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PARA QUÉ SIRVE LA FILOSOFÍA

1. ¿POR QUÉ TODO?

Se presenta una serie de interrogantes acerca de la realidad, referentes al porqué, al para


qué, a lo que sucede.

El todo tiene que contener todo, con lo cual si hubiere un «afuera», esto solo nos
demostraría que este todo, no lo es todo…

2. MANERAS DE PENSAR

El pensamiento es una facultad de la mente. Cada individuo tiene su manera de pensar


sobre las diferentes cosas que existen o situaciones, no hay unanimidad para el
pensamiento.

Con el pensamiento, se llega a conclusiones sobre lo que se está pensando.

3. EXTRAÑAMIENTO

Es importante buscar la esencia de las cosas y la explicación del porqué son como son y
no de otra manera.

Todos podemos desmarcarnos de lo cotidiano para ingresar en la penumbra del


extrañamiento, que no es más que recuperar de alguna manera nuestra capacidad de
asombro”.

4. ¿POR QUÉ NO LA NADA?

Concebir la nada, sería contradictorio en la medida que podría decirse que “es” y dejaría
de ser la nada.

El ser fluye, avanza y cambia, por lo que la nada deja de existir cuando se asume el ser
cambiante.

5. LA PREGUNTA POR EL SER

El ser es todo cuanto existe. El ser es un ente que da existencia a la realidad de las cosas
y en la medida que se estudia, se comprende su dinámica.

El ser” no puede ser reducible solamente a un predicado (es más bien el sustantivo que
afirma o niega el atributo. El cual corresponde al suceder, al estar y al tener); y, más aún,
no se puede probar la existencia de una cosa solamente porque la imaginamos más
cuando es factible que lo que imaginamos está dentro de nosotros. Como una necesidad
de imaginar y de proyectarlo afuera, y como otra posibilidad del ente “ser”.
6. LA FILOSOFÍA COMO SABER INÚTIL

Indica Derrida que la filosofía es una experiencia de lo imposible, no porque no sea


posible, sino porque cuestiona los límites que delimitan aquello que es posible y aquello
que ya no es ni siquiera un aquello, pero cuya imposibilidad define el marco de lo posible
y de su necesidad de transgresión.

La filosofía es ese querer en estado puro, o como decía Platón, ese amor por el saber y
nunca el saber mismo. Quiere seguir queriendo y por eso no tiene que ver ni con la paz, ni
con la felicidad, ni con la seguridad. No hay amor seguro.

La filosofía se asume un saber inútil, no porque no sirva para nada, sino porque denuncia
que todo tenga que servir para algo. Pero sobre todo, que todo tenga que servir para
alguien. Y si es un saber inútil es un juego de niños, o de delirantes, o de mentes
alteradas. Es una actividad improductiva: ¿a quién se le ocurre analizar lo obvio? ¿Para
qué sirve? Y sin embargo con solo de construir el concepto de obviedad encontramos que
la palabra “obvio” etimológicamente remite a las vías que se me colocan enfrente de
modo tan cercano que nos imposibilitan vislumbrar que para cualquier camino, siempre
hay otros caminos posibles.

7. LA FILOSOFÍA COMO EJERCICIO PARA LA MUERTE

La inminencia de la muerte es demasiado. Una cosa es saber que nos vamos a morir y
otra es ir viendo al verdugo preparar nos la muerte. En ambos casos nos vamos a morir,
pero lo difuso de su venida hace que podamos escabullirle un poco. Escabullirle a
pensarla que no es lo mismo que huirle a la muerte misma. Además, en realidad si uno se
pusiese a pensar más lógicamente el tema, no hay gran diferencia entre el verdugo
preparando la cicuta y la fecha promedio de nuestras muertes naturales: sabemos que va
a llegar, aunque a veces entendamos que llega a destiempo.

En definitiva, no es lo mismo saber que se morirá alguna vez, pero sin conocer fecha,
lugar y causa, a saber que se va a dejar de existir por una determinada decisión y
conociendo casi que los detalles.

8. LA MUERTE, UN PROBLEMA FILOSÓFICO

La muerte, esa otredad infinita. Radical. Extraña. Imposible. Y un ser humano que intenta
sin eficacia vencer los obstáculos para incorporar esas cosas y suprimirles su
particularidad. El día que comprendamos a la muerte, dejará de ser la muerte. Y
seguramente emergerán otras otredades.

La muerte significa el final de la conciencia. Como sueño sin ensueños, como antes de
nacer, sin recuerdos.
9. AMOR AL SABER

El conocimiento es lo que nos permite saber sobre las cosas, sus propiedades y
aplicaciones. La filosofía en su etimología hace referencia a amar el saber.

El ser humano ha de enfocarse en su diario vivir a conocer, a querer saber todo lo que
pueda.

La esencia de la filosofía, ese amor al conocimiento que nos lleva a querer entender, es
una necesidad vital; no basta con vivir, sino que queremos saber para qué se vive; no es
suficiente con seguir un destino, o unas leyes de la naturaleza, o unos instintos que a
veces tiran hacia acá y a veces hacia allá: queremos saber por qué aquí, para qué aquí.

10. LA BÚSQUEDA DEL ORIGEN

En la vida solemos preguntarnos acerca de la causa que origina las cosas, el origen. La
existencia misma tiene un comienzo y en muchos casos, el origen no está claro o no es
revelado a todos.

Lo atrayente de la existencia es que fragmentada y puesta en cada una de sus propias


tramas, logra que todo segmento tenga lógica. Si partimos de ciertos supuestos que no
son cuestionados y son dados por evidentes, al interior de esos supuestos todo se
clarifica.

La búsqueda del origen supone un retorno lineal hacia el pasado, hacia esa estación
primera desde la cual este tren proviene. ¡Qué hora extraña para que pase el tren! Pero
ahí viene.

11. LA FILOSOFÍA COMO PASAJE DEL MITO AL LOGOS

Se suele decir que el inicio de la filosofía radica en el paso del mito al logos, es decir, en
el paso de explicaciones o respuestas tradicionales y arbitrarias a explicaciones lógicas y
racionales. Los griegos protagonistas de este paso o salto fundaron lo que llamamos
filosofía

Este paso fundacional de la filosofía, acontecido en Grecia y explicable por una


confluencia de factores, no es algo «natural» y definitivamente adquirido, es un paso que
tiene que realizar toda persona que quiera mantener una actitud despierta e
investigadora.

