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UCV FILIAL LIMA

Constitución y Derechos Humanos

DERECHOS A LA LIBERTAD E IGUALDAD


SESIÓN 6

2019-1
UCV FILIAL LIMA
Constitución y Derechos Humanos

DERECHO A LA LIBERTAD E IGUALDAD

DERECHOS FUNDAMENTALES

Ferrajoli, (1995) define a los derechos fundamentales en el plano teórico – jurídico como la identificación de
los derechos que están adscritos universalmente a toda persona y que son indisponibles e inalterables. (p.10)

Desde el punto de vista del derecho positivo, es decir; la dogmática constitucional internacional, los derechos
fundamentales son establecidos por el Estado, guían el ordenamiento internacional, son universales e
indisponibles establecidos en el Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, en los pactos
internacionales de 1966 y en las demás convenciones internacionales sobre derechos humanos.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos garantizan como derechos fundamentales a todos los
derechos considerados vitales cuya garantía es condición necesaria para la paz, el derecho a la vida y a la
integridad personal, los derechos civiles y políticos, los derechos de liberad, pero también, en un mundo en
el que sobrevivir es siempre menos un hecho natural y cada vez más un hecho artificial, los derechos sociales
para la supervivencia.

A la vez, Ferrajoli, (1995) considera importante los derechos y la igualdad. La igualdad es en primer lugar
igualdad en los derechos de libertad, que garantizan al igual valor de todas las diferencias personales – de
nacionalidad, de sexo, de lengua, de religión, de opiniones políticas, de condiciones personales y sociales. (p.
65)

INTERPRETACION CONSTITUCIONAL PERUANO

Los derechos fundamentales de la persona humana están contemplados en:

El artículo 1 de la Constitución Política donde se ha establecido que “la defensa persona humana y el respeto
de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado”, este concepto configura en la realidad una
protección tanto subjetiva como objetiva de los derechos fundamentales ante cualquier arbitrariedad de
parte de cualquier autoridad, funcionario o persona.

Peces-Barba (1999) señala que “El concepto de derechos fundamentales comprende “tanto los presupuestos
éticos como los componentes jurídicos, significando la relevancia moral de una idea que compromete la
dignidad humana, sus objetivos de autonomía moral, y también la relevancia jurídica que convierte a los
derechos en norma básica material del ordenamiento, siendo instrumento necesario para que el individuo
desarrolle en la sociedad todas sus potencialidades. Los derechos fundamentales expresan tanto una
moralidad básica como una juridicidad básica”.

Consecuentemente, si bien el reconocimiento positivo de los derechos fundamentales (comúnmente, en la


Norma Fundamental) es presupuesto de su exigibilidad como límite al accionar del Estado y de los propios
particulares, también lo es su connotación ética y axiológica, en tanto manifiestas concreciones positivas del
principio-derecho de dignidad humana, preexistente al orden estatal y proyectado en él como fin supremo
(artículo 1 de la Constitución).
Es por ello que el Capítulo I del Título I de la Constitución Política del Estado, denominado “Derechos
Fundamentales de la Persona”, además de reconocer al principio-derecho de dignidad humana como el
presupuesto jurídico de los demás derechos fundamentales (artículo 1) y de enumerar buena parte de ellos
en su artículo 2, prevé en su artículo 3 que dicha enumeración no excluye los demás derechos reconocidos
en el texto constitucional (vg. los derechos fundamentales de carácter social y económico reconocidos en el
Capítulo II y los políticos contenidos en el Capítulo III), “ni otros de naturaleza análoga o que se fundan en la
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dignidad del hombre, o en los principios de soberanía del pueblo, del Estado Democrático de Derecho y de la
forma republicana de gobierno”.

De esta manera, podemos señalar que es la propia Constitución la que incorpora en el orden constitucional,
no sólo a los derechos expresamente contemplados en su texto, sino a todos aquellos que, de manera
implícita, se deriven de los mismos principios y valores que sirvieron de base histórica y dogmática para el
reconocimiento de los derechos fundamentales.

Por otra parte, es necesario tener en cuenta que, según la Cuarta Disposición Final y Transitoria de la
Constitución, los derechos fundamentales reconocidos en ella, deben ser interpretados de conformidad con
los tratados sobre derechos humanos ratificados por el Perú.

SOBRE EL DERECHO A LA IGUALDAD

I. NOCIONES BÁSICAS DEL DERECHO A LA IGUALDAD


Para entrar al derecho a la igualdad iniciamos tomando la definición de Rosental- Iudin (1965), quienes
mencionan como igualdad a la posibilidad que todos los hombres de una misma sociedad gocen de similares
atribuciones. Pero que, estas atribuciones varían de acuerdo al espacio – tiempo en donde se desarrollan.

