arte», aparecido en el primer número,
en 1918, exhortaba a los artistas· a abandonar las ideas vagas y la ciénaga del arte
burgués y a dedicarse a la creación de objetos materiales. Lo que afirmaba era la
esencia del arte proletario: «No deforméis, cread. Nada de vapores idealistas, sino
objetos materiale.s... no nel:;esitarrios vue!tras ideas ... el arte ~s como. cualquier otro
medio de producción»17. Brik, .
como Kushner, negaba que-el 'arte estuviera r&lacio-
nado con valores espirituales y ma'lteníaque era como cualquier otra forma de
78
trabajo: «Arte, esto es simplemente trabajo: conocimiento, habilidad, técnica»18. Si
el arte, por tanto, era mero trabajo sin más elevados atributos espirituales, el artista
era también despojado de su ropaje metafisico y revelado como «sólo un construc-
t.or y un técnico, sólo un supervisor y un capataz»19. Esta es casi con seguridad la
primera utilización de la palabra impresa «constructor» en conexión con el arte. Su
uso fue tal vez puramente accidental y basado en el propio de la industria de la
construcción, yuxtapol)iendo el concepto tradicional del artista al del constructor,el
hombre que construye objetos reales.
Un editorial desarrollaba esta identificación del arte con el trabajo en los siguien-
tes términos: «El arte trata de lograr la creación consciente; la producción, la mecá-
nica ... Producción y arte se fusionan en un todo; creación y trabajo, hacia el trabajo
consciente»2o. Estos pasajes indican un paso hacia delante en el concepto diferente
del arte, en la idea de que el arte no debe relacionarse con el dominio de las ideas
filosóficas o metafisicas, sino con la acción: «El objetivo de toda verdadera creativi-
dad no son las ideas sÍno u.n objeto real»21. La idea de que el arte debe relacionarse
con la creación material de objetos era, como señaló Chuzhak, «la primera piedra
del programa máximo»22.
Según Chuzhak, el siguiente paso se dio cuando Brik situó definitivamente el
arte en la categoría de trabajo, o más e,specíficamente en la <;le trabajo iQ~.trial, al
referirse. al <<arte corno toda prpducción»23. «La existencia separada de arte y pro-
ducción no es una ley establecida. En esta división vemos una supervivencia dé las
estructuras burguesas»24. Esto abrió el camino a la propuesta fusión de arte y pro-
ducción, al problema del arte y la producción y al papel que asumiría: Punin hizo
un iI'!tento de distinguir eritre el viejo concepto de arte aplicada y el nuevo de arte de
producción: «No es un' asunto' de decoración, sino de creación de nuevos objetos
artísticos. El arte, para el PI ~Ietariado, no es un sagrado templo para la contempla-
ción perezosa, sino trabajo, una fábrica, produciendo objetos completamente artís-
ticOS»25. Punin no ofreció · una definición precisa del «objeto completamente
artístico», ni del proceso que contribuiría a su formación. Sin embargo, rechazaba la
idea del arte como contemplaciÓn pasiva y sugería una actividad positiva para
reemplazarla. Est~ alternativa positiva estaba expresada en el concepto del objeto
artístico como resuhado de Il! participación activa del arte en la producción.
Estas ideas no tuvier<?n una aceptación inmediata, y la consiguiente discusión
aparecida en la revista indica en qué medida las teorías propuestas por Punin, Brik y
- Kushner en:ln aún incompletas y defectuosas. El problema crucial de la conversión
precisa del arte en una parte de la industria no había sido ·tratado con ninguna
profundidad en áquellos artículos exhortativos de El Arte de la Comuna. Por lo
tanto, al criticar el c,oncepto de arte de producción tal como se había desarrollado,
Puni, Dmitriev y Baui'in no encontraron mucha dificultad en demoler las afirmacio-
nes, bastante simplistas, de Brik y otros. La discusión fue abierta en realidad por el
artista Iván Puni en un artículo, «La creació'é de la vida», aparecido en el quinto
número de El Arte de la Comuna, en el cual" expresaba dudas acerca de la utilidad
del papel que el arte podía re.T"\resentar en el proceso productivo. .Mantenía que, a
causa de la diferente naturaleia del arte y la producción industrial, los intentos del ..
artista de cooperar ~on la máquina producirían, inevitablemente, una mera «arte
aplicadID>. Esto llevaría a una situación en la cual los artistas aplicarían una deco;l'i-
. ción o elerrientos decorativos a un objeto cuya forma estaría totalmente determina~ '
da por la función qlle el objeto había de real.zar:
«El arte no puede ser útil porque esto contradice en última instancia el priricipio general-
. ment~ admitido de la "utilidad" de la industria contemporánea ...• porque la estética no go-
bierna la vida. sino que va detrás de ella ... La construcción de un objeto es completamente
.dependiente de su propósito; el artista solamente puede añadirle elementos superfluos... Aquí
no necesitamos artistas, sino técnicos y matemáticos muy buenos ... todos los objetos contem-
poráneos son hermosos y buenos porque la conexión de sus partes, la necesidad de cada parte.
es dictada sólo porsu utilidad, y cuanto más puramente se cumpla este principio mejor será el
objeto»26.
79
El argumento de Puni de que el artista era innecesario a la industria llegó a ser
un arma fundamental del arsenal de los antiproductivistas 27 .
La otra característica principal del programa productivista en esta primera fase
de desarrollo era la insistencia en lo sociológico y el intento de establecer la teona
, sobre una fuerte base sociológica, presentándola como «proletaria». Brik afirmÓ que
la- clase trabajadora, «como clase creadora, no puede hundirse en la contemplación, :
'no puede abandonarse a expeiiencias estéticas extraídas de la contemplación de lo . ..
antiguo. El estudio de los monumentos artísticos no debe traducirse en goce pasivo;':'
no debe salirse 'de los límites de la investigación científica»28. . X, ,
Extrañamente, se dio a estas ideas -expresadas en El Arte de la Comuna~:;;;::
muy' pOG,O desarrollo en la revista Bellas Artes, cuyo primero y único númerofue >:,
editado también en 1919 por el IZO de Moscú. La ausencia de estas ideas fue tan;,: :
notable que Chuzhak llamaba a la revista «un paso atrás»29. Sin embargo, e! hechR; ,
de que el artículo de, Punin «El proletariado y el arte» estuviera firmado y fechado;~:
en abril de 1918, y el editorial tuviera fecha de mayo de 1918 sugiere que, en sir ;
concepción e ideas, Bellas Artes es anterior a El Arte de la Comuna, aunque fue: :~
publicado después 3o. «No contiene ni un ápice de "producción", e incluso falta una': ;
idea elemental del objet03'.» . •
El carácter ecléctico del período es m 11y indicativo ne, la fecha de su concepción; .
a principios de 1918, y proporciona por tanto una importante visión de la faSe
temprana del debate. Punin, por ejemplo, en .su artículo se atenía con gran firmeza a
la idea del arte como método de conocimiento: «El arte es un arma con cuya ayuda '
.la humanidad amplía su visión, su experiencia y, de este modo, su culturél»32. Esta
afirmación está en armonía con el tono del editorial, que también defendía la con-
cepción del arte. como «actividad cognoscitiva espiritual de la humanidad»33. Des-
pués de que El Arte de fa Comuna, Bellas Arces y las restantes revistas con el título
Arte hubieran dejado de publicarse en 1919, hubo una reduc~ión en el número de
revistas artísticas que se publicaban; Horno, periódico de Prolet'kult, y Vida artísti-
ca, de IZO, no cambiaron la situación de modo significativo hasta 1923 34 . Con la
publicación de LEF (Revista del Frente de Izquierdas de las Artes) y Arte Ruso,
en 1923 35 reconoció el debate artístico en caracteres impresos, pero hasta entonces
los centros·principales del debate fueron las diversas' organízaciones artísticlls,como .
IZO, los Estudios Libres de Arte de! Estado y especialmente el Instituto de Cultura .
Artística, fundado en 1920.
so
·
de estas limitaciones, el siguiente informe se ha hecho de forma tan completa como
ha sido posible.
Bajo los auspicios del Narkompros de IZO, INKhUK fue fundado en marzo
de 1920, aparentemente por iniciativa y con arreglo al programa y a los estatutos
elaborados por Kandinski 36 . El concepto de «cultura artística» había sido definido
ya por IZO en sus declaraciones de 1919 como «cultura de la invención artística'».
Este proceso inventivo era dependiente del establecimiento de «los criterios objeti-
vos del valor artístico en la medida en que éste es definido como valor profesional».
La declaración de IZO enumeraba dichos criterios de este modo:
l. material: superficie. textura «aklllra), elasticidad, densidad, peso y otras cualidades de ma-
terial;
2. color: saturaciól}, fuerza, relación con la luz, pureza, transparencia, interdependencia y
otras cualidades del color; .~
3. espacio: volumen. prof~.Jndidad, dimensión y otras propiedades del espacio;
4. tiempo (movimiento): ep su expresión espacial yen conexión con color, material, compo~
sición, etc.;
5. forma como resultado de la interacción de material, color, espacio y, en su forma particu-
lar. composición;
6. técnica (Le~/¡Ilika): pintura. mosaico, relieves de diferentes tipos, escultura, estructura pé-
trea y otras técnicas artísticas 37 •
81
Otros escritos. ~rataban de arte infantil, escultura africana, r.ilografía popular
rusa, danza y canto populares 44 • Shemshurin leyó uno titulado «La evolución de la
forrnll» , basado en un análisis de la escritura antigua, en la cual comparó la desinte-
gra(;i6n de la forma con los experimentos de los futuristas. Concluía que «en el arte
opera la ideología del espíritu p de la naturaleza. La ciencia del arte debe controlar
esta ideología ... No hay artistas sin talento, hay solamente observadores sin talen-
, tO»45.
Kandinski, con la esperanza de «hallar la raíz de una ley general» de la pintura y
persiguiendo «la posibilidad de establecer un vínculo entre la ley de la pintura y las
leyes de la música, la escultura, la poesía, la arquitectura y la danza», hizo circular
un cuestionario entre todos los miembros de INKhUK46 . En él preguntaba a los
miembro's qué forma de arte les afectaba más intensamente y qué era específica~
mente en esta forma de arte lo que tenía el poder de hacerlo. Kandinski deseaba
saber si los miembros habían hecho ajguna investigación sobre .los efectos que los
elemeptos de la expresión artística (tales como"el color en la pintura) ejercían sobre
el intelecto y, si así era, cómo se habían realizado dichos experimentos; bajo qué
condiciones y si habían sido publicados ..
Tras estas investigaciones generales, Kandinski pidió a los miembros que res~
pondieran a preguntas espeCíficas y ejecutaran ciertas tareas en relación con la .
pintura. Esta sección del l:ueSL~uilario estub.:. dividida en dos'· partes. La primera
tenía que ver esencialmente con la forma y la segunda con el color. Kandinski
quería que los miembros describiesen las sensaciones que experimentaban al con-
templar diferentes tipos de líneas (y de combinaciones de líneas, tales como dibujos
técnicos) y diferentes formas (geométricas y <dibres»). Kandinski instó también a
los· participantes para que trazaran sus impresiones de la ciencia y de la vida, tanto
eTl aspectos generales como específicos. Preguntó a los miembros si el efecto de las
formas cambiaba si éstas estaban inclinadas, vueltas hacia abajo o colocadas junto a
otra forma (vertical u horizontalmente). Se pidió también a los miembros que hicie-
ran combinaciones de formas libres y geométricas, al principjo mezclando solamen-
te formas redondeadas con formas redondeadas y angulosas con angulosas, pero
mezciándolas después todas. Finalmente, Kandinski pidió a los participantes que
registrasen sus percepciones cambiantes de una forma o grupo de formas situados
en el centro, parte superior, parte inferior, ángulo derecho o ángulo izquierdo de
una página. .
En la sección del color, Kandinski pidió a los miembros que describieran sus
reacciones físicas o psicológicas ante un talar que les afectase, y después que descri~
bieran sus reacciones ante los colores primarios y secundarios, manifestando la
fuerza yel carácter agradable relativos de los efectos de cada color dentro de cada
grupo. Preguntó si los participantes experimentaban los efectos de un color simple-
mente al visualizarlo sin verlo, y si algún color era más fácil de visualizar que otros.
Investigando la :relación del color y el sonido, Kandinski pidió a los miembros que
dijeran qué colarse parecía más al canto de un canario, al mugido de una vaca, al
silbido del viento. Instó también a los miembros a que' sugirieran los colores más
apropiados para el triángulo, el cuadrado y el círculo, dibujaran estas formas y las
.colorearan. Ademas, si un color básico según el participante no tenía una afinidad
con una forma geométrica particular, debía tratar de encontrar una forma libre
adecuada a dicho color, dibujarla y colorearla y, si era posible, explicar las razones
de su elección. Por fin, Kandinski pidió sistemáticamente a los participant~s que
mezclaran las formas y colores básicos, poniendo por ejemplo una mancha azul de
fbrma indefinida sobre una forma amarilla y despuéS una mancha· amarilla sobre
una forma roja, y que describieran sus reacciones. El procedimiento había de repe-
tirSe luego utiiizando formas geométricas precisas y después formas libres pero pre-
cisas. Las respuestas a todas las preguntas debían anotarse en un cuaderno siguiendo
el formato de Kandinski.
Como evidenciá este ·cu€stionario, INKhUK estaba interesado, en el primer perío-
do de su existencia, en realizar una investigación sistemática de los elementos for-
82
males dentro de una obra de arte dada y en examinar la obra de arte sintética y las
correspondencias entre diferentes formas de arte. Todo eno fue emprendido desde la
creencia que el arte representa el máximo bien posible. No hay pruebas del espíritu
constr~ctivista pero, al mismo tiempo, hay indicaciones en 'lqs actas o protokol de
que estaba haciendo su aparición un planteamiento distinto. Una de estas in,dicacio-
nes de los futuros acontecimientos es el informe de Franketti acerca del <<trabajo
teórico que está llevando a ~bo en los Estudios de Arte de Nizhny Novgorod, el
ingeniero Nesterov en colaboración con los artistas.
El tema del estudio es la estática de una construcción y la formulación de las
leyes de la composición»47. Este grupo quería «aplicar los elementos de funciona-
miento de una construcción técnica como pauta de la composición pictórica»4s ..
Este interés por la aplicación de la tecnología al arte y por el arte mismo sepa¡qba a
este gllUpo de los constructivistas. La importancia de-este escrito no es la contribu-
ción que hizo a la teoría constructivlsta; sirio el que fuera discutido en un período e"n
que la investigación de los ,elementos artísticos en INKhUK era llevada a cabo exclusi-
vamente referida a la perfección y entendimiento de la obra de arte per se,
Hacia el otoño de 1920, sin embargo, se hizo sentir la influencia de otras ideas
estéticas en el Instituto, y el programa de INKhUK tal como Kandinski 10 había
establecido iba resultando fastidioso. Como afirma el informe de 1923: , , 4r~,~
«Se encontró que había una divergencia fundamental entre Kandinski y algunos de los
miembros del Instituto. El planteamiento psicológico de Kandinski difería marcadamente de
la visión de quienes consideraban que el "objeto" material, autosuficienté, era la sustancia de
la creación. Kandinski abandonó la administración y entraron Rodchenko, Stepanova, Babi-
chev y Bryusova»49.
«El arte es la creación de nuevos objetos ... De ningún modo lleva esto a suponer que con
objetos queremos decir objetos de uso cotidiano. Naturalmente, en los objetivos utilitJrios
hechos en hi fábrica, el aeroplano o el automóvil, vemós arte ge~uino . Pero no quer8nos
limitar a objetos utilitarios 1.a producción de los artistas, Todo trabajo organizado -una casa,
un poema o un cuadro- es un objeto conveniente no para alejar al pueblo de la vida' sino
.
para ayudarle a organizarla52 ,»
'
,83
«Estos artistas miran el mundo a través del prisma de la técnica. No desean crear una
ilusión con los 'medios cromáticos sobre el lienzo, sino trabajar directamente con hierro, .
madera, cristal, etc. Los cortos de vista ven en ello sólo ia máquina. El constnictivismo prueba .1
que no hay que fijar los límites entre la matemática y el arte, entre una 'JJré: de arte y un
invento técnico»53.
Lissitzky, por tanto, no era claramente constructivista en aquel momento. Estre:- ::;
chamente ligado a Malevich, no siguió siendo suprematista. Su concepto del PR0lJll¡ ••..
-un estadio entre arquitectura y pintu.ra5~- contenía algunos principios espaciáles ' :
que ponen su obra en relación con el género de investigaciones espaciales abstractas ::
llevadas a cabo en 'materiales reares por artistas como' Rodchenko y KIutsis.SÍn ·
embargo, ' Lissitzky restringió su experimentación a los límites bidimensionales de¡"
lienzo (lám. color I1I). Aunque todavía conservaba muchos de los rasgos estilístiéos :,;
del suprematismo, su posterior obni .de diseño indicaba una aproximación cerc~n,~a:)
la del constructivismo. A continuación de hl salida de Kandinski de INKhj;¡¿'t la:;;
actividad fundamental de éste fue dirigida por el Grupo General de Análisis Objeti:: :
vo en Acción . El programa del grupo había sido elaborado por Babichey55.S s:::, u
in vestigaciones fueron llevadas a cabo en dos áreas principales, la de la teoría y la de ;'
la labor práctica o trabajo de laboratorio, como se denominaba en el programa; ,.':' :
l. Teórica: el análisis de la obra de arte, la definición consciente de los problemas básicOs del
arte (color, textura, material, construcción, etc.). La labor se llevaba a cabo con pinturas,
frecuentemente en galerías. .
2. Laboratorio: labor de grupo de acuerdo con una iniciativa independiente o con una tarea .~
(por ejemplo, todos los miembros se pres~ntaban cop obras sobre el tema «composición y ,
. construcción» )56. "
.0-;:
84
En la primavera de 1921, sobre la base de este programa, el grupo llevó a cabo
sus discusiones teóricas y su trabajo de laboratorio en el Museo de Pintura Occiden-
tal de Moscú, donde analizaron el impresionismo, el pun~iI1ismo y la obra de Matis-
se. Planearon también una «exposición de arte científico»61. En contraste con las
exposiciones de tipo tradicional, las cuales eran consideradas «pandillas individuá-
listas de obras de arte»62, el grupo entendía que las suyas consistirían en material
investigado científicamente. Las piezas habrían de dividirse en siete categorías, co-
rrespondiendo a los elemeritos artísticos y los problemas relacionados con ellos: los
problemas de color, volumen, espacio, construcción, textura, m¡¡terial y forma 63 .
Cada una de estas categorías era a su vez subdividida en tres secciones referentes a .
los problemas de la forma, línea, plano y volumen .
. A pesar de estos denodados esfuerzos, se probÓ que era muy difícil establecer
criterios absolutamente objetivos y abolir toda sospecha de carácter tendencioso . .
Para definir los «criterios objetivos» era necesario definir cuáles eran los elemenJos
básicos que constituyen una obra de arte. Tarabukin los denominó: pintura u otro
material;faktura, textura o estructura del color; las técnicas de trabajar el material,
etc.; todos ellos eran unificados por la composicióó (el principio) y comprendían en
conjunto la obra de arte (sistema)64. Pero era difícil establecer un acuerdo acerca de
esta cuestión; a partir de los subsiguientes debates sobre las definiciones de estos
criterios primarios surgieron divisiones y comenzÓen.lNKhUK la.siguiente etapa evo-
lutiva. ..
Las diferencias teóricas se hicieron manifiestas con la aparición de un nuevo
grupo dentro de INKhUK. El 18 de marzo de 1921, el Primer Grupo de Constructivis-
las en Acción fue oficialmente organizado dentro de INKhUK por Rodchendo, Var-
vara Stepanova y Aleksei Gan 65 . Antes del otoño de aquel año «los artistas que
seguían al nivel de la pintura de caballete y no compartían la plataforma productí-
vista en la que se apoyaba INKhUK abandonaron el Instituto»66. Entre ellos estaban
KIyun,Orevin y Udal'tsova 67 . La administración fue reorganizada. Brik se convirtió
en presidente, Babichev y Ladovski en miembros de la administración y Tarabukin .
en secretario. Al mismo tiempo entraron en el Instituto algunos nuevos miembros
como Arvatov y Kushner, ambos fervientes marxistas y partidarios del concepto de
arte de producción 68 .
85
94
«Es necesario establecer la disciplina del monismo y el dualismo para dominar la visión
idealista del mundo y el entendimiento materialista de éste; la filosofía y la teona del comu-
nismo científico, para realizar la práctica de la construcción soviética y determinar el lugar
:¡ue el productor intelectual de construcciones constructivistas debe ocupar en la vida comu-
nista, es decir, en la producción social de la cultura futura; para decidir qué es lo conveniente
en el área de la producción material y de las relaciones productivas; para definir concretamen-
le el significado de "producción intelectqal"; para establecer la acción sintética de la coinci-
jencia de la producción material y la intelectual y llegar al problema de la obra; para aclarar
la posición del trabajo en su perspectiva histórica (soCiedades esclavistas, feudalismo, capita-
'ismo); para establecer las fases del trabajo: antes de la Revolución -trabajo de esclavos.
lctual- la libera~ión del trabajo y después la victoria final del pn"etariado, la posibilidad del
trabajo jubiloso.»
Para llevar a cabo estas múltiples tareas, el grupo ·consideraba que era' esencial
«sintetizar la parte ideológica y la parte formal para la transferencia real de~ trabajo
je laboratorio a los cauces de la actividad práctica».I06 De acuerdo con su progra-
ma, el único fundamento ideológico de los constructivistas era «el comunismo
::ientífico, basado en la teoría del materialismo histórico».107 Su investigación teóri-
::a de la construcción social y material soviética tenía que impulsar al grupo a pasar
jel trabajo experimental, fuera de la vida, a experimentos reales.
La base de esta «expresión comunista de las estructuras materiales» era la con-
versión de «los elementos específicos de la realidad», es decir,Jaktl/ra, en volumen,
)lano, color, espacio y luz. La (teklonika) era definida como originada en los princi-
)ios ideológicos del comunismo por-una parte y en el uso apropiado de los materia-
.es industriales por otra. LaconstI1lcción (konslmklsiya) representaba el proceso de
~structuración . y organización de estos materiales y la Jaklura era la elaboración
~onsciente del material y su utilización de una manera adecuada, sin obstaculizar la
:ectónica o la construcción . . Estos tres elementos se consideraban esenciales en
:odas las categorías de la producción industrial. Los constructivistas consideraban
lue los elementos materiales comprendían la propia sustancia material (sus propie-
jades, significación y posibilidades industriales) y los materiales intelectuales, que
!ran línea, color, espacio, plano, volumen y luz.