Los mitos tienen poder explicativo. Constituyen el inicio de un proceso intelectual.


Prometeo y Pandora pueden simbolizar las dos caras de la situación humana: el bueno y
positivo que todos tenemos y las inevitables contrariedades que nos acompañan.
12. LOS PRIMEROS FILÓSOFOS

De acuerdo a la tradición, fue Pitágoras quien inventó esta palabra («filósofo»), lo que
vendría a significar algo así como buscador y amante de la sabiduría, afirmando que
«ninguno de los hombres sabio, sino sólo Dios». Parece ser no en vano que fue en el
propio y mismo círculo socrático donde el término recibió su significación definitiva tal y
como la conocemos y entendemos a día de hoy, en la actualidad.

Dentro de este primer grupo de «filósofos primarios», existen una serie de características
tanto fundamentales como comunes, que podrían resumirse en las siguientes cuestiones:

– Viven en las colonias de Jonia o Italia meridional, aunque sin embargo se sostiene que
eran unos grandes viajeros. Pero existen excepciones: Demócrito nació en Macedonia
(Abdera), mientras que Anaxágoras marchó a Atenas, donde fue amigo de autores como
Pericles.

– Debieron ser escritores (salvo Tales), pero sus obras lamentablemente se han perdido,
no quedándonos salvo pequeños fragmentos citados por autores posteriores: Clemente
de Alejandría, Platón, Aristóteles, Diógenes Laercio, Teofrasto, Plutarco…

– Se ubican en el estudio de la Naturaleza, algo lógico siempre y cuando tengamos en


cuenta, como sabemos, que la primera filosofía en sí, entendida como tal, surge para
substituir a los mitos, dando con ello una respuesta racional y aparentemente lógica al
mismo problema que esos mitos pretendían «resolver».

13. ¿QUÉ ES LA METAFÍSICA?

La metafísica es una rama de la filosofía que estudia los problemas esenciales del
pensamiento filosófico: el ser en cuanto tal, el absoluto, Dios, el mundo, el alma. Pretende
describir las propiedades, fundamentos, condiciones y causas primeras de la realidad, así
como su sentido y finalidad.

Trata también acerca de lo inmaterial, de allí su lucha con los positivistas, quienes indican
que sus fundamentos escapan a la objetividad empírica.

Por otro lado, aborda también lo divino, Dios y el absoluto, derivando en la línea teológica
y cosmológica, que ha aprovechado la religión cristiana a partir de la Edad Media con la
escolástica y Santo Tomás de Aquino a la cabeza.

14. ¿HAY UN ORDEN?

El orden es un elemento primordial en la realidad. Cuando se establece el orden, se


comprende más fácilmente, se ahorra tiempo, se da la armonía y el componente de
plenitud.
Al ordenar se elige. Todo orden dispone figuras de exclusión e inclusión donde se decide
qué es lo que importa y qué es lo que no. En todo orden se establece quién es parte y
quién no. En todo se orden se ejerce la violencia y sobre todo se visualiza la falta. Se deja
en claro quién está en falta, quién delinque, quiénes son los delincuentes.

15. UNA BÚSQUEDA IMPOSIBLE

Si la filosofía alcanza su objetivo, deja de ser filosofía para pasar a ser sabiduría. La
sabiduría es ese fin buscado que en su imposibilidad, enciende a la filosofía en su praxis.
Lo imposible no se nos presenta entonces como una fantasía inútil que paraliza nuestras
acciones, sino todo lo contrario: la parálisis es positiva en la medida en que lo que se
detiene es la ansiedad de un pensamiento utilitario que solo se supone que se calma
cuando alcanza sus respuestas.

La filosofía es inicialmente una búsqueda del saber sólo por el hecho de saber: FILO:
amar, SOFIA: sabiduría. Se trata, pues, de una búsqueda teórica del saber, ya que no se
pretende que sea algo productivo; sólo se busca afianzar y ampliar los conocimientos,
cuestionándolo todo: lo que somos, lo que no somos, etc… Un gran ejemplo de este amor
a la sabiduría y al conocimiento es el de Sócrates, que era un filósofo griego que utilizaba
el método de la dialéctica (un método que consiste en el contraste de ideas) para mejorar
el conocimiento a base de ir descartando posibles errores: siendo crítico, revisándolo
todo, cuestionando las cosas, despertando dudas…

16. ¿DE QUÉ HABLAN LAS PALABRAS?

Las palabras representan a las cosas. Las palabras y las cosas se encuentran separadas
por un abismo infranqueable.

Queda claro que en este mundo de lo posible todo es ordenado a partir de la lógica
binaria. Es la esencia misma del binarismo: la delimitación y por ello, la posibilidad. Y
también está claro que si hay un logos trascendente «a lo Heráclito», no se lo puede sino
pensar en términos dicotómicos. Por eso, la experiencia de lo imposible, solo se tiene
desde el mundo de lo posible que es el único mundo posible.

La filosofía se encuentra en una incansable búsqueda de la verdad, en una búsqueda


exhaustiva de explicaciones a todas y cada una de las preguntas que se ha planteado el
hombre desde el surgimiento del mismo, bajo diferentes teorías y autores, que son
capaces de, a través de un método, llegar a una verdad relativa, que comprende
diferentes áreas del conocimiento. Trata de darle un significado a todo desde sus raíces y
no se conforma con las “verdad” recién encontrada.

17. ¿QUÉ ES LA DECONSTRUCCIÓN?

La idea de deconstrucción se utiliza desde una perspectiva filosófica de la teoría literaria


con referencia al acto y el resultado de deconstruir. Este verbo, que procede del vocablo
francés déconstruire, alude a desmontar, a través de un análisis intelectual, una cierta
estructura conceptual.
La deconstrucción se lleva a cabo evidenciando las ambigüedades, las fallas,
las debilidades y las contradicciones de una teoría o de un discurso. Lo deconstruido, en
este marco, queda desmontado o deshecho.

La deconstrucción pretende mostrar cómo se ha construido un concepto a partir de los


procesos históricos y sus múltiples acumulaciones metafóricas, revelando así que lo claro
y evidente en realidad no lo es.