Por otro lado, Rosental (1968), coloca una concepción de igualdad de acuerdo con la concepción burguesa, al
entenderla meramente como igualdad jurídica el individuo frente a la ley, señalando que la igualdad inicia
del derecho de cada individuo hacía la propiedad privada, según los principios más o menos igualitarios.
Tomando la posición del autor, hace la diferencia entre dos concepciones de igualdad la primera desde el
punto de vista social, que se basa a la estructura de cómo está organizada la población en un tiempo histórico.
Mientras, la segunda, radica en la función de la propiedad privada y el dominio de una clase respecto a otra
y de esta, deriva todo aquello que entienden estos como igualdad.

Para Huerta (2003) el derecho a la igualdad significa que todas las personas deben recibir un trato de forma
igualitaria por parte del Estado. Esto quiere decir, que una acción que difiere a lo establecido anteriormente
no está permitida, conociéndose a estos tratos que fomentan la desigualdad como discriminación.

Además, el autor menciona que:

- El derecho a la igualdad implica: el trato igual entre los iguales.


- La discriminación implica: un trato desigual entre los iguales.
- La diferenciación implica: un trato desigual entre los desiguales (p.2).

Esto quiere decir, que cuando existen similares condiciones, atributos o cualidades entre los individuos que
los posibiliten a desarrollarse sin distinción, estamos hablando de igualdad. A la vez, si esto no se da, estamos
desenvolviéndonos en condiciones de desigualdad. Por último, si a pesar que existan diferencias hay tratos
de sectorización o un comportamiento favoreciendo a unos en vez de otros, estamos bajo una conducta de
diferenciación.

Sin embargo, la igualdad no consiste solo en tratar a todos de manera igual. El verdadero concepto de igualdad
consiste en tratar igual a los iguales y desigual a los desiguales. Si bien el derecho a la igualdad como regla,
garantiza a toda persona recibir igual trato en el contenido y aplicación de la ley, ello no impide que, en
circunstancias especiales, la norma brinde un tratamiento desigual a las personas. atendiendo precisamente
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a que estas pueden encontrarse en una situación real de diferencia o desigualad, que les resulta desfavorable
o perjudicial. De allí, que no todo trato desigual puede equipararse mecánicamente como una discriminación.
La Constitución permite que se brinde un trato desigual y más favorable a quienes se encuentren en una
situación diferente, que genere una desigualdad real desventajosa para estas personas.

II. LA IGUALDAD COMO PRINCIPIO.


Al ser la igualdad un principio básico de los derechos humanos, se enmarca dentro de la política del Estado,
por ende; es el Estado que debe garantizar, preservar y dar acciones a través de medidas para el cumplimiento
y promoción de este derecho.

III. LA IGUALDAD COMO DERECHO


La igualdad es una atribución individual o del conjunto, ante esto, la persona debe ser tratada en similares
condiciones, en sentido horizontal bajo las mismas leyes siempre y cuando no existan motivos que provoquen
un tratamiento especial. Es decir, la igualdad como derecho es cualidad esencial de la persona, propia de su
naturaleza humana y con respaldo jurídico por parte del Estado, evitando dar privilegios, provocar
desigualdad o discriminación hacía una persona o población.

La aplicación del derecho a la igualdad puede estar ordenada teniendo en cuenta a la normatividad y a la
aplicación de la ley.

 La igualdad en relación al sistema jurídico.

De acuerdo a lo establecido, toda norma que desee elaborarse, interpretarse, aplicarse e integrarse a una ley,
debe estar regida a la condición de igualdad que debe promover o proteger; dando así el aval jurídico de
estabilidad y certeza.

Cuando se menciona que la igualdad debe evidenciarse en la elaboración de la ley; estamos estableciendo
que no deban existir acciones que puedan evidenciar situaciones o acontecimientos arbitrarios, que no se
identifiquen claramente la normatividad a la cual está dirigida. En conclusión debe existir una regla que fije la
diferenciación entre la normatividad a elaborar con la existente.

Al tratar a la igualdad en su aplicación de la ley, estamos refiriéndonos a la eficacia de la norma. En otras


palabras, la aplicación de la ley no puede llevar a modificar de forma arbitraria las decisiones en casos
existentes. Esto finalmente supone que debe aplicarse la ley de forma efectiva semejante a todas las personas
que se encuentren en la misma condición o circunstancia, o en caso que de no existencia de homología, carece
de relevancia para fijar una regla de diferenciación (Academia de la Magistratura.2008.115).

 La igualdad en relación al sistema político – social.

La igualdad es pauta así como para la elaboración de la ley, es imprescindible para establecer políticas
económicas y sociales que, generalizadas a través de ley, plasmen la igualdad material que logren a las
personas a cubrir sus necesidades básicas.
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Lo planteado anteriormente, enfatiza el papel del Estado en favorecer a las personas que tienen dificultades
por sí misma para satisfacer las necesidades básicas afectando su dignidad, perjudicando su capacidad de
autonomía y limitando su desarrollo de su personalidad.

