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Universidad del Salvador

Facultad de Psicología y Psicopedagogía

Asignatura: Introducción al Conocimiento Científico

Comisión: 1° L

Profesora: Silvia A. Fioravanti

Integrantes:
• Costa, Agustina
• Echevarne, Luisina
• Lapidoth, Milagros
• Montanari, Sofía
• Mora Young, Agustina

Fecha de presentación: 19 de junio


Índice

Resumen....…………………………………………………………………………………..3
Palabras claves……………………………………………………………………………….3
Introducción………………………………………………………………………………… 3
Materiales y métodos………………………………………………………………………...7
Resultados…………………………………………………………………………………...8
Discusión……………………………………………………………………………….......10
Referencias…………………………………………………………………………...…….11

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La esquizofrenia ¿afecta el desarrollo intrapersonal o interpersonal de la persona?

Resumen: en este trabajo se llevara a cabo una investigación acerca de la esquizofrenia y


como esta enfermedad afecta en los distintos aspectos de la vida del paciente. Teniendo en
cuenta su definición, características, clasificación y como se ven reflejados estos conceptos
en cuanto al arte, la inteligencia, la cognición social y la familia. Para ello se recurrió a fuentes
confiables como libros, revistas científicas, enciclopedias y trabajos de investigación ya
existentes. A partir del análisis de estos, se llegó a afirmar la importancia y diferencia que
existe entre una persona que padece esta enfermedad y otra que no, llegando a la conclusión
de que un esquizofrénico puede obtener un mejor pronóstico, pero nunca alcanzara una vida
similar a una persona que no padezca dicha enfermedad.

Palabras clave: art brut, cognición, familia, síntomas, clasificación, comunicación,


inteligencia.

Introducción:
En una investigación sobre la etiología de la Esquizofrenia (Argel Aguilar-Valles,
2011) se la definió como un trastorno mental que afecta aproximadamente al 1% de la
población mundial (prescindiendo de las diferencias relacionadas con las razas, los tipos de
civilización y el estado social). Está caracterizada por episodios psicóticos, en los cuales los
individuos presentan alucinaciones y/o delirios. A su vez, este trastorno involucra un fuerte
componente de disfunción social, falta de motivación y deficiencias cognitivas profundas.
También se define la esquizofrenia como una enfermedad psiquiátrica caracterizada
por un conjunto variable de síntomas que incluyen el delirio y las alucinaciones -conocidos
como los síntomas clásicos de la psicosis- la desorganización del pensamiento, síntomas
deficitarios de función cerebral como la reducción de las emociones, el lenguaje y la
motivación, la disminución en la función cognitiva, y cambios en tono muscular y actividad,
como en el síndrome catatónico. Los síntomas afectivos son muy comunes, particularmente
la depresión. La esquizofrenia generalmente comienza durante la adolescencia o la adultez
temprana y tiende a presentar un curso crónico fluctuante acompañado de incapacidad. La
prevalencia mediana de la esquizofrenia es 4.0 por 1000 (Gejman Pablo. V & Sanders Alan.
R, 2012).
La prevalencia de la enfermedad es igual en varones que en mujeres. La edad de
inicio suele ser más precoz en el varón (25-25 años) y en la mujer (25-35 años). También se
ha comprobado que en los varones el curso de la enfermedad es más grave, con más actividad
defectual. Es raro que la enfermedad aparezca antes de los 10 años y después de los 50.
Las características comunes se basan en la asociación de ideas y de la afectividad. Es
una desarmonía funcional entre la noopsique (parte intelectiva) y la timopsique (parte