Aunque a la vez elogiado y odiado, este particular pensamiento tuvo efectos directos en la
concepción del pensamiento filosófico que se suceden hasta el día de hoy. Esto Powell lo
deja muy claro con este lúcido acercamiento al pensamiento propuesto por el
controversial filósofo:

18. PARANOIAS EXISTENCIALES

Se dan diferentes tipos de paranoias existenciales. La metafísica sostiene lo que en la


historia de la filosofía se ha denominado el dualismo ontológico: hay otro mundo que
explica el nuestro, y en general ese otro mundo es mejor, más verdadero, más real, más
auténtico, más genuino, más puro, más… Más porque este es menos. Es una
degradación, una copia imperfecta, una encarnación material determinada por el cambio,
una falencia.

Se da otro tipo de paranoia existencial, supone que lo que explica la realidad que nos
rodea no está directamente puesto sobre lo que se nos manifiesta; pero no entiende que
estas explicaciones habiten otro mundo o un lugar más profundo, y menos un lugar más
verdadero.

19. «NADA HAY FUERA DEL TEXTO»

Dado que todo es texto, entonces, los fundamentos de la realidad no son más que otro
texto. Otro texto que se hallaría —para seguir con las metáforas espaciales— de costado.
Siempre que queremos abordar el sentido de lo que se nos presenta, viramos y nos
direccionamos a otro texto que, lejos de estar en lo profundo, se halla en la superficie,
como todo, pero al costado, detrás de la puerta en todo caso.

20. LO DESFONDADO

La angustia existencial se juega en este terreno de la indefinición.

En el fondo de la deconstrucción están los indecidibles. Todo es deconstruible porque


todo es lenguaje. En todo caso, lo indesconstruible es lo que no puede ser dicho; pero si
no puede ser dicho, no es, ya que nada hay fuera del texto.
Un acontecimiento que sin embargo no se encarne en algunas de las interpretaciones que
después se imponen y pueden ser deconstruibles. Es que en definitiva por ahí parece
transitar la cosa: de nuevo el soñador que sabe que es un sueño. De nuevo, la paradoja.

21. EL ASOMBRO

El tema del asombro fue algo de mucha relevancia para los primeros filósofos que
pretendieron dar una explicación del origen de la filosofía e instituir sus fronteras. En el
caso de Platón, el asombro es la disposición primera del conocimiento en un doble
sentido: antecede al deseo de conocimiento y también lo posibilita. El asombro pone en
movimiento las tres partes que integran el alma y gracias a este movimiento llega al
descubrimiento de la verdad.

El asombro se asume como un estado del alma que se distingue de otros porque posibilita
el conocimiento filosófico de tal manera que puede ser considerado como una apertura al
saber.

el asombro es para Platón una figura divina, pero también la representación de un estado
que predispone a la búsqueda del conocimiento. La filosofía, semejante a la divinidad
Iris, tiene como fuente de generación al asombro. A ambas concierne el tener un papel
intermedio entre los hombres y los dioses. A la filosofía corresponde el estudio del
conocimiento de lo más divino, por su parte Iris tiene la tarea de transmitir los mensajes
de los dioses a los hombres.

22. FILOSOFÍA Y RELIGIÓN

Aunque la Religión y la Filosofía tienen preocupaciones comunes como la ontología y la


moral, «hay una diferencia fundamental entre la ética filosófica y la de las religiones, que
es la referencia a una voluntad sagrada, a una voluntad divina.» Esta diferencia procede
de la existencia en la Religión de un principio de autoridad exterior. Por el contrario, el
filósofo trata de comprender la verdad que le es propuesta y de constatarla en sí mismo
para integrarla a través de una progresión de pensamiento y acción.

Para las religiones, la verdad es dogmática y absoluta. No se la puede refutar. Una verdad
absoluta puede existir en este plano de la existencia. Para las filosofías, por el contrario,
ninguna verdad absoluta puede existir en este plano. En consecuencia, no se puede
hablar más que de verdades relativas, y de un acceso a lo verdadero por una ascensión
progresiva, a través de la toma de conciencia de nuestra propia ignorancia.

Los filósofos antiguos habían descubierto también que, aunque no se llegase a una
verdad, esta ascensión indica una experiencia de orden individual intransmisible, pues la
vivencia puede tan sólo vivirse pero no transmitirse. En cambio, el método para que cada
cual pueda tener acceso a ella por sus propios esfuerzos sí es transmisible.
23. SOBRE EL FUNDAMENTO ÚLTIMO

La utilidad es solo un camino posible de tantos. La utilidad es un valor, muy arraigado al


sentido de las cosas, pero no deja de ser un valor.

El fundamento cierra, mientras que el ser abre. Tomarlos como sinónimos hace que uno
deponga frente al otro, que fue lo que según Heidegger ocurrió en nuestra cultura
occidental de raíz metafísica: el ser devino fundamento. Olvidamos al ser. Olvidamos el
abismo.

24. LOS PRINCIPIOS ONTOLÓGICOS

a) El principio de identidad afirma que “todo ente es idéntico a sí mismo. Con esto no se
dice que todo ente sea “igual” a sí mismo, porque no es lo mismo la identidad que la
igualdad. En efecto 2+2 es igual 4, pero no idéntico a 4; mientras que 2+2 es idéntico a
2+2, y 4 es idéntico a 4. Por tanto, si entre dos entes no se encuentra diferencia ninguna,
no se tratará de dos entes sino de uno solo; este es el llamado principio de identidad de
los discernibles enunciado por Leibniz.

b) El principio de contradicción sostiene que ningún ente puede ser al mismo tiempo
“P” y “no-P”. Con la letra “P” se simboliza cualquier predicado posible (como por ejemplo:
“papel”, “justicia”, “piano” etc.) y con “no-P” su negación (es decir, todo lo que no sea
papel, justicia, piano respectivamente). El principio señala claramente que ningún ente
puede ser al mismo tiempo, por ejemplo, “papel y no-papel”, si bien ello puede ocurrir en
tiempos distintos, porque si se quema la hoja de papel, esté deja de ser papel, y se
convierte en cenizas (no-papel).

c) El principio de tercero excluido dice que “todo ente necesariamente tiene que ser P o
no-P”. Para retomar el ejemplo anterior: todo ente tiene que ser “Papel” o “no-Papel”
(entendiendo po no-Papel todos los infinitos entes que haya, menos el papel); porque, en
efecto, si se trata de cenizas, será no-Papel; si se trata de un ángel, será no-papel, etc.
Como forzosamente se tiene que tratarse de las dos posibilidades – o P o no-P –
excluyéndose absolutamente una tercera, por ello el principio se llama “tercero excluido”.

d) Principio de razón suficiente o simplemente principio de razón (o del fundamento),


conocido también como principio de Leibniz, pues este filósofo fue quien lo enuncio por
primera vez, afirma que “todo tiene su razón o fundamento”; o, dicho negativamente, que
no hay nada porque sí. El principio sostiene que no puede haber nada absolutamente que
no tenga su respectivo fundamento; no sostiene, ni mucho menos, que se conozca ese
fundamento, porque en efecto ocurre muchas veces que se desconoce el fundamento o
razón de tal o cual ente.
25. LA DIFERENCIA ONTOLÓGICA

En el origen origen de la filosofía, se toma como referencia el asombro. El asombro


existencial. El asombro por el ente. El asombro por el ser. Por el hay. Porque haya. Por la
pregunta por el ser. Nada asombra más que la pregunta.

