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Se debe salvaguardar al mundo en pro


de la democracia

WOODROW WlLSON

He convocado al Congreso a sesión extraordina- el Gobierno Imperial había refrenado en cierta


ria porque hay decisiones políticas serias, muy medida a los comandantes de su fuerza subma-
serias, que debemos tomar sin demora alguna, rina, en apego a la promesa que nos hizo de no
responsabilidad que no me está permitido asu- hundir buques de pasajeros y de prevenir de-
mir ni por derecho, ni constitucionalmente, de bidamente a todas las demás embarcaciones que
manera individual. sus submarinos pretendieran destruir, en los ca-
El día tres de febrero próximo pasado, ofi- sos en que no se opusiera resistencia ni se em-
cialmente expuse ante ustedes el extraordina- prendiera la huida, así como de tomar el debido
rio anuncio realizado por el Gobierno Germano cuidado de que se diera justa oportunidad a las
Imperial en el sentido de que, a partir del pri- tripulaciones deponerse a salvo en botes al des-
mer día del mes de febrero, su propósito sería cubierto. Las precauciones que se tomaron fue-
eliminar todo freno impuesto por la ley o por ron escasas y fortuitas, tal como lo demostraron
un sentido humanitario, y emplear sus subma- sucesivas instancias desastrosas en el desarro-
rinos para hundir a todo aquel buque que pre- llo de este asunto cruento y cobarde; pero pe-
rendiera adentrarse en los puertos de la Gran se a todo, nos pudimos percatar de un cierto
Bretaña y de Irlanda, o acercarse a las costas oc- grado de moderación. La nueva política, sin
cidentales de Europa o a cualquiera de los puer- embargo, ha arrasado con todo tipo de restric-
: j¡ controlados por los enemigos de Alemania ciones. Embarcaciones de todas clases, sin im-
en aguas del Mediterráneo. Desde etapas ante- portar su bandera, giro, cargamento, destino
riores de la guerra, ese pareció ser el objetivo u objetivo, han sido enviadas al fondo del mar
de la estrategia de los submarinos alemanes; sin sin piedad alguna, sin la menor advertencia y sin
embargo, desde el mes de abril del año pasado, esperanza de auxilio ni de misericordia para aque-
llos que viajaban abordo, y sin hacer distinción
entre buques de países neutrales amigos o de
Tomado del discurso al Congreso para soli- naciones beligerantes. Incluso los barcos hospi-
viar la declaración de guerra, 2 de abril de 1917. tal y aquellos que llevaban ayuda al flagelado

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,-n ¡ñu i/i' /</ tlfiiKH nii'l/l