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afectiva) (Bleuler, 1911). Según Jaspers en procesos irreversibles que modifican la
personalidad en su base; según Meyr en una adaptación patológica de la personalidad al
medio.
El comienzo de la enfermedad puede darse en forma aguda (buen pronóstico) o
insidiosa (mal pronóstico). En la primera, los síntomas aparecen en horas, o en pocos días,
lo que hace más sorprendente y aparatoso al cuadro clínico. En la segunda, se da
gradualmente, mezclándose con los rasgos de la personalidad premórbida.
La sintomatología se da en tres periodos de síntomas, el de inicio relacionado con los
síntomas de relación social, el periodo de estado relacionado con las conductas extravagantes
o desorganizadas, y el periodo intercritico.
Los síntomas de la esquizofrenia son: trastornos del pensamiento (disgregación,
perdida de la conexión lógica, decadencia mental), ideas delirantes, vivencias de
interpretación morbosa (de persecución, de grandeza), perturbaciones del lenguaje
(“ensalada de palabras”, verbigeración, énfasis en el hablar), trastornos sensoriales
(alucinaciones, ilusiones, especialmente supuestas voces, y también, en muchos casos, falsas
percepciones internas), perturbaciones en los movimientos (amaneramientos, catatonía,
flexibilidad cérea y estereotipias). Aparecen en primer término trastornos de la afectividad,
la voluntad y la personalidad: alteraciones diversas del estado de ánimo, ideas súbitas,
éxtasis, desatinos, apatía, perdida de la capacidad de contacto social, autismo, trastornos
esenciales de la personalidad total, sensación de ser ajeno a las vivencias propias, alternancia
de hiperexitabilidad y de indiferencia (que puede presentarse en relación con áreas diversas
de vivencias), escisión de la personalidad.
Los cuadros sintomáticos acostumbran a ser muy diversos y es frecuente que varíen
repetidamente en un mismo individuo. Las formas de la esquizofrenia reciben nombres
atendiendo al síntoma predominante o a la dimensión de la personalidad en que aparecen las
manifestaciones patológicas.
Las principales formas de la esquizofrenia son:
La esquizofrenia paranoide alucinatoria (incluyendo la paranoia y la parafrenia) es uno de
los subtipos más frecuentes, con trastornos de la percepción y el pensamiento y una base final
de demencia.
Está constituida por los síntomas siguientes: ideas delirantes relativas a otras personas
(delirio de ser observado, de persecución, de prejuicio) y el propio sujeto, delirio de
grandezas, de estar poseso, etc.; falsas percepciones (alucinaciones) especialmente auditivas
(el enfermo oye voces), pero también visuales y de sensaciones internas (fuerzas exteriores
le hacen daño en las vísceras), sensaciones anormales, principalmente sensaciones corporales
raras; sentimientos anormales, que pueden ser de intenso miedo o infelicidad, o formas de
sentimiento de carácter muy raro y normalmente desconocidas.
Es de comienzo más tardío, menos deterioro y mejor pronóstico.

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La esquizofrenia hebefrenia o desorganizada es una forma grave por la población joven a la
que afecta y el deterioro ulterior. Comienza con trastornos de la afectividad y voluntad.
Conduce con el tiempo a la demencia, con pensamiento desorganizado, inconexo, ideas
absurdas y lenguaje pobre. El deterioro se ve en el comportamiento infantiloide, dependiente,
siempre acompañado por un familiar.
La esquizofrenia catatónica cuenta con trastornos de los movimientos (estupor, excitación,
mutismo, ecosíntomas). Este subtipo es de comienzo temprano, curso crónico, con deterioro
social.
La esquizofrenia simple presenta un comportamiento abúlico, pensamiento pobre, lento,
tendencia al aislamiento y alogia. No tiene delirio ni alucinaciones. Importante actividad
defectual que empeora significativamente la actividad laboral o académica.
La esquizofrenia indiferenciada incluye las formas atípicas que no cumplen con los criterios
diagnósticos para las formas paranoide, catatónica y desorganizada, pero presenta síntomas
como ideas delirantes, alucinaciones, lenguaje desorganizado, comportamiento catatónico o
desorganizado y síntomas negativos (aplanamiento afectivo, alogia o abulia).
La esquizofrenia residual hace referencia a cuando existió por lo menos un claro episodio
sin que persistan síntomas psicóticos visibles.
El precursor de las clasificaciones tipológicas es Kraepelin. En la actualidad, las
clasificaciones se ajustan más a la descripción sintomatológica del paciente. Estos tipos se
resumen en tipo I y tipo II de la esquizofrenia. Los de tipo I se caracterizan por estar asociados
con los síndromes positivos, por tener una evolución irreversible y por una buena respuesta
a los neurolépticos (alucinaciones, delirios y otras producciones anómalas del
pensamiento).Los de tipo II están asociados a los síntomas negativos, no responden bien a
los fármacos y tienen una evolución crónica (deficiencia de la actividad mental; alogia,
autismo, abulia, apatía y deterioro de la tención).
En cuanto a la terapéutica, ocupan actualmente el primer lugar los psicofármacos y
tienen gran importancia el tratamiento psicoterapéutico y la terapéutica ocupacional.
A continuación, se abordara el tema del arte, y como llego a incorporarse en la
esquizofrenia, como forma de expresión, comunicación y a veces posiblemente terapéutico
en esta.