IV. LA IGUALDAD Y LA DISCRIMINACIÓN.


Es necesario esclarecer que la discriminación es el trato desigual, intencionado y arbitrario a una persona,
personas o nación que ocasiona un condicionamiento o situación de “superioridad” de un grupo sobre otro
mediante actos injustos que afectan la dignidad de la persona, que puede llegar a la negación de la misma
condición humana.

Para la Academia de la Magistratura del Perú, la discriminación tiene consecuencias jurídicas de distinción,
separación, exclusión, divide a los iguales mostrando rasgos de inferioridad, pudiendo discriminarse en razón
de:

- Las características que son inmanente; es decir, las propias que están presentes desde el nacimiento;
como la raza, sexo, etc.
- Las características que son incorporadas por el medio social. Estas son dadas por el lugar de
nacimiento, la condición económica, idioma, etc.
- Las características adoptadas, siendo las que aparecen por decisión del mismo sujeto. Por ejemplo:
la creencia religiosa, la orientación sexual, la preferencia política, etc. (p.118).

Por otra parte, tanto la Declaración Universal de los Derechos Humanos como la Constitución Política del
Perú, se oponen a todo tipo de discriminación de la persona por algún motivo, sea de raza, origen, sexo,
religión, opinión, condición económica, índole diversa (edad, discapacidad física, apariencia física, estatura,
etc.)

4.1. Formas de Discriminación:

Huerta, manifiesta que la discriminación puede presentarse de dos formas: directa o indirecta:

a. Discriminación Directa; se evidencia al darse un trato desigual de forma clara. Por ejemplo: si se da
una norma en donde se mencione que los menores de edad no tienen derecho de opinar sobre
asuntos del Estado.
b. Discriminación Indirecta; es el trato desigual que se da a la persona pero que no es fácil de evidenciar
de forma clara, lo cual hace necesario de recurrir a otros elementos o características que evidencien
un trato o comportamiento discriminatorio. Por ejemplo: cuando se presenta una oferta laboral y la
empresa pone como “perfil del postulante” criterios como la edad, la universidad de procedencia,
que tenga experiencia o que haya tenido estudios de especialización.

4.2. Los sujetos que discriminan:

En otro punto Huerta establece que existen dos sujetos que provocan discriminación contra la persona:
el Estado y personas particulares.
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a. Discriminación por el Estado; se da cuando el Estado por medio de normas o cuando sus instituciones,
gobiernos locales o regionales establecen medidas o resoluciones ajenas al derecho a la igualdad. Por
ejemplo; desalojo arbitrarios, pago de tributos diferenciados, entre otros.

b. Discriminación por particulares; es dada por una o un conjunto de personas en la práctica social. Por
ejemplo: el impedimento a entrar a una playa que es de acceso público por parte de pobladores del
lugar; la negación de matricularse a un estudiante que no profese la religión que se practica en el
colegio; el aislar a un trabajador solamente porque tiene alguna discapacidad.

V. MINORIAS VULNERABLES
5.1. Situación de la persona con discapacidad en el Perú

La Ley N° 29973, Ley General de la Persona con Discapacidad, menciona que la persona con discapacidad es
aquella que tiene una o más deficiencias físicas, sensoriales, mentales o intelectuales de carácter permanente
que al interactuar con diversas barreras actitudinales y del entorno, no ejerza o pueda verse impedida en el
ejercicio de sus derechos y su inclusión plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones que los
demás.

5.2. Situación del adulto mayor en el Perú

En el Perú la población adulta se ha ido incrementando paulatinamente. El INEI informó en el 2012 que la
población de personas mayores de 60 años llega a 2’700.000, lo que representa el 9% de la población total
del país. Así mismo afirmó de cada año, los adultos mayores aumentan en 3,3% y se espera que al año 2021,
dicho grupo poblacional sea de 3’727.000 y represente así el 11,2%.

Ante esta realidad de las personas adultas mayores existe la necesidad de asumir una población que
envejece, en una sociedad que no está preparada ni –en muchas ocasiones- dispuesta a solidarizarse con los
requerimientos de este grupo humano, ha sido motivo de atención en diversos foros internacionales y de
iniciativas legislativas nacionales como la Ley N° 28803 (2006)

No obstante, debe quedar claro que ya en la actualidad la protección social por parte del Estado es a todas
luces insuficiente. Un importante porcentaje de la población adulta mayor no cuenta con seguros de salud ni
pensiones. El cambio demográfico hacia una población con más adultos mayores podría empeorar esta
situación, creando condiciones de insatisfacción e inestabilidad social en nuestro país.(García, 2012, p. 6).Los
adultos mayores, componentes de un grupo minoritario, no han sido mayormente considerados dentro de las
prioridades del estado. Sin embargo es evidente la necesidad de establecer políticas de protección y respeto
a los derechos de las personas del adulto mayor en el marco de los derechos humanos.

SOBRE EL DERECHO A LA LIBERTAD


I.- DERECHOS A LA LIBERTAD PERSONAL Y SEGURIDAD PERSONAL.