La admiración o asombro comienza como una sensación que posibilita la reflexión


filosófica. Sin este asombro ¿Cómo sería posible que nos cuestionáramos sobre las cosas
del mundo y del hombre? Al respecto Descartes dice que la admiración es: “una súbita
sorpresa del alma, que hace que sea llevada a considerar con atención los objetos que le
parecen más raros y extraordinarios”.

26. APOLO Y DIONISIO

En la historia de la filosofía, se ha distinguido con singular precisión lo real diferenciándolo


de la realidad, es decir, lo real se ha concebido, la mayor parte de las veces, como el ser
de algo esencial en la cosa dada, como ser de sí misma; mientras que por realidad se ha
entendido la presencia de todo lo esencial y no esencial en la cosa. Lo real se ha
interpretado, comúnmente, como el ser de algo con exclusión de todo lo casual contenido
en él, es decir, de algo que no está vinculado necesariamente con el ser dado

La gramática es orden en tanto ordena nuestra percepción de lo real. No es un mero


sistema de reglas; es la reglamentación de Dionisio, su guardia cárcel. Apolo es la
gramática, pero también la ética. Religión, conocimiento, ética: formas apolíneas de
alejarnos del horror por la existencia. Horror a la cercanía que es horror al dolor pero
también al placer. Apolo necesita de Dionisio para maniatarlo, y Dionisio necesita de
Apolo para sobrepasarlo.

27. LA DUDA COMO ORIGEN DE LA FILOSOFÍA

Como afirmó Descartes, “la duda es el principio de la sabiduría”.

La duda exige, al menos, disponer de dos opciones, de dos cosas o de dos posibilidades
entre las que se pueda elegir. Quien utiliza un monóculo reduce la realidad al espacio
circunscrito por ese agujero, y puede muy bien ver solo ‘una’ cosa, y, por tanto, no puede
dudar.

Si el origen es duda es si misma, el “ser” que parte de ese origen es proyección de la


duda, o duda sobre la duda, quien “es” está sujeto a complementar la duda de su origen y
de su “ser” en la duda de la especie en general en el hecho gregario, esto es, la duda es
atenuada y aplacada en el momento en el que “no se es” y se existe para lo conocido
para evitarse dudar. Ya que quien duda busca qué “es” en realidad, y busca conocer su
origen para construir un destino, la duda es simplemente el instrumento necesario para
ubicar un origen y “ser” como tal, en consecuencia no “dejarse ser”.
28. LA FILOSOFÍA COMO SABER SIN SUPUESTOS

La filosofía con Parménides logra una instancia en la cual se trata de quitar al


pensamiento de toda apariencia y corporeidad para permanecer en los aspectos lógicos
de la razón.

La lógica, como la matemática, trata de apartar los aspectos formales de sus contenidos
concretos. A la matemática no le importa si lo que se suman son cinco manzanas o cuatro
árboles. Se suman números que destacan la condición cuantitativa de cualquier ente.

La medición facilita cuantificar el tiempo, el espacio, las necesidades, todo. La


formalización de la realidad la hace, por medible, cognoscible y ordenable; pero al mismo
tiempo administrable.

29. DEVENIR

El devenir significa el ser como proceso; todas las maneras de llegar a ser, el cambio, el
acontecer, el ir siendo, el movimiento, etc.

El devenir es uno de los problemas más destacados de la filosofía porque parece


contraponerse al ser.

El hecho de que todas las cosas cambien es el que provoca la necesidad de encontrar un
principio que lo explique, porque el cambio resulta incomprensible para la razón.

Los griegos comenzaron a filosofar por el asombro, sobre todo por el asombro al cambio,
por el hecho de que las cosas pasen de ser al no-ser y viceversa. Un árbol pequeño,
gracias al crecimiento, pasa de ser pequeño, y, por lo tanto, no ser grande, a ser grande y
no ser pequeño. Y el cambio o devenir se manifiesta en múltiples fenómenos de la vida.

Heráclito expresó de modo metafórico que la realidad no es más que el devenir, una
incesante transformación. La más famosa comparación es la del curso de un río: “no
podemos bañarnos dos veces en el mismo río, porque cuando regresemos a él, sus
aguas continuamente renovadas, ya son otras, y hasta su lecho y sus riveras se han
transformado, de modo que no hay identidad estricta entre el río del primer momento y el
de nuestro regreso a él. Aun siendo imperceptible, todo cambia, como lo hace la montaña
y el mármol«

Para Parménides, como el devenir es opuesto a la razón, es puramente una apariencia,


porque el ser verdadero es inmóvil.

Para Empédocles el devenir es el cambio de cualidades, mientras Demócrito lo entiende


en un sentido cuantitativo y sostiene que es un desplazamiento de átomos en sí mismos
invariables, sobre una extensión indeterminada.
En Platón, el devenir es una propiedad de las cosas y éstas son reflejo de las ideas. Sólo
la inmovilidad del ser es real. Desde el punto de vista del saber, el ser inmóvil es objeto de
conocimiento y el ser que deviene es objeto de opinión.

Para Aristóteles, el devenir es un hecho que no se puede negar ni reducir a otros hechos;
ni ser considerado substancia, ni tener un solo significado; porque el problema del devenir
incluye la cuestión de las diferentes causas; y hay tantos tipos de devenir como
significados hay de la palabra es.

Santo Tomás señala que el devenir es la actualización de la potencia.

30. EL ENIGMA

Un enigma es algo misterioso, lo que no aparece claro al entendimiento. Los grandes


enigmas o misterios del ser humano tienen que ver con el sentido de la vida y lo que
existe después de ella, o sea si hay algo que comienza con la muerte, o ésta representa
la conclusión de todo. Desde la ciencia, desde la filosofía y desde la fe religiosa, se ha
tratado de dar respuestas que aún no develan estos enigmas con claridad.