La psiquiatría mostró gran interés por el arte del demente, pues intentar entender al
paciente a través de las imágenes y formas artísticas resultó muy atrayente para muchos
artistas, entre ellos Jean Dubuffet. Este artista francés, buscador de un nuevo lenguaje
expresivo para el arte creo un nuevo concepto de arte, denominado “Art Brut” (arte bruto,
arte marginal o arte fuera de normas). Es un término empleado para definir el arte creado por
aquellos individuos que carecen de una integración a la sociedad.

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Las características de este arte se basaban en el rechazo de lo bello por lo grotesco e
irreflexivo, la negación de la coherencia y organización de las formas, la admiración por la
deformidad de los objetos, la libertad cromática, etc.

El lenguaje visual es una vía de comunicación importante para el ser humano. En la


comunicación entre el artista y el observador, estos pueden encontrarse mediante el lenguaje
de las imágenes.

Los esquizofrénicos son inundados por imágenes interiores, por asociaciones de


crecimiento excesivo y por impresiones exteriores intensas de las cuales nuestro lenguaje
cotidiano no ofrece las palabras adecuadas para describirlas. En esta situación la imagen
ofrece un mundo apartado, donde pueden dar forma no verbal a sus experiencias que les
acosan y que no tienen nombre. Los esquizofrénicos, por otra parte, no son suficientemente
capaces de influir de manera activa a su entorno y de actuar en esa realidad social común. Su
libertad de actuar está -más o menos- disminuida gravemente. Ahora bien, el pintar y el
dibujar significa la libertad de disponer del propio cuerpo y del material; significa la
capacidad de convertir el concepto interior en la realización visible. El espacio de la imagen
es más fácil tratarla que la realidad externa, a la que el enfermo diariamente se siente
amenazado. El paciente puede experimentar y verse como un sujeto activo, que decide y
actúa en un espacio simbólico y protegido. Al notar la abundante creatividad de los pacientes
esquizofrénicos, se toma interés sobre sus procesos mentales. Se descubrió que los
esquizofrénicos tienen un grado bajo de inteligencia, pero que algunas personas que fueron
diagnosticadas tarde poseían un alto grado de esta, aunque se fue deteriorando con el avance
de la enfermedad. Se plantea entonces como afecta la esquizofrenia en la inteligencia y los
procesos cognitivos del que la padece.