Habiendo afirmado «la incompatibilIdad de la actividad artística con el (;drácter
uncional de la producción intelectual», afirmaban la «participación real de la pro-
lucción intelectual en la naturaleza de un elemento igual en la creación de una
:ultura comunista». Este término, «producción intele¡;:tual», era utilizado como
:quivalente de «constructivismo». Es evidente que era presentado carpo término
:xplicativo de una idea completamente nueva. Tomando los elementos de la activi-
lad .artística ya e~tablecidos, los constructivistas los aplicaron a la «producción
ntelectual». Esto no hace de esa nueva área de actividad una «actividad artistica»,
ino un tipo de actividad entonces totalmente nue~a y que corresponde más a
luestra idea del diseño. Los constructivistas eran mU!. conscientes de 10 delicado
tue era este equilibrio y del peligro inherente de que estos elementos artísticos
'olvieran a convertir la «producción intelectual» en «actividad artíst"Íca». Por tanto;
Tan especialmente violentos en su ataque a las .«artes aplicadas» y todas las ideas
elacionadas con ellas, ya que ponían en peligro la supervivencia de su ·nuevo con-
epto. Es este temor 10 que explica el extremismo de su ataque y la medida en que
lay que diferenciar el constructivismo de las «artes aplicadas». '.
Sin embargo, es tal v, importante señalar aquí que su rechazo de las artes
plicadas ysu ataque contra ellas dejaron de hecho a lo que llamaban «actividad
rtístic~) (es decir, pintura de caballete), casi con los mismos derechos que la «pro-
ucción intelectual» en la construcciÓn de la nueva cultura comunista. Nb obsta nte,
I movimiento no siguió una sola dirección. Los constructivistas no limitaron su
ctividad a la creación de valores materiales para la nueva sociedad. Consideraban
3mbién que era misión suya incorporar la necesidad de «trabajo inspirado!}} estu-
¡ando los aspectos estéticos del trabajo y su transformación en «el trabajo jubiloso»
el comunismo. 108
95
Es aquí donde se patentiza una interpretadóri de Marx y en loS' pasajes de la
Ideología alemana en los que presentó su más utópica interpretación de lo que
\ / podía ser la naturaleza del arte a continuación del final establecimiento del comu-
T¡\ nismo. Sugería que el hombre debía ser totalmente liberado y que la división del
trabajo que convertía a un hombre en artista ya citro en obrero de una fábrica había
de ser abolida, de modo que un hombre fuera tanto obrero como artista. De esta
"¡<
, , manera, ,la distinción ' entre arte y trabajo se desvanecía.
Dentro de este marco ideológico general del Primer Grupo de Constructivistas
en Acción, los miembros individuales . elaboraron sus ideas. Karl Ioganson, por
ejemplo, en una comunicación titulada «De la construcción a la tecnología y la
l ,'
,,
. ' '"",
96
ción) se hizo muy evidente en el curso de t¡.na discusión tenida en INKhUK el 26 de
diciembre de 1921 tras la comunicación de Kemeny «Sobre la obra constructiva de
OBMOKhU».116 Como ardiente partidario de OBM.OKhU, Kemeny describió sus experi~
mentas de forma entusiasta. Aunque antes había acogido a Tatlin como «padre del
constructivismo», consideraba a OBMOKhU sigriificativo porque «sus construcciones
son materiales en el verdadero sentido de la palabra, y tienen su origen en la natura-
leza interna del materiál empleado. Sus construcciones han sido las primeras en
pasar del plano al espaciú real».lt7 Trazó una distinción entre la obra de Tatlin
como <<pionero del constructivismo en ,c únexióncon las tareas prácticas de las
formas de vida materiales» y los artistas de OBMOKhU, cuyas obras experimentales
veía como «debate para la vida del futuro y para el comunismo». 118
VladimirStenberg abrió la discusión sosteniendo que la qbra de Jos artistas de
OBMOKhU no era mero debate, sino que estos artistas estaban «esforzándose en mos-
trar modos prácticos de trabajo y de utilización de nuevos materiales»,. 119 Brik coin-
cidió con el diagnóstico de Kemeny.Manteniendo que el arte de producción reque-
ría el rechazo del arte y la participación práctica en la industria, alabó el hecho de
que los jóvenes artistas del OBMOKhU se aproximaban a materiales y formas sin]a
herencia metafísica que pesaba sobre Tatlin. Brik consideraba que la obra de aqué-
'llos era principalmente de agitación, mientras que Tatlin «no realiza una construc-
ción material, sino leyes de la forma en general». OBMOKhU no pretendía esto, y por
consiguiente, su obra era «una burla». Vladimir Stenberg rechazó ]a insinuación de
que hubiera algo utópico en la obra de OBMOKhU y reafirmó que la base de sus
. construcciones era el trabajo.con materiaJes,'20 una etapa importante en ]a creación
de futuros objetos. Tatlin, que estaba presente, rebatió las posiciones expuestas por
Brik y Stenberg. Manifestó su' acuerdo en que la creación de objetos utilitarios era ',
importante y que la realización -de esta tarea no debía ser individual, sino colectiva.
Sin embargo, destacó la necesidad de utilizar l¡l experiencia artística previa para
llevar a cabo dichas tareas y sllbrayó ]a necesidad de un trabajo serio. Esta postura
está en total acuerdo con la 'q ue ~;xpresó en su declaración «E] trabajo ante noso-
tros», que la obra con materiales en sus contrarre]ieves era fundamental para ]a
nueva misión. 12t Khrakovski apoyó la opinión de Tat]in de que OBMOKhU «no sien-
te el material, sino que simplemente 10 copiID>.
Al ser acusado de «bellaquería», Medunetski se desquitó acusando a]a Torre de
Tatlin de utópica. «Hablamos de cosas reales y nunca hemos hablado de nada más.
c;,ogemos hierro, alambre y nada más».t22En otro punto de la discusión, reducida
ya al nivel de una competición de insultos, Georgii Stenbtrg, sugiriÓ que no se
habían ocupado d~. la cuestión central de si el arte antiguo era necesario para la obra
del futuro, es decir, si la vía de Tatlin u otros era la correcta. Preguntó cómo iba a
participar el artista en'la producción y cómo iba a descubrir el punto de partida para
]a creación de piezas de producción masiva. Arguyó que el artista no necesitaba
lemas, sino una firme base teórica y práctica:para satisfacer las necesidades cotidia-
nas contemporáneas. Ladovkski señaló que: a pesar (le su actitud nihilista hacia el
arte, Jos miembros de OBMOKhU eran ante todo artistas y como su aproximación no .
era lo bastante seria y sus éxitos dependían de su talelJto innato Cómo artistas, no
querían ser los primeROS artistas que se introdujeran en ]a producción. Más adapta-
. dos a la industria estaban los jóvenes artistas de VKhUTEMAS. Sin embargo" co'mQ
Babichev explicó; la diferencia fundamental entre Tatlin y el OBMOKhU 'era una
diferencia formal.
«Los objetos realizados por OBMOKhU no son apropiados porque no ' están enraizados en
ningún trabajo técnico, yno está claro por qué se han hecho (si se rechaza el esteticismo),
pues no son en modo alguno utilitarios. -Estos objetos son · la confirmación de un nuevo
esteticismo mecánico. Ilustran principios teóricos, Tatlin y OBMOKhU no disienten acerca de la
tarea utilitaria, sino acerca de la forma»,123
97
«Constructivismo». Aunque no se ha conservado la ponencia completa, existe un
manuscrit6 titulado «Tesis para la ponencia "constructivismo"».124 El interés de
este documento está precisamente en la escasa ins".:ellcia sobre 10 puramente ideo-
lógico y en el mayor hincapié en el planteamiento práctico, formal e investigador de
la cuestión, al sugerir que este nuevo planteamiento puede haber surgido a travé~
del trabajo de laboratorio de estos tres constructivistas:
El constnlctivismo como:
economía - espacio,
utilidad - ' la lógica de la vida cotidiana
conveniencia - el uso del material industrial actual con inin--
terrumpida acción de su contenido sobre la
formación de la construcción '
ritmo - los elementos de la ingeniería en la cOQstruc-
ción son simultáneamel1te los comienzos or-
ganizadores de su ritmo el cambio básico de
las propiedades internas y externas de la
construcción material según los prinCipios
básicos del constructivismo. por ejemplo, las
!lropiedades j nternas de un material y espa-
cio industriales dados; los elementos exter-
nos son volumen, plano, color, luz y faktu-
ra 125
Después enumeraban las tareas actuales del constructivismo y'las que imagina-
ban para el futuro:
Las primeras obras de laboratorio y su significación para el debate.
La solución abstracta de los problemas básicos del constructivismo.
El oformle,úe experimental del material y la construcción espacial y su jnterrela-
ción con la uti.Iidad.
Los logros en el terreno del espacio, la forma y el ritmo.
La expresión comunista de las estructuras materiales y espaciales.
La industria rusa bajo la bandera del constructivismo y su 'significación en el
mercado mundial. 126
98
100
Proponía que los artistas simplemente füeran a la fábrica a fin de ser útiles a la
sociedad.
, Este tipo de actitud hacia la resolución de los ,detalles-prácticós de la participa-
ción del artista en el proceso productivo prevalecía en INKhUK. Aunque algunos
miembros de INKhUK asistían a sesiones de los comités relevantes de diversas organi-
zaciones industriales del Estado, INKhUK no elaboró una metodología de «arte de
producción». Se dejó a los propios maestros, como Tatlin y Rodchenko, evolucio-
nar sobre la baSe de ~u 'Propia obra utilitaria práctica. Por lo tanto, en dicha sesión
de JNKhUK (13 de abril de 1922), Rodchenko, en desacuerdo con Brik, afinnó que
era hora de que JNKhUK organizara una serie de charlas dadas por ingenierós invita-
dos, de modo que sus miembros pudieran ponerse al comente de la producción
práctica más exactamente, <<pues nosotros ya hemos expresado nuestras opiniones
lo suficiente». Khrakatovski apoyó la propuesta de Rodch~nko de consultar «a
especialistas para la explicación de cuestiones relativas al arte de producción». Brik
también fue atacado por su opinión de que JNKhUK podía ser caracterizado como
una organización de partido. Vesnin y Ladovksy hicieron hincapié en que conside-
raban a JNKhUK como una «institución teórica», y Babichev acusó a Brik de adoptar
una táctica apropiada para,la «provocación de un campo. adversario». 137 A pesar
de esto, la comunicación de Brik no fue un hecho accidental. De muchos modos
representaba la culminación de ' su actividad teórica en ~elación a las ideas del arte
de producción; actividad que había comenzado con sus primeros artículos en El
Arte de' la Comuna. 138
Kushner era un teórico más serio del arte de producción. Se había convertido en
miembro de JNKhUK en 1921 tras la reorganización, y había dado~ numerosas confe-
rencias en varias organiZaciones deProletkulft y en los vKhárEMAs. 139 Kushner pre-
sentó cuatro importantes ponéncias en INK:hUK en marzo y abril de 1922. La primera
charla, titulada «La producción de la cUltUféi»14o y pronunciada el 9 de marzo, se
centraba en la aparición y el desarrollo de fonnas capitalistas de producción en la
industria mecanizada. Kushner dividía los objetos en dos tipos: los producidos na-
turalmente y los hechos por el hombre}41 Los últimos estaban definidos por el
tiempo (tiempo de producción y de operación, el espaCio y la función). Kushner
afirmó que.l valor de uso y el coste de un objeto eran interdependientes, y que el
coste dependía de la cantidad de tiempo dedicada a su creación. Concomitantemen-
te, cuanto más prolongado fuera el uso del objeto, mayor sería su valor. Por lo
tanto, para ~umentar la calidad del objeto había que disminuir el tiempo de produc-
ción o aumentar el tiempo de uso. Kushner dividió la historia del objeto en tres
períodos. El primero era cuando la vida t1til del objeto estaba limitada a una vida
hUQ1ana (el productor era al mismo tiempo el consumidor). El segundo era cuando
estos objetos eran utilizados por los descendientes del productor, es decir, su tiempo.
de utilidad aumentaba. En el tercer período, el objeto dejaba las manos del produc-
tor después de la producción. El tiempo de producción disminuía y el de uso au-
mentaba. Kushner consideraba que en este punto surgía el arté como «una exagera-
ción del desarrollo de la función diferenciada de las cosas».142 El objeto de arte
representa este florecimiento del objeto. «El objeto sin función>~ era desde luego la
pintura de caballete. '
En su segunda comunicación sobre el mismo tema (16 de marzo de 1922),
Kushner comenzó con la aserción de que la teoría del arte de producción debe ser
constituida sopre la .base de la producción masiva}43 Aquí, Kushner citó los vesti-
dos drapeados comq ejemplo de un objeto dictado no por la producción en seÍie,
sino por la moda. Consideraba que la producción se componía de elementos depen-
dientes de las necesidades del consumidor, y se aproximaba a la cuestión de standa-
rización a través de una apreciación histórica de diferentes perladOS. ' '
La tercera comunicación de Kushner titúlada «El papel del ingeniero en la pro-
ducción», introducía la cuestión del papel del artista en el proceso productivo y
dentro de la unidad real de producción. 144 Kushner comenzó examinando la evolu-
ción histórica del papel del ingeniero en el contexto de una producción industrial
101
'1
EL ARTE EN LA PRODUCCION
102
quien consideraba que el arte era un elemento que había de aplicarse al embelleci-
miento del entorno. Filippov distinguía dos actitudes artísticas, ]a «reproductiva» y
la «constructiva», correspondientes a ]a «imitativa» Y' a ]a «productiva». ISO El arte
en una sociedad comunista debería «según KarI Marx, no describir el mundo, sino
cambiarlo». Unicamente el arte «.constructivo» o <<productivo» es capaz de conse-
guirlo. Sin embargo, Filippov parece haber visto ' este arte . productivo como «la
materialización de la pintura», Yafirmó que de hecho «la nueva pintura de caballete .
se está aproximando particularmente al arte de producciófl»:Veía el objetivo últi-
mo como una gratificación «de la gozosa necesidad de decorar ]a vida». 151
Voronov aumentó esta confusión al tratar los conceptós"'de arte aplicada Y de
producción como si fueran fenómenos idénticos. 152 En un enunciado que fusionaba
ilógicamente todas las diferentes aproximaciones al arte de producción, afirmó que
el nuevo arte sería «realmente arte creativo, el arte de la construcción, de la decora-
ción, gran arte de producción».ls3 Además, el artículo de Stenberg, que insistía en
que el arte en la producción era ahora una realidad viva, no hacíil ninguna distin-
ción adecuada entre ,arte aplicado Y arte de producción, de mOdo ' que es fácil ver
cómo se desarrolIaron las confusiones. ls4 Arkiri afirmó que «la contemporaneidad
confirma el arte de producción como una rama básica de la cultu~a artística» Y
Filippov que «aceptamos la pintura de caballete como un logro artístico positivo,
como búsqueda Y diseño activos».lss Los artículos, unidos sólo en su compromiso
general con un vínculo entre arte e industria, no examinaban en detalle los proble-
mas relativos a la definición de la naturaleza exacta 'de la relación ' entre arte e
. industria, ni en qué medida y cómo podía el arte combinarse con el proceso indus-
trial. .
El arte en la producción indicaba que la idea de arte de producción estaba siendo
discutida en un amplio círculo de artistas Yteóricos fuera de INKhUK. Aunque Brik Y
Toporkov eran miembros de INKhUK, comprometidos ahora con la definición cons-
tructivista-product~vista del arte de producción antes señalada, David Shterenb~rg
(todavía director de IZO) era pintor de caballete. Su interés:por la conexión del arte
con la industria no se basaba en un rechazo del valor de la pintura de caballete. Veía
las bellas artes en coexistencia con el arte de producción, como una entidad separa-
da pero 'no exclusiva. Partiendo de su enunciado introductorio Y de su elogio de las
obras decorativas en porcelana, el concepto de Shterenberg del arte de producción
parece más próximo a ]a decoración. Su aparición en El arte en la producción, bajo
los auspicios de Narkompros, indicaba un compromiso gubernamental con el arte
de producCión como medio de elevar la calidad estética de los artículos producidos
industrialmente Y el papel que el artista pOdía"representar en ello, pero no ha de
interpretarse come> un avance oficial hacia la postura de INKhUK.
Lá colección revelaba que en aquel momento no había una teoría del arte de
producción generalmente aceptada Y coherentemente desarrollada. Esto condujo
inevitablemente a una nueva éonfusión cuando la-etiqueta-<<productivista» se utilizó
, para describir a un artista o teórico particular. De este grupo de ensayos se deduce
que el término «arte de p,roducción» no era específico y podía ser usado en su
se,ntido más amplio para indicar simplemente un compromiso muy general con la
.
idea del arte relacionado con la industria y de la producción de objetos reales de uso
,
103
sa y Revolución, Vida del Arte y especialmente en Horno y LEF, las cuales adopta-
ron programas productivista~ en 1922 y 1923. 156 .
Puede verse que la vía teÓrica seguida por estos cuatro escritores consistía en dos
aproximaciont;5 básicas. La primera consistía en analizar la evolución del arte en
términos de sus elementos formales para probar lo inevitable de su aparición en el
arte de producción. La segunda consistía en analizar el arte en términos de sociolo-
gía para llegar a la misma conclusión. La primera aproximación teórica indicaba
que el final de la pintura era un producto lógico de,la evolución anterior del arte. La
segundá se proponía demostrar la inutilidad de las bellas artes en las nuevas condi-
ciones sociales. La aserción ' de que el arte de producción era sin duda el arte del
futuro se acompañaba por tanto de dos justificaciones teóricas. Los argumentos de
Tarabukin, 'explicados en Del caballete a la- máquiria,eran característicos de la .
primera tendencia teórica: 157 Arvatov, cuyas teorías son caracteríiti.cas de la segun-
da línea evolutiva, manifestó que Tarabukin no entendía nada de sociología. 158
\04
Los VKhUTEMAS de Moscú fueron fundados por decreto o"ficial . en 1920 con la
intención de formar «artistíis profesores altamente cualificados para la industria».1
El nombre de VKhUTEMAS es una abreviación de Vysshie gosudarstvennye khudoz-
heSl'IIt!nno-technicheskie masterskie: Talleres Superiores Artísticos y Técnicos del
Estado. Representan un intento, al menos en parte, de fundar una escuela de diseño
en la Rusia postrevolucionaria. Las conclusiones de los teóricos, tratadas en el capí-
tulo precedente, habían sugerido que la vía más práctica hacia la realización de la
nueva síntesis del arte y la vida, del arte y la tecnología, pasaba por la creación y la
formación del «artista-constructom, formación -en parte técnica y en parte artísti-
ca- que le capacitaría para participar plenamente en la actividad «constructiva» de
realizar un entorno socialista. Los VKhUTEMAS fueron establecidos para formar a
estos artistas-constructores. Este capitulo ' examinará en qué medida lo lograron y
hasta qué punto los VKhUTEMAS pueden ser considerados como una escuela de dise-
ño dedicada a principios constructivistas. 2
III .
EL DESARROLLO DE LOS VKhUTEMAS
«Al alCanzar la edad límite, se considera que. los estudiantes están en la reserva militar,
pero tienen prórroga hasta que terminen sus obligaciones educativas. Quienes disfruten de
prórroga según el Punto 9 perp dejen dé asistir a la institución educativa serán considerados
desertores y estarán sujetos a persecución según las disposiciones de la ley marciab>.50
114
. comité. De los cien delegados que asistieron a esta conferencia, veintitrés represen-
taban la industria del cristal y la porcelana, veinte la de la imprenta, nueve las
industrias textiles y seis procedían de otros campos industriales sin identificar. Los
diversos comunicados oficiales atañían a la definición del papel que el arte podía
representar en la industria. 58
Antes de esto, en agosto de 1919, la Subsección de Arte y Producción había
organizado la Primera Conferencia de Todos los Rusos sobre Arte y Producción
, (PervayQ vserossiiskaya konferentsiya po khudo;hestvennoi promyshlennosti).59
Luna~harskii asistió a la conferencia y su comunicacjón prestó un apoyo cualificado
a las ideas de la implicación del arte en la producción y del perfeccionamiento de las
calidades de la manufactura industrial: «Si realmente vamos hacia el sociaIlsmo,
debemos dar más importancia a la prodlicción que al arte puro ... No hay duda de
que el arte en la producción debe estar máS cercano a la vida humana de lo que lo
está el arte puro».60 Continuó sugiriendo que otros comisariados (especialmente los
relacionados ton la economía) debían participar en la solución de este probleiña y
que todos deberían colaborar en este terreno.
Como resultado de este género de discusiones, el Departamento Técnico y
.
. Científico del Consejo Supremo de Comisarios Populares estableció una Comisión
de Arte y Producción (Khlldozhestvenno-proizvodstvennoe). . Este organismo tenía
como misión «desarrollar y potenciar la creación artística entre el pueblo}).61 Las
motivaciones que llevaban a adoptar dicha política aparecían indicadas hacia el
final de su declaración: «Con la reactivación de nuestra ruinosa industria la creativi-
dad artística e industrial (khlldozhestvenno-proizvodstvennoe) debe representar un
papel extraordinario en la impo:rtancia de Rusia dentro del mercado de intercambio
internacional».62 El Instituto Central del Trabajo (Tsentra/'ny instiÚtttruda - TsIT)
organizado en · 1921, representaba un paso concreto hacia la consecución de esto,
siendo su propósito el estudio d~ problemas relativos a los procesos productivos en
sus aspectos sociales y estéticos. Gastev, el poeta que alabó en su obra la visión
industrial, fue designado como director, y Lenin expresó su apoyo concediendo al
Instituto el raro privilegio de porier a su disposición un fondo de moneda extranjera
convertibJe. 63 ·
El establecimiento de . los VKhUTEMAS, por lo tanto, no debe verseúj"¡icamente
como un producto de los acontecimientos artísticos, sino también como una parte,
y en cierto modo una culminación de esta coherente política gubernamental de
perfeccionamiento cualitativo de la producción industrial.