Iniciaremos planteando si ¿Realmente existe la libertad? Millán (2003, p.21) hace un análisis sobre lo que
significa libertad. Menciona que para unos la libertad significa la ausencia de ataduras humanas; otros
encuentran la libertad en la democracia; para muchos la libertad es poder decir y hacer lo que mejor les
parece; para otros es no estar esclavizado. Los romanos decían: la libertad es la facultad de hacer lo que el
derecho permite. Desde la perspectiva religiosa, específicamente el cristianismo: la libertad es simplemente
la verdad de Jesús. En la revolución francesa: “La libertad es la facultad de hacer todo aquello que no
perjudique a otro”. Real Academia Española. (2001, 22º ed.). “La libertad es la facultad que tiene el ser
humano de obrar o no obrar según su inteligencia y antojo, es el estado o condición del que no está prisionero
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o sujeto a otro; es la falta de coacción y subordinación; es la facultad que se disfruta en las naciones bien
gobernadas de hacer y decir cuanto no se oponga a las leyes ni a las buenas costumbres.

Define nuevamente Millán (2003, p.28) que la libertad tiene un concepto amplísimo ya que puede referirse a
las cosas del mundo de la naturaleza, al mundo religioso y al mundo de la cultura. Existen libertades innatas
como el libre albedrío y adquiridas como la libertad moral y las libertades políticas. Tanto las innatas como
las adquiridas no se oponen sino que se implican o presuponen. Por ejemplo, las libertades políticas
adquiridas tienen valor si el libre albedrío de las personas lo acepta, en caso contrario no serían de libertad
sino una imposición del gobierno. La libertad moral es personal, cada individuo lo decide en sus actos
éticamente rectos, y estos actos son libres en el sentido del libre albedrío humano.

Por lo tanto, la libertad es un valor esencial e imprescindible del sistema democrático, y a la vez; es un derecho
subjetivo fundamental, que se traduce en un conjunto de "libertades específicas consagradas en las normas
constitucionales y en los Pactos Internacionales sobre Derechos Humanos".

Por otra parte, Libreros (2012) considera que la seguridad resulta ser un valor de carácter Constitucional que
irradia todo el ordenamiento y se erige como la finalidad prístina de todo Estado Social de Derecho que tenga
como propósito fundamental garantizar las condiciones mínimas que le permitan a cada una de las personas
que se encuentran dentro de su jurisdicción ejercer los derechos y libertades fundamentales, sin más
restricción que la libertad de sus congéneres y el orden público.

Asimismo, la seguridad puede ser considerada como un derecho colectivo de carácter social, hallándose en
riesgo latente con ocasión de las actividades desarrolladas por los individuos o por el Estado y sus actores.

Al relacionar las normas internacionales con lo planteado anteriormente referido a la libertad y a la


seguridad, encontramos a la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), que menciona en el
Artículo 3 que: Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.
Además, en el Artículo 11. 2. establece que: Nadie será condenado por actos u omisiones que en
el momento de cometerse no fueron delictivos según el Derecho nacional o internacional.
Tampoco se impondrá pena más grave que la aplicable en el momento de la comisión del delito.

A la vez, en la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre (Declaración Americana (1948)
menciona en su Artículo 1:
Derecho a la vida, a la libertad, a la seguridad e integridad de la persona. Todo ser humano tiene derecho a
la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona. En el Artículo 25: Nadie puede ser privado de su
libertad sino en los casos y según las formas establecidas por leyes pre existentes. Nadie puede
ser detenido por incumplimiento de obligaciones de carácter netamente civil.

De forma similar, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos – PIDCP (1966),


menciona en el Artículo 9: 1. Todo individuo tiene derecho a la libertad y a la seguridad persona-les. Nadie
podrá ser sometido a detención o prisión arbitrarias. Nadi e podrá ser privado de su libertad,
salvo por las causas fijadas por ley y con arreglo al procedimiento establecido en ésta. 2. Toda
persona detenida será informada, en el momento de su detención, de las razones de la misma, y
notificada, sin demora, de la acusación formulada contra ella.3. Toda persona detenida o presa a
causa de una infracción penal será llevada sin demora ante un juez u otro funcionario autorizado
por la ley para ejercer funciones judiciales, y tendrá derecho a ser juzgada dentro de un pl azo
razonable o a ser puesta en libertad. La prisión preventiva de las personas que hayan de ser
juzgadas no debe ser la regla general, pero su libertad podrá estar subordinada a garantías
que aseguren la comparecencia del acusado en el acto del juicio, o en cualquier momento de las diligencias
procesales y, en su caso, para la ejecución del fallo. Mientras que en Artículo 11: Nadie será encarcelado
por el solo hecho de no poder cumplir una obligación contractual.
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Dentro de La Constitución Política del Perú de 1993, señala en el Artículo 2, inciso 24 que
toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad personal. En consecuencia:

a) Nadie está obligado a hacer lo que la ley no manda, ni impedido de hacer lo que ella no prohíbe.