Una investigación llevada a cabo por el proyecto MATRICS, en el año 2003,


identifico siete ámbitos cognitivos críticos en los que los pacientes con esquizofrenia
presentan déficits: velocidad de procesamiento, atención/vigilancia, memoria de trabajo,
aprendizaje y memoria verbal, aprendizaje y memoria visual, razonamiento y solución de
problemas, y cognición social.
Se va a profundizar sobre la cognición social. Esta se refiere a conjunto de
operaciones mentales que subyacen en las interacciones sociales, y que incluyen los procesos
implicados en la percepción, interpretación, y generación de respuestas ante las intenciones,
disposiciones y conductas de otros.
Esta concepción hace de la cognición social el elemento clave para entender la
interdependencia entre cognición no social y conducta social. Y ha otorgado a la cognición
social un papel mediador o de puente entre la neurocognición y el funcionamiento social o
comunitario del individuo.

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Los componentes que se incluyen como partes de lo que es cognición social son:
procesamiento emocional, teoría de la mente, percepción social, conocimiento social y estilo
o sesgo atribucional.
El procesamiento emocional hace referencia a todos aquellos aspectos que están
relacionados con percibir y utilizar emociones.
La teoría de la mente es un término propuesto por Premack y Woodruff (1978) para
el componente de la cognición social que hace referencia a la capacidad para hacer
inferencias sobre los estados mentales de otros, como por ejemplo, intenciones, disposiciones
y creencias.
La percepción social se asocia a las capacidades para valorar reglas y roles sociales,
así como para valorar el contexto social.
El conocimiento social es la identificación de señales sociales típicas en una
determinada situación social. Es el marco de referencia que permite al sujeto saber cómo
actuar, cuál es su papel y el de otros actores en la situación, cuales son las reglas que por
convención se utilizan en esa situación y cuáles son las razones por las que se ve implicado
en esa situación social.
El estilo atribucional se relaciona con las atribuciones. Estas son las explicaciones o
razones que uno da a las causas de resultados positivos o negativos.
Establecidos todos estos conceptos, se partirá de esta base para la investigación de
cómo esta enfermedad o trastorno afecta la vida de las personas que lo padecen. Planteándose
las siguientes preguntas ¿Por qué el arte cumple una función fundamental para esta
enfermedad? ¿Influye por lo tanto en su relación con el entorno? ¿Cómo afecta la
esquizofrenia en la cognición y cognición social en las personas que la padecen? ¿En su
relación con la familia? En la hipótesis se sostiene que el esquizofrénico no es capaz de
llevar una vida regular, sea que esté en proceso de tratamiento o no. A lo largo del trabajo de
investigación, se indagará sobre estas cuestiones.

Materiales y métodos
Para la recolección de datos e información se recurrió a diversos trabajos de
investigación, artículos de revistas científicas, enciclopedias y libros. Principalmente del
libro “Las enfermedades mentales” de Walter Hugo Ghedin y “Psicoterapia en la
esquizofrenia” de Lewis B. Hill. También se consultó sobre el tema, con un profesional
especializado en neurología. De todas estas fuentes se fueron recopilando datos precisos para
obtener el resultado esperado de las preguntas formuladas para esta investigación.

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Resultados:
En cuanto al arte, el Art Brut ha contribuido al arteterapia algunas consideraciones de
que esta forma de expresión de los pacientes esquizofrénicos entable una manera de
comunicarse con el mundo exterior. De tal manera, la pintura le sirve como espejo al
esquizofrénico, en el cual se reconoce a sí mismo o a su mundo propio, a pesar de su
desfiguración. A través de él es capaz de expresar lo que no tiene palabras y solo puede ser
expresado por la creación. Así, la imagen pasa a ser automáticamente, aunque sea de forma
enigmática, para los demás. Porque el mundo preverbal de la creación, de los colores y de las
formas, es algo que tienen todos en común, a pesar de no hablar la misma lengua. La imagen
crea un puente al mundo de los enfermos, aunque sea compleja para ser entendida.
Por otro lado, la esquizofrenia influye en la cognición del paciente. Al producirse un
trastorno de pensamiento, la capacidad de atención y de trabajo disminuyen, por lo tanto, es
muy difícil que una persona con los síntomas de la esquizofrenia pueda llegar a abordar un
trabajo intelectual alto, pues sus procesos mentales son lentos y desequilibrados y no tienen
la capacidad suficiente para elegir.