J J5
Elena Chernevich
Constructor-publicitario
Maiakovsky-Rodchenko
En: Mikhail Anikst,
Diseño gráfico soviético de los años 20,
Editorial GG, Barcelona, 1989
chenko en la escuela Vkhutemas y que también era un cineasta de talento.
El poeta y el artista fueron amigos en el arte, compartieron los mismos puntos de vista e
hicieron muchas cosas juntos. Las cubiertas de todos los números de LEF y de Nueva LEF
fueron obra de Rodchenko. La primera publicación separada del poema de Maiakovsky 'Pro
eto' ("Al respecto') es famosa en la historia del arte gracias a los fotomontajes de Rodchen-
ko. Rodchenko diseñó trece libros de poemas de Maiakovsky y la primera edición de sus
Obras Completas. Maiakovsky dijo, en cierta ocasión: "Rodcnenko ha creado todo un nuevo
estilo de cubiertas de libro'.29 No le faltaban razones para confiarle el diseño de sus publica- 29 Maiakovsky. 'Vystupleniia na
dispute 'LEF ili BLEF'?' ("Oiscurso
ciones. en el debate '¿LEF o bluff?"¡. 23
La labor del "constructor-publicitario' continuó durante unos tres años, de '1923 a 1925. de marzo de 1927. en Obras
Cuando el comercio privado se hizo activísimo a consecuencia de la Nueva Política Económi- Completas. vol. XII. p. 332.
"Moscú-Centro' era su dirección: en la calle Miasnitskaia, la vieja calle comercial del Mos- 32 Ibid.
cú histórico, por la que pasearon tan a menudo los dos asociados del "constructor-publicita-
rio'. Maiakovsky vivía más cerca del centro, en el edificio que queda justo allí donde empieza
la calle Miasnitskaia (hoy calle Kirov). Tenía un apartamento comunitario en el tercer piso.
Era una habitación parecida a un camarote, de sólo trece metros cuadrados de superficie
total. Hoy, el edificio entero se ha convertido en el magnífico Museo Maiakovsky. Allí dentro,
la pequeña habitación, preservada como un monumento conmemorativo, tiene la puerta res-
petuosamente protegida por un cordón de seda. Recientemente, mientras escribo esto, el
museo ha albergado una exposición titulada 'Maiakovsky y el Arte de Producción', ideada' con
cariño y audacia por jóvenes diseñadores moscovitas.
Si se recorre toda la calle Miasnitskaia, justo a la derecha de lo que hoyes la oficina cen-
tral de Correos de Moscú, se yergue una vieja mansión de ángulo redondeado. En los años
veinte, esa mansión alojó a la escuela Vkhutemas, y muchos de sus profesores vivieron en un
edificio recientemente construido en su patio. Allí vivió Rodchenko, en un edificio que, enton-
ces, según las pautas moscovitas, era un rascacielos; y fue una suerte para la posteridad
que el apartamento asignado a Rodchenko estuviese en el séptimo piso, el más alto, pues las
fotografías que tomó desde su balcón inauguraron la época de las técnicas "de izquierda' de
se incorporaban al mundo material. Esa clase de trabajo de diseño gráfico, que se imprimía
para consumo masivo, representaba la participación del artista en el proceso de producción
exactamente del modo en que ellos la concebían.
Era el texto el que engendraba todas las demás cosas en los anuncios de Maiakovsky y
Rodchenko. Así era como se organizaba el proceso de trabajo: el genio del poeta daba impul-
so a todo lo demás. Todos los textos de anuncios son pequeños poemas vibrantes "para la
voz' y resuenan en la memoria como todo lo que escribió Maiakovsky. Los moscovitas se sa-
bían de memoria los textos de los anuncios de MaiakQvsky expuestos en la ciudad.
Por muy pocas'que fuesen las palabras o las líneas, Maiakovsky era siempre muy exigente
en cuanto a su calidad y al cuidado con que debían elaborarse. Sabía cómo enfocar los anun-
cios: ya tenía una gran experiencia en la poesía de agitación a la que d~dicó toda su vida. La
poesía para la publicidad era tan sólo un eslabón en aquella cadena que empezó con su tra-
bajo para la agencia telegráfica rusa (ROSTA). En otoño de 1919, ROSTA empezó a publicar
pósters sobre cuestiones políticas que, habitualmente, se exhibían en escaparates. En aque-
llos t iempos, los escaparates estaban absolutamente vacíos, y la apQrición de aquellos obje-
tos se convirtió inmediatamente en un notable acontecimiento ciudadano: se los llamó "ven-
tanas ROSTA'. Siempre había grupos de gente agolpada para verlos, de modo ; que se
necesitaban relativamente pocos pósters para que la población entera los viera, incluso en
una ciudad de las dimensiones de Moscú.
Los "pósters revolucionarios', como denominaba Maiakovsky a esas exhibiciones en esca-
parates, se hacían a mano y se reproducían con plantillas, de modo que en dos o tres días se
realizaban hasta trescientas copias que se enviaban a distintas partes del país. Con esa
técnica pOdían incorporarse a un póster noticias candentes y difundirse con una velocidad
genuinamente telegráfica.
Aquellas "ventanas' fueron creadas por un grupo de artistas, pero fue Maiakovsky quien,
como poeta, encabezó el trabajo. Él ideó su estructura general: cada uno de ellos consfstía
en varios dibujos de igual tamaño que se miraban consecutivamente. Debajo de cada dibujo
había un texto que se relacionaba directamente con él. yesos textos, en su conjunto, forma-
ban una historia unificada. En términos de hoy, los pósters se dibujaban al modo de una tira
de cómic.
Desde la primera "ventana' en que participó Maiakovsky, las exhibiciones de ROSTA se
estructuraron alrededor de un texto de orientación claramente agitatoria. Maiakovsky leía
cada día los periódicos, decidía los temas, buscaba la información necesaria y la convertía e~
un texto. Se produjeron en total unos mil seiscientos pósters de esa clase, más de quinien-
tos de los cuales fueron realizados por Maiakovsky, por sí solo, como poeta y dibujante: De
los restantes, dijo: "Las consignas y los textos eran, todos ellos, virtualmente míos' .36 36 Maiakovsky. 'Okna satiry
ROSl A' ('Las ventanas satiricas
Gracias a su experiencia en la poesía de agitación, la pluma de Maiakovsky produjo desde de ROSlA'). en Obras Completa,
el comienzo textos publicitarios soberbiamente elaborados. El poeta que ideó aquellos anun- vol. XII, p. 210.
cios era un innovador que trabajaba incesantemente el lenguaje y la forma, que se aplicaba
conscientemente a la tarea de crear "novedades verbales', "sintaxis revolucionaria', "se-
mántica verbal renovadora', "revelar la postericidad (plakatnostl de una palabra ', por emplear
térm inos de "lírica eslogan-esca' tomados de sus Cartas sobre el Futurismo de 1922. Cuan-
do probó esas tareas en sus pósters, dio en la diana, claro está, constantemente: No cabe
sino adherirse a su propio juicio cuando articuló las palabras que él consideraba su mejor es-
logan: "A pesar de toda la verbosidad poética, considero que [mi eslogan publicitario) 'Sólo en
Mosselprom' (Nigde krome kak v Mosselpromel es poesía en su más alto nivel 'de elabora-
37 Maiakovsky, 'la sam" ('Yo
ción'.37 Esa línea, ciertamente, ha pasado a la historia de los años veinte y se convirtió en . mismo"), en Obras Completas.
una de las marcas comerciales más notables de su t iempo. ' vol. 1. p. 27.
Lós textos de Maiakovsky, en manos de Rodchenko, adquirían forma visual. Las letras co-
braban actividad y eran a menudo el único "material" con que estaba "construido" el "objeto'
publicitario. Las formas de letra eran utilizadas del modo más apropiado para servir a la idea
contenida en el texto. Así se desarrolló el principio característico del trabajo de Rodchenko:
las manipulaciones tipográficas creaban un texto con énfasis y acento. Las frases se corta-
ban según su significado, su entonación, su ritmo oral, y después se daba a cada parte unas
características propias de t ipo, cuerpo y color, apropiadas para su papel dentro del mensaje
global. Cada palabra o combinación de palabras era escuchada y 'entonada ". Por último se
'entonaba" la construcción t ipográfica en su conjunto, tanto dentro de sí misma como en la
disposición global de las palabras de la página.
La sintaxis empleada por Maiakovsky y Rodchenko era, categ¡)ricamente, organizada,
enérgica y agitadora. También ahí estaba el sello de sus propias aspiraciones y las de su
tiempo. Era una sintaxis que encarnaba simultáneamente la actitud del artista productivista,
los valores del trabajo y una creatividad que aspiraba a moldear la vida misma.
En el proceso de poner énfasis y estructurar la materia prima t ipográfica, Rodchenko uti-
lizaba flechas, signos de exclamación, filetes, t oda clase de recursos que pudieran atraer la
atención o crear una dinámica visua l. No fue por azar que aparecieron en sus póstersfor-
mas geométricas simples hechas con instrumentos de dibujo, pues era, desde hacía tiempo,
un elemento de sus pinturas experimentales. Según dejó registrado en sus recuerdos:
' 1919. Concebí la idea de ejecutar diez obras con una sola forma en negro sobre blanco, al-
go así como unos filetes, y t itularlas 'Líneas'. Desde luego, me criticaron masivamente por
esas líneas. Dijeron: 'Eso no es pintura, eso tan sólo son pinceladas sueltas'. Pero en mi
mente había preocupaciones distintas de las suyas". Más adelante, en esos mismos recuer-
dos, escribe: 'Mas, a finales de 1920 y en 1921 , esas obras empezaron a tener imitadores.
Muchos dijeron entonces que la idea de las líneas como esquema constructivo les había
abierto los ojos a los problemas de la estructura en general".38 De ese modo, las tendencias 38 Rodchenko. Stat'i
ya manifestadas en el Constructivismo se reflejaron también en obras gráficas y tipográfi- Vospominanil8 .... cit. pp. 49 Y 51 .
cas.
En la obra de Rodchenko, la forma de la letra es una cosa simple, labrada a mano, hecha a
menudo en una negrilla tomada, aparentemente, del repertorio tipográfico existente. Al mis-
mo tiempo, esa forma ha sido manifiestamente elaborada en base a consideraciones de legi-
bilidad, a la decisión de eliminar toda veleidad decorativa y a la aspiración de transmit ir una
imagen 'tecnocrática". En general, el tipo no pertenece al repe rtorio previamente disponible,
sino que está trazado a mano, pese a que ello contradice el principio constructivista de utili-
zación máxima de la tecnología. En aquellos tiempos, sin embargo, la mano podía hacer más
que la tecnología y, si un póster tenía que estar en imprenta al día siguiente, era más rápido
hacerlo a mano. Con ello, la mano se convertía en la tecnología apropiada para el trabajo.
En 1925, algunos de los pósters de Maiakovsky y Rodchenko se expusieron en la Exposi-
ción Internacional de Artes Decorativas, en París. Se les concedieron dos paredes en el Pa-
bellón Soviético, y el 'constructor-publicitario" obtuvo una medalla de plata. Rodchenko, mien-
tras estaba en París ayudando a instalar el Pabellón Soviético, escribió a su mujer: 'Ayer
paseé sin rumbo por París, por la tarde y un poco hacia el anochecer, y me asombró lo flojos
que son aquí los anuncios; tan flojos que es inexplicable. No hay nada que ver en cuanto a
rótulos luminosos. No es que no se haga nada en esa línea: se hacen montones de cosas, y
su tecnología está en un nivel elevado".39 Esa era la opinión de un artista que, con tan sólo 39 Ibid" p. 89.
dos años de experiencia en trabajos publicitarios, poseía una extraordinaria capacidad crea-
dora e innovadora que le permitía explotar las posibilidades del medio.
La atención especial que hemos concedido a la obra de Maiakovsky y Rodchenko refleja
su importancia. Su publicidad es la encarnación más sobresaliente del principio productivista,
principio que surgió, quizá, como el logro central de la aspiración post-revolucionaria de de-
mocratizar y popularizar el arte. La publicidad difundió ese principio mucho más ampliamente
que ningún otro médio, en todas las esferas de la vida, al servicio de la sociedad y de sus
preocupaciones.
Para aquellos artistas, la publicidad no fue tanto un episodio como todo un estrato de sus
vidas. Maiakovsky y Rodchenko trabajaron día tras día en comisiones de publicidad de un
número enorme de organizaciones estatales. Moscú se llenó literalmente con sus eslóganes
publicitarios. Concebían su trabajo como ejemplar, como una postulación de la tónica leal de
toda la publicidad soviética. Y el eco de ese trabajo ha llegado hasta nuestros días. Muchos '
de los textos de Maiakovsky y Rodchenko se convirtieron en frases hechas y, gracias a ellas,
los nombres mismo~ de "firmas" difuntas desde hace mucho tiempo (Mosselprom, Rezino-
trest, Chai-upravlenieJ permanecen vivos incluso hoy.
Las necesidades del Estado soviético de publicidad de esa clase nacieron y desaparecie-
ron con la NEP. El trabajo publicitario se desarrolló durante los años centrales de la década
de los veinte y se extendió por toda la Unión Soviética, de modo que el número de personas
implicadas en él fue enorme. El Constructivismo iba en cabeza, pero hay que decir que Rod-
chenko no fue el único constructivista activo en ese campo. Otras contribuciones importan-
tes a la creación de la publicidad soviética fueron hechas por
OTROS CONSTRUCTJVISTAS
Roxane Jubert,
Typography and Graphic Design,
Flammarion, Paris, 2006.
(Traducción Catalina Fara)
La vanguardia holandesa
El movimiento De Stijl
Como fue el caso en otros lugares, y como las vanguardias de 1910 habían demos-
trado, periódicos y otras publicaciones alentaban los movimientos progresistas de
la República de Weimar activa y constantemente. Las exposiciones también juga-
ron un papel en la mediación con el público. Es más, las asociaciones y los grupos
forjados entre diseñadores gráficos permitieron prácticas convergentes o comple-
mentarias que ganaron en coherencia. La Werkbund, fundada en 1907, continúo
sus actividades hasta el comienzo de los años 1930; como asociación, proporcio-
nó un punto de referencia para los artistas, escultores y creadores de todo tipo
dispuestos a reconsiderar sus actividades con respecto a las nuevas realidades
socio-económicas. Fundada en Berlín en 1919, el Bund deutscher Gebrauchsgraphiker
(Unión de Diseñadores Gráficos Alemanes) se estableció como una confederación
La Bauhaus,
entre la artesanía
y la industria
Dado el dinamismo de Alemania en la creación (tipo)gráfica de los años 20, la
Bauhaus debería de ser considerada sólo como un fenómeno entre muchos otros.
La escuela fue uno de los muchos movimientos de la época que poseía preocu-
paciones internas acerca del diseño gráfico. Su característica particular fue reu-
nir una gran cantidad de excelentes profesores en una única institución. Esto
también puede hacernos preguntar acerca de la interacción entre las disciplinas
artísticas, transmitiendo abiertamente los conocimientos vanguardistas a una
generación joven para combinar la producción, la publicación y la pedagogía,
fomentando la convergencia de personalidades y enfoques individuales además
de visiones colectivas. Staaliches Bauhaus Abrió sus puertas en 1919 durante un
período de convulsión sociopolítica que supo ver la renuncia del emperador y la
proclamación de la República de Weimar. Esto, de cualquier forma, no evitó el
desarrollo progresivo de los programas educativos de la escuela. La Bauhaus re-
sultó en la fusión de dos escuelas de arte de Weimar (la escuela de Artes Visuales
y la escuela técnica, previamente dirigida por Henry Van de Velde y transforma-
da en un hospital militar durante la guerra) por lo tanto su base se fundó sobre
sólidos cimientos.
Ante la recomendación de Van de Velde, Walter Gropious fué nombrado di-
rector. Hijo y sobrino de arquitectos, se convirtió en asistente de Peter Behrens y
disfrutó de una pequeña fama gracias a trabajos como la fábrica FAGUS en Al-
feld (data de 1910). La apertura de la Bauhaus fué proclamada por un manifiesto
fundante publicado en la prensa el cual definía a la escuela como “la cátedral
del socialismo” (el gobierno de la región, Thuringen era entonces socialista). La
catedral personificaba e imponía un modelo colectivo candente en la época en el
que muchas otras prácticas artísticas se basaron. Estos utópicos ideales eran otra
muestra de la búsqueda para una síntesis de las artes basada en los conceptos de
R. Jubert. La Bauhaus 1
solidaridad y unificación. En ese momento un objetivo de la escuela era la unión
entre las artes y los oficios. Las fuentes de influencia de la primer Bauhaus eran
muchas y muy variadas: además del concepto clave de “construcción” (incorpo-
rado directamente de la terminología arquitectónica), el punto de partida de la
escuela incluyó el movimiento de Artes y Oficios, Expresionismo, La Werkbund,
De Stijl, y abstracción, aunque además sus profesores tomaron prestado de la
época medieval el concepto de la relación entre maestro y aprendiz. Estas inspira-
ciones híbridas nutrieron el trabajo de los miembros de la escuela en varias áreas,
dando orígen a un rango de trabajos que se despegan la etiqueta monolítica, “es-
tilo bauhaus” . Justo cuando Jan Tschichold (por fuera de la Bauhaus) remarcaba
que “no hay nada final y absoluto “ en la tipografía de la época, entonces Johan-
nes Itten escribió que “lo esencial se desliza a través de fórmulas.”
Entre los primeros maestros de la Bauhaus se encontraban Kandinsky, Fei-
ninger, Itten y Klee. El plan de estudio proponía tejido, entre otras asignaturas,
cerámica, encuadernación, decoración y carpintería. En los primeros dos o tres
años de existencia de la escuela, tipografía y gráfica no parecían integrar explici-
tamente el programa de la Bauhaus, sin embargo, existen documentos tales como
invitaciones y material gráfico relativo a la cotidianeidad de la escuela, así como a
la identidad visual que demostraban el tratamiento gráfico de la misma pensada
como una unidad. En los comienzos de la Bauhausésta se encontraba establecida
en Weimar y los trabajos que realizaban allí se basaban en su mayoría en prácti-
cas manuales. El curso básico proveía también un marco de trabajo pedagógico
que animaba a los estudiantes a adquirir estos fundamentos y considerarlos ne-
cesarios para la concepción de futuros proyectos. El objetivo de la escuela no era
promover un estilo por sobre otro, pero si volver posible para cada estudiante el
desarrollo de su personalidad a través de una concepción del diseño concebida
en términos de la relación entre la función y el medio ambiente. Parte de ésta in-
vestigación estaba dirigida hacia una función social del arte; el artista - artesano
- creador - diseñador - fabricante fue llamado a reconsiderar su rol en la sociedad
fabril y a pensar en cómo podría contribuir a mejorar las condiciones de vida de
ese momento.
La primer Bauhaus de Weimar poseía una asignatura enfocada en la creación
de impresos dirigida por Lyonel Feininger que se centraba en técnicas de graba-
do. Los cuestionamientos respecto de la tipografía y el diseño gráfico se aborda-
ron unos años después como resultado de cambios significativos que atravesó
el establecimiento en 1922-1923. Ciertos miembros de la escuela sintieron una
fuerte influencia de Theo Van Doesburg, después presente en Weimar. El fue una
sobresaliente figura en De Stijl. Dictó cursos que promulgaban sus teorías artís-
ticas y éstos fueron cursados por un gran número de estudiantes de la Baushas,
aunque, él nunca obtuvo un puesto como profesor en la misma (Vilmos Huszár
era abiertamente crítico con el trabajo de la primer Bauhaus a la que él calificaba
como una “mermelada expresionista.”)
Después de De Stijl, en 1923, vino el impacto del constructivismo encarnado
en la figura de Moholy-Nagy, quén arribó para reemplazar a Itten. El mismo año
la Bauhaus organizó una exhibición de gran escala de su producción en repuesta
a la demanda del parlamento regional de Thuringen (del cual la ciudad de Wei-
mar dependía) con ella la escuela justificaba su existencia. Aunque Alemania es-
R. Jubert. La Bauhaus 2
taba atravesando una crisis económica, la exhibición (destacando particularmen-
te objetos cotidianos, como ser muebles, telas,etc,) demostró ser un gran éxito.
Cambiando desde su objetivo, que en un principio fue combinar artes y oficios,
la Bauhaus habría de cambiar el rumbo sustancialmente y un nuevo lema habría
de ser proclamado :” Arte y tecnología: una nueva unidad.”
Desde 1922, Walter Gropious, estuvo luchando para establecer una compañía
de responsabilidad limitada para distribuir los productos producidos en Bauhaus,
con la esperanza de que esto resultase en una ganancia significativa para la escue-
la. Muchos objetos diseñados en la escuela llegaron a la etapa de producción final
y, es el día de hoy que algunos ejemplos muy exitosos aún están siendo produci-
dos (es el ejemplo de la lámpara de Wilhelm Wagenfeld y Karl Juker). A pesar de
la disidencia entre el cuerpo de profesores que era resultado de la nueva dirección
de la escuela (lo demuestran las posiciones de Klee y Kandinsky, el nuevo objeti-
vo fué adoptado, el trabajo en la escuela fué llevado adelante y dirigido hacia el
uso, la función, la producción, y la tecnología. El énfasis estaba puesto en el arte
al servicio de la recientemente industrializada sociedad, un realineamiento que se
explica probablemente a través de la profundización de la crisis económica.
El revival de la escuela fue recibido con mucho entusiasmo, aunque su futuro
regularmente se encontraba amenazado. En 1923, los socialistas perdieron poder
en Thuringen y el gobierno que los sucedió forzó a la Bauhaus a cerrar sus puer-
tas. La escuela entonces se dirigió a Dessau, una ciudad localizada en la última
provincia que se encontraba en manos socialistas. Fiel a su lema Gropious diseñó
un edificio de vidrio y hormigón armado que sería el hogar del nuevo estableci-
miento. La Dessau Bauhaus se reorganizó drásticamente e incorporó un estudio
de publicidad y una imprenta. Entre 1923-1925 la práctica de tipografía y gráfica
se encontraban bien establecida en una escuela que ahora ofrecía cursos de pu-
blicidad (un campo en el cuál algunos de los pintores que formaban parte del
staff tenían experiencia). De ese momento en adelante, la producción gráfica de la
Bauhaus se convirtió en algo de su trabajo más conocido. Su repertorio formal se
enfocaba en geometría y simplificación. Colores primarios- junto con negro, blan-
co y gris- eran frecuentemente usados, una paleta que encarna probablemente el
rechazo definitivo de los estilos de fin de siglo.