b) No se permite forma alguna de restricción de la libertad personal, salvo en los casos previstos por la ley.
Están prohibidas la esclavitud, la servidumbre y la trata de seres humanos en cualquiera de sus formas.

c) No hay prisión por deudas. Este principio no limita el mandato judicial por incumplimiento de deberes
alimentarios.

d) Nadie será procesado ni condenado por acto u omisión que al tiempo de cometerse no esté previamente
calificado en la ley, de manera expresa e inequívoca, como infracción punible; ni sancionado con pena no
prevista en la ley.

e) Toda persona es considerada inocente mientras no se haya declarado judicialmente su responsabilidad.

f) Nadie puede ser detenido sino por mandamiento escrito y motivado del juez o por las autoridades policiales
en caso de flagrante delito. El detenido debe ser puesto a disposición del juzgado correspondiente, dentro de
las veinticuatro horas o en el término de la distancia.

Estos plazos no se aplican a los casos de terrorismo, espionaje y tráfico ilícito de drogas. En tales casos, las
autoridades policiales pueden efectuar la detención preventiva de los presuntos implicados por un término
no mayor de quince días naturales. Deben dar cuenta al Ministerio Público y al juez, quien puede asumir
jurisdicción antes de vencido dicho término.

g) Nadie puede ser incomunicado sino en caso indispensable para el esclarecimiento de un delito, y en la
forma y por el tiempo previstos por la ley. La autoridad está obligada bajo responsabilidad a señalar, sin
dilación y por escrito, el lugar donde se halla la persona detenida.

h) Nadie debe ser víctima de violencia moral, psíquica o física, ni sometido a tortura o a tratos inhumanos o
humillantes. Cualquiera puede pedir de inmediato el examen médico de la persona agraviada o de aquélla
imposibilitada de recurrir por sí misma a la autoridad. Carecen de valor las declaraciones obtenidas por la
violencia. Quien la emplea incurre en responsabilidad.

Además, en el capítulo XII De la Seguridad y Defensa Nacional en su Artículo166 dice: La Policía Nacional tiene
por finalidad fundamental garantizar, mantener y establecer el orden interno. Presta protección y ayuda a las
personas y a la comunidad. Garantiza el cumplimiento de las leyes y la seguridad del patrimonio público y
privado. Previene, investiga y combate la delincuencia. Vigila y controla las fronteras.

En el Artículo 197 de la Constitución, dice: La Ley regula la cooperación de la Policía Nacional con las
municipalidades en materia de seguridad ciudadana.

Por otra parte, el comportamiento de las personas puede presentar una amenaza para su seguridad personal.
Por ejemplo:
- Acoso sexual, incluyendo proposiciones sexuales indeseadas.
- Abuso verbal, sexual o físico (incluyendo golpes de cualquier tipo).
- Amenazas violentas, ya sea en persona o por escrito, por carta o teléfono.
- Amenazar con un revolver u otro tipo de arma que podría hacerle daño a usted, a un compañero de
trabajo, a un familiar o a otra persona.
- El uso excesivo de alcohol y otras drogas que podría resultar en acciones amenazantes.
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A pesar que la libertad personal es un derecho fundamental, es susceptible de restricciones, las cuales se
encuentran previstas en las normas internacionales y en la Constitución.

Las normas internacionales sobre derechos humanos establecen restricciones a la libertad personal. Al
respecto, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1966, artículo 9, inciso 1) señala que nadie
podrá ser privado de su libertad, salvo por las causas fijadas por ley y con arreglo al procedimiento establecido
en ésta.

Por su parte, la Convención Americana sobre Derechos Humanos (1969, artículo 7, inciso 2) señala que: Nadie
puede ser privado de su libertad física, salvo por las causas y en las condiciones fijadas de antemano por las
Constituciones Políticas de los Estados Partes o por las leyes dictadas conforme a ellas.

Al interpretar esta disposición la Corte Interamericana de Derechos Humanos (1969) ha precisado que: nadie
puede ser privado de la libertad personal sino por las causas, casos o circunstancias expresamente tipificadas
en la ley (aspecto material) pero, además, con estricta sujeción a los procedimientos objetivamente definida
por la misma (aspecto formal).

En consecuencia, como señala Huerta (2003, p.25), la privación de la libertad personal se puede efectuar
solamente en casos, con las formas y por el tiempo previsto en la Constitución o la ley. En caso contrario,
estaremos ante una medida de carácter ilegal (privación ilegal de la libertad) que se encuentra prohibida a
nivel nacional e internacional.

En lo referido a la postura del Tribunal Constitucional (1996) sobre las restricciones a la libertad personal no
ha sido uniforme:

El Tribunal, entre sus primeras decisiones, admitió la posibilidad de que una persona sea detenida sin que
exista orden judicial o flagrante delito, justificándose en estos casos que las autoridades policiales actuaron
en cumplimiento de la función preventiva de la delincuencia que se encuentra prevista en el artículo 166 de
la Constitución.