Lo que sucede con esta enfermedad es que a medida que va avanzando y se va


agravando, comienza a degradar los procesos cognitivos de estas personas. Como lo es el
caso de John Nash, quien desde adolescente resuelve el teorema más complicado de
matemáticas e ingresa en la Universidad de Princeton. Antes de enfermar era un pensador
muy eficiente, era muy extraño pero muy creativo. No era muy convencional pero
sabía cómo conseguir lo que quería y creó algo de mucha importancia para la
comunidad matemática mundial. Cuando comienza a trabajar en una numerología, veía
unos ejemplos que para otros no tenían sentido. Ya no podía organizar su propio trabajo,
en otras palabras, perdió su eficacia.

Las personas con esquizofrenia sufren además deficiencias en cuanto a la cognición


social. Éstos tienen más dificultades que las personas sin enfermedad, en reconocer y
entender las expresiones faciales de emociones de otros. Por otro lado, también muestran un
deterioro en la capacidad para expresar emociones faciales.

Numerosos estudios han puesto de manifiesto que los pacientes tienen comprometida
su capacidad para inferir cuales son los estados mentales de otras personas, y para atribuirse
ellos mismos estados mentales o atribuirlos a otros. Esta carencia según el modelo teórico de
Frith (1992), sería responsable de desórdenes para monitorizar los pensamientos e
intenciones de otros, y desordenes para explicarse y predecir su propia conducta.

Con respecto a la percepción social, no utilizan el contexto cuando procesan estímulos


sociales. También invierten más tiempo en las características menos relevantes, tienen
dificultades para captar la información de tipo abstracto y la que no les resulta familiar. Todo
esto contribuye a crear una deficiente percepción de estímulos socialmente relevantes.

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En la esquizofrenia los pacientes que la padecen tienden a atribuir los malos
resultados a otras personas más que a la situación. También concluyen resultados
precipitados, sin permitir que su juicio se base en la vivencia.
Esto puede generar complicaciones en la situación familiar. Se considera que las
características del individuo con esquizofrenia son moldeadas por sus relaciones
interpersonales, principalmente en su familia.
Cuando algún miembro de la familia tiene esquizofrenia se afecta gravemente la
dinámica familiar. Las características clínicas de esta enfermedad generan un gran número
de situaciones negativas, como dificultad en las relaciones familiares, empobrecimiento de
la calidad de vida, aislamiento social, que interfiere con el funcionamiento laboral, escolar y
en el propio hogar; lo que aumenta el nivel de estrés y lo convierte en un factor adicional de
angustia, tanto para el paciente como para el familiar.
En las familias de esquizofrénicos se muestra una mayor desviación de comunicación.
Por ello, el papel que debe jugar la familia es el de entender que su mundo es diferente, sin
entrar a cuestionarlo. Es más importante cómo uno está frente al enfermo que lo que tiene
que decir. Es muy importante un clima de tranquilidad, donde se pueda reconfortar y apoyar
más que resolver su angustia entrando en sus ideas (situadas en una realidad diferente) o
manifestaciones no verbales como pueden ser diversos gestos que a veces no expresan lo
que uno cree, por ejemplo una sonrisa puede no significar que esté contento.

En diversas investigaciones realizadas se ha visto que la familia tiene claramente dos


tendencias. Por un lado hay familiares que tienen una excesiva implicación emocional hacia
el paciente, llegando a la sobreprotección, y en estos casos se impide la autonomía del
paciente. Además puede mantenerse también la no conciencia de enfermedad si el familiar
se encarga de todo (medicación, tareas de responsabilidad, etc.), por lo tanto no facilita la
recuperación ni la adecuada convivencia con la enfermedad, así como tampoco el correcto
abordaje de la sintomatología. Por otro lado, se puede dar una actitud crítica hacia el paciente,
a veces de hostilidad, cuando no se entienden los síntomas, y se etiqueta al enfermo de
“despistado”, “loco”, etc.