László Moholy- Nagy (nacido en 1895) parece haber sido el primero de los pro-
fesores de la Bauhaus en embarcarse en un enfoque conjunto del diseño gráfico
y tipográfico que surge de las prácticas vanguardistas. Participó activamente en
las publicaciones de la escuela, del diseño, por ejemplo, el libro (1923), en el cual
publicó su texto “La Nueva Tipografía”. En él, anunció que “la intervención de
la fotografía en el cartel trae consigo […] un cambio notable. Para ser instantá-
neamente efectivo, el cartel debe tomar en cuenta todos los elementos […] las dos
nuevas posibilidades para el cartel son: 1) la fotografía, la cual a partir de ahora
nos ofrece los recursos narrativos más llamativos y amplios, 2) un marcado con-
traste con la tipografía que reúne una serie incalculable de variaciones posibles
para una combinación asombrosa de leyendas”.
R. Jubert. La Bauhaus 3
Figura clave en la génesis de la Nueva Ttipografía, Moholy-Nagy también
sostuvo que la tipografía debe alcanzar “claridad” y “legibilidad.” Dentro de
la Bauhaus, él llevó su pasión por la vanguardia, su inmenso interés en el ma-
terial tipográfico, sus conocimientos sobre el Constructivismo (a través de la
influencia decisiva de El Lissitzky), así como también de un don excepcional
para la fotografía y el fotomontaje. En 1925, en un artículo titulado “Tipografía
Contemporánea”, él recordó la importancia de los conceptos de contraste (en
los elementos) y de tensión (en el espacio). Su concepción sobre typophotho fue
el desarrollo de la reciente combinación de los dos medios: “la fotografía es
altamente eficaz cuando se utiliza como material de tipografía”. Moholy-Nagy
también compartía el vocabulario emergente de la Nueva Tipografía: caracteres
sans serif, dinámicas inusuales, balances asimétricos, la presencia de elemen-
tos geométricos y de reglas, etc. El diseño gráfico que él creó para la Bauhaus
habría parecido novedoso a los ojos contemporáneos: en el diseño, por ejem-
plo, de la identidad visual para la editorial de la escuela, optó por combinar
un círculo, un cuadrado y un triángulo- típico de las orientaciones gráficas de
la época- mientras que las portadas de los libros publicados por la Bauhaus
fueron adornadas con amalgamas de tipografías y de fotografías. En manos de
Moholy-Nagy, el material tipográfico se convirtió en el objeto de la interacción
entre la luz, la profundidad, la transparencia, y la sustancia (la relación entre
tipografía y luz, apenas una preocupación frecuente, pasa a un primer plano
-desde una perspectiva totalmente diferente- en los diseños de las pantallas y
monitores de computadoras).
Herbert Bayer fue otro de los representantes más activos de la gráfica de
la Bauhaus. Al igual que el resto de sus contemporáneos emprendedores en el
campo de la gráfica y la tipografía, él fue un artista multidisciplinario, a la vez
pintor, escultor, diseñador de exposiciones y luego, fotógrafo. Nacido en Aus-
tria en 1900, Bayer fue ex alumno de la escuela; a partir de 1925 formó parte del
personal dirigiendo el taller de la imprenta. En 1923, mientras era estudiante en
la Bauhaus, diseñó los billetes que el banco de Thuringen sacó para compensar
la inflación en espiral. Su diseño es inusual para este tipo de material impre-
so, y los billetes se encuentran entre las primeras realizaciones concretas de la
Nueva Tipografía, a través de cual Bayer persigue la búsqueda de la eficacia y
la simplificación, la más alta en la mente de muchos diseñadores. Él sería deci-
sivo en la consolidación del uso del tipo sans serif (que la imprenta en Dessau
poseía en muchos tamaños), la predilección por las letras minúsculas (incluso
recomendando su uso exclusivo), el potencial de cambio, y de la construcción
mediante reglas ortogonales. Siguiendo el ejemplo de muchos de sus contempo-
ráneos, él probó nuevas composiciones que asociaban la fotografía, la tipografía,
la abstracción y la asimetría en las combinaciones donde el rojo y el negro son
frecuentemente empleadas (como en la Unión Soviética), junto con los colores
primarios. En su búsqueda de la inmediatez, de la claridad y soluciones integra-
les, las formas gráficas serían sujetas a la estandarización, y tal normalización
afectaría incluso a los formatos.
Este enfoque en la minúscula, en comparación con las mayúsculas, había esta-
do en el aire desde 1925. En la parte inferior de la papelería de la Bauhaus apare-
cía una frase, destinada a promover este punto de vista tipográfico: “escribimos
R. Jubert. La Bauhaus 4
todo en minúscula, ya que esto nos ahorra tiempo, ¿por qué dos alfabetos para
una sola palabra? ¿por qué escribir en mayúsculas cuando uno no habla en ma-
yúsculas?” En el mismo período, 1925-26, Bayer diseña el tipo Universal.
De acuerdo con la lógica de la vanguardia de siempre empezar de nuevo,
Bayer pretendió erradicar todo rastro de la historia, y creó un alfabeto geomé-
trico, simplificado y perfectamente representativo de sus ideales. Muchas de
las letras se formaron sobre la base de un círculo o de medio círculo y fueron
diseñadas solamente en minúsculas. La tipografía fue desarrollada con diver-
sas alternativas (negrita, condensada, etc.). El nombre mismo del tipo lo dice
todo en cuanto a sus objetivos (la familia “Univers”, que no tiene un vínculo di-
recto con la Universal, sería diseñada treinta años después). Al igual que otros
creadores del ámbito, Bayer trató de llegar a un tipo de letra totalmente nuevo,
cuya forma sería diferente a cualquier estilo anterior. Partiendo de una posición
comparable a la Futura –una creación contemporánea– la Universal nunca fue
comercializada, sin embargo, esto significó que cada vez que era usada había
que elaborarla nuevamente.
Herbert Bayer se ocupó de la salida de la imprenta de la escuela (publicacio-
nes, carteles, etc.), además de la creación de un plan de estudios para los estu-
diantes. Él también tuvo encargos de afuera (como catálogos para compañías),
trabajando directamente con la industria al igual que otros sectores de la escuela
lo hicieron. Retrospectivamente, Bayer explicó que la Bauhaus representó “una
herencia invaluable de los principios atemporales aplicados al proceso creati-
vo”. “No debemos imponer la estética de las cosas que usamos, a las estructuras
en que vivimos [...] propósito y forma deben ser visto como una unidad.” Con
Bayer, la dimensión industrial, funcional y económica de la gráfica de la Bau-
haus encontró su confirmación. Él también estaba interesado en la aplicación de
gráfica y tipografía para espacios públicos y espacios construidos, en particular,
quioscos y puestos de exhibición (algunos miembros del Futurismo y de De Sti-
jl mostraron preocupaciones similares que sirvieron como una oportunidad de
combinar letras y arquitectura). En 1928, Bayer deja la Bauhaus para instalarse en
Berlín (Gropius y Moholy-Nagy también se fueron en el mismo año). Allí dirigió
la principal agencia de publicidad, Dorland (en la cual muchos estudiantes de la
Bauhaus encontraron trabajo), y se volvió hacia la fotografía. Bayer y su equipo
manejarían algunas considerables cuentas industriales. En opinión del fundador
de la agencia, “El estilo de la publicidad de Bayer [...] hizo explotar la tradicional
caja de diseño publicitario [...]. La Bauhaus -y el Surrealismo- han influido en
proyectos que despiertan gran curiosidad”.
Joost Schmidt (nacido en 1893) sucedió a Herbert Bayer en la Bauhaus. Mien-
tras tanto, el taller había sido rebautizado como “estudio de publicidad” (Walter
Peterhans dirigiría la sección de fotografía desde 1929). Otro antiguo alumno,
Joost Schmidt, diseñó uno de los carteles para la famosa exhibición de la Bau-
haus en Weimar en 1923. Si sus convicciones lo llevaron a intentar nuevas formas
tipográficas, Schmidt se permitió elecciones más eclécticas, bastante diferentes
de las predilecciones de su predecesor. Él deseaba, por ejemplo, preservar la va-
riedad tipográfica, una noción que le valió el apoyo de Moholy-Nagy en 1923.
Incluso ahora más que antes, el estudio de publicidad de la Bauhaus se encontró
respondiendo pedidos de extramuros, de cuentas de publicidad para exhibicio-
R. Jubert. La Bauhaus 5
nes. Como Bayer, Smith era también consciente del interés de la tipografía en el
resto del mundo, dedicando parte de su curso a la espacialidad: representaciones
tridimensionales de las letras. En materia de publicidad, era de la opinión de que
el diseño gráfico debe clarificar el mensaje y no traducirlo en gráficos comercial-
mente atractivos a la vista de un contenido aparentemente objetivo.
Lázló Moholy-Nagy, Herbert Bayer, y Joost Schmidt fueron los tres profesores
principales de la Bauhaus en el campo de la comunicación visual (para el diseño
de letras, Mies van der Rohe, el último director de la escuela, recurrió al pintor
Hanns Taddäus hoyer, el sucesor de Schmidt). Cada uno de ellos, de acuerdo
con sus convicciones, desarrolló su propio enfoque personal, sin embargo, los
tres se encuentran entre los partidarios de una tipografía radicalmente nueva,
tal como se estaba formando en esa época tanto en Alemania como en algunos
países vecinos. Desde el comienzo de la década de 1920, esta corriente emergente
se benefició de la fertilización cruzada entre el Constructivismo y De Stijl. Unos
años más tarde, consolidando estas direcciones recientes, la Nueva Tipografía
fue formulada, haciendo concreto el anhelo de síntesis, de simplificación, y de la
incorporación de la tipografía en una comprensión lateral de las artes.
Si bien una proporción substancial del diseño gráfico de la Bauhaus se expre-
sa en un repertorio de formas identificables, esto no puede hacerse extensiva a
toda la producción del establecimiento. Deseosos de “evitar toda rigidez”, figu-
ras destacadas de la escuela estaban desde el principio en contra de cualquier
noción de “estilo”. En cambio, las creaciones (tipo) gráficas de la escuela revelan
una gran diversidad. Esto lo demuestra, por ejemplo, un anuncio de litografía
de Karl-Peter Röhl para la inauguración de la escuela marzo de 1919; los inicios
Expresionistas de la escuela; obra impresa de Lyonel Feininger; ciertas piezas del
taller de encuadernación; el calendario diseñado con un cepillo por Lothar Schre-
yer para el período de seis meses que cubre el invierno 1921-22; las letras para
varios poemas visuales; una serie de composiciones por Johannes Itten; ciertos
dominios experimentales (basados en collages, montajes, distorsionando y su-
perponiendo papel prensa y fotografía); las “deformes” letras tridimensionales
de Joost Schmidt; el uso original de la máquina de escribir para motivos textiles;
y las líneas de investigación afines en torno a la fototipografía. Desde un punto
de vista pedagógico, e incluyendo tipografía y gráfica, una de las contribuciones
fundamentales de la Bauhaus reside en la introducción de un curso fundamental
(experimentación con materiales, texturas y colores, y el foco en los componentes
elementales) que podría extenderse a lo largo de líneas similares. Otro aspecto
significativo fue el enfoque multidisciplinario de la escuela, cuyo objetivo era
adaptarse a los modernos medios industriales de producción e introducir formas
artísticas creadas en los modelos de la vida cotidiana.
R. Jubert. La Bauhaus 6
Cierre forzoso
R. Jubert. La Bauhaus 7
de la arquitectura como en diversos sectores de diseño. Los experimentos peda-
gógicos también continuaron, y la esperanza de que la Bauhaus se beneficiaría de
las repercusiones en los Estados Unidos pronto se vio hecho realidad. En 1937,
Moholy-Nagy decidió fundar la Nueva Bauhaus en Chicago, donde logró atraer
a varios antiguos integrantes. Revisado en 1939, el establecimiento, que recuerda
a su predecesor en los obstáculos que encuentra para su progreso, pronto cambió
su nombre -y Bauhaus quedó finalmente en la historia. Si la importancia de la
Bauhaus sigue siendo difícil de medir con precisión, es no obstante, considerable.
Su vasto patrimonio probablemente se deba al hecho de que sus prácticas, inmer-
sas en cuestiones del uso y la función, se basan en los ideales de la simplificación,
la accesibilidad, y un lenguaje universal y accesible. Esta búsqueda de una uto-
pía (una afirmación universalista de aprovechar las formas artísticas de la vida
cotidiana, el concepto mismo de la comunicación sin ambigüedades), construida
a través de demandas concretas, tangibles y pragmáticas es, por supuesto, un
signo de generosidad que está teñida de paradoja. ///
R. Jubert. La Bauhaus 8
Hans Wingler
Origen e historia
de la Bauhuas
La nueva tipografía
11' T lrO (;"' ... fí ... MODERN .... UN EN S"'YO H IS'IÓ Rlr.O r.RÍTlr.O
Las ideas y los enfoques de estos movimientos convergieron
alrededor de 1923 en lo que pasó a convertirse en la Nueva
Tipografía. Esta exposición de los orígenes esencialmente
artísticos· de la Nueva Tipografía se ha convertido en la
aproximación ortodoxa y, por extensión, el propio
movimiento, tal y como se desarrolló en la década de 1920
y principios de la de llnO, también se ha considerado como
un fenómeno artístico.
Resulta a todas luces evidente que el impulso para la
Nueva Tipografía provino de individuos ajenos a la industria
de la imprenta y al ámbito más amplio de la tipografía.
También es cierto, aunque a menudo se pasa por alto, que si
bien estos individuos eran arlistas, uno de sus ohjetivos más
persistentes era el de socavar o aniquilar la propia n()(:ión del
arte, tal y como se concebía en la época. Ese es precisamente
el punto de unión entre las aspiraciones, de otro modo muy
dispares, perseguidas por futuristas italianos, constructivistas
rusos, el gmpo holandés Stijl y los dadaístas internacionales.
Estos artistas rechazaban las limitaciones burguesas que
confinaban el arte a la pinttlra de caballete, al salón de tertulia
y a la sala de ventas, y buscaban formas de reproducción
que escaparan de estas constricciones. Los dementas más
positivos o utópicos -los constructivistas y el gruIXJ Stijl-
fueron más allá del rechazo y produjeron modelos para un
arte nuevo en los que la distinción entre el arte y la vida
quedaba diluida. De este modo, su preocupación por el diseño
gráfico y tipográfico OCUIX'J un lugar dentro de su interés
general por el mundo construido por el hombre. Por otro
lado, sus fuertes convicciones los llevaron a realizar
publicaciones -generalmente pequeñas revistas- y, dada su
orientación visual, querían que dichas publicaciones se
ajustasen a Sil contenido. Esta es la explicación más inmediata
del interés que estos artistas mostraron por la tipografía.
La formu lación de algunas de las ideas más destacadas de
la Nueva Tipografía puede encontrarse en los manifiestos y
artículos publicados principalmente por El Lisilski o Lázló
Moholy-Nagy y, en menor medida, en los escritos de Kurt
Schwitters. Entre 1923 y 1925 los dos primeros artistas
mencionados publicaron declaraciones que resumían la
naturaleza y los objetivos de la Nueva Tipografía en los que
cada uno de recogía ideas formuladas por el otro. El texto
-Topographie der Typographie) (Topografía de la tipografía),
Normas y estándares
no tradicionalista) ;
2. producir libros populares que sean económicos. y no un lujo
En otro texto programático titulado ~ Was ist und was will die
Neue Typographie», al concluir una lista de contrastes entre
lo nuevo y lo tradicional, Tschichold proclamaba: «lileratura
activa, no libros pasivos encuadernados en piel. »9 Esta visión
terna un contenido tipográfico visual y, por otro lado,
reflejaba una actitud social y política. Los editores de
izquierdas figuraron entre quienes apoyaron de forma
continuada la experimentación en el diseño de libros, o al
menos así lo hicieron los editores socialistas cuyo ideario
también defendía los principios estéticos del movimiento
moderno.
En Alemania varios clubes progresistas del libro se
esforzaron por sacar al mercado ediciones económicas, pero
bien realizadas, de obras serias. Los más destacados rueron el
llüchergilde Gutenberg y el Bücherkreis, ambos fundado s en
1924 con el apoyo (respectivamente) del Bildungsverband der
9 Jan Tschic hu hl. Ei"" Slw"h
Deutschen Buchdrucker y del S1'1) (el partido socialdemócrata
Dmr:ky,,_<IIIllu"y. p. 7 ; reedi tado en ou
Schrifle" '925-'974. vol. '. p. 90)
Organización y difusión
1923-35:
Reverberaciones
de la nueva
tipografía
Extracto de “Jan Tschichold y la tipografía moderna”
(introducción a la edición en español de
La nueva tipografía)
XLVIII XLIX
evolucionado rápidamente. Bajo el influjo primero del neoplasticismo húngaros (Kállai, Keményi, Moholy-Nagy y Péri) había publicado un
holandés y el dadaismo, había llegado a través de sus contactos húngaros manifiesto denunciando los «rasgos burgueses» del constructivismo
(Alfred Keményi sobre todo), excelentemente informados de lo que asociados al «esteticismo constructivo» del grupo de De Stijl
estaba pasando en Rusia, al suprematismo de Maliévich y enseguida al (van Doesburg) y al «naturalismo técnico» de los construdivistas rusos
constructivismo: en diciembre de 1921, cuando El Lissitzky (1890-1941) (El Lissitzky) y enseguida Kemény se distanciaría de Moholy-Nagy; van
llegó a Berlín para convertirse en su principal propagandista, Moholy- Doesburg había vuelto a Holanda, y a Lissitzky le habían diagnosticado
Nagy ya había realizado su primera escultura constructivista -el Primer una tuberculosis y marcharía a Suiza en enero de 1924 para
Grupo de Trabajo de los Construtivistas se había articulado en el restablecerse. Entre 1923 y su diversificación posterior a 1926, el
Instituto para la Cultura Artística (INJUK) de Moscú tan solo unos meses Bauhaus de Moholy-Nagy será el foco más importante de la tipografía
antes, en marzo-, y hacia fines del año siguiente era uno de los más constructivista, hasta el punto de que la nueva tipografía será
notorios representantes del arte moderno por excelencia, el arte que identificada a menudo en aquellos años como la «tipografía del
triunfaba también!uidosamente en la Exposición de Arte Ruso de la Bauhaus». Pero aunque Tschichold se pondrá pronto en contacto con
galería van Diemen de Berlín (octubre-diciembre). Moholy-Nagy no figurará nunca en el Bauhaus ni en sus aledaños. 25
En la primavera de 1923 todo estaba maduro en el Bauhaus para Sobre sus primeros contactos después de su conversión tan solo
el cambio: se había sustituido ya el viejo lago de Karl Peter R6hl tenemos unas palabras de su viuda, Edith, que proporcionan otra
(convertido por entonc~s también al nuevo credo) por otro de muestra del certero instinto de su marido para establecer conexiones:
resonancias neoplasticistas creado por Oskar Schlemmer (que en 19 2 3 A través de Moholy se realizaron los primeros contactos con otras personas
estaba también haciendo sus pinitos constructivistas), y el grupo KURI del Bauhaus y muy especialmente con los constructivistas y suprematistas
(iniciales en alemán de sus conceptos básicos: constructivo, utilitario, rusos. El primer contacto personal con Lissitzky lo facilitó Moholy-Nagy. Las
racional y internacional), formado por estudiantes del Bauhaus en ideas y las obras artísticas de los constructivista rusos fascinaron al joven f.T.,
gran parte húngaros, había publicado su manifiesto de adhesión al que entonces tenía veintidós años, todavía más que el Bauhaus, que entonces
se dio a conocer por primera vez en público con su gran exposición en
constructivismo. La conferencia inaugural de la exposición, pronunciada
Weimar. [... ] J.T. sostuvo en esta época una intensa correspondencia
por Walter Gropius, tenía un título (<<Arte y técnica: una nueva unidad»)
internacional sobre cuestiones formales y artísticas de la tipografía con
que resumía el nuevo programa de acción. Pero el público
Lissitzky, Ródchenko, Maliévich y muchas otras personas, y también con
no conocía ningún trabajo de diseño tipográfico de Moholy-Nagy; hasta colegas alemanes y holandeses, que más tarde se unieron para formar el
mediados de 1923, casi todas las escasas muestras de algo que pudiera «fing neuer werbegestalter» (1928).
llamarse diseño tipográfico constructivista en Alemania -todas de El contacto con El Lissitzky fue particularmente intenso porque entre él y
escasa difusión, muy singulares y ligadas al círculo de adherentes de J.T. no había ninguna barrera lingüística,26 y sobre todo porque Lissitzky fue
esta tendencia- habían sido obra de El Lissitzky y tenían como máximo el que más impresionó a J. T. con sus trabajos. Entre ambos se dieron
un año y medio de antigüedad. contactos por escrito y también personales. Lissitzky estaba entonces en
y de pronto, con no menos rapidez que se había formado, el núcleo
25. Él mismo lo destaca petulantemente en su autobiografía acudiendo a unas palabras de
motor del constructivismo en Alemania se encontró a fines de aquel Albert Kapr (<<Tschichold, que jamás estuvo en el Bauhaus, fue quien mejor realizó el pensamiento
mismo año en vías de desintegración tanto por razones doctrinales ¡tipográfico] del Bauhaus»: es un detalle típico del tono de estas páginas).
26. El Lissitzky había estudiado arquitectura en la Escuela Politécnica de Darmstadt entre 1909
como por la separación física de sus miembros: el grupo de los y 1914 Y hablaba bien el alemán, mientras Moholy-Nagy no consiguió dominarlo jamás.