\o pueblo de M\\it .1, .1 IMS nú íes ci r|ci/.i l i n i o SM podei y emplee lodos los lecui de sus sieivii:., y se sus< ii.ib.ni y libraban )
rl | n i ipii i ( 11 ilxei un ( i i 1 1 1 1 : 1 1 1 1 1 I l i l i l í , I I n i i j u >| vil i .< i pi n i laminen las embarcaciones
ii.ido salvoconductos |i;ii';i t|iic navegaran por M I S .1 MIydisposición para obliga! ;il Gobierno del IT.IS en beiielu io de din.isli.is o de rednci
y los ciudadanos ilc < 'lu.'. naciones ncti l í a l e s \s l i . i n sido ai.irados arrasados igual grupos de hombres ambiciosos, habituados
las xoiias proscriías, y que se podían distinguir I m p e l i ó Germaiio .1 que acepte nuestros lérmí
perfectamente 1 mediante marcas inequívocas de líos y se dé fin a esta guerra. . . lerse del prójimo como de un peón de ajed
mcnic cu afilas miope.is. No se ha registrado
identidad, han sido hundidos con la misma in- discriminación alguna, lil desafío afrenta al liom lín lauto que así procedemos, con medidas Las naciones autónomas no inundan de es
misericorde falta de compasión y de principios, bre en general, Cada nación di • decidir, poi |iioimulaincnte trascendentales, que no exista a los estados vecinos, ni abren las puertas
Por un momento, me resultó imposible creer sí misma, cómo saldrá a su encuentro. La den iliu l.i .ilguna, que queden muy claros al resto del intriga con el fin de provocar sil naciones c
que cualquier gobierno que hasta ahora se hu- sión que a nosotros compete, deberemos tomar mundo tanto nuestros motivos como nuestros cas que les brinden la oportunidad de ase
biera apegado a las prácticas humanitarias de las la con tal moderación y templanza de juicio que
|nopósitos. Los desafortunados acontecimientos un golpe maeslro y conquistar. Tales propos
naciones civilizadas, pudiese realmente empren- hagan honor al carácter y a los motivos de núes ili los dos últimos meses no han desviado mi sólo se pueden llevar a cabo exitosamente
der actos tan abominables. El origen de la ley tra nación. Debemos hacer a un lado la exali.i |uii ti i de su cauce normal y habitual; asimismo manera clandestina, donde nadie tiene dciv
internacional se remonta a un intento de esta- ción de ios ánimos. Nuestro motivo no deberá i iinsídero que el juicio de la nación tampoco ha a hacer preguntas. Los proyectos de cngain
blecer ciertas normas que fuesen respetadas y ser la venganza, ni la afirmación victoriosa del ihlo .ilierado ni enturbiado por ellos. Tengo de agresión astutamente urdidos y iransmii ¡
observadas en todos los mares, donde ninguna poderío físico de la nación, sino únicamente la pn'.eiiies los mismos conceptos que tuve cuan- probablemente, de generación en gencrací
nación ejerciera derecho de dominio y donde reivindicación del derecho, del derecho huma ilu me dirigí al Senado el pasado veintidós de sólo se pueden elaborar y mantener ocu
se desplegaran las rutas libres del mundo. Dicha no, del cual sólo somos un adalid. i uno; los mismos que tuve en mente cuando dentro del sigilo de las cortes, o en lo reci in<
ley se ha ido erigiendo en dolorosas etapas, aun- Cuando el pasado veintiséis de febrero me ñu dirigí al Congreso los días tres y veintiséis de confidencias celosamente guardadas poi
que con escasos resultados contundentes; des- dirigí al Congreso, creí que bastaría con garantí ih lebrero. Nuestro objetivo ahora, como en- clase privilegiada y cerrada. Afortunadame
pués de todo, se ha logrado cuanto se ha podido zar mediante las armas nuestros derechos neutra ii un es, es el de reivindicar los principios de paz la subsistencia de tales grupos resulta imp
pero, al menos, con una visión preclara de las les, nuestro derecho a utilizar los mares contra \ le justicia entre los seres que pueblan el mun- ble en estos ámbitos donde la opinión piib
exigencias del sentimiento y la conciencia de la la interferencia ilegítima, nuestro derecho a sal ili i, en contra del poder egoísta y autócrata, así expresa la última palabra e insiste en recibi
Humanidad. El Gobierno Germano ha elimina- vaguardar a nuestra gente de la violencia ilegí 11 uno erigir entre las sociedades realmente libres formación cabal de todos los asuntos rela
do de tajo ese derecho mínimo so pretexto de tima. Sin embargo, ahora nos percatamos de que \s del mundo tal concordancia de nados con la nación.