El que hace filosofía no muere de aflicción ante la irresolubilidad de un enigma, ya que no


es un sabio, sino un amante de la sabiduría, esto es, alguien que vive de su búsqueda. A
lo sumo se deprime, pero no se muere.

La condición de enigma se la dio el oráculo. O sea que si Homero no hubiera ido al


oráculo, no habría pasado nada. No hubiera pensado la cuestión por el sendero de lo
enigmático sino casi como una estupidez o un sinsentido.

31. PENSAR AL REVÉS

El ser humano decide atendiendo al correcto funcionamiento de las cosas.

La filosofía es lo otro de la cotidianidad. Surge desde, pero la invierte, la interrumpe. Y


como toda otredad mantiene una relación de mutua implicación y negación. No tendría
mucho sentido pensar la resolución de problemas cotidianos desde la incertidumbre, o
sea desde su irresolubilidad.

32. EL MÉTODO DE LA DUDA

El objetivo de Descartes es encontrar verdades absolutamente cierto sobre las cuales no


sea posible dudar en absoluto, se trata de encontrar verdades evidentes que permitan
fundamentar el edificio del conocimiento verdadero con absoluta garantía.

El problema que se plantea es cómo encontrarlas, y para resolverlo elabora un método.


Pero una vez lo tiene ¿por dónde comenzar? La respuesta es por la duda metódica. Se
trata de exigir un punto de partida absolutamente verdadero, lo que obliga a un largo
proceso de crítica y eliminación de todos los conocimientos, ideas, creencias... que hasta
el momento han sido considerados como verdaderas, pero que sin embargo, no poseen
una certeza absoluta.

El primer paso, por tanto, debe ser dudar de todo lo que creemos y rechazar inicialmente
todo aquello de lo que sea posible dudar. Este primer paso se denomina duda metódica
porque es resultado de la aplicación des primer precepto del método: no admitir jamás
ninguna cosa como verdadera en tanto no la conociese con evidencia.

Esta duda no debe ser considerada como real, sino como un instrumento metódico para
alcanzar su objetivo: la intuición de una idea clara y distinta, evidente por tanto, sobre la
que no exista ninguna posibilidad de duda. Encontrar, en suma, una verdad que pueda
ser el punto de partida del edificio del conocimiento.

33. LA DUDA RADICAL

La duda radical es aquella que no espera obtener respuesta porque duda de todo, esto es
el escepticismo.

Una de las dificultades del análisis relacional consiste en el hecho de que sólo se puede
aprehender los espacios sociales bajo la forma de distribuciones de propiedades entre
individuos. De allí que el sociólogo deba romper con el sentido común y construir el objeto
de su estudio. La duda radical es el punto de partida del trabajo científico, pues las
representaciones compartidas por todos, las representaciones oficiales, nos dan un objeto
preconstruido.

A partir de allí es posible la construcción del objeto científico: «La construcción del objeto
–al menos en mi experiencia de investigador– no es algo que se opera de un golpe, por
una suerte de acto teórico inaugural; se logra por un programa de observaciones o de
análisis a través del cual lo que se efectúa no es un plan que se diseña con anticipación, a
la manera del ingeniero: es un trabajo de largo aliento, que se cumple poco a poco, por
retoques sucesivos, por toda una serie de correcciones, inspiradas en lo que se denomina
el oficio, es decir ese conjunto de principio prácticos que orientan las elecciones a la vez
pequeñas y decisivas»

34. PIENSO, LUEGO EXISTO

Descartes llegó a la conclusión de que «pienso, luego existo» era una verdad
fundamental, segura, clara y distinta, una verdad de la que era imposible dudar y, en tanto
inmune a toda duda, una verdad candidata a ser fundamento seguro y firme de todo
nuestro conocimiento.
Se llama certeza a una actitud hacia una determinada proposición. Cuando creemos algo
con certeza, no tenemos dudas de ello. Descartes quería un fundamento firme para las
ciencias y este fundamento solo lo podían dar las verdades de las que no cabía la
posibilidad de dudar, es decir, las certezas. Así que Descartes, que buscaba una primera
verdad que fundamentara todo el conocimiento, elaboró un método para descubrir
certezas.

La frase asignada a René Descartes, hace mención a la capacidad no solo de pensar,


que bien puede suponerse es también de los animales, sino a la de ser consciente de
estar pensando. Posiblemente defina la más importante diferencia con el resto del Reino
animal: La conciencia.

35. DESAPROPIACIÓN

La filosofía insta a salirse de nuestros propios límites y trascender al saber, al amor por el
conocimiento. Buscar más allá de las fronteras físicas aquello que nos asombre y nos
permita sentirnos colmados.

El predominio de la razón se entronizó de tal manera que sobre ella se sentó el paradigma
de la modernidad y se implementó el método científico netamente racional, con el
propósito de estudiar la naturaleza, dominarla y modelar la vida individual y colectiva. Con
el dominio supremo de la razón se tuvo la vana ilusión de la consecución de la genuina
libertad humana.

La idea de la razón había caído bajo el dominio del progreso técnico, y el método
experimental era considerado como el modelo de la actividad racional, es decir, como
un procedimiento que altera al mundo de modo que las potencialidades inherentes a él se
hagan libres y actuales.

36. EL ESCEPTICISMO COMO FILOSOFÍA

El escepticismo es la doctrina que asegura que la verdad no existe y que, en caso de que
exista, el ser humano es incapaz de conocerla.

El escepticismo filosófico es una corriente de la filosofía clásica, la cual se apoya en la


duda. En otras palabras puede ser descrita además como una actitud crítica que objeta
sistemáticamente el ideal de que el conocimiento y la certeza absoluta son posibles,
propuesto en campos generales o particulares. Escepticismo filosófico es representado en
la escuela de «Skeptikoi», de aquellos que manifestaban que no se «no afirmaban nada,
sólo opinaban»; esta corriente se opone al dogmatismo filosófico la cual mantiene que un
grupo de enunciados son absolutamente inequívocos, autoritativos y verdaderos.

Se diferencia del Escepticismo Ordinario, cuyas dudas se erigen en contra de


determinadas creencias o tipos de creencias ya que certeza que la sostiene es débil o
pobre. Aquellos escépticos ordinarios no son crédulos o inocentes, no reciben las cosas
verdaderas a la ligera y sin antes evidenciar las cosas para creer. Ellos dudan de los
milagros religiosos por completo, el psicoanálisis, los secuestros por extraterrestres, etc.
pero claro está que no manifiestan duda alguna de que la el conocimiento y la certidumbre
son posibles; gracias a los argumentos sistemáticos que menoscaben toda afirmación de
conocimiento.