En el área de la salud mental, la sobrecarga emocional y la falta de conocimientos


sobre la enfermedad, obligan a pensar en las necesidades que presenta este tipo de población.
En muchos casos, estas son sentidas únicamente por la familia, pero por muchas razones se
pasa por alto la posibilidad de recibir atención y apoyo, buscando solo atención para el
paciente.

Un error comúnmente observado es el de pasar por alto en el diagnostico la valoración


del funcionamiento familiar, pues se considera al paciente de manera individual, separándolo
del grupo familiar y evitando conocer bien el ambiente familiar como unidad. Por ello se
recomienda a la familia acudir a atención psicológica para pautas de manejo en la relación
con el enfermo y para sí mismos.

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El rol de la familia es muy importante para el tratamiento integral a largo plazo del
paciente debido a la complejidad de la enfermedad, para poder mejorar el funcionamiento
global del paciente, su calidad de vida, y su apego al tratamiento, así como también aliviar
los síntomas. Por esto, al igual que la familia, es importante la participación de un equipo
interdisciplinario de profesionales y de redes de apoyo social.

Discusión
Con respecto a la información recogida para llevar a cabo la investigación no se
presentaron limitaciones, se encontró el material necesario y la información deseada. Se
pudieron responder las preguntas de investigación y cumplir el objetivo de la misma. Se
dispuso de abundantes fuentes fiables. Al contrario las complicaciones que se dieron fueron
el resumir la gran cantidad de información encontrada.
En resumen, se puede decir que por más que se lleve a cabo un tratamiento la
esquizofrenia no se puede controlar, ni curar totalmente. Las probabilidades de llevar una
vida estable son muy pocas ya que siempre se corre el riesgo de volver a tener brotes, recaídas
y apariciones mismas de la enfermedad. Esto depende de la gravedad y tipo de esquizofrenia
que se padezca. Es por lo tanto necesario el tratamiento de por vida. Se puede crear una
relación regular del esquizofrénico con su entorno pero siendo esta relación distinta y
controlada mediante tratamientos específicos, medicamentos, contención familiar y
profesional. Es por esto que, partiendo de esta relación, para aquellos que padecen esta
enfermedad es favorable y por lo tanto necesario que recurran a otras formas alternativas de
relación con el exterior, como es la comunicación a través de la expresión artística.
En conclusión, el paciente tendrá mejor pronóstico si logra mantener las relaciones
sociales, si se mantiene activo, si se adhiere a la medicación y al tratamiento psicoterapéutico
entre otras.

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Referencias:
• Aguilar-Valles, A. (2011). Identificación de factores genéticos en la etiología de la
esquizofrenia, Acta biológica colombiana, 16, 129-138.
• Dorsch, F. (1976). Diccionario de Psicología. España: Herder.
• Gejman P.V. & Sanders A.R (2012). La etiología de la esquizofrenia. Medicina
(Buenos Aires), 72, 227-234
• Ghedin, W. H. (2009). Esquizofrenia y otros trastornos psicóticos. En La
enfermedades mentales (pp. 351-368). Buenos Aires: Ediciones Lea.
• Ruiz Ruiz, J.C., García Ferrer, S. & Fuentes Durá, I. (2006). La relevancia de la
cognición social en la esquizofrenia. Apuntes de psicología, 24, 137-155.
• Hill, L. B. (1956). Las madres de los esquizofrénicos. En Psicoterapia en la
esquizofrenia (pp. 85-106). Buenos aires: Paidos.
• Glynn, S. M. (2013). Intervenciones familiares en esquizofrenia: Esperanzas y
dificultades a lo largo de 30 años. Revista de Toxicomanías, 70, 15-22.

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