LI
L
Múnich de paso hacia Suiza, donde esperaba encontrar alivio para su salud. abre una serie de trabajos más discursivos y explicativos en la que
A pesar de las penurias materiales fue un período muy fructífero de liberté y participarán también, además de los ya citados, Max Burchartz,
égalité por encima de todas las fronteras. J.T. también mantuvo estrecho Johannes Molzahn, Willi Baumeister, Josef Albers, Herbert Bayer,
contacto con el pintor polaco [Wladyslaw] Strzemmski, que vivía en Lodz, y Joost Schmidt, Walter Dexel y el checo Karel Teige.
que merecería que lo «redescubrieran». Entre sus amigos checos posteriores El brevísimo texto de Lissitzky es un manifiesto de artista: sus
figuraron en aquellos años sobre todo Zdenek Rossmann, [Frantisek] enunciados son generales y abstractos, y están formulados de manera
Kalivoda y [Bedfich] Václavek. Todos estaban fascinados por los «nuevOS extremadamente compendiosa; su tema es de importancia central para
tiempos». (Edith Tschichold 197 6,29-3 1)
la Nueva Tipografía: el de la caracterización del lenguaje artístico de
Entre los primeros trabajos del Tschichold posterior a la iluminación la palabra impresa, que es de naturaleza visual y bidimensional, y el
de Weimar hay un cartel para la editorial Philobiblon de Varsovia (19 2 4, reconocimiento de su autonomía frente al del flujo unidireccional de la
L&W, núm. 26), y para destacar su novedad, cuando habla de él palabra hablada. 2B En el texto incluido en el libro del Bauhaus,29
en su biografia utiliza una expresión de una perfecta claridad en su Moholy-Nagy extiende y detalla esta reflexión sobre la naturaleza óptica
economía: «Anordriung statt Schriftkunst», es decir, 'Diseño de la comunicación tipográfica, tipifica la comunicación gráfica a partir
(lit. 'organización') en lugar de caligrafía'. La fórmula resume sin el de dos ejes que tienen mucho que ver con el ideal constructivista del
argot constructivista d~ primera hora (Tschichold está hablando en 197 2 ) artista ingeniero: individual/colectivo y amorfo/exacto -la historia de la
la oposición entre lo que Moholy-Nagy denomina, en su manifiesto del tipografía pasaría de la etapa individual/amorfa a la colectiva/exacta
catálogo de la exposición del Bauhaus, lo «colectivo-exacto», lo nuevo, pasando por la individual/exacta, reflejada en la situación contemporánea
frente a lo «individual-amorfo», lo viejo. Del mismo modo que quienes de la Nueva Tipografía- y entra en dos terrenos concretos: la fotografia
cambian su naturaleza a través de un rite de passage suelen cambiar de como pieza esencial de la exactitud en la comunicación y el nuevo
nombre para simbolizar la renuncia a su pasado, Johannes Tzschichhold cartel, para el que reclama el concurso de la fotografía y el uso
firma el cartel de Philobiblon con su nombre traducido al polaco y el contrastivo de los caracteres tipográficos. La importancia que se
apellido transcrito de acuerdo con en el sistema gráfico de esta misma adjudica a la fotografía en su manifiesto es un reflejo del interés de
lengua: Jan Czychold.27 No conocemos todavía los detalles de su Moholy-Nagy por ella en aquellos momentos: sus experimentos a partir
temprana relación con Polonia. de 1922 (fotografía sin cámara, fotomontajes, fotoplástica) son uno de
En el período heroico de la Nueva Tipografía abundan los manifiestos, los episodios fundamentales del arte fotográfico moderno. Schwitters
una forma de expresión típicamente futurista que se contagió a toda contribuye a la reflexión sobre la Nueva Tipografía desde su revista
la vanguardia y del que tampoco se libró Tschichold, con cuyo Merz,30 prolongando las consideraciones más propiamente tipográficas
temperamento, las prescripciones tajantes y compulsivas congeniaban de Lissitzky y Moholy-Nagy.
particularmente bien. Los manifiestos de la Nueva Tipografía, obra de
Lissitzky, Moholy-Nagy, Schwitters y Tschichold se escalonan entre 19 2 3
28. «Topographie der Typographie», Merz (1923) núm. 4 (julio): 47 (Lissitzky-Küppers 1992,
y 19 2 5, con el de Tschichold en último lugar, a tres años de distancia 360; trad. esp.: Leclanche-Boulé 2003, 215; facs. Andel 2002, 15). Tschichold reproduce su texto en
de La nueva tipografía. Después, hasta la publicación de esta obra, se La nueva tipografía (p. 61).
29. «Die neue Typographien, en Staatliches Bauhaus in Weimar, 1919-1923, Weimar y Múnich:
Bauhausverlag 1923, p. 141 (Fleischmann 1995, 15-16; facs.: 14).
30. «Thesen über Typographie», Merz (1924) núm. ll: 91 (Fleischmann 1995, 328; Sichowski y
27. El nombre no aparece en la reproducción publicada en L&W (núm. 26), pero sí que consta en
Tiemann 1971, 180-181; facs.: Lang 1990, 62).
posición vertical en el ángulo inferior izquierdo de la impresa en McLean 1997, 26 Y en otros lugares.
LIII
LII
Pero Tschichold hace mucho más que publicar un manifesto Bauhaus sino que tomara en consideración el trabajo de todos los
aprovechando la disponibilidad de una plataforma favorable: países» que hubieran demostrado tener representantes en aquel
«Tipografía elemental» es tan solo el núcleo de la presentación general terreno. Tschichold explica también las razones del título: «Finalmente
de la Nueva Tipografía articulada con mayor coherencia y detalle hasta había que evitar el equívoco nombre de «constructivismo», que los
la aparición de su propio libro, tres años más tarde. El conjunto, diletantes han sumido en el descrédito. Todas estas consideraciones han
además, no se publica en una revista artística de consumo interno para conducido al final a la elección del título «Tipografía elemental», que
un reducidísimo número de convencidos, como Merz, o en el catá10go también se ajusta de verdad al sentido de nuestro trabajo» (212).32
de una exposición de una institución docente en la que justamente no Tschichold empieza con una introducción a los precedentes artísticos
se enseña tipografía ni caligrafía, como el de Moholy-Nagy, sino en una de la tipografia elemental (<<La nueva creatividad formal», 193-195;
revista profesional que reciben los diez mil trabajadores del sector de 1991,7-13), desde el impresionismo, que empezó la tarea de demolición
las artes gráficas afiliados a la Asociación Educativa de los Impresores de la pintura figurativa mediante la revolución del color, hasta el
constructivismo, que ha culminado el tránsito del viejo arte de la
Alemanes. 31 ;
«Tipografía elemental» es el título del manifiesto y a la vez el del reproducción (de la imitación) al nuevo de la producción (creación)
número especial monográfico de octubre de 1925 de la revista pura, y cierra su visión histórica con un párrafo destinado a la nueva
Typographische Mitteilungen en el que se inserta, dirigido por Tschichold. fotografía de Man Ray, los Farbenlichtspielen de Hirschfeld-Mack y el
En sus 24 páginas, el cuaderno contiene una exposición muy bien cine de Eggeling, Richter, Moholy-Nagy y Léger. El tono, como en
trabada del ideario de la Nueva Tipografía en media docena de artículos todo el cuaderno -empezando por el nombre de su responsable, que
y una antología de sus realizaciones, desde el Cuento de dos cuadrados es Iwan (y alguna vez Ivan) Tschichold: lo mantendrá hasta 1926-, es
de Lissitzky (1920) -que se reproduce por entero en facsímil muy marcadamente «rojo», incluso con un par de referencias al capítulo VIII
reducido-, a través de dos docenas de ejemplos de nueve creadores ((Arte revolucionario y arte socialista») del recentísimo Literatura y
gráficos, es decir que contiene in nuce lo que será tres años después revolución (1924), de Trotsky, a quien se discuten sus críticas al proyecto
La nueva tipografía. El dosier es también una muestra temprana del de torre-monumento a la Tercera Internacional de Tatlin (Moscú, 1918)
gusto de su responsable por las justificaciones teóricas y la
fundamentación de sus posiciones en el análisis de la historia.
El cuaderno había sido destinado originariamente al Bauhaus, pero 32. Tschichold cita en una nota en otra lugar unas palabras de Hans Richter (impresas en la
revista Pásmo, portavoz de Devestil en Brno) referidas al ya entonces bastante lejano episodio de
teniendo en cuenta que el Bauhaus era tan solo «un baluarte del frente la ruptura de la Fracción Constructivista (integrada por él, van Doesburg y Lissitzky) con la Unión
de combate por la Nueva Cultura» y que las ideas por las que abogaba Internacional de Artistas Progresistas en la segunda sesión del congreso de Düsseldorf (29-
31.5.1922) y que aclaran la razón última del cambio: «Como yo soy, conjuntamente con mis amigos
el Bauhaus serían defendidas «también fuera del Bauhaus en todo el Doesburg y Lissitzky, "culpable" de esta proclamación, quiero comenzar a enterrarlo
mundo [oo.] por una larga serie de artistas, científicos y técnicos» que no lel término constructivismol: lo que hoy día corre bajo este nombre no tiene nada que ver con
el diseño elemental, que era nuestra propuesta al Congreso. En aquella ocasión, la palabra fue
pertenecían al Bauhaus, se había hecho necesario «que el número adoptada como consigna por parte de aquellos que se esforzaban por conseguir tanto una
planeado no se redujera al trabajo tipográfico ya llevado a cabo en el regularidad de la expresión artística como un objetivo razonablemente contemporáneo contra una
mayoría del Congreso de los Individualistas. 1... 1 Mientras tanto, la pintura comercial y figurativa
a] óleo se ha apropiado del nombre, y tras el constructivismo se alinean individualistas,
manipuladores, pintores al óleo, decorativistas y el conjunto de la especulación/> (195 n.).
31. La cifra es de Friedl (1986,8). En Eine Stunde Druckgestaltung (1930), Tschichold da la cifra El término se había utilizado ya antes, por ejemplo en el «Llamamiento por un arte elemental/>
firmado por Hausmann, Arp, Puni y Moholy-Nagy en octubre de '921.
de 28.000 ejemplares para el tiraje (Tschichold '99 ,1: 89)·
'
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que señala el principio del movimiento- y se le toma prestado un canto A continuación, un artículo de Moholy-Nagy (<<Tipografía - fotografía:
al arte del futuro. Tipofoto», 202-204) defiende la integración de la fotografía y la
Después del marco artístico, se da una cápsula con la teoría general tipografía: «La tipografía és la información y la representación del
del constructivismo a base de una traducción del ruso (adaptada por pensamiento estructurada en la impresión. La fotografía es la
el responsable del cuaderno) del «Programa de los constructivistas» representación visual de lo ópticamente aprehensible. La tipofoto es
(196-197). Se trata de alguna de las versiones del texto discutido por el la comunicación representada de la forma visualmente más exacta»,
Primer Grupo de Trabajo de los Constructivistas constituido en marzo mientras junto al artículo un cartel fotográfico del mismo autor sirve de
de 1921 en el Injuk de Moscú. 33 correlato ejemplar a lo dicho. De Mart Stam y El Lissitzky se reproduce
Sigue después el manifiesto tipográfico «Tipografía elemental» acto seguido un breve artículo publicado en la revista ABe,
(198-200), en forma de decálogo. 34 En sus diez cláusulas, Tschichold, «El anuncio» (206-207), donde se establecen los principios de la
expone con admirable concisión todo lo que la Nueva Tipografía aporta «otra» tipografía, ignorada por los Buchkünstler: la tipografía de la
en oposición al reformismo: la funcionalidad del impreso (§ 1) es la 35
publicidad. Finalmente, otro breve trabajo de Natan Altman (<<Puntos
que corresponde a ía comunicación (§ 2) entendida como función social de vista elementales», 210-211; reproducido de la revista G y adaptado
(§ 3), es decir, a todo tipo de lectura, no tan solo a la tranquila rumiación al alemán por el responsable del número), justifica y enumera los
visual del libro de literatura o ensayo humanístico; en consecuencia principios básicos del nuevo arte comunes con la nueva tipografía:
se apuesta por una extr~ma objetividad: eliminación radical del
1. Creación de formas socialmente válidas que no se fundamenten en el
ornamentalismo y toda desviación esteticista (§ 8), incorporación de capricho arbitrario, en las ocurrencias personales o en el gusto casual del
la fotografía, apuesta por el alfabeto elemental de palo seco, defensa artista particular sino que surjan sobre la base de métodos estrictos,
del uso único del alfabeto de minúsculas, y, en consonancia con todo puramente objetivos, a través de las cuales se satisfagan necesidades sociales
ello rechazo de la tradición en beneficio de la obtención del máximo generales.
contraste (§ 4), estandardización de los formatos gráficos (§ 9), adopción 2. Uso de materiales diversos, tomados de la naturaleza y elaborados
del sistema de equilibrio dinámico frente al estático de la tradición técnicamente para la creación de obras de arte que no sean reflejos de
(§ 6, 7) yen último lugar, negación de los estilos (§ 10). Se comprende fenómenos del mundo circundante sino que se configuren como objetos
de la misma vida real.
la conmoción de Tschichold en su visita al Bauhaus.
3· Configuración mediante formas que dependan de leyes exactas
determinadas por la calidad natural de los materiales, creadas con la
33. Lodder da cuenta de no menos de cuatro versiones, una de las cuales publicada en la revista
intención de servir a la sociedad».36
Egység (núm. 2 [junio, 1922]: S), dirigida por Béla Uitz en Viena tras su ruptura con Ma (1983,
281-282, n. 102). Uitz había estado junto con Keményi en contacto con los constructivistas rusos Cierra el cuaderno una extensa colección de notas explicativas de
desde primerísima hora, en 1921 (Lodder 2002, 185 Y nn. 44-45). Tschichold declara que ha Tschichold a los artículos y sobre todo a los trabajos reproducidos, que
cambiado en parte su estructura (212). Como sabemos que en ellos se hacía, también en el
programa publicado por Tschichold se declara que ,dos presupuestos únicos y fundamentales del
constructivismo son los conocimientos del materialismo histórico» y que sus medios de trabajo
son (1) faktura, (2) tectónica y (3) construcción (Lodder "983, 94-95). «Faktura -aclara Lodder- 35. Mart Stam (1899-1985), arquitecto holandés del ala izquierda de la vanguardia. Entre 19 23 y
era la elaboración consciente del material y su uso de modo conveniente y adecuado sin 19 26 estuvo en Suiza, y fundó allí, junto con Emil Roth y Hans Schmidt ABe: Beitrage zum Bauen
obstaculizar la tectónica o la construcción» (1983,95). (Thalwil [Zúrich] y posteriormente Basilea), la primera revista vanguardista de la confederación.
34. «Elementare Typographie», Typographische Mitteilungen, "98-201 (Tschichold "991, 1: "4- 36. Tschichold presenta a su autor con estas palabras: «Altman [1889-1970] es uno de los
16; facs. del cuaderno: Maguncia: Verlag H. Schmidt 1986). Doy la traducción íntegra del mejores representantes del nuevo arte ruso. No tan solo se ha ocupado de los terrenos de la
manifiesto en apéndice al final del presente trabajo (pp. LXXXIII-LXXXV). pintura y la escultura, sino también, con gran éxito, de los de la producción escénica y la dirección
LVI
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son de atto Baumberger (1), Herbert Bayer (5), Max Burchartz (2), imaginario ruso y revirtió al Jan de sus entusiasmos polacos de primera
El Lissitzky (6), László Moholy-Nagy (5), F. Farkas Molnár (1), Johannes hora, que conservaba las resonancias eslavas pero prescindía del sabor
Molzahn (1), Kurt Schwitters (1) y el propio Tschichold (2). bolchevique asociado entonces a todo lo ruso.
.
La publicación del cuaderno, que fue apaslOna d amente d lscutl
" d o, 37 La nueva tipografía, en la que había estado trabajando desde 1926 y
tuvo consecuencias importantes para su carrera. En 1925, Paul Renner, que en 1927 daba como de imminente publicación en una carta a Piet
tras haberse incorporado a la Escuela de Bellas Artes de Frankfurt a Zwart, apareció finalmente en el verano de 1928, en un tiraje de 5.000
petición de su amigo Fritz Wichert (que se había encargado de su ejemplares. Entre la Tipografía elemental de 1925 y La nueva tipografía
dirección desde 1923 y la había reorganizado de acuerdo con el modelo de 1928, el cambio es apreciable. El trabajo de 1925 es militante mente
del Bauhaus), decidió aceptar la invitación que le había hecho Hans constructivista, con las cicatrices de las polémicas surgidas en los
Baier, director municipal de enseñanza de Múnich, que se disponía a vertiginosos acontecimientos de 1922 todavía visibles, y así lo da a
convertir la antigua escuela industrial de la ciudad en Escuela Profesional entender el título, con la sustitución del adjetivo impuesto
de Artes Gráficas. Renner se incorporó a su puesto de director de la paradógicamente por un afán de ortodoxia. En 1928, el constructivismo
nueva escuela a pri~cipios de abril del año siguiente y tanteó a ha sido digerido, Trotsky y el materialismo histórico se han desvanecido
Tschichold (que acababa de instalarse en Berlín y casarse) para y lo que tenemos es, sin renunciar de ningún modo a sus ingredientes
sustituirle en Frankfurt, pero al final la oferta se concretó para ejercer iniciales, el manual de la tipografía moderna. La aparición de La nueva
la docencia de caligrafía y tipografía en la capital bávara. En aquellos tipografía adquiere autonomía y se inserta en la misma historia de
mismos días la Asociación Alemana de Impresores se disponía a la tipografía, cuyo desarrollo faltaba en 1925. Se empieza con la
promover la creación de un centro nacional de formación superior para presentación de la vieja tipografía (1440-1914), se abre después un
directivos de artes gráficas, y Renner, con el apoyo de la Asociación de paréntesis para dar cuenta del nuevo arte como procedimiento
Impresores de Múnich, negoció y obtuvo que la proyectada Escuela "para comprender plenamente la nueva tipografía», y se empalma a
de Maestría de Artes Gráficas de Alemania (Meisterschule fur Deutschlands continuación la historia de la Nueva Tipografía cuyo telón se levanta
Buchdrucker) se instalara en esta ciudad formando un complejo con la con la tipografía futurista y llega hasta la Tipografía elemental.
preexistente Escuela Profesional, destinada a la formación de los y se advierte de que el cambio ha llegado para quedarse:
oficiales del ramo. Tschichold se incorporó a su puesto elIde junio Sería ingenuo y miope querer ver en la nueva tipografía, resultado de los
de 1926, y la Escuela se inauguró el1 de febrero del año siguiente. esfuerzos colectivos de toda una generación de artistas, una moda de corta
Dos años y medio antes había fracasado en la ciudad el putsch hitleriano duración. La ruptura con la vieja tipografía, que se consumó mediante ella,
de la Cervecería y Renner advirtió a Tschichold de que no podía no significa otra cosa que la renuncia fundamental al modo de pensar
plantear a las autoridades educativas un contrato a nombre de alguien decorativo y el giro hacia un diseño funcional. Ésta es, en suma, la marca
llamado Iwan, y a partir de aquel momento Tschichold abandonó el distintiva de la nueva era; y la tecnología, la nueva arquitectura y la nueva
música son fenómenos tan poco fruto de la moda -son la expresión de la
nueva época de la cultura europea que hoy está despuntando- como lo es
de mítines en Moscú» (212). Aunque había sido un constructivista de primera hora y miembro del
a nueva tipografía. (pp. 64-65)
Inkhuk, no tuvo un papel de importancia en la formación de la teoría de este movimiento, pero
fue uno de los organizadores de la Exposición de Arte Ruso de la galería Van Diemen de Berlín
Lo que hace La nueva tipografía digna de continuar reeditándose como
(1922). G (1923-26) estuvo dirigida en Berlín por Hans Richter. el documento fundamental de la tipografía moderna que es, reside en el
37. Para un primer balance de su recepción, véase Fried119 86 .
LVIII LIX
interés explicativo que conserva por su carácter de primera valoración de autores y épocas ya algo añejas). La nueva tipografía es el fotograma
por parte de Tschichold después de la conquista de su objetivo, cuando inicial de la película, que quedó congelado por causas externas, a falta
puede permitirse el reposo y la deliberación necesarios para explicarse de una nueva edición revisada al poco tiempo.
con detalle pero todavía siente la necesidad de narrar el itinerario que le Lo explica el propio Tschichold en su autobiografía hablando del
ha llevado a donde está y justificar sus posiciones. La tipografía momento de su emigración a Suiza, en 1933:
moderna será mucho más que lo que contienen las páginas de este
La tipografía de su primer manual, La nueva tipografía, 1928, que tiene su
libro, pero aquí deja de ser una especulación abstracta y se convierte en m,ejor ejemplo en [el impreso de] la oferta de adquisición preferente [L&W;
algo capaz de ser aprendido, discutido y eventualmente superado. numo 39], se había refinado notablemente en el transcurso de cinco años.
Aquí se formula por primera vez en detalle una teoría tipográfica capaz La diferencia radica en el método de estructuración, más hábil y refinado y
de dar cuenta de todo el diseño gráfico, no únicamente del de cierto en el uso de diferentes pesos del mismo cuerpo. En la oferta de adquisición
tipo de libros. Aquí, por primera vez desde la crisis del siglo XIX, la preferente de 1928 se habían utilizado seis cuerpos distintos, en la circular
tipografía vuelve a;subirse al tren de la historia del arte. del Bücherkreis, 1932 [L&W, núm. 64], tan solo hay tres. Cierto es que existe
En 1931 el libro ya se había agotado, lo cual significa que fue todo una interpenetración de planos en la oferta de adquisición preferente, pero
la organi~ación de la circular del Bücherkreis (una editorial berlinesa para la
un éxito, y por lo menos desde principios de 1929 su autor estaba
que Tschlchold diseñó totalmente entre 1929 y 1933 una gran cantidad de
trabajando en una nueva edición. A mediados de 1931 se anunciaba
libros) es más vivaz, y su «colorido», más gracioso.
como de pronta publicación en una edición muy cambiada (para empezar,
en formato DIN A4), pero en 1932 las perspectivas de materializarse Aunque la relación personal entre Tschichold y Renner fue más bien
parecían haberse alejado. y en 1933 con la toma de poder por parte de fría y distante -en sus recuerdos y declaraciones Edith Tschichold
los los nazis, la posibilidad se desvaneció totalmente. 38 respira un nada disimulado resentimiento contra el antiguo jefe de su
Doy estos detalles porque comparando La nueva tipografía -con su marido- ambos compartían un pasado común (junto con Trump) yes
grotesca artesanal, su rígida unidad tipográfica, sus titulares en imposible que no hubiera habido influencias recíprocas. Renner era el
mayúsculas negritas, su adustez tipográfica general, la simplicidad con único entre los grandes Buchkünstler entrados en liza en la primera
la que su autor incorpora las fotografías, o los folios en negrita- y los década del siglo xx que había sido capaz de hacer el tránsito a la
productos diseñados por Tschichold ya hacia 1928/29, después de la modernidad tipográfica. Su manual Typographie als Kunst, impreso en
aparición de la Futura (por ejemplo, L&W, núms. 43-45, 56) o los gótica en 19 22 , había sido un modelo de clasicismo, pero su evolución,
trabajos de los alumnos de la Escuela por esta misma época (Burke evidentemente bajo el mismo signo que la de Tschichold, empieza
1998, iI. núms. 24,26) se echa de ver enseguida que cuando apareció a notarse desde 1924, cuando empieza a trabajar en la Futura:
el libro, Tschichold estaba dejando ya atrás esta etapa fundacional que coincidieron, pues, en la Escuela de Maestría de Múnich dos «conversos»
reflejan tanto su diseño como su doctrina, y su práctica había ganado (tres contando a Trump) que a diferencia de los profesores del Bauhaus
enormemente en riqueza y flexibilidad (aunque sin duda también tenían una excelente preparación en el terreno de las artes gráficas
contribuyen a dar esta imagen de obsolescencia la mezcla de ejemplos adquirida dentro de los moldes clásicos. Renner llevaba veinte años en
el mundo del diseño editorial, y Tschichold, como ya se ha dicho, había
38. Datos aportados por Kinross (1998, XVlII-XIX). Aprovecho la ocasión para recomendar
obtenido su formación profesional en el mejor establecimiento docente
encarecidamente la lectura entera del prólogo de Kinross a la versión inglesa de La nueva de artes gráficas de la época. En la madurez de su quinta década, en el
tipografía.