Por otro lado, el Tribunal también señaló que no podían declararse privaciones de libertad por mera sospecha
de la comisión de un delito. Este tipo de detención, sin existir orden judicial o flagrante delito debía ser
considerada como “arbitraria y excluida del canon constitucional de la detención”.

Finalmente, el Tribunal ha señalado que sólo se puede privar la libertad a las personas bajo los supuestos de
hecho previstos en la Constitución, en caso contrario, se estaría ante una medida inconstitucional.

Como se puede apreciar, la tendencia del Tribunal Constitucional sobre las restricciones a la libertad personal
no ha sido uniforme, incluso se ha llegado a admitir que se puede detener a una persona por sospecha de
haber cometido un delito, sin embargo, en sus recientes decisiones, el Tribunal ha descartado esa tesis a fin
de precisar que sólo se puede detener a una persona en caso de existir una orden judicial o flagrante delito.

Sin embargo, el Tribunal al analizar la constitucionalidad de las medidas de arresto simple o de rigor a las que
son sometidos los miembros de la Policía Nacional cuando cometen faltas disciplinarias, ha aceptado que se
puede restringir la libertad personal sin existir orden judicial o flagrante delito. En ese sentido, señaló lo
siguiente: “advertir que tal garantía de la libertad personal (orden judicial o flagrante delito) no se extiende a
cualquier supuesto de restricción, sino que está directamente relacionada con la "detención" de una persona,
es decir, con medidas que supongan una privación de la libertad. Evidentemente, ese no es el caso ni del
denominado arresto simple ni del denominado arresto de rigor, que más bien constituyen o implican una
restricción de la libertad. Y para ambos, no es de aplicación el ordinal "f" del inciso 24) del artículo 2° de la
Constitución, sino su ordinal "b", a tenor del cual "No se permite forma alguna de restricción de la libertad
personal, salvo en los casos previstos por la ley.
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En conclusión, el Tribunal admite que existen dos tipos de límites a la libertad personal que se encuentran
previstos constitucionalmente:

- La privación de la libertad personal sólo se puede realizar a través de las detenciones realizadas por
orden judicial o flagrante delito (artículo 2, 24, f).
- Las restricciones a la libertad personal pueden realizarse en los casos previstos en la ley. (artículo 2,
24, b).

En ese sentido, el Tribunal considera que sí son constitucionales las restricciones a la libertad personal que se
realicen a través de una ley. De ahí que se puede concluir que están permitidas las restricciones a la libertad
personal a través de un decreto legislativo.

II.- DERECHOS A LA LIBERTAD DE TRÁNSITO.

Este derecho se encuentra plasmado en nuestra Constitución Política. También con el agregado de
contemplar el derecho a elegir libremente el lugar donde una desee residir; pero, también se encuentra
reconocido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) y en otros tratados relacionados a la
misma materia, de los cuales el Perú es parte.

Se le llama a la vez este derecho como locomoción, consiste en que una persona se desplace (visto desde un
punto de vista espacial) libremente y sin limitaciones o restricciones por todo el territorio del Perú, también
a salir de él y transitar por cualquier lugar del mundo y, correspondientemente, a regresar a su patria.

El Tribunal Constitucional señala que la facultad de un libre tránsito comporta el ejercicio del atributo de ius
movendi et ambulandi. Esto quiere decir que las aspiraciones personales de un individuo son las que motivan
que esta se desplace por el largo y ancho del territorio de la República, como por ejemplo: Calles, pistas,
puentes, avenidas, etc.

Estas aspiraciones personales responden a necesidades que forman parte de la vida del ser humano, entre
algunas tenemos: trabajo, salud, alimentación, descanso, recreación.

Entonces, podemos decir que las cuestiones de necesidad o aspiraciones humanas son las que motivan a las
personas a desplazarse en busca de mejor condiciones de vida, de superación personal y de desarrollo de la
persona. Podemos citar, a manera de ejemplo, las grandes migraciones del campo a la ciudad, las cuales hasta
el día de hoy se siguen dando, motivadas por las cuestiones antes mencionadas.

El derecho a la libertad de tránsito se puede ejercitar en primer lugar y de forma general dentro del territorio
nacional (suelo, subsuelo, espacio aéreo que lo cubre y dominio marítimo), en segundo lugar; y de forma
específica en las vías de tránsito público.

Al trasladarse por el territorio nacional, podemos mencionar que:


1. Por el suelo uno se desplaza para ir a su lugar de trabajo, de estudios, etc. Se trata, por ende, de
desplazamientos locales y no tan distantes.

2. Por el espacio aéreo, se permite que personas “transiten” a lugares más distantes del territorio, con
las mismas motivaciones que van desde el trabajo hasta el simple placer (turismo).