El escepticismo no puede entenderse sin su carga crítica contra el dogmatismo y la


posibilidad del conocimiento absoluto. Desde Sócrates hasta las implicaciones filosóficas
de conceptos como “indeterminación” o “incertidumbre” asociados a la actitud escéptica
acerca de la existencia independiente de objetos atómicos al margen de la observación
humana, el papel del escepticismo es inherente al del pensamiento crítico. La necesidad
de estar en guardia permanente frente al dogmatismo, la pseudociencia o cualquiera de
las posiciones irracionales que aún intentan seguir cabalgando por el campo del
conocimiento sitúan al escepticismo como un postulado esencial.

37. SOFÍSTICA

Sofística es la aplicación de argumentos falsos en una disputa o en una demostración


recurriendo a los llamados sofismas, a toda clase de astucias revestidas de una exactitud
formal y externa. Es el uso consciente, en una disputa o en demostraciones, de
argumentos incorrectos llamados sofismas, es decir, de toda clase de subterfugios,
disimulados con aparente justeza formal. Los procedimientos típicos de la sofística
consisten en arrancar los acontecimientos de su concatenación con otros; aplicar las
regularidades de un grupo de fenómenos a los de otro grupo, y de las de una época
histórica a los acontecimientos de otra época, &c. La sofística desempeña un papel
reaccionario tanto en la ciencia como en la política.

En lo que respecta a la filosofía, se caracteriza por:

* Ocupar un lugar intermedio entre el periodo cosmológico (presocrático) y el periodo


clásico.

* Proponer un giro antropológico en la temática filosófica ( al tratar principalmente de la


realidad humana, la sofistica ha sido considerada como una especie de ilustración de la
antigüedad)

* Inaugurar la distinción entre lo que viene dado por”physis” o naturaleza y lo que viene
dado por “ nomos” o convicción . La physis son las leyes naturales y por lo tanto ajenas al
acuerdo humano y por lo tanto necesario. El “nomos” hace referencia a las leyes
establecidas por el acuerdo o convicción humana y por lo tanto contingente, es decir, que
podrían ser de otra manera.
* Adoptar una posición relativista y escéptica en el ámbito del conocimiento y en el ámbito
ético-político, esto lleva a algún sofista a declararse abiertamente agnóstico en materia de
la religión.

38. CINISMO

La secta cínica tuvo por fundador a Antistenes, discípulo de Sócrates, de quien tomó la
rígida sobriedad que llevó todavía más adelante que su modelo. En vez de imitar la
prudencia que caracterizaba a su maestro, afectaba una virtud severa que sólo respiraba
orgullo. Presentábase en público cubierto con una mala capa, la barba larga y
descuidada, y apoyado en un palo. Desechaba todas las comodidades de la vida,
despreciaba las riquezas, la reputación, las dignidades, en una palabra, todo lo que
buscan los hombres con más avidez.

Tenía por máximas que la virtud solo basta para la felicidad; que quien la posee no tiene
que desear más que el valor; que consiste siempre en acciones y nunca en palabras; que
toda ciencia y arte son inútiles; que el filósofo debe acomodarse a las leyes de la
naturaleza y no a las de los hombres, y que siendo solamente él capaz de distinguir lo que
merece alguna afección, si trata de casarse debe escoger una mujer digna de su amor
para reproducirse en sus hijos. Pero esta última máxima no tardó en caer en desuso entre
sus sectarios, quienes prefiriendo el título de cosmopolitas al de ciudadanos, sacudieron
la dependencia consiguiente a los vínculos del himeneo y justificaron el nombre de cínicos
(en griego perros) que caracterizaba perfectamente la impudencia de que hacían alarde.

39. LAS SITUACIONES LÍMITES

Vivimos en situaciones. Hay toda una discusión en filosofía sobre la naturaleza del ser
humano, pero en especial sobre la posibilidad de pensarnos por fuera de las situaciones.
Como si hubiese una naturaleza humana que para ser justamente naturaleza, como
sinónimo de esencia, no debería verse condicionada por las diferentes formas en que
luego esa esencia acaece en el mundo.

Los estoicos sostenían la presencia de dos órdenes de realidades:

1) Aquellas que dependen de mí.

2) Aquellas que me exceden, en el sentido de que frente a ellas no puedo hacer nada.

El asombro es origen de la filosofía y la duda es origen de la filosofía. Frente al asombro


esgrimimos argumentos que sin embargo por ser varios y en contradicción nos infunden
las dudas existenciales más extremas. Como no hay un único fundamento, dudamos; y la
duda permanente nos lleva a un tercer origen de la filosofía: las situaciones límites.
40. FILOSOFÍA, AMOR, INMORTALIDAD

La filosofía y el amor no mantienen un vínculo accidental, sino esencial. El amor conduce


necesariamente a la filosofía, ya que amar en última instancia es ir en busca de la
inmortalidad y esta solo se puede alcanzar en el saber absoluto. En el acto inicial por el
cual alguien encuentra bella una mano, un tocar, una sensación, inicia una búsqueda en
el otro o en lo otro dominada por la idea de belleza, pero sobre todo con el deseo de
conseguir fundamentalmente la trascendencia.

La inmortalidad es la única manera de calmar la angustia que se produce cuando las


situaciones límites nos hacen conscientes de nuestra finitud. O como dice Miguel de
Unamuno, no sabemos por qué queremos ser inmortales, pero lo deseamos

41. EL MÉTODO SOCRÁTICO: LA REFUTACIÓN

La filosofía Sócrates la ejerce con aquellos a quienes somete a examen; su filosofar es


un co-filosofar. Sócrates filosofa conversando con los demás, mediante el dialogo como
especial organización de preguntas y respuestas convenientemente orientadas. En esto
consiste el método Socrático.