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momento de recibir el impaCto de la Nueva Tipografía, el primero jamás Pero a los pocos meses se produce el hachazo: la toma del poder
se avino a condenar el patrón clásico y mantuvo siempre una adhesión por parte de los nazis. El 30 de enero de 1933, el presidente van
crítica y ponderada a la Nueva Tipografía; el segundo tuvo pronto que Hindenburg nombra primer ministro a Hitler. El 27 de febrero se
someter su furor de neófito a la disciplina de una escuela técnica cuyo produce el incendio del Reichstag, del que se acusará falsamente a los
objetivo era formar no diseñadores interesados fundamentalmente en comunistas; al día siguiente, mediante la Ley para la protección del
desarrollar su creatividad sino profesionales de alto nivel de una pueblo y del Reich, Hitler suspende las garantías constitucionales,
industria que fueran capaces de adoptar soluciones gráficas eficaces y ilegaliza el Partido Comunista y lanza una oleada de arrestos contra sus
económicamente viables y encontrar métodos para llegar hasta ellas. dirigentes, militantes y simples simpatizantes o tenidos por tales.
«Fue el Bauhaus quien impulsó la Nueva Tipografía, pero donde se El 5 de marzo, elecciones al Reichstag: los nazis y sus aliados obtienen
transformó en un sistema de amplia aplicación fue en las escuelas de la mayoría parlamentaria. El 13, se crea el Ministerio de Educación
Múnich», observa con exactitud Christopher Burke. Popular y Propaganda, incluyendo los asuntos culturales, del que se
A falta de una sc;gunda edición muy revisada de La nueva tipografía, encargará Josef Goebbels. E121, Día de Postdam: proclamación solemne
Tschichold edita a partir de 1929 una rápida sucesión de publicaciones del Tercer Reich ante la tumba de Federico II el Grande. El 23, Ley de
didácticas de menor entidad física pero de enorme calidad e interés, ya habilitación (oficialmente, «Ley para la supresión de la penúria del
distanciadas del estilo. de La nueva tipografía y que abren un ciclo que pueblo y del Reich»): Hitler obtiene poderes dictatoriales y empieza la
culminará con la Typographische Gestaltung de 1935. En 1929 publica Gleichschaltung ('coordinación'), que colocará a la sociedad civil bajo el
junto con Franz Roh,foto-auge [foto-ojo], una colección de ejemplos de control del Estado nazi. ElIde abril, Goebbels lanza un boicoteo contra
la nueva fotografía (con maquetación también ejemplar) destinada a los los comercios y los productos judíos. El 7, Ley de restauración de la
diseñadores gráficos, con texto en alemán, francés e inglés. En 1930 administración pública: empieza la depuración de los funcionarios de la
saca Eine Stunde Druckgestaltung [Una lección de diseño de impresos], administración del Estado. El 26, Hermann Goring crea la Gestapo.
que ofrece, como indica su subtítulo, una colección de reproducciones El 2 de mayo quedan disueltos todos los sindicatos y asociaciones
de trabajos impresos para ejemplificar los conceptos fundamentales obreras. EllO, día en que se crea el Frente Alemán de los Trabajadores
de la nueva tipografía a beneficio de compositores tipográficos, como sindicato «vertical» único, es también el de la siniestra jornada de
profesionales de la publicidad, consumidores de impresos y la Bücherverbrenmmg: se organiza en todas las ciudades alemanas una
bibliófilos. 39 En 1931, sale Schriftschreiber Jür Setzer [Caligrafía para_ quema pública de libros con «ideas antialemanas». El14 de junio,
compositores tipográficos], de formato apaisado: un cuaderno de Ley para la protección de la salud hereditaria por la que se legaliza la
caligrafía contemporánea para la formación de los compositores esterilización para la mejora de la raza aria. El 21, Ilegalización del
tipográficos. Y en 1932 aparece Typographische Entwurfstechnik_ Partido Socialdemócrata Alemán. El 4 de julio, Ley contra la creación de
[Técnica del diseño tipográfico], un folleto que enseña la técnica del- nuevos partidos políticos: el Partido Obrero Nacionalsocialista Alemán
bocetaje, imprescindible para los nuevos diseñadores que debían dar pasa a ser el partido único.
instrucciones precisas a los cajistas. Tschichold fue una de las víctimas de la represión anticomunista
posterior al incendio del Reichstag: aunque no se le conoce ninguna
afiliación política, su adscripción a la Nueva Tipografía, sus relaciones
39. Puede leerse la introducción (<<Was ist und was will die Neue Typographie»: una áurea
introducción al tema) en Tschichold "99", 1: 86'94.
con los artistas rusos y su anterior cambio de nombre lo hacen
LXII
LXIII
sospechoso de «bolchevismo cultural». Su esposa cuenta corno fue su libertad, la fiesta nacional suiza elIde agosto en Riehen, cerca de
detención. Un sábado por la tarde (seguramente el 3 de marzo, teniendo Basilea. En 1942 se le concederá la ciudadanía helvética. Tschichold
en cuenta el desarrollo de los acontecimientos), mientras se encuentra conservó toda su vida un profundo agradecimiento hacia Suiza y llegó
de gira dando conferencias en Suttgart y Donauschingen, se presentan a dominar el Schwyzertiitsch corno un nativo.
en su domicilio media docena de SA armados (cuyo jefe es un vecino) y Como en todos los órdenes de la cultura, el nazismo tuvo consecuencias
efectúan un registro en nombre de la Liga para la Defensa de la Cultura devastadoras para el pujante y original diseño gráfico alemán, y no
Alemana: la mujer de la limpieza ha dado sus nombres corno eIementos únicamente para los nuevos tipógrafos. En 1933, Mies van der Rohe
desafectos al régimen. Aprovechando una distracción de los nazis, Edith disuelve el Bauhaus (10 de agosto) -que ya ha sido cerrado por las
llama por teléfono a unos amigos para que vayan a buscar a Tschichold autoridades- ante la imposibilidad de continuar su proyecto docente;
a la estación y lo escondan en su casa. De madrugada vuelven los SA, y sufre detención Paul Renner (Escuela de Maestría de Artes Gráficas,
cuando se van, Edith huye a encontrarse con su marido acompañada Múnich); debe cerrar su estudio Joost Schmidt; son despedidos, además
por su hijo, el peq~eño Peter, de tres años y medio. Pasan la noche de Tschichold, los «modernistas» Oskar Schlemmer (Escuelas Estatales
siguiente en una casa de huéspedes fuera de la ciudad, y por la mañana Unidas, Berlín), Willi Baumeister (Escuela de Artes Aplicadas, Frankfurt),
deciden regresar a su piso, creyendo que las detenciones han terminado. Johannes Molzahn (Academia Estatal de Arte y Oficios Artísticos,
Mientras Tschichold se dirige a la Escuela a dar sus clases, Edith se Breslau [acto Wrodaw]) y Max Burchartz (Escuela de Folkwang, Essen)
adelanta y encuentra el piso abierto y ocupado por los SA, que la y los clasicistas Hugo Steiner-Prag (Academia de Leipzig), por ser judío,
detienen. Un policía compasivo la convence de que si Tschichold se y Emil R. Weig (Instituto del Museo de Artes y Oficios del Libro,
presenta voluntariamente lo detendrán ellos y se le tratará mejor que si Berlín), y tornan el camino de la emigración Joseph Albers (Carolina
lo encuentran los nazis. Aquella tarde, cuando Tschichold entra en clase del Norte; 1950, Yale) y John Heartfield (Praga; 193 8, Londres).
casi las tres cuartas partes de sus alumnos llevan el uniforme de la SAo Después, sigue el goteo: en 1934 queda despedido Renner, se le pone
Al enterarse de la situación de su esposa, acude a entregarse y queda un director delegado nazi a Tiemann en la Academia de Leipzig, Kurt
confinado bajo «arresto preventivo» (es decir, sin ninguna acusación Schwitters pierde su empleo de asesor gráfico de la ciudad de Hannover
formal) y al cabo de unos días ingresa en la prisión de Neubeck, donde y László Moholy-Nagy abandona el país para irse a Amsterdam primero
dejan de interrogarle y puede realizar todavía algún encargo para la y luego a Londres (1935) para instalarse finalmente en Chicago (1937);
editorial Insel. Sale de la cárcel poco antes de Pascua (que aquel año en 1935, después de las leyes antisemitas de Núremberg, el judío
cayó en el día 16 de abril), pero durante su detención le han comunicado Berthold Wolpe se traslada a Londres, y Schwitters pasa a Oslo
su despido. 4o La notícia trasciende a la prensa suiza al ser divulgada por (de donde huirá cuando los alemanes invadan Noruega, en 1940, para
un amigo y pronto llegan las primeras cartas desde Basilea ofreciéndole refugiarse en Escocia), mientras Walter Dexel es despedido, por ser un
ayuda. Edith vuelve a la comisaría y consigue resolver el problema del
visado con la ayuda del policía amigable (Edith Tschichold 1982, 189-191).
honorarios que el solicitante esperaba percibir. Es posible que la gestión de Tschichold se
Tschichold recuerda que vivió por primera vez, recién recuperada la produjera después de su expulsión de la Escuela de Maestría de Múnich, que le fue comunicada
en .cualquier caso, poco más de un mes antes, lo cual puede encajar con el «hace POCO») (vor einiger
Zelt) en el que MIes van der Rohe sitúa la petición. Tschichold ya había dimitido en enero del
40. EI16 de mayo de "933, tres semanas antes de que los nazis clausuraran la escuela, Mies van mismo año con la intención de trasladarse a la Escuela Profesional Superior de Artes Gráficas de
der Rohe le escribió a Renner informándole de que Tschichold se había interesado por obtener Berlín, dirigida entonces por Trump, pero posteriormente había decidido continuar en Múnich
una plaza en el Bauhaus como profesor de tipografía publicitaria e interesándose por los (Burke "998, "30-"3" Y nn. 33-34; trad. esp., 130-131 y nn. 33 y 34).
LXIV LXV
artista «degenerado», de su puesto en la Escuela de Artes Aplicadas de Mondrian de 1928, que destacaba el advenimiento de lo nuevo:
Magdeburgo; en 1936 Lyonel Feininger regresa a los Estados Unidos; «No existe un pasado por el que pudiera sentirse nostalgia, existe tan
en 1937 Hans Schmoller (futuro sucesor de Tschichold como solo lo eternamente nuevo, que se forma a partir de los elementos
responsable gráfico de Penguin), que está realizando un cursillo de ampliados del pasado, y la verdadera nostalgia debe ser siempre
formación en Inglaterra, decide no regresar a Alemania, y Friedrich productiva para crear algo nuevo que sea mejor». En consonancia
Vordemberge-Gildewart pasa a Suiza; en 1938 son Herbert Bayer y Will con ella, el libro consagra la readmisión de la tipografía simétrica y la
Burtin quienes se instalan en Estados Unidos; Victor Hammer deja en romana antigua, denostadas hasta entonces. 41 Esto es lo que permite
1939 su Austria natal, anexionada a Alemania el aüo anterior por Hitler, hablar de superación de la Nueva Tipografía, que a partir de ahora
para instalarse en Aurora (Nueva York) ... puede contemplarse reducida a su dimensión puramente estilística
La Nueva Tipografía como «escuela» -por aplicarle algún colectivo, ya (y por ello puede escribirse con mayúsculas).
que tan solo puede hablarse de contactos y relaciones personales entre Su aportación formal propia había sido la introducción del sistema
sus miembros- termina bajo la bota nazi, ante la imposibilidad material dinámico de organización. 42 Todo lo demás, o bien lo compartía mas o
de desarrollar su tr~bajo por parte de sus cultivadores. «El dirigismo menos con el reformismo -sobre todo en su versión más racionalista
cultural del estado nazi ha provocado que la tipografía y algunas otras (la de Hegner y el Morison posterior a 1927= el de los Principios
cosas sean hoy entre npsotros menos modernas que hace veinte aüos», fundamentales)-, como el funcionalismo (aunque la base del
se lamentará Renner en 1948 . racionalismo reformista era limitada y operaba con los recursos del
sistema simétrico) y la insistencia en la economía de medios y el
antiornamentalismo, o eran cuestiones de estilo y no principios
1935-1974: El maestro del clasicismo moderno
constitutivos (el uso exclusivo de la letra de palo seco o de las
En Suiza, Tschichold trabaja al principio a media jornada en la minúsculas) o no chocaban esencialmente con la naturaleza del sistema
imprenta-editorial Benno Schwabe y dispone de unas horas de docencia simétrico clásico sino con los hábitos adquiridos de sus partidarios
en la Escuela General de Artes Aplicadas de Basilea. (uso de la fotografía, uso de la letra de palo seco). En la Typographische
En 1935, a sus treinta y tres aüos, la publicación de Typographische Gestaltung y en algunos artículos contemporáneos se ensaya por
Gestaltung (Basilea: Benno Schwabe) culmina el ciclo iniciado cinco primera vez un principio de síntesis.
aüos antes, en 1930, con Eine Stunde Dntckgestaltung. Se trata, según Ya he dicho que la característica más persistente de Tschichold, por lo
opinión propia, del Tschichold más sazonado (tanto que contiene, como menos entre 1925 y 1935, es su continua evolución. Veamos tan solo un
se verá, incluso algún temprano indicio de su posterior involución). ejemplo de ello en el terreno de sus consideraciones sobre los tipos para
Su título, que podría traducirse por «diseüo tipográfico», es valorar el punto de llegada de la Typographische Gestaltung.
significativo: no trata de una tipografía parcial, como la de 19 2 5,
que era constructivista, o la de 1928 que era «nueva», es decir, tan solo
la que no tenía precedentes -la asimétrica-, sino de diseüo tipográfico 41. Por lo tanto el título de la versión inglesa de la obra, Asymmetric typography (Londres:
Faber & Faber, '967), aunque autorizado por Tschichold, resulta inadecuado y confuso.
tout CQurt: de algo que abarca toda la gama completa de la tipografía,
42. Así lo veía también el mismo Tschichold en '937: «El problema formal de la Nueva
sin ninguna restriccción. En el dorso de la anteportada figura una Tipografía es la creación de un equilibrio asimétrico a partir de elementos en contraste, con las
proporciones elegidas naturalmente de acuerdo con el sentido» (Tschichold '99', 1: 219, cursivas
famosa cita de Goethe cuidadosamente elegida en oposición a la de del original).
LXVI LXVII
11
Pero a fin de cuentas no puedo dejar de simpatizar con la contestación Apéndice
de Ken Garland a una encuesta que Paul Barnes planteó en 1995 sobre Iwan Tschichold, «Tipografía elemental», Typographische Mitteilungen
su vigencia como tipógrafo: «Aunque estoy en desacuerdo con muchos (octubre, 1925): 198-200.
de sus bizantinismos, estoy en su mismo bando. Me gusta el personaje,
incluso con sus lunares». 52 1. La nueva tipografía se subordina a su finalidad.
2. La finalidad de toda forma de tipografía es la comunicación, a la cual
contrastados y la creación de relaciones entre los valores formales ni definitivo, porque el concepto de diseño elemental cambia
positivos (coloreados) y los negativos (blanco) del papel sin imprimir. necesariamente de manera también continua con el cambio de los
6. El diseño tipográfico elemental consiste en la creación de relaciones elementos (a través de inventos que crean nuevos elementos de
ópticas y lógicas entre las letras, las palabras y los párrafos de cada diseño tipográfico, como, por ejemplo, la fotografía).
trabajo determinado.
7. Para aumentar la energía y la expresividad de la nueva tipografía, se
pueden usar como medios de organización interna la dirección
vertical y la inclinada.
8. El diseño elemental excluye la utilización de todo tipo de ornamento
(incluso los filetes ornamentales, como por ejemplo el de media caña).
La utilización de filetes y formas intrínsecamente elementales
(cuadrados, círculos, triángulos) debe fundamentarse obligatoriamente
en la disposición del conjunto.
LXXXIV LXXXV
Kinross, Robin. 1998. <<Introduction». En Jan Tschichold. The new typography: A
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LXXXVIII
Andrea Gergich
Universidad de Buenos Aires
Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo
Material de la Cátedra Gené
1
Este artículo es parte de una investigación mayor volcada en la tesis de maestría titulada
Cuando el diseño aún no era “diseño”. El Instituto Argentino de Artes Gráficas y el “proto-
diseño gráfico” en Buenos Aires en las primeras décadas del siglo xx, (Maestría en Diseño
Comunicacional, FADU, UBA, 2014).
1
El campo gráfico local a comienzos del siglo XX. Razones para la creación del
Instituto Argentino de Artes Gráficas
El mundo gráfico argentino a comienzos de siglo XX, con centro en Buenos
Aires, fue testigo y protagonista de grandes cambios en la vida económica,
social y cultural. Las transformaciones que se venían dando desde mediados
del siglo XIX, vinculadas con los procesos que llevarían al país a su confor-
mación como nación moderna, se aceleraron en las últimas décadas del siglo
XIX y las primeras del XX. La consolidación de una economía basada en el
modelo agroexportador; una situación de orden político basado en el fuerte
control por parte de una minoría dominante, y la reconfiguración de la fisono-
mía social y cultural a partir de la inmigración masiva, fundamentalmente
europea, que recibió el país en esos años fueron factores que se combinaron
para ubicar promisoriamente a la Argentina como la nación más pujante de la
región. En este marco, el avance en las leyes educativas, la creciente actividad
institucional y comercial, y el crecimiento de los públicos lectores al ritmo del
aumento demográfico fueron factores importantes para dar impulso a la pro-
ducción impresa. En este escenario el sector gráfico fue dejando progresi-
vamente de lado las prácticas artesanales del oficio de la impresión para pasar
en muchos casos a modalidades de producción industrial a escala masiva. En
este proceso se multiplicaron los talleres gráficos y la cantidad de obreros
empleados en ellos, y aun se dieron procesos de integración de la producción en
grandes empresas “multigráficas”, que reunían bajo el mismo techo las sec-
ciones de composición, impresión tipográfica, litografía, transporte de imágenes
y encuadernación, y abastecían un mercado de altos tirajes, fundamentalmente
el editorial. Por otro lado, también existía una diversidad de pequeños talleres
“de obra”, es decir imprentas que producían una gran variedad de productos
gráficos en menores cantidades y que respondían a otras necesidades del mer-
cado gráfico: folletería, catálogos, afiches, papelería comercial.
2
Una publicación pionera en este sentido fue La Noografía, de 1899, dirigida por
quien sería uno de los fundadores del Instituto: Antonio Pellicer, junto a Pedro
Tonini, un gráfico local amante de las artes gráficas.
3
Algunas publicaciones a su vez, cumplían su rol como órganos oficiales de
difusión de las instituciones gráficas más importantes, entre otros el Boletín de la
Sociedad Tipográfica Bonaerense, que se comenzó a publicar en 1901; el Boletín de
la Sección Artes Gráficas de la Unión Industrial Argentina, publicado como
sección de la revista Éxito Gráfico desde su primer número en 1905, y luego de la
creación del Instituto Argentino de Artes Gráficas, los Anales del Instituto
Argentino de Artes Gráficas, publicado a partir de 1910 –que pasó a denominarse
Anales Gráficos a partir de 1917–, 2 y que continuó, aunque con algunas
irregularidades, hasta el año 1967. Este contexto histórico de fuertes trans-
formaciones en el medio gráfico fue el que precisamente dio lugar a la creación
del Instituto.
2
Para las referencias a la primera versión de la revista de nombre Anales del Instituto
Argentino de Artes Gráficas se utilizará el nombre corto Anales; para referirse a la revista luego
de su cambio de denominación se remitirá al nombre completo, Anales Gráficos.
4
de Perfeccionamiento Profesional» para la enseñanza gráfica en Argentina. Ésta
se proponía como «institución autónoma» que «independientemente de toda
otra institución y libre de todo ideal que no sea el arte, se dedicaría a la
instrucción teórico-práctica de todas las ramas gráficas…».3
3
Acta Fundacional, folio 1, acta n.º 1, Buenos Aires, mayo 1907.
4
Tipógrafo, dibujante y grabador italiano establecido en Buenos Aires en 1908. Participó
activamente en el IAAG desde sus inicios como profesor, miembro de la Junta de
Administración, director de la revista Anales, y en 1934 asumió la presidencia del Instituto.
5
Fue profesor de pintura del IAAG entre 1934 y 1939, y también participó como vocal de su
Junta Administrativa en 1938. Este pintor argentino ya era un consagrado artista en el
momento de sumarse al equipo del Instituto.
5
Veremos cómo en muchos casos, los mismas premisas teóricas que circulaban
entre los gráficos europeos a comienzos de siglo iban a ser discutidas en el seno
del Instituto, a través de textos inspiradores provenientes de las mismas fuentes
conceptuales que consultaban ingleses y alemanes: John Ruskin y William
Morris entre los más trascendentes.
6
Véase Frédéric Barbier, “L’industrialisation des techniques”, en Roger Chartier y Henri-Jean
Martin (dir.), Histoire de l’édition française. Le temps des éditeurs. Du romantisme à la Belle
Époque (París, Fayard/Promodis, 1990), p. 51.