represalia y necesidad, y por carecer de otras la neutralidad armada es impracticable... Existe I u opósito y de acción que, desde ese momen- Sólo la acción conjunta de las naciones de
armas que pudiese emplear en el mar con ex- una alternativa que no podemos tomar, que nos to, se garantice la observancia fiel de dichos ciáticas pueden garantizar la preservación d
cepción de éstas, que es imposible emplear de resultaría imposible aceptar: no escogeremos el |nineípios. La neutralidad ni es factible ni es de- inmutable concierto por la paz. No se pt
modo distinto a como lo viene haciendo, sin camino de la sumisión, ni permitiremos la hu- nuhlc cuando se encuentran comprometidas corifiai en ningún gobierno autócrata para
lanzar a los cuatro vientos todo escrúpulo de millación de ver ignorados y violados los dere- l,i | u/, del mundo y la libertad de sus pueblos; la mantenga viva la fe dentro de sus confine
humanidad o de respeto a los acuerdos que su- chos más sagrados de nuestra nación y de u i iei ia/a a esa paz y libertad queda representada para que acate lo estipulado en sus convcn
puestamente regirían la relación mundial. En es- nuestro pueblo. Los males contra los que aho ni l.i existencia de gobiernos autócratas respal- Debe crearse una liga de honor, un conso
tos momentos, no pienso en la pérdida material ra nos disponemos en orden de batalla no son I1 n li is por una fuerza organizada y absolutamente dé opinión. Así, la intriga se extinguiría en
que esto implica, pese a sus enormes dimensio- del orden común; aniquilan las raíces mismas tu dada por su voluntad, no por la voluntad propio fuego; los ardides de aquellos circ
nes y gravedad, sino únicamente en la frenética de la vida humana. .|i MI gente. Bajo tales circunstancias, hemos internos que acostumbran confabularse sin
y absoluta destrucción de vidas de no comba- Profundamente consciente del carácter so- iiiesenciado el fin de la neutralidad. Vivimos en dir cuentas a nadie, se convertirían en el sc
tientes, hombres, mujeres y niños, involucrados lemne e inclusive trágico del paso que ahora to- los albores de una era en la que se procurará in- ero mismo de su corrupción. Sólo los puc
en actividades que, incluso en los periodos más mo, así como de las graves responsabilidades •,r.i<-i i teniente que las naciones y sus gobiernos libres pueden encaminar firmemente su mi
negros de la historia moderna, han sido consi- que implica, pero a la vez irremisiblemente ape- i espeten las mismas normas de conducta y de suTíoñor"hacia un fin compartido, y enarb
deradas como inocentes y legítimas. La propie- gado a lo que considero es mi deber constitu- icsponsabilidad por el mal infligido que obser- los intereses de la Humanidad por encima
dad se puede recuperar; no así las vidas de seres cional, recomiendo que el Congreso declare el v,m los ciudadanos individuales de los estados todo interés mezquino o individual...
pacíficos e indefensos. La actual campaña bélica curso reciente que ha emprendido el Gobierno i ivlli/ados. Uno de los factores que nos ha permi
de los submarinos alemanes contra el comercio Germano Imperial como estado indudable de No tenemos querella alguna contra el pue- convencernos de que la autocracia prusa no
es una campaña bélica en contra de la Huma- guerra en contra del gobierno y del pueblo Iilo germano. Nuestro único sentimiento hacia ni podría ser jamás amistosa hacia nosotro
nidad. de los Estados Unidos; que acepte formalmen- ellos es de simpatía y amistad. Su gobierno no concreta al hecho de que, desde el inicio
Es una guerra contra todas las naciones. Na- te la posición de nación beligerante que así le u n ro en guerra por voluntad del pueblo; lo hi- mo de la actual guerra, ha invadido de es
ves norteamericanas han sido hundidas, ciuda- ha sido impuesta; y que adopte medidas inme- /i i sin su previo conocimiento y aprobación. Ha a nuestras comunidades, asaz confiadas, e in
danos norteamerianos han sido privados de la diatas no sólo para colocar al país en condicio- MI lo esta una guerra impuesta, como aquéllas so a nuestras agencias gubernamentales, ade
vida medíante procedimientos que, al enteramos, nes totales de defensa, sino también para que i le .iniiguas y malhadadas épocas, cuando los go- de que ha urdido intrigas criminales por
hrmantes ignoraban por completo la opinión quier, amenazando así nuestra unidad naci
.Vi l.a f.'Hi'1'ni jiisiii Se debe salvaguardiir til inmuto ai />r<> de lu dennnt'«i in ^