Ante todo hay que llamar la atención sobre una característica general del método, o,
mejor, sobre el tono general del mismo, que es al mismo tiempo propio de la personalidad
de Sócrates: la ironía. En griego ironía significa “disimulo”, o la acción de interrogar
fingiendo ignorancia. En Sócrates se trata de su especial actitud frente al interrogado:
disimulando hábilmente la propia superioridad, manifiesta Sócrates su falta de
conocimiento acerca de tal o cual tema, y finge estar convencido del saber del otro, con
objete de que le comunique ese supuesto saber; para terminar, según se verá,
obligándolo intelectualmente a que reconozca su propia ignorancia. De manera que la
ironía califica la actitud de Sócrates frente a la presunción del falso saber, y resulta del
contraste entre el alto ideal que Sócrates tiene del conocimiento, y la orgullosa ignorancia
o jactancia del interrogado.

El método propiamente dicho tiene dos momentos: el primero, que es un momento


negativo, se llama refutación; y el segundo, positivo, que es la mayéutica.

La refutación consiste en mostrar al interrogado, mediante una serie de hábiles preguntas,


que las opiniones que cree verdaderas son, en realidad, falsas, contradictorias, incapaces
de resistir el examen de la razón. Sócrates mismo no responde a estas preguntas,
arguyendo que ignora las respuestas. Los interrogados, en cambio, creen ingenuamente
saber lo que se les pregunta; pero el interrogatorio a que Sócrates los somete pone en
evidencia que se trata de un falso saber: en el momento en que ello se hace manifiesto,
Sócrates los ha refutado.
42. SOLO SÉ QUE NO SÉ NADA

Sócrates con esta frase expresaba que su sabiduría no se basaba en hacer conocimiento
sobre algo, sino que declaraba su ignorancia sobre diferentes saberes. Así, Sócrates no
se describía como portador del saber, sino como alguien con la voluntad de aprender
cada día más.

Esta frase propone la idea de que el individuo no tiene la verdad absoluta, y que es
importante que este tenga la disponibilidad y voluntad de aprender, así como de adquirir
nuevos saberes.

Asimismo, se trata de tomar una posición en la que una persona reconoce los límites de
su conocimiento sobre algún tema determinado, buscando aprender constantemente,
evitando hablar como si conociera todo, cuando se ignora el contenido del mismo.

En consideración de todo lo expresado anteriormente, aprender puede ser una forma de


vida, en la cual el individuo admite que hay límites para todo aquello que realmente puede
saber, estando dispuesto a adquirir nuevos conocimientos y a mejorar cada día.

Para finalizar, el ignorante cree saberlo todo, cree tener la razón e, incluso, es ignorante
de su propia ignorancia. Por el contrario, el sabio reconoce que aún hay mucho por
aprender de los otros y del entorno, si desea ampliar sus conocimientos y ganar nuevas
perspectivas sobre un tema.

El hecho de reconocer que los conocimientos no tienen límites, que no todo está
plasmado o dicho, es lo que separa a los sabios de los verdaderos ignorantes.

43. HERMENÉUTICA

Hermenéutica es el arte de interpretar textos. Se utiliza este concepto especialmente en el


ámbito de la Religión, pero también en otras disciplinas como la Filosofía, el Derecho
(hermenéutica jurídica) y la Literatura, entre otros.

La hermenéutica valora el papel de las emociones, pero no por ello es una vuelta al
irracionalismo romántico. Es una visión perspectivista de la realidad que estudia cómo se
produce la comprensión, especialmente la comprensión de textos, sin ignorar ninguno de
los elementos que se producen en ese proceso. La verdad histórica o la experiencia
artística, los sentimientos o la tradición, son aspectos que intervienen en la comprensión y
que, según defiende la hermenéutica, no han de ser despreciados ni ignorados. Por eso el
método hermenéutico puede ser visto como una revalorización de las humanidades.
La verdad hermenéutica es modesta, pues rehúye de pensar por adelantado y de
controlar el curso del diálogo. No desea producir un resultado por adelantado. El método
hermenéutico tiene estructura de conversación y los resultados alcanzados no pertenecen
únicamente a la persona investigadora, dado que son fruto de una conversación entre sus
preguntas provisionales y los materiales a los que se aproxima.

44. OTRA VEZ: FILOSOFÍA Y RELIGIÓN

La religión es una actividad humana que suele abarcar creencias y prácticas sobre
cuestiones de tipo existencial, moral y sobrenatural. Hay religiones que están organizadas
de formas más o menos precisas, mientras que otras carecen de estructura formal; unas y
otras pueden estar más o menos integradas en las tradiciones culturales de
la sociedad o etnia en la que se practican

la filosofía utiliza la Razón, para comprender el significado de los fenómenos o hechos


de la realidad, sin suponer, para comprenderlos, ninguna consideración previa, que no se
funde en razones, manteniendo una actitud crítica permanente, lo que constituye las
preocupaciones del conocimiento humano para explicar el principio u origen de todo lo
que es.

Las disputas entre la Filosofía y Religión, características de las diversas etapas de


la historia humana, señalan que en algunos momentos la primera ha sido absorbida por la
Religión, tal como sucedió en la Edad Media. Pero en otros momentos, como en la
actualidad, la Filosofía sostiene una posición más libre, en razón al enfoque conservador
de la Religión. Y Si bien Filosofía y Religión se enfrentan, la una con la razón y la otra con
el dogma, el hombre común siente una fuerte tendencia a aceptar ambas posiciones
como válidas, y parte de una verdad relativa, es el "Agnosticismo", cuyo conocimiento
filosófico, se encuentra a medio camino entre la verdad del dogma y la verdad de la razón,
a ello se le llamara la tercera verdad, una que acepta todo, pero que a la vez duda de
todo.

45. EL MÉTODO SOCRÁTICO: LA MAYÉUTICA

La mayéutica es el método filosófico de investigación y enseñanza propuesto por


Sócrates. En un pasaje del Teetetes de Platón dice Sócrates que practica un arte
parecido al de su madre Fenaretes, que era comadrona: “Mi arte mayéutica tiene las
mismas características generales que el arte [de las comadronas]. Pero difiere de él en
que hace parir a los hombres y no a las mujeres, y en que vigila las almas, y no los
cuerpos, en su trabajo de parto. Lo mejor del arte que practico es, sin embargo, que
permite saber si lo que engendra la reflexión del joven es una apariencia engañosa o un
fruto verdadero”.
Consiste esencialmente en emplear el diálogo para llegar al conocimiento. Aunque
Sócrates nunca sistematizó la mayéutica, seguramente es correcto destacar las
siguientes fases en este método:

* En un primer momento se plantea una cuestión que, en el caso del uso que Sócrates
hizo de este método, podía expresarse con preguntas del siguiente tipo ¿qué es la
virtud?, ¿qué es la ciencia?, ¿en qué consiste la belleza?;

* En un segundo momento el interlocutor da una respuesta, respuesta inmediatamente


discutida o rebatida por el maestro;

* A continuación se sigue una discusión sobre el tema que sume al interlocutor en


confusión; este momento de confusión e incomodidad por no ver claro algo que antes del
diálogo se creía saber perfectamente es condición necesaria para el aprendizaje, y
Sócrates lo identifica con los dolores que siente la parturienta antes de dar a luz;

* Tras este momento de confusión, la intención del método mayéutico es elevarse


progresivamente a definiciones cada vez más generales y precisas de la cuestión que se
investiga (la belleza, la ciencia, la virtud);

* La discusión concluiría cuando el alumno, gracias a la ayuda del maestro, consigue


alcanzar el conocimiento preciso, universal y estricto de la realidad que se investiga
(aunque en muchos diálogos de Platón no se alcanza este ideal y la discusión queda
abierta e inconclusa).