7
Véase Sandra Szir, "Discursos, prácticas y formas culturales de lo visual. Buenos Aires,
1880-1910", en Silvia Dolinko y María Isabel Baldasarre (eds.), Travesías de la imagen.
Historias de las artes visuales en la Argentina (Buenos Aires, Eduntref - CAIA, 2011), p. 68.
8
Véase Sandra Szir, El periódico popular ilustrado Caras y Caretas y las transformaciones en el
paisaje cultural de la modernidad, Tesis de Doctorado, mimeo (Facultad de Filosofía y Letras,
UBA, 2011) p. 44.
6
de composición, al integrar y simplificar operaciones hasta entonces distri-
buidas en distintos roles especializados, a la vez que multiplicó la velocidad de
producción en esta área: la capacidad de producción pasó de 1.000 caracteres
por hora que podía componer un tipógrafo manual a 5.000 caracteres por hora
obtenidos por un linotipista.9 El rol más afectado fue el del cajista o tipógrafo,
quien componía el texto a reproducir mediante la selección de los tipos móviles
uno a uno, y realizaba la tarea de justificación en forma manual. Las fuertes
fusiones operativas de estas tareas iban a redefinir su rol, e incidirían también
en otras integraciones conceptuales y funcionales.
9
Damián Bil, Descalificados. Proceso de trabajo y clase obrera en la rama gráfica (1890-1940)
(Buenos Aires, CEICS-Ediciones ryr, 2007),
p. 70. Véase también John Dreyfus y François
Richaudeau (dirs.), Diccionario de la edición y de las artes gráficas (Madrid, Fundación Germán
Sánchez Ruipérez, 1990), p. 319.
10
Un ejemplo de esto fue la ya mencionada Compañía General de Fósforos, que había
instalado su propia papelera a comienzos de siglo, y compró la empresa de Ricardo Radaelli –
anteriormente Ortega y Radaelli– a inicios de los veinte. Véase Damián Bil, ídem, p. 41.
11
Como ejemplo se pueden mencionar los modelos “Intertype modelo F” y “Relámpago 32”
de Linotype.
7
manual, fuera de la máquina. Otro desarrollo técnico importante fue el de la
monotipo, que en comparación con la máquina de linotipia brindaba la
posibilidad de corregir tipo por tipo, lo que no era posible en una línea entera
fundida en el otro sistema. Esta fue una de las razones por las que la monotipia
se extendió preferentemente en la producción de libros y trabajos de
“remiendos”,12 y la linotipo se utilizó más frecuentemente en los talleres que
imprimían grandes tiradas para diarios y revistas.
La generalización de la linotipia, que había sido tan resistida en sus comienzos,
estableció con el correr de los años una jerarquización de los linotipistas, que
capitalizaron el prestigio histórico de los tipógrafos; en parte por ser ellos
mismos quienes ocuparon esos puestos por exigencia de los sindicatos, y
también por requerir una formación y expertise superior a la media del obrero
industrial; es decir, por algunas de las razones que habían fundado el prestigio
de los tipógrafos tradicionales. Asimismo, los puestos de linotipista estaban
entre los mejor remunerados dentro del promedio de los trabajadores gráficos,
por lo que recibían el apelativo de “aristócratas del gremio”.13 Este apodo puede
leerse también en el contexto de las transformaciones del taller gráfico, donde a
medida que las operaciones del viejo oficio artesanal se iban automatizando, las
máquinas iban absorbiendo muchas de las tareas más “físicas” y mecánicas que
habían realizado tradicionalmente los tipógrafos, moderando sus movimientos
—del agitar los brazos enérgicamente para tomar los tipos móviles de la caja, al
movimiento ligero de los dedos al teclear—, y cambiando sus posiciones físicas
—de la postura parada frente al burro tipográfico, a la posición sentada de la
linotipo o la monotipo—. Este proceso también desplazaba gradualmente el
foco de la tarea hacia la resolución de cuestiones más relacionadas con la com-
posición en sí de la pieza gráfica: la elección de la familia tipográfica, la uti-
lización de viñetas y misceláneas, las ilustraciones, todas tareas previas a la
puesta en máquina de los mensajes a imprimir: las decisiones relativas a cómo
las formas iban a cumplir su objetivo visual y funcional de “diseño”.
8
imágenes provenientes de instituciones colegas en Europa y América. En la
búsqueda por estar actualizados con los últimos adelantos técnicos y
conceptuales en el campo gráfico, los editores de la revista Anales del Instituto
Argentino de Artes Gráficas publicaban, junto a las notas de autoría propia –notas
editoriales, conferencias brindadas en el Instituto, artículos técnicos escritos por
autoridades y profesores–, algunas citas y traducciones de autores y publi-
caciones especializadas, tanto locales como extranjeras, que se recibía en
intercambio. Además de las revistas locales ya mencionadas circulaban en el
Instituto otras publicaciones como las norteamericanas El Arte Tipográfico de
Nueva York e Inland Printer de Chicago; europeas como las francesas
L’Imprimerie y Arts et métiers graphiques; las alemanas Archiv für Buchgewerbe, de
Leipzig, y Tipographische Jahrbücher; British y Colonial Printer, de Londres; italia-
nas como Risorgimiento Grafico y Archivio Tipografico; españolas como el Boletín
del Instituto Catalán de las Artes del Libro, de Barcelona; y también las primeras
publicaciones latinoamericanas, como Noticias Gráficas de Santiago de Chile y
Fraternidad de Montevideo, entre otras. Diversas ideas y posturas sobre la
enseñanza de las artes gráficas, la relación arte-industria, la función social del
arte, la tensión tradición-vanguardia, entre otros, eran temas recurrentes en
estas publicaciones, así como en Anales desde los comienzos de la publicación.
Esta circulación de textos permite suponer una rica discusión al interior del
Instituto, sobre problemáticas que evidentemente compartían con instituciones
pares del extranjero, y con otras organizaciones locales.
9
Estos debates que comenzaban a configurar un conjunto de intereses y enfoques
específicos que anticipaban de alguna forma el advenimiento del diseño, iban a
estar presentes con más frecuencia en la segunda etapa de la revista Anales
Gráficos, a través de traducciones de artículos de revistas extranjeras que iban a
hacer circular en el ámbito del Instituto las discusiones vigentes en ese
momento a nivel internacional. Es así como en el primer número del año 1931 la
revista publica un texto fundacional del diseño moderno: el artículo del alemán
Jan Tschichold, «Lo que es y lo que quiere la Nueva Tipografía».16 Las ideas de
renovación tipográfica planteadas por Tschichold por primera vez en 1925 en
Alemania, y que estaban a la vanguardia del debate sobre la tipografía en
Europa y Estados Unidos, eran leídas por los gráficos argentinos en la revista
del Instituto Argentino de Artes Gráficas.
16
Jan Tschichold, «Lo que es y lo que quiere la ‘Nueva Tipografía’», Anales Gráficos, a. XXII, nº
1, enero 1931, pp. 11-15.
17
Véase Roxane Jubert, Typography and Graphic Design. From Antiquity to the Present (París,
Flammarion, 2006), pp. 197-199.
10
Staaliches Bauhaus in Weimar, catálgo de "Tipografía elemental", en Boletín tipográfico,
exposición, 1923 octubre 1925.
11
La Nueva Tipografía, 1928. Páginas interiores
El artículo «Lo que es y lo que quiere la Nueva Tipografía» -«Was ist und was
will Die neue Typographie?»- había sido originalmente la introducción a su
segundo libro Eine Stunde Druckgestaltung -Una hora de diseño de impresión-,18
publicado en 1930, y que como parte de la promoción del libro apareció en la
edición de julio de ese año en la revista británica Commercial Art con el nombre
de «New life in print» –«Nueva vida impresa»-.19
18
Traducción de la autora.
19
Una traducción al español de esta versión original en inglés fue publicada en Buenos Aires
en el año 2001 por la Editorial Infinito, en Fundamentos del Diseño Gráfico, (Buenos Aires, Ed.
Infinito, 2001), p. 72, a partir de la edición original Looking Closer 3, Vol. 3: Classic Writings on
Graphic Design (Nueva York, Allworth Press, 1999).
12
Una hora de diseño de impresión, 1930. Cubierta y páginas interiores, que muestran trabajos de
El Lissitsky y Jan Tschichold.
13
La versión publicada en Anales Gráficos apenas unos meses después –en enero
de 1931–, fue en cambio una traducción del francés a partir de su publicación en
la revista Arts et métiers graphiques, 20 realizada por Juan Jané, profesor de
tipografía del Instituto.
"Lo que es y lo que quiere la «Nueva Tipografía»", Anales Gráficos, a. XXII, nº 1, enero 1931
Junto con la propuesta conceptual del nuevo movimiento, iban a conocerse a través
de Anales Gráficos ejemplos de puestas tipográficas innovadoras que buscaban
inspirar a los tipógrafos locales, si bien la adopción de la nueva ten-dencia no iba a
ser inmediata ni exenta de resistencia por parte de la tradición gráfica.
14
Cubiertas de Anales Gráficos, a. XXII, nº 3, 4, 6 y 7 de marzo, abril, junio y julio1931
En algunas de las tapas aparecen íconos por excelencia de las artes gráficas
históricas —la prensa manual, los tampones de entintado—, pero reinter-
pretados a partir de las nuevas formas modernistas: síntesis geométrica, con-
traste, contrapunto de planos en positivo-negativo.
15
En otros casos, se utiliza tipografía dibujada con figuras geométricas básicas
tipo stencil, un recurso utilizado en forma recurrente para títulos de ediciones y
afiches de la época que asimilaba las propuestas geométricas de algunas
versiones del modernismo de comienzos de siglo, así como de desarrollos
posteriores realizados en la escuela Bauhaus.21 Las tapas “esencialmente tipo-
gráficas”,22 realizadas por alumnos del Instituto, proponen composiciones con
la utilización de tipografía y misceláneas tipográficas, que si bien son de factura
simple, evidencian una actitud de mayor experimentación y búsqueda formal a
partir de los propios recursos técnicos, en sintonía también con la estética de
síntesis geométrica que caracterizaba el abordaje de la moderna "Nueva
Tipografía". La misma reseña en la revista las valora de ese modo:
21
Un ejemplo de este diseño de fuentes es el creado entre 1928 y 1931 por Josef Albers,
profesor de la escuela. Véase Roxane Jubert, op. cit., p. 213.
22
Anales Gráficos, Buenos Aires, año XXIII, n.º 8 (agosto 1932): 10.
23
Idem.
16
En esta etapa también se destacan algunos números especiales en los que se
aprecia la producción propia en los talleres del Instituto, tales como aquellos
“diagramados y compuestos” íntegramente por alumnos, o los que reseñan a
modo de anuario el trabajo del año escolar. En noviembre de 1935 la edición
completa fue diagramada y compuesta por los alumnos de los 2º, 3º y 4º cursos
de tipografía. En los interiores aparecen experimentaciones tipográficas reali-
zadas tanto en ejercicios de clase, como en la misma diagramación de las
páginas de la revista; entre ellos se nota un interés por hacer más compleja la
grilla editorial, para obtener mayor variedad de puestas en página. En este
período se comienzan a suceder cambios en la diagramación, el diseño del
paginado y los recursos tipográficos, que evidencian interesantes búsquedas y
experimentaciones gráficas.
Anales Gráficos, páginas interiores a. XXVI, nº 11, noviembre 1935, pp. 14-15.
17
Las tapas también muestran estas búsquedas, muchas de ellas realizadas por
alumnos o por los mismos socios participantes de los concursos que propone la
revista. Ése fue el caso de las tapas para el año 1939, que reproducen los
primeros premios del concurso de cubierta convocado el año anterior, y que
constituyen un elocuente muestrario de las experimentaciones gráficas desarro-
lladas en el ámbito del IAAG.
18
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Palabras en libertad.
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Lázló Moholy-Nagy
La nueva tipografía.
Tipofoto.
El Lissitzky
Topografía de la tipografía.
Nuestro libro.
Walter Dexel
¿Qué es la nueva tipografía?
Cassandre
Charles Loupot
Otro importante diseñador gráfico que dejó un legado significativo fue Charles
Loupot, quien históricamente pareció haber sido opacado por la figura de Cassan-
dre y quizás también porque nunca enseñó ni dejó sus ideas por escrito. (Su obra
es ahora conocida por una monografía editada en Francia en 1998), A pesar de que
la colaboración con Cassandre en Alliance Graphique L.C. no fue del todo prove-
chosa para Loupot, Cassandre siempre lo reconoció como su principal colega.
Loupot se estableció en Paris en 1923, el año en que Cassandre comenzó a ser
reconocido como un importante artista del afiche. En la década de 1910, asistió
a la emergencia del afiche moderno en Suiza, donde vivió algún tiempo. Es que
durante su juventud fue un gran viajero, vivió en varios países- España, Suiza y
otros- absorbiendo culturas diferentes. En 1913 inició sus estudios de pintura y
dibujo en la Ecole de Beaux Arts de Lyon. Después de haber luchado en la Pri-
mera Guerra, regresó a Lausanne donde se perfecciono en el arte de la litografía.
El primer afiche que mostró sus dotes de artista gráfico y marcó el inicio de su
carrera lo realizó en 1916 para una tienda departamental ( siguiendo el ejemplo
de Cassandre para Au Bucheron). Fiel a las características de la publicidad de fines
del siglo XIX, atribuyó un papel central a la figura femenina y más raramente a
los hombres y niños. Aparentemente en sus años de formación, Loupot trabaja-
ba directamente para el impresor con escaso contacto con el cliente. Los diseños
realizados en Suiza fueron trabajos de transición que se ubican entre el afiche
heredado del siglo XIX y una gráfica nueva, más estilizada y personal. Lo más
atractivo de su carrera fueron las piezas diseñadas en Paris entre 1923 y 1950.
Como sus pares Cassandre y Loupot, Jean Carlu fue una activa figura en el rena-
cimiento del afiche en los años 20. También estudiante de Bellas Artes, manifestó
hacia 1918 su interés por el diseño gráfico, actividad que inició en el dominio de
la publicidad y la ilustración bajo la influencia del Cubismo y el trabajo de Leo-
netto Capiello. En sus comienzos, como casi todos sus pares, dibujaba y pintaba
sus afiches, pero hacia fines de los años 20, buscó nuevas formas y materiales
para sus publicidades: creó carteleras urbanas donde incorporó elementos metá-
licos en relieve (Discos 0déon) y signos lumínicos de neón (Cocina eléctrica, 1935).
Carlu, al igual que otros, que opinaban que los mensajes debían aumentar su
densidad y causar un impacto extraordinario, afirmó- probablemente inspirado
en las ideas de Albert Gleizes- que el “ afiche no se satisface solamente con atraer
el ojo del transeúnte. Debe impactarlo de modo tal que nunca lo olvide […] el
afiche debe ser una composición cerrada, que transmita ritmo solamente a través
de un sistema geométrico simple”.
Como pacifista comprometido con los valores humanos y sociales, Fundó en
Paris en 1932 la Oficina de Propaganda Gráfica para la Paz, que produjo un cierto
número de afiches a favor de acuerdos de paz y contra el armamentismo. El afiche
de 1932 “Por el desarme de las Naciones” es uno de sus trabajos más conocidos.
Como Cassandre, dio cursos de diseño gráfico en la Ecole Nationale des Arts
Décoratifs en Paris entre 1935 y 1937, cuando se consagró a la curaduría del pabe-
llón de publicidad de la Exposición Internacional de 1937. Tiempo después, tam-
bién al igual que Cassandre, viajó a EE.UU. donde organizó el Pabellón Francés
en la Exposición Internacional de New York en 1939. Permaneció en esa ciudad
hasta 1953 y si bien Carlu es un referente del diseño en Francia, su trabajo fue
mucho más apreciado en Norteamérica. Durante la II Guerra, produjo uno de
los mas conocidos afiches para la Oficina de Información de Guerra: America` s
answer! Production. De regreso a Francia en 1953, trabajó otros veinte años como
diseñador grafico en publicidad y como director de arte.
Otra de las figuras mayores del afiche en Francia entre 1920 y fines de 1930 fue
Paul Colin y quizás haya sido el mas productivo de todos ellos. Su repertorio gra-
fico y pictórico es similar al de sus contemporáneos y sus afiches se consagraron
a la danza, los espectáculos de variedades, obras teatrales, ballets, cine, un elenco
de temas lejano a los artículos de consumo o los productos industriales.
El afiche de La Revue Nègre de 1925, lo consagró como “afichista”. Influen-
ciado por el Cubismo, como la mayoría de su generación, la imagen tiene un
papel central en sus composiciones mientras que el texto tiene un lugar menos
preponderante, ubicado usualmente una banda alargada en uno de los bordes
del afiche. ///
Montaje
sionismo)}, de los fragmentos d,e r~alidad (un trozo de nomía, altivos, con chistera y paraguas, y en segundo pla~
cesta, un papel pintado) y la «abstracción» de la técnica no dos militares, uno de los cuales lleva una bandera con
cubista con la que se, tratan los objetos representados. la cruz gamada. -Inscriptio: «¡Alemania todavía no está
'Este contntste' constituye sin duda un interés prioritario perdida!»; subscriptio: «fiLa socialización avanza! h~ 11,
para ambos artistas, cosa que podemos reconocer también ti
escrito los social" demócratas en un cartel, y lo han de..
en los cuadros de la época ,que renuncian a la técnica dei cidido: los socialistas son muertos a tiros [ .. J.» Xl ;Hay
montaje?6
que destacar tanto el sentido político obvio como el mOMO
En el intento de determinar las intenciones de efecto 'm ento antiestético que caracterizan a los montajes ~e
estético, que se pueden percibir sólo en el cuadro-mon- Heartfield. En cierto sentido el fotomontaje está próximo
taje, hay que proceder con mucho cuidado. Evidentemente, al cine, no sólo porque ambos utilizan la fotografía, sino
pegar papeles de periódico en cuadros supone un mow también porque en ambos casos se disfraza o al menos
lTIento de provocación, aunque no debemos sobreestimar- ha es evidente el hecho del montaje. Esta razón separa l
1
10 pues al' fin y al cabo los fragmentos de realidad están por principio, el fotomontaje del montaje de los cubistas
al servicio de una composición estética de figuras, y bus- o del de Schwitter.
can un equilibrio de los elementos concretos como volú- Naturalmente, las observaciones precedentes no pre~
menes, colores, etc. Podemos hablar fácilmente de una tendían agotar el objeto (el collage cubista o el foto-
intención reprimida: ,se trata de destruir las obras orgá~ montaje de Heartfield), sino sólo mostrar el empleo del
l1icas que pretenden reproqucir la realidad, pero 'no me- concepto de montaje. En el marco de una teoría de la
diante un cuestionamiento del arte en general como en vanguardia no interesa la acepción cinematográfica de
los movimientos , históricos de vanguardia. El intento este concepto, porque viene dada por el medio. El foto M
apunta a la creación de objetos estéticos que pres'cindan'" montaje tampoco ayuda a resolver la cuestión, porque
de los criteríos tradiciona~es. ocupa un lugar intermedio entre el montaje cinematográ-
Un tipo completamente distinto de montaje lo dan fico y el cuadro-montaje, y lo más común es que oculte
los' fotomontajes de Heartfield que no son esencialmente "
objetos, estéticos,' sino conjuntos de imágenes. 'Heartfield )'t Juego de palabras. Blech, en alemán; sigl1ifica tanto hoja-
ha reéuperado ,la vieja técnica de y la ha
los'' 'eml;lemas lata como disparate. (N. del l.) ,
** Partido Socialdemócrata Alemán. (N. del t.)
26. Cf., por ejemplo, Un Violón (1931), de Picasso, en el Mu~
27. John Hearttield Dokumentation [Documentación sobre
seo de Arte de Berna. John Heartfield]1 editada por el grupo de trabajo Hearfield, Ber-
lín (Neue Ge;sellschaft für bildende Kunst), 1969/1970, pp. 31 Y 43.
138
139
el hecho del montaje. Una teoría de la vanguardia tiene El problema de una técnica pictórica que ha sido acep-
que partir del concepto de montaje tal y como queda im~ tada por el siglo no se puede resolver reduciéndolo a una
plicado en los primeros collages cubistas. Lo que distin- cuestión de ahorro de esfuerzo superfluo;29 en cambio, los
gue a éstos de las técnicas de pintura desarrolladas desde argumentos de Adorno sobre el significado del montaje en
el renacimiento, es la incorporación de fragmentos de rea- el arte moderno proporcionan un importante punto de
lidad a la pintura, o sea, de materiales que no han sido apoyo para la comprensión del fenómeno. Adorno observa
elaborados por el artista. Con ello se destruye la unidad lo revolucionario (y aquí puede ser oportuna una metá~
de la obra como producto absoluto de la subjetividad del fora tan gastada) de los nuevos procedimientos: «~a apa~
artista. El pedazo de cesta que Picasso pega en un cuadro rIenda de que el arte está reconciliado con la experiencia
puede ser elegido teniendo en cuenta una intención de heterogénea por el hecho de representarla debe romperse,
composición; como pedazo de cesta sigue formando parte mientras que la obra literal, que admite escombros de la
de la realidad, y se incorpora al cuadro tal cual es, sin experiencia, sin apariencia, reconoce la ruptura y alcanza
experimentar cambios esenciales. De esta manera, se vio- una función distinta para su efecto estético» (JíT, p. 232).
lenta un sistema 'de representación que se basa en la re~ La obra de arte orgánica, elaborada por la mano del hom-
producción de la realidad, es decir, en el principio de que bre y que no obstante se pretende naturaleza, presenta un
el artista tiene como tarea la transposición de la realidad. cuadro de reconciliación entre el hombre y la naturaleza.
~os c\lbi~t.as no se contentan, es verdad -como haría un Lo característico de las obras inorgánicas que trabajan
poco más tarde" Duchamp- con exhibir un mero fFag-
mento de la realidad, pero renuncian a la total constitu- contexto las reflexiones de S. EISENSTElN! «Para sustituir el "re-
ción del espacio del cuadro como un continuo.28 • flejo" estático de un acontecimiento, dado necesaTÍámelite"por el
tema y la posi5ilidad de-su" 'soliid6ii .únicamente a través de con- ....
