Las Tres Generaciones de Derechos

Como se mencionó antes, los derechos humanos no son estáticos sino que se fueron ampliando a
medida que las condiciones históricas se iban modificando. Debido a este proceso de extensión de
los derechos, algunos autores hablan de distintas etapas o generaciones.
Don encontramos los siguientes derechos: los derechos de primera generación. Los derechos de
segunda generación. Los derechos de tercera generación. La primera generación incluye los
derechos civiles y políticos. Estos derechos fueron los primeros en ser reconocidos legalmente a
finales del siglo XVIII, en la Independencia de Estados Unidos y en la Revolución Francesa. Son
derechos que tratan de garantizar la libertad de las personas. Su función principal consiste en limitar
la intervención del poder en la vida privada de las personas, así como garantizar la participación de
todos en los asuntos públicos. Los derechos civiles más importantes son: el derecho a la vida, el
derecho a la libertad ideológica y religiosa, el derecho a la libre de expresión o el derecho a la
propiedad. Algunos derechos políticos fundamentales son: el derecho al voto, el derecho a la huelga,
el derecho a asociarse libremente para formar un partido político o un sindicato, entonces, las
garantías de libertad, entendido por libertad la posibilidad de hacer todo aquello que la persona
quiera, con una sola limitación: que no esté prohibido por la ley.
La segunda generación recoge los derechos económicos, sociales y culturales. Estos
derechos fueron incorporados poco a poco en la legislación a finales del siglo XIX y durante el siglo
XX. Tratan de fomentar la igualdad real entre las personas, ofreciendo a todos las mismas
oportunidades para que puedan desarrollar una vida digna. Su función consiste en promover la
acción del Estado para garantizar el acceso de todos a unas condiciones de vida adecuadas.
Algunos derechos de segunda generación son: el derecho a la educación, el derecho a la salud, el
derecho al trabajo, el derecho a una vivienda digna, etc. La solidaridad es, pues, el valor que
motoriza la consagración de esta segunda generación. La solidaridad se agrega entonces, a la
libertad que motivara la primera generación de derechos, a fin de extender los beneficios de la
libertad de los sectores más débiles y promover de esta manera una igualdad real y concreta.
La tercera generación de derechos ha ido incorporándose a las leyes a finales del siglo XX y
comienzos del siglo XXI. Pretenden fomentar la solidaridad entre los pueblos y las personas de todo
el mundo. Su función es la de promover unas relaciones pacíficas y constructivas que nos permitan
afrontar los nuevos retos a los que se enfrenta la Humanidad. Entre los derechos de tercera
generación podemos destacar los siguientes: el derecho a la paz, el derecho al desarrollo y el
derecho a un medio ambiente limpio que todos podamos disfrutar. La diversidad hace referencia a
alguna o algunas características de un grupo de personas que son distintas de las de los demás. El
respeto por la diversidad es necesario para poder posibilitar el acceso a la cultura, patrimonio común
de los seres humanos, y poder lograr una convivencia pacífica y enriquecedora. Pero sucede algo
paradójico. Cotidiana mente compartimos charlas como reuniones o deportes con gente que tiene
otra religión, orientación sexual, ideología política o nacionalidad sin perjuicio de la amistad o la
actividad que estamos practicando. Sin embargo, al mismo tiempo, presenciamos algunos
comportamientos discriminatorios y violentos que amenazan la coexistencia armónica por eso en
esta época, son desafío para la sociedades consolidar el respeto por los diversos modos de vida y
considerar que la existencia misma de esa diversidad es un valor importante.