La idea básica del método socrático de enseñanza consiste en que el maestro no inculca
al alumno el conocimiento, pues rechaza que su mente sea un receptáculo o cajón vacío
en el que se puedan introducir las distintas verdades; para Sócrates es el discípulo quien
extrae de sí mismo el conocimiento. Este método es muy distinto al de los sofistas: los
sofistas daban discursos y a partir de ellos esperaban que los discípulos aprendiesen;
Sócrates, mediante el diálogo y un trato más individualizado con el discípulo, le ayudaba a
alcanzar por sí mismo el saber.

El arte de la mayéutica implica la teoría platónica de la reminiscencia pues al considerar al


discípulo competente para encontrar dentro de sí la verdad debe suponer que el alma de
aquél la ha debido conocer en algún momento antes de hacerse ignorante.
46. ACONTECIMIENTO

Hacer filosofía es crear conceptos, así como hacer pintura es crear líneas y colores.
Hacer filosofía es crear conceptos porque los conceptos no son algo que preexista.

El concepto de creación ha sido mucho más vinculado al arte que a la ciencia o a la


filosofía.

Lo que está dado, al límite, podremos siempre llamarlo un flujo. Son los flujos los que
están dados, y la creación consiste en desglosar, recortar, organizar, conectar los flujos,
de tal manera que se diseñe o se realice una creación alrededor de algunas
singularidades extraídas de los flujos. Los conceptos, no son algo que esté dado de
entrada, y en este sentido es necesario definir la filosofía como una actividad de creación:
creación de conceptos. Esta definición parece convenir perfectamente a Leibniz, quien
precisamente, con una filosofía de apariencia fundamentalmente racionalista, se lanza en
una especie de creación exuberante de insólitos conceptos como pocas veces se da en la
historia de la filosofía.

47. NO HAY HECHOS, SOLO INTERPRETACIONES

La realidad es concebida según el sujeto y su percepción. Lo que para unos puede ser
malo, para otros es todo lo contrario, por lo que se dice que las cosas son relativas.

La verdad absoluta no existe, sino que existen interpretaciones múltiples de los hechos.
Foucault se apoya en la tesis de Nietzsche: «No hay hechos, hay interpretaciones», para
decir que el poder crea la verdad, por lo que ante un hecho, cada individuo crea su
interpretación del mismo, esto es, su propia verdad. Sin embargo, es el poder, el que
dispone de los medios para imponer su interpretación a los demás.

48. LO REAL Y LO APARENTE

Lo real es lo auténtico; lo aparente, aunque sea virtual, es un sucedáneo. El parecido no


es nunca el original. Por eso, cuando se trata de una reproducción exacta, se habla de
copia auténtica o debidamente autenticada.

La autenticidad consiste en no caer en la impostura y comportarse cada uno como


realmente es, sin aparentar lo contrario. Esto, además, sería un engaño que la propia
realidad se encargaría de descubrir rápida y fácilmente.

Finalmente, al fundarse la apariencia en algo inexistente y sin fundamento real, su


duración es siempre efímera y pasajera, desvaneciéndose en su propia inconsistencia.
Seamos, pues, realistas o incluso utópicos; pero nunca impostores, es decir, aparentar
ser lo que no somos.
49. FILOSOFÍA A MARTILLAZOS

Para Nietzsche se filosofa con el martillo cuando se lleva a cabo una crítica de la
metafísica y de la moral. La crítica tiene como objetivo la transvaloración de todos los
valores, concebida ésta como inversión de los valores supremos. La transvaloración se
convierte en una crítica de la moral al interpretar a toda metafísica originándose a partir de
una intención y desde una perspectiva moral que es falsa porque está basada en errores.
El aspecto negativo de la crítica se transforma en afirmativo cuando la transvaloración
realiza una inversión del error básico de toda tesis de la religión y de la moral (confusión
de la causa con la consecuencia) y obtiene así una nueva valoración.

Puede ser que la filosofía no sea más que un género literario, una forma de escribir e
incluso una forma especial de conectar ideas o de transitar el pensamiento. Un género
literario en el sentido de constituir una de las tantas maneras en que el ser humano
construye significado aunque también emoción.

Hacerse preguntas existenciales o cuestionarlo todo no nos acerca a ningún lado ni nos
hace mejores o más profundos que nadie. Solo nos coloca en otra de las tantas
perspectivas que vamos abriendo en esta búsqueda sin fin. Tiene el mismo valor que la
poesía, por ejemplo.

50. LA CAVERNA

El mito de la caverna de Platón es una alegoría sobre la realidad de nuestro conocimiento.


Platón crea el mito de la caverna para mostrar en sentido figurativo que nos encontramos
encadenados dentro de una caverna, desde que nacemos, y cómo las sombras que
vemos reflejadas en la pared componen aquello que consideramos real.

El mito de la caverna es una alegoría que abarca varios elementos que comporta la teoría
de las ideas de Platón y un análisis dividido en 3 dimensiones:

* La dimensión antropológica (naturaleza humana).

* La dimensión ontológica (del ser) y epistemológica (del conocimiento) y,

* La dimensión moral (valorización de la sociedad) y política (forma de gobernar).

* La teoría de las ideas de Platón se basa en dos conceptos contrapuestos:

El mundo sensible, cuya experiencia se vive mediante los sentidos. Son múltiples,
corruptibles y mutables.

El mundo inteligible o el mundo de las ideas, cuya experiencia es cosechada mediante el


conocimiento, la realidad y el sentido de la vida. Siendo únicas, eternas e inmutables.

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