3. La Constitución habla de dominio marítimo y no de mar, ya que este último concepto es más amplio
y decir que unos de los elementos del territorio es el mar, valdría a decir que no hay fronteras con referencia
a ese elemento del territorio y que por ende podemos desplazarnos por todo el mar. Entonces, la constitución
es su Artículo 54, habla de domino marítimo y hace las precisiones del caso: El dominio marítimo del Estado
comprende el mar adyacente a sus costas, así como su lecho y subsuelo, hasta la distancia de doscientas millas
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marinas medidas desde las líneas de base que establece la ley. En conclusión el derecho al libre tránsito debe
ser ejercido dentro de las 200 millas que la constitución estable.

Con respecto a las vías de tránsito público, el Tribunal constitucional nos dice: Exceptuados los ámbitos de lo
que constituye el dominio privado, todo aquel espacio que desde el Estado haya sido estructurado como
referente para el libre desplazamiento de personas puede ser considerado una vía de tránsito público. Dentro
de tales espacios (avenidas, calles, veredas, puentes, plazas, etc.), no existe, en principio, restricción o
limitación a la locomoción de los individuos, esto es, no existe la necesidad de pedir autorización alguna ni
ante el Estado ni ante particular alguno, pues se presume que la vía pública pertenece a todos y no a
determinada persona o grupo de personas en particular.

Existen a la vez, limitaciones para el libre tránsito. Para ello, el Tribunal Constitucional se basa al Artículo 2,
inciso 11 de la Constitución que establece limitaciones por razones de: sanidad, por mandato judicial o por
aplicación de la ley extranjera.

La primera limitación está perfectamente justificada, la razón a tal limitación es evitar una epidemia o
enfermedad grave.

En la segunda limitación, es por motivos de seguridad y precaución bajo, mandato judicial por una cuestión
de necesidad de servicio de justicia y para garantizar una debida administración de la misma, garantizando
que una persona que está sometida a un proceso judicial pueda escarpar de esconderse dentro del territorio
o salir del con el ánimo, como se mencionó, de escapar de la justicia.

La tercera limitación quiere decir que las personas que sin pertenecer a nuestro Estado, pretenden ingresar,
transitar, o salir libremente de su territorio, se exponen a ser expulsadas bajo las condiciones jurídicas que
expone la ley de extranjería. Esto no quiere decir que se le impongan limitaciones o menoscabos a su derecho,
solo se le hace saber que si incurre en alguna falta, será sancionado con: multa, salida obligatoria, cancelación
de la permanencia o residencia o expulsión.

Ningún derecho es absoluto y tampoco lo es el de libre tránsito. En consecuencia, deberá cumplir las normas
del orden público y también deberá respetar la propiedad de los demás cuando el libre transito se haga dentro
de la propiedad privada.

III.- DERECHOS A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN.

Los seres humanos tienen capacidad para pensar y decidir, están dotados de voluntad, de ahí que, la libertad
de expresión como derecho fundamental, se entiende como la facultad de los individuos para manifestar o
expresar sus ideas, pensamientos y opiniones. Esta potestad puede ser ejercida en forma escrita o verbal y
por medio de la prensa, radio, televisión y en fin, por cualquier modo de comunicación; no se puede concebir
el pensamiento humano sin la libertad de expresarlo; como consecuencia lógica de esta libertad tenemos el
derecho a la información, no se puede concebir la libertad de expresión sin el derecho a obtener información.

Según Orbegoso (como se citó en Burgoa, 1997, p.32), "...El pensamiento, las ideas, adquieren un poder
inmenso en la medida en que saliendo del cerebro de los pensadores e ideólogos y utilizando cualesquiera de
los medios de expresión, pasan a formar parte de la conciencia de las masas y colectividades;
indudablemente, entendida así la libertad de pensamiento, esta solo puede subsistir en el grado en que se
hagan efectivas otras libertades. Reconocer el derecho de pensar libremente, sin reconocer el derecho de
expresarlo, equivaldría a reconocer el derecho de adquirir alimentos, pero no el de ingerirlos”.

El Artículo 6 de la Constitución Política, también contiene el derecho a la información, pues señala que "...El
derecho a la información será garantizado por el Estado".
UCV FILIAL LIMA
Constitución y Derechos Humanos

El derecho a la información es considerado como parte de los derechos fundamentales quien impone la
cultura actual a una sociedad cada vez más relacionada con los medios de la prensa, radio, televisión y en fin,
por cualquier modo de comunicación; no se puede concebir el pensamiento humano sin la libertad de
expresarlo; como consecuencia lógica de esta libertad tenemos el derecho a la información, no se puede
concebir la libertad de expresión sin el derecho a obtener información.

La libertad de expresión y el derecho a la información están íntimamente relacionados, pero no pueden


confundirse; la libertad de expresión atiende a la necesidad personal que tiene el ser humano de manifestar
su pensamiento, en cambio, el derecho a la información se refiere a la necesidad que tiene el hombre y toda
la sociedad en conjunto de contar con información adecuada.