de opinión, nuestra pa/ interna y cxicrna, nucs- la liberación de sus pueblos, incluidos entre es- poseemos, con el orgullo de quienes saben que y que le brindaron la dicha y la paz que ha saín
Ini industria y nuestro comercio. De: hecho, aho- tos los pueblos germanos: por los derechos de ha llegado el día en que Norteamérica tendrá el do atesorar. La nación, bajo el amparo de I >i< >s,
ra se hace evidente que sus espías estuvieron las naciones, grandes y pequeñas, y por el pri- I H ivilegio de brindar su sangre y su poderío por no puede proceder de otra manera,
presentes en nuestro país antes del estallido vilegio de todosTos ciudadanos del mundo de esi is mismos principios que le dieron nacimiento
de la guerra. Desafortunadamente, no se trata de poder elegir su modo de vida y su forma de go
una simple conjetura: es un hecho comprobado bierno. Se debe salvaguardar al mundo en gro-
por nuestros tribunales de justicia que aquellas de la democracia. La .paz debe arraigarse-en los
míricas que en más de una ocasión han puesto cimientos inquebrantables de la libertad política.
en grave peligro las condiciones de paz impe- No servimos a fines mezquinos._Nc^arnbiciona-
rantes, y que han trastornado a una serie de in- mos ni la conquista ni el predominio. Ño bus-
dustrias del país, fueron propiciadas mediante la camos botín alguno, ni compensación material
instigación, con el respaldo, e incluso bajo la di- para los sacrificios que realizaremos voluntaria
rección personal de agentes oficiales del Go- mente. Nojpmosjino.uno de los adalides del
bierno Imperial acreditados en el Gobierno de .derecho de ía Humanidad. Nos sentiremos sa-
los listados Unidos. Aun cuando verificamos di- tisfechos cuando esos derechos queden salva
cha situación y tratamos de erradicarla, procu- guardados, en la medida en que la fe y la libertad
ramos conferirle la interpretación más generosa de las naciones lo puedan lograr.
pe xsible, conscientes de que no provenía de nin- Precisamente porque luchamos sin rencor y
guna clase de sentimiento o propósito hostil del sin un objetivo egoísta; sin procurar nada para
pueblo germano hacia nosotros (indudablemen- nuestro bienestar propio, a excepción de aquc
te, ignoraba dichos actos al igual que nosotros), lio que deseamos compartir con toda la gente
sino exclusivamente de las egoístas decisiones libre, confío en que, como nación beligerante,
de un gobierno que se conducía a placer y co- sabremos conducir nuestros operativos sin apa
locaba una venda sobre los ojos de su pueblo. sionamiento y observar personalmente, con
No obstante, han desempeñado el papel que les orgulloso rigor, los principios de la justicia y
correspondía para convencernos finalmente de del juego limpio por los cuales declaramos pe
que ese gobierno jamás nos ha brindado una lear. . .
amistad sincera, y sí ha obrado en contra de Caballeros del Congreso, al así dirigirme: a
nuestra paz y seguridad en pro de su conve- ustedes he cumplido con un deber penoso y an
niencia. La misiva dirigida al embajador alemán gustiante. Probablemente nos aguarden inconta
en la ciudad de México, oportunamente intercep- bles meses de amargas pruebas y de sacrificios, lis
tada, es prueba elocuente de que pretendieron algo horrendo llevar a este grandioso y padíi
fomentar la enemistad en nuestra misma puerta. co pueblo a la guerra, a la más terrible y cruen
Aceptamos este desafío de oscuros propósi- ta de las guerras, en la que parece estar en jueg< >
tos, porque sabemos que en un gobierno tal, que la civilización misma. Sin embargo, la justicia
así se conduce, jamás tendremos a un amigo; es un bien aún más preciado que la paz, y no
y que en presencia de su poder organizado, sotros lucharemos por todo aquello que hemos
siempre al acecho en espera de lograr algún guardado siempre en nuestro corazón —por la
objetivo por nosotros desconocido, no se po- democracia; por el derecho de aquellos que hoy
drá nunca garantizar la seguridad de los gobier- se someten a una autoridad, para contar con vox
nos democráticos del mundo. Nos encontramos y voto en sus gobiernos; por los derechos y por
:i punto de retar en duelo bélico a este enemigo las libertades de las pequeñas naciones; por el
natural de la libertad 1 y, en caso necesario, em- dominio universal de la justicia, logrado median
picaremos la fuer/a total de la nación para con- te un concierto de pueblos libres que oíre/.ea
tener y anular sus pretensiones y su poder. Para paz y seguridad a todos los países y que, por
nosotros es motivo de alegría el que ahora po- fin, pueda liberar al mundo entero. A una em
damos ver la realidad sin el velo de su engaño, presa de tal envergadura podemos dedicar mies
el poder luchar asi por la pa/. del mundo y por tras vidas y fortunas, todo lo que somos y lo

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