28. J. WISSMANN, que ofrece una útil panorámica sobre la utili- secuencias lógicamenté vinculadas 'a "tal"acpntechniento,_aparece'
zación de la técnica del collage en la pintura moderna, resume así " l,ll1' nuevo procedimiento artístico: el libre montaje de influencias
el efecto del collage cubista: «las partes que señalan la ioealidad» (atracciones) independientes, conscientemente seleccionadas (con
tienen la misión de «hacer I~gibles para el observador los signos efectos más allá de la composición presente y de la escena~sujeto),
pictóricos que han devenido no objetuales», Con ello no se per~ pero con una intención exacta sobre un determinado efecto temá-
sigue ningún ilusionismo en el sentido vigente hasta entonces; ({en tico final» (Die Montage der Attraktionen [ ... ] [El m.ontaje de
su lugar se alcanza un extrañamiento que juega de una forma atracciones], en «Asthetik und Kommunikation», núm. 13 [diciem-
muy diferente con la oposición de arte y realidad», con 10 que las bre de 1973]) .p. 77); al respecto también Karla HIELSCHER, S. M.
contradicciones entre lo pintado y lo real son «disueltas por su Eisensteins Theaterarbeit beim Moskauer Proletkult (1921·1924)
observador» (<<Collagen ocler die Integration von Realitat im (El trabajo teatral de Eisenstein en la cultura proletaria mosco-
Kunstwerk» (<<El colIage o la integración de la realidad en la vita], en «Asthetik und Kommunikation», núm. 13 (diciembre de
obra de arte»], en Immanente Asthetik. Asthetische Reflexion [ ... ] 1973), pp. 68 y ss.
[Estética inmanente. Reflejo estético] [Poetik Ll11d 1-1 e1'meneu.- 29. ef. Herta WESCHBR, Die Collage. Geschichte cines küstleri-
tik , 2], Munich, 1966, pp. 333 y ss.). Aquí se aborda el coltage schen Ausdrucksmittels (El collage. Historia de un medio de ex-
desde el punto de vista de la «estética inmanente»; se trata de la presión artístico], Colonia, 1968, p. 22, que explica la introducción
cuestión de la «integración de la realidad en la obra de arte». Este" del collage por Braque como el deseo de «evitarse el fatigoso pro-
extenso artículo apenas dedica una página al fotomontaje de ceso de pintar». Una breve presentación de la evolución del colla-
Hausmann y Heartfield. Pero, precisamente, éstos habrían ofrecido ge,
en la que se insiste, con razón, en los cambios de significado
la posibilidad de probar si necesariamente se produce en el colla- de esta técnica, es la ofrecida por E. ROTERS, «Die historische Ent~
ge esa «integración de la realidad en la obra de arte», si el prin- wicklung der Collage in der bildenden Kunst» [«El desarrollo
cipio del collage no se opone más bien a una tal integración, po- histórico del collage en las artes plásticas» J, en Prinzip Collage
sibilitando asi un nuevo tipo de arte comprometido. Cf. en este (Principio collage], Neuwied/Berlín, 1968, pp~ 15-41.
140 141
sobre el principio del montaje consiste, para Adorno, en atribuye determinaciones semánticas permanentes a los
que ya no provocan la apariencia de reconciliación. En procedimientos.
tal caso, podríamos asentir al estudio de Adorno aun cuan· Así pues, debemos tratar de separar, en las investiga-
w
do no compartamos la totalidad de la filosofía que lo sUS ciones de Adorno, sus hallazgos en la descripción del
tenta. JO La obra de arte se transforma esencialmente al fenómeno del significado estricto que les atribuyó. Una
admitir en su seno fragmentos de' realidad. Ya no se trá.ta de sus definiciones del montaje es la siguiente: «La nega-
sólo de la renuncia del artista a la creaci.ón de cuadros ción de la síntesis es el principio de creación» (.ii.T, p. 232).
w
completos; también los cuadros mismos alcanzan un sta La negación de la síntesis expresa para la producción es-
tus distinto, pues una parte de ellos ya no mantiene con téticá lo que para el efecto estético se llama renuncia a la
la realidad las relaciones que caracterizan a las obras de reconciliación. Aplicando una vez más los descubrimien-
arte org.ánicas: no remiten com.o signo a la realidad) sinó . tos de Adorno a los collages cubistas, podemos decir que
que' son realidad. . . en éstos se aprecia un principio de construcción, pero no
. No está muy "claro que pueda atribuirse, como hace una síntesis en el sentido de unidad de significado (pién-
Adorno, un significado político al procedimiento del mon· sese en el contraste entre «ilusionismo» y «abstracción» al
taje. «El arte quiere confesar su impotencia frente a la que nos referíamos antes ).32
totalidad del capitalismo tardío e inaugurar su abolición» Cuando Adorno interpreta la negación de la síntesis
(JiT, p. 232). Sin embargo, el lnontaje 10 han aplicado como negación de sentido en general (.ii.T, p. 231), conviene
tanto los futuristas italianos, de los que no se puede pre·
w
sumir en absoluto una voluntad de suprimir el capitalis 32. W. ISER ha tratado del montaje en la lírica moderna en
mo, como los vanguardistas rusos posrevolucionarios que {(Image und Montage. Zur Bildkonzeption in der imagistischen
'~e esforzaron por la construcción de la sociedad socialisw Lyrik und Ín T.S. Eliots"Waste Land"» [«Imagen y montaje.So-
tao Atribuir un significado estricto a un procedimiento es bre la concepción representativa en la lírica de imágenes · y en
problemático por principio. Parece más acertada la alter- "Waste Land" de T. S. Eliot], en Immanente Asthetik und ásthe-
tische Reflexion [ ... ] (Poetik un.d Hermeneutik, 2), Munich, 1966,
nativa de Bloch, que supone que un procedimiento puede pp. 361 w393. Partiendo de una determinación de la representación
tener efectos distintos en contextos históricos diferentes, poética como «reducción ilusionarla de la realidad» (la represen-
y distingue así entre «(montaje inmediato» (el del capita- tación devuelve a la vista un único momento del objeto), Iser
lismo tardío) y «montaje mediado» (el de la sociedad señala como montaje repres~ntativo la reunión (la superposición)
de imágenes que se refieren al mismo objeto. Describe su efecto
socialista).31 Aunque las definiciones que Bloch da del de la forma siguiente: «El montaje de imágenes destruye sufi-
montaje sean a veces poco claras, queda patente que no nitud ilusionaría y supera la confusión de fenómenos reales con
la forma en que los vemos. Las lfimágenes" que interfieren ofre-
cen entonces la irrepresentabilidad de 10 real como una plenitud
30. Sobre la relación entre la teoría estética de ADORNO y la de puntos de vista extraños, los cuales, precisamente por su ca-
filosofía de la historia desarrollada en la Dialektik der Aufkliir- rácter lndividuaI, pueden ser producidos en número indefinido»
ung [Dialéctica de la Ilustración], Amsterdan, 1947, cf. Th. BAU- (id., p. 393). La «irrepresentabilidad de 10 real» no es el resultado
MEISTERjJ. KULENKAMPFF, Geschichtsphilosophie und philosophi~ de una interpretación, sino el hecho descubierto por el montaje
sche Asthetik. Zu Adornos «Asthetischer Theorie» [Filosofía de de imágenes. En vez de preguntar por qué aparece la realidad
la historiá'y estética filosófica. Sobre la «Teoría estética» de Ador- como irrepresentable, al intérpr.ete se le muestra esa irrepresen-
no], en «Neue Hefte für Philosophie», núm. 5 (1973), pp. 74-104. tabilidad como algo cierto e incuestionable. Iser adopta así la po-
31. E. BLOCH, Erbschaft dieser Zeit [El legado de este tiem- sición contraria a la teoría del reflejo; incluso en las imágenes
po], edición ampliada. Gesammausgabe [Obras completas], 4, de la lírica tradicional cree descubrlr la ilusión realista (<<la conw
Francfort, 1962, pp. 221·228. fusión de fenómenos reales con la forma en que los vemos»).
142 143
recordar que incluso la negación ele sentido es una ma- ,pretación anticipadora del todo que de este modo es co~
nera de dar sentido. Tanto los textos automáticos de los , rregida a su vez. La suposición de una necesaria armonía
surrealistas como el Paysan de París de Aragon y el Nadja entre el sentido de las partes y el sentido del todo es
de Breton, podemos entenderlos como resultados de una condición básica' en este Üpo 'd e "recepdoIL34 ' Esta-·supo. '
técnica de montaje. De hecho, los textos automáticos se sición -que es el rasgo decisivo de las obras de arte
caracterizan superficialmente por una destrucción de las orgánicas- ya no rige para las obras inorgánicas. Las"
relaciones de sentido; pero cabe también una interpreta- partes se «emancipan» de un todo situado por, encima de
ción que reconozca un significado rela ti vamente consis- ellas, al que se incorporaban como componente necesario.
tente, aunque no ya sujeto a la búsqueda de conexiones ¡>_e~6 esto quiere decir que las partes carecen de nécesi-
lógicas, sino aplicado al procedimiento constitutivo del ,d.ad. En un texto automático, donde las imágenes se
texto. Se puede decir algo similar acerca de la serie de suceden, podrían omitirse algunas de éstas sin que el texto
acontecimientos aislados con los que comienza Ncidja de cambiara esencialmente. Esto vale también para los su-
Breton. No existe entre ellos ningún vínculo narrativo cesos narrados en Nadja. La inclusión de nuevos sucesos
por el que los últimos supongan la narración lógica de los similares, como la eliminación de algunos de los que se
precedentes; pero los sucesos están vinculados de otro narran, !la producirían cambios esenciales. Cabría pen-
modo: todos se desprenden del rhismo modelo estructuraL sar, incluso, en una transposición. Lo decisivo-no son los
Con palabras del estructuralismo, diríamos que el vínculo sucesos en su singularidad, sino el principio de construc-
es de naturaleza paradigmática, no sintagmática. Mientras ción que está en la base de la serie de acontecimientos. '
J
que el modelo estructural sintagmático la oración, se ca- Naturalmente todo esto tiene consecuencias esenciales
racteriza por tener un fin -sea lo larga que sea-, el mo- para la recepción. El receptor de las obras de vanguardia
delo estructural paradigmático, el discurso} es eminente- descubre que el método de apropiación de objetivaciones
mente inconcluso. Esta diferencia esencial también da intelectuales que se ha formado para las obras de, arte
lugar a dos modos distintos de recepción.33 orgánicas es ahora inadecuado. La obra ,de vanguardia no
La obra de arte orgánica está construida desde el mO- produce una impresión general que permita una interpre-
delo estructural sintagmático: las partes y el todo forman" Úición del sentido, ni la supuesta impresión puede acla-
una unidad dialéctica. El círculo hermenéutico describe r~rse dirigiéndose a las partes, porque éstas ya no 'están
la lectura adecuada: las partes sólo están en el todo de la 34. Sobre el circulo hermenéutico, cf. H. G. GADAMER, Wahr~
obra, y.éste a su v.e~z se entiende únicamente por las par~ heit und Methode. Grundzüge einer philosophischen H ermeneutik
tes. La lnterpretaclon de las partes se rige por una inter~ [Verdad y m.étodo. Fundamentos de una hermenéutica filosóficaJ,
2a. ed., Tubmga, 1965, pp. 275 y SS., Y J. HABERMAS, Zur Logik
33,. La aplicación de las categorías de paradigma y sintagma der Sozialwissenschaften. Materialen [Materiales sobre la lógica
a .Na¡da de Breton es el aspecto más convincente del trabajo de de las ciencias sociales] Cedo Suhrkamp, 481), Francfort , 1970, pá-
GIsela STEINWACHS (Mythologie des Surrealismus oder die Rück~ ginas 261 y ss. M. WARNKE muestra cómo la dialéctica de la parte
verwandlung von Kultur in Natur. Bine strukturale Analyse van y el todo en la interpretación de una obra puede degenerar en un
Bretons «Nadja» [La mitología del surrealismo o la devolución retículo interpretativo «que cumpla siempre con la autoridad ili-
de la cultura a la naturaleza. Un andlisis estructur~l de ({Nadja» mitada del todo frente a lo individual» (<<Weltanschauliche Motive
de Br~ton] [S~mmlung Luchterhand, 40; collection Alternative, 3], in der kunstgeschichtlichen PopuUirliteratur» [«(Motivos ideológi-
NeuwIed/B~r1I?' 1971, cap. IV). El defecto del trabajo consiste cos en la literatura popular histórico-artística»]), en su (como edi-
en :rue s~ h~:ta a busc~r analogías entre motivos surrealistas y t or), Das Kunstwerk. zyvischen Wissenschaft und Weltanschauung
vanos pnnCIpIOS surreahstas, cuyo valor de conocimiento es cues~ [La obra de arte entre la ciencia y la ideología], Gütersloh, 1970,
tionable. pp. 88 Y ss./ Y aquí, p. 90.
144 145
10
subordinadas a una intención de obra. Tal negación de es esperado. Las violentas reacciones del público ante la
sentido produce un shock en el receptor. J::sta es la reac- mera entrada en escena de los dadaístas son prueba de
ción que pretende el artista de vanguardia, porque espera'" ello; el público estaba preparado para el shock por los
que el receptor, privado del sentido, se cuestione su par- relatos periodísticos, lo esperaba. Un shock de esta índole,
ticular 'p raxis 'vital y"'se plantee la necesidad de transfor- casi institucionalizado queda muy lejos de repercutir sOw
l
·inada...El .shock se busca como estímulo para un camb~o bre la praxis vital de los receptores; es «consumido}).
de conducta; es el medio para acabar con la inmanencia Lo que queda es el carácter enigmático del producto,
estética e iniciar una transformación de la praxis vitaT su resistencia contra el intento de captar su sentido. El
de los receptores.3S . receptor no se puede resignar sencillamente a describir
La problemática del shock, como pretendida reacción el sentido de una parte de la obra; intentará entender el
de los receptores, es su carácter inespecífico. Aceptando propio carácter enigmático de la obra de vanguardia.
incluso que se pueda conseguir la ruptura de la inmanen~ Para ello ha de situarse en otro nivel de la interpreta-
cia estética, de ésta no se deriva una determinada tenden- ción. En lugar de pretender captar un sentido mediante
cia en los posibles cambios de conducta de los receptores. las relaciones entre el todo y las partes de la obra, tratará
La reacción del público frente al comportamiento dadá de encontrar los principios constitutivos de la obra, a fin
es característica como respuesta inespecífica. El público de encontrar en éstos la clave del carácter enigmático de
contesta a la provocación de los dadaístas con un furor ' la creación. As~ pues, la obra de vanguardia. provocª en el
ciego.36 Apenas se dan cambios de conducta en la praxis r:~ceptor una ruptura análoga · al carácter rompedor .(la
vital de los receptores; in~luso debemos preguntarnos .si iriorganicidad) de la creación, Entre la experiencia, regis..
la provocación no refuerza más bien las actitudes vigen- trada por el shock, de la inconveniencia del modo de
tes que se expresan notoriarrlente en cuanto se les da oca- recepción formado en las obras de arte orgánicas 1 y el
sión.37 La estética del shock plantea un problema más: la esfuerzo por una comprensión del principio de construc-
posibilidad de mantener a la larga un efecto similar. Nada ción, se produce una fractura: la renuncia a la interpreta-
pierde su efecto tan rápidamente como el shock, porque ción del sentido. Una transformación decisiva para el de-
su esencia consiste en ser una experiencia extraordinaria. sarrollo del arte, provocada por los movimientos históri~
Con la repetición se transforma radicalmente. El shock cos de vanguardia, consiste en ese nuevo tipo de recepción
nacido con el arte vanguardista. La atención de los recep-
35. Sobre el problema del shock en la modernidad,' cf. las su- tores ya no se dirige a unsentido de la obra captable ·en
gestivas observaciones de W. BENJAMIN, que sin embargo preten- la lectura de sus partes, sino al principio de construc-
dían probar su potencia (<<úber eínige Motive bei Baudelaire» ción. Este tipo de recepción insta al receptor a aceptar
[«Sobre algunos temas en Baudelaire»], en sus Il1uminationen que la parte, que en la obra de arte orgánica era necesaria
[Iluminaciones]. Ausgewllhlte Schriften [1] [Obras escogidas, 1]), por su contribución a la constitución del sentido de la
editado por S. Unseld, Francfort, 1961, pp. 201-245, y aquí l'P. 206
y siguientes. totalidad de la obra, en la obra de vanguardia consta sólo
36. ef. al respecto, la presentación de R. HAUSMANN, ágil y" es- como simple relleno de un modelo estructural.
pecialx;nente valiosa por su documentación, en Am Anfang war Hemos tratado de reconstruir genéticamente la rela-
Dada" [En el principio era el dadd] , editado por K. Riha y ción entre la obra de arte de vanguardia y el método for-
G. Kampf, Steinbach/Gie en 1972.
37. La teoría del distanciamiento de Brecht será un intento mal de la ciencia del arte y la literatura, ya que' hemos
consecuente de superar el efecto inespecífico del shock y reco- interpretado éste como reacción de los receptores frente
gerlo a la vez de forma didáctica. a las obras de vanguardia que se sustraen a los procedi-
146 147
mientos de la hennenéutica tradicionaL En este intento pensarse todavía en una unidad precaria. Para la recep~
de reconstrucción hay que destacar especialmente la rup· ción, esto significa que la obra de vanguardia también
tura entre los métodos formales (que atienden a los pro· debe comprenderse al modo de la hermenéutica (es deci~¡
cedimientos) y la interpretación de sentido pretendida por como totalidad de sentido), sólo que la unidad ha aSUlUl-
la hermenéutica. Semejante reconstrucción de una rela- do la contradicción. La annonía de las partes ya no cons-
ción genética no debe malinterpretarse, sin embargo, en tituye el todo de la obra que consiste, ahora, en la cone-
el sentido de asignar a un determinado tipo de obra un xión contradictoria de partes heterogéneas. Los movimien-
determinado método científico, a las obras orgánicas el tos históricos de vanguardia no exigen una mera su.~titu
hermenéu tÍCo y a las de vanguardia el formal. Tal asig- ción de la hermenéutica por el procedimiento formal, ni
nación sería contradictoria con nuestra argumentación. quehagamos de ésta, en adelante, un procedimiento in-
La obra de vanguardia obliga, desde luego, a un nuevo tuitivo de comprensión; la hermenéutica debe transfor-
tipo de comprensión, pero ni éste se aplica únicamente marse en correspondencia con la nueva situación históri-
a la obra de vanguardia ni por tanto desaparece, sin más, ca. El método de análisis formal de obras de arte adquie-
la problemática hermenéutica de la comprensión. Lo que re gran importancia en el seno de una hermenéutica críti-
sucede lnás bien es que, en base a la transformación esen- ca, a medida que la subordinación de las partes al todo
cial en el ámbito del objeto, se "llega también a un cambio eh que se apoyaba la interpretación de la hennenéutica
estructural del procedimiento. de aprehensión científica tradicional se ha revelado en función de una estética clá-
del fenómeno artístico. Hay que suponer que este proceso sica. Una hermenéutica crítica, en lugar del teorema sobre
de oposición de los métodos fonnal y hermenéutico. pre· la necesaria armonía de los todos y las partes, establece-
cede al momento de la superación de ambos, en el sentido rá la investigación de las contradicciones entre los niveles
hegeliano del término. Me parece que la ciencia de la li· de la obra YI de esta forma, deducirá en primer lugar el
teratura debe detenerse hoy en este punto.38 sentido del todo.
La causa de la posibilidad de una síntesis de los pro-
cedimientos formal y hermenéutico es la suposición de
que la emancipación de las partes, incluso en la obra de
vanguardia, no desemboca nunca en una completa esci-
sión del todo de la obra. Incluso donde la negación de la
síntesis se convierte en el principio de creación, podría
148 149
Jean-Michel Palmier
John Heartfield,
artista y militante
Fascismo y arcaísmo
Nazismo y vanguardia
Bajo el nazismo, el tratamiento del cuerpo, tanto en el arte como en la vida real,
articulaba doctrinas de teoría racial, creencias acerca de los roles femeninos y
masculinos, y conceptos sobre la unidad orgánica del estado- nación. Los ideales
de la belleza corporal fueron la premisa del pintor Ivo Salinger en El Juicio de Paris
(1939) que retoma un viejo tema del arte occidental. Paris, un mortal, es llamado a
pronunciarse en un juicio que premia con una manzana de oro a la diosa desnuda
más bella. Históricamente, este tema permitía a los artistas mostrar sus habilida-
des en la concepción de las formas femeninas . En esta instancia, la palidez, las
proporciones clásicas de los cuerpos, pueden ser juzgadas como características
de la raza “aria”; la pintura relaciona las teorías nazis que identifican varias cua-
lidades de la superioridad Aria, siendo la raza aria juzgada como la más lúcida,
creativa, etc. Entre esas cualidades, la supuestamente superior belleza física fue
tomada como la evidencia más definitoria de su natural supremacía. Estas creen-
cias dieron lugar a prácticas de inspección de las que fueron objeto millones de
personas. El examen burocrático de los antepasados familiares en busca de un
linaje judío, el diagnóstico médico de enfermedades mentales o discapacidades
físicas, y la evidente persecución de la homosexualidad fueron utilizados para
etiquetar a la gente como enemigos de la raza superior. En este contexto, y dentro
del estricto marco de la ideología nazi, las obras de arte que intencionalmente
promovían el concepto de la belleza aria y que excluían la “ fealdad” y la “ impu-
reza” se convertían en cómplices activos de la practica de exclusión y exterminio
de los “ no arios” – judíos, razas eslavas-
En 1936, los Juegos Olímpicos de Berlín proporcionaron la oportunidad para
que el régimen pudiera adaptar sus mítines masivos en un espectáculo político
para el consumo de audiencias internacionales. Leni Riefensthal fue la encargada
de filmar los juegos para su película Olympia que se dividió en dos partes: Festival
de las Naciones y Festival de la Belleza. En ambas se testimonia el culto nazi al poder
y a la belleza física. Desnudos femeninos y masculinos, atletas “griegos”, emer-
gen como estatuas clásicas de un paisaje arcaico, prenden la llama olímpica, que
es místicamente transportada a través del tiempo y el espacio desde las montañas
de Grecia hasta el Estadio de Berlín.
Las interpretaciones fascistas del cuerpo humano apoyaron la metáfora del
cuerpo como un modelo del estado. Como partes del cuerpo, cada parte del esta-
do debía operar en armonía, pero no en igualdad. Como la cabeza poseía un po-
der sobrenatural, del mismo modo el gobierno tenía poder sobre los ciudadanos.
Imágenes de los
“trabajadores”