Es indudable que las distorsiones o manifestaciones dolosas de la información que transmiten por parte de
quienes disponen del poder social de conformar la opinión de millones de personas, deben de dar lugar a una
exigencia de responsabilidad establecida en la ley, es por eso que, en materia de libertad de expresión y
derecho a la información, podríamos establecer que la libertad de uno termina donde principia el derecho de
otro.

En síntesis, el derecho de expresión consiste en poder expresar nuestras ideas a los demás de manera que
ellos las reciban sin mayor problema. El ejercicio de la libertad de expresión incluye expresar no solo ideas
de la razón sino también lo artístico o lo sentimental.

IV.- DERECHOS A LA LIBERTAD DE CULTO, LIBERTAD RELIGIOSA O DE CONCIENCIA.

La libertad de culto o libertad religiosa es un derecho fundamental que se refiere a la opción de cada ser
humano de elegir libremente su religión, de no elegir ninguna (irreligión), o de no creer o validar la existencia
de un Dios (ateísmo y agnosticismo) y poder ejercer dicha creencia públicamente, sin ser víctima de opresión,
discriminación o intento de cambiarla.

Este concepto va más allá de la simple tolerancia religiosa que permite, como una concesión graciable, el
ejercicio de religiones distintas a la oficial, en situaciones de confesionalidad del Estado propias del Antiguo
Régimen. En las democracias modernas generalmente el Estado garantiza la libertad religiosa a todos sus
ciudadanos, pero en la práctica la elección del credo está dada generalmente por costumbres familiares y
sociales, asociándose frecuentemente ciertas sociedades a ciertas religiones. Además, las situaciones de
discriminación religiosa o intolerancia religiosa siguen siendo muy frecuentes en distintas partes del mundo,
registrándose casos de intolerancia, preferencia de una religión por sobre otras y persecución a ciertos credos.

La libertad religiosa es reconocida por el derecho internacional en varios documentos como el Artículo 18 de
la Declaración Universal de los Derechos Humanos y el artículo 18 del Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos; el Artículo 27 de este mismo Pacto garantiza a las minorías religiosas el derecho a confesar y
practicar su religión. De la misma forma lo hace la Convención de los Derechos del Niño, en su Artículo. 14, y
el Artículo 9 de la Convención Europea de Derechos Humanos.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos, en el citado artículo 18, indica:


“Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye
la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia,
individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la
observancia.

La libertad de conciencia es dinámica y se extiende a lo largo del tiempo, consiste en formar las propias
ideas y sus interrelaciones conscientes sin que existan intromisiones en tal proceso de personas privadas
o del Estado. La libertada de conciencia exige que cada ser humano puede tener conciencia de sí en el
mundo sin manipulación ni injerencia externa.
UCV FILIAL LIMA
Constitución y Derechos Humanos

ACTIVIDAD
El docente asignara los casos y l postura que asumirá en el debate.
a. Siendo el Perú un país laico, ¿considera viable que los hospitales, cárceles e instituciones
educativas estatales, se encuentren símbolos de la religión católica?
b. Debido a la inseguridad ciudadana. Algunas personas han decidido tomar acciones para
protegerse una de ellas es colocar tranqueras en las calles. ¿Estás de acuerdo con ello?
c. La Ley N° 29973 o Ley General de la Persona Con Discapacidad establece que en las empresas
que tengan más de 50 trabajadores deben tener el 3% de trabajadores con discapacidad y si es
una entidad pública al menos el 5%. ¿Estás de acuerdo?
d. El decano del Colegio de Periodistas de Puno, Félix Huanca, consideró como un atentado a la
libertad de expresión la disposición del titular de la Dirección Regional de Salud (DIRESA), Julián
Salas Portocarrero, de prohibir que los trabajadores de su sector dar declaraciones a la prensa.
¿Estás de acuerdo?

Modelo de informe:

INFORME Nª …….

A Mgtr ………………………………….

Docente de Constitucion y Derechos Humanos

DE -

ASUNTO: Informe del debate

FECHA ….

Reciba mis saludos cordiales, le informo que he elegido el siguiente tema:

Siendo el Perú un país laico, considera viable que los hospitales, cárceles e instituciones educativas
estatales, se encuentren símbolos de la religión católica?

Argumentos a favor Argumentos en contra

En conclusión el grupo está en contra de que ……………… porque …….

Atentamente,

…………………………………………… …………………………………………………………

……………………………………………. ………………………………………………………..
UCV FILIAL LIMA
Constitución y Derechos Humanos

REFERENCIAS:

Código de
LIBROS, REVISTAS, ARTÍCULOS, TESIS, PÁGINAS WEB.
biblioteca

331.852596 B63 Blancas, C. (2013). El despido en el derecho laboral peruano. Lima: Jurista Editores.

Castillo, M. (2009). Derechos Humanos. Lima: Fecat.

Brunet, G. (2012). Justicia, democracia y derechos humanos. Santa Fe: Universidad Nacional
340 B89
del Litoral.

Ministerio de Justicia. (2010). Guía para promotores de derechos humanos. Lima: Ministerio
323 M66
de Justicia.

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